Re: [Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad
Publicado: Vie Jul 13, 2018 7:47 pm
—Es Karel. ¿Contenta? Si el Caos ha empezado a volverse contra mí, imagino que le habrá ocurrido lo mismo. Y siempre usaba mucho más que yo, así que... —Meneó la cabeza—. Es el último que queda, y tampoco sigue a Xihn. Me ayudó a construir la armadura que contiene todo su poder, pero ahora... no creo que aguante mucho tiempo.
Fátima escuchó a Andrei con atención, absorbiendo todos los datos posibles. Así que Karel. Era cierto que se los había visto juntos muchas veces, pero Fátima nunca le dio mucha importancia. ¿Qué otra cosa esperar cuando quedaban solo ellos dos para servir a Xihn? Por supuesto que tenían que apoyarse el uno al otro.
Lo que más le interesó fue, sin embargo, otra cosa.
—¿Armadura? —Lo pensó un momento y luego meneó la cabeza—. No lo comprendo. Os aliáis con él, os dais cuenta de que es demasiado para vosotros pero ya estáis afectados del Caos. Así que intentáis contener su poder aun sabiendo que no tenéis oportunidad. Y nos intentáis detener en vez de apartaros de nuestro camino. ¿A qué jugáis?
Después se acercó a Bella, que no dudó en tomar sus anillos y ponérselos. Se adaptaron sin problemas a sus dedos e intercambiaron una pequeña sonrisa cómplice.
—No te preocupes. Yo haré de catalizador, creo que podré sin problema. O, si prefieres, podemos esperar a Ariel, que es la más poderosa.
Fátima frunció el ceño. Ariel. Que ahora era una diosa. Cada vez que ella misma catalizaba para sus esencias, siempre estaba el límite de su propia magia. Si se agotaba y no tenía éteres a mano, no tenía otro remedio que prescindir de las niñas. Bella, como Princesa del Corazón, tendría muchísimas reservas, pero todavía era inexperta. No podría explotar todo su potencial. Sin embargo, una diosa…
Se pasó una mano por el suave cabello blanco, tan ligero y extraño al tacto, y suspiró.
—Creo que debería pedírselo a Ariel. Cuanta más magia pueda emplear, más oportunidades tendremos. —Tomó la mano de Bella—. Pero mis niñas estarán bien contigo. Te conocen y confían en ti. No creo que aceptaran a Ariel sin más. —Guardó un pequeño silencio. La sensación de estar en las nubes iba desapareciendo poco a poco, de modo que notó el primer pinchazo de culpabilidad—. Gracias por venir tan rápido y siento haberte apartado de tus deberes. No pensaba con racionalidad, estaba asustada y Cephiro… Podría haberte atraído a una trampa. Lo siento.
Luego se interesó por las Princesas y sintió un pequeño ramalazo de optimismo. Sí, si las llevaba a todas, si llegaban a tiempo…
—Entonces será mejor que nos demos prisa. Que no se os olvide la armadura —dijo Andrei—. Si llegamos tarde y se rompe, será una catástrofe.
Antes de que Fátima pudiera responder, Bella soltó:
—¿No será que te preocupa verte envuelto de Princesas?
Fátima no se molestó en disimular su sonrisa.
—Voy a enviar a Cephiro a avisar a las demás para que se dirijan directamente hacia la fortaleza.—Fátima asintió con la cabeza y vio cómo Bella se dirigía a Cephiro—: Siento que tengas que ir de un lado a otro todo el rato, bonita, pero eres la más rápida. ¿Lo harás, por favor? ¡Oh! ¡Si habla!
Fátima rio ante su sorpresa. Luego experimentó una vaga inquietud. Ella siempre había escuchado a las esencias, pero ahora empezaba a percibir también la corriente de pensamiento de Bella, aunque no fuera dirigida a ella. De haber sido humana todavía, se le habría formado un nudo en la boca del estómago.
Le dio la espalda a Bella y trató de lanzar un Aqua al aire, pero no fue capaz. Sentía la magia en su interior, pero bloqueada por un muro que no tenía ninguna clase de resquicio. Se sacudió un poco, sintiéndose culpable por someter a sus niñas a algo así. Thor, que no dejaba de fulminar a Andrei con la mirada y mantenía preparada su lanza, le dirigió un pensamiento tranquilizador. Para ellas no había otra forma de ser, así que no sentían la clase de agobio que la atosigaba ahora.
Frustrada, pero incapaz de hacer otra cosa, decidió que debían ponerse en marcha antes de que empezara a sucumbir a las rarezas de su nuevo cuerpo. Luz, hasta al caminar se sentía distinto, como si no terminara de pisar del todo el suelo. No terminaba de ser corpórea, ni siquiera desprendía verdadero calor, y le daba la impresión de que un golpe podría deshacerla.
Se miró de nuevo las manos y flexionó los dedos. Una parte de ella quería ir a sacudir a Bella y pedirle que intentara librarla del Caos. La otra sabía que tenían que dirigirse cuanto antes a pelear contra Xihn y…
Thor le llamó, alarmado, la atención. Fátima se giró con brusquedad hacia el castillo, a tiempo de ver cómo la torre se derrumbaba. Durante un instante, no comprendió qué sucedía. Entonces llegó el rugido de las rocas desplomándose unas sobre otras y la despertaron como un puñetazo. Con un violento chispazo de energía que la sacudió de pies a cabeza, se llevó las manos a la boca y trató de gritar, pero no le salió la voz.
«¡¡Malik!!»
Dio un paso al frente. Luego otro, tambaleándose. Malik había acudido por el frente. Podría estar ahí, debajo de esa catarata de rocas, encerrado para siempre y… De pronto, la caída se detuvo. Como si el tiempo hubiera decidido retirarse de aquel lugar.
—Xihn ha...
—Dudo que lo hayan podido matar. Tiene que haberse liberado...
Fátima, rígida, se volvió hacia ellos con los ojos muy abiertos. Se habría quedado así, incapaz de reaccionar y con una garra en el pecho si Thor no la hubiera llamado. Entonces sacudió la cabeza y dijo:
—¡Andrei! ¡¿Xihn seguía teniendo poderes de tiempo?!
Apenas sí espero a escuchar su respuesta, señalando hacia la torre. No estaba segura de tener corazón, pero el cuerpo casi parecía latirle entero. Se precipitó sobre Andrei y Thor la tuvo que echar hacia atrás para que no lo tocara y se contagiara de nuevo de Caos.
«¡¡Caos…Caos… Karel y Andrei contagiados. Una armadura… No cree que Xihn no está muerto… »
Se obligó a desterrar por un momento a Malik de sus pensamientos, pero fue difícil. El pánico se mezclaba con el casi irreprimible impulso de salir corriendo hacia el castillo, gritando su nombre y…
Estará bien. Va con Ronin y Ryota. Y con Ragun y Xefil. Todo saldrá bien. Todo. Le ayudarás más si sabes lo que tienes que hacer. Si llevas a las Princesas. Si…
—El Caos. Me introduciste Caos porque de pronto no podías controlarlo. ¿Por qué? ¿Por qué ese repentino ataque que te dio a ti y que temes que haya afectado a Karel? ¿Tiene que ver con la armadura de la que has hablado? ¿Qué pasará cuando se rompa? ¿Qué os pasará a vosotros?
«¿Y a mí?»
Si Andrei vacilaba en contestar, Fátima diría:
—Las princesas y Nithael son de las pocas personas que pueden limpiarte del Caos, Andrei. Una palabra… Una sola y podrías evitar morir miserablemente.
Dijera lo que dijera, se pondría en camino hacia el castillo lo más rápido que pudiera. Si Bella invocaba un glider, se aseguraría de hacer que Andrei las siguiera. Con Thor detrás.
Por el camino se fijaría atentamente por si veía a Harun. Pensar en el Caos hizo que recordara que había obligado a su pobre chico a llevarse a Dos. Se llevó una mano al corazón y cerró los ojos. Se obligó a concentrarse. No podía desconcentrarse, no podía dejarse arrastrar por el pánico. Si no veía a Harun por ninguna parte, cuando volviera Cephiro la enviaría a buscarle.
Debía concentrarse en lo importante. Xihn. El destino del mundo.
No podía permitirse estar apartada por más tiempo o jamás podría volver a mirar a los ojos a Malik.
Porque tenía que estar vivo.
Fátima escuchó a Andrei con atención, absorbiendo todos los datos posibles. Así que Karel. Era cierto que se los había visto juntos muchas veces, pero Fátima nunca le dio mucha importancia. ¿Qué otra cosa esperar cuando quedaban solo ellos dos para servir a Xihn? Por supuesto que tenían que apoyarse el uno al otro.
Lo que más le interesó fue, sin embargo, otra cosa.
—¿Armadura? —Lo pensó un momento y luego meneó la cabeza—. No lo comprendo. Os aliáis con él, os dais cuenta de que es demasiado para vosotros pero ya estáis afectados del Caos. Así que intentáis contener su poder aun sabiendo que no tenéis oportunidad. Y nos intentáis detener en vez de apartaros de nuestro camino. ¿A qué jugáis?
Después se acercó a Bella, que no dudó en tomar sus anillos y ponérselos. Se adaptaron sin problemas a sus dedos e intercambiaron una pequeña sonrisa cómplice.
—No te preocupes. Yo haré de catalizador, creo que podré sin problema. O, si prefieres, podemos esperar a Ariel, que es la más poderosa.
Fátima frunció el ceño. Ariel. Que ahora era una diosa. Cada vez que ella misma catalizaba para sus esencias, siempre estaba el límite de su propia magia. Si se agotaba y no tenía éteres a mano, no tenía otro remedio que prescindir de las niñas. Bella, como Princesa del Corazón, tendría muchísimas reservas, pero todavía era inexperta. No podría explotar todo su potencial. Sin embargo, una diosa…
Se pasó una mano por el suave cabello blanco, tan ligero y extraño al tacto, y suspiró.
—Creo que debería pedírselo a Ariel. Cuanta más magia pueda emplear, más oportunidades tendremos. —Tomó la mano de Bella—. Pero mis niñas estarán bien contigo. Te conocen y confían en ti. No creo que aceptaran a Ariel sin más. —Guardó un pequeño silencio. La sensación de estar en las nubes iba desapareciendo poco a poco, de modo que notó el primer pinchazo de culpabilidad—. Gracias por venir tan rápido y siento haberte apartado de tus deberes. No pensaba con racionalidad, estaba asustada y Cephiro… Podría haberte atraído a una trampa. Lo siento.
Luego se interesó por las Princesas y sintió un pequeño ramalazo de optimismo. Sí, si las llevaba a todas, si llegaban a tiempo…
—Entonces será mejor que nos demos prisa. Que no se os olvide la armadura —dijo Andrei—. Si llegamos tarde y se rompe, será una catástrofe.
Antes de que Fátima pudiera responder, Bella soltó:
—¿No será que te preocupa verte envuelto de Princesas?
Fátima no se molestó en disimular su sonrisa.
—Voy a enviar a Cephiro a avisar a las demás para que se dirijan directamente hacia la fortaleza.—Fátima asintió con la cabeza y vio cómo Bella se dirigía a Cephiro—: Siento que tengas que ir de un lado a otro todo el rato, bonita, pero eres la más rápida. ¿Lo harás, por favor? ¡Oh! ¡Si habla!
Fátima rio ante su sorpresa. Luego experimentó una vaga inquietud. Ella siempre había escuchado a las esencias, pero ahora empezaba a percibir también la corriente de pensamiento de Bella, aunque no fuera dirigida a ella. De haber sido humana todavía, se le habría formado un nudo en la boca del estómago.
Le dio la espalda a Bella y trató de lanzar un Aqua al aire, pero no fue capaz. Sentía la magia en su interior, pero bloqueada por un muro que no tenía ninguna clase de resquicio. Se sacudió un poco, sintiéndose culpable por someter a sus niñas a algo así. Thor, que no dejaba de fulminar a Andrei con la mirada y mantenía preparada su lanza, le dirigió un pensamiento tranquilizador. Para ellas no había otra forma de ser, así que no sentían la clase de agobio que la atosigaba ahora.
Frustrada, pero incapaz de hacer otra cosa, decidió que debían ponerse en marcha antes de que empezara a sucumbir a las rarezas de su nuevo cuerpo. Luz, hasta al caminar se sentía distinto, como si no terminara de pisar del todo el suelo. No terminaba de ser corpórea, ni siquiera desprendía verdadero calor, y le daba la impresión de que un golpe podría deshacerla.
Se miró de nuevo las manos y flexionó los dedos. Una parte de ella quería ir a sacudir a Bella y pedirle que intentara librarla del Caos. La otra sabía que tenían que dirigirse cuanto antes a pelear contra Xihn y…
Thor le llamó, alarmado, la atención. Fátima se giró con brusquedad hacia el castillo, a tiempo de ver cómo la torre se derrumbaba. Durante un instante, no comprendió qué sucedía. Entonces llegó el rugido de las rocas desplomándose unas sobre otras y la despertaron como un puñetazo. Con un violento chispazo de energía que la sacudió de pies a cabeza, se llevó las manos a la boca y trató de gritar, pero no le salió la voz.
«¡¡Malik!!»
Dio un paso al frente. Luego otro, tambaleándose. Malik había acudido por el frente. Podría estar ahí, debajo de esa catarata de rocas, encerrado para siempre y… De pronto, la caída se detuvo. Como si el tiempo hubiera decidido retirarse de aquel lugar.
—Xihn ha...
—Dudo que lo hayan podido matar. Tiene que haberse liberado...
Fátima, rígida, se volvió hacia ellos con los ojos muy abiertos. Se habría quedado así, incapaz de reaccionar y con una garra en el pecho si Thor no la hubiera llamado. Entonces sacudió la cabeza y dijo:
—¡Andrei! ¡¿Xihn seguía teniendo poderes de tiempo?!
Apenas sí espero a escuchar su respuesta, señalando hacia la torre. No estaba segura de tener corazón, pero el cuerpo casi parecía latirle entero. Se precipitó sobre Andrei y Thor la tuvo que echar hacia atrás para que no lo tocara y se contagiara de nuevo de Caos.
«¡¡Caos…Caos… Karel y Andrei contagiados. Una armadura… No cree que Xihn no está muerto… »
Se obligó a desterrar por un momento a Malik de sus pensamientos, pero fue difícil. El pánico se mezclaba con el casi irreprimible impulso de salir corriendo hacia el castillo, gritando su nombre y…
Estará bien. Va con Ronin y Ryota. Y con Ragun y Xefil. Todo saldrá bien. Todo. Le ayudarás más si sabes lo que tienes que hacer. Si llevas a las Princesas. Si…
—El Caos. Me introduciste Caos porque de pronto no podías controlarlo. ¿Por qué? ¿Por qué ese repentino ataque que te dio a ti y que temes que haya afectado a Karel? ¿Tiene que ver con la armadura de la que has hablado? ¿Qué pasará cuando se rompa? ¿Qué os pasará a vosotros?
«¿Y a mí?»
Si Andrei vacilaba en contestar, Fátima diría:
—Las princesas y Nithael son de las pocas personas que pueden limpiarte del Caos, Andrei. Una palabra… Una sola y podrías evitar morir miserablemente.
Dijera lo que dijera, se pondría en camino hacia el castillo lo más rápido que pudiera. Si Bella invocaba un glider, se aseguraría de hacer que Andrei las siguiera. Con Thor detrás.
Por el camino se fijaría atentamente por si veía a Harun. Pensar en el Caos hizo que recordara que había obligado a su pobre chico a llevarse a Dos. Se llevó una mano al corazón y cerró los ojos. Se obligó a concentrarse. No podía desconcentrarse, no podía dejarse arrastrar por el pánico. Si no veía a Harun por ninguna parte, cuando volviera Cephiro la enviaría a buscarle.
Debía concentrarse en lo importante. Xihn. El destino del mundo.
No podía permitirse estar apartada por más tiempo o jamás podría volver a mirar a los ojos a Malik.
Porque tenía que estar vivo.