[Selva Profunda] Bailando entre gorilas

[EspeYuna]

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Trama de Ike y Sheldon

—¡Por fin, hemos llegado! ¡Sí, sí, sí! Naturaleza bonita, ¡sí! A las dos nos gusta... el cantar de los pájaros, con esos colores tan bonitos. ¡Las flores, desde aquí se huele! ¡Se huele que están contentas, sí...!

Tanto Ike como Enok seguían sin comprender las peculiares palabras de la Maestra Yami, pues la mayoría no tenían sentido alguno. Pillados por sorpresa en su entrenamiento con el Maestro Kazuki, la joven alocada llegó a interrumpir su clase, exigiendo "examinar" a los aprendices que se encontraban en los jardines.

Por suerte o por desgracia —suerte si consideraban aburridas las clases de Kazuki, desgracia si les estaba pareciendo interesante sus enseñanzas sobre magia—, la Maestra Yami se acercó a ellos dos, quienes por casualidad habían estado entrenando juntos bajo la tutela del perezoso Maestro.

—¡Sois perfectos, sí, sí! —exclamó, bailando alrededor de ellos— ¡Me los llevo, sí! ¡Sois adorables!

Y sin poder hacer nada para evitarlo, Yami cogió con ambas manos las de Ike y Enok, llevándoselos a dios sabe dónde...

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Los dos siguieron a Yami hasta aterrizar en un mundo que, desde sus Gliders, podrían percatar que el color verdoso de los árboles lo inundaba. Tras hacer desaparecer sus Gliders y sus armaduras, la Maestra Yami se ajustó el kimono y comenzó a llenar de aire sus pulmones.

—¡La Madre Naturaleza! ¡Bonita, sí! ¿¡Verdad que sí!? —exclamaba, queriendo escuchar la opinión de los dos aprendices. Tras ello, siguió con su discurso— Bueno, bueno, vamos a organizarnos, sí, sí, sí. Estamos en Selva Profunda. ¿Profunda, por qué profunda? ¡Pues porque será profunda! Sí, sí... ¿por dónde iba? ¡Ah, sí, sí! ¡Exploración! No todo vale en la lucha, ¡no, no! Hay que saber moverse, moverse por los mundos.

Yami hizo una seña para que mirasen a su alrededor. Habían aterrizado en una bonita playa, podían sentir el olor a sal y la brisa marina acariciarles el rostro. Si observaban con detenimiento, encontrarían dos posibles rutas a seguir: una que conducía a las profundidades de la selva. Y otra, que les haría subir por una bonita colina.

De repente, se escuchó un potente rugido. No sabían de dónde provenía exactamente, pero si eran listos comprenderían que no era de un animal del todo "amistoso". Salvaje era la palabra más adecuada. ¿A qué clase de mundo les había traído la loca de Yami?

Sin embargo, ella parecía disfrutar de cómo sus pies desnudos eran acariciados por la marea, incluso llegando a mojarse el kimono que arrastraba consigo.

—Bueno, bueno, ¡vamos, vamos! ¡Decidid! Yo iré por un camino, vosotros por el otro —la joven, si había escuchado al animal, no le había prestado la menor importancia—. ¡Será divertido, emocionante, sí, sí! ¡Luego nos reuniremos, y nos repartiremos flores, sí, sí! ¡E información, claro que sí, nosotras dos queremos un informe de todo lo que veáis!

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¡Un ser, dos mundos son, te guiará tu corazón~! ... ¡uy! n_n
Fecha límite: 22 de Agosto
Por favor, ser constantes en la trama. Cuatro días por ronda como límite. No se expulsará de la trama (además que en este caso sois sólo dos), pero sí que se os restará PX si vais perdiendo turnos. ¡Quedáis avisados!

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Color Maestra Yami

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[DarkIke]

La Maestra Yami me estiro del brazo, a mi y a otro aprendiz cual pregunté su nombre.
- Hola... Soy Ike aprendiz del Maestro Ronin, ¿y tu?

Y antes de que me diera cuenta estaba en un ligar diferente.

Extrañado por la forma de llevarnos, me sorprendí un poco, habíamos ido a un sitio diferente , un sitio donde solo veia una playa, un camino y una selva, de repente se escucha un rugido muy fuerte, tal fuerte que me hizo retroceder un paso.

- Ma-Maestra, aparte de el informe, ¿quiere que exploremos el lugar? - Dije con un tono confiable

Pregunté a mi compañero sobre por donde ir.
- ¿Te apetece ir por la selva? Será más interesante! - Dije emocionado.

[Sheldon]

Enok profirió un largo suspiro. El entrenamiento con el maestro Kazuki estaba resultando agotador y un tanto monótono. A pesar de que Enok siempre había preferido usar la magia en combate, desde que había conocido a Kazuki en aquella especie de búsqueda le pareció una persona un poco desagradable y muy aburrida, sin mencionar aquellos pequeños desmayos que solí sufrir; desmayos debido al sueño…y es que Kazuki parecía ser la persona que menos descansaba en toda Tierra de Partida y a la vez la que menos trabajaba. Había ya pronunciado el Maestro el nombre de Enok incorrectamente unas 20 veces y el chico empezaba a mosquearse. Intentó obviar aquellos pensamientos y dirigió una mirada al chico que entrenaba a su lado. Enok calculaba que tendría una edad parecida a la de este. Era un joven de mediana estatura aunque no muy corpulento. Su cabello azulado caía libre alrededor de su rostro y en ocasiones cubría aquellos ojos azules, rasgados y con una mirada penetrante y realmente evocadora. A simple vista parecía un chico normal pero quizá guardaba mas de un secreto. Enok aún no se había presentado y no se veía capaz de hacerlo. Despejando sus pensamientos, el aprendiz retomó su entrenamiento. Había invocado una bola de hielo cuando una voz chillona distrajo su atención e hizo que el hechizo se desviara y enfilara en dirección al Maestro Kazuki, que dormitaba tranquilamente bajo un seto. Enok contrajo el rostro y se volvió rápidamente atraído por aquella voz. Era Yami y se dirigía en un trote ligero y algo infantil al grupo. El joven se bloqueo aunque pudo reaccionar a tiempo para detener el hechizo antes de que Yami pudiese ver la grotesca escena. El aprendiz resopló y se dispuso a saludar a la Maestra Yami aunque esta cortó al chico y lanzó una de sus típicas retahílas:

—¡Por fin, hemos llegado! ¡Sí, sí, sí! Naturaleza bonita, ¡sí! A las dos nos gusta... el cantar de los pájaros, con esos colores tan bonitos. ¡Las flores, desde aquí se huele! ¡Se huele que están contentas, sí...! — exclamo Yami mientras movía sus brazos enérgicamente y parecía imbuirse de aquel ambiente.

Enok disimuló una sonrisa de satisfacción. Volvía a estar junto a Yami y ella seguía igual. Con esa amabilidad, esa confianza y aquella peculiar forma de ser. Ciertamente le había echado de menos y se alegraba de volver a encontrarse con ella.

—¡Sois perfectos, sí, sí ¡Me los llevo, sí! ¡Sois adorables! — dijo Yami dando pequeños saltitos alrededor de los chicos.

La Maestra agarró a los dos aprendices y a pasos agigantados se alejó del campo de entrenamiento. Enok dirigió una última mirada al Maestro Kazuki, que seguía dormitando y apenas se había percatado de lo ocurrido. El otro chico parecía seguir la mirada de Enok y justo en el momento en el que se encontraron, le dirigió unas palabras:

—Hola... Soy Ike aprendiz del Maestro Ronin, ¿y tu?

Enok se sonrojó y agachó la cabeza. Iba a murmurar unas palabras incomprensibles aunque en apenas unos instantes habían despegado en sus Gliders. Al joven le pareció todo muy precipitado aunque no pudo evitar recordar su anterior viaje. Cerró los ojos y se limitó a seguir a la Maestra Yami y al otro joven mientras la oscuridad parecía devorarles inconscientemente.

El nuevo mundo sorprendió al chico. A simple vista, era un manto de verdes intensos lo que formaba aquel paraje. La más espesa de las junglas se extendía ahora ante los ojos del joven. La melodía de aquel conjunto cautivo a Enok y parecía obligarle a disfrutar de la armonía y la perfección que invadía el ambiente. Tras aterrizar en una cristalina playa, la Maestra volvió a deleitar a sus aprendices con uno de sus desvaríos. Enok no pudo más que descubrirse sonriendo y disfrutando de aquel pequeño momento de felicidad. La vida junto a Yami parecía un poco más fácil y llevadera, una gozada en vez de un infierno. El embelesamiento de Enok se vio trincado por un rugido que casi desgarro la escena. Enok dio un respingo e inmediatamente intentó ocultarlo. Yami, por el contrario, parecía no haber escuchado aquel estruendo y seguía disfrutando del cosquilleo de la arena en sus pies. Pronto ceso aquel momento de tensión y Yami relató a su manera la naturaleza de aquel viaje, naturaleza que seguía casi las mismas pautas que la de su anterior Maestra Nanashi. Pretendía, simplemente, que los chicos recogieran información acerca de aquel mundo. El joven que acompañaba a Enok realizó una pregunta un tanto obvia y después, con una sonrisa de lo mas acogedora se dirigió a su acompañante.

— ¿Te apetece ir por la selva? Será más interesante!

— S…Si. — respondió Enok casi murmurando y sin apenas pensar su respuesta. Lo cierto es que para Enok escoger la selva constituia una autentica locura, casi una carta de suicidio. La colina, por el contrario, parecía tranquila y sin peligros pero…Enok nunca había podido comunicar lo que sentía, no se sentía capaz de

[EspeYuna]

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Nueva fecha límite: 26 de Agosto

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La joven y vivaz Maestra escuchó la decisión de los aprendices.

—¡Entonces nosotras iremos por esa colina! ¡Puede que se vea la playa desde allí arriba, sí, sí! —Yami salió del agua, ¿acaso no le pesaría el kimono, con lo mojado que estaba?— ¡Oh, si os perdéis u os veis en apuros, tranquilos, mis adorables! ¡Lanzad un hechizo al cielo, y nosotras os ayudaremos si estáis en problemas! ¡Pero cuidado, sólo si es necesario! ¡Estrujad vuestras mentes, intentad salir del lío vosotros, sí!

Y tarareando una canción sobre su preciado jazmín, la Maestra Yami subió por la colina, con su peculiar forma de bailar.

Los dos se adentraron en la selva, esperando no perderse... sin mucho éxito. Verde. Todo era verde: grandes árboles cubiertos de musgo, matorrales, flores de gran tamaño, destacando entre el verde por sus colores chillones, que tornaban entre el violeta y el amarillo... lo más característico de los árboles eran una especie de cuerdas. O mejor dicho, unas lianas, que colgaban de las ramas más grandes. El piar de los pájaros podía tranquilizarles, pero existía la posibilidad de encontrarse con animales peligrosos: serpientes, insectos... y el rugido que habían oído en la lejanía, ¿procedería de lo más profundo de la selva? A diferencia del camino tan bien señalado para la Maestra en la playa, ellos se habían metido en un laberinto. Podrían caminar durante horas, pues el paisaje no cambiaría.

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Algo como esto (?) xD

Si se daban cuenta, seguir dando vueltas no era la solución. Pero regresar apenas iniciada la exploración sería decepcionar a la pobre Yami.

[DarkIke]

LA maestra Yami salio de agua y empezó a hablar.
- ¡Entonces nosotras iremos por esa colina! ¡Puede que se vea la playa desde allí arriba, sí, sí! - Al final se fue por la colina. - ¡Oh, si os perdéis u os veis en apuros, tranquilos, mis adorables! ¡Lanzad un hechizo al cielo, y nosotras os ayudaremos si estáis en problemas! ¡Pero cuidado, sólo si es necesario! ¡Estrujad vuestras mentes, intentad salir del lío vosotros, sí! - Eso me tranquilizo un poco pero no se si tranquilizó a mi compañero.

La selva era espesa con muchas flores y arboles grandes, tan grandes que no los alzaba con la vista, era sorprendente... pero, estábamos los 2 solos, en medio de esa inmensa selva, rodeados de peligro, y parecíamos perdidos o eso era lo que me decía el instinto.

Chico creo que nos hemos perdido, pero si volvemos la Maestra se enfadara... - Dije con un tono preocupado. _Aun no me has dicho como te llamas... bueno no pasa nada. Soy Ike aprendiz del Maestro Ronin ¿y tu? - Dije amablemente mientras estaba al tanto por si hubiera algún peligro cerca.

Mientras vigilaba espere su respuesta.

[Sheldon]

La Maestra Yami pareció vacilar unos instantes antes de abandonar a los chicos y dirigirse colina arriba. Los dos aprendices por su parte no perdieron ni un segundo mas y se adentraron en la selva. El joven Ike pareció bastante seguro de si mismo y se situaba delante de Enok, que con un aire preocupado caminaba de forma un tanto nerviosa. La vegetación de aquella enorme jungla era abismal y como suponieron los aprendices, de tonos mas bien verdosos. De vez en cuando unas motas de color desentonaban la escena con un aire un tanto jovial y divertido. La fauna era escasa aunque se podían oir gran variedad de piares asi como los crujidos minusculos que producian los diversos insectos. El paisaje a pesar de ser tan seductor resultaba bastante monótono y aburrido. Enok comenzaba a relajarse ridiculizando de algún modo aquel aire amenazador y sustituyendolo por una atmósfera relajante. Absorto en su propio mundo, Enok casi no escucho lo que su compañero Ike le acababa de decir.

— Eh...Pues...Tengo 17 años...Digo...Soy Enok...Osea, Yami...Si, esa es mi Maestra...supongo...Ah...Y deberiamos escalar uno de esos árboles...para ver mejor...creo

[EspeYuna]

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Nueva fecha límite: 29 de Agosto

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Si Ike y Sheldon decidían subir a los árboles —si es que los dos sabían trepar— podrían vislumbrar con mayor claridad los alrededores. A diferencia de la espesa selva que se extendía bajo sus pies, allí arriba se observaban algunos espacios abiertos, a lo lejos.

Si seguían todo recto, podían llegar a una especie de claro, rodeado de espeso bambú. A la derecha, se cernía más y más selva, pero se oía el fluido del agua... ¿una cascada? También tenían la opción de girar a la izquierda, pues, aunque fuese el camino más largo, conducía a... ¿eso era una bandera?

Podían elegir una sola opción, o separarse y explorar el doble para obtener más información.

[DarkIke]

El chico parecía ser muy tímido, pero por lo menos dijo su nombre y su edad,encima tubo una buena idea.

- Vaya, has tenido una buena idea, voy a subir este árbol para comprobar el estado de la selva, ¿quieres subir conmigo? - Dije con una sonrisas para que no tuviera miedo.

Si subía o no era su decisión pero yo alcancé la copa del árbol y podía vislumbrar casi toda la selva se podía oír a la izquierda como si hubiera una cascada o algo que contuviese agua, que seria un riachuelo algo por el estilo, a la derecha se podía ver más selva, encima había una bandera en mitad de ella, pero era un camino mas corto hacia donde la maestra nos dijo.

- Bien Enok, ¿que quieres hacer? Yo iré por donde se escucha el agua para conseguir mas información y así hacer bien mi parte del trabajo, pero si vamos juntos tenemos más posibilidades de defendernos mutuamente. - Dije mientras le miraba.

Solo quedaba ahora decidir y marchar.

[Sheldon]

Ike pareció captar la idea y decidió escalar el árbol, no sin antes invitar con una sincera sonrisa al joven Enok a subir juntos. Ike se adelantó y comenzó a escalar un gigantesco árbol que extendía sus ramas libremente, como acariciando la suave brisa que le golpeaba. Por otro lado, Enok escogió otro de los enormes árboles y empezó a ascender. El muchacho se sentía bastante ágil y rápido aunque tuvo que usar un doble salto de vez en cuando, ya que el tronco no ofreció apenas seguridad. Hubo un instante en el que un recuerdo le nubló la vista y casi cae al vacío. Dejay…Aquella colosal piedra casi los aplasta…Aquella tormenta…La espada. Sintió una aguda nostalgia de la chica. No la había vuelto a ver ni siquiera por los pasillos de Tierra de Partida.

— Bien Enok, ¿que quieres hacer? Yo iré por donde se escucha el agua para conseguir mas información y así hacer bien mi parte del trabajo, pero si vamos juntos tenemos más posibilidades de defendernos mutuamente. – Dijo Ike clavando una mirada interrogante en el aprendiz Enok, que dio un respingo y abandonó sus pensamientos.

— Iré contigo. — respondió Enok entre vacilaciones. Lo cierto era que aquel lugar era uno de los menos recomendables para separarse.

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Dos cosillas. Primero perdón por el retraso y segundo...ehmm...no quiero parecer enterado ni nada por el estilo pero...

Si Ike y Sheldon decidían subir a los árboles

Ya me ha pasado antes esto y nose...

[EspeYuna]

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Fecha límite: 7 de Septiembre

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Ike decidió seguir el sonido del agua, y Enok no dudó en ir tras él. Puede que en un principio el camino que cruzasen les resultara el más denso y difícil de todos, pues hubo tropiezos, se engancharon con varias lianas y ya dudaban de si realmente iban por el camino correcto o se habían vuelto a perder.

Pero tras atravesar un último manto de espesor verde, se encontraron ante un paisaje realmente bello. No era tan verde como antes, pues una hermosa cascada, que podía imponer por la fuerza con la que descendía el agua, decoraba maravillosamente el lugar. El frescor que se respiraba allí no era nada comparado con el calor que habían pasado surcando la selva. Era totalmente diferente. Incluso daban ganas de beber de ella, o de darse un baño incluso, ¡como no! El agua era igualmente bella, cristalina...

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Pero antes de poder decidir qué hacer, si decidían acercarse a beber o incluso darse un chapuzón antes de seguir explorando, un enorme animal apareció en la orilla, el cual se quedó sumamente quieto cuando se percató de la presencia de Ike y Enok. Si ambos conocían la existencia de seres con grandes orejas y una larga trompa que sustituía su nariz, sabrían llamarlo de la forma correcta: un elefante.

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Puede que no supiesen hablar el idioma de aquellos animales, pero los ojos de ese elefante mostraban, sin duda, miedo. No se esperaba encontrar a humanos en la selva, y menos en su cascada favorita, donde usualmente iba todas las mañanas a darse un baño.

¿Tendrían el valor para acercarse a tal gigantesco animal? También tenían la opción de explorar los alrededores, pero era difícil si al final el elefante resultaba ser agresivo.

[Sheldon]

Los dos jóvenes aprendices emprendieron lo que parecía el camino que llevaba al lugar del que provenía el sonido del fluir del agua. A simple vista, aquella elección parecía la más engorrosa, ya que la selva se cernía poco a poco conforme avanzaban. Mas de una vez Enok tropezó y cayó de bruces al suelo. Pensaba que aquel joven se reía un poco de su torpeza aunque no era así, ya que este parecía sufrir el mismo calvario que el rubio jovenzuelo.

No tardaron mucho en alcanzar el lugar del que provenía el murmullo del agua, un considerable paraje formado por un estanque suministrado por una bonita cascada. Un frescor golpeó el rostro de Enok. Eran diminutas gotitas cristalinas que salpicaban el rostro del joven. Este pasó su man sobre sus cabellos y frotó su ropa mientras caía al suelo agotado. Miraba de reojo a su compañero esperando alguna reacción por su parte. De pronto la enorme figura de lo que parecía un elefante se hizo presente en la explanada. El extraño animal de color pardo parecía asustado ante la presencia de los dos jóvenes. Enok se incorporó rápidamente y dio unos pasos atrás mirando aterrado al animal, que parecía querer escapar. Iba a resultar complicado explorar aquel entorno si el colosal elefante permanecía en él, por lo que lo mas sensato sería hacer que se alejara de aquel lugar. Aunque por otra parte podía servir de ayuda para orientarse en aquella selva. De cualquier modo, Enok se acercó lentamente, meditando cada paso que daba. Miraba fijamente al animal intentando que se calmara, cosa que sería difícil. Si el animal enfurecía siempre les restaba la opción de escapar. Con estos pensamientos, Enok se acercaba cada vez más al animal. Hacia una distancia que consideró bastante prudencial, el joven aprendiz extrajo un pequeño instrumento de madera del fondo de su bolsillo. Una ocarina. Los rosados labios del joven se posaron en la boquilla del instrumento y el sonido comenzó a fluir por todo su cuerpo. Tocaba una antigua tonadilla de aire melancólico que oyó cantar a su amiga Rosa. Terminó la composición y espero atentamente la reacción del extravagante animal. La música amansa a las fieras, dicen...

[EspeYuna]

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Fecha límite: 14 de Septiembre

La suave y relajante melodía que Enok entonó con su instrumento musical pareció calmar un poco al elefante, quien, curioso, se quedó quieto, escuchando atentamente.

Pero algo repentino sucedió. En el suelo, comenzaron a surgir unas criaturas, quizás pequeñas para el animal, pero que Enok e Ike conocerían y sabrían lo peligrosas que podían llegar a ser: los sincorazón.

Tres Sombras rodearon al elefante. Él estaba algo adormilado debido a la canción que había interpretado el joven aprendiz. Era una oportunidad perfecta para los sincorazón, para hacerse con el corazón de aquel pobre animal. Pero no estaban solas, pues de entre los árboles de alrededor apareció una especie de primate... poseía los mismos ojos que sus hermanas, las sombras.

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Era hora de que Ike y Enok demostraran lo que podían valer como aprendices de Yami y Ronin.

[DarkIke]

Mientras seguía Enok, nos paramos al ver a ese animal gigante, cual el empezó a tocar con su instrumento una melodía muy bonita, cual pareció que el animal gigante estaba asustado de repente se relajó al escuchar la música.

Vaya Enok tu música es realmente... relajante. - Pronuncié.

Mientras mi compañero tocaba nos íbamos acercando al animal, menos asustado, pero con su imponente altura, podíamos ver como se estaba relajando. Cuando sucedió algo mu desagradable, en un momento de descuido nos atraparan unos seres muy odiosos, los sincorazón.

Enok, tenemos visitas inesperadas, prepárate o manda una señal, tenemos que ayudar a este animal. - Anuncié con un tono tranquilo.

No teníamos mucho tiempo los sincorazón podrían echarse encima nuestro en cualquier momento.

Materialización de Arma! - Asocié esa habilidad mientras aparecía una llave-espada, preparándome para defender el inofensivo animal.

Tendríamos que luchar con valentía, si pudiésemos coordinarnos bien... seria un la mayor evidencia de demostrar de ser aprendices de la llave-espada.

[Sheldon]

Justo cuando Enok finalizó la melodía, una serie de extraños sonidos llegaron a los oídos de los jovenes. El enorme elefante, a pesar de aquellos ruidos parecía envuelto en un halo tras escuchar a Enok tocar su ocarina. Apenas unos segundos tras esos sonidos, un fuerte movimiento de ojos dio paso a la fatal visión de unos sincorazones. No eran muchos, aunque la simple forma de aquellos pequeños monstruos aterrorizaba al joven Enok. A un paso acelerado, tres sombras rodearon al gran elefante que seguía adormilado. Un cuarto sincorazón apareció de entre los árboles. Parecía un primate aunque se podía observar esas marcas oscuras que poseían los sincorazones. Marcas profundas e incoloras que conformaban una especie de coraza en los sincorazones.

Ike no tardo en reaccionar e invocar su llave espada. En posición decidida miró a Enok y buscó su ayuda. El rubio aprendiz permaneció parado ante aquellos seres. Parecía que con aquella mirada inexistente habían provocado un respingo en el joven. Sin embargo un susurro en los oídos del joven pareció despertarlo de su ensimismamiento; un susurro débil y lejano que ya antes había escuchado; quizá era un simple recuerdo materializado.

— Lo mejor será que ataquemos los dos juntos, Ike. Y por supuesto que no le den al elefante. — exclamó Enok en un exceso de confianza y mientras invocaba su arma.

[EspeYuna]

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Fecha límite: 19 de Septiembre
Como he dicho en la otra trama que llevo, el día 15 estaré de boda y puede que mañana tenga que preparar cosas. Por eso he decidido postear hoy en vez de la fecha asignada (día 14), como además ya habíais posteado, pues mejor adelantar =P

Si pensaban que los sincorazón iban a esperar a que ellos diesen el primer paso, estaban muy equivocados.

El primate saltó de los árboles y se acercó con furia hacia Enok, dándole un fuerte puñetazo en la barriga que, si bien recuperaba la respiración, lo tendría aturdido durante unos segundos.

Ike se libró del golpe, pero podía presenciar cómo las sombras se acercaban cada vez más al pobre elefante. Si no se daba prisa, sería el fin para el animal. Pero también debía tener cuidado con el primate, quien podía atacar de nuevo a su compañero.

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Tened en cuenta que si ya han aparecido los sincorazón, ¡no os quedéis pasmados! Puede que no os de tiempo a planear una estrategia en equipo al principio, ¡pero atacad al menos! XD