[País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

TdP: Jeanne, Light, Maya, Hana y Neru - BH: Freya

Aquí es donde verdaderamente vas a trazar el rumbo de tus acciones, donde vas a determinar tu destino, donde va a escribirse tu historia

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Hasta nunca jamás - Ronda #6

Notapor Tsuna » Sab Ene 30, 2016 5:09 pm

Nunca Jamás

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Light Hikari se decantó por utilizar el Nexo-D que tenía con su amiga Nadhia. El símbolo de su cuerpo brilló y, apuntando con sus manos al niño vestido de oso, musitó un hechizo en cuestión:

Cura.

Todos los niños contemplaron con asombro los poderes de Light. No dijeron nada, esperando que la magia de color verdoso surtiese efecto y curase a su amigo. A los pocos segundos Osezno paró de temblar, los espasmos cesaron y se relajó un poco sobre la cama. Pese a todo la herida seguía teniendo muy mala pinta y la fiebre se mantenía alta.

Parece que ha mejorado un poco —comentó Peter, apreciando los efectos del hechizo—. Muchas gracias, Light.

No obstante Osezno seguía mal, no le podían dejar así. Por tanto Light se ofreció a cargar con él y regresar al campamento. Rebecca le atendería en ese caso. Los Niños Perdidos estuvieron de acuerdo con el aprendiz y regresaron sobre sus pasos. Todos atravesaron la estrecha entrada hasta regresar a la superficie, donde andaba Conejo manipulando la trampa de las cuerdas que había capturado a Light nada más entrar.

Campanilla. —ordenó.

La pequeña hada revoloteó con fuerza alrededor de Light, y sintió que un viejo poder ya conocido regresaba a él. No le hizo falta volver a creer en que podía volar, pues ya en su día lo consiguió. Y ahora... era capaz de moverse a voluntad por Nunca Jamás.

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Obtienes habilidad:
Polvo de hadas (HM) [Nivel X] [Requiere: creer en los milagros]. El personaje puede volar a voluntad mientras esté en Nunca Jamás.


La habilidad durará durante el resto de la trama, vamos, que puedes volar y jugar con esa ventaja.


En cuanto Light se elevó por el aire los Niños Perdidos se despidieron de él, muy ilusionados. Lo tomaban como una mezcla entre héroe y salvador.

¡En marcha, no hay tiempo que perder, te sigo!

Light cargó con un Osezno malherido a sus espaldas y salió despedido hacia las alturas, seguido por el líder de los Niños Perdidos. Desde esa posición pudo presenciar la enorme isla que era Nunca Jamás, al sur estaba la costa, con el barco de Garfio asomando entre el verdor de la selva, al norte unas enormes montañas que parecían sacadas de un cuento, y las cuales tampoco se habían molestado en explorar nunca. Y al oeste el terreno se volvía más montañoso, donde se encontraba, según el mapa, el campamento Indio. El cielo se empezaba a oscurecer. Parecía mentira que fuese horas atrás cuando el sol pegaba en lo alto, tras los árboles.

Peter Pan, Campanilla, Light y Osezno tuvieron claro el rumbo a seguir: el campamento de la Orden de Caballeros.

****


Freya se incorporó, agotada y herida. La pequeña niña se mantuvo en su sitio con el cuerpo parcialmente cubierto por los arbustos y las plantas. No parecía muy dispuesta a entablar relaciones con Freya así de buenas, pero tampoco había escapado, y la aprendiz abatió al terrible sincorazón con magia. Sentía mucha curiosidad, porque era la primera persona que veía capaz de eso.

Espera... No tengo intención de hacerte daño —argumentó la aprendiz. La niña ignoró su advertencia y se puso tensa al verla ponerse en pie. Luego frunció el ceño—. Nos hemos visto antes, ¿verdad? Cuando ha aparecido el monstruo ese. He perdido a mi compañero, y ahora estoy sola.

Freya hizo amago de acercarse, pero nada más dar un paso adelante la extraña retrocedió, alarmada. Por tanto ambas decidieron permanecer quietas en su sitio.

Solo estaba buscando provisiones, y he acabado aquí por casualidad. Es un sitio muy bonito, ¿sabes? Nunca había estado en un lugar parecido. Por cierto, soy Freya, ¿y tú?

Ella, no obstante, no respondió. Se mantuvo atenta en la mirada de Freya como había hecho desde el principio.

»¿P-Por qué es peligroso este sitio? ¿Y qué es esa puerta?

El silencio se apoderó del claro. Freya sintió que la niña seguía pensativa, casi como intentando entender lo que ella misma le acababa de decir, pero más tarde decidió salir un poco de la hierba y acercarse a ella. Miró a su alrededor, casi aterrada, y volvió a mirar a la aprendiz.

Nana —comentó. ¿Se trataba de su nombre acaso?—. Tú ser Freya. Yo ser Nana —aclaró, después vaciló un poco, nerviosa por algo que Freya no podía captar—. Vosotros ser extranjeros, tener que marcharos. Si vosotros no marchar, los monstruos negros alcanzar el Corazón.

La nombrada Nana retrocedió entonces un paso, y Freya lo pudo ver bien: tenía colgado un collar muy bonito con plumas y algunos huesos, pero sobre todo destacaba por el objeto del centro: una pluma de oro macizo, idéntica a la puerta que tenía detrás suya. Al percatarse de que Freya le había pegado el ojo retrocedió todavía más, protegiendo el colgante con su cuerpo.

»Adultos estar muy enfadados con extranjeros. Los espíritus lo dijeron. Dijeron que los monstruos negros se comerían el Corazón por culpa de extranjeros. Yo no volver a advertiros.

Y sin decir nada más Nana salió corriendo y se perdió entre la selva. Dadas sus ropas, si Freya optaba por seguirla, comprendería que le iba a resultar imposible darle caza a la niña. Pero a cambio había conseguido información muy útil: los sincorazón buscaban el Corazón, y era culpa de los Caballeros que ahora estuviesen en esa situación. Aunque nada de eso se correspondía con la versión que tenía ella de la misión, pues según los maestros los seres de oscuridad salieron de la nada la noche anterior. ¿Acaso estaban mintiendo los maestros, o había algo más que no alcanzaba a comprender en la historia de la niña? Niña que estaba relacionada con el misterioso portón dorado, sin duda. ¿Y qué eran esos espíritus exactamente?

Misterios y misterios, uno detrás de otro. No iba a ser una misión sencilla y Nunca Jamás peligraba más que nunca. Ryota tenía razón: lo más probable es que se volviese a repetir la situación del Castillo del Olvido. Debían andar con pies de plomo.

Y nada más había que hacer allí. Freya, sola, muerta de frío y herida, regresó con la provisiones durante todo el camino hasta el campamento. Más de un sincorazón le salió al paso, pero con dificultad logró derrotarlos, o evadirlos. Ya anochecía, para cuando alcanzó el punto acordado.

****


De acuerdo, pero... ¿Adónde vais con todo eso? ¿Es que acaso ya sabéis cuál es exactamente la fuente de la oscuridad?

Creemos que sí

Tanto Fran como Nono salieron del Strahl, seguidos por Maya y su grupo. Luego, con un botón, la nave se volvió invisible y partieron hacia el campamento. Según el mapa de Maya no era difícil localizarlo. Durante el camino encontraron algunos sincorazón piratas, tanto armados con sables como voladores. La viera y la niña fueron capaces de despacharlos sin mayores dificultades. Ascendieron a través de diversos caminos rocosos, plagados de traicioneras raíces y peligrosos barrancos.

Existe un lugar en esta isla muy especial. Una antigua entrada de oro escondida en lo más remoto de la selva. La oscuridad está muy concentrada en ese punto, tanto que acercarse te puede costar la vida.

Dicen que en ese lugar está el Corazón del mundo, kupó. Aunque nadie lo sabe con certeza, kupó. Es imposible abrir ese portón.

El Corazón del mundo... un lugar remoto, dorado y sagrado, perdido en lo más profundo de la isla. Sonaba a leyenda, si no fuese porque los sentidos de Fran indicaban que ahora estaba plagado de oscuridad y sincorazón. Fuera como fuese, el día terminó pasando y cuando alcanzaron el campamento, ya había caído la noche.

Londres


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Sí. ¿Tienes cartas por ahí para pasar el rato?

Balthier por suerte sí que tenía una baraja de cartas encima. Hana y él pasaron el rato jugando, con algunas victorias por parte de la sirena, y otras por parte del pirata del aire, que en más de una ocasión pareció dejar ganar a Hana. Media hora después tocaron en la puerta y tanto John como Michael Darling pasaron adentro.

Todo el mundo se acomodó y empezó la conversación.

Me sorprendió mucho veros por Londres. Creía que vivíais en Nunca Jamás. ¿Qué ocurrió? ¿No erais felices allí?

Las preguntaron pillaron por sorpresa a John, el mayor. Michael, entretanto, se pasó el rato observando la decoración de la estancia.

Tenía entendido que mi hermana te lo había comunicado. Hablamos sobre todo después de llegar a casa —relató, ajustando el sombrero, dando a entender que ya conocía a Hana y su historia con Wendy—. Pienso lo mismo que ella por ese entonces. Llevábamos años en Nunca Jamás, fue terrible lo que le hicimos a nuestros padres, escapando de casa con Peter Pan aquella noche de luna llena.

Poco más pudo ofrecer el pequeño a Hana respecto a ese asunto tan personal, así que ella optó por continuar con la siguiente cuestión.

Por cierto, ¿dónde está vuestra hermana? Vengo muy poco por aquí y me hubiese gustado saludarla.

Lo desconozco. Lleva todo el día desaparecida. Se supone que quedó muy temprano para ver a unos amigos, aunque esa es la excusa que le dice a papá y a mamá.

Entonces, toda esa historia que escuchó Hana sobre Wendy era una mentira elaborada por los tres hermanos. ¿Pero y sus razones? No tardaron de igual modo en salir a la luz, con la siguiente pregunta de la aprendiz.

¿Conocéis a los demonios negros? Ya sabéis, esas criaturas que aparecieron en el barco de Garfio. Han estado por aquí, por Londres, hasta hace muy poco, cuando desaparecieron de golpe. ¿Sabéis algo al respecto?

Demonios negros, así se hacen llamar en la ciudad, pero en Nunca Jamás eran los Niños Malos. Pensábamos que solo vivían allí, ¡imagina nuestra sorpresa al descubrir que también estaban aquí! De hecho, Wendy y yo los perseguimos de vez en cuando, nos turnamos —argumentó. Entonces la razón por la que Wendy andaba desaparecida ese día era esa, que estaba persiguiendo a los sincorazón por libre. Luego John torció el gesto, cargado de preocupación—. Pero me preocupa. Hoy no ha vuelto.

Por muy buenas intenciones que tengáis al haber vuelto a casa —intervino Balthier, que no perdió detalle de nada—, perseguir a esos monstruos sin el consentimiento de vuestros padres os deja en la misma situación.

Ya... pero queríamos saber qué hacían aquí. Por qué están en todas partes. Y precisamente queríamos averiguar eso, teníamos miedo de que se hubiesen marchado a Nunca Jamás, o algo... —desvió la mirada, herido por la culpa de haber aprobado aquel plan para salir a escondidas.

Michael acarició un hombro de John, también triste.

Parece que había uno especialmente feroz en el Big Ben, de hecho. ¿Escuchasteis hablar de él?

Tanto John como Michael negaron con la cabeza. No tenían ni la más remota idea de qué era ese sincorazón tan temible.

»Sinceramente, os pedí que vinierais porque algunas de esas criaturas están apareciendo por Nunca Jamás —las palabras de Hana pusieron a los dos hermanos en alerta, casi aterrados por lo que escuchaban—. Nada serio, ya las había antes, como sabéis. Sin embargo, no entiendo qué les atraía de Londres para tener tanta presencia aquí, ni por qué viajan desde este punto a Nunca Jamás.

Balthier suspiró, amargado por la de vueltas que le estaba dando Hana a toda esa información.

No creo que unos niños sepan eso. Pero eh, vosotros no os preocupéis. Yo mismo me encargaré de que vuestra hermanita aparezca sana y salva, ¿vale? Seré un pirata del aire, pero también soy un caballero, y abandonar niñas a su suerte no es algo que mi conciencia pudiese soportar.

La conversación acabó allí. Habían sacado algunas conclusiones, pese a todo. Wendy y John se habían estado turnando esos meses para fugarse de su casa a escondidas y perseguir a los "Niños malos", intentando averiguar por qué estaban en todas partes. Pero Wendy andaba desaparecida, y lo más probable es que no volviese a aparecer. Al fin y al cabo era lo normal, los sincorazón arrebataban corazones a todo lo que se movía, y tarde o temprano tenía que pasar. Luego entró Shinju, cabreada, y Hana tuvo que controlar y calmar la situación como bien pudo.

Siento haberte causado problemas, Maestra Shinju.

¿Problemas? ¿PROBLEMAS? ¿Tú has visto a Lolo, lo cansado que está?

Les he invitado porque han sido útiles. Los tres han estado ya en Nunca Jamás y me han permitido saber varias cosas de lo que ha ocurrido aquí y allí durante los últimos días. Te informaré de todo, lo juro. Pero si lo que dices sobre Neru es cierto, deberíamos salir a buscarlo.

Shinju suspiró. Sí, claro, era maestra y ya había estado a punto de matar a cuatro aprendices en otra misión de hacía unos meses. Otro remedio no le quedaba, así que se tragó su orgullo y sus ganas de echarse en la cama para darle el visto bueno a Hana.

¿Podéis quedaros a esperar, por si aparece nuestro compañero? Se llama Neru. Si aún estáis preocupados por vuestra hermana, usad el teléfono para corroborar que haya llegado a casa

Claro, sería un honor. Pero esperad, esperad —John les llamó la atención a los tres, buscando algo en sus miradas—. ¿Cómo habéis venido desde Nunca Jamás? ¿Sabíais sobre la ruta de las estrellas?

No. —respondió Shinju con bordería y hastío por igual.

Em... Es la ruta que usaba Peter para ir y venir desde Nunca Jamás, de hecho, creo que es la única que hay. Los cuentos relatan sobre el paraje de Nunca Jamás como una isla recóndita, de ensueño, escondida más allá de las nubes. Para alcanzarla es necesario "volar hasta lo más alto del cielo y girar desde la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer". Quizá... quizá es el camino que usan los Niños malos para viajar.

Shinju alzó una ceja y miró de reojo a Hana, no muy convencida de aquello, pero era mejor que nada. Balthier decidió acompañar a las chicas, y los hermanos quedaron en la habitación, a la espera de que el nombrado Neru apareciese por la puerta para explicar la situación.

Las calles eran oscuras, las farolas iluminaban lo poco que podían y las últimas personas que salían de sus trabajos marchaban acelaradas hacia sus hogares. El barrio pobre, esa fue la última localización del joven Neru.

Shinju, ¿Lolo podría buscar a Neru desde el aire? Seguramente podrá ver mejor que nosotros

Shinju le dedicó una mirada envenada a la aprendiz.

Lolo ya ha trabajado suficiente por hoy. —respondió, cortante.

Pero pese a todo, al cabo de un rato se terminó resignando y alzó su brazo. El loro blanco ganó altura y desapareció en la distancia. Por el camino Hana comunicó sobre todo lo aprendido a la maestra, que escuchó entre resoplidos todas y cada una de sus palabras. En cuanto terminó, asintió con la cabeza.

Gracias, eso hace las cosas más fáciles. Cuando encontremos al Neru ese nos volvemos a Nunca Jamás, aquí ya no hay nada que ver. Ni siquiera aparecen sincorazón por la calle.

Después de una buena caminata alcanzaron una enorme plaza, decorada con bancos y diversos jardines repartidos a lo largo de su extensión. Un bar con la silueta de un gato negro que movía la cola, sobre un letrero que rezaba "Black Cat", se encontraba cerrado en ese instante. Otras rutas de la plaza llevaban a unos callejones, y al puerto, donde se divisaban algunas embarcaciones cargadas de redes y olor a marisco.

Pues no hay nadie por aquí. Ni niñas en peligro, ni Caballeros desaparecidos.

Unos pasos sonaron a espaldas del grupo, se trataba de un hombre adulto, un pescador que regresaba del puerto y se dirigía al centro de la ciudad. Apestaba a tripas de pescado, eso sí.

¿Buscáis una niña? Me temo que perdéis el tiempo. Los periódicos dicen que los demonios se han marchado, pero yo creo que es todo una mentira. Esta mañana dos de ellos asesinaron a una niña y a otro chico de pelo negro en esta plaza. Mirad —Y señaló un rastro de sangre ya seco en el centro de la plaza—. Lo siento por sus padres, de verdad, pero no se le puede hacer nada. Han sido unas víctimas más de esta locura. Y yo me voy ya, antes de que pase algo peor. Vosotros deberíais iros a casa también.

El hombre se alejó sin decir nada más, parecía que valoraba mucho más su vida que otra cosa.

¿Cómo que está muerto? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? —después señaló a Hana, acusadora—. ¡La culpa es vuestra! En Tierra de Partida no os enseñan nada, sois unos debiluchos.

Y esa niña también parece estar muerta. Pero algo me huele mal aquí, y no es el olor de los barcos. ¿Vosotras qué pensáis hacer? —preguntó, mientras Lolo aterrizaba de nuevo en el hombro de la maestra.

Estoy harta... Me vuelvo al hotel, ya mañana por la mañana me reuniré con esa aburrida de Rebecca. Tú haz lo que te dé la gana, pero intenta no morirte. Creo que no pido demasiado.

Shinju estaba vencida, derrotada, agotada. No le quedaban fuerzas. Sin esperar a nadie dio media vuelta y se alejó por el camino desde el que habían venido, directa al hotel. Dependía de Hana decidir qué hacer ahora, que sabía que Neru, su compañero de misión, estaba muerto. Y Wendy también. ¿Cómo iban a reaccionar sus hermanos, y sus padres? ¿Y qué era aquel camino de las estrellas del que había hablado John?

Recuerda que todavía puedes contar conmigo, para algo soy el protagonista.

Si regresaba al hotel tras Shinju se encontraría con los padres de Wendy, más le valía tener una buena excusa preparada.

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Creo que está claro, pero vamos, por mucho que busques no los vas a encontrar en Londres. Queda en tu mano decidir pues si prefieres quedarte a dormir con Shinju hasta por la mañana o intentar seguir el camino que te ha revelado John, en mitad de la noche.

También puedes ir por tu cuenta y sorprenderme.


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Objetivos:
- Averiguar por qué la mayoría de los Sincorazón han desaparecido de golpe. [x]
- Averiguar si alguien está controlando a los Sincorazón. [v]
- Encontrar qué relación tiene Londres con Nunca Jamás. [v]

Lugares:
- El Hotel Angel's Wisdom. [Shinju y los hermanos Darling]
- El Black Cat. [Cerrado]
- El Puerto.
- El Barrio Pobre. [Hana y Balthier]
- El Palacio Real.
- El Big Ben.

Qué decirte. El primer objetivo me temo que ya es imposible conseguirlo a estas alturas xD


Nunca Jamás


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El silencio se apoderó de la cueva por unos instantes cargados de tensión. Y Neru tuvo muy claro lo que hacer.

Ni hablar, "Seymour". —le enfrentó, sin vacilación alguna—. Pero... Yo te propongo otra cosa: Esta chica no tiene nada que ver con los que vosotros estéis tramando... o Mateus Palamecia.

El gesto de Gabranth se tensó al escuchar el nombre del Emperador, aunque no dijo nada. Ni él ni Seymour. Ambos aguardaron a lo que el aprendiz tuviese que decir.

>>En definitiva, mi propuesta es la siguiente: Soltadla y llevadla a salvo a su hogar... Y yo me quedaré aquí, asumiendo todos los daños que eso pueda suponer. Incluso si eso es mi muerte. Es mi mejor oferta, y me atrevería a decir que la más honorable también.

Está bien, Caballero de la Luz —accedió de inmediato, para sorpresa o no de los presentes—. Gabranth, por favor, ¿haces los honores? Lleva a nuestra invitada al lugar acordado.

El caballero rubio dudó por unos instantes, buscando algo en la mirada de Seymour, pero no dijo nada tampoco. Se adelantó, con el repiqueteo de su armadura resonando en la cueva, superó el primer cadáver que encontró en el camino y se acercó a Wendy. Neru se apartó, por supuesto, pues formaba parte del trato que la llevaran de vuelta a su hogar a cambio de quedarse él allí.

La niña no ofreció resistencia, pero por los ojos llorosos Neru notó que estaba aterrada. Parecía suplicarle algo con la mirada, como si quisiese que la salvara de verdad. El Juez sujetó a Wendy por su hombro y la llevó hasta la salida, donde terminó desapareciendo por un oscuro pasillo de roca, iluminado a duras penas por lo que parecían ser antorchas clavadas en las paredes.

Es admirable la determinación de los Caballeros, sin duda. —elogió así al aprendiz.

Seymour le tapó la boca a Neru de nuevo, que quedó atado de pies a cabeza en el suelo, incapaz de ponerse en pie por sí solo, y se dirigió a la salida. Miró al aprendiz con intriga y después cerró la celda con llave. Se quedó solo, amordazado, incapaz de moverse y muerto de frío en mitad de la noche. ¿Qué habría sido de sus compañeros?, ¿habían abandonado Nunca Jamás, estaban a salvo...?

Un peligroso trueno resonó a través de los cortos y gruesos barrotes que dejaban ver el mar tormentoso y las olas, al fondo de la cueva, en el extremo opuesto a la puerta. Quizá pasaron horas, o puede que minutos, Neru no lo supo con certeza, pero para su suerte no volvió a escuchar a Seymour por allí cerca, ni a Gabranth, ni a Wendy. Si era cierto que la habían devuelto a su hogar, ¿por qué seguir manteniendo su promesa? Lo importante era escapar de allí e informar a sus compañeros, ¿no?

Fuera como fuese, uno de los cadáveres llevaba en su chaleco, asomando, un viejo mapa de Nunca Jamás. Pudo imaginar que se encontraba ahora allí y no en Londres. Podía registrar los dos cadáveres si así lo deseaba, quizá tuviesen algo útil encima. También estaban las dos estanterías decoradas con viejos libros, carcomidas por la humedad y la sal, quizá y solo quizá hubiese algo interesante por ahí.

Neru era perfectamente capaz de invocar la Llave Espada. De no ser por las cuerdas que le amordazaban no tendría ningún problema para abrir la puerta, apuntando a su vieja y oxidada cerradura. Pero en aquel estado apenas podía ponerse en pie siquiera, mucho menos maniobrar con su arma.

Una enorme ola entonces alcanzó el pequeño hueco con barrotes que hacía a modo de ventana, en la pared de roca, y una gran cantidad de agua helada entró dentro de la celda, empapando al aprendiz. Después, en un rincón oscuro, surgieron los ojos amarillos de un gigantesco sincorazón:

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Imagen

Es una Sombra gigante.


Tenía que hacer algo al respecto, ¿no? Más le valía darse prisa.

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En definitiva, tienes varias opciones: investigar a los piratas muertos en el suelo, investigar las estanterías con libros, o bien usar armas como cuchillos (si las tienes en el inventario, cosa que no veo) y demás para intentar liberarte. Todo eso lo puedes hacer antes de que aparezca el sincorazón, claro. También puedes optar por no hacer nada hasta que aparezca.

Y te recuerdo: lee bien las cosas, las veces que haga falta. No lo dejes para el final, y si ves que no tienes tiempo, avisa en el tema correspondiente y dime tus acciones por privado.


****


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Jeanne explicó lo que le había sucedido con Seymour... a medias. Se encontró a un hombre de cabellos azules, fantasmal, que la intentó atacar. Rebecca frunció el ceño, a decir verdad, no le sonaba nadie con esas características, y mira que ella solía enterarse de todo, pero no fue el caso. Rebecca le explicó que quizá fuese el responsable de invocar sincorazón en el campamento mientras ella iba a recoger leña. Pero lo importante es que estaba a salvo.

Pasaron un par de horas juntas en el campamento, sin mucho más que decir o comentar. Encendieron una fogata con la leña dentro del círculo de piedras, alrededor del cual permanecieron sentadas. En cierto momento la maestra Rebecca sostuvo su propio amuleto, cerró los ojos y se concentró. Después volvió a la normalidad. Jeanne pudo imaginar que alguno de sus compañeros se había comunicado con ella mediante ese método.

Más tarde que temprano unas figuras aparecieron desde los cielos, sobre los árboles. Se trataba de Light, que cargaba sobre sus hombros a un niño malherido y de aspecto fatigado con una fea herida en el estómago. Iba seguido por Peter Pan y Campanilla: todos rodeados por un polvo dorado mágico que la aprendiz ya conocía bien.

Light... ¿Puedo ayudar? Déjame ver.

Rebecca salió apurada hacia Osezno nada más verlo, escuchó lo que el aprendiz tuviese que decir y lo examinó con cuidado. Campanilla por su parte se acercó a Jeanne, la miró con el ceño fruncido y los mofletes hinchados, de mal humor. Al final se decidió y empezó a revolotear a su alrededor, otorgándole a Jeanne una capacidad que antaño la había ayudado mucho en su misión. Sí, era capaz de volar, de creer en las hadas: en los milagros.

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Obtienes habilidad:
Polvo de hadas (HM) [Nivel X] [Requiere: creer en los milagros]. El personaje puede volar a voluntad mientras esté en Nunca Jamás.


La habilidad durará durante el resto de la trama, vamos, que puedes volar y jugar con esa ventaja.


¿Quién es esta, Light? Sí, necesitamos toda la ayuda posible.

¿Desde cuándo... lleva en este estado?

Desde anoche, aunque Light ya nos ayudó un poco. ¿No es así?

Rebecca observó con preocupación al aprendiz, más por el hecho de que hubiese empleado magia delante de los nativos de la isla que por otra cosa. Pero había sido por una causa justa y justificada: se trataba de un niño que bien podía haber sido herido por los sincorazón. No le puso mayor importancia y terminó por asentir con la cabeza.

Está bien... Lo llevaré a una tienda de campaña, allí lo trataré. Esperad aquí, por favor.

La maestra cargó con un Osezno inconsciente hasta el interior de una de las tiendas de campaña. Light se pudo reunir con Jeanne, y ella con Peter y Campanilla. Se sentaron junto al fuego, o permanecieron de pie, lo que más les gustara. Lo importante es que al cabo de un rato apareció Freya desde el interior de la jungla. Llevaba provisiones y comida encima, pero estaba muy, muy herida y sucia. Campanilla no tardó en revolotear hasta ella, contenta por volver a encontrarse con la misma que la había liberado de las garras de Garfio.

Vaya, esto me trae muchos recuerdos. Volvemos a estar todos juntos —comentó un Peter sonriente al verse rodeado de las mismas personas que encontró aquel día, cuando lucharon contra Garfio—. Espero que esta vez no tengamos que darle una lección a ese bacalao otra vez.

Campanilla recubrió a Freya con su polvo dorado y al instante lo percibió: sintió y recordó una capacidad que ya creía olvidada, era capaz de volar a voluntad de nuevo.

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Obtienes habilidad:
Polvo de hadas (HM) [Nivel X] [Requiere: creer en los milagros]. El personaje puede volar a voluntad mientras esté en Nunca Jamás.


La habilidad durará durante el resto de la trama, vamos, que puedes volar y jugar con esa ventaja.


Más tarde llegó Maya, acompañada de Ukki, el Ente de Agua de rebecca y dos nuevos invitados que podían o no conocer: Fran y Nono, los piratas del aire.

Demasiada gente para ser un campamento de Caballeros.

¡Pero si tú eres la aventurera de la última vez, kupó! —exclamó Nono, acercándose a Jeanne. Se alegró por ver que estaba bien y a salvo.

Campanilla se acercó a Maya entonces, pero no la reconoció, a ella no. De igual modo recubrió a la niña con su polvo dorado. No sintió nada nuevo, y puede que ganase algún que otro estornudo. Sus compañeros eran libres de explicarle o no los efectos del polvo de hadas, y allí cerca tenían un enorme risco de cientos de metros de altura con el que probar su fe. Pero nada era certero en esta vida.

Bueno, ¿y por qué no comemos algo?

Los aprendices estaban muertos de hambre, cansados y sedientos. Freya y Maya repartieron las provisiones que recogieron a lo largo del día en la selva, y todos se sentaron junto a la hoguera, excepto Fran, que permaneció un poco apartada del núcleo principal. Peter le preguntó a Nono qué era exactamente, a lo que el Moguri respondió enfadado que no era ningún "bicho con pulgas", y Campanilla se mantuvo cerca de Light por alguna razón. Al cabo de unos minutos la maestra surgió de la tienda de campaña, sonriente y tranquila. Peter la observó expectante.

Está bien, no te preocupes. Se recuperará... —después miró a todos los invitados, y al resto de aprendices. Alzó la mano en dirección al Ente de Agua, que se transformó en líquido y regreso a la palma de su mano—. Veo... veo que habéis cumplido con vuestro cometido. Muy bien hecho. Oh...

Rebecca se fijó entonces en el estado de Freya, y se acercó a socorrerla. Le aplicó un hechizo curativo de alto nivel que la ayudó a recuperar fuerzas. Luego se sentó, junto a los demás, alrededor del fuego. Pasaron los minutos, y todos pudieron comer y reponer fuerzas. Peter, entretanto, acudió a visitar a Osezno.

B-bueno... necesitamos reunir toda la información que hayamos podido recoger. Contadme, ¿cómo os ha ido?

La maestra Rebecca aguardó a las respuestas de los aprendices. Eran libres de decir lo que les diera la gana, de exponer sus propias teorías o involucrar a los allí invitados. Cada uno de ellos tenía cosas importantes que aportar, ¿no?

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Vamos, que tenéis que dar un informe de la situación. Podéis explicar lo que os dé la real gana.


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Lugares:
- El Campamento. [Todos]
- La Base de los Niños Perdidos.
- La Bahía y el Barco de Garfio.
- Las Montañas.
- La Jungla.
- La Costa.
- El Strahl.
- La Guarida de los Piratas. [Imposible acceder ahora mismo] [Neru] ¡Nuevo!


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Light Hikari:
VIT: 54/66
PH: 45/58

Gaomon:
VIT: 36/36
PH: 17/20

Freya:
VIT: 30/30
PH: 19/28

Neru:
VIT: 38/46
PH: 28/28

Jeanne Mars:
VIT: 28/28
PH: 26/26

Maya Zawrid:
VIT: 32/36
PH: 18/40

Ukki:
VIT: 6/6
PH: 2/2


Os aviso por si acaso que en el Campamento recuperáis vida y puntos de habilidad, para que no malgastéis objetos esta ronda.


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Fecha límite: Jueves 4 de febrero.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

Notapor Light » Mar Feb 02, 2016 10:07 pm

Light ignoró los gestos de sorpresa de los testigos de su magia curativa: no desvió la vista del crío herido. Apreció de seguida algo de mejora en él, ya que sus temblores cesaron y se mostraba más relajado. Pero la fea herida seguía ahí y la fiebre también. Se dio cuenta de esto último en cuanto le tocó la frente con la mano.

Parece que ha mejorado un poco. Muchas gracias, Light.

De nada, pero todavía necesita cuidados. Debemos llevarle al campamento, mis compañeros podrán ayudarle mejor —afirmó con calma. Estaba seguro de que Rebecca podría curarle por completo.

Cogió al chico con cuidado, sin olvidar su herida (hizo lo posible por taponarla para que no se desangrara). Estaba preparado para partir hacia el campamento. Ninguno de los niños se quejó de su decisión y permitieron que se llevara al chaval, así que salió de la base sin más dilación. No había tiempo que perder.

Allí, en el exterior, vio que el muchacho disfrazado de conejo preparaba la trampa que Light había activado antes. No volvería a caer en ella.

Campanilla.

Campanilla obedeció al chico de verde y revoloteó alrededor de Light para otorgarle un poder muy especial. El aprendiz ya había probado a usar esa habilidad —varias veces, pues había llegado a emplear la invocación de la hada en alguna ocasión—, así que supo de inmediato de qué se trataba. Ahora podía volar al igual que Peter.

Despegó los pies del suelo y se alzó, con el herido en su espalda. Estaba bastante acostumbrado a volar, así que no le resultó nada difícil mantenerse en el aire.

Pronto se pondrá bien, estoy seguro, así que no os preocupéis —aseguró en voz alta para dejar tranquilos a los niños.

Los Niños Perdidos se despidieron de él, ilusionados. Costaba creer que hace unos minutos hubieran intentado matarle.

Se despidió de los chicos con un gesto y luego miró a Peter con determinación. Estaba preparado para marcharse.

¡En marcha, no hay tiempo que perder, te sigo!

¡Vamos!

Se elevó aún más, hasta poder contemplar toda la paradisiaca isla de fantasía. Verificó la posición de varias localizaciones importantes: como el barco de Garfio situado en la costa, embarcación que evitaría a ser posible; el campamento Indio, lugar que les convendría explorar, ya que podía guardar alguna relación con la aparición masiva de Sincorazón.

Y, por supuesto, la zona donde se hallaba su propio campamento. Se dirigió hacia allí sin más dilación.

***


¡Maestra!

Tras llamarle la atención a la joven descendió hasta pisar tierra.

Light... ¿Puedo ayudar? Déjame ver. —Corrió hacia el herido de inmediato.

Sí, por eso le he traído. —Le tendió con cuidado sobre el suelo para que su superiora observara mejor la herida alojada en su estómago. Permaneció agachado mientras seguía hablando—. Algo o alguien le ha atacado y mira, la herida está infectada. —Señaló el corte—. Necesita que le tratemos.

¿Quién es esta, Light? Sí, necesitamos toda la ayuda posible.

Se llama Rebecca. Ha venido para ayudaros también —aclaró para dejarle más tranquilo.

¿Desde cuándo... lleva en este estado?

Desde anoche, aunque Light ya nos ayudó un poco. ¿No es así?

Pues sí. —Se rascó la sien y sonrió ligeramente. El semblante preocupado que mostró Rebecca no pasó desapercibido para Light, aunque éste entendió que la causa de su gesto era el mal estado del niño y no el mero hecho de haber usado magia delante de ellos.

Está bien... Lo llevaré a una tienda de campaña, allí lo trataré. Esperad aquí, por favor.

Así hizo Rebecca, quien se llevó al muchacho debilitado a una tienda. Light le dio unas palmaditas a Peter y le dijo que se recuperaría pronto, y que no había nada que temer. No podía hacer otra cosa que infundirle tranquilidad, todo dependía ahora de las habilidades curativas de su Maestra.

¡Eh, Jeanne! ¿Cómo os ha ido? ¿Habéis currado mucho? —le preguntó antes de sentarse al lado del fuego. Nada como una fogata para combatir el posible frío de la noche.

Freya, la aprendiza de Bastión Hueco, no tardó en acudir al campamento con provisiones. Su estado lamentable saltaba a la vista, parecía que las había pasado canutas.

La pequeña amiga de Peter voló hacia la aprendiza, entusiasmada por verla de nuevo.

Parece que te han dado una paliza —comentó a Freya, algo sorprendido, mientras se acercaba a ella—. ¿Estás… bien?

Vaya, esto me trae muchos recuerdos. Volvemos a estar todos juntos —dijo Peter Pan. Curiosamente, allí estaban reunidos los aprendices que fueron a Nunca Jamás aquel día. Solo faltaban Hana y Myxa—. Espero que esta vez no tengamos que darle una lección a ese bacalao otra vez.

Yo también lo espero. Ojalá no nos incordie demasiado. —Suspiró, cruzado de brazos, y volvió a la hoguera.

Más gente acudió al campamento. Esta vez no eran otros que Maya, su mascota, el Ente de Agua y dos seres bastante peculiares. Light reconoció de seguida a la fémina con orejas de conejo, pues habían coincidido en su última visita a Nunca Jamás.

Demasiada gente para ser un campamento de Caballeros.

¡Pero si tú eres la aventurera de la última vez, kupó!

¡Fran! —Se levantó del suelo de nuevo y se alejó de la hoguera para aproximarse a la arquera. La saludó a ella y a su acompañante—. ¿Qué tal? ¿Buscando algún tesoro?

Al final Peter iba a tener razón, todos iban a reunirse en aquel lugar.

Campanilla roció a Maya con sus polvos mágicos, otorgándole la capacidad de volar aunque ella no lo supiera. Light se encargó de explicárselo.

Ahora puedes volar gracias a los polvos de Campanilla, pero solo si lo crees con fuerza. Mira. —Se elevó un par de metros para que viera con sus propios ojos que no le estaba tomando el pelo. A los pocos segundos descendió—. Es útil, prueba.

Bueno, ¿y por qué no comemos algo?

No puedo estar más de acuerdo contigo, me suenan las tripas —le confesó al niño, llevándose la mano al estómago.

Una vez repartida la comida se acercó con su ración al fuego. ¡Nada como una cena al aire libre! Calentaría el pescado y la carne gracias a la hoguera y se los comería con rapidez, apenas le duraron unos minutos. Se notaba que tenía bastante hambre, sin duda, y el hecho de no poder freírlos no supuso ningún problema para él: nunca se había considerado un tiquismiquis en ese sentido. Estaba delicioso igualmente.

Miró a Peter con aire divertido cuando oyó su conversación con Nono. Después, echó un rápido y disimulado vistazo a Fran, quien se había apartado un poco del grupo. ¿Guardaría información relevante para su misión?

Al rato Rebecca salió de la tienda de campaña. Su rostro sonriente y aliviado indicaba que no había motivos para preocuparse por Osezno. Así lo confirmó:

Está bien, no te preocupes. Se recuperará... —anunció antes de observar a cada uno de los presentes. Aquella buena noticia resultaba un alivio. Rebecca señaló a su Ente de Agua y éste regresó a la mano de su creadora, en estado líquido—. Veo... veo que habéis cumplido con vuestro cometido. Muy bien hecho. Oh...

Entonces, la Maestra se percató del mal estado de Freya y no dudó en curarla con un hechizo de avanzado nivel. Después se sentó con los demás, alrededor de la hoguera.

Light permaneció al lado de Maya y conversó con ésta mientras terminaba de cenar unas piezas de fruta. Le preguntó a la bruja cómo había conocido a Fran (por mera curiosidad).

B-bueno... necesitamos reunir toda la información que hayamos podido recoger. Contadme, ¿cómo os ha ido?

En efecto, iba siendo hora de poner en común toda la información conseguida.

He hablado con Peter y sus amigos, los Niños Perdidos. Nos ayudarán, así que fantástico —comentó en primer lugar, sonriente—. Tras interrogarles he averiguado algunas cosas… aunque no demasiadas.

»Lo primero, aseguran haber visto a un extraño: una persona con una armadura plateada. ¿Os suena de algo? —Miró a todos los presentes, especialmente a Fran y a Nono—. Según ellos no estaba haciendo nada interesante… y la descripción no dice mucho, pero podría ser perfectamente un Villano Final o algo peor, tendremos que permanecer cautos.

»Después, han mencionado que los indios se han vuelto más hostiles. Es posible que esta hostilidad tenga alguna relación con el aumento drástico de Sincorazón, quizá habría que investigarlos…
—sugirió mientras se acariciaba la barbilla.

Y ahí concluía su breve informe, no había nada más que añadir. A continuación escucharía lo que tuviera que decir el resto, interesado.

Si Jeanne les daba la descripción de Seymour, el hombre que había visto antes (hecho que Light desconocía de momento), quizás podría llegar a la conclusión de que los Villanos Finales estaban metidos en ese embrollo. O al menos aumentarían sus sospechas (y sus preocupaciones).
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Re: Hasta nunca jamás - Ronda #6

Notapor Darkness Seeker » Jue Feb 04, 2016 2:25 am

Mi propuesta era arriesgada, pero debía sacar a Wendy de allí. Si la sacaba a ella, o al menos ganaba el tiempo necesario para salir de este sitio y poder reunirme con el resto para avisarles sobre la presencia de los Villanos Finales.

Está bien, Caballero de la Luz —respondió el extraño hombre de venas azuladas por toda su frente—. Gabranth, por favor, ¿haces los honores? Lleva a nuestra invitada al lugar acordado.

El hombre de rubio, con una extraña mirada, recorrió la habitación y ayudó a Wendy a levantarse, no sin ello dejar de agarrarla por su hombro, asegurándose de que no corriera o fuera por dónde no debía. La pobre chica trató de girar para mirarme, pero apenas podía moverse con libertad. Estaba aterrada.

Es admirable la determinación de los Caballeros, sin duda. —comentó de nuevo el hombre de pelo azulado.

Inmediatamente volvió a taparme la boca, y finalmente abandonó la cueva. Intenté ponerme de pie, pero era imposible ponerme completamente de pie con las manos y los pies tapados de aquella manera.

¿Cómo demonios haré para acabar siempre en estos líos?


El tiempo pasó, ni siquiera era capaz de saber cuánto exactamente, pero sabía que simplemente estaba pasando. Por alguna razón, acabé fijándome en uno de los cadáveres que había en la cueva. Con cuidado, me acerqué y comprobé la pequeña hoja que tenía en uno de sus bolsillos en el chaleco. Era un mapa, de una isla que no lograba reconocer de ninguna manera. ¿Sería donde estaba? Puede que los otros cadáveres tuvieran alguna pista más.

Sin más, intenté aproximarme a los otros dos cuerpos que habían allí, buscando cualquier cosa que pudiera ayudarme a hacerme una idea de dónde estaría, o incluso alguna herramienta o cosa con la que pudiera cortar las cuerdas que me sostenían.

A poco de que lograra terminar de inspeccionar entre los cadaveres, ya tuviera éxito o no, una coriente de agua fría me golpeó desde lo alto, pero tampoco nada preocupante... No mucho comparado con lo que emergió de la oscuridad, una figura enorme que con sus ojos amarillos me observaba receloso.

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No me...

¡Tenía que salir de aquí! ¡Y ahora! En caso de que no hubiera conseguido liberar anteriormente con algún tipo de artilugo o hoja que pudieran llevar aquellos piratas encima, me vería obligado a utilizar un hechizo Piro, canalizado desde mis propias manos, esperando que con suerte las chispas pudieran prender o debilitar las sogas de mis manos e incuso con suerte golpear al sincorazón.

En caso de que lo lograra, levantaría de inmediato una Coraza para ganar el tiempo suficiente dentro del escudo mágico y así liberar mis pies lo más rápido posible en lo que la criatura intentaba romper la burbuja. Una vez pudiera, lo más rápido posible me abalanzaría a la puerta y usaría la llave Espada para abrirla y salir corriendo de allí, cerrándola de inmediato para tratar de entretenerlo allí dentro y salir de la cueva.

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Resumen:

1º Neru inspecciona los cuerpos en busca de pistas sobre donde está (no ha estado nunca en Nunca Jamás) y además buscar algo con lo que con suerte romper las sogas.

—De encontrar algo con lo que romper las sogas Neru las rompería cuanto antes (tanto de manos y pies) y así salir a poco de que aparezca el sincorazón, adelantando los eventos siguientes.

2º Una vez aparece el sincorazón, Neru trata de atacarle usando un Piro, ayudándose de paso para quemar las sogas en sus manos.

3º Inmediatamente después, si logra liberarse, utiliza Coraza para levantar un escudo con el que protegerse del sincorazón en lo que termina de liberarse los pies.

4º Después, abre la puerta usando la Llave Espada, pasa, la cierra, y sube lo más rápido posible para evitar que el sincorazón le persiga volviéndose sombra de nuevo.

▪ Piro (HM) [Nivel 2] [Requiere Poder Mágico: 3]. Proyectil de fuego lineal, con muy pocas posibilidades de producir quemaduras.


▪ Coraza (HM) [Nivel 10] [Requiere Poder Mágico: 12]. Crea una coraza frente al personaje temporal que detiene todo ataque físico de menor potencia que ella. Se desvanece enseguida.
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Re: Hasta nunca jamás - Ronda #6

Notapor Crystal » Jue Feb 04, 2016 10:19 pm

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Nana —«Nana», repitió la aprendiza en su cabeza—. Tú ser Freya. Yo ser Nana —aclaró. La pelirrosa asintió con la cabeza, observándola—. Vosotros ser extranjeros, tener que marcharos. Si vosotros no marchar, los monstruos negros alcanzar el Corazón.

El Corazón...

La pequeña retrocedió, y fue entonces cuando Freya se dio cuenta del collar que llevaba; estaba hecho de huesos y unas plumas preciosas, sobre todo la del centro, que era de oro macizo y brillaba por encima de las demás. La muchacha reconoció el color: era como la puerta. ¿Tendría algo que ver?

»Adultos estar muy enfadados con extranjeros. Los espíritus lo dijeron. Dijeron que los monstruos negros se comerían el Corazón por culpa de extranjeros. Yo no volver a advertiros.

P-Pero Nana, ¡espera!

La pelirrosa no tuvo tiempo de detener a la niña, que salió corriendo para esconderse en la selva una vez más. No se molestó en seguirla; estaba segura de que acabaría por perderla de vista. Encontrarse con Nana le había resultado muy útil; aquella pequeña le había brindado información que al grupo le iría bastante bien. Pero... ¿Por qué era su culpa que los Sincorazón buscasen el Corazón? Aquella parte de los hechos la desconcertó bastante. Quizás Nana estuviese equivocada, porque los Maestros nunca mentirían, ¿verdad?

Sin embargo, si de una cosa estaba segura, es que aquella niña guardaba algún tipo de relación con el portón dorado. En especial el colgante cuya pluma central coincidía en color y material. Debería encontrarse con Nana más adelante, o al menos intentarlo, para preguntarle sobre los espíritus que había mencionado y sobre el portón. Esperaba tener más suerte y que la niña no huyese tan rápido.

Sin nada más que hacer por allí, Freya cargó con su mochila de nuevo hasta el campamento. Le dolía todo el cuerpo, y estaba agotadísima, así que acabar con aquellos Sincorazón que iban apareciendo era todo un lastre. El camino se hacía eterno, pero finalmente en la lejanía, localizó el punto acordado.

****


Al llegar, echó un rápido vistazo al campamento, analizándolo; había más gente que cuando marchó, y no entendió por qué hasta que Campanilla revoloteó hacia ella, contenta por haberse reencontrado. Freya se sintió algo mal por haber aparecido en aquel estado tan deplorable ante todos, pero no pudo ocultar la alegría que le provocó ver al pequeño hada.

Parece que te han dado una paliza —Light se acercó—. ¿Estás… bien?

He tenido momentos mejores —contestó, quitándole importancia. Después sonrió ligeramente—. Pero... gracias por preocuparte, Light.

Vaya, esto me trae muchos recuerdos. Volvemos a estar todos juntos —comentó Peter—. Espero que esta vez no tengamos que darle una lección a ese bacalao otra vez.

Yo también lo espero. Ojalá no nos incordie demasiado.

Y si nos incordia... ¡Le volveremos a dar una lección! —sentenció, con cierto tono de broma. Dirigió su mirada hacia la pequeña amiga de Peter—. Me alegro mucho de que nos hayamos vuelto a encontrar, Campanilla.

El hada recubrió a Freya con aquel polvo dorado que desprendía, y la muchacha notó cómo empezaba a recordar aquella habilidad que ya experimentó con anterioridad: volar.

Se encaminó hacia la hoguera, y al cabo de un rato llegó más gente: se trataba de Maya, su mascota, el Ente de Agua —con el que Freya sintió una pequeña angustia por haber perdido el suyo—, a Fran y a otro más.

Demasiada gente para ser un campamento de Caballeros.

¡Pero si tú eres la aventurera de la última vez, kupó!

¡Fran! —Saludó a la pirata—. ¿Qué tal? ¿Buscando algún tesoro?

Tiempo sin vernos, Fran —Freya llamó su atención desde la hoguera, puesto que aún no disponía de muchas fuerzas para moverse.

Aquello parecía una reunión familiar por Navidad. Más o menos.

Bueno, ¿y por qué no comemos algo?

No puedo estar más de acuerdo contigo, me suenan las tripas.

Freya y Maya se encargaron de repartir las provisiones que habían conseguido, y una vez hecho esto, todos se sentaron cerca de la hoguera, a excepción de Fran. La aprendiza engulló todo lo que pudo, sin escrúpulo alguno; llevaba todo el día sin probar nada, y el estómago le había rugido varias veces ya. Echaba de menos sus dulces, para qué negarlo. Pero mejor aquello que morir de hambre.

Al cabo de un rato, la Maestra salió de la tienda de campaña.

Está bien, no te preocupes. Se recuperará... —La pelirrosa se preguntó qué había pasado, pero prefirió mantenerse callada—. Veo... veo que habéis cumplido con vuestro cometido. Muy bien hecho. Oh...

Rebecca se fijó en Freya, y se acercó rápidamente a ella para aplicarle un hechizo curativo que la dejó como nueva.

Muchas gracias, Maestra Rebecca.

Después se sentó junto a los demás, alrededor del fuego, y la cena transcurrió con normalidad. La muchacha seguía dándole vueltas a las palabras de Nana, sin poder quitársela de la cabeza. Mirando el fuego, abstraída por sus propios pensamientos, apenas cruzó palabra con nadie hasta que la Maestra volvió a hablar.

B-bueno... necesitamos reunir toda la información que hayamos podido recoger. Contadme, ¿cómo os ha ido?

Light fue el primero en hablar. Confirmó que Peter y los demás les proporcionarían su ayuda, y mencionó un ser de armadura plateada, del que Freya nunca había oído hablar. También mencionó algo sobre que los indios se habían vuelto más hostiles, pero en un primer momento, no relacionó aquellas palabras con la niña que se había encontrado.

Durante mi búsqueda de provisiones, acabé en una parte algo especial de la selva —empezó diciendo Freya—. Se trataba de un pequeño lugar que ocultaba una especie de portón gigante dorado. También escuché unas palabras... El Corazón. ¿Alguna idea?

»Y lo de mi estado pues... Me apareció un Sincorazón gigante mientras inspeccionaba la puerta. Perdí al Ente de Agua, por lo cual me disculpo, pero al final lo derroté. Y... Eso es todo.

En realidad no lo era, pero no quería mencionar la existencia de Nana y su encuentro con ella. Estaba claro que si le contaba sus palabras a la Maestra, ella las negaría; por lo tanto, no era una opción válida. ¿Podría confiar en alguno de sus compañeros? Debería pensarlo con más tranquilidad antes de abrir la boca.

Pero estaba claro que si quería entender el porqué de todo aquello, debería seguir investigando por su cuenta.

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Edit porque había un code mal.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

Notapor 15nuxalxv » Sab Feb 06, 2016 3:05 am

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Rebecca no había oído hablar antes del extraño hombre que se había encontrado en el bosque, para el fastidio de ambas. La Maestra aventuró que seguramente fuese el responsable de unos sincorazón que habían aparecido, algo que me hizo mirarla con preocupación. Sin embargo, no le dio más importancia al asunto.

Juntas, encendimos el fuego con la leña que supuse cogió cuando me encontró en el claro. Y alrededor de él nos quedamos, viendo las horas pasar. Pasé en silencio la mayor parte del tiempo, mirando de vez en cuando alrededor por si nuestros compañeros volvían, pero sobre todo, pensando en Seymour. ¿Había hecho bien en no mencionarle a la Maestra el ofrecimiento que le había hecho? Después de todo, aunque el Tesoro no era nuestro objetivo principal, cualquier pista podría ser importante.

Lo único que me sacó de mis cavilaciones durante todo ese tiempo fue cuando Rebecca cogió un amuleto exacto al que me había dado anteriormente y lo sostuvo en sus manos, concentrada. Alguno de mis compañeros se había comunicado con ella, supuse. La miré con un leve atisbo de preocupación en los ojos; sin embargo, no pregunté, y tampoco me explicó nada.

Un rato después, mientras observaba el cielo distraída, distinguí unas figuras que se acercaban volando. Tal vez eso en otro mundo me hubiera alarmado, pero yo misma había experimentado el vuelo una vez en aquel lugar. Me recoloqué las gafas y descubrí que se trataba de Light, la pequeña hada y el niño que recordé de mi anterior misión en el mundo; pero cuyo nombre no recordaba. No obstante, mi atención se centró sobre el niño que llevaba el Aprendiz en sus hombros. Un herido. Me levanté a recibir a Light, detrás de la Maestra.

¿Qué ha pasado? —pregunté, mirando a los recién llegados.

Light explicó lo que le había ocurrido al niño, mientras lo tendía en el suelo. Me alejé unos pasos, mientras los miraba inquieta sin saber exactamente qué hacer. Aunque confiaba en que Rebecca pudiese salvarlo.

Un brillante fulgor me hizo apartar la mirada de la escena. La pequeña hada se había acercado a mí, y no parecía precisamente que disfrutara de ello. La miré con la ceja alzada, sin saber exactamente cómo reaccionar (no estaba muy entrenada en el trato de seres mágicos, a mi pesar). Finalmente, pareció tomar una decisión y comenzó a volar en círculos a mi alrededor. Entonces entendí, y recibí la lluvia de polvo de hadas con los brazos abiertos. No podía esperar a volver a despegar de nuevo; sin embargo, ahora había cosas más importantes.

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Regresé junto a Rebecca, Light y los dos niños, justo cuando la Maestra cogía al herido y se lo llevaba a la tienda de campaña, a tratarlo. Miré a Light.

Vayamos junto al fuego a esperar, no podemos hacer más —Sonreí levemente al chico pelirrojo, tratando de reconfortarlo, antes de dirigirme de nuevo hacia la hoguera.

Light me preguntó qué habíamos hecho la Maestra Rebecca y yo, a lo que respondí quitándole importancia con un gesto de la mano.

Hemos montado el campamento, poco más. Un camino de rosas comparado con una mañana con Lyn —resumí, sin mencionar la parte de Seymour. Decidí esperarme a que llegaran las chicas.

Y no pasó mucho hasta que llegó Freya. Me alarmé en cuanto la vi en aquel estado, levantándome enseguida y dirigiéndome hacia ella, mirándola preocupada.

¿Estás bien, Freya? ¿Qué ha pasado? —Intenté no sonar demasiado alarmada, aunque no sé si lo logré del todo. Ya eran dos los heridos que venían al campamento.

La adolescente trató de tranquilizarnos, aunque en mi caso no lo consiguió del todo. El niño comentó algo a lo que no presté demasiada atención (sólo me extrañó la palabra “bacalao”), aunque por las respuestas de los otros Aprendices, parecía que habían luchado juntos en algún momento. Campanilla (así se llamaba el hada, descubrí) también dotó del don de volar a Freya.

¿Seguro que no quieres un Cura? —le pregunté, temiendo parecer pesada. Pero no podía evitarlo.

Volví a la lumbre, sentándome junto a la otra Aprendiza, mientras esperábamos a la última en llegar. Maya apareció, y no sola: traía a los que reconocí como los piratas del aire. Bueno, al menos a dos tercios de la banda. Me pregunté dónde estaría él.

El moguri se acercó a mí, y yo le sonreí, asintiendo agradecida. Apenas conocía a la mayoría de los presentes, fue un detalle por su parte acercarse a mí.

Light y Freya saludaron a la mujer (cuyo nombre parecía ser Fran), mientras Campanilla rociaba a la pequeña Aprendiza de su brillo. Light se encargó de enseñarle a manejar su recién adquirida habilidad, algo que observé divertida.

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Los dos chicos manifestaron su hambre, en lo cual coincidía. Una vez las otras dos Aprendizas sirvieron la comida (lo cual agradecí debidamente) comí hasta llenarme bien el estómago, aunque no con tanta pasión como algunos de mis compañeros. Escuché la conversación, entretenida. Casi parecía que estábamos allí por placer, me dije.

Cuando ya casi había acabado mi ración, Rebecca salió de la tienda. La miré, atenta a cualquier gesto suyo, y me tranquilicé al ver su semblante tranquilo y al escuchar sus palabras. Después, al ver a Freya, se acercó rápidamente a sanar sus heridas, de las cuales no había dejado de preocuparme hasta entonces. Me pregunté qué haríamos sin la Maestra.

Después, Rebecca nos pidió un informe acerca de lo que habíamos descubierto. Dejé a Light y a Freya contar sus experiencias, pues yo ya lo había hecho. Negué con la cabeza a todas sus preguntas, y me quedé con lo de los Villanos Finales y los indios. Una vez hubieron terminado, tragué saliva y comencé a relatar aquello que ya había contado a Rebecca:

Bueno, yo me quedé preparando la base con Rebecca. Y, al ir a coger leña… Bueno, me encontré con un hombre… Era alto, de cabellos azulados y piel casi translúcida. Su nombre era Seymour Guado —Miré a todos los presentes, por si había suerte y a alguno lo conocía. Después, proseguí—. Me acorraló y me atacó, dejándome inconsciente en el bosque hasta que la Maestra —Dirigí la mirada hacia ella— me encontró —Aquí vacilé un segundo. No sabía si contarles lo del Tesoro, no con los piratas del aire delante. Al final, confié en mis compañeros, que parecían llevarse bien con ellos (aparte de que le tenía simpatía a Nono)—. Aunque… antes de eso, creo que… creo que mencionó algo sobre el Tesoro… Sobre su localización. Parecía estar seguro de dónde estaba —Paseé mi mirada por sus rostros, para detenerme en Rebecca—. Algo que podría ser un simple engaño, por supuesto.

Me encogí de hombros, dando por finalizada mi historia. Dirigí mi atención entonces a Maya, esperando la suya, con las últimas palabras de Seymour aún resonando en mi cabeza.

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Siento el retraso, intentaré engancharme de nuevo al ritmo de la trama.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

Notapor Zodiark » Sab Feb 06, 2016 10:35 pm

Al llegar al campamento, pude comprobar que tanto Fran como Nono conocían a los demás aprendices. Al parecer, Light, Jeanne y Freya ya habían coincidido con ellos anteriormente, lo cual era un golpe de suerte, ya que así quizá conseguían ganarse la confianza de Rebecca.

De pronto, una pequeña hada con el cabello rubio y un vestido verde se me acercó, captando mi atención. La observé revolotear, curiosa y asombrada por aquella criatura. ¡Era una hada de verdad!

¡Eh, eh! —me quejé cuando la pequeña comenzó a espolvorear un polvo dorado sobre mí, provocándome un ataque de tos.

Ahora puedes volar gracias a los polvos de Campanilla, pero solo si lo crees con fuerza. Mira. —dijo Light mientras se elevaba unos metros en el aire, dejándome totalmente boquiabierta—. Es útil, prueba.

¿En serio puedo... volar?

Cerré los ojos, impaciente, y con el deseo de poder volar en mente, repetí mentalmente, varias veces "Puedo volar, puedo volar...". Casi sin darme cuenta, me había elevado unos centímetros del suelo, y cuando me percaté, me puse algo nerviosa, pero logré estabilizarme y cogerle el truco rápidamente, así que me di un par de vueltas por el campamento y volví al lugar.

¡Lo he conseguid! —le dije muy contenta y animada a Light. Acto seguido, me acerqué al hada y le hice una señal a Ukki para que subiese a mi hombro—. ¿Le puedes dar polvos de esos a él también?

Bueno, ¿y por qué no comemos algo?

No puedo estar más de acuerdo contigo, me suenan las tripas

Sí, no estaría mal —comenté mientras cogía mi sombrero lleno de fruta y la jarra con agua—. Ukki y yo hemos recogido algo para comer en la jungla.

Y llegó la hora de comer. Tanto Ukki como yo devoramos la carne, el pescado y la fruta que nos pertocaba con ansia. Teníamos bastante hambre y se notaba, pues habíamos estado todo el día para arriba y para abajo, peleando contra Sincorazón y caminando por la jungla. También intenté ofrecerle un poco de comida al Ente de Agua, pero no parecía necesitar comida para mantenerse vivo.

Aprovechando que estábamos reunidos, era el momento de compartir información. Con lo que contaron Light y sobre todo Jeanne, quedó claro que los Villanos Finales estaban, tal y como me había dicho Fran, detrás de aquello.

Seymour... Id con mucho cuidado con él —dije, mirando especialmente a Jeanne—. Me engañó una vez... Intentó usarme como sacrificio para resucitar a su líder, y caí como una tonta. No dejéis que os engañe con su forma de hablar enrevesada y su sonrisa de hombre amable.

»Respecto a Ukki y a mí, nos hemos topado con Fran y Nono. Ella parece tener un sexto sentido para detectar la oscuridad, y según dice cree que sabe dónde está la cerradura del mundo, donde se encuentra la fuente de la oleada de oscuridad que está asediando este lugar —miré a Rebecca, recordando lo que me había dicho a través del amuleto, bastante preocupada—. Sé cuál es su postura, Maestra, pero le ruego que lo reconsidere. Es una situación extrema, todo este mundo está en peligro. Creo que merecen una oportunidad.
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Hasta nunca jamás - Ronda #7

Notapor Tsuna » Dom Feb 07, 2016 4:11 am

Nunca Jamás

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B-bueno... necesitamos reunir toda la información que hayamos podido recoger. Contadme, ¿cómo os ha ido?

Los aprendices, los piratas del aire y el líder de los niños perdidos se reunieron junto a la fogata del campamento, recuperando las fuerzas perdidas durante aquel día tan complicado y agotador.

He hablado con Peter y sus amigos, los Niños Perdidos. Nos ayudarán, así que fantástico —empezó hablando Light, con una sonrisa—. Tras interrogarles he averiguado algunas cosas… aunque no demasiadas.

Peter le dedicó una mirada inquisitiva al aprendiz, esperando escuchar lo que él mismo le había contado en su hogar.

»Lo primero, aseguran haber visto a un extraño: una persona con una armadura plateada. ¿Os suena de algo? —Light echó un vistazo a todos los presentes, en especial a los piratas. Rebecca por su parte le pegó un bocado a una sardina y frunció el ceño—. Según ellos no estaba haciendo nada interesante… y la descripción no dice mucho, pero podría ser perfectamente un Villano Final o algo peor, tendremos que permanecer cautos.

»Después, han mencionado que los indios se han vuelto más hostiles. Es posible que esta hostilidad tenga alguna relación con el aumento drástico de Sincorazón, quizá habría que investigarlos…


Un Villano Final... —interrumpió la maestra, sumida en sus reflexiones— u otro enemigo. Quién sabe, en la Orden también utilizamos armaduras. —si se estaba refiriendo o no a Bastión Hueco, fue imposible averiguarlo. Andrei también portaba una armadura, según recordaban del incidente del Castillo del Olvido.

Peter, que andaba muy perdido con términos como Villanos Finales y la Orden, prestó más atención a la conversación mientras comía, frente a las brasas. El muchacho empezaba a sentir que se le escapaban las cosas de las manos, y que hasta ese momento había vivido en algo mucho más pequeño, se planteó entonces de dónde provenía el grupo de Light. Nunca los había visto antes del incidente de hacía unos meses. ¿Era casualidad, que desde su llegada, todo se empezara a volver más siniestro en su hogar?

Durante mi búsqueda de provisiones, acabé en una parte algo especial de la selva —relató Freya después, captando la mirada de Fran y Nono. Los piratas se miraron entre sí unos instantes—. Se trataba de un pequeño lugar que ocultaba una especie de portón gigante dorado. También escuché unas palabras... El Corazón. ¿Alguna idea?

Rebecca tensó el cuerpo ante la mención del "Corazón", pero no comentó nada hasta que la aprendiz dejara de hablar.

»Y lo de mi estado pues... Me apareció un Sincorazón gigante mientras inspeccionaba la puerta. Perdí al Ente de Agua, por lo cual me disculpo, pero al final lo derroté. Y... Eso es todo.

No tienes por qué disculparte, Freya. Estoy segura de que hiciste lo mejor que pudiste, y... y el Ente, bueno... Era su misión protegeros. Cumplió con su parte.

El silencio inundó a los presentes por unos momentos, hasta que Jeanne se aventuró a contar sus experiencias con el denominado Seymour:

Bueno, yo me quedé preparando la base con Rebecca. Y, al ir a coger leña… Bueno, me encontré con un hombre… Era alto, de cabellos azulados y piel casi translúcida. Su nombre era Seymour Guado. Me acorraló y me atacó, dejándome inconsciente en el bosque hasta que la Maestra me encontró —aclaró, tomando una pausa para que sus compañeros asimilaran lo sucedido—. Aunque… antes de eso, creo que… creo que mencionó algo sobre el Tesoro… Sobre su localización. Parecía estar seguro de dónde estaba. Algo que podría ser un simple engaño, por supuesto.

Ante la mención del Tesoro Nono y Fran intercambiaron miradas, pero no comentaron nada. La maestra Rebecca asintió con la cabeza y bebió un trago de agua.

Seymour... Id con mucho cuidado con él —intervino Maya entonces, pues ya se había topado con el nombrado villano en el pasado—. Me engañó una vez... Intentó usarme como sacrificio para resucitar a su líder, y caí como una tonta. No dejéis que os engañe con su forma de hablar enrevesada y su sonrisa de hombre amable.

»Respecto a Ukki y a mí, nos hemos topado con Fran y Nono. Ella parece tener un sexto sentido para detectar la oscuridad, y según dice cree que sabe dónde está la cerradura del mundo, donde se encuentra la fuente de la oleada de oscuridad que está asediando este lugar. Sé cuál es su postura, Maestra, pero le ruego que lo reconsidere. Es una situación extrema, todo este mundo está en peligro. Creo que merecen una oportunidad.

Esto... chicos, creo que me he perdido —habló Peter, que se elevó en el aire hasta ponerse sobre sus cabezas, echado sobre la nada como si estuviese tomando un descanso cualquiera—. Estáis hablando de resurrecciones, oscuridad, monstruos y villanos. Creo que todo esto se nos escapa de las manos, al menos a mí y a mi grupo. Me estoy dando cuenta de muchas cosas que ignoraba hasta este momento, y eso que vivimos aquí —musitó esas ultimas palabras para sí mismo, algo frustrado—. Parece que todo está peor de lo que imaginaba. Pensaré detenidamente qué hacer para ayudaros, después de todo esto no creo que podamos serviros de mucha ayuda.

»Os lo confirmaré luego.

Peter se alejó hasta la tienda de campaña en la que se encontraba Osezno. La maestra Rebecca suspiró con el vaso entre sus manos, cabizbaja, después miró a los piratas del aire un momento. Frunció el ceño y volvió a posar la vista sobre los aprendices.

Hablaremos más tarde sobre eso, Maya. Ahora... el resumen de la situación: está claro que este hombre, Seymour, podría estar controlando a los Sincorazón, no podemos descartarlo como posible culpable de todo lo que está pasando. L-los indios... me preocupan, mañana tenía pensado explorar la zona, a primera hora, si es cierto que son hostiles... —dejó la frase en el aire, luego volvió a digirirse a los piratas—. Y la Oscuridad... ¿Es cierto? ¿El Corazón está detrás de esa puerta? ¿Hay algún modo de abrirla? Debemos evitarlo a toda costa, y más cuando la isla se encuentra en este estado.

¿Estás segura? —declaró Fran, tajante, en cuanto se puso en pie—. Sois Caballeros, sabéis sobre las Cerraduras. Los Sincorazón ya han traspasado ese portón, si no han destruido el mundo todavía es porque algo los retiene.

No... No podemos involucrarnos en eso. Podría repetirse lo mismo —después miró a Light, nerviosa—. En La Red sucedió, Light: os engañaron para abrir la cerradura, si un Sincorazón entra ahí... el mundo entero caería en la Oscuridad.

Como Villa Crepúsculo, kupó.

Entonces tenemos que colaborar. Somos piratas, si es cierto que el Tesoro sigue en esta isla... No podemos permitir que caiga en la Oscuridad. Es nuestro trato: ayudaros a proteger el Corazón por el Tesoro.

Rebecca se puso en pie, tensa, casi desafiando a Fran. Parecía costarle auténticos horrores mantener la mirada a la viera.

A-agradezco vuestro interés, pero ya bastantes problemas tenemos para confiar en la ayuda de unos fugitivos buscados por la ley. Maya, lo siento... Solo buscan su propio beneficio, no podemos poner nuestras confianzas en ellos.

¡No me lo puedo creer, kupó! ¿Y tú eres una maestra de la Llave Espada?

Bien pues, si nuestra ayuda no es bien recibida en este lugar no nos queda elección. Buscad vosotros la manera de salvar el mundo.

Nono se puso en pie con el ceño fruncido, miró mal a todos los aprendices, en especial a Jeanne, para seguir los pasos de su compañera. Dependía de los aprendices discutir con la maestra o con los piratas: ¿estaban dispuestos a aceptar el trato, abandonar la búsqueda de un Tesoro que bien podía no existir para contar con su ayuda en esa misión? Tenían que admitir que el trato era muy rentable, pero Rebecca se negaba a ello, pese a las palabras de Maya.

Fuera como fuese, en mitad de la posible discusión Peter salió de la tienda de campaña, más alterado de lo normal.

Chicos, creo que esto os podría interesar: Osezno dice que vio a alguien extraño con cuernos a bordo del Jolly Roger. ¿Os suena de algo?

Los piratas se detuvieron y Rebecca abrió los ojos de par en par, pálida como un muerto. ¿Conocerían los aprendices a alguien con cuernos? Light y Maya ya habían tenido contacto con Mateus Palamecia, era el único individuo, tanto en Incorpóreo como en Sincorazón, capaz de poseer semejantes cuernos. La presencia de Seymour ya lo decía todo: los Villanos Finales estaban colaborando con los piratas, en el peor de los casos.

¡E-está bien! ¡Aceptamos vuestro trato! El Tesoro... por el mundo —pronunció casi con asco. Ciertamente se sentía mal, de confiar en semejantes personas para proteger un mundo entero—. Pero debemos esperar a la maestra Shinju y sus aprendices. En cuanto lleguen nos repartiremos las misiones de mañana: acudir al campamento de los Indios, y sacar respuestas del capitán pirata.

No era propio de la maestra Rebecca hablar en ese tono y con tal autoritarismo, parecía muy, muy afectada por todo lo que estaba pasando. Al día siguiente tendrían dos rutas posibles: acudir, investigar y explorar el campamento Indio, o ir a por Garfio a su propio barco y sacar respuestas de los piratas, tarea sin duda muy complicada y arriesgada. Fran y Nono optaron por quedarse a dormir allí cerca, bajo la luz de las estrellas, cerca del tablón de misiones. Los aprendices podían organizarse como desearan, tenían dos tiendas de campaña posibles donde poder dormir, junto con la maestra Rebecca que se alojaría en una de ellas. En la restante permanecieron Osezno, Peter y Campanilla.

Un trueno resonó en la distancia al cabo de un rato.

La aventura en Nunca Jamás no hacía más que comenzar, y se tornaba más dura si cabía... ¿Estaban preparados los aprendices para lo que se les avecinaba?

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Esta ronda termina con vuestros personajes durmiendo. Podéis ir decidiendo a dónde irán vuestros personajes al día siguiente: campamento Indio o Barco de Garfio. Podéis quedaros también hablando con algún NPC de los disponibles y no dormir, a vuestra elección.

La cosa queda distribuida así: hay tres tiendas de campaña, en una dormirá Rebecca, otra quedará vacía en la última estarán los niños perdidos, podéis ir a donde queráis.


****


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La situación de Neru era muy crítica. Había logrado averiguar que se trataba de Nunca Jamás por el propio mapa del pirata, donde el título de la isla rezaba "Neverland". Encontró, para su suerte, un Éter que bien podía serle de ayuda en un futuro muy cercano. Después apareció la Sombra gigante y el chico tuvo claro lo que hacer: lanzó un Piro desde sus manos con el que logró liberarse y, además, golpear a la criatura en su enorme cabeza, logrando que se detuviese por unos momentos.

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Obtienes: Éter x1


Fue el momento ideal, Neru empleó el hechizo Coraza que le protegió en parte de una embestida del monstruo mientras se desataba —o cortaba con su Llave Espada— las sogas que ataban sus pies. El impacto de la criatura fue tan grande y brutal que pese al hechizo el aprendiz salió disparado contra una de las estanterías, rompiendo la madera y viendo su cuerpo cubierto de tomos ya viejos y arrugados.

¡Pero la Gigasombra estaba ya casi encima! Otro impacto como aquel... Por suerte fue lo suficiente rápido como para abrir el cerrojo de la puerta y salir. Acto seguido la volvió a cerrar con la Llave Espada y se viró, viendo lo que había en ese pasillo. Se trataba de un corredor de piedra, lleno de humedad, hongos, antorchas colgadas en las paredes y varios cadáveres de piratas tirados por el suelo. A su alrededor flotaban lo que parecían sus almas: esferas translúcidas que dejaban tras de sí unas estelas fantasmales. No cabía duda de que las muertes de esos hombres se debía a Seymour.

Y justo antes de dar el primer paso un estruendo lo mandó volando un par de metros en adelante. La Gigasombra había roto la puerta y parte del muro con una de sus embestidas. Eso no fue todo, por el camino el salieron al paso tres Fantasmas Sincorazón, dispuestos a arrebatarle el corazón al aprendiz:

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Las garras de la sombra gigante estuvieron a punto de alcanzar al chico, pero tuvo la suerte de poder levantarse y avanzar a base de espadazo limpio, o simplemente corriendo y confiando en la Coraza mágica que lo protegía hasta la puerta del fondo. Los ataques de los fantasmas no supusieron mayor problema.

Atravesó la puerta y se encontró con una sala mucho más grande, cubierta también de cadáveres de piratas con esferas fantasmales vagando sin rumbo fijo sobre los cuerpos sin vida. Encontró además que parte de la sala estaba inundada y repleta de extrañas máquinas de metal que desprendían vapor con indicadores que parecían comprobar la temperatura interna del aparato.

No tenía tiempo, al fondo se hallaba una compuerta imposible de abrir de cualquier modo, no había ninguna otra salida, y el corredor que había atravesado retumbaba por culpa de la Gigasombra que le estaba a punto de dar caza, una embestida como aquella y quedaría esta vez atrapado sin salida alguna.

En un extremo de la habitación Neru logró ver una especie de panel de control. Sobre este había una palanca que podía manipular y mover a lo largo del panel, en dirección a una respuesta en concreto. Y sí, una respuesta, porque a un lado había un cartel con un acertijo clavado en la pared:

Acertijo de la semana (propuesto por el capitán, a mí no me miréis):
Tres piratas luchando, tres niños perdidos volando. Cada quien mató al suyo y dos siguieron volando. ¿Cómo es posible?

Atención: si os equivocáis, la palanca dejará de funcionar por un buen rato. Decidle al memo de James que deje de beber cuando tenga que ocuparse de la cantera, que no tengo ganas de mearme encima como la última vez.


Tenía al menos cuatro posibles respuestas, también en pequeños cartelitos hasta los que podía mover la palanca:

* Eso no es posible, los piratas nunca nos dejamos a nadie.
* ¿Qué has dicho de mearte encima? ¿Quién ha escrito esta respuesta?
* Cada quien.
* Llegaron dos niños más, está clarísimo.


Estaba claro que si Neru acertaba y movía la palanca en la dirección correcta, hacia la respuesta adecuada, el mecanismo manipularía los engranajes que colgaban por el techo y abriría la puerta que le permitiría salir de allí.

La Gigasombra embistió la entrada y las visagras resonaron, a punto de romperse. Una de sus antenas asomó por un hueco y estaba a punto de entrar. Neru debía pensar cómo demonios continuar, al menos si no quería terminar siendo pasto de los Sincorazón en ese sitio.

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Neru debe razonar el acertijo y mover la palanca a la respuesta correcta. Si no lo aciertas no podrás avanzar, y se te complicarán mucho las cosas x_D


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Lugares:
- El Campamento. [Todos]
- La Base de los Niños Perdidos.
- La Bahía y el Barco de Garfio.
- Las Montañas.
- La Jungla.
- La Costa.
- El Strahl.
- La Guarida de los Piratas. [Imposible acceder ahora mismo] [Neru]
- El Campamento Indio. ¡Nuevo!


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Light Hikari:
VIT: 59/66
PH: 50/58

Gaomon:
VIT: 36/36
PH: 20/20

Freya:
VIT: 30/30
PH: 24/28

Jeanne Mars:
VIT: 28/28
PH: 26/26

Maya Zawrid:
VIT: 36/36
PH: 23/40

Ukki:
VIT: 6/6
PH: 2/2

Neru:
VIT: 32/46
PH: 16/28


Londres


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Ante la marcha de Shinju, Hana y Balthier quedaron solos en mitad de la noche en la plaza. A la aprendiza no le costó llegar a una conclusión bastante obvia: si los Sincorazón estaban siendo controlados por los Villanos Finales y estos habían matado a Neru, estaba claro que eran los propios villanos sus asesinos. Ella estaba dispuesta a vengarlos, por lo que le preguntó al pirata del aire cómo podía dar con ellos, a lo cual el hombre se mostró sorprendido por la temeridad de la antigua pirata.

¿Contactar con ellos? Tienes mucho valor para querer enfrentarte a ese hombre tú sola. ¿De verdad te ves capaz? —Y no parecía estar bromeando, hablaba muy en serio. Ante su posible insistencia el pirata se rindió—. Se me ocurre un sitio. Y tengo una idea de lo que ha podido pasar aquí. Los Sincorazón que quedan en Londres no son muy grandes, de hecho, son bastante débiles y solo los utilizaba para darme caza, como ya te conté antes. Dudo mucho que tu compañero haya muerto en sus manos, a menos que fuese un novato o... intentara proteger a la otra niña.

Balthier se puso en marcha hacia el puerto, Hana por supuesto le siguió, y una vez quedaron a solas el hombre la miró sonriente.

En Nunca Jamás. Tenía entendido por Fran que las cosas allí no van muy bien, si quieres ir directa al peligro, adelante, no vale arrepentirse después. Pero eso forma parte también de la vida de un pirata, ¿verdad? —luego rebuscó algo en su bolsillo. Una cápsula pequeña—. Este es mi medio de transporte, muy parecido a esos "Gliders" vuestros, me permiten viajar a grandes distancias.

Y tiró la cápsula al suelo. Al cabo de un momento la misma se transformó en un enorme vehículo muy similar a una moto de luz, propias del mundo de La Red. Hana estaba dispuesta a ir en busca de los Villanos Finales ella misma, ¿no? Pues ahí tenía su oportunidad de salir tras ellos. Aun en caso de tener dudas, el pirata la animaría a continuar su viaje con él a Nunca Jamás.

»Tenemos parte de la isla rastreada, Fran sabrá dónde encontrarlos, dudo que aquí les quede nada pendiente. Los Sincorazón no están siendo guiados por nada, sino siendo controlados por ellos. Son más peligrosos así. Ahora sígueme, y ni se te ocurra perderte.

Balthier arrancó su motó y salió despedido como un glider cualquiera. Hana invocó su Glider y marchó tras él, claro, era mejor seguir las pistas que tenían los Piratas del aire que regresar con Shinju al hotel... Y aquello lo más probable es que terminara en un enfrentamiento directo contra algún Villano Final. Pero como dijo Balthier: no valía arrepentirse.

¿Recuerdas lo que dijo el chaval en la habitación? ¡Hasta lo más alto y desde la segunda estrella! —gritaba a todo pulmón. Lo cierto es que desde aquella altura resultaba difícil de escuchar nada, las ráfagas de viento eran muy fuertes— ¡Y todo recto hasta el amanecer!

Balthier sobre su moto, y Hana sobre su Glider. Ambos cruzaron el cielo hacia las estrellas y avanzaron hasta el horizonte donde se veía la enorme luna iluminando Londres entera. Parecía que fuesen a entrar en el intersticio de un momento a otro pero no resultó así, al cabo de un rato se vieron rodeados de nubes, oscuridad y estrellas.

El Juez —declaró—. Así se llama, el Juez Gabranth. Lo conocí en mi antigua vida, antes de ser pirata. Ya te imaginarás mi sorpresa cuando le intenté birlar unas armas y me lo encontré trabajando para ellos. El Guardián del Emperador. Nunca había escuchado un título tan cursi como ese. —comentó, embriagado por el pasado.

Y entonces, en mitad del trayecto, comprendieron muchas cosas. Cientos de nubes de oscuridad se materializaron a su alrededor, entre las nubes y en pleno vuelo. Los Sincorazón flotaban con total libertad e iban a por ellos.

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Esto no estaba así la primera vez que pasé por aquí. Sirena, detrás de mí.

Allí estaba la mayor parte de los Sincorazón que habían salido de Londres. Balthier sacó su escopeta y se puso en guardia. Le tocaba a Hana pensar cómo enfrentar esa situación tan inesperada. ¿Qué pensaría Shinju cuando no la viese por la mañana en el hotel? ¡La que se iba a liar...!

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Lugares:
- El Hotel Angel's Wisdom. [Shinju]
- El Black Cat. [Cerrado]
- El Puerto.
- El Barrio Pobre.
- El Palacio Real.
- El Big Ben.
- Las estrellas. [Camino secreto a Nunca Jamás] [Hana y Balthier] ¡Nuevo!


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Hana Shimizu:
VIT: 56/56
PH: 38/38


Puedes también luchar con el Glider. ¿Te acuerdas del juego Birth By Sleep? Pues más o menos igual, vamos, manejar el vehículo para dar embestidas o apartarlos. Y no te olvides de que no puedes usar la Llave Espada si no quieres caer al vacío x_D


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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

Notapor Light » Mié Feb 10, 2016 11:43 pm

Un Villano Final... u otro enemigo. Quién sabe, en la Orden también utilizamos armaduras. —Rebecca pensó lo mismo que Light, por eso mismo éste había dicho que la descripción no le decía mucho. Cualquiera podía llevar una armadura, no era una pista muy crucial.

Durante mi búsqueda de provisiones, acabé en una parte algo especial de la selva. Se trataba de un pequeño lugar que ocultaba una especie de portón gigante dorado. También escuché unas palabras... El Corazón. ¿Alguna idea?

El Corazón… claro que le sonaba ese término —incluso había estado muy cerca de uno en La Red, aunque no era consciente—. Principalmente sabía de los Corazones por los sucesos del Castillo del Olvido, ya que el de Tierra de Partida corrió peligro de hecho.

Sobre el portón gigante dorado… no tenía ni idea, desgraciadamente no había podido investigar todo el mundo todavía.

Y lo de mi estado pues... Me apareció un Sincorazón gigante mientras inspeccionaba la puerta. Perdí al Ente de Agua, por lo cual me disculpo, pero al final lo derroté. Y... Eso es todo.

No tienes por qué disculparte, Freya. Estoy segura de que hiciste lo mejor que pudiste, y... y el Ente, bueno... Era su misión protegeros. Cumplió con su parte.

El silencio reinó en el campamento hasta que Jeanne comenzó a relatar sus experiencias:

Bueno, yo me quedé preparando la base con Rebecca. Y, al ir a coger leña… Bueno, me encontré con un hombre… Era alto, de cabellos azulados y piel casi translúcida. Su nombre era Seymour Guado. —Light abrió los ojos e intercambió rápidas miradas con Maya. Sabía de quién estaba hablando sin duda—. Me acorraló y me atacó, dejándome inconsciente en el bosque hasta que la Maestra me encontró.

¿Qué? —Light no daba crédito. ¿Apenas llevaban tiempo en ese mundo y uno de ellos ya había sido atacado por un Villano Final? Jeanne podía sentirse afortunada, menos mal que seguía viva.

Aunque… antes de eso, creo que… creo que mencionó algo sobre el Tesoro… Sobre su localización. Parecía estar seguro de dónde estaba. Algo que podría ser un simple engaño, por supuesto.

Fran y Nono reaccionaron al escuchar sobre el Tesoro: se limitaron a intercambiar miradas. Rebecca asintió y bebió un poco de agua.

Seymour... Id con mucho cuidado con él —dijo Maya, con bastante razón. Light se limitó a asentir—. Me engañó una vez... Intentó usarme como sacrificio para resucitar a su líder, y caí como una tonta. No dejéis que os engañe con su forma de hablar enrevesada y su sonrisa de hombre amable.

»Respecto a Ukki y a mí, nos hemos topado con Fran y Nono. Ella parece tener un sexto sentido para detectar la oscuridad, y según dice cree que sabe dónde está la cerradura del mundo, donde se encuentra la fuente de la oleada de oscuridad que está asediando este lugar. Sé cuál es su postura, Maestra, pero le ruego que lo reconsidere. Es una situación extrema, todo este mundo está en peligro. Creo que merecen una oportunidad.

¿Eh? —Light por un momento se había perdido en la conversación. Miró a Rebecca, algo dubitativo. ¿A qué postura se refería?

Esto... chicos, creo que me he perdido. —Lo que resultaba normal teniendo en cuenta que el propio Light se había perdido también. Aunque el caso de Peter era diferente, ya que hablaban de muchas cosas ajenas para él—. Estáis hablando de resurrecciones, oscuridad, monstruos y villanos. Creo que todo esto se nos escapa de las manos, al menos a mí y a mi grupo. Me estoy dando cuenta de muchas cosas que ignoraba hasta este momento, y eso que vivimos aquí. Parece que todo está peor de lo que imaginaba. Pensaré detenidamente qué hacer para ayudaros, después de todo esto no creo que podamos serviros de mucha ayuda.

»Os lo confirmaré luego.


El chaval volador se separó del grupo para adentrarse en una de las tiendas de campaña. Sí, ellos solo eran niños que nunca habían salido de aquel mundo. Todo lo de la oscuridad y los Villanos Finales les era desconocido y no sabían muy bien cómo actuar para ayudarles. Si Peter y estos se achantaban y decidían mantenerse al margen lo entendería.

Hablaremos más tarde sobre eso, Maya. Ahora... el resumen de la situación: está claro que este hombre, Seymour, podría estar controlando a los Sincorazón, no podemos descartarlo como posible culpable de todo lo que está pasando. L-los indios... me preocupan, mañana tenía pensado explorar la zona, a primera hora, si es cierto que son hostiles... —No completó la frase. Rebecca se dirigió a Fran y a Nono—. Y la Oscuridad... ¿Es cierto? ¿El Corazón está detrás de esa puerta? ¿Hay algún modo de abrirla? Debemos evitarlo a toda costa, y más cuando la isla se encuentra en este estado.

¿Estás segura? Sois Caballeros, sabéis sobre las Cerraduras. Los Sincorazón ya han traspasado ese portón, si no han destruido el mundo todavía es porque algo los retiene.

Light no intervino y se limitó a observar a cada una. Entonces Rebecca le recordó cierto suceso:

No... No podemos involucrarnos en eso. Podría repetirse lo mismo. —Rebecca observó a Light con nerviosismo—. En La Red sucedió, Light: os engañaron para abrir la cerradura, si un Sincorazón entra ahí... el mundo entero caería en la Oscuridad.

«¿Eh?», abrió los ojos lentamente.

Como Villa Crepúsculo, kupó. —Se le hizo un nudo en el estómago.

Entonces tenemos que colaborar. Somos piratas, si es cierto que el Tesoro sigue en esta isla... No podemos permitir que caiga en la Oscuridad. Es nuestro trato: ayudaros a proteger el Corazón por el Tesoro.

Light clavó la mirada en el suelo, abrió un poco la boca y permaneció inmerso en sus pensamientos los segundos siguientes, ajeno a la conversación. Ahora se daba cuenta de las consecuencias de la decisión que había tomado —ya se temió lo peor en su día— en La Red. Claro, había abierto la cerradura (estaba claro que no era una ordinaria), incluso escuchó el sonido de apertura. ¡Le habían engañado!

Soy gilipollas —susurró. Había puesto en peligro a todo un mundo, no había cumplido sus deberes de Caballero y se había dejado engañar como un imbécil. Aunque lo hizo para salvar a Tron (el programa que tanto le ayudó), aunque sonara doloroso… no tomó la decisión correcta.

Se habían aprovechado de su poder de Portador para cometer semejante atrocidad. Sintió una punzada de angustia. Entonces, ¿el Corazón ahora estaba indefenso, el mundo digital corría peligro? Tenía que volver a La Red cuanto antes definitivamente.

Pero antes tenía que arreglar las cosas en Nunca Jamás. Y Rebecca llevaba razón, debían proteger a toda costa el Corazón. El hecho de que las criaturas hubieran traspasado el portón le preocupaba.

Alzó la cabeza tras lamentarse durante un buen rato y volvió a prestar atención a la conversación. En ese momento, Peter (algo inquieto) salió de la tienda, y con información bastante interesante.

Chicos, creo que esto os podría interesar: Osezno dice que vio a alguien extraño con cuernos a bordo del Jolly Roger. ¿Os suena de algo?

¿Alguien con cuernos? —Empezó a pensar. ¿Conocía a un Villano Final con esa descripción? En efecto—. Podría tratarse de Mateus Palamecia, el líder de los Villanos Finales —confesó.

Le entraban nauseas con solo recordar todo lo que les hizo pasar ese indeseable de Mateus. Rememoró la muerte de Ban. Si hubiera sido más fuerte en esa ocasión…

«Esta vez no dejaré que se salgan con la suya», apretó los dientes.

¡E-está bien! ¡Aceptamos vuestro trato! El Tesoro... por el mundo —expresó Rebecca, no muy convencida con aquel pacto—. Pero debemos esperar a la maestra Shinju y sus aprendices. En cuanto lleguen nos repartiremos las misiones de mañana: acudir al campamento de los Indios, y sacar respuestas del capitán pirata. —Pocas veces, por no decir nunca (si su memoria no le fallaba), había oído a Rebecca hablar en ese tono. Parecía que se tomaba la misión muy en serio.

Visitaría a Garfio encantado —les dijo a todos, ironizando por supuesto—, pero después de la que liamos en su barco no creo que me reciba con los brazos abiertos. Espero que los Indios se porten mejor conmigo. —Se encogió de hombros. En otras palabras, que no se veía capaz de sacarle respuestas y que por el bien de la misión acudiría al campamento de los Indios. Ojalá fueran más agradables que aquel amargado pirata—. Pues decidido entonces…

Posiblemente fue de los primeros en abandonar la hoguera. Se levantó del suelo, emitió un prolongado bostezo y se dirigió hacia una tienda al azar —específicamente la que no estaría ocupada por la Maestra—, cabizbajo. Se metió dentro de ésta y se acostó sin más demora. Si alguien intercambiaba palabras con él dentro o fuera de la tienda le notaría más frio de lo normal.

Aun con los ojos cerrados tardó lo suyo en dormirse, ya que no podía quitarse ciertos asuntos de la cabeza. Villanos Finales, Corazones… aquella era una misión de lo más seria (y peligrosa) y no podía defraudar a nadie.

Y después estaba el suceso de La Red que le seguía reconcomiendo. Apretó los dientes. Vaya error más garrafal el suyo: enloquecía con solo imaginarse la posibilidad de que un solo Sincorazon devorara el corazón del mundo.

Por cierto, el retumbo de aquel trueno lejano no sirvió para relajarle precisamente.

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Por si hay dudas x_D voy al campamento indio
PD: Para evitar metagaming, por si las moscas, he dado por hecho que Light no conocía hasta ahora las implicaciones de lo que hizo en la Red, ya que nunca se lo dijeron onrol (que yo sepa)
PD2: sorry el cutre post, ocupado me hallo
PD3: Trama en la Red ya, ahora.
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This reminds me a puzzle! ~

Notapor Darkness Seeker » Vie Feb 12, 2016 2:00 am

Nada más salir de la cueva, cerré la puerta con un haz de luz, haciendo lo posible por retener al monstruo un poco más. Asustado, me giré para comprobar el camino que tenía por delante, que consistía en una simple galería de piedra, que se extendía hacia delante. El camino parecía estar releto de más piratas muertos... Pero alrededor de sus cadáveres pequeñas esferas luminosas, que revoloteaban y se balanceaban, lentamente.

¿Qué son esas cos-

Apenas tuve tiempo de pensar en lo que iba a decir, pues una fuerza sobrehumana me empujó adelante, provocado por el gran sincorazón, que había logrado romper el muro. Aparte, varios fantasmas, portando el símbolo de los Sincorazón Emblema, emergieron del suelo, listos para atacarme. Aún con la coraza sobre mí, aunque estuviera debilitada, corrí cuál alma que se lleva el diablo hacia la salida, deseando que pudiera salir de aquella maldita cueva.

Pero no fue el caso.

Nada más pasar, volví a sellar la puerta y me quedé durante un segundo apollado en ella, recuperando el aliento. La sala donde me encontraba era bastante más grande que la anterior, y de hecho empezaba a mostrar algún símbolo de tecnología: Varias máquinas se encontraban en la caverna, con toda clase de indicadores de colores y señales, las cuáles en su gran mayoría no supe comprender. De tener a mi tío Jean aquí la situación hubiera sido una tontería.

Un impacto que me obligó a separarme de la puerta me despertó de mis pensamientos: Tenía que salir de aquí cuánto antes. Observando a mi alrededor, fui revisando en busca de una señal o palanca, y la acabé encontrando, pero sus notas no tenían ningún sentido:

* Eso no es posible, los piratas nunca nos dejamos a nadie.
* ¿Qué has dicho de mearte encima? ¿Quién ha escrito esta respuesta?
* Cada quien.
* Llegaron dos niños más, está clarísimo.


¿Qué se supone que significa esto?

Mirando mejor, a los pocos segundos encontré la fuente del enigma, que se trataba ni más ni menos que de un acertijo...

Acertijo de la semana (propuesto por el capitán, a mí no me miréis):
Tres piratas luchando, tres niños perdidos volando. Cada quien mató al suyo y dos siguieron volando. ¿Cómo es posible?

Atención: si os equivocáis, la palanca dejará de funcionar por un buen rato. Decidle al memo de James que deje de beber cuando tenga que ocuparse de la cantera, que no tengo ganas de mearme encima como la última vez.


¿Niños perdidos voladores? ¿Cada quién... mató al...? ¡¿Pero que se supone que significa esto?!—exclamé intentando razonar aquél acertijo sin pies ni cabeza.

Los golpes en la puerta dejaban claro que no tenía tiempo, por no hablar de que las garras y antenas del sincorazón comenzaban a asomar por los recovecos de la puerta. Tenía que pensar, y rápido.

Veamos... la segunda opción no puede ser por narices, eso está claro... — comencé a pensar rápidamente —... La tercera no tiene ningún sentido... Así que si quitamos esas dos me quedan la primera y la última pero... Ambas podrían ser correctas...

>>Piensa Neru... si fueras un pirata... ¿Qué maldita opción sería la correcta?

Si fuera un pirata, o al menos el tipo de pirata del que tengo constancia, lo más prbable es que fuera borde... creído... Quizás esa era la solución, pensar como un pirata. Viendo la situación, moví la palanca a la primera posición, rezando por que fuera la correcta.

De no serlo, tendría que quedarme en la caverna esperando, y aguantando a los cuatro sincorazón que me esperaban con pocas ganas de hacer amigos... Primero levantaría otra coraza sobre mí, y trataría de repelerlos a base de Perlas, las que pudiera permitirme manteniendo la Coraza activa sobre mí. Y sobre todo, si no resultara ser la primera opción, en cuánto tuviera la más mínima señal de que fuera la cuarta la activaría sin pensar.

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Neru activa la palanca en la Primera Respuesta: * Eso no es posible, los piratas nunca nos dejamos a nadie.

De no ser la correcta, levanta un hechizo Coraza y hace lo posible para evadir y esquivar a los enemigos usando Perlas.
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Logros ~ Neru
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Awards

~ 2014 ~

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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

Notapor Nell » Sab Feb 13, 2016 1:46 am

El paseo nocturno con Shinju no mejoró su relación. La Maestra era una niñata malcriada que le daba dolor de cabeza a Hana. Se quejaba de hacer trabajar a un pájaro, de tener que buscar a Neru, daba órdenes sobre volver a Nunca Jamás… ¡demasiado repelente para ella! Y lo peor es que se trataba de una «Maestra». Maestra. En Bastión Hueco debían de estar muy faltos de personal.

Sin embargo, todo quedó olvidado cuando llegaron a una enorme plaza y se encontraron con el único informante que pudo decirles algo sobre Neru:

¿Buscáis una niña? Me temo que perdéis el tiempo. Los periódicos dicen que los demonios se han marchado, pero yo creo que es todo una mentira. Esta mañana dos de ellos asesinaron a una niña y a otro chico de pelo negro en esta plaza. Mirad. Lo siento por sus padres, de verdad, pero no se le puede hacer nada. Han sido unas víctimas más de esta locura. Y yo me voy ya, antes de que pase algo peor. Vosotros deberíais iros a casa también.

El hombre se marchó enseguida, sin darles tiempo a preguntar nada más, aunque Hana no lo habría hecho. Le recorrió un escalofrío, y no solo por el frío. ¿Neru… muerto? No, imposible. Había multitud de chicos morenos en la ciudad. No tenía por qué ser él. ¡Y solo había perseguido a dos Soldados, maldita sea! Era imposible que le hubieran asesinado.

Pero no había regresado.

Neru no había vuelto desde que se marchó para perseguirlos.

¿Cómo que está muerto? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¡La culpa es vuestra! En Tierra de Partida no os enseñan nada, sois unos debiluchos.

Ni siquiera se lo rebatió (aunque pensara de forma parecida). Neru estaba muerto. Quizá. Y le importaba una mierda lo que pudiera decir Shinju al respecto.

Y esa niña también parece estar muerta. Pero algo me huele mal aquí, y no es el olor de los barcos. ¿Vosotras qué pensáis hacer?

Estoy harta... Me vuelvo al hotel, ya mañana por la mañana me reuniré con esa aburrida de Rebecca. Tú haz lo que te dé la gana, pero intenta no morirte. Creo que no pido demasiado.

De nuevo, optó por ignorarla. De ese modo no sospecharía el plan que empezaba a elaborarse en la mente de Hana. Y aun así, ni loca habría vuelto al hotel. Neru estaba muerto. Pero solo quizá. Tenía que averiguarlo y saber qué le había ocurrido, fuera el chico de pelo negro que había perecido allí o no. Luego… luego se lo haría pagar al culpable.

«¿Conoces de algo a los Villanos Finales? Últimamente me han quitado protagonismo, y eso está muy mal. Algo me dice que ellos están detrás de esto».

Recuerda que todavía puedes contar conmigo, para algo soy el protagonista.

Sí, Balthier, necesito tu ayuda ―dijo, con una voz tan fría que se extrañó a sí misma. Hablaba con tranquilidad, serena y en paz, con una actitud que contenía la ira que reservaría para otra persona―. Necesito que me ayudes a contactar con los Villanos Finales.

¿Contactar con ellos? Tienes mucho valor para querer enfrentarte a ese hombre tú sola. ¿De verdad te ves capaz?

No, en absoluto. Pero algo le habían hecho a Neru, en esa plaza o en cualquier otra. La desaparición del chico no podía ser casualidad en una ciudad cuyos sincorazón ellos controlaban desde las sombras. Tenía que dar con ellos y descubrir la verdad.

No es valor. Y no tengo nada que temer ―le contestó de nuevo con tranquilidad. No iba a mentirle directamente, porque seguramente Balthier la descubriría. Pero le demostraría que ella también iba en serio con su petición.

Se me ocurre un sitio. Y tengo una idea de lo que ha podido pasar aquí. Los Sincorazón que quedan en Londres no son muy grandes, de hecho, son bastante débiles y solo los utilizaba para darme caza, como ya te conté antes. Dudo mucho que tu compañero haya muerto en sus manos, a menos que fuese un novato o... intentara proteger a la otra niña.

Pues tendremos que preguntarle.

Siguió a Balthier hacia el puerto. Hasta el pirata creía poco probable que Neru estuviera muerto. Sin embargo, una parte de Hana no quería albergar esperanzas. Si no actuaba con contundencia desde el principio, incluso sin su asesinato confirmado, el asesino podía escaparse. Ya le había sucedido antes. No volvería a ocurrir.

Además, no tenían toda la información sobre el ataque. El Villano podía haber convocado a un sincorazón grande, haber pillado desprevenido a Neru o haberle asesinado por sí mismo sin que los viandantes supieran qué estaban viendo. La única forma de averiguarlo era a través del hipotético Villano.

En Nunca Jamás. Tenía entendido por Fran que las cosas allí no van muy bien, si quieres ir directa al peligro, adelante, no vale arrepentirse después. Pero eso forma parte también de la vida de un pirata, ¿verdad? —Sacó una cápsula y se la mostró―. Este es mi medio de transporte, muy parecido a esos "Gliders" vuestros, me permiten viajar a grandes distancias.

La cápsula se transformó en una moto de luz. Hana, mientras tanto, convocó su Llave e hizo aparecer el Glider, para enseñarle a Balthier su tabla de surf. Desde luego, ninguno parecía un vehículo apto para sobrevolar mundos.

Hana no dijo nada más. Estaba decidida, y desde hacía un buen rato. El único atractivo para regresar al hotel era la posibilidad de dormir un poco. No recordaba la última vez que había tenido un sueño reparador (hacía más de dos semanas) y estaba cansada. No obstante, Neru iba antes. Y no le apetecía tener que compartir habitación con Shinju. Seguramente no podría dormir por su culpa. Por la de ella y por las pesadillas.

Y qué más daba, si de todas formas habría tenido que ir a Nunca Jamás con Shinju al día siguiente. La alternativa de hacerlo a sus espaldas, por su cuenta y según sus reglas le gustaba más. Shinju nunca había sido su Maestra, y nunca lo sería. Perseguiría al Villano que había asesinado a Neru (quizá), en sustitución a la malcriada que prefería descansar a tomar venganza. La única pena es que con Shinju hubiese llegado en cuestión de minutos a Nunca Jamás con su Portal.

Tenemos parte de la isla rastreada, Fran sabrá dónde encontrarlos, dudo que aquí les quede nada pendiente. Los Sincorazón no están siendo guiados por nada, sino siendo controlados por ellos. Son más peligrosos así. Ahora sígueme, y ni se te ocurra perderte.

Tú acelera o me aburriré y te adelantaré ―le amenazó Hana. Necesitaba acción para despejarse.

Ambos despegaron y se propulsaron hacia el cielo en sus respectivos vehículos. Balthier dijo algo, pero Hana no lo escuchó a causa del viento.

¡Sí, sí, claro!

Se limitó a seguirle y, a mitad del trayecto, recordó por sí misma que John les había mencionado aquel camino. Le resultaba un tanto ridículo tener que dar tanta vuelta, pero imaginó que aquellas referencias eran lo poco que tenían en aquel mundo para viajar a la otra parte.

Sobrevolaban las nubes cuando, con el viento más calmado, pudo volver a escuchar a Balthier:

El Juez. Así se llama, el Juez Gabranth. Lo conocí en mi antigua vida, antes de ser pirata. Ya te imaginarás mi sorpresa cuando le intenté birlar unas armas y me lo encontré trabajando para ellos. El Guardián del Emperador. Nunca había escuchado un título tan cursi como ese.

Hana le dio la razón. Y entonces lo recordó. El Juez.

¿¡Gabranth!? ¿Has dicho Gabranth? ―Claro que lo había dicho. Le había escuchado perfectamente. Hana solo lo había conocido una vez: luchando y sobrepasando a Higashizawa. Intentó disimular su repentina sorpresa―. ¿Cómo es que te relacionabas con un Juez? ¿Eras magistrado?

No pudo preguntarle más, ni continuar la conversación, porque de repente se vieron rodeados de un montón de sincorazón que viajaban hacia Nunca Jamás. Balthier se preparó inmediatamente para luchar.

Esto no estaba así la primera vez que pasé por aquí. Sirena, detrás de mí.

¿Acaso tu moto tiene algo para derribarlos? ―soltó, aunque luego rectificó―. ¡Espera un momento, no ataques! Tal vez no nos hayan visto. Podemos vadearlos y evitar la lucha.

Fue una sugerencia espontánea. Sin embargo, eran dos en el aire y contra una multitud, lo que no le hacía gracia. Prefería enfrentarlos en el suelo más tarde. Y además, no sabía muy bien cómo funcionaba el poder de controlar a los sincorazón. ¿Se darían cuenta sus titiriteros que alguien los había derrotado de camino a Nunca Jamás? Prefería guardar su ubicación en secreto.

En caso de que no pudiera esquivarlos o que alguno les atacase, lucharía. Daría cancha libre a Balthier para que les disparara y ella arremetería con el Glider a los sincorazón que se le acercaran. Aunque hubiesen llamado la atención, su objetivo seguiría siendo darles esquinazo, derribar solo al que se pusiera en medio e intentar llegar a Nunca Jamás.
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Hasta nunca jamás - Ronda #8

Notapor Tsuna » Mié Feb 17, 2016 12:36 am

Campamento de los Caballeros


La noche se hizo larga, muy larga. Resonaron algunos truenos y el frío comenzó a calar en los cuerpos de todos los presentes. Solo Light decidió en ese momento a dónde ir, mientras que Freya, Jeanne y Maya no decidieron hasta la mañana siguiente. Quizá estaban demasiado cansadas como para seguir debatiendo y planeando.

Campanilla se dedicó a revolotear durante la noche por todas partes, haciendo de luciérnaga tras las telas de las casetas de campaña. Fran y Nono se quedaron en un rincón del campamento con ojo avizor, hablando o no con los aprendices. Y los Niños Perdidos permanecieron en su respectiva caseta, hasta que Osezno no se recuperara del todo no volverían a la mañana siguiente, aquel había sido el trato con la maestra. Tal y como estaba la isla lo peor que podían hacer era ponerse a viajar en mitad de la noche.

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La luz del día terminó por despertar a los aprendices. Puede que se levantaran confusos, inquietos por lo que estaba por suceder en aquel mundo, por saber qué había sido del grupo que marchó a Londres. El caso es que nada más salir al exterior encontraron un paisaje bastante diferente al del día anterior: la nieve cubría parte del terreno y el viento se encontraba más sosegado, lo cual le daba cierta sensación de tranquilidad a la isla.

Veo que ya estáis despiertos... me alegro —les recibió la maestra con una afable sonrisa frente a la fogata de la noche anterior, abrigada y desayunando un par de piezas de fruta—. Todavía es muy pronto para la llegada del Invierno, la isla está más... bonita así, pero no deja de resultar extraño.

Habían pasado dos semanas desde el incidente en el Castillo del Olvido, todavía quedaba un tiempo para la llegada del mencionado Invierno. La maestra, sin embargo, no estaba sola. Hablaba con Mog, quién parecía encontrarse allí también.

Habéis trabajado bien por lo que me han contado, kupó —elogió Mog a todos por igual—. Y al menos en este grupo no falta nadie, ¿casualidad, kupó?

Esto... sí, veréis... —se animó a explicar Rebecca con un semblante amargo.

Pero la maestra Shinju la interrumpió. Salió desde detrás de una caseta de campaña cruzada de brazos, con el ceño fruncido y los mofletes hinchados. Llevaba a Lolo sobre un hombro, además, venía algo cambiada:

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Ya les hago yo el resumen —Por el tono de su voz no parecía muy contenta—. En Londres tuvimos problemas con unos Villanos Finales de esos, y mataron al aprendiz moreno ese. La otra se largó desde anoche con un Don Juan, un pirata del aire—pronunció con desprecio—. Un desastre. Como la vea ya me oirá, ya.

Un pirata del aire... debía ser el restante: Balthier. Si Hana andaba con él por ahí significaba que debía estar a salvo, ¿no? ¿Pero y Neru? ¡Estaba muerto! ¡Asesinado por unos Villanos Finales! Las maestras dejaron un poco de tiempo a los aprendices a asimilar la noticia, debía resultar muy dura.

Después de desayunar todos se pusieron en pie. Fran y Nono estuvieron presentes en todo momento, pero no intercambiaron palabras a menos que los aprendices quisiesen preguntarles sobre la compañera perdida, o el otro pirata.

Bueno... Tenemos que ponernos en marcha: el barco del capitán pirata y el campamento indio. Intentad... intentad no pensar en lo que ha pasado. Ahora todo recae en nuestras manos, no podemos fallarles. No ahora. —pronunció con determinación. Desde la noche anterior la maestra no parecía la misma, la noticia de los cuernos había supuesto un gran impacto para ella.

Los aprendices decidieron a dónde ir: Light mantuvo su idea de visitar el campamento indio, seguido por Maya. Freya y Jeanne optaron por ir al barco de Garfio, y lo que ello conllevaba.

Muy bien... Yo os acompañaré al barco, la maestra Shinju y... Mog, irán con vosotros al territorio indio.

Shinju resopló con hastío.

Lo que faltaba, que tengan vigilada por un Moguri. Vale, lo pillo. Y vosotros dos... —miró a Light y Maya—. Ni se os ocurra perderos por ahí si no queréis morir.

Los piratas se dividirán también, kupó. Nono nos acompañará, kupó. La viera irá con Rebecca y sus aprendices.

Los Niños Perdidos también han aceptado colaborar. Nos encontraremos por el camino... Tened mucha suerte. No lamentaremos más muertes.

Ambos grupos dejaron el campamento y se separaron. Más les valía ir abrigados.

El campamento Indio


Light, Maya, Ukki, Mog, Nono, Shinju y Lolo atravesaron la jungla cubierta de nieve. Los Sincorazón tampoco faltaron, pues encontraron varios grupos numerosos de Sombras comunes y Fantasmas, estos en mayor cantidad. Los liquidaron sin problemas y caminaron a través de la tierra y las raíces, escuchando como Mog y Nono conversaban sobre su vida. El líder de los Moguris de Tierra de Partida estaba contento de que estuviese bien, pero que le preocupaba la vida que estaba llevando como pirata, mientras que el ingeniero se jactaba de ser feliz y que no tenía intenciones de volver a Ciudad de Paso con Montblanc. Vamos, una historia que a Shinju no le interesó.

A medida que avanzaban el terreno se fue volviendo más montañoso. No tardaron en darse cuenta de que habían bordeado la enorme montaña que se elevaba en mitad de la isla. Por supuesto, si los aprendices intentaban adelantarse volando tanto los Moguris como la maestra se negarían: iban a tener que ir todos juntos a pie sí o sí, pues no se volvería a repetir lo sucedido en Londres.

Y entonces llegaron al lindero de la jungla, donde se escuchaba el sonido del mar y las olas chocando contra los arrecifes. Sí, desde allí se podía observar la enorme Isla de la Calavera en la distancia.

¿Y ahora qué hacemos, cuál es el plan? ¿Entrar ahí como si nada y dar los buenos días? ¿Y dónde están esos críos perdidos?

No, debemos ir con cuidado, nadie se arriesgará si no es necesario, kupó. Les observaremos primero, ya sacaremos nuestras conclusiones más tarde. Los Niños Perdidos deberían estar por aquí cerca, kupó.

Antes de poder continuar los matorrales cercanos se agitaron. Ya había sucedido varias veces por culpa de animales salvajes o Sincorazón, lo normal era ponerse en guardia o no prestar atención, pero esa vez alguien salió de las hierbas.

¡En guardia, kupó! —exclamó Nono, con llave inglesa en mano.

¿Qué hacer extranjeros aquí? Yo ya advertiros ayer, ¿es que vosotros no aprender? ¡Marchaos!

Una niña. Llevaba pintadas tribales en la cara y en los brazos, iba vestida con pieles y usaba una calavera desgastada a modo de sombrero en la cabeza. A menos que se acercaran más tampoco podrían verle el colgante con la pluma dorada. La niña mantuvo las distancias en todo momento, con aparente enfado encima. ¿Qué iban a hacer? Ni Freya ni Jeanne habían hablado sobre una niña...

Bahía de los piratas


La maestra Rebecca, Freya, Jeanne y Fran avanzaron a través de la jungla, ahora cubierta de nieve. Descendieron por un arroyo cercano hasta alcanzar casi la costa, y desde allí, llegaron al punto en el que la misión había dado comienzo, la misma bahía en la que enfrentaron a un numeroso grupo de Sincorazón. Por el camino les salieron más al paso, sobre todo Fantasmas, pero no supusieron un gran problema. Si las aprendizas pretendían adelantarse volando la maestra les negaría esa posibilidad: debían ir todas juntas caminando

En la bahía, todavía tras los matorrales enfrente del galeón pirata otro numeroso grupo apareció. Casi parecido como el primero de toda la misión, a excepción de que los piratas eran escasos, en su lugar, había muchos más Fantasmas. La maestra Rebecca hizo gala de sus increíbles habilidades para abatirlos casi en un instante, junto a los movimientos de las aprendizas. Invocó un largo látigo de agua que permitió acabar con la mayoría en un momento, dando un grácil salto en el aire para ganar mayor desenvoltura.

Cuando pisó tierra resopló.

¿No os parece raro...? —murmuró—. En toda la isla los Sincorazón están dispersos, pero en esta bahía parecen... estar todos concentrados.

Esperó la conclusiones de Freya y Jeanne, luego miró en derredor y se dio cuenta de una cosa.

Fran... ¿Dónde está Fran?

Porque Fran ya no estaba con ellas. En algún punto del camino se había separado y la maestra no pareció darse cuenta. Al cabo de unos segundos unos destellos de luz cegaron por un momento a las tres varias veces, miraron al otro lado de la charca y vieron a unos Niños Perdidos haciendo señales con objetos de cristal.

»Como sea, esa es la señal... Debemos reunirnos con ellos, pero tampoco asaltar el barco como si nada. No seremos bienvenidas al barco pase lo que pase... —meditó unos instantes la respuesta—. Me dejaré capturar, vosotras reuníos con los niños y manteneos alerta. No tenéis por qué correr este peligro...

Tenían que bordear la bahía escondidas en las hierbas para alcanzar a los Niños Perdidos, entretanto la maestra saldría de los matorrales y se acercaría al galeón pirata. Desde allí podían ver a unos pocos bucaneros hablando de algo en la entrada. ¿Pero era lo correcto? ¿Y si les pasaba algo mientras la maestra no estaba con ellas? Si sugerían cualquier otra idea, Rebecca aceptaría, al fin y al cabo ella no podía volar.

La Guarida de los Piratas


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La situación era desesperada, y Neru lo sabía bien. Acorralado entre la espada y la pared pensó sobre el acertijo y movió la palanca hacia la respuesta que creía como correcta: Eso no es posible, los piratas nunca nos dejamos a nadie. Pero no acertó. En cuanto movió la palanca un terrible chirrido resonó por toda la sala y la palanca se quedó atascada.

La puerta de salida no se movió un ápice, la Gigasombra volvió a golpear con una potente embestida la entrada, que terminó cediendo al par de golpes. Las pisadas del enorme monstruo resonaron sobre el agua que encharcaba toda la habitación, Neru no tuvo tiempo para pensarlo, actúo sobre la marcha, dispuesto a aguantar allí lo que hiciese falta.

Neru invocó el hechizo Coraza sobre sí mismo de nuevo, ganando la protección física que le otorgaba. Vio sus energías mermadas, indicando que no le quedaba mucho poder mágico. Los tres Fantasmas entraron detrás de su enorme líder, dispuestos a devorar al aprendiz y unirlo a sus filas. Lo primero que hizo Neru, aprovechando la distancia que le separaba de los monstruosos seres, fue agotar sus fuerzas restantes con dos hechizos Perla que impactaron sobre la enorme criatura.

Mas no fue suficiente para abatirla. Parecía muy debilitada, eso sí. Dos de los Fantasmas desaparecieron, el restante y la enorme criatura avanzaron hacia el aprendiz con ansia. La segunda arremetió una fuerte embestida contra la primera máquina que encontró, la arrancó de su sitio, la mandó volando por los aires y una enorme nube de vapor empezó a cubrir toda la sala.

El aprendiz lo tuvo difícil, se pudo mover de aquí para allá, pegando golpes a diestro y siniestro, no le quedaba más magia. Entonces el mismo chirrido que escuchó antes resonó por toda la habitación. La palanca volvió a su posición inicial. Podía intentar otra vez. ¿Serían sus razonamientos los correctos? A cada segundo que pasaba veía menos, debía darse prisa.

Los dos piratillas


¿Acaso tu moto tiene algo para derribarlos? ¡Espera un momento, no ataques! Tal vez no nos hayan visto. Podemos vadearlos y evitar la lucha.

Balthier estaba a punto de disparar a uno de los Sincorazón cuando Hana le soltó eso. La miró con una ceja alzada, quizá sorprendido por la reacción de la aprendiz.

Piensas rápido, eso me gusta.

El pirata del aire siguió la sugerencia de Hana y los dos ignoraron a la multitud de Sincorazón. Siguieron volando a través del cielo y las criaturas, aunque a veces se veían atraídas por la aprendiz, no les atacaron en primera instancia, sino que seguían volando en su misma dirección a velocidad de tortuga. Dado su lento avance si calculaba bien Hana sabría que, más o menos, durante la noche siguiente estarían todos los enemigos en Nunca Jamás. ¿Sería una pista importante de lo que planeaban los enemigos?

Al cabo de unos minutos los dos se alejaron de la enorme nube de monstruos y se vieron envueltos en otro cúmulo de nubes. Al salir de ellas vieron la isla de Nunca Jamás desde lo alto. Hana reconoció el barco de Garfio en la bahía, la laguna de las Sirenas y la Isla de la Calavera. Balthier se le acercó, moderando su velocidad.

¿Pero no era tu tarea acabar con ellos? Sabes que sólo hemos retrasado lo inevitable —respondiera lo que respondiera, el hombre asintió y le indicó con la cabeza—. Sígueme.

Balthier aceleró y descendió a toda velocidad hacia el centro de la jungla. Era muy oscuro para fijarse, pero de haber sido de día podría haber visto el campamento donde ahora dormían sus compañeros. En el extremo norte, donde el terreno rocoso, parecía verse un pueblo iluminado a altas horas de la noche con hogueras y antorchas, pero poco más pudo analizar Hana.

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Aterrizaron en un claro dentro de la jungla. El lugar quizás le sonara, pues allí mismo había aterrizado con Ronin en su primera misión de Nunca Jamás. Balthier recogió su moto de luz y con un mando a distancia volvió visible una enorme nave que hasta ese momento permaneció oculta.

Es muy tarde y en estas condiciones no podemos ver nada. Será mejor que entremos, Fran y Nono andarán dentro también.

Una escalerilla descendió desde el lomo del vehículo y los dos piratillas subieron a bordo. Estaba todo oscuro, no encontraron a nadie allí. Las cosas estaban revueltas, había periódicos sobre Ciudad de Paso y los Villanos Finales, y unos carteles de "Se busca" pegados en la pared, uno para cada pirata. Había cajas de materiales abiertas por las mesas, como si esos otros dos piratas hubiesen cogido las cosas a toda prisa y se hubiesen marchado.

Allí encontró un reloj: las dos y media de la madrugada. Al asomarse por una ventana vio cómo empezaba a caer nieve del cielo. Estaba nevando del tremendo frío que hacía afuera.

Hace mucho frío afuera, ¿por qué no te quedas esta noche? —La sorprendió Balthier entonces, que se había marchado por la nave a hacer cosas—. Hay comida caliente y una cama donde dormir. La verdad, pensaba que estarían aquí, pero no hay nadie. No entiendo qué ha podido pasar. Quizá haya más problemas de los que pensábamos en este sitio.

Balthier se secaba las manos en ese momento con un paño de cocina, dejó a Hana moverse con libertad por la nave: tenía varios dormitorios, ahora vacíos, la cabina con los controles, el puente de mando, un cuarto de baño, un pequeño trastero con armas, herramientas, botines y montones de noticias sobre Ciudad de Paso, y una pequeña cocina.

Al cabo de un rato el hombre la llamó para que acudiera a cenar. Un plato con carne de lata y algo de pan, no era mucho pero tenía buena pinta.

Sobre lo que me has preguntado antes... no me gusta hablar de mi vida pasada, ciertamente. Pero sí, conocía a ese hombre. Recuerdo que un día desapareció, sin más. Al principio me preguntaba dónde podía andar, ahora ya lo sé —hizo una pausa y tomó un sorbo de café—. Poco después decidí hacer lo mismo. Estaba cansado de esa vida, no me gustaba. Conocí a Nono y ayudé a Fran. Desde entonces los tres vamos por libre. Años más tarde me di cuenta de que mi mundo cayó en la oscuridad por culpa de esos Sincorazón, así que... ¿A dónde volver?

El silencio se apoderó de ambos, y añadió.

»Prefiero vivir en libertad, y no en una jaula encerrado. ¿Te hace unas cartas?

La noche pasó, Hana tuvo un sitio donde dormir. Con suerte los otros dos piratas volverían a la mañana siguiente.

****


Había amanecido desde hacía ya un par de horas. La isla ahora se encontraba nevada, y ni Fran ni Nono andaban por allí. Balthier le había dicho a Hana que esperara, pero ni rastro. ¿Qué reacción habría tenido Shinju en el hotel? Como fuera, ahora los dos andaban allí fuera, en el claro frente al Strahl —así lo llamó Balthier—.

Esto me preocupa. No es normal que desaparezcan de esta forma. A ver —extendió un mapa de Nunca Jamás sobre la superficie del vehículo—. Querías buscar al Juez, ¿verdad? He estado mirando reportes de Fran anoche, y según ella se le ha visto cerca de la costa, por la bahía donde anda el barco. También tenemos más lugares donde mirar.

»¿Te convence alguno?

Balthier le señaló a hana la bahía, donde se hallaba el barco de Garfio. Aparte de ella también tenía muchos más sitios donde mirar, como el portón dorado de la selva, el campamento indio, una supuesta "Guarida de los Piratas" que se hallaba en el interior de la montaña, la propia montaña, la Isla de la Calavera o la La Laguna de las sirenas.

A dónde ir, a dónde ir...

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Lugares:
- El Campamento.
- La Base de los Niños Perdidos.
- La Bahía y el Barco de Garfio. [Rebecca, Jeanne, Freya y ¿Fran?]
- Las Montañas.
- La Jungla.
- La Costa.
- El Strahl. [Balthier y Hana]
- La Guarida de los Piratas [Neru]
- El Campamento Indio. [Light, Maya, Shinju, Mog, Nono y Nana]
- La Laguna de las Sirenas. ¡Nuevo!
- La Isla de la Calavera. ¡Nuevo!


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Light Hikari:
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Ukki:
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Hana Shimizu:
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

Notapor Darkness Seeker » Dom Feb 21, 2016 11:21 am

La puerta se había quedado atascada. La maldita puerta se había quedado ahí, sin dar ningún tipo de señal sin contar el chillido que parecía bloquear el sistema.

Estaba muy jodido.

Para colmo, la puerta acabó volando por los aires, dejando vía completamente abierta para los sincorazón, que entraron al instante, dejando claras sus intenciones. El gigantesco sincorazón agarró una de las máquinas y lanzándola hacia mí con toda su furia, la cuál pude esquivar a duras penas gracias a la Coraza y a que pude moverme a tiempo. SIn embargo, a cada segundo que pasaba, entre el polvo que se levantaba por la pelea y la propia oscuridad comenzaba a ver cada vez menos.

Sin pensármelo dos veces, me tomé un Éter de inmediato, en lo que al poco rato el sonido del mecanismo volvía, afirmando que ya podía volver a probar. Viendo que la última vez lo más lógico o sensato viendo la situación había fallado, era hora de probar la otra opción: Que esta maldita prueba no tuviera ningún sentido aparente.

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Neru prueba a señalar el "Cada quien" con la palanca.
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

Notapor Light » Dom Feb 21, 2016 12:58 pm

Cuando Light se despertó ya había amanecido en Nunca Jamás. Se sentía bastante cansado: le había costado coger sueño y no estaba acostumbrado a dormir en el suelo (apenas tenía experiencia en acampadas). No tardó en abandonar la tienda, ya que ansiaba estirar las piernas, afuera.

Y había que salvar un mundo, por lo que no había tiempo que perder.

Nieve —musitó, contemplando el cambiado escenario. Con razón hacía tanto frío, demonios. Se vio obligado a sacar de su mochila una chaqueta para ponérsela.

Era la primera vez que presenciaba nieve en aquel mundo y la bonita visión no decepcionaba.

Veo que ya estáis despiertos... me alegro —comentó Rebecca, sonriente. En aquellos momentos se encontraba desayunando, frente a la fogata (o lo que quedaba de ella)—. Todavía es muy pronto para la llegada del Invierno, la isla está más... bonita así, pero no deja de resultar extraño.

Supongo. —Miró a su alrededor para observar de nuevo el bello paisaje y emitió un bostezo.

Por cierto, ahí estaba un moguri bastante conocido por todos: Mog. Al fin se había unido a ellos.

Habéis trabajado bien por lo que me han contado, kupó. Y al menos en este grupo no falta nadie, ¿casualidad, kupó?

Light, con una ligera mueca de extrañeza, intercambió miradas con Rebecca y el jefe de los moguris.

¿A qué te refieres…?

Esto... sí, veréis...

Antes de que Rebecca pudiera explicarle la otra Maestra —acompañada por su pájaro— hizo acto de aparición, algo cambiada. Por la cara que puso y su tono no parecía traer buenas noticias.

Ya les hago yo el resumen. En Londres tuvimos problemas con unos Villanos Finales de esos, y mataron al aprendiz moreno ese. La otra se largó desde anoche con un Don Juan, un pirata del aire. Un desastre. Como la vea ya me oirá, ya.

¿Qué estás diciendo? —musitó.

La cara de Light no podía mostrar más perplejidad en aquellos momentos. Se sentó con lentitud en el suelo, ante la hoguera de la noche anterior, mientras digería en silencio la terrible verdad que acababa de escuchar. Y apretó los labios.

«No puede ser», no era justo.

Lo peor es que estaba empezando a acostumbrarse a esas malas noticias. Ya ni le quedaban lágrimas. Kazuki, habitantes de Villa Crepúsculo que no sobrevivieron a la caída del mundo, ¿y ahora Neru?

Tras desayunar —no demasiado porque no tenía apetito: solo una pieza de fruta— se puso de pie. Permaneció cabizbajo.

Bueno... Tenemos que ponernos en marcha: el barco del capitán pirata y el campamento indio. Intentad... intentad no pensar en lo que ha pasado. Ahora todo recae en nuestras manos, no podemos fallarles. No ahora. —Le contagió a Light su determinación.

Sí. Tienes razón —dijo tras coger aire—. No se saldrán con la suya —sentenció y apretó los dientes.

La noticia le había dejado los ánimos por los suelos y no se la quitaría de la cabeza fácilmente. Todavía no podía creer que Neru hubiera muerto. Pero ya habría tiempo después para lamentarse, ahora había un mundo que proteger y unos villanos que detener.

«Esos malnacidos…», apretó los puños, enfadado. Pero sabía que debía mantener la calma en aquella situación crítica, aunque fuera difícil. Rebecca tenía toda la razón: muchas vidas dependían de ellos. Respiró hondo.

Todos los presentes se dividieron y se formaron dos grupos. Unos irían al barco de Garfio y otros investigarían el campamento indio. Light ya decidió que lo haría mejor en el segundo lugar.

Muy bien... Yo os acompañaré al barco, la maestra Shinju y... Mog, irán con vosotros al territorio indio.

A Shinju no parecía agradarle la idea (cada vez le caía peor), ya que resopló.

Lo que faltaba, que tengan vigilada por un Moguri. Vale, lo pillo. Y vosotros dos... —Light entró en contacto visual con Shinju—. Ni se os ocurra perderos por ahí si no queréis morir.

«Sé cuidarme solito, ¿eh?», enarcó una ceja. Aunque… ¿Eso había sido una advertencia o una amenaza?

Los piratas se dividirán también, kupó. Nono nos acompañará, kupó. La viera irá con Rebecca y sus aprendices.

Los Niños Perdidos también han aceptado colaborar. Nos encontraremos por el camino... Tened mucha suerte. No lamentaremos más muertes.

«Eso espero».

Y con una sensación desagradable en el estómago dejó el campamento, desanimado (aunque intentaba disimularlo).

***


El grupo avanzó por la jungla nevada para alcanzar el campamento indio. Precavido, Light no dijo palabra alguna durante el trayecto (tampoco tenía muchas ganas de hablar): no se metió en la conversación de los moguris. Se limitó a eliminar sin compasión a las criaturas que se interponían en su camino, a base de contundentes golpes de Llave Espada. Aquellos pequeños enfrentamientos le sirvieron para distraerse y entrar en calor al menos.

No se molestó en desmaterializar su arma de momento, ya que abundaban los Sincorazón.

Bordearon la montaña y alcanzaron los límites de la jungla. Desde aquella zona podía escucharse el sonido de las olas. Light agudizó la vista y atisbó un lugar que conocía muy bien, la Isla de la Calavera. La cueva le parecía tan escalofriante como siempre.

¿Y ahora qué hacemos, cuál es el plan? ¿Entrar ahí como si nada y dar los buenos días? ¿Y dónde están esos críos perdidos?

No, debemos ir con cuidado, nadie se arriesgará si no es necesario, kupó. Les observaremos primero, ya sacaremos nuestras conclusiones más tarde. Los Niños Perdidos deberían estar por aquí cerca, kupó.

Light se viró rápidamente hacia los arbustos que se movieron y se temió la peor posibilidad: que algún Sincorazón acechara. Así que se puso en guardia.

¡En guardia, kupó!

¿Qué hacer extranjeros aquí? Yo ya advertiros ayer, ¿es que vosotros no aprender? ¡Marchaos!

¿Quién…?

¡No era un Sincorazón, sino una niña! Bajó el arma y la observó con ligera sorpresa. Llevaba una calavera por sombrero y tenía pintadas en la cara y en los brazos. Precisamente no parecía que su presencia les hiciera gracia, incluso les exigía que se fueran.

«¿Pero por qué?», desinvocó la Llave Espada.

Se aproximó a ella lentamente, a pesar de que la niña guardaba las distancias, y captó su colgante. Si no quería permanecer cerca de él no la obligaría y se pararía en seco. Se agachó para ponerse a su misma altura.

Eh, tranquilízate —le pidió—. Hemos venido para ayudar. ¿Cómo te llamas? Yo soy Light —se presentó, intentando sonar agradable—. ¿Dices que nos advertiste? Me temo que no lo sabía. ¿Por qué quieres que nos vayamos? Dinos.

No pensaba abandonar la misión y obedecerla, pero al menos quería escuchar sus razones.
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Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás

Notapor Nell » Dom Feb 21, 2016 10:09 pm

Hana no contaba con que algunos de los sincorazón se vieran atraídos hacia ella. Temió que su instinto contra la Llave Espada fuera más fuerte que el control de los Villanos Finales, pero el miedo era infundado. Siguieron su camino y casi todos los ignoraron. Ni siquiera tuvieron que esforzarse demasiado para vadearlos.

Eran más rápidos que los sincorazón. Estos, que no serían más que seguramente una escuadra del ejército que estaban formando los Villanos, avanzaban a una velocidad moderada que, según los cálculos de Hana, les haría llegar a la noche siguiente. Se le ocurrían dos posibilidades: o los estaban agrupando poco a poco para tener un gran número de ellos, o iban paulatinamente acumulándolos para remplazar a los que cayeran. Era algo que solo podría habérselo resuelto el grupo que había ido previamente a Nunca Jamás.

Y ahora su misión había cambiado.

¿Pero no era tu tarea acabar con ellos? Sabes que sólo hemos retrasado lo inevitable.

Piénsalo de este modo: si vayas a robar al palacio, no te vas a enfrentar a todos los guardias a la vez cuando puedes ir deshaciéndote de ellos poco a poco ―dijo. En el fondo la situación no era tan similar, pero se calmaba la conciencia pensando en que antes necesitaba dar con respuestas.

Sígueme.

Era aún de noche. Hana apenas alcanzaba a ver zonas que le eran conocidas, como la Bahía de las Sirenas o el barco de Garfio, pero nada más. Ni siquiera intentó visualizar a sus compañeros, habría sido imposible e incluso difícil de día a aquella altura. Descendió junto a Balthier en un claro en el que no se fijó y le vio hacer aparecer su nave de la nada. Hana pegó un bote del susto.

Es muy tarde y en estas condiciones no podemos ver nada. Será mejor que entremos, Fran y Nono andarán dentro también.

Siguió al pirata, no demasiado convencida e inspeccionó el interior de la nave. Le gustó lo que vio. Balthier le había dicho la verdad cuando aseguró estar yendo tras el Juez. No se molestó en revisar los periódicos, ya que no había noticia sobre los Villanos Finales de la que ella no tuviera constancia. En cuanto a los carteles de «Se busca», se preguntó si no se estaría saltando alguna regla estúpida por colaborar con criminales perseguidos.

Hace mucho frío afuera, ¿por qué no te quedas esta noche? —Le dijo de repente Balthier, haciendo que diera otro respingo—. Hay comida caliente y una cama donde dormir. La verdad, pensaba que estarían aquí, pero no hay nadie. No entiendo qué ha podido pasar. Quizá haya más problemas de los que pensábamos en este sitio.

En realidad no quería dormir. Sin embargo, tenía sus límites y cada vez se sentía más agotada, entre la actividad del día y el sueño acumulado. No era muy inteligente de por sí enfrentarse a un Villano Final, como para hacerlo en desventaja. Asintió y aceptó la oferta.

Sales favorecido ―comentó sobre el cartel, antes de ir a recorrer el resto de la nave.

En cualquier otra ocasión habría cotilleado a fondo la nave del pirata, por curiosidad y prevención, pero aceptar que necesitaba un descanso le había hecho sentirse más cansada que cuando intentaba olvidarlo. Aprovechó ese tiempo para darse un baño rápido (después de revisar que no hubiera mirillas) y ponerse otra ropa, algo más cómodo para pasar la noche. Por la ventana vio que nevaba y se alegró de haber tomado la decisión correcta.

Después se reunió con Balthier para cenar. Planeaba pasar la velada en silencio, ya que era tarde y cada vez tenía más sueño. No obstante, el pirata lo vio como la oportunidad idónea para rescatar un tema que habían dejado de lado.

Sobre lo que me has preguntado antes... no me gusta hablar de mi vida pasada, ciertamente. Pero sí, conocía a ese hombre. Recuerdo que un día desapareció, sin más. Al principio me preguntaba dónde podía andar, ahora ya lo sé —Hana sintió un escalofrío. Conocía a muchas personas desaparecidas. En su caso, prefería descubrirlas muertas a miembros de aquella banda criminal―. Poco después decidí hacer lo mismo. Estaba cansado de esa vida, no me gustaba. Conocí a Nono y ayudé a Fran. Desde entonces los tres vamos por libre. Años más tarde me di cuenta de que mi mundo cayó en la oscuridad por culpa de esos Sincorazón, así que... ¿A dónde volver?

»Prefiero vivir en libertad, y no en una jaula encerrado. ¿Te hace unas cartas?

Decidió no preguntarle sobre su historia. A Hana no le importaba demasiado el pasado de las personas, porque eso les daba pie a que preguntaran por el suyo propio. Entendía que a Balthier le debía de costar contar aquello, y con más motivo no quiso presionarle a desembuchar más. Todo se resolvería, de una forma u otra, cuando encontraran al Juez.

Se preguntó si Balthier le impediría matarlo, de poder hacerlo. Esperaba que no.

Mi mundo también era como una jaula. ―No le dijo cuál era, por si acaso lo conocía. Luego, rechazó la partida de cartas―. No, esta vez no. Necesito descansar.

Se encaminó hacia la habitación libre que Balthier le señaló, sin arrepentirse, y concilió el sueño en apenas unos minutos. Sin pesadillas.

* * *


Cuando despertó habían pasado dos horas desde el amanecer. Volvió a vestirse con ropa de combate y acudió a Balthier. Estaba ansiosa por retomar la acción y no se había olvidado que aquello lo hacía por Neru. Tenía que pillar al Villano Final responsable de su desaparición, o quizá se marchara y podían pasar meses hasta volver a saber de él.

Balthier, además, tenía otras preocupaciones.

Esto me preocupa. No es normal que desaparezcan de esta forma. A ver —extendió un mapa de Nunca Jamás. La isla era lo suficiente grande como para que le costase horas dar con sus compañeros, de haber sido esa su intención—. Querías buscar al Juez, ¿verdad? He estado mirando reportes de Fran anoche, y según ella se le ha visto cerca de la costa, por la bahía donde anda el barco. También tenemos más lugares donde mirar.

»¿Te convence alguno?

Me fío de Fran ―Aunque la conocía poco―. Empecemos por la costa.

Por el momento era la única pista que tenía. Con un poco de suerte, quizá hubiese alguna sirena perdida por ahí y les pudiera dar más información. O un Niño Perdido. O cualquier bicho con suficiente inteligencia como para hablar. Los únicos a los que no quería encontrarse Hana eran sus propios compañeros. Si Rebecca la pillaba, le obligaría a abandonar la búsqueda para centrarse en la misión. Y eso sí que no iba a hacerlo. No, hasta averiguar qué le había ocurrido a Neru.
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Re: Hasta nunca jamás - Ronda #8

Notapor Crystal » Lun Feb 22, 2016 7:40 pm

La noche fue larga y fría. Freya pasó un buen rato en vela; lo de dormir no acababa de ser para ella. Era mucho mejor estar despierta viendo la tormenta que no soñando. Además, Campanilla revoloteaba de tienda en tienda, y ver aquella pequeña luz moviéndose por todas partes era bonito. Eso le llevó a pensar en Nana de nuevo, ¿cómo estaría la pequeña? Y lo más importante, ¿debería haber contado sus dudas a alguno de sus compañeros?

Finalmente entre aquellos pensamientos, Morfeo se la llevó.

**


Los primeros rayos de luz despertaron a la pelirrosa, que tuvo que tomarse unos minutos para recordar dónde estaba y todo lo que había pasado el día anterior. Ni siquiera recordó haberse quedado dormida. Por si fuera poco, al asomar la cabeza fuera de la tienda, se percató del cambio que había sufrido el paisaje: había nieve por parte del terreno, y el viento estaba más sosegado. Era un espectáculo precioso a la vez que inquietante. Freya se aseguró de coger el abrigo para evitar futuros resfriados.

Veo que ya estáis despiertos... me alegro —comentó la Maestra, la cual desayunaba cerca de la fogata de la noche anterior—. Todavía es muy pronto para la llegada del Invierno, la isla está más... bonita así, pero no deja de resultar extraño.

Habéis trabajado bien por lo que me han contado, kupó —los elogió Mog que se encontraba allí también—. Y al menos en este grupo no falta nadie, ¿casualidad, kupó?

¿En este grupo? ¿Qué?

Esto... sí, veréis...

Pero Shinju la interrumpió. Saliendo de una tienda con su nuevo look y con el loro en su hombro, se dispuso a hablar:

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Ya les hago yo el resumen. En Londres tuvimos problemas con unos Villanos Finales de esos, y mataron al aprendiz moreno ese. La otra se largó desde anoche con un Don Juan, un pirata del aire—pronunció con desprecio—. Un desastre. Como la vea ya me oirá, ya.

No puede ser...

¿Cuánta gente más tenía que morir? Era increíble como podían cambiar las cosas de un día para otro. Freya conocía al aprendiz de vista, no tanto como a los de su grupo, pero la noticia seguía siendo horrible. Nadie merecía ser asesinado. Ya había escuchado el nombre de los Villanos Finales alguna otra vez, y cada vez le escamaba más el asunto. Se encargarían de vengar al aprendiz, de eso seguro.

Bueno... Tenemos que ponernos en marcha: el barco del capitán pirata y el campamento indio. Intentad... intentad no pensar en lo que ha pasado. Ahora todo recae en nuestras manos, no podemos fallarles. No ahora.

Las decisiones de los aprendices estaban claras: Freya y Jeanne escogieron el barco de Garfio, y Light y Maya el campamento indio. Era hora de volver a separarse.

Muy bien... Yo os acompañaré al barco, la maestra Shinju y... Mog, irán con vosotros al territorio indio.

Lo que faltaba, que tengan vigilada por un Moguri. Vale, lo pillo. Y vosotros dos... —miró a Light y Maya—. Ni se os ocurra perderos por ahí si no queréis morir.

«Esta mujer es insufrible».

Los piratas se dividirán también, kupó. Nono nos acompañará, kupó. La viera irá con Rebecca y sus aprendices.

Los Niños Perdidos también han aceptado colaborar. Nos encontraremos por el camino... Tened mucha suerte. No lamentaremos más muertes.

Mucha suerte.

**


El grupo formado por Rebecca, Jeanne, Fran y Freya avanzó por la jungla cubierta de nieve. El frío era insoportable, y más de una vez la aprendiza maldijo no haber traído un abrigo mejor. Pero, ¿quién se iba a imaginar que pasaría algo así? Tras descender por un arroyo, no tardaron en llegar a la bahía dónde comenzaron la misión. Por el camino se enfrentaron a una serie de Sincorazón, pero no supusieron ningún problema, ya que en todo momento permanecieron juntas.

En la bahía volvió a aparecer otro numeroso grupo que la Maestra Rebecca consiguió abatir con sus increíbles habilidades y un poco de ayuda de las aprendizas. Freya no le quitó la vista de encima a Jeanne, por si en algún momento necesitaba de su ayuda.

¿No os parece raro...? —dijo—. En toda la isla los Sincorazón están dispersos, pero en esta bahía parecen... estar todos concentrados.

La pelirrosa se encogió de hombros.

No creo que sea coincidencia; algo está pasando aquí.

Fran... ¿Dónde está Fran?

Giró sobre sí misma para comprobar aquellas palabras y, en efecto, Fran ya no estaba. Seguramente se había separado en algún momento del camino; deberían haber estado más atentas. La aprendiza solo deseaba que la pirata se encontrase a salvo y no tuviese muchos problemas. En ese instante, unos destellos de luz cegaron a las tres varias veces: unos Niños Perdidos hacían señales con objetos de cristal.

»Como sea, esa es la señal... Debemos reunirnos con ellos, pero tampoco asaltar el barco como si nada. No seremos bienvenidas al barco pase lo que pase...

De eso estoy totalmente segura.

Me dejaré capturar, vosotras reuníos con los niños y manteneos alerta. No tenéis por qué correr este peligro...

Freya meditó aquel plan durante unos instantes, y algo le dijo que no era correcto del todo. ¿Qué podrían hacer Jeanne y ella sin la Maestra? Se la jugaban demasiado. Y, además, no le apetecía demasiado que Garfio pusiese sus zarpas encima de Rebecca; a saber qué podría pasar. ¿Y si el Capitán tenía algo que ver con los Villanos Finales esos? Por mucho que aún dudara un poco de los Maestros, no le apetecía perder a nadie más.

No, Maestra, déjeme eso a mí —Soltó rápidamente, antes de que alguna pudiese dar algún paso más—. No podemos correr el riesgo de que le pase algo. Será mejor que Jeanne permanezca con usted que no que vayamos las dos solas.

»Además, yo ya he tratado con Garfio antes. Será un bonito reencuentro.

Miró a Jeanne, con una mirada de disculpa; probablemente a ella no le hacía mucha gracia aquel plan. Pero Freya estaba segura de que la Maestra no era una pieza de la que pudiesen prescindir en el plan, y estaba dispuesta a cualquier cosa por no ponerla en peligro; ni a Jeanne tampoco, por mucho que se le ocurriese la idea de intercambiar papeles con ella.

Por supuesto, la última palabra la tendría Rebecca, pero ella insistiría lo que hiciese falta.
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