[Atlántica] Panteón Marino

Trama de Fátima, Celeste, Daian, Dos y Kairi

Aquí es donde verdaderamente vas a trazar el rumbo de tus acciones, donde vas a determinar tu destino, donde va a escribirse tu historia

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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor Suzume Mizuno » Dom Feb 11, 2018 4:40 am

Ladón se quedó desconcertado con todos los ataques, pero pronto empezó a escupir fuego y se libró de Celsius, que quedó contagiada por el Caos. Fátima apretó los labios y decidió mantenerla durante unos momentos más antes de devolverla a descansar al anillo. ¡Necesitaban vencer, y rápido!

¡Os he dicho que podíais coger una, no que dejarais sólo una!

Fátima, que casi había llegado junto al árbol, dio un violento respingo al escuchar aquella voz. ¡La de la diosa Hera! Se volvió sobre sí misma, esperando verla ne cualquier momento, pero no. La voz venía de… Dos. Por un instante, Fátima se planteó que estuviera rota. Luego recordó que era una niña de verdad y se preocupó, pero los coletazo y embestidas de Ladón no daban mucho tiempo para pensar. Lo único que tenía claro era que Thor, que estaba al lado de Dos, se sentía tan confuso como ella.


Y de pronto el gato comenzó a hablar también:

¡Dejad de hacer el idiota! ¡Y no hagáis daño a mi dragón! Mi bendición os protegerá del fuego, pero no servirá de nada si arranca el árbol de cuajo!

Y luego fue ella misma la que… woah. Una diosa hablaba a través de ella. ¡Había servido a una diosa y ahora era oráculo de otra

¿Y dónde demonios está esa mujer? ¿No habíais dicho que quería robar las manzanas para ella?

Las hespérides se encogieron, asustadas por el terrible tono de la diosa. Al final una masculló, mirando un poco a la nada porque no tenía ni idea de a quién de los tres debía dirigirse:

Y... Y es cierto, señora, pero... Como sus propiedades curativas sólo funcionan si las recogemos nosotras, y nos negamos... Es por eso que Ladón...

Hera, cuya presencia había sido igual de angustiosa y poderosa que el golpe de una ola cuando la marea era muy agresiva, se retiró. Eso permitió a Fátima pensar, rápidamente, que ella solo podía ser una persona. Y que ahora entendía por qué Hera había cedido con tanta facilidad.

Xihn quería manzanas. Ladón iba a destruirlas todas. Quizá tener una fuera una ventaja o, al menos, evitarían que pudiera conseguirla.

Y Hera podría decírselo, siempre y cuando salvaran una maldita manzana. Pero Hera no quería que mataran al dragón, ¿no? Y su bendición les protegería del fuego.

Es decir…

Fátima abrió mucho los ojos. ¡Xihn estaba buscando algo en la cueva de Úrsula! ¡Y ahora aquí, con unas manzanas curativas!

¡Que podían curar a Aurora!

¡Y si podían a Aurora, entonces…!

¡Distraedlo!

Fátima se tomó tres éteres y mientras Celsius y Ondina atraían la atención de Ladón, intentó atrapar una de las manzanas. En cuanto tuviera una, invocaría a Selene y le encajaría la manzana en la boca. Acto seguido, llamaría a Cephiro para que, cuando su hermana disparara la flecha contra la boca de ladón, la más joven dirigiera la manzana y en todo caso la protegiera si Ladón intentaba disparar fuego contra ella. Luego, Fátima intentaría conseguir una manzana aparte, por si acaso.

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Y una parte de ella se sentiría un poco estúpida por tal desplegue de habilidad pero ¡eran sus niñas! (¿o debería decir hermanas ahora que era tan… pequeña?) ¡Si no la ayudaban ahora que apenas levantaba unos palmos del suelo, ¿cuándo iba a hacerlo?!

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+ 5 éteres = 100 PH


▪ Celsius (HM) [Nivel 32] [Requiere Afinidad a Hielo; Poder Mágico: 40]. Celsius, una esencia de hielo, acude a las órdenes de Fátima y ataca con sus afiladas garras. Si hay una superficie de agua, puede congelarla con su aliento con una profundidad de 20 cm durante dos rondas. Celsius dura tres rondas. Puede ser dañada y rechazada, pero si hay agua es capaz de reformarse hasta que se termine su tiempo.

▪ Cephiro (HM) [Nivel 44] [Requiere Afinidad a Viento; Poder Mágico: 60]. Cephiro, una esencia de viento, acude a las órdenes de Fátima y dispersa a sus enemigos mediante golpes de aire o con su propia presencia. Dura cuatro rondas y solo se la puede dispersar con aire de su mismo nivel.

76 por ambas invocaciones= 24 PH
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor RedXIII » Dom Feb 11, 2018 8:00 am

¡Os he dicho que podíais coger una, no que dejarais sólo una! ¡Dejad de hacer el idiota! ¡Y no hagáis daño a mi dragón! Mi bendición os protegerá del fuego, pero no servirá de nada si arranca el árbol de cuajo! ¿Y dónde demonios está esa mujer? ¿No habíais dicho que quería robar las manzanas para ella?

La voz de Hera pasó de uno a otro, comunicándose a través de ellos.

Y... Y es cierto, señora, pero... Como sus propiedades curativas sólo funcionan si las recogemos nosotras, y nos negamos... Es por eso que Ladón...

Si Hera no quiere que luchemos contra su dragón sólo nos queda intentar curarlo — Dijo dirigiéndose a las Hespérides —¿Las manzanas solo le curarán si las cogéis vosotras?

¡Distraedlo! — Parecía que ya habían tomado la delantera sobre aquel asunto.

¿Funcionará así? — Preguntó a su salvadora al ver las acciones de Fátima.

Me voy a arrepentir... aprovechad la situación — Suspiró.

Sus pupilas se rasgaron y sus sentidos se agudizaron en gran medida. Con la velocidad que le permitía aquel cuerpo sorteó y esquivó todos los ataques que pudo hasta colocarse al lado de una de sus piernas para dejar una pequeña Trampa bzzzzzz para ralentizar sus movimientos. A continuación salió corriendo para entretener al monstruo todo lo que pudiera.

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Sentido animal (HC) [Nivel 7] Los sentidos de Hiro se agudizan y le permite olfatear, ver y escuchar mejor y a mayor distancia, pudiendo intuir, detectar y reconocer a la gente que haya cerca o rastrear objetos. Dura dos turnos.

Trampa bzzzzzz (HC) [Nivel: 20] Coloca una trampa en el suelo que al pasar por encima inmoviliza a los enemigos en un área de metro y medio durante un turno. Los de mayor nivel solo reducirán su velocidad de movimiento al pasar por encima.
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No hagas click aquí, despertarás a la conejita.

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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor LightHelco » Dom Feb 11, 2018 2:08 pm

Aquella posesión de última hora la detuvo del todo y no solo fue Dos quien la sufrió, el resto de sus compañeros también hablaron con la voz de la diosa de prendas rosas. Si que le costaba recordar nombres ahora.

Pero lo importante no era que les hubiese poseído, si no la información que les había ofrecido mediante ella. Xihn había estado allí y había intentado conseguir una de las manzanas. No era casualidad que esta se encontrara en los dos lugares que ellos visitaban, o sabía lo que intentaban los caballeros y quería impedir que salvaran a Aurora o también buscaba el recuperarse de algo.

Fuera lo uno o lo otro, Dos no podía quedarse a divagar y sacar una conclusión lógica, no con esa enorme hidra aun atacándoles. Iba a tocar encargarse de ella primero… y esta vez esperaba que ningún Dios la poseyera para cortarle el rollo.

Nuevo plan, Chispas —llamó a Thor —. Hora de subirse al lomo de la hidra y darle unos buenos golpes en esas cien cabezas.

En esta ocasión si consiguió liberar la energía de su cuerpo y tuercas, como dolía todo, pero supuso que sin sacrificio no habría recompensa y en este caso, la recompensa era mucha velocidad. Además, el sobreesfuerzo empezó a formar algo a su espalda, casi sintiendo como si los huesos se le salieran de ella, aunque lo que salió fueron unas modestas alas que soltaban chispas y brillaban peligrosamente, eran como plasma que a duras penas podía mantenerse en ese estado.

Vale, un par de aleteos y corto —concluyó aguantándose el dolor y bebiéndose un éter para calmarlo un poco —. ¡Adelante!

Y pegó un salto de aúpa, intentando con las alas sobrepasar las cabezas de la bestia para caer sobre su espalda con los filos de sus armas por delante. El daño no sería mortal, pero entre los ataques de sus compañeros y eso, al menos sería suficiente para ir desgastándolo. Rápidamente intentó cambiar de arma e invocar su Cadena del Reino, recordando lo aprendido con el Maestro Light, la extendió hasta transformarla en un enorme látigo que golpeara cuantas más cabezas posibles, golpes a bastante potencia, ya que su objetivo era aturdir a Ladón y que dejara de dar tantas vueltas.

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Lo de Sobrecarga critica estaba en el anterior el proceso, pero lo vuelvo a hacer si ese no se conto.

▪ Sobrecarga Crítica (HC) [Nivel 10] Tras que el cuerpo del usuario haya recibido múltiples daños, este podrá entrar en un modo critico en el que libera una gran cantidad de energía, aumentando sus estadísticas de Fuerza y Velocidad (x1,25). Este estado funciona como una locura.

Como ahora no tengo Cuerpo Robotico no se si esta valdra, al menos he dejado lo de que es dolorosa y poco estable.

▪ Vuelo Propulsado (HC) [Nivel 14] (Afinidad a Fuego, Alas, Cuerpo Robótico) Desplegando unas alas mecánicas y ayudándose de algún propulsor, el usuario puede despegar y moverse en el aire durante un máximo de tres post.

Dos se toma un eter.

"Subete al lomo de la hidra. Subete al lomo de la hidra"

▪ Salto (HC) [Nivel 13] [Requiere Doble Salto; Elasticidad: 12; Fuerza: 15]. Realiza un gran salto, mayor que Doble Salto, y acto seguido se abalanza sobre su enemigo desde el aire con mayor fuerza que un ataque normal, causando un gran impacto.

No se si esto valdra, pero usa una combinacion de estas dos habilidades.

▪ Latigazo (HC) [Nivel 5] [Requiere Combate con Armas Blancas: 15] El usuario transforma momentáneamente su Llave Espada en un látigo, aumentando drásticamente su alcance y pudiendo golpear a varios enemigos a la vez de un ataque. La potencia de Latigazo es similar a la de un ataque normal. Dura un ataque o varios consecutivos.

▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] (Fuerza: 12) Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor Denna » Mié Feb 14, 2018 3:55 am

Coliseo del Olimpo


La hespéride que sujetaba a Hiro frunció los labios y asintió, preocupada:

Recogerla o tocarla, pero sí. Sin nosotras, no son más que manzanas corrientes. Supongo que por eso la mujer no nos habrá matado...

Por tanto, siempre que una de las ninfas tocara la fruta, sí, su plan funcionaría. Por desgracia para ellos, la coordinación era casi igual de importante.

Hiro acertó la trampa —por supuesto—, que ralentizó a Ladón con éxito. Junto con la tormenta, las esencias y los ataques de las hespérides, el furibundo dragón y sus cien cabezas empezaron a alejarse poco a poco del árbol. Cada vez rezumaba más Corrupción.

Sin embargo, Dos lo retuvo al caer sobre su lomo. Su peso habría resultado imperceptible de... en fin, de no haber sido un dragón de cien cabezas. Llamó la atención de al menos una veintena, y por mucho que sus aliados intentaran reclamarla de vuelta, Ladón consideraba que era demasiado molesto que Dos lo hubiera tomado por un poni.

El Aturdidor, ahora en un látigo, cortó el movimiento de seis cabezas que se abalanzaron sobre ella, pero no fue suficiente. Thor, que la había seguido de cerca, tuvo que terminar llevándosela en brazos antes de que la devoraran todas las demás. Había sido rápido: sin contar un mordisco que se había llevado en el hombro derecho, estaba ilesa.

O casi. Porque la Oscuridad que desprendía su herida no podía significar nada bueno.

La «distracción» de Dos supuso algo más que un contratiempo para Fátima. La niña logró evitar las cabezas, patas y cola de Ladón hasta entonces, pero cuando las cabezas se giraron la vieron a ella también. Y, si bien sus hijas la protegieron con uñas y dientes, seguían estando en clara desventaja.

Conseguir una manzana supuso casi la destrucción de Celsius y Ondina, que recibieron todos los ataques que le hubieran tocado recibir a ella. Desde mordiscos hasta golpes de cola. Incluso Thor, con Dos todavía encima, tuvo que intervenir para que la Maestra lo consiguiera.

Cayó súbitamente del árbol cuando Ladón lo golpeó con la cola, y aunque la caída había sido algo brusca para su cuerpo de niña, sobreviviría. A menos que los engullera como parecía que tenía planeado hacer.

Pero antes de que Selene disparara, la mano de una de las hespérides rozó el fruto a una velocidad casi frenética. Las había acompañado sin ser detectada por ninguno de los presentes, pero de no haber estado ella el plan entero se habría venido abajo.

El fruto cobró un resplandor propio mientras se dirigía a las fauces abiertas de la criatura. La manzana fue engullida en el acto. Y el efecto fue casi igual de inmediato. El aura que Ladón transmitía, esa corrupción que podían ver y sentir sin problemas… desaparecía.

Incluso las esencias de Fátima se darían cuenta de que ya no había necesidad de pelear contra la criatura. De no ser porque aunque hubiera recobrado la conciencia de sus actos, seguían siendo desconocidos en el jardín que debía proteger.

Retrocedió, sin embargo, al ver que una de las hespérides estaba con los forasteros. Las tres suspiraron de alivio y se dejaron caer, exhaustas por el miedo que habían pasado.

¡No hay tiempo que perder! —declaró Hera, hablando a través de Hiro—. ¡Y ya hablaremos del estado en el que ha quedado mi jardín!

La que había acompañado a Fátima fue la responsable de encaramarse con cuidado al árbol y coger una de las manzanas. Al ponerla en las manos de la niña parecían inmensas, y su resplandor parecía incluso mayor ahora que la situación parecía más o menos estable.

Puedo realizar un último teletransporte —dijo entonces la diosa, hablando a través de Dos. Parecía cansada, agobiada, o quizá ambas cosas—. Uno que sería capaz de llevaros al destino que vosotros decidáis. Uno que sería lo más preciso posible.

»Pero os tenéis que poner de acuerdo —continuó, esta vez desde la boca de Fátima—. Iréis todos al mismo lugar, pensadlo bien. ¿Qué es lo que os urge más? ¿Ayudar a vuestra princesa? O salvar los Corazones de Atlántica y de mi mundo?

Era una buena pregunta. Y, a juzgar por el tono de voz de Hera, una fácil respuesta… ¿O no? Tenían la manzana, una que sería capaz de salvar a Aurora. Y Hera les podría llevar directos hasta ella, fuera cual fuera su ubicación seguramente. ¿Pero iban a irse y que las intenciones de Xihn en Atlántica quedaran en mano del resto de sus compañeros? O peor aún: ¿Iban a olvidarse de lo que estaba sucediendo con Coliseo y el conflicto al que se enfrentaban los demás dioses?

Tendrían que elegir uno de esos tres lugares… y rápido, ya que el tiempo corría para todos. Pero Hera había puesto una única condición: que todos estuvieran de acuerdo con el sitio al que ir. No había sitio para rezagados de última hora.

Tocaba ponerse de acuerdo, y dejar a un lado los intereses propios de cada uno.

* * *


Atlántica


Las cosas sucedieron rápido. Tanto que luego costó unirlas, en especial para las chicas que protagonizaron aquella locura.

Celeste trató de atraer la varita de Miki a la vez que Xihn se precipitaba sobre el grupo. Al mismo tiempo, Daian curó (vagamente) al malherido Poseidón mientras Kairi gritaba.

¿El resultado?

Xihn atrapó a Miki por la cola con uno de los tentáculos justo cuando Celeste conseguía coger la varita. La muchacha recibió un fuerte golpe en el costado que le hizo crujir las costillas y acabó atrapada en otro tentáculo. La presión empezó a envolverla cuando, de pronto, se vio liberada.

Poseidón, sin decir palabra, se había arrojado sobre Xihn. El poderoso dios atrapó el frágil cuerpo de la enemiga de los mundos y trató de partirle el cuello mientras daba una fuerte voz que hizo temblar el mar y levantó mareas y torbellinos. Miki se aferró a Celeste con un grito y Daian salió disparada una vez más, aunque ella y Kairi pudieron aferrarse a un risco.

Y entonces…

Todos lo sintieron. Sobre ellos explotó una luz dorada y una nueva onda los pegó a las piedras a las que estaban aferrados o, en el caso de Xihn y Poseidón, casi los lanzó directos contra el fondo marino.

Sobre las Caballero habían aparecido nada menos que once resplandecientes figuras, cuyos aspectos no habían cambiado para adaptarse a aquel mundo. Dioses todos ellos, de diferentes colores, con armas relampagueantes. Uno rojo y una azul se adelantaron con un impulso ridículamente potente, aguantando la respiración, para ir a socorrer a Poseidón.

Xihn abrió la boca en una mueca de desconcierto. Pero luego sus ojos se entornaron, resplandecientes de oscuridad, y esbozó una desagradable sonrisa.

Con sus tentáculos, atrapó los miembros de Poseidón pero, en vez de intentar separarlo, lo estrechó en un imposible abrazo. Luego manifestó su incompleta Llave Espada de Oscuridad y la clavó en el corazón del dios de los océanos.

El mundo volvió a estallar.

Cuando Celeste despertó, se encontró en brazos de una diosa azulada que nadaba hacia un risco, donde la esperaban Daian y Kairi. Miki iba aferrado a la cintura de la diosa y sonrió al verla despierta.

No hay tiempo para saludos.—La diosa había envuelto su cabeza en una burbuja para poder hablar y su voz llegaba algo distante cuando soltó a Celeste en brazos de Daian—. Debéis dirigiros hacia allá, donde los dos mundos se están juntando, y arreglarlo de alguna forma antes de que sea el fin. Si lo que ha hecho Xihn con mi tío sale de aquí, no creo que podamos detenerlo.

Les llegó el distante golpe de inmensas rocas entre sí y hasta las envolvió un fuerte resplandor. Daian y Kairi, que ya habían visto la monstruosidad contra la que los dioses cargaron mientras Xihn huía hacia donde Atenea había señalado, todavía no podrían dejar de estremecerse.

Era un gigante de al menos cincuenta metros de altura, piel escamada y enormes tentáculos emergiendo de su barba. Zeus, envuelto en rayos, trataba de hablar con él frente a su cara —apenas si parecía un puntito dorado— pero la bestia lo rechazó con un violento golpe y el dios respondió con un rayo.

Esperemos que no suelte tinta. ¿Os imagináis cómo lo dejaría todo?

Las chicas darían un respingo, Miki incluido, al encontrar al dios del inframundo sentado no muy lejos de ellos. La base humeante de su ropa se retorcía sobre sí misma y el fuego de su cabeza ardía dentro de otra burbuja. No parecía afectado por la lucha de sus dos hermanos.

Cierra el pico, Hades, hay cosas más importantes. Sospecho que Xihn se ha dirigido hacia el Corazón del mundo y es vuestro deber proteger a la Princesa del Corazón, ¿no es así? Creo que podremos daros unos minutos para arreglarlo todo antes de que… Poseidón os alcance.

Qué tierno, debe estar buscando a su nueva madre.

Mejor ve a luchar, tío. Aquí no haces nada.

Os las apañaréis bien solos, prefiero mirar.

Atenea chasqueó un dedo y de pronto los cuatro sintieron que les volvían las fuerzas. Después la diosa de la guerra partió a enfrentarse a su tío, que se encaminaba a lento paso hacia la dirección que ella había señalado.

En ese camino, detrás de torbellinos que arrastraban corales y restos rocosos, encontraron un lugar donde en su día hubo una cueva. Ahora… Ahora había un enorme agujero dorado, resplandeciente y doloroso, que atraía las corrientes hacia su interior. Si se esforzaban por ver, descubrirían un cielo claro al otro lado.

Pero había problemas más inmediatos, como la batalla que se estaba dando frente al desgarro dimensional. Reconocieron el resplandor del tridente que portaba Ariel. La muchacha se movía a toda velocidad alrededor de la que ahora estaban seguras de que era Xihn y que parecía empeñada en atrapar el arma de la Princesa. Esta trataba de mantenerse lejos del toque de su Caos, que todavía la envolvía, y tenía cierta ayuda.

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Él las reconoció (y ellas probablemente lo hicieron por su Llave Espada):

¡ATACAD, RÁPIDO, NO PODEMOS DEJAR QUE SE ESCAPE!

Parecía que la única que había salido indemne al Caos había sido Ariel, quizá por la gracia del Tridente…

—[color=#400040]¡¡FUERA DE MI CAMINO!![color]

Xihn evadió la oscuridad que le arrojaba Ryota y volvió a intentar atrapar el Tridente. Ariel retrocedía, con los dientes apretados, y se notaba que quería dirigirse hacia el desgarro, pero Xihn no se lo permitía.

La pregunta era, ¿podrían enfrentarse a ella antes de que llegara Poseidón, o deberían intentar pedir… ayuda?

Fecha límite: domingo 18 de febrero
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor Suzume Mizuno » Dom Feb 18, 2018 9:47 am

Thor protegió a Dos de las cabezas de Ladón mientras Fátima se apresuraba a conseguir la dichosa manzana. Saltó por encima de las patas, esquivó la cola y estaba a punto de llegar cuando, de pronto, Thor alejó a Dos y Ladón desvió su atención hacia ella.

Sus niñas saltaron a protegerla. Fátima pocas veces había sentido tanto pánico, ni había sido tan consciente de sus limitaciones, su torpeza, su lentitud. Sus piernas no eran tan largas, no eran tan fuertes, sus reflejos no eran tan buenos. Y oía gritar a Ondina, a Celsius. Los latigazos de la cola, los mordiscos, se interpusieron entre todos, la empujaron para evitar que la alcanzaran. Thor mismo tuvo que correr a unirse a sus hermanas, con Dos a la espalda, porque una de las cabezas estuvo a punto de alcanzarla. Fátima no se dio cuenta de que estaba gimoteando de miedo y culpabilidad y con los ojos arrasados por las lágrimas.

Una de las manzanas cayó con un empujón de Ladón y Fátima se arrojó a cogerla. Invocó a Selene y a Cephiro y clavó la manzana en la flecha que le ofreció la primera. La esencia de luna tensó su luminoso arco y se preparó para disparar cuando, de pronto, una hespéride apareció a su lado y tocó la manzana de refilón. Fátima no tuvo tiempo para preguntarse cómo había llegado hasta ahí —luego se le ocurriría que les había seguido con alguna clase de invisibilidad—. En cuanto lo hizo, la fruta emitió un fulgor dorado.

Después Selene disparó y con ella partió Cephiro para guiar la manzana directa al gaznate de una de las cabezas de Ladón.

El Caos se desvaneció casi de inmediato. Hasta sus niñas se volvieron hacia ella, que todavía sorbía por la nariz y se tuvo que frotar los ojos para ver algo, sorprendidas porque su infección se había desvanecido.

Por un momento, Fátima pensó que Ladón les atacaría, porque pareció despertar de un mal sueño y, desde luego, se suponía que ellos no debían estar ahí. Pero entonces se fijó en la hespéride y retrocedió lentamente. Fátima exhaló un suspiro de alivio y se dejó caer de culo, sin fuerzas. Tuvo que beber un par de éteres, solo por si acaso, para recuperar su energía.

«Menos mal que estáis bien. Menos mal…»

Si solo hubiera sido más fuerte, si hubiera podido ser más rápida…

«Si me como una manzana…»

¡No hay tiempo que perder!. —La voz de Hera brotó de la boca del gato, haciendo que Fátima diera un brinco de la impresión—. ¡Y ya hablaremos del estado en el que ha quedado mi jardín!

La hespéride que había ayudado a Fátima se encaramó al árbol y cogió una de las manzanas. Fátima recordó que solo podían sacar una. ¿La diosa sería capaz de hacerles algo si intentaban coger una más…? ¿O tres? ¿O cuatro? No lo creía, pero… Por lo que veía, si una hespéride no tocaba la manzana, esta no servía para nada. Además, si podía controlarles para que hablaran en su nombre…

Gracias por lo de antes—murmuró, secándose de nuevo los ojos, cuando la hespéride se acercó—. Nos has salvado.

Se sentía tan estúpida, tan inútil. Tan… pequeña e insignificante. Si sus niñas no hubieran estado con ella no habría podido hacer nada.

Puedo realizar un último teletransporte —dijo Hera, en esta ocasión usando a Dos. A Fátima le dio la impresión de que parecía angustiada—. Uno que sería capaz de llevaros al destino que vosotros decidáis. Uno que sería lo más preciso posible.

Fátima notó cómo llegaba antes incluso de que se apoderara de su voz:

Pero os tenéis que poner de acuerdo . Iréis todos al mismo lugar, pensadlo bien. ¿Qué es lo que os urge más? ¿Ayudar a vuestra princesa? O salvar los Corazones de Atlántica y de mi mundo?

Fátima se puso blanca.

No nos dijiste que la manzana sirviera para salvar este mundo—protestó con debilidad.

Y el suyo. Oh dios, ¿qué quería decir con el Corazón de Atlántica? ¡Allí estaban Celeste, Daian, Kairi y… oh, Miki y Ryota! Miki, que tenía un hijo en casa. ¿Qué había pasado con Ariel?

Miró a Dos y a Hiro. Pensó en Tebas inundada.

Pensó en su misión. En cómo Xihn había estado allí. Debería haberse dado cuenta, debería haber hecho algo, debería…

«Mamá y mi familia. Vaan. Oh Luz.»

Se le volvieron a irritar los ojos y, una vez más, se le escaparon las lágrimas de miedo, frustración y vergüenza. ¿Iba a abandonar a sus amigos en Reino Encantado? Pero… pero desde el principio habían buscado las pociones de Úrsula. Nunca se les pasó por la cabeza que hubiera algo como aquellas manzanas.

Dos mundos… Dos… Contra uno, si Aurora no llega a curarse de ninguna forma y no logramos salvar Reino Encantado. Pero… siguen siendo… dos. N-no podemos dejar morir a tanta gente… Si podemos arreglarlo ahora.—Cerró los ojos y sorbió—. Tenemos que ir al Corazón de Atlántica y arreglarlo. También fue… nuestra culpa.

Hundió la cabeza.

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Fátima decide ir al Corazón y se toma 2 éteres.
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor EspeYuna » Dom Feb 18, 2018 2:41 pm

¡Luz, Celeste...! Miki...

Aquella expresión la había copiado de manera inconsciente por Fátima. Quizás fue un intento por integrarse en la Orden, pero desde entonces siempre la había usado desde lo más profundo de sus sentimientos. Y ver a Celeste y Miki a salvo fue más que suficiente para agradecer a la Luz que les guiaba la suerte que habían tenido.

Todo lo que sucedió en los últimos minutos había sido confuso y aterrador. El cuerpo de Daian había volado por los aires de nuevo, empujada por la fuerza de los mares. La explosión trajo una supuesta bendición. Las personas... no, entidades divinas, que se alzaban en pos de derrotar a aquella monstruosidad, eran hermosas. Hacía daño a los ojos sólo mirarlas.

Pero lo más importante fue que una de aquellas preciosas mujeres le trajo de vuelta a Miki y a Celeste atrapada en su cuerpo, diminuto e insignificante. Se adelantó a pesar de que la cabeza le daba vueltas. Recibió a Celeste en sus brazos y la aferró con fuerza contra su pecho. Temblaba aterrada.

Celeste... ¡Celeste! ¿Te encuentras bien? —ante su respuesta, sonrió de puro alivio— Lo siento, apenas he podido hacer nada. Miki... Miki, perdóname. Nunca debí mandarte ahí. Tu varita... quizás ellos puedan...

Intentaba conectar ideas en su cabeza, pero el miedo la había paralizado por completo. Agarraba con fuerza a Celeste, y masculló por el roce de sus quemaduras con el cuerpo de su amiga. Pero no importaba. Estaba viva. Todos estaban vivos. Por ahora, era lo único a lo que podía aferrarse.

Quiso agradecerle a aquella entidad, hermosa sin duda, que hubiera salvado a sus amigos. Pero no había tiempo, la diosa les informó enseguida de la situación y Daian intercambió una mirada con Kairi cuando ambas observaron la monstruosidad en la que se había convertido el abuelo de Ariel.

La princesa... jamás se lo perdonaría.

—Esperemos que no suelte tinta. ¿Os imagináis cómo lo dejaría todo?

Daian no pudo evitar dar un respingo cuando ayudaba a Celeste a "ponerse en pie". Una entidad, oscura y siniestra, se encontraba a su lado. Luz, no le había sentido. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí?

Escuchó con atención la discusión de ambos. ¿Hades? ¿Hades, el Dios de los Muertos? Había leído sobre él, y recordaba por Nadhia que Fátima había tenido problemas con él en alguna misión del pasado.

Increíble. ¿Mirar? ¿En serio, el Dios de los Muertos no iba a mover un músculo ante aquella situación?

Quizás fue porque seguía perdiendo sangre, o fue el enorme alivio que sintió cuando la diosa curó las heridas y el cansancio acumulado de todos, que tuvo que dar su opinión entre dientes, antes de dirigirse hacia el foco del lugar que tenían que arreglar antes de que fuera demasiado tarde.

¿Usted es Hades? ¿Se hace llamar Dios de los Muertos? —le temblaron los dedos. Estaba encarándose a un dios. El que podía mandarla al Infierno durante una eternidad si chasqueaba los dedos. Pero, ¿qué tenía que perder? Necesitaban todas las manos posibles y no estaba dispuesta a consentir que un dios, fuera quien fuera, se quedara de brazos cruzados sin hacer nada— ¿Un Dios de la Muerte que no tiene deseos por derramar sangre? Patético. Miki, si quieres quedarte aquí a salvo lo entenderemos. Has pasado por mucho. Lo siento.
Chicas, ¿vamos?


Miró a Celeste, antes de acercarse para intercambiar su armamento. Recogió el último éter que le quedaba. Lo agarró con fuerza y se lo guardó, junto a un par de pociones. Ambas asintieron. A pesar de ese miedo de perder a sus amigos, sabía que esperar a la muerte sin hacer nada más por salvarse sería igual de vergonzoso que lo que estaba haciendo Hades, aunque fuera velar por su propia seguridad. Ser egoísta no le serviría de nada.

Nadhia... eligió ese camino. Ella no.

*****


Llegaron al campo de batalla, con... ¿Ryota? ¡Oh, Luz, el Caos también le había afectado a él! ¿Dónde estaba Fátima...?

Se puso en guardia con el grito desgarrador de su Maestro. Buscó a Ariel, quien se apartaba de Xihn cuando éste intentaba alcanzarla con sus tentáculos. La protegería con todo lo que tenía.

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¡¡Luz!!

Daian lanzó hacia el cielo un hechizo con su Llave-Espada bajo el aspecto de Celeste. De repente, un aura mágica la envolvería a ella, a Kairi, a Celeste y a Ariel. Sabía que Ryota era afín a oscuridad y se las apañaría para combatir a Xihn. Las bendijo a las tres con luz, y se aseguró de que la oscuridad, la de Xihn, no lo tuviera nada fácil para hacerles frente. Estaba acorralado. Sí, ¡podían conseguirlo si tenían un poco de fe!

Pero no sólo eso. Tenían que pensar con astucia, rápido. Como una cazadora. Una asesina.

Agarró su Llave-Espada en forma de arco. Era hora de ponerse seria. Su misión sería, ante todo, proteger a Ariel. Pero si conseguía asestar a los órganos vitales de aquel monstruo... mejor.

Invocó una de sus Flechas Celestiales, y ahogó dentro de ella un grito de rabia contenida. Siempre había procurado ser silenciosa al lanzar sus flechas, pero aquella era una batalla encarnizada, peor que la última con Dark Light. Estaban ante el causante de todo el sufrimiento del Intersticio. Quien podía acabar con todo cuanto había comenzado a amar. ¡No se lo consentiría!

En el momento que Xihn intentara alcanzar de nuevo a Ariel y tuviera el blanco perfecto, soltaría su flecha de luz hacia sus tentáculos. Cargada del sentimiento por protegerlos a todos.

Adaptarse al cuerpo de Celeste era... complicado. Su vista le fallaba constantemente, y solo se sintió segura y con suficiente puntería para lanzar una única flecha. Luz, con su cuerpo todo sería más fácil...

Pero no podía pensar así. Sentía que no estaba respetando a Celeste. Ambas compartían un poder mágico similar, y tenía que aprovecharlo.

Tuvo una idea. Aprovechando que Xihn estaría esquivando ataques o intentando alcanzar a Ariel, invocó una larga cadena de luz para envolverle, o al menos atrapar unos cuantos tentáculos para comprimir y atraparle. No duraría demasiado tiempo. Pero quizás, unos segundos para arremeter contra él.

¡¡Ahora!!

Bebió con rapidez el éter que le quedaba. Y tras que sus compañeros usaran sus respectivos ataques, se lanzaría contra Xihn para atacar con una potente estocada. Con todas sus fuerzas. Y las de Celeste.

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Daian se bebe su último éter para recuperar (mamasita que alguien se apiade de nosotros plz)

▪ Armadura celeste ++ (HM) [Nivel 27] [Requiere afinidad a Luz; Habilidad Armadura Celeste +; Poder Mágico: 31]. Cubre el cuerpo de cuatro personajes como máximo, debilitando de mucho los ataques afines a Gravedad y Oscuridad contra ellos y potenciando en gran medida los de tipo Cura y Luz.

▪ Flecha Celestial (HM) [Nivel 7] [Requiere afinidad a Luz; HM Perla; Poder Mágico: 10; Puntería: 12]. El usuario es capaz de comprimir el hechizo Perla en forma de flecha, lanzándola al enemigo usando la Llave-Espada como arco. Alcanza una mayor velocidad y distancia.

▪ Destino Enlazado (HM) [Nivel 10] [Requiere: Afinidad a Luz; Poder Mágico: 15] El usuario invoca una larga cadena dorada de tres metros que rodea y atrapa al enemigo durante un turno, provocando a su vez daños afín a luz. Con suficiente Fuerza, la cadena puede ser rota.

▪ Ira de Lucifer (HC) [Nivel 15] [Requiere afinidad a Luz; Fuerza: 15; Poder Mágico: 20]. El usuario arremete contra el rival con una potente estocada. La Llave-Espada desprende con el golpe pura luz elemental y hace retroceder al enemigo.
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor Denna » Lun Feb 19, 2018 1:41 am

En medio de todo el caos, del dolor y del miedo, Daian me abrazó y pude volver a pensar con claridad. Respiré hondo para calmarme, asegurándole que sí, que me encontraba bien, y que no me había hecho mucho daño.

Pero eso no era gracias a mí. Había sido la diosa la que me había salvado la vida. La reconocía vagamente de Coliseo del Olimpo, pero la sorpresa y el estupor me impidieron reaccionar como era debido.

¿Los dos mundos?

Atenea debía referirse a Atlántica y a... y a Coliseo del Olimpo, claro. Por eso estaba ella aquí, y también Poseidón y los otros dioses que los acompañaban. Me estremecí. ¿Cómo que se estaban juntando? ¿Era por lo que había ocurrido antes? ¿Por la explosión en la cueva de Úrsula?

Xihn... Miré por encima del hombro de Daian —seguía en sus brazos, pero ya me apartaría cuando fuéramos a pelear—, y contuve el aliento al ver a la inmensa criatura que había aparecido de pronto en el océano.

Cuando Poseidón tenía un tamaño «normal» apenas habíamos sido capaz de hacerle cosquillas. Ahora... Bien, tendrían que encargarse los dioses. Intentarlo nosotros sería un suicidio en toda regla.

Es espantoso —murmuré.

Esperemos que no suelte tinta. ¿Os imagináis cómo lo dejaría todo?

Atenea se encargó de replicar a su tío —¿Hades quizás?—, y yo me volví hacia Daian y Kairi. Las dos estaban ilesas, y Miki también. Más o menos. Había conseguido rescatar los trozos de su varita, pero sin ella, seguirnos sólo le metería en problemas. Me acerqué de nuevo a Atenea e improvisé una reverencia. ¿Cómo se suponía que tenía que dirigirme a una diosa? ¿Había formalismos para eso?

Mi señora... Os agradecemos que nos hayáis salvado la vida. Haremos todo lo que podamos con tal de salvar ambos mundos y detener a Xihn —dije con torpeza. Luego le enseñé los restos de la varita—. Espero no excederme al pediros este favor, pero... ¿Vos podríais arreglar esto? Vuestro tío lo ha roto antes a causa de una confusión, y es el arma de nuestro compañero —expliqué, señalando a Miki. La culpabilidad me carcomía por dentro—. Su magia es muy poderosa, y podría ayudarnos a derrotar a Xihn. Yo, eh... O-os lo agradeceríamos mucho.

Le tendí la varita con toda la delicadeza de la que fui capaz. Si Atenea no podía hacer nada por ella, no insistiría más y le daría las gracias de todas formas. Habría que esperar y arreglar las cosas en Castillo de los Sueños.

Entonces me dirigiría a Hades. No sé qué me impulsó a hablar, o quizás no quería reconocerlo, pero fui breve. El tiempo apremiaba.

Con todos mis respetos, mi señor, yo en vuestro lugar aprovecharía esta oportunidad para darle una paliza a mi hermano. No creo que nunca vaya a presentarse otra tan buena. Pero esa es sólo mi humilde opinión.

Hice otra reverencia, una mucho más desenfadada, y seguí a Daian y a Kairi. Si Miki venía con nosotras, le tendería la mano para ayudarle a nadar.

La batalla contra Xihn había comenzado, y distinguí a Ariel luchando con uñas y dientes por acercarse al desgarro que llevaba a Coliseo del Olimpo. Si alguien podía cerrarlo, ésa era ella. Bien. Eso facilitaba nuestro trabajo. Y también el de...

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Habría tardado más en reconocerlo de no haber sido por la Llave Espada. Y, de no haber sido su aprendiza, puede que ni eso. Parecía que el Caos no perdonaba a nadie (o a casi nadie), pero... algunos salían mejor parados que otros, por lo visto.

«Celeste, no. Celeste, céntrate, que esto es importante.»

Teníamos que quitar a Xihn de en medio y abrirle paso a Ariel. Dicho así, parecía incluso sencillo. Di un coletazo para acelerar e invoqué la Llave Espada. Lo primero que hice fue usar Disonancia sobre Ariel, que era la que estaba más cerca de Xihn, y sobre Ryota por si acaso. Entonces, antes de que Daian disparara su flecha, intenté retener a nuestra enemiga con Fuerza viva, apurando al máximo para que pudiera alcanzarla.

Junto con los ataques de Ariel, Ryota y Kairi —y Miki, si podía luchar—, esperaba que al menos la Princesa pudiera dejarla atrás y centrarse en la grieta. Si podíamos retener a Xihn, o para intentar impedir que escapara si se daba el caso, me arrojaría contra ella con Gran alcance y trataría de herirla en las piernas o los tentáculos que usara para moverse. También, si veía que era necesario y que iba a escapar sí o sí, intentaría paralizarla mediante Toque eléctrico.

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Celeste tiene 56PH, y se gasta 52 del tirón para usar Disonancia dos veces. Se bebe dos éteres y... hace muchas cosas(?).

▪ Disonancia (HM) [Nivel 26] [Requiere afinidad a Espacio; habilidad Magneto; Poder Mágico: 30]. Un aura mágica rodea al usuario y anula toda clase de proyectiles (físicos o mágicos) mediante una fuerza magnética. Se desvanece solo tras dos rondas, pero puede ser atravesado por ataques de nivel superior. No funciona contra golpes cuerpo a cuerpo o armas blancas.


▪ Fuerza viva (HM) [Nivel 18] [Requiere Afinidad a Rayo; Poder mágico: 24] [Personalizada]. Detiene la energía cinética de un enemigo durante un turno, dejándolo inmóvil e incapaz de usar habilidades que requieran movimiento. Contra enemigos de mayor nivel que el usuario, el efecto desaparecerá al efectuar una habilidad superior a Fuerza viva.


▪ Gran alcance (HC) [Nivel 9] [Requiere Afinidad a Espacio; Elasticidad: 15; Habilidad Doble salto]. Transporta al usuario a una localización que tenga a la vista. No puede atravesar paredes ni ningún tipo de materia orgánica. Combinado con Doble salto puede escalar muros y trepar a sitios altos.


Si estuviera en peligro, Celeste usaría esta habilidad una vez más para retroceder. Si he contado bien, entonces se quedaría con 0PH (si usara también la siguiente habilidad una vez). Y si he contado mal, renuncio a los éteres(??).

▪ Toque eléctrico (HM) [Nivel 8] [Requiere Afinidad a Rayo; Poder mágico: 12]. Mediante el contacto físico directo, el usuario da una descarga eléctrica que paraliza al enemigo y lo deja aturdido unos segundos después de soltarlo.


PD: qué divertido es ir comparando habilidades y estadísticas :D
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor RedXIII » Lun Feb 19, 2018 7:26 am

¡No hay tiempo que perder! ¡Y ya hablaremos del estado en el que ha quedado mi jardín! — Hera volvía a usarlo para hablar a través suyo, no le hacía mucha gracia aquella forma de comunicación, pero tampoco iba a negarse.

Puedo realizar un último teletransporte. Uno que sería capaz de llevaros al destino que vosotros decidáis. Uno que sería lo más preciso posible. — Como sucedió la última vez, la difusión de su mensaje fue rotando entre los presentes.

»Pero os tenéis que poner de acuerdo. Iréis todos al mismo lugar, pensadlo bien. ¿Qué es lo que os urge más? ¿Ayudar a vuestra princesa? ¿O salvar los Corazones de Atlántica y de mi mundo?

No ir directamente a darle la manzana a Aurora puede suponer un gran riesgo, incluso que nos la robe Xihn — Atusó el pelo de su perilla con la pata —Pero si los demás siguen en Atlántica, o eso espero, seguro que ya han conseguido el antídoto... — No parecía muy convencido de sus propias palabras, incluso dudaba mientras las pronunciaba, pero tenía que dar un voto de confianza.

Hera, perdón por mi atrevimiento pero ¿Hay alguna forma de quitar esta maldición que me ha transformado en gato? — Le preguntó —Si hace falta volveré después para arreglar su jardín como pago, pero si queremos salvar los dos mundos necesito al menos mi cuerpo... nuestros cuerpos más bien — Miró ligeramente de reojo a Dos y Fátima.

¿Debemos ir pues al corazón de Atlántica como comenta Fátima para arreglar los problemas del Olimpo? — Dijo de nuevo a Hera. No tenía muy claro lo que pasaba en el Olimpo, pero si ir hasta el corazón de Atlántica cesaba sus problemas, no tendría inconveniente en desplazarse hasta allí —¿Qué opinas, Dos?

Muchas gracias por vuestra ayuda, no lo habríamos conseguido sin vosotras — Antes de marchar presentó sus respetos ante las Hespérides con una leve reverencia, también mostró dicho respeto al que hasta hace un rato había sido su enemigo —Siento el daño que te causé, espero que puedas perdonarme.

>>Otra vez bajo el agua... — Pensó mientras dejó escapar un leve suspiro.

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Hiro quiere ayudar a los dioses y a Tebas, no tiene problemas en ir al corazón de la Atlántica.
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No hagas click aquí, despertarás a la conejita.

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Oh, no, hiciste, click, has despertado a la conejita.

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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor Kairi » Lun Feb 19, 2018 7:09 pm

Aquella situación era insostenible. Xihn había agarrado a Poseidón, pero este desató su furia provocando fuertes corrientes y torbellinos que hicieron que Kairi se agarrara a lo primero que encontró para no salir despedida.

Pero un resplandor de luz apareció sobre ellas, provocando una explosión que empujó a Kairi al risco al que estaba agarrada. Entornando los ojos pudo ver a once figuras. Figuras humanas, no peces. Cada uno brillaba con un resplandor característico que la hizo pensar que no eran simples humanos. Eran más que eso. Eran Dioses. Dos de ellos fueron a ayudar a Poseidón. Sin embargo, el Dios de los Mares se vio atravesado por la Llave Espada de Xihn. ¿Sería capaz de matar a un Dios?

Todo sucedía demasiado deprisa. Al final Xihn había conseguido huir y Poseidón se había transformado en una monstruosidad gigantesca. Definitivamente unas simples mortales no podrían contra eso. Daian pareció confirmárselo con su mirada. Al menos Celeste y Miki estaban a salvo.

Esperemos que no suelte tinta. ¿Os imagináis cómo lo dejaría todo?

Aquel comentario vino de un Dios oscuro cuyo pelo era una llama azul. Hades, el Dios del Inframundo. Sin duda debía estar disfrutando de lo lindo con aquella situación. Una gran oportunidad para añadir a alguien más a su colección de almas.

Cierra el pico, Hades, hay cosas más importantes. Sospecho que Xihn se ha dirigido hacia el Corazón del mundo y es vuestro deber proteger a la Princesa del Corazón, ¿no es así? Creo que podremos daros unos minutos para arreglarlo todo antes de que… Poseidón os alcance.

La Diosa chasqueó un dedo y Kairi sintió recuperada de nuevo.

Os estamos muy agradecidos—Kairi se inclinó ante los Dioses y fue con sus compañeras. Si Miki necesitaba ayuda para nadar, se la ofrecería.

Llegaron al agujero donde una vez hubo una cueva. Allí vieron a Ariel luchando contra Xihn para tratar de cerrar la grieta que unía aquel mundo con el Coliseo del Olimpo. El Tridente sería clave, pero con Xihn molestando se haría muy difícil. Por fortuna contaban con la ayuda del Maestro Ryota, al que había reconocido por su Llave Espada.

Había que retener a Xihn para que Ariel pudiera hacer su trabajo. Kairi invocó su llave y lanzó Hielo+ para intentar congelar o ralentizar las extremidades de Xihn y que los demás ataques tuvieran más éxito. Después se lanzaría contra su enemigo asestándole varios golpes con su Llave y así entretenerlo un rato.


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▪ Hielo+ (HM) [Nivel 15] [Requiere Hielo; Poder Mágico: 16]. Proyectil de hielo más grande y lineal, con ciertas posibilidades de congelar y más potente.
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Gracias Aru :D
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I love you Red ^^
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Ronda 7

Notapor Suzume Mizuno » Jue Feb 22, 2018 2:17 am

Atlántica


Dudo que sea tan penoso como el trabajo que los Caballeros estáis haciendo para «proteger» los mundos, pequeña intercambiadora de cuerpos. ¿Cómo te ganaste esa Llave Espada con ese corazón tan diminuto?—respondió Hades, divertido, mientras marcaba las comillas con los dedos.

Celeste intervenía, entre tanto, para pedir ayuda a la diosa de la inteligencia.

Atenea miró la varita con una ceja arqueada y quizá, solo quizá, se preguntaron si no era mucho pedirle un favor a una diosa a la que acababan de conocer. Sin embargo, Atenea esbozó una pequeña sonrisa y escucharon murmurar a Hades algo sobre qué suerte que no era nada relacionado con telas o habrían acabado como Aracne. Atenea hizo como que no escuchaba a su tío y unió los dos fragmentos de la varita. Después se arrancó un fino cabello y, con sus grandes manos, unió la varita en uno, atravesándola como si fuera de aire.

Es una medida temporal, pero seguramente te será de ayuda.

Miki recuperó la varita con los ojos enrojecidos. Pudieron imaginar que estaba llorando por los sonidos que emitió y cómo le temblaba el labio inferior pero bajo el agua era imposible decirlo.

Gracias. Oh… Gracias señora. Gracias…

Y yo en vuestro lugar no me las habría apañado para dejar que un dios del océano resultara malherido y amenazara un mundo entero. Pero ya sabéis, los mortales están hechos para cometer errores.

Kairi les dio las gracias. Atenea, que hasta hacía un momento fulminaba a su tío con la mirada, sonrió y levantó su lanza.

Ahora, ¡arreglad este desastre!

Y salió disparada a enfrentarse contra su gigantesco tío. Como no podían permitirse perder más tiempo, las chicas acudieron a ayudar a Ariel y a Ryota.

Xihn, desde luego, no se esperaba que de pronto llegara el zafarrancho de combate. Lo escucharon soltar un grito de indignación cuando, intentando atrapar a Ariel, se encontró más o menos inmovilizada. Acto seguido vinieron los ataques de Celeste y Daian casi combinados, así como algo más tarde el Hielo +. Xihn logró continuar moviéndose gracias al Caos y, por unos segundos, hasta fue tremendamente rápido. Tanto que cogió a Ryota por el cuello y el joven sireno trató de cortar el tentáculo cuando se encontró con que no había forma de librarse del agarre. Xihn lo acercó hasta atraparlo por el pelo y Ryota soltó un grito de dolor antes de clavarle en un hombro la Llave Espada, a la vez que movía la cola como si quisiera dar patadas.

Creo que ya es hora de que sigas el camino de tu querido Ronin, Ryota—dijo Xihn, con la Llave de Oscuridad en la mano.

Y seguramente lo habría conseguido si Ariel no hubiera sacado su propia Llave Espada —que recordaba bastante al Tridente que portaba en la otra mano— y hubiera despedido un potente rayo eléctrico. Ryota resultó herido, pero Ariel no se atrevía a usar Luz una vez más, viendo lo fácilmente que Xihn podía devolverla y retorcerla.

Xihn, apenas enfadada, se protegió con el Caos, que estaba afectando todavía más a Ryota, rejuveneciéndolo por momentos. Apuntó a Ariel con una mano y, entonces, se le enredó la cadena de Daian en la muñeca. La cadena no funcionó como la muchacha había esperado y prácticamente se deshizo por causa del Caos, pero cogió por sorpresa a Xihn. Cuando se sacudió los eslabones, de pronto se encontró a Daian casi encima. La potencia del cuerpo de Celeste le dio mucha más velocidad. Xihn, con todo, seguía teniendo el poder del tiempo y de pronto apareció (arrastrando a Ryota consigo) tras la muchacha, que se encontró con que uno de sus tentáculos la estrangulaba. La fuerza de su impulso estuvo a punto de matarla.

Suerte para ella que Celeste apareciera justo detrás de Xihn con su Gran alcance. Esta la vio venir, pero aun cuando disparó una vaharada de oscuridad, la protección que se habían puesto entre ambas logró protegerla lo suficiente para que pudiera darle un golpe que hizo que Xihn aflojara su presa.

Y entonces Miki sacudió su varita y tanto Ryota como Daian aparecieron al lado del hada, a una distancia más o menos segura. Ryota, medio asfixiado y desconcertado, tardó unos instantes en orientarse. Para entonces, Miki ya estaba haciendo algo curioso: lanzó un hechizo que, al golpear el Caos de Xihn, provocó que el agua se solidificara a su alrededor y sonrió con satisfacción.

¡Atacad! ¡Ahora!

Ariel cargó contra Xihn para alejarlo de Celeste y de Kairi y entonces sacudió el Tridente. En vez de lanzar un rayo, creó un potente remolino. Uno tan brutal que los que habían visto hasta entonces no se podía comparar.

Xihn acabó, de súbito, en tierra seca, envuelto por monstruosas paredes de agua que giraban a una velocidad muy, muy peligrosa.

¡¡AGARRAOS!!

Miki ya se había ocupado acumular al grupo a su alrededor y protegerlos dentro de una gran burbuja. Giraron rápidamente, arrastrados con la corriente, pero Miki logró que quedaran a salvo detrás de un pequeño risco.

Ariel levantó el Tridente e hizo un débil gesto.

El torbellino colapsó hacia su interior y Xihn, apenas visible al otro lado, incapaz de moverse del suelo por su condición de ser marino, se cubrió con los brazos y liberó la oscuridad a su alrededor.

Coliseo del Olimpo

La decisión fue unánime: regresar a Atlántica. Las hespérides, que se habían acercado al inconsciente Ladón de puntillas y examinaban su estado, los miraron preocupadas. Cuchichearon algo entre ellas, y entonces una de ellas avanzó:

Si podéis salvar los mundos, seguro que la señora Hera no tiene inconveniente en daros otra manzana para la princesa —dijo con suavidad.

Hera, perdón por mi atrevimiento pero ¿Hay alguna forma de quitar esta maldición que me ha transformado en gato? Si hace falta volveré después para arreglar su jardín como pago, pero si queremos salvar los dos mundos necesito al menos mi cuerpo... nuestros cuerpos más bien.

La diosa tomó la voz de Dos otra vez:

No volveréis a pisar mi jardín después de este desastre —dijo, escandalizada. Lo que no hizo, sin embargo, fue rechazar el comentario de la hespéride, así que todavía tenían una pequeña esperanza a la que aferrarse—. Ahora mismo no podemos invertir vuestra, eh, transformación. Tendréis que apañároslas como podáis, como habéis hecho con Ladón —añadió, no sin cierta irritación—[b]. Ahora mismo, nuestra prioridad es salvar Tebas de su destrucción y detener al monstruo en el que Poseidón se ha convertido. Nuestras fuerzas no se utilizarán en nada más.

Su tono no admitía réplica.

Hay una grieta en Atlántica que une los dos mundos. Los Corazones de ambos se encuentran ahí, y se están fusionando cada vez más deprisa. Os enviaré todo lo cerca posible, junto a Ariel.

Por segunda vez, el mundo a su alrededor empezó a disiparse. Las hespérides les dijeron adiós con la mano y, antes de que se dieran cuenta de nuevo, volvían a tener aletas en vez de pies (o patas).

* * *



Pronto entendieron a qué se refería Hera. La visión del gigante era sobrecogedora, y también la batalla que transcurría alrededor del mismo. Pudieron identificar a Atenea, una rapidísima sombra azul claro que daba vueltas alrededor de Poseidón, y también a Zeus, envuelto en relámpagos.

Hera les había restaurado toda la salud y la magia, pero aquella no era su lucha. Eso era más que evidente. No había nada que ellos, como humanos, fueran capaces de hacer contra Poseidón.

Pero tenían una manzana, y una misión quizás más importante todavía. No tardaron en llegar hasta la grieta del Corazón, que desprendía una luz dorada tan intensa como la de un faro.

Ha escapado—decía Ariel, cansada.

Había registrado en los pocos minutos que transcurrieron desde que el colapso del torbellino lo llenara todo de arena y burbujas. Sin éxito. Pero había notado un lugar donde debió abrirse un Portal de Oscuridad para que sobreviviera a esa monstruosidad que le lanzó encima en el último segundo. La Princesa fue la primera en verles llegar, y una sonrisa de alivio cruzó su rostro. Levantó el Tridente a modo de saludo. Ryota se dio la vuelta, entrecerró los ojos e instintivamente se cruzó de brazos otra vez.

¿Os encontráis bien? ¿Qué ha ocurrido?

Podrían ponerles al corriente a toda prisa. No muy lejos de ellos, la batalla entre los dioses continuaba.

Ariel, Tridente en mano, desviaba la mirada de la manzana a Poseidón una y otra vez.

¿Esto sanará el Corazón? —preguntó—. ¿Tenemos que… arrojarla dentro del agujero?

Terminaría en Tebas, creo —intervino Ryota. Le tendió la mano a Fátima para que le diera la manzana y la examinó de cerca—. Es posible que los dos Corazones se encuentren en el intersticio. Inestable a causa del Caos, por lo que adentrarse será peligroso.

¿Adentrarse?

La Princesa abrió los ojos como platos.

B-bueno, supongo que no hay otro remedio...

No. Sería demasiado arriesgado que entraras tú. Lo haremos nosotros. Sin un antídoto, sólo podemos esperar que el grupo de Nithael y de Nanashi haya conseguido salvar a Aurora por su cuenta. De lo contrario, hoy podríamos perder a dos Princesas —dijo—, y no voy a permitirlo. Además, tú puedes sellar la grieta con el poder del Tridente y de tu Llave. Nadie más es capaz.

Ariel abrió la boca para protestar, pero Miki se le adelantó.

Iré yo. Esta manzana es algo muy poderoso, y para utilizarla sobre los Corazones hará falta emplear mucha magia. —Se encogió de hombros y sonrió, como disculpándose—. Y deprisa, o podrían terminar de fusionarse y encerrarnos a todos dentro.

Ryota asintió en silencio.

Un rugido hizo reverberar las rocas a su alrededor. Además de los Corazones, había otro contratiempo, y ese era Poseidón. ¿Qué ocurriría si alcanzaba la grieta y ellos todavía no habían cumplido con su misión? El resultado —de eso podían estar muy seguros— sería catastrófico.

Tenían que elegir ya.




Celeste:
VIT: 16/26
PH: 0/56


Daian:
VIT: 30/54
PH: 0/58


Kairi:
VIT: 30/40
PH: 19/50



Fátima:
VIT: 32/32
PH: 100/100


Hiro:
VIT: 28/28
PH: 54/54


Dos:
VIT: 40/40
PH: 36/36


Fecha límite: domingo 25 de febrero
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¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

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Re: Ronda 7

Notapor EspeYuna » Vie Feb 23, 2018 3:01 pm

¿Cómo te ganaste esa Llave Espada con ese corazón tan diminuto?

Daian sintió una punzada de dolor en el pecho cuando Hades usó su estrategia en su contra. Insultando a la Orden, a ella misma. Puede que tuviera un corazón diminuto, sí. ¡Pero ellos estaban luchando por proteger todo cuanto amaban! ¿Cómo se atrevía a...? ¿Es que acaso...? ¿Eh?

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Los ojos del cuerpo de Celeste se abrieron tanto como lo hizo su boca. Atónita, Daian observó a Hades, quien divertido esperaba una reacción por su parte, quizás unas lágrimas o un ataque de ira repentino.

Pero... sonrió. Nerviosa, le temblaba la comisura de los labios, como si estuviera a punto de echar a llorar. Pero de pura felicidad.

Un corazón... diminuto. Pequeño, ¡pero existía! ¡Tenía un corazón! Repitió aquellas palabras en su cabeza mientras se llevaba la mano al pecho. Una frase bendecida ni más ni menos por el dios más irresponsable del Olimpo, quien menos se esperaba que la hiciera feliz con aquella afirmación. Alguien, por fin, confirmaba lo que llevaba dudando durante tanto tiempo. Aunque Fátima lo creyera, aunque Tandy le animara a creerlo, ni siquiera el Maestro Ryota había sido capaz de afirmarle con total seguridad que hubiese comenzado a desarrollar un corazón. Siempre buscaba excusas para no aferrarse a una teoría que a la larga se convirtiera en una farsa... como ella. Quizás solo fingía como incorpóreo y creía tener uno, al imitar los sentimientos de Nadhia.

Pero no era así. ¡Oh, Luz! ¡Oh, Luz suya! Si hubiera seguido los impulsos de su original, seguro que se habría lanzado a abrazar al Dios del Inframundo. Sin embargo, recuperó la compostura, sonrió con descaro y se despediría de él con su Llave-Espada en mano, que aunque estuviera bajo el agua, desprendía un incandescente brillo semejante al fuego más vivo en llamas.

¡Este pequeño corazón se va a salvar este mundo... y el tuyo! Nunca pensé que diría esto, pero... te debo una ofrenda, Hades.

La alegría que emanaba Daian se vio incrementada cuando Atenea consiguió apañar la varita de Miki. No sólo le debía una ofrenda a Hades. Todo el Olimpo recibiría su agradecimiento si salían de aquella situación. Pero antes...

... debían acabar con todo aquel desastre.

*****


Ha escapado—decía Ariel, exhausta.

Casi lo tenían... ¡podrían haberlo conseguido, y aún así se les había escapado...!

¿Os encontráis bien? ¿Qué ha ocurrido?

Daian se dio la vuelta al escuchar a Ariel. Había estado muy preocupada por quienes habían desaparecido, en especial por Fátima. Nunca se perdonaría que los hijos de Malik perdieran a su madre...

...¿eh?

¿Fa... Fátima?

Por alguna razón, no pudo evitar que se le escapara una pequeña risa que intentó atrapar... con la mala suerte de ahogarse con ella. Intercambió una mirada con Celeste en su cuerpo mientras escuchaban la explicación del grupo de Fátima, pero cuando ella abría la boca, por alguna razón, les hacía tanta gracia de lo pequeñita y adorable que parecía que...

Definitivamente, si no estuvieran en una situación tan delicada, Fátima ya las habría fulminado con magia, o con sus niñas. Seguramente, sólo lo hizo con la mirada. ¡Pero con esos mofletes hinchados, esa ropita...! Luz, ¿cómo la iban a tomar en serio?

Era un verdadero alivio conservar algo de buen humor tras aquella batalla. Todavía sentía los tentáculos de Xihn en su cuello, a punto de ahogarla. El mero hecho de recordarlo le hizo agachar la cabeza y dejarse de tonterías.

Me alegro de que estés bien, Fátima. Tanto Celeste como yo también nos encontramos en una situación bastante... divertida. ¿No crees?

Sonrojó bajo la tez morena de Celeste, y las señaló a ambas. Al menos, Fátima podría sonreír por una milésima de segundo... antes de volver a ponerse serios de nuevo.

¿Esto sanará el Corazón? —preguntó Ariel—. ¿Tenemos que… arrojarla dentro del agujero?

Terminaría en Tebas, creo —intervino el Maestro, examinando la manzana que Fátima le ofreció al pedírsela. Le tendió la mano a Fátima para que le diera la manzana y la examinó de cerca—. Es posible que los dos Corazones se encuentren en el intersticio. Inestable a causa del Caos, por lo que adentrarse será peligroso.

¿Adentrarse?

La Princesa se estremeció. Daian se acercó para apoyar una mano en el hombro de Ariel. Era demasiado duro que cargara con tanta responsabilidad. Sabía que era madre... como Fátima.

B-bueno, supongo que no hay otro remedio...

No. Sería demasiado arriesgado que entraras tú. Lo haremos nosotros. Sin un antídoto, sólo podemos esperar que el grupo de Nithael y de Nanashi haya conseguido salvar a Aurora por su cuenta. De lo contrario, hoy podríamos perder a dos Princesas —la sola idea de un fracaso tan atroz... no, prefería pensar en positivo hasta que todo aquello hubiera terminado. Ya habría tiempo para malas noticias y lamentos—, y no voy a permitirlo. Además, tú puedes sellar la grieta con el poder del Tridente y de tu Llave. Nadie más es capaz.

Para sorpresa de todos, Miki se adelantó a la protesta de Ariel.

Iré yo. Esta manzana es algo muy poderoso, y para utilizarla sobre los Corazones hará falta emplear mucha magia. —verle sonreír alivió enormemente a Daian. Era un joven muy valiente. Le debía demasiado—. Y deprisa, o podrían terminar de fusionarse y encerrarnos a todos dentro.

Ryota asentiría, y Daian también.

A falta de tomar una decisión, un rugido espantoso los puso en guardia a todos con Llave-Espada en mano y el corazón en un puño. Decenas de rocas reventaron a su alrededor como nueces insignificantes. Poseidón seguía poseído por la oscuridad, y los dioses trataban de detenerlo, y salvarlo, a toda costa.

No podemos permitir que se acerque a la grieta, pero... yo me he quedado sin fuerzas ni recursos para enfrentarme a él —ni poder mágico, ni pociones. Lo había dado todo contra Xihn y estaba segura de que no podría lanzar ningún hechizo más— Quizás lo mejor para mí sea hacer de cebo o ir a Tebas para sellar la grieta desde allí.

Miró a Fátima, y a Celeste.

No soy buena tomando decisiones. Pero sé que vuestros corazones son la mejor guía que podría tener. Y creo estar en lo cierto que debería ir al Intersticio a sellar la grieta antes de enfrentarme con las manos desnudas a Poseidón. Y, además... estoy segura de que Fátima quiere luchar ahora mismo por su hogar.

Se agachó un poco con su aleta de tiburón para acercarse a su amiga, ahora pequeña, pero seguro que igual de poderosa. Era el hogar de Fátima, el sitio donde había viajado por primera vez con Celeste. Era un lugar muy especial para ella, pero no tanto como lo podía ser para la Maestra. Donde nació, donde creció. No podía permitir que volviera a abandonar su hogar, ahora de forma voluntaria, cuando estaba en juego la vida de su familia.

Te prometo que haré lo imposible para cerrar esa grieta. Si tu deseo es quedarte aquí, iré yo al Intersticio en tu lugar.
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor Kairi » Dom Feb 25, 2018 11:15 pm

Ha escapado.

Ariel se veía cansada por la pelea, como todos los demás. Había sido duro, pero al menos habían conseguido que Xihn huyera. Parecía que la fuerza del Tridente era superior. No lo habían derrotado pero al menos no regresaría por allí en un rato.

Ariel saludó entonces a un grupo que se acercaba. Un grupo de niñas con un gato que a Kairi le resultaba familiar.

¿Os encontráis bien? ¿Qué ha ocurrido?

... ¿Awa-chan? —aquel gato se parecía demasiado a su mascota, pero se fijó bien y entonces cayó —No, espera... ¿Eres Hiro? Te pareces mucho a mi gato—dijo aguantándose una risita.

De hecho, todos eran adorables con esos aspectos, especialmente Hiro. Al ser un gato, a Kairi le daban ganas de achucharlo. Fátima y Dos eran dos niñas monísimas, la primera no parecía una Maestra de la Orden para nada. Aparte de eso, se alegró de que todos estuvieran bien. Escucharon lo que el grupo tenía que decirles mientras la batalla contra el gigante Poseidón seguía teníendo lugar.

¿Esto sanará el Corazón? —preguntó Ariel sobre la manzana que habían traído—. ¿Tenemos que… arrojarla dentro del agujero?

Terminaría en Tebas, creo —dijo un joven Ryota, investigando la manzana—. Es posible que los dos Corazones se encuentren en el intersticio. Inestable a causa del Caos, por lo que adentrarse será peligroso.

¿Adentrarse?

¿De verdad era esa la tarea de una Princesa? ¿No sería más apropiado que lo hiciera un Caballero de la Orden?

B-bueno, supongo que no hay otro remedio...

No. Sería demasiado arriesgado que entraras tú. Lo haremos nosotros. Sin un antídoto, sólo podemos esperar que el grupo de Nithael y de Nanashi haya conseguido salvar a Aurora por su cuenta. De lo contrario, hoy podríamos perder a dos Princesas, y no voy a permitirlo. Además, tú puedes sellar la grieta con el poder del Tridente y de tu Llave. Nadie más es capaz.

Entonces Miki se adelantó a la protesta de Ariel.

Iré yo. Esta manzana es algo muy poderoso, y para utilizarla sobre los Corazones hará falta emplear mucha magia. Y deprisa, o podrían terminar de fusionarse y encerrarnos a todos dentro.

No quedaba mucho tiempo. Poseidón estaba cada vez más cerca y debían actuar rápido.

Venga, yo también voy. Ayudaré en todo lo que pueda—dijo Kairi decidida. Miki necesitaría toda la magia posible para su cometido. Le ofrecería su ayuda tanto para eso como para nadar si le hacía falta. Y a Hiro también, si decidía ir.
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor Suzume Mizuno » Lun Feb 26, 2018 7:42 am

Una de las hespérides le dio esperanza por un instante al insinuar que quizá Hera les pudiera dar otra manzana y Fátima decidió aferrarse a la misma cuando Hera exclamó:

No volveréis a pisar mi jardín después de este desastre. —Pero no dijo que no pudiera darles otra—. Ahora mismo no podemos invertir vuestra, eh, transformación. Tendréis que apañároslas como podáis, como habéis hecho con Ladón. —Sonó irritada. Un poco bastante—. Ahora mismo, nuestra prioridad es salvar Tebas de su destrucción y detener al monstruo en el que Poseidón se ha convertido. Nuestras fuerzas no se utilizarán en nada más.

»Hay una grieta en Atlántica que une los dos mundos. Los Corazones de ambos se encuentran ahí, y se están fusionando cada vez más deprisa. Os enviaré todo lo cerca posible, junto a Ariel.

Fátima apenas tuvo tiempo de protestar. Cuando notó que empezaba el teletransporte, se despidió de las hespérides con una mano —ellas devolvían el gesto— y cerró los ojos, preparada para acabar bajo el agua una vez más.

****



La cola volvió. Su aspecto… No. Fátima comprobó que ninguno de sus compañeros había vuelto a la normalidad tampoco y dio un pequeño coletazo de indignación. Era irónico. De niña habría dado cualquier cosa por ser una sirenita.

Luego vio a… a esa cosa. Gigante. Enorme. Llena de tentáculos. Los tornados. El estado en el que había quedado el mar. La lucha de los dioses contra ese monstruo enorme y apretó la manzana resplandeciente contra su pecho.

¡Rápido!

Encontraron no muy lejos, en medio de una tormenta de arena que comenzaba a calmarse, a Ariel, que sacudía el tridente en su dirección y…

¡Chicas!—gritó Fátima, forzándose a nadar lo más rápido posible.

Cargó contra Celeste —que se estaba mondando con su aspecto— y Daian y las abrazó, aliviada. Y nunca reconocería que contenta de que la abrazaran también. Luz, por fin gente mayor…

«Ni se te ocurra seguir ese hilo de pensamiento, Fátima Laforet.»

Me alegro de que estés bien, Fátima. Tanto Celeste como yo también nos encontramos en una situación bastante... divertida. ¿No crees?

¿Eh…?

Celeste se señaló a sí misma y a Daian. Fátima frunció el ceño y no entendió a qué se referían hasta que vio las Llave Espada y se quedó boquiabierta.

¿Os encontráis bien? ¿Qué ha ocurrido?

Menos mal que estáis bien—dijo Fátima, abrazando también a Kairi y a Miki. Después se quedó mirando con la boca abierta a… ¿Ryota? Lo reconoció, más que otra cosa, por cómo se cubría. Ahora tenía el pelo largo y como varias décadas menos encima. Pero seguía siendo bastante may… No. No. Era un hombre joven. No iba a verlo con la perspectiva de una niña pequeña. ¡Era una Maestra adulta!—. Acabamos en Coliseo del Olimpo. La diosa Hera nos envió a por las manzanas de las Hespérides. Pensamos que podrían usarlas para Aurora pero luego nos dijo que teníais un problema aquí, que supongo que es ese bicho enorme y… Aaah ¿es Poseidón? ¿Qué le ha…? No, no importa. Hera nos dijo que había problemas con los Corazones de aquí y del Coliseo y… Preferimos traer la… manzana… aquí.

¿Esto sanará el Corazón? —preguntó Ariel, que miraba con nerviosismo hacia su tío—. ¿Tenemos que… arrojarla dentro del agujero?

Terminaría en Tebas, creo —respondió Ryota. Cuando extendió la mano, Fátima le tendió la manzana con aire culpable—. Es posible que los dos Corazones se encuentren en el intersticio. Inestable a causa del Caos, por lo que adentrarse será peligroso.

¿Adentrarse?B-bueno, supongo que no hay otro remedio...

No. Sería demasiado arriesgado que entraras tú. Lo haremos nosotros. Sin un antídoto, sólo podemos esperar que el grupo de Nithael y de Nanashi haya conseguido salvar a Aurora por su cuenta. De lo contrario, hoy podríamos perder a dos Princesas. —Fátima cerró los ojos y hundió la cabeza—, y no voy a permitirlo. Además, tú puedes sellar la grieta con el poder del Tridente y de tu Llave. Nadie más es capaz.

Miki dijo:

Iré yo. Esta manzana es algo muy poderoso, y para utilizarla sobre los Corazones hará falta emplear mucha magia. —Sonrió tras un encogimiento de hombros—. Y deprisa, o podrían terminar de fusionarse y encerrarnos a todos dentro.

Pero tu hijo…

Entonces hubo un rugido brutal que hizo temblar las rocas. Fátima se volvió, encogiéndose, hacia Poseidón, que cada vez estaba más cerca. Y los dioses nadaban a su alrededor, intentando frenarlo. Fátima se estremeció. Si ni ellos podían…

Se volvió hacia la gigantesca grieta que había frente a ella y tragó saliva. Si los Corazones estaban en peligro, lo principal era sanarlos o haber ignorado a Aurora no tendría sentido. Toda su familia, toda la gente de ambos mundos podría… Si no se daban prisa.

Daian murmuró, desde el cuerpo de Celeste, que quizá debería ser un cebo en Tebas y Fátima negó con la cabeza varias veces.

No soy buena tomando decisiones. Pero sé que vuestros corazones son la mejor guía que podría tener. Y creo estar en lo cierto que debería ir al Intersticio a sellar la grieta antes de enfrentarme con las manos desnudas a Poseidón. Y, además... estoy segura de que Fátima quiere luchar ahora mismo por su hogar.

Pero…

Celeste, ¡no, Daian!, la cubrió con su enorme cuerpo de sirena-tiburón y Fátima nadó un poquito para que quedaran más a la misma altura.

Te prometo que haré lo imposible para cerrar esa grieta. Si tu deseo es quedarte aquí, iré yo al Intersticio en tu lugar.

Fátima sonrió con tristeza.

Gracias. Creo que me tienes en demasiada estima. Mírame. Ni normal creo que pudiera hacer nada contra esa monstruosidad. No al lado de dioses.—Fátima le dio un tironcillo de los rizos. Luz, qué pequeña era su mano—. Tú tienes el cuerpo de Celeste. Ni se te ocurra hacer locuras.

Le pasó un par de éteres y sonrió a Da-... ¡Celeste, diantre!

Miró de reojo a Ryota. Quería acompañarles, siempre que a él le pareciera bien, por supuesto…y a Ariel.

«Quiero arreglar el Corazón de este mundo. Porque ha sido parte de mi culpa. Eso es lo primero… A menos que me digan que puedo ser más útil aquí.»

Al fin y al cabo, ya había entregado su manzana.

Princesa, ¿vais a necesitar ayuda?

Pero no abandonaría a la mujer que protegía el Corazón de aquel mundo si pensaba que su presencia podría servir de algo.

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Fátima da dos éteres a Daian y en principio se marcha, a menos que Ariel necesite apoyo.
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor RedXIII » Lun Feb 26, 2018 9:52 am

Ahora mismo no podemos invertir vuestra, eh, transformación. Tendréis que apañároslas como podáis, como habéis hecho con Ladón. Ahora mismo, nuestra prioridad es salvar Tebas de su destrucción y detener al monstruo en el que Poseidón se ha convertido. Nuestras fuerzas no se utilizarán en nada más.

Sentenciado a permanecer como un felino su destino bajo el agua no dejaría de ser distinto al de un carámbano de mar, ya que sin sus armas y sin su llave las habilidades que podía emplear se podían contar con los dedos de las manos.

Hay una grieta en Atlántica que une los dos mundos. Los Corazones de ambos se encuentran ahí, y se están fusionando cada vez más deprisa. Os enviaré todo lo cerca posible, junto a Ariel.

***


De nuevo bajo del mar, solo que esta vez...

Fe fafogho — Dijo el cuadrúpedo mientras un montón de burbujas salían de su boca y su cuerpo giraba lentamente, poniendo sus patas hacia el cielo.

Fe faregro fe fe fteis ftodo fieeeee... — Una burbuja rodeó al felino antes de terminar inconsciente. Tal vez sus poderes para adaptarse al medio encontraran aquella solución como la más práctica, sobretodo teniendo en cuenta que con tal cuerpo nadar era una epopeya para nada digna de ser vista.

Y bajo del mar, con sus poderes prácticamente extintos y una burbuja como protección observó el caos que reinaba en aquel mundo, aunque siendo la primera vez que iba, no sabía si era el pan de cada día.

...


En mi actual estado no os sirvo de nada dentro — Comentó —Permaneceré aquí e intentaré hacer retroceder a Poseidón con lo que me queda, a no ser que Kairi sea la única que entre — Se preparó para repeler a aquel titanico enemigo en caso de que alguien más entrara con ella.

>>Vamos a necesitar bastante suerte ¿Eh, amiguito?

En caso de quedarse esperó entre la grieta y la deidad, sólo tenía una oportunidad y tenía ciertas dudas de su efectividad, así que no podía arriesgarse.

Cuando Poseidón se acercara lo suficiente invocaría dos baterías de mini misiles que apuntarían hacia su cabeza con la esperanza de que el impacto de la explosión fuera suficiente para al menos aturdirlo.

A malas los misiles podían servir como minas que bloquearan el paso al gigante.


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▪ Grillo [Nivel 2]. Se dice que trae buena suerte. Nadie lo ha comprobado por el momento.
Su Objeto de Invocación es una jaula donde se recomida tenerlo encerrado para que no escape y se lleve con él, además, toda esa supuesta suerte.

▪Misiles muere muere (HM) [Nivel: 20] [Requiere: Puntería 50] Invoca una batería pequeña con 8 mini misiles que perseguirán al enemigo que Hiro elija.
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Re: [Atlántica] Panteón Marino

Notapor Denna » Lun Feb 26, 2018 5:09 pm

Ha escapado.

Quise protestar, pero estaba demasiado cansada como para quejarme. El cuerpo de Daian era mucho más resistente que el mío, muchísimo, pero todo tenía un límite. Tanteé las heridas que Xihn había causado. Sabía que podrían haber sido peores, si tenía en cuenta todo lo ocurrido, pero sentía cada una como si me abrasara. Sin entretenerme más de la cuenta, me tomé un Elixir para cerrarlas, rogando en silencio poder hacerlo sin dejar una sola cicatriz. Entonces me importaría mucho menos que Xihn hubiera huido a través de su portal.

Esperaba que le sirviera de lección. El poder de Ariel era increíble. Iba a estar lamiéndose las heridas una buena temporada...

¿Qué tal el cuello? —le pregunté a Daian. Nadé junto a ella y extendí la mano para comprobar la marca que había dejado el tentáculo de Xihn—. ¿Te duele mucho? Oh, y —añadí al recordarlo— ¿te encuentras... bien? Antes, cuando Hades nos ha contestado tan mal, te has puesto... muy contenta.

Apenas hubo tiempo para responder porque, ante el grito de Ariel, todos nos giramos en su dirección.

Y así fue cómo vimos regresar a Fátima, a Dos y a Hiro. ¿De dónde? Supuse que de Coliseo del Olimpo, a juzgar por la tropa de dioses que había aparecido además. A medida que se iban acercando, pero, noté que la maldición había tenido tiempo de afectarles antes de que cambiaran de mundo, porque...

¿Fa... Fátima?

Fátima... y Dos, y Hiro también. Perpleja, había notado que Hiro era un gato enseguida, y Dos... Bueno, aunque estaba transformada, tenía un aspecto muy humano. Miré a Daian, que seguía con la mirada clavada en Fátima —en la pequeña, pequeña Fátima—, y noté que intentaba aguantar la risa.

Eso fue lo peor. Llorar bajo el agua debía de ser imposible, pero si alguien lo ha conseguido alguna vez, esa fui yo. El esfuerzo por contenerme era casi doloroso. Fátima se dio cuenta, por supuesto, porque cada vez que empezaba una frase a Daian le entraba la risa y yo tenía que girarme para esconder la cara en su pelo. Era monísima. Apenas podía rodearnos con sus bracitos.

Una vez terminaron de explicarse, Ryota y Ariel investigaron la manzana de las hespérides. Daian se acercó a Fátima para ponerla al día y echó por tierra mi plan de fingir ser Daian y así poder culparla de las risas más fuertes. Me acerqué a mirar también, dejándolas a hablar, pero sí que guiñé un ojo cuando oí que mencionaban el cambio de cuerpo.

Sí... ya casi me había acostumbrado a este. A esta resistencia, a esta... salud. Eran muchos cambios a simple vista, pero me sentía incluso cómoda. ¿Echaba de menos mi cuerpo? Por supuesto que sí. Pero se parecía más bien a cuando cambiaba de apariencia en Ciudad de Halloween o en Atlántica. No lo asociaba con un cambio de verdad.

¿Esto sanará el Corazón? —preguntó Ariel, sacándome de mis pensamientos—. ¿Tenemos que… arrojarla dentro del agujero?

La imagen mental de una mini Fátima chutando la manzana a la grieta me obligó a contener la risa de nuevo.

Terminaría en Tebas, creo. Es posible que los dos Corazones se encuentren en el intersticio. Inestable a causa del Caos, por lo que adentrarse será peligroso.

¿Adentrarse?

U-un momento. ¿Tenemos que meternos ahí?

Miré al grupo y miré al origen de la luz dorada. Ryota decía que llevaba al intersticio —que «era posible»—, pero había algo que no me hacía ninguna gracia. Ese sentimiento no se atenuó cuando Ryota prohibió a Ariel entrar, ni tampoco cuando Miki se ofreció en su lugar. Daian, Kairi y Fátima hicieron otro tanto, mientras que Hiro pidió quedarse atrás. Yo me quedé pensativa. Eso tampoco me hizo gracia. ¿Por qué vacilaba tanto? ¿Qué haría si se tratara de La Cité?

«Pensar mucho menos, eso está claro.»

Fruncí el ceño.

Yo... Yo también voy a ir al intersticio —dije al final—. Si puedo hacer algo por ayudar este mundo, no pienso quedarme de brazos cruzados. Y tengo algo de poder mágico extra que podríamos aprovechar —añadí, sonriente.

No era una mentira, pero sentía que esas palabras no nacían de sentimientos puros. Con el Corazón de París sellado, me estaba relajando. Me estaba descuidando. Y en esta misión se había notado mucho. Me importaba mucho este mundo —todos los mundos—, y si no me ponía las pilas y daba lo mejor de mí misma para ayudar a salvarlo, no me lo perdonaría jamás.

¿En qué habías pensado, Miki? ¿Cómo utilizamos nuestra magia en la manzana, lanzándole un hechizo?
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