[Espacio Paranoico] Laberinto Paranoico

[Tsuna]

Habíamos escapado de milagro, todavía me costaba creer la hazaña que logré realizar segundos atrás. Caí al suelo de culo y dejándome llevar por la inercia, apoyándome sobre la pared más próxima a mí, a mis espaldas.

―Ahora tenemos que asegurarnos de que no eliminen al líder… ―Expresé entre jadeos de cansancio

―¿El líder del equipo? Sí… sólo espero que no sea ese lagarto.

>¡No! Definitivamente no lo voy a permitir, no voy a tolerar nuestra eliminación.

Y con las fuerzas algo recuperadas me levanté como medianamente pude, contemplando el vacío que yacía ante mis pies, a pocos centímetros. Me puse en marcha a través del único camino posible, y Gengar me siguió sin decir nada más; éste observaba en todas las direcciones, claramente preocupado y al acecho de trampas.

Nos encontramos dos pasillos, uno sin salida a nuestra izquierda y otro que continuaba poco más adelante a nuestra derecha, pero me decanté por seguir adelante, intentando soportar la tensión a la que se sometía mi mente y mi cuerpo.

Giramos a la izquierda, y nuevamente a la derecha para dar con un largo y enorme pasillo. Por alguna razón, sospechaba que era un área suficientemente amplia como para que existiese allí una trampa. Por lo visto Gengar alcanzó mi misma conclusión.

―Esto me huele a trampa, está cantado vamos…

Reí ante su comentario, resignada ante la titánica prueba que tenía que superar. Gengar me miró extrañado, intentando averiguar los motivos que tenía para reír en aquella situación.

―¿Sabes? Cuando escapé de este mundo y me uní a los Maestros en Bastión Hueco… pensé que ya nunca más volvería a correr un peligro así, el de luchar por mi vida sin ninguna clase de ayuda, y sin embargo aquí me encuentro de nuevo. Me resulta en cierto modo, cómico ―Había vuelto al lugar en el que todo había comenzado para mí, no recordaba nada más, ni quién era yo antes de abrir los ojos y encontrar miles de programas y luces de colores brillantes. Pero confiaba en que conseguiría escapar, tarde o temprano, de algún modo, recuperaría lo que me fue arrebatado―. Pero no me voy a rendir aquí, Gengar. Te lo preguntaré una vez más ―Quería asegurarme de la determinación de Gengar, saber si contaba realmente con su apoyo. Ambos nos entendíamos muy bien, sufrimos una situación similar; no estaba sola en el universo, al fin y al cabo, y aquello me alegraba―: ¿Lucharás a mi lado con todas tus fuerzas, aunque la victoria sea imposible? ¿Arriesgarás la vida por encontrar lo que tanto deseamos? ¿Te volverás más fuerte a mi lado para ayudar a los Maestros?

Lo miré de reojo, totalmente seria, de hecho no recordaba la ocasión en la que había hablado tan en serio. Esperé ver su reacción y su respuesta, éste miró al suelo cabizbajo, pensativo, para más tarde levantar la mirada y mirarme a los ojos.

―Sé que no es fácil, y no quiero morir tampoco, o ser eliminado pero… Saeko, llevamos en esto mucho tiempo, yo no te abandonar-

―No, no me refiero a que no me abandones, te pregunto que si arriesgarás la vida por obtener tus propios objetivos, sin dudar.

―¡Claro que sí! ¡Me haré mucho más fuerte!

Le sonreí, asintiendo con la cabeza, dándole a entender que admiraba su respuesta.

Y dejando de lado los miedos y las inseguridades, nos adentramos en el Laberinto Paranoico, avanzando por el único pasillo posible. Sería a los pocos pasos cuando una nube de oscuridad se materializó sobre la mitad del pasillo, o eso calculé de un vistazo. De dicha nube surgió un Sincorazón (cosa que ya suponía de antemano que iba a suceder, siempre aparecían igual), aunque aquel ya recordaba haberlo visto anteriormente: se trataba de una especie de vehículo color rojo que se desplazaba a toda velocidad hacia nuestra posición.

Me coloqué de inmediato en posición defensiva, observando el pasillo y buscando alguna posible salida, cerca de mí se encontraba un desvío a la derecha, ¡podíamos salir por allí y tenderle una emboscada al Sincorazón!

Sin más dilación avancé hacia adelante tan rápido como pude, intentando alcanzar dicho desvío.

―Los Sincorazón nos acosarán hasta eliminarnos, ¿cierto? Pues sígueme, Gengar, cogeremos ese desvío y esperaremos por él, en cuanto entre lo aplastaremos con todas nuestras fuerzas.

Mis palabras parecieron motivar a mi pequeño compañero; le dieron esperanza. El pequeño corrió con todas sus fuerzas, intentando seguirme el ritmo.

Todo iba a salir bien, ¡no podrían con nosotros! O eso pensé, pues el camino por el que teníamos pensado entrar se cerró de pronto, levantándose un muro del mismo color que el resto de paredes, ¡nos habían engañado!

―Psh, Gengar, ¡corre hacia adelante!

Me adelanté para intentar golpear al Sincorazón en plena carrera, mas mi sorpresa fue mayor cuando un disco (o eso me pareció ver por el rabillo del ojo), atravesó a una velocidad abrumadora el cuerpo del Sincorazón, desintegrándolo en el acto.

Asombrada me giré hacia atrás, al comienzo del pasillo por el cual habíamos llegado: el suelo se dividía en cuadros o discos que salían disparados a toda velocidad, rebotando en las paredes y buscando una posible víctima…

―Gengar, ¡tenemos que salir de aquí! ¡El final del pasillo, debemos alcanzarlo…! ―Y señalé el mencionado lugar

―¡Cuidado, ahí viene otro disco!

Y un nuevo disco salió disparado, rebotó un total de tres veces (pude darme cuenta gracias al sonido que hacía al golpear en la pared para cambiar de dirección) hasta alcanzar mi altura. Pasó rozando mi espalda y mi cabello, siguiendo su trayecto para volver a rebotar y terminar por perderse.

―Esa ha estado cerca…

Pero no nos detuvimos, Gengar pasó a mi lado, dispuesto a llegar al final y yo le seguí.

Un disco más… otro (el cual lo tuve que bloquear con mi Llave Espada en el último segundo)… y de nuevo otro. Ese último me pasó rozando por el costado derecho, apenas a unos centímetros de mi cuerpo, ¡casi fui eliminada! Pero afortunadamente ya no quedaba mucha distancia.

Fue entonces cuando al alcanzar prácticamente el final, toda una hilera de discos salió disparada de forma frenética hacia nosotros: si no salíamos de allí, estaríamos muertos en menos de dos segundos.

Agarré a Gengar de su mano izquierda y jalé de éste, saltando a donde no nos alcanzaran los discos mortales.

Exhausta alcé la vista, y comprobé con asombro cómo alguien giraba una esquina frente a mí para desaparecer en otro pasillo. Tal fue la rapidez con la que giró que apenas pude ver su físico. ¿Sería un programa enemigo, o por el contrario… un aliado?

No lo sabía, pero estaba dispuesta a seguirlo.

[Light]

Light no tuvo que andar mucho para hallar el siguiente peligro. Al fondo del pasillo, en la bifurcación, localizaría a un peculiar individuo que reconocería fácilmente. No era un usuario como ellos y tampoco tenía pinta de ser un Sincorazón, así que sólo cabía una posibilidad.

¡Un programa!

Supuestamente, mucho más poderoso que ellos. Light volvió lentamente sobre sus pasos, tenso. Tenía que tomar una decisión muy importante en ese preciso momento.

¿Enfrentarse al programa o huir para proteger el disco del líder?

Entonces, recordó que si retrocedía únicamente daría con un callejón sin salida, por lo que sería su fin.

Antes de tomar alguna decisión, el programa que paseaba por aquella zona del laberinto se percató de su presencia y rápidamente se colocó en guardia, agarrando el disco que llevaba en la espalda, preparado para lanzárselo.

―Usuario localizado.

El aprendiz estaba a tiro y sabía que si salía huyendo solo conseguiría que le mataran. Enfrentarse al programa tampoco era buena idea: el pasillo era tan estrecho que no dispondría del espacio suficiente para esquivar sus ataques.

Se dejó llevar por el pánico. Apretó con tesón la empuñadura de su Llave Espada y empezó a correr lo más rápido posible hacia el programa. El ser artificial no lo dudó ni un instante y cargó su arma arrojadiza de pura electricidad para lanzarla seguidamente a modo de frisbee. Light levantaría a tiempo un pilar de roca ―azul eléctrico, similar al color del suelo y las paredes― y lo utilizaría para bloquear el proyectil. Era incapaz de dominar la magia y pocas veces le salía aquel hechizo, podía sentirse muy afortunado.

Y funcionó, su habilidad surtió efecto aun encontrándose en aquel extraño escenario, protegiéndole con éxito.

El chico hizo desaparecer el extraño pilar que había materializado y salió corriendo a toda velocidad hacia el programa, ahora desarmado. Debido a la distancia considerable que había entre ellos, el contrincante de Light tuvo tiempo para convocar un hechizo de elemento rayo bastante poderoso. El joven, incapaz de esquivarlo a tiempo, recibió de lleno aquella descarga letal y cayó rodando por el suelo, entre espasmos.

―Eliminación de Usuario en curso.

¡N-no puede…!

Escuchó el mensaje y rápidamente se imaginó que iba a ser su final. Se negaba a creerlo, pero no podía hacer nada para evitarlo. La electricidad recorría cada parte su cuerpo y ni siquiera podía mover los dedos de las manos.

Era incapaz de defenderse, no podía escapar y ahora estaba a merced del enemigo.

El soldado recogió su propio disco del suelo y volvió a imbuirlo de electricidad, aunque no hizo ademán de lanzarlo como antes.

Responded. Responded. Responded…

Ninguna de sus extremidades reaccionaba.

¡Responded, rápido! ¡Tengo que levantarme y seguir luchando!

El programa se detuvo en seco y se quedó mirando fijamente el disco que llevaba el usuario en su espalda. Light observó la reacción del individuo y se fijó en su rostro inexpresivo, tan pálido como la tiza.

―Posible disco de líder encontrado ―expresó con voz grave.

El aprendiz, todavía en el suelo, tragó saliva y apretó los puños: empezaba a recuperar la movilidad de las extremidades, pero ya era demasiado tarde.

Su adversario alargó el brazo para coger el disco que llevaba colocado en la espalda. En vez de mancharse las manos y destruirle con él disco directamente, parecía que quería arrebatárselo antes, alargando su tiempo de vida. ¿Querría comprobar que en verdad se trataba del disco que les daría la victoria? ¿Deseaba coger el disco y destruirlo delante de él, para aumentar su sufrimiento? El programa no debía ser consciente de que Light ya estaba en las últimas: simplemente le bastaba otro hechizo eléctrico para rematarlo.

Piensa, Light, piensa algo…

Debía hacer algo inmediatamente y evitar que el juego (y su vida) acabara.

[Saxor]

Una expresión seria era lo que podía ver en Guilmon. No era una cara de tristeza, no era una cara de alegría, no era una cara infantil. Ni siquiera era una cara de rabia. Era una cara seria, decidida, fuerte. Ese semblante no lo habría imaginado nunca en la cara de Guilmon. Desde que había entrado en el laberinto, había cambiado por completo. Y el motivo me era completamente desconocido. ¿Qué le había pasado?

─ Guilmon, ¿estás bien? ─ le pregunté, extrañado por aquella situación.

De todas formas, su expresión lo decía bien claro: Había que seguir adelante. Seguimos avanzando, decididos, por nuestra derecha, el único camino posible. Otras cuatro esquinas, todas juntas, le siguieron para luego dar a otro pasillo, más corto que el primero. Podía ser peligroso...

Empecé a caminar con cuidado, atento a cualquier trampa que se nos avecinara... Y no tardaron en aparecer cientos de disparos láser a la altura de mi cintura para arriba. Instintivamente, me agaché tan pronto como pude, suplicando que no hubiera disparos a ras del suelo. Guilmon también se agachó, pero le costó algo más, debido a su estructura corporal.

Suspiré, aliviado. Empezamos a arrastrarnos por el suelo, despacio, mientras los láseres pasaban por encima de nuestras cabezas. Finalmente, tras varios minutos después, conseguimos atravesar todo el corto pasillo, y librándonos de la "trampa de flechas". Me levanté lentamente mientras Guilmon empezaba a mirar el camino de la derecha. Entonces, se me ocurrió algo.

─ ¿Puedes rastrear el olor de nuestros compañeros?─ Pregunté. Este me miró seriamente, asintiendo a mi petición, y empezó a olisquear el ambiente. Debía de ser fuerte... al igual que Guilmon lo era en esos instantes.

[Tsuna]

Me hallaba ahora en una bifurcación, debía escoger entre ir a mi espalda o continuar adelante, persiguiendo aquella misteriosa figura. Observé de nuevo el camino por el que había venido, ahora repleto de muescas en el suelo, rojizas, por la ausencia de suelo "normal".

Debía admitir que estaba completamente desorientada, no sabía dónde me encontraba y si tardaría mucho en enfrentar al líder enemigo. No quería tampoco depender de gente de Tierra de Partida; yo sola acabaría con aquel juego.

―¿Saeko? ―Me preguntó Gengar, sacándome de mis pensamientos

Sabía perfectamente a qué se refería, teníamos que escoger un camino...

―Sigamos de frente, Gengar, pero con cuidado. ―Y preparada para lo que pudiese encontrarme, avancé con el máximo sigilo posible, siguiendo la pista de la figura misteriosa

A los pocos pasos alcanzamos aquella pared extraña, parecía que la hubiesen derribado con alguna magia de alto nivel. Ahora, ante mí, se abrían muchas nuevas opciones: un camino con forma de serpiente ante mí, y a mi izquierda un camino que se dividía en otros tres nuevos, aunque uno de estos últimos, como podía ver claramente, no tenía salida.

La figura misteriosa se adentró en el último pasillo, que giraba a la izquierda. Avancé con cautela, preparada para cualquier enfrentamiento, ¿sería algún Sincorazón? ¿Y si era un miembro de mi equipo?

Gengar me siguió con sigilo, muy nervioso. Procuré pegarme a la esquina, para mirar por el rabillo del ojo el nuevo pasillo, donde se encontraría aquella figura, pero entonces...

―¡Ah! ―Grité asustada, al darme cuenta de que en lugar de ver un entorno azulado, vi un rostro también pegado a la esquina, intentando lo mismo que yo

Gengar se sobresaltó, ¡y yo no podía creermelo! ¡¿Qué hacía Él aquí?!

―N-no... ¡no puede ser...! ―Y caí de culo, sin creerme lo que mis ojos habían visto― ¡¿Ragun?!

Gengar se quedó tan impactado como yo, ante mí... ¡se encontraba Ragun!

―¡Saeko, levanta! ―Gritó Gengar, posicionándose entre ambos, intentando protegerme

Observé de nuevo el rostro de Ragun, no parecía mostrar sorpresa, más bien, no mostraba ninguna emoción. Estaba igual que siempre.

―S-saeko... ¿Qué hacéis vosotros aquí?

Enarqué una ceja, acompañando a Gengar. Ambos nos miramos, sin terminar de creernos que aquel chico fuese el auténtico Ragun, pero acaso... ¿le había tocado luchar en el equipo contrario al nuestro?

Me levanté como medianamente pude, y Gengar se apartó, dejándonos hablar.

―R-ragun... No me puedo creer que tú también estés aquí. ―Y me aproximé a él, impactada, analizando todas y cada una de sus características

―Yo tampoco imaginé encontraros aquí. Me han obligado a participar en este juego tan raro, y verlo todo tan azul... me marea un poco.

¡Sí! ¡Se trataba del Ragun original! Pero... ¿y si eramos enemigos? Yo no quería acabar con él, antes eliminaría a ese tal Xayim.

―Pero Ragun, tú no te encuentras en mi equipo, eso quiere decir que... somos enemigos, ¿cierto? ―Y lo miré con preocupación, directamente a sus ojos

―No realmente, estoy solo en esto... ―Y de pronto, un sonido se escuchó cerca, como si la tierra hubiese temblado, ¿qué había sido aquello?― Oh, no, están cerca. Lo mejor será movernos, os lo explicaré todo por el camino, seguidme; rápido.

Y Ragun avanzó por el pasillo en el que se intentó adentrar antes, corriendo y haciendo señas con uno de sus brazos para que le alcanzasemos. Me quedé quieta allí, pensando mil y una formas de salir del juego sin que Ragun tuviese que morir.

―¿Estás segura?

―Sí, no pienso dejarle tirado, y menos aquí.

Y seguí sus pasos, con paso ligero.

>¡Ragun, espera!

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Con lo del temblor hago referencia al pilar de tierra que ha usado Light. Y por supuesto, Sombra en su día me dio permiso para utilizar a Ragun en este encuentro.

[Light]

Perdóname, Light, pero esto es algo que tienes que hacer tú solo.

Light no podía saber de ninguna manera lo que rondaba por la cabeza de su mascota. Mientras ésta estuviera desmaterializada podía escuchar todos los pensamientos del invocador, pero a la inversa no se cumplía por lo general: los suyos estaban fuera del alcance del joven.

Y no ocultaba poco precisamente. Motivos tenía para hacerlo.

***

―ERROR. ERROR…

¿Qué?

Light, todavía paralizado y tendido sobre el frío suelo del laberinto, observaba fijamente la reacción del programa que le amenazaba. El ser digital, con los ojos en blanco, comenzó a retroceder, alejándose lentamente del aprendiz de Tierra de Partida. Una extraña energía recorría sus circuitos, desconocida para el programa, pues era la primera vez que experimentaba algo parecido…

El programa irradió momentáneamente una aura de color celeste muy llamativa que se intensificaría hasta asemejarse a unas llamas. Se trataba del poder de la locura: Pseudo Locura. La magia lunar le había permitido enloquecer a su adversario, obligándole a experimentar un sentimiento incomprensible para él. En cuanto había entrado en contacto con la espalda de Light para agarrar su disco, el chico había liberado de improvisto aquella clase de energía. A través del contacto físico le había traspasado la locura a su enemigo.

Había utilizado Pseudo Locura con la intención de impedirle que utilizara de nuevo aquella magia destructiva. Nunca se hubiera imaginado poder aturdirlo...

El enemigo seguía repitiendo la palabra "error" sin cesar, de rodillas sobre el suelo. Aquella era su oportunidad. Light esperó a que la parálisis dejara de inmovilizar su cuerpo y, una vez pudiera volver a moverse, se levantaría y correría hacia el aturdido programa de apariencia humana. Aunque por su ética no estaba dispuesto a asesinar seres humanos con su arma, realmente no podía considerar a su enemigo como tal ―aunque tuviera esa apariencia―, por lo que no se mostró vacilante en ningún momento. Además, su vida y la de los demás estaban en juego.

Se acabó.

Un golpe letal fue suficiente para poner fin a su existencia. Light apuntó al cráneo de su adversario y lo partió en dos con su descomunal arma. El cuerpo digital de su enemigo empezó a desvanecerse, desapareciendo progresivamente de su vista tras dividirse en miles de partículas.

―Dios, lo he hecho. Otro obstáculo… superado. Casi no lo consigo ―bisbiseó, con la respiración acelerada―. Y no he necesitado tu ayuda, ¿eh?

El chico se agachó momentáneamente para recuperar su disco y volvió a dejarlo en su lugar.

“Tengo que seguir avanzando y encontrarme a los demás” pensó Light mientras terminaba de recorrer el angosto pasillo.

Los siguientes minutos fueron más tranquilos que los anteriores. El aprendiz siguió avanzando por el lugar; despacio pero sin pausa, precavido. Cada vez que llegaba a una esquina agudizaba el oído y se asomaba con lentitud para asegurarse de que no había ningún peligro a la vista.

Por el momento no se encontró obstáculo alguno: parecía que la suerte al fin estaba de su parte. Extrañado por la tranquilidad, no dejaba de girar la cabeza, vigilando los muros laberínticos. Curiosamente, estaba cada vez más paranoico.

Espero que Saxor y Guilmon estén bien…

Inesperadamente, escuchó el sonido de algo deslizarse, justo tras él. Rápidamente, se dio media vuelta y comprobó que le sería imposible retroceder: había surgido un muro que le impedía volver hacia atrás.

“Así que acorralado otra vez, ¿eh?” alarmado, Light permaneció quieto en el sitio, mirando hacia varias direcciones para asegurarse de que no había activado ninguna clase de trampa.

No había nada sospechoso a la vista. Ningún Sincorazón, ningún programa ni ninguna clase de trampa. Se encontraba solo en aquella intersección y no tenía nada que temer.

No obstante, tenía un mal presentimiento y estos se solían cumplir…

Notaba una presencia. Alguien estaba observándole, siguiéndole, esperando el momento preciso para aniquilarle. Ya no era un simple presentimiento, era la realidad. Podía percibir de alguna manera sus pisadas*.

Light lo desconocía, pero había desbloqueado un nuevo poder: un poder que le permitiría salir vivo del Laberinto Paranoico.

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*Sentido Sísmico xD

[Saxor]

Guilmon, tras usar su olfato por unos segundos, pareció encontrar algo. Empezamos a avanzar, lentamente, mientras mi mascota seguía rastreando el olor a ras del suelo. Mientras recorría el corto pasillo, no podía evitar tener la sensación de que me observaban... Y esa no era la primera vez que sentía aquella desagradable sensación.

En realidad, hasta el día del regreso a Bastión Hueco, de vez en cuando me había sentido extraño, como si tuviera ojos alrededor... Pero siempre lo había ignorado, debido a que me parecía normal. Pero el día que entré por aquel oscuro portal, la sensación desapareció. Pero en aquel mundo virtual volví a sentirme observado. Y ya no me parecía una sensación normal.

Empecé a mirar a mi alrededor, buscando a alguien que me estuviera mirando, sin resultados. ¿De dónde vendría esa sensación? No tardé en sentir algo de calor cerca de mis pies.

─ ¡Corre!─ Guilmon, que hasta entonces había tenido la vista cercana al suelo, se había fijado mucho antes que yo que el suelo se estaba tornando en rojo, y no dudó en avisarme.

A los dos segundos de salir de la plataforma roja, una enorme llamarada emergió del suelo, justo donde habíamos estado antes. Pero aún no estábamos a salvo: Debajo nuestra volvía a enrojecerse el suelo, y no tardó en soltar otra llamarada cuando salimos del radio de ataque. Conforme corríamos, enormes llamas se activaban a nuestra espalda, y nos estaban ganando terreno. Giramos varias veces, donde, en ocasiones, casi nos pillaba el fuego. Por fin, en un pasillo, vi una bifurcación... Pero, para mi horror, más llamas aparecieron tras la esquina de uno de los caminos. Si no llegábamos a tiempo, nos encontraríamos antrapados por el fuego, y moriríamos abrasados... Agarré a Guilmon de una de sus garras, y seguí corriendo todo lo que me permitían mis piernas. Podía sentir un enorme calor a mi espalda, pero no me atreví a girarme.

Finalmente, llegamos en el último momento al giro libre, a nuestra derecha, con una llamarada enfrente que casi roza mi nariz. Salté hacia la derecha, junto con Guilmon... Y una última trampa íngnea se accionó en el cruce. Logramos esquivarlo a tiempo... menos mi pie. Entonces, empezó a escocerme realmente el pie, mientras el fuego empezaba a cosumir esas brillantes zapatillas grises y azules.

─ ¡Ah! ¡A-aqua!─ Grité, mientras un chorro de agua apagaba el fuego de mi pie. La zapatilla estaba intacta, aunque algo más oscura. Parecía que aquella vestimenta estuviera hecha para que fuera difícil de destrozar.

Había sobrevivido a la trampa... ¿Pero por cuánto tiempo más aguantaría?

[Tsuna]

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Kingdom Hearts Dream Drop Distance - Keyblade Cycle

―Venga, ya no queda mucho, corred más rápido. ―Y aceleró aún más

Puse todo mi empeño en seguirle el ritmo, aunque comenzaba ya a jadear fuertemente a causa del cansancio, las pruebas que había pasado hasta ese momento habían ido mermando mi resistencia, y ahí tenía sus devastadores efectos.

Salimos del pasillo principal y avanzamos por uno nuevo a nuestra izquierda, el cual seguía de frente; a mis espaldas solo quedaba un callejón sin salida. Giramos unas pocas esquinas más, cosa que me empezó a marear bastante.

―Ugh, espera Ragun... necesito descansar un momento. ―Comenté mareada, apoyándome en una de las paredes

―¡No! No hay tiempo para descansar, tenemos que alcanzar el Nido cuanto antes.

―¿El Nido? ¿Eso qué es, la base enemiga?

Yo también quería saberlo, y también el por qué Ragun se encontraba en aquel juego.

―El Nido... ―Comenzó a explicar, mirándonos fijamente― Es de donde emergen los Sincorazón. Llevo aquí un par de rondas ya, y he conseguido averiguar la mecánica que sigue el juego. Si destruimos el Nido, todos los equipos resultarán ganadores… Yo voy por libre, todos mis compañeros fueron eliminados, pero... ―¿Pero... pero qué?

Me puse en guardia de inmediato cuando vi a espaldas de Ragun un Sincorazón, similar a los que me habían asaltado en el puente. Señalé hacia él de inmediato, advirtiéndole.

―¡Cuidado!

Ragun logró afortunadamente evitar el disparo del monstruo, cosa que en parte me alegró... si no hubiese sido porque al apartarse él, yo recibí su golpe en un costado.

Me encogí dolorida, intentando soportar la descarga eléctrica y con las manos en el estómago, gimiendo del dolor. Un sólo disparo había bastado para dejarme en ese estado... no me lo podía creer. ¿Tan débil era? ¿Por esa razón aquel Light había podido conmigo?

―¡Cuánto más cerca estemos del Nido, más Sincorazón encontraremos! Aparecen después de cierto tiempo y andan libremente por el Laberinto, en busca de jugadores. Tenemos que eliminarlos, Saeko. ―Y como siempre, Ragun hizo gala de todo su poder, destrozando al Sincorazón en un breve instante con una Flama Tenebrosa potenciada

Miré al suelo, frustrada por el poder que tenía mi compañero... sabía que jamás podría compararme a él, era demasiado fuerte y experimentado. Había escuchado que antes de unirse a Bastión Hueco, Ragun ya formaba parte de Tierra de Partida, allí había comenzado sus andanzas como Aprendiz.

Si tan solo hubiera estado yo por ese entonces... si tan solohubiésemoss empezado al mismo tiempo como rivales... estaría a su altura.

―¡No! ―Grité, intentando desterrar todos esos malos pensamientos que no paraban de hundirme. No podía compararme con él, pero eso no significaba que no valiese para nada, seguiría intentando superarlo― ¡Los Sincorazón no acabarán con nosotros! ¡Ni el Comandante Sark! Ni este juego del diablo.

Ragun asintió a mis palabras y avanzó hacia adelante.

―Bien dicho, sigamos.

Pasaron un par de minutos hasta que logramos alcanzar el famoso Nido.

―S-Saeko... son demasiados.

Le di la razón, yo sentía algo de miedo, pero no pensaba rendirme, Ragun nos acompañaba a fin de cuentas.

―Pero eso no es razón para retirarnos. Debemos encarar a los enemigos, no nos queda otra.

Ante nosotros se encontraba una masa de oscuridad enorme, su superficie desprendía polvo oscuro, junto con líneas de color azul chillón como el resto del mundo. Pudimos ver claramente cómo los Sincorazón emergían de aquella masa, como si fuera una especie de huevo o algo así. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

[Light]

―Veamos si ahora sois capaces de superar nuestra siguiente sorpresa. Esto sólo acaba de comenzar ―expresaba confiado el Comandante Sark mientras observaba a través de un gran espejo el gran laberinto. Desde aquel observatorio la mano derecha del PCM podía visualizar todo lo que ocurría en aquellos juegos, a través de las pantallas que mostraban a cada uno de los jugadores.

Una sonrisa siniestra se le dibujó en el rostro. Estaba seguro de que sus programas no le fallarían.

***

La partida seguía y no había tiempo para tomarse ningún descanso.

El siguiente obstáculo que se le presentó resultó ser una emboscada. Cuatro diminutos Sincorazón con forma de granadas aparecieron de repente. A los pocos segundos, se fijaron en el aprendiz y comenzaron a aproximarse a él con pasos torpes, posiblemente con malas intenciones.

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―¿Sincorazón otra vez?

Su cuerpo se resentía todavía de la letal descarga eléctrica que había recibido minutos antes, pero no se podía permitir huir. Después de todo, los Sincorazón seguían multiplicándose, y si no los eliminaban ahora lo lamentarían después.

Tampoco parecían ser criaturas muy peligrosas… pero las apariencias engañaban. Light desconocía las explosiones de estas letales criaturas, por lo que arremetió contra éstas sin miedo alguno. El joven logró encadenar tres contundentes golpes de Llave Espada, eliminando a una de las criaturas y alejando a las otras tres, quienes habían intentado rodearle. Resultaba difícil maniobrar con su gran Llave Espada porque los pasillos eran demasiado estrechos, pero al menos podía golpear a todos los Sincorazón al mismo tiempo.

Acto seguido, uno de sus enemigos se dispuso a propinarle un cabezazo, el cual Light pudo esquivar sin problemas; en parte por la lentitud de su enemigo. El Sincorazón que había intentado atacarle finalmente se rindió y en vez de volver a atacar permaneció simplemente inmóvil.

¡Mierda!

En efecto, el devorador de corazones había encendido su mecha, preparado para estallar en cualquier momento y acabar con el aprendiz: sus intenciones se veían de lejos. Los otros Sincorazón le imitaron e iniciaron la cuenta atrás. Light se percató a tiempo de la mecha prendida de la primera bomba andante y no dudó en golpearla con todas sus fuerzas, dirigiéndola hacia sus compañeras y alejándola de él al mismo tiempo.

¡Bom!

La pequeña criatura estalló y provocó que las demás también lo hicieran antes de tiempo, produciendo así una serie de explosiones en cadena que se pudieron escuchar perfectamente en todo el Laberinto Paranoico.

Light había salido corriendo tras efectuar su ataque con el fin de resguardarse de las explosiones. Afortunadamente, salió de aquel enfrentamiento sin ningún rasguño. Cuando sus enemigos se destruyeron entre ellos, el joven aliviado soltó un resoplido.

Seguía vivo, después de todo. Había superado todos los obstáculos y seguía de una pieza. No pudo evitar bendecir su fortuna.

Y su suerte no acababa ahí, pues no tuvo que andar más de cuatro pasos para dar con un pequeño frasco de bebida curativa que se encontraba en el suelo. Light inmediatamente desconfió, pues claramente podía tratarse de veneno; aunque, igualmente, no le quedaba otra opción que probar de aquel frasco. Estaba prácticamente sin energías y no podría seguir utilizando más habilidades.

Cogió del suelo el objeto y empezó a examinarlo. No pudo reconocer el líquido que contenía el envase, pero dedujo que no se trataba de una poción. El muchacho le echó valor y, desesperado, bebió de aquel frasco que se trataba ni más ni menos de un éter. Gracias a la bebida, notaría cómo las energías que le habían abandonado regresaban, permitiéndole utilizar más habilidades.

Todo estaba yendo como la seda… hasta ese momento.

Light se disponía a avanzar cuando, de repente, volvió a detectar la presencia de alguien. Ahora que había recuperado sus energías, pudo rastrear perfectamente al programa que había estado siguiéndole: en aquellos momentos se encontraba detrás de él, a escasos metros. El chico, quien todavía no era consciente de su habilidad, había adivinado la posición de su enemigo gracias al púlsar que se expandía por el suelo, partiendo de sus pies.

―Flecha celestial.

En cuanto Light se giró, comprobó que un proyectil luminoso se acercaba hacia él a una velocidad endiablada: alguien había apuntado al disco que llevaba en su espalda y había intentado destruirlo con aquel flechazo. El aprendiz, que evadió el ataque en el último segundo, perdió el equilibrio y se arrojó sobre el suelo.

Alzó el rostro y finalmente encontró a la responsable del ataque. Vestida con el uniforme idéntico al suyo―con líneas de color azul como él, cabía destacar― la conocida chica comenzó a dar pasos hacia la posición de Light, apuntándole con su dorada Llave Espada, a modo de arco. Su cabello castaño y su rostro eran inconfundibles, sólo podía tratarse de alguien en particular.

―¿Nadhia? ¿Eres tú? ―preguntó Light confundido, esperando que su amiga le reconociera y dejara de apuntarle con Ángel Forjado. ¿Estaría ella también atrapada en Los Juegos?

No hubo ninguna respuesta por parte de ella. Raudamente volvió a cargar un proyectil de luz y lo lanzó sin contemplaciones, esperando atravesarle con éste esta vez. El chico que había hecho ademán de levantarse volvió a echarse sobre el suelo, esquivando el segundo proyectil. La supuesta Nadhia no se detuvo ahí y continuó creando y disparando Flechas Celestiales sin discreción. Light se levantó del suelo rápidamente y logró esquivar un par de ellas de milagro; una flecha llegó a rozarle la cara, incluso. El aprendiz giró hacia la izquierda en una esquina para protegerse de todos de los sucesivos flechazos, desapareciendo de la vista de la chica.

―¡Eh! ¿No me reconoces, Nadhia? ¿Qué demonios estás haciendo? ―le exigió explicaciones, atónito. ¿A qué venía ese comportamiento? ¿Por qué estaba intentando asesinarle?

―Qué inocentes sois los Usuarios ―declaró la chica con frialdad: aquella voz era la de Nadhia, no cabía duda. Light no se atrevió a asomarse por la esquina y se limitó a escucharla desde su posición segura, pasmado―. Te he atacado y sigues creyendo que soy tu querida amiga. Patético.

“Recordad el nombre de la prueba que os toca superar: Laberinto Paranoico. No os fiéis de lo que vuestros ojos os muestren”.

Así que no se trata de Nadhia… Claro.

―Podía haber actuado como ella para engañarte y así destruir tu disco de líder en cuanto bajaras la guardia, pero creo que así será más rápido ―explicó mientras caminaba―. Quiero hacer un nuevo récord.

“Es un simple programa que ha tomado su apariencia” concluyó, apretando el puño. Tomar la apariencia de su mejor amiga para confundirle era un truco asquerosamente sucio, sin ninguna duda.

Si el programa anterior había estado a punto de eliminarle, aquella réplica de Nadhia podría hacerlo sin problemas, ya que Light había perdido mucha vitalidad en lo que llevaba de juego. Además, si esa farsante contaba con la Puntería de su amiga… sabía que acertaría con sus flechas, podría destruir el disco fácilmente. Debía escapar de aquel programa y reunirse con Saxor cuanto antes, definitivamente.

Pero la suerte no siempre estaba de la parte de uno. El aprendiz, sin descuidar su espalda, se movería hasta cerciorarse de que estaba encerrado en un callejón sin salida.

―Oh, genial…

―No tienes escapatoria ―el programa finalmente giró en la esquina y volvió a dejarse ver, con la apariencia de Nadhia todavía; pero, a diferencia de antes, las luces que recorrían su traje ahora eran de color naranja.

―Parece que no tengo otra opción… ―Light agarró fuertemente su Llave Espada y se colocó en guardia, vigilando los movimientos de las manos de la arquera para esquivar su siguiente proyectil a tiempo.

―Así es.

El enfrentamiento entre ellos era inevitable.

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Tenemos el permiso de algunos users para poder utilizar copias de sus personajes (aunque no son estos como tal, sino eso, copias completamente diferentes).

[Saxor]

Guilmon y yo nos levantamos del suelo. Afortunadamente, mi pie no pareció sufrir quemaduras, así que podía moverme con tranquilidad y sin dolor. Tras dar un suspiro, me pude dar cuenta de algo extraño. La pared que había enfrente de mí había sido quemada por la llamarada. Sin embargo, pude ver lo que anteriormente me habría resultado imperceptible: Las marcas de un botón. Entre la pared y el botón había quedado el hueco de alrededor sin quemar, lo que facilitó que divisara el extraño botón.

Pero... ¿era seguro aquel botón? No había nada que me indicara si era de ayuda o una trampa mortal. Aunque... Si fuera una trampa, el botón habría estado en el suelo... Y había estado demasiado oculto antes de aquella trampa de fuego. ¿Realmente ocultarían y camuflarían en una pared un botón que accionara una trampa? Después de sopesarlo mucho, decidí pulsar el botón, atento a cualquier trampa que pudiera accionarse...

Y con el mero hecho de pulsarlo, la pared en la que se situaba el botón descendió rápidamente, dejando a plena vista un pasadizo secreto a otra zona del laberinto. Había sido bastante suerte...

─ Vamos.─ Comenté, antes de que Guilmon empezara a oler de nuevo.

A mi derecha había un callejón sin salida, y a mi izquierda Guilmon seguía caminando mientras rastreaba el olor de uno de mis compañeros. El problema era que a lo mejor no habían pasado por allí, y solo podía tener una vaga idea de en qué dirección se encontraban... En una bifurcación casi inmediatamente después, Guilmon giró a nuestra izquierda de nuevo. y me dispuse a seguirle, cuando algo me atrapó el pie.

─ ¿Pero qué...?─ Al mirar hacia mi pie retenido, pude ver una fría capa de hielo envolviéndolo... Seguí rápidamente un rastro de hielo hasta una llave espada, que no tardó en desaparecer. Al mirar a mi alrededor, sin mucho éxito, acabé por dirigir mi vista a encima del laberinto. En efecto una persona se encontraba allí.

Esa persona tenía una armadura de circuitería azul, y como arma portaba un arma bastante similar a la llave espada... Pero más bien parecía una llave bastón. Llevaba unas gafas puestas, y aunque su expresión era tan fría como un témpano de hielo, pude reconocerla al instante.

... Ivan Kit, el aprendiz más arrogante y egocéntrico de Tierra de Partida. No pude evitar fruncir el ceño: Fuera de Tierra de Partida o de Bastión Hueco, me caía realmente mal. ¿Qué narices hacía allí?

─ ¿Qué haces aquí, Kit?─ Pregunté con un tono de arrogancia. Aquella retención de hielo era cosa suya, sin ninguna duda. Sin embargo, en vez de responderme me apuntó con su llave bastón.

─ Hielo ─En cuanto oí aquella palabra, intenté liberarme del hielo con mucho más éxito de lo esperado, consiguiendo esquivar aquel hechizo justo a tiempo. ¿Pero qué narices estaba ocurriendo ahí?

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Obtuve el permiso de Narra en su día mientras escribíamos el encuentro.

[Tsuna]

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Kingdom Hearts Dream Drop Distance - Gigabyte Mantis

―¿Estáis preparados? ―Tragué saliva, preparándome para salir de un momento a otro, acabar con los Sincorazón y salir de aquel juego junto con Ragun

―Cuando quieras.

Y sin esperar más, Ragun corrió hacia la enorme sala en la que se hallaba aquella esfera enorme y repugnante. Yo avancé rápidamente detrás, intentando seguirle el ritmo, cosa complicada. Los Sincorazón nos detectaron de inmediato y se lanzaron a por nosotros. Pude observar durante la carrera un total de cinco criaturas como la que nos habíamos encontrado: Luces amarillas, delgadas, pequeñas y con cañones en ambos brazos.

―¡Impulso tenebroso! ―Y lanzó una Flama Tenebrosa bastante potente para correr detrás de ella, aquella técnica me sonaba bastante, de hecho, recordaba que la había empleado contra mí misma en una ocasión

Yo tampoco podía quedarme atrás, ¡tenía que intentar igualarlo!

―¡Mi Don sobre la Oscuridad me dará fuerza! ―Extendí mi Llave Espada para ver cómo esta se recubría de siniestras sombras, las cuales me transmitían algo de frío

Gengar tampoco se hizo esperar y se acercó corriendo como pudo al famoso "Nido". Los Sincorazón comenzaron a disparar sin descanso, centrados más en Ragun que en mí y mi mascota.

―Saeko, necesito acercarme todo lo posible.

―¡Bien, te cubro! ―No podía dejarme golpear por aquellas cosas, ya había sufrido antes uno de sus golpes y... no era más que una muñeca de porcelana para ellos; frágil y dócil

Pero no pensaba ponerselo fácil a esos monstruos. En cuanto Ragun finalizó su ataque, yo me batí en duelo con el más cercano, golpeándolo con todas mis fuerzas, intentando no darle oportunidad a disparar.

―¡Yiaah! ¡Ha! ¡Toma esto! ―Y lancé una Flama Tenebrosa cuando noté que mis ataques me habían dejado inmóvil en el sitio, golpeando a la criatura y moviéndome hacia adelante

―¡Láser Oscuro! ―Y golpeó directamente el Nido desde su posición

Pudimos ver cómo la esfera se resquebrajó al recibir el golpe en la zona del impacto, imaginé que tendríamos que aplastarla a golpes para acabar con ella definitivamente.

―¡Gengar, apura! ―Exclamé, golpeando otra de aquellas cosas para aturdirla y apartarla del camino

Gengar asintió y continuó corriendo a toda prisa. Del Nido emergieron dos nuevos Sincorazón, similares a unos vehículos de color plateado. Estos comenzaron a patinar a nuestro alrededor a gran velocidad. Me mantuve en guardia, colocando el Llavero frente a mí.

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Nido
VIT: 76/100
PH: 83/130
Habilidades:
Invocación de Sincorazón (HM) [Nivel 1]. Invoca un máximo de dos Sincorazón cada ronda, los enemigos se generan al azar.
???

[Saxor]

Ivan Kit seguía con una expresión impasible, mientras me seguía apuntando con su llave bastón.

─ ¡¿Pero qué narices te pasa?!─ Dije entre sorprendido y enfadado. Invoqué mis dos armas, y seguía atento a sus acciones. Guilmon había dejado de oler y se había juntado conmigo. Gruñía y mostraba sus colmillos como un perro que quiere intimidar a su oponente.

─ Estúpidos Usuarios.─ Empezó a insultar, con una voz tan monótona como su rostro.─ En vez de cubrirse, se quedan hablando con su agresor.─ La circuitería de su cuerpo empezó a cambiar gradualmente a rojo, al igual que los guardias de aquel mundo. Si había hablado de los usuarios con desprecio, significaba que era un programa más... No era Ivan Kit, sin duda.

<<¿De dónde han sacado la apariencia de Kit?>> Pregunté para mis adentros. Pocas veces había visto las habilidades de Ivan Kit, así que no podía tratarse de leer mi disco... De todas fomas, no me dió más tiempo a pensar.

─ Magia Doble.─ Pronunció. No tardé en estar preparado para esquivar.─ Carámbanos.

Diez fragmentos de hielo salieron disparados hacia mí y Guilmon. No tuvimos espacio para reaccionar y ambos recibimos el impacto de algunos de ellos. No podía quedarme en el área de disparo, como él mismo había dicho. Tanto Guilmon como yo empezamos a correr hasta encontrarnos detrás de la pared que había a nuestras espaldas.

─ Al menos aquí estamos a salvo de sus hechizos...─ Dije, aunque los próximos hechos me indicarían cuán equivocado estaba. Un curioso sonido siguió al movimiento de la superficie en la que se encontraba aquel programa con la apariencia de Kit y, como si los muros del laberinto y la separación entre dos paredes fueran raíles, rápidamente se desplazó hasta llegar enfrente de mí. De la sorpresa no pude esquivar el ataque que me esperaba.

─ Cortocircuito.─ La ola de agua impactó en nosotros dos, y una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo.

─ ¡A-a-a-arg!─ Grité, mientras la corriente me forzaba a tartamudear. Mi cuerpo se había empezado a paralizar. Mi compañero, que parecía no haberse paralizado, lanzó un piro a Kit... Para que la plataforma lo ayudase a esquivarlo por él. ¿Es que no le hacía falta mover ni un dedo para esquivarnos?

[Light]

Nadhia y yo empatamos aquella vez, pero esta vez… todo será muy diferente.

Ya no hay empate que valga.

En efecto, si perdía aquel combate estaría todo perdido. Había demasiadas cosas en juego y no estaba dispuesto a perderlo todo en el Laberinto Paranoico, por muy difícil que fuera esta prueba cruel. Había entrenado con Nadhia múltiples veces y conocía bastante todas sus habilidades, así que esperaba que aquello jugara a su favor. Era consciente de que la aprendiza de Tierra de Partida era bastante diestra en el uso de ataques a distancia, sobre todo mágicos. De hecho, no tardaría mucho en lanzar el primero.

¡Aquí viene!

La réplica de Nadhia Hodges realizó un ágil movimiento de mano y de ésta salió impulsada una bola luminosa de trayectoria rectilínea. Casi idéntico al Perla de Nadhia, este proyectil era ligeramente más veloz y potente que el original.

Incapaz de evadirla a tiempo, Light interpuso su Llave Espada en el momento preciso y bloqueó con ésta la bola luminosa, con éxito. El proyectil salió despedido tras chocar con su arma y empezó a rebotar múltiples veces en las paredes del estrecho pasillo, avanzando con una trayectoria en zigzag hacia el programa que había invocado el conjuro. Light salió corriendo tras la bola de luz, la cual se desplazaba a tal velocidad que su lanzadora posiblemente no sería capaz de esquivarlo de ninguna manera...

Aunque lo terminó consiguiendo.

La réplica digital de Nadhia propinó un exagerado salto, pasando por encima del hechizo que ella misma había creado y evadiéndolo a tiempo. Cuando la chica aterrizó en suelo firme, se encontró a Light a muy corta distancia, dispuesto a rebanarla con un potente mandoble de Llave Espada.

Ya eres mía.

El programa esperó su ataque sonriente, bastante confiado. Repentinamente, se hizo a un lado y materializó una cadena de luz que se enredaría en las piernas de Light. El joven trastabilló y acabó cayendo de bruces sobre el suelo. Arrojado en éste boca abajo, ahora estaba dejando expuesta su espalda a su enemiga…

“¡No!” sabiendo que la réplica aprovecharía su tropezón para destruir el disco, ahora a su alcance, Light se volteó a una velocidad pasmosa. Evitó que el disco de su espalda resultara destruido, en efecto; pero en su lugar recibió de lleno un proyectil de luz, el cual atravesó su pecho.

Ahora sí que era su fin, estaba seguro. Se llevó la mano a la zona afectada, preocupado, creyendo que el proyectil había entrado en contacto con algún órgano vital. No había sido así realmente, pero el dolor agudo en el pecho era tal que inevitablemente lo pensó; incluso le dolía respirar.

El aprendiz se arrastró por el suelo, alejándose de su enemiga. Ésta permaneció inmóvil, observando insensible la mueca de dolor que manifestaba. Light extrajo rápidamente el objeto punzante de su pecho —intensificando esa mueca momentáneamente—, y lo arrojó. Acto seguido comenzó a toser, quejumbroso.

—No te puede quedar mucho —dedujo el programa, comprobando el mal estado de su contrincante, quien emitió un grito de dolor. Incapaz de levantarse, intentaba soportar el agudo dolor de su pecho—. Un ataque más, o como mucho dos.

—Cállate —pronunció, asqueado por sus palabras. Y por su voz.

Preso de la furia y la desesperación, Light levantó súbitamente su arma y al segundo después la descendió, creando un proyectil con forma de luna creciente. La luna afilada impactaría irremediablemente contra la chica, sin causar demasiado daño aparentemente.

La expresión de su rostro no había cambiado en absoluto y tampoco exhibía ningún corte visible. Ningún rasguño.

—¿Eso es todo? —cuestionó.

Acto seguido, Light agarró la cuerda de luz que le inmovilizaba las piernas y la rompió con sus propias manos sin mucho esfuerzo. Ahora que era capaz de mover las piernas, Light se levantaría del suelo —había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho— y se dispondría a atacar a su enemiga con el más poderoso de sus golpes.

Golpe que, desgraciadamente, jamás alcanzó su objetivo.

La falsa Nadhia volvió a ser mucho más rápida que él. La joven dio un fugaz Doble Salto y, cogiendo impulso utilizando la cabeza del aprendiz, se impulsó todavía más alto. Al mismo tiempo, materializaba un par de alas de luz en su espalda que la ayudarían a mantenerse en el aire. De este modo, no tendría que temer por los ataques físicos de Light y podría lanzar hechizos desde una considerable distancia.

Light dejó sonar un gruñido de frustración y se giró hacia su adversaria, quien se manejaba perfectamente en el aire. Su rostro de incomprensión manifestaba absoluta extrañeza. ¿Desde cuándo Nadhia era tan rápida? En los entrenamientos habían verificado que tenían más o menos la misma velocidad.

—Si te esperabas que resultara tan lenta como la usuaria original estás muy equivocado —expresó indiferente. A Light le seguía resultando extraño escuchar a Nadhia (su réplica realmente) hablar de aquella manera tan fría.

La aprendiz hizo ademán de lanzar un segundo perla, pero Light reaccionó en seguida y volvió a enviar una Onda Lunar hacia su enemiga. Ella evadió el ataque sin ningún contratiempo: su proyectil iba tan mal dirigido y estaba situado tan lejos de la chica que sería imposible acertar.

El adolescente chasqueó la lengua y después apretó su mandíbula, incapaz de soportarlo más. Se encontraba cada vez más tenso y resultaba natural, pues la situación era cada vez más desesperante y no había manera alguna de acertar un solo ataque.

¿Levantaría un pilar de tierra para elevarse y alcanzarla? No, no serviría de nada, pues ella reaccionaría a tiempo.

Sus Ondas Lunares jamás llegarían a su destino. Sus ataques físicos tampoco la alcanzarían. ¿Qué le quedaba por probar, entonces?

[Tsuna]

Los vehículos nos iban acorralando poco a poco, eran tan veloces que ni siquiera podía ver cuál era cual; simplemente formaban una línea blanca a nuestro alrededor. Gruñí, retrocediendo y juntándome junto a Gengar, pensando cómo salir de aquella situación.

―Gengar, sujetate con fuerza a mí. ―Le susurré, a lo que mi pequeño fantasma asintió

Esperé uno o dos segundos más, y sin esperarlo, realicé un Doble Salto para salir de aquel cerco en el que nos habían metido. Al instante, los Sincorazón se lanzaron en picado a la zona en la que nos encontrabamos anteriormente. Aterrizamos.

―Continúa, no te preocupes por mí y haz lo que debas hacer. ―Y bloqueé el camino por el que iba Gengar con mi Llave Espada, extendiendo mi brazo y encarando a aquella maraña de Sincorazón que se estaba formando

Pude contar los dos grises, otro vehículo rojizo, y al menos tres Sincorazón color amarillento, uno de ellos debilitado por mis anteriores ataques. Tragué saliva, imaginando cómo iba a salir de allí con vida; sólo me quedaba confiar en Ragun y en Gengar, el Nido no debería aguantar mucho con ambos haciéndole frente, pero yo, por otro lado...

¡No! ¡No iba a permitir que esa posibilidad se llevase a cabo! Empuñé mi Llavero con ambas manos, protegiéndome. Entonces, una de las criaturas amarillentas disparó...

―Cómo si eso fuera a... ―Susurré saltando hacia otro lado, sin perder de vista la criatura, sin embargo, no le presté atención a las otras, y el Sincorazón rojo me embistió de lleno, tirándome al suelo― ¡Ah!

El dolor que se había formado en mi costado era intenso, pero no iba a dejarme vencer por ello. Con fuerza de voluntad, me levanté como pude, y en ese instante...

―Jum, uno menos.

Propiné una estocada a una de las criaturas grises, la cual decidió lanzarse sobre mí sin esperar a que me reincorporase. Su corazón se elevó en el cielo azulado hasta desaparecer. Acto seguido, terminé de levantarme y apunté con mi espada a los enemigos restantes, provocando con ello un sonido metálico.

―Os hará falta algo más para derrotarme.

* * *

Ragun y Gengar por su parte, se concentraron en atacar al Nido con todas sus fuerzas, fue gracias a mí que su frente de combate no disponía de demasiados enemigos: un total de dos cañones diminutos y dos criaturas amarillas con armas en sus brazos.

―Yo atacaré al Nido y a los Sincorazón, haciendo de Señuelo, tú limítate a provocar daños superficiales en el objetivo principal.

Gengar era consciente de la cantidad de poder que alojaba Ragun en su interior, por lo que le obedeció, y de igual modo, no hubiese hecho algo distinto. El pequeño fantasma concentró energía en una de sus manos y tocó el Nido con esta. La enorme estructura de oscuridad sintió sus efectos de inmediato, debilitándose, al igual que el propio ejecutor de Maldición.

―Una habilidad interesante, sin embargo, mis técnicas poseen más poder destructivo; observa ―Y sin esperarlo, Ragun lanzó una potente estocada con su Llave Espada en el Nido, el cual se resquebrajó todavía más―. La llamo: Robo Vital.

Y acto seguido saltó hacia atrás, muy alto, provocando con ello que el conjunto de ataques enviados por los Sincorazón alcanzasen el propio Nido, sufriendo éste aun más daños, además, el propio Ragun empleó un nuevo Láser Oscuro. Sin embargo, otros dos Sincorazón emergieron de sus entrañas, esta vez se trataba de dos criaturas enormes y color morado. Gengar los recordaría claramente.

―Vaya... a este ritmo me temo que no acabaremos nunca ―Y observó su alrededor, el cual se infestaba de Sincorazón a cada segundo que pasaba, y yo, en la lejanía, tampoco aguantaría mucho. Era cuestión de tiempo que nos derrotaran― Creo que va siendo hora de pasar al siguiente nivel.

Ragun se encogió en su propio cuerpo, expresando un gruñido de dolor y liberando una cantidad abrumadora de oscuridad como si de un géiser oscuro se tratase, al instante, su apariencia había cambiado por completo:

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Nido
VIT: 42/100
PH: 78/130
Habilidades:
Invocación de Sincorazón (HM) [Nivel 1]. Invoca un máximo de dos Sincorazón cada ronda, los enemigos se generan al azar.
???

[Light]

—¡Si no realizas tú el siguiente ataque lo haré yo!

El programa con la apariencia de Nadhia alzó el brazo e invocó una inmensa ola de agua fría que empapó todo el pasillo, Light incluido. A continuación, el chico vio que las manos de su enemiga resplandecían peligrosamente mientras comenzaba a andar hacia atrás, deseando alcanzar la esquina más cercana para alejarse de Nadhia. No quería girarse para echar a correr porque le daría la espalda a su adversaria; y si lo hacía, el disco estaría a tiro.

La copia de Nadhia estiró el brazo y liberó un gran hechizo eléctrico. El gran charco de agua producido por el conjuro anterior ayudó a conducir la electricidad hasta Light. Éste sintió una tremenda quemazón en sus piernas que se extendió por todo el cuerpo, obligándole a gritar por el agudo dolor.

Electrocutado, cayó de rodillas en el suelo. Con las extremidades paralizadas, no tenía ninguna oportunidad de escapar.

El ataque le resultó bastante familiar. El programa anterior también había utilizado contra él una potente descarga, paralizándole al instante.

Otra vez no…

¿Qué iba a ser de él?

Lo que acaeció a continuación ocurrió realmente rápido. El programa comenzó a volar raudamente hacia él usando sus alas de luz, Llave Espada en mano. Su objetivo sería arrebatarle el disco en ese preciso momento, aprovechando que el aprendiz se encontraba incapacitado para combatir. No perdería ni un solo segundo y eliminaría a Light para acabar con la partida de una vez por todas.

Entonces, su enemiga vio algo que no se esperaba y cambió la expresión de su rostro, hasta ese momento estática.

Una figura oculta por un resplandor celeste le bloqueó el paso. El ángel se detuvo en seco y comenzó a retroceder, expectante.

El ser que se materializó utilizó inteligentemente la luz que le ocultaba y aprovechó para atacar sin más dilación, sorprendiendo a la falsa Nadhia. Corrió rápidamente hacia su enemiga y, con un increíble impulso, saltó hacia ella, embistiéndola brutalmente. El programa perdió el equilibrio y cayó, rodando por el suelo. Las alas de luz que había convocado para alejarse del chico desaparecieron progresivamente.

La intensa luz que rodeaba a la bestia se disipó lentamente. Cuando Light levantó la mirada comprobaría de quién se trataba.

—¿Gaomon?

Cuando todo parecía perdido, él había aparecido para salvarle. ¿Cómo podía pensar que le había abandonado? ¡De ninguna manera, él nunca haría algo así! Una diminuta sonrisa se dibujó en el rostro del chaval, agradecido por la aparición de su fiel compañero.

El perro permaneció en todo momento en guardia, vigilando los movimientos de la chica que amenazaba sus vidas. El programa se levantaba del suelo con presura mientras observaba seria al responsable del ataque.

—¿Otro Usuario? No, no eres uno de ellos. Tú no eres un participante de Los Juegos.

—¿Eh?

—Saben sobre vosotros —aclaró la bestia en forma cuadrúpeda—. Saben cuántos sois, quiénes sois. Os analizaron y guardaron vuestros datos antes de entrar, ¿recuerdas?

—Pero…

—No hay tiempo para hablar —indicó, consciente de todas sus dudas—. Tenemos que eliminar al programa. —Se refería a la impostora que se encontraba delante de ellos—. No hay tiempo, ¡démonos prisa!

Gaomon aplicó un hechizo Cura que logró aliviar un poco las heridas de su compañero, aunque seguía en un estado deplorable. Light se levantó y se colocó al lado del perro, frente a su enemigo.

Ahora que su compañero había vuelto, estaba seguro de que podían vencer a cualquiera que se interpusiera en su camino.

Su contrincante volvió a ejecutar su primer movimiento sin más dilación. Invocó de nuevo las Alas del Solsticio y se elevó. El programa implacable alzó la barbilla y les observó con aires de superioridad desde el aire.

Light se colocó en posición defensiva y le echó una súbita mirada a su compañero. Éste asintió y supo de seguida lo que su compañero estaba pensando. No hacían palabras para comunicarse entre ellos.

A continuación, ambos se vieron amenazados por una lluvia de Perlas invocada por la copia de Nadhia. Gaomon se convirtió en una luna móvil gracias a una de sus habilidades y comenzó a girar alrededor de su invocador, desviando todos los débiles proyectiles de luz. Las esferas salieron impulsadas hacia arriba, sin el peligro de que rebotaran en las paredes. Mientras ambos intentaban defenderse de las bolas de luz, escucharon el rompedor sonido de un estallido. Ninguno de ellos le dio la más mínima importancia, excepto la copia, que se volteó un momento.

—No os resistáis, no tenéis posibilidad de vencerme. Entregadme el disco y no me hagáis perder el tiempo.

Light se aproximó todo lo que pudo y respondió a su sugerencia lanzando una violenta Onda Lunar. El rayo que salió de su Llave Espada logró acertar, obligando al programa a retroceder. Ésta se quedó mirando al chico por unos segundos y negó con la cabeza.

—Veo que sigues sin comprenderlo.

El programa, más agresivo que de costumbre, descendió raudamente y le propinó a Light una contundente y rápida patada en el rostro, derribándole con su arrolladora fuerza. La Nadhia de verdad no habría podido realizar una patada tan espectacular como aquella: claramente se trataba de una versión mucho más fuerte de ella.

Light estaba ahora a su merced. Por ende, su disco también.

Pero la falsa Nadhia no tuvo tiempo para arrebatárselo. Gaomon trotó hacia ellos para socorrer a su amigo. El símbolo de su frente resplandeció con intensidad: el can estaba preparando un hechizo mágico. Un láser celeste salió dirigido hacia la mujer, quien no lo vería venir a tiempo. Recibiría el ataque mágico de Gaomon y caería al suelo una vez más.

Sabía que la mascota del chico era un incordio, así que decidió deshacerse de ella primero. Cargó una Flecha Celestial y la envió directa hacia el perro. El proyectil voló raudo hacia su presa y atravesó limpiamente una de sus garras, incrustándose en el suelo. Gaomon expresó una mueca y permaneció inmovilizado durante los siguientes segundos.

Mientras tanto, Light ya había realizado su siguiente movimiento. Se había puesto de pie y en aquel momento se lanzaba contra su adversaria con el brazo extendido: un brazo envuelto por unas llamas de color azul, las llamas de la locura. Intentaría tocar su espalda, esperando acabar con ella de la misma manera que lo hizo con el anterior programa, vulnerable a hechizos de elemento luna. El sonido de otra violenta explosión que procedía del otro lado del muro había atraído la atención de la chica ahora.

¡Es el fin!

Pseudo Locura podía funcionar o no hacerlo. Light esperaba lo primero.

¡Un poco más!

La réplica de Nadhia estaba ya casi a su alcance. Escasos centímetros les separaban.

¡Tiene que funcionar!

[Saxor]

A pesar de que mi cuerpo estaba paralizado, aún podía moverme torpemente. No podía quedarme quieto: La puntería y velocidad de ese “Ivan Kit” eran abrumadoras (o al menos eso suponía, aunque a lo mejor era cosa de la plataforma). Me levanté y mis piernas descoordinadas hicieron unos movimientos que podían ser comparados con correr. El programa no hizo más que lanzar hielos incesantemente.

<<¡Maldita sea! Tengo que bajarlo de ahí.>> Pensaba irritado. A ese paso, jamás podría golpearlo.

─ Resistirse es inútil.─ Oía decir al programa de élite a mis espaldas. Yo también lo sabía: En cualquier momento podía hacer algo más que simples hielos, y lo pasaría fatal.

¿Qué podía hacer para bajarlo de ahí? No se me ocurría nada. Estar atrapado en aquel mundo virtual era lo peor que Xayim...

<<Un segundo.>> Una bombilla se me había encendido en el cerebro. Aquello era un mundo virtual, y todo lo que nos rodeaba eran datos. Y se necesitan programas para manejar esos datos, no solo los que poseen apariencia humana allí. Probablemente, aquel laberinto era un programa en sí, o varios de ellos. Aquella plataforma que sostenía a Kit era uno de los elementos de ese programa... Y todo programa dispone de comandos para manejar dichos elementos.

─ ¡Guilmon!─ llamé a mi compañero, quien comprendió lo quería inmediatamente. Extrajo el disco de su espalda y lo toqueteó con sus garras. En ese instante, del disco de guilmon salieron una especie de cuadrados que podían ser comparados con los errores de un videojuego antiguo. Avanzaron a una velocidad vertiginosa, y se introdujeron en la plataforma en dos segundos.

─ ¿Qué?─ El programa miraba entonces al suelo de su plataforma, mientras un resplandor rojo iluminaba tenuemente a nuestro enemigo. Aunque por la situación se podía entender que estaba sorprendido, no mostraba ese sentiemiento en su rostro... ¿Es que no era capaz de expresar emociones? Guilmon manejó unos extraños controles que emergían de su disco unos pocos segundos más tarde, y la plataforma respondía en consecuencia: Ahora no era Kit quien tenía las riendas de esa cosa.

La plataforma empezó a moverse a gran velocidad a través de los muros del laberinto, mientras “Ivan Kit” intentaba mantener el equilibrio. En cuando llegó a una de las esquinas de la pared en la que se encontraba, esta frenó en seco, y por leyes de la física el falso portador de la llave bastón cayó al suelo del laberinto, con la plataforma encima de su cabeza, y un símbolo de color rojo se veía debajo de ella (y suponía que por encima también), el símbolo que demostraba que había usado su Anti-firewall.



En ese momento, ya le estaba apuntando con mi llave espada.

─ ¡Aqua!─ Grité, aunque la reacción que tuvo aquel programa no era la de haberle lanzado un hechizo de agua... Parecía haber usado sin querer Agua Maldita, ya que algo de humo salía de las zonas que el agua había tocado. El falso Kit me tocó entonces la rodilla, congelándose al instante. ─ ¡Mierda!

─ Buena jugada, Usuario. Pero sigues sin tener posibilidades de ganar.

El programa que se hacía pasar por Ivan Kit me pegó un fuerte puñetazo en la cara. ¿Desde cuándo tenía tanta fuerza? Aunque seguía con un rostro impasible, parecía estar burlándose de mí. Me estaba hirviendo la sangre...

─ Estamos programados para cubrir los defectos de los usuarios originales.─ el falso Ivan Kit echó su cabeza hacia atrás cuando una bola de fuego pasó entre nuestras cabezas. Como confirmando sus explicaciones, estaba demostrando unos reflejos muy altos. Pero no podía desaprovechar ese momento en el que había dejado de prestar atención hacia mí.

─ ¡Piro osc-!─ A pesar de haber intentado formular un Piro Oscuro, un hechizo distinto emergió antes de acabar la frase. Desconocía qué clase de hechizo era, pero al impactar en el pecho del programa de élite una explosión nos hizo retroceder a los dos y caer al suelo.─ Arg...

─ ERROR EN LA BASE DE DATOS...

Por aquellas palabras, parecía tan extrañado como yo de aquel acontecimiento. ¿No había sido capaz de predecir ese ataque? En realidad, ni yo mismo sabía que podía usar algo semejante... Soportando el dolor, Intenté levantarme, pero el hielo de mi rodilla impedía doblarla, y no tenía ningún punto de apoyo además del suelo.

─ Base de datos actualizada, reiniciando modo de combate.─ Y encima la copia de Ivan Kit se había recuperado y era mucho más rápida. No tardó un segundo en levantarse. Pero para mi sorpresa, Guilmon había saltado encima suya y le estaba mordiendo el cuello.

Mientras miraba aquella escena, durante unos instantes una imagen recorrió mis ojos. Lo ocurrido en ella era muy similar, pero no tuve tiempo para reconocer nada más, y un fuerte dolor llegó a mi cabeza.