Re: [País de Nunca Jamás] Hasta nunca jamás (II)
Publicado: Jue Ago 18, 2016 12:45 am
El combate prosiguió y todos dieron lo mejor de sí para tumbar a aquella bestia siniestra. Light, acompañado por el mono de su compañera Maya y Peter, se alzó en el aire tras llamar a Bambi. Con Llave Espada en mano, se disponía a zurrar a Ánima.
—Esta vez no es una competición, Light. Esta vez luchamos por salvar nuestro hogar.
Asintió antes de empezar a golpear como si no hubiera mañana. Sus ataques estaban siendo efectivos, pues Ánima parecía manifestar dolor. La ventaja numérica era suya, por muy poderosa que fuera esa bestia. La victoria estaba cada vez más cerca, podía sentirlo…
Llegado cierto momento, no pudo seguir golpeando y naturalmente se extrañó. Su cuerpo no le respondía. Miró hacia abajo y, para colmo, comprobó que un charco de oscuridad había aparecido bajo sus pies. Inevitablemente, aquella oscuridad les tragó, sin que pudieran evitarlo (solo el mono de Maya se salvó).
—Es hora de que conozcáis el auténtico dolor. Desapareced en la oscuridad.
Ánima les trasladó a otra dimensión. Light, quien no podía moverse, se limitó a observar con sorpresa la parte inferior de la criatura que hasta ese momento había permanecido oculta.
La dimensión se oscureció aún más y entonces pudieron comprobar el verdadero rostro de Ánima: una calavera con cabellos blancos y cuernos. Era espantoso, Light nunca había experimentado tanta repulsión en su vida, aquel enemigo no podía compararse con los Sincorazón de siempre.
La otra mitad de Ánima se liberó de las cadenas que la apresaban. Se avecinaba un ataque terrorífico y no podían evitarlo, pues eran incapaces de moverse.
Light odiaba dos cosas: la oscuridad y no poder hacer nada. Experimentaba mucha ansiedad en aquellos momentos, sin duda. El aprendiz de antaño se hubiera quedado con la mente en blanco y el miedo le hubiera paralizado.
Pero ya no. Ya había pasado por batallas complicadas, aquel no era el primer desafío que se le presentaba. Gracias al aprendizaje que llevaba a sus espaldas y a muchas aventuras se había hecho mucho más fuerte, había adquirido valor. Seguía detestando la oscuridad, pero ya no le inspiraba tanto miedo.
Y en el fondo, Ánima no era peor que el maléfico de Erased Data.
«Atácame con todo lo que tengas», apretó los puños, preparado para recibir los golpes.
La terrible andanada de puñetazos empezó y Ánima no les dio ni un solo segundo para descansar. Además, para rematar, provocó una enorme y letal explosión. Light sufrió una barbaridad durante el Caos Liberado, seguramente al igual que sus compañeros. Dolió mucho —¿quizás incluso más que agarrar el fragmento de llave del Castillo del Olvido?— y resultó de lo más abrumador. Pero al final lograron resistirlo (casi todos), quizás gracias al Aero+ del cervatillo.
Eso sí, Ánima les había dejado para el arrastre. Los aprendices y sus aliados cayeron al suelo, muy debilitados. Light, quien se negaba a dejarse ganar, puso todos sus esfuerzos en levantarse una vez más. Mientras estuviera vivo seguiría luchando.
—Peter… —El chico de ropas verdes había caído por el tremendo ataque y naturalmente se preocupó. Ojalá estuviera vivo.
«Salvaremos tu hogar, y si ya es tarde al menos se lo haremos pagar, tenlo por seguro. Me niego a perder… contra él», dirigió una mirada furiosa hacia Seymour, quien disfrutaba de su sufrimiento.
—¿Esto es todo lo que tu mami puede hacer? —Sonrió, burlón. Si Seymour quería verle derrotado, lo llevaba claro, no iba a darle ese privilegio. ¡Todavía podía luchar!
—¿No perdéis la esperanza todavía? —Lanzó un hechizo curativo a Ánima—. Vuestra voluntad es admirable, pero debéis entender que este es el final. Lo único que os espera más allá es el dolor, perderéis a vuestros seres queridos, sufriréis, ¿por qué no terminar con todo ahora y descansar eternamente? —Entonces, utilizó un Electro contra Light. Éste profirió un grito de dolor y maldijo al Villano Final por enésima vez—. Tú también retrasaste la Salvación durante nuestro combate en el campamento, pero entiende que es inútil intentar detenerme. Salvaré este mundo.
»Ánima, termina con esto.
Su madre obedeció órdenes y aplicó sobre ellos el mismo conjuro que antes había empleado con Hana. Light, pálido, ahora sí se imaginó de qué se trataba, pues ya había experimentado aquel frío peculiar que le ponía todos los vellos de punta. Sabía que le quedaba poco tiempo de vida.
«Debemos acabar con esto ya».
—¡Basta ya... monstruo!
«¡Rebecca!».
Su Maestra apareció y sorprendió a Seymour. Su primer ataque fue bloqueado, pues el villano reaccionó a tiempo; pero después vino el Aqua+, que al menos le hizo retroceder. Rebecca era una Portadora experimentada, así que confiaba en que le entretuviera mientras ellos lidiaban con Ánima.
—Chicos, yo le pararé... de momento. Confío en vosotros.
—Venga, aprovechemos que está ocupado. Ahora sí que ha llegado el momento de poner fin a esto —dijo a sus compañeros.
Le pidió a Gaomon que le transfiriera su magia y éste obedeció. Tras esto, la mascota se quedó sin energía, por lo que se retiró para descansar.
—¡Di lo que quieras, Seymour, no me importa! La vida está llena de sufrimiento, sí, pero no todo es malo como lo pintas. ¿No lo entiendes? ¡También hay cosas buenas por las que merece la pena vivir!
Inició el vuelo, una vez más, con la intención de acercarse a la cabeza de Ánima.
—¡Sí, sufriremos como dices, compañeros nuestros caerán y perderemos batallas, pero superaremos los baches y nos haremos más fuertes! —le gritó—. En efecto, perderemos batallas. Pero no ésta. ¡¡Porque esta batalla la vas a perder tú!!
Sin dejar de moverse, asestó un veloz tajo antes de alcanzar la cabeza, creando una Brecha lunar que se dirigiría hacia la gigantesca criatura.
—¡SE ACABÓ! —rugió con rabia antes de usar cierta habilidad. El aura que rodeaba a Light se esfumó para concentrarse en su Llave Espada. En cuanto estuviera cerca de la cabeza de la criatura, emplearía otra técnica de su Estilo: Giro letal, para causarle graves daños en dicha zona. Ojalá ese ataque le pusiera fin de una vez por todas.
Luego, en el caso de que vencieran a Ánima y la barrera desapareciera por un casual, se lanzaría contra Seymour Guado para golpearle con la Llave Espada, sin piedad. Definitivamente ya no tendría las de ganar estando Rebecca allí, por lo que se imaginaba que huiría con el rabo entre las piernas. Y no lo permitiría: iba a derrotarlo.
Si sus compañeros remataban a Ánima antes de que pudiera ejecutar el Giro letal, entonces intentaría utilizar esta habilidad contra Seymour.
—Esta vez no es una competición, Light. Esta vez luchamos por salvar nuestro hogar.
Asintió antes de empezar a golpear como si no hubiera mañana. Sus ataques estaban siendo efectivos, pues Ánima parecía manifestar dolor. La ventaja numérica era suya, por muy poderosa que fuera esa bestia. La victoria estaba cada vez más cerca, podía sentirlo…
Llegado cierto momento, no pudo seguir golpeando y naturalmente se extrañó. Su cuerpo no le respondía. Miró hacia abajo y, para colmo, comprobó que un charco de oscuridad había aparecido bajo sus pies. Inevitablemente, aquella oscuridad les tragó, sin que pudieran evitarlo (solo el mono de Maya se salvó).
—Es hora de que conozcáis el auténtico dolor. Desapareced en la oscuridad.
Ánima les trasladó a otra dimensión. Light, quien no podía moverse, se limitó a observar con sorpresa la parte inferior de la criatura que hasta ese momento había permanecido oculta.
La dimensión se oscureció aún más y entonces pudieron comprobar el verdadero rostro de Ánima: una calavera con cabellos blancos y cuernos. Era espantoso, Light nunca había experimentado tanta repulsión en su vida, aquel enemigo no podía compararse con los Sincorazón de siempre.
La otra mitad de Ánima se liberó de las cadenas que la apresaban. Se avecinaba un ataque terrorífico y no podían evitarlo, pues eran incapaces de moverse.
Light odiaba dos cosas: la oscuridad y no poder hacer nada. Experimentaba mucha ansiedad en aquellos momentos, sin duda. El aprendiz de antaño se hubiera quedado con la mente en blanco y el miedo le hubiera paralizado.
Pero ya no. Ya había pasado por batallas complicadas, aquel no era el primer desafío que se le presentaba. Gracias al aprendizaje que llevaba a sus espaldas y a muchas aventuras se había hecho mucho más fuerte, había adquirido valor. Seguía detestando la oscuridad, pero ya no le inspiraba tanto miedo.
Y en el fondo, Ánima no era peor que el maléfico de Erased Data.
«Atácame con todo lo que tengas», apretó los puños, preparado para recibir los golpes.
La terrible andanada de puñetazos empezó y Ánima no les dio ni un solo segundo para descansar. Además, para rematar, provocó una enorme y letal explosión. Light sufrió una barbaridad durante el Caos Liberado, seguramente al igual que sus compañeros. Dolió mucho —¿quizás incluso más que agarrar el fragmento de llave del Castillo del Olvido?— y resultó de lo más abrumador. Pero al final lograron resistirlo (casi todos), quizás gracias al Aero+ del cervatillo.
Eso sí, Ánima les había dejado para el arrastre. Los aprendices y sus aliados cayeron al suelo, muy debilitados. Light, quien se negaba a dejarse ganar, puso todos sus esfuerzos en levantarse una vez más. Mientras estuviera vivo seguiría luchando.
—Peter… —El chico de ropas verdes había caído por el tremendo ataque y naturalmente se preocupó. Ojalá estuviera vivo.
«Salvaremos tu hogar, y si ya es tarde al menos se lo haremos pagar, tenlo por seguro. Me niego a perder… contra él», dirigió una mirada furiosa hacia Seymour, quien disfrutaba de su sufrimiento.
—¿Esto es todo lo que tu mami puede hacer? —Sonrió, burlón. Si Seymour quería verle derrotado, lo llevaba claro, no iba a darle ese privilegio. ¡Todavía podía luchar!
—¿No perdéis la esperanza todavía? —Lanzó un hechizo curativo a Ánima—. Vuestra voluntad es admirable, pero debéis entender que este es el final. Lo único que os espera más allá es el dolor, perderéis a vuestros seres queridos, sufriréis, ¿por qué no terminar con todo ahora y descansar eternamente? —Entonces, utilizó un Electro contra Light. Éste profirió un grito de dolor y maldijo al Villano Final por enésima vez—. Tú también retrasaste la Salvación durante nuestro combate en el campamento, pero entiende que es inútil intentar detenerme. Salvaré este mundo.
»Ánima, termina con esto.
Su madre obedeció órdenes y aplicó sobre ellos el mismo conjuro que antes había empleado con Hana. Light, pálido, ahora sí se imaginó de qué se trataba, pues ya había experimentado aquel frío peculiar que le ponía todos los vellos de punta. Sabía que le quedaba poco tiempo de vida.
«Debemos acabar con esto ya».
—¡Basta ya... monstruo!
«¡Rebecca!».
Su Maestra apareció y sorprendió a Seymour. Su primer ataque fue bloqueado, pues el villano reaccionó a tiempo; pero después vino el Aqua+, que al menos le hizo retroceder. Rebecca era una Portadora experimentada, así que confiaba en que le entretuviera mientras ellos lidiaban con Ánima.
—Chicos, yo le pararé... de momento. Confío en vosotros.
—Venga, aprovechemos que está ocupado. Ahora sí que ha llegado el momento de poner fin a esto —dijo a sus compañeros.
Le pidió a Gaomon que le transfiriera su magia y éste obedeció. Tras esto, la mascota se quedó sin energía, por lo que se retiró para descansar.
—¡Di lo que quieras, Seymour, no me importa! La vida está llena de sufrimiento, sí, pero no todo es malo como lo pintas. ¿No lo entiendes? ¡También hay cosas buenas por las que merece la pena vivir!
Inició el vuelo, una vez más, con la intención de acercarse a la cabeza de Ánima.
—¡Sí, sufriremos como dices, compañeros nuestros caerán y perderemos batallas, pero superaremos los baches y nos haremos más fuertes! —le gritó—. En efecto, perderemos batallas. Pero no ésta. ¡¡Porque esta batalla la vas a perder tú!!
Sin dejar de moverse, asestó un veloz tajo antes de alcanzar la cabeza, creando una Brecha lunar que se dirigiría hacia la gigantesca criatura.
—¡SE ACABÓ! —rugió con rabia antes de usar cierta habilidad. El aura que rodeaba a Light se esfumó para concentrarse en su Llave Espada. En cuanto estuviera cerca de la cabeza de la criatura, emplearía otra técnica de su Estilo: Giro letal, para causarle graves daños en dicha zona. Ojalá ese ataque le pusiera fin de una vez por todas.
Luego, en el caso de que vencieran a Ánima y la barrera desapareciera por un casual, se lanzaría contra Seymour Guado para golpearle con la Llave Espada, sin piedad. Definitivamente ya no tendría las de ganar estando Rebecca allí, por lo que se imaginaba que huiría con el rabo entre las piernas. Y no lo permitiría: iba a derrotarlo.
Si sus compañeros remataban a Ánima antes de que pudiera ejecutar el Giro letal, entonces intentaría utilizar esta habilidad contra Seymour.
Spoiler: Mostrar