Re: [The Winners] Copa Hefesto
Publicado: Dom Oct 28, 2012 11:46 pm
La realidad parecía derrumbarse ante los ojos de Zait, ahora llenos de lágrimas. Su corazón dio un vuelco al comprobar cómo su ardiente flecha perforaba el costado de su amiga. Se mantuvo paralizado y cayó de rodillas al suelo. Todo había sucedido tan rápido que ni su mente ni su corazón fueron capaces de asimilarlo. En lo que al tiempo respecta escasas milésimas de segundo, para Zait llegaron a ser eones enteros. Temblando, observaba sus manos, artífices de aquello. ¿Cómo pensaba salvarlos, a todos ellos, si no era capaz de cuidar de sus propios compañeros? Era tan estúpido que jamás llegó a pensar en el grave error que cometió. Un error que ahora carcomía su interior. Las lágrimas, como siempre, no tardaron en aflorar en sus ojos, en recorrer sus mejillas, en precipitarse hasta el suelo.
Pretendía salvar a Fate, a Umbreon, a Shadow, ayudar a Daniel, encontrar a su madre, acabar con un espectro, liberar a otro, enfrentarse a su padre… ¿Cómo? Si no era más que un crío… Un crío que buscaba crecer pero que no sabía cómo. Pudo observar, difusamente, cómo Nadhia clavaba una de sus flechas en uno de los ojos de aquella bestia y cómo, súbitamente, esta caía al ser libre de nuevo.
Se levantó con toda la fuerza que pudo, corrió con toda la energía que su alma podía entregarle y con toda la prisa a la que su corazón podía bombear. Sin pensar en el mismo, se tiró por los suelos en busca de recibir a su amiga de la mejor manera posible, ya que, en su estado, podría haber resultado aún más dañada.
Una vez en sus brazos y con todo el cuidado que pudo, trató de devolverle al suelo. En ningún momento la miró a los ojos, en ningún momento le dirigió la palabra, hasta que su voz se quebró.
—¿Te… Te encuentras bien? —preguntó, limpiándose la cara—. Yo… Nadhia… Yo… Lo siento. Lo siento mucho… No… No pretendía…
El joven se alejó, aún sin mirarle a la cara. Hizo una señas a Tak y el perro, tras haber finalizado todo el alboroto, lanzó un hechizo Piro a Neso desde detrás y procuró permanecer alerta ante cualquier posible respuesta, alejándose del hombre-caballo.
Zait, aguantando más de una lágrima, sentía furia al verse tan débil. Al comprender lo pequeño que era ante todo. Ante el estrés que suponía cada segundo de su vida. Empuñó su espada y puso la vista y la voz en el cielo.
—¡He hecho lo que me dijiste! ¡Lo que me pediste! ¡Acaté tus órdenes! ¡Las cumplí! —inspiró y exhaló—. ¿¡Qué más quieres de mí!? ¡Dímelo! ¿Necesitas algún sacrificio más? Entonces… Ten en cuenta las palabras que ya dije una vez.—corrió con todas sus fuerzas, dio un salto directo hasta Neso y susurró—Jamás me rendiré…
Con un potente grito, Zait giró sobre sí mismo, generando su Ataque Circular. Deseando con todas sus fuerzas que funcionase.
Una vez terminado y con un salto hacia atrás, Zait se retiró de la zona de peligró y recargó su ballesta, esta vez dispuesto a no fallar.
Pretendía salvar a Fate, a Umbreon, a Shadow, ayudar a Daniel, encontrar a su madre, acabar con un espectro, liberar a otro, enfrentarse a su padre… ¿Cómo? Si no era más que un crío… Un crío que buscaba crecer pero que no sabía cómo. Pudo observar, difusamente, cómo Nadhia clavaba una de sus flechas en uno de los ojos de aquella bestia y cómo, súbitamente, esta caía al ser libre de nuevo.
Se levantó con toda la fuerza que pudo, corrió con toda la energía que su alma podía entregarle y con toda la prisa a la que su corazón podía bombear. Sin pensar en el mismo, se tiró por los suelos en busca de recibir a su amiga de la mejor manera posible, ya que, en su estado, podría haber resultado aún más dañada.
Una vez en sus brazos y con todo el cuidado que pudo, trató de devolverle al suelo. En ningún momento la miró a los ojos, en ningún momento le dirigió la palabra, hasta que su voz se quebró.
—¿Te… Te encuentras bien? —preguntó, limpiándose la cara—. Yo… Nadhia… Yo… Lo siento. Lo siento mucho… No… No pretendía…
El joven se alejó, aún sin mirarle a la cara. Hizo una señas a Tak y el perro, tras haber finalizado todo el alboroto, lanzó un hechizo Piro a Neso desde detrás y procuró permanecer alerta ante cualquier posible respuesta, alejándose del hombre-caballo.
Zait, aguantando más de una lágrima, sentía furia al verse tan débil. Al comprender lo pequeño que era ante todo. Ante el estrés que suponía cada segundo de su vida. Empuñó su espada y puso la vista y la voz en el cielo.
—¡He hecho lo que me dijiste! ¡Lo que me pediste! ¡Acaté tus órdenes! ¡Las cumplí! —inspiró y exhaló—. ¿¡Qué más quieres de mí!? ¡Dímelo! ¿Necesitas algún sacrificio más? Entonces… Ten en cuenta las palabras que ya dije una vez.—corrió con todas sus fuerzas, dio un salto directo hasta Neso y susurró—Jamás me rendiré…
Con un potente grito, Zait giró sobre sí mismo, generando su Ataque Circular. Deseando con todas sus fuerzas que funcionase.
Una vez terminado y con un salto hacia atrás, Zait se retiró de la zona de peligró y recargó su ballesta, esta vez dispuesto a no fallar.