[Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Trama de Fátima, Saeko, Nikolai, Saito, Piko y Alaric

Aquí es donde verdaderamente vas a trazar el rumbo de tus acciones, donde vas a determinar tu destino, donde va a escribirse tu historia

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor Astro » Jue Mar 30, 2017 2:10 pm

Guiado por la tacita de porcelana viviente, y con Jean al hombro, Alaric descendió hacia el ala oeste lo más rápido que pudieron. Llegó un momento en que el camino fue tan estrecho que casi tuvo que esforzarse por caber entre las paredes, menudo agobio. Y encima toda la tensión del momento se esfumó cuando empezaron a escuchar música propia de un festejo.

Es el gran festín —explicó Chip, con aire preocupado—. A Lumière le gusta que todo sea a lo grande... incluso la comida para una persona.

Justo lo que nos faltaba —gruñó el grandote.

Por suerte la música cesó para cuando el grupo de fugitivos llegó al salón. Allí les esperaba Maurice, ileso y más feliz que una perdiz rodeado de los objetos vivientes del castillo y de un montón de comida. De no estar huyendo de una bestia peligrosa, a Alaric no le habría importado hincarle el diente a varias cosas.

¡Jean! ¿Qué le ha pasado? ¿Estás bien?

Tenemos que irnos. Ya.

Sacrebleau! ¿Es eso sangre? ¿Dónde está Din-Don?

¡Chip! ¿Esto es cosa del amo?

Había encerrado a Alaric y a su amigo en el piso de arriba —contó la tacita a su madre—. No podía dejarles ahí, ¡no han hecho nada malo!

Disculpad lo ocurrido, no esperábamos que...Por favor, no se lo tengan en cuenta al amo. —Alaric puso los ojos en blanco. Resultaba difícil no tener en cuenta que te encerraran en una mazmorra—Será mejor que se marchen, les ayudaremos a escapar...

¿A escapar?

Oh, no. Demasiado tarde. Alaric reconoció esa voz, y la silueta tras él todavía más.

El único sitio al que escaparéis ¡SERÁN MIS MAZMORRAS!

El aprendiz retrocedió con cuidado, intentando decidir qué hacer en pocos segundos. ¿Luchar? Sería lo lógico, no podía permitir que les apresaran así como así, pero cargando con Jean y teniendo que proteger a Maurice lo tenía todo en su contra. Además, esa bestia era increíblemente fuerte...

¡Papá!

Ese grito de mujer les alertó a todos. Un nuevo grupo de personas habían entrado en el salón, y la mayoría eran caras conocidas: la maestra Fátima, Nikolai, Saito, y una joven que debía ser la hija de Maurice.

Fuera. Ahora son mis prisioneros —amenazó.

¿Prisioneros? ¡Nosotros sólo queríamos...!

¡SILENCIO! ¡NO TENÍAIS NINGÚN DERECHO A ENTRAR AQUÍ!

Bueno, razón no le faltaban. Habían entrado sin permiso alguno cual intrusos, pero los objetos vivientes les habían invitado a quedarse... Pero si él era el amo del castillo, él mandaba.

Poco pudo hacer Alaric para evitar que el monstruo agarrase al inventor de la capa. Intentó intervenir, pero un nuevo grito de Bella le hizo parar.

¡Espera! —La joven avanzó hacia el grupo de Alaric, con decisión—. A... Adam, ¿verdad? Suéltalo, por favor, él no te ha hecho nada. ¿Prisioneros, eso es lo que quieres? ¡Vale! Pues... cámbiame a mí por ellos. Pero déjales marchar, te lo ruego.

La oferta no solo sorprendió al amo del castillo, también a todos los presentes. Resultaba... demasiado valiente. O estúpido. Pero había determinación en las palabras de la joven, según notó Alaric.

¿Tú...? ¿Harías eso por ellos?

¡Bella, no! ¡No sabes lo que haces!

¡Tienes mi palabra! Tan sólo... Déjales marchar. —Se dio la vuelta para decirle algo a los otros tres portadores, antes de volver a dirigirse a la bestia—. Así.. Así estaremos en paz. Por salvar a mi padre en aquella ocasión, por salvarme a mí hoy, por proteger la aldea. Dejadme hacer esto.

El viejo tiene razón. No sabes lo que haces. Serías mi prisionera. Para siempre. No saldrías de este castillo jamás, ni... volverías a ver a tu familia o tus amigos.

¿Puedo despedirme de ellos?

Despacio, Alaric pudo reunirse con su maestra (la cual ya había protestado ante la idea de Bella) y el resto de portadores. El aprendiz se ajustó a Jean al hombro, incómodo por todo lo que estaba pasando. De alguna forma, se sentía culpable, pero no veía una forma fácil de solucionarlo... que no pasara por la violencia.

Por favor, coged a mi padre y marchaos. Proteged la aldea de las brujas. Yo... me escaparé en cuanto pueda —pidió entre susurros. Después, se dirigió a Fátima—. N-nos... Nos veremos en... Tierra de Partida. Pronto. Lo prometo, pero tenéis que confiar en mí.

¿Tierra de Partida? ¿Acaso le habían contado la verdad...? Para que luego durante las clases le estuvieran sermoneando (por novato) que era importante mantener el secreto de los diferentes mundos.

Gracias por haberle protegido hasta ahora. ¿Podrías hacerlo una vez más?

Aquello último fue directamente hacia Alaric. Éste carraspeó, sin saber qué decir, pero por suerte o por desgracia Fátima intervino, cuestionando de forma muy efusiva la decisión de Bella. Con bastante furia y de forma brusca, la maestra invocó su llave espada y la puso en la mano de la otra joven (o al menos lo intentó).

¡Fátima! —protestó Alaric, sorprendido por tal acto.

Podía comprender que la maestra no estuviera de acuerdo con la decisión de Bella, pero de ahí a obligarla a aceptar la llave espada... Le pareció excederse. Igualmente, las dos discutieron, y Fátima acabó ordenando de forma tajante a los demás que se marchasen, en especial a su aprendiz.

Alaric no discutió la orden. Ya la había liado demasiado durante la misión, así que era el momento de obedecer. Aun así, le resultaba muy incómoda la situación: ¿no estaba pasándose de la raya su maestra? La bestia no era un sincorazón, ni había ninguno durante el castillo. Usar sus poderes contra él... ¿No alteraba eso el curso natural del mundo? No estaba seguro, al fin y al cabo él era un novato en esto de viajar entre mundos. Pero algo no terminaba de gustarle.

Solo o acompañado (pero con Jean al hombro), Alaric se marcharía. Si la Bestia por un casual había soltado a Maurice procuraría llevárselo, pero no se metería en ninguna pelea y dejaría que Fátima se encargase. Una vez fuera, esperaría en la entrada del castillo (pero ya fuera de él) a que los demás salieran... Pasase lo que pasase.
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Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor Drazham » Vie Mar 31, 2017 12:01 am

Lo sé, no es Fátima la que me preocupa. Bueno, un poco sí. Pero no me parece bien dejarla sola; todos estamos metidos en esto. Y se trata de mi padre... y Alaric es vuestro compañero.

Aun así, entiende que no podemos correr más riesgos —apercibió Nikolai, viéndole las intenciones a la chica—. Aún no sabemos que hay ahí dentro, además de que tenemos que priorizar la seguridad de tu padre.

Entonces, Bella le salió con una sonrisilla inocentona:

Va, si quieres puedes decirle a tu Maestra que yo te he obligado a acompañarnos.

Nikolai, indignado, abrió la boca para contestarle, pero se le apelmazaron las palabras en la garganta. Tan solo pudo pasarse la mano por la cara y atribuirlo a un comentario dicho desde la ignorancia.

«Se nota que no la conoces», Nanashi le fulminaría en cuestión de segundos de venirle con una excusa así.

Aunque razones de hacerlo ya le estaba dando en ese preciso momento… dejando de prestarle atención a Bella.

¡Espera! ¡¿A dónde se supone que vas?!

Le bastaron unos pocos segundos para escabullirse y correr hacia el castillo. Nikolai chasqueó la lengua y salió disparado tras ella mientras se guardaba para sus adentros unos cuantos improperios. ¿Es que no podían tener ni un mísero momento de paz?

***


¡Bella, no! ¡No sabes lo que haces!

Definitivamente, no podían.

Habían encontrado a Alaric. Habían encontrado a un hombre anciano que resultó ser el padre de Bella y a otro tipo inconsciente, el cual cargaba Alaric, que le sonaba de haberlo visto, pero no recordaba dónde. Y también a otra bestia. Una no tan grande como Arluin, pero que no se quedaba corta en fiereza. La susodicha tenía bien agarrado a Maurice, el anciano, y amenazaba con mantenerlo de prisionero.

Hasta que Bella… Oh, señor, Bella decidió hacerse la valiente delante de todos e intercambiarse por su padre y el resto.

¡Pero qué cojones estás diciendo!

Como para no darle la razón. Nikolai no estaba dando crédito a que se ofreciese ser prisionera de… eso, por muy humano que hubiese sido en el pasado. ¿Cómo demonios se le ocurría siquiera insinuarlo? A su padre poco le faltaba para darle un infarto, pero a Fátima…

Estaba desquiciada con la situación, eso llegaba a entenderlo. Pero en cuanto pasó de persuadirla con palabras a ponerle a Bella en mano su Llave Espada, Niko enmudeció, sin dar crédito a que de verdad la fuese a reclutar por la fuerza.

Por favor, si vas a abandonar a tu padre que sea por una buena causa de verdad. Jura defender los mundos y nunca hacer saber a nadie que existen y hazte Caballero. Si quieres ser una heroína o tener una muerte estúpida que al menos sea así, joder.

¡Fátima!

¡Fátima, basta! ¡Así no vas a conseguir nada, maldita sea! —Nikolai, que también estaba al borde de perder los estribos, se unió a la protesta de su aprendiz.

Pero ahí no acabó la cosa. Sin ir más lejos, Fátima se encaró a la bestia y no se le ocurrió mejor idea que retarla un duelo. No quiso dar crédito a lo que estaba escuchando, que Fátima —una Maestra. Una maldita Maestra, joder—, se estuviese comportando así por un ataque de ira. Nikolai no supo en que momento pensó que podrían solucionarlo como personas civilizadas, pero nada más vio que los ojos de la chica se inyectaron en magia pura, se acabó.

«Mierda. Mierda putrefacta».

Sacad a Bella de aquí. Ya —les ordenó a Alaric a Saito, tajante. Le daba igual quien lo hiciese o si tenían que llevársela a rastras, pero quería a Bella fuera del castillo antes de que esos dos se lanzasen a luchar.

Dada la situación, no se le ocurrió otra cosa que priorizar la seguridad de Bella y su padre. Se tomaría un éter y los bombones que hiciesen falta para recuperar su magia al completo, todo para aguardar cualquier momento de la contienda en el que la bestia soltase a Maurice y entrar en escena. Se lanzaría a por el hombre con un Impulso Efímero y lo agarraría del brazo.

¡Agárrese fuerte! —le espetaría.

Entonces correría. Correría con el hombre hasta la entrada, y emplearía las Traslaciones necesarias para salir cuanto antes o esquivar cualquier acometida de la bestia.

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Lo dicho, Nikolai se toma un éter y los bombones que hagan falta para estar a tope de PH.

Impulso Efímero (HC) [Nivel 6] [Requiere Afinidad a Nada; Elasticidad: 10; Velocidad: 7]. El usuario se impulsa velozmente y se vuelve invisible durante unos instantes. Sin embargo, alguien con reflejos superiores a su velocidad podrá predecirle.

Traslación (HM) [Nivel 8] [Requiere Afinidad a Espacio; Poder Mágico: 12]. El usuario se teletransporta a una ubicación cercana en un radio de cinco metros.
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Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor H.S Sora » Sab Abr 01, 2017 2:49 pm

El enorme vestíbulo del castillo me traía recuerdos de la única vez que había visitado el mundo. No obstante, en esa ocasión no sabía nada acerca de los habitantes de éste. Ni de ese mundo, ya puestos. Miré con extrañeza al reloj parlante que iba a ser nuestro guía.

¿Y se suponía que había una persona detrás de esa apariencia?

Arluin nos había contado por encima que la maldición había transformado a los residentes en objetos. Y que lo habían desterrado a él al atacar a la bruja Arcana, y desde entonces no había tenido contacto alguno con el castillo. Antes de irse nos habló también de una hechicera que había vivido con ellos… pero a esas alturas, lo más probable era que estuviera muerta.

Suspiré al pensar en el asunto de las brujas. Nikolai me había contado que Arcana era Marcelline, eso nos dejaba con una bruja menos, pero nadie sabía cuántas quedaban ni cuáles eran sus verdaderos propósitos. El hermano de Loretta les había contado en el manicomio que el plan había sido entrar a robar en el castillo, incitados por Marcelline. ¿Pero Loretta estaba al tanto? Si colaboraba con la otra era lo más probable.

¿Y de qué les servía enviar gente ahí?

Primero Enéas y su grupo, y ahora Maurice y Alaric. No podía ser una coincidencia. Pero si querían algo tenían magia de su lado para hacerlo ellas mismas, en lugar de arriesgarse a que gente normal y corriente les fallase. Y para colmo estaba Ultimecia por ahí en medio, prometiéndole a Arluin la cura para su destierro.

Nada cobraba sentido en mi cabeza.

Y las pocas palabras que había intercambiado con Bella antes de entrar no ayudaban a enderezar mis pensamientos.

«¿Cómo vamos a convencer a todos de que son brujas y...? ¿Y qué ocurrirá luego?»


No me había atrevido a contestarle. Y es que no podíamos hacer nada, la Orden era muy tajante al respecto: si no era una amenaza lo suficientemente grande, y relacionada con los Sincorazón, no debíamos hacer nada. Y aunque Ultimecia estuviera, no demostraba nada de las otras dos.

Pero qué tenía que hacer, ¿decirle que tendría que vivir tranquila esperando que no intentaran nada?

Y si os vigilaban, sabrán que Bella está relacionada con vosotros.

¿Crees que intentarán algo contra ella?

Marcelline no sé, pero Loretta tenía mucha curiosidad por saber quiénes erais.

Y no parará hasta enterarse.

Miré de reojo a Bella. No la conocía demasiado, pero no parecía que fuera a conformarse con una respuesta semejante. Pero no había alternativa. La gente del pueblo no la creería, y menos si su padre tenía una mala reputación.

Y respecto a la Orden de los Vigilantes, algo me decía que aparte de Christia no había mucha gente que creyera en cuentos de brujas.

El eco del rugido sirvió como un último aviso, uno que me sacó de mi embotamiento e hizo que corriera detrás de mis compañeros y el reloj.

***


Más allá de las cocinas, se encontraba un enorme salón. Encontramos allí a Alaric que cargaba con un hombre, y a su lado estaba un anciano que debía ser el padre de Bella.

¡Papá!

Pero lo que parecía ser un bonito reencuentro se convirtió en el preludio a algo mucho, mucho peor cuando otra bestia se percató de nuestra presencia.

«El príncipe del castillo, hijo de la reina Marianne. Adam.»


A pesar de que no llegaba a ser como Arluin, su aspecto no coincidía con el de un oso ni tampoco era tan inmenso como él, seguía siendo aterrador. A pesar de la capa se apreciaba la cantidad de pelaje, y alguno de sus colmillos estaban al descubierto.

Y, cómo no, unos cuernos a modo de corona.

Fuera. Ahora son mis prisioneros.

¿Prisioneros? ¡Nosotros sólo queríamos...!

¡SILENCIO! ¡NO TENÍAIS NINGÚN DERECHO A ENTRAR AQUÍ!

A pesar de lo grande que era, fue mucho más rápido que todos nosotros en saltar y coger a Maurice como si nada. El hombre estaba asustado, lo suficiente como para poder solo sollozar ante la impotencia de enfrentarse a eso.

Tragué saliva mirando al resto de los presentes. El amo del castillo no parecía muy dispuesto a pelear, pero tampoco a dejarnos ir así como así.

¡Espera!

La tensión podía palparse en el aire. La muchacha, lejos de alejarse, se colocó frente a la Bestia que por suerte no lo tomó como un intento de atacar. Entre tanto, debíamos pensar en una manera de que todo saliera bien… debía haber un modo de razonar con ella, después de todo.

A... Adam, ¿verdad? Suéltalo, por favor, él no te ha hecho nada. ¿Prisioneros, eso es lo que quieres? ¡Vale! Pues... cámbiame a mí por ellos. Pero déjales marchar, te lo ruego.

¿Tú...? ¿Harías eso por ellos?

¡Bella, no! ¡No sabes lo que haces!

¡Tienes mi palabra! Tan sólo... Déjales marchar.

Nos miraba, y parecía implorar que no hiciéramos nada por impedir lo que estaba sucediendo. No daba crédito, ni yo ni ninguno de los presentes.

Así.. Así estaremos en paz. Por salvar a mi padre en aquella ocasión, por salvarme a mí hoy, por proteger la aldea. Dejadme hacer esto.

El viejo tiene razón. No sabes lo que haces. Serías mi prisionera. Para siempre. No saldrías de este castillo jamás, ni... volverías a ver a tu familia o tus amigos.

Bella, aún con todo, se mostró conforme.

¡Pero qué cojones estás diciendo!

¿Puedo despedirme de ellos?

Dejó que Alaric se nos acercara, junto al hombre que debía ser el cazador del que había oído hablar en la plaza. No parecían demasiado heridos, un alivio después de todo Pero seguía sin soltar a Maurice, a pesar del ofrecimiento de la muchacha.

¿Se lo estaba planteando o quizá sólo quería asegurarse de que no huyera?

A pesar de lo nerviosa que estaba, Bella seguía alentándonos a dejarla ahí.

Por favor, coged a mi padre y marchaos. Proteged la aldea de las brujas. Yo... me escaparé en cuanto pueda. N-nos... Nos veremos en... Tierra de Partida. Pronto. Lo prometo, pero tenéis que confiar en mí.

»Gracias por haberle protegido hasta ahora. ¿Podrías hacerlo una vez más?

Pero entonces la situación se acabó de descontrolar por completo. Más allá de que la muchacha supiera sobre Tierra de Partida, Fátima no aceptaba la decisión de Bella de intercambiarse por los demás. Y si bien debía haber otra alternativa… ¿cuál era?

Adam no parecía dispuesto a quedarse sin prisioneros.

Por favor, si vas a abandonar a tu padre que sea por una buena causa de verdad. Jura defender los mundos y nunca hacer saber a nadie que existen y hazte Caballero. Si quieres ser una heroína o tener una muerte estúpida que al menos sea así, joder.

¡Fátima!

¡Fátima, basta! ¡Así no vas a conseguir nada, maldita sea!

Abrí los ojos como platos, al ver que la Maestra de Tierra de Partida estaba haciendo que Bella aceptara prácticamente a la fuerza ser Caballera. Así no era como teníamos que hacer las cosas, así no íbamos a solucionar nada.

Pero no atendía a razones, y nos ordenó a todos que nos marchásemos de allí. Todavía seguía sin poder creérmelo cuando Fátima se adelantó para provocar al príncipe. Y lejos de intentar razonar con él le retó a un duelo. Y cuando las cosas parecía que no podían ir peor...

¿Entonces no quieres castigar a una bruja?

Fátima estaba yendo a tope, y dudaba que la Bestia se contuviera si se veía amenazada. Ya era demasiado tarde para dialogar.

En aquel momento entendí por qué Ronin no había querido que ninguno de nosotros entrara en el castillo en ningún momento. Porque tenía que saber algo sobre la Bestia y su maldición, y lo que pasaría si entrábamos en su territorio sin permiso.

Sacad a Bella de aquí. Ya.

Miré a Nikolai, con ojos vacíos pero sin llegar responderle mientras se lanzaba a la acción. Todo esto era por Bella, al fin y al cabo, quién ya había tomado su decisión. La de sacrificarse por nosotros, por proteger a los suyos. O incluso por miedo, a tener que vivir sabiendo lo que sabía ahora.

Y nosotros, forasteros que tan solo le habíamos causado problemas, ¿cuestionábamos ahora su decisión? ¿La poníamos en peligro con nuestra temeridad? Porque ahora no estaba muy seguro de dónde se encontraría más a salvo: si en la aldea, dónde las brujas podían hacer de las suyas en cualquier momento, o aislada en el único sitio en el que no parecían dispuestas a entrar por ellas mismas.

Pero desde luego, yo no sería quién eligiera por ella. Una cosa era salvar a la gente de los Sincorazón, de los Villanos Finales, tratar de ayudar cuando un mundo entero estaba peligro los. Y una muy distinta imponer lo que nos pareciese correcto, por muy buenas que fueran nuestras intenciones.

Me acercaría a Bella, en medio del fragor de la batalla. Empleé Mareridt sobre la Bestia, para que ésta no pudiera vernos ni oírnos por si la muchacha decidía escapar y Fátima no era capaz de contenerla más tiempo.

Ahora esa criatura no debería ser capaz de verte, es la oportunidad perfecta para que escapes de aquí. Y quizá la única que tengas.

Le ofrecí la mano.

Admiro lo que estás dispuesta a hacer, pero no puedo obligarte a marchar si no es lo que quieres. No tengo ningún derecho a hacer eso. Los Caballeros no somos héroes, y hay veces en las que no podemos intervenir por más que nos gustaría. Por muy injusto que sea.

Miré en dirección a Fátima, quien todavía peleaba. Si bien no justificaba todo lo que había hecho, quizá entendía por qué lo había hecho. Porque se había mostrado tan desesperada: y es que perder a alguien de una forma así era tan injusto, que resultaba inconcebible tuvieras el título que tuvieras.

Fátima está peleando por tu libertad… pero eres tú quién tiene la última palabra.

Si Bella accedía, me la llevaría fuera lo más rápido posible antes de que el efecto de la habilidad se pasara. En caso contrario, me despediría de ella antes de deshacer mis pasos hasta la entrada que nunca debimos haber cruzado.

Aún no sé cómo, pero no dejaremos que las brujas se salgan con la suya.

»Te lo prometo.

No sabía si realmente podría hacerlo, si había algo que podía hacer por su aldea, pero si iba a sacrificarse lo menos que podía hacer era dejar que tuviera la conciencia un poco más tranquila.

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Mareridt (HM) [Nivel 12] [Requiere Afinidad a Ilusión, Poder Mágico: 20]: El individuo confunde los sentidos de la vista y el oído de un enemigo de tal manera que altera lo que pueda ver y oír para confundirlo, haciendo que el objetivo perciba información errónea de su alrededor. Puede durar un máximo de dos turnos.
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Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor Denna » Lun Abr 03, 2017 11:38 pm

Sobresaltada, Bella cogió la Llave Espada, sin sumarse a las protestas de Alaric y Nikolai. Cerró los dedos sobre la empuñadura, que emitió un extraño destello antes de desaparecer a voluntad de la chica.

Detrás de ella, Adam se inquietaba.

¿Qué estás haciendo?

Pero, como ya no quedaba ni rastro del arma, no lanzó ninguna otra amenaza. Sobre la mesa, la señora Potts susurró algo a los demás y retrocedieron hacia las cocinas.

Ponle a salvo —repitió Bella casi con desesperación—. No lo hagas, no luches, no vale la pena poneros en peligro por esto. Me escaparé, te lo digo en serio.

¿Quieres que tu padre me odie? ¿Le salvé la vida solo para dejar que se llevaran a su hija? ¡Ningún padre quiere eso!

¡Fátima, yo puedo..!

¡Se acabó el tiempo de las despedidas! —rugió la Bestia. Estaba agazapado, todavía con Maurice sujeto entre sus inmensas garras, y les miraba con sospecha, a la espera de cualquier ataque—. Chica, ven aquí. Y... no intentes nada.

Bella les dirigió una última mirada suplicante y se alejó de Fátima unos pasos. Después de pedirles una vez más que se marcharan, se dirigió hacia la Bestia:

Primero, suelta a mi padre.

No estás en condición de exigir nada.

¡Bella, sé razonable y márchate! —insistía Maurice—. Yo puedo ocupar tu lugar, soy viejo, ya he vivido mucho, pero tú... ¡Estás sacrificando demasiado!

Sé lo que me hago, papá —dijo ella con la sombra de una sonrisa—. Tú también tienes que confiar en mí. Estarás a salvo en la aldea.

¿Q-qué quieres decir con esto?

Entre tanto, Fátima y Nikolai reponían su magia, y la Maestra se adelantó para encararse al señor del castillo:

¿No hay forma de negociar esto como seres racionales, alteza? Si quieres castigar puedes intentarlo conmigo. Mira, he entrado armada. —La Bestia clavó la mirada en su tessen (si todavía lo llevaba) y, más que sentirse amenazado, se enfadó todavía más—. Te desafío a un duelo. Podría arrojarte a la cara un guante si lo tuviera pero…

La chica ya ha tomado su decisión —gruñó, haciendo un notable esfuerzo por controlarse. ¿Por Maurice, al que sin duda podía aplastar ejerciendo un poco de presión con sus garras?—. Marchaos ahora y no pongáis a prueba mi paciencia.

¿Entonces no quieres castigar a una bruja?

Sus palabras, acompañadas del brillo mágico en sus ojos, petrificaron por completo a la Bestia durante unos instantes, tiempo suficiente para que Gran Ondina le amenazara con su espada y le inmovilizara. Hubo un momento cargado de tensión y silencio, roto únicamente por Bella, que ahogó un grito de sorpresa.

Y justo entonces estalló el caos.

Aprovechando que Adam había bajado la guardia, Maurice trató de zafarse de su agarre. La Bestia volvió a la realidad y, con un aullido furibundo, empujó a Maurice hacia la maga. La espada de Gran Ondina le cortó el cuello y un segundo bramido ensordeció a los presentes.

El anciano trastabilló, momento en que Nikolai pudo utilizar su Impulso efímero para sostenerle.

¡Agárrese fuerte!

El pobre hombre no pudo si no obedecer antes de verse transportado por arte de magia hacia la puerta. Ahí se encontrarían con Alaric, que seguía cargando a Jean inconsciente, y ambos aprendices tendrían que ayudarle a escapar, asustado como estaba. Por suerte, no dieron con ningún obstáculo en el camino a la salida.

Más o menos.

Una figura atlética y con orejas lobunas se acercó a ellos corriendo a toda velocidad. Le tendió una Poción a Maurice, que estaba al borde de la inconsciencia, y clavó una dura mirada en los aprendices, evaluando su estado. Alaric no tendría ningún problema en reconocerla; la Maestra Lyn causaba impresión hasta en los recién llegados a Tierra de Partida, la conocieran en persona o no.

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Detrás de ella venía Ronin.

¿Dónde está Fátima? —inquirió entre dientes, ignorando cualquier pregunta que puedieran formularles.

Yo me encargo. Hay un aprendiz de Ryota con ella también. —Ronin les miró en busca de confirmación y, tras desplegar un hechizo Cura sobre Alaric, se adentró solo en el castillo.

* * *


Entre tanto, el combate se complicaba. El corte de Gran Ondina podría haber resultado fatal, pero la piel de la Bestia contaba con una resistencia especial. De un zarpazo, atravesó la esencia de agua, deshaciéndose de ella, y saltó hacia Fátima ya fuera de sí. La Prisión de agua apenas pudo detenerle unos instantes, frenando su caída. La Bestia se hizo a un lado, sacudiéndose el agua de encima, y le enseñó los dientes. Gran Ondina, ya formada de nuevo, acometió contra sus piernas.

Bella había retrocedido hacia el lado opuesto de la mesa, como si pudiera usarla de barrera contra ellos. Tenía los dedos clavados con fuerza en la madera. Saito no tuvo problema alguno para lanzarle Mareridt a la Bestia, que tampoco les prestaba la menor atención, ciego de rabia y de dolor, y pudo reunirse con la chica.

Ahora esa criatura no debería ser capaz de verte, es la oportunidad perfecta para que escapes de aquí. Y quizá la única que tengas. Admiro lo que estás dispuesta a hacer, pero no puedo obligarte a marchar si no es lo que quieres. No tengo ningún derecho a hacer eso. Los Caballeros no somos héroes, y hay veces en las que no podemos intervenir por más que nos gustaría. Por muy injusto que sea.

Ella miró primero la mano que le ofrecía y luego la batalla. Bestia peleaba de nuevo contra Gran Ondina, destrozándola una y otra vez entre rugidos.

No aguantará —murmuró.

Fátima está peleando por tu libertad… pero eres tú quién tiene la última palabra.

¡Ya he dado mi última palabra! —protestó Bella—. ¡Lo único que quiero es evitar que os pase nada! ¡Después de todo lo que ha ocurrido..! Puedo hacerlo —afirmó—, puedo ocupar su lugar y luego buscar una forma de huir. Sólo así mi padre estará salvo en el pueblo, le dejarán en paz. ¡Las brujas no se fijarán en él! ¡Y yo habré escapado! ¡Es la única manera!

Saito aceptó su respuesta y se despidió de Bella. Un tanto aliviada, ella le dio las gracias.

Aún no sé cómo, pero no dejaremos que las brujas se salgan con la suya.

»Te lo prometo.


Prométeme una cosa más: llévatela de aquí.

Fátima, a la que Mareridt no afectaba y por tanto podía verles y oírles, había perdido a Gran Ondina en la pelea y tenido que pasar a defenderse con sus tirabuzones. La Bestia, como cabía esperar, era muy rápida y fuerte, y no parecía haberse cortado las garras desde que le maldijeron. Con todo, no parecía saber pelear propiamente, y ahí era dónde la Maestra podía sacarle algo de ventaja. Tuvo que recurrir al veneno soporífero para debilitarle, pero al haberlo usado de manera incorrecta no surtió demasiado efecto. Gran Ondina le había abierto algunas heridas, y el veneno que se coló por ellas consiguió atontarle un poco, pero ni de lejos lo bastante como para dormirle.

Bruja... Te voy a...

Nunca sabría qué iba a hacerle, porque entonces llegó Ronin. Una lengua de fuego se interpuso entre la Bestia y Fátima antes de que pudiese emplear su ataque final. Sin mediar palabra, les recogió a Saito y a ella —ninguno de los dos tenía la fuerza suficiente como para soltarse— y se los echó cada uno sobre un hombro, ignorando cualquier posible protesta. Se detuvo un momento, sólo un segundo en el que no pudieron comprobar qué hacía, y se encaminó hacia la salida.

El fuego que había invocado desapareció tras ellos. Y Bella y Bestia quedaron atrás.

* * *


Ronin no les soltó hasta que regresaron al bosque, justo en la zona donde Arluin se había ido. El Maestro de Maestros seguía sin decir nada. Lo único que hizo fue situarse de espaldas al castillo, por si surgía algún «problema». Lyn, que miraba a los de Tierra de Partida con una mezcla de lástima y reproche, sentó a Maurice en el suelo. También se había ofrecido a llevar a Jean; si Alaric había aceptado lo dispondría de la misma manera junto al inventor, que se había desmayado.

Los Maestros cruzaron una mirada, Lyn inquieta y Ronin apesadumbrado. El líder de Tierra de Partida fue el primero en hablar después de un largo minuto:

Imagino que tendréis preguntas. Hace unos años, un par de aprendices fueron enviados a este lugar a investigar. Descubrieron a Bestia, el amo, y a sus súbditos encantados. Bestia les atacó y tuvieron que escapar.

Hizo una pausa significativa.

No sé qué motivos os habrán llevado a entrar ahí después de todas las advertencias y... no sé si quiero saberlo. —Bajó la mirada al suelo—. Espero que seáis conscientes de lo que habéis hecho, porque visto lo ocurrido me hacéis dudar. Que sepáis que vais a recibir un castigo, todos, en cuanto volvamos a casa. —Y añadió, antes de que a ninguno se le ocurriera protestar:—. Si os comportáis como niños pequeños voy a tener que trataros como tales.

Antes de eso —empezó a decir Lyn con una suavidad poco característica—, contadnos, ¿qué ha ocurrido? ¿Habéis acabado con el objetivo?

Fecha límite: 6 de abril. ¡Última ronda! Hora de resumir la trama, preguntar y recordar todo lo que dejáis atrás <3


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Bú.

Como terminamos ya no os cuento los PH ¿significa que podéis atacar a los Maestros? Bueno, PUEDE. Pero va, si insistís, mañana os quito de la ficha los objetos.

El día 7 (por la tarde-noche) cierro la trama y reparto PX. ¡Sed puntuales!
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Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor H.S Sora » Jue Abr 06, 2017 8:46 pm

Ella ya había tomado su decisión.

Puedo hacerlo —dijo Bella, atenta al combate—, puedo ocupar su lugar y luego buscar una forma de huir. Sólo así mi padre estará salvo en el pueblo, le dejarán en paz. ¡Las brujas no se fijarán en él! ¡Y yo habré escapado! ¡Es la única manera!

Asentí, reticente a convencerla por la fuerza. Lo último que podía hacer por ella era dejar que tuviera la conciencia tranquila respecto a lo de las brujas. Tras intentarlo me dispuse a irme, hasta que me detuvo.

Prométeme una cosa más: llévatela de aquí.

De acuerdo.

No sabía cómo, pero tendría que convencerla de que nos fuéramos. Tragué saliva. La Bestia tenía que ser incapaz de verme aún, y quizá todavía podía utilizar otro Mareridt para que Fátima desapareciera de su vista…

El verdadero problema iba a ser que ella aceptara la retirada.

Pero no tiene otra opción.

Era cierto. Incluso Ondina, que había estado ayudando a lo largo del combate, había desaparecido a esas alturas. Y la criatura seguía sin caer después de todo lo que la Maestra de Tierra de Partida le había arrojado, y no parecía dispuesto a dejarse vencer todavía.

Bruja... Te voy a...

¡Fátima!

Extendí la mano, dispuesto a emplear el hechizo cuando un rastro de fuego se interpuso entre ambos e impidió que el combate fuera más allá. Miré a mi alrededor, buscando la causa de éste. ¿Habría sido un intento desesperado de Bella por detenerlos?

No, la muchacha seguía ahí. Tan confusa como yo. Incluso más ¿Acaso era magia? Me imaginé la peor de las situaciones: Arcana y Loretta aprovechando nuestra llegada para llevar a cabo sus planes.

¡Tenemos que…!

Pero no llegué a terminar la frase. Me alzaron en el acto, y tratar de revolverme fue inútil. Cuando alcé la vista, un destello rojo fue lo primero con lo que me encontré. Mudo todavía por la entrada del Maestro de Maestros, no fui capaz ni de protestar por el hecho de que no pareciera tener pensado bajarme de su hombro.

Cargándome como a un saco de patatas cualquiera.

Al momento, Fátima sufrió el mismo destino —¿por suerte?— siendo apartada completamente de la lucha. Ya no había tiempo para más despedidas, y Ronin no dijo ni una palabra mientras se dirigía a la salida.

Bella se quedaba atrás, pero al menos había sido su decisión. Y había asegurado que sería capaz de escaparse. Tarde o temprano. Pero una cosa estaba clara: mientras estuviera allí, parecía que las brujas no podrían fijarse en ella.

No habría podido adivinar de ninguna manera que así sería cómo escaparíamos. Entre la bronca que nos echaría por haber desobedecido su única orden, y lo inesperada que había sido su entrada, no estaba seguro de si echarme a reír o prepararme para lo peor.

***


El silencio de Ronin había sido lo peor de todo el camino de vuelta. Por suerte acabamos encontrando a los demás en el bosque, acompañados por la Maestra Lyn. Y entonces fue cuando se dignó a dejarnos en tierra firme.

Maurice se había sumado al sueño del cazador. Y no era para menos.

Imagino que tendréis preguntas. Hace unos años, un par de aprendices fueron enviados a este lugar a investigar. Descubrieron a Bestia, el amo, y a sus súbditos encantados. Bestia les atacó y tuvieron que escapar.

¿Entonces no éramos los primeros en entrar? ¿Y por qué nadie nos había dicho nada hasta ese momento?

Quizá a por miedo a que quisierais investigarlo. Como habéis acabado haciendo.

No sé qué motivos os habrán llevado a entrar ahí después de todas las advertencias y... no sé si quiero saberlo. Espero que seáis conscientes de lo que habéis hecho, porque visto lo ocurrido me hacéis dudar. Que sepáis que vais a recibir un castigo, todos, en cuanto volvamos a casa. Si os comportáis como niños pequeños voy a tener que trataros como tales.

Miré a los demás, expectante. ¿Debíamos protestar? Las circunstancias habían sido especiales, quizá no inevitables, pero especiales al fin y al cabo. Las brujas habían engañado a Maurice y al cazador, y Alaric había intentado ayudarles.

Podría haber avisado, eso sí.

Antes de eso, contadnos, ¿qué ha ocurrido? ¿Habéis acabado con el objetivo?

Esperé a que explicaran primero su parte de la investigación, porque sin la parte de la confesión de Enéas parecería que lo mío no tenía demasiado que ver con la misión. Estaría atento por si se me había pasado algún detalle antes.

Y entonces hablaría.

Yo fui a investigar a la iglesia, donde resulta que está parte de la sede de la Orden de los Vigilantes. Allí noté un gran poder mágico y me encontré con un tomo de Piromancia. —Miré de reojo a Ronin—. Pertenecía a una bruja llamada Octavia.

»Cuando salí de allí tuvimos que dividirnos y así fue como me encontré a la hermana de Enéas, Loretta. Me prometió información que necesitaba para la misión, pero resultó ser un engaño para tratar de robarme el libro.

Cogí aire.

Es una bruja al igual que su amiga Marcelline, o Arcana, como prefiera llamarse. No sé cuántas de ellas quedan ni que es lo que planean pero dudo que sea algo bueno. No por cómo han estado actuando desde nuestra llegada.

O por la despedida de Ultimecia, y el recordatorio de que el Emperador prometía un encuentro venidero.

El caso era que esperaba que Fátima, por ser la Maestra, les contase lo sucedido con Arluin. De lo contrario, sería yo quién les explicaría acerca de la maldición tal y como nos lo había dicho y que al no ser un Sincorazón, y solo estar bajo las órdenes de las brujas, lo habíamos dejado marchar.

Y desde luego, no me olvidaría del papel que jugaba Ultimecia en todo aquello. Y de cómo todas las brujas parecían tener especial interés en el Castillo.

Con un sabor amargo, me atrevería a preguntarles algo a los Maestros.

¿Qué se sabe sobre éstas brujas? Antes de la cruzada, o si ya había alguna sospecha… lo que sea.

Me negaba a olvidar lo ocurrido. A que, en cualquier momento, volviéramos a encontrarnos con que había sucedido lo mismo que con Maléfica. Que las pasáramos por alto y las dejáramos tejer sus redes para luego acabar pagando las consecuencias.

Escucharía con atención lo que los Maestros o alguien más tuviera que decir. Antes de irnos, pero, me acercaría a Fátima Laforet. Si bien normalmente la había visto mantener la calma y tener la situación bajo control, o casi, la visión de una Fátima desesperada por tratar de ayudar a Bella como lo había hecho era algo que había roto mis esquemas.

No estaba seguro de lo que eso significaba, desde luego. En el pasado la había odiado, tolerado, envidiado y a día de hoy le tenía cierto aprecio. Pero no estaba seguro de haber visto una Fátima tan humana hasta ese momento.

Era una Maestra, sí, pero al fin y al cabo todos cometíamos errores.

Siento lo que ha pasado ahí dentro.

Al final, con la cabeza algo gacha, aceptaría a desgana el castigo propuesto por Ronin. Más que nada porque estaba casi seguro que uno de Nanashi sería mucho, muchísimo, peor. Pero fuera lo que fuera, tarde o temprano regresaría a Bastión Hueco.

Dónde tenía mucho en lo que pensar.

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Y fin~~ No hace falta decir que lo he pasado genial, y que ha sido un placer rolear con todos ^^ ¡Espero con ganas la próxima vez!
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
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Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor Suzume Mizuno » Vie Abr 07, 2017 12:22 am

Fátima casi no escuchó a Ronin. Miraba su Llave Espada. La que Bella había tomado. Apenas sí tuvo tiempo después para procesar nada. La pelea había sido brutal, más de lo que habría esperado, pero no le había importado.

Sus ojos todavía resplandecían por culpa del Estilo con un brillo siniestro, azul y frío. No rompió el Estilo, sino que se volvió hacia Ronin.

Intentó razonar. Trató de entender por qué dejaría a una chica indefensa con una bestia furiosa mientras los cargaba a ellos fuera. Debía haber sido una confusión, ¿verdad? Nunca dejaría a una chica secuestrada en el interior del castillo. Ronin no era así.

Todavía con el pulso acelerado, respiró hondo y se palpó en busca de algún otro éter. Quería creer que la Bestia no haría daño a Bella. Dios, estaba fuera de sí . Si solo hubiera podido soltarse de Ronin, pero la había cogido con tanta fuerza al cargarla como si fuera un maldito saco de patatas.

Hace unos años, un par de aprendices fueron enviados a este lugar a investigar. Descubrieron a Bestia, el amo, y a sus súbditos encantados. Bestia les atacó y tuvieron que escapar. No sé qué motivos os habrán llevado a entrar ahí después de todas las advertencias y... no sé si quiero saberlo. —Fátima levantó la mirada a la vez que Ronin la bajaba. Apretó los puños. Calma. Calma. Iba a necesitar la colaboración de los Maestros y no podía ponerse a gritar—. Espero que seáis conscientes de lo que habéis hecho, porque visto lo ocurrido me hacéis dudar. Que sepáis que vais a recibir un castigo, todos, en cuanto volvamos a casa.. Si os comportáis como niños pequeños voy a tener que trataros como tales.

Antes de eso, contadnos, ¿qué ha ocurrido? ¿Habéis acabado con el objetivo?

El objetivo era una persona, un hombre hechizado. Nada que ver con los Sincorazón. Pero había una mujer que dijo pertenecer a los Villanos Finales. Podéis castigarme cuanto queráis—continuó Fátima, con la voz temblorosa por la tensión y la ansiedad. Señaló hacia el castillo—pero tenemos que volver a entrar. He dejado a mi aprendiz con esa Bestia que la ha intercambiado por su padre. Y no sé qué le va a hacer tal y como la hemos dejado. Tenemos que sacarla de ahí cuanto antes. Ha aceptado ser parte de la Orden, ya tiene una Llave. Además, hay que ayudarla. Bella atrae a los Sincorazón. ¿Verdad, Nikolai? Aunque estábamos a su lado, iban a por ella, no a por nosotros. Y cuando, cuando cogió mi Llave Espada, hubo luz. Es… es…—Cada vez le temblaba más la voz, porque tenía un mal, realmente mal presentimiento mientras su mirada saltaba de Maestro en Maestro.

Si no querían explicaciones, no se las daría. Ronin podía pensar lo que quisiera de ella. Pero si creía, alguno de ellos, por un segundo, que iba a dejar a Bella ahí dentro, estaban muy equivocados.

Si por algún motivo se negaban, se quedaría tan de piedra que al principio no sabría cómo responder. Luego una ira fría se apoderaría de ella.

¿Por qué? ¿Por qué dejaríamos a una aprendiz dentro? ¿Solo por mi error? ¿Por haber entrado en el castillo? Entonces yo debería ocupar ese lugar.

»Amo la Orden, he luchado, he matado por la Orden incluso si entré porque Nanashi no me dejó otra opción. ¡Pensé que habíamos cambiado desde entonces! ¡Así que por qué podemos meternos en un conflicto entre chinos y hunos, por qué podemos dejar que un monstruo se quede con MI aprendiz!


Si eso era comportarse como una niña, que así fuera. Fátima volvería a entrar al castillo, aunque fuera sola, a menos que le dieran un buen, maravilloso motivo, para dejar a Bella en manos de un monstruo que bien podría destriparla o algo peor.


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Sé que se dijo que podía escuchar a Bella y a Saito pero, sinceramente, estando en medio de un combate y viendo cómo machaca a Gran Ondina no estaría atenta a una conversación. Y menos si Bestia hace ruido. Así que me la he saltado, lo siento 8<.

También… ehm, siento ignorar la interacción de Saito, pero es que Fátima no va a estar tranquila como tal para que pueda venir y decirle nada.

Siento dar problemas hasta el final pero es lo que mi personaje haría x_D.

Dicho esto, me ha gustado la trama con la excepción de que siento que hemos averiguado muy poco para haber sido tan larga. Prácticamente estoy convencida de que debería haberse dividido en dos, 16 rondas para una única trama son muchas. Y se supone que Denna ha acortado.

Suele pasar y tampoco hay que buscar culpas, pero entre eso, y que siento que se ha quedado coja hacia el final, no puedo decir que salga muuuy satisfecha. Me lo he pasado bien, Bella está muy bien interpretada y me gusta todo el tema de las brujas. Veo más o menos lo que querías hacer y lo aprecio. Pero no me gusta mentir y el final no me gusta.

Pero tampoco me voy de malas, el resto de la trama ha sido muy divertida. ¡Con muchas ganas de volver Y DEVUÉLVEME A BELLA SO CAB-*se la llevan*
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor Astro » Vie Abr 07, 2017 8:33 pm

Alaric se dejó caer en el suelo, apoyando la espalda contra un árbol. Menudo desastre. Fátima y la Bestia habían peleado, Nikolai había podido sacar a Maurice del medio entre todo el follón, y en el último momento habían aparecido los maestros Ronin y Lyn para sacarles a rastras (literalmente) del castillo, dejando a Bella detrás para el enfado de Fátima.

Al menos, tanto Maurice como Jean yacían el suelo, descansando. A salvo.

Imagino que tendréis preguntas. Hace unos años, un par de aprendices fueron enviados a este lugar a investigar. Descubrieron a Bestia, el amo, y a sus súbditos encantados. Bestia les atacó y tuvieron que escapar.

¿Y por eso estaba tan prohibido entrar en ese castillo? ¿Porque una bestia la habita y ya está? —inquirió Alaric.

No terminaba de entender el origen del enfado de los recién llegados maestros. Tal cual hablaban del castillo, parecía que escondiera la cuna de la vida mismo, pero lo único que habían encontrado era unos objetos vivientes y un monstruo al que hubieran podido vencer en grupo si se lo hubieran propuesto. ¿Por qué tanto drama?

No sé qué motivos os habrán llevado a entrar ahí después de todas las advertencias y... no sé si quiero saberlo. Espero que seáis conscientes de lo que habéis hecho, porque visto lo ocurrido me hacéis dudar. Que sepáis que vais a recibir un castigo, todos, en cuanto volvamos a casa. —Alaric pensó que Fátima seguramente también
le impondría algún castigo por haber ido por su cuenta, así que le esperaría un castigo doble—. Si os comportáis como niños pequeños voy a tener que trataros como tales.

El aprendiz puso los ojos en blanco. Aquel comentario sobraba mucho cuando no sabían ni por qué habían entrado. ¿O acaso era de niños proteger a un anciano para que no acabase muerto? Ni siquiera le respondió, ya que como él había dicho, no quería escuchar los motivos.

Antes de eso, contadnos, ¿qué ha ocurrido? ¿Habéis acabado con el objetivo?

Dejó que Saito y Fátima informaran, pues él no había descubierto tanto como ellos. Casi le hizo gracia la insistencia de la maestra en ir a por SU nueva aprendiz, sintiéndose quizá un poco ignorado.

Al final, obedecería las indicaciones de Ronin y Lyn y volvería a Tierra de Partida. Cuando pudiese hablar de nuevo con su maestra, esperando que estuviera más tranquila, se disculparía por haber ido por su cuenta y se prepararía para cualquier castigo que le echasen encima.

Aunque, en el fondo, tampoco pensaba que hubiera hecho nada mal. Pero debía responsabilizarse de sus acciones.

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Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor Drazham » Vie Abr 07, 2017 10:23 pm

No sabía cómo sentirse después de que los Maestros les encontrasen nada más salir del castillo. Se debatía entre el alivio de tener a dos personas que pondrían punto y final al arrebato de Fátima, y el temor por el inminente rapapolvo que les iba a caer encima. De una forma u otra, se auto convenció de dejarle el resto a Ronin, que se encaminó al castillo.

Miró a Maurice con un deje de lastima, tendido en el suelo después de que Lyn le hubiese tratado. Habían conseguido sacarle de aquel caos, pero le preocupaba aún más Bella, la cual se suponía que tendría que haber sido la primera en salir de allí. ¿Qué demonios estaba haciendo Saito? Le dijo alto y claro que se la llevase mientras él hacía lo mismo con Maurice.

Debieron de pasar apenas cinco minutos cuando divisó a Ronin por el linde del bosque, cargando a Fátima y a Saito en cada brazo como si de unos críos se tratase. La escena habría resultado hasta cómica de no ser porque se habían metido en una buena.

Y, para mayor escarnio, a eso se le sumaba que Bella no venía con ellos.

Imagino que tendréis preguntas. Hace unos años, un par de aprendices fueron enviados a este lugar a investigar. Descubrieron a Bestia, el amo, y a sus súbditos encantados. Bestia les atacó y tuvieron que escapar.

Eso explicaba el por qué tanta insistencia en que no pusiesen un pie en el castillo, vale. Pero tampoco había necesidad de que lo ocultasen cuando ya estaban advertidos de que en la otra punta del bosque vivían ni más ni menos que hombres lobo.

No sé qué motivos os habrán llevado a entrar ahí después de todas las advertencias y... no sé si quiero saberlo. Espero que seáis conscientes de lo que habéis hecho, porque visto lo ocurrido me hacéis dudar. Que sepáis que vais a recibir un castigo, todos, en cuanto volvamos a casa. —Nikolai suspiró, resignado, y ladeo la cabeza. Con eso ya contaba de antemano, aunque deseaba con todas sus fuerzas que el tema no llegase a oídos de Nanashi. Entonces ahí sí que empezaría el castigo de verdad—. Si os comportáis como niños pequeños voy a tener que trataros como tales.

Antes de eso, contadnos, ¿qué ha ocurrido? ¿Habéis acabado con el objetivo?

Fátima y Saito comenzaron a relatar lo de Arluin y ese libro de Piromancia que guardaban en la iglesia. Puesto que la primera pasó de inmediato a hablar sobre… su aprendiza y dejar el resto a mitad de explicación, Nikolai le cabeceó con desgana en cuanto buscó su afirmación respecto a lo de que Bella atraía a los Sincorazón aun sin ser Portadora, e intervino para rellenar los huecos que faltaban antes de que Fátima llegase a cabrear de verdad a los Maestros.

El objetivo es justo lo que ha dicho Fátima: uno de los sirvientes afectados por la maldición del castillo al que la bruja expulsó. Según nos ha dicho, se dejó engañar por la otra bruja, Ultimecia, que está compinchada con Mateus. No creo que después de lo ocurrido vuelva a dejarse ver por cualquier transeúnte.

»Aparte de eso, solo hemos sacado en claro que la bruja que hechizó el castillo se dedicaba a engatusar a algunos de los pueblerinos para que le buscasen algo en el castillo. Hizo eso con los que fueron atacados por la bestia —miró a Maurice—, y con él.

Y así quedó la cosa. ¿Se iba a responsabilizar por haber desobedecido una orden directa de Ronin? Sí, era tontería rechistar y tenía el ánimo por los suelos como para unirse a las quejas de Fátima.

Pero suponiendo que Bella ya era oficialmente una Portadora, no iban a dejarla en la estaca, ¿verdad?

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Pues nada, otra trama más que se acaba. Un placer haber roleado con todos ^^
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Re: [Castillo de Bestia] Un cuento antiguo como el tiempo

Notapor Denna » Vie Abr 07, 2017 11:54 pm

Ronin y Lyn cruzaron una mirada.

¿Ultimecia otra vez? —gruñó la Maestra entre dientes—. Están atacando cada vez más, los muy...

La silenció Fátima, prosiguiendo con su explicación. Al pronunciar la palabra «aprendiz», Lyn levantó las orejas, pero tanto ella como Ronin esperaron a que terminara junto a Nikolai para comentar la situación.

¿Esa chica era tu aprendiz? ¿La que me hizo señas para que me marchara sin ella? —Ronin entrecerró el ojo, no con desconfianza sino extrañado.

¿Por qué querría alguien...?

Bueno, eso es lo de menos ahora. —Se llevó una mano a la nuca—. Si de verdad es... diferente, tenemos que descubrir qué ocurre con ella. Pero habrá que andarse con ojo.

»En cuanto a las brujas, me temo que no vamos a poder hacer nada. Quitando a Ultimecia, ninguna parece tener relación con los Sincorazón u otros mundos.


Las brujas no son más que otra raza que habita este mundo —explicó Lyn—, como los humanos o... los hombres lobo —añadió, clavándoles una mirada amenazadora, como si les retara a comentar algo al respecto—. Se supone que murieron todas hace un par de siglos, aunque yo tampoco sé mucho al respecto. Podría haber supervivientes, pero no deberían ser nuestro problema a menos que se aliaran con los Villanos Finales. Habrá que vigilarlas de cerca.

Ronin asintió.

Por ahora, volvamos a Tierra de Partida —ordenó— [color=red][b]y hablemos con los demás. Yo llevaré a estos dos de vuelta a la aldea; Lyn, tú llévalos a casa y convoca una reunión.

»Entraré a intentar hablar con Bestia. Quizá pueda llegar a un trato con él.[/b][/color]

Entendido.

* * *


Loretta hacía lo que podía para no parecer intimidada ante la mirada de la hechicera. Esa Ultimecia a la que Marcie había traído no le gustaba nada. La miraba con desprecio, insultándola con los ojos. Apenas le dirigía la palabra —aunque, en realidad, eso era casi un favor— y siempre que lo hacía era con aires de superioridad. La llamaba humana, y eso le molestaba. Le recordaba su pasado débil. Le recordaba a Enéas. Y ella era mucho más que eso.

Buscó algo de apoyo en Marcie, pero su amiga parecía perdida en sus pensamientos. Por su actitud y su forma de hablar, deducía que a ella tampoco le gustaba Ultimecia, pero la toleraba y ese esfuerzo sólo podía significar cambios.

Cambios buenos —había dicho Marcelline sonriente. Tenía estrellas en la mirada.

Si tan sólo hubiese conseguido ese maldito libro...

La voz de la hechicera la devolvió a la realidad:

Los Caballeros han regresado a su mundo —informó Ultimecia—. El príncipe sigue en el castillo, vivo, y la maldición persiste.

Bien. Entonces le han visto. ¿Y la chica? ¿Se ha quedado?

Imagino que la Bestia la habrá hecho su prisionera. O puede que esté muerta.

Marcie se volvió hacia Loretta y ella se esforzó por permanecer impasible. Debió de resultar convincente, porque ensanchó su sonrisa. Era justo lo que esperaba. Un pinchazo de culpabilidad le asaltó el corazón, y tuvo que obligarse a ignorarlo. Dejar la mente en blanco, sí, así. ¿Por qué tenía que importarle? Bella era una chica rara, no eran amigas. Apenas se conocían. Si su muerte le servía a Marcie e incluso a Ultimecia, también le servía a ella. Tenía que empezar a pensar como una hechicera de verdad.

Sea como sea, ya nos viene bien. Si son tan idiotas como dices, esos Caballeros estaran más pendientes de la Bestia que de nosotras —prosiguió Marcie.

Ultimecia asintió.

Y volveremos. Resurgiremos y cobraremos nuestra venganza. Por Octavia y todas las caídas —murmuró con voz sombría.

Una nueva era.

Ambas se volvieron hacia Loretta.

¿Te unirás a nosotras, hermana?

Una hechicera de verdad. Pronto podría terminar el ritual de conversión y sería como ellas.

Y nada, nunca más, se interpondría en su camino.

* * *


El ocaso, la hora en la que los monstruos salían al acecho. O, desde su punto de vista, se marchaban. Nunca antes había visto ese castillo, pero sí oído hablar de él. La bruja se lo había contado. Y el libro... el libro tenía escritas muchas cosas.

¿Has encontrado lo que buscabas?

Tiempo atrás, ese castillo y sus habitantes le habrían llamado la atención. Su existencia, su escondite, su maldición. ¿Quién iba a decir que este mundo podía esconder un secreto tan grande?

Ahora, pero, teniendo tantas cosas a su alcance, ¿qué podría ofrecerle?

Sí. Pero no vale la pena. Este lugar siempre ha sido y siempre será un completo aburrimiento.

No le hizo falta girarse para saber que Aaron sonreía.

Entonces, no nos queda otro remedio que consumirlo también, ¿no es así?

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...Prácticamente el 1 de marzo –3-

Bueno, bueno, y con esto termina la trama, la primera de este nuevo arco de La Bella y la Bestia <3. Os agradezco mucho, muchísimo a todos que le dierais una oportunidad al apuntaros y espero que os haya gustado a pesar de mi patatismo de novata. Tomo nota de lo que se ha comentado e intentaré aplicarlo a las siguientes y que podáis disfrutarlas al 100% (y que no sean tan largas, por dios, si alguien lo ha pasado mal por eso he sido yo).

Ñoñerías aparte, ¡pasemos a las puntuaciones! Perdonad por no poner comentario —y ya que estamos, por la calidad de este post—, que entre las prisas y que no me encuentro muy bien no he podido sacarle tiempo. Si alguien quiere comentario, que me avise por Skype.

Suzume: ¡Recibes 68PX y subes al nivel 39! Te quedan 44PX para el nivel 40.

Sora: ¡Recibes 67PX y subes al nivel 21! Te quedan 80PX para el nivel 22.

Drazham y Astro: A casita sin puntuar. Astro por extra y Drazham porque ya cobró su parte en la trama de Nell de forma ilegal (casualmente, la nota que te iba a poner aquí y la que obtuviste al final era la misma(?)).

En serio, gracias por participar <3.
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