Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn
Publicado: Mar Ago 09, 2016 9:35 pm
Consciente de que le había dado el golpe final a Kefka —un estremecimiento de placer le subió por la espalda al verlo atrapado entre sus estacas— emprendió rápidamente el vuelo hacia la torre. Había visto que sus compañeros habían salido heridos, pero Nanashi era una curandera de mucho más nivel que ella. Y Lyn no dejaría que Light quedara sin atender solo por ser de Tierra de Partida.
Así que voló rápido, con el corazón en un puño y el convencimiento de que algo estaba mal. Muy mal.
*
Como no parecía haber un peligro inmediato en el exterior, Fátima decidió entrar en la torre, temerosa de que se hubieran topado con una trampa. Tuvo que bajar por unas escaleras de caracol, siguiendo las voces que le llegaban desde sus profundidades.
Cuando llegó al final encontró al grupo intacto y a Badra en un estado terrible. Al fondo había una extraña puerta y Yasmín parecía querer abrirla cortándose de nuevo en la mano. Fátima soltó una exclamación al ver que sucedía lo mismo que en la tumba de Kamra. Ahora podía abrirse. Lanzando una mirada de preocupación hacia Celeste, se apresuró a ir junto a Saeko y Malik.
—¿Qué hay ahí, al fondo?
Era una puerta de dos hojas, cerrada por un candado. Por las rendijas se escapaba una luz ominosa, como si hubiera un incendio al otro lado. Tragó saliva.
—¿Es él…?
Así que ahí estaba. Fátima sacó un Éter y dio un trago. Bien, estaba más o menos lista. Pero antes…
Corrió al lado de Kamra, que abrazaba a Celeste. La chica estaba desolada.
—¿Hay algo en lo que… pueda ayudar?—murmuró—. ¿No funcionan los hechizos curativos?
Escuchó las noticias con expresión sombría y miró con profunda lástima a Badra. No había intercambiado apenas una palabra con ella, pero verla ahí, quemada ya punto de morir…
Pero no era la única, se recordó. Como en China, como en tantos otros sitios. No sólo había una víctima. Lo había aprendido a la fuerza. A veces había que aprender a dar prioridad. Estaba segura de que Badra habría pensado lo mismo. Le apretó con suavidad un hombro a Celeste y luego dijo con voz ronca:
—Tenemos que eliminar a Ifrit. Lo siento, de verdad, pero se nos acaba el tiempo. Necesitamos la canción y el artefacto. Porque está allí, ¿verdad?—Aguardó un momento—. Vamos a necesitar todas las manos posibles. O que alguien vaya a buscar a las Maestras y las traiga aquí.—Miró a Celeste, pero no creía que quisiera alejarse cuando Badra se encontraba en tan malas condiciones—. ¿Nos ayudará, señora?—añadió en dirección a Kamra.
Sabía que tenía que esperar a sus Maestras pero, aun así, no quería quedarse quieta ni esperar mucho más. Cuanta más información pudiera reunir, mejor. Como Celeste parecía todavía reticente, Fátima se humedeció los labios y miró de reojo a Malik. Pero no, era Celeste quien tenía la esfera que iban a necesitar….
Y, de pronto, se le ocurrió una cosa.
—Señora Kamra, Ifrit es un djinn, ¿verdad?—Esperó su respuesta y alzó un poco la voz, para que la escucharan—: Entonces si le vencemos, ¿habría alguna posibilidad de que curara a Badra? ¿Por mínima que sea?
Fuera una respuesta positiva o no, Fátima se volvería a agachar al lado de Celeste y diría:
—Sea como sea, hay que intentarlo, hay que salvar este mundo. Y para eso necesitamos la esfera.
En vez de dársela, Celeste decidió ir con ella. Fátima lo agradeció, imaginando lo duro que tenía que ser alejarse de Badra cuando no sabían si iba a despertarse… pero tenían un deber que cumplir. Pasó al lado de Saeko y Malik y les explicó lo que iba a hacer, mirando de reojo a Aladín. Esperaba que quisiera quedarse atrás, protegiendo a la Princesa:
Fuera una respuesta positiva o no, Fátima se volvería a agachar al lado de Celeste y diría:
—Dudo que la puerta sea lo único que contiene a Ifrit, así que voy a acercarme a ver qué hay al otro lado. Tenemos que intentar elaborar un plan, no podemos entrar a ciegas a enfrentarnos con él y tampoco perder tiempo. Por si acaso… Imagino que la canción que nos ha enseñado Kamra sólo servirá cuando Ifrit esté más cansado, ¿no, señora?—inquirió en dirección a la Sultana—. Entonces voy para allá.
Fátima usaría su Llave Espada para intentar abrir la puerta. Si no lo conseguía, suponía que tendría que pedir de nuevo ayuda a Yasmín —y enfrentarse a la ira de Aladín—. Le haría un gesto a quien viniera con ella para que se mantuviera detrás, por si acaso. luego, preparada para lanzar un Dragón de Agua y retroceder en caso de que algo o alguien les atacara, se acercó con cuidado para asomarse y ver qué era lo que les esperaba.
Así que voló rápido, con el corazón en un puño y el convencimiento de que algo estaba mal. Muy mal.
Como no parecía haber un peligro inmediato en el exterior, Fátima decidió entrar en la torre, temerosa de que se hubieran topado con una trampa. Tuvo que bajar por unas escaleras de caracol, siguiendo las voces que le llegaban desde sus profundidades.
Cuando llegó al final encontró al grupo intacto y a Badra en un estado terrible. Al fondo había una extraña puerta y Yasmín parecía querer abrirla cortándose de nuevo en la mano. Fátima soltó una exclamación al ver que sucedía lo mismo que en la tumba de Kamra. Ahora podía abrirse. Lanzando una mirada de preocupación hacia Celeste, se apresuró a ir junto a Saeko y Malik.
—¿Qué hay ahí, al fondo?
Era una puerta de dos hojas, cerrada por un candado. Por las rendijas se escapaba una luz ominosa, como si hubiera un incendio al otro lado. Tragó saliva.
—¿Es él…?
Así que ahí estaba. Fátima sacó un Éter y dio un trago. Bien, estaba más o menos lista. Pero antes…
Corrió al lado de Kamra, que abrazaba a Celeste. La chica estaba desolada.
—¿Hay algo en lo que… pueda ayudar?—murmuró—. ¿No funcionan los hechizos curativos?
Escuchó las noticias con expresión sombría y miró con profunda lástima a Badra. No había intercambiado apenas una palabra con ella, pero verla ahí, quemada ya punto de morir…
Pero no era la única, se recordó. Como en China, como en tantos otros sitios. No sólo había una víctima. Lo había aprendido a la fuerza. A veces había que aprender a dar prioridad. Estaba segura de que Badra habría pensado lo mismo. Le apretó con suavidad un hombro a Celeste y luego dijo con voz ronca:
—Tenemos que eliminar a Ifrit. Lo siento, de verdad, pero se nos acaba el tiempo. Necesitamos la canción y el artefacto. Porque está allí, ¿verdad?—Aguardó un momento—. Vamos a necesitar todas las manos posibles. O que alguien vaya a buscar a las Maestras y las traiga aquí.—Miró a Celeste, pero no creía que quisiera alejarse cuando Badra se encontraba en tan malas condiciones—. ¿Nos ayudará, señora?—añadió en dirección a Kamra.
Sabía que tenía que esperar a sus Maestras pero, aun así, no quería quedarse quieta ni esperar mucho más. Cuanta más información pudiera reunir, mejor. Como Celeste parecía todavía reticente, Fátima se humedeció los labios y miró de reojo a Malik. Pero no, era Celeste quien tenía la esfera que iban a necesitar….
Y, de pronto, se le ocurrió una cosa.
—Señora Kamra, Ifrit es un djinn, ¿verdad?—Esperó su respuesta y alzó un poco la voz, para que la escucharan—: Entonces si le vencemos, ¿habría alguna posibilidad de que curara a Badra? ¿Por mínima que sea?
Fuera una respuesta positiva o no, Fátima se volvería a agachar al lado de Celeste y diría:
—Sea como sea, hay que intentarlo, hay que salvar este mundo. Y para eso necesitamos la esfera.
En vez de dársela, Celeste decidió ir con ella. Fátima lo agradeció, imaginando lo duro que tenía que ser alejarse de Badra cuando no sabían si iba a despertarse… pero tenían un deber que cumplir. Pasó al lado de Saeko y Malik y les explicó lo que iba a hacer, mirando de reojo a Aladín. Esperaba que quisiera quedarse atrás, protegiendo a la Princesa:
Fuera una respuesta positiva o no, Fátima se volvería a agachar al lado de Celeste y diría:
—Dudo que la puerta sea lo único que contiene a Ifrit, así que voy a acercarme a ver qué hay al otro lado. Tenemos que intentar elaborar un plan, no podemos entrar a ciegas a enfrentarnos con él y tampoco perder tiempo. Por si acaso… Imagino que la canción que nos ha enseñado Kamra sólo servirá cuando Ifrit esté más cansado, ¿no, señora?—inquirió en dirección a la Sultana—. Entonces voy para allá.
Fátima usaría su Llave Espada para intentar abrir la puerta. Si no lo conseguía, suponía que tendría que pedir de nuevo ayuda a Yasmín —y enfrentarse a la ira de Aladín—. Le haría un gesto a quien viniera con ella para que se mantuviera detrás, por si acaso. luego, preparada para lanzar un Dragón de Agua y retroceder en caso de que algo o alguien les atacara, se acercó con cuidado para asomarse y ver qué era lo que les esperaba.
Spoiler: Mostrar