[Ciudad de Halloween] Fotos de Pesadilla

Prólogo de Mirellä Bones

Si ya has creado tu ficha, pásate por aquí para escribir la primera página de ese gran libro que va a ser tu vida. O échale un vistazo a los amigos y rivales con los que te encontrarás en un futuro.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Ciudad de Halloween] Fotos de Pesadilla

Notapor Drazham » Lun Abr 06, 2015 12:28 pm

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Libertad, dulce libertad.

Hace ya un par de días que la joven Mirellä Bones tomó la drástica decisión de abandonar la prisión en la que se había convertido su hogar y aventurarse en las oscuras y tétricas callejuelas de Ciudad de Halloween. Durante once largos años, estuvo bajo el cuidado de su madre adoptiva, Eloise Tristan, acogiéndola al quedarse huérfana con tan solo cinco años.

Desgraciadamente, no fueron años muy felices para la vampiresa debido a la crueldad y los maltratos que recibió por parte de Eloise, siendo la gota que colmó el vaso el enclaustramiento que le impuso hasta que no cumpliese la mayoría de edad.

Pero todo eso se terminó. Su mundo ya no se reducía a las paredes que conformaban su antiguo hogar. ¡Tenía toda una ciudad en la que comenzar una nueva vida!

Aunque… ¿Por dónde empezar? Ciudad de Halloween tenía mucho que ofrecerle, pero antes no estaría mal solucionar el problemilla del sustento. Nadie dijo que independizarse fuese una tarea fácil.

Sin embargo, aquella noche que deambulaba sin rumbo alguno por un callejón…

¡Mademouselle, Mademoiselle!

Mirellä escuchó aquella voz vivaracha a sus espaldas, pero cuando quiso darse la vuelta para comprobar quien la estaba llamando, un destello de luz repentino la sorprendió, dejándola casi ciega. Cuando la muchacha recuperó la vista, se topó delante de sus narices con un esqueleto vestido de azul y rojo, con una boina en la base de su cráneo, y un lustroso mostacho. No obstante, lo que le llamaría la atención de aquel individuo era la vieja cámara de fotos que sostenía con sus huesudas manos.

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¡Mademouselle, es perfecta! —El esqueleto se colgó la banda de la cámara en el cuello y juntó sus dedos índices y pulgares para formar un rectángulo, encuadrando a Mirellä desde su punto de vista—. Llevo buscando toda la noche a una jovencita como usted.

Una vez que terminó de tomar planos de la chica, el tipejo se aclaró la garganta y se llevó la mano al pecho con orgullo.

Permítame que me presente: Pierre Péroné, fotógrafo de la revista Sustos y Glamour —le comunicó—. Estaba buscando a una modelo para una sesión fotográfica que publicaríamos en el siguiente número, y usted encaja a la perfección para el puesto, mademouselle.

>>¿Estaría interesada? Le pagaríamos un buen pellizco, se lo garantizo.

Sonaba bien, ¿verdad? Aquella oferta le había caído del cielo y podría ponerle fin a sus problemas financieros. Aceptarla o no, era decisión suya.

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¡Bienvenida de nuevo! Un servidor será el encargado de llevar tu segundo prólogo. Intentaré actualizar de forma periódica para que tu reincorporación sea lo más rápida posible.

Recuerda que si tienes cualquier duda, puedes comunicármelo por MP.

Y con esto dicho, demos comienzo al show~
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Re: [Ciudad de Halloween] Fotos de Pesadilla

Notapor Kailee » Lun Abr 06, 2015 5:21 pm

Me iré de aquí...

Nadie me echará de menos.

E-esta casa es un infierno... Apesta a basura.

Apesta a Eloise Tristan.

Aquellas fueron sus últimas palabras antes de salir de aquella casa. Mirellä se las arregló para idear un plan en el que pudiese salir con su murciélago de casa sin que su "madre" apareciese por unas cuantas horas. Las puertas estaban cerradas con llave y las ventanas tenían echado el cerrojo. Era prácticamente salir de ese lugar. Bueno, prácticamente imposible si no tienes la fuerza de una dampira. La joven había subido a su cuarto en el ático y el cristal de la única ventana de la sala quedó hecho trizas. Ella saltó por la ventana, teniendo un fuerte impacto que no le hizo demasiado daño. A partir de ahí, Mirellä comenzó su nueva vida independiente. Aunque no salió como esperaba.

Llevaba varios días vagando por las calles de la Ciudad de Halloween, procurando que los vecinos no hablasen demasiado de ella. ¿Y si lo hacían? ¿Eloise se enteraría? Tampoco importaría demasiado. Según Eloise, ella no era ninguna bruja. Tan solo le gustaba leer libros de magia. ¿Para qué? Supuestamente ella "no los comprendía". Era absurdo pensarlo, pero de todas formas, Eloise no podría con la dampira. Eloise no era una bruja. No lo era, ¿no?

Esa noche la dampira estaba bastante cansada. Hacía mucho que no comía. Y sus gustos hacia la comida eran bastante... Especiales. Solo bebía sangre de cualquier animal mamífero y comer lo que se dice comer solo comía alimentos que estuviesen hechos con trigo. Es una dieta bastante extrañas, pero sus gustos eran así. Odiaba la sangre humana y cualquier alimento que no estuviese hecho con trigo. ¿Qué iba a hacer? No tenía dinero y estaba cansada. La desesperación se apoderaba de su ser.

Mirellä empezó a deambular por un callejón oscuro en medio de la noche. Estaba tan cansada que podría dormirse ahí mismo. Pero entonces la solución a sus problemas estaba envuelta en una voz con acento francés que le exclamó.


¡Mademouselle, Mademoiselle!

¿Q-qué...? — Murmuró la joven con una voz tenebrosa antes de darse la vuelta.

Justo cuando se giró para ver al propietario de la voz, una luz blanca cegadora le afectó en los ojos, cegándola unos cuantos segundos mientras se frotaba los ojos con las manos.

M-mis ojos... —Musitó triste mientras se frotaba los ojos. Luego pudo verlo todo con mejor claridad. Era un... esquelto. Tenía unas pintas raras. Se veía bastante mal para el gusto de la chica. Pero bueno, qué iba a decir ella.

¡Mademouselle, es perfecta! —Dijo formando con sus dedos una especie de cuadrado en el que capturar a Mirellä. — Llevo buscando toda la noche a una jovencita como usted.

¿A ella? ¿Para qué quería buscar a una chica como ella? La expresión de Mirellä era de espanto. Ese esqueleto la había dejado media ciega por unos segundos, ¿y ahora dice que busca a una joven como ella? ¿Con qué propósito? Mirellä no es que fuera muy útil en algo que no fuese asustar.

¿Una chica como yo...? ¿Se refiere a una chica deprimente...? —Preguntó soltando luego una risita siniestra. Solo ella entendía sus bromas.

Permítame que me presente: Pierre Péroné, fotógrafo de la revista Sustos y Glamour¿Péroné? ¿En serio...? Pensó —. Estaba buscando a una modelo para una sesión fotográfica que publicaríamos en el siguiente número, y usted encaja a la perfección para el puesto, mademouselle.

¡Mirellä una modelo! ¡Ella iba a ser modelo! Espera... ¿Eso estaba bien? ¿Una chica con un aura tan ... siniestra estaría bien? ¡Claro que sí! ¡Estaban en Ciudad de Halloween! No podía creerlo, estaba tan eufórica y feliz que no se lo podía creer. Porque con estas cosas pagan, ¿no? Y para Mirellä el dinero es la base de la felicidad. Porque no le queda otra cosa.

¿Yo...? ¿Para salir en una revista...? Bueno... N-no sabía que se llevaba ahora el rollo triste.. —Comentó procurando sacar su mejor sonrisa. —B-bueno, tendría que pensármelo... — Y entonces, escuchó la parte importánte del trato.

>>¿Estaría interesada? Le pagaríamos un buen pellizco, se lo garantizo.

Sin pensárselo dos veces, aceptó.

¿He oído bien?— Preguntó sonriendo, la primera sonrisa vista en mucho tiempo. —C-cuente conmigo.— Y le ofreció la mano para estrecharla.

¿En que se había metido la chica? ¿Sería buena decisión? ¿Mala? Pronto lo averiguará.
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Re: [Ciudad de Halloween] Fotos de Pesadilla

Notapor Drazham » Lun Abr 06, 2015 8:41 pm

El esquelético tipejo esbozó una amplia sonrisa al escuchar la respuesta de Mirellä y le estrechó la mano.

No se arrepentirá, Mademouselle, se lo garantizo —afirmó—. Sígame, conozco el lugar idóneo para comenzar la sesión de fotos.

Pierre inició el camino y le indicó a la joven que le siguiese con una pomposa reverencia. Tras caminar un buen trecho, Mirellä notaría que abandonaron los lúgubres callejones por los que había estado vagabundeando días atrás, cambiando por unos distritos más animados y con toda clase de extravagantes criaturas por todos lados.

Así pues, la dampira y el fotógrafo acabaron llegando a la zona más famosa y concurrida de toda Ciudad de Halloween: la Plaza de la Guillotina. Los monstruosos ciudadanos trabajan sin cesar en los preparativos para la gran fiesta de Halloween que se celebraba cada año, siguiendo las órdenes que vociferaba con furor un hombrecillo con sombrero de copa que se valía de un megáfono para hacerse escuchar.

Veamos… —Pierre barrió con la mirada todos los rincones de la plaza, analizándolos exhaustivamente—. ¡Ajá! Es justo lo que necesitaba.

Sus “no ojos” (al igual que su huesudo dedo índice) se clavaron nada menos que en la guillotina que daba nombre a la plaza.

Verá, mademouselle, queremos mostrarles a nuestros lectores una selección de fotografías con los lugares e iconos más emblemáticos de nuestra ciudad, y como comprenderá, la guillotina no podía faltar en nuestro repertorio —explicó con elocuencia—. En este caso, su tarea como modelo es más sencilla de lo que cree.

>>Lo único que tiene que hacer… es meter la cabeza en el cepo y mostrarme su mejor sonrisa.

Se lo podía decir más alto, pero no más claro. Si Mirellä se fijaba en el peculiar instrumento de ejecución del que dependía para ganarse su sueldo, comprobaría que se encontraba en perfectas condiciones debido a los continuos cuidados al tratarse de un monumento de la ciudad. Claro que si la estructura de madera se encontraba en buen estado, sería obvio que la enorme cuchilla de acero; capaz de decapitar a cualquiera de un solo tajo, también lo estuviese.

Tendría que decidir cuanto antes si “posar” o no, ya que Pierre estaba esperando, ansioso y con la cámara preparada para disparar en cualquier momento.

Además, seguro que esos trastos llevaban incorporados mecanismos de seguridad, ¿verdad?
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Re: [Ciudad de Halloween] Fotos de Pesadilla

Notapor Kailee » Lun Abr 06, 2015 9:30 pm

Mirellä estaba contenta.

A pesar de su triste y siniestro rostro, estaba sonriendo. ¡Pocas veces se la veía así! Incluso cuando su madre le traía deliciosos animales vivos para alimentarse de su sangre, ella mostraba una actitud serena y bastante apagada. En esta situación era diferente. Estaba feliz porque algo podría dársele bien. ¡Y por si fuera poco le pagaban!

Empezaron a caminar los dos. Mirellä iba algo distraída, pensando en la de cosas que podría hacer con el dinero que ganase con esta revista. Su murciélago (el cual también era albino), se posó en su hombro. Ella sonrió, y cuando quiso darse cuenta, estaban llegando a La Plaza de la Guillotina, la cual conocía perfectamente.

E-esta es la plaza de mi infancia...— Pensó. —Recuerdo que solía jugar aquí... Yo sola.—Siguió pensando mientras miraba cada detalle de la plaza con cierta sonrisa extraña. Era melancólica, pues ella no tuvo amigos con quien compartir recuerdos de este lugar. Ella siempre estuvo totalmente sola.

Veamos…Para qué necesita un megáfono...—Pensó viéndolo señalar la gauillotina. — ¡Ajá! Es justo lo que necesitaba.

¿Y para qué necesita una guillotina...? —Se preguntó ella misma mirando la guillotina con cierta cara de horror al visualizar cada detalle. Fuf, eso sin duda tenía que doler.

Ladeó la mirada y luego se acercó un poco a la guillotina, escuchando con atención al esqueleto con el irritante acento Francés.

Verá, mademouselle, queremos mostrarles a nuestros lectores una selección de fotografías con los lugares e iconos más emblemáticos de nuestra ciudad, y como comprenderá, la guillotina no podía faltar en nuestro repertorio —Explicó—. En este caso, su tarea como modelo es más sencilla de lo que cree.

S-sacarme una foto cerca de la guillotina. ¿No es así, Péroné?—Preguntó soltando una corta carcajada al pronunciar el apellido del fotógrafo.

>>Lo único que tiene que hacer… es meter la cabeza en el cepo y mostrarme su mejor sonrisa.

¿Había escuchado bien...? ¡Meter la cabeza en la guillotina! Esa era una indirecta MUY gorda de que quería asesinarla o algo parecido. Mirellä podría ser decaída y parecer que estaba un poco ''empanada'', pero no era tonta. No iba a arriesgar su vida por unos cuantos platines que sin duda podría ganar en algún otro momento... ¿No es así?

¿Qué...?—Intentó exclamar, pero su voz salía demasiado floja como para parecer cabreada. Tomó aire y lo intentó de nuevo. —¿¡Está usted loco?! ¿¡C-cómo demonios cree que voy a meter mi valiosa cabeza de dampira en la guillotina?! ¿¡Y si esa cosa me la corta?!—Exclamó enfadada, ahora sí que se le notaba. Sus ojos se veían de un rojo más intenso, y sus colmillos estaban afiladísimos. Aunque era inútil pensar en clavarle los colmillos a un esqueleto.

Espera...

Mirellä lo vio claro. Quizás estaba equivocada, era lo más probable, pero... ¿¡Y si el Péroné ese era un sicario de su madre o algo parecido!? N-no puede ser, ¿no? Eloise era mala, pero... ¿Tanto como para matarla? ¿Qué ganaría haciendo eso...?

¿¡Te ha contratado una tal Eloise Tristan?! ¿¡Quieres acabar con mi vida?! ¿¡Es eso?! —Exclamó una vez más, apretando el puño porque de verdad no entendía esa tontería de la guillotina. Se estaba poniendo muy a la defensiva.

Y todo ese numerito que había montado delante de todos, solo significaba una cosa. Rechazaba el meterse en la guillotina. ¡Ella no aceptó este trabajo pensando jugar su vida, hombre! Ese esqueleto era alguien muy sospechoso, sin duda alguna.
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Re: [Ciudad de Halloween] Fotos de Pesadilla

Notapor Drazham » Mar Abr 07, 2015 1:06 am

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Antes de nada, querría comentarte un detalle que repites mucho a la hora de expresar los pensamientos de Mirellä, como en los siguientes ejemplos que te pongo a continuación:

E-esta es la plaza de mi infancia...— Pensó. —Recuerdo que solía jugar aquí... Yo sola.—Siguió pensando mientras miraba cada detalle de la plaza con cierta sonrisa extraña.

Veamos…Para qué necesita un megáfono...—Pensó viéndolo señalar la gauillotina. — ¡Ajá! Es justo lo que necesitaba.

Cuando trates de expresar los pensamientos de tu personaje, procura no usar el guion de diálogos. No sería correcto, ya que en ese momento no estás hablando. Para ello, puedes hacerlo de la siguiente manera:

<E-esta es la plaza de mi infancia...>, pensó. <Recuerdo que solía jugar aquí... Yo sola.>, siguió pensando mientras miraba cada detalle de la plaza con cierta sonrisa extraña.

Y en el caso de que quisieses introducir un pensamiento dentro de un diálogo, sería tal que así:

Veamos… —<Para qué necesita un megáfono...>, pensó viéndolo señalar la gauillotina. — ¡Ajá! Es justo lo que necesitaba.


Mirellä, no faltándole razones para cabrearse, acabó mostrando su más absoluto rechazo por la idea de que metiese la cabeza en un artefacto equipado con una cuchilla diseñada para seccionar. Fue tal el enfado que no dudo en acusar a Pierre de que estuviese compinchado de alguna manera con su madrastra.

¿Eloise… Tristan…? —Tras recitar aquel nombre en voz baja, Pierre mostró una expresión de asombro, llevándose la mano a la boca —. ¡Ooohhh! ¡Esa es la pastelera que hace unas galletitas de arañas que están de muerte! La de la panadería que está un par de calles más abajo —puntualizó, pero segundos más tarde, una mueca de duda apareció en su cara—. Espera… ¿no era ella?

Pierre se rascó la sien, dubitativo. Estaba tan enfrascado en su mar de pensamientos que pasó por alto las acusaciones de la chupasangre. Por lo menos, las de que fuese un sicario contratado por Eloise.

Y, mademouselle, no pensará que un humilde trabajador como yo esté interesado en acabar con su vida. —Soltó una risita—. Como fotógrafo de prestigio que soy, jamás permitiría que la vida de una de mis modelos peligra…

El esqueleto se vio interrumpido en cuanto un gato negro le pasó por las piernas cual centella. El por qué el animal corría a toda velocidad se debía a su persecutor, que no tardó en aparecer mientras pegaba ladridos: un bull terrier zombie con la piel semidescompuesta y la mandíbula inferior desencajada.

El felino, en un intento de zafarse del perro, corrió en dirección a la guillotina y saltó por encima del cepo. En cambio, el can no resultaba ser tan ágil e intentó seguirle a través del agujero del cepo, pero en cuanto se introdujo en él, se encontró con el infortunio de que era demasiado grande para pasar, quedándose atorado.

El pobre animal comenzó a patalear, sin obtener resultado alguno. Sus continuas sacudidas no consiguieron sacarle del lío en el que se había metido… pero si agravar su situación aún más. De lo que nadie se daría cuenta, era de que con cada golpeteo, la hoja de acero que descansaba arriba de la guillotina se iba soltando poco a poco, hasta que al final…

¡Tatch!

Se hizo el silencio. Pierre observó anonadado como las dos mitades del terrier se desplomaron en el suelo.

Sin embargo, el silencio duró poco en cuanto la mitad superior del animal se puso a ladrar. ¡Pues claro que no estaba muerto! Como zombie que era, daba igual que lo desmembrasen o lo partiesen por la mitad. La parte superior del perro se incorporó como pudo con sus dos únicas patas y se fue tan pancha de allí, siguiéndola de cerca sus cuartos traseros.

Bueno… ahora que lo pienso, la gente ya debe de tener muy vista la Plaza de la Guillotina —alegó, llevándose la mano al mentón—. Sería más interesante mostrarle a nuestros lectores otras maravillas de la ciudad que no fuesen tan conocidas, como… ¡Oh, mon dieu! ¡Pues claro! —Chasqueó los dedos, produciendo un sonido más seco de lo normal al ser todo huesos—. Mademouselle, conozco el lugar ideal para sacar las últimas fotos que me hacen falta para el reportaje. Y le puedo garantizar que es totalmente seguro.

>>Al fin y al cabo, si a nuestra modelo le pasase algo —se encogió de hombros—, ¿a quién le pagaríamos los cincuenta mil platines?
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Re: [Ciudad de Halloween] Fotos de Pesadilla

Notapor Kailee » Sab Abr 11, 2015 8:05 pm

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¡De acuerdo! Siento la tardanza y también los fallos. >.< Quizás el post está algo cutre, pero estoy super estresada con el insti y la familia. T.T



Se cruzó de brazos mientras escuchaba al esquelético hombre hablar. ¡Maldita sea! ¿A quién se le ocurre pagar por unas fotos en una guillotina que podría cortarle la cabeza? No tenía sentido. Mirellä no le encontraba el sentido, al menos. Pero bueno, si pagaban bien, y no la ponen en una situación en la que peligre su vida, todo estaría bien. ¿No? Esa era la idea.

¿Eloise… Tristan…? —Mirellä asintió al escuchar el nombre —. ¡Ooohhh! ¡Esa es la pastelera que hace unas galletitas de arañas que están de muerte! La de la panadería que está un par de calles más abajo —Y Mirellä negó varias veces confundida al escuchar lo de aquella pastelería. —Espera… ¿no era ella?

No, no...—Negó intentando relajarse un poco. Se frotó la cabeza e intentó disculparse, porque quizás era un poco precipitado pensar aquello. Pero no le salían las palabras.

Y, mademouselle, no pensará que un humilde trabajador como yo esté interesado en acabar con su vida.<Claro, porque lo de la guillotina no se ve nada sospechoso...>, le dedicó una mala mirada.—Como fotógrafo de prestigio que soy, jamás permitiría que la vida de una de mis modelos peligra…

En ese momento el murciélago albino de Mirellä empezó a volar bastante nervioso por el lugar. Pasaba algo. Un gato y un perro, (bastante feo para el gusto de Mirellä este último, aunque el ser zombie le daba puntos), estaban corriendo como locos por el lugar, iban tan rápido como un rayo.

Se estaban acercando bastante a la guillotina, lo cual era la ocasión perfecta de comprobar si la guillotina funcionaba o no. Si era peligrosa o no. Una vez el gato pasó la guillotina, Mirellä suspiró. Estaba tranquiliza porque la guillotina no lo había cortado en dos como sospechaba. Pero esa felicidad duró poco tiempo. El perrito se había quedado atrapado en la guillotina, o al menos era más lento que el gato y estaba intentando pasar. Pero cuando menos se lo esperaba...

¡Tatch!


Mirellä cerró los ojos, pegando un grito mientras se pegaba su murciélago en el pecho. El perrito estaba partido en dos.. Aunque bueno, era un zombie. Qué más daba. Se volvió a juntar y como si no hubiese pasado nada. La albina miró bastante cabreada al esqueleto, colocando sus brazos en jarra.

¿Eso era lo que usted pretendía hacer con mi cabeza? Le recuerdo que soy una DAMPIRA, no un zombie.—Frunció su ceño apretando el puño. Seguramente acabase renunciando al trabajo.

Bueno… ahora que lo pienso, la gente ya debe de tener muy vista la Plaza de la Guillotina<Claro, evitar el tema es la solución.>—. Sería más interesante mostrarle a nuestros lectores otras maravillas de la ciudad que no fuesen tan conocidas, como… ¡Oh, mon dieu! ¡Pues claro! Mademouselle, conozco el lugar ideal para sacar las últimas fotos que me hacen falta para el reportaje. Y le puedo garantizar que es totalmente seguro.

>>Al fin y al cabo, si a nuestra modelo le pasase algo <Lo más probable.> pensó mientras fruncía el ceño nuevamente—, ¿a quién le pagaríamos los cincuenta mil platines?

...

¿Cincuenta mil platines...? ¡Eso no lo ganaría en su vida! ¡Era demasiado dinero! ¡Era un dineral! <¿Todo ese dinero para mí sola...?> Se preguntó, volviéndole la ilusión del maldito trabajo. Aceptaría de nuevo, siempre y cuando su vida no peligrase.

Bueno, de acuerdo. Siempre y cuando no me pase nada. Si no, me tendrás que pagar por los daños causados. ¿No? Ha..ha..—Y de nuevo con esa risilla absurda riéndose de sus propios ''chistes''.

En resumen, siempre y cuando su vida no esté en peligro, seguirá con hacer este trabajo. ¡Cincuenta mil platines no se consiguen todos los días!
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Re: [Ciudad de Halloween] Fotos de Pesadilla

Notapor Drazham » Dom Abr 12, 2015 5:12 pm

¡Pues no se hable más, Mademouselle! —canturreó Pierre, alzando el falange índice—. Vayamos pues al siguiente punto de la sesión de fotos. Seguro que los encontramos por allí.

El alegre esqueleto echó a andar a paso ligero, sin siquiera darle la oportunidad a Mirellä de preguntar acerca de lo que estaban buscando, y más le valía a la chica acelerar la marcha si no quería quedarse rezagada.

El lugar en cuestión al que la condujo Pierre no quedaba muy lejos de la Plaza de la Guillotina: el cementerio, otra zona de la ciudad bastante conocida. En cuanto Mirellä atravesase la verja que separaba el lugar de la plaza, se encontraría con un paraje neblinoso, cubierto de tumbas de todos los tamaños y formas, y siendo el único sonido perceptible el graznar de los cuervos. Ideal para dar un tranquilo paseo y olvidarte por unos minutos de la ajetreada vida en las calles.

Una lástima que no hubiese ido al cementerio para desconectar. La extraña pareja formada por la dampira y el huesudo fotógrafo se adentró en la niebla, resultando más densa de lo que solía ser la mayoría de los días. Mirellä tuvo que andarse con ojo, ya que la escasa visibilidad que había casi provocó que se tropezase con alguna lápida o se diese de morros contra un árbol.

Finalmente, Pierre se detuvo en seco y dio un respingo. Emocionado, llamó a la chica con el brazo para que se acercase.

¡Tres bien! Sabía que andarían por aquí.

Si Mirellä seguía con la mirada al lugar en el que estaba señalando el esqueleto, distinguiría dos figuras borrosas que la niebla no dejaba ver con claridad. Una vez se acercaron lo suficiente, la bruma ya no fue un problema para vislumbrarlos perfectamente.

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Se trataban de dos criaturas de largas y delgadas extremidades, asemejándose a unas momias por los vendajes que les cubrían, y con unos fulgurantes ojos amarillos. Ambas se balanceaban de un lado a otro sin moverse del sitio, con la mirada perdida, y sin prestarles atención alguna a Mirellä o a Pierre. Daba la sensación de que ni se habían inmutado de su presencia.

Mademouselle, ¿ha oído hablar de estas criaturas? —le preguntó el fotógrafo—. Cuentan que un día, sin previo aviso, llegaron a la ciudad y comenzaron a desperdigarse por todos lados. Se han convertido en todo un misterio.

Tal vez el enclaustramiento de Mirellä no le permitió saber más del tema, pero sí que era cierto que corrían rumores sobre la aparición de unos seres de ojos amarillentos, como los que tenía justo en frente, en Ciudad de Halloween. Nadie sabía de donde habían salido o que es lo que querían, ya que lo único que hacían era pulular por las calles sin rumbo fijo hasta que se plantaban en algún lugar, ignorando a cualquiera que se cruzase con ellos, y luego se esfumaban.

Eran, técnicamente, inofensivas. En eso había tenido razón Pierre en cuanto le informó del sitio al que iban.

Y cómo no, Mademouselle, sería una gran idea mostrarles a nuestros lectores un reportaje fotográfico en el que figurasen tan enigmáticos entes —declaró, gozoso—. Por lo que a nuestra modelo no le importará situarse entre nuestros “invitados de honor” y posar para unas cuantas fotos, ¿verdad?
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