Re: [Castillo de Bestia] Exploración bestial
Publicado: Vie Jun 26, 2015 6:29 pm
Lo que no esperaba encontrarme debajo de aquel montón de ropa era, sin duda, una pequeña tacita de té. Tal vez dicho así no sonara extraño, pero contando con que esta estaba soltó un gritito y se movió hacia atrás; quizás sí lo hiciera.
Tras unos segundos de total confusión, en los que me quedé de piedra, me arrodillé frente al objeto, mirándolo fijamente. Era totalmente imposible… Pero así era.
―¿Q-Qué estás mirando? ―me preguntó. Espera un momento, ¿me preguntó? ¿La taza me había hablado?
―E-Esto… Nada ―Traté de serenarme un poco―. ¿Por qué llorabas? Y... ¿Qué hace una… tacita como tú por aquí?
Seguramente no era la pregunta más urgente. Podría haberle preguntado por qué diantres una taza estaba viva, pero no estaba muy aguda en aquel momento.
―¡No estaba llorando! ―exclamó, algo ofendido― Había salido a explorar el castillo y tuve un pequeño problema, e-eso es todo. ¿Y tú qué haces aquí? Nunca había entrado nadie...
―Bueno, yo… Tenía curiosidad y entré a explorar el castillo ―Sonreí de la manera más sincera que pude. Tal vez si veía que teníamos el mismo interés, confiaría en mí. Y no era del todo mentira.
El pequeño se quedó mirándome un rato, pero luego me devolvió la sonrisa.
―Mi nombre es Chip. ¿Y el tuyo? ―Observé que tenía una pequeña muesca en el borde.
―Jeanne, Jeanne Mars.
―Dime Jeanne, ¿te gustan los juegos?
―Claro. ―Me encogí de hombros.
―¿Te gustaría… jugar conmigo?
Lo observé un momento. Aún estaba bastante confundida por lo que acababa de pasar. Pero era probable que, si vivía aquí, pudiera ayudarme a acabar con mi tarea.
―Claro, por qué no. ¿Te gustaría jugar a los exploradores?
―¡Por supuesto! ―Asintió, entusiasmado, olvidando el miedo que había tenido hasta hacía un momento― ¡Sígueme~!
Yo sonreí y me levanté. Aquella tacita me recordaba a un pequeño niño gitano que había conocido hace tiempo. Chip me rodeó y se dirigió a la puerta dando saltitos. Al llegar a la puerta, se dio la vuelta, pareciendo recordar algo.
―Pero tenemos que ser muy silenciosos, Jeanne.
―¿Por qué? ―le pregunté mientras avanzaba hacia él.
―Por el Amo. Se enfadaría muchísimo si te viera. Y conmigo también.
―¿El Amo? ¿Te refieres al dueño del castillo? ―Aquel mundo se llamaba “Castillo de Bestia”. ¿Era “Bestia” el propietario?
Chip asintió, avanzando por el pasillo. De pronto, toda la decoración me pareció que cobraba vida. ¿Me estarían observando aquellas gárgolas? ¿Avisarían a su “amo” de mi presencia?
Aquel castillo era un misterio, sin duda.
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Tras unos segundos de total confusión, en los que me quedé de piedra, me arrodillé frente al objeto, mirándolo fijamente. Era totalmente imposible… Pero así era.
―¿Q-Qué estás mirando? ―me preguntó. Espera un momento, ¿me preguntó? ¿La taza me había hablado?
―E-Esto… Nada ―Traté de serenarme un poco―. ¿Por qué llorabas? Y... ¿Qué hace una… tacita como tú por aquí?
Seguramente no era la pregunta más urgente. Podría haberle preguntado por qué diantres una taza estaba viva, pero no estaba muy aguda en aquel momento.
―¡No estaba llorando! ―exclamó, algo ofendido― Había salido a explorar el castillo y tuve un pequeño problema, e-eso es todo. ¿Y tú qué haces aquí? Nunca había entrado nadie...
―Bueno, yo… Tenía curiosidad y entré a explorar el castillo ―Sonreí de la manera más sincera que pude. Tal vez si veía que teníamos el mismo interés, confiaría en mí. Y no era del todo mentira.
El pequeño se quedó mirándome un rato, pero luego me devolvió la sonrisa.
―Mi nombre es Chip. ¿Y el tuyo? ―Observé que tenía una pequeña muesca en el borde.
―Jeanne, Jeanne Mars.
―Dime Jeanne, ¿te gustan los juegos?
―Claro. ―Me encogí de hombros.
―¿Te gustaría… jugar conmigo?
Lo observé un momento. Aún estaba bastante confundida por lo que acababa de pasar. Pero era probable que, si vivía aquí, pudiera ayudarme a acabar con mi tarea.
―Claro, por qué no. ¿Te gustaría jugar a los exploradores?
―¡Por supuesto! ―Asintió, entusiasmado, olvidando el miedo que había tenido hasta hacía un momento― ¡Sígueme~!
Yo sonreí y me levanté. Aquella tacita me recordaba a un pequeño niño gitano que había conocido hace tiempo. Chip me rodeó y se dirigió a la puerta dando saltitos. Al llegar a la puerta, se dio la vuelta, pareciendo recordar algo.
―Pero tenemos que ser muy silenciosos, Jeanne.
―¿Por qué? ―le pregunté mientras avanzaba hacia él.
―Por el Amo. Se enfadaría muchísimo si te viera. Y conmigo también.
―¿El Amo? ¿Te refieres al dueño del castillo? ―Aquel mundo se llamaba “Castillo de Bestia”. ¿Era “Bestia” el propietario?
Chip asintió, avanzando por el pasillo. De pronto, toda la decoración me pareció que cobraba vida. ¿Me estarían observando aquellas gárgolas? ¿Avisarían a su “amo” de mi presencia?
Aquel castillo era un misterio, sin duda.