[Evento libre] La Mansión Encantada II: La Venganza

por **Suzume Mizuno** » Mar Oct 20, 2015 3:07 pm

—¿No vino Malik contigo?

—No, ha decidido quedarse descanso. Una buena idea, ahora que lo pienso—reconoció Fátima mientras se recogía la falda para subir por las escaleras. Como la persiguieran se iba a reír tanto…

Cuando llegaron a la parte de arriba, Fátima miró con atención las habitaciones. Tras una habría alguna trampa mortal, de eso estaba segura, pero no había forma de saberlo antes de abrir alguna puerta.

—Ah no. Ni de coña —dijo entonces Ragun—. Limpiaré, pero ni de coña voy a tocar esa cosa llena de arañas. ¡Qué asco! ¿Y si empezamos por la biblioteca?

Fátima arqueó las cejas. ¿Biblioteca? Sonaba más tentador que otra cosa.

—Por mí bien.

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por **LightHelco** » Mar Oct 20, 2015 7:28 pm

—El ulular del viento, las tablas de madera rechinando... que bella melodía, música para mis oídos. ¿No te parece a ti también que es hermoso, Light? —seguí picándole al chico, viendo que todo aquel ambiente le iba poniendo bastante nervioso.

Llegamos a una bifurcación con dos pasillos y un par de puertas, además de una oxidada armadura adornando el lugar. Fue el momento en que el grupo aprovecho para empezar a dividirse y ponerse a investigar la armadura o explorar las habitaciones. Light se dirigió por uno de los pasillos a lo que parecían ser unas cocinas y aunque me hubiese encantado ir con él, me fijé que había varios aprendices bastante nerviosos y a nada de que se muriesen de miedo. Me centré en uno... bueno, más bien en una aprendiza que ya conocía y acercándome poco a poco a ella, salté detrás de su espalda colocando mis manos en sus hombros.

—Cuentan varias historias que aquí fue asesinada una mujer mientras estaba en la ducha —empecé a hablar intentando poner voz siniestra —. La mujer murió acuchillada, ahora busca venganza, una vida por cada una de las cien cuchilladas que recibió aquel día... ¿serás tú una de sus víctimas, Nicoxa?

La consiguiera asustar o no, quitaría mis manos y le sonreiría con un poco menos de malicia.

—La verdad es que sería interesante conocer a un fantasma así, me ayudaría mucho con mi trabajo de enterrador —bromeé haciendo referencia a mi disfraz —. Bueno, ¿quieres que abra yo la puerta o puedes con ello?

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por **Tsuna** » Mar Oct 20, 2015 7:30 pm

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La única del grupo que se puso a gritar como loca fue, irónicamente, la que tachaba al resto de no estar cuerdos: Victoria Knight. Saeko la conocía de una sesión de entrenamiento que habían hecho juntas y, sabiendo de antemano la alocada actitud de la aprendiz, optó por restarle importancia al asunto.

Finalmente el grupo se formó, estaba acompañada por gente conocida: la nombrada Victoria, Saxor, Ragun, Fátima… Excepto aquel personaje que iba cubierto de pies a cabeza. No le prestó mayor atención aparte de una extraña mirada por encima, no era de su incumbencia criticar los disfraces de los demás, no cuando había presenciado a aquel aprendiz cubierto por la triste sábana, el que terminó atravesado por la cuchilla.

Se le pusieron los pelos como escarpias al pisar las escaleras, que crujieron como nunca antes lo había presenciado, y temió por unos segundos que se partiese por la mitad o se derrumbara. Por suerte no pasó nada de eso, así que pudieron continuar. Se mantuvo durante el camino en silencio, escuchando de fondo las palabras de los otros aprendices y con cuidado de que no saliese otra trampa mortal del techo.

En la primera planta se encontró un escenario vacío, silencioso y sobrecogedor. Definitivamente, aquello no daba buena espina, mirara por donde se mirara. Saeko, todavía alerta, escuchó con detenimiento las propuestas de Ragun y Fátima…

—Ah no. Ni de coña. Limpiaré, pero ni de coña voy a tocar esa cosa llena de arañas. ¡Qué asco! ¿Y si empezamos por la biblioteca?

—Por mí bien.

—Suerte, y no te dejes los libros de Historia. —se despidió, bromeando sobre la actitud de Ragun respecto a su disfraz, ¿no eran acaso los volúmenes de Historia, los más grandes?. Luego avanzó un poco más por el pasillo, para sopesar mejor las opciones que se le presentaban.

La idea de ir a la biblioteca era muy tentadora, pero viendo que ya dos de sus compañeros se dirigían allí, prefirió investigar mejor el resto de habitaciones y asegurarse de qué iba todo aquello. ¿Y si era una broma pesada, tal y como habían comentado? No podía sentirse más impotente y nerviosa.

Tras dar una breve vuelta por el pasillo optó por entrar en la habitación más cercana, probó a girar el picaporte y, en el último segundo, se detuvo para ver si alguien la acompañaba. En cualquier caso, se limitaría a entrar, ignorando la antigua armadura que decoraba la estancia.

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por **Darkness Seeker** » Mar Oct 20, 2015 8:11 pm

♪ Mh Mh Mh-Mh-Mhmm Mh Mh Mh-Mh-Mhmm Mh Mh Mh-Mh-Mh-Mh-Mh-Mh-Mhmm... ♪

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¿Porque no me quitaba aquella melodía de la cabeza? Supongo que entre la fiesta de Halloween, aquella Mansión Abandonada y el hecho de que un aprendiz con una Capacidad Intelectual un tanto penosa hubiera muerto no hacía ni dos minutos fueran razón suficiente para que mi mente se abstrajera en aquella particular canción.

—Ugh, pasillos— comenté mientras miraba por encima el segundo piso — Nunca traen nada bueno, y menos en una Mansión Encantada.

—Ah no. Ni de coña. Limpiaré, pero ni de coña voy a tocar esa cosa llena de arañas. ¡Qué asco!— dijo el sirviento—.¿Y si empezamos por la biblioteca?

—Por mí bien.

—Suerte, y no te dejes los libros de Historia. — conocía esa voz, sería ¿Saeko? Sólo con ver el pelo era lo más probable, pero tampoco iba a fijarme especialmente en ella, lo interesante era la habitación.

Y allí nos quedamos el resto, que poco a poco empezamos a movernos. La chica gritona seguía allí, como un flan. En cierto modo, me hacia gracia su situación pero también pena por lo raro de su disfraz y como parecía haberse distanciado del grupo.

—¡Poooobrecica!— le comenté acercándome a ella —.Parece que tus amigos se han olvidado de tí... ¿Qué piensas hacer ahora? Quizás no sea tarde para ir con ellos, pero quién sabe, la mansión podría estar llena de secretos o...

Mientras dejaba aquella incógnita me divertí simulando un hachazo con una mano golpeándola contra la otra. Tenía curiosidad por como actuaría, pero hiciera lo que hiciera seguro que sería divertido de ver. Una vez ella decidiese lo que fuera a hacer, tampoco es que me interesara especialmente, me dirigí a las puertas.

—Mhm... Pito, Pito... ¡bah! Tú misma.

Y sin más entré en la habitación 3, no sin antes despedirme del resto con un giro de mano.

por **Nell** » Mar Oct 20, 2015 8:37 pm

No había ninguna cuchilla esperando en lo alto del marco de la puerta para el primero que pasara. Por desgracia. Hana llegó sana y salva, igual que los demás, a la siguiente habitación. Parecía un salón normalillo, sin contar esos dos objetos que le habrían sido extraños a la aprendiza si nunca hubiese salido de su mundo. Por el contrario, ya se manejaba lo suficiente con la tecnología como para poderse apañar con ellos.

Una de las chicas fue a investigar el teléfono y otro chico (un tal Watson) la una muñeca. Hana no les prestó atención a ninguno, sino que se fijó en el que se aproximaba al televisor para encenderlo, advirtiéndoles del peligro. Ni caso, ¿qué había de malo por ver qué echaba una tele en un mundo sin antena, ni nada que pudiera reproducir?

—Sí, claro, y perdérmelo. —Tenía demasiada dignidad como para esconderse detrás de un sofá por miedo a una pantalla encendida.

Se quedó allí, a la espera de lo que pudiera ver en la pantalla (echaría un vistazo por si había mando para apagar por si acaso), y luego siguió hacia la siguiente estancia.

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por **Crystal** » Mar Oct 20, 2015 10:05 pm

Fueron ocho los que subieron al primer piso. De los cuales, una se puso a chillar cual loca.

Las escaleras hacían un ruido horrible, pero eso no les impidió llegar. El primer piso estaba formado por un largo pasillo únicamente iluminado con una antorcha en cada pared. Cuatro puertas, unas escaleras al final, y a mitad de pasillo una espeluznante armadura oxidada y visitada por arañas. Freya no tuvo intención alguna de acercarse a aquello.

Decidió escuchar primero las opciones de sus compañeros antes de tomar una decisión definitiva.

—Ah no. Ni de coña. Limpiaré, pero ni de coña voy a tocar esa cosa llena de arañas. ¡Qué asco! ¿Y si empezamos por la biblioteca?

—Por mí bien.

—Suerte, y no te dejes los libros de Historia.

Aquellos dos se dirigían a la Biblioteca. Pero la aprendiz no estaba muy segura de que aquel sitio fuese seguro. ¿Y si habían libros voladores o algo? Ni de broma. Había venido allí a despejarse, no a volverse a encerrar en lecturas para su insomnio.

La última chica que habló se decidió por la primera habitación, y a Freya aquello le pareció un buen sitio para empezar. Y si iba con ella, al menos estaría acompañada y podrían ayudarse si algo malo pasaba.

—¡Espera! —diría, situándose a su lado—. Voy contigo.

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por **H.S Sora** » Mar Oct 20, 2015 10:33 pm

Solo seis aprendices habíamos escogido aquel camino, por lo que me apresuré bastante a tratar de reconocer a las personas que se escondían tras aquellos disfraces... pero sin contar con que ya conocía el de Celeste y el mío propio, solo fui capaz de reconocer a Yui con un peculiar disfraz de gatita que más que aterrador resultaba entrañable; a los demás no logré reconocerles, pero con suerte podría adivinarlo por la voz cuando hablásemos.

Me molestaba de sobremanera el ruido que hacía el suelo cada vez que lo pisábamos ya que me hacía querer estar en tensión por el rechineo constante. ¿Y si me había precipitado hablando y aquello no era cosa de los Maestros?

Con la única luz de una antorcha, llegamos a lo que parecía ser el final del pasillo en el que se nos presentaba la opción de ir a dos habitaciones que había a cada uno de los lados o ir por uno de los dos caminos de una bifurcación custodiada por una armadura medieval armada y siniestra.

—Siempre podemos llevarnos la espada para “defendernos” —bromeó Celeste.

—Te invito a que la cojas entonces para que nos defendamos de todo mal —Esperé que no intentase hacerlo, porque aquello podía acabar en escabechina, aunque quizá todo fuesen suposiciones mías.

Por otro lado, Yui y un aprendiz vestido de demonio examinaron la armadura de manera superficial para luego ir por sus respectivos caminos... ¿habrían encontrado algo? Por lo que a mi se refería y después de ver a Derhe Yeno ser partido en dos por una cuchilla voladora, no tenía la menor de las ganas en ver que había en aquella armadura.

Por mi que se quedase como estaba todo el día.

—¡Pero miradla también por dentro!, ¿o es que tenéis miedo...?

La colorida y alegre medusa tiró para una de las habitaciones tras aquello que interpreté como una broma junto con otro aprendiz que iba de enterrador, y antes de poder comentarle nada a Celeste esta ya se había ido detrás de Yui. Lo que menos me apetecía en el mundo era quedarme allí parado frente la armadura, por lo que emprendí mi viaje hacia lo desconocido por el camino de la bifurcación de la derecha. Si este estaba cerrado, volvería sobre mis pasos para ir por el camino de la izquierda de la misma bifurcación.

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por **Mentos** » Mar Oct 20, 2015 10:40 pm

Decidida, la muchacha avanzó por el pasillo de la izquierda. Por el camino, una chica pelirrosa la interrumpió para hacerle una pregunta:

—¿Te puedes mover bien con eso?

—¡Por supuesto! Este disfraz está diseñado para adaptarse perfectamente a mi figura y permitir que mi elasticidad y flexibilidad no se vean reducidas —aseguró, aunque bien sabía ella que era un traje sin más.

El grupo no tardó en llegar al salón. Coli no se sintió nada sorprendida al ver que tenía la misma estética que el resto de la mansión pero sí al ver dos curiosos objetos: un teléfono fijo y un televisor.

<<Sospechoso...>>

¿Qué propósito tenían aquellas cosas ahí? Verlos junto al ambiente del lugar era como observar dos épocas chocar... no tenía demasiado sentido para la bella Colibritany.

—Hola, soy Aru y no pude evitar fijarme en ti, y en como ibas disfrazada, me encanta es muy alegre. —Se presentó una joven peliazul; los tintes de pelo debían ser muy populares en Tierra de Partida—. Espero verte en la siguiente ronda.

—Vaya, una no se acostumbra todavía a tantos cumplidos... gracias, mona. Yo soy Brocolibritany, un placer —respondió a la vez que se mostraba totalmente alagada.

Mientras tanto, sus compañeros se adelantaron en examinar los objetos de la estancia, así que pensó en sentarse en un sofá próximo para ver cómo lo hacían... hasta que se dio cuenta de que una horrorosa muñeca se encontraba ya ahí.

—Qué repelús de niña...

Pues nada, parecía que sería mejor idea avanzar antes de que se moviera por sí sola y comenzara a matarlos todos uno a uno...

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por **Soul Artist** » Mar Oct 20, 2015 11:22 pm

¡Ir a la biblioteca! ¡Querían irse a la biblioteca, a leer o algo así! ¡En un momento como aquel, en el que la gente estaba muriendo, y la gente me acusaba de loca y me dijera que me tranquilizara! ¡¡Los locos eran ellos, que querían estar enterrados en el centro de la tierra o algo!!

—¡No pienso ir a la biblioteca! ¡Allí os vais vosotros, so... so...! —Temblaba de la rabia. Necesitaba descargarme, desahogarme con algo, cualquier cosa. Normalmente podía pegar a Nathan, pero...—. ¡So tontos!

Así que descargué mi ira como pude. Le di una patada llena de rabia con todas mis fuerzas a la armadura por un costado y pateé el suelo, furiosa. A menos que soltara algo como, yo qué sé, una puta gema con la que hacerme millonaria, entraría en la habitación al oeste, la número 2.

Pero ¡urgh! ¡Necesitaba dar esa patada! ¡Ahora sí que me sentía mejor, por dios!

por **Zodiark** » Mar Oct 20, 2015 11:32 pm

Entré nerviosa en el salón, y lo primero que hice fue buscar alguna puerta. Sólo había una, en la pared del fondo, y no tenía pinta de ser la salida de la mansión.

—Q-quiero salir de aquí... —murmuré, volviendo la vista atrás, hacia el lugar donde Derhe Yeno había visto su precipitado pero merecido final.

Tras recorrer de nuevo la estancia con la mirada, lo primero que llamó mi atención fue el teléfono que Kairi estaba tratando de utilizar. El televisor también captó mi interés, ya que en aquella casa llena de polvo y con aspecto viejo y abandonado, me preguntaba si algún aparato electrónico funcionaría...

Así pues, me acerqué al televisor e intenté encendero. Si no se encedía, me asomaría a la parte trasera del aparato y observaría los cables para comprobar si estaban en buen estado o, sin embargo, estábamos totalmente aislados e incomunicados. Tras investigar la televisión, me dirigiría hacia la siguiente sala por la puerta del oeste.

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por **Saxor** » Mar Oct 20, 2015 11:40 pm

El rechinar de las cadenas se hacía más sonoro a cada paso que daba. Ni qué decir que eso estaba hecho a propósito para dar ambiente. Si no podíamos salir por la puerta principal, podíamos buscar una salida alternativa... O descubrir quién era el causante de todo aquello. Como mi disfraz parecía hecho para la lógica retorcida, opté por lo segundo.

Por otra parte, el pasillo era normalucho. Lo único llamativo era la armadura con el hacha. Parecía gritar que el hacha descendería sola nada más tocar la armadura o pasar por delante de ella sin cuidado. Me plantearía accionarla a propósito y librarme de las cadenas si no me hubiera puesto las esposas por voluntad propia.

—Ugh, pasillos. Nunca traen nada bueno, y menos en una Mansión Encantada.

—Bah. Parece el sitio idóneo para una escena de Scoody Boo—solté el comentario sin darle demasiada importancia. Había demasiadas puertas.

—Ah no. Ni de coña. Limpiaré, pero ni de coña voy a tocar esa cosa llena de arañas. ¡Qué asco! ¿Y si empezamos por la biblioteca?

—Por mí bien.

—Un buen sitio para empezar—les di la razón. La biblioteca podía darnos una gran cantidad de información sobre los misterios de la mansión.

—Suerte, y no te dejes los libros de Historia.—despidió Saeko a Ragun, la cual estaba disfrazada de lo que parecía una bruja o pitonisa misteriosa.

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por **Drazham** » Mié Oct 21, 2015 12:41 am

Varios crujidos por parte de la destartalada escalera después, el grupo llegó a la primera planta. Nikolai echó un rápido vistazo para agrupar las posibles caminos desde su posición: tres habitaciones, la biblioteca, y otra escalera que llevaba al segundo piso. Nada raro en ninguna de ellas.

Bueno... lo único "raro" que había en la salita era esa armadura polvorienta y armada con un hacha. Nikolai la miró muy receloso, dándole malísimas vibraciones. Que le tachasen de paranoico, pero cuanto más tiempo se pasaba mirándola, mayor era la sensación de que la condenada se movería en cualquier momento y se liaría a repartir hachazos a diestro y siniestro.

<Creo que he leído demasiadas novelas de terror>, se rascó la nuca.

Saeko y otra chica más se fueron directas a una de las habitaciones. La principal razón de que estuviese allí era para echarle un ojo. Pero tampoco era plan de que un individuo disfrazado de arriba a abajo la estuviese siguiendo cual acosador, levantando más sospechas de la cuenta. Además, si iba acompañada no debería pasarle nada malo.

Se encogió de hombros y decidió probar suerte en la habitación 2.

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por **Astro** » Mié Oct 21, 2015 12:46 am

Salón - Planta baja

Kairi fue la que se atrevió a tocar el teléfono. A pesar de que sus cables no estaban conectados a ninguna toma de corriente, probó a desconectarlo y a llamar a un número al azar, pero antes de que pudiese hacerlo... Un chillido sonó desde el altavoz descolgado, tan agudo que provocó que todos los presentes tuvieran que taparse los oídos con las manos. Duró apenas diez segundos, tras los cuales dejó de sonar. Del todo. No había línea, y si probaban a llamar a cualquier número que se les ocurriese no habría respuesta. Ni siquiera al 112.

Watson, por su parte, se acercó a la muñeca. Era vieja, estaba llena de polvo, y debían de haber pasado años sin que nadie la moviese de su sitio. Representaba a una alegre ratoncita de grandes orejas negras y redondas, con un largo vestido rojo con lunares blancos y un lazo a juego. Parecía un poco rota y tenía varios arreglos cosidos en distintas partes: en tiempos, la usaron mucho.

La tele llamó la atención de Simbad, Hana y Maya. Pero, para su desgracia, no tuvieron nada de suerte con ella: su cable no estaba conectado a ningún enchufe (¡tampoco había en todo el salón!) y ni por arte de magia funcionaría sin electricidad. Podrían darle a todos los botones, incluso trastear con el mando a distancia, pero nada. Eso sí, al menos notaron que en la parte de detrás tenía un compartimento para introducir discos. Tal vez si encontraban alguno podrían meterlo ahí dentro.

Una vez quedaron satisfechos, los seis avanzaron hacia el comedor.

* * * *

Comedor - Planta baja · Kairi, Watson, Simbad, Aru, Hana, Colibritany & Maya

Lo primero que llamaría la atención en el comedor sería el olor. La luz de la luna iluminaba bastante bien la zona, revelando una gran y alargada mesa de madera repleta de comida y manjares... Podridos. No, en serio, daba asco, había hasta insectos alrededor. Pero lo más curioso era que en el centro de la mesa, había algo que no estaba en mal estado: una cesta con forma de calabaza, toda naranja ella, repleta de dulces y golosinas típicas de Halloween en un estado ideal para llevárselas a la boca. ¿Algún valiente se atrevería a examinar la cesta y, tal vez, probar alguna chuche?

Al fondo del comedor, una armadura vigilaba la sala. Era la de un típico soldado medieval, casco incluido, que se mantenía erguida mientras sujetaba de forma vertical una vieja lanza oxidada. No se movía ni un centímetro por mucho que la mirasen, pero daba la sensación de que protegía aquel lugar.

Si no estaban interesados en volver sobre sus pasos, en un lateral había unas puertas de cristal que parecían llevar a los jardines interiores de la mansión. ¿Echarían un vistazo?

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Pasillo derecha - Planta baja

La única que se atrevió a examinar la armadura, aunque no la tocase, fue Yui. Por suerte para ella, no activó ninguna trampa, ni provocó que la armadura la atacase. Pero sí que pudo darse cuenta... De que no había nada que sujetase las piezas de la armadura por dentro. Ni un atril, ni un apoyo, nada. Como si se mantuviera sola en pie, aunque por dentro se pudiese ver que estaba vacía. Qué raro.

Visto eso, los aprendices se dividieron en las distintas habitaciones de la zona.

Habitación de invitados - Planta baja · Yui & Celeste

Las dos chicas probaron con la habitación de invitados. Estaba oscuro, apenas se podía ver mucho por la luz de la luna que entraba por la ventana abierta. Parecía una habitación sin mucho que destacar: una gran cama de matrimonio, algún que otro mueble viejo, un armario... Aunque bueno, había un montón de libros tirados y desordenados en una esquina de la habitación. Tal vez podría interesarles mirar.

Otras partes que quizás podrían ser dignas de estudio serían la mesita de noche al lado de la cama... y la propia cama. Al andar, pudieron escuchar un ruido extraño que provenía de debajo de la gran cama. ¿Qué sería? ¿Se atreverían a mirar...?

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Cocinas - Planta baja · Light & Saito

Ambas puertas de la cocina estaban abierta, así que Light y Saito no tuvieron problema para entrar dentro. Las cocinas eran.. pues eso, unas cocinas. Llenas de polvo y telarañas, con el suelo de piedra, y llena de los típicos elementos que podrías encontrar allí: una encimera, un fregadero, utensilios de cocina (todos oxidados), una nevera... Espera, ¿una nevera? Pues sí, aquel aparato moderno destacaba en un mundo cuya tecnología no había llegado a tanto. Quizás fuera un buen elemento que inspeccionar.

Más cosas: volvía a haber una armadura vigilando la sala. Como en la anterior, era de un soldado medieval cuya arma en esta ocasión era una gran maza de hierro... oxidado. Casi se caía a pedazos. ¿Probarían a mirar más de cerca a esta?

Entre los utensilios de cocina, destacaba uno que parecía muy moderno: de un cajón sobresalía un cuchillo bastan afilado y de un acero impoluto, claramente hecho con tecnología moderna. ¿Y si les venía bien para defenderse...?

Por último, no había más caminos que seguir. Salvo, claro, que quisieran echar un vistazo a la despensa de la mansión. Pero al acercarse a la vieja puerta de madera que llevaba hasta allí, verían que alguien había escrito un mensaje en la madera con lo que parecía ser... sangre. "NO ENTRAR", ponía.

¿Entrarían?

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Cuarto de baño - Planta baja · Nicoxa & Alec

Ya fuera porque tuvieran ganas de hacer sus necesidades o por pura curiosidad, estos dos aprendices entraron en el cuarto de baño. Olía mal. No, a eso marrón no, malpensados, sino más bien a tuberías y agua estancada. Puagh. Casi no se podía ver dentro, solo por la poca luz que provenía de las antorchas del pasillo, lo cual no ayudaba a transmitir confianza.

Enfrente, nada más entrar, había un espejo roto. Pero era de estos que guardan un pequeño armario detrás de ellos, por lo que tal vez sería buena idea echar un vistazo allí. También estaba el propio váter, que si bien no parecía muy funcional, podían examinar su interior en busca de algún secreto.

Ahora bien, lo más inquietante. La bañera. La cortina estaba corrida, por lo que no podían ver cómo era la bañera como tal, pero sí que podían ver lo que parecía ser la sombra de alguien. Alguien, que estaba de pie en la bañera, oculto por la cortina, y que les observaba. Era alguien (o algo) alto, y la falta de luz evitaba que pudieran ver mucho más. Aunque claro, puede que fuese algún juego de sombras o imaginaciones suyas. ¿Se atreverían a correr la cortina para mirar...?

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Primera planta

Aparte de que Victoria se hizo mucho daño en el pie, la armadura del hacha ni se inmutó. Nada, ni siquiera se movió ni un milímetro. Qué raro. Aunque Victoria juraría que, por un segundo, los huecos de los ojos del casco habían brillado... O puede que se lo hubiese imaginado. Puede ser.

Biblioteca - Primera planta · Ragun, Fátima & Saxor

Un fuerte sonido se escuchó cuando la puerta de la biblioteca, más grande y pesada que las de las otras habitaciones, se cerró tras el último aprendiz que pasó. Cuando alguno intentara abrirla de nuevo, descubriría que estaba sellada tan bien como la de la entrada principal. ¡Estaban encerrados!

Por si eso no fuese malo, toda la biblioteca empezó a llenarse de pronto de humo. Humo blanco y espeso, que no auguraba nada bueno. Debían encontrar una forma de salir cuanto antes... Pero no había ventanas, ni ninguna otra salida, al menos a simple vista.

En un papelito, colgado en una estantería, encontrarían el siguiente mensaje:

"Mueve el volúmen correcto para abrir la salida"

Estaba colocada justo enfrente de una serie de 10 volúmenes de una serie de novelas sin título alguno. Pero eran enormes, al menos debían de tener 600 páginas cada una. ¿Cuál sería el correcto?

Si se dedicaban a curiosear (bah, buscar una forma de no morir, qué tontería), encontrarían en una esquina otra armadura de caballero medieval que vigilaba la estancia. Esta vez, con un bastón de mago como arma en lugar de un hacha.

Al otro lado de la biblioteca, destacaría un viejo diario completamente en blanco, colocado en una mesa junto a un bote de tinta y una pluma como si invitara a escribir algo en él. ¿Lo harían?

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Habitación 1 - Primera planta · Saeko & Freya

En aquella habitación no había mucho que destacar. Vieja, llena de polvo y telarañas, con los muebles justos pero sin nada de decoración personal... Nada destacable.

Excepto algo bastante... siniestro. La cama. Había algo, o alguien, o vete-a-saber-tú-qué tumbado en ella, y tapado por la manta de arriba a abajo de tal forma que se tapaba entero. No era muy grande, pero tampoco muy pequeño. Lo más raro... era que parecía que reaccionaba si alguno se movía, como si le siguiera con la mirada.

¿Se atreverían a mirar qué había debajo... o saldrían de allí pitando?

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Habitación 2 - Primera planta · Victoria & Nikolai

Aquella sala, más que una habitación, parecía un antiguo cuarto de juegos infantil. Juguetes, muñecos, y todo tipo de cosas antiguas que tendría un niño pequeño para jugar. Desde una gran casa de muñecas hecha con madera, y muy bien por cierto, con bastante detalle, hasta un llamativo muñeco de plomo que destacaba entre los demás porque no estaba lleno de polvo, sino completamente limpio.

Además, había un armario cuya puerta se abrió produciendo un ruido la mar de desagradable cuando Victoria dio algunos pasos. ¿Qué ocultaría dentro...?

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Habitación 3 - Primera planta · Neru

Neru se encontró con un gran y oscuro problema. Porque eso, la habitación estaba demasiado oscura. A diferencia de las otras, en aquella no se veía nada, ni siquiera con la poca luz que provenía del pasillo. Lo peor de todo: no podía coger una antorcha del pasillo, porque estaban bien ancladas con la misteriosa magia de la mansión.

¿Qué hacer? ¿Internarse a pesar de no ver absolutamente nada? ¿O volver atrás y regresar más adelante cuando tenga algo con lo que iluminarse?

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Mapas:

-Planta baja-

Vestíbulo:

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Salón:

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Comedor:

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Pasillo derecha:

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Habitación de invitados:

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Cocinas:

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Cuarto de baño:

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-Primer piso-

Pasillo principal:

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Biblioteca:

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Habitación 1:

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Habitación 2:

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Habitación 3:

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* * * *

Fecha límite: jueves 22 a las 23:59.

Nota: Recordatorio de que si tenéis dudas, podéis preguntar en el tema de registro del evento o por mensaje privado directamente. Preferiblemente lo primero, que así tu duda puede servirle a los demás.

Saludos~

por **Light** » Mié Oct 21, 2015 12:53 am

Nada de la cocina le llamó la atención, salvo la nevera. Tampoco se consideraba un experto en lo referente a la tecnología de aquel mundo, pero de alguna manera sintió que destacaba allí.

Pero antes de explorarla, se adelantaría a Saito y cogería el cuchillo que se encontraba a la vista. Teniendo en cuenta que estaban en peligro, no le vendría nada mal un arma con el que defenderse. No dudaría en utilizarlo.

Ignoró por completo la despensa y se dispuso a abrir la nevera. Quizás habría algo interesante para llevarse a la boca (¿se atrevería a comer algo?) o alguna otra pista que les ayudara a escapar.

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por **A Nerd Girl** » Mié Oct 21, 2015 11:50 am

Oh, armaduras. Ese villano vil que en todos los juegos de horror, incluidos los de mesa, acaban siendo el mayor exponente de peligro a aquellos que sucumbían a la temeridad. Maldiciones y burritos, esto no era un momento para presenciar telarañas… ¡Un jodida armadura armada!

Otro dato era aquella calabaza, no me molesté en mirar mucho para ver que tenía caramelos. ¡Oh dios! ¡Qué truco más viejo! ¿En serio crees que voy a caer por eso? Antes de la armadura estaba, por fortuna, una puerta que parecía dirigir a los jardines. ¡Bingo! Ahora tenemos todos un 50% de que si es la puerta o los caramelos lo que nos matará. ¡Que comience la ruleta! Yo apuesto a que son los caramelos o los dulces están llenos de veneno o ácido. También molaría que fueran tan caducados que cerraran la boca a quien se los comiera, ya sea por tener la boca pegajosa o por estar muerto (prefiero la segunda opción y quitarme de en medio a los retrasados mentalmente de mi grupo).

Primero repasemos, todo lo acontecido y comienzo a pensar en cosas raras. Así que en mi mente empecé a razonar la situación actual, desde lo que puede ser o no que conozca.

—Tras que la zorra tocase el teléfono y soltara un screamer, que si no parase hubiera ido a colgar el teléfono, y estrangularla (que venilla asesina tengo hoy… debe ser por el disfraz o por la incultura de la gente). Percibí los tres intentos de los temerarios que no sirvieron para que les saliera la tía del anillo en la televisión, o al menos algún programa de cotilleo y prensa rosa, que causaba el mismo pavor y mataba más (las neuronas principalmente). Otro dato interesante fue la muñeca, bastante deteriorada pero era linda. Quizá más vieja que yo, pero no voy a volver y cogerla para ponérsela a la niña que nos acompañaba. Mira que parecía un gato asustadizo pero, esto es absurdo.— miré a la chica pelirroja, una criaja, que podría salir como buena baza o como un incordio—.Aru no tocó nada en la sala anterior y en esta, tampoco debe. Aún así, no estoy muy convencido de, aunque lo pida con todo el gusto posible, que nadie toque los caramelos. Todo por la simple presencia de alguien armado y no con un cinturón de herramientas de mecánico, que del amo y señor de cueva, pero si una espada.

Me apresuré a moverme hacia la “estatua”. La miré, y miré la espada. Me giré y miré a la gente por si estaba alguien al borde de coger un caramelo. Volví a ponerme a mirar a la armadura.

—Que no se os ocurra caer en coger caramelos, estarán envenenados o quizá hasta cabreéis a los espíritus. —Observé bien la armadura pero no la toqué. Era un riesgo arrebatarle la espada para quizá cortarle la mano a cualquier imbécil de la sala—.Algo me dice, que no vamos a querer ser perseguidos por armaduras fantasmales, con armas. Ojalá no tuviera inteligencia para no cortarme en la idea de quitarle la espada, y cortar la mano a quien tenga la genial idea de coger un simple y jodido caramelo.

Declaré mis intenciones, sin siquiera ser educado o ser amable. Así que tras mirar bien cómo llevaba la espada, y en busca de alguna inscripción o algo que lo relaciona con el lugar, me decidí en salir de aquel lugar antes de que la gorda sebosa o la princesa de los elfos mal situada para la ocasión, luego le pediré foto para que el pelirrojo se me quede flipando del pibón, o hasta cualquier atontado como Simbad acaben liándola.

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