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Re: [Agrabah] El día del Juicio

NotaPublicado: Vie Mar 16, 2018 1:51 am
por Tsuna
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La trampa estaba preparada. Saeko había optado por capturar a Andrei en lugar de acabar con él creyendo que era lo que más podía beneficiar a La Orden, si lograban sacarle toda la información que pudiese tener sobre Xihn, el Reino de la Oscuridad o esos planes que tenían respecto a los mundos y que los Caballeros no eran capaces de ver, si lo capturaban y lograban sonsacarle esa información, habría merecido la pena. Eso era lo que Saeko pensaba y creía correcto en ese momento.

Fue por ello que la Caballero se mantuvo en guardia, con su Llave en alto y cara a cara frente al portal, a una distancia prudencial. Sabía que no le iba a volver a pillar por sorpresa, el general la había estado subestimando todo ese tiempo, pero ella confiaba en su astucia, era demasiado tiempo luchando en solitario, haciendo todo lo posible por ganar... y eso dejaba huella.

Los segundos se hicieron eternos y por un momento llegó a dudar sobre si les iba a perseguir de verdad, pero no tardó en escuchar aquel sonido que transportaba el viento, todo sucedió muy deprisa. Andrei hizo acto de presencia subido sobre uno de sus naipes, cosa que obligó a Saeko a reaccionar para no terminar cortada por la mitad, tampoco apartó la vista de su enemigo en ningún momento, la trampa de barro no había funcionado, pero sí lo habían hecho los grilletes. Los ojos de Andrei lo decían todo, no había necesidad de palabras, desde su primer encuentro hacía ya más de cuatro años en la sala del trono de Bastión Hueco hasta su última pelea en ese mismo laberinto, Saeko pudo contemplar por primera vez una emoción sincera en el rostro de Andrei: se trataba del miedo.

Fue un momento breve e intenso que duró apenas unos segundos, pero Saeko disfrutó mucho la vista que tenía ante sí, observando a un Andrei aterrado y acorralado. Invocó sus estacas y lo perforó desde atrás, intentando no alcanzar ningún punto vital y dejando escuchar un grito de dolor que atravesó la sala. No apartó la vista del cuerpo, apenas con vida del general, y Genio por su parte se apuró a preparar un hechizo curativo para asegurarse de que al menos llegaba a rastras hasta Tierra de Partida, por un momento el alivio y la satisfacción la llenaron por dentro. Esbozó una ligera sonrisa, orgullosa. Todo parecía haber salido bien al menos por una vez, ¿no?

Pues resultó no ser el caso, Saeko percibió por el rabillo del ojo un breve y tenue brillo en el anillo de Andrei y la situación se salió de su control sin que pudiera hacer nada, más bien no le dio tiempo.

Estáis... muertos...

El general de Xihn se vio rodeado de tinta y convocó una gran llamarada acompañada también de esa energía, el Caos. Saeko supo de inmediato que Karel había tenido algo que ver en eso último de algún modo, pero en ese momento lo único que le preocupaba era no terminar hecha carbonilla. Genio intentó defenderse con una barrera que no fue capaz de aguantar y la energía corrupta le alcanzó. Sujetó con aun más fuerza su Llave Espada y apartó la vista unos momentos con los ojos cerrados, incapaz de presenciar aquel desastre.

Lo siento...

Ante el humo que empezaba a cubrirlo todo Saeko se llevó una mano a la boca y se mantuvo alerta, buscando algún hueco por el que poder pillar a Andrei y pararlo de una vez por todas, pero cuando se encontró con su rostro... parecía que sí, que el gitano empezaba a entender mejor todo, que él también podía ser una víctima en aquella guerra y podía haberse equivocado al pensar que estaba en el bando ganador. Él también podía morir.

Espero que te hayas divertido, perra estúpida, porque has perdido la mejor oportunidad de tu vida para hacer algo útil.

Le dio toda la razón en que había perdido una oportunidad brillante, pero ella había hecho lo que creía correcto, no se iba a arrepentir. El general extendió una ola de Caos hacía ellos, obligándoles a retroceder. Se encontraban con una desventaja enorme y Saeko empezaba a dudar sobre si sencillamente rendirse o seguir intentando algo imposible.

Dime, ¿cómo quieres que te mate? Estoy pensando en terminar de corromper a tu amiguito y que lo haga él mismo, pero... ¿Sería lo bastante divertido? No estoy seguro. Ya sabes lo que dicen: si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo...

¡Estoy de acuerdo!

Estuvo a muy poco de soltarle una pulla cuando la voz de Yasmín resonó a través de todo el recinto, acompañada de una bola de luz que Andrei logró equivar sin ninguna dificultad. Saeko se viró hacia la sultana, entre desesperada y sorprendida, y supo de algún modo que la luz que irradiaba Yasmín era la esperanza que necesitaban.

El anillo de Salomón es, con toda probabilidad, el mayor tesoro que esconde Agrabah. Si alguien se lo hubiera arrebatado al rey, habría podido gobernar el mundo entero sólo con su poder. No es de extrañar, entonces, que alguien terminara por esconderlo.

¿Crees que una aburrida lección de historia va a salvarte la vida, Princesita?

¿Sabes lo que hace el anillo de Salomón, Andrei? ¿Lo sabe Xihn?

Lo siento, no debí haber intentado esto... —le susurró a Genio con sinceridad cuando se vieron acorralados.

Después de tu muerte, tendremos toda la eternidad para averiguarlo

Lástima. Si hubierais investigado, una aburrida lección de historia podría haber salvado tu vida.

Saeko presenció el poder de Yasmín sin palabras, muda, casi sentía un respeto increíble y sincero hacia su persona, no algo movido por meras formalidades. La princesa imponía y estaba haciendo retroceder a Andrei con su poder. Y la cosa no se quedó ahí, sino que... ¿el espíritu de Eshe? Se materializó junto a ella, portando una feroz guadaña. Resultaba increíble estar presente ante una situación como esa.

No te reprimas ni un poco, querida. Llevamos encerrados en ese anillo toda una eternidad y nos morimos de ganas de dar un paseo.

Permaneció unos segundos perpleja hasta que su cuerpo volvió a reaccionar. Dirigió su vista a Andrei y frunció el ceño, le hubiese gustado capturarlo con vida pero se veía que Xihn lo tenía siempre todo pensado, por lo que no quedaba más remedio que matarlo. Se olvidó de Tierra de Partida, del Reino de la Oscuridad y de todo lo demás, las únicas figuras que le vinieron a la mente fueron su padre y su mundo. Oh sí, había permanecido tan eclipsada con el último emperador y su familia que solo en ese momento le vino a la cabeza que Andrei también era el culpable de algunas guerras llevadas en China. Quizá el destino quería que se hiciese justicia ese día.

Esbozó una sonrisa.

Padre...

Materializó las estacas a sus espaldas y se dispuso a terminar lo que había empezado. Tenía la vida de Andrei en sus manos. Eshe también atacó. Ese era el final.

O no, pues un último imprevisto que nadie hubiese esperado ocurrió. Una barrera se materializó para frenar la guadaña de la Djinn y un gigante de tinta sustituyó a Andrei, recibiendo las estacas en su lugar. Saeko abrió los ojos como platos por un momento y no tardó en dirigir su mirada al origen de ese infortunio... Se trataba de Karel, el que se suponía que estaba en otro mundo luchando contra sus compañeros, ¿qué se suponía que estaban haciendo?

No, no... ¡Andrei! ¡Andrei!

Le sorprendió que incluso se preocupara por él, viendo la forma tan despectiva que tenía el gitano de tratar a todo el mundo. Los dos enemigos se encontraban en las alturas y rodeados de criaturas de tinta, Saeko sabía que por mucho que lo intentara no iba a poder alcanzarlos, ¿le quedaban fuerzas siquiera para intentar otra maniobra con el Glider? La respuesta era un no, por lo que permaneció atenta al mago, era su primer encuentro cara a cara con él. Le miró con dureza.

Tengo que... Tengo que...

De eso nada. Vámonos. Ahora. Vais a pagar esto muy caro. Xihn ha vencido. Y este mundo será el primero en caer.

Al menos dame las gracias, o ahora podrías tener un cuerpo sin vida entre tus brazos. —aclaró en voz alta y clara intentando intimidarlo, no se iba a dejar amedrentar por él ni por esa gente, eso nunca.

Yasmín atacó, pero ya era demasiado tarde. Los generales de Xihn se marcharon a través del portal y la tumba empezó a derrumbarse a causa de la corrupción. Saeko todavía seguía con Karel en la cabeza cuando todos empezaron a desesperarse.

Oh, oh. ¡Esto va a derrumbarse!

No pienso permitirlo. Sultana, ¡dad la orden!

Lo siguiente que recordó Saeko fue una luz muy intensa que lo cubrió todo.

*


Veinte minutos, parecía que había pasado una eternidad desde la última vez que andaron por Agrabah. Durante la travesía Saeko no dejó de sentir curiosidad por Eshe, la miraba de tanto en tanto entre intimidada y curiosa. La verdad era que todo lo ocurrido con Andrei la había dejado inmersa en sus pensamientos, por lo que se limitó a andar, pero cuando ya se acercaban a palacio se pronunció con una sonrisa, esta vez más sincera y acogedora.

Parece que todo ha salido bien al final, gracias por confiar en mí, Yasmín, y tú también Genio. Ha supuesto más de lo que podéis llegar a imaginar —hizo una pausa, la sultana podía ver que algo en la mirada de Saeko había cambiado, la frialdad que la caracterizó tanto al principio se tornó en algo más cálido y positivo, algo más cercano—. ¿Sabes? Todavía recuerdo mi primera misión aquí, parece mentira que hayamos terminado luchando juntas contra algo tan peligroso. Y les hemos dado una buena patada en el culo, ¿eh? —mencionó orgullosa y con una sonrisa algo burlona.

Nada más cruzar las puertas del palacio se encontraron con los demás, aunque a Saeko le pareció que faltaba gente pero no le dio mayor importancia, se limitó a saludar a Malik con la mano de forma breve y poco más. Yasmín y Aladdín se lanzaron el uno a por el otro y la escena le pareció enternecedora, se fijó en las marcas que llevaba el muchacho en sus brazos y supuso que ese día había resultado difícil para todos. Pero allí estaban, celebrándolo.

Lo hemos conseguido. Tenemos el anillo y... Oh, no puedo creerlo. Hemos visto la ciudad y... ¿Cómo lo habéis hecho? Malik… Oh, Malik, ¿que es lo que has hecho...?

Saeko se mantuvo cerca y escuchó lo que tuvo que decir Malik, a fin de cuentas, era el héroe de Agrabah, su propio mundo. Tenía que sentirse bastante orgulloso en ese momento.

Luego miró su móvil, había sentido una vibración durante el combate contra Andrei pero dadas las circunstancias se vio obligada a ignorarlo. Era un mensaje de Ragun.

¿No puedes contarme algo más de ese diamante? ¿Qué clase de poder tenía? ¿Qué hicisteis con sus restos?


Pegó un suspiro y lo volvió a guardar.

¡Lyn! ¿Ha ocurrido algo? Y Ragun...

Están bien. Han tenido que irse —en ese momento Badra se fijó en Genio y en ella y les preguntó—. ¿Qué hay de vosotros? Tampoco tenéis muy buen aspecto, y... ¿Quién os acompaña?

Se cruzó de brazos y contestó.

Bien, pensando... Pensando en muchas cosas.

A-ah, en cuanto a eso... Ella es Eshe. Es una Djinn y...

La esposa de Salomón. Y reina de los Djinn, aunque eso es mucho anterior a lo primero. Llevo mucho tiempo esperando a salir de este anillo. Demasiado. Veo que las cosas han cambiado... Que ni siquiera nos encontramos en la misma Agrabah.

Han pasado unos cuantos años, sí. Hay mucho acerca de lo que ponernos al día.

¿Qué ocurre? ¿No sabéis cómo funciona el anillo?

No hemos tenido tiempo para debatir, mi señora...

Maldita la hora en la que hizo esa pregunta, el momento en el que intentó usar el anillo de Andrei le vino a la mente y se sintió un tanto ridícula, aunque el gitano tampoco sabía cómo se usaba y aún así había fingido lo contrario. En el fondo no dejaban de ser una panda de orgullosos.

¡Pero esto es inexcusable! ¡Enseñádselo, Sultana! Estoy convencida de que nuestra presencia aquí será de agradecer.

Es la forma con la que protegeremos Agrabah.

Desde el comienzo de la misión Saeko había imaginado alguna especie de barrera protectora sobre la ciudad, pero nunca hubiese esperado algo tan impresionante como... aquello. Una enorme cantidad de seres fantasmagóricos se materializó en el sitio, todos con aspectos de lo más variopintos, y si eran igual de poderosos que Eshe... Saeko no se puso en guardia, sino que los miró con curiosidad, fijándose bien en sus formas y en el desconcierto que les guiaba.

Los corazones más fuertes y valientes de Agrabah dejan atrás su espíritu al morir. Y aquellos que así lo eligen, pueden formar parte del anillo y continuar sus vidas como... vosotros los llamaríais fantasmas, ¿no es así? Sirven al portador del anillo, el sultán o sultana heredera de Salomón y mía, y luchan a su lado para siempre.

Vaya... —murmuró, sin saber que decir. Resultaba todo demasiado sorprendente.

Ifrit acabó con todos estos Djinn, pero con el anillo pueden regresar y proteger Agrabah de Xihn.

Eso es... Genio... Eso significa que no volverás a estar solo...

Sí. ¡Sí, creo que significa justamente eso!

No sabía si sentirse triste o alegre por Genio, en realidad nunca se había planteado cómo podía sentirse un Djinn como él. Pero si su victoria significaba tanto para Agrabah, para todos sus habitantes... sí, era motivo de celebración.

Será sólo un momento, pero tenéis que ver esto. El anillo no funciona sólo con Djinn, sino con cualquier corazón que elija proteger este mundo. Su mundo.

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Eso era ya demasiado, ese anillo... era demasiado, Saeko comprendió que nunca había llegado a entender su valor de verdad hasta ese momento. Se quedó perpleja, intentando decir algo que no salía, y no parecía ser la única.

¿Mamá? ¿Papá?

Pero qué ven mis ojos. ¡Si son mi hija y nada menos que dos Caballeros de Tierra de Partida!

Os dejaré a solas para que habléis.

Vio a Yasmín marchar con su pueblo, luego se fijó en Rayim y en su esposa, los miró de arriba a abajo. Sentía que aquel era un momento muy importante para Badra, por lo que dejó que hablara ella primero, lo más probable es que tuviesen batallitas que contarse hasta la saciedad, Saeko esperaría lo que hiciera falta. Miró de reojo a Malik y reflexionó sobre lo ocurrido en la tumba. Ella no volvería a ver a su padre como lo estaba haciendo Badra en ese momento, pero ese odio y ese rencor que había sentido tanto tiempo hacia Xihn y sus seguidores... pensó que quizá, que Andrei saliese con vida de una situación como esa le pudiese hacer cambiar, porque a fin de cuentas no era más que un niño, mataba y jugaba con quien quería porque se sentía seguro, no como Saeko, que pensaba que solo aquellos con derecho a arrebatar la vida a los demás eran los que estaban dispuestos también a perder la suya, esa era su filosofía.

¿Qué me dices, Andrei? ¿Cambiarás de opinión después de esto?

Una vez Badra terminó de reconciliarse con su familia, Saeko dio un paso adelante. Tenía algo que decirle a Rayim, algo importante.

Maestro Rayim —comenzó intentando llamar su atención, luego hizo una pequeña reverencia a su esposa a modo de saludo—. Mi nombre es Saeko Nagamine, y usted acaba de decir que soy una Caballero de Tierra de Partida. ¿Seguiría pensando igual si supiese que abandoné La Orden durante cuatro años por cobardía, dejando el peligro a los demás? Me gustaría escuchar su opinión —escuchó la opinión del maestro, no apartó su mirada de la suya en ningún momento, y tampoco le importó lo que pudieran pensar sus compañeros presentes—. ¿Sabe? Siempre le tuve mucho respeto, estuve aquel día en el Santuario junto a usted, cuando aquella maestra y sus aprendices murieron a manos de Aaron, puedo entender por lo que pasó, y siempre le he tenido como un ejemplo a causa de ello, aunque al final no pudiese seguirlo.

Se llevó una mano a un mechón de pelo, con el que empezó a jugar entre sus dedos.

Esto es algo que a la Saeko del pasado le hubiese gustado decir, y por qué no, a la actual también. —esbozó una ligera sonrisa e inclinó la cabeza.

[Agrabah] El día del Juicio - Ronda #10

NotaPublicado: Lun Mar 19, 2018 4:04 am
por Denna
En efecto, Badra fue la primera en acercarse a sus padres. Salomón, por su parte, inclinó la cabeza a modo de saludo y desapareció pronto para reencontrarse con Eshe y con Kamra. El pequeño le cogió de la mano y se marchó con él, no sin antes decirles adiós con la mano efusivamente.

Rayim y Nasira hablaron con su hija, a la que nunca habrían visto tan alterada por la emoción. Apenas se separaba de los brazos de su madre, sobre todo después de comprobar que, en efecto, eran corpóreos a pesar de ser espíritus.

Y no tenemos intención de marcharnos —dijo la mujer, acariciando el cabello de Badra—. La joven sultana tiene la intención de dejarle el anillo a su marido para que juntos podamos proteger Agrabah. De Sincorazón y de todo lo que esté por venir.

Se... ¿Se puede hacer eso?

Lo mejor de ser fantasmas es que podemos aguantar para siempre —confirmó Rayim con una sonrisa—. Que Xihn intente acercarse a este mundo. Mi escudo y yo le recibiremos con los brazos abiertos. Pero tengo que confesar que me gustaría volver a ver Tierra de Partida...

Seguro que a la sultana no le importa mostrártela algún día, pero lo primero es lo primero —lo regañó Nasira, y Badra soltó una risita.

La conversación no se alargó mucho. Cuando Yasmín y Aladdín comparecieron ante toda Agrabah, requirieron la presencia de Badra y de los nómadas que la acompañaban. La chica se había ganado el puesto de visir durante los últimos cuatro años, y el recordatorio de sus padres de que a partir de ese momento se verían muy a menudo la reconfortó.

Así, Saeko y Malik se acercaron a Rayim.

Maestro Rayim. Mi nombre es Saeko Nagamine, y usted acaba de decir que soy una Caballero de Tierra de Partida. ¿Seguiría pensando igual si supiese que abandoné La Orden durante cuatro años por cobardía, dejando el peligro a los demás? Me gustaría escuchar su opinión.

La pregunta descolocó un poco al Maestro, que intercambió una mirada con su esposa y rió nerviosamente.

Oh, bueno... A ver, ya en mis tiempos había desertores que no podían aguantar la presión. Y también en los de mi Maestro y... y siempre, supongo. Nunca les vi con buenos ojos. ¿Por qué aceptaría alguien la Llave Espada si después iba a huir? Habrás tenido tus motivos, imagino, y si has vuelto ya es mucho, pero... No podrás recuperar el tiempo perdido. Llevarás para siempre la etiqueta de cobarde, y muchos de tus compañeros serán incapaces de volver a confiar en ti. Lo siento si no es lo que esperabas escuchar, pero es lo que pienso.

¿Sabe? Siempre le tuve mucho respeto, estuve aquel día en el Santuario junto a usted, cuando aquella maestra y sus aprendices murieron a manos de Aaron, puedo entender por lo que pasó, y siempre le he tenido como un ejemplo a causa de ello, aunque al final no pudiese seguirlo. Esto es algo que a la Saeko del pasado le hubiese gustado decir, y por qué no, a la actual también.

La sonrisa de Rayim desapareció.

¿Puedes entender por lo que tuve que pasar al morir, dejando a mi esposa y a mi única hija solas en un mundo que había jurado proteger? ¿Al ver a una compañera muy querida morir a manos de uno de mis chicos? ¿Al fallar a otro de ellos? Juraría que no, que no puedes —dijo muy despacio.

Nasira rompió el silencio.

Lo que has dicho antes, ¿por qué no hablas de ello con tus Maestros y compañeros? No es que su consejo pueda ayudarte —ignoró el indignado «¡eh!» de Rayim y prosiguió como si nada. Su tono no era tan duro como el de su marido justo antes, pero tampoco era amable—. Con quienes debes sincerarte es con ellos, no con un espíritu que falleció hace más de diez años. Habla con... ¿Cómo se llamaba ese chiquillo que tanto te quería, Rayim?

Ronin. Si ha sido un buen chico, debería haber llegado a Maestro hace mucho tiempo. Sí, supongo que él estará en posición de decirte cómo arreglar ese... problema tuyo. —Carraspeó—. Cuando le veáis, decidle que se deje caer por aquí. Me gustaría charlar con él, aunque fuese una última vez.

Dicho esto, les puso una manaza en el hombro a cada uno y les dio una palmaditas.

Los sultanes estarán a punto de terminar. Será mejor que vayamos, ¿no, Nasira? Imagino que tendrán cosas que contarnos.

Y no eran los únicos. En cuanto se hubieron alejado un poco, Salomón regresó, todavía con el niño bien aferrado a su mano, y le hizo un gesto a Malik para que los acompañara.

Los sultanes me han contado lo que has hecho por Agrabah, Malik —dijo sin preámbulos—. Ha sido muy valiente por tu parte.

¿Vas a decirle...?

Sí, hijo, voy a decírselo. —Salomón le acarició el pelo y sonrió un poco—. Recuerdo nuestro combate en la Cueva de las Maravillas. No fue contra mí directamente, pero con mi magia pude... percibirlo, digamos. Tienes una fuerte afinidad con el elemento Agua. Como yo.

Salomón extendió las manos, invitándole a que le tendiera las suyas. ¿Cómo negarse ante la petición de un rey de la antigüedad, aunque fuera una tan extraña? Salomón cerró los ojos y las manos, sobre las de Malik, empezaron a desprender una luz azul.

Y hubo algo más. Calor. Una calidez agradable que le subió por los brazos hasta el pecho, llenando un vacío que llevaba acompañándole desde hacía un buen rato.

No necesito conservar mi afinidad después de la muerte —explicó, sin darle mucha importancia—. Tengo poderes suficientes para defender esta ciudad... y muchos aliados nuevos que me ayudarán a compensarlo. Tú, en cambio, estás vivo y te la has ganado con creces. Le darás un mejor uso. Aunque me temo que no es más fuerte que la que ya tenías.

¡Majestad!

Sí, sí, ya voy... Resulta que este jovencito tuvo una muerte prematura. Una muerte muy injusta, hace tantos años que ya ha olvidado incluso su nombre. Con la ayuda de mi esposa y mi hija, podemos darle el regalo de la vida una vez más. Parece haberse encariñado de ti. A cambio de mi afinidad, me gustaría que lo tomaras como aprendiz.

Tímido de golpe, el niño trató de esconderse tras la túnica del rey.

Tiene una cuarta parte de djinn, pero desaparecería al convertirse en humano otra vez. Es un buen chico. Quizás un poco travieso. No me gustaría que tuviera que verse obligado a luchar durante toda la eternidad, pero si tuviera, al menos, la opción de elegir cuando crezca… Creo que podrías encargarte de darle una buena vida.

Fuera cual fuera la respuesta de Malik, Salomón inclinó la cabeza de nuevo, esta vez con más reverencia.

Eres un buen hombre —añadió—. Me alegra saber que la Orden cuenta con alguien así de Agrabah. Espero que todavía falte mucho para que llegue ese momento, pero sería un honor combatir a tu lado alguna vez.

Poco después, Yasmín y Aladdín terminaban su discurso y regresaban junto a ellos. A pesar del agotamiento, se veían felices. Una nueva era empezaba.

Su misión, por otra parte, veía su ocaso. Habían salvado Agrabah de las plagas, derrotado a Yafar y encontrado una forma de proteger el mundo sin que Yasmín tuviera que quedarse y ponerse en peligro. Pronto deberían partir. Era el momento de despedirse, y de terminar los asuntos pendientes que tuvieran Agrabah.

* * *


Fecha límite: viernes 23 de marzo


¡Penúltima ronda, tenedlo en cuenta!

Re: [Agrabah] El día del Juicio

NotaPublicado: Sab Mar 24, 2018 6:54 am
por Tanis
Malik apretó los labios cuando el maestro Rayim mencionó a Ronin. Pensó por un segundo estúpido en decirle la verdad, pero en su lugar miró a Saeko de lado un instante. Como si así le dejara la opción.

Por su parte, estaba demasiado cansado como para pensar en muchas cosas. Además sentía un extraño… vacío. Sabía que era por lo que le había dado a Agrabah a cambio de su salvación. Tras las palmaditas de Rayim, Malik cabeceó, pensativo aún sobre ello. Lo único que quería era irse a casa, meterse en la cama y no salir hasta que no tuviese que salir a otra misión. Eso le dejaría poco tiempo para dormir, pero…

Al ver el gesto de Salomón, Malik se acercó a él y al niño que llevaba de la mano. Hacía muy poco los había visto en la cueva, un enemigo y un aliado. Le resultaba extraño.

Los sultanes me han contado lo que has hecho por Agrabah, Malik —Malik asintió débilmente—. Ha sido muy valiente por tu parte.

Eso hizo que alzara las cejas y entreabriera los labios. Le empezaron a escocer los ojos, que se mantuvieron secos.

Gracias… —murmuró.

¿Vas a decirle...?

Sí, hijo, voy a decírselo. —Malik miró a ambos—. Recuerdo nuestro combate en la Cueva de las Maravillas. No fue contra mí directamente, pero con mi magia pude... percibirlo, digamos. Tienes una fuerte afinidad con el elemento Agua. Como yo.

El caballero observó a Salomón al extender las manos. ¿Compartían afinidad? ¿Él, con el gran Rey Salomón? Recordaba el combate, recordaba que había sido duro. Malik extendió las manos, con un ligero titubeo, y las tendió. Cuando Salomón colocó las suyas encima, sintió el calor.

La sensación de que su afinidad volvía a él.

Parpadeó rápidamente, confuso y sorprendido.

Majestad, esto…

No necesito conservar mi afinidad después de la muerte. Tengo poderes suficientes para defender esta ciudad... y muchos aliados nuevos que me ayudarán a compensarlo. Tú, en cambio, estás vivo y te la has ganado con creces. Le darás un mejor uso. Aunque me temo que no es más fuerte que la que ya tenías.

Tenía la vista fija en las manos del rey. El vacío se había ido y volvía a sentirse como siempre. Había recuperado su Agua… No era capaz de racionalizarlo, no todavía.

¡Majestad!

Sí, sí, ya voy... Resulta que este jovencito tuvo una muerte prematura. Una muerte muy injusta, hace tantos años que ya ha olvidado incluso su nombre. Con la ayuda de mi esposa y mi hija, podemos darle el regalo de la vida una vez más. Parece haberse encariñado de ti. A cambio de mi afinidad, me gustaría que lo tomaras como aprendiz.

¿Qué?

Malik miró al niño, de repente consciente de lo que implicaba algo como eso. Él no era maestro, no podía… No había hecho el examen, no tenía ese rango. Fátima sería una candidata mucho mejor.

Tiene una cuarta parte de djinn, pero desaparecería al convertirse en humano otra vez. Es un buen chico. Quizás un poco travieso. No me gustaría que tuviera que verse obligado a luchar durante toda la eternidad, pero si tuviera, al menos, la opción de elegir cuando crezca… Creo que podrías encargarte de darle una buena vida.

«Darle una buena vida, criarlo…»

¿Qué diría Fátima si aparecía con un cuarto niño de la mano? ¿Se enfadaría? No, pensó, no podría. De repente sintió que estaba sonriendo débilmente.

Para mí será un honor, majestad, tomarlo como aprendiz —dijo, honesto y decidido—. Y como hijo.

Ante la casi reverencia del rey, Malik se llevó la mano derecha al corazón e hincó una rodilla en el suelo, inclinando la cabeza. Era un saludo antiguo, de un alto respeto.

Eres un buen hombre —Malik se levantó despacio—. Me alegra saber que la Orden cuenta con alguien así de Agrabah. Espero que todavía falte mucho para que llegue ese momento, pero sería un honor combatir a tu lado alguna vez.

También será un honor combatir junto a vuestra majestad algún día.

Estaba cansado, pero de repente… se sentía mucho mejor. Había salvado Agrabah, Yafar ya no era ningún peligro. Nunca podría despedirse de Agrabah, no del todo, pero sabía que tardaría en volver. Malik esperó a que le dieran vida al niño, para preguntarle su nombre. Si lo había olvidado y debía ponerle un nuevo nombre, lo bautizaría como
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Saiyd
. No sabía cómo iba a explicarles a los maestros el tener un aprendiz sin ser maestro. En realidad no le importaba, porque iba a hacerse cargo de él fuese como fuese.

Se despediría antes de marchar, primero de Aladdin, después de Badra y de Yasmín si no regresaba inmediatamente con ellos. Por ultimo, si no habían desaparecido, se despediría de los espíritus djinn.

Algún día, esperaba que dentro de mucho tiempo, pudiera volver a su mundo para defenderlo hasta el fin de los tiempos.


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Re: [Agrabah] El día del Juicio

NotaPublicado: Sab Mar 24, 2018 4:52 pm
por Tsuna
Yasmín acudió con su marido para comparecer ante toda Agrabah, seguida del resto de los Djinn, entre los que se incluía Eshe. Sin embargo Badra y sus padres decidieron permanecer allí, hablando todo lo que no pudieron haber hablado en vida, Saeko se quedó cruzada de brazos, seria y observando. A medida que el tiempo pasaba más pensaba en su padre, ya fallecido hacía algunos años, estaba claro que la nómada era una persona muy afortunada, pues ella ya no iba a tener la ocasión de volverlo a ver. Y una curiosa pregunta se le pasó por la cabeza entonces.

¿Tendría yo algo que decirte para que se sintieses orgulloso de mí?

Un sentimiento de incomodidad la recorrió por dentro al recordar lo cobarde y orgullosa que había sido, intentando siempre luchar por su cuenta... no, estaba claro que eso era lo último que le quería decir.

Y no tenemos intención de marcharnos. La joven sultana tiene la intención de dejarle el anillo a su marido para que juntos podamos proteger Agrabah. De Sincorazón y de todo lo que esté por venir.

Se... ¿Se puede hacer eso?

Lo mejor de ser fantasmas es que podemos aguantar para siempre —Saeko abrió los ojos con sorpresa—. Que Xihn intente acercarse a este mundo. Mi escudo y yo le recibiremos con los brazos abiertos. Pero tengo que confesar que me gustaría volver a ver Tierra de Partida...

Seguro que a la sultana no le importa mostrártela algún día, pero lo primero es lo primero

Saeko seguía impresionada por las capacidades de aquel anillo, contaba con un poder tan grande, tan inmenso... Y que ahora una nueva etapa de gloria estuviese empezando en Agrabah era en parte gracias a ella, a su esfuerzo, a su desesperada lucha contra Andrei, esbozó una ligera sonrisa, sí, de eso sí podía sentirse orgullosa, y él también. Fue en ese momento cuando se requirió de la presencia de Badra para la comparecencia, por lo que esta acudió y quedaron a solas. Saeko miró a Rayim por un momento y se planteó la posibilidad... sí, era una oportunidad muy buena para indagar un poco en las ideas de los antiguos Caballeros. ¿La hubiesen visto a ella mal en el pasado, o las cosas hubiesen sido distintas?

Se acercó a él y sin rodeos, le contó su situación. Como era de esperar eso le pilló por sorpresa, Rayim miró a su esposa sin saber muy bien cómo empezar, pero entonces el tono de sus palabras se tornó más duro a medida que iba hablando. Saeko le escuchó con atención.

Oh, bueno... A ver, ya en mis tiempos había desertores que no podían aguantar la presión. Y también en los de mi Maestro y... y siempre, supongo. Nunca les vi con buenos ojos. ¿Por qué aceptaría alguien la Llave Espada si después iba a huir? —era una muy buena pregunta, pero ella había cambiado mucho desde aquel entonces, o quizá es que lo ocurrido en el Castillo del Olvido sí que había supuesto demasiada presión—. Habrás tenido tus motivos, imagino, y si has vuelto ya es mucho, pero... No podrás recuperar el tiempo perdido. Llevarás para siempre la etiqueta de cobarde, y muchos de tus compañeros serán incapaces de volver a confiar en ti. Lo siento si no es lo que esperabas escuchar, pero es lo que pienso.

Negó con la cabeza.

No, es algo que he tenido y tendré que aceptar.

Pensó en su hermana y en Shui, en si no les terminaría resultando negativo que fuese ella la que llevara las riendas de la familia. Pero al final todo se resumía en lo que se había estado repitiendo desde el principio, en que sus actos serían los que hablasen por ella. Necesitaba esa determinación, necesitaba tragarse el orgullo y el honor y seguir adelante sin importar qué, ya vendrían tiempos mejores. Y dejando todo ese asunto de la cobardía de lado, Saeko también quiso contarle a Rayim lo mucho que había significado para ella como aprendiz en su día, en cómo se le retrataba como a un auténtico héroe digno de ejemplo. Su sonrisa desapareció al instante.

¿Puedes entender por lo que tuve que pasar al morir, dejando a mi esposa y a mi única hija solas en un mundo que había jurado proteger? ¿Al ver a una compañera muy querida morir a manos de uno de mis chicos? ¿Al fallar a otro de ellos? Juraría que no, que no puedes

La mirada de Saeko se tornó entre sorprendida e intimidada a partes iguales, mientras asimilaba todas y cada una de las palabras que el maestro le dedicaba, sentía que por primera vez estaba entendiendo de verdad a aquel hombre, y no por todas esas visiones que había tenido en el Santuario, sino por el tono de su voz, por la desesperación, la frustración que parecía desprender. Entonces Saeko comprendió que no era lo mismo saber historia que hablar con las personas que habían hecho esa historia posible, podía resultar algo obvio si eso se le hubiese dicho a cualquiera, pero en ese momento esa sensación era tan fuerte y real... que lo único que sacó en claro era lo inocente que había sido la aprendiz del pasado.

Lo que has dicho antes, ¿por qué no hablas de ello con tus Maestros y compañeros? No es que su consejo pueda ayudarte —no, pero sí le ofrecía una mejor visión en general—. Con quienes debes sincerarte es con ellos, no con un espíritu que falleció hace más de diez años. Habla con... ¿Cómo se llamaba ese chiquillo que tanto te quería, Rayim?

Ronin —a Saeko se le pareció congelar el cuerpo por un momento al escuchar ese nombre—. Si ha sido un buen chico, debería haber llegado a Maestro hace mucho tiempo. Sí, supongo que él estará en posición de decirte cómo arreglar ese... problema tuyo. Cuando le veáis, decidle que se deje caer por aquí. Me gustaría charlar con él, aunque fuese una última vez.

Puto notar la mirada de Malik encima de ella. No le importaba decírselo, claro que no dejaba de resultar doloroso. Rayim les dio unas palmaditas y se adelantaron con la intención de ir junto con los demás.

Los sultanes estarán a punto de terminar. Será mejor que vayamos, ¿no, Nasira? Imagino que tendrán cosas que contarnos.

Ronin ya no está entre nosotros —se esforzó por ocultarlo, pero el dolor que reflejaba su voz era evidente. Les dejó un momento para que lo asimilaran—. Más motivo para proteger lo que nos queda. —pensó en decir un "lo siento", pero no, ese no era su estilo, ella era más de luchar hasta el final.

Saeko les observó al marchar con una mirada severa y sincera, después buscó un sitio en el que tomar asiento mientras escuchaba de fondo las palabras de Yasmín y el bullicio del exterior, se le escapó un suspiro de cansancio y le empezó a entrar el sueño. Vio desde la distancia la escena que tenía Malik con los espíritus hasta que al final pareció tomar al niño bajo su cuidado.

Al cabo de unos minutos el discursó terminó y la sultana regresó, tocaba despedirse por el momento, hasta la próxima ocasión.

Parece que todo ha ido bien, Agrabah está a salvo. Ha sido un placer haber luchado a vuestro lado hoy, y Aladdín, tú... —le miró con cierta seriedad—, protegela siempre, mantente siempre a su lado pase lo que pase, ¿de acuerdo? —luego buscó a Rajah, que también debía andar por allí y le acarició la cabeza con un poco de brusquedad, y por supuesto si Genio no estaba ocupado con sus nuevos amigos le guiñaría un ojo como despedida, aquel gesto no dejaba de resultarle gracioso.

Por último se dirigió a Yasmín, de nuevo, y le preguntó.

¿Al final te vienes con nosotros, o prefieres quedarte aquí un tiempo? Quizá podamos esperarte un rato más, tú decides.

Escuchó su respuesta, se despidió de los demás con la mano y regresó con Malik que iba acompañado por aquel niño. Le miró por encima con curiosidad, sin embargo, algo dentro de su cabeza se iluminó como una chispa.

¿Necesitarán los demás nuestra ayuda? Porque si es así deberíamos darnos prisa. —le comentó a Malik.

Volvió a mirar la ciudad de Agrabah, esperaba que esa fuera la última vez que tuviese que acudir a salvar ese mundo. En el fondo se sentía orgullosa de lo que había logrado, quizá las cosas empezaban a cambiar de verdad para mejor.

[Agrabah] El día del Juicio - Ronda #11

NotaPublicado: Mié Mar 28, 2018 6:26 pm
por Denna
Ronin ya no está entre nosotros. Más motivo para proteger lo que nos queda.

Oh. Oh... Vaya... —Rayim parecía perplejo. Incómodo, se llevó una mano a la nuca—. Debería haberlo imaginado. Han sido muchos años, y si Aaron... Xihn...

Su voz murió lentamente. Ninguno de ellos dijo nada más. Hubo un momento en el que tuvieron la sensación de que Rayim iba a preguntar algo, pero cambió de idea en el último momento. Algo más apagado, con los hombros caídos, tomó la mano de su mujer y se despidió de ellos.

*


Saeko fue a buscar a Yasmín, que jugueteaba con el anillo y miraba a su alrededor con una sonrisa maravillada. Una sonrisa de orgullo y esperanza. Su mundo se había salvado. Cuando la Caballero se acercó a ella y a Aladdín, Yasmín la sorprendió con un abrazo.

He preguntado a Eshe y a Kamra acerca del pasillo que vimos, el que tenía ese símbolo con las alas. Ninguna de las dos sabe de qué se trata —explicó—. Parece que es algo que no debería estar ahí... De todos modos, habría que mandar a un grupo de espíritus para que inspeccionen todo el laberinto, no vaya a ser que encuentren algo importante...

Dame un par de horas para descansar y yo me ocupo —dijo Aladdín con una sonrisa agotada. Luego se dirigió a Saeko—. Me encargaré de proteger esta ciudad con mi vida. Gracias por lo que habéis hecho hoy. Por lo que habéis hecho siempre.

Yasmín le acarició el lomo a Rajah, que frotaba su cabeza contra la mano de Saeko.

Lyn se pondría hecha una fiera si me quedara aquí durante más tiempo. No pasa nada, iré. Aladdín, Badra y los espíritus se encargaran de protegerla en mi ausencia. Nosotros tenemos asuntos más urgentes que atender.

Pero, primero, a disponerlo todo como toca.

Yasmín suspiró con hastío, pero soltó una risita de inmediato. Tomó de la mano a Aladdín y, juntos, corrieron a reunirse con un grupo de hombres y mujeres de aspecto imponente.

Parecía que dispondrían de un par de horas todavía antes de marcharse todos juntos a Tierra de Partida. ¿Qué estarían haciendo sus compañeros de mientras?

Entre tanto, Salomón aprovecharía ese tiempo para que el espíritu del niño volviera a la vida. Lo primero que hizo el pequeño fue abrazar con fuerza a Malik, asegurar que el nombre de Saiyd le gustaba mucho y preguntarle si iba a tener hermanos.

* * *


Fecha límite: lunes 2 de abril


¡Última ronda! En principio ya habéis terminado con todo, así que esta ronda es opcional y no penalizará nada si os la saltáis, es para cerrar. Tenéis unas dos horas para moveros con total libertad por el mundo, comunicaros con compañeros de otras tramas (ni qué decir que NO podéis salir al Intersticio ahora) y terminar lo que tengáis pendiente. Mi próximo post será para poner ya las puntuaciones, a menos que posteéis con algo que afecte a NPCs.

Re: [Agrabah] El día del Juicio

NotaPublicado: Sab Abr 07, 2018 2:21 am
por Denna
Spoiler: Mostrar
¡Fin de la trama, ahora sí que sí! Y fin de Agrabah también. Ha sido para mí un honor tener la oportunidad de cerrar este mundo, y me alegro de que haya podido ser con un final feliz. No merece nada menos.

Gracias, Sombra, por haberlo abierto en su día. De no haberme apuntado a esa trama de Salomón, seguramente no me habría atrevido a escribir esta. Y, por supuesto, a Cris y a Tanis también por participar :)

Basta de ñoñerías y pasemos a las puntuaciones. Os recuerdo que esta es la última trama y que, a menos que tengáis algún encuentro pendiente, es la última vez que os tocará actualizar (aww):

Saeko: 66PX. Has roleado muy bien, muy aplicada e implicada, lo cual se agradece muchísimo. No te doy la puntuación perfecta porque se ha notado mucho que es el primer tema en el que vuelves con la nueva Saeko, y su personalidad y sus acciones me han chirriado un poco en algunos momentos. En especial te diría de cuidar los diálogos, ha habido frases algo forzadas, pero lo atribuyo a lo anterior. Hay que terminar de pulir a Saeko tras este salto temporal (lástima que apenas quede tiempo xDu). También vigila la puntuación: ¡has escrito párrafos muy largos sin puntos ni comas! Subes a nivel 29 y te quedas a 49PX del siguiente.

Malik: 68PX y un nuevo miembro para la familia, cuídamelo bien o Ronin se lo quedará. Has escrito y roleado bien, nada que no sepas. La puntuación te ha bajado por faltas y por algunas rondas en las que se te notaba sin mucha motivación, lo cual ha afectado a la implicación. De todos modos, también se ha notado el esfuerzo y te agradezco mucho la dedicación. ¡Ya terminamos! Subes a nivel 29 y te quedas a 20PX del siguiente.

Ragun: 68PX. Es... sorprendente lo poco que tengo que decir. Has roleado y escrito bien, muy puntual —cuento esta trama y las rondas de Intersticio, por cierto— y te has implicado con los NPC’s que tenías en tu camino. No obtienes la puntuación máxima por algunas faltas y por decisiones que se me han hecho extrañas, como el momento de abandonar Agrabah (y con el mundo, a Badra y a Aladdín, que estaba herido) para ir al Intersticio sin hacer demasiada introspección. Por lo demás, todo muy bien. Subes a nivel 46 y te quedas a 15PX del siguiente.

¡Ha sido un placer! ¡Nos vemos en el Global final!

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