[La Red] Un lugar por el que obsesionarse

Trama de Light, Ban Oswald, Ragun y Aleyn

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Ronda #10 - Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Soul Artist » Lun Jul 21, 2014 7:34 pm

Ragun

De poco le valieron las excusas a Clu. Negó con la cabeza, tranquilo, y contestó a la pregunta de Ragun extendiendo sus brazos hacia él:

Tus Maestros serán acogidos con los brazos abiertos, joven. No te preocupes por la falta de voluntad con controlarlos: MPD se encargará de ello.

Se acercó al muchacho y le tendió la mano, esperando a que se la tomara para agarrársela con fuerza. Después del firme apretón se apartó de Ragun y se dirigió hacia la ventana de cara al exterior, dándole la espalda al aprendiz de Bastión Hueco.

Entonces es oficial. ―dictó el hombre, cerrando el trato de forma definitiva―. Nuestros mundos tienen una alianza.

Y por un momento, el mundo pareció oscurecerse más a ojos de Ragun.

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Aquí termina la Trama para Sombra. Sólo volverá a participar para la última ronda. Esto, por supuesto, no descuenta PX.


* * *

Light & Aleyn

La negativa a ayudar no fue del agrado de la esfera. Se mantuvo silenciosa y contemplativa mientras los usuarios le planteaban preguntas que quedaron sin respuesta, excepto la última formulada:

Vuestro compañero estaba demasiado ocupado como para ayudar. Salió, y no volverá ―señaló la esfera―. Mencionó algo de su Llave perdida junto con su cuerpo.

»No queréis ayudar. Lo entiendo. Necesitáis un incentivo. Ahí lo tenéis...

Sin que pudieran preveerlo, una gran sombra surgió de la nada a sus espaldas y dos afiladas cuchillas surgieron en su dirección. Tron tomó su disco de inmediato y saltó hacia atrás mientras lo lanzaba, chocando con la criatura que amenazaba al grupo; esta rechazó el arma y la tiró a varios metros de distancia, lejos del programa.

Se trataba del Sincorazón. La esfera no se había tanto librado de ella, sino que la había retenido en aquel extraño espacio, probablemente con la intención de liberarla en un caso como aquel. Al fin y al cabo, se había transportado allí con ellos; era extraño que no hubiese surgido hasta el momento.

Esta es vuestra motivación, ¿no es cierto? Los Sincorazón. Criaturas surgidas de los ISOs o los usuarios... Vosotros los queréis. Son vuestros.

El Sincorazón atacó con una de sus patas en dirección a Light y le alcanzó el brazo izquierdo y le provocó un corte profundo, desgarrándole parte de la ropa. La criatura avanzó hacia ellos moviendo las pinzas de sus bocas y flotando gracias al disco gravitatorio que no dejaba de girar y girar.

Sin embargo, Tron acudió a ayudar a los dos Portadores. Recuperó su disco llamándolo a distancia y se lanzó contra su pecho, atravesándolo parcialmente. El Sincorazón gritó y atrapó al programa entre sus extremidades, cortándole parte de su piel digital. Tron gritó de dolor y parte de su cuerpo comenzó a desintegrarse, en especial sus extremidades.

¡¡Huid!! ―exigió el compañero de los jóvenes, retorciéndose entre los brazos de la mantis―. ¡¡Informad de este sitio a vuestros Maestros!! ¡¡A Quorra!! ¡Yo evitaré que...!

Otro grito de dolor por parte del programa. El Sincorazón lo lanzó en dirección a Aleyn, pero el cuerpo del programa chocó con una barrera invisible que brilló a su contacto. Tron cayó de bruces contra el suelo, con el Sincorazón dirigiéndose hacia él.

Una barrera invisible. Siento haberla creado, pero es por el bien de la Red ―se delató la esfera, admitiendo la responsabilidad de aquello―. Su revolución está condenada. Lo sé; no es el primero que la lidera.

¿Qué...?

Sólo hay un modo de salvar este mundo: sellad la cerradura ―exigió de nuevo la esfera―. Selladla, o vuestro amigo morirá. Si no, perdéis el tiempo.

Una puerta digital se materializó detrás de los aprendices. Por mucho que intentaran quebrar el muro invisible que les separaba de Tron, no lo lograrían: la única manera de liberarle sería aceptar el pacto. Si no, podían retroceder hasta la puerta y huir de allí para informar a sus Maestros, y volver en otra ocasión.

Pero el tiempo apremiaba.

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Doble o nada: el Renegado morirá si no aceptáis el trato de la esfera. Es vuestra decisión.


* * *

Ban

Montar en una moto no fue suficiente para Ban: tuvo que atacar a la mujer que acababa de intentar asesinarle. Esta se estaba recuperando cuando recibió el ataque, por lo que los dos fugitivos ganaron un tiempo más que valioso para huir.

Nunca habría imaginado que tú me salvarías. Gracias, supongo.

Cállate.

Dark Light aceleró la moto directo a la salida del garaje, hacia el exterior. Sin embargo, Raven se recuperó lo suficientemente rápido como para echar a volar detrás de ellos, sedienta de venganza. Alcanzó a Ban y le clavó sus garras en la espalda, con los ojos brillantes e intensos.

¡Tú eres mío!

El piloto intentó derrapar para librarse de ella, pero la maniobra le salió mal: derrapó lo suficiente como para chocar con la corta pared que les separaba con el exterior, y el vehículo volcó para caer hacia afuera. Una caída de cuatro pisos les esperaba.

La copia digital, por su parte, invocó unas alas delgadas y sin plumas al notarse en el aire; el Sincorazón se dejó caer. Se aferró con fuerza al cuerpo de ban y se aseguró de que se dirigiera contra el suelo de cabeza, más furiosa que hambrienta.

Fue Dark Light el que salvó de nuevo a Ban, aunque no de un modo ideal. Invocó su espada y lanzó una clase de hechizo contra el Sincorazón que seccionó una de sus alas, obligándole a girar en el aire. La mujer cayó de espaldas y Ban, aunque chocó contra el suelo, pudo usar el cuerpo de Raven como amortiguador.

¿¡Estás bien!?

Dark Light bajó al nivel del suelo para ayudar a Oswald, mientras Raven se retorcía y quejaba de dolor en el suelo. La copia inspeccionó su cuerpo con cuidado.

Los hombres de Clu estarán a punto de llegar. Les gusta capturar a los pocos Sincorazón que aparecen aquí —explicó Dark Light, levantándose y mirando a Ban directamente a los ojos—. ¿Qué haces aquí? Estaba rastreando a esta zorra. No esperaba ver a ninguno de los tuyos. La verdad es que me da igual: piérdete y déjame hacer mi trabajo.

Si estaba a punto de llegar gente, quizás sí fuese una buena idea moverse. Los ojos amarillos de Dark Light parecían tener poco interés en el Incorpóreo, pero quizás se dignase a contestarle algunas preguntas a la fuerza. O le dejaba marchar, o intentaba sacarle algo.

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Fecha límite: jueves, 24 de julio de 2014.

Estamos muy cerca de la finalización de la Trama; avisados quedáis.

Lista de objetivos
- Lograr suministro de ropa. [Cumplido por Bastión Hueco]
- Lograr suministro de discos. [Cumplido por Bastión Hueco]
- Conseguir una base de operaciones para vuestro bando. [Cumplido por Bastión Hueco]
- Averiguar qué fue de Andrei Saavedra. [Cumplido por Tierra de Partida]
- Averiguar qué fue de Dark Light. [Cumplido por Bastión Hueco]
- Reclutar a el Renegado como aliado [Cumplido por Tierra de Partida]
- Forjar una alianza con Clu [Cumplido por Bastión Hueco]
- Encontrar la cerradura [Cumplido por Tierra de Partida]

Lista de lugares
- Coliseo de juegos
- Puerto militar
- Tuipper S.A.
- Central de energía
- Plaza de la ciudad / Birth Wrong
- Club Línea de Meta [Ban]
- Club El chip nulo
- Carretera de los Muertos
- Torre de CLU [Ragun]
- La Cerradura [Light & Aleyn]
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Re: Ronda #10 - Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Sombra » Mar Jul 22, 2014 1:15 am



El líder de la Red con una total tranquilidad negó con la cabeza ignorando mis advertencias, tenía la esperanza de que prefiriesen cualquier otra cosa, pero parecían centrados en los sincorazón. No podía evitar ver algo extraña aquella fijación con las criaturas de la oscuridad, Clu poseía un ejército con guerreros formidables. ¿Que utilidad tendrían para ellos?

<<No es mi problema>>

Conseguir una alianza con un grupo grande era lo mejor que podría habernos pasado, esos renegados solo eran una simple rebelión y era una suerte en parte que aquella mujer hubiese muerto, gracias a eso habíamos conseguido un aliado mucho más fuerte y poderoso.

Tus Maestros serán acogidos con los brazos abiertos, joven. No te preocupes por la falta de voluntad con controlarlos: MPD se encargará de ello

De acuerdo ―asentí con la cabeza. En cuanto Clu me tendió su mano acepté el apretón de manos dando por seguro que la alianza estaba ya forjada.

El programa se dirigió a la ventana y observó la ciudad dándome la espalda.

Entonces es oficial. ―informó el hombre aceptando también el trato―. Nuestros mundos tienen una alianza.

* * *




Dejé atrás la Torre de Clu después de haber finalizado aquella negociación con aquellos programas. A partir de aquel momento Bastión Hueco estaba aliada con la Guardia Negra. Me preocupaba un poco que pudiesen llegado un punto traicionarnos, odiaban a los seres con corazon y por tanto en cierto modo con o sin alianza eran potencialmente peligrosos.

Sin embargo, esta alianza era algo importante. Tenía que avisar a Ban sobre ello. Cogí mi teléfono móvil y busqué en la agenda el número de "Akio2", como lo tenía apuntado en mi lista de contactos cuando lo había conocido algún tiempo atrás. Pulsé la tecla de llamada y esperé a que contestara. Si no lo hacía siempre podía dejarle un mensaje de voz, sin embargo no tuve que preocuparme de dejar ningún mensaje puesto que pude escuchar la voz del incorpóreo.

Estoy ocupado, qué quieres. Y, por favor, no me digas que me llamas desde la cárcel.

¿Que te hace pensar que estoy en la...? Bueno, da igual. He conseguido cumplir todos los objetivos de la misión excepto encontrar a Andrei y a Light, a mayores ahora somos aliados de la Guardia Negra y su líder; Clu.

¡¿Qué has hecho qué?! —aparté el aparato de mi oreja ante el grito del aprendiz. Fruncí el ceño y coloqué el teléfono de nuevo en mi oreja para poder continuar la conversación.

Una alianza, ellos consiguen algo de nosotros y obtenemos a cambio ciertos privilegios, te contaré todo con más detalle cuando volvamos y presentemos un informe a las Maestras Nanashi y Ariasu —expliqué tratando de sonar breve.

>>¿Tu has encontrado alguna pista del paradero de esos dos? Es mejor marcharnos si...

Sí, tengo a tu amiguito del alma Light justo delante. Toma, habla tú con él —abrí la boca sorprendido, aunque no sabía si me estaba tomando el pelo realmente quise asegurarme.

Esp... ¿Qué? ¿Light? —pregunté atónito, aunque no obtuve respuesta del aprendiz en aquel momento. Miré a ambos lados de la calle vigilando que no hubiese guardias ni centinelas cerca y susurré de forma disimulada cubriéndome la boca con la mano:— Light, ¿eres tú?

>>Tienes que salir de aquí. Tesler, la Avispa Reina, Dyson y Clu quieren tu cabeza. Ve con Ban, te escoltará a Bastión Hueco. Yo llamaré a Nanashi para que me abra un portal de luz. Mandadle vuestra ubicación para que abra otro para vosotros.

Era mejor marcharse cuanto antes, de alguna forma habíamos conseguido todos los objetivos. No me importaba tanto Andrei, pero quizás el propio Light sabía algo sobre él, una vez llegados al castillo tendríamos que hacerle unas cuantas preguntas.

Era hora de partir.
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Re: Ronda #10 - Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Astro » Jue Jul 24, 2014 3:05 pm

Cállate.

Tan amable como siempre.

Tuve que agarrarme como pude a la moto cuando aceleró, aunque no fue fácil. Los brazos me ardían de dolor, y no me quería ni imaginar cuánta sangre habría perdido ya. ¿Los incorpóreos podríamos morir por desangramiento? Buena pregunta.

Pero no tuve opción de relajarme y pensar: Raven volvió a la carga. Mi hechizo la había retenido, pero sus alas eran rápidas y no tardó en alcanzar a la moto. Sus garras de nuevo en mi espalda me lo confirmaron de primera mano.

¡Tú eres mío!

Un nuevo grito de dolor salió de mi boca. Encima, la situación no podía ser peor: utilizar las manos para golpearla era impensable: en el estado actual no tenían la suficiente fuerza como para que solo una me aguantara encima de la moto. Intenté revolverme para liberarme de ella, sin mucho éxito.

¡¡Suelta, joder!!

De pronto, el vehículo derrapó en un intento de quitárnosla de encima. Pero la idea salió mal, bastante mal. La moto chocó contra una pared y volcó, lanzándonos a los tres hacia el vacío de cuatro pisos.

"¡Demonios, demonios, demonios! ¡¡Esto NO!"

Lo tenía negro. Muy negro. Raven se había agarrado a mí con muchísima fuerza, colocándome en una posición en la que mi cabeza sería lo primero en impactar contra el duro suelo digital del garaje.

Intenté liberarme con todos los medios que pude, pero fue imposible. Me fallaban las fuerzas con tantas heridas, y mi magia no era lo suficientemente poderosa.

La imagen de una garra negra atravesándome el pecho me vino a los ojos. ¿De verdad iba a morir aquí? ¿Y de esta manera tan absurda...?

«No quiero morir».

El chillido de la sincorazón me devolvió a la realidad. Miré hacia arriba, descubriendo que Dark Light había invocado una espada y que a Raven le faltaba una de las alas. Genial, me había vuelto a salvar.

Giramos en el aire y, finalmente, chocamos contra el suelo. Pero, gracias a la intervención de la copia, fue la sincorazón la que chocó primero contra el suelo. Su cuerpo me sirvió para amortiguar el golpe, salvándome de una segunda muerte segura.

¿¡Estás bien!?

He estado mejor... —respondí entre dientes, levantándome con dificultad—. Gracias.

Me alejé automáticamente del cuerpo de la sincorazón, que se retorcía de dolor en el suelo. Me sorprendió bastante ver a mi salvador acercándose a ella, aparentemente examinándola.

Los hombres de Clu estarán a punto de llegar. Les gusta capturar a los pocos Sincorazón que aparecen aquí

Más problemas, genial —comenté, terminando de examinar mis propias heridas. Veredicto: estaba hecho un asco. Wix me iba a matar.

Dark Light, ya de pie, me miró directamente a los ojos.

¿Qué haces aquí?

Se podría decir que estaba investigando para el bastión. Más o menos —contesté, escupiendo un poco de sangre al suelo—. ¿Y ?

Estaba rastreando a esta zorra. No esperaba ver a ninguno de los tuyos. La verdad es que me da igual: piérdete y déjame hacer mi trabajo.

¿Y ya está? ¿Me salvas y adiós muy buenas? —salté, sorprendido— Oh, venga, hablemos un poco.

Me acerqué hasta él, observando también el cuerpo de Raven con cierta prudencia. Me dieron ganas de darle una patada, pero preferí no tentar a la suerte.

¿Ya la conocías? —le pregunté, señalándola—. Parecía completamente hu... un programa normal cuando la conocí en el club. Luego aparecieron las garras, las alas, y ya te imaginas el resto. ¿Es a esto a lo que te dedicas ahora? ¿Cazas sincorazón aquí, en la Red? ¿O qué?

Tras su respuesta, e incluso si se negaba a responderme, no podría evitar hacerle la pregunta sobre la persona que me obsesionaba encontrar: aquel al que había venido a buscar en un primer momento.

¿Sabes algo de Andrei Saavedra? ¿Le has visto?

El sonido de mi móvil sonó de pronto. Lo saqué del bolsillo, sorprendido de no haberlo perdido durante la pelea, y vi que era Ragun quien me llamaba. No era el mejor momento, pero tal vez la relación que mantenían el musculitos y la copia podría serme útil.

Es Ragun —anuncié, cogiendo la llamada.

Estoy ocupado, qué quieres. Y, por favor, no me digas que me llamas desde la cárcel.

¿Que te hace pensar que estoy en la...? Bueno, da igual. He conseguido cumplir todos los objetivos de la misión excepto encontrar a Andrei y a Light, a mayores ahora somos aliados de la Guardia Negra y su líder; Clu.

¡¿Que has hecho qué?! —exploté, alarmado por sus palabras.

Sabía de primera persona que no podíamos fiarnos de los altos mandos de la Red. No, cuando utilizaban usuarios como conejillos de indias. Confiar en tener una alianza con ellos era absurdo: nos traicionarían en cuanto pudiera. ¿En qué estaba pensando Ragun?

Una alianza, ellos consiguen algo de nosotros y obtenemos a cambio ciertos privilegios, te contaré todo con más detalle cuando volvamos y presentemos un informe a las Maestras Nanashi y Ariasu.

Solté un suspiro, resignado. En el fondo, igual era hasta una buena idea. Una traición por la espalda siempre era algo divertidísimo de ver. Pero, desde luego, que no contaran con mi confianza.

>>¿Tu has encontrado alguna pista del paradero de esos dos? Es mejor marcharnos si...

Sí, tengo a tu amiguito del alma Light justo delante. Toma, habla tú con él —le dije, mirando de reojo a Dark.

La idea me había venido casi al instante, pero no me había contenido: según me había contado Ragun, él había salvado a Dark Light del borde de la muerte durante el incidente de Ricitos de Oro, y luego había huido sin dejar rastro. Además, algo había pasado entre ellos en esos siete días falsos.

La reacción de ambos al volver a hablar sería digna de ver.

¿Quieres? —le pregunté a Dark Light, ofreciéndole el móvil con total tranquilidad. Sólo esperaba que esta vez no me lo robara como hizo en otra vida.

No pude evitar que una sonrisita pícara apareciese en mis labios. Necesitaba saber, necesitaba respuestas, y estaba claro que él podía darme algunas.

Cierto que esos soldados estaban apunto de llegar, y que nada más me viesen sangrando sabrían que era un "usuario", pero la curiosidad en ese momento era superior. Además, según Ragun, teníamos una alianza: ¿si me capturaban, no me dejarían al poco en libertad en cuanto me identificara como miembro del Bastión?

Quién sabe. Ahora mismo, quería respuestas.
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Re: [La Red] Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Light » Jue Jul 24, 2014 7:22 pm

La esfera no respondió a ninguna de sus preguntas, excepto la última.

Vuestro compañero estaba demasiado ocupado como para ayudar. Salió, y no volverá ―confesó―. Mencionó algo de su Llave perdida junto con su cuerpo.

¿Su Llave Espada con su cuerpo?” se preguntó, algo perdido. Entonces, rememoró que su compañero Alec había citado que Andrei había perdido el corazón y se había convertido en Incorpóreo, una criatura carente de corazón; y por ende, de Llave Espada.

La esfera no estaba ofreciéndoles demasiado respuestas esclarecedoras, e incluso se había negado a responder algunas preguntas, lo que la hacía mucho más sospechosa: ni siquiera les había dicho quién era. La esfera podía ser perfectamente un programa enemigo ―como Erased―, con el único propósito de aprovecharse de sus Llaves Espada para llevar a cabo sus oscuros objetivos.

Aleyn había dejado caer un dato interesante: aquel ente se había puesto en contacto con él, un aprendiz inexperto, y había intentado buscar su Llave Espada. ¿Había seleccionado a Aleyn por azar o existía un motivo de fuerza...?

No queréis ayudar. Lo entiendo. Necesitáis un incentivo. Ahí lo tenéis...

El incentivo no pudo ser más efectivo, ni tampoco más desagradable. Si no la sellaban por las buenas, tendrían que hacerlo por las malas.

Light retrocedió rápidamente e invocó su arma legendaria en cuanto detectó la presencia del enorme Sincorazón de antes, situado tras sus espaldas, con malas intenciones. Tron retrocedió con un salto, lanzando además su arma arrojadiza contra el monstruo, en vano. El disco no llegó a dañar al Sincorazón y cayó lejos de su dueño, ahora indefenso.

¿¡Qué te crees que estás haciendo!? ―colérico, le pidió explicaciones a la esfera.

Esta es vuestra motivación, ¿no es cierto? Los Sincorazón ―volvió a confirmarles lo mucho que sabía de los Portadores―. Criaturas surgidas de los ISOs o los usuarios... Vosotros los queréis. Son vuestros.

El titánico insecto pilló a Light con la guardia baja y agitó violentamente una de sus patas afiladas, rasgando la manga de la túnica que había estado utilizando para ocultarse y produciéndole un serio corte en el brazo. En cuanto su carne entrara en contacto con el filo de la criatura, Light emitiría un prolongado quejido y presionaría la herida con su mano, con una clara mueca de dolor en el rostro. Maldijo al responsable de la aparición de aquel Sincorazón y juró que se las haría pagar.

El aprendiz de Tierra de Partida, que se encontraba entre la espada y la pared, siguió retrocediendo. Se dio cuenta de que no había ninguna salida: no les quedaba otra que luchar. ¿Pero podían ganar?

Tron volvió a atacar al Sincorazón, pero ésta vez no usó su disco como arma arrojadiza. Atrajo su arma con su llamada del mismo modo que hacían los Portadores con sus Llaves Espada y, con disco en mano, se impulsó hacia el Sincorazón para atravesar su pecho. Su ataque en parte tuvo éxito y la criatura liberó un chillido, pero a continuación atrapó a Tron entre sus patas, otra vez.

Y esta vez posiblemente no tendría tanta suerte.

¡¡Huid!! ¡¡Informad de este sitio a vuestros Maestros!! ¡¡A Quorra!! ¡Yo evitaré que...!

La visión de Tron siendo aniquilado por el Sincorazón le impactó demasiado. Tenía que hacer algo.

La mantis arrojó a su presa en dirección a Aleyn. No obstante, Tron no pudo reunirse con sus compañeros porque un escudo invisible les separaba. Light corrió hacia el programa para ayudarlo y se detuvo en seco en cuanto alcanzó la pared invisible, que se iluminaba al entrar en contacto con ella.

Quiso creer que podrían romper la barrera con fuerza bruta, pero no fue así. Puso todas sus fuerzas en cada golpe, en vano: todas sus estocadas rebotaban inútilmente, sin hacer mella alguna en la barrera.

¡Maldición!

Una barrera invisible. Siento haberla creado, pero es por el bien de la Red ―confesó. Light dejó de prestar la atención a la barrera invisible y desvió la vista hacia la despiadada esfera, a quien observó con claro odio en sus ojos―. Su revolución está condenada. Lo sé; no es el primero que la lidera.

¿Qué...?

Sólo hay un modo de salvar este mundo: sellad la cerradura. Selladla, o vuestro amigo morirá. Si no, perdéis el tiempo.

Una especie de puerta se materializó detrás de ellos, aunque Light no le prestó demasiada atención. Alternó miradas entre Tron y la esfera, nervioso. Era consciente de que sellar aquella cerradura no era nada seguro, por mucho que la esfera asegurara que era por el bien del mundo; después de todo, acababan de ganar motivos para desconfiar más de la esfera, mucho más.

Había utilizado aquel Sincorazón para amedrentarles, no podía ser más despreciable. Y sus intenciones eran malas, estaba claro.

Light no quería obedecer a la esfera, por nada del mundo, pero no le quedaba otra opción que sellar esa cerradura. Tron les había ayudado mucho aquel día: impidió que los guardias de Tesler les atraparan y evitó que Light entregara su disco al programa que protegía el club. De no ser por él, no habrían dado pie con bola.

Se mordió el labio, impotente. Tron estaba a escasos centímetros de él y no podían rescatarle por culpa de aquella barrera. No quedaba otra que hacer lo que la esfera les decía: no estaba dispuesto a romper la alianza que habían forjado con el programa.

Light no se hizo esperar y anunció en voz alta su decisión.

No nos queda otra opción, Aleyn.

>>¡La sellaré! ―alzó Alma Inquebrantable con las dos manos y apuntó con ella a la cerradura que se encontraba sobre la esfera negra. Pero ahí no quedó todo―: Pero antes, para asegurarnos de que cumples tu palabra, desactiva esa barrera invisible ―exigió para asegurarse de que cumplía su parte del trato. Si se negaba, no quedaba otra que sellar la cerradura de todos modos―. En cuanto la desactives, utilizaré inmediatamente el poder de mi Llave Espada para hacer lo que me pides, lo prometo. Si no cumplo mi palabra puedes volver a activar tu barrera, así que no tienes nada que perder.

La decisión había sido tomada y no había vuelta atrás. ¿Estaría Aleyn de acuerdo? Lo estuviera o no, no se replanteó la decisión: la vida de un inocente estaba en juego.

Si la esfera accedía al trato, se dispondría a sellarla en cuanto la barrera desapareciera por completo. Una vez la barrera se disipara, daría un paso hacia adelante para situarse al lado de Tron. Si por cualquier circunstancia el Sincorazón intentaba acabar con el programa tras sellar la cerradura, Light se interpondría para protegerle. Desde esa posición, el aprendiz también cumpliría con su parte del trato.

Sella la cerradura" cerró momentáneamente los ojos para concentrarse y le pidió a su Llave Espada que cumpliera con su voluntad; o mejor dicho, con la voluntad de la esfera. Era la primera vez que sellaba una cerradura, por lo que no estaba seguro del protocolo. ¿Sería tan fácil como la simple acción de abrir una simple puerta o cofre? ¿Bastaba con desearlo simplemente como cuando materializaba la Llave Espada? Puede que ni fuera capaz de conseguirlo.

Esperaba que, por el bien de la vida de Tron, no fuera así y pudiera sellarla. Y por el bien de aquel mundo, esperaba que sellar aquella cerradura no implicara demasiados problemas.

Es injusto” dijo para sí mismo. No habían tenido otra opción.
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Re: [La Red] Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Sally » Jue Jul 24, 2014 7:54 pm

Vuestro compañero estaba demasiado ocupado como para ayudar. Salió, y no volverá. Mencionó algo de su Llave perdida junto con su cuerpo.

¿La Llave perdida? ¿Por eso Andrei no había sellado la cerradura, porque había perdido la Llave Espada de alguna manera? No sabía que una Llave Espada pudiera perderse, pero tampoco había sabido que existiera tal cosa como la cerradura que la esfera les estaba pidiendo sellar. Aunque si estaba ligada de alguna manera al corazón y éste fuera arrebatado o dañado gravemente, pero... ¿perder el cuerpo de uno era posible? Si volvía a Tierra de Partida tendría muchas preguntas que hacerle a Rebecca, desde luego.

<<Si se ha ido de La Red, entonces no hay que seguir buscándole en este mundo… ¿Pero a cuál habrá ido?>>

No queréis ayudar. Lo entiendo. Necesitáis un incentivo. Ahí lo tenéis...

Tal vez pensar que la esfera pudiera tomarse aquella negativa como una respuesta válida era algo demasiado optimista. Estaba claro lo que quería, y que iba a utilizar todos los medios a su alcance para conseguirlo. Pero eso no hizo que el regreso del Sincorazón le causara menos sorpresa. Esa vez no iban a tener ayuda, y ni siquiera tenían una vía de escape. Intentó calmar su ansiedad, sin demasiado éxito.

¿¡Qué te crees que estás haciendo!?

Esta es vuestra motivación, ¿no es cierto? Los Sincorazón. Criaturas surgidas de los ISOs o los usuarios... Vosotros los queréis. Son vuestros.

¡No los queremos! Es nuestra labor hacerlos desaparecer —se vio en la necesidad de aclarar—. ¡El mundo estaría mejor sin ellos!

Probablemente a la esfera le diera lo mismo, pero sus palabras le hacían pensar que su relación con aquellas criaturas era algo más que dar con ellas y destruirlas. Y su cuerpo aún recordaba demasiado bien las heridas que los Sincorazón le habían causado en su hogar.

El insecto gigante atacó entonces a Light, antes de que ninguno pudiera hacer nada por impedirlo. Estaban demasiado confusos, o sorprendidos, o tal vez ambas cosas, como para reaccionar a tiempo. Pero Tron logró recuperarse y le plantó cara al enemigo. Sin embargo, aunque sus ataques iniciales parecieran estar dando resultado, pronto quedó atrapado en las garras de la criatura.

Ver lo que le estaba ocurriendo al cuerpo de su amigo le dejó momentáneamente paralizado. No había sangre, ni carne, ni hueso, cuando era herido. Simplemente parecía estar borrándose de la existencia. Algo que tal vez ni siquiera la magia curativa podría recuperar. ¿Era un efecto del ataque del Sincorazón? ¿O era como funcionaban los cuerpos de los nativos de La Red?

¡¡Huid!! ¡¡Informad de este sitio a vuestros Maestros!! ¡¡A Quorra!! ¡Yo evitaré que...!

El insecto le arrojó contra ellos antes de que pudiera terminar su frase en algo que no fuera un grito de dolor. Aleyn se adelantó un poco, preparándose para recibir el cuerpo de su amigo y que no golpeara contra el suelo; no obstante, el programa jamás llegó a chocar contra él. Algo se alzaba entre ellos, algo que no había podido ver hasta entonces, como una pared hecha de aire, y contra lo que el Renegado había sido arrojado.

¡Maldición! —Light intentaba abrirse paso atacando con la Llave Espada, sin demasiado éxito.

¡¿Qué es esto?! —palpó la superficie, ahora brillante, con las manos, como si pudiera encontrar alguna grieta, alguna imperfección. En algún momento la frustración pudo con él y empezó a golpearla con el puño, aún sabiendo que no conseguiría nada—¡Dejadnos pasar!

Aquella maldita cosa les mantenía fuera del alcance del Sincorazón, lo cual era hasta cierto punto bueno, pero evitaba que pudieran ayudar a Tron.

Una barrera invisible. Siento haberla creado, pero es por el bien de la Red. Su revolución está condenada. Lo sé; no es el primero que la lidera.

¿Qué...?

No tenía una respuesta mejor a las palabras de la esfera que aquella que había hecho Tron. ¿No había empezado todo aquello cuando CLU había empezado a fomentar la hostilidad del lugar contra los ususarios? ¿No era Tron el Renegado por algo?

¿Cuánto tiempo llevaba La Red sumida en un caos tal que necesitara una revolución?

Sólo hay un modo de salvar este mundo: sellad la cerradura. Selladla, o vuestro amigo morirá. Si no, perdéis el tiempo.

Aleyn se giró para mirar la puerta que se había aparecido a su espalda, y cuya presencia había captado por el rabillo del ojo. La tentación de salir de allí y dejar toda aquella locura atrás era grande, muy grande… Dejar que otros tomaran la decisión, que otros se mancharan las manos con ese asunto… Se miró los nudillos, enrojecidos a causa de los puñetazos que le había dado a la barrera. Sí, aquello le venía demasiado grande.

Pero era evidente que no podrían ir a buscar a nadie y regresar antes de que Tron pereciera en las garras del Sincorazón. Estaban solos. Y se estaban quedando sin tiempo.

No nos queda otra opción, Aleyn.

Lo comprendo —murmuró, angustiado—. No podemos abandonarle a su suerte… Eso sería propio de cobardes… Tenemos que hacerle caso a… lo que sea que esté detrás de todo esto…

¿Porque qué clase de Caballeros serían si le daban la espalda a alguien que les había ayudado antes, a alguien con quien habían sellado una especie de alianza? ¿Alguien que intentaba hacer que su mundo fuera un lugar mejor? Acceder a un chantaje tampoco parecía muy de Caballeros, pero Light tenía razón. No había más opciones.

Y en ese caso, es mejor que lo hagas tú.

¡La sellaré! ―aprovechó para observar la Llave Espada de su compañero, que igual que las de Nanashi o Rebecca, era mucho más elaborada que la suya propia ―: Pero antes, para asegurarnos de que cumples tu palabra, desactiva esa barrera invisible. En cuanto la desactives, utilizaré inmediatamente el poder de mi Llave Espada para hacer lo que me pides, lo prometo. Si no cumplo mi palabra puedes volver a activar tu barrera, así que no tienes nada que perder.

Se preparó para correr junto a Tron cuando la barrera, si es que la esfera accedía a los términos de Light, desapareciese. Aún existía el problema del Sincorazón, pero dudaba que les atacase si lo que se pretendía es que sellaran la cerradura.

Esperaba con toda su alma que su compañero pudiera conseguirlo. Que pudieran salir de allí los tres con vida. Y que no acabaran causándole a La Red, o cualquier mundo, más daño que del que habían sido testigos.
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Ronda #11 - Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Soul Artist » Sab Jul 26, 2014 8:40 pm

Light & Aleyn

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La esfera no aceptó el trato de liberar primero al Renegado, antes que sellar la cerradura. No se trataba de desconfianza o muestra de superioridad: era, simplemente, el incentivo que ganarían si aceptaban su trato. Para el objeto, era quien les estaba haciendo una generosa oferta con la que podían salir ganando, y no al revés.

Por lo tanto, fue Light quien decidió dar el paso. Se colocó a varios metros de la esfera y preparó su Llave Espada, preguntándose si bastaría con desearlo. Por la suerte de su nuevo amigo, eso esperaba. Nunca había hecho nada semejante, y no estaba seguro de si sería como abrir una puerta.

La Llave Espada se alzó en sus manos. Vibró con intensidad, notando algo a lo que debía contestar. Y así lo hizo, mediante un haz de luz que surgió de su punta.

Todo cambió en ese momento para Light. Sus ojos se volvieron vacíos por un momento, mientras su cuerpo intentaba procesar la información. Unos, ceros; vidas, muertes. Mientras el haz siguiera conectado con la cerradura, el alma del chico no estaría allí presente. Se había transportado, desaparecido a un lugar mucho más lejano y cercano a la par.

Era uno con todos. De golpe, el suelo que había pisado y el aire que había respirado carecían de sentido: comprendió lo que era la esencia del mundo. Comprendió que la vida de los programas no terminaba, sino que se transformaba. De un final siempre nace un principio; todos los datos volvían a la cerradura, y de la cerradura salían todos los datos.

Aquello era el corazón del mundo. Y se estaba pudriendo.

La razón no eran los Sincorazón, ni Clu, ni ninguna de las razones que Light hubiese conocido hasta la fecha. La enfermedad que mataba lentamente a aquel mundo se encontraba en el propio corazón del mundo, como un parásito que se alimentaba de él. La figura de un ser despreciable, ruín como los Sincorazón... Sólo que ellos no pensaban, sólo obedecían a su instinto.

Y aquella figura, frente a la proyección de Light, sí lo era.

Gracias, Caballero.

La figura del interior de la cerradura tomó a Light por el brazo y se lo retorció lentamente. El chico se sintió impotente: no podía moverse. Por mucho que se resistiera, el fantasma le superaba en todos los aspectos.

Aleyn pudo ver desde el plano físico cómo el brazo de Light giraba hacia el lado izquierdo lentamente, entre temblores. Si intentaba interactuar con él, no contestaría, ni tampoco lograría detenerle en aquello que hacía.

Y cuando terminó de girar la Llave, un chasquido confirmó lo que quizás ya hubieran imaginado. No habían cerrado ninguna cerradura: todo lo contrario. Cuando llegaron, aquel lugar ya había sido sellado. Light volvió al plano físico, sin fuerzas, ni mentales ni físicas.

La esfera no quería que cerrara la cerradura. Quería que la abriese.

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Un terremoto evitó que el Sincorazón siguiera atacando a Tron. La barrera invisible que le detenía desapareció, y el programa pudo correr junto con Aleyn y Light. Ayudó al segundo a levantarse del suelo subiendo su brazo a su hombro e hizo una señal a Aleyn, dirigida hacia la salida que había abierto momentos antes la esfera.

Caminó hacia ella, mientras los temblores se hacían más fuertes. La esfera, por su parte, se abrió lentamente revelando una luz cegadora de su interior, con una figura sentada dentro. Tron miró en su dirección un momento mientras llevaba a Light hacia la salida, y vio cómo el desconocido se levantaba de su asiento para respirar la libertad.

El Sincorazón retomó su posición y avanzó hacia Aleyn y Tron, preparado para devorar sus corazones. Sin embargo, la figura del interior de la figura alzó su mano hacia la criatura y esta, sorprendida, se quedó paralizada a un metro escaso de ellos.

Estaban ya a escasos centímetros de la salida, cuando Tron agitó la cabeza y observó a la figura. Pidió a Aleyn que tomara a su compañero y lo llevara a la salida para dirigirse hacia la esfera.

¿¡Por qué la revolución está condenada!? ―gritó histérico y con voz rabiosa. La respuesta de la figura fue una ligera risa condescendiente.

Yo también fui Tron una vez.

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Pregúntale ―le animó la figura―. Dile mi nombre. Anúnciale mi regreso. Cyrus.

Parte del lugar se derrumbó frente al Renegado, separando a la figura y el Sincorazón de él. Y si no huían rápido de allí, no escaparían con vida. Pero el programa estaba demasiado conmocionado para reaccionar ante lo que acababa de ver y oír: necesitaba un empujón, una ayuda.

Una vez saliesen, la puerta de luz desaparecería por siempre. Los tres estarían de nuevo solos, atrapados en mitad de la nada... En la Carretera de los Muertos.

* * *

Ban & Teléfono móvil

¿Quieres?

Dark Light enseñó los dientes a Ban, pero terminó por aceptar. Tomó el móvil con un movimiento violento y se lo colocó en el oído, pasando a escuchar los tontos avisos de Ragun. Como si no los hubiese tenido en cuenta con anterioridad.

Llevaban mucho tiempo perdido allí. Y más lo iba a perder.

Ban notó que algo le clavaba la nuca, a su espalda. Cayó de bruces contra el suelo, paralizado, sin que el cuerpo pudiera responderle en lo más mínimo. Vio cómo Dark Light era también alcanzado por un dardo digital y el móvil caía frente a los ojos de Ban, lejos de su alcance, con una posible respuesta de Ragun.

Innumerables pies avanzaron en dirección a los tres. Programas vestidos de negro y con los discos en sus manos se aproximaron a un Light incapaz de luchar, con los ojos amarillos llenos de rabia. Otros se acercaron a Raven, quien agitó sus garras e intentó escapar de las descargas que les lanzaban. No lo logró.

Uno de los programas se dio cuenta de que Ban tenía los ojos abiertos. Y sin reparo alguno, le golpeó con el disco en la cabeza, dejándole inconsciente.

Cuando despertara, se encontraría en el mismo lugar en el que había comenzado, con un ordenador cercano para salir de allí y regresar a Bastión Hueco. Quizás Ragun le encontrara allí. Lo que no encontraría sería... Su móvil.

Otro teléfono perdido.


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Fecha límite: miércoles, 30 de julio de 2014.

Última ronda. Si queréis dar PX a las mascotas o despediros... Bueno, quizás sea el momento.

El móvil no hace falta volver a comprarlo, tranquilidad. No es como si lo hubieses perdido por culpa de Light ups, sí

Lista de objetivos
- Lograr suministro de ropa. [Cumplido por Bastión Hueco]
- Lograr suministro de discos. [Cumplido por Bastión Hueco]
- Conseguir una base de operaciones para vuestro bando. [Cumplido por Bastión Hueco]
- Averiguar qué fue de Andrei Saavedra. [Cumplido por Tierra de Partida]
- Averiguar qué fue de Dark Light. [Cumplido por Bastión Hueco]
- Reclutar a el Renegado como aliado [Cumplido por Tierra de Partida]
- Forjar una alianza con Clu [Cumplido por Bastión Hueco]
- Encontrar la cerradura [Cumplido por Tierra de Partida]

Lista de lugares
- Coliseo de juegos
- Puerto militar
- Tuipper S.A.
- Central de energía
- Plaza de la ciudad / Birth Wrong
- Club Línea de Meta [Ban]
- Club El chip nulo
- Carretera de los Muertos [Light & Aleyn]
- Torre de CLU [Ragun]
- La Cerradura
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Re: [La Red] Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Sombra » Mié Jul 30, 2014 1:02 am

¿Oswald, Light? ―pregunté. No había respuesta, solo habia logrado escuchar un fuerte ruido antes de que la línea se cortase.

Al momento sospeché que algo iba mal, eso o el incorpóreo estaba tratando de tomarme el pelo, cosa que por algún motivo me resultaría incluso normal viniendo de él. Observé el oscuro cielo de La Red y me puse en camino hacia el Coliseo a través del tren para así poder llegar rápido al lugar donde habíamos aparecido.

***


<<Joder, que no esté muerto, si lo está me meteré en un lío>>

Había llegado al fin al lugar donde habíamos aparecido, pero tuve una desagradable sorpresa al llegar. Ban Oswald yacía en el suelo cubierto de sangre. Estaba vivo, o eso podía deducir al ver que estaba respirando. Recorrí el espacio que me separaba de él a toda velocidad. Obviamente, estaba algo preocupado por él.

Eh, ¿te encuentras bien? ―observé al muchacho parándome en sus heridas.

Me duele todo el cuerpo. Gracias por preguntar —contestó de mala gana.

¿Que te ha pasado? ¿Dónde está Light?

¡Y yo qué sé! Nos atacaron unos guardias antes de que él pudiese coger el móvil. Supongo que le habrán hecho preso... ―parecía no estar de muy buen humor, algo que no me sorprendió demasiado viniendo de él.

Bajé la mirada hacia el suelo sin decir nada al respecto. Light... ¿Había sido capturado? Eso solo significaba que iban a matarlo. Me llevé la mano al pelo frustrado. Sabía que era imposible para mí solo llegar hasta donde fuese que lo tuviesen retenido, menos si había gente como Tesler y Dyson en las líneas de la Guardia Negra. Además, tras conseguir un pacto... Incluso si mi viejo compañero estaba en peligro no podía ir y simplemente romper nuestro acuerdo tan fácilmente. Era muy importante conseguir todo aquello y mis asuntos personales no debían interferir en las tareas que me encomendaban. Yo era un soldado de Bastión Hueco y mi deber era cumplir mi misión sobre todas las cosas.

En ese momento, Ban empezó a rebuscar con insistencia en sus bolsillos mientras soltaba varios insultos y se cagaba literalmente en todo lo que se le pasaba por la cabeza. Había perdido otro móvil. Coloqué la mano frente a mi boca para contener una risita. ¿Cómo era posible perder tan rápido un teléfono móvil? ¡No había pasado ni un mes desde que había perdido el otro!

¿De verdad has pactado con esos cabrones que mandan aquí? ¿Qué demonios les has ofrecido a cambio?

El poder de controlar sincorazón, eso querían —expliqué con brevedad mientras me acercaba al ordenador que nos llevaría de vuelta a Bastión Hueco—. Pero de todas formas, con tal de que solo les enseñemos a controlar los de tipo más débil dudo que puedan hacernos nada.

Pero tú no sabes controlarlos. Aunque puede que sea por esta "alianza" que me hayan dejado libre...

No, yo no sé todavía —admití mientras trasteaba con el ordenador para poder salir de La Red. No sabía controlar sincorazón, pero todo a su debido tiempo. Cuando me convirtiese en Maestro seguramente me desvelarían esos secretos vetados a los aprendices—. Pero las Maestras sí. Les pediré a Nanashi y a Ariasu que una de las dos vaya a la Torre de Clu a hablar con el mandamás. A cambio tendremos vía libre para ir por éste mundo, además de que nos proveeran de una base para nuestras misiones y suministros para todos nosotros.

Fantástico —respondió irónico—. Pero sabes que Ariasu nos va a matar por no encontrar a Andrei, ¿no?

Esta ciudad es demasiado grande. ¿Cuántas posibilidades teníamos de encontrarlo en primer lugar? Ni siquiera sabemos si sigue en este mundo —expuse mi punto de vista—. Si la Maestra Ariasu se enfada que venga ella misma a buscarlo, es su Maestra y por tanto su responsabilidad.

Lo que tú digas. Volvamos ya, me duele todo. Y tengo que comprar un móvil.

Asentí mientras hacía las últimas preparaciones en el ordenador. Pronto estaríamos de vuelta en casa. En cuanto llegase y diese mi informe a las Maestras tendría que encerrarme a mi habitación. Tenía muchas cosas que pensar. Al fin y al cabo... Un amigo probablemente estaba cerca del corredor de la muerte en aquellos momentos y sabía que ésta vez no poseía manera de salvarlo. Yo solo no podía hacer nada contra todo un ejército.
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Re: [La Red] Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Light » Mié Jul 30, 2014 8:35 pm

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Light percibió el ligero temblor de su arma e inmediatamente después surgió un rayo de luz de la punta. Puede que después de todo fuera capaz de salvar a Tron, ¿pero a qué precio?

A partir de aquel instante, perdió la noción de la realidad y se olvidó de su situación desfavorecedora. La mente del aprendiz se colapsó, sobrecargada por toda la información caótica y sinsentido que recibía su cuerpo sin parar. Sus ojos perdieron su brillo y permaneció paralizado en el sitio; aunque, paradójicamente, sintió que se desplazaba hacia algún lugar cercano, pero lejano; lejano, pero cercano.

Las masas de unos y ceros que ocupaban su mente carecían de significado para él en un primer momento. Pero al cabo de unos segundos, lo comprendió todo a la perfección.

Comprendió la esencia del mundo, el destino de los habitantes de éste. Entrar en contacto con la cerradura de aquel mundo le había otorgado ni más ni menos que sabiduría.

La verdad era que, a diferencia de los humanos, ninguno de los programas de aquel mundo llegaba a morir, sino que se transformaban. La muerte no existía en La Red como tal: y aquella cerradura era el principal elemento que permitía transformar todos esos datos que jamás desaparecían. Todo giraba en torno a aquella cerradura, y sin ésta, todo el mundo se vendría abajo.

Light divisó finalmente la figura del parásito que residía en el corazón del mundo, la raíz de muchos de sus males. Lo tenía muy cerca…

Gracias, Caballero.

Tan cerca que fue capaz de agarrar su brazo y empezar torcerlo, sin ninguna prisa. En efecto, se había transportado y ahora se encontraba a escasa distancia del parásito de la esfera.

¡Para! ¡Detente!” ignoraba si podía escucharle, pero rogó que se detuviera. Estaba tan impresionado por todo aquello que ni siquiera pudo manifestar oralmente su deseo de que parara.

Normalmente hubiera intentado resistirse, pero tampoco tenía fuerzas suficientes para eso: estaba siendo totalmente dominado por el ser que residía en la cerradura. Siguió torciendo su extremidad hasta que osciló la Llave Espada para abrir la cerradura, su único objetivo desde el principio.

Finalmente, Light volvió en sí y regresó a la cruda realidad. Sus piernas flaquearon hasta el punto de que cayó de rodillas sobre el suelo, muy debilitado y con los ánimos por los suelos. Con el corazón en el puño, no desvió la vista de la esfera con la cerradura que acababa de abrir, condenando posiblemente a aquel mundo. Aunque Tron estaba en peligro por la presencia de aquel Sincorazón, era incapaz de pensar en otra cosa que fuera aquella maldita cerradura.

Un terremoto repentino salvó el pellejo del programa, parando en seco al monstruoso Sincorazón. Ahora que no había ninguna barrera que les mantuviera separados, el programa fue capaz de reunirse con Light. Sin más dilación le ayudó a reincorporarse.

Incapaz de moverse por sí mismo, Light mantuvo la cabeza gacha y se dejó simplemente arrastrar por su nuevo amigo. No captó el momento en el que el parásito salía de su prisión ―no era capaz de voltearse por sí mismo para ver a éste―, pero al menos llegó a escuchar su conversación con Tron. Mientras tanto, Aleyn se encargaría de sostenerle y se dirigirían juntos a la salida.

¿¡Por qué la revolución está condenada!? ―pudo escuchar la voz del furioso de Tron, quien exigía respuestas al misterioso programa.

Yo también fui Tron una vez.

¿Tron?

Pregúntale ―le incitó―. Dile mi nombre. Anúnciale mi regreso. Cyrus.

Las sacudidas finalmente provocaron que parte del lugar se viniera abajo. Si no se daban prisa, acabarían allí mismo sepultados y sería el fin de sus vidas. Lighy y Aleyn se encontraban ya muy cerca de la salida, ¿pero y Tron?

Tron no parecía muy dispuesto a ir con ellos. Se encontraba en aquellos momentos parado como un pasmarote, incapaz de reaccionar. Aleyn ―o Light, en el caso de que su compañero no actuara― le llamaría para que acudiera con ellos. Si ni con esas reaccionaba, Light le pediría a Aleyn que le dejara al lado de la salida y se acercara hasta Tron para darle ese empujón que necesitaba.

Después, saldrían de allí. Todos juntos.

***


Nada más abandonar la cerradura fueron a parar al desierto conocido como la Carretera de los Muertos. Light agradeció la ayuda de Aleyn y Tron y a partir de aquel punto decidió moverse por sí mismo para no depender más de ellos.

Pero por supuesto, antes de poder hacer eso, tenía que descansar. El muchacho no reprimió su deseo y sin más preámbulo se tumbó en el yermo suelo, permitiendo así que sus piernas reposaran. La mascota del chico, que se había separado de ellos tras el ataque Sincorazón, corrió hacia su dueño alarmado. Por el rostro relajado de su invocador, pudo deducir que estaba bien.

A la vista del cansancio y las heridas ―por parte de Light y Tron, en especial―, Gaomon se tomó las molestias de utilizar el hechizo Cura sobre cada uno de ellos, llegando a recurrir al Éter Sangriento si no disponía de la energía suficiente. Tras cumplir su cometido, se desmaterializó y desapareció de la vista de todos.

Gracias ―manifestó su agradecimiento a Gaomon. Gracias a él, la fatiga desaparecería en parte y se sentiría menos cansado: ahora sí que podría moverse sin ningún problema. Si alguno de sus compañeros sugería regresar a la ciudad, acataría. Hasta entonces, se dedicaría a descansar simplemente, tumbado sobre el suelo.

Light permanecería en silencio los minutos siguientes, incapaz de quitarse de la cabeza la cerradura que había ayudado a abrir. Había descubierto, de alguna manera, que el programa que había residido en el interior de la esfera era el responsable de la corrupción de la cerradura y, por ende, de la lenta destrucción del mundo. Si le habían liberado de su prisión y dejaba de ser un parásito, ¿implicaría entonces que habían salvado la cerradura y el mundo? ¿Habían hecho lo correcto?

La única cosa que tenía clara era que salvar la vida de Tron sí había sido lo correcto. No quería pensar que era un puñado de unos y ceros, de ninguna manera. Tampoco habría podido vivir tranquilo con su muerte: ya había sido testigo de la muerte de muchos programas, entre ellos la réplica de su eidolon. Aunque los datos nunca desaparecían del todo, ningún programa merecía ser eliminado.

―Siento todo lo que ha pasado. Iba a sellar la cerradura, pero se las apañó para que la abriera ―se acabaría disculpando con sus compañeros. Después de todo, había liberado a aquel ser y no sabían de lo que podía ser capaz: solo sabían que parecía tener cierto control sobre los Sincorazón―. Esperemos que nuestra presencia aquí no haya servido solo para aumentar los problemas de este mundo…

A continuación, Light decidió preguntarle a Tron algo que le había llamado la atención.

―Por cierto, Tron. Ese individuo dijo que había sido Tron una vez. Pero Tron eres tú… ¿No? ¿Qué significa eso? ―se llevó la mano a la nuca y empezó a rascársela, con una ligera mueca en el rostro: posiblemente le hubiera escuchado mal o se lo habría imaginado. Posiblemente, el extremo cansancio le había jugado una mala pasada.

A continuación, si nadie había sugerido aún la idea de volver, lo haría él mismo. Había sido un día bastante duro y no habían logrado cumplir la mayoría de objetivos, pero habían obtenido bastante información sobre aquel mundo. Light, quien lo había desconocido todo sobre La Red antes de llegar, había aprendido una barbaridad de cosas; en especial, tras conectar con el corazón de aquel mundo.

Y sobre todo, habían encontrado en aquel mundo un noble programa con el que podían contar.

Últimamente no he parado de detestar a los programas ―les confirmó a sus compañeros en algún momento antes de regresar a su hogar―. Muchos de estos intentaron acabar conmigo. Mi réplica, réplicas de mis compañeros, Erased Data… siempre he pensado en ellos como enemigos, máquinas de matar sin sentimientos que buscaban la eliminación de los usuarios a toda costa ―se refirió con esto último a las réplicas de los aprendices que él y otros cuantos batieron en el Laberinto Paranoico―, simples asesinos.

>>Pero hoy he comprendido que usuarios y programas podemos ser amigos ―con una sonrisa en el rostro, le tendió la mano a Tron antes de marchar para que la estrecharan con fuerza. Para detestar tanto a los programas, había tomado una dura decisión para salvar a uno de ellos―. Gracias por todo.

>>> Si ocurre algo y puedes ponerte en contacto con nosotros, no lo dudes y vendremos a ayudarte. Estamos juntos en esto.

Tenía claro que volvería algún día.

Finalmente, era la hora de la despedida. Light y Aleyn volverían finalmente a Tierra de Partida e informarían a los Maestros sobre todo lo sucedido. Sería duro explicarles la apertura de la cerradura, pero lo mejor sería no ocultar nada y confesar lo que habían hecho.

Las cerraduras, los corazones de los mundos, le parecían realmente fascinantes, aunque no estaba dispuesto a volver a pasar por esa dura experiencia.

Pero tampoco podía quitársela de la cabeza. Obsesionado con aquel lugar, no podía dejar de pensar en la extraña experiencia que había tenido al conectar su Llave Espada con el núcleo del mundo, ni en sus desconocidas consecuencias.

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¡Fin de la trama!

Ha sido mi primera trama oficial disney (porque he podido interactuar con pjs disney xD La Mina Abandonada no la contaría como tal en ese sentido) y estoy bastante satisfecho con el resultado, aunque se me ha hecho un pelín corta y he echado de menos algún encuentro con los de BH. La velocidad de actualización ha sido genial por parte de Narrador y será un gustazo repetir en futuras tramas de La Red.

Sobre la despedida, no sé qué pasará en el siguiente post y desconozco si podremos despedirnos tranquilamente de Tron, pero ahí lo dejo porsiaca.

Pues eso es todo. Nos leemos~
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Re: Ronda #11 - Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Astro » Jue Jul 31, 2014 12:08 am

Suena divertido.

Al parecer, ahora Dark Light se dedicaba a exterminar a los sincorazón que aparecían por la Red. ¿El motivo? Él sabría. No terminaba de entender muy bien cómo una copia digital, antaño seguidor de Ricitos de Oro, se había convertido en un justiciero. Pero tampoco me interesaba demasiado. Y menos cuando no tenía más información sobre la zorra de Raven.

Desafortunadamente, no tenía ni idea de qué había sido de Saavedra. Fantástico.

A la oferta de coger el móvil, al menos, aceptó a regañadientes. Solté una pequeña risa observando la cara que ponía mientras le escuchaba. Seguramente, le estaba intentando convencer de que nos ayudase o incluso de que se viniese a Bastión Hueco. Lo mismo que pensaba sobre los jefazos de la Red se aplicaba en él: uno no se podía fiar de alguien que hacía unos días había intentado que nos mataran a todos.

¿Qué...?

Intenté llevarme la mano a la nuca, donde algo me había golpeado. Pero no tuve tiempo. Me desplomé en el suelo, con el cuerpo completamente paralizado. Y Dark también sufrió el mismo destino: cayó frente a mí, con una especie de dardo clavado en la nuca. El móvil, desde el que aún se oía la voz de Ragun, se quedó tirado en el suelo.

Y entonces aparecieron. Una gran multitud de programas uniformados de negro irrumpieron en el garaje con los discos en la mano cual armas. La gran mayoría rodeó a Light, que se revolvía furioso, y otro grupo se centró en acribillar a Raven con descargas.

"Oh, mierda. Espero que esa alianza de Ragun sirva de algo... ¿Se habrán enterado ya de...?"

Antes de que me diese cuenta, uno de los guardias me golpeó en la cabeza con su disco.

Lo siguiente, se quedó en negro.

****

Abrí los ojos poco a poco, confuso. Me dolía todo. Especialmente la cabeza. ¿Me habían dejado inconsciente? Sí, recordaba a los guardias entrando en el garaje y paralizándonos a todos.

Pero, entonces, ¿qué hacía de nuevo en el Coliseo? Justo en el mismo sitio donde había entrado en la Red con Ragun.

Eh, ¿te encuentras bien?

Hablando del rey de Roma. Ahí estaba Ragun, obsevándome con cara de preocupación.

Me duele todo el cuerpo. Gracias por preguntar —gruñí, incorporándome con cuidado.

¿Que te ha pasado? ¿Dónde está Light?

¡Y yo qué sé! ―protesté, atravesándole con la mirada. Tarde unos segundos en tranquilizarme, poniendo en orden mis pensamientos―. ¡Y yo qué sé! Nos atacaron unos guardias antes de que él pudiese coger el móvil. Supongo que le habrán hecho preso...

"Pero, ¿por qué a mí no?"

Bajé la mirada, pensativo. Era muy raro que no me hubiesen metido en una celda, o incluso ejecutado. Era un usuario. Y encima uno que se les escapó durante uno de sus famosos Juegos, por si era poco. Entonces, ¿qué hacía aquí, libre? La única explicación que me vino a la mente fue que la alianza que había trazado Ragun fuese la responsable. Pero, ¿cómo sabían que pertenecía al bastión?

¿Acaso nos habían estado vigilando desde que llegamos...?

Me levanté despacio, haciendo leves muecas de dolor cada vez que movía los brazos. Rebusqué entre mis pantalones, comprobando que no me faltara nada. Pero sí que faltaba. Tenía las pociones y los éteres, incluso la cartera, pero faltaba casi lo más importante: el móvil.

¡¿Que demonios?!

Volví a rebuscar por todos los bolsillos del traje, e incluso por los alrededores, pero no estaba por ningún lado. No me lo podía creer, lo había vuelto a perder. Y por culpa de la misma persona. Bueno, técnicamente era su copia, pero era lo mismo. Ya era la segunda vez que perdía el móvil por culpa de Light Hikari.

¡¡Cabrones, lo acababa de terminar de configurar!! ―protesté a pleno pulmón, añadiendo todos las palabras malsonantes que se me ocurrieron.

¿Qué era lo que debía sentir en ese momento exactamente? Mi mente claramente me decía que debía estar enfadado, pero había algo más. ¿Ira? ¿Tristeza?

Suspiré, poniendo en orden mis pensamientos y las prioridades. El móvil podía esperar.

¿De verdad has pactado con esos cabrones que mandan aquí? ¿Qué demonios les has ofrecido a cambio? —le pregunté a Ragun, volviendo a centrarme.

El poder de controlar sincorazón, eso querían —explicó, acercándose al ordenador por el que habíamos venido—. Pero de todas formas, con tal de que solo les enseñemos a controlar los de tipo más débil dudo que puedan hacernos nada.

Enarqué una ceja y le miré, escéptico. ¿Controlar a los sincorazón? Sí, era algo lógico. Pero no había manera de que don Musculitos supiese hacerlo él mismo. Era fuerte, pero aún tenía mucho camino por delante hasta llegar a ser Maestro. ¿Y lo de enseñarles a "controlar los de tipo más débil"? Los jefazos de la Red eran idiotas, pero no tanto.

Pero tú no sabes controlarlos. Aunque puede que sea por esta "alianza" que me hayan dejado libre... —aventuré.

No, yo no sé todavía. Pero las Maestras sí. Les pediré a Nanashi y a Ariasu que una de las dos vaya a la Torre de Clu a hablar con el mandamás. A cambio tendremos vía libre para ir por éste mundo, además de que nos proveeran de una base para nuestras misiones y suministros para todos nosotros.

Fantástico —respondí, irónico. Seguía convencido de que no podíamos fiarnos de ellos, pero no iba a insistir en algo que me parecía obvio—. Pero sabes que Ariasu nos va a matar por no encontrar a Saavedra, ¿no?

Esta ciudad es demasiado grande. ¿Cuántas posibilidades teníamos de encontrarlo en primer lugar? Ni siquiera sabemos si sigue en este mundo —se quejó. Aunque, precisamente, nuestra tarea secreta consistía en averiguar si al menos el gitano seguía en la Red o no—. Si la Maestra Ariasu se enfada que venga ella misma a buscarlo, es su Maestra y por tanto su responsabilidad.

Lo que tú digas —le dije, encogiéndome de hombros. Ariasu ni siquiera era mi maestra. Si alguien se llevaba la bronca grande, sería Ragun—. Volvamos ya, me duele todo. Y tengo que comprar un móvil.

Mi compañero asintió, trasteando con el ordenador para preparar nuestra vuelta a casa.

Me giré para echar un último vistazo a la Red antes de marchar. El viaje había sido, directamente, nada productivo. No había encontrado ni una pista sobre Saavedra, ni había conseguido cumplir ningún objetivo para el bastión. La culpa, principalmente, había sido por la curiosidad. Últimamente, me invadía demasiado. Me dominaba, incluso. Dejándome llevar por el ansia de aprender, sólo había conseguido acabar humillado tras una batalla musical y que una sincorazón casi me matara.

Debía corregir y aprender de mis errores. Con o sin llave, me haría más fuerte para que ésto no volviese a ocurrir jamás. Algo positivo de no tener corazón era que, al menos, ya no me atormentaban los fracasos. Tendría todo el tiempo del mundo para vengarme. Y podían estar seguros de que lo haría.

La luz del ordenador empezó a absorbernos, de vuelta a Bastión Hueco. Por hoy, la misión había acabado.

Oh, recuérdame que te presente a una chica muy maja que he conocido hoy —le comenté a Ragun mientras nuestros cuerpos entraban en el ordenador—. Se llama Raven...

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Un placer haber terminado la trama con todos, aunque me habría gustado que los bandos hubiesen coincidido.

Espero volver a la Red pronto~
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57. Ferrocustodio I
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Re: Ronda #11 - Un lugar por el que obsesionarse

Notapor Sally » Jue Jul 31, 2014 11:58 am

No entendía lo que estaba ocurriendo, veía el brazo de su compañero girar, como si estuviera interactuando con la cerradura, pero de alguna forma parecía que algo iba mal. Que el otro aprendiz no contestara no hizo sino aumentar sus sospechas, pero nada podía hacer él. Tan solo mirar. Y esperar a que aquello terminara.

Aunque no lo hizo de la forma que suponía.

Su compañero de pronto se derrumbó.

¡Light! Light, ¿estáis bien?

Un temblor estuvo a punto de enviarle al suelo, evitando que pudiera alcanzar a su compañero antes de que Tron lo hiciera. La barrera, al menos, había desaparecido, pero aquella especie de terremoto no auguraba nada bueno, incluso cuando habían hecho lo que se les había pedido. ¿No debía el sellar la cerradura mejorar la situación? ¿Acaso había salido mal? ¿Había sido una trampa y habían acabado haciendo algo totalmente diferente? De cualquier modo, tenían que irse de allí.

A pesar de estar dirigiéndose a la salida lo más rápido que los temblores le permitían, no podía evitar mirar hacia atrás constantemente, para ver cómo la esfera se abría mostrando que en su interior, bañado en una luz que le hizo daño de nuevo en los ojos, se sentaba un hombre. Pero no tuvo oportunidad de estudiar más sus facciones antes de que el Sincorazón volviera a echárseles encima. Alzó la Llave Espada más por instinto que por otra cosa, puesto que se sabía inútil contra el insecto gigante, y se preparó para recibir un ataque que nunca llegó. La figura que se había alzado desde el interior de la esfera lo había paralizado de alguna forma. No comprendía por qué lo había hecho, pero aquello les daba la oportunidad de escapar sin tener que luchar por sus vidas…

Sin embargo Tron no quería irse sin obtener algunas respuestas, puesto que le pidió que sujetara a Light para poder encararse al hombre cuando apenas les restaban un par de pasos para alcanzar la salvación…

¿¡Por qué la revolución está condenada!?

Yo también fui Tron una vez.

Abrió los ojos, sorprendido. ¿Cómo iba a haber existido otro Tron, diferente al que les había ayudado? ¿Es que acaso nada tenía sentido en aquel mundo?

Pregúntale. Dile mi nombre. Anúnciale mi regreso. Cyrus.

Aquellas últimas palabras marcaron el inicio del final; el lugar, que hasta entonces sólo había temblado de forma no muy halagüeña, empezó a desmoronarse. El Sincorazón y el desconocido desparecieron ante sus ojos, como pronto haría lo demás. Aleyn estuvo a punto de atravesar la puerta antes de que el corazón se le saliera del pecho por culpa de la angustia, pero Tron no se había movido de su sitio, y eso le hizo quedarse.

¡Tron! ¡Debemos irnos antes de que este lugar se caiga a pedazos! —le gritó, esperando que sus palabras pudieran arrancarle del estado de shock en el que se encontraba tras las declaraciones de la misteriosa figura.

No podía moverse rápidamente cargando con Light, y no había mucho tiempo que perder, así que si el programa seguía sin volver al mundo real, tendría que dejar momentáneamente a su compañero para ir a por Tron. Y arrastrarle del brazo, si hacía falta, hacia la salida.

Podían haber cometido un error y podía estar el suelo a punto de derrumbarse a sus pies, pero entre toda la confusión y el caos tenía muy claro que nadie se iba a quedar atrás. Los tres atravesarían la puerta y dejarían aquel maldito lugar.

*****


Tal vez como hubiera cabido esperar, aparecieron en el lugar del que habían sido traídos. La Carretera de los Muertos estaba igual de yerma y desolada que antes, pero dado el lugar del que acababan de salir, casi le pareció paradisíaca.

Light acabó tumbándose en el suelo, y Aleyn se sentó cerca. Una vez agotada la adrenalina, no estaba seguro de cuánto tiempo más le iban a soportar las piernas. Y desde allí se dedicó a observar cómo Gaomon usaba poderes curativos para tratar de borrar las secuelas que la experiencia había dejado en sus cuerpos.

Quizás intentar regresar a la ciudad, ya fuera para encontrar un sitio donde reponerse mentalmente, o para comunicarle a Clío que Andrei ya no se encontraba en La Red, sería una buena idea, pero en esos momentos Aleyn no sentía ningún deseo por levantarse o moverse siquiera. Después de pasar tanto tiempo en tensión, su cuerpo necesitaba poder relajarse y aferrarse a la idea de que no iba a estar en peligro de muerte, al menos en los próximos minutos. Si la Carretera de los Muertos estaba tan poco frecuentada como le habían contado, permanecer allí un poco más tampoco iba a suponer un gran riesgo para ellos.

Light… ¿qué ocurrió exactamente cuando intentasteis sellar la cerradura? —no estaba seguro de si era demasiado pronto para preguntar, pero necesitaba saber qué era lo que había pasado— Fue como si el caos hubiera empezado a desatarse cuando lo hiciste…

Se estremeció al recordar el suelo temblando y desmoronándose a sus pies, la angustia de pensar que no iba a ser capaz de abandonar aquel lugar antes de que desapareciera.

―Siento todo lo que ha pasado. Iba a sellar la cerradura, pero se las apañó para que la abriera. Esperemos que nuestra presencia aquí no haya servido solo para aumentar los problemas de este mundo…

Caímos en su trampa, entonces… Deseaba ser liberado y nosotros cumplimos ese deseo.

―Por cierto, Tron. Ese individuo dijo que había sido Tron una vez. Pero Tron eres tú… ¿No? ¿Qué significa eso?

Su mente estaba tan inundada ya de preguntas sin sentido que no sabía siquiera si la posible respuesta del programa podía sorprenderle más.

En algún momento se sugirió regresar a la ciudad, y Aleyn se levantó, asintiendo. Había tenido suficiente descanso por el momento; podría relajarse del todo cuando regresaran a Tierra de Partida.

Últimamente no he parado de detestar a los programas —empezó a decir Light después de un tiempo—. Muchos de estos intentaron acabar conmigo. Mi réplica, réplicas de mis compañeros, Erased Data… siempre he pensado en ellos como enemigos, máquinas de matar sin sentimientos que buscaban la eliminación de los usuarios a toda costa simples asesinos.

Aleyn observaba a su compañero con una mezcla de compasión y respeto. Aquella misión seguramente había removido viejas heridas (o no tan viejas) en él, y sin embargo, había actuado con profesionalidad, racionalmente. Se notaba que era un aprendiz experimentado. Y que tenía la cabeza bien puesta sobre los hombros.

—Pero hoy he comprendido que usuarios y programas podemos ser amigos. Gracias por todo.

>>> Si ocurre algo y puedes ponerte en contacto con nosotros, no lo dudes y vendremos a ayudarte. Estamos juntos en esto.

Te debemos mucho —Aleyn optaría por hacer una leve reverencia; los apretones de manos le seguían pareciendo una cosa extraña e ilógica—. Ha sido un honor conocerte y poder considerarnos aliados. Ojalá la próxima vez que nos veamos La Red sea un lugar mejor, más pacífico.

Aunque en el fondo casi se contentaba únicamente con que aquel mundo siguiera su curso. Porque no podían saber qué era lo que aquella cerradura abierta había liberado. Y si algo estaba guardado o era prisionero en algún lugar quizás fuera porque había un buen motivo para ello. Pero eso, por supuesto, no lo dijo.

Tras la despedida, Light y él regresarían a Tierra de Partida. Y sería curioso cómo Aleyn de pronto considerara aquel sitio como algo mucho más cercano que cuando se fuera; el contraste con La Red había hecho que se fijara ahora en las similitudes que compartía con su mundo de origen. Hacer el reporte de la misión quizás no fuera una experiencia del todo agradable. Había bastante que explicar, y ni por asomo habían logrado cumplir los objetivos que se le habían presentado, aunque habían hecho lo que habían podido.

Una vez acabada la charla, se iría a su cuarto a descansar.

Tenía muchas cosas que contarle a Ygraine. Muchas preguntas que hacerle a Rebecca. Y muchos motivos por los cuales esforzarse al máximo en su entrenamiento.

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¡Fin de mi primera trama!
Me ha hecho mucha ilusión participar, y lo cierto es que me ha parecido muy entretenida y estresante. Muchas gracias a todos y de paso mis disculpas por haberme retrasado tanto a la hora de poner mis posts.
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Final

Notapor Soul Artist » Mar Ago 05, 2014 9:13 pm

La ciudad estaba más fría que de costumbre. Tron, el Renegado o quien fuera no les había dado ni un ápice de conversación en todo el viaje en moto; se había limitado a escuchar lo que ambos aprendices se decían entre sí, o ni eso. El encuentro con el misterioso Cyrus le había dejado confuso, casi en otro mundo.

El programa les dejó en un callejón cercano al ordenador por el que podrían regresar de nuevo a su hogar. No se bajó de la moto; sólo les indicó que abandonaran su vehículo y se quedó montado en esta, ausente en sus pensamientos. Fue Light quien le tuvo que sacar:

Por cierto, Tron. Ese individuo dijo que había sido Tron una vez. Pero Tron eres tú… ¿No? ¿Qué significa eso?

El programa le miró durante un segundo y volvió a dirigir sus ojos en dirección a la moto. Se llevó una mano al casco e intentó ordenar sus pensamientos, sin éxito:

Soy... Tron. Puede que él lo fuese. No lo sé. ―la voz del programa sonaba quebrada, al contrario de la seguridad que llevaba denotando todo el día―. Ahora mismo, no sé quién soy.

No parecía tratarse de amnesia, sino un conflicto de identidad más interno por parte del programa. No quería explicar más; aquello era algo en lo que Aleyn y Light no podían intervenir. Quizás en el futuro. Pero a lo mejor Light soltó unas palabras sobre sus pensamientos del mundo para intentar animale.

Últimamente no he parado de detestar a los programas. Muchos de estos intentaron acabar conmigo. Mi réplica, réplicas de mis compañeros, Erased Data… siempre he pensado en ellos como enemigos, máquinas de matar sin sentimientos que buscaban la eliminación de los usuarios a toda costa, simples asesinos.

Tron mantuvo la mirada apartada, entendiendo el punto de Light. Sin embargo, este continuó para su sorpresa:

Pero hoy he comprendido que usuarios y programas podemos ser amigos.

Light ofreció su mano al Renegado. Este giró su cabeza lentamente hacia él y le miró directamente a través del casco y se quedó paralizado, intentando procesar aquel comando. Dudoso, ofreció la suya al aprendiz y le correspondió con un apretón de manos.

Gracias por todo. Si ocurre algo y puedes ponerte en contacto con nosotros, no lo dudes y vendremos a ayudarte. Estamos juntos en esto.

Aleyn afirmó las palabras de su compañero con una reverencia por su parte.

Te debemos mucho. Ha sido un honor conocerte y poder considerarnos aliados. Ojalá la próxima vez que nos veamos La Red sea un lugar mejor, más pacífico.

El Renegado dejó de dar la mano a Light y se quedó unos segundos mirando a ambos. Soltó una pequeña carcajada a través de su casco y tomó el volante de la moto con ambas manos, lleno de energía.

Gracias... A ambos. Ahora sé bien quién soy.

Giró la cabeza de nuevo a los dos. El motor se puso en marcha, preparado para salir disparado; la seguridad en la voz del Renegado había vuelto. Sólo con unas pocas palabras habían logrado devolverle lo que había perdido.

Soy Tron. Yo lucho por los usuarios.

* * *

La pelota golpeó la pared con fuerza y rebotó. Cayó sobre el suelo, saltó al aire y regresó a su dueño; este volvió a lanzarla, repitiendo el proceso una vez más. Bufó y echó la cabeza hacia atrás, harto de aquella situación; la cama detrás de él le acogió y le invitó a dormir, pero no caería en aquello.

Abrió los ojos y giró la cabeza al escuchar el sonido de la puerta de cristal a su lado ocultándose, mostrando a un hombre vestido de negro frente a él con las manos a la espalda. Dos guardias le acompañaban, pero se quedaron quietos en su sitio mientras su jefe pasaba al interior de la celda y se sentaba en la cama, junto con el prisionero.

¿Has pensado en la oferta de Clu?

A Clu le pueden follar —le espetó el prisionero de ojos amarillos, apartando la mirada de él—. No voy a unirme a... Eso. Va en contra de mis principios.

Ahora las copias tienen principios. Claro que Clu también es una copia. ¿Lo sabías? Tenéis mucho más en común de lo que piensas.

El prisionero no se dignó a contestarle. No le supuso ningún reparo al programa que le acompalaba; se encogió de hombros y sacó un teléfono móvil de sus ropas, el cual comenzó a trastear. Abrió la foto de lo que parecía ser un trozo de papel, un informe en manos de una muchacha, y le dio un toque con él al prisionero.

Te lo presentaré de otra manera.

El muchacho de ojos amarillos bufó y tomó el móvil con mala actitud. Echó un vistazo a la fotografía y lo volvió a ignorar, devolviéndoselo a su teórico dueño; sin embargo, este se levantó de la cama, pasando de recuperar su objeto.

Hazlo ―garantizó el programa, saliendo de la celda―, y el disco de Abraxas será tuyo.

Y la puerta se cerró una vez más, dejando a Dark Light de nuevo atrapado en su propia oscuridad.


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Sombra
El tema de victoria va por ti. Has sido el que más a la deriva ha ido en la Trama: y para qué mentirnos, me ha vuelto loco darte tanta libertad. Es decir, intentas salvar a la chica, te pasas al bando de Tesler, huyes del bando de Tesler, rehuyes del bando de Tesler, le pides a Tesler unirte a su bando, ¡y creas una alianza con él! ¡Pero las vueltas que has dado para llegar hasta ahí!

En este aspecto, eres quien más ha aprovechado las posibilidades sandbox que quería experimentar en esta Trama, y se te ha notado muy emocionado con la misma. Quizás demasiado: en los posts más tempranos que has hecho es donde mayor cantidad de errores hay. Se nota que están hechos con prisas, y eso te ha perjudicado.

53 PX recibidos.
¡Subes al Nivel 24!
76 PX para Nivel 25

Astro
Quizás la parte más random de la Trama es la que a ti te ha tocado. En principio quería presentar aquí a dos personajes nuevos que después tendrán su peso, Moka y Raven; pero no fuiste tras la primera como calculé y te has quedado con Raven y Dark Light. La verdad es que creo que a partir de ahí he improvisado bastante negativamente, y siento que te haya tocado eso a ti.

Sobre tu actuación, me sigue gustando mucho Ban, pero ha habido un par de posts en los que se te notaba más desinflado. ¿Dónde estaba el genial Ban cabrón de Datastream? Sigue aquí, pero parte de esa esencia que se ganó en el mini EG no la he percibido. No sabría explicarlo, pero espero que regrese.

57 PX recibidos.
¡Subes al Nivel 10!
37 PX para Nivel 11

Sally
Lo primero de todo es que lamento que Aleyn haya tenido como primera Trama esta; no sólo es un mundo demasiado fuerte para muchos jugadores del rol en la primera vez que salen de Tierra de Partida, sino que además te he notado un poco desinflada en general, a lo cual pienso que se puede tratar en gran parte por ser un lugar que no te interese como tal. El resto de tus compañeros han jugado con ese campo a su favor debido a que les gusta Tron Legacy y todo su universo.

Lo más destacable que veo necesario para comentar es que he intentado dar algunos puntos de protagonismo a Aleyn, pero creo que los has rebotado el par de veces que se te han presentado. No los has rechazado, en absoluto, pero sí que noto que no los has aprovechado y los has pasado a tu compañero; quizás por miedo al ser de menor nivel.

56 PX recibidos.
¡Subes al Nivel 3!
¡Subes al Nivel 4!
¡Subes al Nivel 5!
25 PX para Nivel 6

Light
Creo que eres el que más contento ha salido de la Trama, pues al final tu ruta te ha obligado a ligarte mucho al mundo. Me habría gustado poder ofrecerte mayor interacción con el bueno del Renegado, pero creo que tampoco me he quedado corto con la que te he ofrecido.

¿Quejas? Ninguna. ¡Pero que Tierra de Partida y Bastión Hueco no se cruzaran es por tu culpa!

60 PX recibidos.
¡Subes al Nivel 17!
74 PX para Nivel 18






* * *

Pocas luces iluminaban aquel lugar. La prisión eterna en la que había sido introducido se había abierto, pero él se negaba aún a abandonarla; quería descubrir los secretos de aquel lugar y usarlos a su favor. Ningún programa más en toda la Red sabía de la existencia de tal maravilloso paraíso tecnológico, del corazón del mundo.

Ninguno, excepto uno. El mapa virtual frente al que estaba señaló un punto iluminado lejos de la ciudad de la Red, una mísera luz perdida en las montañas nevadas. El mapa hizo zoom, y una base oculta entre la nieve pudo ser divisada.

Volvemos a vernos... Tron.

Las cicatrices azules del parásito se encendieron en la oscuridad.
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¡Gracias, Flan, por Alexis e Ivan!
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