[Agrabah] La Amenaza Djinn

Aka Salmón II Participantes: Celeste, Saeko, Fátima y Malik Extras: Saito y Light

Aquí es donde verdaderamente vas a trazar el rumbo de tus acciones, donde vas a determinar tu destino, donde va a escribirse tu historia

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Light » Mar Jun 07, 2016 12:03 am

Mientras conversaba con la hija de Rayim procuró no mirar los cadáveres que había en el campamento. Se le hizo un nudo en el estómago y, como no, volvió a recordar su Villa Crepúsculo destruida.

Light asintió tras escuchar la respuesta de Badra y entendió la decisión que había tomado. Si algo le diferenciaba de ella era que él había crecido en un lugar pacífico que no se podía comparar con Agrabah u otros mundos.

Reconstruir esto será una tarea difícil, pero no desistas —le dio unas palmaditas en el hombro, intentando inyectar ánimos.

Los tres se internaron en la tienda del chamán, lugar que podía contener bastantes pistas. No tardó en atisbar varios cofres; por supuesto, se acercó a estos para explorar su contenido. Badra fue a por el pequeño, por lo que específicamente él se encargó se abrir los otros dos cofres. Puede que encontrara algún objeto interesante y todo.

Después, caminó hacia el altar y procedió a leer la nota que había encontrado la hija de Rayim.

Descubrió muchísimas cosas sobre el mundo: como los acontecimientos del Djinn de fuego, que a su vez fue la causa de la destrucción de la antigua Agrabah. De alguna manera le recordaba al dragón que llegó a provocar el caos en el Bosque de los Enanitos. ¿De dónde demonios procedían aquellas criaturas de enorme poder? Los Sincorazón y los Incorpóreos no iban a ser sus únicas preocupaciones.

Así que Kamra era una Portadora… Una Maestra, ¿quizás? —dedujo al leer que había atravesado un Portal de Luz.

Y pensar que llegó a existir otra Agrabah… al leer el fragmento de los edificios flotantes le entró la curiosidad y se preguntó cómo sería aquella ciudad mágica. Sintió algo de lástima: hubiera resultado fascinante verla.

Fátima y los demás se habían dirigido hacia las montañas, a la tumba de Kamra. Tras leer la nota, estaba seguro de que encontrarían algo.

¿Y qué es esto? —Observó la pequeña esfera con surcos tras guardar la nota (a menos que alguien se le adelantara). Si no se la quedaba Celeste la cogería él. Así a simple vista no parecía tener demasiada utilidad…

Tanta muerte por esto... Sus crimenes serán castigados.

Sí, pero ante todo nuestra prioridad es evitar que ese Djinn vuelva a las andadas. —La misión de salvar el mundo estaba por encima de cualquier venganza—. Si se hacen con esa criatura… no quiero ni pensarlo. —Se mordió el labio—. Les detendremos —añadió.

Abandonó la tienda del chamán, pensativo, dándole vueltas a toda la información que habían reunido. En cuanto se reuniera con Lyn y los demás la compartiría con ellos.

Una vez en el exterior, dirigió la vista hacia el gran Sincorazón que había aparecido, al fin.

¡Vamos! —bramó, decidido.

Echó a correr sin más dilación para unirse cuanto antes a Lyn y los demás, con Llave Espada en ristre.

Desgraciadamente no disponía de ninguna habilidad afín a Hielo, por lo que en su lugar lucharía físicamente. Dispararía su furiosa Brecha lunar —no se aproximaría demasiado porque el Sincorazón era tan grande que dudaba mucho fallar, aparte de que no quería que le trocearan esas pinzas— y observaría su reacción, esperando que le afectara algo. Procuraría mantener la distancia en todo momento y esquivar sus ataques.

Sin embargo, si durante el combate alguno de sus compañeros estaba en peligro, correría hacia la criatura y cargaría de inmediato con una Embestida. Quizás con su fuerza lograra hacerle retroceder o, al menos, llamar su atención y por ende salvar a un aliado. Pondría todas sus fuerzas en el ataque.

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▪ Brecha Lunar (HC) [Nivel 16] [Requiere Afinidad a Luna; Fuerza: 28, Combate con armas blancas: 22; Habilidad ▪ Onda Lunar] [Personalizada] El movimiento personal de Light mejorado. El personaje realiza un potente tajo que toma la forma de una grande y fiera media luna cortante que avanza en línea recta. Habilidad de gran poder cortante que atraviesa los objetos con menor resistencia que se interpongan.

▪ Embestida (HC) [Nivel 18] [Requiere Fuerza: 18; Velocidad: 13; Resistencia: 15]. Arremete rápidamente contra el rival, golpeando de frente fuertemente. Puede causar aturdimiento.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Denna » Sab Jun 11, 2016 1:12 pm

No tardamos mucho más en llegar a la tienda roja. De todos modos, la conversación se estancó un poco tras la respuesta de Badra.

Soy una hija del desierto, y siempre lo seré —había dicho.

Mentiría si dijera que no me sentía culpable. Su lealtad a los nómadas era admirable, sobre todo al tener en cuenta la tentación que suponía convertirse en Portador. Incluso yo había sido egoísta y me había acabado decantando por la Orden. Fue una sensación agridulce, y no quise añadir nada más.

El interior de la tienda estaba vacío. Qué había sido del chamán era un misterio, pero la casita no estaba destruida. Ni siquiera se atisbaban señales de batalla. Tampoco parecía haber nada destacable, lo único que llamaba la atención era un pequeño altar y unos cofres a los que el Maestro se dispuso a investigar. Le dirigí una mirada de censura pero, si Badra no decía nada, yo no iba a meterme.

La mujer extrajo un pergamino de un tercer cofre y lo desplegó encima de la mesa improvisada, invitándonos a leer lo que ponía. Por suerte, y al contrario que el otro que tenía Saeko, ése sí podía entenderlo.

«¡Es una crónica!». Alcé las cejas, sorprendida, y me incliné sobre el altar.

La noche más larga de la historia... Se me encogía el corazón a medida que leía. Así que ésa era la historia de la antigua Agrabah... La de su final, vaya. Quién iba a imaginar que todo esto antes eran prados y lagos y edificios flotantes.

Así que Kamra era una Portadora… Una Maestra, ¿quizás?

Tendría lógica. Quizás... quizás deberíais advertir al otro grupo sobre ese djinn —le sugerí a Light—. No sé hasta qué punto conocerá la Maestra Nanashi esa historia, y supongo que no estaría de más compartirla con los demás.

Tras pedir permiso, cogería la esfera que había también por ahí.

No será esto el artefacto que debilita al djinn, ¿o sí? ¿No hay nada que diga cómo funciona?

Probaría a toquetear los surcos, a ver si por un casual la esfera reaccionaba o algo. Funcionara o no, me la llevaría de todas formas por si acaso. Abandonada en la tienda seguro que no serviría de nada.

Tanta muerte por esto... Sus crímenes serán castigados.

Y tanto que lo serán —aseguré.

Sí, pero ante todo nuestra prioridad es evitar que ese Djinn vuelva a las andadas. Si se hacen con esa criatura… no quiero ni pensarlo. Les detendremos.

«Si se hacen con esa criatura, con suerte, les calcinará vivos y tendremos un problema menos», pensé, con cierto aire macabro. Aunque yo también estaba a favor de que el djinn se quedara bajo tierra otros mil años.

Fuera, el Sincorazón ya había hecho acto de aparición. Dios, era incluso más feo de lo que había temido. Y de cerca no es que mejorara.

Preferí esperar a ver qué hacía exactamente antes de precipitarme, de modo que me quedé entre Lyn y Light y disparé una Estela de chispas en dirección a su cabeza. Si una de las pinzas se me ponía a tiro, además, probaría a alcanzarla con un Aturdidor y centrar mis ataques con la Llave Espada en ésta.

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Estela de chispas (HC) [Nivel 7] [Requiere afinidad a Rayo; Combate con armas blancas: 10]. Blandiendo un arma blanca, desata el poder del Rayo en un corte en zigzag con pocas probabilidades de causar parálisis a los enemigos.

Aturdidor (HC) [Nivel 8] (Fuerza: 12) Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Tanis » Sab Jun 11, 2016 10:15 pm

No me gustaría morir enterrada, si te digo la verdad. Pero es verdad que aquí tenemos más espacio para luchar.

Malik asintió de acuerdo con Saeko, él tampoco tenía muchas ganas de que los túneles les cayeran encima. Bastante tenía con su miedo a morir ahogado en el mar, no necesitaba pensar en morir ahogado en tierra.

Podríamos lanzar barriles ardiendo, el humo podría asustarlo y provocar que saliese —comentó Lyn al visualizar a lo lejos dichos objetos. Malik arrugó un poco la frente, pensativo. No sabía si un sincorazón tan grande se asustaría por un poco de fuego—. Echadme una mano para llevar todos esos barriles a la entrada de la cueva.

Aun así ayudó a Lyn con la idea. Tuvo que contentarse con llevar un barril por viaje porque aunque era fuerte, no era capaz de llevar a cuestas dos barriles llenos hasta arriba de grasa para lámparas. No le asombró que Lyn si fuera capaz, él conocía la reputada y sobrada capacidad de Lyn para darte una patada y mandarte al otro lado del Intersticio. Una vez hubieron colocado todos los barriles, Malik ayudó a abrirlos y a colocar las mechas antes de que la maestra los encendiera con un piro.

«Bueno, que sea lo que Dios quiera».

Se apartó un poco de la entrada a los túneles al mismo tiempo que los barriles bajaban rodando cuesta abajo y se internaban en los túneles. La espera fue tensa, sobre todo cuando empezó a salir humo del agujero de la cueva sin que el sincorazón diese señales. Sólo que justo a los pocos segundos de pensar en ello, se oyó un rugido atronador y la tierra tembló. Malik se echó unos cuantos pasos hacia atrás e invocó la Llave-Espada, listo para enfrentarse al monstruo en cuanto asomara la cabeza.

¡Ahí está! —exclamó nada más el sincorazón surgió de la arena.

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Era enorme y poseía dos peligrosas pinzas que se abrían y cerraban como cepos. El sincorazón los miró furibundo y Malik tensó su posición de ataque.

¡Hemos luchado contra El Alfa y vencimos! —exclamó Lyn invocando su propia arma, la Artesana—. Este será pan comido.

Enfrentarse a él de forma directa sería muy arriesgado para sí mismo o para Saeko, porque no dudaba de que Lyn sí que lo haría. La potencia y la fuerza de la maestra, tal y como imaginaba, hizo que el enemigo volara hacia atrás varios metros. Malik sacudió la cabeza intentando no sonreírse. Algún día él sería tan fuerte como Lyn.

¡Como no me echéis una mano os mandaré a Selva Profunda durante un mes a entrenar supervivencia!

Sabía que la amenaza no era vacua y Malik lanzó una risotada, casi calco de la sonrisa anterior de Lyn y se lanzó a la carrera contra el sincorazón. El monstruo se dirigía a ellos a toda velocidad, abriendo y cerrando sus pinzas. Malik se desvió del frente y corrió hacia el lateral izquierdo con su arma en la mano.

¡Vamos, Saeko! —azuzó con entusiasmo mientras se deslizaba por la arena con un Impulso para acelerar y acercarse más.

En cuanto tuviera a tiro el costado del sincorazón invocaría el escudo y lo lanzaría con un Tiro Mortífero. Tras él una Hidrobala, a tiempo esperaba para recoger el escudo y usarlo de forma defensiva si le hacía falta. También, si le hacía falta más defensa, invocaría una Coraza, no fuera a ser que sus ataques picaran demasiado al sincorazón y decidiera atacarle con una pinza, o con su parte trasera. Si necesitaba tomarse un éter para recuperar energía, no dudaría tampoco en beberse uno, sin detener apenas sus movimientos.

Por nada del mundo iba a quedarse parado.

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▪ Coraza (HM) [Nivel 10] [Requiere Poder Mágico: 12]. Crea una coraza frente al personaje temporal que detiene todo ataque físico de menor potencia que ella. Se desvanece enseguida.

▪ Hidrobala (HM) [Nivel 13] [Requiere Afinidad a Agua; Poder Mágico: 14] El usuario convoca un cúmulo de agua en la punta de la Llave-Espada para después dispararla a alta presión contra un objetivo y causarle daño.

▪ Tiro mortífero (HC) [Nivel 15] [Requiere Puntería: 13]. Lanza el arma hacia los enemigos, siendo capaz de causar aturdimiento.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor H.S Sora » Sab Jun 11, 2016 11:48 pm

Temí lo peor y no me faltaban motivos. Aladdín no entendía que la sangre que se debía verter en el cuenco fuese la de su amada, todo lo contrario: se había puesto como un león a pesar de que Fátima le asegurase que sanaría la herida de Yasmín en cuanto todo acabase.

La decepción en su voz al insinuar que pretendía hacerle lo mismo que Yafar me ofendió más que el hecho de que se estuviese preparando para atarcarnos de un momento a otro. Pero ojalá la cosa hubiese quedado ahí.

La mirada de la Dama de Hierro fue suficiente como para entender que no iba a tolerar comportamientos como los del joven. Pero por si acaso se lo dejó muy claro:

Tienen razón. No tenemos muchas más alternativas... Y aún tenemos menos tiempo. Si no eres capaz de permanecer calmado tendremos que prescindir de ti.

Quizás demasiado.

¡No! —La furia Aladdín era casi palpable mientras desenvainaba el sable. Nanashi contrastaba aquella actitud con su habitual calma, a la par que le apuntaba con su Llave Espada.

Lo va a destrozar.

¡Aladdín, silencio!

Puede que no lo supiese, pero la intervención de su amada seguramente acababa de salvarle la vida. Respiré hondo mientra observaba la escena: rezaba para que el joven se calmase tras ver que la princesa estaba de acuerdo, o de lo contrario nadie podría garantizar su seguridad.

Confío en ellos. Sé que Yafar intentó hacer lo mismo conmigo para abrir aquella puerta, pero ellos no lo quieren hacer para utilizarme como una herramienta. Lo hacen porque es lo que deben hacer... Y yo siento que ésto es lo correcto.

Asentí a sus palabras, pero no pude evitar sorprenderme al ver que la chica me ofrecía la daga. Se había arremangado parte de la túnica, intenté no titubear al coger el arma. Sabía lo que quería decir antes de que hablase y tampoco me podía negar.

Quiero que lo hagas tú.

La cara de Aladdín hacia mi persona era de tanta amabilidad como el filo de su sable recién guardado. Ahora iba a hacer enemigos más allá de Tierra de Partida, justo lo que me hacía falta. Suspiré resignado.

Perdone por esto, Princesa.

Le indiqué que colocase el brazo sobre el surco que debíamos llenar con su sangre. Realicé un corte limpio en su piel. El goteo de la sangre empezando a caer era lo único que se escuchaba… hasta que el cuenco estuvo lleno y el chasquido sirvió para indicarnos que la prueba había terminado.

La Maestra Nanashi volvió a intentar usar su Llave Espada para abrir la cerradura, sin embargo esta vez nada se opuso. La luz entró sin problemas y las puertas laterales empezaron a abrirse. Además aprovechó el momento para curar a Yasmín, cuya herida se cerró en el acto.

Jamás hubiese pensado que una tumba por dentro sería así, con estanterías llenas de objetos en ella. Lo que más destacaba era una Llave Espada, hermosa, clavada en el centro. Su aspecto era digno de admirar, y me suscitaba una extraña sensación… ¿sería el arma usada por la Antigua Sultana?

Una humana mitad Djinn que además había sido capaz de utilizar la Llave Espada… me habría gustado conocerte.

¿No era ésto una tumba?

Sed bienvenidos.

Me giré en busca de la voz, pero no había nadie más aparte de nosotros. La Llave Espada flotó en el aire, la voz tenía que surgir de ella sin lugar a dudas... una figura empezó a vislumbrarse a través de ella, poco a poco, hasta formar una figura femenina. Su aspecto y vestuario eran cuanto menos curiosos, me quedé con la mirada fija en ella tratando de escrutar una emoción más allá de la sonrisa que nos dedicaba.

Mi nombre es Kamra. Una portadora, al igual que vosotros. Esto que véis no es mi "yo" real, sin embargo he visto el futuro desde mi presente, sabía cuando apareceríais y por eso os he decidido dejar este mensaje y toda la ayuda que está en mi mano mandaros.

>>El futuro de este mundo depende enteramente de vosotros. Esos que llamáis Villanos Finales desean romper el sello que mantiene a Ifrit prisionero. Si lo consiguen, es posible que el monstruo acabe con lo que empezó hace ochocientos años. Podéis hacerme preguntas, intentaré contestar todas ellas, también os diré lo que pone en el pergamino que lleváis con vosotros.

Incrédulo era una palabra que se me quedaba corta en esos momentos. Si lo había entendido bien el espejismo de Kamra que teníamos delante había previsto todo lo que sucedería, incluida nuestra llegada y la intromisión de los Villanos Finales en su mundo. ¿Hasta qué punto llegaban sus poderes?

¿Qué eres exactamente? —Yasmín intervino entonces—. No pareces humana, no del todo al menos.

Soy una Semi-Djinn. Mi padre, el Rey Salomón era un humano capaz de comunicarse con los espíritus, mientras que mi madre era una mujer Djinn. Las reglas de los Djinn les impide enamorarse de humanos, pero mi madre se enamoró de Salomón, huyó con él, y me tuvieron a mí. A causa de eso, mi madre fue castigada recibiendo la mortalidad y acabó contrayendo una enfermedad que acabó con su vida. Yo en cambio, nací como una persona con una capacidad mágica muy superior al del resto de mortales, además de que mi esperanza de vida es mucho más larga que la del resto de humanos. Ahora mismo tengo doscientos quince años.

Estás muerta, sin embargo eres capaz de hablar con nosotros, y has dicho que viste el futuro, a nosotros. ¿Cómo es eso posible?

La Magia Arcana es caprichosa y le gusta hacer locuras. Tal vez lo descubráis algún día, o tal vez no.

Aquello no era una verdadera respuesta, pero era mejor que nada. La Antigua Sultana caminó entre nosotros, parecía esperar que dijésemos algo. Miré en dirección a la lámpara que todavía llevaba colgada: su historia me había dado una idea para que si llegaba el momento de usar a Yafar tuviese un modo de detener sus planes.

¿No os gustaría preguntarme algunas cosas? Estoy segura de que podéis hacerme preguntas muy interesantes.

Asentí. Necesitábamos ayuda porque si el objetivo de los Villanos Finales era liberar a Ifrit, o así había llamado Kamra al demonio, teníamos que evitarlo a toda costa. Carraspeé y esperaría a que Fátima le preguntase lo que necesitaba, así tendría tiempo para acabar de perfilar mis preguntas.

Debía ser lo más preciso posible, no quería acabar con una respuesta inconclusa como la que había dado antes a la Maestra Nanashi.

¿Cómo podemos reforzar el sello? —preguntaría— . O evitar que lo rompan, en su defecto. Tiene que haber algún modo de que no puedan llegar hasta él... ¿no?

Sólo de imaginarme la posibilidad de que ese demonio acabase libre y bajo el dominio, o el descontrol, de los Villanos Finales… no quería ni pensarlo. Intenté recomponerme al momento. Tenía otra pregunta que debía hacerle antes de que marchase de mi cabeza, antes de que fuese demasiado tarde.

Señora Kamra… —añadiría, sin saber muy bien cómo dirigirme a ella—. ¿Sabe cómo volver humano a un Djinn? O como quitarle el poder mágico también me sirve…

Si Yafar pensaba que le iba a dejar libre sin reducir su condición de genio lo llevaba claro. Esperaba que Kama tuviese verdaderas respuestas, tanto para mis preguntas cómo para las de Fátima.

El tiempo no jugaba a nuestro favor, y lo más probable era que los Villanos Finales ya estuviesen preparando su siguiente movimiento.
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Tsuna » Dom Jun 12, 2016 1:49 am

Su razonamiento fue bien recibido por sus compañeros. La maestra se paró a mirar sus alrededores, buscando algo que Saeko no conseguía entrever.

Podríamos lanzar barriles ardiendo, el humo podría asustarlo y provocar que saliese —Saeko frunció el ceño ante su idea, en realidad no esperaba que fuese a funcionar algo como eso. Luego cayó en la cuenta que sería como dispararle un Piro, igual funcionaba—. Echadme una mano para llevar todos esos barriles a la entrada de la cueva.

Asintió con la cabeza y siguió a Malik y la maestra hasta alcanzar los mencionados barriles. Le sorprendía que, con lo destrozado que estaba el poblado, aquello todavía siguiese intacto. Todavía tenía las casetas de campaña manchadas de sangre grabadas en la cabeza. Se agachó, extendió sus dos brazos y sujetó el barril como pudo. Pese a no ser muy grande estaba lleno hasta los topes, y ella no es que tuviese una fuerza excepcional. Levantó el primero jadeando y caminó como pudo hasta la entrada del túnel, donde los estaban colocando.

«Esto no puede ser verdad... ¿Desde cuándo estoy tan floja?»

Se ruborizó al pensar qué diría Nikolai de verla en esa situación, cargando a duras penas un triste barril de aceite. Luego miró los que quedaban y se le vino el alma a los pies. Por suerte sus compañeros parecían tener una fuerza física decente.

Una vez los reunieron todos Lyn se encargó de empapar tela que encontró, luego lanzó un Piro y de una patada, todos rodaron túnel abajo. Saeko no perdió detalle de la escena con ceño fruncido. Si era cierto que el sincorazón andaba ahí dentro...

De pronto la tierra empezó a temblar y Saeko ahogó un grito de sorpresa. Vio de reojo el destello de la Llave de Malik y ella invocó la suya al instante. La arena del suelo no tardó en elevarse, dejando ver dos enormes pinzas que salían a la superficie. Ella contempló todo el espectáculo asombrada.

¡Ahí está! —exclamó Malik, preparándose para la batalla.

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La criatura era enorme, pero por fin la tenía delante. Era la culpable de la tormenta de arena, si acababan con ella liberarían la ciudad, ayudarían a los ciudadanos de Agrabah a tomarse la crisis de una forma más optimista. Al igual que ella, que Saeko, no se sentirían encerrados y sin salida. Tenían que ganar.

¡Hemos luchado contra El Alfa y vencimos! Este será pan comido.

Sí, ella quería creer eso mismo. La maestra se lanzó de forma temeraria a por la bestia, propinando una patada devastadora que logró hacer retroceder al monstruo. Saeko parpadeó unos segundos, sin creer lo que había visto. Fuera como fuese, no podía quedarse parada. Tenía que luchar también.

¡Como no me echéis una mano os mandaré a Selva Profunda durante un mes a entrenar supervivencia!

Saeko nunca se había tomado esas amenazas en serio, le parecían muy exageradas y fuera de lugar, no creía que Lyn fuese a cumplir su palabra. Aunque de algún modo conseguían darle ánimos para dar lo mejor de sí. Ver a Malik riendo también la descolocó, pero bueno, quizá solo se trataba de que ella era muy seria para entender su sentido del humor.

¡Vamos, Saeko! —le apremió Malik, que se desvió hacia un lateral con una habilidad de movimiento.

¡Le dispararé con mi magia! —exclamó ella, apuntando a la boca del sincorazón.

No contaba con demasiado tiempo. Saeko se concentró y analizó la velocidad a la que movía las pinzas, intentando hacerse un esquema mental del radio que abarcaban. Claro que eso la obligó a quedarse quieta frente a la bestia mientras esta avanzaba hacia ella. Perdió unos valiosos segundos que pudo usar para escapar. Pero se mantuvo firme, y justo cuando las pizas se abriesen, dispararía un Hielo+ a su interior.

Lo más probable es que tuviese al monstruo ya encima, en cuyo caso se preparó para utilizar un Doble salto y sobrepasar las pinzas, en un intento de quedar a salvo. Durante el salto disparó además un Hielo común al cuerpo de la bestia. Era tan grande que dudaba que fuera a fallar.

Cuando aterrizó, si lograba hacerlo y no había acabado tragada por el monstruo, se intentó alejar todo lo posible de él. Observaría sus movimientos desde la distancia, pero tenía el presentimiento de que una oportunidad como aquella, de dispararle en la boca directamente, no volvería con facilidad.

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Saeko se queda quieta unos segundos para calcular la velocidad de las pinzas y disparar un Hielo+ cuando se empiecen a abrir, todo con la intención de que se trague el hechizo. Inmediatamente después usa un Doble salto para escapar y dispara un Hielo (usando un corazón de caramelo que tengo en la ficha) sobre su cuerpo.

Hielo+ (HM) [Nivel 15] [Requiere Hielo; Poder Mágico: 16]. Proyectil de hielo más grande y lineal, con ciertas posibilidades de congelar y más potente.


Doble Salto (HC) [Nivel 3] [Requiere Elasticidad: 4]. El usuario es capaz de saltar mucho más alto que los demás, alcanzando lugares más inaccesibles.


Y utilizando: Corazón de caramelo pequeño (hechizo Hielo) x1
Hielo (HM) [Nivel 2] [Requiere Poder Mágico: 3] Ataque básico de elemento Hielo. Proyectil gélido lineal, con muy pocas posibilidades de congelar al enemigo.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Suzume Mizuno » Dom Jun 12, 2016 6:22 am

Con un chasquido, la entrada se abrió después de que Yasmín vertiera su sangre y que Nanashi apuntara con su arma hacia la cerradura. Fátima sintió un pinchazo de alivio al comprobar que no habían forzado a la princesa a hacerse daño para nada.

Prometiste curarla —siseó el muchacho, lanzándole una mirada asesina.

Ella asintió y dio un paso al frente, preparándose para darle una Ultrapoción a la joven. Sin embargo, Nanashi se le adelantó sin decir nada con un hechizo curativo. Fatima se quedó mirando a su antigua Maestra con ligera sorpresa. ¿Por qué? ¿Es que no quería que gastara pociones o…?

Mientras la puerta de piedra se desplazaba hacia los laterales con lentitud, abriendo una oscura boca por la que descendían unas escaleras, Fátima inclinó la cabeza en dirección a Yasmín.

Muchas gracias por lo que habéis hecho. Habéis sido muy valiente.

Aunque había sido Saito quien había tenido que hacerlo. Se preguntó por qué él, si tendrían mucha confianza entre sí o sería alguna clase de castigo. Si veía que Yasmín necesitaba ayuda, con todo, no dudaría en darle una Ultrapoción para que recuperara fuerzas.

Bajaron por la escalera, que los llevó hasta una sala cuadrada con estanterías con numerosos objetos. No había ataúd ni ninguna clase de recipiente donde pudiera descansar un cuerpo…

Sólo una Llave Espada.

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Fátima contuvo una exclamación de la impresión. Por supuesto. Si había sido una Caballero, tenía sentido que no hubiera dejado ningún cuerpo al morir… Se acercó a la Espada con reverencia. Era muy hermosa.


¿No era ésto una tumba? —dudó Aladdín.

Lo es—murmuró ella.

Sed bienvenidos.

Fátima dio un respingo cuando el arma se elevó en el aire y, de pronto, fue sustituida por un cuerpo elegante como un junco, alto y cubierto por un vestido blanco con mangas anchas y diseños de fuego que enamoraron de inmediato a la chica. El rostro de la mujer era pequeño y hermoso, con ojos grandes, dorados, y unas orejas picudas muy pronunciadas. Una catarata de cabello negro le caía por la espalda, pero no parecía grueso ni pesado, sino liviano como la seda.

Fátima se cubrió la boca, que se le había abierto de la impresión.

«Es… es… preciosa…»

No solo lo era, sino que la forma de sonreír y de posar denotaban confianza y dignidad.

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Mi nombre es Kamra. Una portadora, al igual que vosotros. Esto que véis no es mi "yo" real, sin embargo he visto el futuro desde mi presente, sabía cuando apareceríais y por eso os he decidido dejar este mensaje y toda la ayuda que está en mi mano mandaros.

Fátima sacudió la cabeza y trató de concentrarse en lo que estaba diciendo, pero estaba tan obnubilada que le resultaba difícil.

El futuro de este mundo depende enteramente de vosotros. Esos que llamáis Villanos Finales desean romper el sello que mantiene a Ifrit prisionero. Si lo consiguen, es posible que el monstruo acabe con lo que empezó hace ochocientos años. Podéis hacerme preguntas, intentaré contestar todas ellas, también os diré lo que pone en el pergamino que lleváis con vosotros.

Al escucharla mencionar a los Villanos Finales consiguió, por fin, concentrarse un poco y ponerse más seria, aunque por dentro seguía admirada. Había escuchado de algunas videntes pero… ¿Hacía cuánto que había vivido la Sultana? ¡Sultana que, además, era Portadora! Parecía demasiado bueno para ser verdad. De pronto comprendió cómo era que la tumba había estado preparada para evitar que incluso los Caballeros pudieran penetrarla sin permiso.

¿Qué eres exactamente? No pareces humana, no del todo al menos—inquirió Yasmín.

Soy una Semi-Djinn. Mi padre, el Rey Salomón era un humano capaz de comunicarse con los espíritus, mientras que mi madre era una mujer Djinn. Las reglas de los Djinn les impide enamorarse de humanos, pero mi madre se enamoró de Salomón, huyó con él, y me tuvieron a mí. A causa de eso, mi madre fue castigada recibiendo la mortalidad y acabó contrayendo una enfermedad que acabó con su vida. Yo en cambio, nací como una persona con una capacidad mágica muy superior al del resto de mortales, además de que mi esperanza de vida es mucho más larga que la del resto de humanos. Ahora mismo tengo doscientos quince años.

Fátima abría mucho los ojos, sorprendida por la franqueza de la dama. Y ¿doscientos quince años? Parecía tan difícil de creer… Claro que Fátima había conocido a criaturas que, sin duda, serían mayores pero nunca les había preguntado su edad concreta…

Estás muerta, sin embargo eres capaz de hablar con nosotros, y has dicho que viste el futuro, a nosotros. ¿Cómo es eso posible? —preguntó esta vez Nanashi.

La Sultana Kamra sonrió, misteriosa.

La Magia Arcana es caprichosa y le gusta hacer locuras. Tal vez lo descubráis algún día, o tal vez no.

En otra persona, esa respuesta le habría resultado irritante. Pero, tal vez por la forma de decirlo, Fátima sintió una punzada de envidia y de admiración a partes iguales. Entonces Kamra, como si no fuera una simple ilusión, se acercó a ella y a Saito. Dios, si ya imponía así, ¿cómo habría sido verla en vida?

¿No os gustaría preguntarme algunas cosas? Estoy segura de que podéis hacerme preguntas muy interesantes

Fátima se quedó sin saber qué decir y miró a Saito, pero este carraspeó y dio a entender que le permitía hablar primero. Teniendo en cuenta su anterior hostilidad, pensó que sería mejor no despertar ninguna clase de incomodidad entre ambos.

«Magia Arcana…»

Se humedeció los labios, respiró hondo, y extrajo el Pergamino.

Señora, habéis mencionado que conocéis la Magia Arcana. ¿Quizás podríais aclararnos el contenido de este Pergamino, si es posible? ¿O, al menos, una forma de descifrarlo?—Guardó un silencio, aguardando la respuesta de la Sultana mientras intentaba no mirarla con cara de estúpida. Que seguro que la tenía. Parpadearía varias veces cuando le diera la oportunidad de hablar de nuevo y añadiría, después de pensar un poco—: En el caso de que los Villanos Finales destruyeran el Sello que mantiene bajo control a Ifrit, ¿sabéis alguna forma de acabar con él? No podemos arriesgarnos a que se lo lleven o a que vuelva a destrozar su mundo, Señora. Cualquier información sería útil. De dónde viene, si es que lo sabéis, sus debilidades…

Sonreiría, nerviosa, a la Portadora —más bien a su recuerdo— y luego dejaría a Saito hacer sus propias preguntas.

¿Cómo podemos reforzar el sello? O evitar que lo rompan, en su defecto. Tiene que haber algún modo de que no puedan llegar hasta él... ¿no?

Fátima aguardó, cruzada de brazos. Desde luego, si no había forma de vencer a Ifrit, lo ideal sería mantenerlo sellado a cualquier precio.

Señora Kamra… —añadió después de escuchar la respuesta de Kamra—. ¿Sabe cómo volver humano a un Djinn? O como quitarle el poder mágico también me sirve…

Fátima entornó los ojos y esperó a que respondiera el recuerdo de la Portadora. Luego, retorciéndose un mechón de pelo, murmuró:

Señora, si no os importa… ¿Qué fue de vos? ¿Durante cuánto tiempo fuisteis Portadora? ¿Fue gracias a eso que sabíais usar Magia Arcana o lo aprendisteis aquí? Sé que ahora no tenemos tiempo pero, si conseguimos salvar este mundo, me encantaría aprender más sobre… vos… para poder, bueno, impedir que algo así vuelva a… pasar—De pronto se dio cuenta de lo infantil que estaba resultando y empezó a balbucear.

Pero le había causado tal impresión que… Dios, si volvían enteros a Tierra de Partida no descansaría hasta encontrar información sobre ella.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Sombra » Jue Jun 16, 2016 10:42 am

Light y Celeste


Dentro de los cofres, Light no encontró nada útil. Había algún que otro objeto de valor, pero eran objetos ceremoniales, algunas túnicas de color rojo hechas a mano y con algunos detalles cosidos con hilo dorado. La túnica dejaba al descubierto solo los ojos.

Por otra parte, Celeste no logró hacer nada con aquella esfera. Se podía sentir magia en ella, una de un poder incalculable... Pero por mucho que buscó un botón, la aprendiza no encontró nada.

***



Light, Saeko, Celeste y Malik


La potente Brecha Lunar de Light impactó a la par que lo hacía el Tiro Mortífero de Malik. La bestia, algo confusa se detuvo un momento a tiempo de recibir el duro golpe de una roca que surgió desde el suelo que Badra había creado, Malik no se detuvo ni un momento. Sabiendo que dejar de atacar era un error, el hombre disparó contra él una Hidrobala que golpeó una de sus pinzas, lo que hizo que la criatura se quejase del dolor por primera vez.

Mientras tanto, Saeko había analizado cuanto podía abrir las pinzas la criatura. No era un radio demasiado amplio (tal vez tres metros), pero aquel cierre sería capaz de partir en dos a cualquiera en un solo instante si no se tenía cuidado. La aprendiza disparó su Hielo + contra la cara del monstruo, el lugar que parecía más sensible de todos... Y aún encima atacándole con lo que más daño le hacía.

El sincorazón se abalanzó sobre Saeko abriendo y cerrando sus pinzas peligrosamente, pero el Doble Salto de Saeko fue suficiente para evadir el letal abrazo de las pinzas. Sin embargo, no tuvo tanta suerte al caer. La criatura estaba girando mientras hacía rodar una especie de engranajes que conformaban la mayor parte de su cuerpo. Saeko aterrizó justo al lado a tiempo de que uno de los dientes de aquel mortal engranaje la alcanzara. El golpe fue horrible, más agobiante que dañino. La arena se le metió por toda la ropa, ojos, boca y nariz y su cuerpo se enterró bajo el monstruo recibiendo una y otra vez golpes por parte de aquel engranaje mientras que la joven perdía poco a poco el aire sin poder respirar. Por suerte, aquella tortura que por poco la mata asfixiándola no duró demasiado, puesto que la atención de aquella Hormiga León se había centrado en otra persona: Celeste.

La joven había conseguido acercarse y utilizar un Aturdidor contra una de sus pinzas. El daño había sido poco significativo, pero aquello había conseguido inutilizar una de las pinzas impidiendo que usase aquello como arma... Pero no era la única que tenía. Su propio cuerpo, su enorme cuerpo era ya arma suficiente.

El sincorazón se lanzó de un salto contra la aprendiza, que no hubiese podido evitar ser aplastada de no ser por Light, que la había salvado a tiempo gracias a su Embestida, que si bien no la mandó a volar como Lyn había hecho, sí que había conseguido detener su avance por unos momentos.

Lyn dio un amplio salto hacia el cielo que hizo que la perdiesen de vista por unos instantes. Cuando volvieron a verla, cargaba con su puño cerrado hacia el frente cayendo con todas sus fuerzas sobre el sincorazón. Una pequeña grieta surgió en uno de los aros de aquel engranaje. Los ataques al costado del monstruo no parecían demasiado efectivos.

La Hormiga León retrocedió y se hundió en la arena perdiéndose bajo el suelo. Los aprendices y Maestros podían notar la vibración de la arena debajo de sus pies, pero no pudieron ver por donde saldría... Hasta que fue demasiado tarde.

La arena se levantó bajo los pies de Light y lanzó al aprendiz hacia el aire. El monstruo saltó chocando cual tren desbocado contra el Maestro, que acabó en el suelo rodando como un muñeco de trapo. Su brazo izquierdo quedó en una posición muy desagradable; se lo había roto.

Badra corrió a junto el Maestro para socorrerle con el rostro pálido.

¿Puedes levantarte? —se preocupó la mujer, que intentó ayudarle a reponerse.

Mientras tanto, la Hormiga León se había situado a unos cien metros de ellos, y había empezado a flotar en el aire al mover sus engranajes a una gran velocidad. La arena bajo su cuerpo se empezó a levantar formando una polvareda que haría bastante más difícil que pudiesen apuntar al monstruo con hechizos a distancia.

Varios cubos que parecían hechos de piedra cayeron por los alrededores habiendo al menos una docena que estaban repartidas cada varios metros. ¿Qué demonios eran?

Ese malnacido está escondiendo su cuerpo con esa polvareda —rugió Lyn—. Si no tenéis una puntería magistral, no ataquéis con magia... A no ser que lancéis el hechizo a bocajarro.

Spoiler: Mostrar
Malik:
VIT: 64/64
PH: 13/36

Light: [Brazo Izquierdo roto]
VIT: 50/70
PH: 32/66

Saeko:
VIT: 45/60
PH:22/40

Celeste:
VIT:26/26
PH: 11/26


Spoiler: Mostrar
El brazo izquierdo roto afecta al personaje a la hora de realizar ataques con un arma o habilidades que requieran de las dos manos. De usar ambos brazos, por cada ataque que realice el personaje éste recibirá daño, de usar solo una mano para dichas habilidades o ataques el pj hará menos daño, pero no recibirá daño por el brazo roto. El brazo puede ser curado tras acabarse el combate al beber una poción.


Saito y Fátima


La antigua Sultana observó a Fátima con detenimiento a tiempo que empezaba a mover sus labios para hablar:

Señora, habéis mencionado que conocéis la Magia Arcana. ¿Quizás podríais aclararnos el contenido de este Pergamino, si es posible? ¿O, al menos, una forma de descifrarlo?

La mujer se acercó al pergamino y extendió su mano como si estuviese intentando coger el objeto, sin embargo su cuerpo no era más que una simple imágen, por lo que atravesó cual fantasma el objeto. La mujer no pareció sorprenderse por aquello, por lo que retiró su mano antes de endulzarse la voz con una leve tos.

Este pergamino lo escondí junto a una tribu nómada en el cráter donde Ifrit cayó —pareció recordar con añoranza.

>>Abrid bien los oídos, pues será imposible para vosotros comprender el lenguaje arcano, al menos no sin haberlo estudiado... Pero eso no significa que no podáis usar éste hechizo si lo memorizáis. Pero incluso así, hay dos condiciones para usar el hechizo arcano. La primera es que el sello de Ifrit se haya roto por completo y la segunda es que aquel que use el hechizo lleve consigo el artefacto mágico.

La mujer tomó aire y clavó sus ojos en Nanashi, Saito y Fátima. Los portadores que había en la tumba.

La gran mayoría de hechizos de Magia Arcana son canciones en un idioma perdido, debéis hacer que la magia inunde vuestras cuerdas vocales para potenciar vuestra propia voz.

Tras aquellas palabras, Kamra cerró sus ojos y cruzó sus manos sobre su pecho como si rezara.



La semi-Djinn dejó fluir la canción entre sus finos labios, una misteriosa música que salía del cuerpo de la mujer acompañaba cada letra, cada palabra y cada frase de aquella extraña melodía. Aquella canción evocaba sensaciones extrañas en todos los presentes. La magia se retorcía y perturbaba como un velo en mitad de la tormenta y unas misteriosas luces aparecían como finos cristales alrededor de la mujer y flotaban hasta el techo, donde se desvanecían. Era como si toda la tumba se hubiese llenado de magia como nunca antes habían visto.

Aquello era el poder de la Magia Arcana, sin ninguna duda. Kamra repitió la melodía tantas veces como fue necesario para que los tres portadores memorizasen la letra, la entonación, el ritmo... Todo.

Cuando la canción finalizó. Todo estuvo en un silencio sepulcral por unos segundos. Nanashi, que había disfrutado de la canción como hipnotizada abrió los ojos aún embelesada. Yasmín y Aladín también lo hicieron algunos segundos después.

Ha sido... Espectacular —admitió Aladín, cuyo enfado anterior era como si hubiese sido sofocado por aquella melodía.

No tengo palabras para describir ésta sensación.

Y de hecho... Aquella canción no solo parecía servir para activar el artefacto. La simple utilización de aquel Hechizo era capaz de embobar e incluso de calmar en cierta medida los ánimos de los que la escuchaban. ¿O tal vez aquello era debido a la ya de por sí hermosa voz de Kamra?

Kamra sonrió con entre orgullosa y tímida por los halagos hacia la canción que acababa de interpretar y esperó a que Fátima preguntase otra cosa más.

En el caso de que los Villanos Finales destruyeran el Sello que mantiene bajo control a Ifrit, ¿sabéis alguna forma de acabar con él? No podemos arriesgarnos a que se lo lleven o a que vuelva a destrozar su mundo, Señora. Cualquier información sería útil. De dónde viene, si es que lo sabéis, sus debilidades…

La hermosa portadora se giró hacia el lugar donde había estado clavada aquella Llave Espada de aspecto llameante y alzó su mano haciendo aparecer un objeto, una especie de esfera dorada con surcos y símbolos que no conocían.

La utilidad de éste pergamino es activar un artefacto mágico que desarrollamos tras el ataque del Djinn. Ese objeto lo diseñamos con la idea de que sirviese para eliminar la inmortalidad de los espíritus forzándolos a ser mortales durante varias semanas. De haberlo tenido antes, Ifrit habría muerto —aseguró con pesar tras su explicación—. Tuvimos ocasión de romper el sello para usarlo en él e intentar matarlo entre todos, pero como comprenderéis, cien años no bastan para reconstruir toda una civilización. No teníamos el poder armamentístico suficiente... Y menos si solo quedaban unos pocos usuarios de magia.

¿Cómo podemos reforzar el sello? O evitar que lo rompan, en su defecto. Tiene que haber algún modo de que no puedan llegar hasta él... ¿no?

No podrán llegar al Sello si no consiguen la sangre que corre por las venas de ella —señaló a Yasmín—. Y me temo que para reforzar el sello necesitaríais algo más que una canción. Crear el sello drenó la capacidad mágica de casi toda la población de Agrabah, por eso solo unos pocos todavía pueden usarla desde su nacimiento... Pero no solo se necesita una ingente cantidad de magia, también se necesita un sacrificio —Kamra bajó la mirada—. Mi padre, el Rey Salomón sacrificó su vida para crear el sello. No puedo pediros que sacrifiquéis vuestras vidas por esto.

Señora Kamra… —continuó Saito tras escuchar la respuesta de la antigua Sultana—. ¿Sabe cómo volver humano a un Djinn? O como quitarle el poder mágico también me sirve…

El método más rápido es que se enamore de un mortal. Eso hace que pierdan su inmortalidad como pasó con mi madre —explicó—. Después, los Djinn que están enlazados a un objeto pueden perder sus poderes si se destruye el objeto que los contiene, además de volverlos mortales. Existen otras maneras... Por ejemplo, un Djinn puede destruír otro Djinn.

Una vez satisfecha la curiosidad de Saito, Fátima volvió a hablar, ésta vez interesándose por la vida de la propia mujer.

Señora, si no os importa… ¿Qué fue de vos? ¿Durante cuánto tiempo fuisteis Portadora? ¿Fue gracias a eso que sabíais usar Magia Arcana o lo aprendisteis aquí? Sé que ahora no tenemos tiempo pero, si conseguimos salvar este mundo, me encantaría aprender más sobre… vos… para poder, bueno, impedir que algo así vuelva a… pasar—De pronto se dio cuenta de lo infantil que estaba resultando y empezó a balbucear.

La sonrisa maternal de Kamra fue la respuesta que recibió Fátima en un principio.

No sé que pasará una vez acabe de dejaros este mensaje. Moriré, o mejor dicho... Ya estoy muerta para vuestro presente, de lo contrario no podría hablar con vosotros. Mi Llave Espada estaba imbuída en un hechizo que sirve de conexión con mi presente y el vuestro, no es que sea capaz de ver el futuro, al menos no como uno podría imaginar.

>>Fui Portadora desde que cumplí los veinte años, seguramente sea a día de hoy e incluso hasta vuestros días la portadora más vieja de la historia —rió de forma encantadora—. Y sultana he sido desde la muerte de mi padre. No os recomiendo llevar un reino y ser portadora a la vez, es agotador.

A penas aparentaba tener más de veinticinco años, y ella les había dicho que tenía doscientos quince.

Ahora mismo he conocido a mis descendientes. Es... Triste comprobar que mientras mi sangre de Djinn se diluye más con humanos su tiempo de vida es cada vez más corto. Me he despedido del hombre que amé, de mis hijos, de mis nietos... Ahora entiendo por qué los Djinn se vuelven mortales al enamorarse de los humanos. Es la tristeza, los sentimientos de pérdida.

Kamra entornó los ojos. Por un instante, el cuerpo de la que una vez había sido una Maestra pareció desaparecer dejando ver la Llave Espada que estaba sirviendo de conexión, con un aspecto mucho más apagado y con marcas de óxido. La mujer se apresuró a continuar contestando las preguntas del grupo:

Aprendí Magia Arcana en Tierra de Partida y también aquí, aunque no hay libros que expliquen nada sobre ella esa magia se ha ido pasando de boca en boca, pero la gran mayoría se perdió para siempre, junto a un libro que desapareció en la era de los clanes —dijo con voz enigmática—. Aunque sin alguien que sepa leer ese lenguaje arcano... Es casi indescifrable incluso si se tiene el libro.

>>Es difícil saber como evitar que algo así ocurra otra vez. Ese monstruo cayó del cielo, jamás supimos de donde vino y solo los hechiceros que usaban magia acuática pudieron frenarlo, pero no herirlo debido a su naturaleza Djinn. Por eso optamos por su sellado y no por su destrucción.

La imagen de Kamra empezó a fallar y a distorsionarse con más frecuencia.

Investigué toda mi vida esa criatura, y es molesto admitir que a penas he descubierto nada en todo este tiempo...

>>No me queda mucho más.

No solo la imagen, también la voz de la mujer empezaba a fallar.

Escribí unos textos sobre mis descubrimientos sobre Ifrit, los escondí en el palacio de la Nueva Agrabah, pero temo que no podáis encontrarlo. Cualquiera pudo encontrarlo primero y llevárselo. Podría llevar perdido cientos de años, a lo mejor incluso pudo haberse destruido.


Kamra se giró, como si hubiese escuchado algo, no en el presente, sino en el pasado. Kamra pareció ponerse nerviosa.

Sed fuertes, debéis manteneros más unidos que nunca... Incluso con vuestras diferencias, y también... Por favor, cuando ésto acabe llevad mi Llave Espada a donde tendría que haber estado todos estos años.

>>Confío en vo...

De improvisto, la mujer desapareció como si jamás hubiese estado allí. La Llave Espada cayó al suelo tras mantenerse unos instantes más en el aire con un suave sonido metálico.... Y todo quedó en silencio.

Tanto Aladín como Yasmín no dijeron nada, eran incapaces de articular palabra. Jamás habían visto algo semejante, y era obvio que estaban en shock. Nanashi parecía pensativa, sin embargo. Su expresión suave se convirtió en una mirada inquisidora segundos después.

No creo que encontremos nada más aquí —setenció con frialdad—. Nos vamos.

La Maestra de Bastión Hueco giró sobre sus talones dirigiéndose a la salida.

¿A dónde irían ahora?

Spoiler: Mostrar
Nota: Saito puede desear encontrar el libro que menciona Kamra o incluso dar poder nuevamente a su Llave Espada para poder comunicarse durante el resto de la trama con ella. Estos dos deseos estarán disponibles solamente durante esta ronda.


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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Light » Dom Jun 19, 2016 12:33 am

Los Maestros, los aprendices y Badra se enfrentaron a aquella bestia con diversas habilidades, físicas y mágicas. En primer lugar, Light y Malik arremetieron con ataques físicos: el primero envió una Brecha lunar hacia el Sincorazón; el segundo arrojó su arma y después liberó un disparo de agua.

Saeko, con la intención de explotar el punto débil de aquella mole, invocó un Hielo+. Para desgracia de la aprendiza, la criatura la aplastó y empezó a herirla con aquellos engranajes. Light, quien ahora disponía del título de Maestro —aunque eso no cambiaba nada— no podía permitir que matara a la Portadora, por lo que corrió desesperadamente hacia el Sincorazón para quitárselo de encima.

Por suerte, Celeste intervino antes y logró atraer la atención de la criatura con su Aturdidor. La Hormiga León también se disponía a aplastar a la chica de Bastión Hueco, pero Light no lo permitió: le propinó su más potente Embestida en un intento desesperado de detenerla, que resultó exitoso.

Lyn fue la siguiente en atacar. Se impulsó con un tremendo salto y, haciendo uso de su salvaje fuerza, golpeó a la criatura con su puño.

Acto seguido, el Sincorazon se ocultó en la arena. Justo cuando se disponía a emplear su Sentido sísmico para localizar su posición, salió impulsado por culpa de aquel bicho y recibió de lleno su placaje. Fue un golpe terrible. Light cayó sobre la ardiente arena, dolorido, pues se había hecho un daño tremendo en el brazo izquierdo. De hecho, lo tenía roto.

«Vaya ostia, ¿no?», se quitó la arena de la cara.

¿Puedes levantarte? —Badra le ayudó a reincorporarse. Se lo agradeció, sonriente.

¡Gracias, Badra! Sí, no te preocupes, ¡esto no es nada! —exclamó con orgullo: no dejaría de luchar, aunque le rompiera los dos brazos. Siempre le quedarían los hechizos, aunque estos no resultaran tan efectivos como sus ataques físicos.

Materializó sus Alas de Nefilim para elevarse y planear a gran velocidad. Se acercaría rápidamente a la criatura, quien ahora estaba planeando, envuelto en la polvareda que había levantado. No pasó por alto el consejo que les dio Lyn: iba a atacarle a bocajarro, no a distancia. Y no físicamente precisamente.

Una vez se acercara a la parte superior de la criatura, emplearía sus bolas de nieve que le permitirían disparar dos Hielo+, a la cabeza, a ser posible. No movería su brazo roto en ningún momento (si eso el otro, el derecho), pues no tenía pensado emplear ataques físicos.

No volvería a emprender ninguna acción ofensiva tras esos Hielo+. Se limitaría a intentar esquivar, en el aire, los siguientes ataques del gran Sincorazón. Ahora que se encontraba volando no iba a volver a sorprenderle con un ataque por tierra.

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▪ Alas de Nefilim (HM) [Nivel 14] [Requiere Raza Nefilim] Utiliza sus innatas alas heredadas de los ángeles (previamente invocadas) para planear a gran velocidad o volar durante un máximo de tres post.

Uso: - Gran copo de nieve [Hielo+] x2
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Suzume Mizuno » Dom Jun 19, 2016 10:09 pm



La primera vez que Kamra cantó, con una voz dulce y sedosa, Fátima se quedó ensimismada, dejándose llevar por la sensación de energía que brotaba con cada palabra de los labios de la Sultana. Luego miró las luces que empezaron a parpadear dentro de la tumba y se le puso la carne de gallina, igual que cuando se acercaba a algo con demasiada electricidad estática. Cuando la melodía terminó, Fátima se dio cuenta de que ni se había esforzado por aprenderla y, avergonzada, tuvo que pedir que la repitiera. Por suerte, la Sultana lo consideró normal y empezó a cantar una vez más. Fátima tuvo que hacer un gran esfuerzo para no encandilarse una vez más. Vocalizó las palabras sin llegar a pronunciarlas en voz alta, intentando hacer caso a Kamra y acumular magia en la garganta. Seguía a su vez el pergamino, intentando memorizar lo más rápido posible aquella Magia Arcana.

Suerte que Fátima había estudiado música, aunque ya casi no tocara el violín desde que se convirtió en Maestra y las responsabilidades aumentaron. Eso le permitió aprenderse con mayor celeridad el ritmo y la entonación de Kamra, mientras escribía mentalmente las notas. Miraba de vez en cuando a Saito, preguntándose cuánto tardaría él en memorizarla.

Entonces se dio cuenta de que era completamente necesario que Nanashi o Saito memorizaran aquella canción. Porque… si ella cantaba…

Sacudió la cabeza y desterró aquellos pensamientos de su mente, indignada y humillada al darse cuenta de que estaba dando prioridad a su propia integridad antes que al bienestar de un mundo entero.

Cuando ella se sintió lo bastante segura, asintió con la cabeza. En el momento que Kamra dejó de cantar, experimentó un desagradable vacío y una presión en sus oídos por culpa del silencio. Nanashi, Yasmín y Aladín, que habían escuchado medio aturdidos, salieron de su ensimismamiento.

Ha sido... Espectacular —reconoció Aladín.

No tengo palabras para describir ésta sensación.

Fátima sonrió.

Ha sido precioso—corroboró.

Se sentía en paz consigo misma y no tenía muy claro si se debía a las dotes musicales de Kamra o a la Magia Arcanas. En cualquier caso, lo agradecía. Su sonrisa se amplió al ver cómo la Sultana esbozaba una sonrisa de satisfacción. Luego respondió a otra de sus preguntas, no sin antes hacer aparecer en su mano fantasmal una esfera surcada por diseños y runas que Fátima, frustrada, no pudo identificar.

La utilidad de éste pergamino es activar un artefacto mágico que desarrollamos tras el ataque del Djinn. Ese objeto lo diseñamos con la idea de que sirviese para eliminar la inmortalidad de los espíritus forzándolos a ser mortales durante varias semanas. De haberlo tenido antes, Ifrit habría muerto. Tuvimos ocasión de romper el sello para usarlo en él e intentar matarlo entre todos, pero como comprenderéis, cien años no bastan para reconstruir toda una civilización. No teníamos el poder armamentístico suficiente... Y menos si solo quedaban unos pocos usuarios de magia.

Fátima asintió con gravedad, aunque no pudo evitar preguntarse si estaban fabricando ese artefacto solo por Ifrit o para otros propósitos más siniestros.

¿Cómo podemos reforzar el sello? O evitar que lo rompan, en su defecto. Tiene que haber algún modo de que no puedan llegar hasta él... ¿no?

No podrán llegar al Sello si no consiguen la sangre que corre por las venas de ella —Kamra señaló a Yasmín y a Fátima le sorprendió que Aladín no saltara a protegerla con su cuerpo a la defensiva—. Y me temo que para reforzar el sello necesitaríais algo más que una canción. Crear el sello drenó la capacidad mágica de casi toda la población de Agrabah, por eso solo unos pocos todavía pueden usarla desde su nacimiento... Pero no solo se necesita una ingente cantidad de magia, también se necesita un sacrificio —Kamra bajó la mirada—. Mi padre, el Rey Salomón sacrificó su vida para crear el sello. No puedo pediros que sacrifiquéis vuestras vidas por esto.

Señora Kamra… —continuó Saito—. ¿Sabe cómo volver humano a un Djinn? O como quitarle el poder mágico también me sirve…

El método más rápido es que se enamore de un mortal. Eso hace que pierdan su inmortalidad como pasó con mi madre —Fátima bajó la mirada—. Después, los Djinn que están enlazados a un objeto pueden perder sus poderes si se destruye el objeto que los contiene, además de volverlos mortales. Existen otras maneras... Por ejemplo, un Djinn puede destruír otro Djinn.

Ya que Saito no tenía más preguntas, Fátima preguntó sobre la propia Kamra y la Sultana le dedicó una sonrisa casi maternal que hizo que le saltara el corazón.

No sé que pasará una vez acabe de dejaros este mensaje. Moriré, o mejor dicho... Ya estoy muerta para vuestro presente, de lo contrario no podría hablar con vosotros. Mi Llave Espada estaba imbuída en un hechizo que sirve de conexión con mi presente y el vuestro, no es que sea capaz de ver el futuro, al menos no como uno podría imaginar. Fui Portadora desde que cumplí los veinte años, seguramente sea a día de hoy e incluso hasta vuestros días la portadora más vieja de la historia —rió —. Y sultana he sido desde la muerte de mi padre. No os recomiendo llevar un reino y ser portadora a la vez, es agotador.

Fátima no pudo evitar sonreír con admiración. A ella ya le costaba ser simplemente una Maestra principiante…

Ahora mismo he conocido a mis descendientes. Es... Triste comprobar que mientras mi sangre de Djinn se diluye más con humanos su tiempo de vida es cada vez más corto. Me he despedido del hombre que amé, de mis hijos, de mis nietos... Ahora entiendo por qué los Djinn se vuelven mortales al enamorarse de los humanos. Es la tristeza, los sentimientos de pérdida.

Fátima no tuvo tiempo de sentir verdadera lástima por Kamra, porque su cuerpo desapareció por un momento y dio un paso al frente con angustia. Por suerte, la Sultana se recuperó y dijo con más velocidad:

Aprendí Magia Arcana en Tierra de Partida y también aquí, aunque no hay libros que expliquen nada sobre ella esa magia se ha ido pasando de boca en boca, pero la gran mayoría se perdió para siempre, junto a un libro que desapareció en la era de los clanes.—Fátima abrió mucho los ojos. ¿No se referiría al libro que habían traído desde…?—. Aunque sin alguien que sepa leer ese lenguaje arcano... Es casi indescifrable incluso si se tiene el libro.

Apretó los labios con frustración.

Es difícil saber como evitar que algo así ocurra otra vez. Ese monstruo cayó del cielo, jamás supimos de donde vino y solo los hechiceros que usaban magia acuática pudieron frenarlo, pero no herirlo debido a su naturaleza Djinn. Por eso optamos por su sellado y no por su destrucción.—El cuerpo de Kamra empezó a desaparecer una vez más—.Investigué toda mi vida esa criatura, y es molesto admitir que a penas he descubierto nada en todo este tiempo...No me queda mucho más.Escribí unos textos sobre mis descubrimientos sobre Ifrit, los escondí en el palacio de la Nueva Agrabah, pero temo que no podáis encontrarlo. Cualquiera pudo encontrarlo primero y llevárselo. Podría llevar perdido cientos de años, a lo mejor incluso pudo haberse destruido.—Entonces la mujer, cuya voz también comenzaba a fallar, se dio la vuelta como si hubiera escuchado algo y se puso un poco nerviosa—.Sed fuertes, debéis manteneros más unidos que nunca... Incluso con vuestras diferencias, y también... Por favor, cuando ésto acabe llevad mi Llave Espada a donde tendría que haber estado todos estos años.

¡Lo haremos!—prometió Fátima.

Confío en vo...

Y así, sin más, Kamra desapareció. La Llave Espada, que había permitido hacer aparecer su imagen, cayó al suelo y el sonido que produjo le encogió el corazón a Fátima. Luego hubo un rato de silencio y comprendió que Kamra no iba a volver. Cerró los ojos un momento y luego se agachó junto a la Llave Espada para recogerla con delicadeza. Se preguntó si, de alguna forma, habrían visto lo que quedaba del Corazón de Kamra…

No creo que encontremos nada más aquí —dijo entonces Nanashi, rompiendo el silencio—. Nos vamos.

Y se dirigió a la salida sin esperar respuesta. Fátima miró de reojo a Saito y también a la princesa y su acompañante, que parecían todavía desconcertados con lo que habían visto. Fátima se mordió el labio inferior. No sabía si, al salir, la puerta se cerraría automáticamente. ¿Para volver a entrar tendrían que usar de nuevo sangre de Yasmín…?

Tras darle vueltas un momento, se acercó a la princesa y dijo:

Señora. A la gente de nuestra orden se la entierra en un sitio muy concreto. Si no hay… Si no hay cuerpo—nunca lo había, pero Yasmín no tenía por qué enterarse de ello—entonces es costumbre llevar su arma. ¿Me daríais permiso para llevármela conmigo? No me gustaría tener que volver a pediros sangre para volver a entrar…

A menos que Yasmín se negara y estuviera dispuesta a, quizás, tener que sacrificar su sangre más tarde, Fátima abrazaría la Llave Espada con respeto y se la llevaría consigo. En cuanto encontrara un sitio donde poder dejarla a buen recaudo, lo haría para que no sufriera ningún daño.

Cuando llegó fuera entornó los ojos para vislumbrar lo que había frente a ellos en medio de la oscuridad. Pensó, con el corazón encogido, en lo breve que había sido su conversación con Kamra. Dios, nunca pensó que podría hablar con una reina Portadora y… Se prometió que buscaría toda la información posible sobre ella, que encontraría, si podía, aquellos documentos.

Pero antes tenían un mundo que salvar.

Maestra, ¿deberíamos volver con Lyn y los demás?—sugeriría con toda la delicadeza posible.

Ahora que por fin sabían más o menos qué podían hacer, sentía cómo se les echaba el peso del tiempo encima y quería llegar cuanto antes junto a Malik.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor H.S Sora » Mié Jun 22, 2016 11:09 pm

La Maestra de Tierra de Partida se interesó por el significado del pergamino que le había dado Saeko. Me obligué a prestar atención sobre todo ante el hincapié de la antigua Portadora, cuyos ojos seguían siendo tan enigmáticos como su persona.

Abrid bien los oídos, pues será imposible para vosotros comprender el lenguaje arcano, al menos no sin haberlo estudiado... Pero eso no significa que no podáis usar éste hechizo si lo memorizáis.

Metí mi mano en el bolsillo, acababa de tener una idea. Una muy buena. Con disimulo trasteé con el teléfono móvil e intenté poner el modo de grabadora a punto para cuando Kamra empezase. Tuve cuidado con que ni Aladdín ni Yasmín se percatasen de ello, a saber como reaccionarían ante nuevas tecnologías como esa…

Mientras yo preparaba el móvil, la antigua Sultana nos informó de las dos condiciones para usar la magia del pergamino: que el sello de la criatura estuviese completamente roto y que la persona que usase el hechizo llevase un artefacto mágico con ella.

Esperaba de todo corazón que no fuese necesario llegar a usarlo, la Magia Arcana era algo que no me despertaba muy buenas sensaciones. Y además de que tener que realizarlo significaría que los Villanos Finales habrían conseguido su objetivo e Ifrit estaría suelto. Un monstruo capaz de arrasar Agrabah y volverla arena sin esforzarse apenas.

La gran mayoría de hechizos de Magia Arcana son canciones en un idioma perdido, debéis hacer que la magia inunde vuestras cuerdas vocales para potenciar vuestra propia voz.

Kamra se preparó, parecía que se iba a poner a rezar de un momento a otro, y le di al botón de grabar antes de que pudiese llegar a perderse algo de la canción que nos acababa de anunciar.



La sensación que invadió mi cuerpo durante toda la canción fue indescriptible, casi desbordante. Antes de que pudiese darme cuenta, estaba llorando. Ahora que sabía de la existencia de Nithael, me preguntaba cómo serían las canciones que cantarían las criaturas como él. Y ahora lo sabía, la voz de Kamra se coló por cada fibra de mi cuerpo hasta dejarme a su merced.

Si alguien hubiese tocado mi alma, la sensación que tendría no sería muy diferente a la que sentía ahora.

Incluso su alrededor parecía distinto, como si con cada palabra, cada frase, el poder que emanaba de ella se fuese haciendo más y más grande. Hasta cristalizarse e inundarlo todo. No me percaté de que había terminado la canción hasta que Kamra volvió a la carga. Una y otra vez, la tumba iba cobrando más y más vida cada vez que la mujer se reafirmaba en la melodía.

Hice el mayor esfuerzo que pude en aprendérmela, ya que nuestro trabajo era estar preparados para entonarla en el caso de que liberasen a Ifrit. Suspiré mientras me secaba las lágrimas y trataba cumplir con la misión. Los numeritos que montaban en Ciudad de Halloween me iban a servir por primera vez en la vida para algo de verdad.

Cuando Kamra dejó de mover los labios, la habitación se sumió en el más abismal de los silencios. Nadie parecía dispuesto a quebrantar la atmósfera que se había formado, llena de calma y tranquilidad. Parecía que todos habíamos sido hechizados por su voz.

Ha sido... Espectacular

No tengo palabras para describir ésta sensación.

Ha sido precioso.

No sabía qué decirle. Me había quedado en blanco, y cualquier cumplido que se me hubiese ocurrido no conseguiría transmitir lo que sentía en esos momentos. Me acordé de que todavía estaba grabando y me apresuré en parar el aparato.

Podría decirse que la canción me había quedado clara, pero me sería imposible igualar la pasión y la fuerza con la que la antigua Sultana la representaba. Porque eso era lo que ella había hecho, representar la música de una manera envidiable y celestial. Casi divino.

Me apresuré en seguir el hilo de la conversación que ahora mantenían Fátima y ella. Una esfera llena de surcos y símbolos acababa de aparecer, me mantuve atento, tratando de recordar si había visto algo así antes.

La utilidad de éste pergamino es activar un artefacto mágico que desarrollamos tras el ataque del Djinn. Ese objeto lo diseñamos con la idea de que sirviese para eliminar la inmortalidad de los espíritus forzándolos a ser mortales durante varias semanas.

De haberlo tenido antes, Ifrit habría muerto. Tuvimos ocasión de romper el sello para usarlo en él e intentar matarlo entre todos, pero como comprenderéis, cien años no bastan para reconstruir toda una civilización. No teníamos el poder armamentístico suficiente... Y menos si solo quedaban unos pocos usuarios de magia.

Debía seguir muy atontado, porque apenas estuve al caso de que fue entonces cuando decidí intervenir.

No podrán llegar al Sello si no consiguen la sangre que corre por las venas de ella. —Asentí mientras veía como se refería a Yasmín—. Y me temo que para reforzar el sello necesitaríais algo más que una canción. Crear el sello drenó la capacidad mágica de casi toda la población de Agrabah, por eso solo unos pocos todavía pueden usarla desde su nacimiento... Pero no solo se necesita una ingente cantidad de magia, también se necesita un sacrificio. Mi padre, el Rey Salomón sacrificó su vida para crear el sello.

Balbuceé una disculpa. No pretendía ofenderla, y yo que pensaba que si usábamos mucha magia o algún hechizo en concreto lo lograríamos. Miré al suelo, decepcionado. Se necesitaba un sacrificio y mucho más poder mágico del que nosotros teníamos. Habían usado casi el de una ciudad entera para lograrlo, en comparación nosotros no éramos nada.

>>No puedo pediros que sacrifiquéis vuestras vidas por esto.

Decidí dejar el tema de lado y centrarme en la otra cuestión que necesitaba que me resolviese. Quizá en esta habría más suerte...

El método más rápido es que se enamore de un mortal. Eso hace que pierdan su inmortalidad como pasó con mi madre

¿Yafar, enamorarse? Dudo que ese sádico sepa siquiera lo que es.

Después, los Djinn que están enlazados a un objeto pueden perder sus poderes si se destruye el objeto que los contiene, además de volverlos mortales. Existen otras maneras... Por ejemplo, un Djinn puede destruír otro Djinn.

Asentí con la cabeza, agradecido. No conocía a otros Djinn más allá de Genio, el cual tampoco había hecho acto de presencia aún. Chasqueé la lengua, con su ayuda todo sería más fácil… pero habría que ceñirse a lo que teníamos. Y en este caso lo que teníamos eran dos deseos de un antiguo visir, que además de ser un sucio traidor, no dudaría en vengarse en cuanto se liberase.

Y yo había firmado por su libertad.

Fue entonces cuando la Maestra de Tierra de Partida se interesó por la Sultana, no pude evitar cotillear un poco mientras trataba de trazar un plan para quitarle sus poderes a Yafar. Si tenía que salir de la lámpara, que al menos fuese sin ellos.

No sé que pasará una vez acabe de dejaros este mensaje. Moriré, o mejor dicho... Ya estoy muerta para vuestro presente, de lo contrario no podría hablar con vosotros. Mi Llave Espada estaba imbuída en un hechizo que sirve de conexión con mi presente y el vuestro, no es que sea capaz de ver el futuro, al menos no como uno podría imaginar.

>>Fui Portadora desde que cumplí los veinte años, seguramente sea a día de hoy e incluso hasta vuestros días la portadora más vieja de la historia. Y sultana he sido desde la muerte de mi padre. No os recomiendo llevar un reino y ser portadora a la vez, es agotador.

>>>Ahora mismo he conocido a mis descendientes. Es... Triste comprobar que mientras mi sangre de Djinn se diluye más con humanos su tiempo de vida es cada vez más corto. Me he despedido del hombre que amé, de mis hijos, de mis nietos... Ahora entiendo por qué los Djinn se vuelven mortales al enamorarse de los humanos. Es la tristeza, los sentimientos de pérdida.

La imagen de la mujer empezó a fallar dejando ver de nuevo su Llave Espada, aunque algo más desgastada, de lo que la recordaba. Fue durante un instante, pero estaba seguro de que no habían sido imaginaciones mías.

Aprendí Magia Arcana en Tierra de Partida y también aquí, aunque no hay libros que expliquen nada sobre ella esa magia se ha ido pasando de boca en boca, pero la gran mayoría se perdió para siempre, junto a un libro que desapareció en la era de los clanes. —El dichoso libro que ahora tenía Tierra de Partida en su poder—. Aunque sin alguien que sepa leer ese lenguaje arcano... Es casi indescifrable incluso si se tiene el libro.

>>Es difícil saber como evitar que algo así ocurra otra vez. Ese monstruo cayó del cielo, jamás supimos de donde vino y solo los hechiceros que usaban magia acuática pudieron frenarlo, pero no herirlo debido a su naturaleza Djinn. Por eso optamos por su sellado y no por su destrucción.

Volvió a suceder. Kamra se distorsionaba, parecía que el hechizo que protegía su Llave Espada y que la utilizaba como puente entre ella y nosotros se estaba debilitando.

Investigué toda mi vida esa criatura, y es molesto admitir que a penas he descubierto nada en todo este tiempo...

>>No me queda mucho más.

La mujer seguía presente, pero los fallos en la retransmisión se volvían cada vez más frecuentes. No parecía que su contacto con nosotros fuese a durar mucho más.

Escribí unos textos sobre mis descubrimientos sobre Ifrit, los escondí en el palacio de la Nueva Agrabah, pero temo que no podáis encontrarlo. Cualquiera pudo encontrarlo primero y llevárselo. Podría llevar perdido cientos de años, a lo mejor incluso pudo haberse destruido.

Kamra parecía haber oido algo que nosotros no, e incluso parecía...¿Estar nerviosa?

Sed fuertes, debéis manteneros más unidos que nunca... Incluso con vuestras diferencias, y también... Por favor, cuando ésto acabe llevad mi Llave Espada a donde tendría que haber estado todos estos años.

¡Lo haremos! —exclamó Fátima.

>>Confío en vo...

Alargué casi por instinto la mano, como si yo pudiese salvarla. Pero en el fondo sabía que no podía, ni yo ni ninguno de los presentes podía hacer algo por ella. Solo proteger su mundo. La Llave Espada estaba en el suelo, fruto de la caída al perder los poderes o lo que fuese en lo que Kamra la había imbuido.

Nadie parecía dispuesto a decir nada. Una idea había rondado por mi cabeza durante la conversación con Kamra. Era lo mejor, tenía que contarle a Nanashi lo que había hecho. A lo que me había arriesgado. Yo solo no podía jugar con algo como eso, no quería fallar.

Eres un inconsciente.


Negué con la cabeza, se volvía a equivocar conmigo. Y tarde o temprano se lo demostraría.

No creo que encontremos nada más aquí —La Maestra Nanashi no parecía aceptar otra alternativa, ya que seguramente no la había—. Nos vamos.

Ahora o nunca.

Maestra Nanashi. —Llamaría su atención y le pediría que se quedase un momento—. Necesito hablar con usted, a solas.

Esperaba que con eso entendiese que prefería que Fátima y el resto del grupo se mantuviese al margen.
Cuánto menos bochornoso y privado fuese el espectáculo, mejor. Una vez se hubiesen ido todos, le contaría la contrapartida de haber hecho el trato con Yafar y acarrearía con cualquier bronca o reproche que quisiese hacerme.

Entonces le entregaría la lámpara.

Es mejor que la guarde usted, yo no podría evitar que un Villano Final me la robase… y yo pediría ya el primer deseo: volver a dotar de poderes mágicos el arma de la antigua Sultana Kamra. Podría sernos de mucha utilidad…

>>Y creo que también debería saber esto.

Le comentaría el plan para mi segundo deseo, aunque fuese mucho más adelante y si todo estaba saliendo bien: pedirle a Yafar que destruyese su propia lámpara para que, aunque quedase libre, se desvaneciesen sus poderes de Djinn.

Tras esto saldría a fuera, y estaría conforme con la idea de Fátima de volver junto al resto. Por algún motivo tenía un mal presentimiento.

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Saito le entrega a Nanashi la lámpara y además le pide que realice el deseo de mantener la comunicación con Kamra, pero si la Maestra se niega a coger el artefacto pues Saito pedirá el primer deseo de todos modos. Lo aclaro por si no quedaba muy claro(?)
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Denna » Mié Jun 22, 2016 11:58 pm

Funcionó más o menos bien.

«Más» porque todo el mundo se dispuso a atacar sin descanso. Con intención de no dar tregua al Sincorazón, llovieron ataques mágicos y físicos por doquier. El bicho los acusó sin poder hacer nada, aturdido y debilitado. Costaba creer que aún se mantuviera en pie. Quería pensar que no podría aguantar mucho más así.

Y «menos» porque... En fin, porque era una cucaracha fea de narices y disponía del mayor arsenal de armas del Intersticio.

El Aturdidor sirvió para inutilizarle una de las pinzas. Tenía muy presentes mis límites en comparación al resto del grupo, de modo que iba a centrarme en invalidar cualquier cosa que el Sincorazón me pusiera delante en vez de buscar dañarlo. Conseguí con eso llamar su atención, que se centrara en mí en vez de seguir machacando a una atrapada Saeko.

«Celeste: 1 – Pinzas: 0. Pero verás ahora qué risa con los engranajes y las cien toneladas».

A saber qué habría pasado de no ser por Light. Mejor no pensar en ello. El caso es que ya estaba fuera de la trayectoria de su salto —ya era bastante injusto que además pudiera saltar con todo ese peso, ¡ni siquiera tenía patas!— y sin un solo rasguño.

¡Gracias! —jadeé.

Entre tanto, el Sincorazón había retrocedido tras uno de los ataques de Lyn. Antes de que nadie pudiera decir o hacer algo, enterró la cabeza en la arena y desapareció.

Bajo nuestros pies, la tierra empezó a temblar.

«Oh-oh».

A juzgar por lo que me habían contado pocas horas atrás, eso sólo significaba problemas. No tuve tiempo ni para gritar una advertencia; el Sincorazón emergió otra vez con una potente embestida que lanzó por los aires al Maestro y lo derribó. Sin apartar la mirada de nuestro enemigo, oí a Badra socorrerle y respiré más tranquila una vez Light confirmó que estaba bien. El monstruo giraba como si nada, elevándose por encima del desierto en un enorme torbellino de arena.

Ese malnacido está escondiendo su cuerpo con esa polvareda. Si no tenéis una puntería magistral, no ataquéis con magia... A no ser que lancéis el hechizo a bocajarro —ordenó Lyn.

Descarté ese plan enseguida. Mientras intentaba ver algo a través de la nueva tormenta, una serie de rocas cayeron hacia nosotros. ¿De dónde habían salido? ¿Del Sincorazón? No había nada más alrededor, aunque era difícil de decir con todo ese polvo. Me mordí el labio, tratando de pensar algo rápido.

¡Hay que hacerle bajar comos sea! —Traté de hacerme oír por encima del ruido—. ¿Creéis que podríamos arrojarle estas piedras de vuelta? No serán tan efectivas como la magia, pero quizás puedan obligarle a aterrizar.

Busqué la confirmación de Lyn, que se había quedado en tierra con nosotros. Ella debía de tener fuerza suficiente como para intentarlo, al menos. Si servía de algo, lo probaría yo también o ayudaría a Saeko o a Malik en lo que pudiera.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Tsuna » Jue Jun 23, 2016 1:15 am

Su plan infalible estaba saliendo de maravilla cuando disparó su hechizo de hielo más potente, directo a la boca del monstruo. Estaba convencida de que aquello le iba a provocar muchísimo daño, y creía que no volvería a tener la ocasión de apuntar a ese punto de manera tan sencilla. Una vez disparó, Saeko saltó todo lo que pudo, en un intento de escapar, pero fue imposible. Había saltado a lo loco, sin calcular bien el tamaño del sincorazón, que ahora la dejaba sin salida.

Saeko se intentó cubrir como pudo cuando vio su cuerpo encima, que la aplastó y la hundió en la arena, los primeros segundos no fueron para tanto, pero cuando le empezó a faltar la respiración se las vio y las deseó. Agobiada, intentó aguantar la respiración todo lo que su resistencia le permitiera, no quería morir allí enterrada. Irónicamente, fue la que propuso sacar al monstruo para evitar ese destino.

«Al final nada ha cambiado, sigo siendo igual de temeraria...»

No fue capaz de darse cuenta hasta ese momento, pero era cierto, sus estrategias siempre eran muy arriesgadas, ya le había pasado muchas veces en el pasado, estando en Bastión Hueco o luchando por Tierra de Partida, la última vez fue cuando Gabriel la intentó transformar en sincorazón. Assur y Lyn se lo tenían advertido, pero ella durante el combate se movía por instinto, por lo que creía más correcto para acabar con el enemigo cuanto antes.

Y un descuido como aquel... En ese momento lo veía todo negro, asfixiada, unos breves instantes que se le hicieron eternos con tal de poder sobrevivir: los golpes del monstruo, la falta de aire, la arena... ni siquiera sabía dónde se encontraba. Su instinto de supervivencia la obligaba a solo pensar en cómo salir de allí, o aguantar el tiempo suficiente para encontrar una vía de escape. Por suerte para ella, el monstruo dejó de arrollarla y se centró en otro de sus compañeros. No sabía si sentirse feliz por eso, porque la habían salvado.

Saeko ignoró el resto del combate, se puso de rodillas sobre la arena cuando tuvo ocasión y tosió, tosió como nunca antes lo había hecho. Estaba magullada, mareada y tenía arena hasta en los pulmones.

«Un día de estos voy a morir de verdad.»

Pensó en Nikolai, en lo destrozado que quedaría si al día siguiente le informaran de que ella estaba muerta. Negó con la cabeza para quitarse esas retorcidas ideas de encima, a partir de ahora iba a tener que ser mucho más cautelosa a la hora de luchar, incluso si eso implicaba quedarse en la retaguardia.

Al final y una vez recuperada —hubiese alguien querido ayudarla a ponerse en pie u ofrecerle algo—, se fijó en el escenario donde se libraba el combate para ponerse al día. El cuerpo de Lyn cayó desde lo alto para hacerle una grieta al monstruo en uno de esos engranajes. Saeko frunció el ceño, irritada por la resistencia que ofrecía el enemigo ante sus ataques. Tenían que acabar con él antes de que amaneciera, o la tormenta se volvería mucho más intensa y les sería imposible salir de allí con vida.

El sincorazón terminó hundiéndose en la tierra, y ella, nerviosa, miró en todas direcciones preparada para echar a correr al mínimo movimiento. Sentía las vibraciones de la bestia bajo sus pies, fue un momento muy incómodo, se sentía indefensa. Al final la criatura decidió ir a por Light, al cual elevó en el aire cual muñeco de trapo, la caída del maestro le dolió hasta a ella. Por suerte Badra le socorrió a tiempo y la atención volvió al engendro que tenían que derrotar.

El susodicho se elevó en el aire y empezó a girar. Saeko contempló asombrada cómo la arena se elevaba en el aire, a su alrededor, empezando a formar una especie de torbellino. Lo más raro es que unos cubos de piedra cayeron por toda la zona, Saeko no entendía qué eran, ni si tendrían que ver con el ataque que estaba haciendo su enemigo.

Ese malnacido está escondiendo su cuerpo con esa polvareda. Si no tenéis una puntería magistral, no ataquéis con magia... A no ser que lancéis el hechizo a bocajarro.

Tragó saliva y volvió a mirar al monstruo. ¿Cómo se suponía que iba a acertar si no tenía suficiente puntería? El maestro Light lo tuvo claro, invocó unas alas majestuosas y echó a volar hacia lo alto, dispuesto a atacar a bocajarro. Pero ella, los demás... ¿Qué iban a hacer?

¿Y cómo se supone que vamos a detenerlo, alguna idea? —consultó en general, desesperada. Tenía prisa por acabar con aquella cosa cuanto antes.

Fuera como fuera al final se terminó fijando en aquellos cubos de piedra, que parecían no reaccionar, estaban allí sin más. Se habían generado a causa de la habilidad del sincorazón, por ello pensaba que estaban de su parte y podían resultar peligrosos.

¿Qué son exactamente?

Saeko invocó su Llave Espada y probó a tocar uno, si no reaccionaba de ningún modo tenía claro que podía usarlos en su beneficio.

¡Hay que hacerle bajar comos sea! —exclamó Celeste entonces, ganando la atención de Saeko—. ¿Creéis que podríamos arrojarle estas piedras de vuelta? No serán tan efectivas como la magia, pero quizás puedan obligarle a aterrizar.

Saeko miró la roca más cercana, pensando en su estrategia. Esperó a la respuesta de la maestra Lyn, y luego pidió ayuda a Celeste. Ella creía que con su poca fuerza no iba a ser capaz de lanzar las rocas a tanta distancia, pero con el apoyo de su compañera quizá...

¡Celeste, ayúdame con esta!

Se preparó, enarboló su Llave Espada y en cuanto la chica estuviera preparada, ella también golpearía. Esperaba que la estrategia funcionara, por muy absurda que pareciera.

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Saeko y Celeste golpean los cubos de piedra hacia el Sincorazón. Las acciones están acordadas con Denna.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Tanis » Jue Jun 23, 2016 2:25 am

El primer grito agónico de dolor del monstruo hizo que Malik sintiera un pinchazo de adrenalina. Sin embargo también lo habían enfurecido y fue Saeko la que pagó por ello. Malik tuvo a bien apartarse de la trayectoria del enorme cuerpo y las pinzas y contempló, ciertamente un poco impotente, cómo el sincorazón embestía a la muchacha.

¡Saeko!

Cuando corrió para socorrerla, el antoleón se revolvió contra Celeste y Malik levantó el escudo para protegerse de la arena. A pesar de que llevaba puestos los protectores oculares, no quería que le sepultara. Malik resopló y se apartó un poco más de la trayectoria del sincorazón, palpándose la bolsita del cinturón para coger un éter. Lo hizo casi a ciegas, sin detenerse mucho a mirar cuál frasquito cogía. No obstante, lo supo en cuanto le echó el primer trago.

«Ugh».

Era uno de los éter que había robado a los Villanos Finales. Claro que no podía pararse mucho, así que decidió bebérselo entero asumiendo las consecuencias y se replegó nada más Lyn cargó contra el sincorazón. Uno de sus engranajes se había agrietado, lo cual debía de ser buena señal. Aun con el escudo en el brazo izquierdo se reunió con la maestra en cuanto ella tocó el suelo.

¡Está huyendo bajo tierra! —exclamó Malik.

Efectivamente, el sincorazón se estaba ocultando bajo las arenas, que temblaban bajo los pies del grupo. Malik maldijo entre dientes, dando unos cuantos pasos sobre sí mismo. Los temblores no eran buen indicativo de la posición del enemigo, podía andar en cualquier parte y atacar a quién fuera.

«Hay que dispersarse, hay... ».

Casi vio a cámara lenta cómo el sincorazón se levantaba bajo Light y lo lanzaba por los aires.

¡Light!

Intentó, demasiado tarde, llegar hasta él antes de que el antoleón le golpeara. Malik lanzó el escudo en un intento de alcanzarlo y hacerle daño, pero el arma regresó a sus manos sin conseguirlo. Por el rabillo del ojo vio que Badra se ocupaba del joven maestro, de modo que intentó no preocuparse. Entonces el monstruo, elevado en los aires, flotó y movió sus engranajes provocando que se levantara una potente nube de polvo a su alrededor, como una tormenta de arena en miniatura. Malik volvió a protegerse de la arena y se apartó como pudo de los cubos de piedra que iban cayendo cerca de él.

Ese malnacido está escondiendo su cuerpo con esa polvareda —Él oyó el rugido de Lyn y asintió—. Si no tenéis una puntería magistral, no ataquéis con magia... A no ser que lancéis el hechizo a bocajarro.

Va a ser difícil acercarse a él —comentó con aspereza.

¿Y cómo se supone que vamos a detenerlo, alguna idea? preguntó Saeko, que había tocado uno de aquellos cubos sin que pasara nada extraño.

Malik miró al antoleón. Sí, sería difícil acercarse a él, y ni por suerte sería capaz de llegar hasta su cuerpo y golpearle lo suficientemente fuerte como para que valiese la pena. No tenía la fuerza de Lyn. Tampoco una gran puntería, así que sería desperdiciar magia...

¿Qué son exactamente?

Malik miró el cubo que tenía más cerca. Los había expulsado el sincorazón. ¿Por qué, para qué? Si eran suyos, ¿no deberían alejarse de ellos?

¡Hay que hacerle bajar como sea! —exclamó Celeste para hacerse oír—. ¿Creéis que podríamos arrojarle estas piedras de vuelta? No serán tan efectivas como la magia, pero quizás puedan obligarle a aterrizar.

Él volvió a mirar el cubo. Sí, podía tener sentido... Parecían estar hechos de piedra muy dura, quizá si conseguían que los cubos se internasen en la tormenta del antoleón y le golpearan...

¡De acuerdo, vamos! —coincidió.

Echó a correr hacia aquel cubo, el más cercano a él aparte de al que se dirigían Celeste y Saeko. Desinvocó el escudo y convocó la Llave-Espada.

Y golpeó el cubo con toda la fuerza de que disponía. Suponía que era lo suficientemente fuerte para hacerlo, no quería pedirle ayuda a su maestra para algo así.


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Malik se bebe un éter caducado y golpea uno de los cubitos
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Sombra » Jue Jun 30, 2016 4:27 am

Fátima y Saito


Maestra Nanashi. —llamó Saito haciendo que la Maestra se parase en seco justo antes de que pusiese su pie en el primer escalón de la escalera de piedra que daba al exterior—. Necesito hablar con usted, a solas.

Nanashi intercambió una breve mirada con Fátima e hizo un gesto de aprobación esperando que la Maestra novata esperase fuera con la princesa y Aladín para charlar con Saito.

Dadnos unos minutos —pidió de forma inquisitiva.

Cuando estuviesen solos, Nanashi se cercionaría de que no estuviesen intentando escuchar a escondidas. Una vez comprobase que no había otros posibles oyentes se aproximó a Saito caminando con gracia digna de una dama de la alta sociedad.

Lo primero que hizo Saito fue mostrar la lámpara negra que mantenía cautivo a Yafar y entregársela. Nanashi cogió el objeto y lo observó en silencio.

Es mejor que la guarde usted, yo no podría evitar que un Villano Final me la robase… y yo pediría ya el primer deseo: volver a dotar de poderes mágicos el arma de la antigua Sultana Kamra. Podría sernos de mucha utilidad…

>>Y creo que también debería saber esto.

Saito no escatimó en palabras para explicar todo el asunto de Yafar. La mujer en ningún momento pareció enfadada, todo lo contrario. Parecía verdaderamente interesada en todo aquel asunto. En ningún momento le echó en cara haber pactado con el antiguo visir de Agrabah.

Kamra era hija de una Djinn y un humano muy poderoso —habló Nanashi tras meditar unos instantes—. Tu idea de dotar de magia otra vez la Llave Espada de ella me parece excelente. Nadie conoce mejor a los Djinn que ella, su ayuda podría sernos de utilidad y no solo en este tema, también debe conocer las ruinas y la ubicación exacta del Djinn que sellaron. Lo que está claro es que debemos saber el potencial de éstos seres.

Nanashi cerró los ojos y apuntó con la lámpara al centro de la sala. Una humareda roja salió junto a un cuerpo humanoide dotado de marcados músculos y piel roja. La forma de genio de Yafar.

Ama... —llamó con voz profunda—. He acudido a su llamado. ¿Cual es su deseo?

Nanashi sonrió satisfecha.

Deseo que establezcas contacto con la Sultana Kamra otra vez y que mantengas la conexión el tiempo que sea necesario.

Yafar hizo una pronunciada reverencia, y haciendo una demostración de sus poderes hizo aparecer su Llave Espada, que hasta aquel momento había estado en manos de Fátima.

La Llave empezó a brillar de una forma muchísimo más intensa y de ella empezó a surgir el cuerpo de la semi-djinn una vez más, sin embargo. En aquella ocasión su cuerpo no parecía una mera imagen, era como si fuese corpóreo, y es que así era. Yafar no solo había reestablecido el contacto con la antigua Maestra, sino que había creado un cuerpo falso para ella. Nanashi no pudo evitar sorprenderse cuando la agarró en el momento en el que estuvo a punto de caer al suelo.

¿Cómo es posible? —preguntó llevándose la mano a la sién. Los ojos de la mujer se clavaron en el genio rojo, que se empezó a desvanecer volviendo a la lámpra sin decir nada más.

Una voz en la cabeza de Saito y Nanashi resonó recordando las condiciones que el aprendiz había aceptado y que como consecuente Nanashi también al pedir el primer deseo.

Kamra siguió el humo rojo metiéndose en la lámpra negra, la observó extrañada.

¿Un humano deseó convertirse en un Djinn? —dedujo, como si supiese de antemano que Yafar no había sido un genio de la lámpara desde su nacimiento.

Se separó de Nanashi y movió su cuerpo tratando de acostumbrarse a él, hizo ademán de invocar su Llave Espada, algo que ocurrió de la misma manera que lo habría hecho de haber sido su verdadero cuerpo. No pareció tan sorprendida de aquello.

Si necesitáis tanto mi ayuda la situación debe ser mucho más grave de lo que me temía. Llevadme con el resto de vuestros compañeros, debemos proteger a mi descendiente a toda costa, de lo contrario el sello se romperá e Ifrit volverá a campar a sus anchas.

Kamra se adelantó a Nanashi y Saito caminando rápido hacia las escaleras.

***


Fátima, Yasmín y Aladín acabaron saliendo primero de la tumba mientras Saito y Nanashi hablaban en privado. Si intentaban espiar se llevarían un chasco, ya que Nanashi los descubriría.

En un momento dado, Fátima portando la que había sido una hermosa llave espada se aproximó a la princesa de Agrabah.

Señora. A la gente de nuestra orden se la entierra en un sitio muy concreto. Si no hay… Si no hay cuerpo, entonces es costumbre llevar su arma. ¿Me daríais permiso para llevármela conmigo? No me gustaría tener que volver a pediros sangre para volver a entrar…

Yasmín le dedicó una delicada sonrisa.

Ella misma deseaba eso —contempló recordando las últimas palabras de la mujer antes de desaparecer—, para mí sería un honor que se pudiese cumplir su última voluntad.

Sin embargo. Fátima vería de pronto como la Llave Espada se volvia traslúcida y se desvanecía entre sus manos, escapando como si de humo se tratase. No dejó rastro alguno, ni pistas de a donde había ido.

Aladín y Yasmín empezaron a mirar en todas direcciones. El muchacho desenvainó su sable y se pegó a Yasmín asustado.

¿Un enemigo? —exclamó.

Sin embargo, a los pocos segundos verían surgir de la tumba a la hermosa hija del Rey Salomón. Sus pisadas sonaban sobre la tierra y al contrario que antes, ahora su cuerpo parecía proyectar una sombra, como si hubiese dejado de ser una mera imagen. En su mano llevaba su llave espada, cuyas llamas cristalizadas brillaban con fuerza. El filo parecía emitir calor, puesto que si se acercaban notarían como la temperatura subía considerablemente, algo que podían agradecer teniendo en cuenta el intenso frío de las noches en el mundo. Nanashi y Saito salieron tras la mujer.

¡Por Alá! ¿Qué habéis...? —Yasmín se llevó las manos a la boca, como si hubiese visto un fantasma.

Aladín bajó su arma extrañado.

Vuestros compañeros me han ayudado para poder seguir con vosotros con un cuerpo que puedo manejar como vasija —explicó—. Espero que mi ayuda sea bien recibida. Espero aprender mucho de vosotros para cuando mi mente vuelva a mi cuerpo real.

Tras la reacciones del grupo, finalmente Fátima acabó interviniendo:

Maestra, ¿deberíamos volver con Lyn y los demás?

Los ojos de Nanashi se centraron en su antigua aprendiza. Por un instante pareció que iba a evitar dirigirle la palabra, sin embargo para su sorpresa la mujer materializó su Llave Espada y la lanzó al aire haciendo aparecer su propio Glider.

Ya hemos terminado nuestro trabajo aquí —afirmó Nanashi—. Volver con los demás para informar de nuestros descubrimientos es la opción más inteligente.

Dicho aquello, Kamra también hizo aparecer su propio Glider, en el cual se montó. Kamra invitó a Yasmín a sentarse tras ella, posiblemente porque sentía cierta afinidad con ella al ser familia... Aunque un poco alejada por el tiempo. Aladín parecía un poco reticente, aunque prefirió guardarse aquello para sí mismo por suerte para todos. Lo de antes había provocado que el muchacho se distanciase del grupo.

Aladín se montaría con el primero que le sugiriese montar con él, tanto Saito como Fátima podían dejarle un sitio. Si ninguno lo hacía, Nanashi se encargaría de él... Tal vez en el viaje de camino al ojo de la tormenta podrían intentar calmar los ánimos.

Una vez en el aire, verían que la tormenta de arena era ahora poco más que un montón de arena desperdigada que iba cayendo sobre el desierto. Parecía que el otro grupo había logrado su objetivo, lo que quedaba de la tormenta seguía teniendo aquella forma de espiral, por lo que no tardaron en encontrar el lugar donde estaban los demás.

Malik, Saeko, Denna y Light


El Maestro fue el primero en dirigirse hacia la criatura tras hacer aparecer sus alas de energía. El sincorazón era rápido, pero estando flotando en el aire de aquella manera no podía moverse con tanti libertad. Desde su posición, Light podía ver parte del monstruo que el resto no eran capaces desde el suelo. Y así fue como vio como en la parte que sobresalía de los engranajes se estaba cargando algún tipo de ataque de energía que podría ser devastador de cumplirse.

La puntería del joven no era la mejor dek mundo, por lo que para acertar el tiro tuvo que acercarse mucho. Por fortuna, una de las pinzas de la criatura no parecía funcionar correctamente, era como si estuviese desincronizada del resto del cuerpo, por lo que pudo aproximarse sin peligro alguno. El Maestro hizo aparecer unos peculiares objetos mágicos que habían aparecido en su habitación misteriosamente tras un extraño sueño y se los lanzó. Ambos objetos a medio camino se deshicieron y fueron sustituídos por un par de poderosos hechizos Hielo que golpearon la cara del sincorazón, el lugar que parecía más sensible a los ataques.

Mientras tanto. Malik, Celeste, Saeko y Lyn lanzaban los cubos hacia el lugar aproximado donde se encontraba el monstruo. En un principio no parecían reaccionar con nada, por lo que no pasaron peligro alguno. Ninguno de los cubos llegó a alcanzar al monstruo, pero casi todos quedaron bajo él o alrededor. Por su lado, Badra levantó un pilar de roca cargando con un arco que había recogido del suelo del campamento. Estaba en una posición alta, intentando apuntar con la flecha que tenía preparada. Cerró un ojo para tener una mejor visión del antoleón y dejó de respirar mientras agarraba con firmeza el arco para disminuir lo máximo posible su pulso. Tensó la cuerda y un instante después la soltó.

La flecha impactó momentos después de que los Hielos de Light golpeasen la cara del monstruo, que rugía con furia. El área de la cara donde habían impactado estaba congelada, y la flecha provocó que la cara del sincorazón se agrietase como si de un cristal roto se tratase. Eso provocó que el sincorazón cayese al suelo, justo encima de los cubos. En ese momento, una serie de luces rojas se reflejaron dentro de la polvareda que había levantado.

Ninguno pudo verlo con claridad, pero unos instantes después una enorme explosión cegó al grupo. Light, que estaba cerca salió despedido por la onda expansiva, pero el daño fue nulo... Aunque sí que tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para maniobrar en el aire y evitar una caída que habría sido muy dolorosa. Badra sufrió las consecuencias de la onda expansiva siendo tirada del pilar, que se derrumbó cuando un cubo que había cerca explotó como si de una reacción en cadena se tratase. Algunos cubos empezaron a explotar también, pero estaban tan alejados que a nadie le alcanzó sus explosiones.

La nómada se levantó de la arena y se sacudió sin daños considerables. Pasaron unos segundos de total silencio cuando todos pudieron ver un corazón ascender hacia el cielo nocturno. Pero no se trataba de un corazón brillante y hermoso... Era uno vacío, hueco. El sincorazón no había muerto por culpa de una Llave Espada. Había muerto en la explosión que habían provocado al hacer que cayese sobre los cubos que habían logrado lanzarle.

Algún día, aquel monstruo reaparecería en el desierto, aquello era algo que deberían tener muy presente... Y todos sabían que era lo suficientemente peligroso como para poder destruir de una forma indirecta Agrabah. Solo le bastaba con levantar una tormenta de arena que los aislase otra vez, con ir ahogando a la gente, provocando que enfermasen poco a poco... Y lo peor no era que esa gente pudiese morir por culpa de una tormenta de arena, no... Lo peor era que esa tormenta era una que el sincorazón había provocado, por tanto los corazones de aquellos que morían por culpa de dicha tormenta tenían el destino marcado: Se unirían al ejército de la oscuridad.

De no haber matado a aquel sincorazón podían tener varias cosas muy claras, y una de ellas era que Agrabah se habría convertido en un segundo Bastión Hueco tarde o temprano. Con todos los habitantes del mundo transformados en sincorazón... Sin ninguna duda, los portadores habrían tenido el doble de trabajo, por si no fuese ya suficiente con el tema de los Villanos Finales y Aaron y su pandilla.

TODOS


La tormenta de arena que rodeaba el campamento y que se extendía hasta Agrabah empezó a perder potencia rápidamente. Todavía permanecería unas horas más por allí, pero su intensidad ahora era mínima, más bien era como una neblina amarillenta y molesta. Pero lo peor había pasado, las cosas volverían a la normalidad pronto.

Mientras el grupo conformado por Light, Malik, Celeste, Saeko, Lyn y Badra descansaban de la corta, pero intensa batalla contra el antoleón vieron como cuatro Gliders aterrizaban cerca de ellos.

Reconocieron a todos los recién llegados, excepto a una. Aquella mujer debía ser portadora, pues ella misma utilizaba un glider, pero nadie la había visto antes.

Lyn la miró con extrañeza, algo en lo que Kamra no reparó, puesto que sus ojos se centraban en los restos del campamento nómada, la mujer parecía horrorizada, pero poco duró aquella expresión. Apretó con fuerza su Llave Espada y se colocó junto a Nanashi.

¿Al final trajiste refuerzos de Bastión Hueco? —preguntó la mujer lobo.

¿Bastión Hueco?

Se trata de la Maestra Kamra, la primera sultana de la Agrabah que conocemos a día de hoy. Hija del Rey Salomón —presentó.

La Maestra Kamra hizo una leve reverencia agarrando su larga falda.

Es un orgullo ver que tras tantos cientos de años los portadores sigamos luchando, que la Orden no ha desaparecido.

Yo soy la Maestra Lyn, y estos son el Maestro Light y los aprendices Malik, Celeste y Saeko —dijo mientras iba señalando a los caballeros de la Llave Espada a medida que iba mencionando sus nombres.

Kamra repitió la reverencia con una sonrisa en sus labios.

¿Viaje en el tiempo? —preguntó Lyn, ésta vez dirigiéndose a Nanashi.

No, más bien ha transferido su consciencia a nuestro presente. Su cuerpo real sigue en donde debe estar.

Lyn asintió comprendiendo aquel hecho más o menos. Bueno, ella misma había viajado en el tiempo y había convivido con Kazuki durante años, por lo que aquella clase de cosas no la pillaban de sorpresa, al menos no completamente.

¿Cual es el plan ahora que estamos todos juntos?

Lo más lógico sería ir a esas dichosas ruinas. Seguramente los Villanos Finales se dirijan hacia allí esperando sorprendernos. Antes les resultaría imposible moverse por el desierto, pero ahora la tormenta se está deshaciendo por completo, podrían atravesarla.

Entonces debemos ponernos en marcha hacia la vieja ciudad.

Nanashi invocó el Glider y esperó a que el resto estuviesen también preparados antes de partir. Eran bastantes en el grupo. Al menos tendrían posibilidades de detenerlos siendo tantos.

¡Rumbo a las ruinas de la vieja Agrabah!


Spoiler: Mostrar
Podéis organizaros para llevar a todos los NPC que no disponen de Glider, que son:

-Yasmín
-Aladín
-Badra

Por el camino podéis aprovechar y hablar con ellos o con las tres Maestras.



Spoiler: Mostrar
Malik:
VIT: 64/64
PH: 33/36

*Utilizado éter caducado (Cagalera is coming)


Light: [Brazo Izquierdo roto] *Puede curarse consumiendo una poción (o un objeto similar), Cura no sirve.
VIT: 50/70
PH: 32/66
*Retirados 2 copos de nieve (Hielo +) del inventario



Saeko:
VIT: 45/60
PH:22/40



Celeste:
VIT:26/26
PH: 11/26



*Como el resto de personajes tienen tanto la VIT como los PH al máximo no aparecen en esta lista.


Fecha límite 08/07/2016

A parit del día 2 estaré muy inactivo por el foro en general hasta el día 9 del mismo mes de Julio, por eso esta semana dejo un plazo más grande. Siento las molestias.
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Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Light » Mar Jul 05, 2016 10:27 pm

Light por suerte no salió herido y logró acertar con sus hechizos de hielo, a pesar de su mala puntería. Su ataque, combinado con el de Badra, provocó serios daños en el rostro del Sincorazón. Éste cayó al suelo, justo sobre los cubos que Lyn y los demás habían arrojado.

En cuanto el antoleón entró en contacto con dichos cubos, se produjo una tremenda explosión. El joven salió despedido por la onda expansiva y estuvo a punto de sufrir una dolorosa caída —y, quizás, romperse el segundo brazo—, pero logró recuperar el equilibrio con mucho esfuerzo y mantenerse en el aire. Menos mal.

Jadeante, ayudaría a Badra a levantarse a ser posible y después presenciaría el ascenso del corazón, uno bastante diferente al que estaba acostumbrado a ver. En efecto, no le habían rematado con la Llave Espada, y eso implicaba que podría volver a las andadas.

«Pues lo derrotamos otra vez y ya está», no le dio demasiada importancia. Solo deseó que no volviera a causar tantos daños en su próxima aparición.

¡Pues ya está, un Sincorazón menos! —exclamó, satisfecho con el trabajo que habían hecho. Se merecían un descanso, sin duda.

Se sentó en la arena para descansar y beber tranquilamente una poción: su brazo roto lo agradecería.

***


Varios vehículos glider se aproximaron a ellos… más de la cuenta, curiosamente. Sus compañeros regresaban. Agudizó la vista, dubitativo, y comprobó que les acompañaba una mujer desconocida, preciosa por cierto. ¿Alguna aprendiz de Bastión Hueco, quizás?

Se aproximó a sus compañeros y les saludó, contento de tenerles de vuelta.

¿Al final trajiste refuerzos de Bastión Hueco?

¿Bastión Hueco?

Se trata de la Maestra Kamra, la primera sultana de la Agrabah que conocemos a día de hoy. Hija del Rey Salomón.

«Oh, claro», recordó la nota que leyó con anterioridad. Al final era cierto que aquella mujer era una Maestra, como él. «Pero… espera, ¿qué demonios hace aquí…?», se preguntó, inevitablemente. No tenía una tumba por nada, ¿no? Debía estar muerta en teoría.

Es un orgullo ver que tras tantos cientos de años los portadores sigamos luchando, que la Orden no ha desaparecido.

Se hace lo que se puede —comentó con una ligera sonrisa, rascándose la sien.

Yo soy la Maestra Lyn, y estos son el Maestro Light y los aprendices Malik, Celeste y Saeko.

Mucho gusto. —Intercambió reverencias con aquella mujer de la realeza. La hija del Maestro Rayim, aquella sultana, últimamente no dejaba de conocer a personas importantes.

¿Viaje en el tiempo?

No, más bien ha transferido su consciencia a nuestro presente. Su cuerpo real sigue en donde debe estar.

Light se preguntó cómo demonios había logrado eso de transferir su consciencia. Le sonaba tan absurdo… aunque, claro, aquella mujer en parte era un Djinn según esa nota, quizás era capaz de eso y mucho más. El mismo Malik había dicho que podían hacer cualquier cosa.

¿Cual es el plan ahora que estamos todos juntos?

Lo más lógico sería ir a esas dichosas ruinas. Seguramente los Villanos Finales se dirijan hacia allí esperando sorprendernos. Antes les resultaría imposible moverse por el desierto, pero ahora la tormenta se está deshaciendo por completo, podrían atravesarla.

Entonces debemos ponernos en marcha hacia la vieja ciudad.

Sí, ¡vamos! Pero antes de eso… Celeste, la esfera que encontramos antes, ¿puedes enseñársela a la Maestra Kamra y a los demás un momento? Puede que ella sepa cómo utilizarla —sugirió. Acto seguido, les tendería el pergamino que encontraron en la tienda del chamán para dejárselo a cualquiera de los presentes—. Contiene información importante sobre el Djinn y un desastre que ocurrió hace mucho tiempo, puede que no os venga mal leerlo antes de partir. —Si los demás tenían mucha prisa y preferían leerlo más tarde, asentiría y se lo guardaría.

Tras decir esto, volvió a transformar su Llave Espada en glider. Acto seguido, llamó la atención de Badra y le hizo una seña para que montaran juntos.

Una vez estuvieran todos preparados, despegaría y pondría rumbo a la vieja ciudad.
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