[Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

The End is near...

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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor Suzume Mizuno » Vie Jul 13, 2018 7:47 pm

Es Karel. ¿Contenta? Si el Caos ha empezado a volverse contra mí, imagino que le habrá ocurrido lo mismo. Y siempre usaba mucho más que yo, así que... —Meneó la cabeza—. Es el último que queda, y tampoco sigue a Xihn. Me ayudó a construir la armadura que contiene todo su poder, pero ahora... no creo que aguante mucho tiempo.

Fátima escuchó a Andrei con atención, absorbiendo todos los datos posibles. Así que Karel. Era cierto que se los había visto juntos muchas veces, pero Fátima nunca le dio mucha importancia. ¿Qué otra cosa esperar cuando quedaban solo ellos dos para servir a Xihn? Por supuesto que tenían que apoyarse el uno al otro.

Lo que más le interesó fue, sin embargo, otra cosa.

¿Armadura? —Lo pensó un momento y luego meneó la cabeza—. No lo comprendo. Os aliáis con él, os dais cuenta de que es demasiado para vosotros pero ya estáis afectados del Caos. Así que intentáis contener su poder aun sabiendo que no tenéis oportunidad. Y nos intentáis detener en vez de apartaros de nuestro camino. ¿A qué jugáis?

Después se acercó a Bella, que no dudó en tomar sus anillos y ponérselos. Se adaptaron sin problemas a sus dedos e intercambiaron una pequeña sonrisa cómplice.

No te preocupes. Yo haré de catalizador, creo que podré sin problema. O, si prefieres, podemos esperar a Ariel, que es la más poderosa.

Fátima frunció el ceño. Ariel. Que ahora era una diosa. Cada vez que ella misma catalizaba para sus esencias, siempre estaba el límite de su propia magia. Si se agotaba y no tenía éteres a mano, no tenía otro remedio que prescindir de las niñas. Bella, como Princesa del Corazón, tendría muchísimas reservas, pero todavía era inexperta. No podría explotar todo su potencial. Sin embargo, una diosa…

Se pasó una mano por el suave cabello blanco, tan ligero y extraño al tacto, y suspiró.
Creo que debería pedírselo a Ariel. Cuanta más magia pueda emplear, más oportunidades tendremos. —Tomó la mano de Bella—. Pero mis niñas estarán bien contigo. Te conocen y confían en ti. No creo que aceptaran a Ariel sin más. —Guardó un pequeño silencio. La sensación de estar en las nubes iba desapareciendo poco a poco, de modo que notó el primer pinchazo de culpabilidad—. Gracias por venir tan rápido y siento haberte apartado de tus deberes. No pensaba con racionalidad, estaba asustada y Cephiro… Podría haberte atraído a una trampa. Lo siento.

Luego se interesó por las Princesas y sintió un pequeño ramalazo de optimismo. Sí, si las llevaba a todas, si llegaban a tiempo…

Entonces será mejor que nos demos prisa. Que no se os olvide la armadura —dijo Andrei—. Si llegamos tarde y se rompe, será una catástrofe.

Antes de que Fátima pudiera responder, Bella soltó:

¿No será que te preocupa verte envuelto de Princesas?

Fátima no se molestó en disimular su sonrisa.

Voy a enviar a Cephiro a avisar a las demás para que se dirijan directamente hacia la fortaleza.—Fátima asintió con la cabeza y vio cómo Bella se dirigía a Cephiro—: Siento que tengas que ir de un lado a otro todo el rato, bonita, pero eres la más rápida. ¿Lo harás, por favor? ¡Oh! ¡Si habla!

Fátima rio ante su sorpresa. Luego experimentó una vaga inquietud. Ella siempre había escuchado a las esencias, pero ahora empezaba a percibir también la corriente de pensamiento de Bella, aunque no fuera dirigida a ella. De haber sido humana todavía, se le habría formado un nudo en la boca del estómago.

Le dio la espalda a Bella y trató de lanzar un Aqua al aire, pero no fue capaz. Sentía la magia en su interior, pero bloqueada por un muro que no tenía ninguna clase de resquicio. Se sacudió un poco, sintiéndose culpable por someter a sus niñas a algo así. Thor, que no dejaba de fulminar a Andrei con la mirada y mantenía preparada su lanza, le dirigió un pensamiento tranquilizador. Para ellas no había otra forma de ser, así que no sentían la clase de agobio que la atosigaba ahora.

Frustrada, pero incapaz de hacer otra cosa, decidió que debían ponerse en marcha antes de que empezara a sucumbir a las rarezas de su nuevo cuerpo. Luz, hasta al caminar se sentía distinto, como si no terminara de pisar del todo el suelo. No terminaba de ser corpórea, ni siquiera desprendía verdadero calor, y le daba la impresión de que un golpe podría deshacerla.

Se miró de nuevo las manos y flexionó los dedos. Una parte de ella quería ir a sacudir a Bella y pedirle que intentara librarla del Caos. La otra sabía que tenían que dirigirse cuanto antes a pelear contra Xihn y…

Thor le llamó, alarmado, la atención. Fátima se giró con brusquedad hacia el castillo, a tiempo de ver cómo la torre se derrumbaba. Durante un instante, no comprendió qué sucedía. Entonces llegó el rugido de las rocas desplomándose unas sobre otras y la despertaron como un puñetazo. Con un violento chispazo de energía que la sacudió de pies a cabeza, se llevó las manos a la boca y trató de gritar, pero no le salió la voz.

«¡¡Malik!!»
Dio un paso al frente. Luego otro, tambaleándose. Malik había acudido por el frente. Podría estar ahí, debajo de esa catarata de rocas, encerrado para siempre y… De pronto, la caída se detuvo. Como si el tiempo hubiera decidido retirarse de aquel lugar.
Xihn ha...

Dudo que lo hayan podido matar. Tiene que haberse liberado...

Fátima, rígida, se volvió hacia ellos con los ojos muy abiertos. Se habría quedado así, incapaz de reaccionar y con una garra en el pecho si Thor no la hubiera llamado. Entonces sacudió la cabeza y dijo:

¡Andrei! ¡¿Xihn seguía teniendo poderes de tiempo?!

Apenas sí espero a escuchar su respuesta, señalando hacia la torre. No estaba segura de tener corazón, pero el cuerpo casi parecía latirle entero. Se precipitó sobre Andrei y Thor la tuvo que echar hacia atrás para que no lo tocara y se contagiara de nuevo de Caos.

«¡¡Caos…Caos… Karel y Andrei contagiados. Una armadura… No cree que Xihn no está muerto… »

Se obligó a desterrar por un momento a Malik de sus pensamientos, pero fue difícil. El pánico se mezclaba con el casi irreprimible impulso de salir corriendo hacia el castillo, gritando su nombre y…
Estará bien. Va con Ronin y Ryota. Y con Ragun y Xefil. Todo saldrá bien. Todo. Le ayudarás más si sabes lo que tienes que hacer. Si llevas a las Princesas. Si…

El Caos. Me introduciste Caos porque de pronto no podías controlarlo. ¿Por qué? ¿Por qué ese repentino ataque que te dio a ti y que temes que haya afectado a Karel? ¿Tiene que ver con la armadura de la que has hablado? ¿Qué pasará cuando se rompa? ¿Qué os pasará a vosotros?

«¿Y a mí?»

Si Andrei vacilaba en contestar, Fátima diría:

Las princesas y Nithael son de las pocas personas que pueden limpiarte del Caos, Andrei. Una palabra… Una sola y podrías evitar morir miserablemente.

Dijera lo que dijera, se pondría en camino hacia el castillo lo más rápido que pudiera. Si Bella invocaba un glider, se aseguraría de hacer que Andrei las siguiera. Con Thor detrás.

Por el camino se fijaría atentamente por si veía a Harun. Pensar en el Caos hizo que recordara que había obligado a su pobre chico a llevarse a Dos. Se llevó una mano al corazón y cerró los ojos. Se obligó a concentrarse. No podía desconcentrarse, no podía dejarse arrastrar por el pánico. Si no veía a Harun por ninguna parte, cuando volviera Cephiro la enviaría a buscarle.

Debía concentrarse en lo importante. Xihn. El destino del mundo.

No podía permitirse estar apartada por más tiempo o jamás podría volver a mirar a los ojos a Malik.

Porque tenía que estar vivo.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Suzume Mizuno
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Re: Ronda 10

Notapor H.S Sora » Vie Jul 13, 2018 9:02 pm

Un solo parpadeo fue lo que necesitó Xihn para llegar hasta nosotros, para salvaguardar la distancia como si nada y dirigirse, implacable, hacia el ángel. No nos miraba, aunque por la bruma de su casco era difícil decir si siquiera tenía ojos, su único objetivo parecía Nithael. Y éste último seguía concentrado en lo que fuera que estaba planeando.

No podía permitírselo. No ahora, estando frente a él. No cuando me había dispuesto a hacer todo lo necesario para que nadie más tuviera que sufrirlo. Los tentáculos lo consiguieron, por bien poco, y traté de arrojarlo con todas mis fuerzas lo más lejos que pude.

Ni siquiera vi donde lo había arrojado, lo único que pude hacer fue aullar mientras intentaba aferrarme al Glider para no caer desde ahí. El mero contacto con Xihn lo había empeorado todo, las voces se me hacían insoportables. Dolían, ahora de verdad. Parecía que quisieran arrancarme todo lo que me quedaba de mi mismo. Como si quisieran jugar con los pedazos de algo roto.

Sentía un peculiar olor a sangre, y mi cuerpo temblaba, inestable, temía que vacilar bastara para caer al vacío de la torre. Buscaba a Xihn con una mirada desesperada, y que era incapaz de concentrarse en nada que no fueran las voces. Mi respiración se aceleraba, mientras todas se intensificaban.

Se estaban volviendo demasiado claras, demasiado fuertes, demasiado...

«¿R…u…z?¡Encontrar un cuerpo! Estoy preparada majestad, no se preocupe por mi magia¡No, no, Lyn no me hagas da-! ¡RUZ!¡Nith, date prisa!¡La maldita Maestra, tendríamos que estar acabando con... él! ¿Por qué ha acabado así? ¿Por qué tenía que ser un m-Lo siento, Ragun¡Xefil, no te vayas!Era sólo un crío, joder...»

No estaba seguro de lo que había pasado, pero volvíamos a tener a Xihn encima. Solo que esta vez no iba a ir a por Nithael: habíamos llamado su atención. Mejor dicho, había llamado su atención. Y me sentía incapaz de reaccionar ante la velocidad que poseía. ¿Qué era lo mejor? ¿Saltar del Glider y arriesgarme a la caída o dejar que me atravesara y esperar que el Caos me protegiera?

Con pesadez, supe que no podría decidirme a tiempo.

Y por eso, a pesar del mareo, supe que algo raro estaba pasando cuando el fuego se interpuso en el camino de la bestia. Cuando este se disipó un poco pude comprender cómo me había salvado.

D-Dos…

Mi alegría duró poco, porque veía como Xihn se la había llevado por delante como si no le importara cuanto daño le hicieran. Y si la atrapaba en ese estado...

«¡NO!»

Mi Glider tenía que moverse, solo un poco más. Tenía a mi compañera ahí mismo. Pero mi mente parecía al borde de colapsar, todo mi alrededor parecía haberse silenciado mientras que lo único que era capaz de escuchar eran las voces, que se iban peleando en mi cabeza con cada vez más intensidad.

Aún con todo llegué, y por primera vez los efectos del Caos se sintieron como una verdadera delicia. Dejé de concentrarme por un momento en las voces, por mucho que ellas continuaran su cometido, y la guadaña se clavó en el costado de Xihn, atravesando parte de las placas del costado de su armadura. Y una vez que estuvo bien aferrado a la hoja, lo lancé hacia abajo con todas mis fuerzas.

¡MUÉRETE! —Chillé, fuera de mi.

Sabía que no iba a ser así, pero el contacto con el Caos me estaba volviendo cada vez más agresivo. Quería que las voces se callaran, que como mucho hablaran con normalidad y orden. Pero lo que más quería era el silencio.

Uno que significara que habíamos ganado, que las pesadillas de todos por fin cesarían.

Y ahí estaba de nuevo. Parecía sangrar, o al menos desprendía gotas negras que se le asemejaban. Su armadura se estaba empezando a romper, y lo que fuera que el ángel planeaba estaba seguro que conseguiría hacerle lo que ningún otro había podido.

Tragué saliva, esperaba que me quedara magia suficiente como para hacerle retroceder un poco más con la ayuda de Dos, aunque en ese momento me veía incapaz de comunicarme con mi compañera.

«¿Pero cuánto le queda a Nithael?»

Alanna se las apañaría para huir, y nosotros también teníamos que hacerlo tarde o temprano si el plan era derribar la torre. Eso explicaba la ausencia de la mayoría de mis compañeros, después de todo.

El disparo fue demasiado traicionero, y con demasiada buena puntería como para que hubiera podido hacer otra cosa que horrorizarme y palidecer, más allá de los efectos del mareo. Ni siquiera pude gritarle un aviso.

Una combinación de lo más estrafalaria hizo que empezara a creerme que los efectos del Caos me habían hecho algo irreversible. Tenían que ser imaginaciones mías, ¿no? Ruz había aparecido, como copiloto de una moto, y justo a tiempo para desviar el rayo de Xihn.

No tuve tiempo para asombrarme por lo ocurrido ni por el futuro que les deparaba ahora, si manteníamos a Xihn entretenido tendrían tiempo suficiente para salir. Y nos había brindado otra oportunidad de hacer las cosas bien. Cogí un poco de altura, esta vez dispuesto a recibir yo mismo el disparo si era necesario, o intentar contrarrestarlo hasta que no me quedara un solo hálito de vida.

Pero Xihn no parecía dispuesto a volver a la contra. Todo lo contrario, de una manera incomprensible, este se tambaleaba hacia los lados. Busqué como un poseso la causa, y encontré algo que estaba fuera de lugar en toda la estrambótica pelea de la torre: Malik.

Algo en él me resultaba extraño: la Llave Espada que portaba, la sonrisa que estaba mostrando, incluso sus ojos… ¿qué demonios le había pasado? Movió la mano en la que llevaba el arma, como si intentara utilizarla para abrir algo.

«Mira, Malik, lo que podemos hacerle juntos si dejas de resistirte»

¿Qué había sido eso? Me quedé mirando al hombre, con un mal presagio recorriéndome de arriba a abajo. Lo había oído con una claridad alarmante: Malik no estaba solo, y esa voz era una que ya había escuchado antes.

El chasquido fue suficiente como para distraerme de lo que podía estar pasándole al Caballero. La armadura de Xihn se había agrietado por delante y estaba dejando escapar un algo escalofriante. ¿Se suponía que se trataba de corazones siendo liberados? La imagen que durante tantos años había visto ahora me repugnaba.

Lo que estaba escapando dudaba que pudiera llegar a convertirse en un Corazón completo. Dudaba que pudiera considerarse una liberación como se suponía que pasaba con otros Corazones. Era el sello de Xihn, después de todo.

¿Y Malik ahora podía ayudar a liberar esos corazones? No estaba seguro, pero podía ser la «ayuda» de la que Friederike nos había hablado a Saeko y a mi. Ya tendríamos tiempo para discutir después, ahora Xihn era la prioridad.

Por eso que todo mi alrededor empezara a temblar fue una señal de lo que estaba por venir. Y para saber que teníamos que ponernos las pilas y salir de ahí cuanto antes. Todos. Porque el derrumbe se estaba dando de forma inminente, con nosotros todavía dentro.

¡Dos tenemos que llevarnos a..!

Miré en dirección al majestuoso ángel. Había acabado. Colocó sus manos y un rayo de luz salió de ellas, a medida que se acercaba sentía el ambiente encendiéndose y la claridad lo inundaba todo. Ver o incluso respirar, eran tareas que por unos momentos fueron imposibles. Y cuando llegó la explosión no fue mucho mejor.

Trataba de mantener el Glider estable, pero era casi imposible. La confusión se apoderaba de mí, pero hubo algo más. Una sensación de purificación que lo consumía todo, apagando las voces por completo.

Jadeando, miré en derredor tratando de ubicarme. Los que estaban en tierra habían salido despedidos de diferente forma, algunos incluso parecía que habían salido de allí por la fuerza de la onda expansiva.

¿Cómo están nuestros niveles de Caos ahora? —pregunté a la droide, que también intentaba recuperar su estabilidad en el Glider.

Me relamí los labios, agrietados y secos mientras buscaba la ventana más próxima a nosotros.

Es el momento de irnos —le dije, tratando de esquivar lo que fuera que nos podía llover en ese momento y señalando la ventana más cercana.

Me tomé un Elixir y un Éter, para estar preparado para lo que pudiera pasar.

Y todo cesó. Como si se hubiera dado el idílico silencio del que había hablado antes. El derrumbe se había frenado, a pesar de que había cascotes suspendidos en el aire, bloques cerca del suelo y polvo levantado por todas partes.

No lo entendía, pero tampoco me iba a quedar a preguntar.

Nithael volaba un poco por encima nuestro y me alarmé al ver el aspecto que presentaba. El hechizo parecía haberle dejado exhausto y… sangraba. Murmuró algo que no llegué a escuchar, pero entonces empezó a caer, inconsciente a simple vista.

Aceleré con el Glider quedándome debajo y dispuesto a cogerle con mis tentáculos cuando me percaté de que ya no estaban. El ataque de Luz había consumido el Caos y la Oscuridad, y había afectado a mi habilidad sin quererlo.

Y por si fuera poco, los efectos de lo que fuera que había paralizado el derrumbe volvían a transcurrir con normalidad. No tendríamos mucho tiempo para salir, de hecho cada vez teníamos menos.

Invoqué mi Rex Nominis Umbra de nuevo y me dispuse a agarrar al ángel ayudado por mis brazos y los cuatro tentáculos. Una vez lo tuviera bien agarrado me dirigiría a Dos:

¡Intenta ver si Malik necesita ayuda!

No sabía lo que le estaba pasando pero si necesitaba ayuda se la daríamos. Teníamos que salir todos de allí, no nos dejaríamos a nadie en la estacada.

Una vez viera que la droide me había entendido, aferraría bien con las extremidades y un brazo a Nithael para que no se me escapara y me dispondría a conducir lo más rápido que el vehículo me permitiera, tratando de salir cuanto antes por la ventana más cercana y alejándonos después todo lo posible de los efectos del derrumbe.

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—Elixir x1

—Éter x1

Rex Nominis Umbra (HM) [Nivel 27] [Requiere Afinidad a Oscuridad; Baile de Sombras; Poder Mágico: 40]. El usuario hace que su sombra se sitúe en sus lumbares y la ramifica en cuatro tentáculos moldeables que pueden utilizarse para diversas tareas (atacar, agarrar…). Son débiles a la Luz. Desaparecen tras dos rondas o con un ataque físico o mágico de nivel superior.

PD: He leído el post de Tanis y sé que sus acciones irían por delante de las mías en principio... pero como no sé por dónde saldrán los tiros con Aaron ni si hará lo que Malik le diga, pues mantengo las acciones por si acaso.
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor Drazham » Vie Jul 13, 2018 9:12 pm

¡Zel! ¡Agárrate! ¡Tenemos qué…!

Pero poco podían hacer con aquel giro de los acontecimientos. Tal vez, si una Lyn corrupta y desatada no hubiese necesitado de todos sus sentidos para no acabar despedazados de un manotazo, podría haber dado cuenta mucho antes de lo que se propuso Nithael con su rayo de luz.

La explosión fue tal que le arrancó un grito de espanto. Alanna tuvo que abrazarse con un brazo al manillar del glider como si la vida le fuese en ello, y con el otro asegurar a Zel. Y aun con esas no pudo evitar que saliesen volando sin control alguno. Podría haber jurado que habían salido de la torre, pero… ¿Cómo pensar en ello cuando dabas vueltas y vueltas en el aire cual peonza?

La caída dolió lo suyo, pero al menos la armadura le salvó de abrasarse la piel contra el suelo o romperse algo. Soltó un gañido de estupor y trató de incorporarse. Zel. Tenía que asegurarse de que Zel… Oh, dioses. Y Ruz también…

Entonces, encontró al chiquillo pelirrojo. Y también a Lyn. La piel le empalideció.

¡NO!

Quién sabe si hubiese llegado a tiempo para detener a Lyn entre que se levantase y saliese disparada contra ella. El caso, es que la maestra se detuvo en mitad del salto. En el sentido más literal de la palabra.

Demasiada experiencia con la brujería temporal para no reconocerla a simple vista. Sobre todo por cierta persona que le producía una sensación agria en el estómago de recordarla. Salvo que esa vez, el origen tenía que ver con lo que sus dos ojos presenciaban. La figura fantasmagórica de Chihiro avanzaba con paso seguro hacia Celeste y… Saeko, de quien no dio cuenta antes.

¿Y por qué demonios tenía ella otra presencia como la que albergaba Malik? Torció el gesto de la boca. ¿Quién le había…?

Pero antes de que pensase en ello, las alarmas le saltaron cuando Saeko agarró a Celeste de los hombros y Chihiro se le acercó hasta el punto de tenerla en frente.

Lo siento, chica, es necesario.

¡¿Qué estas…?! —rugió, indignada y colérica a partes iguales. Luego, cayó en la cuenta de que los gestos de Chihiro y la cercanía con celeste le resultaban horriblemente familiares—. ¡NO! ¡NI SE TE OCURRA!

Demasiado tarde. El “espectro” de Chihiro desapareció, y en el interior de Celeste ya yacía un segundo corazón. Un latigazo de asco le reptó por el pecho.

La había forzado.

Esa grandísima y repugnante meretriz.

Pero de un simple gesto que hizo con sus manos, los gemidos de la torre derrumbándose cesaron, y el techo ya no amenazaba con venirse abajo en cualquier momento.

¡SALID DE AQUÍ! ¡Por las ventanas, RÁPIDO!

Seguiría odiando a Chihiro por lo que acababa de hacerle a su amiga, pero tampoco podía obviar los valiosos segundos que había ganado para ponerse a salvo. Entonces notó un fuerte tirón que la instaba a alzarse del todo. Viró la vista hacia Zel, desconcertada y por poco olvidándose de su otro problema.

¡La Maestra! ¡Ruz!

Y los efectos de la magia de Chihiro empezaban a disiparse en la Maestra, que recobraba el movimiento a una lenta velocidad, cada vez más cerca de Ruz.

«¡Deprisa! ¡La magia de Chihiro no aguantará mucho más…! ¡Se está moviendo! ¡Dispárale, Alanna, con todo lo que tengas! ¡Usa mi magia si es necesario! ¡Oblígala a retroceder!»

¿«Con todo»? Ni por asomo se le hubiese ocurrido ponerse seria con un Maestro, y mucho menos con la intención de no contenerse ni un ápice. Pero Lyn no era ella misma. Y antes tendrían que pasar por encima suya para que hiciesen daño a un chiquillo en su presencia.

Alanna se llevó la mano al pecho y comenzó a canalizar magia. Sintió las llamas de sus entrañas crecer con tanta fuerza que le quemaba el contenerlas.

«Entonces aviva mi fuego todo lo que puedas, Gabriel.»

¡¡Coged a Ruz y salid de aquí ya!!

Sin perder ni un segundo, agarró su glider y salió despedida contra Lyn cual saeta. Antes de que chocase contra ella, saltaría de este para después exhalar su aliento en la misma dirección y lanzar a la mujer lejos, todo lo que pudiese hacia una de las ventanas. Después, se bebería un éter y materializaría sus alas para salir volando de allí. Si hiciese falta, agarraría o a Ruz o a Zel si no tenían otra forma de escapar.

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Aliento de Dragón[/] (HM) [Nivel 8] [Requiere Afinidad a Fuego; Poder Mágico: 15]. El usuario coge aire durante unos instantes para seguidamente lanzar una bocanada de fuego por su boca que puede llegar a golpear enemigos hasta a dos metros de distancia. Bajas probabilidades de causar quemaduras.

▪ [i]Éter


Alas dracónicas (HM) [Nivel 14] [Requiere Afinidad a Luna; Poder Mágico:15] El usuario materializa unas alas semejantes a las de un dragón con las que podrá planear a gran velocidad y volar durante tres turnos.
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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor RedXIII » Vie Jul 13, 2018 9:31 pm

Aquella scooter en la que tanto cariño y tiempo había invertido había pasado en unos segundos a ser un montón de chatarra inutilizable, pero al menos él, Goei y Ruz estaban enteros, aunque no tan bien como cabría esperar.

Lyn, rabiosa, saltó sobre Ruz y, aunque el mestizo se quiso interponer en su trayectoria, algo lo impidió, una fuerza capaz de parar el tiempo inmovilizó a la maestra en medio de su acometida.

¿Ella? — Preguntó al escuchar exclamar su nombre.

Se giró y agarró a Ruz de los hombros, los zarandeó preocupado por su estado.

¿Estas bien? — Le preguntó —Lyn viene a por ti, te necesito al cien por cien — Giró la cabeza para no perder de vista a la maestra, aunque la situación era algo caótica.

La torre empezó a caer, piedras, madera, todo lo que componía la estructura se desvanecía ante su mirada atónita, los nervios se apoderaban del mestizo, quien levantó de un tirón de brazo a Ruz y Goei.

Joder... — Susurró, estaba tan concentrado en ver como salir del lugar con Ruz que no se percató de que el derrumbamiento se había detenido, o más bien congelado.

¿Otra vez? No, esto es distinto — Observó su alrededor.

¡SALID DE AQUÍ! ¡Por las ventanas, RÁPIDO!

¡La Maestra! ¡Ruz!

Aquello parecía temporal, y no parecían tener tiempo de sobras pero ¿Y la maestra, debía quedar sepultada? Ni siquiera ella podría soportar todo aquel peso...

Ruz ¿Puedes moverte? — Comentó mientras hizo aparecer un aura anaranjada a su alrededor —Hay que salir de aquí — La armadura del caballero se materializó, y sobre ella un extraño Glider que se anexó a la armadura con facilidad y rapidez, el cual consistía en unas alas y unos accesorios de considerable tamaño en brazos y piernas de la armadura.

Sube a mi espalda — Le dijo, en caso de que no pudiera, cogería y pondría a Ruz en su espalda—No te preocupes por Lyn, la acaban de lanzar por la ventana — Estaba preparado para salir al ver cómo catapultaban fuera de la sala a la maestra. Goei se colocó al lado de Ruz con la esperanza de no caerse.

Empezó a levitar unos centímetros sobre el suelo pero pronto se dio cuenta de que Zel tal vez no podría salir como los demás —¿Oye, puedes ayudar tú a Zel? No sé si podré con los dos — Comentó a Alanna, quien parecía dispuesta a llevarse a Zel con ella.

A continuación salió a toda velocidad por la ventana y se alejó unos cuantos metros para evitar las rocas y los escombros que podían caer o rebotar.

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Materialización de la armadura y el Glider para llevarse a Ruz.
Lo de que Alanna se lleve a Zel está acordado con Drazham.

▪ Materialización de la Armadura (HC) [Nivel 3]. El personaje puede hacer aparecer y desaparecer su armadura a voluntad cuando quiera y donde quiera.
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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor Kairi » Vie Jul 13, 2018 9:57 pm

El hechizo no fue tan poderoso como esperaba, quizá la Oscuridad del lugar la estaba afectando más de lo que pensaba. De todas formas, Ruz logró desviar a Xihn. Todo pasó demasiado rápido. Hubo un estruendo y la torre empezó a derrumbarse sobre sus cabezas.

En ese momento, el ángel Nithael lanzó un poderoso rayo de luz a Xihn que provocó una explosión que expulsó a todos los presentes de la sala. Kairi salió volando y el aterrizaje supuso un golpe doloroso. Se levantó como pudo y vio que estaba cerca de la puerta por la que había llegado a la torre. ¿Habrían conseguido escapar los demás? Ella debía hacerlo también. No quedaba tiempo.

Tiempo...

De repente, sintió que se había parado el tiempo. Los enormes trozos de torre habían quedado flotando en el aire y no había ningún sonido.

¿Chihiro?—murmuró. Tenía que ser cosa suya. Aprovechó para tomarse un Éter y salir rápido de allí por la puerta por la que había entrado.


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Kairi usa un Éter.
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Gracias Aru :D
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I love you Red ^^
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor LightHelco » Vie Jul 13, 2018 11:46 pm

La joven tardó unos segundos en estabilizar su Glider tras los ataques del monstruo, pero al menos había conseguido salir entera de ahí.

¿Cómo están nuestros niveles de Caos ahora? —escuchó preguntar a Saito tras volver otra vez a su altura.

Quitándose el brazo de la boca y escaneando el cuerpo del chico, preparó la respuesta. Aunque la suya vino rápido cuando volvió a sentir a CUBO moverse por su cuerpo nuevamente, la IA activando uno de los Elixires que tenían en reserva para reparar daños rápidos y recuperar las energías.

Esto le va a sorprender bastante, señor Saito, pero han bajado al 1% —informó Dos con una enorme sonrisa.

Una que no duró tanto cuando Nithael se les cayó encima, aunque por suerte Saito fue a recogerlo rápidamente. Que además no solo llovían ángeles aquel día, también estaban lloviendo las piedras que formaban la torre en la que habían luchado hasta ahora, obligándoles a salir cuanto antes.

Señor Saito, debemos abandonar el edificio de inmediato, déjeme ayudarle con…

No pudo terminar cuando el joven señaló a alguien más en el lugar y le ordenó que fuera socorrerle. Haciendo zoom con los ojos vio que era Malik, el esposo de su Maestra y eso la hizo sentirse incomoda ¿y si le preguntaba por Fátima? ¿Qué iba a contestar? ¿Qué su dragón la había alejado de allí por ser un peso muerto que solo la ponía más en peligro? Fijo que la arrancaba el otro brazo.

Cre-eo que el señor Malik puede salir por su cuenta —dijo nerviosa —. Mientras que el señor Nithael necesita toda la ayuda posible y vuestros niveles de fuerza quizá no puedan sostenerle, además de que su Glider va verse con más peso del normal, así que perdóneme que insista, pero le asistiré en esta huida.

Volviendo a agarrar el brazo con la boca. Dos se colocó detrás de Saito para ir controlando que no le caía ningún escombro o no era capaz de cargar con el ángel.

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Dos se toma un Elixir
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[X] #10 - Destello de helio

Notapor Zee » Sab Jul 14, 2018 1:46 am

 
Destello de Helio: m. En ocasiones, una estrella enana blanca en proceso de enfriamiento o muerte se enciende de nueva cuenta con una fusión termodinámica de helio; libera grandes cantidades de energía, gas y polvo, para expandirse y volver al estadio previo de gigante roja.




El agua estaba helada, como si el hielo hubiese encontrado la forma de mantenerse líquido. No había pasado ni un segundo en el océano cuando las penumbras a mi alrededor parecieron cobrar vida y empezaron a jalar de mi cuerpo con urgencia y desesperación, como millones de diminutas manos. Apenas salté de la solitaria y desolada roca, el mar me cubrió hasta la coronilla y, por más esfuerzo que hacía, fui incapaz de volver a romper la superficie por segunda vez. Estaba atrapado bajo la oscuridad, sin poder mover ni un músculo con soltura, sin saber qué era arriba o qué era abajo, guardando mi último aliento en mi pecho con tanto ahínco que me quemaba.

Es arriesgado, pero podría funcionar. Las consecuencias...

La voz de Nanashi atravesó el amplio mar; distorsionada y enmudecida como un murmullo a través de una radio descompuesta, pero se trataba inequívocamente de la Maestra. Miré a mi alrededor desesperadamente, retorciéndome en el sitio con más impedimento del esperado. El agua se sentía espesa y opresiva, como una pesada manta; no estaba seguro de estarme moviendo. Forcejeé y me retorcí en el oscuro mar hasta que, casi por un milagro, encontré la fuente de la voz.

Una luz diminuta en el fondo de la oscuridad. Una mota dorada perdida en la infinidad del negro.

Es mejor que morir. Nithael y las Princesas se encargarán de purificarlo más tarde. Me hago responsable de lo que pueda ocurrir. ¿Ryota?

¡Los Maestros! Escuchar la voz de Ronin me comprobó que, de alguna forma, el camino de vuelta a casa estaba allí. Giré en mi sitio, ingrávido, hasta que tuve el punto de luz enfrente y luego pataleé con todas mis fuerzas, apartando el agua negra y espesa con amplios abaniqueos de mis brazos.

Apenas y me movía, pero lo estaba haciendo. Lenta y definitivamente.

Me ocuparé.

«¿Qué nos están haciendo...?», pensé con inquietud.

La luz se veía tan lejana e inalcanzable.

Por más que forcejeaba, no parecía hacerse más grande. ¡Pero estaba nadando con tantas fuerzas, quería volver, tenía que volver! Mis brazos y mis piernas se sacudían de arriba a abajo, de un lado a otro, removiendo las penumbras del mar de mi inconsciencia con tanta fuerza que mi cuerpo entero parecía arder, ¡pero la luz no se estaba haciendo más grande!

«Te lo ruego... ¡Por favor!»

No estaba seguro de a quién se lo estaba pidiendo.

Pero parecían estar escuchando.

El mar entero pareció "apretarse" de golpe, como agitado por un gigantesco tifón. El agua negra comenzó a correr y a converger en un solo punto, en el centro del abismo, como si alguien de pronto hubiera removido el corcho que mantenía todo en su sitio. Y ese punto era yo. Mi cuello.

El Caos fluyó dentro de mí de súbito. Y entonces todo empezó a arder en llamas. El mar, la isla, el firmamento, mi cuello, mi pecho, mi corazón, yo.

Grité, pero no salió ningún sonido.

Grité lo más fuerte que había gritado jamás.

En completo silencio.

Estaba despierto.


Estaba mirando hacia arriba. El techo de la galería se movía por sí solo; desde mi posición, sólo podía ver la blanca tez de Nanashi, quien se giraba a verme de vez en cuando con un atisbo de alerta y preocupación en su rostro. Felipe era el que me sujetaba en brazos, sin siquiera mirarme debido a la urgencia con la cual parecía querer llevarme a algún sitio... o alejarme de algo.

Cerré los ojos una vez más mientras el Príncipe me depositaba en el suelo y respiré con fuerza por la nariz, disfrutando la sensación de estar de vuelta en el mundo. Ahora que estaba consciente de nuevo, lo que había sucedido en el mar interminable parecía un sueño lejano y borroso, como un recuerdo que tiene años de viejo; lo que se sentía fresco y parecía haberse grabado en mi mente eran los dientes de Ragun clavándose en mi garganta, la sangre tibia salpicándome por todos lados y mi cuello quemando como el ácido. Y el miedo. El terrible miedo que había sentido en los últimos instantes de conocimiento.

Me senté en el sitio y casi sin pensarlo me llevé una mano al cuello. Mi carne estaba intacta y ya no estaba sangrando, pero las cosas ya no eran las mismas: bajo las costras seca, mi piel se sentía rugosa y tensa, con surcos que la recorrían de un lado a otro. No necesitaba un espejo para saber que ahora una muy fea cicatriz me recorría todo el lado derecho desde el ángulo de la mandíbula hasta la clavícula, allí donde Ragun me había arrancado la carne a tajos.

¡Xefil!

«No, no Ragun», me dije a mí mismo en cuanto sentí el contacto tibio y familiar del otro chico envolviéndome. El abrazo de un amigo. Su cariño, su preocupación, su arrepentimiento. Todo lo que él sentía lo sentí yo en cuanto su piel, ahora rosada y no cerúlea, hizo contacto con la mía.

«Xihn».

Por el Primero... Lo siento, lo siento muchísimo. No quería hacerte eso, de verdad... No era yo, era como si hubiese desaparecido toda la razón de mi ser. Ni siquiera era capaz de ver a través de mis ojos, estaba encerrado en otro sitio.

En cuanto Ragun se separó de mí, le dediqué una sonrisa forzada, intentando tranquilizarlo. No porque el sentimiento fuera falso: yo sabía con claridad que, hubiese lo que me hubiese hecho, no había sido intención suya, sino de Xihn, y yo lo perdonaba por ello; sino porque, después de todo lo que había ocurrido, no podía yo mismo sentirme contento ni tranquilo.

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Me había equivocado... otra vez. Había tenido que ser salvado por alguien más.

E-Está bien, Ragun... —dije, levantando una mano para restarle importancia, algo que resultaba imposible con lo pesada que era la atmósfera a nuestro alrededor—. Estoy bien, ¿v-ves?

El Caos se retorcía bajo mi cuello como una serpiente. ¿Por qué se sentía como si estuviese mintiendo?

Miré a Felipe y luego a Nanashi. Mis ojos se sintieron débiles, como si hubiesen estado aguantando las lágrimas por un largo rato, pero me esforcé por lidiar con la sensación a la par que decía:

Lo sie--

»No. Quiero decir... Gracias
—dirigí mi mirada hacia Ronin y Ryota. El primer Maestro tenía las manos manchadas de sangre. Un cuerpo que creí reconocer como el de Karel se hallaba desparramado en el suelo, inmóvil—. A todos.

Abrí la boca para decir algo más, pero entonces la sala se sacudió y tuve que detener mi pensamiento a la mitad. Algo encima de nosotros provocó un pequeño temblor que amenazó con arrancar más pedazos del techo y los muros.

Están luchando arriba. Contra Xihn —explicó Eve, lo cual me hizo musitar una maldición por lo bajo. Se suponía que nuestro escuadrón debía llegar primero hasta el centro de la fortaleza para permitirle a los demás un ataque sorpresa. Ahora habíamos perdido aquella oportunidad y para colmo nos faltaba un hombre—. No sé qué ocurre exactamente, pero no me da buena espina. Será mejor que no perdamos el tiempo.

Asentí con la cabeza y murmuré un "Claro", antes de hacer aparecer mi Llave-Espada. La levanté en el aire por unos segundos para contemplar la empuñadura y la punta de cerca, esperando ver algún efecto del Caos en ella: después de todo, la Llave era un reflejo de nuestro corazón, y si el Caos que habían utilizado para cerrar mi herida no había dejado heridas en mi cuerpo, entonces...

Tragué saliva, nervioso. ¿De verdad estaba bien? ¿Iba a estar bien? Alcé la mirada, buscando la de los Maestros y la de Felipe. ¿Me estarían vigilando todavía? ¿Qué sentirían? ¿Todavía estarían preocupados? ¿O estarían enfadados, juzgándome en silencio, ahora que el peligro había pasado?

¿Sería posible que me consideraran una amenaza potencial como a Ragun?

Luego miré a Ragun y sentí un escalofrío. Le había dicho que todo estaba bien. Y lo perdonaba, estaba seguro de ello; después de todo, la culpa no había sido suya.

¿Entonces por qué me alejé de él un paso antes de invocar mi Glider?

Me llevé una mano al cuello, sintiendo la piel dura y acartonada de mi cicatriz, como si no pudiera creérmelo, antes de levantar mi vehículo en el aire y seguir a los Maestros.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
también hay un amor a la humanidad~


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[Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad - Ronda #1

Notapor Denna » Mié Jul 18, 2018 2:17 am

En la entrada del castillo


Ragun y Xefil apenas acababan de montar en sus gliders cuando un enorme estruendo, uno mucho más fuerte que todos los anteriores, sacudió el castillo hasta los cimientos.

Se hizo un silencio tenso. Su último momento de calma. En cuestión de un parpadeo, los pisos encima de ellos empezaron a venirse abajo, destrozando todo a su paso.

¡RETIRADA! ¡TODOS FUERA!

* * *


Grupo de Nithael


Todo ocurrió muy rápido.

«Sí, puedo hacer más cosas así.—respondió Chihiro a su aterrorizada huésped. Al ofrecerle toda su energía, Chihiro masculló algo y casi la sintió sonreír—. Tienes valor. Bueno saberlo.

La magia de Chihiro no aguantó mucho, solo unos veinte segundos antes de que Celeste empezara a sentir que perdía la conciencia. Dentro de ella, Chihiro se permitió un sonido que basculaba entre el desdén y la frustración.

«De modo que este es tu límite. Qué se le va a hacer. ¿Preparada para correr?

*


Malik


«Vamos a hacer un trato.»

Malik captó la atención de Aaron con éxito, y notó que lo invadía una mezcla de alivio y alegría. Sin el menor disimulo, Aaron rebuscó en su mente lo que se proponía.

La sorpresa fue inimaginable.

«Claro. Buena idea.» La voz le temblaba. Hacía un inmenso esfuerzo para controlar la emoción. «Vayamos a por Nith. Tenemos que salvarle.»

«Vuelve a jugarmela y mis recuerdos no serán los que te atormenten.»

La sonrisa de Aaron brilló en la oscuridad.

«No. No lo harán.»

Malik logró abrirse camino por la torre con éxito. El nerviosismo de Aaron incrementaba el poder de su magia y sus habilidades. Pero, cuando el portal se abrió, descubrió que el motivo de su buen humor no escondía nada bueno detrás.

Se detuviera Malik o no, el propio entusiasmo de Aaron le traicionó y, junto con el portal, se abrió una puerta a sus recuerdos. Unos muy intensos. Demasiados.

La torre desapareció ante sus ojos, y lo transportó a otro lugar. Malik reconoció vagamente Villa Crepúsculo.

Viejo y demacrado. A eso se había visto reducido su poder con el paso de los años. Él, que era el Caballero más puro que quedaba en el universo, el último de un larguísimo linaje, sentía la muerte pendiendo sobre su cabeza como una sombra.

Traicionado por su propio cuerpo. Qué irónico que hubiese sido una incursión al Reino de la Oscuridad lo que le había hecho enfermar de aquella manera. Justo cuando su poder traspasaba todos los límites imaginables... se veía incapaz de culminar su venganza, que tantos años llevaba planeando.

El reloj daba las siete en punto. Era la hora acordada y, como solía suceder, su invitada no le hizo esperar ni un segundo más de la cuenta.

¿Te has decidido?

Aaron desvió la mirada de su reflejo y, sin girarse, la posó sobre la mujer. Antaño había sido una gran reina, había leído su historia en los libros de Tierra de Partida. Ahora su cuerpo, al igual que el de él, perdía la fuerza y la resistencia.

Por eso, la criatura que vivía dentro de ella le había ofrecido un trato. Aaron le prestaba su cuerpo, ella cumplía su venganza y le concedía poderes inimaginables. Al fin y al cabo, compartían muchos intereses. Se necesitaban.

Y la venganza era lo único que le quedaba.

Sí. He tenido tiempo para pensarlo —respondió, volviendo al reflejo. Tenía bolsas bajo los ojos, y la vista empezaba a fallarle, pero reconocía la misma mirada en ellos todavía.

Bueno es saberlo. Echaba de menos tener un cuerpo afín a Oscuridad. —La reina sonrió—. No niego que la curación y la magia de Natura pueden llegar a resultar muy útiles, pero son tan poco... imaginativas.

Tendrás que conformarte con ellas, porque no pienso cederte nada.

Se permitió saborear la satisfacción cuando la criatura entornó los ojos.

¿Cómo dices? ¿Eres consciente de que vas a...?

¿Morir? Sí. Como he dicho, he tenido bastante tiempo para pensarlo. Pero preferiría morir antes que poner mi sangre en tu poder. Preferiría mil veces renunciar a mi vida antes que dejarme llevar por un despojo inmundo como tú. —El odio impregnó su voz—. No me pondrás la mano encima. Tierra de Partida caerá por el peso de su propia incompetencia, y mi venganza se verá realizada.

La mirada de Friederike se volvió fría.

Qué noble por tu parte. Pero respóndeme a una pregunta: ¿cómo vas a impedir que te posea?

¡Insolente! ¿Acaso dudas de mi poder? ¡Soy el primero en milenios que ha podido cruzar la puerta al Reino de la Oscuridad y volver con vida!

¿De veras crees que tienes la menor oportunidad contra mí? Te hacía más inteligente, pero, como todos los habitantes de este Reino, no eres más que una decepción. Mereces ser eliminado... como todos.

Hubo un destello y, antes de que pudiese reaccionar, Friederike había aparecido ante sus ojos y le asestaba una patada contra el plexo solar. Aaron cayó hacia atrás y atravesó el espejo con un gran estrépito.

Traido...

Unas enredaderas le silenciaron. De pronto, tenía los brazos y el cuello inmovilizados, y la naturaleza lo retenía de rodillas contra el suelo.

No lo empeores. Este cuerpo ya está lo bastante maltrecho como para que encima le causes daños.

La boca se le llenó de sangre cuando trató de maldecir, de gritar. Los ojos le ardían de rabia, y sólo más tarde, comprendió que era por las lágrimas.

Friederike —no, la criatura, Xihn— le sujetó la cara con las manos. Era casi una caricia, un gesto maternal, como el de ella. El asco hizo que se estremeciera. El terror le impidió gemir.

Lo siguiente fue dolor, un desgarro que le atravesó la cabeza. Ojalá hubiese parado ahí. Ojalá hubiese perdido la consciencia en ese momento, y la muerte, plácida, se lo hubiese llevado.

Pero lo que vino a continuación fue mucho peor.


Tanto Malik como Aaron fueron devueltos a la realidad con violencia. Desorientado, el Caballero no tuvo tiempo de intentar arrebatarle el control de nuevo.

*


Nithael se precipitó al frente. Saito se arrojó sobre él. Malik… también. Llegó a abrirse un Portal de Oscuridad debajo del ángel y, por muy, muy poco, cayó dentro.

Solo que, de pronto, se cerró. Malik se encogió sobre sí mismo y la sombra que lo había ayudado a subir hasta la altura de Nithael también estuvo a punto de desvanecerse.

Por suerte, su Caos estaba tan bajo que cuando quiso invocar de nuevo sus tentáculos, le salió bien. El ángel era tan pesado que dio un brusco empellón al glider y cayeron un par de metros antes de que Saito pudiera estabilizar su transporte y apartar una de las alas de su cara. Con Dos volando muy cerca de él, ambos se precipitaron hacia una de las ventanas, en pleno proceso de venirse abajo, y lograron atravesarla justo al mismo tiempo que la torre gemía y el proceso de destrucción volvía a reiniciarse. Kairi no tuvo problemas para escapar, aunque pudo ver cómo el techo se hundía hacia ella por el camino que tomó y tuvo que apretar mucho, mucho el paso.

Abajo, no muy lejos, otros Caballeros se enfrentaban a problemas diferentes. Hiro se apresuró a ir junto a un mareado Ruz, que asintió a su pregunta pero tuvo que aferrarse a su brazo para no caer. Se había arañado los brazos, las rodillas, y pálida sangre le goteaba por la piel oscura. Perdió algo de pie, de modo que Hiro tuvo que subirlo por su cuenta a su espalda. Por suerte, con la armadura no sintió mucho cómo los brazos del niño envolvían su cuello y lo acogotaban.

Eres un perro-ángel—dijo, divertido y con la lengua de trapo, como si estuviera borracho.

Mejor no hacerle mucho caso.

Salieron disparados hacia delante al mismo tiempo que Gabriel sonreía dentro de Alanna.

«Oh, siempre he querido hacer algo como esto. Prepárate.»

Alanna exhaló su aliento de fuego al mismo tiempo que Lyn saltaba. A esas alturas, ya casi parecía un lobo completo. Sintió que su pecho se llenaba de una fuerza que no había experimentado nunca antes. Puede que Gabriel no fuera afín al fuego, pero no cabía duda de que en vida había sido un mago impresionante.

El torrente de llamaradas que salió por su boca fue ensordecedor. La galería entera se iluminó de un intensísimo rojo y los cascotes detenidos en plena caída extendieron sombras alargadas como cuchillas.

Lyn chilló cuando el fuego la alcanzó. Fue lo suficiente intenso como para cegarla y permitir que Alanna, entre gritos de ánimo de Gabriel, se abalanzara sobre ella con su glider. No necesitó que Gabriel le recordara los peligros del Caos, porque saltó en el último segundo y el glider alcanzó a Lyn en el vientre. Se la llevó por delante, reventando una de las vidrieras y saliendo al exterior.

Sin permitirse un respiro, Alanna desplegó sus alas, atrapó a Zel por la cintura —el chico se aferró a ella. Por suerte, era muy ligero— y escapó de la torre, siguiendo el rastro del propio Hiro.

¡Vámonos!—gritó Friederike, todavía controlando el cuerpo de Saeko.

Cogió a Celeste-Chihiro por un hombro y las obligó a moverse. En ese momento, la concentración de Chihiro se rompió y el tiempo volvió a la normalidad. Friederike invocó el glider de Saeko, Chihiro el de Celeste, y surcaron la distancia que las separaba de las ventanas en unos pocos segundos.

*


La torre se derrumbó. El estruendo no tuvo nombre y duró tanto raro que se les antojó eterno. Columnas y nubes de polvo, humo y oscuridad ascendieron hacia lo alto y lo ancho, cubriéndolo todo bajo la escasa luz del sangrante eclipse.

Así pues, la torre dejó un boquete gigantesco en medio del castillo. Saito, Dos y Nithael lograron aterrizar en el borde del tejado, donde Nithael empezó a espabilarse, si bien seguía mareado y parecía una estatua gris al estar cubierto de tanto polvo. Dos tuvo que andarse con cuidado con el brazo, porque notaba cómo el Caos volvía a hacerle efecto y quizá pudiera terminar hundiendo demasiado los dientes con su creciente fuerza bruta.

Saito, a su vez, escuchaba susurros de voces. Ahora que la batalla había terminado, los pensamientos no eran tan frenéticos como antes. Claro que también era cuestión de tiempo que el Caos se incrementara.

Con todo, sus poderes tenían ciertas ventajas. Algunas puede que, si las supieran usar, fueran muy, muy beneficiosas. Pero se arriesgaban a volverse locos o a no poder volver a moverse. Nithael estaba a sus pies. Solo tenían que pedirle que les librara del Caos si no querían seguir adelante.

Abajo, en el jardín, los Caballeros se levantaron en medio de un colchón de polvo y escombros mientras Kairi se asomaba por una de las ventanas del piso superior. Lyn se revolvía en el suelo, quemada y destrozada, y gimoteaba con ruidos muy poco humanos. Pronto intentó ponerse bocabajo y levantarse, pero se veía que el golpe en el vientre y el tórax la mantendrían inmóvil durante unos minutos.

Ruz, sollozando, corrió a los brazos de Zel, que lo abrazó con intensidad. El chico de pelo largo miró hacia Hiro y asintió con la cabeza, agradecido. Cuando su hermano se calmó un poco, Zel lo arrastró consigo dando un inmenso rodeo para no acercarse a Lyn y se sentaron al lado de Alanna. Zel hundió la cabeza entre los hombros y el pelo le cayó como una cortina por delante del rostro. Alanna no escuchó ningún sonido, pero por la expresión de Ruz, pudo imaginarse que a Zel no le gustaba que lo vieran llorar. Eve los encontró de inmediato y, sin atreverse a gritar ni a pedir explicaciones, corrió a abrazar a sus hermanos.

Alanna comprobó que tenía un problema. Su glider había vuelto a ser una Llave Espada, cubierta de un pegajoso Caos que parecía dispuesto a devorar lentamente —como si fuera ácido— su filo. Por suerte no actuaba con mucha rapidez y le daría tiempo a buscar auxilio. ¿O valdría con limpiarlo contra el césped…? No, casi seguro que no.

Aaron, en posesión del cuerpo de Malik, se limitó a mantenerse alejado de Ronin, Ryota y su grupo, fingiendo que era el Caballero en todo momento. En su interior, no se molestó en decir nada. Malik notaba la ira, la vergüenza, el rencor: un sinfín de emociones negativas que se mezclaban con las suyas y amenazaban con devorarlas, con devorarle. Había humillado a Aaron antes, y había estado a punto de pagar por ello con creces, pero esto era otro nivel.

Estaba en la cuerda floja. Si no procedía con mucho cuidado, Aaron acabaría con él. Podía estar seguro.

Friederike y Chihiro, por su parte, liberaron a sus anfitrionas de su control. Las dos se habían quedado prácticamente sin magia, les daba vueltas la cabeza por el esfuerzo, pero Celeste en concreto tenía la sensación de haber pasado por una trituradora. Aun así, Chihiro le dedicó un último pensamiento antes de callar a menos que la muchacha se dirigiera a ella:

«Y nunca vuelvas a decir que le cedí alegremente mi cuerpo a Xihn o sí que te mataré.

* * *

Fátima


Andrei le sostuvo la mirada a Fátima. Al final, gruñó algo por lo bajo y contestó:

Cuando pasas tanto tiempo cerca de Xihn, el Caos... termina por afectarte. Dark Light, Karel y yo elegimos abrazarlo y utilizarlo como arma, sobre todo tras ver que sólo el ángel era capaz de purificarlo. Verdín era más reticente, pero de poco le sirvió. Ninguno esperaba que Xihn... fuese a emplearlo de forma tan descontrolada. —Andrei frunció el ceño—. Desde que descubrió que los últimos de su especie seguían con vida... se le fue de las manos. Demasiado. Y todo fue a peor.

»La armadura la creamos cuando el cuerpo de Chihiro empezó a deteriorarse. Podría haberle servido por muchos años, pero el Caos lo devoró. El problema es que nada que hagamos puede controlarle, y si de verdad se ha roto... será Xihn con toda su magia desatada al máximo. Brutal, imparable y con oleadas y oleadas de poder. Ya podéis tener un buen as en la manga.


A medida que terminaba la frase, Bella se apresuró a renovar la estancia de Thor e invocó el glider.

Sube —le dijo a Andrei. Con una cara de incomodidad extrema, este obedeció, situándose detrás de la Princesa y sujetándose a ella por la cintura. Bella no parecía en absoluto preocupada (si bien compartía la alegría de Andrei), de modo que Fátima podía suponer que iba preparada con hechizos de protección por si intentaba jugársela—. Fátima, ¿podrás seguirnos volando?

Podía intentarlo aunque, desde luego, iba más lenta que el glider por mucho que Thor tirara de ella. Por suerte, una figura en el horizonte acudió a su rescate.

Harun se abalanzó directamente sobre ella, pero frenó en el último segundo. Pronto comprendieron por qué. El pobre estaba lleno de heridas, heridas que supuraban Caos. Todavía no se había dado cuenta de que su madre ya no era humana, de lo asustado que estaba.

Bella cruzó una mirada con su Maestra y, en silencio, posó las manos sobre Harun, sin tocarle. La magia curativa empezó a emanar de sus manos, aliviándole un poco el dolor.

No puedo eliminar todo el Caos yo sola, pero creo que así es suficiente como para que tú y Thor podáis montar y mantener mi ritmo —dijo suavemente—. Nithael se encargará del resto.

Debajo de ellas, en la distancia, un grupo se acercaba en sus respectivos gliders a toda velocidad. Las Princesas. Estaban muy cerca del castillo... Sin duda, el Caos no tendría tiempo de extenderse mucho más.

*


Las Princesas y Fátima llegaron casi a la vez junto a sus compañeros, y todos se movilizaron. Felipe acudió a Ariel de inmediato para ponerla al día de lo sucedido, y Bella se les habría unido de no ser por el hecho de que Andrei acababa de desaparecer. No sin sorpresa, Fátima comprobó que sólo se había vuelto invisible para esquivar a los Maestros, y que rodeaba los escombros de la torre en busca de... Karel, sin duda. Andrei se dio cuenta de que podía verla, y se la quedó mirando sólo un momento antes de proseguir.

¿Le delataría? ¿Aunque fuese a Bella?

Entre tanto, los Maestros empezaban a reunir al grupo para contar las bajas. Fue fácil identificar a los que habían sido afectados por el Caos, y es que todos compartían esa sensación de nerviosismo y de malestar, de que algo terrible estaba a punto de suceder. Sólo podían imaginar el qué. La única excepción era Lyn, que había quedado inconsciente, pero Nithael y Yasmín ya se estaban ocupando de ella. Nanashi no se lo pensó dos veces cuando la vio, y dejó atrás a Ronin y a Ryota para correr hacia ella. La Maestra cayó de rodillas al suelo e hizo amago de tocarle la cara con las manos temblorosas, pero se contuvo en el último momento.

Con todo el mundo ocupado, Xefil y Ragun se quedaron un poco de lado, junto a la montaña de escombros a la que había quedado reducida la torre. Si se fijaban, verían que los cascotes se movían ligeramente.

Temblaban. Solos. ¿Cómo? ¿Deberían retirarlos y comprobarlo o sólo avisar a alguien?

Tenían poco tiempo para decidir. Sobre todo porque, detrás de ellos, una voz susurró:

Corred.

Spoiler: Mostrar
Ragun:
VIT: 200/200
PH: 92/92


Xefil:
VIT: 40/40
PH: 56/56


Saeko:
VIT: 80/84
PH: 0/58 (45 poder curativo)


Alanna:
VIT: 55/60
PH: 14/38


Celeste:
VIT: 20/26
PH: 48/58
Te quedas sin éteres


Kairi:
VIT: 35/40
PH: 25/52


Hiro:
VIT: 10/28
PH: 22/54


Malik:
VIT: ????/138
PH: ????/58


Saito:
VIT: 110/120
PH: 33/60


Dos:
VIT: 36/40
PH: 25/38


Fátima:
VIT: 32/32
PH: ????/????


Spoiler: Mostrar
Dos: 7%

Saito: 7%.

Harun: 18%


* * *


Fecha límite: viernes 20 de julio


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Zero: I (justificada)
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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor Suzume Mizuno » Vie Jul 20, 2018 1:09 am

Andrei le sostuvo la mirada tanto tiempo que Fátima pensó que no hablaría. Sin embargo, terminó por gruñir y decir, a ragañadientes:

Cuando pasas tanto tiempo cerca de Xihn, el Caos... termina por afectarte. Dark Light, Karel y yo elegimos abrazarlo y utilizarlo como arma, sobre todo tras ver que sólo el ángel era capaz de purificarlo. Verdín era más reticente, pero de poco le sirvió. Ninguno esperaba que Xihn... fuese a emplearlo de forma tan descontrolada.. Desde que descubrió que los últimos de su especie seguían con vida... se le fue de las manos. Demasiado. Y todo fue a peor. La armadura la creamos cuando el cuerpo de Chihiro empezó a deteriorarse. Podría haberle servido por muchos años, pero el Caos lo devoró. El problema es que nada que hagamos puede controlarle, y si de verdad se ha roto... será Xihn con toda su magia desatada al máximo. Brutal, imparable y con oleadas y oleadas de poder. Ya podéis tener un buen as en la manga.

Fátima trató de no estremecerse, de no recordar el dolor que le había provocado el Caos, y logró mantener una expresión neutral.

Varias Princesas del Corazón y un Ángel debería ser suficiente —respondió al final, mirando a Andrei con creciente desconfianza.

Había algo que no le estaba diciendo. Pero no tenían tiempo para detenerse a interrogarle. Bella invocó su glider y ordenó a Andrei que subiera con ella. Fátima torció la boca cuando el hombre se cogió a la cintura de Bella para mantener el equilibrio, pero al menos parecía incómodo mientras que Bella mantenía la serenidad.

Fátima, ¿podrás seguirnos volando?

Fátima se miró los pies, preguntándose si sería capaz de volar. Ya no tenía Llave Espada, eso seguro, o al menos no reaccionaba a sus llamadas… Así que se cogió al brazo de Thor. La esencia cubrió sus manos con una de sus enormes palmas y asintió en su dirección.

Cuando se elevaron en el aire, Fátima experimentó una maravillosa ausencia de gravedad. El tirón de los despegues en glider, el abrazo de la tierra que parecía querer que se estampara en cuanto daba un acelerón y que tanto la habían aterrorizado de joven, simplemente no estaban. Sintió que el viento acudía a ella y la impulsaba, ligera como una pluma, hacia lo alto.

Y muy, muy a su pesar, notó un efímero golpe de felicidad. Miró a Thor, que le sonreía.

Cómo le hubiera gustado poder separarse de él, experimentar hasta dónde podía llegar. En su lugar, le dio un apretón y Thor aceleró detrás de Bella.

A pesar de lo rápido que se movía su niño, pronto el glider empezó a dejarlos atrás. Fátima luchaba contra una creciente frustración cuando Thor lanzó una exclamación y señaló con un dedo. La Maestra casi no tuvo tiempo de levantar la cabeza cuando algo se abalanzó sobre ella. Fátima emitió un gritito de la impresión, pero entonces reconoció la melena parda.

¡HARUN! —gritó, tan fuerte que la voz se le rompió un poco.

El dragón, sin embargo, no llegó a embestirla y frenó con brusquedad. Fátima tardó unos momentos en ver el Caos que manaba de sus heridas, en las partes de su lomo carentes de pelo y la sangre que goteaba hasta el suelo. Sus bigotes se agitaban con desconsuelo, abría y cerraba convulsivamente las garras, tenía las pupilas diminutas y resoplaba del dolor.

No. No, no, no, mi pequeño —gimió Fátima. Thor la sujetó para que no se lanzara a abrazar al dragón, que a pesar del miedo y del dolor no quería tocarla para hacerle daño a pesar de que todo era su culpa. ¡No tendría que haber dejado que se alejara!

Bella regresó, intercambió una mirada con Fátima y esta no consiguió que le saliera la voz de la desesperación. Su amiga no necesitó más. Acercó las manos, sin llegar a tocarlo, y las heridas comenzaron a cerrarse. También el Caos dejó de supurar.

No puedo eliminar todo el Caos yo sola, pero creo que así es suficiente como para que tú y Thor podáis montar y mantener mi ritmo —dijo con suavidad—. Nithael se encargará del resto.

Fátima se abrazó al cuello de Harun de inmediato y lo acarició con intensidad. Cuando Thor le dio un toque comprensivo en el hombro, Fátima besó el morro de su dragón y montó a su grupa.

Vamos, pequeño. Nithael te curará.

Harun le lamió la mano y luego dio tal acelerón que el viento secó las lágrimas que se le habían saltado ala joven. Mientras surcaban el cielo, Fátima notó la presencia de Cephiro y bajó la mirada. No muy por debajo, varios glider se desplazaban a toda velocidad.

Las Princesas.

Miró al frente con un asomo de confianza y, justo entonces, vio cómo la torre se venía abajo del todo.

*


Fátima hizo que Harun descendiera y aterrizaron, en medio de una nube de polvo que comenzaba a disiparse, en un jardín. Gran parte del castillo estaba destrozado, pero entonces localizó a Celeste, Alanna y Saeko. Fátima soltó un pequeño grito de alivio y corrió hacia ellas. No vaciló en abrazar con fuerza a Celeste.

¡¿Estás bien?! —le puso las manos en los hombros y la repasó con la mirada—. ¿Qué ha ocurrido?

Luego se volvió rápidamente hacia Alanna y le dio un apretón en la mano. Localizó a Zel y Ruz abrazados, no muy lejos. Hiro también estaba allí, así como…

¿L-Lyn…? ¿Qué…?

Estaba irreconocible. Sabía cómo podía ser su aspecto cuando se empezaba a transformar, pero jamás la había visto con un aspecto tan animal. El corazón le dio un vuelco cuando comprobó que todo su cuerpo desprendía Caos.

¿Qué ha pasado? ¡Dónde está Malik! ¡Y Nithael, necesitamos a Nithael ahora!

Giró sobre sí misma y vio que Felipe estaba reunido con Ariel. Eso significaba… ¡Sí! Ragun, Xefil, Ronin y Ryota estaban allí. Un fantasma blanco pasó ceca de ella; Nanashi, que corría a atender a Lyn. La mujer, con el rostro desencajado, vacilaba entre tocarle o no la cara. Fátima suspiró al ver que Yasmín y Nithael se habían apresurado a reunirse con la Maestra para atenderla.

Rascó a Harun tras las orejas y decidió que le pediría ayuda a Ariel. Necesitaba que alguien llevara su anillo, de todas formas.

¡Pero antes…!

¡Malik! —gritó, desesperada.

Mientras lo buscaba, se encontró con que Bella también parecía nerviosa. Fue entonces cuando se dio cuenta de que Andrei se había esfumado.

O quizá no. Lo localizó alejándose hacia la torre. Casi de inmediato supo que se había cubierto de un hechizo de invisibilidad. Cómo era capaz de verlo, no tenía ni idea. ¿Sería porque se había contagiado de su Caos, en concreto…? Furiosa, Fátima dio un paso al frente y se preparó para dar un grito y advertir a su amiga.

Andrei se volvió hacia ella. La miró un segundo antes de proseguir su propia búsqueda.

«Le importo bien poco.»

Y se dio cuenta de que, frente a encontrar a Malik, a ella también. Que se largara con Karel, si es que lo encontraba. Ella tenía un marido que encontrar y un universo que salvar. Se elevó en el aire para poder buscarlo con más facilidad. Se tambaleó varias veces, cayó hacia abajo y tuvo que probar a estirar los lados, maldiciendo para sus adentros, pero al final logró controlar torpemente el movimiento.

Cuando por fin lo viese, Fátima se arrojaría a sus brazos de puro alivio y rompería a llorar. Flotando, quedaría a la altura de su rostro, por lo que no dudaría en darle un beso mientras le sujetaba la cara y luego lo abrazaba con intensidad.

¡Gracias…! ¡Oh, gracias! Pensé que estarías muerto, creí que la torre…—Se separó un poco de él. Las esencias no lloraban, pero sentía una maraña de emociones tan fuerte que tenía la impresión de que se le emborronaba la vista—. ¿Estás bien? ¿Por qué te separaste del…?

Su ojo. No. Sus… Sus ojos. Desconcertada, le acarició el pómulo del ojo recuperado y luego le clavó la mirada, a la espera de una explicación.

¿Cómo…? ¿Ha sido el Caos?—Solo entonces reparó en que su apariencia también estaba muy cambiada—. Lo mío es una historia muy larga de contar. Andrei me contagió con Caos. Ahora mismo creo que soy una esencia, pero me encuentro bien, no te preocupes. —Esbozó una sonrisa algo forzada y lo abrazó de nuevo—. Pero tenemos que movernos rápido. Xihn sigue vivo, ¿verdad? Debemos lograr que Nithael y las Princesas lo purifiquen antes de que sea tarde.—Se elevó un poco, sujetando su mano—. ¡Vamos! Además, debo encontrar a Ariel y pedirle un favor.

Si Malik, por algún motivo, no iba con ella, Fátima le daría un último beso y se marcharía rápidamente en busca de la pelirroja cabellera de Ariel. Una vez frente a ella le resumió lo más rápìdo que pudo su situación después de pedirle, por favor, que la ayudara con Harun.

Con tu poder, creo que podría sacar partido a este tipo de cuerpo—terminó—. ¿Aceptaríais ser mi catalizador, Alteza?

Si aceptaba, esperaría a que apareciera el anillo. De lo contrario, se apresuraría a volver junto a Bella.

Acto seguido, diría:

¡Princesas, acercaos!—Se apresuró a dirigirse a Ronin y a Ryota, visto que Nanashi estaba ocupada con Lyn y, si podía ayudar a su recuperación, no quería interrumpirla—: He hablado con Andrei—informó y, antes de que tuvieran tiempo de interrumpir o preguntar, dijo a toda velocidad—: Según él, construyó una armadura junto a Karel para detener el Caos de Xihn. Si esa armadura se rompe, nos enfrentaremos a una criatura completamente desbocada.Debemos purificarlo antes de que sea demasiado tarde. Además, antes… Andrei parecía incapaz de controlar su Caos. —Se retorció un mechón de blanco pelo—. Los que estamos afectados de Caos quizá…

Calló, sin saber bien si estaba exagerando o no. En cualquier caso, sabía que con esa forma podría resultar mucho más útil y brutal.

Spoiler: Mostrar
Si, como consecuencia de lo que ven Xefil y Ragun, los Maestros dan órdenes de retirada o ataque, en principio Fátima obecerá, en principio con un un Dragón de agua que pueda manipular para que no se interponga en el camino de otros ataques.

▪ Dragón de agua (HM) [Nivel 22] [Requiere Afinidad a Agua; Poder Mágico 35] [Personalizada] El usuario invoca un dragón de agua de tres metros de longitud y uno de diámetro que embiste al enemigo/s. No tiene por qué ir recto y puede maniobrar trazando curvas para perseguir al objetivo.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor H.S Sora » Vie Jul 20, 2018 3:13 am

«Un porcentaje de Caos casi nulo...»

Fue un alivió escuchar la respuesta de Dos, pero no había mucho tiempo para celebrarlo. La torre cedería de un momento a otro, y si bien podía con Nithael, su peso era un añadido extra con el que no contaba.

«¡Vamos, vamos!»

Apartando como buenamente podía una de las alas del ángel de mi campo de visión, traté de estabilizar el Glider y volver a redirigirme hacia el objeto principal: la ventana más cercana que llevara al exterior.

Por un momento me fijé en Malik. También parecía que hubiera querido rescatar a Nithael, pero al final no estaba seguro de si me había interpuesto en su camino o si había sido algo más lo que había frenado su maniobra de rescate. Esos «nuevos poderes» no hacían más que causarme inquietud.

«Cre-eo que el señor Malik puede salir por su cuenta. Mientras que el señor Nithael necesita toda la ayuda posible y vuestros niveles de fuerza quizá no puedan sostenerle, además de que su Glider va verse con más peso del normal, así que perdóneme que insista, pero le asistiré en esta huida.»


Pero lo que Dos había dicho antes era cierto. A simple vista Malik parecía poder arreglárselas bien sin nuestra ayuda, y no podía correr el riesgo de que Nithael se escurriera a medio camino. Eso no implicó que mientras aceleraba no le echara una última mirada de preocupación a la par que atravesábamos la ventana.

***


Desde el borde del tejado contemplamos el final de la destrucción de la torre. Se había reanudado el proceso en cuestión de segundos, y por poco no nos había pillado dentro. Nithael empezaba a recuperarse poco a poco, y me permití el lujo de respirar.

¿Podemos hacer algo por ayudarle, Maestro Nithael?

Aquel eclipse de sangre iluminó escasamente todo el proceso. Tras la nube de polvo y el final del ruido, llegó la calma. Una calma que me puso el vello de punta. ¿De verdad había terminado todo? ¿Después de tantos años, una torre había bastado?

Hasta que no viera su cuerpo sin vida y a uno de los Maestros prendiéndole fuego hasta calcinarlo, no me iría de allí. Era lo mínimo que se merecía, que no quedara ni un maldito rastro de su existencia ni del mal que había hecho en todo el Intersticio.

No todo podía ser tan bonito. Me giré hacia mi compañera y el ángel, para comprender que ninguno de los dos había hablado. Se trataba del Caos, que volvía a atacar. No estaba seguro de si quería preguntarle a Dos el porcentaje que teníamos ahora.

Eran solo susurros y sin embargo…

Dos. Habrás notado que nuestros niveles de Caos vuelven a subir pero no tienes por qué dejar que se eleven de nuevo. El Maestro Nithael podría ayudarte, si se lo pides.

Por algún motivo estaba inquieto. Era consciente de que si dejaba que aumentara acabaría ensordeciendo en el mejor de los casos. En el peor, cuanto menos, me estallaría la cabeza con tanto pensamiento intentando destriparme.

Maestro Nithael… ¿Si mi Caos aumentara mucho más, podría ayudarme antes de que fuera demasiado tarde?

Aún con todo, necesitaba asegurarme bien antes de intentar quitármelo de manera definitiva. Traté de sacudirme el polvo que tenía encima, mientras veía como los demás se iban juntando en el jardín. En el momento en que Nithael se sintió mejor, no dudé en acompañarle hasta abajo.

***


No había sido fácil para nadie, eso estaba claro. Me removí un poco, inquieto todavía por los susurros que sentía, pero dispuesto a aceptarlos el rato que hiciera falta. Hice un barrido general con la mirada, con el corazón encogido, y sin saben muy bien a dónde o a quién dirigirme ahora.

Los hermanos estaban abrazados entre sí, a salvo, eso era lo importante. El estado de Lyn… parecía que con los cuidados que estaba recibiendo le permitirían recuperarse, y de verdad esperaba que así fuera. El resto de Maestro y Princesas del Corazón estaban ocupados en reunirnos a todos y evaluar la situación.

Por suerte no parecía que hubiera algún otro caso como el de la Maestra y mis pies se fueron moviendo solos, asegurándome de que no faltaba ningún compañero. Al final me decidí, y acabé dirigiéndome con cierta presteza hacia Celeste y Saeko.

¿Cómo os ha ido?...

Cogí una bocanada de aire, expectante a lo que tuvieran que contarme. El pulgar levantado de Celeste era tranquilizador… hasta cierto punto. Se la veía abatida como nunca, pero ningún rasguño que yo pudiera ver. Quizá eso era lo que me inquietaba, que pareciera tan desgastada.

Algo me dice que esto no ha acabado. —Asentí con severidad ante sus palabras y me senté frente a ella—. Y creo que Chihiro, aquí presente, opina lo mismo.

Torcí la cabeza mientras que mi compañera se señalaba el pecho para después volver a descansar de nuevo, y miré a Saeko sin comprender. En ese momento en el que mi cabeza intentaba procesar lo que me decía, se dio uno de los silencios más turbados que yo recordaba.

Hasta que caí en la cuenta de lo que podía haber pasado. Abrí la boca y la cerré en el acto. Me limité a apretar los puños con fuerza y a comprobar como Friederike y los demás que iban a “ayudarnos”, según lo que nos había contado la reina, tampoco estaban por los alrededores: una idea igual de bizarra partió mi mente como un rayo, en lo que prácticamente le gritaba a las voces de mi cabeza que se callasen.

Eran susurros, pero en aquel momento parecía que volviesen a aullar como antes.

¿T-Tu también?…

Me dejé caer, sin saber muy bien a quién iba dirigido lo que iba a decir. Quizá porque ni tan sólo sabía qué era lo que quería decir. Lo que habían hecho… ¿qué consecuencias les acarrearía a largo plazo? No quería preguntárselo a ninguna de las dos.

Seguramente porque su respuesta haría que me odiara a mi mismo.

Lo siento. —Me reincorporé, y al darme cuenta de lo cerca que estaba de ellas retrocedí, un tanto asustado por mi imprudencia—. Infectado de Caos, en mi caso. Lo que me faltaba, pegároslo. —Suspiré—. No es nada grave, mientras no me toquéis de forma directa.

«Y mientras no deje que me vuelvan loco.»

Durante la pelea, varios han quedado afectados. Nithael se está encargando de ellos, por si... quieres aprovechar y curarte.

Gracias, pero todos vosotros habéis arriesgado mucho. —le sonreí con cierta tristeza—. Y el Caos ofrece algunas «habilidades» que quiero intentar aprovechar para ayudar mientras pueda. Estamos rodeados por Maestros y Princesas del Corazón después de todo, en cuanto vea que no puedo soportarlo más acudiré a ellos de inmediato.

»Es la única baza que puedo utilizar ahora mismo.

«Es lo mínimo ahora que sé lo que habéis hecho.»

Ahora sólo me quedaba esperar. Órdenes o lo que fuera que estuviera por venir. Porque al igual que Celeste, tenía la mala impresión de que las cosas no nos iban a resultar tan fáciles. Quise afobetearme en el momento en que pensé que para alguno de nosotros había sido «fácil».

Lo poco que se me ocurrió para intentar calmar mis pensamientos y la ansiedad que me iba subiendo poco a poco por la espina dorsal, fue tratar de emplear esa capacidad que el Caos me otorgaba. Si conseguía aprender a manejarla un tanto, en lugar de ensordecer a las primeras de cambio y terminar desorientado, quizá si que resultaría ser una baza en condiciones.

Por eso mismo intenté concentrarme y escuchar con atención las voces que pudieran venirme de Celeste o Saeko, aprovechando que eran las que más cerca tenía.

Spoiler: Mostrar
Saito intentará utilizar la "habilidad" que el Caos le otorga para acostumbrarse a ella o intentar utilizarla mejor más adelante. Y en el caso de que Xefil y Ragun avisen, Saito obedecería las órdenes de los Maestros preparándose para lo que hiciera falta. En principio invocando el Glider para elevarse y esperando más órdenes sobre lo que hacer.

PD: Diálogos acordados con Denna y Tsuna.
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
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[X] #11 - Bremsstrahlung

Notapor Zee » Vie Jul 20, 2018 6:23 am

 
Bremsstrahlung: f. Radiación de frenado producida por la desaceleración súbita de una partícula cargada al ser desviada por otra partícula cargada.



Justo como mi experiencia tan cercana a la muerte, a manos de Ragun, todo lo que vino después aconteció de forma en extremo apresurada. No había siquiera posicionado mis botas en el Glider cuando el castillo volvió a retumbar, como una bestia buscando despertar de un muy largo sueño. Alcé la mirada y contemplé con horror cómo el techo de la sala al fin comenzaba a desplomarse, incapaz de mantener su integridad después de que las grietas y hendiduras hubiesen debilitado la estructura de forma irreparable.

Iba a caer sobre nosotros.

¡Rag--! —Ronin me interrumpió apenas pronuncié palabra:

¡RETIRADA! ¡TODOS FUERA!

Ni siquiera hubo tiempo de gritar. Intenté llamar la atención de Ragun, pero no había forma que no hubiese visto lo mismo que yo, por lo que desistí y me vi obligado a ver sólo por mi bienestar. Los cimientos se sacudieron una vez más, pero en esta ocasión debido al peso de la fortaleza desmoronándose sobre sí. En un momento como aquél, no podía permitirme el lujo de perder más tiempo mirando a los otros: confiando en que Ragun, los Maestros y Felipe podrían apañárselas por sí mismos, jalé del Glider echándome hacia atrás, le di la media vuelta y arranqué en dirección a la primera ventana o puerta o hueco que alcancé a ver. Pude jurar que el castillo se cerraba en torno a mí conforme cruzaba la galería, un diluvio de pedruscos y escombros comenzó a caer a nuestro alrededor, y tuve que virar y girar la tabla para no ser alcanzado por ninguno de los peligrosos proyectiles.

Escapé por un hueco en las paredes en el último instante posible y el mundo muerto de allá afuera no pudo parecerme más bello vista la situación. Salí disparado por el agujero justo cuando la torre terminó por hundirse detrás de mí, liberando una onda expansiva tremenda cuando todos los pisos se desplomaron y la energía no tuvo ningún otro espacio a donde escapar. Subestimé el impacto de la explosión y, al aminorar la marcha, la presión del viento inclinó mi tabla hacia el frente y la empujó metros y metros más allá de donde planeaba aterrizar.

No pude hacer más que hacerme un ovillo antes de caer como costal en el suelo y rodar varios metros por la tierra vieja y el escombro de las ruinas, hasta que un trozo de muralla lo suficientemente grande me detuvo.

Au… gh…



Me resigné a quedarme unos momentos tirado en el suelo, demorando el momento de levantarme, saboreando el dolor, casi disfrutándolo…

Casi moría, maldita sea. Casi…

Ragun extendiendo sus tentáculos de un lado a otro, intentando atrapar los corazones. Las llamaradas y los destellos de Ronin calcinando el fango oscuro que cubría el cuerpo del híbrido. Mis dedos sujetando mis dagas con más fuerza de la necesaria, mis brazos temblando ante la visión de un viejo amigo siendo poseído por sus demonios de antaño. El oponente lanzándose hacia mí.

Sus ojos amarillos. Sus dientes sedientos.

Un momento de duda.

Mi garganta despedazada. Mi carne desgarrándose. Mi sangre salpicando.

Gritos.

¡NANASHI!


Casi moría…

Mi magia fallando. Parpadeando como una bombilla rota, como una estrella muriendo.

Las Neosombras a mi alrededor, extendiendo sus garras hacia mi pecho, hacia mi corazón expuesto. Mi cuerpo desvaneciéndose en el viento como cenizas mientras más intentaba teletransportarme. Mi piel ardía. Mi sangre hervía. Mi carne calcinada.

Mi pobre corazón… Roto… El festín de los Sincorazón…


Casi… Casi…

Me incorporé del piso como un resorte hasta quedar sentado, poseído por una urgencia que no supe de dónde provino. De pronto me faltaba el aliento y podía sentir algo presionándome en mi pecho, clavándose en mi carne, haciéndome daño, como un puñal. ¿Me había roto alguna de mis costillas?

No podía respirar. ¡No podía! Me llevé la mano al esternón y me incliné hacia adelante, boqueando de forma desesperada. Mi diafragma no respondía, como si se hubiese convertido en piedra. Por más que lo intentaba, no podía jalar aire. Mi corazón se aceleraba y se aceleraba, intentando compensar la falta de oxígeno. El sudor comenzó a recorrerme la espalda y las sienes. Casi moría casi moría casi moría iba a morir iba a morir ¡iba a morir!

«¡Por favor! ¡Alguien! ¡Ayuda! ¡Me voy a…!».


¿Qué…?

Fue como si alguien hubiera presionado un interruptor. De pronto, la sensación inminente de muerte se esfumó. Como cenizas en el viento. Sin mayor repercusión. Pude respirar de nuevo. Y sólo quedé yo, sentado entre las ruinas, contemplando lo que había quedado luego del desastre.

¿Había sido el Caos? ¿O algo más?

Me incorporé por completo, sintiendo al fin las consecuencias de haber perdido tanta sangre y de haber sido traído de vuelta con el Caos: mis piernas apenas podían con mi peso, y en general me sentía débil y cansado, como si un Grandullón me hubiese pasado por encima. Dirigí la mirada al frente, donde las ruinas del castillo seguían todavía en pie, aunque con una gran parte de su estructura ahora ausente. Alrededor de la fortaleza, entre la nube de polvo, podía distinguir las figuras de muchos de los Caballeros. La gran mayoría de ellos lucían bastante aporreados… Incluso había algunos, como Lyn, que requirieron asistencia inmediata.

Allí estaban los tres hermanos, que pronto corrieron a abrazarse el uno al otro. Allí estaba Alanna, sentada en el piso contemplando su Llave. Saito, que discutía algo de forma apresurada con Nithael. Allí estaba Malik, que casi al instante fue abordado por Fátima.

No. No Malik. Aaron.

«Bastardo doble-cara, ¡es su culpa que Ragun me haya hecho esto!», pensé con rabia, comenzando a caminar a zancadas en su dirección. No supe de dónde conseguí la energía, pero así, falto de sangre y todo, recorrí con los pies el trayecto que antes había volado casi a la misma velocidad. ¡El descaro! Hablando con Fátima, la esposa de Malik, la madre de sus hijos, intentando engatusarla…

¡E-Ey! —exclamé, tropezando a mitad del camino y cayendo sobre mi rodilla derecha, a un costado de los escombros de la torre. Intenté volver a incorporarme, pero el terreno bajo mis pies era inestable. Temblaba.

No, un momento… Eran mis piernas, traicionándome de nuevo. Pero me sentía bien hasta hacía un minuto… Me llevé la mano a la cicatriz, sintiendo la piel tensa bajo las yemas de mis dedos. La herida que Aaron había causado había sido grande. Sin duda había perdido demasiada sangre. Debía ser eso. Sí, seguramente era eso.

Aunque… los Maestros me habían sanado con ayuda del Caos, ¿no? Incluso la sangre que había perdido, de alguna forma tuvo que haberse visto repuesta… ¿No?

¿Entonces por qué me sentía tan débil?

Giré la mirada hacia las ruinas de la torre, donde todo había ocurrido. Todo había sido muy rápido. No habrían pasado más de diez minutos desde que Ragun se había lanzado contra mí, ¿verdad? Quizás… lo había procesado demasiado rápido. Quizás la urgencia de la batalla y la adrenalina me habían obligado a poner todo en algún rincón de mi cabeza, donde podía ignorarlo hasta que todo terminara.

«Casi… me muero».

Por poco y sentí el pánico volver hacia mí, sino fuera porque el movimiento de los escombros me trajo de vuelta a la realidad. El montón de rocas que antes había sido la torre se movía ligeramente, de forma casi imperceptible. Nadie más estaba viendo lo mismo que yo.



Separé los labios para gritar. Pero entonces algo me interrumpió:

Corred.

La voz vino de la nada. Me giré hacia un lado con tal velocidad que pensé que la cicatriz se me iba abrir. Pero no había nadie allí... Ni una silueta. Nada

¿Un Tenue?

Quien fuera que fuese, si estaba arriesgando su pellejo por avisarnos…

¡Llaves listas, Caballeros! —exclamé al instante, incorporándome de nuevo—. ¡Hay algo bajo las ruinas!

Invoqué mi propia arma y retrocedí hasta el grupo de Maestros, Princesas y Aprendices.

Curioso como, sin pensarlo, mis piernas habían encontrado la energía para moverse de nuevo.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor Tsuna » Vie Jul 20, 2018 7:24 pm

Una vez se hubo separado del centro de la batalla Saeko se concentró, espiró todo el aire que llevaba dentro y volvió a respirar, con calma. Estaba preparada para desatar el poder de natura de la reina.

«Entonces vamos allá»

Lo sintió de inmediato, primero fue la luz que resplandecía en sus manos y más tarde, una sensación renovadora y reconfortante. Las raíces no tardaron en crecer bajo sus pies, extendiéndose a través de los muros y las paredes; elevándose. Como no parecía tener control directo sobre ellas se limitó a mantener la concentración, viéndose envuelta en aquella energía que se sentía tan... diferente y nueva para ella, algo similar a la frescura que transmitía el aroma de la hierba fresca dentro de un prado.

Todavía concentrada en su tarea pudo percibir varios estallidos y temblores desde el interior de la torre, no tenía tiempo sin embargo de preocuparse de los demás, tenía que confiar en que sabrían salir de ahí por su propio pie.

Las paredes de la torre empezaron a gemir y la piedra comenzó a desprenderse con rapidez.

«No sé durante cuánto tiempo más podré aguantar.»

Saeko percibió cómo algunas personas salían ya hacia la galería, pero mentalmente se empezaba a encontrar exhausta. La sensación revitalizadora había dado paso a un cansancio y extenuamiento excesivo, todavía podía aguantar y mantenerse consciente, por supuesto, pero tal y como le había dicho a Friederike su poder mágico estaba prácticamente consumido. Y gracias a ello sentía que habían logrado su tarea sin problemas.

Mas temprano que tarde las raíces dejaron de crecer y Saeko sintió la necesidad de caer sobre su propio peso, pero como si no hubiese sido suficiente y en contra de los gritos que le pedía su mente para tomarse un respiro, su cuerpo giró sobre sí y empezó a moverse solo. Supo de inmediato que era Friederike la que estaba tomando las riendas y aunque se sintió incómoda al principio, comprendió que tampoco estaba en condiciones de hacer nada, así que se dejó llevar.

¡Chihiro! ¡La torre!

Sí, desde luego se sintió extraña cuando su boca se movió por sí sola.

Pese a estar siendo controlada, Saeko seguía percibiendo todo lo que ocurría a su alrededor, y en cuanto vio a Chihiro algo dentro de ella se puso en alerta. Solo había sido un par de días atrás cuando Xihn perdió su cuerpo y su consiguiente poder sobre el tiempo, por lo que podía intuir que era otro corazón liberado, como lo era Friederike.

Se acercó a Celeste y sin darle tiempo a hacer nada, la sujetó con fuerza por los hombros.

¡Saeko! ¿Qué estás...?

«Sé que es necesario, pero incluso yo me siento mal haciendo esto.»

Por favor, no. Ella no. Ella no...

Lo siento, chica, es necesario.

Desconocía hasta qué punto Chihiro había estado buscando un cuerpo, pero si Friederike estaba colaborando con ella para forzar la fusión que presenciaba en ese instante es que realmente era algo necesario.

La voz de Alanna se hizo eco a través de la galería también.

¡¿Qué estas…?! ¡NO! ¡NI SE TE OCURRA!

Saeko presenció con impotencia, al igual que los presentes, cómo Chihiro terminaba de fusionarse con Celeste arrancándole toda la magia que pudiese quedarle. La torre, que parecía haberse detenido gracias a los poderes temporales de la bruja, volvió a estremecerse y sin esperar por nadie más, Friederike sujetó a Celeste por la cintura en un intento de salir de allí.

¡SALID DE AQUÍ! ¡Por las ventanas, RÁPIDO!

¡La Maestra! ¡Ruz!

Escuchó las voces del resto a sus espaldas. Por lo que había visto el estado de Lyn era cuanto menos preocupante. Sin embargo un pensamiento le vino a la mente durante la carrera...

«Saeko... ¿Hay alguien fusionado con Malik?»

«Espero que todos hayan logrado encontrar una forma de salir... Por cierto, su majestad, le he estado dando vueltas a lo que ha preguntado antes Celeste, ¿puede sentir si hay alguien fusionado con uno de nosotros? No sé a qué ha venido la pregunta, pero sabiendo que ambas hemos aceptado la fusión no parece descabellado pensar que ya sabía sobre esto.»

Dejó que Friederike se tomara su tiempo para responder mientras la galería a sus espaldas se tornaba de un intenso color rojo.

¡Vámonos!

Invocando sus glider se apresuraron a salir por una de las ventanas. El sonido de la roca cayendo prácticamente encima de ellos logró que apretaran aún más el paso, y el estruendo que siguió fue descomunal.

Cubierta de polvo y tirada en los jardines del castillo, Saeko percibió que podía moverse de nuevo. Primero tosió un poco y después apretó y cerró el puño un par de veces para asegurarse de que estaba bien. La cabeza le daba vueltas y sentía su cuerpo bastante maltrecho a causa del gasto mágico, aunque Celeste tampoco parecía mejor que ella. Al final optó por quedarse sentada con la cabeza gacha a la espera de que se le pasase el mareo, tomando también unos cuantos éteres para recuperarse.

Al cabo de un rato Saeko no tardó en empezar a ver caras ya conocidas por la zona, algunos maestros, las princesas, otros de sus compañeros que habían decidido separarse al comienzo... Fue ese el momento en el que decidió hablar con Celeste acerca de lo ocurrido.

Siento que tuvieses que estar ahí en ese momento —refiriéndose al momento en el que la había sujetado contra su voluntad—, pero intentemos usar lo mejor que podamos estos poderes que nos han concedido, ¿de acuerdo? —buscó su expresión en un intento de darle algo de coraje—. Yo acepté esto voluntariamente, pero todos entendemos que te pueda resultar incómodo, intenta no forzarte. Toma.

Fue ese entonces cuando le tendió uno de sus objetos a Celeste, sentía que lo iba a necesitar. Un elixir.

«Si Chihiro ha pillado la indirecta todo irá bien. No imagino cómo se ha tenido que sentir al verse forzada a esto.»

Le dedicó una mirada a Alanna, que también andaba por allí cerca y parecía tener problemas con su Llave Espada. Quiso decirle algo, pero sintió que era demasiado forzado sacar un tema como aquel en una situación como la que estaban viviendo, a sabiendas de que quizá no saliesen con vida de lo que se avecinaba.

Una vez algo más despejada se fijó en el enorme boquete donde antes había estado la torre. Después observó a los presentes y distinguió una figura fantasmal acercarse, por un momento se vio sorprendida pero al fijarse mejor, comprendió que se trataba de Fátima. No quiso preguntar acerca de su apariencia, pues supuso que, quizá, se debiese a alguna de sus habilidades.

Y al poco llegó Saito, esbozó una sonrisa al ver que seguía de una pieza.

¿Cómo os ha ido?...

Algo me dice que esto no ha acabado. Y creo que Chihiro, aquí presente, opina lo mismo.

Bien, después de todo, bien. Aunque no fue fácil derribar la torre sobre Xihn.

Pasaron unos momentos en silencio donde Saito se quedó reflexionando sobre algo.

¿T-Tu también?…

Saeko asintió con la cabeza y se agachó, apoyándose sobre una de sus rodillas para estar a su altura.

Sí, después de partir caminos la reina me habló sobre la fusión. Corazones atrapados por Xihn que se habían visto liberados. Si no era conmigo era buscar a alguien —bajó la vista un momento, inmersa en ciertos recuerdos—. Puedo entender que la gente se equivoque conmigo, pero la oportunidad que me ofreció, tener la capacidad para protegeros, siento que era lo que necesitaba todo este tiempo.

Se puso en pie de nuevo.

Así que hagamos lo posible para que esto salga bien.

Lo siento. Infectado de Caos, en mi caso. Lo que me faltaba, pegároslo. No es nada grave, mientras no me toquéis de forma directa.

No lo digas como si tuvieses una enfermedad.

Durante la pelea, varios han quedado afectados. Nithael se está encargando de ellos, por si... quieres aprovechar y curarte.

Gracias, pero todos vosotros habéis arriesgado mucho. Y el Caos ofrece algunas «habilidades» que quiero intentar aprovechar para ayudar mientras pueda. Estamos rodeados por Maestros y Princesas del Corazón después de todo, en cuanto vea que no puedo soportarlo más acudiré a ellos de inmediato.

»Es la única baza que puedo utilizar ahora mismo.

Recordando las palabras de Friederike, Saeko observó en derredor a los demás.

Viendo el estado en el que se encuentra la maestra Lyn no parece que haga falta intervenir, pero necesitamos a Nithael al cien por cien. Si os apetece acompañarme estaré por allí.

En caso de que Celeste o Saito prefiriesen ocuparse de otras cosas Saeko les despidió con un gesto de mano, después se acercó hasta el grupo que estaba tratando a Lyn y a los afectados por el Caos. Si Friederike tampoco cambiaba de opinión alegando que interviniese en la curación de la maestra, que ya parecía estar bien atendida, se aproximó a Nithael.

Si me permite.

Empleó uno de los hechizos que había aprendido gracias a la reina sobre el ángel, a la espera de que se recuperase. Después se giró hacia los demás y saludó a Yasmín con una sonrisa.

¿Necesitáis ayuda? Deberíamos eliminar primero el Caos, o volverá a enloquecer. —después miró a Yasmín, parecía encontrarse bien y eso era suficiente—. ¿Sabes? Pudimos salvar Agrabah, esta situación no será diferente.

Fuera como fuese, el grito de Fátima haciendo un llamamiento a las princesas captó su atención. Escuchó su explicación acerca de Andrei y la armadura, y lo que estaba por venir.

¡Llaves listas, Caballeros! ¡Hay algo bajo las ruinas!

A la expectativa de lo que fuese a pasar, Saeko recuperó su poder mágico con éteres y asistió en la recuperación de Lyn si era necesario, después prestó atención a los maestros, si les decían de retroceder, así lo haría. Pese a todo intentó mantenerse a una distancia prudencial de los restos de la torre.

¡La reina Friederike y yo os protegeremos, no tengáis miedo!

«Xihn va a perder el juicio sin su armadura, me sigue pareciendo una locura... Deberíamos priorizar a Nithael, y me gustaría pensar que puedo salvar a todo el mundo, pero no será tan sencillo, ¿verdad?»

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Si Celeste lo acepta, Saeko le ofrecerá un Elixir.

Aparte de eso Saeko tomará tres éteres para recuperar su poder mágico normal, luego utilizará Cura+++ sobre Nithael y después de esto se tomará otros tres éteres para recuperar su poder mágico curativo. Si hace falta curar a Lyn usará un hechizo curativo sobre ella después de haberse recuperado.

Cura +++, nivel 30 (recupera 50 VIT)
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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor RedXIII » Vie Jul 20, 2018 8:06 pm

Eres un perro-ángel— Parecía alegre y a la vez con algo de ¿cansancio? Tal vez aquel ajetreado paseo había sido demasiado para Ruz, sobretodo por aquellos roces y magulladuras que se podían ver sobre su piel.

Ya me gustaría tener alas... — Susurró mientras se llevaba a Ruz y Goei lejos de aquel lugar.

***


A lo lejos pudieron contemplar cómo la torre caía con brusquedad, dejando en nada aquel imponente edificio que hasta hacía unos segundos se alzaba con estupor delante de ellos.

A esto le han faltado explosiones — Sintió la absurda necesidad de tirar algún cartucho de dinamita para adornar el derrumbe, aunque ya era tarde y la intensa nube de escombros amenazaba con sepultar cualquier cosa que se acercara.

Bajó lentamente hasta los jardines, donde se encontraban algunos de los asistentes a la caída de la torre. Ruz fue rápidamente hacia Zel, este agradeció con un gesto el que trajera a Ruz de vuelta con él, gesto que fue devuelto por parte del mestizo.

Spoiler: Mostrar


Aun con la armadura puesta y parte del Glider pegado, Hiro corrió al lado de su malherida maestra, junto a su fiel y leal compañero Goei, al ver su deplorable estado, nunca pensó que pudiera terminar tan mal.

De la misma forma que Nanashi intentó poner su mano sobre la Maestra, Hiro posó a escasos centímetros su mano, pero tampoco tuvo el valor de tocarla, no después de ver el daño que había hecho a los demás aquella esencia maligna, temía demasiado lo que pudiera hacerle, que la corrupción a la que se expusiera fuera irreversible, aquella cobardía atormentó brevemente al indeciso mestizo, quien apenas había experimentado aquel tipo de terror en su vida.

La armadura no dejaba ver la frustración que sentía en aquel momento, a excepción de su mano temblorosa, indecisa de si bajar o retirarse. Lo que más deseaba era mostrar a Lyn que estaba ahí para ayudarla y apoyarla, pero aquel temor se interponía entre sus deseos y sus acciones.

Apartó la mano con cierto asco hacia si mismo. Cruzó las piernas y permaneció sentado al lado de su inconsciente maestra, como si de un perro guardián se tratara, observando con inquietud cómo la curaban.

Tengo esto si hace falta — Posó sobre el suelo una poción, como sus poderes curativos eran nulos era lo único que podía ofrecer para ayudarla.

Goei permaneció expectante, intentando comprender la esencia de aquella oscuridad, la manera de tratarla con sus hierbas, por desgracia era algo que escapaba completamente de sus conocimientos, con lo cual rápidamente se convirtió en algo que temer y evitar.

¿Que extraña tesitura es esta? Que haya aguantado demuestra lo fuerte que es — Dejó caer una hoja cerca de la corrupción para ver qué pasaba con ella.

Supongo — Suspiró aun con la armadura puesta —Lo importante es que se ponga bien — Comentó mientras miraba de reojo cómo iban curando a Lyn.

Los ojos del mestizo apartaron la vista de la maestra al empezar a escuchar consignas y comentarios de los demás presentes.

Parece que aun no ha concluido esta contienda.

Demasiado fácil habría sido — Alzó su revólver a la vez que Goei hacía aparecer su látigo —Esta vez no permitiremos que le hagan nada a Lyn — Accionó el martillo y se levantó, expectante a cualquier indicio que se presentara.

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Ofrece una poción para tratar a Lyn
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Awards chupis:

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No hagas click aquí, despertarás a la conejita.

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Oh, no, hiciste, click, has despertado a la conejita.

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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor Drazham » Vie Jul 20, 2018 9:04 pm

No había sentido un fuego tan poderoso jamás. Alanna estaba tan sobrecogida por el torrente que exhaló que más bien se dejó llevar, sin apenas prestar atención al alarido que soltó Lyn. Incluso se temió por unos momentos que la potencia misma le arrancaría las manos del manillar del glider. Quizás fue por eso que se acordó de que tenía que actuar y saltar de su transporte en cuanto se acercó lo suficiente a Lyn.

Después dejó que los rescoldos de sentirse tan pletórica le ayudasen a sacar sus alas con mayor celeridad, agarró a Zel de un bote, y voló tras la estela que dejaba el glider de Hiro a su paso.

Se permitió mirar por encima de su hombro cuando salieron de la torre y su estructura volvió a gemir. La magia de Chihiro se deshacía, y cascotes de piedra caían mientras que las montañas de polvo hacían lo contrario. Pero al menos, tanto los niños, como Lyn, estaban a salvo.

«No me habías dicho que se te diese tan bien usar la magia de fuego», le dedicó a Gabriel con un tono cansado y divertido a la par.

***


Aterrizar en mitad de una polvareda inmensa no era lo más placentero del mundo, pero era mucho mejor que ser aplastada por una avalancha de escombros y oscuridad. Para su alivio, divisó en el tejado a tres figuras que también habían salido airosas del desastre que habían causado, reconociendo a Nithael por las alas. Poco acostumbrada a tener materializadas las suyas durante tanto tiempo, Alanna dio cuenta del peso extra a sus espaldas y las batió para dispersar parte del polvo. Sería buena idea mantenerlas por el momento.

Los niños y los demás Caballeros parecían bien, pero Lyn… Cielo santo. Alanna sintió que un peso se le hundía en el estómago al ver a la pobre Lyn todavía en su forma animal, retorciéndose de dolor. Sufriendo no solo por los daños que la Oscuridad y el Caos le habían hecho. Alanna se llevó una mano a su brazo y apretó con fuerza. Ni aunque las quemaduras fuesen el menor de sus problemas, y pese a verse obligada a tomar medidas tan drásticas, no pudo evitar sentirse culpable.

Por otra parte, un afligido Ruz se abalanzó a por su hermano, quien le devolvió el abrazo de inmediato. Notó que Zel evitó todo lo posible pasar cerca de la Maestra y apretó los labios en una fina línea. Cuando se sentaron a su lado, su debilidad por los niños aprovechó para pincharle por dentro y se acuclilló para quedar a la misma altura que los pequeños. Miró con desazón al muchacho de la larga cabellera, y paladeó el aire enrarecido del lugar.

Zel, cielo. ¿Estás…?

El niño se quedó quieto cual estatua, sin decir nada y con la cara enterrada en su pelo. Pero con verle la expresión a Ruz ya se hacía una idea de por lo que estaría pasando el pobre. Alargó una mano con la intención de posarla en su hombro, pero antes de que se diese cuenta, una pequeña sombra salió despedida contra los niños. Alanna boqueó, sorprendida y todavía con la mano en el aire. Eve había sido tan rápido en abrazar a sus hermanos que no sabía en qué momento había llegado.

Exhalando un suspiro melancólico, dejó a los chiquillos estar. Una chispa le cruzo por la cabeza, recordando que había usado su Llave Espada como ariete. Alzó la mano para llamarla, y entonces…

Ahogó un gritito y la soltó justo en el momento que reapareció en su palma. ¡Caos! Su Llave Espada tenía en su filo una especie de película viscosa que se iba extendiendo. Chasqueó la lengua y alzó la vista hacia Nithael. Mejor que le diese un poco de tiempo para recuperarse antes de pedirle que le ayudase con su problema.

Una vez vio que Celeste y Saeko tomaron tierra, se dirigió con paso raudo hacia la primera.

¡Celeste! —la llamó. Frenó en seco en cuanto la tuvo a un palmo, examinándola con suspicacia—. Eres… Eres tú, ¿verdad? —En cuanto se aseguró que con quien estaba hablando era su amiga, y no aquella maldita bruja del tiempo, relajó la postura—. ¿Te encuentras bien? Dioses. Cuando vi que esa arpía te…

Se mordió la lengua antes de proseguir. Maldita sea, no se acordaba de que la muy condenada también podía oírla desde el interior de Celeste.

Es igual. Me alivia saber que estás de una pieza.

También con una huésped de más. Y hablando de huéspedes…

Rotó unos ojos llenos de recelo hacia Saeko. En especial, al segundo corazón que residía dentro de ella. Eran cuatro los que escaparon de las garras de Xihn. Y además del de Gabriel, ya sabía dónde estaban los de Aaron y Chihiro. Deseaba con todas sus fuerzas estar equivocándose, pero ya se temía en qué manos había acabado uno de los símbolos más importantes de su tierra.

«¿Por qué ella?»

Era como si una entidad ulterior estuviese moviendo sus hilos para frustrarla a cada momento y reírse a su costa.

«De todas las posibilidades. Y tenía que ser ella.»

Entonces, para su desdicha, la muy condenada tuvo que abrir la boca.

Siento que tuvieses que estar ahí en ese momento, pero intentemos usar lo mejor que podamos estos poderes que nos han concedido, ¿de acuerdo?

El rostro se le descompuso en una expresión iracunda. ¿Eso que estaba escuchando era conmiseración?

¿De ella?

Yo acepté esto voluntariamente, pero todos entendemos que te pueda resultar incómodo, intenta no forzarte.

Suficiente.

Perdona, ¿he oído bien? —interrumpió con sorna, ladeando la cabeza hacia Saeko—. ¿Qué la entiendes? —Se le escapó una exhalación de indignación—. Me hace gracia toda esta empatía de alguien a quien no le cuesta pisotear los sentimientos de los demás, ¿sabes? Pero, bueno, ¿qué más dará? No es como si te importase de verdad por lo que ella estará pasando. Es más fácil hacerte la comprensiva y esperar que los demás se olviden de que los dejaste en la estacada. —escupió, agravando el tono—. ¿Tú crees que todos han olvidado, Saeko? ¿Qué les hace bien que les recuerdes que hace cuatro años los abandonases sin siquiera pronunciarte? —Acortó distancias con la chica. La sangre le hervía tanto que se le hacía imposible contener los rescoldos de humo que escapaban de las comisuras de sus labios—. ¿Cuando tenían el alma rota porque perdieron su mundo y solo obtuvieron por tu parte tu repugnante egoísmo?

Se quedó unos cinco segundos allí, clavándole unos virulentos ojos y aguardando a su reacción. Entonces se separó de ella y batió las alas, asqueada.

Tú sigue con ese papel de heroína de fantasía que te has creado. La “compañera” que no pudiste ser tiempo atrás con los demás, o lo que sea que estás tratando de expiar por largarte como una cobarde y no afrontar tus puñeteros problemas como los dioses mandan.

Alanna le retiró la mirada y se alejó volando del grupo. No tenía más ganas de discutir, ni de quedarse a escuchar las escusas de esa grandísima hipócrita. Solo quería buscar a alguien que pudiese ayudarla con su Llave y desahogarse en silencio.

***


«Soy una idiota inmensa.»

Alanna rezongó, acariciando el lomo de Harun. Se llevó un buen susto cuando Fátima se le presentó con ese aspecto tan… etéreo. Fantasmal. Aunque comprobó que era en parte corpórea al devolverle el apretón de manos. De todas formas, no pudo explicarle mucho en cuanto salió despedida cual saeta, en busca de Malik. Alanna trató de detenerla en primera instancia, con las palabras en la garganta para contarle lo que le había ocurrido a su marido. Pero ya fue tarde, y ella no tenía los ánimos para perseguirla.

En su lugar, una vez le pidió a cualquiera de las princesas —buscó en un primer lugar a Bella, si estaba disponible— que purificase su Llave Espada, prefirió quedarse a hacerle compañía a Harun. El pobre también había acabado para el arrastre.

«Siento mucho que hayas tenido que ver eso», se disculpó mentalmente con Gabriel, quien seguro que fue testigo de lo acontecido momentos antes. Que bochorno. «Ya tendrás suficientes preocupaciones, como para que encima te tenga que incordiar con las mías.»

Pero más le dolía por Nikolai. Se había prometido a sí misma no interferir entre él y esa chica. Todo para que la promesa no durase ni un día y descargase su enervación a la primera de cambio. Apesadumbrada, hundió la cara en la melena de Harun. ¿Cómo le estaría yendo a él? Ojalá que mucho mejor que a ella.

Y perdón a ti también. —Le dedicó una tenue sonrisa a Harun y le rascó por debajo de la barbilla—. Que desconsiderado por mi parte usarte como pañuelo para ahogar mis penurias, cosita.

Cosita. Rio para sus adentros. Con lo que había crecido, ahora más bien la “cosita” era ella a su lado.

De pronto, un bramido se escuchó por los alrededores. Se puso tensa al reconocer la voz de Xefil.

¡Llaves listas, Caballeros!

Alanna aguantó la respiración. El monstruo se estaba despertando de su letargo.

Invocó la Llave Espada y palmeó el costado de Harun, para que actuase como viese preferente.

«Otra vez, Gabriel. Tenemos que conseguirlo esta vez.»
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Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad

Notapor Kairi » Vie Jul 20, 2018 11:12 pm

Kairi pudo escapar por los pelos de la torre antes de que se le derrumbara encima, con Awa-chan a su lado.

Por los pelos. ¿Tú estás bien?— le preguntó a su mascota. Awa-chan asintió.

Los que no parecian estar tan bien eran los demás. Kairi se asomó por una ventana para ver a Maestros y Caballeros levantarse entre un montón de escombros en el jardín. Saltó por la ventana para reunirse con ellos. Observó que Lyn era la que estaba más malherida, la oscuridad la había afectado demasiado. Afortunadamente ya la estaban curando y Hiro hasta le había ofrecido una poción.

Ojalá se ponga bien pronto...

Mejor pronto que tarde, porque la batalla todavía no había terminado. Los escombros empezaron a moverse. Había algo debajo.

Acabmos con esto—dijo mientras preparaba su Llave Espada.
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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