[Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Encuentro entre Tristan/Ban y Fátima

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Re: [Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 30, 2016 7:41 pm

Fátima abrió la boca cuando Tristan mencionó los viajes, pero decidió callarse en el último momento para no dar una versión contradictoria de la historia. Ya buscaría luego una explicación para John.

Salieron fuera y Fátima se quedó mirando cómo el anciano cerraba la tienda cuando escuchó aquel sonido tan familiar seguido de inmediato por el alarido de Tristan. Se giró y ahogó una exclamación al verlo cubierto de umbríos. Fue a invocar la Llave Espada cuando recordó que estaba rodeada de gente y cambió en el último segundo por el tessen, de manera que podía parecer que se lo había sacado de una manga o incluso de un bolsillo.

Atravesó el cuello de uno de ellos y, sin darse cuenta de lo que hacía, golpeó al otro con la caja del violín. No sirvió para apartarlo de Tristan, pero si que suavizó el agarre.

¡Suéltalo!—ordenó Fátima, aferrándolo por detrás, cerrando el tessen a modo de puñal y hundiéndoselo en la cabeza.

Con eso había acabado con dos. El tercero, entre tanto, había derribado a Tristan. Fátima se levantó la falda, de pronto más una molestia que otra cosa, y le arreó una patada en el costado que lo arrojó volando al otro lado de la calle, donde la gente se apartó entre gritos de miedo y asco. Se agachó y comprobó rápidamente que Tristan no estaba gravemente herido.

¿Puedes levantarte? ¡John!—Se volvió hacia el anciano—. ¡Llévatelo lejos de aquí, rápido!

El hombre dio un respingo y reaccionó ante su grito, apresurándose a ir a ayudar a Tristan a incorporarse. Fátima le tendió su maletín, rezando porque no se hubiera roto el violín, y luego fue tras el Incorpóreo, que se bamboleaba y agachaba, preparándose para atacar. Como tuvo que cubrir una distancia para alcanzarlo, la criatura esquivó su primer golpe, pero el segundo lo cortó por la mitad y lo hizo desvanecerse.

Con el corazón algo acelerado, más por el susto que por otra cosa, Fátima desvaneció su tessen y se apartó unos mechones de pelo de la cara. Le dolía un poco un tobillo, porque se había movido demasiado rápido y no estaba acostumbrar a luchar con tacones, pero con un disimuladoCura alivió las molestias. Antes de seguir a Tristan y John revisó los alrededores, ignorando a la gente, para asegurarse de que no había más Incorpóreos.

¿Serían los del parque que, quizás, se habían visto atraídos por su presencia? Si era así, tenían que acabar con ellos cuanto antes porque eran bastantes y dudaba que se hubieran acabado ya.

Una vez estuvo segura de que no había más cerca, se apresuró a reunirse con sus compañeros. John estaba pálido y nervioso. Fátima se alegró de haberle dicho que hacía esgrima en su colegio, porque si no…

John—dijo con suavidad—. Creo que deberías volver a casa. Nosotros iremos a buscar a la policía.

John arqueó una ceja, como si opinase que la policía poco podía hacer contra unos monstruos así, pero Fátima se quedó mirándolo fijamente. No quería que estuviera cerca de ellos; si había tantos Incorpóreos solo conseguirían poner en peligro a la gente que anduviera cerca. Sería mucho más seguro que John regresara solo ahora que sabían que podían alejarse del parque o, peor aún, que andaban sueltos por ahí.

Tuvo que presionar un poco y prometerle que se pasaría a verle más tarde antes de meter con firmeza a John en un taxi y suspirar tranquila. Entonces se volvió hacia Tristan y dijo:

¿Estás bien? Déjame esas heridas, vamos un momento a ese callejón.—Allí le haría los Cura que fueran necesarios hasta que no quedaran cicatrices. Se sentía culpable: Tristan era nuevo y aunque antes hubiera mostrado un comportamiento extraño era evidente que no iba a reaccionar bien si se le lanzaban tres Incorpóreos encima, diantres. Aun así, ese grito tan… desesperado…—. ¿Qué pasó? ¿Estaban fuera esperándonos?
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Ronda #9 - Incorpóreos en Londres

Notapor Astro » Sab Abr 30, 2016 7:42 pm

No era la primera vez que le ocurría, pero esta fue inusualmente fuerte. Volver a Bastión Hueco no fue fácil, y aunque a Ban le gustaba creer que se encontraba recuperado y en perfectas condiciones, la realidad era bien distinta. Dejando aparte la oscuridad que rondaba en su corazón, había otra cosa que le ponía las cosas difíciles: el miedo.

Miedo a morir, sobre todo. Lo cual, siendo un aprendiz, era un riesgo a tener en cuenta. ¡Qué le iban a contar a él! Era un experto en eso de palmarla.

Por eso, cuando los incorpóreos aparecieron a su alrededor demandando que volviera a ser como ellos, no pudo controlarse y el terror se apoderó de él. Casi paralizado, se defendió como pudo del umbrío que se abalanzó sobre él, empujándole hacia atrás para quitárselo de encima. Por suerte, Fátima vino al rescate.

¿Puedes levantarte?—Asintió levemente, levantándose con torpeza—. ¡John! ¡Llévatelo lejos de aquí, rápido!

El viejo le ayudó a terminar de ponerse en pie, y se lo llevó aparte, dejando el combate para la Maestra. Ban no opuso resistencia alguna, dejándose caer al suelo cuando llegaron a un lugar seguro y abrazándose las piernas, hundiendo la cabeza en medio. Todavía estaba afectado: los ojos le lloraban y le costaba un poco respirar.

¿Por qué? Se repetía esa pregunta una y otra vez. ¿Por qué a él? ¿Por qué los incorpóreos no podían dejarle en paz? ¡Él ya no quería ser uno de ellos! ¡No quería volver a ser un monstruo sin sentimientos! Sólo quería... Ni siquiera lo sabía. Pero eso no, desde luego.

Fátima volvió al poco y, tras despachar con educación a John, centró su atención en el aprendiz.

¿Estás bien? Déjame esas heridas, vamos un momento a ese callejón.—Se levantó y la siguió hasta el callejón. Se encontraba mejor, y afortunadamente sólo tenía alguno cortes superficiales, pero eso no quitaba que se sintiera como un auténtico inútil para variar—. ¿Qué pasó? ¿Estaban fuera esperándonos?

No, los umbríos... los umbríos... Me estaban buscando. —Las palabras salieron casi sola de su boca, sin pensarlas apenas. En aquellas condiciones, necesitaba desahogarse—. Q-quieren que vuelva a ser uno de ellos. ¡¡Pero yo no quiero volver a ser un incorpóreo!!

Se llevó las manos a los ojos, frotándolos para quitar cualquier lágrima que se le hubiera podido escapar. No había sido la mejor idea contarle eso, desde luego. Pero una parte de él se sintió mejor al hacerlo, y le empujó a seguir hablando.

»Supongo que ya lo sabrás. Cuando el incorpóreo de una persona muere y su corazón es liberado del sincorazón, ese alguien vuelve ser humana. Yo... fui un incorpóreo durante un tiempo. Fue horrible.

Bajó la cabeza, incapaz de decir nada más o de mirar a Fátima a la cara. Sólo pensar en su etapa como monstruo sin sentimientos hacía que le temblara todo el cuerpo. Y no por lo que hizo, sino por la idea de volver a morir una vez más.
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Re: [Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 30, 2016 7:44 pm

No, los umbríos... los umbríos... Me estaban buscando.

Fátima frunció el ceño y se agachó un poco para quedar a su altura. Tristan no la miraba. Hablaba de forma automática, escupiéndolo todo. No lo interrumpió.

Q-quieren que vuelva a ser uno de ellos. ¡¡Pero yo no quiero volver a ser un incorpóreo!!

Y el niño se llevó las manos a los ojos, que comenzó a frotar. Fátima se quedó mirándolo de hito en hito. ¿Un Incorpóreo? ¿Era posible? Pensó en Andrei y también en el muchacho de Bastión Hueco, cuyo nombre no recordaba bien. ¿Oswald? Por supuesto, se le vino a la cabeza Hisa Wix, ahora Iwashi, que había vuelto a la normalidad y enseñaba en Tierra de Partida.

Apretó los labios. ¿Por eso lo había reclutado Ronin? No es que el Maestro hubiera tenido nunca ninguna vergüenza sobre convertir a niños pequeños en Caballeros pero, quizás en este caso, había visto que Tristan era lo suficiente fuerte para volver a ser humano y que, además, necesitaba ayuda.

Supongo que ya lo sabrás. Cuando el incorpóreo de una persona muere y su corazón es liberado del sincorazón, ese alguien vuelve ser humana. Yo... fui un incorpóreo durante un tiempo. Fue horrible.
Le entraron ganas de llorar de verlo tan destrozado aunque casi no lo conociera de nada. Una parte de su mente quería desviarse hacia Andrei y preguntarse si se arrepentiría de algo de lo que había hecho mientras era Incorpóreo.

«No» pensó con frialdad. «Claro que no.»

Extendió una mano y le revolvió el pelo a Tristan. Después, tras titubear —no porque no quisiera, sino porque no quería que notara nada— le dio un abrazo suave y le acarició la espalda. No sabía si Tristan se sería incómodo o no, así que terminó rápido con ello y se sacó un pañuelo del bolsillo. Se lo ofreció mientras decía:

Que no te dé vergüenza llorar. Aprovecha ahora que has recuperado los sentimientos; ya sabes lo importantes que son, ¿no? Hay que dejarlo salir.—Bien lo sabía ella—. No vas a volver a convertirte en Incorpóreo porque a partir de ahora te vas a volver fuerte. Vas a tener amigos a tu lado que te protegerán. Lo mismo digo de los Maestros—le sonrió y le apretó un brazo—, ninguno dejará que te hagan algo así y te prepararán para que sepas defenderte por ti mismo. Está bien tener miedo, así no te cegarás por tus poderes, pero no dejes que te consuma. Sé que parece fácil decirlo pero, de verdad, con el tiempo las cosas mejorarán. Ya lo verás.

No podía decir más, por lo que esperaría a ver qué decía Tristan y, si se daba el caso, le invitaría a un bollo. En cualquier caso no lo obligaría a ir al parque si estaba aterrorizado, podía hacerlo sola. Claro que tendría que pensar cómo convencerlo de irse a casa sin que creyera que se estaba librando de él…
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Ronda #10 - Incorpóreos en Londres

Notapor Astro » Sab Abr 30, 2016 7:45 pm

La sensación de que le abrazaran le resultó rara. Muy rara. Por no mencionar que en toda su vida le habían abrazado muy pocas veces, y que en aquel momento no se encontraba en sus mejores condiciones, por lo que le pilló por sorpresa y no supo ni cómo reaccionar. Fue incómodo, pero también tuvo un punto... agradable. Por suerte o por desgracia, duró poco.

Que no te dé vergüenza llorar —dijo Fátima, ofreciéndole un pañuelo que no llegó a aceptar: ya se había limpiado las lágrimas con sus mangas.

Aunque el consejo fuera con buenas intenciones, no encajaba con lo que le habían enseñado desde niño a Ban. Llorar era de débiles. Los hombres no lloraban, y mucho menos un Oswald.

Aprovecha ahora que has recuperado los sentimientos; ya sabes lo importantes que son, ¿no? Hay que dejarlo salir.

Puso una mueca, sin llegar a decir nada. Saber manejar sus sentimientos nunca fue su punto fuerte, y mucho menos abrirse y contar lo que tenía dentro. Lo de hacía un momento fue más fruto del pánico y la angustia, y ya empezaba a arrepentirse de haber hablado más de lo necesario... Suerte que no llegó a contar toda la verdad.

No vas a volver a convertirte en Incorpóreo porque a partir de ahora te vas a volver fuerte. Vas a tener amigos a tu lado que te protegerán. Lo mismo digo de los Maestros, ninguno dejará que te hagan algo así y te prepararán para que sepas defenderte por ti mismo. Está bien tener miedo, así no te cegarás por tus poderes, pero no dejes que te consuma. Sé que parece fácil decirlo pero, de verdad, con el tiempo las cosas mejorarán. Ya lo verás.

Nunca se me ha dado bien eso de tener amigos —musitó, tras un momento de silencio—. Pero... gracias.

Se levantó, con las piernas temblándole un poco, y se dio prisa en alisarse la ropa y en recuperar la compostura. Detestaba mostrarse débil, aunque no le quedó otra que reconocerse a si mismo que le había sentado bien soltar un peso de encima al contar lo de su pasado incorpóreo.
Además, Fátima le producía un sentimiento extraño: sabía que era peligrosa y que si se enfadaba podría darle una paliza sin despeinarse, pero a su vez se mostraba tan cercana y amable que daba la sensación que podías hablar con ella de lo que fuese. Pero no debía olvidar que seguía siendo una Maestra de Tierra de Partida.

»Vamos al parque —decidió, apretando con fuerza los puños y echando a caminar al frente.

No dejaría que esos umbríos se salieran con la suya, por mucho miedo que le produjesen. Tenía a Fátima, una maestra, a su lado: era hora de descubrir qué estaba pasando en Londres con los incorpóreos.
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Re: [Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 30, 2016 7:47 pm

Nunca se me ha dado bien eso de tener amigos. Pero... gracias.

Fátima le sonrió. No le parecía un niño especialmente introvertido pero si lo decía, por algo sería. Procuró no mirarle mientras se arreglaba y recuperaba el orgullo perdido y sintió un pinchazo en el pecho. Ser un hombre era difícil.

Vamos al parque.

Tristan echó a andar antes de que ella pudiera reaccionar. Luego se apresuró a ir tras él, pensando cómo darle a entender que no hacía falta que fuera a su lado si le daban tanto miedo los Incorpóreos. El problema era que heriría sus sentimientos, por segunda vez. Le miró andar con decisión y suspiró. Los sentimientos no eran nada al lado de la vida, claro, pero aun así no quería que el chico hiciera ninguna locura para demostrar que era valiente. Mejor esperaría y, ante todo, no se apartaría de él.

*


El parque era grande y por él paseaban algunas parejas de ancianos aprovechando que hacía algo de sol. A Fátima le parecía un tiempo terrible pero nadie lo habría dicho por las sonrisas de alegría de la gente.

Vio a un par de policías patrullando y frunció el ceño. Tendrían que andar con cuidado si no querían meterse en problemas…

Entonces se le ocurrió una idea que, de paso, no pondría en peligro a Tristan.

Tristan, ¿ves a esos policías? ¿Te atreverías a acercarte a ellos y preguntarles por los ataques? Probablemente no te digan nada pero si luego me acerco yo a pedir perdón porque mi… primito es un cotilla, quizás se suavicen porque solo quiero asegurarme de que el parque es seguro.

Se imaginaba que si los Incorpóreos habían atacado a gente no habría realmente pruebas para que la policía pudiera acordonar la zona, así que se mantenían al acecho para impedir que cundiera el pánico. Así que les asegurarían que todo estaba bien, pero lo más probable era que, después de eso, empezaran a hablar del tema. Entonces un poquito de niebla y a aplicar el oído.

Le comentó su idea a Tristan y esperó a ver qué opinaba. Si podían intentar averiguar dónde solían aparecer los Incorpóreos en vez de tener que pasearse por todo el parque para atraerlos y poner en peligro a los ancianos —por pocos que fueran— que paseaban por ahí, mejor que mejor.
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Ronda #11 - Incorpóreos en Londres

Notapor Astro » Sab Abr 30, 2016 7:47 pm

Inspirar, espirar. Inspirar, espirar. Procurando mantener la calma sin que se notara mucho su nerviosismo, avanzó por el parque dirigiendo la marcha. Debía encontrar alguna pista sobre los incorpóreos, pero tras un vistazo preliminar, se le cayó al alma a los pies. Ancianos paseando, unos policías, algún que otro vecino de Londres que pasaba de paso... Nada fuera de lo normal de aquel mundo. Fue a seguir andando, decidido a no rendirse tan fácilmente, pero entonces a Fátima se le ocurrió una idea.

Tristan, ¿ves a esos policías?

Asintió, fijándose en ellos.

¿Te atreverías a acercarte a ellos y preguntarles por los ataques? Probablemente no te digan nada pero si luego me acerco yo a pedir perdón porque mi… primito es un cotilla, quizás se suavicen porque solo quiero asegurarme de que el parque es seguro.

Esto... —Torció el morro, no muy convencido por la idea—. Bueno, puedo probar.

Avanzó hasta ellos, pensando que realmente no perdía nada por intentarlo. Puede que, al ser policías, sí que supieran algo, pero no apostaba demasiado por ello.
Cuando llegó hasta ellos, intentó recuperar su apariencia de chaval inocente y curioso, aunque le costó más que en otras ocasiones lograrlo.

Disculpen, agentes, ¿puedo hacerles una pregunta? ¿Es cierto que se han producido ataques por esta zonaaaa?

Le quedó algo forzado, pero sirvió para llamar la atención de los dos policías, que miraron al chico con cara de sorpresa.

Eso no es asunto tuyo, vuelve a tu casa, niño —respondió uno de ellos, de forma algo tosca.

NIÑO TU PADRE —rugió, literalmente, Ban.

Una leve aura de oscuridad rodeó un instante al chico al gritar, invocada por la rabia de haber sido insultado. Fue una reacción natural, involuntaria, y de la que se arrepintió enseguida. Porque, en aquel momento, la había liado.

«Mierda
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Re: [Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 30, 2016 7:49 pm

NIÑO TU PADRE .

Fátima se llevó una mano a la frente. Debería habérselo pensado dos veces antes de enviar a Tristan con lo alterado que estaba. Antes de que el guardia que le había llamado niño pudiera llegar a indignarse de verdad, Fátima se apresuró a interponerse entre ambos y a coger a Tristan por los hombros mientras exclamaba:

¡Qué haces gritándole a la policía! Disculpen, agentes, mi primo es un poco maleducado, no queríamos molestarles. Es que me ha escuchado decir que mis padres oyeron de ataques y, claro.—Esbozó una sonrisa incómoda—. Lo siento muchísimo.

No pasa nada, señorita—respondió el compañero, tocándose la gorra—. [b]La verdad es que sería mejor si se mantuviera alejada del sur del estanque, hay una zona arbolada y puede ser peligrosa de noche.[/color]

Fátima no sabía si le estaba diciendo que ahí se habían producido los ataques o simplemente era un consejo bien intencionado, pero tendría que conformarse con eso porque el otro guardia parecía a punto de ir a por Tristan y tirarle de las orejas. Empujó a su «primo» lejos y se encaminaron en dirección contraria al estanque. En un recodo, Fátima se detuvo y miró a Tristan con una ceja arqueada.

Entiendo que te moleste que te llamen «niño» pero cuando te encargan una misión hay que tragarse las ganas de responder a la gente.—No quería imaginar lo que le pasaría cuando viajara a algún mundo donde su cabello blanco o su edad lo obligaran a soportar toda clase de desprecio—. Voy a ir a la zona del estanque a investigar.—No podía decirle que no fuera con ella si no quería que lo interpretara como que sí, que ella también lo trataba como un niño. Podía pedirle que se acercara por fuera del parque pero, ¿y si le atacaban los Incorpóreos? No, mejor tenerlo cerca—. ¿Vamos?

Se encaminó hacia el estanque, donde nadaban unos cuantos patitos, examinando con ojo crítico los árboles mientras su botas crujían contra la arena del camino.

Si aparecen, ponte detrás de mí y protégeme la espalda. Son muy rápidos, así que cualquiera podría aparecer por detrás. Así nos guardamos mutuamente el uno al otro.—Era una orden, aunque lo dijo con suavidad para que no la interpretara de buenas a primeras como tal. Llegaron al linde y dijo—.Sobre todo no podemos alzar la voz, no podemos permitir que se acerquen inocentes, ¿entendido? Bien, saca tu Llave Espada.
Ella pasó al lado de un árbol e invocó la suya propia. Ahora quedaba esperar a que los Incorpóreos se acercaran a ambos.
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Ronda #12 - Incorpóreos en Londres

Notapor Astro » Sab Abr 30, 2016 7:50 pm

¡Qué haces gritándole a la policía!

Agachó la cabeza, agradeciendo por dentro que Fátima hubiera intervenido tan rápido en su metedura de pata.

Disculpen, agentes, mi primo es un poco maleducado, no queríamos molestarles. Es que me ha escuchado decir que mis padres oyeron de ataques y, claro. Lo siento muchísimo.

Perdón... —dijo en voz baja, fingiendo arrepentimiento.

—No pasa nada, señorita. La verdad es que sería mejor si se mantuviera alejada del sur del estanque, hay una zona arbolada y puede ser peligrosa de noche.

O lo hizo apropósito, o aquel policía era un inútil de manual. Fuera como fuese, al final consiguieron una pista sobre dónde buscar a los incorpóreos, y ambos portadores se apresuraron en alejarse de los agentes en dirección contraria al estanque. Una vez a una distancia prudente, llegó el momento de la regañina de Fátima, cómo no.

Entiendo que te moleste que te llamen «niño» pero cuando te encargan una misión hay que tragarse las ganas de responder a la gente.

Y-ya lo sé, fue un desliz... —se defendió, aunque bien sabía que había metido la pata.

Voy a ir a la zona del estanque a investigar. ¿Vamos?

Asintió. Estaba inseguro, nervios, y por supuesto asustado, pero no pensaba dejar pasar el tema sin más. Cuando llegaron al estanque, por suerte, no había nadie por la zona. Solo unos patos que nadaban tranquilos. De no haber estado Fátima presente, lo más probable era que Ban les hubiese tirado algunas piedras porque sí.

Si aparecen, ponte detrás de mí y protégeme la espalda. Son muy rápidos, así que cualquiera podría aparecer por detrás. Así nos guardamos mutuamente el uno al otro.

Vale. —No se le escapó que había sido una orden dada de forma disimulada, pero no protestó porque tenía sentido.

Sobre todo no podemos alzar la voz, no podemos permitir que se acerquen inocentes, ¿entendido? Bien, saca tu Llave Espada.

Todavía no domino muy bien mi Llave...

En realidad, había perdido mucha práctica con ella durante su tiempo de retiro, prefiriendo ahora luchar con sus recién adquiridas garras ya que le resultaba más natural, pero siguió su consejo y la invocó.

Se quedó cerca de Fátima, alerta, esperando que el cualquier momento apareciesen de nuevo. Sin embargo, durante los primeros diez minutos, no ocurrió nada. Poco a poco, Ban fue separándose más, explorando más la zona a la vez que perdía las esperanzas de que aquel fuese el lugar correcto. ¿Tal vez el policía les había engañado? ¿O se refería a otro peligro como ladrones que frecuentaban el lugar...? Perdido en sus preguntas internas, notó de milagro que pisó algo que le llamó la atención. Al levantar el pie, descubrió lo que era:

¿Un botón...?

Lo cogió y se quedó observándolo con detenimiento, casi seguro de haberlo visto antes. ¿Podía ser...?

Acudimos a su llamada, mi señor.


Aquellas voces de nuevo, acompañadas de la aparición de tres umbríos a su alrededor, le hicieron dar un bote en el sitio.

¡F-Fátima! —gritó, retrocediendo torpemente.

Levantó su Llave, rechazando a duras penas el primer ataque del incorpóreo más cercano. Su cuerpo ahora se movía, pero el pánico volvía de nuevo y le costaba concentrarse. Definitivamente, no podría luchar solo contra ellos.
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Re: [Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 30, 2016 7:52 pm

Árboles, tierra húmeda y ningún sonido quitando el de sus pasos al avanzar. Ningún pájaro ni tampoco ningún insecto. Estaba convencida de que habían dado con el lugar correcto.

Tristan murmuró algo tras ella pero estaba ocupada buscando algo blanco a su alrededor. Entonces escuchó ese maldito sonido.

¡F-Fátima!

¡No te muevas!

Fátima invocó una serpe acuática para atacar al Incorpóreo que se acercaba a Tristan por la espalda y luego arremetió contra el que estaba frente a él. Lo agarró por el cuello y lo tiró al suelo, donde lo golpeó con la Llave Espada hasta que lo hizo desaparecer.

Los otros dos no le costaron demasiado. Aunque iban a por Tristan y eran rápidos, Fátima estaba acostumbrada a luchar contra criaturas más rápidas que unos simples Umbríos.
¿Estás bi-?

Fátima soltó una exclamación al escuchar de nuevo la manifestación de un Incorpóreo, que apareció detrás de Tristan. Cogió al muchacho de un brazo y lo alejó del monstruo.

Este no tenía nada que ver con los Umbríos. Más alto, casi humano, era un Samurái armado con varias katanas. Esperaba entre los árboles con una actitud reposada que la puso nerviosa, como si no tuviera la más mínima intención de atacar.

Estaba claro que era un Incorpóreo demasiado fuerte para Tristan y, sin embargo, Fátima se alegró: parecía que por fin habían encontrado al jefe de las criaturas.

Ondina—susurró, frotando con un dedo el anillo.

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La esencia de agua se materializó tras ella. Fátima le transmitió las órdenes mentalmente y añadió en voz alta:

Quédate cerca de ella, Tristan. Te protegerá y defenderá.

Luego, enarbolando la Llave Espada, se acercó con cuidado al Samurái. Que hubiera tantos árboles dificultaría el movimiento de ambos, así que aprovecharía para mantener una distancia mínima y atacarlo de lejos.

Entonces empezaron a aparecer Umbríos por todas partes. Fátima maldijo. No iba a tener tiempo para un combate bien planeado.

¡Aléjate Tristan!

Y echó a correr preparando una Prisión de agua.
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Ronda #13 - Incorpóreos en Londres

Notapor Astro » Sab Abr 30, 2016 7:53 pm

¡No te muevas!

Dicho y hecho, aunque no era que Ban tuviera muchas otras opciones. Fátima se deshizo con bastante soltura de los umbríos, acabando con ellos como si nada. El muchacho parpadeó, perplejo, con una mezcla de alivio y rabia en su interior. ¿Por qué ella podía y él no? ¿Por qué no era capaz de defenderse...?

¿Estás bi-?

Ni la Maestra terminó la frase, ni Ban tuvo tiempo para responder cuando ella le apartó de un tirón para esquivar el ataque de un nuevo incorpóreo. Esta vez, uno de mayor nivel: un samurai. Genial, fantástico. Todo el cuerpo de Ban se estremeció con solo verlo.

Ondina—susurró Fátima, frotando un anillo que llevaba puesto.

Al instante, una figura de agua apareció detrás de la chica. Parecía tener forma de mujer, totalmente líquida... ¿Una invocación, quizás?

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Quédate cerca de ella, Tristan. Te protegerá y defenderá.

V-vale.

En aquella ocasión, ni se le pasó por la cabeza desobedecer. Todavía le temblaba todo el cuerpo, y no pensaba arriesgarse a luchar contra un incorpóreo como ese si no había sido capaz de hacerles frente a los umbríos, los de menor nivel de todos. Ni hablar.

Pero por mucho que Fátima se enfrentase al jefe y su "Ondina" le protegiese, más incorpóreos seguían apareciendo. Decididos a acabar con el chico, a arrancarle el corazón del pecho... Para que volviese a ser uno de ellos.

¡Aléjate Tristan!

Recibió varios arañazos en los brazos, mientras intentaba defenderse a duras penas. Si esto seguía así...

No quiero morir.


Disparó una Flama tenebrosa desde cada mano contra los umbríos, al mismo tiempo que saltaba hacia atrás con un Doble salto para dejar paso a Fátima con su nuevo hechizo de agua. Lo hizo casi instantáneamente, sin pensarlo, dejando que su cuerpo se llevase por un único impulso: vivir.
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Re: [Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 30, 2016 7:54 pm

El samurai reaccionó en el momento en que intentó atraparlo. El muy capullo consiguió romper la burbuja de agua y se arrojó a una velocidad casi suicida contra Fátima. Ella se echó a un lado conteniendo un grito de la impresión. Uno de los árboles acabó cortado por la mitad. Fátima rodó por el suelo, se incorporó e interpuso su Llave Espada en el último segundo. Aun así, la fuerza del samurai la superaba por mucho y su muñeca gimió bajo la prisión. Usó al Incorpóreo como plataforma para apoyar los pies y arrojarse hacia atrás con un gemido de esfuerzo. Se chocó contra un árbol pero, al menos, consiguió poner distancia.

Ondina, entre tanto, rodeaba a Tristan, protegiéndolo de los Incorpóreos. Cuando alguno atacaba, lo lanzaba como si fuera una pelota contra los árboles, haciendo uso de su espada. Aun así, eran bastantes, lo suficientes para ponerla nerviosa. De vez en cuando empujaba a Tristan hacia atrás para impedir que le asestaran un golpe mortal.
Cuando Fátima soltó un grito de dolor porque el samurai la hirió en una pierna, Ondina se giró con preocupación. Abrió un hueco, el suficiente para que un Umbrío se arrojara sobre él.

Entonces Fátima, cuando el Incorpóreo estuvo a punto de cogerla, disparó dos Electro + con la seguridad de que no iba a fallar. El resultado fue una onda expansiva que la lanzó por los aires y acabó sobre un matorral, medio despatarrada. Salió como pudo, todavía aturdida, y se quedó de piedra al ver que todavía había Incorpóreos y que rodeaban a Tristan, insistentes.

«¡¿Qué es lo que les atrae?! ¿Por qué van a por él?»

Ondina ejecutó un golpe circular, percibiendo las inquietudes de Fátima, y sus ojos se fijaron en Tristan de arriba abajo. Como esencia mágica que era, podía percibir ciertas cosas. Sabía distinguir Sincorazón de Incorpóreos y de humanos. La Llave Espada del chico era una fuente de magia, pero no era la única.

Había algo extraño en él.

Lo arrojó de nuevo hacia atrás solo que, en esta ocasión, en vez de ponerse delante, se tiró sobre el muchacho. De un latigazo le arrancó un botón. Luego lo atrapó en su mano y lo pulverizó comprimiendo toda su esencia.

Ahora, le transmitió a Fátima.

Al ver que los Incorpóreos se quedaban algo aturdidos, la chica no dudó y corrió a acabar con ellos.
Fue fácil y no aparecieron más.

*


Gracias, Ondina. Nos has salvado—dijo, con una sonrisa de orgullo, a la esencia.
Se habían tenido que alejar por el bosquecillo porque la pelea había terminado por atraer a gente pero, por el momento, parecía que nadie iba a encontrarlos. Fátima se curó las heridas y luego revisó a Tristan mientras Ondina le explicaba con su conexión mental como podía lo que había sucedido. Fátima asintió, con el ceño fruncido.

¿Qué era ese botón…?—le preguntó al chico—. ¿Por qué lo tenías? Parece que es lo que atraía a los Incorpóreos.
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Ronda #14 - Incorpóreos en Londres

Notapor Astro » Sab Abr 30, 2016 7:55 pm

Seguía repeliendo incorpóreos como podía cuando, casi sin previo aviso, la invocación de Fátima se abalanzó sobre él y le golpeó la mano con un brazo, cual látigo. Sin poder evitarlo, soltó el botón que sujetaba y el ente de agua aprovechó la situación para atraparlo al vuelo y destrozarlo.

¿Pero qué demonios...? —murmuró, retrocediendo de la mujer acuática.

Lo siguiente sucedió muy rápido. Fátima destruyó a los incorpóreos que quedaban, y a diferencia de antes no volvieron a surgir más. Ban se quedó mirando el suelo, pensativo, cayendo en la cuenta de que el botón era lo que les invocaba.

Poco a poco, entendió por qué.

*

Gracias, Ondina. Nos has salvado

Sí, gracias, supongo...

Se apoyó contra un árbol, mientras Fátima terminaba de curarse las heridas. Habían tenido que salir corriendo hasta un bosquecillo cercano para evitar miradas indiscretas de curiosos que escucharon la pelea. Ban se resistió un poco a que le curase las heridas, y por fin llegó la pregunta que temía.

¿Qué era ese botón…? ¿Por qué lo tenías? Parece que es lo que atraía a los Incorpóreos.

Lo... encontré en el suelo —dijo, tras pensarlo un poco—. No estoy seguro de por qué los atraía, puede que algún incorpóreo lo hubiera hechizado y luego dejado ahí... No sé.

Calló, pensativo. En la última parte, aunque era una teoría, se había guardado un dato importante: el botón era suyo. De la chaqueta que llevó el día en el que conoció a Fátima, y que muy probablemente se cayó durante la pelea en el aire que tuvieron ambos.

Había sido él mismo quien los invocaba... Sin saberlo.
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Re: [Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 30, 2016 7:57 pm

Lo... encontré en el suelo. No estoy seguro de por qué los atraía, puede que algún incorpóreo lo hubiera hechizado y luego dejado ahí... No sé.

Fátima lo examinó, dudosa. Había vacilado demasiado para hacer memoria. Pero ¿qué podía ser? ¿Que ese niño tenía la fuerza suficiente para invocar Incorpóreos? No. Ya no era uno. Aunque podía ser que quedara alguna especie de reminiscencia… No, en cualquier caso, al destruir el botón los Incorpóreos se habían esfumado. Todo había empezado con el botón, aunque luego se hubieran visto atraídos por la presencia de Tristan, que antes había sido un Incorpóreo. Además, Ronin les habría dicho algo. O quizás todavía no le había dado tiempo…

En cualquier caso la presencia de Ondina empezaba a pesarle demasiado, por lo que la despidió después de darle las gracias otra vez y entonces pudo empezar a pensar mejor. Lo suficiente para recordar que era mejor marcharse cuanto antes.

Al menos ya no volverán a hacer daño a nadie. Buen trabajo.—Se arregló un poco el pelo, estiró la espalda y dijo—: Vámonos de aquí.

No fue muy difícil, solo tuvieron que dar un rodeo entre los árboles y seguir un camino pequeño cercano a las verjas. En cuanto pudieron, salieron del parque. Solo entonces respiró tranquila.

De acuerdo, creo que voy a ir a decirle a John que está todo bien. Luego nos volvemos para Tierra de Partida, que ha sido un día duro.—Miró de reojo a Tristan y añadió—: No te tortures, Tristan. Acabas de empezar, nadie puede superar a unos monstruos así de un día para otro. Para eso estamos nosotros, para enseñarte.—Le sonrió, a ver si se animaba—. Y siempre vas a tener a alguien a tu lado para echarte una mano cuando lo necesites, así que no te agobies.

»Los Incorpóreos, tarde o temprano, no te parecerán nada.


Lo peor era enfrentarse a los que no eran Sincorazón ni Incorpóreo, pero decidió callarse aquello.
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Ronda #15 - Incorpóreos en Londres

Notapor Astro » Sab Abr 30, 2016 7:58 pm

Al menos ya no volverán a hacer daño a nadie. Buen trabajo.—Hizo una mueca, sin añadir nada más. No sentía que hubiera hecho buen trabajo, sino que fue un inútil que necesitó ayuda en todo momento—: Vámonos de aquí.

Vale.

Salieron del parque en silencio, caminando con total tranquilidad sin llamar la atención de nadie. Ni policías, ni vecinos cotillas. Algo fue algo. Ban caminaba cabizbajo, reflexionando sobre lo ocurrido. Durante su etapa como incorpóreo, intentó durante muchas ocasiones invocar a incorpóreos menores para controlarlos como esclavos, pero sin resultado alguno.

¿Por qué había funcionado tanto tiempo después...? Casi parecía una pesadilla que le perseguía de nuevo.

De acuerdo, creo que voy a ir a decirle a John que está todo bien. Luego nos volvemos para Tierra de Partida, que ha sido un día duro.

Asintió, sin ganas de decir nada más. Debía de pensar qué haría ahora sobre el detalle de que él no era de Tierra de Partida y le había mentido sobre ello.

No te tortures, Tristan. Acabas de empezar, nadie puede superar a unos monstruos así de un día para otro. Para eso estamos nosotros, para enseñarte.—Volvió a hacer una mueca. Aunque iba con buenas intenciones, casi sirvió para lo contrario: había pasado mucho tiempo desde que recibió la llave espada por primera vez, y se sentía incluso más débil que entonces—. Y siempre vas a tener a alguien a tu lado para echarte una mano cuando lo necesites, así que no te agobies.

Alguien a su lado para apoyarle... Sonrió de medio lado, agradecido. Sin embargo, la alegría le duró medio segundo: todo aquello era de mentira. Fátima no tardaría en descubrir que no había ningún Tristan en Tierra de Partida, y por lo que respectaba a Bastión Hueco... mejor era no decir mucho. Ni siquiera a Nanashi parecía gustarle su vuelta.

»Los Incorpóreos, tarde o temprano, no te parecerán nada.

Oye, Fátima, una pregunta...

Algo que había querido preguntarle desde el principio, pero que no había hecho para evitar que le pillara. Ahora, parecía un buen momento.

»¿Alguna vez has visto a un incorpóreo... con forma humana? ¿Qué piensas sobre ellos...?
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Re: [Nunca Jamás] Incorpóreos en Londres

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 30, 2016 8:00 pm

Oye, Fátima, una pregunta...

Dime.

¿Alguna vez has visto a un incorpóreo... con forma humana? ¿Qué piensas sobre ellos...?

Fátima fue reduciendo el paso hasta casi detenerse. Estaban a punto de salir a una calle más grande, llena de coches de caballos y gente que paseaba aprovechando el escaso sol que hacía. Se cruzó de brazos. Sabiendo que Tristan había sido uno —aunque le costaba creerlo—, tendría que escuchar con cuidado sus palabras.

He visto dos. Los dos eran portadores de la Llave Espada, de Bastión Hueco. Aunque sé que hay más. Tenemos una Maestra que fue una Incorpórea, como tú. Y es una de las mujeres más fuertes y respetables que he visto.

Sobre todo teniendo en cuenta que venía de Bastión Hueco, pero no creía que pudiera olvidar cómo les había salvado en Tierra de Partida. Luego pensó en Andrei y en Oswald y se le formó un nudo en la garganta que le borró la sonrisa.

Los dos eran...—Buscó una palabra pero no sabía cómo suavizarlo. Miró a Tristan con fijeza—. Monstruos. Uno de ellos era Andrei, que fue un Maestro de Bastión Hueco y jugó con la vida de varios mundos… E intentó ser dios. Así que él era un monstruo antes de convertirse en un Incorpóreo. El otro…—Suspiró—. No sé qué fue de él antes de convertirse en Incorpóreo. Con nuestra Maestra me quedó claro que puedes convertirte en Incorpóreo siendo buena persona. No creo que los Incorpóreos sean malos por sí. Es sólo que no tienen moralidad, porque nada les hace daño.—Fátima exhaló un largo suspiro—. Pero me has preguntado qué pienso de ellos y… Creo que algunos son dignos de lástima. Perderte a ti mismo debe ser algo muy parecido a morir. Debe ser horrible. Por eso creo que necesitan ayuda —recordó a Clío intentando ayudar a Andrei y se le encogió el corazón—.Ahora, con el tiempo, he entendido que no puedes hacer responsable a una persona sin capacidad para sentir de sus errores. El segundo Incorpóreo que conocí, Oswald, tiró a John de la torre del reloj ese que ves allí.—Señaló con un gesto—. Todavía no sé por qué lo hizo y, si lo encontrara, todavía querría darle una paliza. Pero también pienso que debe ser muy triste vivir sin amor, sin amigos, sin… sin sentir miedo o dolor. Sin sentir nada. Es un camino completamente autodestructivo.—Volvió a mirar a Tristan—. Él no entendía de música aunque sabía tocarla sin problemas. No podía disfrutar de tomar un helado o un buen menú. Creo que ni siquiera estaba realmente enfadado cuando nos enfrentamos. A primera vista, no sentir nada debe parecer toda una ganga pero… ¿No es mejor estar muerto a algo así?

»Eso es lo que pienso, Tristan. Los Incorpóreos con aspecto humano me dan pena. Significa que tenían un corazón fuerte, pero les pasó algo y acabaron vacíos. No soporto lo que hacen y creo que hay que destruirlos para evitar que hagan daño a nadie, porque ni siquiera lo hacen con un motivo claro. Pero eso no significa que no sean víctimas a su… modo.


Se retorció un mechón de pelo y se preguntó si aquello le habría servido de algo al chico.

¿Y tú qué piensas?—preguntó con suavidad.
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