Por fortuna para Niko, la puerta que comunicaba con la otra habitación no estaba cerrada, así que el Plan B no sería necesario. Llevándose consigo el cuaderno de la pequeña Mili, atravesó la puerta e inmediatamente la cerró de un portazo. Ya que en la cerradura también vio una llave bien encajada, no tuvo impedimento alguno en asegurarse de que sus perseguidores no lo tuviesen tan fácil para pasar, echando el pestillo.
Se dio la vuelta y comprobó que aquella habitación no resultaba ser tan simplona como la anterior. Prefería el color azul, pero debía reconocer que los tonos rojos de los muebles y cortinas le daban cierto encanto. Hasta tenía una cama doble y todo.
Momentos después, escuchó unas voces que provenían del exterior. Al asomarse, corroboró que esta vez no se trataba de una grabadora. Su vecino, Paco y otra persona que no llegó a vislumbrar desde la posición en la que se encontraba estaban teniendo una conversación.
―
Mi señor… Le he traído otro incauto más… Os pido de nuevo que perdonéis mi vida… Seré leal, lo juro…―
Bien hecho… Me has servido bien. He podido aumentar mi ejército de sincorazón y seguir sembrando el caos en este custodiado mundo gracias a ti. Mereces el perdón y conservar tu patética vida humana.—
¿Otro incauto? —murmuró el joven—.
Oh…Niko se dio un par de golpecitos en la sien. Todo este tiempo no estaba ahí para espiar una conversación entre el alcalde y el guerrero del antiguo vergel que nunca se llegaría a dar ¿Pero quien iba a pensar que el soso de su vecino habría hecho un pacto con su nuevo “señor” para ofrecerle gente inocente y convertirla en monstruos devora corazones?
―
El señor es misericordioso… Os he obsequiado con la pareja, el anciano, la niña y el muchacho nuevo…
<
¿La niña?>
Niko se temió lo peor y bajó la mirada al cuaderno que aun sostenía. Consternado, cerró los ojos y se llevó el cuaderno a la frente. No era propenso a maldecir, pero esperaba que aquel cobarde recibiese su merecido por involucrar a una inocente chiquilla en todo esto.
A parte de la pequeña y él, escuchó mencionar a otras tres personas. Viró la cabeza hacia el otro cuarto y se imaginó el origen de los cuatro sincorazón que habían intentado arrancarle el corazón.
―
… Y ya no queda nadie más que se fíe de ti y te abra la puerta. Por lo tanto, no me serás más de utilidad. Mereces el perdón… ¡pero no tengo por qué dártelo! ―
¡Mi señor… Rubicante!Al parecer, Paco iba a recibir su castigo más pronto de lo esperado. A la orden de la misteriosa figura que lo había estado manipulando, cuatro sincorazón atacaron al indefenso tipo. Se escucharon gritos de dolor durante unos instantes, para luego dar paso a una brillante figura con forma de corazón que se perdió en el nublado cielo.
El tal Rubicante recompensó a su sicario alistándolo en el ejército de sincorazón que pretendía crear. Lo que había hecho aquel hombre se podría considerar rastrero y vil pero, nadie merecía un destino tan nefasto.
Y en el momento más oportuno, se empezaron a escuchar golpes en la puerta que daba al pasillo junto a otra misteriosa voz que traía un mensaje ya conocido para Nikolai.
―Déjame entrar.Era una broma, ¿verdad? Las dos veces que había abierto la puerta por culpa de esa frase habían traído consecuencias no muy agradables. La experiencia le indicaba que abrir la puerta podía jugarle una mala pasada. Claro que, salir de allí por el balcón no era la idea más apropiada teniendo en cuenta que ahí fuera se encontraba un asesino.
No le iba a dar el gustazo al hombre conocido como Rubicante de convertirlo en un monstruo ¿Qué más daba volver a ignorar rotundamente la dichosa circular? Lo peor que podía pasarle era que se encontrase de lleno una panda de sincorazón hambrientos… u otra grabadora del demonio.
Estaba decidido, se mantuvo a una distancia prudencial de la puerta y extendió el brazo para abrirlo.
—
De perdidos al río… —pronunció Niko—.
Supongo que es lo que se dice en estos casos.Acabo de acordarme de acordarme de que, en Kingdom Hearts, al "clón" de Paco lo convierten en sincorazón xDD