[País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

TdP: Light, Maya, Hana y Neru - BH: Freya

Aquí es donde verdaderamente vas a trazar el rumbo de tus acciones, donde vas a determinar tu destino, donde va a escribirse tu historia

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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Zodiark » Dom Jun 12, 2016 3:52 pm

Buen trabajo, lo hemos conseguido —dije mientras aterrizaba tras suspirar aliviada al ver que todo había acabado bien.

Me acerqué entonces a Ukki para que volviese conmigo, y vi que Gabranth, efectivamente, no había hecho nada. Miré a Peter y le di las gracias por ayudarme.

Con la batalla acabada y todos sanos y salvos, era hora de reorganizarse. Todos nos reunimos en el lugar donde habían estado Gaomon, Nana y Gabranth a salvo de los Sincorazón. Teníamos que explicar la situación y decidir qué hacer a continuación. Una claramente cansada Rebecca tomó la iniciativa:

Fue mi culpa... Freya desapareció por mi culpa... Yo fui la que le permitió subirse a ese barco pirata antes de que apareciera el Juez. Exploré el barco de arriba a abajo, pero no la encontré, ni a parte de la tripulación. Su amuleto se le cayó en un pasillo y desde ahí le perdí la pista. Como no se encontraba en el barco, pensé que... quizá se encontrara en la isla, y cuando vi ese enorme monstruo aparecer...

»Es una tontería, una locura, pero... sospecho que los piratas son los causantes de esta tragedia. Me alegra ver que al menos vosotros seguís con vida. ¿Cómo ha ido todo en el poblado indio, y Mog?

Sonreí y la miré a los ojos. Yo también me alegraba de ver que estaba a salvo... aunque tenía mala pinta.

Freya y yo hemos pasado por situaciones muy complicadas, estoy seguro de que saldrá de ésta —le respondió Light—. Ha ido bien. El Campamento sufrió un ataque de Sincorazón durante la ceremonia, pero por suerte logramos solventarlo. Mog seguirá allí si no me equivoco.

Así es. Le dejé a cargo de vigilar el campamento y de ponerse en contacto con usted si algo pasaba, Maestra. No obstante, Light, no ha ido del todo bien. Algunos indios no lo consiguieron —miré al suelo, entristecida—. Logramos acabar rápidamente con ellos, pero los daños han sido grandes. Los indios aún están intentando poner orden allí.

La conversación continuó y Hana explotó contra Gabranth, tenía cosas que reprocharle aún. Después de todo, habían pasado cosas entre ellos que yo desconocía antes de que lo capturásemos. Notaba que el hombre estaba abatido, y que efectivamente no iba a hacer nada para oponer resistencia como ya había demostrado, pero aún así no podía tener compasión con él en ese asunto. Era nuestro enemigo, al fin y al cabo, y había cometido crímenes por los que le habíamos capturado, y ahora debía hacerles frente. Sabía que posiblemente alguien estaba esperando que lo defendiese o que intentase hacer que Hana dejase correr el asunto, ya que habían visto que de alguna forma había hecho buenas migas con él, pero no iba a hacerlo. Tanto la chica como Light, y como cualquiera de los de allí, estaban en su derecho de pedirle explicaciones. Me limitaría a escucharles.

Le observé cuando la discusión, terminó, y recordé sus palabras:

"—Suceda lo que suceda esta noche... No volveré a ser un Juez, no tengo derecho. Lo he perdido todo, ya no me queda honor ni voluntad, sólo me quedabas tú, Zawrid... Estoy seguro de que algún día lo comprenderás."

Miré al suelo y negué con la cabeza. Era nuestro enemigo, ¿pero no podía hacer nada por él? Devolverle esa voluntad que decía que había perdido, que se levantase y que volviese a luchar, pero no junto a los Villanos Finales, no como nuestro enemigo. Quería hacerle ver cómo hacíamos las cosas nosotros, que entendiese que no éramos tan malos como creían ellos. Quizá así fuese capaz de estar en paz consigo mismo y de pagar por sus crímenes. Y también quería paliar la oscuridad de su corazón, que la luz volviese.

"sólo me quedabas tú, Zawrid..."

Tenía que haber alguna forma, seguro. ¿Pero cómo? Se había negado a contarme nada, no sabía nada sobre él. ¿Cómo iba a ayudarle así?

En cualquier caso, el asunto de la llave y la puerta. Al parecer todo lo que estaba pasando en Nunca Jamás tenía su origen allí, me preguntaba que nos aguardaba en aquel lugar. Después de todo, Gabranth y Seymour iban buscando la forma de abrir la puerta, así que en efecto esta era la causante de todo aquel revuelo. ¿Sería un lugar seguro...?

Este mapa del corazón me lo entregó el jefe de los indios, seguro que nos será de mucha utilidad

Me acerqué a Light y asomé la cabeza en el mapa para estudiarlo a fondo. Intentaría localizar el lugar en el que nos encontrábamos, el campamento indio, nuestro campamento y también la playa en la que nos habíamos enfrentado a Gabranth, pues posiblemente el barco pirata del que hablaba Rebecca seguía por allí.

Maestra Rebecca, no vamos a dejar que ese villano entre ahí dentro, ¿verdad? Tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos y no podemos fiarnos de su palabra. Por eso deberíamos mandarlo con un portal a «cierto lugar»… ¿no? Ronin u otra persona podría vigilarle mientras.

Hana asintió, y la verdad es que era una buena idea. Aunque asegurase que no iba a darnos más problemas era un prisionero de la Orden ahora, no podíamos dejarlo suelto, y ya habíamos abusado demasiado de Balthier, Peter y los demás para que nos ayudasen a hacernos cargo de él. Lo mejor iba a ser llevarlo a Tierra de Partida y recluirlo allí. Además sabía que no iban a hacerle daño si Rebecca lo pedía expresamente, así que la miré y asentí con la cabeza, convencida de que la Maestra me entendía.

Quería hablar a solas con Gabranth una última vez antes de que fuese encerrado en prisión, pero al parecer no iba a poder ser. Nuestra charla tendría que esperar.

Estoy de acuerdo, también. Pero, Maestra, le di mi amuleto a Mog para ponerse en contacto con usted si algo pasaba en el campamento. Si las cosas empeoran allí él la avisará a usted, y no sé si el amuleto tiene tanto alcance...

Era necesario avisarla, después de todo si se iba cabía la posibilidad de que Mog no pudiese ponerse en contacto con nostros. Y en cualquier caso, si se ponía en contacto con alguien sería con ella, así que ella debía contactar con Light en ese caso.

Entonces... ¿vamos? ¿Y qué hacemos con el asunto de Fran y Freya?

Observé a Light, Hana y Shinju, esperando una respuesta. Después miré a Balthier y a Peter Pan, preguntándome qué harían ellos. Era demasiado peligroso para gente no Portadora, suponía, así que posiblemente preferían volver al campamento indio o a buscar a Fran.
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Hasta nunca jamás - Ronda #7

Notapor Tsuna » Lun Jun 13, 2016 1:55 am

Entrada


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No tenéis por qué temer. Mi voluntad ha quedado reducida a nada, no tengo ya por lo que luchar, ni honor tampoco. No escaparé, ni os haré daño. Concentraos en vuestras tareas y dejad de centrar todos vuestros ojos sobre mí. ¿He sido claro?

Como el agua. Pero si crees que vamos a hacerte caso eres un ingenuo —Gabranth frunció el ceño ante la respuesta de Light.

Has sido un estúpido. ¿Quién te crees que eres? Recuerda que te hemos hecho prisionero porque tu intención era matarnos. No te intentes hacer el amistoso. No funcionará. Te tengo calado, «juez».

»Ya que finges estar tan colaborativo, respóndeme a un par de preguntas, señor justiciero. Antes de que nos encontráramos, capturaste a un compañero nuestro, Neru, y a otra niña. Neru regresó, pero ella no. ¿Qué la hiciste? ¿Dónde está Wendy? ¿Acaso entra en tu idea de justicia usar a una inofensiva niña en cuales fueran tus planes? ¿Qué te había hecho ella, hijo de puta?

Gabranth bajó la vista, claramente herido por las palabras de Hana.

Eso no...

»Tiene familia, unos padres y unos hermanos que están preocupados por ella. Pero a ti eso te da igual, ¿no? Los de tu calaña pensáis que la justicia consiste en el sacrificio de unos pocos

El antiguo Juez se tomó unos segundos, abatido por las duras críticas de la aprendiz.

Como bien dijiste, no hay mayor deshonor para mí que haber sido vencido y capturado por vosotros, los Portadores. Me ha costado mucho aceptarlo, el perder todo por lo que luchaba, incluso mi identidad como el Juez Gabranth. Zawrid fue la única que ha querido entenderme, pese a todo ―miró a la pequeña―. Aún así, admito que no puedo confesarlo todo. He hecho cosas de las que no me siento orgulloso, ya os lo dije, mi corazón está lleno de oscuridad.

Mencionaste que Wendy era asunto de un tal Seymour

Así es, es por ello que desconozco su paradero, teníamos la base pirata de la montaña en nuestro poder, pero no puedo garantizar que la niña siga allí. En adición, nunca he sido partidario de la forma de actuar de Seymour, no tiene honor alguno en sus actos y yo fui el primero en estar contra su rapto, pero me hice responsable del mismo. No tengo palabras para expresar mi perdón.

Era una suerte que Peter andara ayudando a unos indios a reponerse en el otro extremo del claro, porque de haber escuchado la conversación se hubiese vuelto loco.

»Desconozco dónde puede estar.

Gabranth bajó la cabeza, parecía estar sufriendo mucho por dentro. Luego los aprendices se conglomeraron alrededor de Light, que tenía el mapa. Las maestras esperaron a que ellos lo miraran primero, y luego Light se lo ofreció unos momentos.

Este mapa del corazón me lo entregó el jefe de los indios, seguro que nos será de mucha utilidad.

Desenrrolló el viejo pergamino, áspero, duro, y parcialmente carcomido por las esquinas. Dentro tenía en efecto un enorme dibujo de lo que era el Corazón de Nunca Jamás, dibujado con una pintura ya reseca y oscura. Resultaba milagroso que aquel pergamino siguiese en ese estado.

La parte superior del esquema simulaba la zona superior de la isla: bosques y plantas de color verde, así como una explanada en la que había una puerta de oro. Era la que tenían en frente, donde estaban ahora: la entrada. Tras el portón se hallaba un largo y enorme túnel que descendía más y más hasta acabar en una especie de capilla o templo, bien dibujado y representado, con diversas rutas sin salida alguna, que se perdían en el interior de la isla, excepto una, que terminaba en una especie de sala de color rojo intenso. Esa zona estaba rodeada de pintura marrón, dando a entender que era bajo tierra. Se trataban de las cavernas superiores.

Desde la capilla se podía descender todavía más a un nivel inferior, desembocando en una especie de templo antiguo en honor a algo, del cual salían túneles cual laberinto, era una suerte que contaran con el mapa, porque de no haberlo llegado a tener las hubiesen pasado muy mal. Esas eran las cavernas intermedias, y uno de los túneles llevaba a una especie de sala de color verde intenso.

Desde aquel templo se podía seguir descendiendo todavía más hasta alcanzar una zona rodeada de pintura azul, indicando que ya se encontraba bajo el nivel del mar. Las cavernas inferiores. No eran unas cuevas tan grandes como las anteriores, pero el dibujo sí reflejaba algunas zonas de cuevas repletas de cristales y una sala de color azul intenso.

Finalmente, y accediendo desde las cuevas inferiores, había un camino con una enorme puerta de piedra (similar a la de oro que tenían delante) que daba acceso a una zona que ya el mapa no reflejaba. Quizá eso fuera el Corazón, a decir verdad tenían un largo camino por recorrer.

Llegó entonces el momento tan esperado: acceder al Corazón del mundo, donde les esperaba la la cerradura del mundo que aparentemente buscaban los Sincorazón y los Villanos. Era su deber proteger ese lugar, a costa de sus vidas, por lo que no vacilaron. No obstante, sí se mantuvieron recelosos de su prisionero, pese al lamentable estado en el que se encontraba.

Maestra Rebecca, no vamos a dejar que ese villano entre ahí dentro, ¿verdad? Tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos y no podemos fiarnos de su palabra. Por eso deberíamos mandarlo con un portal a “cierto lugar”… ¿no? Ronin u otra persona podría vigilarle mientras.

Es lo que deberíamos haber hecho desde el principio. Hemos estado cargando un peso muerto sin necesidad, Rebecca. —reprochó Shinju a la otra maestra.

Me parece bien.

Estoy de acuerdo, también. Pero, Maestra, le di mi amuleto a Mog para ponerse en contacto con usted si algo pasaba en el campamento. Si las cosas empeoran allí él la avisará a usted, y no sé si el amuleto tiene tanto alcance...

La maestra Rebecca se agachó hasta la altura de sus rodillas y, con una sonrisa cansada, le respondió. Si algo caracterizaba a Rebecca, era la amabilidad que demostraba hacia todo el mundo.

Tienes razón, el amuleto no tendrá tanto alcance. No podréis comunicaros conmigo tampoco, pero prometo que volveré cuanto antes, en cuanto deje un resumen y me recupere lo suficiente...

Rebecca volvió a ponerse en pie, esta vez mirando al Juez con seriedad. Se acercó hasta él y afirmó:

Decidí no poner fin a tu vida, ni enviarte directamente a prisión cuando te capturamos... Tan honorable que eres, te has mantenido fiel a tus principios y nos has ayudado en la medida que has podido, pese a ser nuestro enemigo declarado, eso dice mucho de ti... Y es por ello que hablaré en persona con la Federación, procuraré que te rebajen la pena.

»Ni siquiera un hombre como tú merece sufrir tanto. Ahora, nos vamos.

Shinju bufó por lo bajo y se cruzó de brazos, estaba claro que no apoyaba la decisión. Los aprendices, al contrario que la maestra, habían mostrado mucha más dureza al tratar con Gabranth, quizá aquella decisión tampoco les pareciera justa, pero había sido su propia decisión. A fin de cuentas, el Juez les había demostrado que no pretendía escapar, que lo daba todo por perdido y tenía aceptado su destino, así como que confirmaba sus propios crímenes.

Quizá, y solo quizá, aquel fuese un momento de verdadero cambio para aquel Villano Final.

La maestra extendió su brazo, ante la vista de todos, para abrir un Portal de Luz y llevar a Gabranth a Tierra de Partida. Después de dejarlo a buen recaudo, se recuperaría y volvería con todas sus fuerzas a ayudarlos. No obstante, el chasquido de una rama cercana llamó por completo su atención.

Me temo que no puedo permitirlo, Maestra Rebecca. No estoy de acuerdo con su decisión.

¿Eh?

De entre los árboles rotos y la oscuridad, surgió una figura. Una que les había estado acechando todo ese tiempo, sin perderlos de vista ni un solo segundo. Y no venía solo, claro que no...

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Seymour se adelantó, con Wendy bien sujeta y frente a él cual escudo. En cuanto avanzó unos pasos más, quedando ante la vista de todos, alzó su mano derecha invocando una vara de color rojo que ya conocía Light. Su aspecto bajo la luz de la luna indicaba eso, que parecía fatigado, al igual que todos allí, pero la peor parte se la llevaba Wendy. Sus mirada parecía indicar que no había dormido o comido en semanas, pese a todo, se intentaba sostener sobre sus piernas como podía.

¡¡Wendy!!

He venido a negociar, Caballeros de la Luz. Un trato tan simple y sencillo que hasta vosotros podriaís entender. Lo único que quiero es... —señaló con su vara al grupo, a alguien en concreto—. Al Juez, y lo más entero posible si no es mucha molestia —señaló entonces el brazal que llevaba Hana con su vara, y luego al casco, si Maya había decidido traerlo consigo.

»A cambio, os entregaré a la niña con vida. Si no se cumplen mis condiciones o percibo algún movimiento sospechoso por vuestra parte, entenderé que no estáis de acuerdo y acabaré con su vida aquí y ahora. Puede que tampoco sea la única en morir... —miró en derredor, observando a los indios que hacían todo lo posible por no lanzarse encima suya y a los piratas, incluso a la maestra—. Pero será la primera.

Light sabía muy bien cómo era Seymour, lo había visto de primera mano en el poblado indio. No dudaba un segundo en matar a alguien cuando la situación lo requería, fuera inocente o no, y les estaba dando la posibilidad de salvar a Wendy, y a muchos más, si tan solo le entregaban al Juez Gabranth de forma pacífica. Para Hana aquello debía ser también muy humillante, pues era la primera en estar contra los Villanos Finales.

¡¡COBARDE!! —estalló Peter, muerto de furia, después recapacitó y miró a los aprendices, casi suplicando—. No me digáis que... por favor, Light, Hana, tenéis que aceptar. Tenéis que hacerlo.

P-por favor, haced lo que dice... —rogó Wendy desde su posición cuando Seymour le permitió hablar, casi sin fuerzas.

Seymour contuvo una carcajada a duras penas y le tapó la boca a la niña.

Al menos no ha tomado como rehén al poblado entero —le dijo Gabranth a Maya—. No tenía claro si vendría a por mí o no, pero conozco su forma de actuar y me negaba a que pasaras por esa situación, Zawrid, no cuando la misma podría haber mancillado por completo tu promesa. Hubieses estado sola e indefensa, te habrías echado la culpa de no haberlo visto venir, de haberlos puesto a todos en peligro otra vez.

¿Y bien? ¿Aceptáis mis condiciones, Caballeros de la Luz? Por lo que sé Wendy Darling tiene buena relación con algunos de vosotros, pensadlo bien.

Kupó, ¿va en serio kupó? Esto es chantaje kupó.

Eso es caer muy bajo, pero... No sé, yo me lo pensaría en vuestro lugar. —les dijo Balthier, preocupado.

Entonces tenían que posponer la entrada al Corazón, al menos hasta que decidieran cómo iba a terminar aquel desenlace. ¿Aceptar las condiciones de Seymour y evitar una batalla allí mismo que podía acabar con muchos muertos, o enfrentarse a él? Era una decisión muy delicada que podía marcar las relaciones de la Orden con los habitantes del mundo de cara al futuro de la misión.

Y si querían saber dónde estaba Wendy, bueno, ya lo sabían.

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La situación es esta, no hay más: aceptáis sus condiciones de entregar a Gabranth de forma pacífica o no. La decisión es muy importante de cara a la relación con los Niños Perdidos o los indios, pese a todo, si de verdad creéis que tenéis alguna posibilidad de salvar a Wendy sin que Seymour la remate en el acto, podéis intentarlo con el riesgo que conlleva.

Es hora de elegir.


Cavernas inferiores


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Está bien, está bien. Dame un momento para pensar.

Freya se tomó su tiempo para razonar su siguiente movimiento. Era muy peligroso acercarse a la pluma de cristal sin más. Fran asintió y esperó lo que hiciera falta, mientras se dedicó a mirar la pluma, como si la tuviera hipnotizada por completo.

Vale, a ver qué tal esto. Dispara al techo con algún tipo de hechizo que consiga que caiga la mayor cantidad de gusanos posibles, entonces yo paso hacia el altar para coger la pluma. Si por algún casual con un solo disparo no es suficiente, justo cuando vaya a volver deberías disparar otra vez. No suena muy disparatado, ¿no? Probemos, si te parece.

Podemos intentarlo, creo que el fuego funcionará. Parece que no han visto mayor luz que la que desprende ese cristal en toda su vida. Pero ten cuidado, aventurera. —dijo sonriente.

La pirata del aire apuntó entonces al techo de la cueva, más concretamente al fondo, y disparó un hechizo Piro común. El efecto fue inmediato, el techo de la cueva se iluminó con violencia y gran parte de la maraña de gusanos que allí se encontraba cayó al agua. Las aguas negras se movieron de inmediato, indicando que los cocodrilos se estaban aproximando a la zona en la que estaban cayendo los gusanos.

Ve, ahora.

Fran no esperó, sino que lanzó varios Piros más a distintos puntos alejados de la cueva. Freya desde el aire lo pudo ver, cientos de gusanos caían sobre el agua mientras algunas sombras gigantes se movían a través del agua bajo sus pies. Tenía que tener coraje para meterse ahí.

Al final logró alcanzar la pluma de cristal azul sin mayor contratiempos, en cuanto la tocó la sintió helada al tacto. Tampoco le costó arrancarla del altar en el que parecía estar sujeta. Ahora bien, lo complicado era volver... y que no se le cayera por el camino al agua, porque entonces sí se podía dar por perdida.

Puedo ayudarte un poco más, espera un momento.

Fran agarró su arco, preparó unas pocas flechas y apuntó a distintos puntos de la caverna. Luego disparó, flechas ígneas, cargadas de llamas, que quedaron clavadas con fuerza en el techo, incendiando todo a su alrededor y manteniendo el fuego allí arriba. La caverna se iluminó todavía más y las aguas seguían revueltas: menudo festín se estaban pegando los cocodrilos. Esa fue su oportunidad. Freya se lanzó de vuelta a la salida, volando.

Fue una suerte no encontrarse con ninguna de esas bestias por el camino.

Lo has conseguido —esperó a que la pelirrosa se tomase un respiro y añadió—. ¿Pero qué es esta pluma? Llevo mucho tiempo en Nunca Jamás, el suficiente, y nunca había visto algo como esto. ¿A ti te dice algo?

Respondiera lo que respondiera y dejando las flechas clavadas en la cueva, cuyo fuego se iba apagando y debilitando, volvieron por la única salida posible, llegando a la cueva de cristales.

Y bueno, ¿a dónde vamos ahora? Creo recordar el camino por el que volvimos, si quieres regresar a aquella sala.

Fran esperó su respuesta, tenían que decidir a dónde ir. En cuanto la diera, unos pasos resonaron cerca de ellas. Unos hombres, solamente dos, salieron a su paso desde detrás de unas rocas. Freya los identificó al instante: piratas, piratas de Garfio. Reían con avaricia y llevaban sables y pistolas en sus manos, las estaban apuntando.

—Vaya vaya, al final la señora Samy tenía razón. Dijo que esperáramos, que ya alguien conseguiría esa pluma de cristal por nosotros, y era verdad.

—Con tan bonitas vistas me da pena lo que va a pasar, pero os las arrancaremos de las manos a costa de vuestras vidas, je je je.

—La señora Samy debería andar con el capitán y Smee por ahí, pero les va a traicionar. Y a nosotros nos va a dar una recompensa por ayudarla. De verdad, es una pena, pero si la entregáis sin oponer resistencia prometo que será rápido.

Fran miró de reojo a Freya con ceño fruncido, sin saber lo que pensaba hacer. Les habían tendido una emboscada en toda regla y no podían planear nada delante de sus enemigos. Solo contaban con unos pocos segundos: u obedecían o morían, pero hiciesen lo que hiciesen las iban a matar igual.

¿Qué podían hacer?

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Hagas lo que hagas te van a intentar disparar, así que piensa bien cómo proceder.


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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Light » Vie Jun 17, 2016 12:16 am

Light escuchó a Gabranth con cierta sorpresa, pues su impresión de aquel villano había sido algo equivocada: parecía ser bastante más decente que Seymour. Incluso confesó información interesante y criticó las acciones de su compañero, imperdonables.

Pero todavía no se fiaba de él, por lo que sugirió que le llevaran a Tierra de Partida cuanto antes. Todos los presentes mostraron su conformidad con la sugerencia. Rebecca le llevaría al susodicho mundo y aprovecharía para curar sus heridas, mientras tanto se las tendrían que arreglar sin ella.

«Bueno, tanto como honorable», pensó mientras escuchaba a Rebecca, quien halagaba al Villano Final.

Shinju bufó, quizás porque no le parecía bien que le redujeran la pena, quizás porque tampoco le consideraba alguien honorable. En cualquiera de los dos casos, Light opinaría igual que la Maestra de Bastión Hueco. Curiosamente, coincidiría con alguien del bando contrario. Alguien como aquel Villano Final tenía que pagar.

Quizás, si hubiera conocido a Gabranth en otras circunstancias, pensaría de otra manera.

No manifestó su opinión y se limitó a observar con el semblante serio a Gabranth, mientras la Maestra creaba un Portal de luz.

Entonces, sus oídos percibieron el sonido de las ramas y después… le vio a él.

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Me temo que no puedo permitirlo, Maestra Rebecca. No estoy de acuerdo con su decisión.

¿Eh?

«Lo sabía», su mal presentimiento se cumplió, tal como se temió. No llegó a morir, solo desapareció.

Seymour Guado acababa de aparecer. Light se quedó perplejo cuando se percató de que no estaba solo. Una chica, la amiga de Peter Pan que llegó a conocer en su anterior visita, le acompañaba. Claramente la utilizaba como si fuera su escudo, así que ni se replanteó atacarle de frente.

¡¡Wendy!!

Suéltala ahora mismo —exigió, fulminándole con la mirada. Dolía verla así, porque la muchacha se mostraba muy debilitada, como si no hubiera dormido en muchos días.

He venido a negociar, Caballeros de la Luz. Un trato tan simple y sencillo que hasta vosotros podriaís entender. Lo único que quiero es... —Señaló a la persona en cuestión, el prisionero—. Al Juez, y lo más entero posible si no es mucha molestia.

»A cambio, os entregaré a la niña con vida. Si no se cumplen mis condiciones o percibo algún movimiento sospechoso por vuestra parte, entenderé que no estáis de acuerdo y acabaré con su vida aquí y ahora. Puede que tampoco sea la única en morir... —Dirigió la mirada hacia los indios y Rebecca, dando a entender que ellos serían los siguientes en caer—. Pero será la primera.

«¿Qué…?», se quedó petrificado, mostrando incredulidad. Él mismo lo había dicho: el mínimo movimiento sospechoso supondría el fin de la chica.

Era simplemente injusto. Había derrotado a Seymour, sus compañeros habían vencido a Gabranth. Y, a pesar de todos sus esfuerzos, aquel Villano Final les había puesto entre la espada y la pared. Si accedían a su petición, aquellos dos malvados volverían a causar problemas en otros mundos y no habrían conseguido nada.

Seymour Guado era un asesino, lo sabía de primera mano. No dudaría en matar a la chica, ya había asesinado a muchos indios con anterioridad. La vida de Wendy dependía completamente de su decisión…

«¿Se va a salir con la suya este maldito hijo de puta? ¿En serio?», apretó los dientes y miró a Seymour con pura rabia. Dex Rain, El Emperador, Kefka... todos los villanos que atrapaban lograban escapar de alguna manera. Era injusto.

¡¡COBARDE!! —exclamó Peter, quien experimentaba ira como Light. Miró a los aprendices, suplicante—. No me digáis que... por favor, Light, Hana, tenéis que aceptar. Tenéis que hacerlo. —Light no le contestó, sino que tragó saliva y siguió mirando a Seymour, con el enfado dibujado en el rostro.

P-por favor, haced lo que dice... —El ruin villano le tapó la boca a la muchacha. ¿Se reía o era su imaginación?

«Te vas a arrepentir de esto, sucia víbora, lo juro», ojala pudiera asestarle un espadazo al villano en ese momento.

¿Y bien? ¿Aceptáis mis condiciones, Caballeros de la Luz? Por lo que sé Wendy Darling tiene buena relación con algunos de vosotros, pensadlo bien.

Kupó, ¿va en serio kupó? Esto es chantaje kupó.

Eso es caer muy bajo, pero... No sé, yo me lo pensaría en vuestro lugar.

La vida de Wendy dependía de ellos y, aunque no la conocía demasiado, quería protegerla y no fallarle a Peter. Ojalá existiera alguna manera de salvar a la chica sin tener que liberar al Villano Final…

¿Pero quién tomaría ese riesgo? Light desde luego que no. Especialmente porque no disponía de ninguna habilidad útil para esa complicada situación. Todos los planes que se le ocurrían eran demasiado arriesgados y no se atrevía a llevarlos a cabo (por ejemplo, dudaba que una Coraza divina aplicada en Wendy resultara suficiente para detener un hechizo como el Hielo+ de Seymour). Si no funcionaban la mataría.

Además, los combates anteriores le habían dejado extenuado y prefería no arriesgarse a intentar beber un éter.

«No… se me ocurre nada», intercambió miradas con sus compañeros, nervioso, y suspiró.

Liberemos a Gabranth —sugirió al fin a las Maestras, claramente fastidiado. Por supuesto que no le hacía ninguna gracia liberarle. Además, no se fiaba de Seymour, ni ahora ni nunca. ¿Pero qué otra cosa podían hacer?

Light esperó con tensión a que Shinju y Rebecca tomaran la última decisión. Ellas eran las Maestras después de todo.

Gaomon, por su parte, no se movió. Se quedaría muy cerca de Nana y la cubriría con su cuerpo.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Nell » Sab Jun 18, 2016 1:08 am

Las palabras de Hana calaron de un modo distinto en Gabranth al que la aprendiza se había imaginado. No le gustaba tener que lidiar con personas derrotadas, a pesar de disfrutar de su superioridad; prefería enfrentarse a las fuertes.

Como bien dijiste, no hay mayor deshonor para mí que haber sido vencido y capturado por vosotros, los Portadores. Me ha costado mucho aceptarlo, el perder todo por lo que luchaba, incluso mi identidad como el Juez Gabranth. Zawrid fue la única que ha querido entenderme, pese a todo ―Hana puso los ojos en blanco. ¿Les estaba restregando que no se hubiesen apiadado con su enemigo?―. Aún así, admito que no puedo confesarlo todo. He hecho cosas de las que no me siento orgulloso, ya os lo dije, mi corazón está lleno de oscuridad.

Mencionaste que Wendy era asunto de un tal Seymour ―le recordó.

Así es, es por ello que desconozco su paradero, teníamos la base pirata de la montaña en nuestro poder, pero no puedo garantizar que la niña siga allí. En adición, nunca he sido partidario de la forma de actuar de Seymour, no tiene honor alguno en sus actos y yo fui el primero en estar contra su rapto, pero me hice responsable del mismo. No tengo palabras para expresar mi perdón.

»Desconozco dónde puede estar.

Parecía totalmente hecho polvo. Hana entendió que no le sacaría nada más. Ya no era un peligro para nadie, salvo que estuviera sufriendo, así que se forzó a pensar en él como un infame Villano Final para concluir con unas duras palabras:

Asume las consecuencias.

A continuación se retiraron para inspeccionar el mapa. Hana lo observó minuciosamente, intentando memorizarlo, por lo que pudiera pasar. Le vino a la mente los mapas que de pequeña dibujaba de las islas para marcar con una gran X roja el lugar donde había enterrado un tesoro, una fruslería barata para que su primo lo encontrara. En la mayor parte de las ocasiones no lo lograba, lo que por entonces le regocijaba mucho. Visto con perspectiva, la realidad había sido que no tenía muy buenas dotes de cartógrafa.

Le extrañó que faltase la última parte. Aquel mapa era de los indios, por lo que no debía de tener nada que quisiera ocultar. Puede que nunca hubieran llegado tan lejos.

¿Esta puerta puede abrirse con la misma llave de la entrada? ―preguntó, señalando a la última zona que reflejaba el mapa.

Después de que le respondieran, Maya y Rebecca mantuvieron una breve conversación para hablar sobre unos amuletos de los que Hana no tenía ni idea. Habría preguntado si no estuviera deseosa de ponerse en marcha. Pero primero había que arreglar el asunto de Gabranth.

Decidí no poner fin a tu vida, ni enviarte directamente a prisión cuando te capturamos... Tan honorable que eres, te has mantenido fiel a tus principios y nos has ayudado en la medida que has podido, pese a ser nuestro enemigo declarado, eso dice mucho de ti... Y es por ello que hablaré en persona con la Federación, procuraré que te rebajen la pena.

»Ni siquiera un hombre como tú merece sufrir tanto. Ahora, nos vamos.

«Si él no lo merece, ¿entonces quién, Maestra?», preguntó retóricamente. No creía que Rebecca fuera capaz de cometer actos innobles.

Por una vez estaba de acuerdo con Shinju, al escucharla bufar. Vio que Rebecca abría el Portal de Luz y se despidió mentalmente de Gabranth. Era el primer Villano Final que capturaba con éxito y esperaba que no fuera el último. Sin embargo…

Me temo que no puedo permitirlo, Maestra Rebecca. No estoy de acuerdo con su decisión.

¿Eh?

Un hombre grande, de pelo azul y poco nativo de Nunca Jamás, apareció entre los arbustos para presentarse frente a los aprendices. Hana no sabía quién era, pero no hizo falta. Llevaba a Wendy sujeta, por delante de él para protegerse, ya que no parecía estar en muy buenas condiciones. Y ella aún menos. Hana se horrorizó al ver el lamentable estado de la chica a la que había querido ir a buscar hacía escasos minutos.

Y todo por culpa de Gabranth y de ese hombre.

¡¡Wendy!!

Suéltala ahora mismo

Wendy ―murmuró.

He venido a negociar, Caballeros de la Luz. Un trato tan simple y sencillo que hasta vosotros podríais entender. Lo único que quiero es... —A Hana se le paró el corazón, y un cierto suspiro se le escapó cuando señaló a Gabranth—. Al Juez, y lo más entero posible si no es mucha molestia

»A cambio, os entregaré a la niña con vida. Si no se cumplen mis condiciones o percibo algún movimiento sospechoso por vuestra parte, entenderé que no estáis de acuerdo y acabaré con su vida aquí y ahora. Puede que tampoco sea la única en morir... Pero será la primera.

De todos los que había podido exigir allí reunidos, el Juez era el menos interesante desde el punto de vista de Hana. A menos de que estuviera reteniendo más información útil de la que hubiera dicho. Al fin y al cabo, había sido derrotado por un grupo de Portadores y ya no le sería interesante a los Villanos Finales. Así que, ¿por qué? ¿Qué ganaba Seymour llevándoselo? Wendy era una carta por la que intercambiarían cualquier cosa.

En parte se sentía responsable por el destino de la chica. Se había olvidado completamente de ella. Si en vez de estar de celebración se hubiese dedicado a buscarla, quizá la hubiese encontrado en una situación distinta a la del chantaje que planteaba Seymour.

¡Habían estado tan cerca de capturar a un Villano Final…!

¡¡COBARDE!! —Hana evitó la mirada de Peter. No quería sus súplicas, le henchía de rabia tener que aceptar aquel trato imposible de esquivar—. No me digáis que... por favor, Light, Hana, tenéis que aceptar. Tenéis que hacerlo.

P-por favor, haced lo que dice...

Todo va a salir bien ―susurró Hana. Apretó el puño cuando vio a Seymour reír y taparle la boca a Wendy. Estaba disfrutando. El muy cabrón estaba disfrutando.

Gabranth se dirigió a Maya para excusarse, pero Hana estaba demasiado sumergida en sus pensamientos para prestarle atención. Estaban en un callejón sin salida, a menos que…

¿Y bien? ¿Aceptáis mis condiciones, Caballeros de la Luz? Por lo que sé Wendy Darling tiene buena relación con algunos de vosotros, pensadlo bien.

Kupó, ¿va en serio kupó? Esto es chantaje kupó.

Eso es caer muy bajo, pero... No sé, yo me lo pensaría en vuestro lugar.

No iba a permitir que Seymour matara a Wendy. Sin embargo, tampoco quería perder a Gabranth. Él era el símbolo de una victoria de la Orden sobre los Villanos Finales. Era la redención de Hana por lo ocurrido en Ciudad de Paso. Pero nada de eso ocurriría si Seymour se lo llevaba.

Dijiste que venías a negociar, ¿no? Pues negociemos. Gabranth no te sirve para nada. Está muy malherido y no le quedan fuerzas para luchar. Vas a llevarle un despojo humano a Mateus. ―Se quitó el brazal y lo tiró al suelo, entre ambos―. ¿Por qué no mejor a una aprendiza de la Orden? Es un cambio más justo. Wendy por mí ―le propuso.

Ya no había marcha atrás. Se imaginó que, como mínimo, Rebecca y Shinju se negarían a considerar siquiera la oferta. Supuestamente Hana estaba bajo su protección, así que no querrían ni escuchar hablar de que se entregara a al villano. En caso de que reaccionaran negativamente, Hana intentaría calmarlas. Había decidido por sí misma hacerlo y eso era todo cuanto tenía que rendirles a las Maestras.

Ella lo veía de un modo más práctico. Estaba debilitada y no le sería útil a Seymour. Podía recuperarse poco a poco y buscar el momento de atacarle. Además, era justo que asumiera su despreocupación por Wendy salvándole por sí misma la vida. Y si moría, lo haría de forma digna, incordiando a los Villanos Finales.

Liberemos a Gabranth

Hana asentiría en caso de que Seymour hubiese rechazado su oferta.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Zodiark » Sab Jun 18, 2016 11:52 pm

Parecía que la situación se había calmado un poco entre Gabranth y los demás. Había dado algunas explicaciones y todos estábamos de acuerdo en llevarlo a Tierra de Partida, así que solo quedaba que Rebecca se lo llevase y allí le interrogasen.

Pero… debí haberlo sabido. Las cosas… no siempre son tan fáciles... como parecen.

Me temo que no puedo permitirlo, Maestra Rebecca. No estoy de acuerdo con su decisión.

La voz nos sorprendió a todos. Pero lo que más sorprendió fue el hecho de ser una voz ya conocida. El corazón me paró de latir durante unos segundos, los que tardé en girarme sobre mí misma y ver a su emisor.

No… Tú no…

Lo que más me temía había ocurrido. Seymour no solo seguía vivo después de pelear contra Light, sino que para colmo nos iba a resultar un obstáculo en el peor momento posible.

El hombre no estaba solo. Tenía un rehén: una chica que tendría aproximadamente mi edad. Por las reacciones de los demás, parecía ser la tal Wendy. Todos estaban enfurecidos, y yo, a pesar de no conocerla, fui contagiada por los sentimientos de mis compañeros, especialmente de Peter Pan, que hervía de ira. Era Seymour, estaba claro que no iba a hacer nada bueno con una inocente.

He venido a negociar, Caballeros de la Luz. Un trato tan simple y sencillo que hasta vosotros podríais entender. Lo único que quiero es... —Miré inevitablemente a Gabranth, me imaginaba de qué iría el trato. Seymour no tardó en corroborar mi sospecha —. Al Juez, y lo más entero posible si no es mucha molestia

Seymour señaló al brazalete de Hana, al parecer quería al prisionero con todos sus accesorios. Contuve un suspiro de preocupación cuando recordé que el resto de la armadura y el casco se habían quedado en el campamento. Si Seymour quería recuperar la armadura a toda costa e iba al campamento para recuperarla, quién sabe qué les haría a los indios.

A cambio, os entregaré a la niña con vida. Si no se cumplen mis condiciones o percibo algún movimiento sospechoso por vuestra parte, entenderé que no estáis de acuerdo y acabaré con su vida aquí y ahora. Puede que tampoco sea la única en morir... Pero será la primera.

¡No me lo podía creer! ¿Qué podíamos hacer? Seymour no tenía escrúpulos, si decía que iba a matarla, la iba a matar. Y conociéndole, cabía la posibilidad de que aun entregándole a Gabranth matase de todas formas a Wendy. ¿De verdad íbamos a arriesgarnos a perder a nuestro prisionero, con el trabajo que nos había costado vencerle y capturarle, sin tener la certeza de poder recuperar a Wendy sana y salva?

¡¡COBARDE!! —gritó Peter, enfadado e impotente. Entendía su dolor, pero rebelarse contra el Villano de poco iba a servir—. No me digáis que... por favor, Light, Hana, tenéis que aceptar. Tenéis que hacerlo.

P-por favor, haced lo que dice... —suplicó la chica, con un hilo de voz débil.

Apreté los dientes y los puños cuando Seymour rio y le tapó la boca. ¿Qué íbamos a hacer…?

Al menos no ha tomado como rehén al poblado entero —me habló Gabranth—. No tenía claro si vendría a por mí o no, pero conozco su forma de actuar y me negaba a que pasaras por esa situación, Zawrid, no cuando la misma podría haber mancillado por completo tu promesa. Hubieses estado sola e indefensa, te habrías echado la culpa de no haberlo visto venir, de haberlos puesto a todos en peligro otra vez.

Abrí los ojos como platos y clavé la mirada en Gabranth. Había malinterpretado por completo sus palabras en el campamento indio.

¿A eso te referías…? ¿Era de esto… de lo que me intentabas advertir…?

Me giré y volví a clavar la mirada en Seymour, con su irritante sonrisa de superioridad en la cara, que me hacía sentir más enfadada que nunca. Si lo que Gabranth me había dicho era cierto, entonces había sido Seymour el que había provocado el ataque Sincorazón al campamento indio, él había sido el responsable de tantas muertes. Incluso cabía la posibilidad de que él fuese el causante de la aparición del Sincorazón gigante. Si ese era el caso, ¿hasta dónde llegaba su poder, la oscuridad de su corazón?

¿Y bien? ¿Aceptáis mis condiciones, Caballeros de la Luz? Por lo que sé Wendy Darling tiene buena relación con algunos de vosotros, pensadlo bien.

No teníamos tiempo para pensarlo, no nos iba a dejar actuar. Si no decidíamos algo rápido y actuábamos en consecuencia, la vida de Wendy acabaría en aquel preciso momento.

Kupó, ¿va en serio kupó? Esto es chantaje kupó.

Eso es caer muy bajo, pero... No sé, yo me lo pensaría en vuestro lugar.

Apreté los dientes otra vez y torcí la boca, disgustada y frustrada. Suspiré a continuación, resignada. No había más remedio, Balthier tenía razón, a pesar de ser superiores en número estábamos entre la espada y la pared, la vida de la chica era demasiado importante como para arriesgarse a plantar cara a Seymour.

Dirigí la vista a Rebecca y asentí con la cabeza, dándole a entender que estaba de acuerdo con soltar Gabranth. Light también pareció estar de acuerdo. Pero Hana intervino entonces, ella no se iba a conformar con soltar a Gabranth después de todo. Quería mantener a salvo a Wendy y mantener al Villano como nuestro prisionero a cualquier precio.

Las palabras de Hana me hicieron revivir algunos momentos pasados en mi cabeza. Miré a Gabranth, estaba segura de que él también lo recordaba.

“—Gabranth. Deja que Mei se quede con Xefil, por favor. A cambio... Secuéstrame. Llévame contigo ante Gárland, necesito hablar con él. No haré nada raro, después de todo, estoy en desventaja.

Sí, una táctica que yo misma había usado anteriormente, también con los propios Villanos Finales, irónicamente con Gabranth. Era curioso ver cómo la situación se repetía, pero de forma inversa, de alguna manera. Pero mucho más curioso era ver cómo Hana y yo no éramos tan diferentes. A pesar de nuestra distinta forma de ver las cosas, ambas habíamos decidido tomar una drástica decisión para rescatar a una persona inocente en peligro. Y esperaba que también Gabranth se diese cuenta de ello, y no juzgase muy duramente a Hana por el trato que le había dado.

De todas formas, solo quedaba esperar. Poco podíamos hacer, Seymour tenía la última palabra. Si aceptaba o no la decisión de Hana, o si por otra parte seguía prefiriendo llevarse a Gabranth con él, y si a pesar de todo mataba a Wendy sin importar lo que hiciésemos, era ya cosa suya.

Entré en tensión, aguardando una respuesta por su parte, y recé por dentro para que las cosas acabasen bien para todos aunque fuese a costa de devolver a Gabranth a los Villanos Finales.
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Re: Hasta nunca jamás - Ronda #7

Notapor Crystal » Dom Jun 19, 2016 12:10 am

Ve, ahora.

Fran lanzó varios Piros al techo de la cueva, y Freya pudo observar cómo todos aquellos gusanos caían al agua. No le faltó coraje a la hora de lanzarse y alcanzar el altar dónde estaba la pluma de cristal azul. En cuanto la tocó, notó que estaba fría, cosa que le sorprendió un poco; se imaginó que al brillar con aquella fuerza, estaría algo más templada. No le costó nada arrancarla del altar. Ahora el problema era volver.

¿Fran?

Puedo ayudarte un poco más, espera un momento.

Fran cargó el arco para disparar flechas ígneas en distintas partes del techo, incendiando todo lo que las rodeaba. Aquello iluminó al completo la cueva, y era la oportunidad perfecta para Freya de volar de nuevo hacia la entrada. Y lo consiguió. Suspiró aliviada al llegar de nuevo junto a Fran; hubiese sido horrible que la suerte no hubiera estado de su parte, y uno de esos bichos se la hubiese merendado.

Lo has conseguido

Gracias a tu ayuda, sin duda —le comentó tras recobrar el aire. Después de ofrecería la pluma—. Ha sido un buen plan.

¿Pero qué es esta pluma? Llevo mucho tiempo en Nunca Jamás, el suficiente, y nunca había visto algo como esto. ¿A ti te dice algo?

Conocí a una niña que tenía un collar con esta misma pluma, pero no sé con qué pueden estar relacionados. Quizás sea solo una coincidencia.

Y bueno, ¿a dónde vamos ahora? Creo recordar el camino por el que volvimos, si quieres regresar a aquella sala.

Volvamos a la sala y decidamos desde allí.

En ese instante, unos pasos resonaron cerca de ellas. Freya se asomó para ver de quién se trataba: dos piratas de Garfio, armados, se acercaban a ellas. Por su acto de apuntarlas, no parecían venir con buenas intenciones.

—Vaya vaya, al final la señora Samy tenía razón. Dijo que esperáramos, que ya alguien conseguiría esa pluma de cristal por nosotros, y era verdad.

Quién ha dicho que vaya a dártela.

—Con tan bonitas vistas me da pena lo que va a pasar, pero os las arrancaremos de las manos a costa de vuestras vidas, je je je.

—La señora Samy debería andar con el capitán y Smee por ahí, pero les va a traicionar. Y a nosotros nos va a dar una recompensa por ayudarla. De verdad, es una pena, pero si la entregáis sin oponer resistencia prometo que será rápido.

Freya y Fran cruzaron miradas. No tenía ni idea de cuáles iban a ser las intenciones de su compañera, pero estaba claro que ella no iba a quedarse de brazos cruzados. No había sacrificado su vida por una pluma y ahora iba a entregársela al primer pirata de turno con el que se cruzara. Además, si querían jugar con pistolas, Freya también sabía.

Desenfundaría rápidamente sus pistolas y dispararía a las manos de los piratas para intentar desarmarlos. Si en algún momento los piratas tenían intención de disparar a Fran, no dudaría en interponerse para recibir ella el disparo. Después seguiría disparando únicamente en el caso de que los piratas siguiesen atacando. Tenía claro que protegería esa pluma por encima de cualquier cosa.

Sois unos necios. ¿De verdad creéis que Samy os va a recompensar por ayudarla? Os creía más listos.
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Hasta nunca jamás - Ronda #8

Notapor Tsuna » Mar Jun 21, 2016 12:22 am

La entrada


La aparición de Seymour y su intención de intercambiar al Juez Gabranth por Wendy sorprendió a todos por igual. Los aprendices pensaron, impotentes, y la única que intentó hacerle una contraoferta fue Hana.

Dijiste que venías a negociar, ¿no? Pues negociemos. Gabranth no te sirve para nada. Está muy malherido y no le quedan fuerzas para luchar. Vas a llevarle un despojo humano a Mateus. ¿Por qué no mejor a una aprendiza de la Orden? Es un cambio más justo. Wendy por mí.

El hombre negó con la cabeza, parecía muy tranquilo.

No es necesario. Si he venido a por el Juez es porque le necesito a él, no a una simple aprendiz de Caballero. Me temo que careces de valor alguno ahora mismo.

Su estrategia no funcionó, Seymour parecía muy convencido con lo que hacía. Quizá supiese cosas que los aprendices y las maestras desconocieran, o puede que solo estuviese tramando más cosas a largo plazo. El caso es que en ese momento estaban contra la espada y la pared. No tuvieron más opción que aceptar.

Liberemos a Gabranth.

¿¡Qué!? —Shinju no parecía muy dispuesta a aceptar esa oferta. Pero aun así, todos asintieron, nadie se proclamó, nadie se puso abiertamente en contra de esa decisión.—. Esto es increíble... Cuando lo sepa Ryota. —farfulló a espaldas de los aprendices.

Seymour asintió con la cabeza sonriente al ver cómo Balthier se aproximaba al prisionero para desatarlo. Sus esposas cayeron al suelo levantando polvo, y después de examinar sus muñecas, el Juez se adelantó con rostro sereno hasta la posición de su compañero. Recogió el brazal por el camino y lo mantuvo sujeto en su mano izquierda.

Bienvenido de vuelta, Juez Gabranth. Este es tu verdadero lugar, al que siempre has pertenecido —le tendió un Éter, que el hombre comenzó a beber sin decir palabra alguna—. Decías que mis métodos no son justos, pero te han salvado: te han devuelto la posibilidad de cumplir tu objetivo. Deberías mostrar tu agradecimiento.

¿Qué hay "de lo otro", cómo vamos a explicar esto?

Informaremos al líder de todo lo sucedido aquí. Hemos perdido contra los Caballeros, la única carta que me quedaba era esta niña, y necesitaba recuperarte. Comprendo lo valioso que eres para nosotros, Juez.

Gabranth tiró el Éter al suelo y miró a los aprendices. Wendy todavía seguía en poder del hombre peliazul, aunque no parecía tener intenciones de soltarla hasta que terminaran las despedidas.

Zawrid... vosotros —se dirigió a todos en general—. En ningún momento he pretendido ayudaros en vuestra misión, tened eso claro, y vuestra compasión por el enemigo me provoca arcadas. Ahora que soy libre dejaré las cosas claras: lo único que busco es... venganza —apretó su puño derecho y un aura de oscuridad envolvió su cuerpo por unos momentos. Estaba muy serio—. Ahora que se me ha otorgado la libertad no hay nada que me impida cumplir mi tarea. Pero no será aquí, y no será hoy. Si conseguís sobrevivir lo suficiente tened por seguro que nos volveremos a encontrar, y no tendré piedad con ninguno de vosotros. La Orden pagará por sus pecados.

Extendió el brazo derecho y abrió un portal de oscuridad tras Seymour.

Tú incluida, Maya Zawrid.

Si ese es el caso... me aseguraré de no perderte la pista, Juez Gabranth. Soy la maestra más experimentada aquí y tu vuelta a libertad está bajo mi responsabilidad. No permitiré que pongas a nadie más en peligro.

Me gustaría verte intentándolo, maestra Rebecca.

Y dichas esas palabras, Gabranth atravesó el portal de oscuridad y se desvaneció en la bruma, aunque el propio portal todavía seguía allí, tras Seymour, que parecía tener algo que decir. El hombre rió por lo bajo, todavía sin soltar a Wendy, aunque no tardaría mucho en hacerlo.

Parece que pese a nuestras diferencias todavía se puede negociar civilizadamente con vosotros. No temáis, cumpliré mi parte del trato, pero no sin antes aclarar algunas cosas, parecéis un poco perdidos —hizo un gesto con la mano—. Lo que ha dicho el Juez es cierto, mostráis demasiada compasión por el enemigo, yo lo sabía, sabía que erais incapaces de matar a nadie. Podría haberle rescatado antes, pero necesitaba que el Juez cayera hasta lo más bajo que pudo haber caído. Ahora tiene las ideas claras, y vosotros también deberíais tenerlas, Caballeros.

»Para impedir que el dolor se siga extendiendo, tenéis que matar. No queda otra opción, no la hay tampoco —hizo una pausa y luego miró a Wendy—. Nunca pensé que le perdería la pista por tu culpa, Hana —¿Acaso se refería a su anterior aventura en esa isla...?—, pero al final sí terminó participando en este juego. Quería utilizarla para otra cosa, pero no ha sido posible: es nuestra derrota en Nunca Jamás, vosotros ganáis... de momento.

Soltó finalmente a Wendy.

»Hasta más ver, Caballeros.

Y atravesó el portal de oscuridad que se desvaneció al instante, era imposible seguir a los villanos ahora. Peter exclamó el nombre de la niña, que sollozaba, y voló hasta su posición raudo ante la vista de los pocos guerreros indios que quedaban allí, de los piratas del aire y de los Caballeros. El líder de los Niños Perdidos envolvió a la pobre niña, protector. Todos pudieron escuchar su conversación.

Wendy... ¿Cómo acabaste así, qué te ha hecho ese loco?

Esos monstruos... también están en Londres Peter. Les seguía la pista, pero me raptaron, parecían controlarlos, obedecían sus órdenes. Oh, Peter... —Wendy sollozó durante unos momentos más, reflexionando—. Ese hombre mató a mucha gente, a muchos piratas de Garfio en la montaña. Ya sé que tú los odias, y yo también pero, pero...

Juro que si vuelvo a ver a ese Seymour, aquí o donde sea, haré todo lo posible por acabar con él. No era cosa tuya haber vuelto, ellos han sido los culpables de todo. Te han forzado a venir y a ver esas cosas Wendy, pero ahora estás conmigo y con Light y sus amigos. Todo saldrá bien.

Wendy asintió con la cabeza, apenas tenía fuerzas para decir nada.

—Nosotros también estar contra Seymour y sus aliados, vosotros poder contar con nosotros en todo momento.

¿Cómo decíais que se llamaba su grupo? ¿Algo de villanos? —preguntó Peter, queriendo informarse más sobre ellos.

Parecía que los Villanos Finales no iban a volver a ser bienvenidos a la isla. Lo único que habían conseguido a lo largo de los años había sido causar desgracias: Zande, Gabranth, y ahora Seymour... Claro que nadie relacionaba el evento de Zande de por aquel entonces con los villanos actuales. Los Niños Perdidos no tenían ni idea, ni la Orden tampoco la tuvo. En otro orden de cosas, la maestra Rebecca se encontraba muy decaída, parecía estar intentando superar una decaída severa.

Cuando murió mi maestro Kazuki me propuse que nadie más tuviera que pasar ese dolor. Me niego a matar, como ha dicho Seymour, soy una maestra que vela por vuestra seguridad, pero os he puesto a todos en peligro...

Los aprendices tuvieron tiempo para consolarla, tanto a ella como a Wendy y Peter, que seguían allí abrazados el uno al otro. Al final, cuando la situación llegó a un punto muerto, la maestra Shinju se volvió a pronunciar.

Sí, como sea, ¿vamos abriendo esa puerta ya?

Light... yo estar preparada. —confirmó Nana.

En cuanto los aprendices dieron su aprobación para abrir el portón, dado que los villanos habían desaparecido de Nunca Jamás y no corrían ningún peligro, Nana se aproximó al mismo ante la vista de todos. La niña alzó su colgante con forma de pluma dorada hacia la puerta, y ambos comenzaron a brillar con intensidad. La luz se fue volviendo más intensa y todos lo sintieron: una aura mágica y poderosa se empezaba a materializar en aquel claro destrozado, como si el poder de la gravedad se hubiese multiplicado y ahora les obligara a arrodillarse, como si les quitara el aire por momentos. Eso no fue todo, sino que una fuerte brisa de viento empezó a dar vueltas por el lugar, rodeando a Nana finalmente para elevarla en el aire unos metros.

Se escuchó el sonido de una puerta abriéndose, como si hubiesen abierto un cerrojo con su Llave Espada, y la puerta dorada que brillaba con intensidad se terminó desvaneciendo allí mismo, dando acceso a un túnel oscuro que descendía a las profundidades. Nana cayó al suelo, parecía exhausta.

Chicos, ¿vais a entrar ahí dentro, verdad? Yo llevaré a Wendy al campamento, con Tigrilla, aunque andará muy ocupada allí se podrá recuperar. Me traeré a los demás —al resto de Niños Perdidos— y vigilaremos esta entrada con uñas y dientes. Contad con nosotros para lo que haga falta.

—Nosotros también quedarnos aquí a vigilar.

Tanto los Niños Perdidos como los indios les ayudarían a custodiar el Corazón. En caso de que Seymour o alguno de sus aliados apareciese no iban a tener un camino de rosas.

Si no os importa, a Nono y a mí nos gustaría acompañaros en calidad de aliados. Después de todo lo que ha pasado, si Fran no ha aparecido por aquí, por muy loca que resulte la idea, no se me ocurre otro sitio en el que pueda estar. Y soy un pirata del aire, la curiosidad por ver lo que hay ahí dentro me está matando, creo que a ti te pasa igual, ¿no sirena? —miró a Hana con diversión.

Balthier y Nono parecían querer acompañarlos. Podían resultar aliados muy buenos en caso de encontrar adversidades. Nana, por otro lado, parecía querer decir algo en medio de su desvanecimiento.

L-light... Nana tener que entrar... El Jefe decir que poderes de Nana ser necesarios... —se agarró a la pierna de Light, en caso de que nadie la sujetara. La niña no iba a poder andar por su propio pie durante un buen rato.

Y si se fijaban, comprobarían que su pluma, la pluma dorada que colgaba de su cuello, ahora no brillaba, había perdido todo su poder pues era de un color bronce castaño. Puede que en ese estado no sirviera para abrir la puerta del final del mapa, donde se perdía el dibujo.

Así pues, cuando estuviesen listos, entraron dentro del Corazón.

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Podéis también hablar con una de las maestras para que se quede vigilando, o regrese a su respectivo bando para recuperarse. La perderéis durante un buen número de rondas, pero volverá. En caso de quedarse vigilando, pues en la entrada se quedará con los indios y los Niños Perdidos hasta que salgáis.

También las podéis llevar a ambas con vosotros.


****


Cavernas Superiores


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Siguiendo el mapa el grupo bajó y bajó por el túnel de la entrada, que estaba prácticamente oscuro, durante al menos cinco o diez minutos. El aire estaba viciado, costaba respirar y por el suelo se podía escuchar a algunas culebrillas pequeñas reptando, o sentir sobre sus cabezas algunas tarántulas de enorme tamaño. En ningún momento los animales les atacaron, más bien huían de su presencia, como si hubiesen estado confinados allí durante milenios.

Terminaron llegando a una especie de capilla subterránea. El suelo estaba formado por baldosas hechas de manera artificial, negras y con dibujos que apenas alcanzaban a entrever con tanta oscuridad. Las paredes eran decoradas con columnas negras, algunas derruídas y con los pedazos repartidos por todo el sitio, tenían que tener cuidado con no dar un mal paso. El techo era abombado y constaba también de piedra negra construida de manera artificial, aunque algunas zonas se habían caído a pedazos.

Lo más importante era el fondo de la capilla. Había una especie de pared enorme rodeada de cristales extraños que brillaban con poca fuerza, pero la suficiente como para leer las inscripciones grabadas sobre la roca. Los cristales estaban clavados en la pared, así que resultó imposible sacarlos de ahí, fuera lo que fueran. La inscripción, por su parte, rezaba así:

Vosotros que habéis sido elegidos para alcanzar el Corazón de Nunca Jamás, sabed que este sitio, construido en tiempos remotos, solo revelará la verdad a aquellos con corazón puro y sincero. Para abrir la puerta definitiva es necesaria la ayuda de las tres plumas: la del valor, la del elegido y la del ingenio. Solo las tres juntas pueden devolver su auténtico poder a la pluma original, para así hacerla brillar otra vez. Como muestra de vuestra fuerza, necesitaréis conseguir la primera prueba, que de aquí os permitirá pasar. Aquellos con corazón impuro, temed, pues sabed que jamás lograréis pasar de este punto.


Fuera quien fuese la persona que había escrito ese mural, parecía indicar muchas pistas, así como asegurarse de que nadie con malas intenciones entraba dentro del Corazón. Según el mapa, desde esa capilla había tres túneles, aparte del cual habían venido. Dos de ellos desembocaban en caminos sin salida, ambos laberínticos durante su recorrido, mientras que el tercero, que también llevaba a una zona laberíntica, desembocaba en una sala pintada de color rojo intenso.

¿Estaría en ese lugar la prueba que les pedía la inscripción?

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Básicamente tenéis tres caminos, además del túnel que lleva a la entrada donde está el claro y todo el mundo vigilando. Todos son laberínticos, por lo que puede resultar arriesgado entrar en ellos sin el mapa.

Dos terminan en caminos sin salida: puede haber algo bueno en ellos o no.

El tercero lleva a la sala de color rojo intenso, que seguramente es donde esté la primera prueba que se os pide. Aquellos que vayan con la persona que tiene el mapa, así como esta misma, pueden decir a donde ir sin problemas siempre y cuando no os separéis. Por ejemplo: "voy a la sala de color rojo". No os perderéis por el hecho de tenerlo en vuestra posesión.


Cavernas Inferiores


La situación para Freya y Fran era muy crítica, los dos piratas no iban a vacilar un segundo, las querían matar para arrebatarles la pluma. Sin duda, era una forma muy cobarde y rastrera de conseguir semejante tesoro. Por ello, ninguna de las dos quería permitirlo.

Pese a no ser muy rápida, la pelirrosa desenfundó sus armas a tiempo con la consiguiente reacción de los corsarios, que la vieron y alzaron sus armas para disparar a bocajarro. Lo siguiente pasó muy rápido. Como toda la atención había recaído sobre Freya Fran tuvo vía libre para invocar a toda velocidad un hechizo de viento que logró empujar a los piratas para atrás, su compañera disparó luego. Tenía una puntería sobresaliente así que pudo desarmar a los piratas en aquel violento movimiento, de no ser así, probablemente los hubiese matado por accidente.

Sois unos necios. ¿De verdad creéis que Samy os va a recompensar por ayudarla? Os creía más listos.

Los hombres, entre quejidos, solo podían lamentarse en el suelo. No parecía que se fueran a levantar con esas heridas.

Samy no es de fiar, y vosotros habéis sido los primeros... o los últimos, en pagar el precio. —miró a Freya, esperando que pillara el mensaje. Casi había quedado sepultada por querer salvarle la vida, de haberla seguido ayudando... Quien sabe si hubiese terminado como esos dos.

—Ah... Ella llegó al barco hace cinco años, pero, ¡ah...! —se quejó de dolor—, siempre tuvo esto planeado... Quería el Tesoro, y nosotros también...

Me temo que os tendremos que dejar aquí, no podemos llevaros con nosotras.

Fran aplicó entonces un hechizo Morfeo sobre ambos piratas, que cayeron dormidos como angelitos al momento. La viera estaba demostrando tener mucho potencial mágico, entre las flechas y eso...

Querías volver a donde antes, ¿no? Será mejor apresurarnos, antes de que nos sorprenda alguno más.

Fran y Freya se pusieron en marcha por los túneles repletos de cristales, durante el camino la pirata quiso entablar conversación con ella.

Esto me trae recuerdos, de cuando anduvimos por el barco de Garfio con Campanilla y los otros niños. Parece como si estuviésemos a estar destinadas a ir juntas en nuestras aventuras, creo que no es casualidad, tienes madera de aventurera. ¿No has pensado en dejar la Orden y venirte con nosotros?

Básicamente le estaba ofreciendo marcharse con ella y Balthier en el Strahl a vivir aventuras, y a tener una recompensa sobre su cabeza.

Se suponía que este lugar estaba plagado de oscuridad, desde arriba podía percibir a muchos Sincorazón de gran nivel aquí dentro, pero no nos hemos encontrado con ninguno. Qué extraño, ¿crees que fueron los que invocó el capitán?

Dejaba la pregunta en manos de Freya porque ella era una Portadora de la Llave Espada, se suponía que era su misión controlar esas bestias en los distintos mundos del intersticio. Al final alcanzaron de nuevo la sala con las cascadas y las ruinas, estaban situadas en la planta más alta, solo tenían dos caminos más por elegir, aparte del túnel por el que habían llegado y en el que habían despertado.

Antes elegiste tú el camino, déjame ahora a mí. —Fran señaló el de abajo del todo—. Ese.

Tardaron unos minutos en bajar hasta la mencionada entrada, se mojaron otra vez los pies por los charcos de agua y tuvieron que tener cuidado con no resbalarse cuesta abajo. El túnel era pequeño y oscuro, al fondo había un cofre que Fran permitió que Freya inspeccionara. Dentro encontró algo que le podía venir de perlas en momentos de necesidad.

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Te lo he añadido a la ficha. Lo puedes usar en esta Trama o reservarlo para futuros temas, úsalo sabiamente.


Al regresar de nuevo a la sala de las cascadas, las dos miraron arriba.

Solo queda ese camino, el de la cascada. ¿Te atreves?

O bien podían regresar a la cueva de cristales y perderse, o arriesgarse a encontrar más piratas por allí, todo era posible.

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Bueno, de la sala principal ya has recorrido todos los caminos excepto el que tiene la cascada delante del túnel, que está a mitad más o menos del recorrido. Desde la caverna de cristales también puedes intentar perderte por ahí, pero también hay riesgo de encontrar piratas. A tu elección.


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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Light » Jue Jun 23, 2016 11:40 pm

Seymour rechazó la oferta de Hana, quien estaba dispuesta a "sacrificarse" para que no entregaran al Juez. Light en parte agradeció que el Villano Final se negara, porque no aceptaba el plan suicida de ninguna de las maneras.

Todos menos Shinju apoyaban la decisión de liberar a Gabranth y salvar a Wendy. El aprendiz estaba tan acostumbrado a sus quejas que ignoró por completo su comentario, y le daba igual: su principal preocupación ahora era la seguridad de la amiga de los Niños Perdidos, no lo que pudiera opinar Ryota.

Así, pues, Gabranth resultó liberado y regresó con su compañero Villano Final. Light apretó los puños y los dientes.

Bienvenido de vuelta, Juez Gabranth. Este es tu verdadero lugar, al que siempre has pertenecido. —Seymour le hizo entrega de un Éter y Gabranth lo aceptó—. Decías que mis métodos no son justos, pero te han salvado: te han devuelto la posibilidad de cumplir tu objetivo. Deberías mostrar tu agradecimiento.

¿Qué hay "de lo otro", cómo vamos a explicar esto? —Light enarcó una ceja: parecía que se trataba de un tema que no podían mencionar delante de ellos.

Informaremos al líder de todo lo sucedido aquí. Hemos perdido contra los Caballeros, la única carta que me quedaba era esta niña, y necesitaba recuperarte. Comprendo lo valioso que eres para nosotros, Juez.

Ahora os toca soltar a Wendy —les recordó, incómodo y tenso.

Zawrid... vosotros. En ningún momento he pretendido ayudaros en vuestra misión, tened eso claro, y vuestra compasión por el enemigo me provoca arcadas. Ahora que soy libre dejaré las cosas claras: lo único que busco es... venganza. —Un aura oscura que daba muy mala espina le rodeó—. Ahora que se me ha otorgado la libertad no hay nada que me impida cumplir mi tarea. Pero no será aquí, y no será hoy. Si conseguís sobrevivir lo suficiente tened por seguro que nos volveremos a encontrar, y no tendré piedad con ninguno de vosotros. La Orden pagará por sus pecados.

Gabranth abrió un portal oscuro y añadió:

Tú incluida, Maya Zawrid.

Si ese es el caso... me aseguraré de no perderte la pista, Juez Gabranth. Soy la maestra más experimentada aquí y tu vuelta a libertad está bajo mi responsabilidad. No permitiré que pongas a nadie más en peligro.

Me gustaría verte intentándolo, maestra Rebecca.

Gabranth se internó en el portal tras contestar a la Maestra. Seymour era el siguiente que tenía algo que decir.

Parece que pese a nuestras diferencias todavía se puede negociar civilizadamente con vosotros. No temáis, cumpliré mi parte del trato, pero no sin antes aclarar algunas cosas, parecéis un poco perdidos. Lo que ha dicho el Juez es cierto, mostráis demasiada compasión por el enemigo, yo lo sabía, sabía que erais incapaces de matar a nadie. Podría haberle rescatado antes, pero necesitaba que el Juez cayera hasta lo más bajo que pudo haber caído. Ahora tiene las ideas claras, y vosotros también deberíais tenerlas, Caballeros.

»Para impedir que el dolor se siga extendiendo, tenéis que matar. —Light le fulminó con la mirada. «¿Pero qué cojones está diciendo este pirado?», se preguntó. ¿A qué dolor se refería? ¿Y por qué antes le ha había dicho que su intención era salvar Nunca Jamás? Nada tenía sentido—. No queda otra opción, no la hay tampoco. —Observó a Wendy—. Nunca pensé que le perdería la pista por tu culpa, Hana, pero al final sí terminó participando en este juego. Quería utilizarla para otra cosa, pero no ha sido posible: es nuestra derrota en Nunca Jamás, vosotros ganáis... de momento.

Ahórrate las lecciones. No creo que tú, un Villano Final, sea el más adecuado para darnos consejos. El fin no siempre justifica los medios, ¿sabes? —Matar no era la solución, él lo sabía bien. Demasiado bien. Era cierto que podían haber eliminado al Juez para que dejara de darles problemas, pero él no estaba dispuesto a mancharse las manos… otra vez.

Definitivamente nunca entendería a los Villanos Finales y siempre les consideraría seres despreciables. Quiso decirle algo más a Seymour —incluso escupirle, aún no había olvidado sus acciones en el campamento indio—, pero teniendo en cuenta que Wendy era aún su rehén prefirió mantener la boca cerrada y no provocarle.

Al fin, Seymour soltó a Wendy.

Hasta más ver, Caballeros.

Los Villanos Finales finalmente dejaron Nunca Jamás. Light echó un resoplido y pudo relajarse a partir de ese momento. Ojalá no les volviera a ver en mucho tiempo.

Se quedó con un sabor agridulce. Habían salvado a Wendy, sí, pero habían liberado a un peligroso villano y dejado escapar a dos. Al final se habían salido con la suya los muy cabrones.

Debido a que el peligro había desaparecido, su eidolon se desmaterializó en ese momento para descansar. El aprendiz se acercó a Wendy, preocupado, para escuchar lo que tuviera que decirles. Peter por su parte la envolvió con sus brazos, protector.

«Pobrecita».

Wendy... ¿Cómo acabaste así, qué te ha hecho ese loco?

Esos monstruos... también están en Londres Peter. Les seguía la pista, pero me raptaron, parecían controlarlos, obedecían sus órdenes. Oh, Peter... Ese hombre mató a mucha gente, a muchos piratas de Garfio en la montaña. Ya sé que tú los odias, y yo también pero, pero...

Juro que si vuelvo a ver a ese Seymour, aquí o donde sea, haré todo lo posible por acabar con él. —Aunque había visto luchar a Peter y sabía que era bueno, le seguía pareciendo una temeridad—. No era cosa tuya haber vuelto, ellos han sido los culpables de todo. Te han forzado a venir y a ver esas cosas Wendy, pero ahora estás conmigo y con Light y sus amigos. Todo saldrá bien.

Light asintió tras la afirmación del chico de verde, sonriendo ligeramente.

—Nosotros también estar contra Seymour y sus aliados, vosotros poder contar con nosotros en todo momento —señalaron los indios. Light sonrió otra vez, encantado de contar con su ayuda.

¿Cómo decíais que se llamaba su grupo? ¿Algo de villanos?

Villanos Finales.

Cuando murió mi maestro Kazuki me propuse que nadie más tuviera que pasar ese dolor. Me niego a matar, como ha dicho Seymour, soy una maestra que vela por vuestra seguridad, pero os he puesto a todos en peligro…

Entrenamos para esas situaciones de peligro, Maestra. De lo contrario nuestra vida sería muy aburrida —indicó algo bromista, intentando animarla. Definitivamente a Ronin se le daban mejor esas cosas—. No pasa nada. Lo importante es que todos estamos bien. Y Freya seguro que también —se apresuró a añadir—. No es momento para desanimarse ahora. —Colocó la mano sobre su hombro.

En algún momento, la Maestra de Bastión Hueco se pronunció.

Sí, como sea, ¿vamos abriendo esa puerta ya?

Light... yo estar preparada.

Pues abrámosla.

Seymour y el Juez ya no estaban allí, así que podían abrir el portón sin temor y adentrarse en el Corazón. Permaneció en todo momento al lado de Nana y presenció de cerca el ritual que llevaría a cabo para desbloquear la entrada.

En cuanto alzó el Colgante pluma, la puerta y el susodicho objeto comenzaron a brillar intensamente. El enorme poder mágico que se manifestó le sorprendió y le obligó a agacharse, como si la fuerza de la gravedad se hubiera multiplicado. También le costaba respirar.

Expectante, fue testigo de cómo Nana se elevaba gracias a la brisa. Finalmente, la puerta desapareció tras el chasquido de apertura y se reveló un túnel descendente.

¡Nana! —Light se arrodilló junto a Nana y dejó que se apoyara en él. Parecía que había consumido muchas energías para abrir el portón, así que la ayudaría a levantarse en cuanto descansara un poco—. ¿Estás bien?

Peter y los indios sugirieron proteger la entrada de la cueva; además, el amigo de Wendy quería llevar a ésta al campamento. Y Balthier y Nono, los piratas, optaban por entrar con ellos en las cavernas, pues sospechaban que su compañera Fran se encontraba allí, de algún modo.

Light estaba conforme con las decisiones tomadas por todos ellos y no manifestó queja alguna.

L-light... Nana tener que entrar... El Jefe decir que poderes de Nana ser necesarios...

Vale. —Asintió con una amplia sonrisa. La pequeña india no era capaz de andar por sí misma, así que la cargaría sobre sus hombros, si a ella le parecía bien claro—. Venga, yo te llevo.

Debido a que había permanecido muy cerca de Nana en esos instantes se dio cuenta de un detalle: su pluma había perdido todo su brillo. No le dio demasiada importancia, al menos de momento.

«Bueno, vamos allá», estaba preparado para internarse en el famoso Corazón.

***


La excursión en el Corazón de Nunca Jamás acababa de comenzar. Avanzaron a través de un túnel oscuro repleto de animales tales como culebras o tarántulas; por suerte, eran inofensivos (de momento), aunque aun así no bajó la guardia.

Light no lo dudó: tomó la delantera del grupo y utilizó su linterna para alumbrar el camino y el mapa que les había dejado el jefe indio. En teoría, no deberían perderse ni tardar demasiado en llegar a su destino, ojalá fuera así.

Su primera parada fue en la capilla. Dirigió el haz de luz de la linterna hacia varios rincones para comprobar que el estado del sitio dejaba bastante que desear (por ejemplo, había varias columnas derruidas, esperaba que no se derrumbara). Tanto las baldosas como dichas columnas y el techo eran de color negro: todo el recinto en general estaba construido de manera artificial.

Al fondo de la sala había unas inscripciones que podían leer gracias a los cristales luminosos, sin necesidad de su linterna, por lo que Light la apagó. Releyó el mensajes unas cuantas veces.

Vosotros que habéis sido elegidos para alcanzar el Corazón de Nunca Jamás, sabed que este sitio, construido en tiempos remotos, solo revelará la verdad a aquellos con corazón puro y sincero. Para abrir la puerta definitiva es necesaria la ayuda de las tres plumas: la del valor, la del elegido y la del ingenio. Solo las tres juntas pueden devolver su auténtico poder a la pluma original, para así hacerla brillar otra vez. Como muestra de vuestra fuerza, necesitaréis conseguir la primera prueba, que de aquí os permitirá pasar. Aquellos con corazón impuro, temed, pues sabed que jamás lograréis pasar de este punto.


«Oh, pues espero no tener corazón impuro», entonces, ¿existiría alguna trampa o mecanismo para detener a individuos como los Villanos Finales? Se preguntaba cuál. Esperaba que no les afectara.

La pluma original… sospechó que se refería al objeto de Nana. Light consultó de nuevo su mapa —si los cristales no bastaban para iluminarlo, volvería a sacar su linterna—. El pergamino les permitió saber que la cueva estaba dividida en varios niveles y que había bastantes laberintos.

Ya veo… tres plumas, sospecho que las encontraremos en estas salas que están recalcadas en rojo, azul y verde —razonó tras intercambiar varias miradas entre el mapa y la inscripción, señalando las zonas con el dedo—. Y esas plumas nos ayudarán a devolverle el poder a tu pluma y atravesar la puerta definitiva, ¿verdad, Nana? —planteó. Todas sus teorías podían ser erróneas, era consciente.

»¿El Jefe indio te dijo algo de esas pruebas? —preguntó a Nana, quien quizás estaba informada sobre el tema.

No tenía la intención de quedarse allí plantado mucho más tiempo, decidió en pocos segundos su siguiente movimiento.

Creo que deberíamos ir a la sala roja que marca el mapa —sugirió a sus acompañantes. Le apoyaran o no, se dirigiría hacia allí, sin temor a perderse; después de todo se guiaría con el mapa en todo momento.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Nell » Sab Jun 25, 2016 2:01 am

En vez de negarse las Maestras a dicho cambio, fue el propio Seymour quien rechazó la propuesta.

No es necesario. Si he venido a por el Juez es porque le necesito a él, no a una simple aprendiz de Caballero. Me temo que careces de valor alguno ahora mismo.

Hana se cruzó de brazos, molesta por el desprecio, aunque nunca fuera a admitirlo. En el fondo era mejor para ella. Se evitaba una muerte segura. Sin embargo, no le gustaba nada la idea de volver a perder a un Villano capturado. Ni tampoco que tuviera tan claro que prefería salvar a su compañero por encima de la misión que tuvieran. Eso les hacía demasiado humanos.

Finalmente no les quedó más remedio que aceptar el intercambio.

¿¡Qué!? Esto es increíble... Cuando lo sepa Ryota.

Dirá que lo hemos vuelto a hacer ―murmuró Hana. Habían vuelto a pifiarla.

El intercambio no escondía ninguna sorpresa. Balthier desató a Gabranth, que recogió el brazal que Hana había tirado de regreso a su bando. Seymour no cabía en sí de gozo, lo que molestaba aún más a la aprendiza.

Bienvenido de vuelta, Juez Gabranth. Este es tu verdadero lugar, al que siempre has pertenecido —le entregó medicina, que le ayudaría a recuperarse. Hana chirrió los dientes—. Decías que mis métodos no son justos, pero te han salvado: te han devuelto la posibilidad de cumplir tu objetivo. Deberías mostrar tu agradecimiento.

¿Qué hay "de lo otro", cómo vamos a explicar esto?

Informaremos al líder de todo lo sucedido aquí. Hemos perdido contra los Caballeros, la única carta que me quedaba era esta niña, y necesitaba recuperarte. Comprendo lo valioso que eres para nosotros, Juez.

Hana se puso en tensión. Aún no le habían devuelto a Wendy, y no estaría tranquila hasta que lo hicieran y se hubiesen alejado bastantes mundos de distancia. En cualquier momento podían traicionar el trato y acabar con la niña, o marcharse con ella. No se fiaba y una parte de ella creía que aquello era imposible que saliera bien.

Zawrid... vosotros —empezó a decir Gabranth—. En ningún momento he pretendido ayudaros en vuestra misión, tened eso claro, y vuestra compasión por el enemigo me provoca arcadas. Ahora que soy libre dejaré las cosas claras: lo único que busco es... venganza. Ahora que se me ha otorgado la libertad no hay nada que me impida cumplir mi tarea. Pero no será aquí, y no será hoy. Si conseguís sobrevivir lo suficiente tened por seguro que nos volveremos a encontrar, y no tendré piedad con ninguno de vosotros. La Orden pagará por sus pecados.

»Tú incluida, Maya Zawrid.

En otras palabras, volvían a tener un enemigo suelto. Nada que Hana no se esperara. Miró de reojo a Rebecca y Maya, y deseó que se grabaran aquel momento en la mente. Quizá por fin se tomaran en serio la lucha de los Villanos Finales y dejaran de compadecerse de un enemigo que no compartía el sentimiento. Así dejarían hacer a Hana su trabajo en la próxima ocasión.

Si ese es el caso... me aseguraré de no perderte la pista, Juez Gabranth. Soy la maestra más experimentada aquí y tu vuelta a libertad está bajo mi responsabilidad. No permitiré que pongas a nadie más en peligro.

Me gustaría verte intentándolo, maestra Rebecca.

«A mí también», rugió Hana internamente. Tal vez no fueran ellos quienes volvieran a encontrarse con Gabranth, sino otro grupo de aprendices que, en desafortunadas circunstancias, pagasen caro la estupidez de la Maestra. Hana ya lo había dejado claro cuando le capturaron. Esperaba que a Rebecca no se le hubiera olvidado.

Parece que pese a nuestras diferencias todavía se puede negociar civilizadamente con vosotros. No temáis, cumpliré mi parte del trato, pero no sin antes aclarar algunas cosas, parecéis un poco perdidos —hizo un gesto con la mano—. Lo que ha dicho el Juez es cierto, mostráis demasiada compasión por el enemigo, yo lo sabía, sabía que erais incapaces de matar a nadie. Podría haberle rescatado antes, pero necesitaba que el Juez cayera hasta lo más bajo que pudo haber caído. Ahora tiene las ideas claras, y vosotros también deberíais tenerlas, Caballeros.

»Para impedir que el dolor se siga extendiendo, tenéis que matar. No queda otra opción, no la hay tampoco. Nunca pensé que le perdería la pista por tu culpa, Hana —La aprendiza enarcó una ceja, pero Seymour no se lo aclaró—, pero al final sí terminó participando en este juego. Quería utilizarla para otra cosa, pero no ha sido posible: es nuestra derrota en Nunca Jamás, vosotros ganáis... de momento.

«¿Cómo sabe mi nombre?». Fue lo único que pensó Hana al final del soliloquio.

Después del discursito, Hana se preparó para intervenir, pensando que Seymour planeaba matar a Wendy para darles un mayor significado a sus palabras. No obstante, volvió a equivocarse, y se la devolvió sana y salva. Hana no abrió la boca, ni se relajó, hasta que la tuvieron a buen recaudo.

Ahórrate las lecciones. No creo que tú, un Villano Final, sea el más adecuado para darnos consejos. El fin no siempre justifica los medios, ¿sabes? ―Hana puso los ojos en blanco. Habían perdido a Gabranth por no haber empleado los medios adecuados.

Lo pondré en práctica la próxima vez que no huyas con el rabo entre las piernas, escoria ―le respondió Hana, en cambio.

»Hasta más ver, Caballeros.

Seymour se marchó y Hana suspiró, derrotada. Se sentía frustrada y desmoralizada tras repetir la experiencia de tener que liberar a un enemigo que parecía a buen recaudo. Ni siquiera se enfadó con el resto de sus compañeros por no haberla apoyado en su propuesta de matar a Gabranth. Al fin y al cabo, imaginaba que todos se encontraban en la misma situación desalentadora.

Wendy y Peter intercambiaron varias palabras consoladoras y Hana decidió no intervenir. Peter no podría hacer nunca frente a Seymour, sino que eran ellos, la Orden, los que tenían que poner fin a sus fechorías. Si no le dejaban seguir liberando prisioneros, claro.

—Nosotros también estar contra Seymour y sus aliados, vosotros poder contar con nosotros en todo momento.

¿Cómo decíais que se llamaba su grupo? ¿Algo de villanos?

Villanos Finales.

Hana miró a Light, frunciendo el entrecejo, aunque no le dijo nada. Pensaba que cuánto menos involucraran a Peter en su lucha, o a cualquiera de los habitantes de aquel mundo, mejor. Después de todo, los Villanos tenían sobre todo una redecilla pendiente con los Caballeros, no con los nativos. Hana imaginaba que los piratas habían sido desafortunados simplemente por cruzarse en su camino.

Aun no entiendo qué era lo que Seymour quería de Wendy ―comentó, aunque sabía que nadie tenía la respuesta. Dudaba que el Villano lo hubiese compartido con la niña. ¿Había algo especial en ella?

Entonces Rebecca habló.

Cuando murió mi maestro Kazuki me propuse que nadie más tuviera que pasar ese dolor. Me niego a matar, como ha dicho Seymour, soy una maestra que vela por vuestra seguridad, pero os he puesto a todos en peligro…

Hana compartía su desánimo, pero el hecho de que lo expresara en voz alta le dolió aún más. Porque le estaba demostrando que nada iba a cambiar, que la próxima vez que retuvieran a un Villano Final volvería a ocurrir lo mismo. Que le bastaba con lamentarse después. Y eso dio paso a la furia. Las palabras de Light solo lo empeoraron. Rebecca no necesitaba consuelo, sino imponerse a la realidad.

Entrenamos para esas situaciones de peligro, Maestra. De lo contrario nuestra vida sería muy aburrida. No pasa nada. Lo importante es que todos estamos bien. Y Freya seguro que también —Eso no lo sabían, puesto que no habría sido muy inteligente por parte de Seymour mencionarlo si se había cruzado con ella. Light solo intentaba taparse los ojos ante la realidad—. No es momento para desanimarse ahora.

Pues a mí me parece un buen momento para encajar la patada y replantearse las cosas. No mates a nadie. Bien. Ya habéis escuchado a Gabranth. Deja que sean ellos quienes asesinen a Kazuki y quién sabe a cuántos más de nuestros compañeros, o piratas, que se crucen en su camino ―explotó Hana, desquiciada por la pasividad de la Maestra. Había intentado contenerse, pero le era imposible―. Asistiremos a los funerales, les lloraremos amargamente y luego liberaremos a sus aliados para que sigan masacrándonos. ¡Así todo será más divertido, genial! ―esbozó una falsa sonrisa y se arrepintió al instante de decirlo, pero no podía parar―. Esa política da asco. Y me repugna tener que aceptarla porque mi Maestra prefiere que yo lo sufra a que lo haga el enemigo. ¡Qué gran decisión tomé al dejarme salvar de aquella taberna en llamas! Pues, ¿sabes qué? Quería saltar por la ventana y escapar de los sincorazón. Si lo hubiera hecho, en vez de interesarme por mi salvadora, ¡me habría ahorrado todo el dolor que me han provocado los Villanos Finales!

Hacía tiempo que quería enfrentarse a Rebecca, aunque hasta entonces lo había evitado diciéndose que no la escucharía, tal y como había demostrado cuando propuso matar a Gabranth. Hana no era su igual, sino una aprendiza más y su opinión no le importaba. Tendría que obedecer la política de la Orden o las directrices del Maestro de turno, pese a estar en profundo desacuerdo con ellas. Y cometer una y otra vez los mismos errores, como aquel.

A veces tenía que recordarse que se estaba entrenando para ocupar un cargo de Maestra y entonces, por fin, hacer lo que le viniese en gana. Solo por eso merecía la pena pasar por aquellas situaciones.

Hana sabía que debían continuar con la misión y discutir aquellos aspectos de la misma no les llevaría a ninguna parte en aquel momento. Trató de tranquilizarse, pero no podía. Finalmente, decidió alejarse durante unos minutos para estar a solas.

Necesito despejarme.

Tal y como había dicho, se marchó durante unos minutos, aunque apenas se alejó del grupo para no perderse. Respiró hondo, vació la mente y regresó en silencio cuando todos estuvieron preparados para adentrarse en el Corazón. En el fondo estaba avergonzada de haberle dicho a Rebecca algo que llevaba tiempo queriendo echarle en cara delante de todos. Habían sido palabras algo infantiles, aunque Hana pensaba así. Quiso fingir que nada había ocurrido y olvidarse del tema, para no tener que soportar el enfrentamiento.

La niña abrió la dichosa puerta dorada, tras la cual solo había un pasadizo hacia las profundidades. Nada de una pared revestida de oro, augurando tesoros, por desgracia. Aunque Hana no estaba de humor para búsquedas. Peter decidió acompañar a Wendy al campamento; en cambio, los indios y los Niños (después) se quedarían custodiando la puerta. Antes de que se marchasen, Hana se acercó a la niña para decirle:

Vuelve a casa cuando puedas. Tus padres y tus hermanos están muy preocupados.

Por el contrario, Balthier y su compañero tenían otros planes.

Si no os importa, a Nono y a mí nos gustaría acompañaros en calidad de aliados. Después de todo lo que ha pasado, si Fran no ha aparecido por aquí, por muy loca que resulte la idea, no se me ocurre otro sitio en el que pueda estar. Y soy un pirata del aire, la curiosidad por ver lo que hay ahí dentro me está matando, creo que a ti te pasa igual, ¿no sirena?

¿Seguro que lo aguantarás? ―le respondió Hana, intentando emplear su habitual tono jocoso con Balthier, aunque no estaba en su mejor momento.

Finalmente se pusieron en marcha, descendiendo por el túnel. Se llevaron a la niña con ellos, por su insistencia, y Hana decidió no poner pegas. Mientras fuera otro quien se responsabilizara de ella, le daba igual. Además, a juzgar por el espectáculo en la apertura de la puerta, quizá jugase un papel fundamental.

Durante el descenso se posicionó al final de la cola y, en algún momento, se acercó a Balthier para hablar brevemente con él.

Supongo que no tienes ni idea de a qué venganza se refería Gabranth cuando se marchó ―le dejó caer.

Imaginaba que no tendría muchas ganas de hablar del tema, pero era necesario. Así lo olvidarían cuánto antes. En cuanto a Maya, no iba a reprocharle nada. Era una niña, al fin y al cabo. Se decía a sí misma que ya aprendería. Que quizá aquello le hiciera aprender. No iba a ser dura con ella.

Llegaron hasta una capilla subterránea, cuya única fuente de luz eran unas rocas que brillaban de forma tenue. Solo gracias a ellas pudieron leer la inscripción que indicaba el modo de avanzar hasta el Corazón. Hana lo leyó varias veces, por si contenía algún otro mensaje oculto, aunque no encontró nada. No había pensado mucho en la pluma descargada de la niña, con la que había abierto la puerta, pero resultaba obvio que era clave para llegar hasta el final.

Aquellos con corazón impuro, temed, pues sabed que jamás lograréis pasar de este punto. Era algo absurdo, pero Hana realmente lo temió. Nunca había considerado su corazón puro, menos en aquel instante tras el enfado con la Maestra. Esperaba no impedir el camino hasta el Corazón y que aquellas palabras fueran rimbombantes en la práctica.

Ya veo… tres plumas, sospecho que las encontraremos en estas salas que están recalcadas en rojo, azul y verde. Y esas plumas nos ayudarán a devolverle el poder a tu pluma y atravesar la puerta definitiva, ¿verdad, Nana? —Hana asintió, conforme con el razonamiento.

»¿El Jefe indio te dijo algo de esas pruebas? —preguntó a la niña.

Miró de reojo el mapa que había desplegado Light. Tres caminos para tres aprendices, con la niña, la Maestra gruñona, el pirata y el moguri de más. Parecía idóneo que se dividieran, aunque Light planteó otro plan:

Creo que deberíamos ir a la sala roja que marca el mapa

No quería discutir después de la lamentable escena que había montado antes, así que volvió a asentir. Además, de ese modo se aseguraba que no fracasaba en cual fuera la prueba que le pusiera la sala que le tocara.

Vayamos una por una.

Le parecía demasiado fácil que pudieran avanzar gracias a la ayuda del mapa. ¿Y si los callejones sin salida escondían algo más? Decidió olvidarse y seguir adelante con el grupo, esperando que fueran resolviendo el enigma poco a poco. Quizá era demasiado paranoica y el mapa, diseñado precisamente para personas como ellos, era el modo de evitar las trampas de esos callejones sin salida para los invasores no deseados. O para la gente de corazón impuro.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Zodiark » Dom Jun 26, 2016 4:07 am

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Zawrid... vosotros. En ningún momento he pretendido ayudaros en vuestra misión, tened eso claro, y vuestra compasión por el enemigo me provoca arcadas. Ahora que soy libre dejaré las cosas claras: lo único que busco es... venganza. Ahora que se me ha otorgado la libertad no hay nada que me impida cumplir mi tarea. Pero no será aquí, y no será hoy. Si conseguís sobrevivir lo suficiente tened por seguro que nos volveremos a encontrar, y no tendré piedad con ninguno de vosotros. La Orden pagará por sus pecados.

»Tú incluida, Maya Zawrid.

Miré hacia el suelo, decepcionada. Creía que era diferente a los demás Villanos Finales, que él sería capaz de dialogar y quizá comprender nuestro punto de vista. Pero solo había estado mintiendo, actuando, engañándome. Era igual de cruel y egoísta que los demás. Y yo queriendo ayudarle… Qué grave error había cometido.

Está bien, si así quieres que sean las cosas, la próxima vez todo será diferente ―Ukki gruñó.

Si ese es el caso... me aseguraré de no perderte la pista, Juez Gabranth. Soy la maestra más experimentada aquí y tu vuelta a libertad está bajo mi responsabilidad. No permitiré que pongas a nadie más en peligro.

Me gustaría verte intentándolo, maestra Rebecca.

No lo intentará sola. Me encargaré personalmente de que no huyas la próxima vez.

Clavé mi mirada en la suya, claramente decepcionada y enfadada. Se acabaron las compasiones, era mi enemigo, ahora más que nunca. Y quería ser yo misma la que le derrotara y capturara la próxima vez que se interpusiera en nuestro camino.

Parece que pese a nuestras diferencias todavía se puede negociar civilizadamente con vosotros. No temáis, cumpliré mi parte del trato, pero no sin antes aclarar algunas cosas, parecéis un poco perdidos

Como si hubiésemos estado en igualdad de condiciones, capullo.

—Lo que ha dicho el Juez es cierto, mostráis demasiada compasión por el enemigo, yo lo sabía, sabía que erais incapaces de matar a nadie. Podría haberle rescatado antes, pero necesitaba que el Juez cayera hasta lo más bajo que pudo haber caído. Ahora tiene las ideas claras, y vosotros también deberíais tenerlas, Caballeros.[/b][/color]

Apreté los puños, furiosa. Claro que tenía las ideas claras. Tenía muy claro que estaba harta de aquellos tíos y de que la próxima vez no me iba a andar con tonterías. Ya me habían dado muchos quebraderos de cabeza a lo largo del tiempo, y no iba a permitir que siguieran haciendo de las suyas. Me iba a encargar de acabar con ellos y llevarlos hasta la justicia para que pagasen caro por todo. Incluido Gabranth.

»Para impedir que el dolor se siga extendiendo, tenéis que matar. No queda otra opción, no la hay tampoco. Nunca pensé que le perdería la pista por tu culpa, Hana, pero al final sí terminó participando en este juego. Quería utilizarla para otra cosa, pero no ha sido posible: es nuestra derrota en Nunca Jamás, vosotros ganáis... de momento.

Gracias por la lección, Seymour, pero no acepto consejos de asesinos cuyo corazón está lleno de oscuridad, y mucho menos de aquellos que se han dedicado a hacerme la vida imposible —dije de forma seca, estaba realmente harta y lo único que quería era perderle de vista de una maldita vez. Con un poco de suerte no vería su cara de superioridad durante un buen tiempo.

Ahórrate las lecciones. No creo que tú, un Villano Final, sea el más adecuado para darnos consejos. El fin no siempre justifica los medios, ¿sabes?

Asentí con la cabeza ante las palabras de Light. Por desgracia aquellos tipos no entenderían nunca aquello. Para ellos era todo blanco o negro, y harían todo lo que estuviese en sus manos para conseguir sus propósitos. Ahora lo sabía mejor que nunca.

Lo pondré en práctica la próxima vez que no huyas con el rabo entre las piernas, escoria.

Hasta más ver, Caballeros.

Tras soltar a la malherida Wendy, Seymour abrió un portal oscuro que atravesó junto a Gabranth. Se habían marchado, y aunque me alegraba de que Seymour no estuviese ya rondando por allí, la impotencia por haber perdido a Gabranth me enfurecía. ¡Habíamos estado tan cerca de encarcelarle!

Ukki sacó los dientes y gruñó de nuevo, poniéndose en tensión. Parecía querer saltar de un momento a otro y seguirles a través del portal para darles su merecido. Por suerte, lo pude calmar con un par de caricias.

La chica se quedó al cuidado de Peter, al parecer eran buenos amigos y el chico quería comprobar que estaba bien y saber qué había sucedido. Miré a Rebecca y señalé a Wendy con la cabeza, preguntándole indirectamente si debíamos ocuparnos de sanar sus heridas.

—Nosotros también estar contra Seymour y sus aliados, vosotros poder contar con nosotros en todo momento.

¿Cómo decíais que se llamaba su grupo? ¿Algo de villanos?

Villanos Finales.

Por favor, no tratéis de pelear solos contra ellos. Ya habéis podido comprobar el poder que poseen… Ni siquiera nosotros somos capaces de hacerles frente.

»Os lo suplico, no os involucréis en todo esto o una tragedia mucho mayor que la de hoy podría tener lugar.

Aun no entiendo qué era lo que Seymour quería de Wendy

Si Gabranth me dijo la verdad, tanto él como Seymour vinieron aquí buscando lo mismo que nosotros: el corazón. ¿Tendrá algo que ver el secuestro de Wendy con él?

Rebecca de pronto intervino, desviando totalmente el tema:

Cuando murió mi maestro Kazuki me propuse que nadie más tuviera que pasar ese dolor. Me niego a matar, como ha dicho Seymour, soy una maestra que vela por vuestra seguridad, pero os he puesto a todos en peligro…

Aquellas palabras me dejaron muy tocada, porque me vi inmediatamente reflejada en ellas. Rebecca y yo éramos más parecidas de lo que jamás hubiese imaginado.

Me siento igual que usted —pronuncié mientras me acercaba a ella y posaba una mano sobre la suya—. Cuando Kazuki murió me prometí a mí misma no permitir más derramamientos de sangre, y eso es lo que me hizo superar que él ya no esté aquí, y seguir adelante. Yo pienso igual, pero… Ellos van a seguir siendo igual de crueles y despiadados… Quizá debemos ser un poco más duras, o lo que hemos vivido hoy aquí se repetirá una, y otra, y otra, y otra vez…

Entrenamos para esas situaciones de peligro, Maestra. De lo contrario nuestra vida sería muy aburrida. No pasa nada. Lo importante es que todos estamos bien. Y Freya seguro que también —intervino Light. Sonreí cruzando la vista con la Maestra. Aquello había sido responsabilidad de todos, no estaba sola, y podíamos enmendar nuestros errores y continuar adelante, estábamos a tiempo—. No es momento para desanimarse ahora.

Pues a mí me parece un buen momento para encajar la patada y replantearse las cosas. No mates a nadie. Bien. Ya habéis escuchado a Gabranth. Deja que sean ellos quienes asesinen a Kazuki y quién sabe a cuántos más de nuestros compañeros, o piratas, que se crucen en su camino ―No obstante, alguien no parecía estar de acuerdo con el punto de vista de Light y la Maestra―. Asistiremos a los funerales, les lloraremos amargamente y luego liberaremos a sus aliados para que sigan masacrándonos. ¡Así todo será más divertido, genial! Esa política da asco. Y me repugna tener que aceptarla porque mi Maestra prefiere que yo lo sufra a que lo haga el enemigo. ¡Qué gran decisión tomé al dejarme salvar de aquella taberna en llamas! Pues, ¿sabes qué? Quería saltar por la ventana y escapar de los sincorazón. Si lo hubiera hecho, en vez de interesarme por mi salvadora, ¡me habría ahorrado todo el dolor que me han provocado los Villanos Finales!

Miré al suelo y escuché cada una de las palabras de Hana, las cuales sentía como me golpeaban con fuerza. Estaba muy enfadada, y no me extrañaba, pero no podía juzgarla, tenía razón. Tras la huida de Gabranth, estaba de acuerdo con gran parte de lo que ella defendía, no de forma tan radical como ella, pero sí sentía que debíamos cambiar nuestra forma de pensar y actuar en consecuencia. Como ya había dicho, si no empezábamos a tener un poco más de mano dura, la situación se repetiría siempre.

No podía evitar sentirme mal por Rebecca, seguro que las palabras de Hana le estaban doliendo mucho más de lo que me estaban doliendo a mí, pero tenía gran parte de razón. Había sido incapaz de verlo, porque pensaba que Gabranth era diferente a los otros de su bando, pero cada vez veía más claro que eran o ellos o nosotros.

Necesito despejarme.

El silencio reinó en el lugar durante unos segundos después de que Hana se apartase del grupo para estar sola. Yo también me aparté de Rebecca, seguramente necesitaba reflexionar sobre lo que su aprendiza le acababa de decir, y me acerqué a Light.

Light, ¿hemos actuado mal? ―pregunté sin mirarle a la cara―. ¿Tendríamos que haberle matado desde un principio? ¿Habría ido todo mejor si no me hubiese empeñado en intentar entenderle?

Esperé una respuesta mientras seguía mirando al suelo. No podía evitar sentir que gran parte de culpa de aquella situación era mía. Y ya nada podía hacer para solucionarlo, eso era lo que más me frustraba.

En cualquier caso, había que seguir adelante y terminar nuestra misión. Con todos de nuevo reunidos, Nana abrió la puerta por fin gracias a una extraña pluma, y era hora de ver qué demonios era aquello del “corazón del mundo”, y ver si la desaparición de Freya y Fran tenía algo que ver con él.

No obstante, era hora de separarse. Aquel lugar parecía peligroso y no podíamos permitir que todos los no-portadores entrasen, así que Peter y Wendy se fueron al campamento, la chica necesitaba descansar, y los indios se quedaron custodiando la puerta. Nana, por otra parte, parecía bastante empeñada en acompañarnos, se había encariñado de Light… o simplemente tenía miedo.

Si no os importa, a Nono y a mí nos gustaría acompañaros en calidad de aliados. Después de todo lo que ha pasado, si Fran no ha aparecido por aquí, por muy loca que resulte la idea, no se me ocurre otro sitio en el que pueda estar. Y soy un pirata del aire, la curiosidad por ver lo que hay ahí dentro me está matando, creo que a ti te pasa igual, ¿no sirena?

Balthier, al parecer, no quería marcharse sin comprobar si Fran estaba tras aquella puerta. No sabía hasta qué punto iba a ser seguro para Nono y para él, pero al menos había demostrado que sabía defenderse. Era un buen aliado, y uno bastante valiente y caballeroso además.

A mí me parece bien —dije asintiendo y dedicándole una sonrisa.

Por otra parte, no me parecía seguro dejar solos a los indios custodiando la puerta. Pensé que sería buena idea que uno de nosotros se quedase con ellos, y tras comprobar nuestro estado me di cuenta de que la mejor opción iba a ser Rebecca. Era la que peor pinta de todos, necesitaba descansar, pero aun así tendría las energías suficientes para repeler una posible intrusión o ataque a la puerta. Shinju parecía estar en mejor estado, igual que Light, Hana y yo, así que estábamos en mejor estado para ir a explorar.

Maestra, creo que debería quedarse aquí fuera descansando y vigilando —propuse—. Nosotros nos encargaremos a partir de ahora.

Miré a Shinju, que tenía su típica mueca de amargada en la cara. Si Rebecca decidía hacer caso a mi propuesta y quedarse, ella era la que iba a tener que hacerse cargo a partir de ese momento, le gustase o no.

Sin más dilación, nos pusimos en marcha, hasta que alcanzamos un callejón sin salida. Por suerte, frente a nosotros se encontraba una inscripción que, aunque no decía mucho a simple vista, parecía indicar de alguna forma el camino a seguir. Corazones puros, corazones impuros… ¿Qué quería decir con eso?

Miré a todos los presentes. No consideraba que ninguno de nosotros tuviese un corazón impuro, ni siquiera Shinju, que al fin y al cabo tenía algo de buen fondo… un poquito. Aunque lo que sí tenía claro era quién era la persona con el corazón más puro de todos nosotros: Nana.

Ya veo… tres plumas, sospecho que las encontraremos en estas salas que están recalcadas en rojo, azul y verde. Y esas plumas nos ayudarán a devolverle el poder a tu pluma y atravesar la puerta definitiva, ¿verdad, Nana?

Así que, si Hana estaba en lo cierto, Nana seguía siendo la clave para avanzar por aquel lugar. Pero me quedé observando a la niña, curiosa. ¿Por qué ella? Además del corazón puro que suponía que tenía, ¿qué tenía ella de especial?

Creo que deberíamos ir a la sala roja que marca el mapa —dijo Light de pronto, con el mapa en las manos, el cual me apresuré en mirar también.

Vayamos una por una.

Éramos bastantes, así que parecía buena idea separarnos y recorrer todas las estancias en pequeños grupos para acabar cuanto antes, pero por desgracia solo había un mapa, y tampoco sabíamos qué clase de peligros aguardaban en lo profundo de aquella cueva, así que tampoco era mala idea ir juntos durante toda la expedición.

De acuerdo, vayamos a esa sala roja entonces. ¿Qué opináis, vosotros? ―Observé a Shinju y después a Balthier, ellos eran del tipo de persona que siempre va un poco a su aire, así que quizá tenían alguna otra propuesta o preferían separarse e ir a la suya.
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Hasta nunca jamás - Ronda #9

Notapor Tsuna » Dom Jun 26, 2016 9:33 pm

Cavernas Superiores


Todos los aprendices discutieron, hicieron públicas sus ideas y temores delante de todos y tras unos momentos de reflexión se pusieron manos a la obra. Gracias a la ayuda de Nana abrieron la famosa puerta de oro, dejando a la niña y su colgante casi sin fuerzas. Aceptaron la ayuda de los indios y los Niños Perdidos, no sin advertirles que era muy peligroso que enfrentaran a los villanos por su cuenta. Maya, en última instancia, le quiso proponer algo a Rebecca.

Maestra, creo que debería quedarse aquí fuera descansando y vigilando. Nosotros nos encargaremos a partir de ahora.

Está bien —asintió—. Me aseguraré de que nadie entre sin permiso, Maya. Confío en vosotros, ah, y por favor, acepta esto. Era el amuleto de Freya. —Le tendió el amuleto y esperó a que Maya lo aceptara, no iba a aceptar un no por respuesta, a fin de cuentas era algo que solo beneficiaba a la aprendiz, la cual había dejado su propio amuleto en manos de Mog.

Al final todos decidieron entrar en la cueva bajo la atenta mirada de la maestra Shinju. No parecía hacerle gracia tener que hacer de niñera de tantos aprendices, pero mientras Becca curraba fuera, ella tendría que hacerlo dentro. Todos bajaron por la cueva llena de alimañas que lo que hacían era huir de ellos. Durante el tramo Hana se atrevió a preguntarle algo muy importante a Balthier.

Supongo que no tienes ni idea de a qué venganza se refería Gabranth cuando se marchó

¿Um? —observó con sorpresa a la aprendiz—. Sí, sí lo sé. Ya te dije que él tomó su camino y yo el mío, podría haber elegido el suyo también y estar ahora en su lugar —Se encogió de hombros—. Pero prefiero ir por libre, ¿sabes?

Al final alcanzaron la capilla principal, oscura y con la pared del fondo llena de inscripciones. Gracias a los cristales de luz pudieron leerla, y sacar sus conclusiones.

Ya veo… tres plumas, sospecho que las encontraremos en estas salas que están recalcadas en rojo, azul y verde. Y esas plumas nos ayudarán a devolverle el poder a tu pluma y atravesar la puerta definitiva, ¿verdad, Nana?

La niña asintió, mimosa, desde la espalda de Light.

»¿El Jefe indio te dijo algo de esas pruebas?

Nana puso cara triste y negó con la cabeza, no sabía a lo que se iba a enfrentar.

Creo que deberíamos ir a la sala roja que marca el mapa.

Vayamos una por una.

De acuerdo, vayamos a esa sala roja entonces. ¿Qué opináis, vosotros?

La maestra Shinju se encogió de hombros y proclamó:

¿Tenemos otra elección acaso?

Por mí bien, no tenemos más pistas y sin ese mapa no llegaríamos a ningún sitio por nuestra cuenta. Si al menos estuviera Fran por aquí... ¿Tú que opinas, Nono?

Por mí bien kupó, sin problemas.

Todos estaban de acuerdo con ir a la sala de color rojo. Salieron de la capilla, con Light y su linterna a la cabeza —estaba todo demasiado oscuro como para ver por su propia cuenta—, y avanzaron con cautela. Pronto se dieron cuenta de la cantidad de túneles y desvíos que había, con aquella oscuridad y sin un mapa, resultaba casi imposible andar por allí. El mapa los guió en todo momento así que supieron qué desvíos y caminos tomar sin problema, no pasó nada digno de mención a menos que hablaran entre ellos. Como mucho, pisaron algún que otro gusano de tamaño considerable, negro y rechoncho, o tocaron algún bicho que caminaba por la pared, poco más.

Al final alcanzaron una zona más iluminada, pero no por cristales, sino por la luz de la luna y del exterior. La sala pintada de rojo en el mapa, allí estaban. Se trataba de una estancia cilíndrica, formada puramente por roca antigua y llena de polvo. Tendría al menos veinte metros de altura y en lo alto se podían contemplar numerosos agujeros en el techo que daban al exterior, a través de los cuales entraba la luz. Había incluso plantas de la selva de Nunca Jamás asomando por algunos recovecos.

Fuera como fuese, en el fondo de la estancia, frente al grupo, se hallaba una especie de estatua de piedra clavada en la pared, inmóvil, con una pluma de cristal roja como la sangre brillando con intensidad en un hueco dentro de su pecho. Parecia estar clavada allí dentro, iban a tener que arrancarla con sus manos. La pluma emitía un tono rojizo y anaranjado por toda la sala, lo cual tambíén le daba iluminación suficiente. La estatua en sí representaba lo que venía siendo un ser humano, concretamente lo que parecía un indio, ¿quizá una estatua en honor a alguien del pasado? Todo parecía indicar eso. Tenía tallada entre sus dos manos una enorme lanza de roca cuyo filo era de un metal que no parecía estar oxidado.

Sin embargo, en cuanto el último de todos entró dentro de la sala la entrada por la que habían venido y daba acceso al túnel se cerró. Un muro de roca se elevó desde el suelo e impidió cualquier tipo de vía de escape con un sonoro estruendo. Los ojos de la estatua brillaron con intensidad, como si fuera todo fruto de un hechizo, y el muñeco de piedra comenzó a moverse, a salir de la pared con cierta dificultad.

El hueco de su pecho donde guardaba la pluma se cerró, pero no sin antes emitir esta última un fuerte destello intenso por toda la sala que afectó a todos por igual. Lo sintieron, algo en ellos había cambiado: si probaban a lanzar hechizos se verían incapaces de hacerlo. La estatua enarboló la lanza y en un movimiento veloz y apenas perceptible, pegó un potente salto para alcanzar a la maestra Shinju, que evadió el ataque por los pelos. Aunque no se había librado de recibir un fino corte en su hombro izquierdo.

La estatua retrocedió de un salto hasta otra posición, alejada de todos los aprendices y frente a ellos. Parecía que para recuperar la pluma había que luchar. Y eso no era todo, sino que en el hueco donde antes había estado aprisionada la estatua se podían leer ahora unas inscripciones, pero igual consideraron que no era seguro pararse a leer unos textos en mitad de un combate.

La maestra Shinju se tambaleó a los pocos segundos, abriendo y cerrando los ojos con rapidez y vehemencia.

No... esto no me puede estar pasando a mí. Se supone que soy yo la que tiene que controlar los sentidos de los demás, no ellos a mí. Cómo he podido caer tan bajo...

La maestra cayó de rodillas, pálida. Era muy probable que el filo de la lanza tuviera un veneno letal y muy potente encima, si no hacían algo rápido...

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La estatua del indio solo tiene la lanza venenosa encima, y no podéis lanzar habilidades mágicas hasta el final del combate. Pensad bien cómo luchar, porque las capacidades físicas del enemigo son muy superiores a la media.

Puede caerse de maduro, pero no podréis haceros con la pluma roja si no vencéis a la estatua.


Cavernas Inferiores


Tras conseguir el Omniéter del cofre del tesoro, Freya decidió aventurarse por el último camino que le quedaba, la cueva con la cascada. Ambas subieron hasta la mitad de la sala, aproximadamente, que era donde se hallaba esa gruta. Terminaron empapadas para poder entrar. Las dos avanzaron por un túnel descendente, oscuro y frío, muy húmedo y repleto de plantitas que brillaban levemente en paredes y techo. Acabaron en una amplia sala de roca azul y helada, hacía mucho frío en ese lugar.

Lo más destacable es que al fondo encontraron una puerta idéntica a la dorada que había en la selva, a incontables metros sobre sus cabezas. Lo que esta era distinta, pues parecía haber perdido el color dorado en algunas zonas, ahora grises. A su alrededor había un enorme altar de piedra al que se podía acceder mediante unas escaleras del mismo material, y en cuyas esquinas, formando un triángulo, había tres huecos donde se podía colocar distintas plumas. Como la que llevaba Freya, la azul y brillante, que estaba fría al tacto.

Todo indicaba que eran necesarias otras dos plumas como aquella para poder abrir esa puerta y averiguar qué escondía lo más profundo de Nunca Jamás. Algo que quizá no debía abrirse bajo ningún concepto.

Esta puerta... Es necesario encontrar dos plumas como la que ya tenemos para abrirla —comentó Fran mientras exploraba uno de los altares, después miró a la puerta, intrigada—. No siento nada detrás de ella, el frío de este lugar nubla un poco mis sentidos de viera. Pero es posible que eso que haya detrás sea el Corazón de la isla. No podemos permitir que alguien como Samy entre ahí dentro bajo ningún concepto, y más si es cierto que hay una cerradura.

«El Tesoro. Si alguien está detrás del comportamiento de los Sincorazón, es probable que también lo quiera. Claro que bien no podría ni existir.»

Esas fueron las palabras del maestro Ryota al comenzar la misión aquella madrugada, hacía casi dos días exactamente. ¿Y si era cierto que ese Tesoro, aquello que contaban los maestros que podía traer peligro a los mundos, estaba tras esa puerta?

Sin embargo no hemos visto ni un solo Sincorazón. Estamos solas en este sitio, y tú tienes una Llave. Hubiesen venido a por ti sin dudarlo, pero... —permaneció pensativa—. Es posible que alguien los haya estado controlando para retenerlos aquí dentro, y el capitán les obligara a salir.

»Balthier me comentó que los Sincorazón de Londres estaban viniendo en masa a esta isla. Aunque no he tenido noticias de él desde hace mucho. Supongo que nos toca seguir investigando, en este sitio no podemos hacer más. Y debemos impedir que Samy se haga con las otras dos plumas.

Fran había optado por abandonar ese lugar de momento, no podían seguir avanzando a menos que tuvieran las tres plumas necesarias. Y el único camino que les quedaba era el laberinto de cristales que estaba más arriba, el camino que habían tomado Samy y los piratas. Sin embargo, a un lado de los altares había una especie de fuente con agua cristalina y casi brillante, como si fuera mágica. Fran bebió un poco de ella después de olfatearla, pues había llamado su atención.

Deberías echar un trago, aventurera.

Si Freya probaba a beber un trago, quizá algo bueno pasara. En definitiva, era momento de reflexionar y planear sus siguientes movimientos.

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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Light » Jue Jun 30, 2016 9:37 pm

Asistiremos a los funerales, les lloraremos amargamente y luego liberaremos a sus aliados para que sigan masacrándonos. ¡Así todo será más divertido, genial!

Lo que ha pasado ha sido por culpa de Seymour, ¿acaso te crees que queríamos liberarlo? ―Apretó los dientes. No se sentía culpable en absoluto por la decisión que habían tomado y tampoco se arrepentía; incluso de saber de antemano que perderían a Gabranth no hubiera sugerido matarlo―. No os rayéis, la próxima vez los atraparemos.

Aquella fue la única intervención de Light durante el berriche de Hana, pues no quería iniciar una discusión. No ahora, en medio de una misión tan importante. Comprendía muy bien ―demasiado bien― su enfado y su frustración, pero no era capaz de darle la razón de ninguna manera. Aunque acabar con Gabranth hubiera sido la solución más racional para evitar futuros problemas, no podía aprobarla.

Light, ¿hemos actuado mal? ¿Tendríamos que haberle matado desde un principio? ¿Habría ido todo mejor si no me hubiese empeñado en intentar entenderle?

Se quedó mirando fijamente a Maya, algo serio, pues el “asunto de matar” era delicado para él aunque ella no lo sabía. Le traía amargos recuerdos. Se pensó la respuesta antes de abrir la boca.

Yo creo que no. ―Negó lentamente con la cabeza―. Entiendo que Hana esté tan enfadada, pero nosotros somos Portadores, no asesinos. Luchamos por el equilibrio. Si podemos cumplir nuestra misión sin causar derramamientos innecesarios de sangre, debemos hacerlo así, ¿verdad? Si le hubieras matado estoy seguro de que te hubieras arrepentido.

»Pero Maya, no olvides que Gabranth sigue siendo un villano. No te pido que te conviertas en una asesina y lo mates, pero no te fíes de él.

***


Todos se dirigieron hacia la sala roja. Light, en efecto, se encargó de iluminar el camino, sin dejar de observar el mapa. A medida que avanzaba comprobaba la cantidad de desvíos: definitivamente no se arrepentía de haber aceptado asistir a aquella fiesta. Sin aquel pergamino todo sería mucho más complicado.

Llegaron a la sala roja del mapa: se trataba de una habitación rocosa, con forma cilíndrica, iluminada por la luz de la luna que entraba a través de unos agujeros del techo.

Lo que más le llamó la atención, sin duda, fue la estatua que se encontraba al fondo de la estancia. Tenía forma humana y parecía representar a un guerrero indio. No se imaginó ni por asomo que estaba viva y que les atacaría en breves con esa lanza tallada en piedra. Curiosamente, algo rojizo brillaba en su pecho…

«La pluma…», tras agudizar la vista se dispuso a aproximarse al hombre de piedra, con la intención de coger el objeto, claro.

No le dio tiempo a acercarse demasiado. El ruido le obligó a girarse y entonces comprobó que no había posibilidad de abandonar la estancia. ¿Por qué? Un muro de piedra había surgido del suelo y les obstruía la salida.

«¿La primera prueba?».

La estatua, cuyos ojos se iluminaron, comenzó a moverse. Light invocó Alma Inquebrantable en un acto reflejo y se puso en guardia.

El misterioso objeto, la ansiada pluma, irradió una luz rojiza y entonces experimentó una sensación de lo más rara que le dejó intranquilo. No tardó en darse cuenta de que algo extraño le pasaba a su magia: estaba enmudecido.

El indio de piedra asestó un salto, con lanza de roca en mano, y atacó con una velocidad pasmosa a la única Maestra que estaba con ellos: Shinju. Por suerte, la Portadora contó con los reflejos suficientes para evadir la veloz acometida.

¡Shinju!

Aquella estatua dio un brinco hacia atrás, alejándose, y se colocó delante de ellos. En cuanto a Shinju, Light ni se dio cuenta de que el arma del enemigo la había rozado ―todo sucedió muy rápido― y pensó que estaba bien. Empezó a preocuparse realmente por ella cuando la escuchó decir algo bastante extraño:

No... esto no me puede estar pasando a mí. Se supone que soy yo la que tiene que controlar los sentidos de los demás, no ellos a mí. Cómo he podido caer tan bajo... —Cayó de rodillas.

¿¡De qué estás hablando!? ¿¡Estás herida!? —le preguntó, alarmado. Decía que estaban controlando sus sentidos, ¿acaso la estatua había ejercido alguna clase de ilusión sobre ella?

»¡Maya, hazte cargo de Nana! —La bajó de inmediato de sus hombros y la depositó al lado de su compañera bruja. Tocaba luchar otra vez y no quería poner en peligro a la pequeña india.

¿Cómo iba a afrontar aquella prueba? Quizás la clave estaba ahí, en las inscripciones del hueco; por supuesto que no habían pasado inadvertidas para él. Quiso acercarse a leerlas, pero no iba a tener tiempo para eso precisamente.

«Quizás esas inscripciones son la clave para superar la prueba. Puedo acercarme mientras le distraéis para leer el contenido», sugirió Gaomon.

«Bien, pues ya sabes qué hacer».

Light atacaría después de su compañera Hana, con un Aturdidor. No estaba nada seguro de que la técnica fuera a funcionar o a servir de algo, pero igualmente no le quedaba energía para hacer gran cosa. Si notaba que su ataque resultaba efectivo, seguiría arremetiendo tras la habilidad; si su enemigo ni se inmutaba, permanecería a la defensiva en todo momento y trataría de bloquear con su llave sus estocadas.

Trató de protegerse con una de sus habilidades defensivas favoritas: el Círculo de minas, pero entonces recordó que le habían dejado sin magia. ¡Maldición! Como aquel enemigo resistiera los ataques físicos iban a tener serios problemas…

Su mascota, tal como había sugerido, actuaría en cuanto los demás atrajeran la atención de la estatua. Se materializaría lo más cerca posible de las inscripciones, correría hacia éstas y comprobaría lo que decían. Memorizaría la información y después se esfumaría para compartirla con su dueño a través de la telepatía.

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▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] (Fuerza: 12) Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.

Acciones acordadas con Nell y Zodiark
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Re: Hasta nunca jamás - Ronda #9

Notapor Crystal » Vie Jul 01, 2016 11:25 pm

Tras obtener el Omniéter y guardarlo, Freya y Fran se aventuraron por el último pasadizo que les quedaba por explorar: la cueva con la cascada. Después de empaparse para poder entrar, comenzaron a andar por un túnel que descendía. Mantenía la estética de todos los sitios explorados hasta el momento: oscuro, frío y repleto de esas plantas que iluminaban el camino para que no se perdiesen. Acabaron en una gran sala de roza azul y helada. Freya echó mano de su chaqueta; allí hacía un frío insoportable.

Al final de aquel lugar encontraron una puerta dorada como la que la pelirrosa vio en la selva, aunque esta parecía algo distinta: su color dorado se había perdido en ciertas zonas y se había tornado gris. A su alrededor había un altar con tres esquinas dónde encajaban una serie de plumas. Rápidamente se dio cuenta de que allí encajaba aquella azul y brillante que había obtenido hace poco. Pero estaba claro que se necesitaban tres. ¿Dónde estarían las dos restantes?

Esta puerta... Es necesario encontrar dos plumas como la que ya tenemos para abrirla —Freya asintió con la cabeza al escuchar el comentario—. No siento nada detrás de ella, el frío de este lugar nubla un poco mis sentidos de viera. Pero es posible que eso que haya detrás sea el Corazón de la isla. No podemos permitir que alguien como Samy entre ahí dentro bajo ningún concepto, y más si es cierto que hay una cerradura.

¿Crees que detrás de la puerta se podría encontrar el...?

«El Tesoro. Si alguien está detrás del comportamiento de los Sincorazón, es probable que también lo quiera. Claro que bien no podría ni existir.

Si el Tesoro está ahí, no podemos dejar bajo ninguna circunstancia que alguno de los piratas o Samy se hagan con él. Debemos encontrar el resto de plumas y entrar ahí a investigar.

¿Qué sería el Tesoro del que el Maestro Ryota había hablado? ¿Y por qué podía traer el peligro a los mundos? Muchas eran las preguntas que rondaban la cabeza de la aprendiza, y aquello hacía que cada vez estuviese más entusiasmada por resolver el misterio.

Sin embargo no hemos visto ni un solo Sincorazón. Estamos solas en este sitio, y tú tienes una Llave. Hubiesen venido a por ti sin dudarlo, pero... Es posible que alguien los haya estado controlando para retenerlos aquí dentro, y el capitán les obligara a salir.

Algo me dice que Samy tiene mucho que ver en todo esto, Fran. Más de lo que creemos.

»Balthier me comentó que los Sincorazón de Londres estaban viniendo en masa a esta isla. Aunque no he tenido noticias de él desde hace mucho. Supongo que nos toca seguir investigando, en este sitio no podemos hacer más. Y debemos impedir que Samy se haga con las otras dos plumas.

Está bien.

Era hora de tomar el único camino que quedaba, aquel por el que habían ido Samy y los piratas. Algo inquietaba a la pelirrosa. Tenía miedo de volver a encontrarse con Samy, de saber qué pasaría, qué pensaría de ella. La había ayudado aunque ella la hubiese traicionado, y aún así la pirata parecía tener unos planes que se escapaban del entendimiento de la aprendiza. No sabía cómo podía acabar todo aquello.

Deberías echar un trago, aventurera.

Fran invitó a Freya a probar del agua cristalina de aquella fuente, y ella aceptó con una pequeña sonrisa. Tras aquello se tomó unos instantes para reflexionar un poco más.

Vale, creo que deberíamos volver por dónde hemos venido y tomar el último camino que nos queda por explorar. Después de todo ya no podemos hacer mucho más aquí. Guardaremos bien la pluma que hemos conseguido y nos haremos con las dos restantes; seguro que tienen que estar cerca.

»Y probablemente deberíamos prepararnos para un posible encuentro con Samy. Tengo la sensación de que ella tampoco está muy lejos.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)

Notapor Nell » Sab Jul 02, 2016 12:40 am

Al preguntarle por Gabranth de nuevo, Balthier fue sincero al decir:

¿Um? Sí, sí lo sé. Ya te dije que él tomó su camino y yo el mío, podría haber elegido el suyo también y estar ahora en su lugar. Pero prefiero ir por libre, ¿sabes?

Hana asintió y no dijo nada más. Balthier apenas le había revelado gran cosa, pero, ¿qué importaba? Las razones que tuviera Gabranth para alistarse en los Villanos Finales en realidad carecían de importancia. La realidad es que estaba entre sus filas y que tenía por objetivo a la Orden. Cada uno había elegido su bando. Por eso Hana, con un pensamiento tan extremista, era incapaz de comprender que Maya quisiera comprender la postura contraria.

Al llegar a la capilla, todos aceptaron dirigirse a la habitación roja. Hana también sacó su linterna para alumbrar el camino en la oscuridad. Procuró no acercarse a las paredes y pisar con cautela en cuanto se encontraron con el primer gusano asqueroso. Por lo demás, fue más fácil de lo que esperaba, ya que el mapa les guiaba con precisión.

Cuando llegaron a la habitación, se sorprendió de comprobar que en el techo había varios agujeros por los que se filtraba la luz de la luna. ¿Cómo es que había accesos al exterior desde allí? Si lo hubieran sabido antes, podrían haberlos buscado y haberse colado por alguno. Esperaba que Seymour no supiera nada de ellos. Ni los sincorazón.

Entraron y, en ese mismo instante, un muro se alzó para interponerse entre ellos y la salida. La estatua del indio, a la que Hana apenas había prestado atención frente a la pluma roja que portaba en su pecho, cobró vida y se despegó de la pared. Allí tenían su primera prueba, con un hándicap: un destello desde la pluma les arrebató la capacidad de usar la magia. Por si eso fuera poco, la imponente estatua se lanzó con una inusitada rapidez hacia Shinju, quien esquivó el golpe por los pelos.

Shinju se tambaleó y musitó algo, a lo que Light la respondió, aunque Hana no prestó atención. Se dio cuenta de que aún conservaba su capacidad de volar, así que se elevó unos centímetros para prepararse. Aquella estatua era fuerte y necesitaría de todos sus reflejos para poder esquivarla, si no quería acabar como Shinju. Que a saber qué le había ocurrido.

¡Maya, hazte cargo de Nana!

Cubre a Shinju, nosotros nos encargamos ―le dijo a Balthier. Con Nono no tenía tanta confianza como para pedirle ayuda.

Acto seguido se tomó un Éter, ya que no le había dado tiempo a recuperarse del combate anterior. Supuso que, ante tantos enemigos, la estatua no sabría por cuál decantarse (aunque no había tardado nada en dejar a la Maestra para el arrastre), por lo que se elevó sobre las cabezas de los demás para elevarse e intentar que centrara su atención sobre ella. Una vez la marcara, Hana tiraría su Llave para golpearle e intentar distraerle. En ese momento Light aprovechó para arremeterle de frente físicamente, después de pedirle a Maya

Si todo salía bien, Light pasaría a ser la prioridad de la estatua, por lo que Hana aprovecharía aquella pausa para, aun volando, situarse a la espalda de la criatura y golpearla en caso de que pusiera en un aprieto a su compañero. Si ambos la acorralaban desde cada lado, sería más fácil de derribar aquella mole de piedra.

La única pregunta que le quedaba a Hana en mente era: ¿aquella estatua estaría inspirada a alguno de los antepasados de Tigrilla? ¿Estaban atacando a uno de los antiguos jefes o guerreros indios?


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Hana toma Éter.

▪ Tiro mortífero (HC) [Nivel 15] [Requiere Puntería: 13]. Lanza el arma hacia los enemigos, siendo capaz de causar aturdimiento.
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Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
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Todos juntos otra vez

Notapor Tsuna » Dom Jul 03, 2016 8:09 pm

Cavernas Superiores


El combate contra la estatua de piedra dio comienzo. La enorme habilidad de la criatura los pilló a todos con la guardia baja, haciendo uso además de su lanza envenenada logró abatir a la maestra Shinju de un solo corte en el hombro. Por si fuera poco, la pluma roja emitió una magia y les dejó a todos enmudecidos, solo les quedaba luchar contra el nuevo enemigo con habilidades físicas y con el riesgo que ello conllevaba.

Había que tener valor para enfrentarse a semejante enemigo en esas condiciones.

¿¡De qué estás hablando!? ¿¡Estás herida!? —preguntó Light a la maestra cuando la escuchó balbucear cosas.

¡Cállate, déjame en paz! —respondió ella, no parecía por la labor de querer mantener una conversación con nadie.

»¡Maya, hazte cargo de Nana!

Light permitió que Nana bajara de su hombro para que Maya pudiera protegerla. Hana en cambio buscó ayuda en el pirata del aire.

Cubre a Shinju, nosotros nos encargamos.

Balthier asintió, con escopeta sobre el hombro y ceño fruncido, estaba tan alerta como ellos por lo que pudiese hacer aquella estatua. El siguiente movimiento de los aprendices fue rápido, y muy eficaz. Hana se tomó su Éter y se elevó en el aire gracias a los polvos de Campanilla, su intención era ser el centro de atención de la estatua, que en efecto, alzó sus ojos luminosos hacia ella: iba a ser su próximo objetivo. En ese momento Light invocó a Gaomon, que corrió con seguridad hasta la inscripción para poder leerla.

Hana lanzó su Llave Espada hacia su enemigo con una fuerza tremenda, consumiendo casi todas las fuerzas que el objeto le había otorgado con anterioridad. Aquella habilidad fue un Tiro mortífero. Por suerte la aprendiz tenía suficientes capacidades como para lanzar un potente ataque como aquel, que partió la lanza de la estatua por la mitad e impactó de lleno en su pecho, obligándola a retroceder dos pasos. Balthier, temeroso de que el enemigo se lanzara a por Hana sin piedad le disparó en la cabeza con un tiro tan potente que arrancó parte de la misma.

Light también estaba preparado para luchar y atacar con un Aturdidor, uno que nunca llegó. La estatua, incapaz de seguir luchando, se arrodilló ante los presentes y bajó la cabeza, derrotada. Sus ojos se apagaron y el hueco de su pecho se abrió, dejando ver la luminosa pluma de color sangre. Esta volvió a emitir un destello como antes y todos volvieron a recuperar su capacidad mágica.

Así de rápido había terminado el combate, y si leían las inscripciones, que Light y Gaomon ya deberían haber comprendido por ese entonces, entenderían de qué iba realmente la prueba y qué objetivo tenían que cumplir. Estas rezaban lo siguiente:

Elegidos de nuestro pueblo, ante vosotros se halla la estatua de nuestro tercer líder, el gran y todopoderoso guerrero Ítaca. Es aquel que contribuyó en la construcción de nuestro santuario, el Corazón de Nunca Jamás. Su estatua, en su honor, aguardará por toda la eternidad, desafiando a aquellos intrusos que osen acceder a tan sagrado lugar. Sabed que solo cuando el valeroso guerrero pierda su voluntad de luchar podréis ser merecedores de su respeto.


A los pocos segundos el muro que bloqueaba la salida volvió a descender, dando acceso de nuevo a a esas cavernas oscuras y laberínticas. Ya tenían la pluma roja en su poder y nada más tenían que hacer allí, por lo que solo les quedaba regresar. No obstante, todavía estaba el estado de Shinju, la maestra se encontraba en brazos de Balthier, que la sostenía como podía para que no cayera inconsciente en el suelo. Estaba pálida, tenía tanto los párpados como las mejillas ligeramente morados. Aquello debía ser efecto del veneno de la lanza.

Para suerte de los aprendices el temblor del muro logró que, de los huecos del techo, cayeran algunas plantas que pudieron o no coger. Eran hierbas medicinales, antídotos tradicionales. Había una para cada uno de ellos, por lo que se pudieron hacer con ellas.

Son hierbas medicinales, muy oportunas kupó. Estuve estudiando sobre ellas hace meses, debemos aplicar su savia en las heridas, kupó. Aunque el veneno tardará en curarse.

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Cada uno obtiene: planta medicinal (antídoto) x1

Como ha dicho Nono, uno de vosotros tendrá que gastar una en la maestra Shinju (a menos que optéis por hechizos como Esna) para que se recupere. Las añadiré a vuestras fichas y podréis usarlas en el futuro.


El problema era que ahora tenían que cargar tanto con una Shinju debilitada, como con una Nana que todavía andaba mareada por la experiencia de haber abierto la puerta de oro, Balthier, que ya sostenía a la maestra, quiso llevarla él y así dejarle más libertad a los aprendices. Gracias al mapa y sus linternas el viaje se hizo sencillo y rápido. En cuanto llegaron a la capilla y se acercaron de nuevo al mural con inscripciones los cristales luminosos que lo rodeaban reaccionaron a la presencia de la pluma roja, que empezó a brillar con intensidad. Los cristales se volvieron rojos y, como si fuera cosa de magia —que lo era— un leve temblor hizo que el mural entero se viniese abajo. Se desprendieron las rocas y dejaron tras de sí un nuevo túnel que descendía a la más absoluta oscuridad.

Podemos seguir bajando, pero todavía quedan dos rutas más. ¿Os atrevéis? —intervino el pirata, que señaló con un gesto de su cabeza los otros dos túneles restantes.

Podían bajar al siguiente nivel o explorar lo que quedara de esa zona, podían llevarse alguna sorpresa... o tener mala suerte. Quién sabía.

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Os recuerdo que desde la capilla os quedan dos caminos por elegir, según el mapa, ambos terminan sin salida, pero podéis encontrar en ellos cosas interesantes o no. Doy por hecho al final que vais a descender tras el túnel que dejó el derrumbe del mural.


Fuera como fuere al final les terminó quedando un solo camino: el túnel oscuro que se había originado por el derrumbe del mural. Avanzaron a través de él con ayuda de las linternas, porque apenas se podía ver más allá de un par de centímetros. Era oscuridad total. El ambiente estaba viciado y podían escuchar algunas serpientes a su alrededor, siseando, así como sentir que pisaban alguna que otra lombriz perdida. Podían dar gracias a que Shinju estuviera debilitada y no se estuviese quejando de todo eso.

El caso es que, tras una buena caminata cuesta abajo y con un túnel que se volvía más y más estrecho hasta el punto de ir agachados, acabaron en un sitio enorme donde se podía ya ver un poco mejor. Una cueva mucho más grande que la capilla de arriba pero con columnas de piedra altísimas y lo que parecía ser la arquitectura de un antiguo edificio blanco y gris. Encontraron muchos más túneles y desvíos, pero gracias al mapa se pudieron orientar bien.

El túnel que tenían justo enfrente llevaba a la parte inferior del Corazón, una que, según el mapa, ya estaba bajo el nivel del mar. ¡Qué locura! Y justo la cueva de la derecha llevaba directamente, sin ningún problema, a la sala de color verde. El resto de caminos y túneles llevaban a un enorme complejo laberíntico que se extendía más y más allá, y no parecía tener salida alguna.

Aunque también se llevaron una sorpresa, pues no eran los únicos allí dentro...

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Vuestra parte continúa más adelante.


Cavernas Inferiores


Freya aceptó la invitación de Fran y echó un trago de aquel manantial tan claro y cristalino, que se hallaba en un lado de la sala. El agua estaba helada pero el trago mereció la pena, la pelirrosa vio todas sus fuerzas recuperadas, se sentía como nueva.

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Recuperas toda la VIT y todos los PH.


Más tarde Freya quiso reflexionar un poco más sobre toda esa situación que empezaba a tornarse más misteriosa cuanto más tiempo pasaba.

Vale, creo que deberíamos volver por dónde hemos venido y tomar el último camino que nos queda por explorar. Después de todo ya no podemos hacer mucho más aquí. Guardaremos bien la pluma que hemos conseguido y nos haremos con las dos restantes; seguro que tienen que estar cerca.

No sabría qué decirte, creo que este sitio es mucho más grande de lo que aparenta. Pero sí es verdad que tenemos que tomar esa ruta.

»Y probablemente deberíamos prepararnos para un posible encuentro con Samy. Tengo la sensación de que ella tampoco está muy lejos.

Cierto, si encuentra a sus dos hombres de antes sabrá sobre nosotras. Debemos ser cautas de ahora en adelante. Estaré atenta, aunque dudo que me vuelvan a pillar con la guardia baja.

Todo estaba decidido, Freya y Fran salieron de aquel lugar para alcanzar el último camino que les quedaba, el que posiblemente había tomado Samy y el resto de piratas. La cueva de cristales, sin embargo, era un laberinto, resultaba imposible saber a dónde ir quitando el camino que llevaba a la zona de los cocodrilos, donde la pluma azul. Así que tuvieron que avanzar a ciegas, con el riesgo que ello conllevaba.

Al cabo de un buen rato cargado de tensión salieron de la cueva de cristales a través de un túnel que ascendía. No fue muy largo y les llevó a una enorme cueva repleta de estalactitas y estalagmitas formadas por la roca. Justo en el centro encontraron una especie de charca que daba acceso a un túnel sumergido. Parecía ser el único camino posible. Aun así Fran aprovechó para desconectar un poco y retomar un tema que quedó en el olvido.

Todavía no me has respondido a lo de antes. ¿Qué te parece venirte con nosotros cuando todo esto acabe, y dejar la Orden? Tienes madera y estoy segura de que a los chicos les encantará tenerte a bordo del Strahl. A veces se vuelve un poco solitario, ¿sabes?

Respondiera lo que quisiese responder Freya, Fran aceptó su decisión y asintió con la cabeza. Luego bajó la vista a sus pies, justo delante tenía el lago con el túnel sumergido.

Está bien —aceptó la decisión de Freya—. Es posible que este sea el único camino para acceder a otra zona. ¿Te atreves? Puede que sea demasiado largo y no podamos salir, pero soy veloz, te puedo ayudar a regresar si veo que hay problemas.

Con la respuesta de Freya, Fran se zambulló en el agua, al cabo de unos segundos sacó la cabeza con las orejas empapadas y miró a la aprendiz, esperando que ella también la siguiera. Las dos avanzaron por el túnel azul, que era a fin de cuentas la única forma de avanzar segura —no se habían encontrado con Samy, o peor, con Garfio— que habían encontrado. Las dos se sumergieron y nadaron más y más. Encontraron algas, pececillos que iban de un lado a otro y alguna medusa flotando por ahí, pero nada peligroso digno de mención. El recorrido parecía más bien una cueva como todas las demás, larga y con desvíos, ascensos y descensos.

En cierto punto Freya, que no tenía una resistencia excepcional, se empezó a ver apurada por la falta de aire. Fran se percató de ello y agarró su mano, luego nadó a toda velocidad cargando con ella hasta que, tras un momento algo agobiante, encontraron una salida. Las dos pudieron respirar al salir de nuevo a la superficie.

Estaban en una cueva oscura con un túnel de tierra ante ellas que ascendía. Al subir por él llegaron a una especie de cueva enorme donde no se podía ver del todo bien. Había columnas altísimas de piedra blanca y gris, y lo que parecía ser el interior de un edificio antiguo. Vieron más túneles yendo a un lado y a otro, pero lo más sorprendente fue ver a alguien allí.

No estaban solas.

Todos


Todos, tanto el grupo que llevaba la pluma roja como el grupo que llevaba la pluma azul, se terminaron encontrando en el mismo punto. Nono salió corriendo cuando vio a Fran y sobrepasó a todos para saltar a sus brazos, idea que se le quitó de la cabeza al ver que la viera estaba empapada. Freya también estaba empapada de agua y se percató de que, además de los conocidos, allí estaba también Nana, la niña que conoció aquella mañana en la selva.

Cuánto tiempo. Parece que ha pasado una eternidad.

Mi intuición nunca me falla. Eres experta en terminar en los sitios más raros.

¡Freya! —exclamó Nana sorprendida por ver a Freya, con los ojos abiertos.

Hana había estado durante los primeros días en Londres o yendo por su cuenta, por lo que apenas recordaría a Freya del inicio de la misión, cuando se vieron en la sala del trono de Bastión Hueco. Freya, por su parte, no encontró a Jeanne ni a Neru por ningún lado, ni a la maestra Rebecca. La maestra Shinju era la única presente y estaba muy debilitada, la cargaba el pirata del aire, Balthier.

Tuvieron todo el tiempo del mundo para hablar, reírse, resumir su situación y contar qué les había pasado en sus respectivas aventuras. Lo cierto es que ya contaban con dos plumas, y la tercera estaba en una habitación justo al lado, por lo que pudieron entrar en ella sin problemas y seguir hablando allí.

Según el mapa era la sala verde en la que se encontraban. Era pequeñita, parecía en buen estado y se encontraba bien decorada, con adornos de oro o de bronce. Contaba con una especie de barrera mágica de color verde que llevaba a una zona que no se podía ver a causa de esta, y había también una inscripción en la pared más cercana. Esta decía lo siguiente:

La sala del elegido. Es el elegido por nuestro pueblo quien, afín a los poderes de la naturaleza, ha de superar este reto que lo pondrá a prueba en cuerpo y alma. Solo la barrera mágica ha de ser atravesada por él, pues nadie más cuenta con el don más preciado de todos.


En definitiva, solo "el elegido" podía atravesarla por ser el único afín a los poderes de la naturaleza. Tendrían que pensar qué quería decir aquello, y si realmente se podían quebrar un poco esas leyes, que parecían ignorantes de ciertas cosas que los aprendices sí sabían.

Esta ser mi prueba —relató Nana entonces, que parecía algo más recuperada—. El Jefe decirle a Nana que ella tener que superar una prueba muy importante, porque yo ser la elegida del pueblo. Pero... Nana tener mucho miedo.

¿Qué iban a hacer?

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En definitiva, la barrera mágica lleva a la sala de la verdadera prueba, donde está la pluma verde. Según la inscripción solo Nana puede atravesarla, pero la niña tiene miedo y... bueno, quizá sea posible romper las normas.

Podéis aprovechar esta ronda para iros resumiendo todo lo que ha pasado, cosa que os recomendaría hacer con todo detalle para que no queden cabos sueltos.


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Light Hikari:
VIT: 66/66
PH: 12/58

Gaomon:
VIT: 32/36
PH: 10/20

Maya Zawrid:
VIT: 32/36
PH: 8/40

Ukki:
VIT: 6/6
PH: 2/2

Hana Shimizu:
VIT: 56/56
PH: 5/38

Freya:
VIT: 30/30
PH: 28/28


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Fecha límite: Viernes 8 de Julio
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Tsuna
57. Ferrocustodio I
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