Nobleza [Un fic basado en Soul Calibur]
Publicado: Mié Jun 09, 2010 9:28 pmHola a todos, creo que esta será la tercera vez que intento ponerme a hacer un fic, pero esta vez creo que será la vencida ya que con cada capítulo que hago de este me río de lo rebuscado y culto que puede quedar el capítulo.
Todo empezó en el instituto, cuando nuestro profesor de castellano nos dijo que propusiéramos un tema para escoger de la redacción. Yo escogí el más bizarro posible: Nobleza, ya que también llevábamos algo de cachondeo con Raphael de Soul Calibur (mi personaje preferido). Mis amigos y yo nos pusimos a reír de lo que podría llegar a salir de eso. Y entonces empecé a hacer la redacción. La leí en clase y mi profesor de lengua me dijo de hacer una segunda parte, ya que dejé la historia abierta. Como son redacciones para clase el preludio y el primer capítulo son cortos. El día antes de leer la segunda parte decidí volver al foro y postear este fic en internet, ya que era digno de ser visto por todos los mortales, así que aquí lo tenéis:
Nobleza - Preludio
Era una exquisita jornada lluviosa, de mis preferidas. La noche se alzaba ante mi galardonada morada al mismo son que mis ilustres comensales llegaban a la sala de actos, mas no pude contenerme a descender los peldaños de mi prestigiosa escalada. Ahí aguardaban mis ilustres invitados. Uno de ellos pronunció:
-Señor Sorel, cuanto me complace disfrutar de una estancia en esta magna velada- Dijo Yoshimitsu
-Alégrome de tal nobles pronuncias- Respondí
Acto seguido emití con mis refinadas falanges un efímero chasquido de dedos. Acudió una criada en mi mandamiento, Jacqueline. Le mandé que pusiera la mesa, con la ayuda de todos mis sirvientes. La mesa estuvo preparada en unos veinte minutos, tiempo suficiente para dar abasto a colocar alimentos y licores de gran categoría. La cena empezó al acto, y todos empezaron a degustar los deliciosos manjares del chef Rémi. Eduardo anunció orgullosamente su veredicto acerca de la sopa de pollo
-Es curioso, ¿No? ¡Qué grandioso y suculento manjar que invade mi paladar! ¿Cómo ha conseguido elaborar estos gustosos sabores?
Orgulloso de mi chef le respondí
-Gracias, el honor es del chef. Tiene mucha experiencia en el arte de la cocina. Llegó sin una moneda de oro a este lugar y como buen aristócrata que soy le di un puesto digno en mi suite.
Alguien irrumpió en la sala, dispuesto a acabar con la paz que inundaba ese momento. Se dejó ver y susurró:
-Me llamo Miguel, tengo que aclarar unos ajustes contigo
-Mmm, esto no es bueno
Acepté el duelo con suma gallardía
-Está bien, pero te aviso: ¡No hay escapatoria!
Nobleza I
Bienvenidos seáis a la segunda parte de mi majestuosa epopeya. Ahora, plebeyos, llenaros de épica.
Mi narración concluyó con la arribada de Miguel, un descortés pirata el cual tuve que tirar por la borda de mi elegante embarcación de camino a Francia. Pensé que en ese instante habría perecido, mas no fue así.
Miguel se aproximó ante mi detallado traje y me amenazó mediante sus espadas. En efecto, quísome retar a un duelo. Recogí mi estoque y ahí empezó nuestra disputa. Miguel el cobarde llevaba ventaja al empuñar dos punzantes artilugios, pero mi persona pudo contra ese acto de cobardía, mas fue harto complicado. Él atacóme con sus sucias tretas mas no pudo lograr oportunidad contra mi sofisticado estilo con el estoque francés. Decidí concluir la confrontación con una triple acometida alta. Miguel se arrodilló ante mi grácil postura repleto de sangre y desarmado. Los guardias de mi mansión, Necrid y Astaroth, acudieron raudos hacia la pusilánime personificación y lo enviaron a las mazmorras. Guardé el estoque y me dirigí con aplomo frente a mis invitados llenos de propiedad, que aplaudieron al sentarme en mi prestigioso asiento. Me tenía que excusar de algún modo con ellos así que articulé unas pronuncias dignas de mi ser:
-Lamento los desvelos que causado os haya mas tuve que batirme en duelo con ese rufián.
Los comensales acabaron de disfrutar los condimentos disponibles en tabla. Acabada la cena una orquesta compareció. El concierto fue harto cualificado cuan nobles fueron mis antepasados. Finalizado el magno concierto, todos fuéronse. Disfruté mucho de la velada lo cual causome que pueda acudir a otra gran cita con personalidades nobles como las que acabé de despedir. Una semana después partí hacia Grecia, a asisitir a la fiesta de las hermanas Cassandra y Sophitia. Fui tranquilo ya que dejé a Miguel con Necrid vigilando las mazmorras y todos mis guardias y criadas se quedaron cuidando de Amy. Hasta el próximo episodio.
Nobleza II
Saludos, mis considerados lectores. Me he cercionado de que en el mundo real una nueva consola ha salido a luz, creo que se apodaba “Nintendo trois de es”. No entiendo nada de tales artefactos avanzados, pero aún así espero tener cierta presencia en esa consola.
Volviendo a mi relato, dejé el argumento en el momento en el que triunfé ante la vergonzosa presencia que prentendió inundar mi paz y la de todos los invitados a mi castillo. Hablo de Miguel. Antes de dirigirme hacia Grecia para acudir a la gloriosa cita de las hermanas Cassandra y Sophitia fui al calabozo donde estaba encerrado para dedicarle unas palabras de despedida. A lo que me respondió:
-Voy a escribir un libro, te voy a dar a tí todas las riquezas que ese libro produzca a cambio de que me dejes salir – Sugirió
-Mmm, difícil elección, me dejas en duda, mas una segunda mansión no vendría nada mal, Amy necesita una estancia en condiciones para cuando sea mayor. De acuerdo, pero si por un casual carece de éxito sigues quedándote.
-Bien, buen viaje – Balbuceó
En cuanto giré les dije a Astaroth y Necrid:
-Ojo avizor con Miguel
Tal fue mi sorpresa que antes de que diera tal orden ya obedecieron cuan fiel can obedece a su amo. Finalmente me despedí de Amy, la cual vigilaban todos mis sirvientes. Ella pasó a asumir el control total de la mansión, pudiendo articular cualquier orden hacia ellos, mas tuve confianza en su juicio.
Me aferré en mi noble montura y me dirigí hacia tierras desconocidas para mí, mas mi sublime orientación fue herramienta suficiente como para llegar a buen puerto. Fue una travesía duradera de unos diez días no obstante fue fructuosa. Cassandra aguardaba en la entrada de su acogedora vivienda en Atenas a todos los invitados que acudieron. Me recibió con gran propiedad marca de la región en la que me encontraba. En ese momento pude admirar a la mayor belleza jamás contemplada por mis luceros en vida y al entrar en la admirable construcción pude coincidir con todos los entes que transitaban. Mi sorpresa fue grata cuando en el centro de una sala en la que entré tras ardua investigación pude contemplar un fulgurante objeto. Una chica de cabellera rubia me sorprendió por detrás.
-¿Es bonito, a que sí? Es nuestro orgullo, uno de los cristales que mantienen con vida este mundo. Hay uno en cada país, ¿sabes?
-Efectivamente. Me lo relataron cuando era un niño, sin embargo nunca he tenido la fortuna de ver uno.
-Pues ahí lo tienes. Por cierto, ¿cuál es tu nombre?
-Raphael Sorel, un noble destacado de Rouen, Imperio Francés. ¿Qué hay de ti?
-Yo soy Sophitia Alexandra, no poseo ninguna distinción pero eso no impide que pueda actuar como si la tuviera. ¿Qué tal si vamos a tomar alguna cosa?
-Acepto con suma cortesía su petición, elegante dama.
En efecto, los dos consumimos vino riojano, uno de los vinos con más clase que pueblan este mundo. Bebimos hasta embriagarnos y Sophitia me invitó a pasar una noche en su morada. En la madrugada un estruendo despertóme. Una chica que parecía estar loca llevó el caos a Atenas. La ciudad sucumbía en llamas y parecía que fuera el fin del mundo. Desperté a Sophitia. Se asustó al ver tal calamidad y lo primero que hizo fue abrazarme con fuerza. Yo también la abracé. Ninguno de los dos nos quisimos soltar hasta que me di cuenta de que las lágrimas de Sophitia caían sobre mi traje. La solté. Furioso de la situación en la cual estaba el pueblo, fui a batirme en duelo contra la putrefacta criatura que se atrevió a hacer daño a tal magno puelo. Mis pies corrieron hacia el intenso fuego. La chica se dejó ver.
-¡Holaaaaa! Mira esto, es divertido, ¿a que sí?
-¿Cuál es tu nombre, insensato engendo?
-¿Engendro yo? Te equivocas. Me llamo Tira. Busco el cristal de esta región. No lo habrás visto, ¿verdad?
-Si lo quieres, tendrás que pasar por encima de mi cadáver.
Ahí empezó una lucha sobrecogedora, mas no fue satisfactoria. Tira no fue un rival complicado para mi estoque. Ella poseía una especie de anillo gigante afilado minuciosamente no obstante no fue un estorbo para mí. Acabé con ella en cuestión de segundos. A tal engendro no le dejé vivir a causa de hacer llorar a Sophitia así que en cuanto pude desarmarla cayó al suelo. No pidió clemencia, más bien lo contrario.
-¡Si me das muerte Nightmare te castigará! JAJAJAJAJAJA
Sin pensármelo dos veces le clavé el estoque en el pecho y murió.
La situación al final acabó bien. Todos los vecinos ayudaron en la extinción del fuego, yo no fui menos. Al fuego no le dio tiempo a provocar grandes destrozos, así que todo quedó reconstruído en pocas jornadas. En la mañana después de que todo se hubiera arreglado me despertó Cassandra.
-Señor Sorel, acompáñame hacia la sala del cristal – Pidió alegremente
-Como desees – Acepté
Nobleza III [25-6-10]
Todo empezó en el instituto, cuando nuestro profesor de castellano nos dijo que propusiéramos un tema para escoger de la redacción. Yo escogí el más bizarro posible: Nobleza, ya que también llevábamos algo de cachondeo con Raphael de Soul Calibur (mi personaje preferido). Mis amigos y yo nos pusimos a reír de lo que podría llegar a salir de eso. Y entonces empecé a hacer la redacción. La leí en clase y mi profesor de lengua me dijo de hacer una segunda parte, ya que dejé la historia abierta. Como son redacciones para clase el preludio y el primer capítulo son cortos. El día antes de leer la segunda parte decidí volver al foro y postear este fic en internet, ya que era digno de ser visto por todos los mortales, así que aquí lo tenéis:
Nobleza - Preludio
Era una exquisita jornada lluviosa, de mis preferidas. La noche se alzaba ante mi galardonada morada al mismo son que mis ilustres comensales llegaban a la sala de actos, mas no pude contenerme a descender los peldaños de mi prestigiosa escalada. Ahí aguardaban mis ilustres invitados. Uno de ellos pronunció:
-Señor Sorel, cuanto me complace disfrutar de una estancia en esta magna velada- Dijo Yoshimitsu
-Alégrome de tal nobles pronuncias- Respondí
Acto seguido emití con mis refinadas falanges un efímero chasquido de dedos. Acudió una criada en mi mandamiento, Jacqueline. Le mandé que pusiera la mesa, con la ayuda de todos mis sirvientes. La mesa estuvo preparada en unos veinte minutos, tiempo suficiente para dar abasto a colocar alimentos y licores de gran categoría. La cena empezó al acto, y todos empezaron a degustar los deliciosos manjares del chef Rémi. Eduardo anunció orgullosamente su veredicto acerca de la sopa de pollo
-Es curioso, ¿No? ¡Qué grandioso y suculento manjar que invade mi paladar! ¿Cómo ha conseguido elaborar estos gustosos sabores?
Orgulloso de mi chef le respondí
-Gracias, el honor es del chef. Tiene mucha experiencia en el arte de la cocina. Llegó sin una moneda de oro a este lugar y como buen aristócrata que soy le di un puesto digno en mi suite.
Alguien irrumpió en la sala, dispuesto a acabar con la paz que inundaba ese momento. Se dejó ver y susurró:
-Me llamo Miguel, tengo que aclarar unos ajustes contigo
-Mmm, esto no es bueno
Acepté el duelo con suma gallardía
-Está bien, pero te aviso: ¡No hay escapatoria!
Nobleza I
Bienvenidos seáis a la segunda parte de mi majestuosa epopeya. Ahora, plebeyos, llenaros de épica.
Mi narración concluyó con la arribada de Miguel, un descortés pirata el cual tuve que tirar por la borda de mi elegante embarcación de camino a Francia. Pensé que en ese instante habría perecido, mas no fue así.
Miguel se aproximó ante mi detallado traje y me amenazó mediante sus espadas. En efecto, quísome retar a un duelo. Recogí mi estoque y ahí empezó nuestra disputa. Miguel el cobarde llevaba ventaja al empuñar dos punzantes artilugios, pero mi persona pudo contra ese acto de cobardía, mas fue harto complicado. Él atacóme con sus sucias tretas mas no pudo lograr oportunidad contra mi sofisticado estilo con el estoque francés. Decidí concluir la confrontación con una triple acometida alta. Miguel se arrodilló ante mi grácil postura repleto de sangre y desarmado. Los guardias de mi mansión, Necrid y Astaroth, acudieron raudos hacia la pusilánime personificación y lo enviaron a las mazmorras. Guardé el estoque y me dirigí con aplomo frente a mis invitados llenos de propiedad, que aplaudieron al sentarme en mi prestigioso asiento. Me tenía que excusar de algún modo con ellos así que articulé unas pronuncias dignas de mi ser:
-Lamento los desvelos que causado os haya mas tuve que batirme en duelo con ese rufián.
Los comensales acabaron de disfrutar los condimentos disponibles en tabla. Acabada la cena una orquesta compareció. El concierto fue harto cualificado cuan nobles fueron mis antepasados. Finalizado el magno concierto, todos fuéronse. Disfruté mucho de la velada lo cual causome que pueda acudir a otra gran cita con personalidades nobles como las que acabé de despedir. Una semana después partí hacia Grecia, a asisitir a la fiesta de las hermanas Cassandra y Sophitia. Fui tranquilo ya que dejé a Miguel con Necrid vigilando las mazmorras y todos mis guardias y criadas se quedaron cuidando de Amy. Hasta el próximo episodio.
Nobleza II
Saludos, mis considerados lectores. Me he cercionado de que en el mundo real una nueva consola ha salido a luz, creo que se apodaba “Nintendo trois de es”. No entiendo nada de tales artefactos avanzados, pero aún así espero tener cierta presencia en esa consola.
Volviendo a mi relato, dejé el argumento en el momento en el que triunfé ante la vergonzosa presencia que prentendió inundar mi paz y la de todos los invitados a mi castillo. Hablo de Miguel. Antes de dirigirme hacia Grecia para acudir a la gloriosa cita de las hermanas Cassandra y Sophitia fui al calabozo donde estaba encerrado para dedicarle unas palabras de despedida. A lo que me respondió:
-Voy a escribir un libro, te voy a dar a tí todas las riquezas que ese libro produzca a cambio de que me dejes salir – Sugirió
-Mmm, difícil elección, me dejas en duda, mas una segunda mansión no vendría nada mal, Amy necesita una estancia en condiciones para cuando sea mayor. De acuerdo, pero si por un casual carece de éxito sigues quedándote.
-Bien, buen viaje – Balbuceó
En cuanto giré les dije a Astaroth y Necrid:
-Ojo avizor con Miguel
Tal fue mi sorpresa que antes de que diera tal orden ya obedecieron cuan fiel can obedece a su amo. Finalmente me despedí de Amy, la cual vigilaban todos mis sirvientes. Ella pasó a asumir el control total de la mansión, pudiendo articular cualquier orden hacia ellos, mas tuve confianza en su juicio.
Me aferré en mi noble montura y me dirigí hacia tierras desconocidas para mí, mas mi sublime orientación fue herramienta suficiente como para llegar a buen puerto. Fue una travesía duradera de unos diez días no obstante fue fructuosa. Cassandra aguardaba en la entrada de su acogedora vivienda en Atenas a todos los invitados que acudieron. Me recibió con gran propiedad marca de la región en la que me encontraba. En ese momento pude admirar a la mayor belleza jamás contemplada por mis luceros en vida y al entrar en la admirable construcción pude coincidir con todos los entes que transitaban. Mi sorpresa fue grata cuando en el centro de una sala en la que entré tras ardua investigación pude contemplar un fulgurante objeto. Una chica de cabellera rubia me sorprendió por detrás.
-¿Es bonito, a que sí? Es nuestro orgullo, uno de los cristales que mantienen con vida este mundo. Hay uno en cada país, ¿sabes?
-Efectivamente. Me lo relataron cuando era un niño, sin embargo nunca he tenido la fortuna de ver uno.
-Pues ahí lo tienes. Por cierto, ¿cuál es tu nombre?
-Raphael Sorel, un noble destacado de Rouen, Imperio Francés. ¿Qué hay de ti?
-Yo soy Sophitia Alexandra, no poseo ninguna distinción pero eso no impide que pueda actuar como si la tuviera. ¿Qué tal si vamos a tomar alguna cosa?
-Acepto con suma cortesía su petición, elegante dama.
En efecto, los dos consumimos vino riojano, uno de los vinos con más clase que pueblan este mundo. Bebimos hasta embriagarnos y Sophitia me invitó a pasar una noche en su morada. En la madrugada un estruendo despertóme. Una chica que parecía estar loca llevó el caos a Atenas. La ciudad sucumbía en llamas y parecía que fuera el fin del mundo. Desperté a Sophitia. Se asustó al ver tal calamidad y lo primero que hizo fue abrazarme con fuerza. Yo también la abracé. Ninguno de los dos nos quisimos soltar hasta que me di cuenta de que las lágrimas de Sophitia caían sobre mi traje. La solté. Furioso de la situación en la cual estaba el pueblo, fui a batirme en duelo contra la putrefacta criatura que se atrevió a hacer daño a tal magno puelo. Mis pies corrieron hacia el intenso fuego. La chica se dejó ver.
-¡Holaaaaa! Mira esto, es divertido, ¿a que sí?
-¿Cuál es tu nombre, insensato engendo?
-¿Engendro yo? Te equivocas. Me llamo Tira. Busco el cristal de esta región. No lo habrás visto, ¿verdad?
-Si lo quieres, tendrás que pasar por encima de mi cadáver.
Ahí empezó una lucha sobrecogedora, mas no fue satisfactoria. Tira no fue un rival complicado para mi estoque. Ella poseía una especie de anillo gigante afilado minuciosamente no obstante no fue un estorbo para mí. Acabé con ella en cuestión de segundos. A tal engendro no le dejé vivir a causa de hacer llorar a Sophitia así que en cuanto pude desarmarla cayó al suelo. No pidió clemencia, más bien lo contrario.
-¡Si me das muerte Nightmare te castigará! JAJAJAJAJAJA
Sin pensármelo dos veces le clavé el estoque en el pecho y murió.
La situación al final acabó bien. Todos los vecinos ayudaron en la extinción del fuego, yo no fui menos. Al fuego no le dio tiempo a provocar grandes destrozos, así que todo quedó reconstruído en pocas jornadas. En la mañana después de que todo se hubiera arreglado me despertó Cassandra.
-Señor Sorel, acompáñame hacia la sala del cristal – Pidió alegremente
-Como desees – Acepté
Nobleza III [25-6-10]