[Islas del Destino] ¡Yincana veraniega!

[Drazham]

Menudo fracaso. La idea de Nikolai no solo le hizo dar un sinfín de vueltas innecesarias, sino que encima acabó perdiendo aún más tiempo. Genial, como si no hubiese tenido suficiente con la prueba anterior.

<Piensa, Nikolai. Tiene que haber algo que se te escape>.

El joven optó por dejar de vagabundear por ahí sin rumbo alguno y se paró pensar en el acertijo de marras. Visualizó los tres dibujos del cartel en su mente y medito sobre el significado que podían guardar. Tenían que estar relacionados de alguna forma, eso seguro.

<Debería cambiar el punto de vista>.

Tras un buen rato pensándoselo, llegó a otra conclusión con los dibujos. No se demoró en ponerla a prueba, ya iba bastante atrasado comparado con otros participantes.

[15nuxalxv]

Para mí satisfacción, con mi estrategia conseguí el sello sin más problemas. Adiós, postre...

Derhe nos había indicado amablemente hacia dónde proseguir con la yincana: debíamos encontrar a Kazuki.

Lo hallamos, cómo no, echándose otra de sus siestas. Pensé en robarle el sello mientras dormía, pero era demasiado tarde; y además le hubiese quitado la gracia.

Una vez más o menos despierto, el Maestro nos explicó su prueba: debíamos jugar contra él a piedra, papel y tijera. Sencillo, pero no por ello menos difícil de conseguir: si había algo que odiaba, eran los juegos de puro azar. Ahí lo mismo daba lo inteligente que fueras.

Suspiré y esperé mi turno para intentarlo. Cuando llegó, me acerqué a él y sin más dilación dije, con algo de desgana:

—Piedra, papel o tijeras. Un, dos, tres, ¡ya!

Recé por dentro para que la suerte me sonriese.

[Suzume Mizuno]

Consiguió el sello, aunque le dejó un mal sabor de boca por haber tenido que recurrir a tal método. Kazuki les aguardaba, dormido —cómo no— y sólo se despertó cuando los aprendices lo espabilaron a la vez que se quejaban de Derhe.

—Eh, para el siguiente sello tenéis que... Em... —La cabezada que dio casi preocupó a Fátima. ¿Cómo se las apañaba ese hombre para andar siempre tan cansado?—. Ah, sí. Jugar al, esto, piedra-papel-tijera conmigo. Al mejor de tres.

Oh. Vaya, eso era pura suerte, sí. Fátima esperó su turno y luego se colocó frente a Kazuki, preguntándose si cabecearía también durante su pequeño enfrentamiento o conseguiría mantenerse lúcido el tiempo necesario.

[H.S Sora]

Hay momentos en la vida en que uno cree tener suerte: sospechas que la tienes cuando aciertas el portal correcto de entre al menos once opciones, pero puede haber sido casualidad a pesar de que solo tres personas hayan hecho lo mismo que tú; continua tu sospecha cuando logras adivinar un acertijo que a primera vista te parecía un escrito en antiguo y sin sentido; te afianzas más de ti mismo cuando consigues amenazar a un mal hablado aprendiz con éxito...

Pero cuando vences a la primera a Kazuki en el piedra, papel, o tijeras sabes que algo raro pasa con tu suerte, algo como empezar a tenerla de verdad. Aunque tengas que compartirla con otra persona, eso da igual. Con mi sello en forma de irónica tijera, era feliz como unas castañuelas.

Y de la misma forma me fui a la playa, siguiendo a Light en busca de la Maestra Yami.

***

No tardamos demasiado en encontrarla y es que a pesar de que no conocía muy bien a la Maestra en cuestión, destacaba bastante por decirlo de manera suave. Pero no tenía nada que ver con su manera de vestir lo que resultaba peculiar, y es que se encontraba danzando en aquella orilla alegre como un pajarillo, además de tener un nido de aves en su cabeza; el característico sonido de una de aquellas criaturas me tranquilizó, al menos no estaban muertos.

Yami se percató entonces de nuestra presencia, para bien o para mal.

—¡Los primeros chocobitos han llegado, qué bien! —Antes de que pudiese hacer una mueca extraña ante lo que me acababa de llamar, me vi con la Maestra prácticamente encima de nosotros—. ¡Estamos muy contentas, la actuación va a comenzar!

¿Qué actuación?

No pude decir ni pío — al contrario que las aves que habitaban en su cabeza — de la impresión, por lo que acabé siendo arrastrado junto a Light a una especie de escenario en el centro de aquella playa y en el que unos Moguris tenían todo tipo de instrumentos musicales preparados.

Aquello no me gustaba ni un pelo.

—¡Cantad, pequeñines, cantad!

>>Si queréis que os demos nuestro sello, tendréis que cantadnos una bonita canción.

Light enmudeció, pero yo no me iba a quedar atrás. ¿Cómo que debíamos cantar frente a toda la playa por uno de aquellos sellos? ¿Acaso quería que hiciésemos el ridículo? Iba a negarme rotundamente ya que odiaba dar aquella clase de espectáculos en público, incluso si aquello suponía tener que renunciar a ganar aquella competición.

Pero entonces me percaté de como aquella Maestra se había sentado sonriente como una niña, incluso dando palmas para que alguno de los dos se animase a empezar. Verla de aquella manera me recordaba a alguien, y no pude evitar sonreír mientras pensaba para mis adentros que tan mal no me podía ir.

Dejé que Light empezase con su canción, y una vez hubiese acabado me dejaría poseer por el espíritu de la música y de la danza. Empezaría con una sonrisa y pidiendo más aplausos de aquel escaso público, dejando que la emoción me embargase mientras recorría aquella tarima...

...—This hit, that ice cold
Michelle Pfeiffer, that white gold
This one, for them hood girls
Them good girls
Straight masterpieces
Stylin', wildin'
Livin' it up in the city
Got Chucks on with Saint Laurent
Gotta kiss myself I'm so pretty...

Y continuaría cantando y danzando en aquel escenario hasta que la canción tocase a su fin, esperando el veredicto de Yami.

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Pongo aquí el vídeo ya que especifico que Saito termina de cantar la canción aunque no la copie entera, por lo que solo tengo algo que decir: Don't believe me, just watch!

[RedXIII]

Hiro observó extrañado como Keiko no se movía de lugar ¿Le había pasado algo o simplemente había desistido de encontrar el camino? al Aprendiz le dio un poco de igual, ya que se encendió un cigarrillo y miró al cielo.

—Joder, Hisagiwasha, ya podrías estirarte y servirme una copa...

***

—¿Qué queréis? ¿El sello? ¡Largaos, me da igual lo que hayan dicho los maestros, no sois dignos de mi sello! — Hizo un corte de mangas —. Esto necesita más ketchup. Y mantequilla.

La vena de la frente del pequeño Moguri se empezó a hinchar cada vez más y más, sobretodo viendo la pasividad de los presentes, sobretodo con aquellos que empezaron a comer con el gordo. Se movió lentamente hacia el gordito comilón y sacó de su manga el látigo de espinas, dio un golpe seco y lo ató al cuello de Derhe, acto seguido se acercó y tiró de dicho látigo.

—¡Por mi como si le falta comino! — Dijo con cara de estar bastante enfadado —Dame el maldito sello o te voy a enseñar como hacemos el cerdo a la brasa en mi pueblo — Su tono amenazante, acompañado de los apretones que daba con el látigo, mostraban a un extremadamente irascible Goei que si no obtenía lo que quería era capaz de volar la despensa con todo el mundo dentro, incluso parecía estar sacando unas semillas bastante conocidas.

—¡Tienes cinco segundos o esta noche en el comedor de Tierra de partida se servirá Derheporc grillé!

[Soul Artist]

¡El horror! ¡¡El horror!!

Me quedé un rato muy largo con la mente en blanco, siguiendo a Simbad por donde él indicaba y caminaba. Sé que me había hablado varias veces, pero era incapaz de concentrarme en ello. Me había revelado el mayor de los horrores existentes posibles dentro de mi cabeza: en Bastión Hueco existía un vampiro... ¡Y a la gente le parecía normal!

Necesité que me lanzara un ajo a la cara por haberme equivocado de portal para reaccionar a aquello. Me puse roja como un tomate y le lancé el mismo, aunque con mi puntería fallé tontamente. Gruñí por lo bajo y le seguí al portal que señaló acertando con el mundo finalmente.

—Claro que tengo calor con esta armadura —le contesté al cabo de un rato, mientras descifrábamos el mensaje secreto que nos llevaría al siguiente sello—. Pero no me gusta hacer lo que me dicen. ¿Ponerme con un bañador para que unos pervertidos me miren? Entre tú y yo, lo hago sobre todo por el aprendiz borracho ese que ni está haciendo las pruebas. No quiero que ese me mire con malos ojos.

Cuatro sellos, no estaba nada mal. No veía la victoria asegurada y aplastante, pero al menos me lo estaba pasando bien, que era ya más que el objetivo inicial. Y hablando de objetivos: el siguiente parecía ser lograr el sello de un gordo seboso que no dejaba de comer como si su vida dependiera de ello. Quitando que, bueno, la alimentación es base en la vida de todo ser humano.

Simbad se lanzó sin que tuviera tiempo para reaccionar. Le agarró con fuerza y en su rostro se dibujó una sonrisa siniestra y casi malvada; su voz se tornó oscura, burlona y ansiosa.

—Mira lo que hemos cazado. Yo que pensaba que nos habían mandado a por un sello y resulta que nos hemos topado con la cena... —Espera, ¿me había hecho amiga de Hannibal Lecter? ¡Eso no estaba dentro del plan!—. Casi que mejor que no nos des el sello chico, así tendremos una buena excusa para...

Caí entonces en la cuenta. No pretendía comérselo de verdad, sino asustarle para que nos diera el sello y así nos dejara en paz. No era mala idea en absoluto, para nada...

—¿Crees que cabrá en el horno de Bastión? O mejor todavía: dame los ajos y lo asamos aquí mismo.

Extendí las alas lo máximo que pude para colaborar en la estrategia: cuanto más grandes pareciésemos, mucho mejor. Saqué un ajo de la mochila y lo metí en la boca del gordo seboso para, inmediatamente, sacar un tenedor y un cuchillo.

—Vamos a freírle ya a base de Piros. Y he traído tappers para lo que sobre.

A todo aquello, recuerdo que me estaba entrando el hambre. Un poco de baba se me debía estar cayendo.

[Zodiark]

—¡Hurra!

Tras estampar el sello con forma de estrella en mi cartilla, seguí las indicaciones para ir a la siguiente prueba. Y vaya prueba. Buscar a Derhe...

—Ugh... —me quejé al ver esa horrible cara rechoncha y repugnante frente a mí, hartándose de comer como un cerdo.

—¿Qué queréis? ¿El sello? ¡Largaos, me da igual lo que hayan dicho los maestros, no sois dignos de mi sello! —dijo el chico, con su típico tono de voz agradable y armonioso—. Esto necesita más ketchup. Y mantequilla.

Parecía que tendría que ser amable con él por una vez, aunque no lo mereciera, y convencerle de que me diera el maldito sello.

—Eh, Derhe —le llamé—. Sabes que vivo en un castillo, ¿no? Pues verás —dije, con una mueca de superioridad, haciéndome la interesante—, resulta que conozco personalmente al Rey, de hecho es un íntimo amigo mío, y... bueno, siempre hemos estado barajando la posibilidad de organizar un banquete en tu honor. Piénsalo. Serías el protagonista indiscutible, ¡el Rey por un día! Y podrías comer toooooodo lo que quisieras. Comida de lujo, claro, y no esta comida rápida que estás comiendo ahora. ¿Quieres kétchup y mantequilla? ¡Allí podrás cambiarlo por cualquier manjar que se te ocurra, por muy lujoso que sea! Incluso puedo hacer que dos tías buenas te abaniquen mientras comes, ¿qué te parece?

Esperé una respuesta del aprendiz (¿aunque acaso estudiaba algo? Ni siquiera le había visto nunca blandir su Llave Espada, si es que la tenía) cruzando los dedos de las manos por detrás de la espalda.

[Mentos]

—Somos un poco desastre —dijo Nicoxa mientras Coli estaba pensando una nueva respuesta—. A ver si logramos dar con la solución ahora...

—Sí... quizás haya que darle un enfoque distinto...

Tras una pequeña pausa y contemplando los signos varias veces... por fin se iluminó la bombilla.

—Creo... ¡Creo que lo tengo! Estoy segura de que tú también sabes qué es. —Guió un ojo a su amiga—. Nos vemos allí, mi querida cerdita.

[Marioxulo]

Al fin. Me costó, pero logré descubrir el maldito mundo donde se encontraba el sello. Una vez lo puse, salí corriendo en busca de el siguiente. Con todo el tiempo perdido, tenía que darme prisa si quería alcanzar al resto y llegar a ganar la yincana.

Un extraño cartel con unos símbolos. Debajo, una frase indicaba que tenía que resolver el acertijo para poder seguir avanzando. Había más gente en esta prueba, incluida mi compañera Aru y Coli. Sin embargo, no tenía ni la más mínima idea de que carajos era aquel acertijo. Así que decidí probar suerte sin más.

[Astro]

Tercera prueba - Keiko

Keiko no se movió del sitio, así que no avanzó.


Cuarta prueba - Lyon

Colibritany (por fin), Aru, Saeko, Nicoxa y Nikolai tuvieron la idea correcta sobre el acertijo, lo que les llevó a ganar un sello más. El cuarto sello, con forma de estrella, conseguido.

Lyon, sin embargo, no lo consiguió. Se quedó muy cerca, bien encaminado, aunque tenía que pensar de forma más disney.

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Pista 1: la flecha señala en un sentido en concreto. Pensad de forma disney.
Pista 2: Es la dirección para llegar a un sitio desde Londres.

Quinta prueba - Colibritany, Aru, Saeko, Nicoxa & Nikolai

Entre las promesas de comida y las amenazas por partes iguales (y el temor a que Hana y Awa-chan acabaran con todo el papeo), Derhe acabó dándoles el sello a todos. Maya, Victoria, Ragun, Simbad, Hana, Hiro y Kairi sumaron el quinto sello, con forma de sandía, a sus tarjetas. Después, el aprendiz de relleno les echó a gritos de su almacén.

Poco tardó la siguiente tanda de aprendices en llegar. Habían encontrado un mensaje junto al último sello que les indicaba que debían volver a la playa y buscar a Derhe Yeno. Lo encontraron tras buscar un poco, pues el aprendiz de relleno se había encerrado en el almacén del chiringuito y se estaba poniendo morado con toda la comida que encontraba.

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—¿Qué queréis? ¿El sello? ¡Largaos, me da igual lo que hayan dicho los maestros, no sois dignos de mi sello! —Les hizo un corte de mangas, antes de volver a atacar a un pobre cubo de helado—. Esto necesita más natillas. Y mostaza.

Pues menuda situación. Derhe no parecía dispuesto a darles nada, y mucho menos el sello que necesitaban para seguir avanzando. ¿Qué harían?

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¡Quinta prueba, desafío del relleno! Derhe Yeno no os quiere dar el sello, así que os toca conseguirlo. En esta prueba no hace falta enviar mensaje privado alguno, y tenéis vía libre para hacer lo que se os ocurra para conseguir que cambie de opinión y os dé el sello. Aunque, bueno, nada de matarlo ni cortarle ningún miembro... Nadie le echaría de menos, pero luego a los moguris les tocaría limpiar.

La única norma es que no podéis dar por hecho que conseguís el sello sí o sí, eso lo juzgaré yo. ¡Suerte!

Sexta prueba - Maya, Watson, Alec, Victoria, Saxor, Ragun, Simbad, Hana, Hiro & Kairi

La diosa fortuna volvió a hacer de las suyas en la prueba del piedra-papel-tijera, y de los siete que probaron suerte solo cuatro pasaron. Fátima, Celeste, Freya y Jeanne consiguieron lo que buscaban: el sexto sello, con forma de tijera, conseguido. Podían avanzar.

Watson, Alec, y Saxor no tuvieron ese privilegio.
Watson tuve un triple empate en las tres partidas, lo que le impidió conseguir el sello.
Alec empató, perdió, y volvió a empatar, en ese orden.
Y Saxor volvió a tener mala suerte al empatar, perder, y volver a empatar en ese orden.

A ellos pronto se les sumaron el siguiente grupo, quienes guiados por las indicaciones de Derhe Yeno se volvieron a encontrar al maestro Kazuki dormido.

Tuvieron que insistir bastante en despertarlo... Otra vez.

—Eh, para el siguiente sello tenéis que... Em... —Dio una cabeza y casi se vuelve a dormir otra vez—. Ah, sí. Jugar al, esto, piedra-papel-tijera conmigo. Al mejor de tres.

Bostezando, extendió el brazo, preparado para jugar con el primer voluntario. Parecía fácil, ¿verdad? Al fin y al cabo, a ellos les había sonreído la suerte antes. ¿Por qué no ahora?

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¿Echabais de menos el azar? ¡Bienvenidos a la sexta prueba, piedra-papel-tijera!

Doy por hecho que conocéis las normas, aunque si es que no ya podéis ir a google que son bien fáciles. Tenéis que dar al menos dos veces a Kazuki para conseguir su sello, y para hacerlo os toca volver al mensaje privado.

Tenéis que enviar tres elecciones del juego, teniendo sobre todo importancia el orden. Numeradlas, vamos. Para que no sea imposible, Kazuki tiene sus elecciones fijadas y no serán todo el rato al azar. Si es vuestro segundo intento debería ser fácil.

¡Suerte!

Séptima prueba - Fátima, Celeste, Freya y Jeanne

Yami aplaudió, rodeada de moguris curiosos, ante las actuaciones de Light y Saito. Cuando acabaron, les dio un abrazo a cada uno y no dudó darles el sello que tanto buscaban. Aunque antes tuvieron que convencerla de que el sello no se ponía en la frente, como ella tanto insistía, sino en la tarjeta.

El séptimo sello, con forma de nota musical, conseguido.

Les dio las instrucciones para seguir avanzando, y en cuanto la maestra se giró se encontró con el grupo de chicas que habían llegado hasta ella.

—¡Habéis llegado más, qué contentas estamos!

Señaló con los brazos el improvisado escenario de madera que había tras ella, donde un puñado de moguris revoloteaban mientras cargaban con instrumentos de música.

—¡Cantad, pequeñines, cantad!

Se sentó en el suelo, con una sonrisa de oreja a oreja y dando palmaditas.

—Si queréis que os demos nuestro sello, tendréis que cantadnos una bonita canción.

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¡Bienvenidos a la séptima prueba! ¿Os acordáis del chiste? Pues esto será algo parecido: ¡a cantar!

No hay mensaje privado ni nada, lo único que tenéis que hacer es que vuestro personaje cante una canción a vuestra elección. Podéis poner la letra o un enlace a youtube, o incluso ambos, pero nada de playback. Se puede cantar tanto individualmente como en dúo/grupo si coincidís varios en la prueba en el momento, a gusto del consumidor.

¡Suerte! Y no desafinéis.

Octava prueba - Light & Saito

Todavía juntos, la octava prueba les esperaba. Yami les había dicho que su siguiente prueba era encontrar a aquella persona de la playa que tenía el sello número ocho. Para conseguirlo, les había dado tres pistas:

+ Es una mujer.
+ Está en casa.
+ En una ocasión mató a Saxor.

A pensar. Los maestros y otros aprendices veteranos andaban de un lado para otro de la playa, dejándose ver sin demasiado problemas si buscaban un poco. ¿Quién sería el correcto...?

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¡Octava prueba, encontrad al npc correcto! Todos los maestros y aprendices NPC, inluso los moguris con nombre, de Bastión Hueco y Tierra de Partida están en la playa a simple vista. Lo único que tenéis que hacer es averiguar quién con las pistas dadas y acercarse para pedirle el sello.

Respuesta por mensaje privado, ¡suerte!

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Fecha límite: miércoles 02 de septiembre a las 12:30.

1.- Light: 7 sellos
2.- Fátima: 6 sellos
3.- Celeste: 6 sellos
4.- Maya: 5 sellos
5.- Colibritany: 4 sellos
6.- Freya: 6 sellos
7.- Watson: 5 sellos
8.- Lyon: 3 sellos
9.- Alec: 5 sellos
10.- Victoria: 5 sellos
11.- Saxor: 5 sellos
12.- Ragun: 5 sellos
13.- Aru: 4 sellos
14.- Keiko: 2 sellos
15.- Simbad: 5 sellos
16.- Saeko: 4 sellos
17.- Nicoxa: 4 sellos
18.- Saito: 7 sellos
19.- Nikolai: 4 sellos
20.- Hana: 5 sellos
21.- Jeanne: 6 sellos
22.- Hiro Goei: 5 sellos
23.- Kairi: 5 sellos

[LightHelco]

Mala suerte otra vez, al menos ahora podía probar la combinación que vencía a la suya y ver si la mantenía pensando que siempre hacía algo nuevo. Me estaba empezando a quedar bastante atrás respecto a otros aprendices y lo peor es que muchos más me estaban alcanzando.

—Muy bien, vamos a volver a intentarlo: Piedra, papel o tijera. ¡Un! ¡Dos! ¡Tres!

Como el Maestro usara otra combinación podía tirarme aquí hasta mañana.

[xXOrbOOkXx]

Afortunadamente conseguimos superar la prueba. Sonreí a mi compañera, definitivamente tenía dotes de actor. Los ajos me lo esperaba, pero lo del cuchillo y el tenedor había sido sublime. Fue un alivio conseguir el sello, la verdad, no me apetecía comerme a nadie.

—Eres un tanto extraña —le diría medio en broma—. Lo de los ajos lo entiendo, ¿pero lo del cuchillo y el tenedor? Además, tus alas parecen... moverse.

Había supuesto que eran como un adorno, o un escudo de lo tanto extraño. Pero cuando había asustado al aprendiz con ambas, abriéndose al unísono... Podría haberse tratado de magia, pero no estaba nada seguro.

Regresamos a la playa. En ella estaba tendido Kazuki, dormitando como un bendito. Varios aprendices estaban allí, dado que no habían conseguido superar la prueba. Me froté las manos con impaciencia, seguramente sería una prueba de intelecto, algo con lo que calentarse la cabeza. No pensaba perder contra él.

—Eh, para el siguiente sello tenéis que... Em... —Abrí los ojos, entusiasmado. Seguro que era un reto—. Ah, sí. Jugar al, esto, piedra-papel-tijera conmigo. Al mejor de tres.

Me quedé a cuadros. Azar otra vez no, por favor. Suspiré con hartazgo, sopesando mis posibilidades. ¿Si le lanzaba un electro para despertarlo del todo funcionaría, no?

Me encogí de hombros algo abatido y probé suerte.

[A Nerd Girl]

Esto era una burla hacia mi figura por parte del destino que lograba hacer que me mordiera el labio lleno de rabia, odio y con ganas de mirar cómo las tres jugadas sacábamos lo mismo. ¡Por eso decía el aumentar el número! Aumentaba las posibilidades de victoria y no estaría tan empatado. Pero los tres, los malditos tres idénticos en los dos hacían sentir que esto era una broma.

Miré que el don sombrero de copa y don gafotas seguían mientras el resto pasaba. El pobre del cuatro ojos más atascado que nosotros. Podría decirse que tocó la mala suerte del destino y esta vez cuando pudimos volver a despertar a ese hombre que parecía padecer un trastorno del sueño o que era más vago que yo a la hora de tomar responsabilidades sociales. Así que deseé que esta vez no fuera tan irónicamente malo, esperaba ganar al menos una o dos para poder subir algo más la autoestima tras este golpe de infortunio... Tocaba la hora de salir o de maldecir a todo lo existente.

[H.S Sora]

Jadeante, observé como se habían acercado más Moguris con tal de observar aquel espectáculo que tanto Light como yo habíamos dado. Esperaba poder cobrar algo más que el sello por aquel concierto, los platines nunca venían mal.

Tras unos buenos aplausos que la Maestra nos había dado — ¿Acaso los Moguris podían aplaudir sin tener manos? — además de un caluroso abrazo a cada uno, esta insistió en darnos el séptimo sello. Pero al ver como trataba de estamparlo en la frente tuve que frenarla varias veces hasta que me dejó explicarme.

—Maestra Yami, el sello va aquí —le mostré la tarjeta y el sitio donde debía estamparlo—. Deje mi frente, por favor.

Tras tratar de decorar mi frente una vez más, desistió y lo puso en su correspondiente lugar y observé la belleza de aquella nota musical, esperando que las seis pruebas que quedasen tuviesen una mecánica como aquella; salimos de aquella prueba en cuanto Yami nos proporcionó instrucciones nuevas que seguir, si nos quedábamos allí mucho rato quizá acabaríamos siendo atrapados y ya tenía bastante competencia con Light.


***

...¿Podríamos quedar los dos primeros?...

Dudaba que fuésemos a acabar compartiendo el premio final, pero por ahora seguíamos compartiendo el mismo camino. Aunque era cuestión de tiempo que uno de los dos se equivocase para darle al otro cierta ventaja, existiendo también la posibilidad de que ambos fallásemos y fuésemos alcanzados por otros.

Pero aún podíamos conservar nuestra ventaja, y para ello debíamos encontrar a una persona mediante tres pistas que Yami nos había dado y de aquella manera lograríamos nuestro siguiente sello. La prueba en sí no era fácil pero aunque las pistas ayudasen, la playa estaba abarrotada de Aprendices, Maestros e incluso Moguris, ¿cómo saber cual sería el correcto con solo tres ayudas? Aunque era mejor que nada.

Empecé a pasear mi vista sobre todos los presentes mientras trataba de encontrar a la persona que cumpliese los requisitos, pero incluso descartando las posibilidades seguían siendo bastantes. Entonces recordé algo que podía ayudarme a resolver la clave de aquel misterio, por lo que entusiasmado por el poder de las casualidad recorrí aquella playa en busca de la persona que creía predestinada a darme mi sello y si fuese la elegida se lo pediría.

El resto quedaba en manos de la suerte.

[Marioxulo]

Respuesta incorrecta. El retraso se podía sentir en el ambiente. Básicamente porque me había quedado completamente solo. Todos mis compañeros habían avanzado a la siguiente, y allí estaba yo, frente a un estúpido cartel intentando descubrir el misterio oculto.

Sin embargo, el retraso pronto desapareció. Una bombilla se iluminó en mi cabeza, la única al parecer. Aquello tenía que ser la respuesta al acertijo con total seguridad.