[Coliseo del Olimpo] Copa Phil

[Soul Artist]

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Trama de Final Fan y Sombra
Secuela de "Y digo ¡salta!"

Aquel no era un día más en la ciudad de Tebas. No, señor: se podía respirar en el aire. Un ambiente animado, ocioso, expectante. El día que más habían estado esperando sus ciudadanos desde que supieron que pronto se celebrarían. ¡Daban comienzo los juegos!

Todo el mundo se dirigía hacia el gran coliseo en lo alto de la montaña, esperando ver a sus héroes favoritos luchar entre ellos para saber quién se llevaría la adorada Copa Phil que estaba en juego. Algunos fanáticos excitados no pudieron evitar asomarse por las puertas a la entrada principal del Coliseo, lugar que daba acceso a los valientes luchadores que se habían apuntado. Se respiraba emoción, tensión, sudor... Y además, el ganador podría conocer a Hércules en persona, quizá incluso retarle.

Las puertas a los luchadores se abrieron, permitiéndoles la entrada. Estaban casi todos los participantes ya allí. De dieciséis plazas, individuales o en parejas, se habían cubierto todas; ya que, claro, no se entregaba a cualquiera una entrada de participación. Y claro, nadie se atrevería a faltar el respeto de los demás no acudiendo.

Aunque, Fyk y Ragun...

Inevitablemente, se habían visto atareados antes de poder llegar allí. Yami les había entretenido en el castillo hablándoles de algo llamado "chocobo", junto con otras demencias suyas; Nanashi les había abronconado por correr por los pasillos, como si estuviese mal; y algunos aprendices, entre los que se contaban Dejay, tampoco habían permitido que fueran más lejos, pues querían hablar y hablar acerca de la misión que estaban a punto de hacer con Akio. En general, todos los contratiempos que se podían presentar lo habían hecho de golpe el mismo día y en el peor momento posible.

Ahora iban a contrarreloj; debían llegar cuanto antes al Coliseo... O perderían su oportunidad única de participar en la Copa.

[Sombra]

Aterricé en el mismo callejón en el que días antes había estado para bajar del vehículo sin que nadie pudiese verme e hice desaparecer la armadura entre destellos negros que hicieron que esta se disolviera junto al Glider como por arte de magia. Salí del callejón sin pararme a analizar como era el lugar ya que al haber estado allí antes no era algo que fuese a hacer falta para saber de que clase de mundo se trataba aquel.

Nada más salir del escondido lugar donde había aterrizado me sorprendí en el ambiente que había en la plaza frente a las escaleras. No había absolutamente nadie, casi parecía una ciudad fantasma...Justo como Mundo Inexistente. Sacudí mi cabeza con fuerza quitando aquel mundo de mi mente, no. No era momento para estar pensando en los sucesos en aquel lugar en mi último viaje con Saxor y Gray. Aunque aún rondaban en mi cabeza algunas preguntas...

Se podían escuchar vitores y gritos emocionados que parecían venir de lo alto de la montaña, mejor dicho; del Coliseo.

El torneo estaba por empezar y todavía no había llegado, Fyk se había molestado en invitarme a participar con él a pesar de que no nos conocíamos mucho. Tenía que llegar a tiempo como fuese, aunque no podía usar el vehículo ya que allí arriba seguramente había un gran número de personas esperando vernos pelear. No podía aparecer de la nada montado en tecnología que no era de otros mundos.

Corrí como nunca lo había hecho subiendo las escaleras a toda velocidad de dos en dos escalones, e incluso de cuatro en cuatro en algunas ocasiones.

Llegué arriba sudando, estaba agotado. Me paré unos momentos a recuperar el aliento y me limpié el sudor de la cara con la parte que me tapaba casi siempre la cara de la capa y que casi parecía una bufanda o una especie de palestina por la manera en que ocultaba el rostro.

Allí arriba había mucha más gente, en la plaza que separaba el edificio que llevaba a la arena con la entrada había puestos de comida que parecían estar muy ajetreados por el gran número de clientes que tenían en aquel momento.

Saqué de mi bolsillo el ticket y me dirigí al interior del edificio en busca de aquella criatura que parecía tan cercana a Lyn ¿Cómo se llamaba aquella especie de cabra humanoide? ¿Fyl? En todo caso tenía que encontrarle.

[Final Fan]

—¡Me voy, me voy, qué tarde es! ¡Me voy, me voy, me voy...!

Demasiado nervioso como para quedarme callado, intentaba hacerme notar entre la compacta multitud pegando brincos y dando voces, pero era una tarea cansada... a medida que me acercaba al coliseo, la gente ponía cada vez menos de su parte. Y es que todos querían llegar a él para ver el espectáculo que iba a tener lugar, claro.

—¡Que me voy, que me voy, que me voy! —seguí exclamando mientras pasaba entre las piernas de los ciudadanos— ¡Que soy un participante, mooh!

La gente parecía tener un oído selectivo desarrolladísimo, ya que al oír aquellas últimas palabras muchos de los que había allí giraron sus cabezas para determinar de dónde provenía aquella afirmación. Muchos se quedaron quietos debido a la confusión de ver que la voz no parecía salir de ningún sitio (a nadie se le ocurría mirar hacia abajo), lo que me dio la oportunidad perfecta para avanzar más rápidamente en mi personal odisea. Cuando quise darme cuenta, ya había llegado a la puerta del coliseo. Emití un profundo suspiro y me dirigí a donde se suponía que estaría Fil para recibir a los participantes.

—Espero no haber hecho esperar a Ragun... —musité, intentando coger aire.

[Soul Artist]

El billete de Ragun fue aceptado sin el menor problema. El muchacho accedió al interior guiado por Phil, dirigiéndose a una sala enorme donde se reunían todos los participantes. Dentro olía a sudor, no había mucho espacio y entre tanto músculo se podía sentir algo apretujado. Las paredes eran amarillas, y unas copas se exhibían en estas como grandes premios. El nombre que más se repetía en ellas podía reconocerlo bien: "Lyn".

Todos los luchadores se dirigieron hacia el fondo de la sala, aparentemente rodeando a un joven al que habían llamado a combatir. Si Ragun se acercaba, encontraría a un varón de no más de diecisiete años con una amplia sonrisa, pelo puntiagudo color negro y una armadura típica de aquel mundo. El muchacho levantó su espada hacia lo alto, girándose hacia el lugar de combate y atravesó la puerta, dispuesto a luchar contra quien se le presentara por delante.

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Todos parecían mantener muchísimo interés en aquella primera batalla. Ragun no alcanzaba a ver quién era su contrincante, e igualmente, tal vez no le importase, pues podía notar que tenía dos ojos clavados en la nuca. Si se giraba, podría ver a una niña en un rincón, sentada en el suelo con las piernas extendidas, mientras mascaba un chicle con su mirada puesta fijamente en él. Su vestimenta no era lo normal si pretendía luchar, aunque desde luego no parecía en absoluto fuerte: llevaba un trajecito blanco de niña mona, con un lazo rosa que le rodeaba el cuello, y una falta corta morada que pegaba con sus largas calzas blancas y sus zapatitos de muñeca. El pelo de la chica, puntiagudo, era color azul fuerte, aparentemente natural.

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Fuese quien fuese, Ragun se tuvo que distraer cuando al lado de ella surgió cierto ser pequeño azulado que tuvo que reconocer. Fyk había llegado, aunque fuese algo tarde. Tras su llegada, la niña no parecía más interesado en él, pues dedicó su mirada hacia los trofeos de Lyn.

[Sombra]

Nada más entrar a aquella estancia noté un olorcillo a sudor bastante asqueroso que por suerte se mermaba gracias a la parte de la capa que usaba como bufanda. El lugar, que no era muy grande tenía varios trofeos con un nombre que pude reconocer perfectamente como el de la maestra que pocos días atrás nos había llamado para enfrentarnos a un fuerte sincorazón.

Todos los participantes se acercaron a una zona cercana a la entrada a la arena, aunque no me paré a mirar ni un segundo a la persona que rodeaban puesto que sentí algo a mis espaldas.

Había una chica sentada con sus piernas estiradas, me sorprendió que estando así no la hubiesen pisado. La muchacha, que llevaba puesto un vestido de apariencia cara aparentaba ser una ricachona debilucha que no encajaba para nada en aquel ambiente. Más que nada, parecía fuera de lugar ya que en aquel mundo no había nadie que vistiera así ¿Sería de otro mundo?

A pesar de aquella débil apariencia que semejaba a la de una muñequita de porcelana con el pelo de punta de un color azul oscuro había algo en ella, algo extraño.

A su lado apareció entonces un pequeño ser de piel azulada que llamaba bastante la atención. Fui acercándome a él esquivando a un par de fornidos guerreros y me puse de cuclillas para ponerme a su altura.

—Hola—Saludé simplemente con un tono serio que había intentado hacer que sonara amable pese a que el intento saliese mal.—¿Estás listo?

[Final Fan]

Cuando entré en la sala de los participantes no pude evitar tomar una bocanada de aire de lo cansado que estaba. Me arrepentí al momento... no me esperaba aquel profundo olor tan repentino. Me quedé casi paralizado en el sitio hasta que me hubiese acostumbrado al ambiente, tapándome la boca con la mano. Me olvidé un poco de mis "penas" cuando Ragun se me acercó a saludar. ¡Entonces sí que había llegado! Menos mal...

—¡Hola a ti también, Ragun! —devolví el saludo, alegremente— ¡Todos parecen bastante fuertes por aquí, pero yo estoy listo para lo que sea!

Recordaba cómo le había pedido a Ragun que me acompañase a aquel torneo, casi sin pensarlo, y me había impresionado que hubiese accedido tan fácilmente. Le agradecía bastante que estuviese allí para apoyarme en la batalla... aunque yo también intentaría apoyarlo a él en lo que pudiese, claro.

—¿Ya ha entrado alguien? ¿Qué pasa? —pregunté, observando la aglomeración de gente en la puerta que llevaba al ring.

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Podríamos hacer un encuentro o algo, Sombra. ¿Qué te parece?

[Sombra]

—¡Hola a ti también, Ragun! —me devolvió el saludo con gran entusiasmo— ¡Todos parecen bastante fuertes por aquí, pero yo estoy listo para lo que sea!


Asentí con la cabeza de acuerdo con el muchacho. Ya que me había invitado no podía simplemente perder, no y menos tras haber depositado aquella esperanza en mí. Ganaríamos los dos, tenía que esforzarme y evitar trabajo en solitario, el trabajo en equipo que Ronin me había enseñado tiempo atrás podría ayudarme mucho, que supiese aplicar aquellos conocimientos ya era cosa mía.

—¿Ya ha entrado alguien? ¿Qué pasa? —Preguntó intentando ver algo entre la multitud.

—Eso parece—Respondí sin girarme a mirar a la multitud. Por el contrario miré a la extraña chica con pelo de punta con curiosidad, había perdido su interés por mí aparentemente pero antes estaba mirándome ¿Podría ser que me conociese? Sin apartarme del lado de Fyk, para que no nos perdiesemos entre tanto músculo (y posiblemente tan poca neurona) me armé de valor para hablarle.—Disculpa ¿Nos conocemos?

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Bueno, no habría problema. Pero ahora mismo ya me han invitado a otro por lo que tendríamos que dejarlo para la siguiente vez.

[Soul Artist]

La misteriosa niña dedicó un vistazo de reojo a Ragun sin girar su cabeza, como si no mereciese la pena. No se esperaba que se acercara a hablar con él, al parecer; desvió su mirada y soltó un pequeño "bah...", como si el joven no le interesase lo más mínimo. No se mostraba en absoluto colaborativa, pues no le dio ninguna respuesta; siemplemente, se levantó de su sitio en silencio y se dirigió hacia la multitud.

Pensasen lo que pensasen hacer los muchachos tuvieron que quitárselo de la cabeza cuando Fyk notó algo en su brazo. Al girarse se encontraría con una vieja cara conocida: una adolescente con una armadura de bronce equipada, orejas de animal y mirada seria.

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—Qué sorpresa veros por aquí —saludó la Maestra sin mostrar ninguna señal de alegría o desagrado—. Phil me comentó que dos de los aprendices que traje el otro día se habían presentado a los juegos y me entró la curiosidad. ¿Cómo habéis logrado entradas para participar? Tengo entendido que se agotaron bastante rápido.

[Sombra]

La joven chica de aspecto extraño me miró un momento con el rabillo del ojo sin llegar a decir nada. Giró su cabeza hacia otro lado soltando un sonido que interpreté como si no quisiera responder a mi pregunta. Acto seguido se levantó de su sitio y se fue hacia la multitud que se agolpaban contra la entrada a la arena.

—Qué sorpresa veros por aquí —Escuché una voz conocida a mis espaldas. Me volví encontrandome de frente con la maestra Lyn, la misma que unos días atrás nos había llevado allí para enfrentarnos contra un sincorazón que semejaba una especie de armadura.— Phil me comentó que dos de los aprendices que traje el otro día se habían presentado a los juegos y me entró la curiosidad. ¿Cómo habéis logrado entradas para participar? Tengo entendido que se agotaron bastante rápido.

—Ah, maestra—Saludé con bastante sorpresa al verla allí dentro sin darle importancia a la parte de las entradas, seguramente Fyk las había encontrado por ahí, así de simple. Una pregunta sobre la maestra surgió en mi cabeza ¿Sería otra participante? Si era así no podría cumplir el objetivo de ganar junto a Fyk. Recordaba la insultante facilidad con la que Ronin se había deshecho de mí en aquel entrenamiento. De todos modos, si íbamos a perder lo haríamos bien; esforzándonos al máximo.

[Final Fan]

Miré extrañado a aquella chica y a Ragun. ¿Se conocían de algo, entonces? Supuse que, si fuese así, no deberían ser muy amigos precisamente... la joven se levantó y se fue sin siquiera dedicarnos unas palabras. A mí sin mirarme. Qué cosas.

Todavía ponderando qué relación podrían tener aquellos dos, una mano se posó sobre mi hombro. Miré hacia atrás para ver quién se había molestado en llamar mi atención... ¡y menuda sorpresa que me llevé cuando vi allí ni mas ni menos que a la Maestra Lyn!

—Qué sorpresa veros por aquí —comentó Lyn, casi robándome el pensamiento—.Phil me comentó que dos de los aprendices que traje el otro día se habían presentado a los juegos y me entró la curiosidad. ¿Cómo habéis logrado entradas para participar? Tengo entendido que se agotaron bastante rápido.

—¡Maestra Lyn! Buenos días. Guau, no se va a creer quién me dio las entradas —comencé, efusivamente, aunque luego me frené un poco—. Bueno, igual sí se lo cree. Estas cosas parecen no ser tan extrañas como pensaba... En fin, ¡que me las dio un tío al que le ardía la cabeza! ¡En serio!

Hice un gesto con las manos sobre mi cabeza, como emulando el crepitar de las llamas.

—Me dijo que era un dios o algo así. ¡Un tío muy majo!

[Soul Artist]

Lyn escuchó con atención la explicación del pequeño extraterrestre, incluso cómo imitaba el fuego que supuestamente le salía de la cabeza de la persona que le había dado entrega de las entradas. La mujer se llevó una mano a la barbilla y bajó ligeramente la mirada, pensativa.

—Vaya, conque un Dios... ¿Qué planea Hades ahora...?

—¡Oh, Dios mío, Dios mío, Dios mío! ¡Es la legendaria Lyn "la bestia"!

Un joven apareció de entre la multitud de participantes y se dirigió hacia la Maestra, como si algo le hubiese poseído y desease llegar a ella sobre todas las cosas. Se trataba del chico de pelo negro y de punta que hacía un par de minutos había entrado a participar en una de las rondas, de la cual parecía haber salido victorioso. Se colocó junto a Ragun con los puños cerrados y una amplísima sonrisa.

—¡No me lo puedo creer! —aseguró el joven, ilusionado—. ¡Es la heroína Lyn "la bestia", ganadora de tantas copas y mismísima mujer que derrotó al Titán de Lava sin compañía! ¡Wow!

Lyn observó al joven alzando el cuello, como si estuviese por debajo de él. Por su actitud no parecía conocerle, cosa que se confirmaría con las palabras que pronunciaría al cabo de unos segundos de análisis.

—Un fan...

—¡Soy Zack, aprendiz de héroe! —se presentó el chico, apuntándose con el dedo gordo de su mano derecha—. ¡Eres mi ídolo! ¡No me puedo creer que por fin te conozca! Daré todo lo que pueda en la final contra ti, porque sin duda vas a llegar...

—No participo en estos juegos —le cortó Lyn, dirigiendo su mirada a Fyk y Ragun—. Era hora de dejar pasar a los siguientes héroes, aunque tendrán que esforzarse más de lo que ya hacen para llegar a ser siquiera aprendices. Ahora mismo tienen el mismo nivel que un gusano del suelo.

—Wow, aprendices de Lyn... ¡Qué suerte, tíos! —Zack les extendió el brazo a ambos, primero a Ragun y luego a Fyk, en forma de saludo—. ¡Encantado de conoceros! No sabéis la suerte que tenéis...

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Añadido Zack Fair a la lista de NPCs de Coliseo del Olimpo

[Sombra]

La historia que contaba Fyk sobre como consiguiera los tickets me dejó algo descolocado ¿Un Dios? ¿Qué era eso? Aquella palabra nunca la había escuchado y le daba cierta vergüenza preguntar aquello, sin embargo se armó igualmente de valor para formular la pregunta.

—Vaya, conque un Dios... ¿Qué planea Hades ahora...?

—Qué es un Dios—Pregunté olvidandome de entonar la pregunta como si se tratara de una, lo cual posiblemente parecería raro a Fyk y a la maestra. En el fondo era normal que no supiese lo que era, había tantas cosas que desconocía que algunas veces me sentía fuera de lugar.

—¡Oh, Dios mío, Dios mío, Dios mío! ¡Es la legendaria Lyn "la bestia"!—Dijo entusiasmado un muchacho que se acercó corriendo en dirección a la maestra. Se trataba de un joven que no superaba mi edad y que tenía el pelo de punta, como aquella niña que ya no lograba ver entre la multitud salvo que con el pelo de color negro. Sus ojos eran azules y su cuerpo era fibroso, la envidia de muchos, seguramente. Vestía con una armadura azul típica de aquel mundo y una especie de falda azul marino, casi negro sobre unos pantalones abombados de un color más claro que la falda y que acababan atrapados entre unas botas de cuero color marrón. El muchacho llevaba una espada a su espalda en el interior de una funda.

—¡No me lo puedo creer! —gritaba ilusionado haciendo que algunos se giraran a mirar con curiosidad—. ¡Es la heroína Lyn "la bestia", ganadora de tantas copas y mismísima mujer que derrotó al Titán de Lava sin compañía! ¡Wow!

La maestra levantó un poco el cuello e hizo una especie de gesto de resignación, como cansada de aquella situación.

—Un fan...

—¿Fan?—Pregunté, esta vez logrando formular la pregunta correctamente. Acababa de escuchar una palabra más que no conocía.

—¡Soy Zack, aprendiz de héroe! —Se presentó señalando su cuerpo con enfasis.— ¡Eres mi ídolo! ¡No me puedo creer que por fin te conozca! Daré todo lo que pueda en la final contra ti, porque sin duda vas a llegar...

—No participo en estos juegos —Cortó la maestra al joven echandonos una mirada como tratando de decirnos algo.— Era hora de dejar pasar a los siguientes héroes, aunque tendrán que esforzarse más de lo que ya hacen para llegar a ser siquiera aprendices. Ahora mismo tienen el mismo nivel que un gusano del suelo.—Acabó de hablar incluyendo un insulto que no llegó a molestarme.

—Wow, aprendices de Lyn... ¡Qué suerte, tíos! —El joven de atuendo azul me agarró la mano sin que pudiese hacer nada para evitarlo y las estrechó a la par que la zarandeaba con una energía y vitalidad enorme.—¡Encantado de conoceros! No sabéis la suerte que tenéis...

—No sé si es una suerte o no...—Dejé salir de mi boca arrepintiendome al momento por si la maestra se enfadaba tras dudar si ser su aprendiz fuese una suerte, aunque realmente yo no era aprendiz de Lyn, solo estuve a su cargo una vez. Me pregunté, tras darme cuenta qué hacía allí la maestra si no iba a participar ¿Quizás venía a animarnos o a ver si habíamos mejorado desde la última vez?

[Final Fan]

—Vaya, conque un Dios... ¿Qué pla...?

—¡Sí, sí, sí, sí! —asentí con vehemencia mientras hablaba, aunque me pareció haberme perdido algo de lo que dijo.

—Qué es un dios —dijo Ragun.

Por la entonación parecía más estar filosofando sobre el tema en su cabeza que preguntando, la verdad. Por si acaso, me pareció oportuno responder.

—Un dios es... eh... —comencé.

Me sujeté la barbilla con la mano y me quedé callado, pensando. No sabía explicar aquel concepto... un dios era...

"¿Alguien superior? No, ¿no? Bueno, o sí... ¿un ser que controla...? Eh..." cavilé, sin llegar a puerto.

Un chico de lo más enérgico salió de entre la multitud vociferando a saber qué sobre Lyn. Se acercó corriendo abriéndose paso entre los participantes del torneo y, cuando hubo llegado a donde estábamos nosotros, hizo saber que era un... ¿fan? De Lyn.

—Qué es un fan —casi pregunté al aire, emulando a Ragun sin darme cuenta en mi ensimismamiento.

Sin embargo, mi duda tuvo respuesta casi al momento, ya que las acciones de aquel chico con respecto a Lyn parecían decir mucho sobre su admiración hacia ella. Dijo su nombre en voz alta: Zack. Entonces, de algún modo, él quería llegar al nivel de Lyn...

—No participo en estos juegos. Era hora de dejar pasar a los siguientes héroes —se me iluminó la cara—, aunque tendrán que esforzarse más de lo que ya hacen para llegar a ser siquiera aprendices. Ahora mismo tienen el mismo nivel que un gusano del suelo.

La gran sonrisa que se me había dibujado en el rostro cambió por una un poco más forzada. No me atreví a contradecirla, ya que mi opinión era... bueno, en lo que me a mí respectaba no creía que fuese demasiado más que lo que ella decía. Un gusano intentando llegar a ser un gigante. Esperaba que no resultase tan imposible como sonaba.

—Wow, aprendices de Lyn... ¡Qué suerte, tíos! ¡Encantado de conoceros! —soltó Zack— No sabéis la suerte que tenéis...

Le miré con cara de circunstancias, nada de acuerdo con lo que había dicho.

—Soy Fyk —me presenté también—. En realidad Lyn no es nuestra Maestra oficial... tr-trágicamente —añadí, por si mi voz sonaba aliviada—, pero nos instruye de todos modos.

Kazuki no solía hablar demasiado de los demás Maestros, pero por lo poco que había podido deducir de sus menciones hacia ellos, todos parecían tener un poder... inequiparable al de nosotros, los aprendices. Miré a Lyn de nuevo, y no pude evitar sentirme un fan de ella por un momento.

[Soul Artist]

Lyn dedicó una mirada asesina tanto a Ragun como a Fyk, el primero por bocazas y el segundo por pelota. Tras intimidarles con sus ojos, los cuales habían mostrado algunas características animales que elevaban su enfado, suspiró y volvieron a su aspecto habitual.

—Tengo que irme, no debería estar mucho más aquí —comentó la Maestra, dirigiendo la mirada a Zack—. Un placer conocerte, espero que llegues lejos en la Copa. Seguro que será todo un espectáculo ver cómo te enfrentas a estos chicos.

—¡No te defraudaré, Lyn!

—Y vosotros —la mirada de la híbrida fue a parar a los dos chicos, mientras sus manos se volvían garras—. Os estáis volviendo famosos entre el público por participar como aprendices míos. Como perdáis, me aseguraré de que el resto de vuestros almuerzos sean cocinados expresamente por Yami.

Tras aquella extraña amenaza, Lyn se dio media vuelta y salió camino a las gradas, seguramente para unirse al público y observar los juegos como una espectadora más. Zack la siguió con la mirada, maravillado de haber podido conocerla mientras susurraba otro "wow...".

—¡Blue Kid y compañero!

Phil les llamaba desde el fondo de la sala, donde todos los musculitos hicieron paso para dejarles pasar. Zack les tocó el hombro y dedicó una amplia sonrisa de ánimo.

—¡Buena suerte, muchachos! Conociendo a Lyn es imposible que perdáis.

Era hora de pasar al la zona de combate. Sin embargo, un último evento tal vez les dejara sin habla antes de pasar a la puerta.

Dos hombres que llevaban a un gigantesco tío musculado en una camilla atravesaron la puerta, dirigiéndose a la salida del Coliseo. El hombre, de aspecto muy fuerte, robusto y poderoso, parecía ser capaz de coger a ambos aprendices y aplastarlos cual lata de bebida. Sin embargo, por su cuerpo había toda clase de moratones y heridas; incluso parecía estar llorando, mientras susurraba unas cortas palabras:

—No... No... Por favor, no vuelvas a sacar la espada... Me rindo...

Los dos hombres que llevaban al gigantón tropezaron y este cayó al suelo. Nada más hacerlo, su cuerpo emanó un aura oscura y comenzó a desaparecer; su corazón se elevó y se vio absorbido en una especie de círculo oscuro para dar lugar a la aparición de un enorme, gordo y peligroso ser con un emblema que no tardaron en distinguir.

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Sin embargo, antes de que hiciesen nada, el Sincorazón desapareció en oscuridad, sin atacar a absolutamente nadie. Todo el mundo había obserbado la escena, y Zack incluso parecía traumatizado.

—¿Quién ha podido hacer algo así...?

Si los dos aprendices alzaban la vista, podrían ver que por la puerta entraba nuevamente la niña que habían visto antes, acompañada de una figura más alta que no pudieron ver claramente. La niña soltaba unas pequeñas risitas que parecían ocultar puro mal detrás.

Debían pasar a participar en los juegos.

[Sombra]

Las pupilas de los ojos de la maestra cambiaron momentaneamente cuando nos miró a Fyk y a mí con enfado haciendo que su aspecto se pareciese ligeramente al de un animal. Tras aquello informó de su partida por falta de tiempo, al parecer. Apostaba que habernos visitado antes del torneo había interrumpido alguno de sus menesteres como maestra.

—¡No te defraudaré, Lyn!—Exclamó Zack con energía. Ya empezaba a entender que era un fan.

—Y vosotros —comenzó la maestra a la vez que sus brazos se volvían fieras garras de aspecto amenazador—. Os estáis volviendo famosos entre el público por participar como aprendices míos. Como perdáis, me aseguraré de que el resto de vuestros almuerzos sean cocinados expresamente por Yami—Amenazó la maestra. Sin embargo aquello no me asustó, solo sembró dudas sobre la forma que adquiría la cocina de la delirante maestra.

La maestra desapareció por el camino que llevaba a las gradas, supuse que miraría el torneo desde estas para buscar entre los participantes aprendices potenciales.

—¡Blue Kid y compañero!

Me di la vuelta encontrandome con Phil, que nos llamaba desde la puerta de la arena. Los participantes se apartaron haciendo un corrillo dejándo pasar al sátiro. Zack se puso entre Fyk y yo y nos tocó el hombro a la par que nos dedicaba una amplia sonrisa con la que trataba de darnos suerte.

—¡Buena suerte, muchachos! Conociendo a Lyn es imposible que perdáis.

Ya iba a empezar el combate, mi corazón comenzó a latir velozmente por los nervios. Miré al techo inspirando una fuerte bocanada de aire que me arrepentí de dar cuando recordé en mis propias carnes el olor a sudor que había.

—No... No... Por favor, no vuelvas a sacar la espada... Me rindo...

Bajé mi mirada hasta dirigírse a dos hombres que llevaban una camilla con un gran hombretón bastante herido, uno de los que llevaban al herido tropezó haciendo que el de atrás también lo hiciese haciendo que el herido cayese violentamente contra el suelo. De pronto, el herido comenzó a desaparecer entre una neblina negra que iba envolviéndole y que me recordó mucho a mi Aura Tenebrosa. De pronto, de una especie de portal oscuro circular surgió una bestia enorme y gorda que por el emblema reconocí al instante. Un sincorazón.

Alerta, estuve a punto de invocar mi llave espada, sin embargo no hizo falta pues este enorme monstruo desapareció como había venido dejándo a todos los presentes sorprendidos he incluso asustados. Zack se puso pálido, parecía realmente consternado. Sin embargo yo... No sentía nada, ni lástima, ni dolor... Solo sentí un nudo en el pecho, como algo queriendo salir de dentro cuando vi subir al corazón de aquella persona. Quería atraparlo, y...¿Hacerle qué?


—¿Quién ha podido hacer algo así...?

No respondí dado que no sabía que responder. Estaba sorprendido por aquel sentimiento que me invadía, un sentimiento que era tan siniestro como el que emitían los sincorazón.

Comencé a marearme. Una escena, aquella escena. Corazones, cientos de ellos subiendo al cielo. Corazones oscuros, manchados por la más absoluta oscuridad. Corazones que habían sido transformados por... No podía recordarlo.

Mi mente volvió al presente, donde estaba Zack, Fyk, Phil, los demás participantes y...

Alcé un poco mi mirada dirigiéndola a la entrada de la arena tras reponerme. Aquella niña de antes había aparecido desde allí ¿Aquel hombre se había enfrentado a ella? Tras ella había alguien más que no pude ver claramente. La niña se reía por lo bajo, divertida por aquella situación que acababa de acontecer ¿Quién diablos eran?

Ignorando todo, y quitando toda aquella escena de mi cabeza pasé por el medio de aquellos dos sin siquiera mirarles dirigiéndome con valentía a la arena.