Re: [Tierra de Dragones] Leyendas se contarán
Publicado: Vie Feb 05, 2016 12:57 am
A pesar de que me dió un lapsus y me quedé paralizado observando lo que hice. Por un segundo creí haberle dado a Ragun.
La pelea fue increíble, Agatha me lo contaba y yo no me lo creía. Ragun derrotado, parecía de plastilina. Ruidos de huesos rotos que entraban por mis oídos. Eso no era algo muy bueno. Encendí la mecha y lo apunté al grandullón. Mi respiración aumentaba por la tensión y los nervios. ¿fallaría? ¿Cómo demonios llegué a encenderlo? ¿Qué cojones pasa que le he dado? ¿El poder de la potra me había llamado?
Me quedé mirando, tras todo lo sucedido me quedé casi de piedra ante la incredulidad. ¡He sido útil! ¡Qué sensación! Había metido gol al feo y asqueroso gigante. Y el guerrerito enano se quitó las máscara. No tenía mala cara. Y caderas. Aunque luego puse mala cara al ver los restos del emo. ¿No podía desvanecerse? No sé, es que esa paliza debía haberlo matado pero bien. Quizá dejarle sin brazo. ¿Y porqué no tetrapléjico? ¡Eso sería gracioso!
A lo que iba, que escapamos y me dió las gracias el guerrero guapo de cara. El tío este grande nos mostró su careto de adefesio que le faltaba que le llamasen “Fulgencio” o cualquier nombre raro que demostrara que era feo. ¿Quién en su sano juicio se quitaría una máscara con ese careto? No lo compararía con un Murloc por no ofender a ese tipo de bichos. ¡Joder! Tendría que operarse la cara. O morir.
Pero nos fuimos, pusimos pies en polvorosa y nos alejamos. Dejamos al bravo y valiente imbécil temerario que casi la palma. O la ha palmado y no nos hemos enterado.
—Por cierto, soy Myriddin Watson pero puedes llamarme Watson —comenté en el camino a esa torre—. Este saco de patatas es… Ragun
Tras llegar y mirar todo, muy bonito y eso... Atendimos al cadáver que teníamos. Su manera de curar era de risa. ¿En serio? Estaba por darle una clase de primeros auxilios.
Ayudé en lo que pude con lo que pude a evitar que muriera o a que al menos no se rompiera la médula. No quería que se quedase paralítico o incapaz de mover las piernas. Llegó un momento en el que no podía curar más. Aunque, admitía que me centré demasiado en sanarle que no percibí el caballo tras acabar. Suspiré mientras recorría mi mano por las heridas. Eso no era un humano y quizá en esa situación yo… La hubiera palmado.
Por un lado, me sentía aliviado. No era el dañado, estaba como una rosa. Podía curarle tranquilamente aunque su sangre negra parecía más tinta que sangre. Aún era demasiado pronto para vestirme de negro pero, ya me quejaría cuando despertara.
Por otro lado, no entendía nada de lo que sucedía. El luchador se presentó como Xiang, yo le miré algo cansado pero no escuché mucho más. El no dormir bien me afectaba y estar preocupado también se comía mis energías. Mis ojos iban dirigidos cada dos por tres a mirar al que estaba gravemente herido. No quería acabar llamando a Ryota con la noticia de que había muerto alguien. ¿Eran tan peligrosas las misiones en realidad? ¿Qué tuerca se me fué? ¿Ser portador implicaba tanto peligro? ¿Tanta probabilidad de muerte? ¿¡Por qué no me uní antes!? ¡Qué emocionante! ¡Ragun me debía la vida! ¿Sabéis acaso lo que significa? ¡Me lo va a pagar jugando a juegos de rol de mesa! ¡Oh si!
Tenía que haberle sacado una foto para luego amenazarle con subirla a Tuipper y dañar su reputación. El chino me explicó cosas que por desgracia tenía que escuchar para decirselas al muerto.
—No es nada, —respondí a Xiang. Seguidamente murmuré en voz casi inaudible— son cosas del guión.
Un grito sonoro salvaje irrumpió el momento, era tan efectivo que hizo que Xiang se fuera a ver qué pasaba. Pasé del tema, estaba por sacar mi katana y clavársela a Ragun hasta que desvaneciera. O diseccionar, con la katana. ¿En este mundo comprarán órganos? Podría quitarle un riñón, no es tan preocupante perder uno. Además, no lo echará de menos.
Aunque, no era divertido que estuviera tan frágil y fácil de cazar. Era más divertido cazar la presa, torturarla, que te suplique clemencia y luego la muerte. Entonces en ese momento podría hacer lo que me plazca.
Xiang me había caído bien, llamó idiota a Ragun resaltando lo obvio, pero por lo menos sabía echárselo a la cara. La patada no sobraba, es más desearía que le moliera a hostia limpia.
—Andrei me suena, aunque es de algo antes de que yo me uniera con este memo. Sólo sé de oídas y rumores, lo siento. Ni sé como es de apariencia, ni qué historias han pasado con él.
No hacía falta ser un genio para saber que ese tal Andrei era un causante de todo el lío. Tampoco que quizá estuviera relacionado con Xiang y Quebrantahuesos. ¿Qué hizo para liarla? ¿Quemó una montaña? ¿Por qué siempre me voy al mundo de yupi con estas cosas? ¿Por qué no puedo tener la figura de mi pony preferido? ¿Por qué Agatha está mirando mal a ese caballo?
Lo último se resolvió cuando me preguntó si podía comerse al caballo entonces. Estaba por decirle que se comiera a Ragun, que estaría más apetitoso. Ella siseó y dejó de mirarlo.
—Aunque lo preocupante ahora no es el tema de quienes somos. Es que Quebrantahuesos o quien sea… No masacre a la gente, se haga una legión de sincorazón y tengamos peores problemas de lo que podamos imaginarnos. Lo último que deseamos es más problemas, y digamos que no soy experto en combate. También contamos con el problema de que cierta persona está no muy bien, incluso si usamos una poción, no creo que se recupere por completo.
Agatha se me puso al regazo mientras yo la acariciaba. Parte de su cuerpo se ponía detrás mía. Era lo que tenía ser una reptil tan grande. Aunque me gustaba eso de ella. Mi semblante seguía serio, preocupado por vaticinar un futuro que veía más probable si no resolvíamos esta misión secundaria. Una misión no importante en esencia, pero preocupante gracias a la jugada maestra del Lord Brazo Oscuro. Bajé la mirada, no había venido para lidiar con problemas de locales con gente loca. Vine a matar a un dúo dinámico, Villanos Finales. Los cutres del barrio. Yo seguramente tenía la razón para meterles una colleja por la falta de originalidad. Esperé por si Ragun tenía el don del habla intacto y nos informaba más sobre este sujeto. Parecía ser el subjefe final del juego.
—También tenemos de paso un problema, llevamos un tiempo buscando a dos personas. Creo que se llamaban Kefka y el otro Gilgamesh… ¿Te suenan?
La pelea fue increíble, Agatha me lo contaba y yo no me lo creía. Ragun derrotado, parecía de plastilina. Ruidos de huesos rotos que entraban por mis oídos. Eso no era algo muy bueno. Encendí la mecha y lo apunté al grandullón. Mi respiración aumentaba por la tensión y los nervios. ¿fallaría? ¿Cómo demonios llegué a encenderlo? ¿Qué cojones pasa que le he dado? ¿El poder de la potra me había llamado?
Me quedé mirando, tras todo lo sucedido me quedé casi de piedra ante la incredulidad. ¡He sido útil! ¡Qué sensación! Había metido gol al feo y asqueroso gigante. Y el guerrerito enano se quitó las máscara. No tenía mala cara. Y caderas. Aunque luego puse mala cara al ver los restos del emo. ¿No podía desvanecerse? No sé, es que esa paliza debía haberlo matado pero bien. Quizá dejarle sin brazo. ¿Y porqué no tetrapléjico? ¡Eso sería gracioso!
A lo que iba, que escapamos y me dió las gracias el guerrero guapo de cara. El tío este grande nos mostró su careto de adefesio que le faltaba que le llamasen “Fulgencio” o cualquier nombre raro que demostrara que era feo. ¿Quién en su sano juicio se quitaría una máscara con ese careto? No lo compararía con un Murloc por no ofender a ese tipo de bichos. ¡Joder! Tendría que operarse la cara. O morir.
Pero nos fuimos, pusimos pies en polvorosa y nos alejamos. Dejamos al bravo y valiente imbécil temerario que casi la palma. O la ha palmado y no nos hemos enterado.
—Por cierto, soy Myriddin Watson pero puedes llamarme Watson —comenté en el camino a esa torre—. Este saco de patatas es… Ragun
Tras llegar y mirar todo, muy bonito y eso... Atendimos al cadáver que teníamos. Su manera de curar era de risa. ¿En serio? Estaba por darle una clase de primeros auxilios.
Ayudé en lo que pude con lo que pude a evitar que muriera o a que al menos no se rompiera la médula. No quería que se quedase paralítico o incapaz de mover las piernas. Llegó un momento en el que no podía curar más. Aunque, admitía que me centré demasiado en sanarle que no percibí el caballo tras acabar. Suspiré mientras recorría mi mano por las heridas. Eso no era un humano y quizá en esa situación yo… La hubiera palmado.
Por un lado, me sentía aliviado. No era el dañado, estaba como una rosa. Podía curarle tranquilamente aunque su sangre negra parecía más tinta que sangre. Aún era demasiado pronto para vestirme de negro pero, ya me quejaría cuando despertara.
Por otro lado, no entendía nada de lo que sucedía. El luchador se presentó como Xiang, yo le miré algo cansado pero no escuché mucho más. El no dormir bien me afectaba y estar preocupado también se comía mis energías. Mis ojos iban dirigidos cada dos por tres a mirar al que estaba gravemente herido. No quería acabar llamando a Ryota con la noticia de que había muerto alguien. ¿Eran tan peligrosas las misiones en realidad? ¿Qué tuerca se me fué? ¿Ser portador implicaba tanto peligro? ¿Tanta probabilidad de muerte? ¿¡Por qué no me uní antes!? ¡Qué emocionante! ¡Ragun me debía la vida! ¿Sabéis acaso lo que significa? ¡Me lo va a pagar jugando a juegos de rol de mesa! ¡Oh si!
Tenía que haberle sacado una foto para luego amenazarle con subirla a Tuipper y dañar su reputación. El chino me explicó cosas que por desgracia tenía que escuchar para decirselas al muerto.
—No es nada, —respondí a Xiang. Seguidamente murmuré en voz casi inaudible— son cosas del guión.
Un grito sonoro salvaje irrumpió el momento, era tan efectivo que hizo que Xiang se fuera a ver qué pasaba. Pasé del tema, estaba por sacar mi katana y clavársela a Ragun hasta que desvaneciera. O diseccionar, con la katana. ¿En este mundo comprarán órganos? Podría quitarle un riñón, no es tan preocupante perder uno. Además, no lo echará de menos.
Aunque, no era divertido que estuviera tan frágil y fácil de cazar. Era más divertido cazar la presa, torturarla, que te suplique clemencia y luego la muerte. Entonces en ese momento podría hacer lo que me plazca.
Xiang me había caído bien, llamó idiota a Ragun resaltando lo obvio, pero por lo menos sabía echárselo a la cara. La patada no sobraba, es más desearía que le moliera a hostia limpia.
—Andrei me suena, aunque es de algo antes de que yo me uniera con este memo. Sólo sé de oídas y rumores, lo siento. Ni sé como es de apariencia, ni qué historias han pasado con él.
No hacía falta ser un genio para saber que ese tal Andrei era un causante de todo el lío. Tampoco que quizá estuviera relacionado con Xiang y Quebrantahuesos. ¿Qué hizo para liarla? ¿Quemó una montaña? ¿Por qué siempre me voy al mundo de yupi con estas cosas? ¿Por qué no puedo tener la figura de mi pony preferido? ¿Por qué Agatha está mirando mal a ese caballo?
Lo último se resolvió cuando me preguntó si podía comerse al caballo entonces. Estaba por decirle que se comiera a Ragun, que estaría más apetitoso. Ella siseó y dejó de mirarlo.
—Aunque lo preocupante ahora no es el tema de quienes somos. Es que Quebrantahuesos o quien sea… No masacre a la gente, se haga una legión de sincorazón y tengamos peores problemas de lo que podamos imaginarnos. Lo último que deseamos es más problemas, y digamos que no soy experto en combate. También contamos con el problema de que cierta persona está no muy bien, incluso si usamos una poción, no creo que se recupere por completo.
Agatha se me puso al regazo mientras yo la acariciaba. Parte de su cuerpo se ponía detrás mía. Era lo que tenía ser una reptil tan grande. Aunque me gustaba eso de ella. Mi semblante seguía serio, preocupado por vaticinar un futuro que veía más probable si no resolvíamos esta misión secundaria. Una misión no importante en esencia, pero preocupante gracias a la jugada maestra del Lord Brazo Oscuro. Bajé la mirada, no había venido para lidiar con problemas de locales con gente loca. Vine a matar a un dúo dinámico, Villanos Finales. Los cutres del barrio. Yo seguramente tenía la razón para meterles una colleja por la falta de originalidad. Esperé por si Ragun tenía el don del habla intacto y nos informaba más sobre este sujeto. Parecía ser el subjefe final del juego.
—También tenemos de paso un problema, llevamos un tiempo buscando a dos personas. Creo que se llamaban Kefka y el otro Gilgamesh… ¿Te suenan?