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No salió bien, y lo pagué caro.

La barrera de Ariasu me empujó contra el pozo, y aunque intenté sujetarme con la cadena fui incapaz de hacerlo a tiempo.

Por suerte, el examen estaba hecho para que no saliésemos heridos, por lo que acabé cayendo en unos cómodos cojines.

Los demás aprendices también empezaron a aparecer, algunos otros (que también habían fallado en la prueba) cayeron del techo, mientras que los que parecían haber resultado vencedores aparecían por la puerta.

—Dejadme adivinar, habéis luchado contra unas copias de vuestros Maestros. Menos mal que no eran los de verdad —comentó Light sin malicia, pero aquello me sentó como una patada en el culo. Claro, si la de mentira ya me daba semejante paliza... ¿Cómo sería ir contra la real? Pensar aquello me deprimía, aunque al menos —. ¿Qué tal? En mi caso creo que ha ido bien, lo he destrozado, pero el muy cabrón me ha quemado el brazo.

—Menos mal que no lo eran, sí. Yo he conseguido tirar a Lyn gracias a Ondina

—Yo prefiero no hacer comentarios al respecto —murmuré de mala gana recibiendo una palmadita en el hombro por parte de Fátima. Suspiré con pesar.

Tenía mucho que aprender todavía.

Las notas acabaron apareciendo en la pizarra. Mi nota había sido baja, muy baja. No me sentía para nada satisfecho con el resultado, puesto que aquello significaba que no era un buen aprendiz, sino un enclenque.

―Eh, al final no lo hemos hecho tan mal. En cuanto me recupere un poco te la curo. Ahora mismo no tengo ni una gota de magia. Enhorabuena, Ragun

—[b]Ah, gracias. Lo mismo digo, vaya notaza —sonreí. Bueno... Si miraba las demás notas tampoco lo había hecho tan mal... ¿No? Al menos había aprobado, algo era algo.

¿Pero y los que no habían llegado al mínimo? Miré de reojo a Nadhia, sabía lo que le pasaba, al menos en parte... ¿Era aquello lo que la estaba retrasando?

—Supongo que si quiero sacar más nota tendré que esforzarme más la próxima vez —ladeé la cabeza.

Tragué saliva y ahogué una exclamación de sorpresa: la copia de Ryota no se detuvo ante mi propuesta de rendirme… supuse que porque no había acabado de hablar. No tuve tiempo de reaccionar, y una ráfaga huracanada de viento me lanzó hacia el vacío del puente.

Y una mierda voy a caerme.

—¡Alas de Equinoccio!

Nada sucedió. Sonreí por puro nerviosismo al darme cuenta de que estaba jodido. Ya no tenía magia suficiente como para alzar el vuelo.

Mi único consuelo mientras caía al vacío fue comprobar que el Maestro también se precipitaba contra la niebla. Esperaba que hubiesen puesto algo blando o la hostia que me iba a dar sería memorable para la historia de los Caballeros de la Llave Espada.

***

Acababa de caer sobre un sofá en el que me acomodé mientras esperaba al resto. Ya había algunas caras conocidas, pero decidí no comentar nada. Estaba algo preocupado, ¿tan mal lo había hecho a ojos de los que nos evaluaban? Bueno, al menos había tirado yo también a Ryota. Eso debía ser un empate técnico por lo menos, ¿no?

Tras el regreso del resto de Aprendices, algunos por cortesía también del techo y otros por distintas puertas, tuvimos unos minutos en los que nadie nos informó de que debíamos hacer ahora. Me encogí de hombros mientras picoteaba algo, volviendo a mis pensamientos de antes: lo hecho hecho estaba, yo ya sabía lo buen aprendiz que era, por mucho que no hubiese sacado un diez en la prueba escrita ni hubiese pasado con otro diez la prueba final.

Aunque algo contarían por un empate.

Entonces surgieron unas escaleras con una flecha que indicaba de una manera más bien poco sutil que las subiésemos. Al hacerlo acabamos en la misma sala en la que habíamos hecho la primera de aquellas pruebas así que quizá íbamos a hacer una repetición, o algo por el estilo, no dudé en agenciarme mi sitio de nuevo.

Pero en lugar de aparecer instrucciones aparecieron nuestras notas. Corrí en busca de la mía sin fijarme en los demás.

Saito: 21,5

¡Chúpate esa Tierra de Partida! He superado el diez. ¿Y vosotros qué? ¿Eh?

Fátima Laforet: 38,2

Light Hikari: 37

Hana Shimizu: 29,7

Ñiñiñi soy Tierra de Partida ñiñiñi, se me da genial hacerlo todo ñiñiñi.

Miré el resto de notas, era el decimosexto de todos los Aprendices que se habían presentado. Ya lo haría mejor otro día.

Nikolai Everard: 25,4

Que te den.

Magia magnética... De haberlo sabido de antemano ni se hubiese planteado la posibilidad de luchar cuerpo a cuerpo, fue un blanco fácil para la copia de su nueva maestra, Iwashi. Aun así, mientras caía sin remedio apuntó en el último momento y disparó un hechizo Hielo+, destrozando a su enemiga antes de caer a la oscuridad.

—Mujer, le das un sentido muy peculiar a la expresión “caída del cielo”. ¿Cómo te ha ido al otro lado de la puerta?

Saeko miró sorprendida a Nikolai tras caer en un montón de cojines, en la misma sala de antes.

—La maestra Iwashi usó su magia magnética, de haberlo sabido hubiese empleado otra estrategia. Qué tonta.

—Ya… que me vas a contar. De no ser por mi compañero de juerga me iba directo al pozo. —materializó su látigo milagroso.

—Me tienes que decir dónde te hiciste con uno de esos, a ver si me va a hacer falta a mí también.

Saeko aceptó de buena gana la mano de Nikolai para ponerse en pie y ambos marcharon de nuevo hacia la sala donde se llevó a cabo el examen teórico. Se mostró recelosa cuando vio su asiento, pero al ver que otros aprendices ya se sentaban pues decidió seguir la corriente y sentarse también. Se mantuvo alerta a cualquier cosa.

Al cabo de unos minutos las notas se materializaron en la pizarra. Saeko observó de forma detenida todas y cada unas de las puntuaciones, hasta que llegó a la suya y, claramente, se llevó una enorme decepción. Suspiró y ladeo la cabeza, aquel examen no había tenido sentido alguno, o puede que sí, pero no demostraba para nada sus capacidades de verdad. Menudo timo.

Por lo menos estaba aprobada.

—Eh, no te vengas abajo. Una nota es solo una valoración con un par de números, pero recuerda que no todo se puede medir con un par de cifras —habló Nikolai entonces, dándole un toque sorpresa en la frente que la despertó de su ensimismamiento—. Siempre hay una próxima vez, y siempre la posibilidad de mejorar.

Saeko se cruzó de brazos, muy incómoda.

—Este examen ha sido muy raro, no tenía sentido, está claro que no ha servido para medir mis capacidades de verdad. Yo valgo más que un simple aprobado por los pelos —confesó resentida por su nota tan baja, ella tenía las expectativas mucho más altas, y era verdad, había hecho más por la Orden que muchos de los que estaban allí—. Estoy segura de que Nanashi ha tenido algo que ver en la nota. —musitó finalmente.

Se tomó unos segundos para asimilar su desdicha, y después pensó en Nikolai. Al menos él había aprobado.

—Al menos tú has sacado una nota decente, Niko. Venga, yo te invito a algo, hay que celebrarlo.

Sonriente esperó su respuesta, esperaba que fuera afirmativa. Ya olvidaría la nota de ese examen tan ridículo al día siguiente, la vida seguía y ella valía más que eso, claro que sí.

Mientras veía a la mujer caer al vacío recordé quien era, Iwashi, la mujer que querían que fuera mi Maestra. En cuanto vi abrirse una salida en aquel puente, anduve hacia ella para volver con los demás.

—Te dije que no tenías nada que enseñarme —solté por lo bajo mientras atravesaba la puerta.

No era el único que había superado la prueba, más gente salió de otras puertas, mientras que otros acabaron cayendo del techo. Me acerqué al lugar donde había estado la comida para ver si aun quedaba algo y poder recuperar fuerzas, tras eso busqué a Nicoxa entre el gentío, ya que pronto nos pidieron subir nuevamente a la clase en donde había empezado todo el examen.

Sentándonos en las mesas en las que nos habíamos sentado en un principio, pudimos ver como algo se grababa en la pizarra: Las notas finales. Pude ver la alegría del trío delante nuestro y vaya, creo que mi compañera de al lado también estaba contenta.

—Felicidades, Nicoxa, ha sido una gran nota la tuya —le sonreí, un poco nervioso, vale, pero tras tenerla tan cerca durante la segunda prueba igual ya no estaba tan afectado —. Y Maya veo que también ha conseguido aprobar, aunque lo ha raspado.

¿Y qué podía decir sobre mi nota? Pues solo podía cruzarme de brazos y mirarla con orgullo, la cuarta más alta de la clase, solo por debajo de los dos Maestros que eran Light y Fátima y otro aprendiz más. Eso era una muy buena señal, ya que demostraba que ya me valía por mí mismo y cada vez era más poderoso.

Aunque también dejaba claro lo bien que él me había enseñado.

Por un segundo se planteó si la niebla no sería otra trampa y tocaría el suelo con sólo estirar un poco el pie. Pero fue sólo eso: un segundo. El miedo a caer no se lo iba a quitar nadie.

Celeste se aferró al borde del puente y, con cierto esfuerzo, volvió a subir. Sabía que no aguantaría este ritmo por mucho más tiempo, así que iba a tener que espabilarse. Afortunadamente, el combate no se alargó. La copia de Ryota se rompió antes de poder contraatacar.

La aprendiz se ruborizó al escuchar los aplausos. Un poco avergonzada, cruzó la puerta de vuelta a la sala anterior. No había más indicaciones. Hecha un manojo de nervios —al fin y al cabo, pronto les darían las notas— esperó a que el resto fueran apareciendo. Y luego a la primera clase.

Celeste: 24,3

«¡Qué diceeeees!».

Se llevó las manos a las mejillas. No había sacado muy buena nota, pero ¡había aprobado! Y dentro de los resultados de Bastión Hueco, tampoco estaba tan mal. Teniendo en cuenta la parte teórica...

Le quedaba mucho camino por delante, eso era evidente. Pero por algo se comenzaba.

Y hablando de comienzos...

—Buen trabajo —le susurró a Saxor con una media sonrisa. Después de todo, habían sacado casi la misma nota.

Hubo una especie de explosión. La daga de plasma se introdujo en el cráneo de Iwashi con mínima resistencia y llegó hasta lo que parecía ser el cerebro de la copia. Su cabeza estalló en decenas de pedazos que por poco y se me clavan en la piel como metrallas, sino fuese porque mi instinto me hizo a retroceder con un salto. Trastabillé y caí al suelo de sentón, justo en el momento preciso para ver cómo la Wix de cristal se deshacía por completo.

Hubo aplausos, provenientes de un público invisible. Miré a mi alrededor, a ambos extremos del puente y al vacío. No había nada más viniendo hacia mí: había ganado. Solté un amplio suspiro y me incorporé, sacudiéndome el polvo y los cristales del pantalón —en vano; parecía que me había revolcado en brillantina. Frente a mí había aparecido otra puerta mágica; una que esperaba que llevara al lobby para darme un buen descanso y no a una prueba más.

***

Mi café seguía en el mismo sitio donde lo había dejado. Mantenía la esperanza de que la magia del lugar lo hubiera mantenido caliente, pero muy probablemente Yen Sid le daba prioridad a otra clase de hechizos: estaba frío. Me recargué sobre la mesa, escondiendo mi rostro entre mis brazos. Después de que todo hubiera terminado, me sentía increíblemente fatigado. ¿Tal vez podía echarme un sueñito antes de que nos dieran los resultados?

De todas formas, no era como si tuviera algo mejor que hacer.


Después de unos minutos, las notas aparecieron mágicamente en la pizarra. Terminé obteniendo un 32'5 de un, supuse, 40. Recorrí con los ojos toda la lista y me enorgullecí al darme cuenta que había estado entre los primeros tres, sólo por debajo de Light y Fátima. ¡Había tenido un muy buen resultado! Sonreí y me acurruqué entre mis brazos cruzados, mirando en dirección a la mesa de los Maestros.

Se veían alegres juntos. Me entristecí un poco al darme cuenta que yo no tenía a nadie con quien compartir las experiencias del día de hoy. Luego me escondí por completo en la oscuridad de mi improvisado refugio y cerré los párpados para descansar por un momento.

Spoiler: Mostrar

http://www.youtube.com/watch?v=fAKkw71ff3U

Ya estaba mentalmente preparado para realizar la prueba. Tras invocar mis dos armas, empecé a correr con todas mis fuerzas hacia él. La misma escena en aquel comedor se superpuso con la actual, casi haciendo que confundiera el Ronin de cristal con el de verdad. Cuando llegué junto a él, la escena siguió repitiéndose mientras saltaba por encima suya.

Pero ahora era mucho más experimentado. Ni siquiera necesité de un Doble Salto para lograrlo, a diferencia de aquella vez. Y esta vez me quedaban energías para realizar más ataques. Tensé los músculos de mi cuerpo para expulsar la Onda Oscura de mi cuerpo... Pero claro, no fue suficiente por la fuerza que poseía mi oponente. Aunque intenté bloquearla, su llave espada cubierta de llamas logró golpearme en el hombro, produciéndome una quemadura.

Tsk

Nada más tocar el suelo me giré para realizar mi habilidad más poderosa: Asalto Umbrío. Debido a mi corta distancia, el primer ataque lo pude realizar sin problemas. Mi Maestro se envolvió completamente en llamas y cargó hacia mí. Yo, todavía en el aire, ya había invocado las espadas negras que se lanzaron a por él. Una a una todas impactaron, aunque no impidieron a Ronin seguir avanzando como si fuera imparable... Pero antes de llegar hasta mí, la última espada terminó de hacerle pedazos.

Un montón de aplausos sonaron inmediatamente después, al mismo tiempo que la puerta aparecía para dejarme salir. Una medio sonrisa se dibujó en el rostro, mientras caminaba hacia la puerta. Después de todo, aunque había logrado derrotarle...

...No retrocediste ni un paso hasta el final.

***

Algunos llegaron cayendo, y otros entraron por las puertas. En esos cinco minutos, no hablé con nadie, y simplemente me dediqué a comer algunas empanadillas y tortillas. Tras ese descanso nos mostraron las notas. Comparado con las de el resto, no eran las mejores que digamos, pero había aprobado y había pasado la prueba del Maestro. Con eso para mí era más que suficiente.

—Buen trabajo.

Una voz femenina me susurró al oído, haciendo que me girase para ver a la chica de Espacio Profundo, Celeste. La miré unos segundos, sorprendido por su amabilidad... Sobre todo teniendo en cuenta que había sacado más nota que yo. Pero tampoco me llegaba a importar realmente. Solté un suspiro y alcancé una taza de café.

—Tú también.

El plan de Colibritany pareció que iba a resultar un éxito pero antes de que la cristalizada Ariasu cayera, lanzó un hechizo inesperada que acabó llevándose a la bellísima Coli también... empate.

Aterrizó en unos cómodos cojines, donde se hallaban el resto de compañeros que ya habían terminados sus duelos. Una vez pasó unos minutos, fueron indicados subir por unas escaleras que aparecieron por arte de magia. Al final, llegaron de nuevo al aula del primer examen y fue allí donde recibieron sus notas.

Colibritany: 23,2

—Bueno... al menos estoy aprobada.

La táctica de la pelirrosa solo salió bien durante la primera jugada, puesto que después la Maestra se quedó quieta y empezó a disparar proyectiles mágicos; la batalla se había convertido en un cruce de disparos. Finalmente, una de las balas de la aprendiza impactó contra la cabeza de cristal de Ariasu, dándole la victoria. Suspiró aliviada; aunque estaba llena de magulladuras, había valido la pena.

Tras volver a la sala de antes, aprovechó los cinco minutos de descanso para recuperar fuerzas sentándose en uno de los sofás. Nunca imaginó que enfrentarse a un maestro pudiese ser tan duro, ¡y eso que solo era una copia! Tras recuperar el aliento, unas escaleras aparecieron en la sala para indicarles el camino de vuelta al aula dónde había empezado todo. Después de unos minutos de tensión, las notas aparecieron en la pizarra:

Freya: 27,5

«¡Y sin usar chuletas!»

El plan de Kairi no salió como esperaba y la copia de Lyn terminó por tirarla al abismo. Por suerte cayó en blando. Unos cojines le amortiguaron la caída.

Se volvía a encontrar en el vestíbulo junto con sus compañeros, o eso parecía. Se les concedió cinco minutos de descanso y Kairi aprovecho para echarse un rato en uno de los sofás y comentar con Hiro el examen.

- ¿Cómo te ha ido? Yo no he podido con la copia de Lyn... Me ha tirado - dijo con cara de preocupación.

Pasado el tiempo de descanso, aparecieron unas escaleras. Subió por ellas y acabó en el aula donde había realizado la prueba escrita que tenía trampa. Se volvió a sentar en sus sitio y en la pizarra aparecieron las notas: 17,6.

- ¿Qué? - exclamó indignada - ¿17,6? Podrían hacer la vista gorda y ponerme 18.

El resultado era para reclamar desde luego, sobre todo teniendo en cuenta que si el primer examen no hubiera tenido trampa, habría sacado un 10. Lo peor era que la gran mayoría había aprobado y solo había 3 suspensos. ¿Qué le suponía esto a Kairi? ¿La echarían de Tierra de Partida?

Las balas quebraron el frágil cuerpo de cristal que corría hacia Hiro mientras la débil figura intentaba acercarse al aprendiz, pero para su sorpresa, si es que podía sentir algo, no fue algo tan fácil como se podría esperar, ya que el pistolero lanzó al suelo una bomba de humo que dificultó el movimiento y la visión del adversario lo suficiente para que pudiera ser alcanzado por los cortes y el disparo del aprendiz, que hicieron que la figura retrocediera y cayera del puente, desgraciadamente la figura de cristal asestó un único golpe al ojo del aprendiz, dejándolo morado.

No había sido un gran reto para el mestizo, incluso pensó que había sido fácil ¿Era una trampa tal vez, como si de un calentamiento para un enemigo mayor se tratara? Pero sus dudas fueron despejadas cuando empezaron a sonar aplausos de la nada.

—¿Que, me esta viendo alguien? — Giró de un lado a otro su cabeza, buscando en aquel lugar la figura que producía aquellos intrigantes aplausos, pero en lugar de aquello encontró una puerta abierta.

Posó unos breves minutos en el pretil del puente mirando a la nada mientras fumaba.

—Añoraba estar en tan buena compañía — Recogió su rifle del suelo...

***

Cuando el aprendiz salió por la puerta contempló una sala con cojines, comida y una escalera por la cual muchos de sus compañeros empezaron a subir.

—¿Tanto he tardado? — Corrió hacia la mesa y cogió la primera botella que le recordara a un Whisky —¿Hay bebida aquí? — A continuación subió las escaleras. Al llegar al final se dio cuenta de que había ido a parar a la sala del examen, en la cual se podían ver en la pizarra unas puntuaciones. Con aquella gran aglomeración de gente viéndolas, Hiro pensó que sería buena idea apuntar a la pizarra con su rifle para ver la suya ¿Que podía salir mal?

—A ver... veintiocho con cinco... — Comprobó las puntuaciones y miró quien había quedado antes que él —Mmm... parece que soy el mejor tirador del examen... jejeje — Después de aquellas leves carcajadas empezaron a brotar otras más fuertes y descaradas junto a una pose de fuerza y superioridad, sin duda el nivel de su ego había crecido de forma drástica, si es que era posible, gracias a aquel resultado.

También soltó una breve carcajada cuando vio la nota de Aru y un suspiro al ver la de Kairi.

Levantó la botella y echó un trago.

Un pequeño papelito, donde venía escrita la nota que cada uno había sacado, voló hasta cada aprendiz. Según un último mensaje en la pizarra ya podían marchase, aunque tendrían que llevarle el papel a sus respectivos maestros para que lo firmaran. Como unas notas de toda la vida, vamos.

Todo esto sin que llegaran a ver a ni un solo maestro, ni siquiera a Yen Sid. Los que pensaran que les habían mandado a todos allí para librarse de ellos y tener un día de fiesta tal vez no fueran muy desencaminados.

Más tarde, se enterarían de que aquellos que suspendieron tendrían que acudir a clases de verano que impartirían los maestros novatos. Qué marrón.

Los demás, disfrutarían de un verano lleno de monstruos y sincorazón que intentarían matarles un día sí y otro también. ¡Pero eh, era verano!