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[Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mar Jun 26, 2012 5:12 pm
por Suzume Mizuno
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PARTICIPANTES

Fátima Laforet
Ivan

CRONOLOGÍA

Fátima
Después de “Muñequita de Trapo” y una semana antes de “Ocaso de una estrella”
Ivan
Ligeramente anterior a “Dead Space” y una semana antes de “Ocaso de una estrella”

Imagen


La verborrea de Ivan Kit martirizaba los oídos de Fátima una y otra vez, sin descanso. El chico bien podría haber estado diciéndole que el sol era de color negro, que Fátima habría asentido con desgana; a los cinco minutos de empezar la supuesta clase dejó de prestarle atención y se dedicó a contar con desesperación los eternos segundos que le quedaban de tortura.

Estaban en el dormitorio de Ivan, y en una pared se encontraba pegado con chinchetas un papel en el que el joven había escrito cientos de operaciones matemáticas, intentando hacerle entender los entresijos de la ciencia.

Fátima solo quería que la ayudara a practicar lo básico, es decir, sumas, restas y divisiones. Solo necesitaba eso y a partir de ahí estaba convencida de que podría apañárselas por sí misma para aprender de manuales las técnicas que necesitara, que suponía que no serían demasiadas.

Pero a Ivan no se le metía en la cabeza que ella era una chica de pueblo, que nunca en la vida había pasado de sumar cinco más cinco e insistía en demostrarle sus grandes conocimientos de la ciencia.

Todo empezó por una tontería. Mientras progresaba con lentitud en sus lecturas se dio cuenta de que debería saber algo más de finanzas. Si no la habían timado en los trabajos que ejerció en su mundo fue gracias a que memorizó el número de monedas que se le debían pagar y a que siempre se había movido entre personas a las que conocía y de las que sabía que podía fiarse. Pero, con terror, escuchó que para progresar como aprendiz había que jugar con grandes cantidades de dinero si uno quería conseguir buenas protecciones y armas.

Así que decidió que tenía que aprender.

Fue a la biblioteca y se puso a buscar manuales de matemáticas. Pero desconocía la gran mayoría, por no decir todas, de fórmulas que aparecían en los ejercicios y, deprimida, se quedó sin saber que hacer.

Entonces se le apareció el causante de su actual situación.

Fátima se quedó deslumbrada con Ronin, del que había oído hablar alguna vez. Este, de buen humor, le preguntó por qué estaba tan deprimida en un día tan bonito y, trabándose con las palabras, le explicó como pudo su situación.

Ronin se pasó una mano por la perilla y dijo:

Me temo que yo no puedo ayudarte… Pero… ¿te interesaría que otro aprendiz te diera un par de clases?

Encantada, Fátima aceptó de inmediato.

¿Por qué lo hice?” se preguntó, resistiendo el impulso de tirarse de los pelos.
Creyó que no podía haber gente más insoportable que la de su pueblo. Pero no. Ivan era el chico más pedante y engreído que había conocido jamás, lo cual era decir mucho. Y, para colmo de males, era un pésimo profesor.

¿Tanto le cuesta ayudarme con un par de cuentas?

Ya llevaban una semana de suplicio. Por suerte, esa era la última clase. Sin embargo, Fátima estaba demasiado quemada y harta de sus interminables discursos, de él, de que no le explicara lo que ella necesitaba saber. Y aunque solo habían pasado quince minutos desde que Ivan empezó a pasear de un lado a otro de la habitación, con un lápiz en una mano, gesticulando con la otra y deteniéndose de vez en cuando a escribir algo en el papel de la pared, Fátima sabía que explotaría de un instante a otro. Lamentaba que no fuera lo suficiente maleducada como para ponerse a hacer otra cosa frente a sus narices, aunque estaba segura de que Ivan, tan preocupado como estaba por su propio discurso, no lo notaría.

Cuando el chico empezó a hablar sobre algo de las derivadas de potencias, Fátima ni siquiera se preguntó qué demonios sería aquello, sino que tosió un par de veces.

Perdona —se disculpó—. Estoy algo mareada —se aseguró de imprimir un tono lastimero a su voz. Si algo había aprendido de los siete días que llevaban viéndose era que no solo Ivan era un pedante insufrible, sino también un autoproclamado caballero que rescataba a lo que él consideraba damiselas en apuros. Sabía que si le ponía ojitos de cordero degollado interrumpiría la clase a pesar de que le encantara hacer eco de su infinita sabiduría—. ¿Te importa si salgo a tomar un poco el aire?

Lo que fuera con tal de no tener que soportar un día más su cargante cháchara.

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mar Jun 26, 2012 5:23 pm
por Soul Artist
Aquella chica debía estar realmente agradecida de que yo, en persona, le estuviese dando clases cuando podría dedicarme a otras muchas cosas. Otra fan al bolsillo.

La verdad era que al principio había acudido a aquellas clases con total desgana. Mi Maestro había acudido a mí para "pedirme amablemente" que le diese clases a un nuevo aprendiz venido de un mundo atrasado e inculto. Claro, quise negarme, pero Ronin me recordó cierto incidente con un moguri que me atacó injustamente, pintándome como el malo... Y si quería alcanzar el título de Maestro, debía agachar mi cabecita y obedecer, aparentar ser un buen muchacho que cumplía con su deber. Todo con la idea de que, claro, algún día cambiarían las cosas...

De todos modos, al conocer a Fátima Laforet fue inevitable que la chica cayese rápidamente encantada con mi intelecto superior y mi encanto como gran caballero, por lo que tomé las clases con mucho mayor gusto. Incluso me salí del plan principal, enseñarle sumas y restas, para entrar en un campo más avanzado y que ella pudiese notar que las clases habían sido realmente útiles e interesantes. ¿Quién quería aprender algo tan básico y aburrido? Por favor, ¡la clave real estaba en las matemáticas avanzadas!

Sin embargo, las clases cada día eran un reto mayor. Fátima comenzaba a no atender, y aunque lo disimulase, ya había captado el auténtico problema: estaba profundamente enamorada de mí. Más de una vez estaba seguro de haberla pillado con cara atontada mirándome, intentando contactar con mis preciosos ojos. Siempre le devolvía una sonrisa, pero estaba siendo difícil que atendiese mis lecciones. Estaba dispuesto a alargar las clases particulares, aunque empezaba a plantearme cobrar por ellas...

Y como puedes ver —señalé a uno de mis cuadernos, donde intentaba enseñarle los fundamentos básicos de ecuaciones de tercer grado—, si calculamos el valor de a descubriremos que...

Perdona, estoy algo mareada. ¿Te importa si salgo a tomar un poco el aire?

Dediqué una mirada de reojo a la joven, algo molesto por dentro de la interrupción pero sin mostrarlo de forma clara. Suspiré y cerré mi cuaderno de apuntes, definitivamente rendido. Claro que estaba mareada, eran los efectos de su amor hacia mí. Me llevé las manos a la nuca y me eché hacia atrás, inclinando mi silla.

Claro, adelante —hice una seña a la chica para que pudiera irse—. Por hoy hemos terminado. Claro que, por ser usted, puedo darle más clases si así lo desea...

Me levanté mientras esperaba la respuesta de Fátima, que por supuesto, iba a ser un sí rotundo, por lo que desconecté un momento mi mente mientras buscaba las llaves de mi Black Hunter. Ignoré la respuesta que me pudo dar y las encontré en su sitio, uno de los tres cajones de la mesa de estudio, concretamente el del centro. Allí guardaba cosas que cosideraba elementales a la hora de salir de viaje, como mi llavero de la Cadena del Reino, que nunca sabía cuando necesitaría, o algunas pociones y éteres. El cajón inferior estaba lleno de hojas en blanco y cuadernos, y el superior era especial: en él guardaba mis informes Sincorazón y, sobre todo, la copia manuscrita de la extraña carta que Hitori obtuvo en nuestra última misión en Villa Crepúsculo.

Por supuesto, todo aquello estaba bien seguro allí. El cajón no se abría de forma normal, ni tampoco tenía un cerrojo para poder abrirlo con naturalidad. No; había creado un pequeño sistema para que ningún curioso pudiese acceder a la información allí guardada. Para abrirlo, había que completar un pequeño rompecabezas oculto entre la decoración del cajón, en los cuatro laterales. Ningún inepto podría resolverlo con facilidad, pues ni siquiera sabría su existencia.

Bueno, me voy de viaje —alcé mis llaves y dediqué una ligera sonrisa a Fátima—. Tengo mucho que hacer, mundos que visitar... No solo doy clases a aquellos que lo necesitan.

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mar Jun 26, 2012 5:57 pm
por Suzume Mizuno
Fátima puso los ojos en blanco al escuchar cómo Ivan se dirigía a ella de usted. Luego dio un respingo. ¿Había dicho que quería darle más clases?

—¡No hace falta! — se apresuró a decir con una falsa sonrisa —. Creo que he aprendido más que suficiente. Eh… ¿me estás escuchando?

Se veía que no. Ivan parecía bastante interesado por hurgar en uno de los cajones de su escritorio. Fátima apretó los labios y empezó a recoger las cosas con rapidez. Se veía que tendría que dejarle claro a ese cabeza hueca que no quería dar más clases. Al menos, no con él.

Se levantó, echándose el bolso al hombro con sus cuadernos dentro y esperó con impaciencia a que el chico volviese a prestarle atención. Cuando, por fin, Ivan se giró hacia ella, le mostró unas llaves con una sonrisa:

Bueno, me voy de viaje. Tengo mucho que hacer, mundos que visitar… — los ojos de Fátima se abrieron como platos y no llegó a escuchar la última frase que salió de los labios del joven que, desde luego, habrían acabado por sacarla de quicio.

—¿Es que vas a ir a otro mundo?

Técnicamente casi cualquier aprendiz podía marcharse, utilizando el extraño glider o como se llamara en el que se convertía la Llave Espada. Pero a ella le aterrorizaba el mero hecho de volar sobre esa cosa y le temblaban las rodillas de solo imaginarse utilizándolo otra vez.

Había que ser muy valiente o un imbécil para utilizarlo sin pensárselo dos veces.

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mar Jun 26, 2012 6:13 pm
por Soul Artist
Sonreí ante la pregunta que la joven me había lanzado, maravillada por el hecho de que fuese a utilizar mi nave para viajar por la inmensidad del cosmos. Me acaricié la barbilla, pensando en que quizás no estaba interesada en mis viajes tan solo, sino en ir a mi crucero y que le diese una visita guiada por él para captar mi atención...

Por supuesto —contesté a Fátima finalmente, alzando las llaves—. Poseo una enorme nave gumi, la Black Hunter, que me permite ir mucho más lejos y más rápido de lo que cualquier otro aprendiz pudiese llegar a imaginar.

Desvié mi mirada ligeramente, complacido por el interés repentino de la chica. Era algo que me podía imaginar, por supuesto, teniendo en cuenta sus sentimientos hacia mí; quizás no hiciesen falta más clases particulares para seguir cortejándola, pues ya la tenía prácticamente en el bote. En cuanto estuviésemos en espacio profundo, le daría una de las vistas más románticas que una mujer podría desear y le mostraría la habitación del capitán, donde me lanzaría a por ella y caería rendida a mis pies, en la cama...

Retiré aquellos impuros pensamientos de mi mente y abrí la puerta de mi cuarto, dando a entender con una reverencia que era hora de la despedida y que, por supuesto, cedía la salida a ella primero.

Ha llegado la hora de la despedida, signorina —comenté con un tono triste en mi voz, queriendo que lo captase para dejar claro que quería pasar más tiempo con su presencia—. A menos que... Quiera venir conmigo de viaje, más allá de las estrellas, a lugares que nunca imaginó con siquiera soñar...

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mar Jun 26, 2012 6:49 pm
por Suzume Mizuno
De la acaramelada y azucarada frase de Ivan Kit, Fátima solo escuchó las palabras “a menos que quiera venir conmigo de viaje”.

No estaba segura de cómo sería la nave del chico, pero sonaba mucho más seguro que utilizar el glider.

Siendo como era Ivan, estaba segura de que si aceptaba el ofrecimiento, no se echaría atrás. Y la verdad era que… se moría por ver a su hermano. Cuando se separaron, en Atlántica, el partió para enrolarse al Ejército y ella compró el billete del R.M.S. Colossus. Que acabó en el fondo del mar. Y aunque antes de hacer el aterrador viaje a través del espacio con Nanashi pudo dejar una carta en correos para sus padres en la que les explicaba que había sobrevivido, que estaba bien y en busca de un lugar donde quedarse, deseaba mandarle al menos una carta a su hermano. O ver si había intentado comunicarse con ella. Quizás les había enviado una carta a sus padres para que se la mandaran en cuanto supieran su dirección…

Se le encogió el corazón. A Tierra de Partida nunca llegaría ninguna carta de su familia.

Alzó la cabeza y le dedicó su mejor sonrisa:

—¿Podrías llevarme a mi mundo?

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mar Jun 26, 2012 6:53 pm
por Soul Artist
¡Por supuesto que sí! —contesté a la joven con una sonrisa, ilusionado de que quisiese llevarme a su mundo. Vaya, las cosas sí que iban rápidas; estaba claramente enamorada de mi fabulosa persona—. Debes sentirte muy sola aquí, lejos de tu familia... Pero piensa que tienes a gente. Gente como yo.

Cerré la puerta de mi habitación tras ella y le guiñé un ojo, dejándole caer que estaba allí para lo que fuera, amistad o, especialmente, otras cosas que incluyesen una cama. La chica no debió captar bien el mensaje, desgraciadamente, así que la conduje hacia el exterior del castillo.

Y dime, ¿te has acostumbrado ya a estas tierras? ¿Cómo van tus entrenamientos? —fingí interesarme por su vida por allí, aunque sus respuestas realmente no me importaban mucho, pues las olvidaría en seguida—. ¿Entonces has conocido a Ronin? El superior de todos los Maestros y, concretamente, mi mentor. Por supuesto, solo escoge a los mejores. Lo siento de veras por otros que tengan como Maestra a, por ejemplo, Rebecca... A esa chica cualquiera de nosotros podría derrotarla con una mano atada a la espalda...

Llegamos a la salida principal del edificio, una plaza circular que posteriormente llevaba hasta las altas colinas en las cuales a aquellas horas muchos aprendices se encontraban entrenando, como ya podíamos ver desde allí. No les di ninguna importancia en absoluto; saqué las llaves de la nave y bufé, sabiendo que tocaba activar el teletransporte.

Dime —giré mi cabeza directo a los ojos de la joven, sonriendo como un príncipe, para alargar mi brazo y ofrecerle mi mano—, ¿confías en mí?

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 12:13 am
por Suzume Mizuno
—¡Por supuesto que sí! Debes sentirte muy sola aquí, lejos de tu familia… Pero piensa que tienes a gente. Gente como yo.

Se había reprimido para no soltar un grito de alegría al escuchar la respuesta afirmativa. Y ahora tuvo que aguantarse para no poner los ojos en blanco.

No sabía por qué, tenía una sospecha acerca de su comportamiento… Sacudió la cabeza. No, era demasiado inverosímil.

Cuando le preguntó por su rutina, Fátima suspiró. Caminaban por los pasillos, directos hacia las escaleras que los llevarían al gran vestíbulo.

Pues creo que me estoy empezando a aclimatar. Todavía no me acostumbro a vuestras ropas — señaló el traje de Ivan y miró el suyo. Era un vestido muy simple, azul, de mangas cortas y ceñido por la cintura. Tenía más ropa propia de Tierra de Partida pero era demasiado extraña para ella. Algún día tendría que ponérsela, claro, porque no iba a ir siempre con el mismo vestido. Sin embargo, aguantaría lo que pudiera con su propia ropa.

Entonces, ¿has conocido a Ronin?

“Menudo cambio de tema. ¿Me estaba haciendo caso?”

— pensó en ese día con una mezcla de resentimiento y alegría; el primero porque por culpa de ese hombre había pasado una semana insoportable; lo segundo porque había descubierto que no todos los Maestros eran como Nanashi… —. Es muy simpático.

—El superior a todos los Maestros y, concretamente, mi mentor. Por supuesto, solo escoge a los mejores. Lo siento de veras por otros que tengan como Maestra a, por ejemplo, Rebecca... A esa chica cualquiera de nosotros podría derrotarla con una mano atada a la espalda...

Al salir al exterior, Fátima aspiró el aire fresco, aliviada. No le gustaba pasarse las mañanas encerrada en el cuarto de Ivan, cuando podía salir fuera a intentar leer o a entrenar con Nanashi. Su mirada se desvió hacia los demás alumnos, a los que podía ver practicar a lo lejos.

Escuchó un sonido metálico que atrajo su atención y vio que Ivan había sacado las llaves y que la miraba:

—Dime, ¿confías en mí?

Con esa sonrisa pedante, ofreciéndole la mano como si se creyera un caballero, Fátima tuvo que volver a hacer uso de su paciencia. Menudo bufón le había tocado tener que soportar.

“Pero a saber cuándo puedes volver a dejarle una carta a tu hermano” se recriminó.

Palpó el bolsillo de su vestido y se alegró de comprobar que llevaba dentro algo de dinero. Ya compraría papel en la ciudad para poder escribir algo. Ahora lo importante era seguirle el rollo a ese pesado.

Le dio la mano, solo un segundo porque no soportaba ese tipo de escenas, y dijo con su mejor sonrisa:

—Si no, no te habría pedido que me llevaras a mi mundo.

Y ahora que lo pensaba, debería tener a mano su Llave Espada. No creía que Ivan fuera a intentar atacarla, pero estaba convencida de que le estaba tirando los tejos. No tenía ni idea de cuánto duraría el viaje, ahora le parecía que se había precipitado pidiéndole que la llevara, pero esperaba que Ivan no intentara nada raro si no quería acabar sin dientes…

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 12:21 am
por Soul Artist
En el mismo momento en el que me dio la mano, activé con las llaves de mi crucero Gumi el teletransporte para aparecer directamente en su interior.

Solté a mi compañera y alcé mis brazos, mostrándole el interior de mi querida Black Hunter. Nos encontrábamos en la sala del capitán, desde donde podía dirigir y controlar todas las acciones de la nave desde el asiento principal, apenas a unos pasos de nosotros. Por delante había cuatro asientos más, pensados para poder manejar los distintos aspectos del crucero, como las armas para defenderse contra posibles ataques enemigos o la vigilancia de otras estancias. Pero hacía muchos años que no veía a mi padre con nadie que controlase aquellos aspectos, así que yo lo necesitaba menos.

El asiento del capitán daba a un monitor táctil con el cual se podía manejar la nave en su totalidad, aunque, por supuesto, no dejaría a una recién llegada tomar posesión de ella ni de coña, por lo que no me pararía a explicarle el funcionamiento de esta. Sencillamente, me acerqué y activé el piloto automático, mientras le preguntaba:

¿Adónde te apetece ir hoy? —abrí el mapa galáctico algo obsoleto y poco actualizado que mi padre no usaba desde hacía muchos años. La verdad, era la primera vez que usaba el piloto automático; recordaba que mi padre me había dicho una vez por qué nunca había que utilizarlo, pero no le di la más mínima importancia.

Una vez la mujer me dijese el nombre del mundo al que quería que viajásemos, me asusté ligeramente al ver que no lo encontraba en el mapa. ¿Tan antiguo era que no lo tenía localizado? Estábamos en "Tierra de Partida", señalado claramente, pero el mundo de Fátima... No, no lo localizaba, y aquello era de todo menos bueno. Iba a quedar en ridículo. Definitivamente, debía comprar pronto un mapa más completo.

Frustrado, pulsé sobre el primer mundo que me encontré en el mapa que no me pareciera una locura y del que podía venir ella. Vi un lugar llamado "Vergel Radiante" por el camino que debíamos tomar. Me sonaba de algo aquel nombre, probablemente de alguien que me hubiese hablado de él.

Apagué la pantalla del monitor mientras la nave despegaba y me acerqué a Fátima con una sonrisa.

Ya estamos en marcha —le informé—. Bueno, ¿y qué te parece mi crucero? De lo mejorcito que has visto, ¿eh? Mira, voy a mostrártelo más a fondo. Tengo una colección de objetos de diversos mundos por aquí...

Me acerqué a Fátima y le rodeé el hombro con mi brazo, indicándole el camino hacia la puerta que estaba al fondo de la habitación, que daba directamente a un largo pasillo, el cual conectaba con varias estancias a su vez. Y una de ellas, por supuesto, era la habitación del capitán...

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 12:44 am
por Suzume Mizuno
La chica no consiguió ahogar un grito de impresión cuando, de pronto, se encontró en una extrañísima sala. Trastabilló hacia atrás y dio un par de vueltas sobre sí misma antes de recuperar cierto control sobre sí misma. La primera palabra que se le había pasado por la cabeza era la de “brujería”. Pero luego se tranquilizó, riéndose de sí misma, que lo que llevaba haciendo desde que conoció a Nanashi bien podía ser tachado de brujería también. Decidió… no darle importancia a que hubieran aparecido en un lugar completamente diferente ya que Ivan parecía tan seguro de sí mismo… Sin embargo, un escalofrío le recorrió la espalda. Ya se aseguraría luego de sonsacarle cómo lo había hecho. Porque que la pudieran hacer aparecer en sitios desconocidos la hacía sentir tremendamente vulnerable. Y odiaba esa sensación.

—¿A dónde te apetece ir hoy? — se pavoneó Ivan, sentándose en una extraña silla delante de una mesa todavía más extraña. Fátima no consiguió reconocer nada de lo que había en ella, excepto algún teclado, botones y algo que parecía ser un mando…

Tragó saliva. No entendía nada en absoluto. Era una tecnología completamente desconocida para ella.

A Atlántica… — contestó con voz débil.

Vio a Ivan trastear con un mapa del que, por supuesto, no entendió ni jota, así que se dedicó a observar la cabina, preguntándose cómo era posible que los mundos fueran tan diferentes unos de otros… Y pensar que en el suyo la mayor novedad del siglo había sido el tren…

Tras un rato, Ivan le pasó un brazo por los hombros con mucha más familiaridad de la necesaria.

Ya estamos en marcha. Bueno, ¿y qué te parece mi crucero? De lo mejorcito que has visto, ¿eh? Mira, voy a mostrártela más a fondo. Tengo una colección de objetos de diversos mundos por aquí...

La empujó hacia delante. Fátima le miró con inseguridad. No le gustaba admitirlo, pero se estaba arrepintiendo de haberse precipitado de esa manera. Quizás debería haberle pedido a Ivan que le dejara traer a alguien más con ella… Se lo podría haber pedido a cualquiera, a Kousen o a Yu, y se habría sentido más a salvo…

“¿Qué demonios?” masculló para sus adentros. “¿Para qué te está entrenando Nanashi, estúpida? ¿Te vas a venir abajo con este fideo cuando no lo hiciste con los imbéciles de tu pueblo? ¡Además, ahora tienes la Llave Espada! Aunque él seguro que la maneja mejor que tú… ¡Pero da igual! Piensa que vas a ver a tu familia… ¡Sí, claro, la carta!”

Se deshizo de su abrazo y se detuvo con una correcta sonrisa pintada en los labios:

—¿Te importaría prestarme un lápiz y un papel? Quiero dejarle una carta a mis padres para que se la envíen a mi hermano y me gustaría escribirla ahora… Si no te importa, claro.

Cruzó los dedos.

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 12:44 am
por Soul Artist
Fátima se apartó de mi brazo, como si estuviese incómoda, y no pude evitar dibujar una sonrisa alegre en mi cara. ¡Pero qué tímida era! Estaba claro que su corazón sentía algo por mí, estar a solas con su ídolo y la persona que amaba era demasiado para ella. Y más lo demostró cuando me pidió lo siguiente:

¿Te importaría prestarme un lápiz y un papel? Quiero dejarle una carta a mis padres para que se la envíen a mi hermano y me gustaría hacerla ahora… Si no te importa, claro.

"Si no te importa, claro". Estaba adorable con aquella faceta frágil, tímida, a punto de caer rendida a mis pies. Desde que habíamos aparecido en la nave se le veía más nerviosa con mi presencia, claramente por estar solos y sin nadie más pululando por allí. "Pronto iremos a mi cama, tranquila", pensé.

Claro, ahora vuelvo. Espera aquí, ¿eh?

Me giré y entré en el pasillo de la nave, dipuesto a ir a buscar un lápiz en la habitación del capitán. Al llegar, me dirigí hacia el escritorio lleno de polvo a unos escasos metros de la cama, al cual me aproximé y comprobé que estaba bien ordenado: completamente vacío, mejor dicho. Abrí uno de los cajones a la izquierda y comprobé que en su interior había una pila de hojas en blanco, de donde saqué una para mi compañera. En otro de ellos encontré un bolígrafo, que tras comprobar que tenía tinta guardé en mi bolsillo.

Antes de volver con la mujer, me desvié al fondo del pasillo y atravesé la puerta. Accedí a la habitación en la que mi padre guardaba todos sus objetos de otros mundos, pero no me detuve a contemplar todo lo que había allí; solo me dirigí hacia mi derecha, sabiendo a por lo que iba, y me acerqué a la colección de vinos que guardaba. Cogí una de las botellas y salí de allí, no sin pasar antes por la pequeña cocina personal del capitán en una de las puertas a mi izquierda en el pasillo para coger dos copas y un sacacorchos.

Con todo entre manos, volví de una vez por todas a la sala del capitán, donde Fátima seguía esperándome. Me acerqué a ella y le ofrecí el papel y el bolígrafo.

Aquí tiene, signorina. También le traigo algo de beber para el viaje, ya sabe... Vino, traído desde un pueblecito francés —le mostré la botella de calidad, esperando que se maravillase por ella—. No acepto modestia alguna, no puede marcharse usted sin saborearlo. Tenga...

Descorché la botella con el sacacorchos que había traído de la cocina, sonriente, y serví algo de bebida en ambas copas sin darle oportunidad a negarse. Tomé la mía y dejé la botella en el suelo, alzándosela en señal de que debía también tomar su copa y era la hora del brindis.

Por más viajes los dos juntos.

"Y por el viajecito en la cama que vamos a tener en cuanto estés algo más bebida", pensé sonriendo para mí mismo e imaginando a la mujer revolviéndose entre mis sábanas.

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 12:50 am
por Suzume Mizuno
Por suerte, Ivan consintió y se alejó por el pasillo.

Claro — musitó incómoda —, como que me voy a poder ir a ningún sitio…

En cuanto lo perdió de vista, Fátima soltó un suspiro de alivio y empezó a preguntarse qué podía poner en la carta. Mejor si escribía dos. Su madre sabía leer, aunque apenas sí escribir, así que se la podría contar a los demás en voz alta. Les pediría que la segunda se la enviaran a su hermano…

Se retorció un corto mechón de pelo con nerviosismo y regresó a la cabina de la que habían salido. Allí esperó, apoyada contra una pared, hasta que Ivan regresó con el papel que le había pedido, un curioso lápiz y armado con una botella, dos copas y un sacacorchos.

Fátima arqueó una ceja.

“¿No vas muy rápido, chaval?”.

A ver si al final si iba a tener que sacar la Llave Espada…

Aquí tiene, signorina. También le traigo algo de beber para el viaje, ya sabe... Vino, traído desde un pueblecito francés.

“¿Qué es “francés”?” se preguntó, extrañada.

—¿No te parece que somos un poco jóvenes para beber? — aunque, la verdad, a ella la habían criado a base de vino aguado y cerveza, mucho más sabrosos que el agua sucia y maloliente a la que podían acceder.

No acepto modestia alguna, no puede marcharse usted sin saborearlo — se encogió de hombros. Tampoco le molestaría beber un rato —. Tenga...

Sin darle opción para negarse, Ivan vertió el vino en dos elegantes copas. Hipnotizada, Fátima se quedó mirando la suya con fascinación. El cristal era tan fino que parecía que fuera a romperse con presionar un poco de más. El vino era oscuro, casi negro, y se lo acercó para olisquear un poco.

“Bueno, parece un vino fino. Desde luego no huele como el que nos daban a nosotros”.Brindó con Ivan, haciendo un soberano esfuerzo para no poner los ojos en blanco. Después cató con curiosidad y comprobó, encantada, que sabía bastante bien. Se terminó en un par de tragos la copa y sonrió a Ivan.

—¿Sabes cuánto tardaremos en llegar? Porque no quiero regresar muy tarde a Tierra de Partida y me gustaría dar una vuelta por mi pueblo antes de volver… No sé, cuánto nos llevará llegar…¿dos, tres horas? — mientras hablaba le examinaba con intensidad, a la espera de pillarle desprevenido.

Si resultaba que el viaje sería mucho más largo de lo razonable, no dudaría en decirle que regresaran de inmediato. Lo poco que recordaba del viajecito con el glider era muy borroso, porque estaba paralizada de terror y solo podía seguir a Nanashi rezando a quien quisiera escucharla para no morir en medio de ese inmenso vacío. El camino se le hizo eterno, pero también podía ser que fuera cosa de su miedo…

Esperó la respuesta de Ivan con expectación.

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 12:51 am
por Soul Artist
No deberíamos tardar más de media hora —contesté a Fátima, sin preocuparme por el tiempo de espera—. Esta nave es capaz de atravesar el mapa que abarca el territorio de los Caballeros de la Llave Espada en apenas una hora, y como he puesto el piloto automático no sé con seguridad cuán lejos estamos de tu hogar. Pero tranquila... —dediqué una sonrisa de cómplice a mi compañera, imaginando a lo que quería llegar, alzándole la copa en su honor—... Tenemos un ratito para ambos.

Me acerqué a ella, sin apartarle la vista de sus ojos. Sabía que me deseaba, que estaba esperando impaciente a que le tocara su suave rostro para acariciarla y luego besarla lentamente. Me puse a su altura y mantuve la mirada, decidido a llevarla a la cama en el viaje de vuelta. Para ello debía calentar motores.

¿Sabes? —susurré, con voz suave y suspirando como si estuviese enamorado—. Desde el primer día que...

Moví mi mano hacia su mejilla, dispuesta a acariciarla. Desgraciadamente o por suerte, no llegué a tocarla.

La nave volcó durante un instante, pillándome por sorpresa y tirándome unos metros a distancia. No choqué con Fátima de algún modo por suerte, aunque creí golpearla con alguna parte de mi cuerpo con el hombro. Cuando logré recuperarme de la considerable caída, me di cuenta de que las alarmas se habían activado y que unas bombillas rojas advertían de problemas en la nave. ¿Algún enemigo? ¿Sincorazón? ¿Qué demonios había sido aquello?

¡Mierda, no había tiempo para pensar! Me levanté con brusquedad, algo dolorido del golpe, y me lancé directo a ver qué había sucedido. Reconocí las pequeñas y extrañas naves que había en el exterior: transportes que usaban los Sincorazón para trasladarse entre mundos y que, a veces, atacaban a naves extranjeras. No debían ser muchas, ¿unas cinco? Y no parecían tener la suficiente potencia de ataque como para hacer volcar mi nave 45º de un solo ataque, ni siquiera chocando directamente contra el casco.

¡Me cago en la hostia!

No pude evitar soltarlo, a pesar de la presencia de una dama en la misma estancia. Más naves de aquellas se acercaban a nosotros desde la lejanía, quizá unas diez a ojo, dispuestas a atacarnos y destruir la Black Hunter. ¿¡Cómo podía haber tantas juntas!? ¡Como mucho, antes había visto a tres a la vez!

Desvié mi mirada, buscando el posible atacante que hubiese provocado aquella situación. No encontré nada en los alrededores, pero sí un mundo: jamás lo había visto antes, desde luego. Parecía estar parcialmente congelado, con un alto castillo de aspecto destruido erigiéndose sobre una ciudad. Quizás fuese, después de todo, el mundo de Fátima.

¡Siéntate en cualquiera de los asientos y ponte el cinturón! —indiqué a Fátima, señalando las cuatro sillas delanteras—. ¡Si puedes tomar los controles de los cañones Piro igual nos podemos librar de una o dos naves!

Corrí al asiento del piloto y me puse el cinturón también, dispuesto a ir a por todas. Encendí el monitor de control de la Black Hunter y comprobé lo que no quería ver: fuera lo que fuera lo que nos había atacado, había provocado serios daños en una de las alas Aero, e íbamos a caer en picado sin remedio. "No en mi turno", pensé. Activé el radar y pulsé sobre el mundo: allí podría reparar la nave con ayuda de algún habitante.

No pude evitar ver en el radar ver el número de naves que se aproximaban a nosotros. No eran diez las que se acercaban: todo un ejército venía directo, preparados para atacarnos. Veinte, treinta, cincuenta... El radar iba a acabar averiándose con todos los triangulitos rojos que se acercaban. Me mordí la lengua. ¿¡Dónde demonios nos habíamos metido!?

Sin embargo, vi algo que llamó mi atención. Una nave, señalada como un triángulo azul en el radar, se alejaba de la Black Hunter. No le di importancia en ese momento porque estaba en una situación límite, incapaz de pararme a pensar sobre ello: pero los triángulos azules venían a ser naves amigas que mi padre iba registrando para reconocerlas cuando pasaran cerca.

¡Vamos allá!

Aumenté la velocidad de los propulsores Fulgor en dirección al mundo desconocido. Los disparos Electro de nuestros enemigos comenzaban a hacer tambalear la nave, pero esperaba que Fátima hiciese algo al respecto.

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 12:59 am
por Suzume Mizuno
No deberíamos tardar más de media hora — y le soltó una parrafada acerca de las capacidades de su nave. Luego la chica notó cómo se le ponían los pelos de punta: —. Pero tranquila… Tenemos un ratito para ambos.

Se acercó. Y si Fátima no retrocedió fue porque sabía que quedarse acorralada contra la pared era lo peor que podía hacer.

—¿Sabes? Desde el primer día que…

Alzó una mano y las alarmas estallaron en la cabeza de Fátima. Recordó la defensa personal que Nanashi le había enseñado; no era la más digna, pero sí la más útil para alguien ligero y pequeño como ella. Coger dos de los dedos del agresor y tirar con toda su fuerza hacia atrás, obligándole a retorcer el brazo. Ivan caería de rodillas antes de que pudiese ni darse cuenta.

Entonces se encontraron flotando en el aire durante unos instantes. Antes de que Fátima pudiera ni comprender lo que estaba sucediendo, Ivan se precipitó hacia ella y la golpeó con un hombro. Fátima se estampó contra una pared y después se derrumbó en el suelo, sin aliento. Un sonido horroroso lleno la nave y luces rojas inundaron la cabina. Aturdida, miró a su alrededor sin comprender qué estaba sucediendo.

Ivan pasó como una exhalación por su lado y se dirigió hacia el panel de control.

—¡Me cago en la hostia!

El tono desesperado de Ivan le encogió el corazón. Que hubiera perdido el control no podía ser buena señal.
Ansioso, recorrió la mirada sobre la pantalla por la que se movían diferentes puntitos en torno a los cuales aparecían datos, flechas y tantas cosas que Fátima no podía comprender… Por el cristal delantero pudieron ver un mundo con una especie de castillo. Fue lo único que vio antes de que Ivan le espetara:

—¡Siéntate en cualquiera de los asientos y ponte el cinturón! ¡Si puedes tomar los controles de los cañones Piro igual nos podemos librar de una o dos naves!

—¿Qué? — gimió. No había entendido nada excepto que se sentara y se pusiera el cinturón. Pero si su vestido no necesitaba uno…

Pero Ivan no la escuchó y se dejó caer en uno de los asientos. Cogió una especie de tira de cuero y se la puso alrededor de la cintura.

“Ah… con que a eso se refería”.

Empezó a mover las manos a toda velocidad mientras Fátima se sentaba en una de las sillas con el corazón en la garganta y tironeaba como podía de la tira de cuero. Cuando consiguió atarlo se quedó, abrumada, frente a la cantidad de cosas que había en el panel frente a ella. Había dicho algo de los cañones Piro. ¿¡Pero a qué se refería!?
Impotente, se le heló la sangre al ver la cantidad de naves que aparecían al otro lado de la pantalla. Y aumentaban por momentos.

—¡Vamos allá!

Disparaban contra ellos y la nave se sacudía cada vez que los rayos relampagueaban en su dirección. Ivan hizo algo y de pronto se precipitaron hacia delante y la velocidad los pegó a los respaldos.
Fátima, que nunca había experimentado así, contuvo un grito de miedo. Era una locura, ¡no entendía nada!

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 1:00 am
por Soul Artist
Los propulsores Fulgor daban lo máximo de sí, pero a aquella velocidad no íbamos a llegar al mundo. El peso de la nave y su contenido era demasiado alto como para alcanzarlo; los Sincorazón nos atraparían antes. Y precisamente aquel día no estaba entre mis objetivos ser devorado por un puñado de enemigos de la luz.

¡Llevamos algo de sobrepeso! —grité dirigiendo mi mirada a Fátima.

Otra sacudido me hizo callar, esta más potente que los ataques normales de las naves pequeñas. El radar me mostraba un triángulo de considerable tamaño, el triple de grande que sus compañeras. Aquello sí podía ser peligroso.

Tragué saliva. Debíamos hacer algo, y ya.

¡Fátima! ¡Ataca a la nave grande!

No me había dado cuenta de que la pobre mujer no sabía controlar los cañones Piro; estaba demasiado concentrado en intentar que la nave llegase a su destino a tiempo. Fruncí el ceño y pensé qué podíamos hacer.

Otra sacudida más potente que la anterior me hizo saltar unos centímetros de mi asiento; si no hubiese llevado puesto el cinturón de seguridad, hubiese vuelto a volar varios metros a distancia de mi posición. Solté una palabrota y golpeé la pantalla de mi monitor, frustrado.

Otra de las alas Aero había sido alcanzada por uno de aquellos ataques.

La Black Hunter tenía seis alas, tres en cada lado, y dos de la sección derecha habían sido dañadas. El control de esta se iba perdiendo, y cada ves veía más negro el ponernos a salvo. Observé a la mujer, pensando en que ahora íbamos a morir los dos por mi culpa. Tragué saliva.

"No. No, hoy no".

Cambié el control de la nave a las secciones de esta. Suspiré, pensando en el sacrificio que iba a hacer. Mi padre me iba a matar en cuanto lo viese, joder.

¡Aislando piso máximo inferior! —anuncié, pulsando sobre el aislamiento de esta—. Mierda... ¡Soltando bloques gumi inferiores!

En caso de emergencia, la Black Hunter podía deshacerse de bloques gumi sobrantes para perder peso, y así volver la nave más pequeña y rápida. Sin embargo, como mi padre no se había visto en la necesidad de hacer aquello desde hacía tiempo, había colocado cinco pisos a la nave, cada uno con distintas habitaciones y estancias. Lo que estaba perdiendo era el salón de baile y, más doloroso todavía, la sala de cine que tenía instalada allí con toda la colección de películas de distintos mundos que tanto le había costado reunir a mi señor progenitor.

Los bloques gumi se soltaron y dirigieron hacia las naves Sincorazón, derribando algunas de ellas según mi radar, del cual desaparecieron tres o cuatro triangulitos rojos. El peso del crucero había descendido de forma desmesurada, por lo que me mordí el labio inferior. Esta vez sí lo lograríamos.

¡Máxima velocidad!

Aumenté la potencia de los propulsores Fulgor a la máxima capacidad, lanzándonos a gran velocidad hacia el mundo. Quizás tuvimos más potencia de la que esperaba en un principio, pues no solo dejamos a los Sincorazón detrás rápidamente, sino que perdí ligeramente el control de la nave.

Entramos en la atmósfera del mundo y me di cuenta de que a aquella velocidad acabaríamos estrellándonos contra el castillo en pocos segundos. Desesperado, toqué la pantalla táctil del monitor en modo volante y giré hacia la izquierda, pasando cerca de la torre más alta y dirigiéndonos directos hacia la ciudad.

¡Agárrate! —avisé a Fátima, intentando subir todo lo posible la Black Hunter para no chocar con las casas de la gente y dirigiéndome hacia un muro de hielo que rodeaba la ciudad.

La nave pasó por un par de tejados, destrozándolos por completo, mientras intentaba frenar la velocidad de la nave. Nos detuvimos con brusquedad al chocar con el muro, atravesándolo ligeramente.

Las luces de la nave se apagaron de golpe, dejándonos solo con la luz del sol que iluminaba la pequeña ciudad. Habíamos sobrevivido, joder. Me tomé unos segundos para recuperar el aliento por toda aquella acción repentina y me sequé con el brazo el sudor de mi frente, que no era poco

Si tras esto no me dan el premio a mejor piloto de Tierra de Partida —anuncié, dirigiendo la mirada hacia mi compañera—, no sé a quién se lo darán...

Re: [Bastión Hueco] Aterrizaje forzoso

NotaPublicado: Mié Jun 27, 2012 1:06 am
por Suzume Mizuno
—¡Llevamos algo de sobrepeso! — le gritó Ivan.

En medio de aquel caos, con las alarmas resonando con fuerza en sus oídos, los temblores, las sacudidas y los estallidos, Fátima había pensado que no podía haber nada peor. Pero lo que dijo Ivan, aunque no acabó de comprenderlo, la asustó todavía más.

—¡Fátima! ¡Ataca a la nave grande!

—¿¡Qué!?

Pero Ivan no la escuchaba. Buscó, desesperada, qué serían los cañones piro. Pero antes de poder ni atreverse a tocar algo de los controles hubo una sacudida tan violenta que se golpeó la cabeza contra el respaldo y se quedó aturdida. Escuchó la voz de fondo de Ivan, pero por culpa del estruendo no entendió nada de lo que estaba diciendo. De pronto sintió de nuevo que la presionaban contra el respaldo, pues se movían todavía más rápido.

—¡Máxima velocidad!

Hubo más sacudidas y más temblores, tantos que al final Fátima renunció a enterarse de nada y se limitó a aferrarse a los reposabrazos con los dientes apretados y rezando porque todo se acabase de una maldita vez.

—¡Agárrate!

Abrió los ojos y se fijó, para su horror, que se precipitaban contra unos tejados. Impactaron contra ellos y después se estamparon contra un muro de hielo. Con el repentino freno Fátima habría salido dispara hacia delante si no hubiera sido por el cinturón, que estuvo a punto de romperle la clavícula.

Las luces se apagaron y por un momento quedaron a oscuras. El silencio cayó sobre ellos como un pesado manto. Fátima casi no podía respirar. Estaba tan aterrorizada que ni se dio cuenta de que había hundido las uñas en los reposabrazos.

—Si tras esto no me dan el premio al mejor piloto de Tierra de Partida, no sé a quién se lo darán…

Fátima le miró sin comprender. Su cerebro estaba trabajando a un nivel diferente, infinitamente más lento de lo habitual. Pero entendió, por su tono, que estaban a salvo.

Exhaló un largo suspiro y relajó las manos. Forcejeó con el cinturón hasta que consiguió quitárselo y, tambaleante, se dirigió hacia la salida. Pero la puerta automática no funcionaba. Intentó abrirla tirando hacia los lados, sin éxito. Se volvió hacia Ivan.

—¿Estamos encerrados? — preguntó con innatural tranquilidad. Gracias a la luz del sol que entraba por el frente no estaban por completo a oscuras y podía ver más o menos lo que había a su alrededor.

Sabía que se encontraba en estado de shock y aunque sentía ansiedad por salir fuera y respirar aire puro, por sentir suelo firme bajo sus pies, mantuvo la calma. En un par de minutos sufriría un pequeño ataque de nervios, lo sabía. Y para entonces le gustaría estar fuera.

—¿Hay alguna forma de abrirla?