[Islas del Destino] ¿¡Es que nadie piensa en los niños!?

[Saxor]

La actitud de la chica, aunque no varió casi nada, pareció disgustarse de las palabras del oscuro ser.

—¿Yo? ¿No es siempre más apropiado que lo haga el que pregunta primero? —contó, yo le habría dicho mi nombre antes de que me dijera el suyo, pero el oscuro ente parecía tener otros planes.—. Pero da igual. Te lo diré. Mi nombre es Diana. Estoy segura de que no lo olvidarás.

Diana caminó hacia mí, pero pasó de largo mía y se dirigió a las escaleras.

—No tengo nada más que hacer aquí —dijo, mientras se encogía de hombros—. Márchate cuanto antes. Los sincorazón llegarán pronto y tú solo no podrás con todos ellos.

Cuando dijo aquella última advertencia, saltó a la arena, pero cuando miré hacia abajo, había desaparecido.

─ Femme fatale, Romeo... te dije que no era de fiar.─ Tras esas últimas palabras, recuperé el control total de mi cuerpo. Si esa chica había desaparecido, se habría ido de este mundo, y seguramente estaría ya viajando a otro. Volví a dirigirme a la pequeña cueva, esta vez con cuidado por si aparecían sincorazón.

[Nell]

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Little Sho se incorpora a la Trama de nuevo.

Saxor

Tras aquel misterioso encuentro, el joven continuó su camino hacia la cueva. Enseguida, alcanzó a vislumbrarla, aunque tuvo que agacharse para entrar. Un pequeño pasivo lo llevó hasta una cavidad más grande, un lugar secreto que parecía antiguo dominio de los niños de las islas, a juzgar por todas las pintadas que habían hecho en las paredes de la cueva. El único elemento destacable era la puerta de madera que había al final de la cueva.

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Sin embargo, Saxor no pudo dar ni un paso más. Tal y como Diana había prometido, los sincorazón aparecieron repentinamente, salidos de la nada, o mejor dicho, de la oscuridad de las sombras, y poblaron la cueva con tal rapidez que al muchacho apenas le dio tiempo a contarlos: diez… quince… En un sitio tan pequeño, al final dio la impresión de que había más sincorazón por metro cuadrado que piedra.

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Si el joven salía de la cueva, observaría un panorama parecido, con la excepción de que los sincorazón aún estarían demasiado dispersos como para agruparse y atacarle. Así pues, había llegado el momento: atacar a aquella masa descontrolada, en solitario; o bien, huir entonces que podía.


Little Sho

Zait y Sheldon, por el contrario, habían tenido tiempo para terminar de recorrerse por completo la isla, después de continuar y perder de vista, sin querer, a su compañero Saxor. Aparte de eso, poco más habían hecho. Y quizá, por eso, tal vez estuviesen preocupados por la regañina de Nanashi, que no tardó en llegar, a causa de su terrible suerte.

Acabaron parando enfrente de un edificio mayor que los demás, a fin de descansar o bien planificar un modo de encontrar a Saxor. En cualquier caso, aunque ninguno lo sabía, resultó ser aquel lugar el ayuntamiento. Un sitio que quedaba al lado de la casa del alcalde. Un sitio desde, donde al salir Nanashi, pudo observarlos perfectamente, y acercarse a ellos sin demora.

—He terminado mis asuntos. Por cierto, ¿dónde está Saxor? —preguntó la Maestra, antes de nada.

Los había pillado, sí. Y, tarde o temprano, seguramente querría saber todas y cada una de las cosas que habían hecho durante su ausencia. Era hora de inventar una buena historia o, en su defecto, rezar porque fuese suficiente la suya.

[Little Sho]

Después de un largo rato paseando comprendí que habíamos, yo al menos, desperdiciado el tiempo exacto que Nanashi nos cedió para investigar por la isla. Saxor se había quedado con el niño de la plaza y Enok y yo proseguimos caminando. Finalizamos frente a un enorme edificio, que sobresalía entre los demás. Supe que se trataba del ayuntamiento cuando vi salir a Nanashi del mismo, quien vino directamente hacia nosotros nada más vernos. Tragué saliva, no quería comprobar que los rumores acerca del exigente y disciplinario comportamiento de la Maestra Nanashi eran ciertos, y yo cumplir, lo que es cumplir mi trabajo, no es que hubiese realizado una labor completamente satisfactoria. Debía pensar y rápido, pues ya que seguramente nos preguntaría cómo habíamos empleado el tiempo mientras ella terminaba sus quehaceres.

— He terminado mis asuntos. Por cierto, ¿dónde está Saxor? —preguntó Nanashi al acercarse.

Tomé directamente la palabra y respondí sin dilación. Intenté no mentir, pues no me gustaba y seguramente me perjudicaría, pero tampoco dar las palabras equivocadas.

— Saxor se quedó en una plaza hablando con un niño que lloraba. Nosotros seguimos buscando por toda la isla hasta culminar nuestro recorrido aquí, frente al ayuntamiento. Durante nuestro trayecto no volvimos a encontrarnos con él. Por otro lado, lo que puedo decir de la isla es variado —dije adelantándome a cualquier tipo de pregunta hacia nosotros —. Es una población costera, normal, tranquila y corriente. Sin embargo, pese a ser una población arraigada al mar, me ha parecido observar pocas personas cercanas a la costa. No hemos encontrado ningún tipo de rastro de ataques de sincorazón. Aquí la convivencia transcurre con normalidad. Al menos en esta isla. Al llegar pude observar una segunda isla más pequeña, y a mi parecer, vacía. Sin embargo, en esa isla se apreciaban estructuras de madera. No hemos explorado esa isla aún. Además, desconozco qué es lo que puede haber hecho Saxor por el momento.

Quería que mis palabras sonasen carismáticas y, sobretodo, influyentes, pues ya que quería indagar por aquella segunda isla, la cual despertaba algún tipo de sentimiento de curiosidad en mi interior.

Era mi primera misión en grupo y con otro maestro, siendo ésta nada más y nada menos que la gran Nanashi. Ese día, me sentía realmente ausente.

[Saxor]

Cuando entré en la micro-cueva, me fijé en que había muchas pintadas en las paredes, probablemente de niños pequeños. Aparte de las pintadas había una puerta de madera con una gran cerradura, pero, aunque pareciera una puerta corriente, tras unos latidos fuertes de mi corazón, unas ganas locas de mirar lo que había dentro me invadieron. No sabía por qué, pero nada más quería atravesar esa puerta.

Un solo paso bastó para que un número incontable de sincorazón aparecieran en toda la sala, lo que me hizo retroceder, pues allí dentro no tendría posibilidad de defenderme. Cuando salí de aquella cueva, había tantos sincorazón como dentro de la cueva, pero mucho más dispersos, lo que me ayudaría a defenderme y a atacar. Invoqué mi Llave Espada y desenvainé mi otra espada, para prepararme ante esta batalla. Mi estrategia se basaría en ir acercándome poco a poco a la barca de Licu, golpeando con mi Llave Espada y defendiéndome con la otra para golpear a la sombra que me atacase por la espalda .Si veía un grupo junto, le atacaría con un hechizo Aqua, pero descubriría al realizar el primer hechizo que saldría una especie de Agua maldita, que los quemaría como si fuera ácido, solo que parecía más fuerte que el de Hikaru.

[Nell]

Saxor

Al joven no le hizo ni falta pelear. En cuanto echó a correr hacia la barca y a despejar sincorazón a base de espadazos, se dio cuenta de que, a causa de que acababan de aparecer, no podían agruparse lo suficiente rápido como para frenar al chico. Enseguida alcanzó su punto de destino. A su espalda, dejaba una isla llena de sincorazón que pretendían perseguirle, pero que, al llegar al agua, veían frustradas sus intenciones.

Pero, una vez se hubo alejado de la costa, el peligro pasó.

Al llegar a la isla principal, Solo le esperaba en el mismo puerto, junto a un chico de una edad ligeramente superior y de pelo albino. Seguramente, el propio Licu que les había prestado su barca.

Nada más desembarcar, Solo y Licu le recibieron con una sonrisa.

—¿Qué ha pasado? ¿Los has ahuyentado? —preguntó inmediatamente Solo—. ¿Podemos regresar?


Little Sho

—Muy bien —aprobó Nanashi, por el momento, cruzándose de brazos—. No hará falta investigar la segunda isla, ya que es ésta la que nos interesa en esta ocasión. Vamos a buscar a Saxor para poder marcharnos.

Tuvieron que volver a recorrerse la isla para intentar localizar a Saxor. Como no era muy grande, no hubo mayor problema, y enseguida pudieron divisarle en el puerto, hablando con un par de niños.

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Lo ideal sería que primero postease Saxor, pero realmente no importa.

[Saxor]

Conseguí llegar con éxito hasta la barca. La desaté rápido y empecé a remar. Cuando estuve lo suficientemente lejos como para que no pudiesen alcanzar ni saltando, me puse de pie, con cuidado, en la barca y apunté con ambas espadas a las Sombras. Disparé piros a mansalva a los sincorazón. Me centraba en atacar a uno, pero cuando desaparecía atacaba a otro, para así asegurarme de acabar con todos los que pudiera. Tenía que cumplir lo que pudiese con la promesa que le hice a Solo. Cuando me quedé sin energías para realizar más hechizos, volví a remar, dirigiéndome hacia el puerto, resignado. Cuando llegué al puerto de la isla principal, además había un chico algo mayor que él, de pelo gris. Sus ojos eran de color azul y su piel era morena, lo que resaltaba con su color de pelo.

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En cuanto desembarqué, Solo me habló.

─¿Qué ha pasado? ¿Los has ahuyentado? ¿Podemos regresar?─ Estuve a punto de agachar la cabeza en cuanto me lo preguntó. No podía contarles todo lo que había pasado, pero podía decir parte de la verdad, y pensé una manera de decírselo a los niños.

─Cuando llegué, había niños malos por todas partes. Creo que hay más de cien. Conseguí vencer a algunos, pero eran demasiados, y parecía que no se acababan nunca... Pero vendré aquí de vez en cuando para vencerlos poco a poco, ¿de acuerdo?─ Cuando terminé de hablar, y escuchar lo que me tenían que decir respecto a eso, vi a mis dos compañeros con la maestra mirándome.─ Me tengo que ir ya, hasta pronto.─ Les hice una sonrisa y caminé hasta mis compañeros y la maestra. Había conseguido mucha información, y tenía que contársela a la maestra. Me fijé primero en que nadie nos pudiera escuchar, y después, para explicárselo sin que tartamudease, imaginé una pared de ladrillos a la que le tuviese que hablar.

─Toda la población de sincorazón que hay en este mundo se ha concentrado en la isla pequeña. Los padres de los niños les han prohibido por ello viajar hasta la isla, que parece ser que viajaban mucho a ella hasta que llegaron. Cuando llegué a dicha isla, no apareció sincorazón alguno, pero había una chica rubia con ropas que parecen del Coliseo del Olimpo y con una planta trepadora por el cuerpo llamada Diana. Esa chica, tras hablarme, sin llegar a decirme lo que se proponía en dicha isla, desapareció, seguramente viajando a otro mundo. Esa chica conoce el nombre de los sincorazón. Según lo que he visto, los sincorazón, principalmente sombras, aparecieron cuando entré en una pequeña cueva, como si la estuviesen protegiendo. Opino que no han salido de la pequeña isla porque están buscando algo, que posiblemente se encuentre dentro de la cueva.

[Little Sho]

— Muy bien —comentó Nanashi cruzándose de brazos —. No hará falta investigar la segunda isla, ya que es ésta la que nos interesa en esta ocasión. Vamos a buscar a Saxor para poder marcharnos.

Las palabras de Nanashi me reconfortaron notablemente, pues ya que, aparentemente, me salvé de alguna bronca. Eso, o los rumores que a mí llegaron eran falsos. De todas formas, no era yo quién para cuestionar el modo de actuar, en cuestión a los alumnos, de Nanashi. Además, tenía gran fama en Tierra de Partida, por lo que debía de tratarse de una gran profesional.

Dicho y hecho, nos pusimos en camino a la búsqueda de Saxor, que se encontraba en el puerto hablando con unos niños cuando le encontramos. Al notificar nuestra presencia, vino hasta nosotros y enunció unas palabras, acerca de su investigación en la isla. Sinceramente, lo que oí me pareció sorprendente.

— Toda la población de sincorazón que hay en este mundo se ha concentrado en la isla pequeña. Los padres de los niños les han prohibido por ello viajar hasta la isla, que parece ser que viajaban mucho a ella hasta que llegaron. Cuando llegué a dicha isla, no apareció sincorazón alguno, pero había una chica rubia con ropas que parecen del Coliseo del Olimpo y con una planta trepadora por el cuerpo llamada Diana. Esa chica, tras hablarme, sin llegar a decirme lo que se proponía en dicha isla, desapareció, seguramente viajando a otro mundo. Esa chica conoce el nombre de los sincorazón. Según lo que he visto, los sincorazón, principalmente sombras, aparecieron cuando entré en una pequeña cueva, como si la estuviesen protegiendo. Opino que no han salido de la pequeña isla porque están buscando algo, que posiblemente se encuentre dentro de la cueva.

Mi cabeza comenzó a reaccionar y analizar las palabras; Saxor había encontrado a una chica rubia, de nombre Diana, en la isla menor del mundo, que conocía la existencia de la palabra sincorazón, y por tanto, lo que ello significaba. Ciertamente, mi afán por explorar aquella segunda isla crecía conforme el tiempo pasaba.
Me quedé callado y pensativo. Cierto era que quería resolver varias de mis preguntas, pero, quizá convendría mantenerse calmado.

[Nell]

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Saxor, si no había puesto ninguna imagen, sólo descripción, jujujju—

Por cierto, chicos, último post y acabamos la Trama.

—¿En serio? ¿Y los has visto? ¿Y cómo son? ¿Es verdad que…? —sin embargo, ante la despedida de Saxor, Solo dejó de preguntar y se limitó a despedirse, junto a su amigo Licu—. ¡Vuelve cuando quieras!

Al llegar hasta la Maestra y sus compañeros y relatarles todo lo ocurrido, Nanashi se quedó en silencio, seguramente analizando sus palabras, aunque no tardó en responder a ellas con completa naturalidad. Es decir, sin tomar demasiado en serio las burdas suposiciones de los aprendices.

—El alcalde me contó lo de los sincorazón —relató primero—. Sin embargo, parecen atrapados en aquella isla, de modo que por el momento no hace falta que intervengamos, hasta que puedan ser un verdadero peligro para la población. ¿Estás seguro de que pueden andar buscando algo? —enarcó una ceja—. Esa isla es mucho más pequeña que ésta. He estado ahí antes y te lo puedo asegurar. Si de verdad intentasen encontrar algo, da por hecho que ya lo habrían conseguido. No busques motivos para las acciones de los sincorazón. Son seres irracionales que simplemente se dejan llevar por la oscuridad.

Nanashi parecía muy convencida de lo que decía. Sin embargo, eso no dejaba de ser extraño, en sí mismo. ¿Acaso los mismos sincorazón no buscaban corazones? ¿Qué no pudiesen razonar no podía también significar que su forma de actuar no fuese aleatoria? En cualquier caso, la Maestra, que naturalmente se creía mucho más experimentada que sus aprendices, no tomaría en cuenta ninguna opinión contraria a ésa.

—Antes has dicho que has conocido a una chica llamada Diana, ¿verdad? —retomó la conversación, observando fijamente a Saxor, como si tratara de ver la mentira tras aquellas palabras—. O, al menos, eso te ha dicho. De todas formas, supones demasiado rápido, ¿no crees? ¿Te ha dicho que era del Coliseo del Olimpo? ¿La has visto viajar a otro mundo? ¿Por qué crees que sabía lo de los sincorazón? Lo más probable es que te hayas encontrado con una habitante de este mundo que infringía las normas de la isla. Olvídate de ella. Dudo que sea algo importante.

Sin embargo, Nanashi desvió la mirada un momento. El suficiente para que los aprendices, si eran atentos, pudiesen preguntarse si de verdad creía que propia Maestra que el asunto “no era importante”.

La Maestra cambió de tema en cuanto Saxor respondió a sus preguntas. La mañana había pasado muy rápido y pronto sería la hora de comer, por lo que las calles estaban un tanto más vacías que anteriormente.

—Volvamos al lugar donde aterrizamos. Regresamos a casa, ya no tenemos nada que hacer aquí —anunció, echando a andar.

Los aprendices tendrían una última oportunidad para contemplar el paisaje y hacerle alguna pregunta más a la Maestra, si así querían.

[Saxor]

—El alcalde me contó lo de los sincorazón. Sin embargo, parecen atrapados en aquella isla, de modo que por el momento no hace falta que intervengamos, hasta que puedan ser un verdadero peligro para la población. ¿Estás seguro de que pueden andar buscando algo? —enarcó una ceja—. Esa isla es mucho más pequeña que ésta. He estado ahí antes y te lo puedo asegurar. Si de verdad intentasen encontrar algo, da por hecho que ya lo habrían conseguido. No busques motivos para las acciones de los sincorazón. Son seres irracionales que simplemente se dejan llevar por la oscuridad.

No podía ser que estuvieran allí porque sí. Si han aparecido en esa isla rodeada de mar, también podrían haber aparecido en esta, pero aparecían solo allí. Estaba seguro de que estaban buscando algo, algo como... << Un corazón.>> Me quedé pensativo a esas palabras de aquel ser. En Los Mundos Oscuros decía que cada mundo tenía un corazón... ¿Estaban allí para encontrar el corazón del mundo? Era la única explicación que encontraba...

—Antes has dicho que has conocido a una chica llamada Diana, ¿verdad? —volvió a hablar, esta vez mirándome a la cara, como si no quisiese creerme—. O, al menos, eso te ha dicho. De todas formas, supones demasiado rápido, ¿no crees? ¿Te ha dicho que era del Coliseo del Olimpo? ¿La has visto viajar a otro mundo? ¿Por qué crees que sabía lo de los sincorazón? Lo más probable es que te hayas encontrado con una habitante de este mundo que infringía las normas de la isla. Olvídate de ella. Dudo que sea algo importante.

La maestra desvió la mirada. Había gato encerrado en todo esto. Parecía que de verdad la conocía. Decidí responder a esas preguntas.

─Sus ropas eran del mismo estilo, casi exacto que la ropa que vi allí. Ella saltó y después de tocar el suelo, desapareció de la isla, sin dejar rastro. Una persona que no conoce la existencia de otros mundos dudo que conozca el nombre de los sincorazón, teniendo en cuenta que aquí todos los llaman ''niños malos'', maestra.

Cuando terminé de hablar, la maestra cambió de tema.

—Volvamos al lugar donde aterrizamos. Regresamos a casa, ya no tenemos nada que hacer aquí —dijo, mientras empezaba a andar. Mientras regresábamos, quise preguntarle algo a la maestra.

─ Maestra, ¿cómo se sabe dónde está el corazón de un mundo?

[Little Sho]

Finalmente, Nanashi respondió a las aclaraciones de Saxor, aunque sus palabras me sonaban confusas. “Ignorante” me llamé a mí mismo, creyendo que era culpa de mi poca cultura aquella confusión, pero no supe atribuir la causa debida a nada.

—El alcalde me contó lo de los sincorazón. Sin embargo, parecen atrapados en aquella isla, de modo que por el momento no hace falta que intervengamos, hasta que puedan ser un verdadero peligro para la población. ¿Estás seguro de que pueden andar buscando algo? Esa isla es mucho más pequeña que ésta. He estado ahí antes y te lo puedo asegurar. Si de verdad intentasen encontrar algo, da por hecho que ya lo habrían conseguido. No busques motivos para las acciones de los sincorazón. Son seres irracionales que simplemente se dejan llevar por la oscuridad.

Seguidamente siguió hablando de lo ocurrido en la segunda isla, pero parecía nerviosa, distraída. Decía las palabras en un tono directo, estable, sin ninguna dilación. Cómo si todo aquello que dijese sonase a verdad universal, pero quise creer que ella quería que sonase a verdad.

—Antes has dicho que has conocido a una chica llamada Diana, ¿verdad? O, al menos, eso te ha dicho. De todas formas, supones demasiado rápido, ¿no crees? ¿Te ha dicho que era del Coliseo del Olimpo? ¿La has visto viajar a otro mundo? ¿Por qué crees que sabía lo de los sincorazón? Lo más probable es que te hayas encontrado con una habitante de este mundo que infringía las normas de la isla. Olvídate de ella. Dudo que sea algo importante.

Sin embargo, Saxor poseía respuesta a aquellas preguntas.

─Sus ropas eran del mismo estilo, casi exacto que la ropa que vi allí. Ella saltó y después de tocar el suelo, desapareció de la isla, sin dejar rastro. Una persona que no conoce la existencia de otros mundos dudo que conozca el nombre de los sincorazón, teniendo en cuenta que aquí todos los llaman ''niños malos'', maestra.

Finalmente cambió de tema y finalizó con lo ocurrido, poniendo fin a la misión.

—Volvamos al lugar donde aterrizamos. Regresamos a casa, ya no tenemos nada que hacer aquí.

Quise preguntarle a Nanashi si podía quedarme en el mundo, para echar un vistazo a la segunda isla. Pero la voz de Saxor me hizo recapacitar y decidí permanecer callado mientras él preguntaba una cuestión, que me hizo pensar profundamente.

─ Maestra, ¿cómo se sabe dónde está el corazón de un mundo?[/quote]

Así que finalmente callé y esperé la respuesta de la maestra, perdiendo mi mirada en lo ancho del mar que rodeaba la isla. Me puse la armadura y aguardé la vuelta a Tierra de Partida. Tenía un afán imperioso en mi interior de visitar la Biblioteca. Sin embargo, mi conciencia me machacaba recordándome el pésimo nivel de lector que tenía. Simplemente, esperaba que al volver, alguien me ayudase a recolectar la información que necesitaba.

[Nell]

La Maestra Nanashi escuchó, aparentemente distraída, las respuestas de Saxor, sin embargo, no volvió a criticar sus razonamientos. Por el contrario, mientras caminaban de vuelta a la planicie sobre la que habían aterrizado, sí se asombró de la rara pregunta que había planteado el joven.

—No lo sé, nunca he encontrado ninguno. Pero, Saxor, hay veces en las que lo mejor es no saber —respondió, con cuidado—. Olvídate de los corazones cuya existencia no es probada y céntrate en la de aquellos que puedes salvar.

Llegaron enseguida al punto inicial. Sin mediar palabra, se prepararon para el viaje y abandonaron rápidamente Islas del Destino, llevándose consigo, quizá, más misterios de los que habían ido a buscar.

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¡Fin de la Trama!

Vayamos a las puntuaciones, que es lo más menos importante:

Sheldon, con tres posts en la Trama, no puedo puntuarte entero, ni siquiera mitad, pero puesto que al menos la empezaste con buen pie, te otorgo 5 PX, que no es mucho, pero podría haber sido menos.

Saxor, 49 PX. Has sido el único que has llegado hasta el final, de modo que lo tengo en cuenta. Sin embargo, pienso que has estado muy flojo en posts, aunque eso lo compense la rapidez, y como creo que ha sido más porque la Trama no te motivaba que por otra cosa, poco más te puedo comentar que no sepas ya. Por otro lado, también quiero advertirte: cuidado, mucho cuidado, con el metajuego (o metagaming), que tu personaje sepa cosas que tú, como jugador, sabes. No has llegado a pecar de ello en esta Trama, pero has estado muy cerca y quizá en otra ocasión un MG sí lo llegue a considerar como tal. Mucho ojito y al toro.
¡Subes al nivel 8!

Little Sho, debido a tu baja, tampoco te puedo puntuar el tema entero, pero tomo en cuenta la narración. Por tanto, 33 PX. Bastante bien en general, aunque has pasado a ser un elemento muy pasivo en cuanto habéis vuelto Saxor y tú a estar juntos, por lo que te recomendaría que intentases siempre participar más, aunque eso ya es cosa tuya.
¡Subes al nivel 8!

Aún tienen que acabar varios sus Tramas, de modo que tendréis que esperar un poco. Lo que sí puedo aseguraros, con todo el dolor del mundo, es que la siguiente no os dará tiempo a acabarla antes del Evento Global (xD)