[Bastión Hueco] Poker Face

[H.S Sora]

—¿¡Q-qué!?

Pareció que mi pregunta había sido como un fino filo de cristal que la había pinchado levemente, ya que esta vi como retrocedía con los ojos algo más abiertos de lo habitual. Pareció intentar decirme algo, pero no podía escuchar el que debido a que su voz parecían susurros en el aire. ¿Había algo malo en lo que le había preguntado? Tan solo era simple curiosidad que necesitaba ser saciada…

—Perdona Saeko, ¿Qué intentabas decirme?...—Intenté exponer mi tono más amable para que se calmase, pero pareció no funcionar.

Sus manos estaban… ¿Temblando? En el tiempo que llevaba con Saeko jamás la había visto temblar. Quizá si la había visto sorprenderse, pero jamás temblar como estaba haciéndolo en aquel momento. ¿Tan temible era Shinju para ella que ni siquiera podía mantenerse controlada?...

—Yo... eh.. No.. no es lo que parece... eeh.. esto.. —Saeko había dejado de hablar en susurros, pero aún así era incapaz de contarme cualquier excusa que sonase coherente en aquella situación.

Pensé que lo mejor sería ofrecerle una disculpa o ayuda, cualquier de ambas cosas podrían venirle bien en fuese cual fuese su problema o circunstancia para temer a Shinju.

—Saeko, quería decirte que…

—A ti... ¡A ti no te tiene porqué interesar eso! —Exclamó mientras me interrumpía y señalaba con su dedo índice. Toda gota de cualquier nerviosismo que hubiese sufrido antes parecía haberse esfumado en cuestión de minutos o quizá segundos.

Entonces pude percibir como volvía a caminar hacia mí, parecía realmente furiosa por haber sido capaz de exponer ese sentimiento. Por la forma en la que se encontraba, temía que tuviese que emplear mi Llave Espada en el caso de que intentase herirme.

—¡Deja de cotillear mi vida sin mi permiso! ¿Te ha quedado claro? ¡Pues espero que no se repita!

Estuve a punto de responder a eso cuando de pronto, escuché el ruido que indicaba que Shinju se había levantado y unos segundos más tarde abría la puerta dejándonos la vista del interior de su habitación.

—¿Por qué sois tan pesados? ¡Dejadme vivir en paz! —Aquellos gritos significaban dos cosas probablemente. Una, que Saeko no se contendría lo más mínimo aunque solía ser imprevisible, y dos que teníamos otra oportunidad para encontrar la famosa Baraja de cartas. Ni tan siquiera me fijé en el interior de la habitación de Shinju, esperaba una reacción cualquiera de Saeko y poder impedirla.

Antes de poder hablar con Shinju, noté como Saeko me daba un empujón y que pretendía llamar la atención de Shinju, cosa que me dejó más confundido aún.
¿Realmente intentaba hacer ver que no temía a Shinju? No era alguien tan ingenuo, las reacciones que había tenido anteriormente y su muestra reacia de querer volver a verla dejaban claro que tendría que tener miedo… ¿Entonces por qué se comportaba como una idiota e intentaba llamar su atención? ¿Tan vanidosa o valiente era Saeko como para enfrentarse a su temor cara a cara? ¿O solo quería demostrar que yo me equivocaba y no sentía miedo por ella?... Fuese lo que fuese, imaginaba que no podía acabar bien de ninguna manera.

—¡Shinju! ¡Eres la única sospechosa aquí! ¡El Maestro Ryota nos lo ha confirmado! ¡Dinos de inmediato dónde está la baraja!

Aquello me desmontó por completo.

Esperaba varias reacciones por parte de Saeko, desde un interrogatorio muy brusco hasta un intento de confrontación directo con ella… Pero no esperaba que dijese nuestros únicos ases en caso de que ella negase relación alguna con las cartas de Andrei. Ahora ella podría cerrarnos la puerta y negarse a dar respuestas haciendo alusión a que Saeko había sido muy brusca con ella y a que ahora no le apetecía respondernos.

Aquello me enfadó lo suficiente como para dejar de banda mis sentimientos de compresión hacía Saeko y obligarme a volver a tener la mente y la sangre tan fría como pudiese en aquellos instantes. Cualquier cosa que hiciese era crucial, y un movimiento en falso podía hacernos combatir con Shinju o fracasar en nuestra misión de encontrar aquella puñetera Baraja.

Saeko seguía en un enfrentamiento cara a cara con Shinju, por lo que decidí que lo primero que debía cambiar era eso. Muy poco nos iba a decir Shinju si Saeko seguía mirándola como si fuese a saltar encima de ella con katana en mano en cualquier momento. Me adelantaría y cogería del brazo a Saeko lo suficientemente fuerte como para que notase que estaba allí y entonces le susurraría a la oreja con la mano puesta para que Shinju no pudiese oírnos:

—Cállate de una vez, no vas a convencerme jodiendo la misión...—Después de darme cuenta de que yo tenía una parte de culpa añadí— ¿Y sabes? No estoy dispuesto a que te mate, aunque me tenga que poner delante y llevarme yo el golpe.

Dicho esto tiraría del brazo de Saeko lo suficientemente fuerte como para tirarla hacia atrás y le sostendría la mirada durante unos segundos para que pudiese comprobar que no estaba para bromas. Volvería a girarme y miraría a Shinju de frente.

La Baraja la tenía que tener ella si o si, pero no podía obligarle a dármela ya que ni me plantaba ser capaz de hacerle un rasguño. Así que tendría que intentar recurrir a mi ingenio y fingida amabilidad en esta ocasión para conseguir algún avance.

—Perdona a mi compañera... está algo frustrada como yo, ya que no hemos logrado pista alguna sobre donde puede estar la ya tan famosa Baraja de cartas. —Le esbozaría una sonrisa— Hasta que el Maestro Ryota y Wix nos han confirmado que seguro que tú podrías tener alguna información sobre ello. Y hemos pensado que quizá antes se te pasase contarnos algo que quizá ya hayas recordado…

Esperaba que con aquello no hiciese falta decir nada más al respecto, de lo contrario añadiría

>>¿Realmente prefieres que el Maestro Ryota o Ariasu te pregunten el paradero de esas cartas personalmente?...—Le sostendría con aquella mirada pasase lo que pasase— Puedo apostar a que si se enfadan, ellos no serán para nada tan amables como nosotros.

Aquello último no había sido solo por la misión, y en el fondo lo sabía. Había sido también por Saeko, la cual por muchas idioteces que hiciese seguía siendo una compañera. Y no tenía intención de dejar que mi compañera, enfrentase aquel miedo sola.

[Sombra]

La amenaza final de Saito fue la mejor elección posible contra una niña consentida como Shinju.

La chica miró con un odio enorme al joven y sin mediar palabra se dio la vuelta maldiciendo en voz baja antes de ir hacia el interior de la habitación, a su mesilla de noche donde pareció abrir un cajón o algo así (ya que no llegaron a ver que hacía)

Shinju apareció de nuevo con una cajita del tamaño de una baraja y se la tendió a Saeko en las manos.

—Más te vale vigilar que tus macarrones no lleven antrax o algo peor... Y como me entere de que de vuestra boca sale que la tenía yo... No espereis que sea buena con vosotros —amenazó la chica perdiendo todo lo adorable que su aspecto físico pudiese tener—. Ahora fuera.

Y con eso dicho la joven cerró la puerta en sus narices.

[---]

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Misión Finalizada, sin embargo podéis hacer Post de Despedida igualmente. No hay más, había una ruta donde descubriais sus motivos y tal, pero no tuvisteis suerte. De todos modos en un par de días si ninguno ha posteado cerraré directamente esta misión con lo que ganais y tal.

PD: Podéis interpretar que decís que Shinju tenía la baraja o no. No cambiará nada las cosas ni las relaciones con los NPC, eso os lo dejo a vosotros.

[Tsuna]

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No, no iba a permitir bajo ningún concepto que Saito notase lo que yo realmente sentía, aunque eso supusiese recibir una nueva paliza por parte de Shinju. Era demasiado orgullosa, puede que algo estúpida también, pero no había vuelta atrás.

Antes de poder hacer nada más, Saito me agarró por el brazo y se me acercó para decirme algo. Sentí que su propio brazo era más grande y robusto que el mío, no pude evitar girarme hacia él, agresiva, frunciendo el ceño y algo sonrojada por tenerlo tan cerca, nunca me hubiese esperado tal reacción por su parte.

—¡¿Qué crees que estás haciend-?!

—Cállate de una vez, no vas a convencerme jodiendo la misión... —Me interrumpió, a la par que yo abría mis ojos con sorpresa e incredulidad. Cierto, estaba llevando la misión por mal camino.. ¿Y no iba a convencerlo? ¿Acaso... acaso no surtía efecto el intentar mantenerme fría y distante?— ¿Y sabes? No estoy dispuesto a que te mate, aunque me tenga que poner delante y llevarme yo el golpe. —Esas últimas palabras sí me llegaron, decidí rendirme y dejar de comportarme como una estúpida orgullosa, al menos, delante de él. Sentía cada vez más calor recorriendo mi rostro, imaginaba que tendría que estar completamente rojo y, para mi desgracia, aquella desagradable y molesta sensación iba a más cuando me di cuenta de que me observaba fijamente.

—Haz... haz lo que quieras... —Dije con la voz rota, deseando desaparecer allí mismo.

Después de que Saito me apartase de Shinju, caí al suelo de rodillas, abatida. Me esforcé por ocultar con ambas manos mi cara, muerta de vergüenza. Inevitablemente escuché lo que vendría a ser la última conversación de la misión con Shinju.

—Perdona a mi compañera... está algo frustrada como yo, ya que no hemos logrado pista alguna sobre donde puede estar la ya tan famosa Baraja de cartas. Hasta que el Maestro Ryota y Wix nos han confirmado que seguro que tú podrías tener alguna información sobre ello. Y hemos pensado que quizá antes se te pasase contarnos algo que quizá ya hayas recordado…

Yo permanecí en todo momento de rodillas, sobre las frías baldosas. Me iba a resultar complicado a partir de ese punto asumir que Saito supiese como era realmente yo, débil y temerosa, cierto era que temía a Shinju por su poder, pero también quería superarla. A decir verdad, el único al que había tenido ocasión de demostrarle mi verdadero yo era Gengar.

>>¿Realmente prefieres que el Maestro Ryota o Ariasu te pregunten el paradero de esas cartas personalmente?... Puedo apostar a que si se enfadan, ellos no serán para nada tan amables como nosotros.

Observé de reojo entre mis delicados y blancos dedos el resultado de su amenaza, para mi sorpresa, Shinju, sin mediar palabra, se adentró en la habitación una vez más para momentos después, sacar lo que parecía ser la famosa baraja de cartas. Me la dio a mí y yo la correspondí, agarrándola.

—Más te vale vigilar que tus macarrones no lleven antrax o algo peor... Y como me entere de que de vuestra boca sale que la tenía yo... No espereis que sea buena con vosotros. Ahora fuera.

—Claro... —Respondí, todavía afectada por lo sucedido segundos atrás. Dando a entender que por mi parte, nadie sabría que Shinju era la culpable. Tampoco llegué a comprender sus razones para robar unas simples cartas, pero lo importante es que el asunto estaba solucionado. Y eso último me dio fuerzas para recuperarme.

Me levanté del sitio y miré fijamente a Saito más seria que de costumbre, acto seguido le daría la respectiva baraja de cartas, manteniendo la distancia con él en todo momento. Yo por mi parte, había tenido suficiente de aquella misión.

—Te las dejo a ti, tú sabrás qué hacer con ellas, ¿no? —Expresé, dándole un cierto tono de burla a la última palabra. Fue él quién le puso empeño y consiguió las cartas, lo más razonable es que terminase lo que había empezado, yo estaba destrozada, tanto física como psicológica-mente, necesitaba un buen descanso sin duda.— Aquí nos despedimos, y la próxima vez que nos veamos no seré tan amable como hoy, que conste. Adiós.

Y tras una última y seria, quizás incluso amenazante mirada, me marché de allí lo más rápido que pude. Si Saito se molestaba en decirme algo, solo suspiraría, haría un gesto con mi mano derecha para darle a entender que me daba igual y me limitaría a ignorarlo. Quería llegar a mi habitación y tumbarme sobre la cama lo más rápido posible, mis ánimos y mi orgullo estarían por los suelos el resto del día, lo sentía. Aunque a pesar de todo... ¿No se me olvidaba algo?

¡Gengar!

Ya volvería él solito a la habitación cuando se resignase al no encontrar nada.

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Off-rol: Curiosa misión, la verdad xD Me ha encantado, ciertamente. La relación que mi personaje mantiene con Saito, se ha hecho más profunda con esto, aunque ahora me da palo terminar sin saber las intenciones de Shinju =/ Todos los PX para Gengar por favor, nos veremos en otra ocasión~

[H.S Sora]

Respiré hondo tras realizar aquella amenaza. Estaba seguro de que debía ser efectivo, era nuestro último as e intento para lograr algo pero… ¿Y si no surtía el efecto deseado? Saeko parecía que se había derrumbado, quizá por la dureza con la que le había hablado o quizá por motivos que desconocía. Si Shinju no tenía reparo alguno en atacarnos, sería difícil huir de ahí con Saeko en brazos.

Observé como Shinju me miraba, su mirada sostenía la mía. Intentaba no mostrarme débil ni mucho menos, si más no, intentaba mostrarme más seguro de lo que en realidad estaba. Entonces Shinju entró a su habitación y me permití dejar ir un ligero suspiro de aire que tenía acumulado. Cuando salió de la habitación llevaba lo que parecía ser la baraja de cartas. Con aquél odio rezumando, le entregó aquella baraja de cartas a Saeko.

—Más te vale vigilar que tus macarrones no lleven antrax o algo peor... Y como me entere de que de vuestra boca sale que la tenía yo... No espereis que sea buena con vosotros. Ahora fuera.

—Claro... —Respondió Saeko, pareciá algo derrumbada aún.

—Entendido —Dije sin un aire de vacilación, no tenía intención alguna de ganarme más enemigos de los que ya tenía. Quizá quisiese saber los motivos que podrían haber llevado a Shinju a hacer tal cosa… Pero no tenía más opción que aceptar que la misión ya estaba terminada.

Giré la cabeza lo suficiente como para ver a Saeko mirándome con un odio más intenso de lo habitual, y como se acercaba a mí y me entregaba la baraja de cartas en mano.

—Te las dejo a ti, tú sabrás qué hacer con ellas, ¿no? —Expresó, ella con un tono más parecido al que empleaba conmigo normalmente.— Aquí nos despedimos, y la próxima vez que nos veamos no seré tan amable como hoy, que conste. Adiós.

—Hasta la próxima vez, esperemos que sea pronto —Dije remarcando aquella última palabra y con una sonrisa en mis labios. Aquella chica era algo rara… pero estaba claro que no me odiaba tanto como parecía a primera vista. Simplemente parecía querer ocultar su forma de ser, sus intenciones, sus sentimientos… Sabía como era eso, por lo que la comprendía.

Sin más reparo fui a buscar a Andrei al cual tardé un rato en encontrar. Al darle las cartas podía haberle contado la verdad también. Que Shinju tenía las cartas escondidas y que seguramente era ella quien se las había robado, como se había molestado en mentirnos la primera vez, como habíamos tenido que pescarla en la segunda, lo cerca que podíamos haber estado de una pelea perdida… pero no le dije nada de eso.

Cualquier cosa que hubiese dicho mencionando sobre Shinju me hubiese metido en una pelea con ella y hubiese metido en una pelea a Saeko también. Como no estaba dispuesto a aquello, simplemente le conté que las habíamos encontrado en una olla de la cocina y que no sabíamos cómo habían podido acabar ahí.

Quizá Andrei sospechase de mi historia, tenía todos los motivos del mundo. Pero ni Shinju, ni Saeko ni yo diríamos nada más del asunto, por lo que esperaba que la cosa quedara calmada durante un tiempo.
Volví a mí habitación con algo que había aprendido sobre mí mismo hoy: Tenía suficiente labia como para salir moderadamente airoso de alguien como Shinju. Y eso era algo que no pasaría por alto para futuras ocasiones.

Y también que tengo una gran facilidad para hacer enfadar a las personas.

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Off-rol: Concuerdo con Zeix, me ha gustado bastante la misión ^^ Cada vez Saeko y Saito se hacen más cercanos y cada vez Saito está más cerca de que Saeko le pegue una buena paliza un día de estos(?) También estoy intrigado en saber el motivo de Shinju... Pero puedo imaginarme que sería por una rabieta de las suyas xD Como yo no tengo mascota, pues todos los PX para Saito como cabe esperar xD Espero que nos veamos en otra ocasión, hasta prontoo~

[Sombra]

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Oh, pues me alegro de que os gustase, a pesar de mis GRANDES tardanzas (siento eso, en serio. Me olvidaba completamente de vosotros) de todos modos, gracias por haber participado y vuestra paciencia... Y ahora...

EL MOMENTO QUE LOS DOS ESTABAIS ESPERANDO.

PUNTUACIONES.

Saito= 19 PX (Nada mal, alguna falta de ortografía por ahí y algún fallo con los tiempos verbales, pero nada grave) SUBES AL NIVEL 6

Saeko= 20 PX (Tú tampoco has estado nada mal, pero al igual que nuestro querido compañero tuviste algún que otro error ortográfico aunque casi imperceptible) SUBES AL NIVEL 5