Re: [Coliseo del Olimpo] Copa Phil - Semifinales
Publicado: Lun May 07, 2012 11:50 pm
El mundo pareció detenerse por un instante. Un momento clave, vital para el joven Fyk. El público y sus gritos parecían haberse callado; casi habían desaparecido. Alexis no importaba. Ni siquiera él mismo. Solo podía estar concentrado en una cosa: su puño en la cara de Cloud.
El tiempo volvió a correr a velocidad normal, mientras su contricante caía de espaldas y soltaba la espada mientras perdía en conocimiento. Una vez en el suelo, algo de sangre brotó de su nariz; aquel golpe contenía toda la fuerza del niño, y desde luego no era poca.
El público enloqueció. Gritos de emoción, potentes aplausos, silbidos. El extraterrestre podía oír cómo la gente gritaba a la vez "¡Blue Kid! ¡Blue Kid! ¡Blue Kid!"; de verdad aquello parecía el cielo. Le querían. Había ganado, al fin, gracias a la ayuda de Ragun.
Pero una vez la gente se relajó, pudo oír cómo alguien más le aplaudía a sus espaldas. Alexis no se había quedado atrás en aquella celebración. Sus poco potentes aplausos acompañaban su sonrisa, nada relajante.
—¡Bravo, chico, bravo! —le felicitó, parando de aplaudir—. Finalmente lo has logrado. Ha sido difícil, pero has demostrado todo tu potencial. ¿Ves cómo no eres tan débil?
Alexis dio dos pasos hacia él, acortando algo de distancia. Se llevó las manos a la espalda y se inclinó ligeramente hacia delante, balanceándose como una niña juguetona.
—Siento decepcionarte, pero todavía quedo yo —recordó la chica—. Sí, a estas alturas estarás más que agotado. Y ya solo te quedarán fuerzas para invocar tu Llave Espada, ¿verdad? Sería muy cruel hacerte luchar contra mí.
El cielo se volvió negro de golpe. Al levantar la vista, Fyk pudo ver cómo en realidad lo que sucedía es que había sido invocado una especie de campo oscuro, un gigantesco techo semicircular que se había tragado toda la luz que llegaba al ring. El público ya no era visible con aquella cosa, ni tampoco llegaban sus gritos; todo era silencio y frío. Quizás aquello le recordara a su antiguo hogar: el espacio...
—Sé que buscas respuestas —señaló Alexis con una sonrisa, sin dar importancia a aquel extraño fenómeno—. Respuestas que nadie te puede dar. Hemos investigado sobre ti, Fykhjaal. Vine para observarte, a ti y a Ragun... Todavía es demasiado pronto para que vengas conmigo.
Alexis extendió su brazo hacia el chico, deseosa de que se acercara.
—Pero no quiero irme sin ver tu auténtico poder. No quiero irme sin ver la luz de tu corazón... Atácame con ella, Fykhjaal. No puedo marcharme sin verla.
El tiempo volvió a correr a velocidad normal, mientras su contricante caía de espaldas y soltaba la espada mientras perdía en conocimiento. Una vez en el suelo, algo de sangre brotó de su nariz; aquel golpe contenía toda la fuerza del niño, y desde luego no era poca.
El público enloqueció. Gritos de emoción, potentes aplausos, silbidos. El extraterrestre podía oír cómo la gente gritaba a la vez "¡Blue Kid! ¡Blue Kid! ¡Blue Kid!"; de verdad aquello parecía el cielo. Le querían. Había ganado, al fin, gracias a la ayuda de Ragun.
Pero una vez la gente se relajó, pudo oír cómo alguien más le aplaudía a sus espaldas. Alexis no se había quedado atrás en aquella celebración. Sus poco potentes aplausos acompañaban su sonrisa, nada relajante.
—¡Bravo, chico, bravo! —le felicitó, parando de aplaudir—. Finalmente lo has logrado. Ha sido difícil, pero has demostrado todo tu potencial. ¿Ves cómo no eres tan débil?
Alexis dio dos pasos hacia él, acortando algo de distancia. Se llevó las manos a la espalda y se inclinó ligeramente hacia delante, balanceándose como una niña juguetona.
—Siento decepcionarte, pero todavía quedo yo —recordó la chica—. Sí, a estas alturas estarás más que agotado. Y ya solo te quedarán fuerzas para invocar tu Llave Espada, ¿verdad? Sería muy cruel hacerte luchar contra mí.
El cielo se volvió negro de golpe. Al levantar la vista, Fyk pudo ver cómo en realidad lo que sucedía es que había sido invocado una especie de campo oscuro, un gigantesco techo semicircular que se había tragado toda la luz que llegaba al ring. El público ya no era visible con aquella cosa, ni tampoco llegaban sus gritos; todo era silencio y frío. Quizás aquello le recordara a su antiguo hogar: el espacio...
—Sé que buscas respuestas —señaló Alexis con una sonrisa, sin dar importancia a aquel extraño fenómeno—. Respuestas que nadie te puede dar. Hemos investigado sobre ti, Fykhjaal. Vine para observarte, a ti y a Ragun... Todavía es demasiado pronto para que vengas conmigo.
Alexis extendió su brazo hacia el chico, deseosa de que se acercara.
—Pero no quiero irme sin ver tu auténtico poder. No quiero irme sin ver la luz de tu corazón... Atácame con ella, Fykhjaal. No puedo marcharme sin verla.