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Amanecía, y con ello todo el castillo de Disney se teñía con la alegría del empezar un nuevo día. Kailee podría sentirlo hasta en lo más hondo de su ser, aquel día era especial.

Y no lo era por algo raro, solía entrenar con el Rey Mickey casi todos los días. Ella no tenía un arma tan fantástica como la de él, la Llave Espada pero aquel día podría llegar aquel mismo día.

Sí, aquel día era muy especial.

El rey la había citado en la enorme sala del trono del castillo por lo que tendría que llegar desde su habitación, en una de las torres. Pero antes de eso...

Aún quedaba un buen rato para la hora acordada, podría pasarse, mejor dicho. Debería pasarse por el comedor donde la guardia se reunía antes de los entrenamientos matutinos para tomar algo, quizás Goofy estuviese allí desayunando algo con su inseparable amigo Donald.

Entonces fue al comedor y si , tenía razón estaban Goofy y Donald allí. Aunque nunca se sentaba con ellos , simplemente les saludaba cosa que no hizo hoy por alguna extraña razón. ¿Qué será lo que le dirá el rey Mickey? ¿Tendrá importancia?, ¿no la tendrá, quien sabe, pero Kailee seguía contenta por lo que iba a ocurrir, no se percató de lo que podía ser pero no le importaba porque seguía contenta igual ya que no paraba de maullar, lo que suele hacer cuando esta contenta. Todavía quedaba un poco para ir con el rey así que decidió ir a desayunar.

Tenía para elegir diferentes menús. Desde el clásico vaso de leche, pasando por café, zumos e incluso había bacon y demás productos llenos de proteínas, también había bollería, mermelada... ¡La lista era casi infinita y podía comer lo que quisiese!

Ahora, en cuanto escogiese lo que desease desayunar tendría que afrontar un desafío que tenía que superar cada mañana. Encontrar un sitio libre y cogerlo antes de que cualquiera de la guardia se lo arrebatase. Por suerte, Kailee estaba acostumbrada a aquello por lo que estaría preparada para correr al primer sitio que viese libre...

¡Y sí, allí había uno! Cerca de la puerta de salida un hipopótamo humanoide acababa de ponerse en pie con su bandeja, pero ella no era la única que se había dado cuenta, un hombre-cebra también se había fijado y ya se dirigía hacia allí, tenía que darse prisa...

Fue corriendo a por el sitio que el hombre cebra también quería coger. Kailee se fue corriendo como ágil que es, normal, es una mujer-gata saco sus dientes y sus ojos se pusieron amarillos pero tropezó y callo al suelo y todo su desayuno se le callo encima, se fue corriendo muy avergonzada pensado que normal que no tenga amigos si siempre lo está estropeando todo se sentía mal, aquel día que sería el mejor iba mal por momentos y encima la pobre tenía hambre pero ya no quería salir de su cuarto así que puso su despertador hasta la hora que tenía que irse que no faltaba mucho y se dispuso a ponerse a pensar como siempre hasta que se durmiera. Pero antes pensó.
-Siempre lo estropeo todo , normal que me abandonara mi familia...
Hasta que durmió y sonó el despertador

Cuando el despertador sonó la chica se levantó apurada. ¡Tenía que llegar a su cita! Debía ir cuanto antes a la sala del trono donde le esperaría el Rey Micky para decirle aquello tan importante.

¿Quizás era que ya no hacía falta más entrenamiento? ¿Tal vez la echarían del castillo? Al fin y al cabo no pertenecía a la guardia del castillo ni era de la corte. ¡Tendría que ir hacia allí para descubrirlo!

Tal vez era una buena noticia, o tal vez no. Pero tenía que ir. El Rey había dicho que se trataba de algo "Muy importante y que cambiaría su vida para siempre". ¿Tal vez recibiría al fin su llave espada? Le había hablado sobre aquella arma y los demás mundos, era posible que fuese eso. Muy probable, sí. Para llegar a la sala del trono tendría que bajar hasta el patio desde su habitación, era un camino bastante largo. ¡Más le valía darse prisa!

Entonces se dispuso a cruzar el gigantesco patio tan odioso para ella, pero se lo tomó como un juego a contra reloj -Mmmm, creo que me lo tomaré como un juego en tres, dos, uno ¡Miau!
Se puso a correr a cuatro patas, lo que hacía cuando nadie la veía.
Se le hizo difícil el camino ya que era largo, pero había tantos arbustos en el camino que casi se estampaba con ellos. Aunque se sentía libre y como si hubiera tenido esta sensación antes no obstante seguro qué serian imaginaciones suyas.
Y por fin después de correr y correr llegó.

La joven llegó a la enorme sala del trono, una alfombra roja le dio la bienvenida guiándola hacia donde un pequeño ser ratonil que vestía una ropa roja llena de cremayeras y demás esperaba por ella. En su mano portaba su arma que la joven había visto cientos de veces: La llave espada. Su llave espada era extraña, un hermoso filo dorado y un mango blanco, del mango colgaba un llavero bastante pequeño y llamativo. ¿No se supone que los llaveros eran más grandes que las llaves?



Daba igual cuantas veces la viese, siempre le parecía extraña. ¿Por qué tenía esa forma? ¿Por qué era tan poderosa si era una simple espada con forma peculiar?

El rey Mickey, en cuanto la vio se levantó del trono esperando que la chica se acercase.

—¡Hola, Kailee! —exclamó feliz de verla—. Hoy tengo algo muy importante que comunicarte. Verás, desde hace algún tiempo lo he pensado. ¡Eres merecedora de convertirte en una caballera de la llave espada! No es facil serlo y quizás no quieras, pero es una oportunidad única. Podrías conocer cientos, miles de mundos que hay allí, en las estrellas. Conocer cientos de personas, hacer amigos, vivir aventuras.

>>Es por eso que hoy estás aquí. En caso de que quieras ser aprendiza tendrás que dejar este mundo e ir a vivir al lugar donde todos los Caballeros de la Llave Espada se forman. Pero ten presente que podrás volver cuando quieras una vez que seas un poco más fuerte. ¿Qué te parece la idea?

Kailee al oír esa noticia no se lo creía, no pensaba que ella, una chica patosa y diferente que nunca tuvo amigos ni nunca fue nada, iba a convertirse en una elegida de la llave espada, ¡Ella! Lo primero que dijo cuando oyó la noticia fue...

—¿Qué?, ¿yo?, Majestad no entiendo, explicadme por favor os lo pido. Kailee seguía pensando y pensando pero nada, no daba con la razón, no daba.

—Majestad yo creo que no tengo madera de caballera, solo hay que ver mis pintas, ¿Por qué yo?
Kailee seguía preguntando porque no daba con ello, pero en el fondo si era verdad, si ella podía ser una caballera de la llave espada, por fin cumpliría su sueño, iría por todos los mundos conocería gente, amigos, y también sabría de donde es quien es su familia y todo lo que pensó desde pequeña se iba a cumplir después de tanto tiempo esperándolo.

—Sí, tú —señaló el rey a la muchacha—. Veo en ti potencial y una ardiente luz que desea saber más, hacerse más fuerte. Eso es tener "madera de caballero de la llave espada". Sé que nunca has tenido amigos, pero a donde vas habrá muchos como tú, ¡conocerás muchísima gente a la que podrás llamar amigos! Además, allí la mayoría acaban de empezar, como mucho te llevan un par de meses de ventaja, pero no tienes que preocuparte. Todos hemos sido novatos alguna vez —explicó el entusiasmado rey de Ciudad Disney.

Se notaba que lo hacía por el bien de ella. El rey había entrenado con Kailee cientos de veces, se habían enfrentado en duelos en los que siempre había salido derrotada, pero se notaba una pequeña mejoría, ¿quién era si no él el que mejor la conocía? Si el lo decía tenía que ser cierto, al fin y al cabo el rey era muy sabio, o eso decían.

Ella sabía que Mickey, el rey Mickey era sabio, ella había vivido desde pequeña con el, le conocía perfectamente como para saber que si él dice algo es por una razón. Pero a ella todavía le costaba entenderlo. ¿Por que ella? ¿Qué tenía de especial?
¿Qué a visto en ella que no haya visto en los demás? Todas esas dudas las tenia por sus venas pero en realidad estaba muy contenta, se le veía en su cara de gatita perfectamente en esos ojos color amarillos como el sol. No obstante seguía preocupada.

—Majestad, Rey Mickey, no le estoy cuestionando pero no creo que sirva para esto... yo, con una llave espada, caballera, viajando a otros mundos sola, ¿está seguro majestad?, ¿tengo algo que los demás no tienen?
Seguía y seguía preguntando porque todavía no se lo creía estaba tan ilusionada pero no sabía si era correcto que ella.
—Vale que tengo ganas de ir pero, ¿yo sola por los mundos Majestad?

Preguntar, lo único que hacía porque en ese momento su corazoncillo iba a mil por hora.

—Kailee. Nunca has estado sola —contradijo a la muchacha—. Siempre has tenido algo muy importante, y está dentro de ti —Mickey señaló su pecho—. Tu corazón puro. Sé muy bien que hay muchas personas que cumplen las características necesarias para ser un buen portador, pero tú sin duda alguna eres especial entre todos ellos. A pesar de todo lo que has sufrido has sabido ponerte en pie y luchar. Eso es algo que valoro mucho.

El soberano se aproximó a donde ella estaba y le tendió su mano para que la cogiese. Si cogía su mano significaba que iría con él a aquel lugar llamado Tierra de Partida. ¿Qué elección tomaría la joven?

La respuesta estaba en ella.

Kailee se disponía a coger la mano y a decir que sí, sí, aceptará y sera una elegida de la llave espada y se va a proponer ser la mejor.

—Majestad, gracias, gracias por confiar en mi, siempre me siento feliz, le agradezco todos estos años enseñándome lo que sabes todo lo que tengo se lo debo majestad gracias. Kailee se puso a llorar, pero como siempre intentó aguantarse las lagrimas, lo le gustaba llorar. Entonces en ese momento le vinieron muchas dudas.
—Rey Mickey iré a ese lugar llamado Tierra de partida pero, ¿cómo iré?, ¿donde sera mi hogar?
Dijo preocupada ya que no sabía a lo que se iba a enfrentar en el futuro, pero no pensó en las cosas buenas como encontrar su verdadera naturaleza encontrar el amor y la amistad, ¡ah! Y ser la mas fuerte.

Kailee se sentía libre sentía que podía hacer y conseguirlo todo, pensaba que sería la mejor no obstante sabía que seguramente la cagaría muchas veces y se reirían de ella, pero no le importaba porque lo haría bien por ella y su ser querido

—Irémos en la nave Gumi del hangar en cuanto tengas todo listo. ¿Necesitas coger equipaje? Deberías ir a tu habitación a recoger tus cosas en una maleta. El lugar donde vivirás será allí mismo. Tierra de Partida es un enorme castillo en el que mucha gente convive día a día. Tiene habitaciones, comedor... ¡Tiene de todo! —aseguró el ratón sonriéndo notablemente contento ante la respuesta que la chica acababa de darle.

La chica no había estado equivocada, aquel día iba a ser muy especial. El día en el que se convertiría en una elegida de la llave espada como su entrenador, el rey Mickey. Soberano de Ciudad Disney, tan sabio como justo y bueno.

Y ahora ella también sería como él.