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La moguri entró y se acercó revoloteando nerviosa hacia nosotros. Parecía algo sonrojada por la vergüenza que sentía al estar frente a tanta gente desconocida, o tal vez era producto de las temperaturas que azotaban en mundo aquel día.

El caso era que ella, la moguri estaba enfrente nuestra y yo no sabía que decir.

—¡Hola, kupó! —saludó efusivamente—. Soy Migara y quiero ayudaros, ¡kupó!

Asentí con la cabeza recibiendo y memorizando el nombre del pequeño y esponjoso ser volador.

—Un placer —dije con una simpleza que me hacía parecer bastante seco, viendo que la Moguri había fijado su atención en mí decidí hablar un poco más—. Soy Ragun, uno de los miembros de esta misión.

Supuse que salvo Hikaru, los demás no necesitarían presentarse a la pequeña moguri por lo que me puse en pie.

—Como estamos todos reunidos... ¿Os parece mejor ir a la biblioteca? Allí estaremos más frescos y podremos conseguir planos de Tierra de Partida donde poder trazar un circuito.

La pequeña moguri, Migara, se adentro nerviosa y corrió a presentarse. Estaba un poquito roja, seguramente tenía tanto calor como nosotros.

—¡Hola, kupó! —Saludó como solía hacerlo yo, con energia—. Soy Migara y quiero ayudaros, ¡kupó!

—Un placer —Contestó Ragun—. Soy Ragun, uno de los miembros de esta misión.—Siguió.


—Como estamos todos reunidos... ¿Os parece mejor ir a la biblioteca? Allí estaremos más frescos y podremos conseguir planos de Tierra de Partida donde poder trazar un circuito.—Nos preguntó Ragun.

Supuse que todos dirían que sí, ya que con el calor que había no se podía ni respirar, así que respondí que sí.

—¡Miau! ¡A mi me parece perfecto con tal de no aguantar este calor!— Dicho esto empecé a juguetear con la cola, como tenía de costumbre.

—Charmi, ¿qué te parece? ¿Vamos a la biblioteca? —Le pregunte al pequeñin.

—A mi me da igual, si va Happy voy yo— Respondió, con pocas ganas.

—Bueno supongo que en la biblioteca pensaremos en el recorrido ¿No? —Pregunté, pero a lo mejor mi pregunta les parecería estúpida—.Lo siento por la estupidez de pregunta... aveces ... no me entero de las cosas ...

Ir a la biblioteca... Si por favor... Casi ignoraba lo que decían Charmi y Kailee, solo quería ir a donde haya algo frío. Insoportable calor, ¿Por qué no te vas?
-Hola Migara, ¿qué tal la práctica? ¿Has mejorado?- Pregunté tratando de evitar parecer más desesperada por ir a un lugar más fresco. Happy se puso a darme aire con sus alas mientras bajaba a apoyarse a mi cabeza.

-Si... creo haber mejorado...-Decía con sus típicos nervios y su inseguridad. Aún así no evitaba demostrar su entusiasmo por ayudar en la misión
-Aye, yo soy Happy, encantado señorita Migara.- Dijo muy cortés mi mascota. ¡Qué encanto!

-Bueno yo también acepto la idea, no quiero acabar derritiendome de calor...-Parecía decirlo en broma lo de "derretirme" pero es que no soportaba ya la idea de quedarme en ese lugar más tiempo.

La pequeña Moguri, que era Migara, se presentó y nos dijo que quería ayudarnos. Ragun se presentó a ella. En cambio, ni Kailee ni Mei se presentaron. Parecía que se conocían de antes. Como yo era el único que no me había presentado, me pareció algo mal por mi parte, así que me dispuse a corregir ese error.

—Hola Migara. Mi nombre es Hikaru Akarui, encantado de conocerte. Me alegra que quieras ayudarnos.—

Entonces la chica-gato Kailee empezó a hablar con aquella pequeña largatija naranja. ¡La lagartija hablaba! Me quedé sorprendido, nunca había visto a ningún tipo de mascota aparte del loro que pudiera hablar. También podía la de Mei. ¿Acaso todas las mascotas de Tierra de Partida hablaban? Jo, yo quiero una. Entonces Ragun nos propuso ir a la biblioteca, pero no íbamos a leer precisamente. Aparte de aprovechar el aire acondicionado del lugar seguramente podríamos conseguir planos de Tierra de Partida que podríamos usar para diseñar el circuito. Me parecía un buen plan.

—Apoyo la idea de Ragun. Por cierto, si vamos a hacer la carrera creo que deberíamos poner algunos obstáculos y algunos atajos para aumentar la emoción. Y creo que el número de vueltas debería de ser dos. Propondría tres, pero con la calor que hace nos derretiríamos.—

—Entonces supongo que deberíamos ir yendo... —susurré levemente levantándome de mi asiento y caminando hacia la salida con paso normal. En cuanto abrí la puerta del gremio que daba al exterior la ola de calor me golpeó de lleno como si se tratase de un bofetón de aire seco y caliente. Era una suerte que aún quedase un trozo del Hielo que había utilizado antes que no había acabado aún de derretirse.

Allí fuera, no tardé en invocar mi llave espada para tratar de invocarla sin la necesidad de lanzarla hacia el cielo. Por un momento estuve cerca de conseguirlo, pero parecía que todavía necesitaba algo de entrenamiento para invocarla de la misma manera que lo hacía el Maestro Ronin. Me vi obligado lanzar mi arma al aire viendo como esta se transformaba en una especie de tabla de Wind Surf a la que me monté para ir hacia el castillo de Tierra de Partida sin tener que seguir el largo camino de tierra.

—Que fresco... —comenté mientras volaba en el vehículo al sentir la agradable sensación del aire refrigerandome un poco.

Mientras todos se preparaban para ir a la biblioteca, yo, quise preguntarle a Mei si iba caminando o se iba en su glider. Seguramente se iría en el, gracias a que cuando vuelas con el glider te entra fresquito, así que pensé que también podría hacerlo.

—Miau Mei, ¿vas a ir caminando?—Le pregunté—.O, ¿vas en tu glider?—Continué.

Entonces cogí a Charmi lo puse en mis brazos y lo acaricié, creo que si le doy mas cariño no sera un maleducado.
—Que gustito...—Decía Charmi.

Mientras Ragun ese chico que tanto ... ''Me sonaba'' por decirlo así invoco su glider para marchar hacía el castillo.
Creo que había escuchado en el castillo cosas sobre el .. Ragun, no estoy segura pero hay algo raro en este asunto ... ¡Pero no parece mal chico!

—¡Pues Miau ! ¡En marcha!— Invoque mi arma, tuve que lanzarla al cielo, y con la misma salió mi glider, un glider bastante comodo en el que hay que estar sentada, en la posición que quieras, pero vas a estar cómoda igual.

—¡Miau no os quedéis atrás!—Les dedique un guiño a mis compañeros mientras me subía en el glider.

Empezaba a volar y sentía el poco viento que había en mi cara.

—¡Miau, que rico!—Murmuré.

Con la aprovación de todos, iríamos a la biblioteca... ¡Pero ese calor! Ragun para amortiguarlo se fué en su glider. Glider, buena idea pero yo tenía ya una en la cabeza literalmente.

-Miau Mei, ¿vas a ir caminando?-¡Ja! Ni en broma.-O, ¿vas en tu glider?-

-Ninguna de las dos cosas.-Señalé a Happy y Kailee se fué también en su glider.-Happy, ¿puedes llevarme con Migara?-

-Aye, ¡creo que si!-Happy alzó el vuelo para estirar sus alas y ponerse a mi lado.

-¡Kupopopopó! ¿Volar? ¿Seguro?, kupó.- Parecía nerviosa, pero Happy seguramente volaría bajo. Básicamente por que no me gustaba mucho que subiese muy alto.

La cola de Happy se agarró a mi muñeca derecha y agarré a Migara con mi brazo izquierdo para apoyarla a mi cuerpo. Traté de tranquilizarla. Mis pies dejaron de tocar el suelo. Puede que sean unos centímetros lo que me separaban del suelo pero... Daba algo de grima. Tengo que acostumbrarme seguramente. Entonces cuando Happy creyó que era la altura suficiente nos llevó junto a el grupo.

Descendí con el Glider cerca de la entrada del castillo, justo en una pequeña plaza por la que solían pasar bastantes aprendices en cualquier momento del día ya fuese para dirigirse a los jardines o para salir de excursión a otros mundos. Podría decirse que aquella plaza era la "pista de aterrizaje" de Glider´s por lo que al menos yo, tendía a estar alerta para evitar disgustos.

Esperé a mis compañeros para ir todos juntos a la Biblioteca como habíamos acordado.

***
Biblioteca

Estanterías y más estanterías. ¿Dónde se supone que estaban los dichosos planos de Tierra de Partida? ¡Tenía que haber alguno en la biblioteca! Cogí una pila de libros de una de las múltiples estanterías dejándolos en una de las mesas de estudio.

—¿Habéis encontrado algo? —les pregunté a los demás alzando un poco la voz. Un moguri con cara de pocos amigos me miró enfadado poniendo uno de sus dedos frente a sus labios para emitir un "Ssssh" con el que me ordenó callar.

Cogí el primero de los libros buscando un mapa. Se me habían ocurrido varias ideas, una de ellas era soltar globos aeroestáticos con números en sus telas para marcar el órden por el que había que pasar. Cada globo serían algo así como Puntos de Control por los que habría que pasar para marcar puntos, obviamente los que van de primero reciben más cantidad de puntos que los otros participantes. Bueno, esa idea sería si decidíamos hacer la carrera en los jardines. Tener como obstáculos las puntiagudas colinas sonaba bastante tentador.

También podríamos hacer simplemente un circuito dentro del castillo con su meta y su número de vueltas definido, aunque no podía negar tener miedo a que Nanashi apareciese y que nos sometiera a algún castigo.

Mientras volaba Charmi me preguntaba si estaba bien.

—Kailee, te noto mas rara de lo que sueles ser normalmente ¿Estas bien?— Me preguntó el pequeñín.

Me encontraba rara, es cierto, ¿qué le podía decir? Quiero ocultar este sentimiento de tristeza... Quizás sea por el calor... o porque no me encuentro bien conmigo misma... no lo se...

—Tranquilo charmi— le abracé.—Estoy bien— le mentí

Aterricé en una pista, obviamente, es como una pista de aterrizaje donde también pasan aprendices para darse un paseo o irse a otros mundos.

Ragun estaba allí esperándonos.

***
Biblioteca

Había muchos libros, demasiados, odio leer, aunque dicen que es bueno ¡Pero siguen sin gustarme! Y ¿qué buscábamos? ¡Ah, claro los planos!

—¿Habéis encontrado algo? —Nos preguntó Ragun. Pero un moguri le hizo un gesto mandandole a callar.

Busqué y Busqué pero nada encontré ademas, estaba preocupada de que Charmi no quemara nada.

—Yo nada... lo lamento—

—¿Por qué no preguntar al malhumorado bibliotecario?— Sugerí

Todo iba bien, todo iba bien hasta que... Happy se estrelló, junto a nosotras, contra una pared. ¡Qué dolor! Justo en un marco de la puerta de entrada. Por suerte Migara no sufrió ningún daño, a la vista, y mi adorable gato volador se puso a disculparse con ella.
****

Tras aliviar un poco el dolor, por suerte no fue muy rápido como para desfigurarme la cara, y llegar a la biblioteca casi no encontramos ningún plano de Tierra de Partida. Incluso buscando en estantes muy altos, como hacía mi mascota, Migara también ayudaba como podía.

-¿Habéis encontrado algo? -El chico de la bufanda, que no entiendo por que no se la quita, preguntó y acto seguido el moguri que estaba (además de Migara) le mandó callar.

-Yo nada... lo lamento- Kailee parecía algo decepcionada, ¿¡Quién es y que ha hecho con mi amiga!?-¿Por qué no preguntar al malhumorado bibliotecario?-

-Hazlo tu... yo no hablo con alguien enfadado, no quiero discusiones.- murmuré a mi amiga. Ella lo propone, ella lo hace.

Happy bajó un libro de pescados y tuve que regañarle. ¡Cómo para pensar en comida! ¡No había ni un mísero mapa!

—Yo nada... lo lamento —se disculpó la chica-gato al verse en una situación en la que no daba encontrado los mapas de Tierra de Partida—.¿Por qué no preguntar al malhumorado bibliotecario?-

—No tienes que disculparte por eso. Y sí... Es una buena idea.

Me acerqué al gruñón bibliotecario, el cual estaba ordenando una estantería de libros.

—Disculpe señor —llamé para que me prestase atención—. ¿Sabe dónde podríamos encontrar algún mapa de Tierra de Partida? Necesitamos uno para una misión que nos ha encomendado el Maestro Ronin.


—¡Prefiero ni saber que clase de misión es, kupó! —exclamó enfadado mientras se metía por uno de los laberínticos pasillos de la biblioteca haciendo que se perdiese de vista. Miré a mis dos compañeras sin saber muy bien que hacer.

—Yo... —Migara parecía intentar decir algo—. ¿Y soltamos Globos aerostáticos por los exteriores? Podríamos ponerlos en un... orden y así... pues... uhmmm... Ya sabéis... Que tendrían que pasar por todos ellos para ganar... o algo así.

En ese momento el gruñón bibliotecario me tiró un montón de rollos de papel que cogí al vuelo casi de casualidad.

—¡No hagáis ruido! Os estaré vigilando —refunfuñó antes de marcharse.

Me dirigí a una mesa cercana donde abrí el primer plano, interiores del castillo dividido en varias plantas, mapas de las torres... Impresionante que fuese tan grande. El otro tenía los exteriores del castillo con varios kilómetros a la redonda, todos ellos llenos de altiplanos y colinas además de puntiagudas montañas.

—Bueno... ¿Qué hacemos ahora? —les pregunté a mis compañeras.

Hicieron caso a mi sugerencia y Ragun se acercó a hablar con el bibliotecario. ¡Suerte! Pensé

—Disculpe señor —Lo llamó—. ¿Sabe dónde podríamos encontrar algún mapa de Tierra de Partida? Necesitamos uno para una misión que nos ha encomendado el Maestro Ronin.


—¡Prefiero ni saber que clase de misión es, kupó! —Exclamaba enfadado, menudo moguri ¡Miau!

—Miau... no tiene razones para ser grosero.— Comenté

—Yo... —Migara parecía intentar decir algo—. ¿Y soltamos Globos aerostáticos por los exteriores? Podríamos ponerlos en un... orden y así... pues... uhmmm... Ya sabéis... Que tendrían que pasar por todos ellos para ganar... o algo así.

Entonces el bibliotecario le tiró rollos de papel a Ragun, ¡Pobrecito!

—¡No hagáis ruido! Os estaré vigilando —Siguió, ¡Que pesado!

Ragun se dirigió a una mesa, donde abrió el plano, por supuesto yo le seguí, y observe el plano con atención.
—Bueno... ¿Qué hacemos ahora? —Nos preguntó

—Miau, yo sugiero que hagamos el recorrido—Sonreí y apunté con mi cola a un lugar del plano, los jardines.—Empezaremos aquí eso esta claro, ¿pero luego?—Seguí algo preocupada.

—Ah, eso suena realmente... —mis sentidos empezaron a nublarse de pronto, mi cuerpo empezaba a doler y sentía frío. Era como si estuviese enfermo. Dejé los planos demás sobre una mesa y me acerqué a Kemu ya que era la que tenía más cerca en aquel momento—. Creo que me ha dado una insolación, iré a mi habitación así que supongo que abandonaré la misión. Kazuki dijo que no era bueno forzarse cuando uno estaba enfermo y que lo mejor es irse a la cama a dormir.

>Ha sido un placer. Nos veremos pronto.

Sin decir nada más, y sin dar casi tiempo a reaccionar salí de la biblioteca en dirección al piso superior para llegar hasta las habitaciones. Realmente no me encontraba nada bien.