Re: [La Cité des Cloches] Los miserables
Publicado: Vie Dic 26, 2014 12:42 am
—¿Eres un pequeño héroe, no? —preguntó Simbad mientras le revolvía el pelo.
Normalmente se hubiera molestado o le hubiera gritado por aquel gesto; sin embargo, en aquel contexto sintió un calor en su corazón ante el trato que le estaba empezando a dar Simbad.
—Probablemente tu madre te dé una tunda.
—¿Q-qué? —exclamó Bavol. Eso era justo lo que no quería oír.
—Pero no olvides, que has desaparecido, probablemente se esté muriendo de la preocupación. Y además, te quiere.
Bavol dejó de mirar el suelo para clavar su triste mirada en los ojos de Simbad. Se quedó callado mientras reflexionaba qué podía decir a continuación. El gitano sabía que lo que le estaba diciendo era cierto, pero eso era lo que precisamente volvía más complicada la situación.
—Ya lo sé —contestó Bavol secamente, pero después un timbre de nerviosismo y tristeza empañó sus palabras—. Pero por eso es tan difícil. Me va a preguntar dónde he estado y va a querer que no me vaya más… pero no puedo.
El gitano decidió dejar de hablar. Los sollozos acabaron por sustituir a las palabras y el niño se llevó la mano a los ojos para limpiarse las incipientes lágrimas que comenzaba a derramar.
—N-no lo vas a poder arreglar —concluyó Bavol intentando esbozar una débil sonrisa—. Es todo muy complicado.
Normalmente se hubiera molestado o le hubiera gritado por aquel gesto; sin embargo, en aquel contexto sintió un calor en su corazón ante el trato que le estaba empezando a dar Simbad.
—Probablemente tu madre te dé una tunda.
—¿Q-qué? —exclamó Bavol. Eso era justo lo que no quería oír.
—Pero no olvides, que has desaparecido, probablemente se esté muriendo de la preocupación. Y además, te quiere.
Bavol dejó de mirar el suelo para clavar su triste mirada en los ojos de Simbad. Se quedó callado mientras reflexionaba qué podía decir a continuación. El gitano sabía que lo que le estaba diciendo era cierto, pero eso era lo que precisamente volvía más complicada la situación.
—Ya lo sé —contestó Bavol secamente, pero después un timbre de nerviosismo y tristeza empañó sus palabras—. Pero por eso es tan difícil. Me va a preguntar dónde he estado y va a querer que no me vaya más… pero no puedo.
El gitano decidió dejar de hablar. Los sollozos acabaron por sustituir a las palabras y el niño se llevó la mano a los ojos para limpiarse las incipientes lágrimas que comenzaba a derramar.
—N-no lo vas a poder arreglar —concluyó Bavol intentando esbozar una débil sonrisa—. Es todo muy complicado.