[Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Encuentro de Malik y Fátima

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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Tanis » Dom May 18, 2014 1:42 pm

Lo siento.

Su disculpa no le pilló por sorpresa, pero saber que le importaba lo suficiente como para querer decirlo después de todo le hizo sentir mejor con todo aquello. Volvió a mirarla, encontrándose con su mirada clavada en él. Un pequeño nudo le estranguló la garganta y le cerró el estómago.

¿Como podía culparla? Aunque hubiera roto su promesa, quizá traicionando su confianza al darle la espalda, Malik no podía mostrarse duro, ni echárselo en cara.

«No puedo ser objetivo... ».

Otra muestra más de que estaba...

Tendría que haber ido contigo. Te dije que estaría allí para cuando lo necesitaras y… Y no tengo excusa. De verdad que lo siento. Me hubiera gustado ir contigo. Pero… Pero me alegro de que sólo queden dos fragmentos. De verdad. Es increíble, ya te falta muy poco —El nudo se apretó cuando ella colocó una mano sobre la suya, al mismo tiempo que un pequeño cúmulo de calor se le extendía por el pecho. Suspiró entre dientes—. Me alegro mucho. De verdad… Y… Por favor… ¿Puedo ir contigo la próxima vez? Te prometo que no volveré a comportarme igual. Te lo juro. Por favor, dame otra oportunidad.

Fátima… —murmuró en voz baja. Despacio sacó la mano de debajo de la de ella, cogiéndola después, notando la suavidad de su piel en contraste con la suya, tan áspera. Apretó levemente sus dedos, para que supiera que estaba ahí, y que no estaba enfadado—. Está bien, no pasa nada… —acarició el dorso de su mano con el pulgar. El contraste de color entre su piel oscura y la de Fátima, tan clara, se notaba incluso con tan poca luz—. Tienes tus problemas, yo no quise esperar, tampoco es culpa tuya del todo. Quiero buscar lo que falta contigo todavía, si tú quieres —Intentaba hacerle ver su punto de vista, que aunque al principio se había sentido abandonado, no era para hacer un drama eterno de ello, y que seguía teniéndola en consideración.

Se dio cuenta de que estaba cogido de su mano… y que había sido tan fluido y natural que ni se había dado cuenta de eso. Estaba allí, sentado a la orilla de una playa al atardecer, con Fátima al lado, arreglando las cosas. Ojalá se le hubiera ocurrido antes el plan.

Observándola de frente quizá desvió la vista algo hacia abajo, tranquilo, para luego alzarla de nuevo hacia ella, hacia sus ojos.

Escucha… no sé qué ha pasado para que de repente sientas ese miedo tan enfermizo que tienes… Se te nota, sí, pero quiero decir… si hay algo que pueda hacer por ayudarte, cuenta conmigo, ¿de acuerdo?

Sabía que no le hacía falta decir algo como eso, pero por si acaso, y sólo por si acaso Fátima necesitaba escucharlo de verdad…

«Yo no quiero apartarte, Fátima… no me apartes tú, por favor, por favor… ».
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Suzume Mizuno » Dom May 18, 2014 1:53 pm

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Fátima… Está bien, no pasa nada…

Fátima no supo bien cómo reaccionar cuando Malik, en vez de apartar la mano, la envolvió en la suya y le dio un suave apretón. El pulso se le aceleró y se estremeció al percibir el áspero tacto de la piel de Malik, que le produjo una agradable sensación. Miró sus manos unidas, la suya pequeña y blanca en comparación con la de Malik, y cuando él le acarició con el pulgar sintió que podría morir allí mismo.

Tienes tus problemas, yo no quise esperar, tampoco es culpa tuya del todo. Quiero buscar lo que falta contigo todavía, si tú quieres.

Claro que quiero —se apresuró a decir, esforzándose por controlar la emoción de su voz.

¡No iba a dejarla de lado! El alivio que experimentó fue tan grande que le trepó un sollozo por la garganta, pero consiguió reprimirlo en el último segundo.

Por su mente pasó un fugaz pensamiento de sorpresa ante la angustia que la había invadido al pensar que, quizá, Malik no quisiera perdonarla. Eso significaba que le importaba mucho más de lo que había creído. No podía ni imaginar lo que le dolería que precisamente él, por su culpa, acabara dándole la espalda. No después de que Malik le hubiera permitido acercarse poquito a poco, a pesar de ser tan reservado.

Pero, por otra parte, le pareció tan natural que desechó la sorpresa sin meditarlo demasiado. Desde que le conoció le había parecido alguien excepcional, la había atraído y ella había buscado su aceptación tratando de comportarse con toda la madurez posible. Sin embargo, no se había percatado con tanta fuerza de lo mucho que le gustaba hasta que ocurrió lo de la Red.

Apreciando la calidez de la mano de Malik, se mordió el labio inferior y se quedó sin saber muy bien qué hacer. ¿Debía… apartar la mano? No quería, pero tenía miedo de empezar a sudar, o de que se le empezara a notar cierto temblorcillo nervioso. Porque le encantaría responder a la caricia de Malik, pero no sabía si debía hacerlo. Es decir, Malik era mayor y estaba calmándola. Si lo intentaba ella, ¿no quedaría fuera de lugar?

Tras unos segundos en los que su mente se sumergió en un círculo vicioso de pros y contras acerca de responder o no al gesto, decidió que lo mejor era quedarse quieta: así no parecía que le rechazaba —¡eso nunca!— ni tampoco que hacía nada raro. Y de esa manera no tenía que renunciar al contacto.

Escucha…—dijo entonces Malik y Fátima le sostuvo la mirada, expectante—.No sé qué ha pasado para que de repente sientas ese miedo tan enfermizo que tienes…

Los hombros de Fátima se pusieron tensos y sintió que le huía toda la sangre de la cara.

Meneó la cabeza y exhaló un suspiro.

¿Tanto se nota?

Se te nota, sí—magnífico, dos años sin problemas y ahora todo se venía abajo en unas pocas semanas… Al ver que Malik iba a preguntar se encogió sobre sí misma y trató de encontrar una rápida respuesta, una excusa, algo que la ayudara a convencer a Malik de que sólo había sido una estúpida crisis post-adolescente—.Pero quiero decir… Di hay algo que pueda hacer por ayudarte, cuenta conmigo, ¿de acuerdo?

Fátima, que se había puesto tensa, a la defensiva, como quien espera un golpe físico, le miró con sorpresa.

«¿No va a preguntar?».

Le examinó unos instantes y acabó por comprender que no, que Malik no había pretendido sonsacarle nada en ningún momento. Aunque, seguramente, querría saber.

El ofrecimiento le escoció más de lo que podría haberlo hecho una acusación de cualquier tipo porque, al menos en este último caso, habría tenido motivos para querer guardarse las cosas para sí misma. Pero no, el desinterés de Malik era… La hacía sentir tan mala persona…

Retiró, con esfuerzo, la mano y se abrazó mientras miraba al horizonte. De repente comprendió por qué cada vez había menos luz; no era sólo que faltara poco para que se hiciera de noche, sino que se acercaban unas nubes oscuras que amenazaban con una bonita tormenta.

Sé que puedo contar contigo—musitó en voz baja—. Pero… Es que hay cosas que no puedo contarte. No porque no confíe en ti. Sino porque sé que te darían asco.

Lo que daría por poder contárselo sin miedo…
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Tanis » Dom May 18, 2014 2:01 pm

«¿Qué sucede Fátima…? ¿Por qué tienes tanto miedo?», se preguntó con pesar, dejando ir su mano.

De repente el aire le pareció mucho más frío y el sol menos brillante, y aunque por un instante pensó que era debido a su impresión de lo que estaba pasando, lo cierto era que en realidad se acercaban nubes de tormenta desde el mar. Malik siseó por lo bajo, rezando para que pasaran de largo. Con lo bien que estaban yendo las cosas…

«Ahora no… ».

Sé que puedo contar contigo… Pero… Es que hay cosas que no puedo contarte. No porque no confíe en ti. Sino porque sé que te darían asco .

Al verla así encogida, abrazándose a sí misma como si sólo así nada pudiera hacerle daño, Malik sintió desazón. ¿Qué demonios podría ser aquello que tanto le preocupaba y que pudiera darle asco a él?, ¿y asco por qué? Una creciente necesidad de saber, la curiosidad, le mordió con saña. Y se perdió.

Ahora sí que no podía no contárselo.

La piel recién mudada de las serpientes me da asco —empezó a decir, enumerando cosas que recordaba le provocaban repulsión—, el sabor de la menta me lo da un poco, e incluso las pepitas de las sandías, o las orugas cuando se mueven… —Sabía que eran cosas absurdas, pero quería decirle que en comparación…—. Pero… no creo que algo que tenga que ver contigo me lo de.

Ignoró la gota que de repente le cayó en la mejilla, mirando a Fátima con aplomo. Si confiaba en él, si sólo era cuestión de aversión hacia la idea de que él pudiera rechazar lo que fuera a contar… ¿Por qué no hacerlo?

Fátima, quiero ayudarte —repitió, más firme—, pero no podré hacerlo si tú no me dejas…
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Suzume Mizuno » Dom May 18, 2014 2:08 pm

La piel recién mudada de las serpientes me da asco.

«¿Eh?» pensó, volviéndose hacia él con extrañeza.

El sabor de la menta me lo da un poco, e incluso las pepitas de las sandías, o las orugas cuando se mueven…—de haber estado en otra situación, Fátima habría roto a reír. Incluso sintió el cosquilleo de la risa en la garganta. Pero no fue capaz. Sabía lo que estaba haciendo Malik y le resultaba tan tierno y, a la vez, tan... Desesperante…—.Pero… no creo que algo que tenga que ver contigo me lo de.

Fátima se le quedó mirando con los ojos abiertos como platos. Sus palabras resonaron en su cabeza una y otra vez, con mayor o menor intensidad, sin parar, rebotando contra las paredes de interiores de su cráneo.

Tenía que ser su imaginación. Hablaba como un amigo y nada más, o como alguien preocupado por un compañero. Su desesperación porque Malik la aceptara había terminado por trastornarla...

Y, en cierto modo, lo hacía, aunque no como a ella le gustaría. Se preguntó qué estaría imaginando Malik cuando dijo que le daría «asco». Según las convenciones de cada mundo uno podía pensar en muchas cosas distintas. Pero, y estaba segura, Malik jamás caería en la cuenta. No adivinaría a qué se refería, a menos que ella cometiera algún tipo de error estúpido.

Y como no pensaba hacerlo, podía decir que estaba a tiempo de dar carpetazo al asunto, olvidarlo hasta que se volviera realmente necesario esconder su cuerpo. Entonces… Entonces ya pensaría algo.

Ante su silencio, Malik intervino, esta vez con más aplomo:

Fátima, quiero ayudarte, pero no podré hacerlo si tú no me dejas…

En ese momento comenzó a chispear, pero como Malik no parecía dispuesto a levantarse, Fátima permaneció en su sitio. Paladeó un sabor ácido y apretó los labios, sintiendo un profundo resentimiento brotar desde su interior. No contra Malik, ni contra nadie en concreto. Simplemente contra el mundo.

Si fuera tan sencillo, me limitaría a pedir ayuda. No soy tan estúpida —dijo con amargura—. No es algo que se pueda arreglar simplemente con hablarlo o con hacer algo —en seguida se arrepintió del tono que había usado y trató de suavizar su voz—: Lo siento, Malik. No quería hablarte así. Pero, de verdad, es que… No te preocupes más por ello. He sido una imbécil, pero no volveré a portarme así. Olvidémoslo, ¿vale? Y vámonos de aquí, que parece que va a empezar a llover fuerte…

Se incorporó con resolución. Sabía que había sonado seca y que seguramente a Malik no le convencería su respuesta, pero era mejor así. Simplemente, dejaría de asustarse, o al menos de comportarse de forma tan descarada. No podía dejar que se le notara, la hacía más sospechosa. Tenía que aprender a tener más sangre fría, maldita sea.

Esperó un momento a Malik, para ver si se levantaba, y luego echó a caminar. El chispeo se estaba convirtiendo en una lluvia que caía con bastante fiereza y sabía que antes de que llegaran a la estación estarían como si hubiesen salido del mismo mar.

Pero, en el fondo, lo agradeció. Así no tendría que hablar más de eso, al menos el trecho que les llevara llegar a la estación…
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Tanis » Dom May 18, 2014 2:19 pm

«Estoy siendo estúpidamente obvio, por amor de… ».

La lluvia empezó a hacerse más notoria, y Malik tan sólo pudo levantarse al ver a Fátima realmente dispuesta a dejarlo pasar, para seguirla. Mentiría si dijera que sus palabras no le habían hecho daño, herido, porque en cierta forma estaba rechazándole de nuevo, aunque no fuera de forma presencial. Fátima quería olvidar, tapar lo que fuese que pasaba con arena.

«Así que después de todo, no era sólo atracción física… ¿eh?».

Sintió pánico.

No era la primera vez que dejaba correr una cosa que luego había vuelto a quemar y a hacer daño únicamente por intentar atajarlo de malas maneras. En su experiencia había aprendido que las cosas no se solucionaban olvidándolas, y sabía que… si Fátima y él no limaban la aspereza que acababa de formarse, se haría más grande con el tiempo. Y también sabía que una vez enquistado el problema, jamás desaparecería. Y llegaría a ser algo que podría distanciarles en el futuro…

Como había pasado con su hermano...

Los goterones ya le resbalaban por las sienes, desde las puntas del pelo mojado y el viento casi arreciaba, pero no le importó. Avanzó los pocos pasos de distancia que había entre Fátima y él y la sujetó de la muñeca, impidiendo que siguiera andando hacia la estación.

Sin embargo no acertó a decir nada al hacerlo, y se quedó callado, en blanco, intentando pensar en algo que pudiera…

Al principio se había prometido que no la presionaría para que le dijera, por haber pensado que simplemente no sería asunto suyo en el fondo, que sería algo menor y que el hecho de que hubiera estado evitándole todo ese tiempo sólo había sido una consecuencia más de otras tantas. Pero al saber que era algo que le involucraba, no quería que lo dejara correr. No quería que…

No quería que cometiese el mismo error que a él le había llevado a la soledad en el pasado. No quería que se encerrara en sí misma al final.

No es algo que se pueda arreglar simplemente con hablarlo o con hacer algo

¿Entonces cómo?, ¿qué era?, ¿qué…?

No voy a olvidarlo —dijo entonces, con la tormenta de telón final—. Y no eres ninguna imbécil —Estaba improvisando por completo—. Estás huyendo, sí, pero, ¿sabes qué? Olvidarlo no lo hará más fácil, darle la espalda al problema no lo hará desaparecer… y sé que lo sabes, lo sé —la desesperación le estaba mordiendo las entrañas, si no conseguía hacerla entrar en razón, ya no sólo por su confianza, si no por ella misma, habría… perdido, y la habría perdido—. Sólo tienes miedo de lo que pueda pensar.

>>¿Sabes por qué mi hermano huyó? Le di la espalda cuando murió nuestro padre y me encerré en mí. Sé que no es ni remotamente igual, pero tengo… miedo de que nos pase algo parecido. Tengo miedo de que con el tiempo llegue a reprocharte esto sin darme cuenta… Y no podamos hacer algo como lo que hemos hecho hoy.

Sabía que el espectáculo que estaba dando era digno de folletín, pero el terror empujaba más que la vergüenza. Habría sido más sencillo si ella no le gustara, si no fuera tan importante, si no fuera su amiga…

Yo… no te estoy obligando a nada, sólo ¿lo tendrás en cuenta…?

Despacio, aflojó los dedos hasta soltarla. ¿Qué estaba haciendo? ¡Se iría! Su tremendo discursito iba a caer en saco roto, si era algo que tanto pavor le daba contar. ¡¿Pero qué narices quería más que hiciera?! No podía sujetarla hasta que se hartase y obligarla a desembuchar. Aquella había sido, quizá, la última oportunidad que había tenido para desnudar sus sentimientos, si es que ella los había… notado.

¿Y cómo no iba a hacerlo? Prácticamente le había servido el corazón en bandeja.
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Why do we fall in love so easy... Even when it's not right?

Notapor Suzume Mizuno » Dom May 18, 2014 3:07 pm

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Escuchó a Malik ponerse en marcha y suspiró, pensando que la vuelta iba a ser muy incómoda. No creía que fuera a ser capaz de animar el ambiente, después de cortar la conversación de esa manera…

De pronto, Malik la cogió por la muñeca y la obligó a frenarse. El contacto le hizo pegar un respingo de sorpresa y se giró con el ceño fruncido, preguntándose qué…

Se quedó con la boca entreabierta por la sorpresa.

Nunca había visto a Malik con una expresión así. Estaba asustado y en sus ojos adivinó un atisbo de desesperación, mientras la lluvia resbalaba por su rostro y le pegaba el pelo a la cara. El hecho de que estuviera lloviendo a cántaros sólo pareció acentuar más la impresión de desazón que desprendía Malik y, como si el mundo estuviera en consonancia con sus sentimientos, la luz no hacía más que desaparecer a medida que las nubes se cernían sobre ellos.

Esperó, sin saber cómo reaccionar. Pero Malik no decía nada. Simplemente, la miraba y la miraba y…

¿Malik? ¿Qué pasa, estás…?

No voy a olvidarlo —la interrumpió, haciendo que el corazón le diera un vuelco en el pecho. Maldijo para sus adentros—. Y no eres ninguna imbécil.

Malik...—esbozó una incómoda sonrisa, intentando pensar rápidamente cómo salir de aquel lío.

Porque se estaba asustando. Había algo en el gesto de Malik que no cuadraba, que parecía demasiado intenso, que no entraba dentro de sus cálculos.

Estás huyendo, sí, pero, ¿sabes qué? Olvidarlo no lo hará más fácil, darle la espalda al problema no lo hará desaparecer… y sé que lo sabes, lo sé —dijo, al ver que Fátima intentaba responder. Y no le dejó tiempo para replicar—. Sólo tienes miedo de lo que pueda pensar.

¡Pues claro que tengo miedo!—protestó, forcejeando, aunque sin poner demasiado empeño, para que Malik la soltara—. ¿Crees que montaría algo así si fuera una tontería?

¿Sabes por qué mi hermano huyó?—Fátima calló—.Le di la espalda cuando murió nuestro padre y me encerré en mí. Sé que no es ni remotamente igual, pero tengo… miedo de que nos pase algo parecido.

¿Qué…?

Tengo miedo de que con el tiempo llegue a reprocharte esto sin darme cuenta… Y no podamos hacer algo como lo que hemos hecho hoy.

«Reprochar» se dijo, de repente con la mente en blanco.

Una mano le contrajo el pecho. ¿Realmente llegaría a echarle tanto en cara que no fuera sincera con él? ¿De verdad? Se imaginó que un día Malik no fuera a ofrecerle salir a tomar un helado, no le permitiera acompañarle en busca de Abyss o dejara de entrenar con ella…

«No, ¡no quiero llegar a ese extremo!» pensó con un estremecimiento. De repente se encontró mal, sentía que una arcada le retorcía las entrañas y tuvo que respirar hondo para controlarse. Pero notaba que estaba empezando a experimentar pánico. « Si a mí me basta con que seamos amigos, no pido más. ¡No he pedido nada más!».

Sin embargo, de pronto se percató de algo extraño. Sacudió la cabeza, notando que la lluvia se le metía en los ojos, y entrecerró los párpados, repasando las palabras que Malik había pronunciado. Le costó, tuvo que intentar tranquilizarse primero, pero consiguió repetirlas paso por paso en su mente.

Cualquiera podría decir que eran las palabras que pronunciaría alguien muy preocupado por ella. Pero ya no era sólo la entonación la que no concordaba, sino detalles como…

«Tengo miedo de que nos pase algo parecido. Está hablando… está hablando de nosotros pero… Pero… No. ¿Verdad?».

Parpadeó para apartar el agua que le chorreaba en la cara por culpa de los mechones de pelo y le miró. Vio su rostro desesperado, vio su postura tensa, pensó en su tono de voz, en que la había estado mirando, en cómo había intentado hablar con ella todos esos días y…

Yo… no te estoy obligando a nada, sólo ¿lo tendrás en cuenta…?

Poco a poco, fue suavizando la presión de sus dedos hasta que dejó libre su muñeca. Fátima la bajó lentamente, sin darse cuenta. Estaba demasiado aturdida para reaccionar. Sintió una inexpresable alegría, un regocijo como nunca antes había experimentado explotó en su interior y le hizo creer que no estaba pisando el suelo, sino que volaba alto, muy alto, casi hasta el cielo.

Porque era algo con lo que no se había atrevido ni a soñar.

«Dios mío» pensó, completamente ajena a la ansiedad de Malik. «¡Dios mío!».

Por un momento se preguntó si no se estaría precipitando, si no se estaría imaginando cosas. Pero sólo necesitó echar un nuevo vistazo a la expresión de Malik para convencerse de que sí, de que tenía razón, de que no era una broma pesada de su cerebro, por mucho que lo pareciese.

«Malik me…».

Y entonces se dio cuenta, con horror, de que eso no importaba. El peso del mundo pareció caer de golpe sobre sus hombros y se mareó. Daba igual que se lo imaginara o no, que fuera verdad o no. Porque lo que a Malik le gustaba no era la verdad. Era una chica y ella no lo era.

Se le anegaron los ojos de lágrimas y sintió su calor en contraste con la frialdad de la lluvia.

«Si ya sabía yo que alguien ahí arriba me odia» pensó con negro sarcasmo.

Nunca había pensado en serio que podría gustar a alguien. No de esa forma. Así que no se había planteado que disfrazarse de esa manera conllevaría acabar con sus propias esperanzas de encontrar a alguien.

Y Malik no se merecía que lo engañaran de esa manera ni por un instante.

Fátima respiró hondo, sintiendo que iba a empezar a llorar como una niña pequeña. No quería decírselo. Pensó que unas semanas estaría bien, sólo unas pocas. Pero, si hacía eso, si esperaba tanto, no podría decirle la verdad. Dolería tanto la sola idea que no conseguiría reunir el valor necesario. Y Malik acabaría descubriéndolo por algún accidente, lo que sería infinitamente peor.

Tenía que ser ahora. Antes de que ni siquiera empezara nada, para que fuera más fácil. No sólo para Malik, sino para ella.

«Dios, si hubiera sabido que venir a Villa Crepúsculo acabaría así no habría puesto ni un pie fuera de Tierra de Partida».

Abrió la boca una vez, pero no salió ningún sonido. No sabía qué había sido peor, si reconocer ante su hermano que quería ser una niña o esto. La primera vez le hizo falta muchísimo valor, a pesar de que Vaan ya le había visto con un vestido.

Pero esta vez…

«Joder, acaba con esta idiotez. Ya.»

Soy un hombre —soltó de sopetón, lo suficiente alto para que Malik la escuchara. Le miró, con la barbilla temblorosa, a pesar de que se esforzaba por evitarlo, y repitió—:Soy un chico. Me fui de Atlántica porque sabía que no lo aceptarían y quise buscar un sitio donde nadie me conociera para poder vestirme como una mujer. Y lo encontré—dijo con una sonrisa triste, pensando que ya estaba dicho, y que sonaba todavía más lamentable cuando se decía en voz alta.
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Tanis » Dom May 18, 2014 3:14 pm

Hacía frío, y sentía un frío aún mayor, que nada tenía que ver con la lluvia o el viento. Estaba calado hasta los huesos y sin embargo parecía no importarle. La tormenta rugía, y no sólo la que asolaba la playa, sino también la de su propia mente. Era la primera vez que dejaba a alguien acercarse tanto a él y la idea de salir escaldado le aterrorizaba como si fuera un muchacho. Toda su vida sin preocuparse realmente por los demás, sin permitir que nadie traspasase sus muros… para esto.

¿Cómo habían llegado a una situación tan… crítica de la nada? Hacía un momento estaban bien, charlando de todo y nada y…

Malik esperó en silencio, sin apartar la mirada de ella ni un segundo, atento a cualquier gesto, a toda expresión, para saber si al final…

Soy un hombre.

«Qué…»

Soy un chico. Me fui de Atlántica porque sabía que no lo aceptarían y quise buscar un sitio donde nadie me conociera para poder vestirme como una mujer. Y lo encontré.

«Espera… ¡qué…!».

No quería saber qué clase de cara estaba poniendo, pero visto desde fuera podría decirse que se había… impactado. Quedado atónito, sí, algo como eso.

«Es una broma, está bromeando».

Una risa burlona resonó dentro de su cabeza, y se respondió a sí mismo:

«¿En serio?».

Ciertamente, su primera idea fue que Fátima estaba escurriendo el bulto con un chiste, tan rocambolesco como absurdo. Pero luego se dio cuenta de que eso no era posible, por varias razones. Y más que nada porque sencillamente sabía que Fátima no bromearía con algo así, después de todo lo que había soltado. De alguna manera, tenía que ser verdad, por muy extraña que fuera.

Aquello tenía que ser verdad, la verdad.

«¿Por eso dijo que sentiría asco?, ¿por saber que era un chico que prefería vestirse de mujer…? ¿Que quería ser una mujer?, ¿por pensar que alguien así podía estar… conmigo?».

Más que asco sintió compasión, más que traición sintió aliento, más que repulsión sintió…

Malik suspiró hondamente, apartándose el pelo mojado de la frente, exhalando con el agua resbalando por toda la cara. Apartó la vista por unos momentos, intentando encontrar algo que decir, algo con lo que… expresar su confusión. Necesitaba asimilar que todo ese tiempo había estado hablando con un chico, tratándolo de mujer, que le gustaba un chico que todo ese tiempo había fingido ser una mujer, engañándole, a él y a todo el mundo…

… y que en el fondo eso no le importaba, después de todo. Que era una traición, sí, pero una traición tonta, que en realidad no le hacía daño. Aquello era algo que había hecho para protegerse, por miedo. Porque era una mente encerrada en el cuerpo equivocado, que no podía salir, y no había peor maldición que eso...

¿Cómo podía ella haber pensado que sentiría asco por…? Si ni siquiera se había sentido atraído por el físico en primer lugar. Había dado por sentado que sus formas tan rectas se debían a la edad, a que era joven y no se había terminado de desarrollar. Seguía gustándole su forma de pensar, su sonrisa, el sonido de su voz, sus ideales… La valentía de la que era capaz de alardear…

«Hay que ser valiente para intentar lo que ha hecho… y no rendirse, ni resignarse. Huir de casa y aceptar un contrato para toda la vida…».

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Miró a Fátima en silencio por largo rato, sin pensar, sin querer hacerlo, y sin darse cuenta empezó a acercarse, despacio. Sabía que estaba llorando, de alguna forma lo sabía, como también sabía que… no le importaba qué sexo tuviera aquella persona, porque seguía siendo la misma de siempre.

Y le seguiría gustando.

«Podría decirle que no me importa, que no siento asco, que me he acostado con hombres, que en los bajos fondos puedes encontrarte de todo… Que no pasa nada, puedes seguir… queriéndome».

No pensó en lo que estaba haciendo, ¿para qué?

El clamor de la tormenta pasó a un segundo plano cuando él le sostuvo la cara suavemente con los dedos y la besaba —¿O le besaba?—, agradeciendo que la vida no tuviera banda sonora, porque entonces en ese momento habrían tronado los violines.

Porque los acontecimientos más importantes de la vida no llevaban banda sonora. No aparecían orquestas cuando alguien se enamoraba. No se escuchaba el clarín cuando uno abandonaba Tierra de Partida montado en su glider para marcharse a un Mundo por primera vez. No cantaba nadie cuando se recibía una buena noticia, ni tintineaban campanas cuando caía una tormenta ensordecedora.

Mientras Malik besaba a Fátima, la primera persona que había logrado destruir sus escudos hasta ese punto, retumbaba la peor tempestad que jamás hubiera visto. La playa giraba a su alrededor y sí que tintineaban campanas, atrapados entre convulsas ráfagas de aire que silbaban y levantaban la arena mojada a sus pies. El cielo era negro y serpenteaban los rayos…

Y no, no oía ni una nota, salvo las campanas de Villa Crepúsculo, que repicaban muy a lo lejos, en la ciudad. Él, que había besado a muchas personas antes que a Fátima, se encontró sintiendo vértigo y la sangre acelerada, mientras ese nudo en la garganta se deshacía y le ataba más a ella… a él, o como fuera.

Se separó antes incluso de que pudiera ir a más, dándose cuenta de lo que estaba haciendo. Se apartó un poco, con un carraspeo, desviando ligeramente la vista.

Perdón —murmuró—, he actuado sin pensar... Es que me ha… sorprendido bastante —admitió—, y no se me ocurría mejor manera de decir que me importa una… —Se dio cuenta también de que estaba soltando un montón de tonterías, así que volvió a carraspear—. Quiero decir, no me asqueas… Y no se te ocurra reírte de mí, que sea mayor no significa que tenga que saber cómo actuar todo el tiempo.
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Suzume Mizuno » Lun May 19, 2014 12:50 am

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Estaba claro que aquello no era una simple lluvia, sino una tormenta con todas las de la ley, se dijo Fátima mientras el agua le azotaba la cara y la ropa. Pensó que a ese paso se enfermaría si no se secaba pronto pero, la verdad, le dio igual.

Esperaba el estallido en silencio, sufriendo alguna que otra convulsión por un hipido, escuchando el rugido de las olas, que no hacía más que crecer en intensidad. Pero la reacción se demoraba y se demoraba y no pudo evitar decirse que, si tan bien había escondido la verdad, había sido una tontería cantar. Al final parecía que no había tenido nada por lo que preocuparse. Pero se había dado cuenta un poco tarde.

Había pasado tanto rato que tenía la impresión de que Malik se había convertido en una estatua de piedra cuando de pronto su mano entró en su campo de visión. Le levantó la cara y, entonces, sintió algo cálido contra los labios.
En un primer instante de impacto, no entendió lo que estaba pasando y tardó unos segundos en darse cuenta de que Malik la estaba besando.

No comprendió ni el por qué ni el cómo. En realidad, no comprendió nada.

Sólo que la estaba besando.

La sangre se le subió a la cabeza y todo empezó a dar vueltas, mientras una corriente de calor la sacudía de arriba abajo.

Levantó las manos, pero no supo dónde tenía que ponerlas y terminó por apretar los puños y dejarlas suspendidas en el aire, mientras se olvidaba de cómo pensar, reaccionar, hasta de respirar.

El mundo se desvaneció a su alrededor, llevándose consigo la lluvia, el viento y el silbido del viento. Sólo quedaron los labios de Malik, su suave respiración y sus labios, cálidos y tiernos.

Fátima nunca había besado a nadie y no supo bien cómo hacer, pero, mareada, trató de imitar tímidamente a Malik y creyó que sus nervios estallarían mientras tanteaba.

Entonces Malik se separó y Fátima se quedó mirándole, embelesada. El hombre carraspeó y desvió la mirada hacia un lado.

Perdón —dijo. Fátima ladeó la cabeza, sin comprender porqué pedía disculpas—, he actuado sin pensar... Es que me ha… sorprendido bastante —de pronto recuperó la conciencia de lo que sucedía a su alrededor y sintió las ropas heladas pegarse a su cuerpo, su pelo chorreante y recordó que ahora, Malik, sabía la verdad—, y no se me ocurría mejor manera de decir que me importa una… —Fátima aguardó, ansiosa, devorando casi sus palabras. Unas palabras que necesitaba escuchar por encima de cualquier otra cosa—. [color=#BF0080]Quiero decir, no me asqueas… Y no se te ocurra reírte de mí, que sea mayor no significa que tenga que saber cómo actuar todo el tiempo.

Bajó los ojos y soltó una risita. Tras un silencio volvió a reír, al tiempo que le ardían los ojos. Poco a poco, sus risas se tornaron en sollozos. Sin pensar en lo que estaba haciendo, se adelantó y enterró la cara en el pecho de Malik, llorando con toda la fuerza de sus pulmones.

Había pasado toda una eternidad esperando a que alguien le dijera aquello.

Y, de entre todas las personas, había sido Malik.

No le daba asco. ¡No le daba asco!

¡Por Dios, si hasta la había besado!

«Me podría morir de felicidad aquí mismo» pensó, rodeando a Malik con los brazos y estrechándolo con fuerza. Necesitaba sentirlo, apreciar su calor, asegurarse de que era real y no una mala jugarreta de su imaginación.

Y, aun así, lloraba. Sentía que estaba dejando escapar, por fin, años y años de silencio, miedo y frustración. Ya no le importaba lo que pudiera decir el resto del mundo, ni lo que pensara la gente, ni siquiera sus propios padres.

Porque a Malik no le daba asco.

Cuando consiguió calmarse, soltando todavía gemidos y respirando entrecortadamente, levantó la cabeza para poder mirarle y sonrió, temblorosa, pero feliz como no se había sentido en toda su vida.

Eres un mentiroso —y dejó escapar una risa—. Siempre sabes cómo actuar.

Estaba tan guapo, incluso empapado, que no creía que pudiera haber un hombre más perfecto en ninguno de los mundos.

Tuvo que apoyarse entonces contra él, sin fuerzas y con las rodillas flojas. Todavía no acababa de asimilar la cantidad de cosas que habían pasado desde que llegaron a la playa y la cabeza le daba vueltas entre las constantes subidas y bajadas de la sangre. Tenía un poco de frío, pero no le importaba, porque nada podía ser mejor que estar abrazada a Malik. Sin miedo, sin temor a que sintiera algo raro, sin que…

«Dios mío. He dicho que me podría morir, pero espero no hacerlo. Tengo que besarle al menos una vez más antes de irme a la tumba» pensó. Y se rió de sus pensamientos de adolescente hormonal, sin importarle lo más mínimo que pudieran resultar estúpidos.

Porque, por primera vez, se atrevía a pensarlo.

Sin miedo.
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Tanis » Lun May 19, 2014 12:55 am

Tosió sin poderlo evitar, estaba helándose aunque la sangre le burbujeara aún como si estuviera sumergido en agua hirviendo. Había hecho aquello casi sin pensar, por una vez siguiendo un impulso, el instinto. Y mentiría si dijera que no había sentido un poquitito de miedo de verse empujado al besarla…

«Besarla...».

Se limpió el agua de la cara, aunque resultase ser una estupidez. Entonces oyó sus risas, que poco a poco se transformaron en sollozos. Malik inspiró hondo, y fue a adelantarse para abrazarla cuando ella misma dio el paso y se aferró a él, escondiendo la cara en su pecho. Automáticamente rodeó su cuerpecito con los brazos, y la estrechó fuerte. Estaban mojados, y tiritaban, pero a él le daba igual. Le daba igual todo.

Venga, vamos… —murmuró, quizá para consolarla, y enterró los dedos en su pelo empapado, chorreante, apoyando la mejilla en la cabeza de ella.

Pensó en lo duro que debía haber sido vivir como lo había hecho, escondiéndose siempre, sin dejar que nadie se acercara de verdad, mintiendo, y soñando ser lo que no podía… Sintió una honda pena por no poder hacer nada por ello. Aunque Fátima hubiera decidido confiarle su mayor secreto, su vida entera, era algo que ninguno de los dos podía cambiar. Fátima sólo había tenido la mala suerte de nacer en el cuerpo equivocado, cuando él la miraba, a pesar de saber que aquel ser era un hombre por fuera, Malik únicamente era capaz de ver a una mujer por dentro. Una mujer preciosa y valiente, que había decidido darle una oportunidad.

Algo que nadie hasta entonces había hecho.

Se separó ligeramente de ella, sin soltarla, al notar que se removía y alzaba la cabeza para mirarle. Estaba radiante a pesar de la tormenta y del frío. Bajó los dedos desde su pelo, por su cuello hasta la espalda, intentando calmar su temblor. Él mismo estaba temblando, y no por la lluvia, aunque no se notara.

Eres un mentiroso —sonrió resignado ante su pequeña risa—. Siempre sabes cómo actuar.

La sujetó mejor contra sí, evitando que resbalara y cayera de rodillas a la arena. Debía de estar agotada, de forma mental y física. Él mismo sentía pulsaciones dolorosas en las sienes, no sabiendo si era por un espontáneo y pronto resfriado o por las emociones sufridas de golpe.

Te puedo asegurar que todo esto ha sido absolutamente improvisado —murmuró. Se sentía un poco ido, como si en realidad no hubiera sucedido nada y continuaran siendo sólo… amigos, o no la hubiera besado y ofrecido el corazón de rodillas—. No sabía si…

Si funcionaría, si conseguiría algo, si me odiarías o no. Quiso haber terminado con ello, pero dejó que las palabras se las llevara el viento. No hacía falta decirlas.

Malik suspiró, sacudiendo la cabeza. No podían quedarse ahí para siempre. La tormenta parecía estar amainando, pero se habían quedado bajo ella todo el tiempo, y seguro que en dos días o tres sufrirían las consecuencias. De modo que aprovechando la ligereza y la efímera debilidad de Fátima, sin pudor alguno la alzó en brazos para cargarla, echando andar y llevarla así hasta la estación. Sería mucho más rápido.

Bueno, será mejor que salgamos de aquí, bastante culpable me sentiré si te pones enferma —que era lo más seguro.

No pesaba apenas, y le fue fácil caminar con ella a cuestas. La arena mojada ayudaba, porque los pies no se hundían y podía dar zancadas más largas. Dejó que ella se sujetara a él de la forma que mejor le pareciera, mientras le daba vueltas a algunas cosas en silencio. Aquello iba a cambiar bastante… aunque no le preocupaba en exceso, estaba seguro de que podía compaginar su aprendizaje de caballero con una relación. Sobre el qué dirían… Pues bueno, seguramente debería acostumbrarse a las habladurías sobre la… diferencia de edad. Los demás hablarían sobre lo que les diera la gana y eso no podían evitarlo.

La dejó en el suelo cuando pisó la estación. El próximo tren vendría en pocos minutos. Ese tiempo fue suficiente para que encharcaran el suelo del andén ahí de pie parados, y para que Malik comprobara que estar cogido de la mano de alguien no era, en lo absoluto, algo infantil, como había pensado hasta entonces.
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Suzume Mizuno » Lun May 19, 2014 12:58 am

La caricia de Malik le puso la piel de gallina y sintió un calor abrasador.

Te puedo asegurar que todo esto ha sido absolutamente improvisado . No sabía si…

Malik dejó la frase en el aire, pero Fátima sabía cómo terminaba sin necesidad de que continuara adelante. Le miró en silencio, suavizando su sonrisa y preguntándose de nuevo si no estaría soñando e imaginándose cosas. Nunca había imaginado que nadie querría besarla, que nadie la calmaría así después de saber que…

Cerró los ojos y apoyó la frente contra él.

Gracias por improvisar —farfulló.

Si era un sueño, que al menos terminara bien.

De pronto Malik se movió bruscamente y le pasó los brazos por debajo de las rodillas. Fátima soltó un gritillo de la sorpresa y se aferró a él.

¡Qué haces! —exclamó, aunque era evidente mientras él comenzaba a andar.

Bueno, será mejor que salgamos de aquí, bastante culpable me sentiré si te pones enferma.

¡No voy a ponerme enferma por un poco de lluvia!

Pero Malik no le hizo caso y se concentró en subir, dirigiéndose hacia la estación. Fátima abrió la boca para insistir en que la bajara, pero terminó por pegar los labios y pasar, tímidamente, los brazos alrededor del cuello del hombre. Luego le apoyó la barbilla en el hombro para que no pudiera verle la cara.

¿Quién no había soñado con que alguna vez le llevaran en brazos…? No alguien cualquiera, claro. En todos los cuentos acababan los príncipes marchándose así con las princesas. Los novios solían hacer lo mismo con las novias. Fátima había escuchado, leído y visto mil historias así. Nada le parecía tan bonito como sentarse en el regazo de la pareja, o que la levantaron en brazos y…

«Es un sueño. Seguro» sentenció para sus adentros.

Mientras se alejaban de la playa, con la lluvia golpeándoles sin misericordia, Fátima no era capaz de pensar en nada, salvo que Malik debía ser realmente fuerte para cargarla sin problemas.

Y también se dijo que tenía que dejar de comportarse como si estuviera muda o fuera anormal, porque no era capaz de pronunciar ni una sola palabra con sentido. Lo único que tenía claro era que cuando llegaran a la estación caminaría por su propio pie aunque siguiera teniendo las piernas hechas un asco por la emoción.

No quería que Malik pensara que era una llorona o una niña estúpida sólo por… Por…

Demonios, en el fondo tenía derecho a llorar un poco, ¿no?

Malik la bajó cuando llegaron, al fin, a la estación. Casi de inmediato se formó bajo ellos un charco de barro y agua. Apartándose el pelo de la cara, buscó los horarios de trenes y vio que faltaba poco para que saliera uno hacia la ciudad.

De pronto notó que Malik le cogía la mano y Fátima tuvo la impresión de que un torbellino de mariposas le aleteaban en el estómago. Y, otra vez, notó que se sofocaba. Al final no acabaría en cama por la lluvia, sino por tantos cambios de temperatura. Clavando los ojos en sus zapatos, entrelazó sus dedos con los de él, con la convicción de que su cabeza podría estallar en llamas de un momento a otro.

Es más, con la tontería comenzó a percibir el peso de la fresca ropa mojada y tuvo que hacer un esfuerzo para no temblar. Tiró ligeramente de su mano y preguntó:

¿Vamos?

Cuando entraron en el tren, Fátima miró uno de los asientos, luego observó el rastro de agua que habían dejado a sus espaldas, y decidió quedarse de pie cerca de la puerta, esperando que a Malik no le importara.

El tren arrancó poco después, con un par de pasajeros más que se esforzaban por no mirar en dirección a la empapada pareja. Fátima trató de no hacerles caso tampoco y se apoyó de lado contra la ventana, viendo cómo recorrían la playa. En ningún momento había soltado la cálida mano de Malik.

La cabeza le daba vueltas y le estallaban mil preguntas que no podía contestar ni tampoco se atrevía a plantear. Porque, maldita sea, la había… Se habían besado. Eso significaba que iban a ser… «algo», ¿no? Pero le costaba demasiado creer que Malik estaría dispuesto a nada —y a pesar de que la respuesta era evidente, todavía tenía que esforzarse por entender que sí, que Malik quería estar con ella. Sin embargo, habían sido tantos años resignándose a pensar que nunca pasaría algo así que se le hacía casi imposible de aceptar sin más—. Además, ¿qué había visto en ella? Sabía que era femenina y sabía que, quizás con suerte, podía resultar un poco atractiva pero Malik parecía de aquellas personas que acabarían con una mujer despampanante. O, al menos, una mujer a su altura.

Quería saberlo. Pero no se atrevía a preguntárselo.

Y quería secarse la ropa. No pensaba hacerse el camino hasta Tierra de Partida embutida en la armadura estando así de empapada.

Así que, cuando se acercaron a una nueva estación y vio un par de tiendas no muy lejanas a la costa, farfulló:

¿Te apetece… tomar algo? Mientras nos secamos, digo.

Estarían protegidos de la lluvia y, además, tendrían tiempo para… Aclarar cosas.

****


Cuando se sentaron en una mesa cubierta por un mantel de papel, iluminada por una pequeña vela aromática y rodeados de gente que había acabado igual de empapada que ellos, Fátima suspiró con alivio. Al menos allí pasarían desapercibidos. Pidió al camarero un refresco por educación, porque notaba la boca del estómago cerrada, y luego se quedó mirando a Malik. Casi sin pensarlo, se derritió en una sonrisa.

No le daba asco.

Carraspeó al darse cuenta de la expresión que estaba poniendo y dijo:

¿Cómo…? Bueno… —se le aceleró el pulso y musitó con ansiedad—: ¿Cómo vamos a hacer cuando volvamos…? ¿Podremos, eh, vernos sin problemas o… Prefieres que nadie lo sepa…?

Aceptaría cualquier cosa. En realidad, no le importaba. Sólo con saber que Malik estaba dispuesto a estar con ella le parecía suficiente.
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Tanis » Lun May 19, 2014 1:05 am

¿Vamos?

Caminó tranquilamente tras Fátima para subir al vagón y agradeció mentalmente el ponerse un poco a cubierto. Aunque ya no estuviera lloviendo tan fuerte, el viento sobre la piel y la ropa mojada le estaba dando frío y si no andaba incubando ya un resfriado poco le faltaría. Se mantuvo de pie, muy cerca de Fátima, sin haberla soltado en ningún momento, casi como si tuviera miedo de que en realidad, si lo hacía, todo se desvaneciera en una nube de ensueño.

Miraba por la ventanilla en silencio, notando los dedos cada vez más cálidos de ella sobre la piel.

¿Cómo habían terminado así? La verdad era que no se le había pasado por la cabeza que pudiera suceder algo como el que él terminara besándola. Su idea se había basado en todo momento en el hecho de conseguir que se relajara y dejara a un lado sus preocupaciones, fueran las que fueran, y tal vez de paso averiguar qué era lo que le causaba tanta desesperación.

«Ah, pero claro…».

Saber del problema era lo que había desembocado aquel beso fortuito y nada planeado. Saber que lo que le sucedía a Fátima era que tenía miedo de lo que él pensara de ella al enterarse de su condición física real. Saber que eso sólo podía ir de la mano de un afecto mayor a la simple amistad… ¿Y ahora? Aunque le hubiera correspondido, ¿estaban juntos? Bueno, no la habría besado de no querer algo después. A pesar de haber sido totalmente impulsivo, pensar en frío sobre ello no era tan difícil. La respuesta acudía una y otra vez con total naturalidad y soltura.

«Quiero estar con ella, con todo, sí».

¿Te apetece… tomar algo?

¿Hm? —Su voz hizo que dejara a un lado esas cuestiones, sobadas y harto ya pensadas.

Mientras nos secamos, digo.

Se le formó una débil media sonrisa. Incluso tan cohibida era preciosa. Imaginaba lo asustada que debía estar, lo insegura, si siendo lógicos era la primera vez que alguien la besaba después de descubrir su secreto, dando pie a formalizar o intentar iniciar una relación.

Claro —asintió.

«Bueno», se dijo, «ya se soltará».

****


Se sintió mucho mejor cuando estuvieron sentados a la mesa, ella con un refresco y él con una bastante alta taza de té caliente. Aún estaba bastante oscuro por las nubes negras de la tormenta, que ya parecían estar desplazándose hacia el norte. La luz tenue de la vela arrancaba destellos anaranjados, muy parecidos a los del sol del atardecer de la Villa. Con la taza entre las manos, suspiró y sopló un poco para no quemarse los labios y la lengua, y luego bebió. El primer traguito le sentó como una caricia en el lecho, un susurro de placer al oído. El calor de la bebida le calentó el cuerpo por dentro y contrarrestó el frío que sentía por fuera. Se acomodó mejor en la silla, levantando la vista del té para mirar a Fátima, que parecía ensimismada, con una expresión de deleite y ensueño, mirándole a él a su vez. Cabeceó tomando otro sorbito, en lo que ella carraspeaba.

¿Cómo…? Bueno… ¿Cómo vamos a hacer cuando volvamos…? ¿Podremos, eh, vernos sin problemas o… Prefieres que nadie lo sepa…?

Ah, eso no lo había pensado. De hecho, había dado por supuesto que harían como siempre, quedarían, se verían, entrenarían y viajarían juntos… Con agradables privilegios añadidos, claro. Tomó otro sorbo y se concentró en saborearlo, pensativo, hasta que respondió de forma pausada y tranquila, sin dudas:

La verdad, me da un poco igual lo que puedan decir, si es que dicen algo —chasqueó la lengua—. A los maestros no les importará, supongo, mientras no perjudique nuestros deberes —Y siendo sinceros, pensaba que podían mejorar mucho llevando una relación así—. Y los demás… —De ellos ya no estaba tan seguro. Si a él se le presentara una situación así de mano de dos amigos, sencillamente se alegraría y presentaría su apoyo. Pero esa era su forma de ver las cosas, influenciadas por sus propias experiencias en Agrabah. Lo que pudieran pensar el resto de habitantes de mundos tan dispares se le escapaba al entendimiento—. Podemos hacer una cosa —se inclinó un poco por sobre la mesa, manteniendo la taza apoyada en ella pero todavía entre los dedos, para calentarse—. No hace falta que nos escondamos, hacemos vida normal, sin problemas, y el que pregunte, enterado está, y si no le gusta, se aguanta —Tomó otro sorbo—. Aunque supongo que querrás decírselo a alguien concreto, ¿verdad?

Se le escapó una sonrisa traviesa, mientras pensaba en Nadhia, la mejor amiga de Fátima, y se reclinó de nuevo en el asiento. Por su parte, tampoco sentía la imperiosa necesidad de ir corriendo a decírselo a nadie, siquiera a Stelios o a Albert, a no ser que surgiera el tema o ellos preguntaran por ello.

Aunque… si quieres esconderlo —murmuró entonces—, en cuyo caso olvida todo lo que he dicho.

Se terminó el té y pidió otro. Estaba seguro de que ni con esas podría dormir por la noche.
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Suzume Mizuno » Lun May 19, 2014 1:07 am

La verdad, me da un poco igual lo que puedan decir, si es que dicen algo—Fátima asintió, dándole la razón—. A los maestros no les importará, supongo, mientras no perjudique nuestros deberes —se removió un poco en el asiento. No veía por qué iba a ser una molestia para sus misiones. Nadhia estaba con Xefil y nadie le decía nada, ni siquiera cuando hacía sus locuras para salvar a Ragun, así que… No, definitivamente no veía a los Maestros metiendo las narices en la vida privada de los aprendices—. Y los demás…

Fátima pensó de inmediato en Nadhia y se mordió el interior de las mejillas para contener una sonrisa. Se preguntó qué pensaría su amiga si se lo dijera. Había sido tan obvia que hasta Kousen se había dado cuenta en China de que le atraía Malik y Nadhia ya le había tomado el pelo alguna vez. Pero de ahí a decirle que… Bueno, eso, había un largo paso.

Además, la diferencia de edad no estaba mal. A Fátima no le importaba —a ninguna chica de su mundo le resultaría importante, a decir verdad, a menos que les tocara con un viejo cascarrabias—, porque Malik le parecía perfecto tal y como era.

Sabía que, aun así, sorprendería el contraste, pero quería creer que sus amigos lo aceptarían sin problemas. Al fin y al cabo, no se consideraba estúpida y sabía juzgar a la gente —o eso pensaba—.

En cualquier caso, tenía por seguro que Malik nunca le haría daño, al menos no intencionadamente. No se había burlado… ni tampoco se lo había tomado con la repugnante actitud morbosa de Andrei. Malik era una persona respetuosa y estaba segura de que le daría tiempo, que podrían tomárselo con calma, que si había algún problema lo solucionarían juntos. Porque ya no iba a mentirle más. Eso lo tenía claro.

Sonrió para sus adentros, tan feliz que pensaba que podría explotar de un momento a otro.

Podemos hacer una cosa —dijo entonces Malik, inclinándose hacia ella. Casi sin darse cuenta, Fátima hizo lo mismo, hasta sentir la tenue aura cálida de la vela—. No hace falta que nos escondamos, hacemos vida normal, sin problemas, y el que pregunte, enterado está, y si no le gusta, se aguanta —dio un sorbo a su té—. Aunque supongo que querrás decírselo a alguien concreto, ¿verdad?

Malik esbozó una sonrisilla maliciosa y Fátima se cubrió la boca mientras soltaba una risa.

¿Tan evidente es?

Suponía que sí. Le gustaba marujear con Nadhia y siempre que podía reunirse con ella en el gran comedor acababan cuchicheando de todo un poco. Además, se las veía juntas muy a menudo… Y a las amigas no se les debía guardar secretos. ¿No?

Aunque fuera a continuar guardándole el más importante, se recordó para sus adentros. Pero sacudió la cabeza y desechó ese pensamiento.

Espero que no te importe —farfulló.

A no ser que quieras esconderlo, en cuyo caso olvida todo lo que he dicho.

¡No!—exclamó Fátima. Luego miró a su alrededor, temerosa de haber hablado demasiado alto y añadió en voz más baja—: Estoy cansada de esconder cosas…

Malik pidió otro té y se dio cuenta de que ella no había ni probado su refresco. Dio un par de traguitos y le miró con nuevos ojos. Seguía pareciéndole imposible asimilar que iba a estar con él. Todo había pasado demasiado rápido y de improviso. A este ese día ni siquiera se había imaginado que Malik pudiera sentir algo por ella…

Y eso la llevó a preguntarse desde cuándo…

Cuando le trajeron el té a Malik observó cómo se calentaba las manos con los bordes de la taza y no pudo evitar esbozar una sonrisa divertida.

¿Tienes frío? —ella estaba acostumbrada a la humedad y al fresco. Malik venía de Agrabah, donde las noches eran un infierno helado, pero no debía estar tan acostumbrado al frío húmedo…—. ¿Quieres que vayamos a otro sitio…?

Ojalá despejara pronto y se calmara el viento. Así los dos podrían secarse.

Hasta entonces… Necesitaba saberlo.

—[color=#BF00BF]O-oye. ¿Desde cuándo…?
—maldita sea, ¿por qué se volvía tartamuda con él?—. ¿Desde cuándo te… gusto…?—sonrojada y queriendo que se la tragara la tierra, le miró de reojo y dijo—: Porque creo que mi actitud era evidente pero nunca me había dado cuenta. Y no me, bueno, no me considero poco observadora…

Se dio cuenta de lo pedante que estaba sonando, pero es que realmente le había sorprendido muchísimo. Tal vez porque ni se le había ocurrido considerarlo.

Pero quería que Malik le respondiera. Porque, la verdad, tenía un gusto curioso.
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Tanis » Lun May 19, 2014 1:09 am

Volvió a casi acunar la taza que le trajeron entre los dedos, intentando absorber la máxima cantidad posible de calor. Estaba empezando a sentir un leve picorcillo en la garganta y no le estaba gustando nada. El sabor y la suavidad de la infusión lo calmaba un poco, pero… Al segundo siguiente ahí estaba.

«Al final me resfriaré yo, ya verás», pensó.

¿Tienes frío?

La pregunta no le pilló por sorpresa, y se permitió una pequeña sonrisa resignada.

Un poco —admitió, escondiendo su debilidad tras la perfecta máscara de seguridad que siempre llevaba puesta.

Esperaba que pronto se fueran las nubes para poder al menos ponerse al sol y secarse mejor. Aunque ya no chorreaban, seguían estando empapados.

¿Quieres que vayamos a otro sitio…?

Pero Malik negó despacio, murmurando que no pasaba nada, que estaba bien, para concentrarse después relajadamente en los zarcillos que formaba el vapor de su bebida aún caliente. Bebió otro poco, sorbiendo por la nariz.

«Ah, mierda».

O-oye. ¿Desde cuándo…?—Malik volvió a levantar la mirada hacia ella—. ¿Desde cuándo te… gusto…? Porque creo que mi actitud era evidente pero nunca me había dado cuenta. Y no me, bueno, no me considero poco observadora…

Alzó levemente las cejas, escondiendo la sonrisa tras el borde de la taza, antes de beber otro sorbo y bajarla. Aquella era muy buena pregunta, y aunque no se había parado a pensarlo, no le hizo falta, se sabía la respuesta de antemano.

Bueno, gustar, lo que se dice gustar, creo que fue a partir de la «excursión» a Nunca Jamás —se ahorró el añadir que quizá culpaba un poco al alcohol, pero que narices, se lo agradecía—. A partir de entonces empecé a fijarme más en ti —suspiró—, y me di cuenta de que era verdad que no solías ser como casi todas las… jovencitas de dieciocho años para abajo que se me colgaban del brazo a ver si me cazaban —bufó con una pequeña risa al recordarlo—. Y bueno —añadió, juguetón—, a pesar de que me gustan mucho las mujeres con curvas hasta decir basta, la verdad es que esta vez me importa un pimiento.

>> ¿Y tú?, ¿qué hizo que te fijarás tanto en alguien mucho mayor?, aparte del soberbio atractivo, claro.

Se rió de su propio chiste. De algún modo tenía la extraña sensación de que en cualquier lado verían la diferencia de edad con muy malos ojos.
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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Suzume Mizuno » Lun May 19, 2014 1:17 am

Malik estaba empezando a sorber por la nariz y Fátima se preguntó si no les vendría mejor mojarse un poco más y arriesgarse a hacer el viaje de vuelta a Tierra de Partida para que no cogiera un catarro. Pero, entonces, Malik respondió y se olvidó del resto del mundo para centrarse en sus palabras. Pudo percibir perfectamente su sonrisa a pesar de que trataba de ocultarla detrás de la taza.

Bueno, gustar, lo que se dice gustar, creo que fue a partir de la «excursión» a Nunca Jamás —Fátima empezó a sonreír cuando recordó de súbito a Malik sin camiseta y por un momento pensó que le daba un sofoco ahí mismo—. A partir de entonces empecé a fijarme más en ti —emitió un suspiro y Fátima sintió que le hormigueaban las piernas y que se volvía imposible quedarse quieta. Parecía que hubiera pasado tanto tiempo desde lo ocurrido en Nunca Jamás…—, y me di cuenta de que era verdad que no solías ser como casi todas las… jovencitas de dieciocho años para abajo que se me colgaban del brazo a ver si me cazaban —mientras Malik reía, Fátima dio un nervioso sorbo a su bebida, sólo para descubrir que estaba vacía y apenas quedaban unas gotas. Oh, si Malik supiera. Puede que no lo hiciera, pero pensar… Lo había pensado innumerables veces—. Y bueno —el cambio de tono atrajo de inmediato su atención—, a pesar de que me gustan mucho las mujeres con curvas hasta decir basta, la verdad es que esta vez me importa un pimiento.

Fátima abrió la boca y luego la cerró sonriendo suavemente. Había dicho mujer. Le empezaron a picar los ojos y parpadeó para que no se le escapara alguna lágrima traicionera.

¿Y tú?, ¿qué hizo que te fijarás tanto en alguien mucho mayor?, aparte del soberbio atractivo, claro.

Aquello le arrancó una carcajada y, una vez empezó, le costó parar. Luego miró risueña a Malik.

La primera vez que te vi, en la misión de China, ya me llamaste la atención. Kousen incluso se burló de mí —se recogió en un gesto mecánico el cabello mojado tras una oreja, aunque no hacía falta, ya que se le pegaba a la piel—. Si te soy sincera, me sorprendió que me gustara un hombre «mayor». Pero luego… No podía dejar de pensar que eras precisamente el tipo de persona que yo habría visto como un Maestro. Y luego… Bueno. Se puede confiar en ti, eres muy inteligente y una buena persona. Me hizo muy feliz que me dejaras ir contigo a Nunca Jamás —sonrió—.Y como no necesitas que haga crecer más tu ego, creo que los comentarios sobre tu soberbio atractivo me los saltaré de momento.

Se preguntó si no se habría pasado de atrevida. Pero se dio cuenta de que no le importaba. Malik también estaba bastante más abierto y ella… Era como si la tensión de hacía menos de una hora se hubiera desvanecido sin más.

Además, eres valiente —y ella bastante cobarde. Pero tenía que… Que aprender a coger un poquito de valor respecto a ciertas cosas. En gran medida el miedo tenía que ver con lo desconocido. Y ella no tenía ni idea de a dónde la iba a llevar aquella decisión que habían tomado. Lo único que tenía claro era que no estaba dispuesta a echarse atrás. Eso significaba que tenía que empezar a dar unos primeros pasos. Así que extendió la mano, buscando la de Malik—. Gracias. Muchas gracias —respiró hondo—. Gracias por aceptarme como soy.

Entonces notó que la mano de Malik estaba bastante caliente y dijo:

Creo que deberíamos volver ya. Vas a pillar un buen catarro como sigas así de empapado…
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Villa Crepúsculo] Perdona si te llamo amor

Notapor Tanis » Lun May 19, 2014 1:21 am

Oír su risa, tan desenfadada, nada tensa y totalmente espontánea, le supo a té de jazmín y le recordó a una tarde de primavera en la azotea de su antigua casa, con la vista del desierto y una de las torres del palacio como paisaje. Oh, adoró esa risa, como la adoró.

La primera vez que te vi, en la misión de China, ya me llamaste la atención. Kousen incluso se burló de mí —Se inclinó de forma automática por sobre la mesa, sólo un poquito, con la taza entre las manos, para escuchar mejor su voz. A su alrededor las demás mesas hablaban y en susurros era difícil entenderse—. Si te soy sincera, me sorprendió que me gustara un hombre «mayor». Pero luego… No podía dejar de pensar que eras precisamente el tipo de persona que yo habría visto como un Maestro. Y luego… Bueno. Se puede confiar en ti, eres muy inteligente y una buena persona. Me hizo muy feliz que me dejaras ir contigo a Nunca Jamás —sonrió a la vez que ella, recordándolo—.Y como no necesitas que haga crecer más tu ego, creo que los comentarios sobre tu soberbio atractivo me los saltaré de momento.

Apoyó la barbilla en una de las manos, que notó caliente por el té. Parecía como si el mal rato de la tormenta jamás hubiera pasado, como si toda la tensión acumulada, el miedo, se hubieran evaporado con la cada vez más brillante luz del atardecer. Las nubes parecían estar dispersándose, y marchándose hacia otro lado.

Además, eres valiente —Esbozó una sonrisa más suave, más tierna, como agradecida, porque la verdad era que no se consideraba valiente. Aunque claro, desde fuera uno podía realmente parecer cosas que uno mismo no veía en sí. Desvió la vista por un segundo hacia su mano, al captar el movimiento de ella, y extendió en respuesta la propia, cogiéndosela y apretando de forma delicada sus dedos —. Gracias. Muchas gracias —respiró hondo—. Gracias por aceptarme como soy.

Meneó la cabeza, como si dijera que no tenía importancia, que no tenía que darle las gracias por nada…

Creo que deberíamos volver ya. Vas a pillar un buen catarro como sigas así de empapado…

Malik se notaba al febril y pesado, eso sí era verdad. Quizá ya había pescado un resfriado después de una hora o dos mojado por completo. Era gracioso pensar que sería él el que terminara en cama, y que Fátima le cuidaría en su convalecencia… Bueno, no, no era gracioso, más bien interesante. No le disgustaba la idea.

Está bien, creo que ya va siendo hora —asintió.

Tampoco quería tentar más a la suerte y permanecer allí mucho más tiempo del necesario con la sempiterna amenaza de Bastión Hueco y sus posibilidades de aparecer y darles caza. Había descubierto la razón del comportamiento esquivo de Fátima, y bueno, iniciado una relación. Nunca habría pensado que las cosas se habrían desarrollado así, pero lo habían hecho. Ya sólo le tocaba no joder las cosas, como siempre.

Pagó por completo la parte de ambos y caminó con Fátima de la mano buscando un lugar apartado y escondido desde donde poder despegar sin ser vistos con sus glider. Aunque cuando pensaba en un sitio así, lo último que se le ocurría era precisamente irse volando. Pero no se lo dijo.

«Es pronto, se asustaría».

Reprimió una tos justo antes de montar en el aparato. La ropa continuaba húmeda bajo la armadura y se sintió un poco incómodo con ello. Restaba claro que había pillado el resfriado, Lyn le iba a matar… Bueno, más de lo que normalmente le mataba. Ascendió despacio primero, y luego rápidamente, hasta el cielo, vigilando que Fátima se colocara a su altura para poner rumbo a Tierra de Partida.
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Tanis
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