[Bosque de los 100 Acres] ¡Quiero ser más fuerte!

[Tidus Cloud]

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Cronología

Bavol: Una brisa esperanzadora > ¡Quiero ser más fuerte!
Hikaru: La lámpara mágica > ¡Quiero ser más fuerte! > EG2: The End Is Where We Begin

Ese sería el día en que por fin lo conseguiría. Ya se consideraba un verdadero Caballero de la Llave Espada tras su viaje a otro mundo; sin embargo, todavía había algo que no había hecho y que necesitaba para sentir que estaba logrando todo lo que se propuso cuando salió de París.

Tenía que aprender a leer.

El Capitán Ronin le había contando que en Tierra de Partida podría aprender a leer, pero hasta ese día no se lo había propuesto en serio. La lectura y la escritura no le eran totalmente desconocidas, conocía cómo se pronunciaban algunas letras y sabía cómo se escribía su nombre, aunque siempre lo escribiese con trazos temblorosos. El consejo que había recibido es que fuera a la biblioteca y allí encontraría todo lo que necesitase para su aprendizaje.

Se puso su querida capa raída, salió de su habitación y se dirigió hacia la biblioteca. Recordaba los primeros días en los que no sabía dónde estaba cada habitación y tenía que estar pidiendo indicaciones constantemente a los Moguris, pero afortunadamente (tanto para él como para los Moguris) ya se conocía la mayoría de los pasillos.

El aspecto de la biblioteca le sobrecogió. Jamás en toda su vida había visto tantos libros juntos en tan buen estado, ni siquiera los ciudadanos o la nobleza parisina eran poseedores de tales colecciones. Las mesas estaban repletas de pilas de libros que algunos aprendices leían con concentración, mientras que para disgustos de éstos otros se dedicaban a charlar o a lanzarse pequeñas bolillas de papel.

¿Por cuál debía empezar? ¿Cuál sería el más indicado para aprender a leer?

Dudaba de si preguntar a un Moguri (mejor no, ya estaban un tanto cansados de él) o a algunos de los aprendices (los que estaban leyendo podrían sentirse molestado y los que estaban hablando no parecían que supieran muy bien cuáles eran los mejores libros. Entonces, se percató de un curioso libro situado en medio de una mesa y apartado del resto. Nadie lo estaba utilizando y por su portada parecía ser un libro bastante colorido, de manera que decidió acercarse a echar un vistazo.

Colocó sus dos manos sobre aquel libro tan llamativo y cuando intentó abrirlo un intenso brillo envolvió su cuerpo. ¿Qué estaba pasando, no decían que los libros eran buenos? Por un momento sintió ganas de gritar, pero se contuvo, ya estaba empezando a acostumbrarse a aquellas sorpresas.

Cuando el brillo desapareció Bavol se frotó los ojos, quizás era tan sólo una ilusión. Ya no estaba en Tierra de Partida, el paisaje que lo rodeaba era totalmente distinto…

¿A eso se referían con lo de que puedes viajar a otros lugares gracias a los libros?

[James Bond]

Apenas hacía unos días que volví de aquel mundo arenoso de Agrabah. Ahí me dí cuenta de que no podía ayudar a todo el mundo, que necesitaba volverme más fuerte. Estaba en mi cuarto mirando por la ventana, viendo como pasaban las nubes blancas por aquel cielo azul. Suspiré. Estaba empezando a pensar que quizás los de Bastión Hueco tenían razón y que con ellos podía alcanzar el poder. El poder para ayudar a los necesitados. Pero no estaba seguro del todo.

Necesitaba distraerme, y dejar de pensar en aquellas cosas. Si pudiera ser una nube... Entonces miré a una estantería en la que tenía unos libros que saqué hace varias semanas de la biblioteca de Tierra de Partida. Con cada libro descubría algo nuevo, y eso me gustaba. Cogí aquellos libros entre mis manos y empecé a caminar con destino la biblioteca.

Por el camino observaba a otros aprendices, hablando entre ellos de sus cosas, de como habían conocido a sus respectivos Maestros, como había sido su encuentro con ellos... Aquello me trajo recuerdos de mi último día en Villa Crepúsculo. Si alguien me hubiera dicho entonces que me iría de aquel sitio y sería un caballero defensor de la luz, probablemente le hubiera dicho loco. Tenía que volver un día de estos a hacer una visita a mi familia, seguro que tenían que estar preocupados por mi.

Justo llegué a la biblioteca cuando vi a un chico siendo envuelto por un brillo dorado. De repente, ya no estaba. ¿Qué había sido eso? O mejor dicho, ¿qué era ese libro? Me acerqué al libero moguri, donde tras devolver los libros que saqué, le pregunté:

—Disculpe, ¿qué es ese libro de allí?— Señalando el libro que hace unos instantes había brillado.
—Ese es el libro de Winnie The Pooh, kupó. En su interior se encuentra el mundo de El Bosque de los 100 Acres, kupó.
—¿Un mundo dentro de un libro?— Era la primera vez que oía algo así. Tenía que probarlo. Supongo que bastaba con abrir el libro para poder acceder.

Eso hice nada más llegar a donde estaba el libro. Al abrirlo, fui envuelto en un brillo dorado que me cegaban los ojos. No podía ver que estaba pasando. Cuando pude abrirlos, comprobé que ya no estaba en la biblioteca de Tierra de Partida, sino en otro sitio bien distinto. ¿Así era El Bosque de los 100 Acres?

—¿Holaaaaaaa? ¿Hay alguien aquí? ¿Holaaaaaa?

Lo primero de todo era averiguar quien vivía aquí, y segundo encontrar el modo de salir de aquel libro. No me hacía mucha gracia la idea de quedarme a vivir dentro de un libro.

[Tidus Cloud]

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Bajo aquel resplandeciente cielo azul, Bavol observó un hermoso paisaje repleto de fresca hierba verde, hermosas flores y altos árboles con olor a miel. ¡Qué lugar tan hermoso! Pero…

¿Dónde estaba?

De pronto, escuchó a lo lejos un fuerte grito que pedía auxilio. Ahora mismo daba igual dónde estuviese, lo que importaba es que había alguien en peligro y como Caballero de la Llave Espada se había prometido que ayudaría a cualquier necesitado. Sin dudarlo más se dirigió hacia el lugar de donde provenía aquel grito.

Finalmente, localizó a quien estaba pidiendo auxilio en el saliente de un pequeño precipicio. Jamás había visto una criatura como esa. Era grande, con dos grandes orejas y una larga trompa como nariz y era totalmente lila. Llevaba alrededor del cuello una cuerda como correa, quizás fuese la mascota de alguien, pero quien tendría como mascota a un ser así.

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Aquella criatura se agarraba como buenamente podía con dos de sus cuatro patas al suelo para evitar no caer, pero parecía que no podría aguantar mucho más, ya que debía de pesar demasiado.

— ¡Héffalump necesita ayuda! ¡Socorro! — gritó el animal a Bavol.

— ¡Tranquilo, te voy a sacar de ahí!

En esta ocasión la Llave Espada no le sería de ninguna utilidad, por lo que tenía que intentar rescatarlo con su propia fuerza. Bavol le agarró por la trompa y comenzó a tirar con fuerza, pero pesaba demasiado para un muchacho de diez años. No estaba dispuesto a rendirse y continuó tirando con todas las fuerzas que tuviese. Al principio, pareció que había conseguido sacarlo unos centímetros, pero enseguida las fuerzas le comenzaron a flaquear y volvió a su posición original.

— ¡Voy a sacarte de aquí pase lo que pase, no te voy a dejar solo! — exclamó el gitano procurando animar a Héffalump.

Era cierto, no iba a dejarlo solo, estaría con él hasta el final, tanto que se caería con él si no lo conseguía sacar de ahí. Entonces volvió a escuchar una voz:

—¿Holaaaaaaa? ¿Hay alguien aquí? ¿Holaaaaaa?

Quizás los gritos de la criatura hubieran atraído a más personas, puede que si también viniese y le ayudaba pudieran sacar juntos a Héffalump.

— ¡Socorro, necesitamos ayuda! ¡Salvadnos! — gritó Bavol esperando que aquella persona se acercase.

Pero no le quedaba mucho tiempo, cada segundo que pasaba la criatura se precipitaba más hacia el vacío y el gitano junto con ella. No podrían aguantar mucho más, todo dependía de que alguien viniese a ayudarles o ambos acabarían cayendo.

[James Bond]

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—¿Holaaaaaaa? ¿Hay alguien aquí? ¿Holaaaaaa?

De pronto, obtuve una respuesta

—¡Socorro, necesitamos ayuda! ¡Salvadnos!

Parecía que había alguien en apuros. Y parecía desesperado. Como si le fuera la vida en ello. Empecé a correr por toda la zona hasta llegar a lo que parecía ser un precipicio. Allí vi a un chico de piel morena y pelo moreno. No lo había visto nunca, pero llevaba la insignia de Tierra de Partida. ¿Sería un nuevo aprendiz?

—Eh, ¿estás bien? Cógete de mi mano. Os ayudaré a subir.— Dije cuando vi que estaba con un pequeño elefante.

Tras usar mi fuerza y ayudar a aquel chico, le pregunté.

—¿Se puede saber en qué estabas pensando? Te has podido matar chaval. Por cierto, soy Hikaru, Hikaru Akarui. ¿Eres también aprendiz?

[Tidus Cloud]

Afortunadamente alguien acudió a la llamada de Bavol. El joven, tan solo unos años mayor que él, le ayudó y consiguió salvar tanto a Héffalump como al gitano.

— ¿Se puede saber en qué estabas pensando? Te has podido matar chaval. Por cierto, soy Hikaru, Hikaru Akarui. ¿Eres también aprendiz?

Bavol se tiró al suelo mientras respiraba rápidamente debido al cansancio, estaba agotado, pero al menos había rescatado a aquel animal... aunque bien pensado, lo había conseguido todo gracias a ese chaval llamado Hikaru.

— Hola, Hikaru. Me llamo Bavol Trené y sí soy aprendiz... aunque a veces no lo parece — se lamentó Bavol.

El gitano buscó con la mirada dónde se encontraba Héffalump. El animal también estaba tirado en suelo al lado de él, pero aparentemente no parecía estar gravemente herido. Bavol se acercó a él y le acarició con suavidad en su gran cabeza.

— ¿Estás bien?

— Héffalump está bien. Gracias por ayudarme

Seguidamente, el animal miró a su alrededor como si estuviera buscando algo que le faltara. Bavol lo observó con curiosidad casi olvidándose de la presencia de Hikaru. ¿Qué es lo que le pasaría?

— ¡Tengo que encontrar a Rito! — exclamó Héffalump y velozmente, como si no hubiese estado a punto de caerse por el precipicio, se levantó — ¡Muchas gracias por todo, pero ahora me tengo que ir!

Y sin decir nada más Héffalump comenzó a correr velozmente en busca de ese tal Rito ante la sorprendida mirada de Bavol ¡Cuánta vitalidad tenía aquel animal! Bueno, ya había conseguido rescatarlo, pensó que lo mejor sería no intervenir más y esperó que todo le fuese bien. Mientras veía cómo Héffalump abandonaba al lugar, Bavol se giró hacia Hikaru.

— Muchas gracias por salvarme. Cuando llegué aquí, escuché unos gritos y me encontré con él, tenía que ayudarlo como fuera... — relató Bavol y se acordó de que todavía no sabía dónde estaba — Por cierto, tú también eres aprendiz, ¿no? Estaba en la biblioteca buscando algún libro para aprender a... — se quedó callado unos segundos, no quería reconocer a ese desconocido que no sabía leer —. Quiero decir que estaba buscando un libro de esos tan interesantes que hay... por ahí... ¿verdad?... y entonces vi uno que me pareció especial, lo cogí y aparecí de pronto aquí. ¿Sabes dónde estamos?

[James Bond]

—¿Se puede saber en qué estabas pensando? Te has podido matar chaval. Por cierto, soy Hikaru, Hikaru Akarui. ¿Eres también aprendiz?

El muchacho al que había rescatado se tiró al suelo respirando rápidamente.

—Hola, Hikaru. Me llamo Bavol Trené y sí soy aprendiz... aunque a veces no lo parece.
—Encantado de conocerte Bavol.

El chaval se dirigió al pequeño y gordo elefante y le acarició.

—¿Estás bien?
—Héffalump está bien. Gracias por ayudarme.— De pronto, el animal miró hacia los lados.— ¡Tengo que encontrar a Rito! ¡Muchas gracias por todo, pero ahora me tengo que ir!

Aquel elefante se fue velozmente del lugar donde estábamos. Me sorprendió aquella velocidad, sobre todo si tenía en cuenta que los elefantes solían ser muy lentos. Bavol se dirigió a mi cuando el animal se fue.

—Muchas gracias por salvarme. Cuando llegué aquí, escuché unos gritos y me encontré con él, tenía que ayudarlo como fuera...— Aquella frase me recordó a mi yo de antes de venir a Tierra de Partida. El que ayudaba a cualquiera sin importar la situación en la que estuviera. Así fue como me hice la quemadura: intentando rescatar a la hija de una familia cuya casa estaba en llamas.— Por cierto, tú también eres aprendiz, ¿no? Estaba en la biblioteca buscando algún libro para aprender a.... Quiero decir que estaba buscando un libro de esos tan interesantes que hay... por ahí.. ¿verdad?... y entonces vi uno que me pareció especial, lo cogí y aparecí de pronto aquí. ¿Sabes donde estamos?

—Claro Bavol. Estamos en el mundo de El Bosque de los Cien Acres. Es la primera vez que estoy en este sitio. Ah, y si quieres algún libro, sólo tienes que preguntarle al moguri bibliotecario y el te dirá algún título interesante. Dime, ¿de qué mundo provienes tú? Yo vengo de Villa Crepúsculo.

Tras escuchar atentamente a lo que me dijera Bavol, le respondí:

—Ya veo. Bueno, ahora busquemos un modo de salir de este sitio.

[Tidus Cloud]

—Claro, Bavol. Estamos en el mundo de El Bosque de los Cien Acres. Es la primera vez que estoy en este sitio. Ah, y si quieres algún libro, sólo tienes que preguntarle al moguri bibliotecario y él te dirá algún título interesante. — así que finalmente tendría que hablar con un moguri, iba a ser duro aprender a leer —. Dime, ¿de qué mundo provienes tú? Yo vengo de Villa Crepúsculo.

— Vengo de París, creo que aquí lo llamáis La Cité des Clochés — contestó sabiendo lo que realmente le interesaba a Hikaru y luego añadió como era de costumbre —. Aunque ahora mi mundo es Tierra de Partida.

—Ya veo. Bueno, ahora busquemos un modo de salir de este sitio.

— Sí… supongo…

El gitano comenzó a andar en la misma dirección en la que Héffalump había salido corriendo, quizás por allí encontraran alguna pista sobre cómo salir del libro.

Un mundo dentro de un libro, era algo verdaderamente curioso. ¿Serían conscientes sus habitantes de que vivían dentro de un libro? ¿Si le ocurría algo al libro el mundo desaparecía? ¿Habrías más libros así, quizás en París?

De pronto, otro pensamiento surgió en su mente, el mismo que tantas veces se había repetido últimamente. La sensación de que no era lo suficientemente fuerte como para proteger a los demás… de que quizás nunca fuera un buen Caballero de la Llave Espada. Miró de reojo a Hikaru, aquel joven sería solamente unos años mayor que él y, sin embargo, si no hubiese aparecido no hubiera podido rescatar a Héffalump. ¿Qué es lo que fallaba en él?

No aguantaba más, quería saber cuál era el secreto de los demás.

— Hikaru… ¿puedo hacerte una pregunta? — comenzó a decir Bavol tímidamente —. Bueno, no hace mucho que estoy en Tierra de Partida… pero creo que no consigo hacer las cosas bien. No puedo ayudar a nadie y si lo hago es porque había alguien más ahí… ¿Cómo lo hacéis? ¿Los Maestros, los Aprendices, el resto del mundo para ser más fuertes?

Bavol se quedó unos segundos mirando fijamente a los ojos de Hikaru en busca de la respuesta que pudiera satisfacer todas sus dudas, pero tras un rato desvió la mirada avergonzado. ¿Qué es lo que estaba siendo? No estaba siendo fuerte, le estaba pidiendo a alguien que acababa de conocer que le resolviese sus propios problemas.

— Es una estupidez. Lo siento, no tienes por qué contestarme… — dijo Bavol casi murmurando con la cabeza agachada.

[James Bond]

—Claro, Bavol. Estamos en el mundo de El Bosque de los Cien Acres. Es la primera vez que estoy en este sitio. Ah, y si quieres algún libro, sólo tienes que preguntarle al moguri bibliotecario y él te dirá algún título interesante. Dime, ¿de qué mundo provienes tú? Yo vengo de Villa Crepúsculo.

—Vengo de París, creo que aquí lo llamáis La Cité des Clochés — me contestó —. Aunque ahora mi mundo es Tierra de Partida.

—Ya veo. Bueno, ahora busquemos un modo de salir de este sitio.

—Sí… supongo…

Bavol comenzó a andar en la misma dirección en la que el elefante había salido corriendo, no sabía si por ahí había alguna salida, pero era mejor que quedarse quieto.

Ambos caminábamos hacia delante, y el joven Bavol me habló de repente.

—Hikaru… ¿puedo hacerte una pregunta? — me preguntó.
—Eh, sí, claro. Puedes hacérmela. Adelante.— Le respondí.
—Bueno, no hace mucho que estoy en Tierra de Partida… pero creo que no consigo hacer las cosas bien. No puedo ayudar a nadie y si lo hago es porque había alguien más ahí… ¿Cómo lo hacéis? ¿Los Maestros, los Aprendices, el resto del mundo para ser más fuertes?

El joven me miró durante unos segundos sin moverse del sitio. Era una pregunta complicada, ni yo mismo sabía que responderle. ¿Cómo le podía responder a eso, si me había demostrado que a duras penas podía salvarme a mí mismo?

—Es una estupidez. Lo siento, no tienes por qué contestarme…

Entonces le dirigí una mirada al joven.

—Escucha Bavol. Yo no soy fuerte, no soy tan fuerte como crees. A duras penas puedo salvarme a mí mismo, y casi siempre necesité ayuda. Incluso a veces dudo de como puedo seguir siendo un caballero de la Llave-Espada.

Callé por unos segundos, pensando en que decir. ¿Cómo explicarle lo que siento? Me costaba encontrar las palabaras adecuadas para expresar mis temores.

—Sé que no tiene sentido que te vaya a decir esto que voy a decirte. Pero, no te preocupes por esas cosas. Si hay algo que he aprendido, es que cuando uno tiene amigos, hará lo que sea para protegerles. Como solían decir en las series de dibujos animados que veía de pequeño, el poder de la amistad es una de las mayores fuerzas del mundo.— Le dije mientras sonreía tontamente para aliviar la conversación.

[Tidus Cloud]

Para sorpresa del gitano, Hikaru decidió contestarlo a aquella difícil pregunta.

—Escucha Bavol. Yo no soy fuerte, no soy tan fuerte como crees. A duras penas puedo salvarme a mí mismo, y casi siempre necesité ayuda. Incluso a veces dudo de cómo puedo seguir siendo un caballero de la Llave-Espada.

Bavol se sintió un poco más aliviado, puede que no fuera el consuelo más correcto, pero se sentía más tranquilo al ver que no era el único que tenía dudas y que necesitaba ayuda de los demás.

—Sé que no tiene sentido que te vaya a decir esto que voy a decirte. Pero, no te preocupes por esas cosas. Si hay algo que he aprendido, es que cuando uno tiene amigos, hará lo que sea para protegerles. Como solían decir en las series de dibujos animados que veía de pequeño, el poder de la amistad es una de las mayores fuerzas del mundo.

¿El poder de la amistad? A Bavol le pareció un tanto ridículo, la típica moraleja tonta de los cuentos que se le relataban a los niños pequeños. Si así era, por qué las injusticias no habían sido erradicadas por buenos amigos. Lo que le había dicho Hikaru no tenía ningún tipo de base; sin embargo, Bavol tampoco había tenido amigos de verdad, a excepción de aquel pobre anciano parisino (que había acabado muerto) y de la pequeña Chloé, de manera que el gitano dudaba sobre si podría tener algo de razón.

— ¿Así que la amistad es lo que nos hace más fuertes? No sé yo…

De pronto, escuchó un fuerte sonido proveniente de algún árbol cercano. Bavol se olvidó por unos instantes de la conversación que estaba teniendo y afinó el oído por si escuchaba algo más. Después de aquel ruido, un fuerte grito de alegría sonó:

— ¡Héffalump ha encontrado a Rito!

Bavol suspiró aliviado, se trataba de aquel animal al que habían salvado hace un rato y al parecer ya había encontrado lo que estaba buscando. Sabía que seguramente no era de su incumbencia, pero sentía curiosidad por lo que había pasado y quizás Héffalump podría saber algo más de aquel mundo, además era mejor que estar ahí quietos. Miró a su compañero y girando la cabeza le indicó que le siguiera para ver qué es lo que estaba pasando.

— Vayamos a echar un vistazo — dijo Bavol y se dirigió a la zona de dónde provenía la voz de Héffalump.

Cuando Bavol llegó a la zona, decidió permanecer callado ante la tierna escena que tenía delante. Héffalump estaba siendo abrazado por otro pequeño animal totalmente diferente.

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— Lo siento, Héffalump. Ha sido culpa mía, no tenía que haberte dejado solo.

— No pidas disculpas. Héffalump también estaba muy preocupado, no quería que te ocurriera nada malo.

El nuevo animal, Rito, se secó con la mano una pequeña lágrima que le había saltado ante las palabras de Héffalump. Seguidamente, Rito esbozó una amplia sonrisa y le quitó la correa que tenía Héffalump alrededor del cuello.

— Héffalump, ya no estás capturado. ¿Somos amigos?

— Claro, Rito. ¡Sube! — le indicó Héffalump risueño y bajó la cabeza para que Rito pudiera montarse.

Bavol no podía evitar sonreír también, esa amistad tan pura entre aquellos dos animalillos le enternecía el corazón. ¿Era eso a lo que se refería Hikaru? El gitano buscó con la mirada a su compañero y le preguntó:

— Parece que Héffalump ha encontrado a su amigo… ¿Crees que les irá bien? — tras escuchar la respuesta de su compañero, volvió a preguntar — ¿Nos acercamos a hablar con ellos o mejor los dejamos solos?

[James Bond]

—Sé que no tiene sentido que te vaya a decir esto que voy a decirte. Pero, no te preocupes por esas cosas. Si hay algo que he aprendido, es que cuando uno tiene amigos, hará lo que sea para protegerles. Como solían decir en las series de dibujos animados que veía de pequeño, el poder de la amistad es una de las mayores fuerzas del mundo.— Le dije mientras sonreía tontamente para aliviar la conversación.

Aún a pesar de mi respuesta, Bavol no parecía muy convencido. Y era algo lógico. Entonces un grito de alegría resonó cerca de donde estábamos.

—¡Héffalump ha encontrado a Rito!

Bueno, un problema menos, por lo menos no tendríamos que meternos en algún tipo de lio para ayudar a aquel elefantillo.

—Vayamos a echar un vistazo— me sugirió el joven.
—Vale, a ver si así conseguimos alguna pista de cómo salir de aquí. No es que me quiera quedar encerrado en este libro para siempre.

Cuando llegamos al lugar de la procedencia del grito, vimos a aquel pequeño elefante que nos encontramos antes siendo abrazado por otro animal bien distinto.

—Lo siento, Héffalump. Ha sido culpa mía, no tenía que haberte dejado solo.
—No pidas disculpas. Héffalump también estaba muy preocupado, no quería que te ocurriera nada malo.

Por aquella conversación deducía que aquellos dos habían discutido por algo y que se habían separado por sus opiniones contrarias. Eso me recordó a cuando era más chico y las peleas que tenía con mi hermana mayor, de las cuales al final siempre me acababa escapando y me iba a llorar a mi escondite secreto en el parque y al poco rato venía mi hermana a disculparse conmigo.

Entonces el pequeño animal le quitó un collar que llevaba el elefante y le dijo que ya no estaba capturado y que si podían ser amigos, a lo que el elefante le respondió que sí. Fue entonces cuando Bavol se giró hacia mi.

—Parece que Heffalump ha encontrado a su amigo... ¿crees que les irá bien?
—Supongo que sí, no puedo asegurar nada con certeza.
—¿Nos acercamos a hablar con ellos o mejor los dejamos solos?
—Sugeriría hablar con ellos, no hemos visto a nadie más que a estos dos y supongo que sabrán como salir de aquí.

[Tidus Cloud]

— ¿Nos acercamos a hablar con ellos o mejor los dejamos solos?

—Sugeriría hablar con ellos, no hemos visto a nadie más que a estos dos y supongo que sabrán cómo salir de aquí.

Bavol asintió y se dirigió hacia ellos. Quería hablar con ellos, saber un poco cómo eran, lo que más le interesaba al gitano no era saber cómo salir del Bosque de los 100 Acres, sino en saber cuál era el secreto de la amistad.

— Oh, mira, Rito. ¡Hola! ¡Vosotros sois los que salvasteis a Héffalump!

— ¿Te salvaron, Héffalump? ¡Entonces son también amigos nuestros!

— ¿Amigos? ¿Ya somos amigos? — preguntó Bavol sorprendido sin entender muy bien cuando dos personas empezaban a ser amigos.

— ¡Claro que sí! Los amigos se ayudan unos a otros, viven aventuras juntos, disfrutan con las bromas que hacen ¡Como Rito y Héffalump! Tenéis que saberlo, ¿vosotros sois amigos, verdad? — preguntó Héffalump a Hikaru y Bavol.

— Pues… no lo sé… yo sé de estas cosas. ¿Lo somos, Hikaru?

La pregunta de Héffalump había cogido por sorpresa a Bavol. Claro que quería tener amigos en Tierra de Partida, pero seguía sin tener claro cómo se hacían. El gitano se preguntó si sería tan sencillo cómo pedirlo, nunca lo había intentando. Tras escuchar la respuesta de su compañero, Bavol les preguntó a los animales:

— ¿Sabéis cómo podemos salir de aquí?

— ¿Salir de dónde? — preguntó Rito sin entender a qué se refería exactamente Bavol.

— Pues salir de este… — se detuvo un momento, quizás aquellos animales no sabían que estaban dentro de un mundo, tenía que decirlo de otra manera —. De este… bosque.

— Yo nunca he salido de aquí… ¿Héffalump, tú sabes algo?

— Mmm… Héffalump ha oído hablar de eso — declaró el elefante —. A veces llega gente nueva al bosque, se queda un tiempo aquí y después se va. Héffalump preguntó cómo se van… Es algo raro, algo como que tu corazón tiene que estar tranquilo para poder volver.

— ¿El corazón tranquilo? ¿Y cómo se hace eso, Héffalump?

— Héffalump no lo sabe… ¡Aunque Héffalump está muy tranquilo cuando duerme, quizás esa sea la manera!

Bavol dirigió una mirada a Hikaru y se encogió de hombros. El elefante podía tener razón en qué era necesario que tu corazón estuviera tranquilo, aunque dudaba de si de verdad hacía falta dormir o sólo es que tenía sueño. La verdad es que no lo sabía y tampoco tenía nada que perder, de manera que se acurrucó junto a un árbol cerca de Héffalump y Rito y cerró los ojos.

Sólo tenía que relajar su corazón…

[James Bond]

Bavol asintió a mi sugerencia y caminamos hasta donde se encontraban los dos extraños animales que parecían peluches. Y en cuanto nos acercamos, Héffalump nos habló.

—Oh, mira, Rito. ¡Hola! ¡Vosotros sois los que salvasteis a Heffálump!
—No ha sido nada, cualquiera habría hecho lo mismo.
—¿Te salvaron, Héffalump? ¡Entonces son también amigos nuestros!
—¿Amigos? ¿Ya somos amigos?— Me preguntó inquieto Bavol.
—Bueno, Bavol. Cada persona acepta de un modo diferente a sus amigos. Hay quienes no los aceptan nunca, y otros que los aceptan enseguida. Es algo bastante complicado de explicar, incluso para mí.
—¡Claro que sí!— Exclamó un animado Héffalump—. Los amigos se ayudan unos a otros, viven aventuras juntos, disfrutan con las bromas que hacen. ¡Como Rito y Héffalump! Tenéis que saberlo, ¿vosotros sois amigos, verdad?— Preguntó.
—Pues... no lo sé... yo sé de estas cosas. ¿Lo somos, Hikaru?
—Por supuesto, Bavol. Será un honor ser amigo tuyo.— Le respondí al gitano. El cual se dirigió al elefante y le hizo la pregunta con la que llevábamos unos minutos ambos en la cabeza.
—¿Sabéis cómo podemos salir de aquí?
—¿Salir de dónde?— Preguntó Rito.
—Pues salir de este... De este... bosque.
—Exacto, no sabemos como salir. Entramos pero nos perdimos.
—Yo nunca he salido de aquí... ¿Héffalump, tú sabes algo?
—Mmm... Héffalump ha oído hablar de eso
—¿Sí? Cuenta por favor.
—A veces llega gente nueva al bosque, se queda un tiempo aquí y después se va. Héffalump preguntó como se van... Es algo raro, algo como que tu corazón tieen que estar tranquilo para poder volver.


¿El corazón tenía que estar tranquilo? Pero, ¿cómo se suponía que se hacía eso? El elefantito dijo que él se sentía tranquilo cuando dormía. Y mi compañero decidió de acurrucarse en un árbol cercano a donde estaban los dos animales para al momento cerrar los ojos.

Eché un último vistazo al lugar. Recordé cuando al poco de llegar de Tierra de Partida, el Maestro Kazuki sugirió llevarnos a este mundo, idea que fue denegada por la ex-Maestra Nanashi. Quizás ahora podía entender el por qué quiso ir en aquella ocasión. Me dejé caer junto a Bavol tras acercarme al mismo árbol donde él estaba durmiendo, y cerré los ojos, tratando de despejar cualquier cosa que pudiera intranquilizar a mi corazón.

[Tidus Cloud]

Cuando Bavol volvió a abrir los ojos, se percató de que Héffalump y Rito ya no estaban a su lado. Durante unos instantes llegó a pensar que seguramente se habrían ido a otra parte del bosque mientras estaba durmiendo; sin embargo, enseguida se dio cuenta de que ya no se encontraba en el Bosque de los Cien Acres. Había vuelto la biblioteca.

— Así que Héffalump tenía razón… Sólo había que relajar el corazón.

Entonces, se acordó del joven que le había estado acompañando durante su incursión por aquel mundo y que le había ayudado a salvar al animal. Al volver la cabeza, encontró a Hikaru durmiendo a su lado, él también debía haber conseguido tranquilizar su corazón. Alargó el brazo hasta el hombro de su compañero y le agitó suavemente para despertarlo.

— Eh, Hikaru hemos vuelto. ¿Estás bien? —después de que el Aprendiz le contestase, continuó diciendo—. La verdad ha sido bastante inesperado… ¡¿Quién iba a pensar que dentro de un libro podía haber otros mundos?!

>> Bueno, creo que voy a quedarme en la biblioteca un rato más. Tengo que…bueno… echar un vistazo a unas cosas… ¿Te quedarás tú también?

Tras escuchar la respuesta de Hikaru, Bavol se levantó del suelo y le tendió una mano a su compañero para ayudarle. El niño, aunque aún un poco inseguro, decidió acudir al moguri bibliotecario para pedirle que le ayudara a decidirse qué libro debía ser el ideal para aprender a leer, pero antes se giró hacia Hikaru para decirle una última cosa:

— Hikaru, ¿ahora somos amigos? Como tú has dicho, si tienes amigos, te vuelves muy fuerte. Así que nosotros somos más fuertes ahora, ¿verdad?

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Mi último post. Recuerdo que yo no puntúo.

[James Bond]

Cuando abrí los ojos, estaba de nuevo en la biblioteca de Tierra de Partida. Junto a mi estaba Bavol el cual posó uno de sus brazos sobre mi hombro para terminar de despertarme.

—Eh, Hikaru, hemos vuelto. ¿Estás bien?
—Sí Bavol, estoy bien.
—La verdad ha sido bastante inesperado... ¡¿Quién iba a pensar que dentro de un libro podía haber otros mundos?!

Aquella sorpresa de Bavol también la compartía. Si antes de convertirse en Caballero de la Llave-Espada, le hubieran dicho que dentro de los libros había mundos con vida propia, no se lo hubiera creído.

—Bueno, creo que voy a quedarme en la biblioteca un rato más. Tengo que... bueno... echar un vistazo a unas cosas... ¿Te quedas tú también?
—Claro, sin ningún problema.

El joven gitano me ofreció una mano para ayudarme a levantarme, la cual no rechacé. Nos dirigimos hacia el librero, pero antes, el chico me hizo una pregunta.

—Hikaru, ¿ahora somos amigos? Como tú has dicho, si tienes amigos, te vuelves muy fuerte. Así que somos más fuertes ahora, ¿verdad?

Pensé detenidamente por un momento mi respuesta.

—Sí, somos amigos, Bavol. En cuanto a tu pregunta, puede que ahora no lo notes. Pero a medida que va pasando el tiempo, el vínculo con esa persona se va haciendo cada vez más y más fuerte. No es una fuerza física. No sabría como describírtelo. En realidad, creo que es algo que no se puede describir.

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Encuentro acabado. Empezó cuando estaba a nivel 9, así que se cumple la regla de 7 post mínimo.

[Sombra]

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Siento haber tardado en empezar a puntuar encuentros, empezaré con este:

*Insertar Victory Fanfare*

Piri pipiiiiii piiiiriiiiiii pipiriiiiiiii

Tidus Cloud: Nada mal, te has desenvuelto bastante bien con tu personaje, aunque ten cuidado con mezclar plurales donde no deberías "¿Habrías más libros así?" y demás errores pequeñitos que bajan algo de puntuación. Por lo demás lo has hecho bastante bien. En este encuentro no puntúas.

Bond: Se nota que estás esforzandote en tus post, pero tienes que cuidar más la ortografía además de que visualmente queda raro que dejes espacios entre párrafos y en los diálogos pongas todo junto por lo que se hace algo molesto de leer. También tienes frases con poco coherencia o muy redundantes, menos que cuando empezaste (que conste) pero tener las tienes. 21 PX
Te quedan 24 PX para el siguiente nivel.