[Espacio Paranoico] Syntax Error

[Zodiark]

—Eh, eh, eh, eh, eh. Relajaos un momento, ¿queréis? No sé de que habláis de que os pinté la cara. Tengo cosas más importantes que hacer. Cambiarle los cereales a Lyn por comida de perro, por ejemplo. Eso es mil veces más divertido. En todo caso, preguntadle a Derhe, le envié temprano en la mañana para que hiciera unos cuantos encargos por mí.

—Ya, seguro que no has sido tú —comenté tras un suspiro.

—Y no, no pienso dejaros ir ahí abajo. donde está el "Vacío Digital", todo el que entra nunca vuelve. Se podría decir que es la "Papelera de Reciclaje" de la Red, es decir, acabaríais borrados y vuestros cuerpos reales nunca volverían, mucho menos vuestra consciencia. ¿Lo pillais? Si queréis bajar, allá vosotros. Pero no pienso dejar que Ronin me eche una bronca por vuestras imprudencias —explicó el maestro—. Y sí, estamos dentro del ordenador. Mejor dicho, dentro de todos los ordenadores. Esto es Internet, por así llamarlo... Bueno, es una especie de copia de otro programa raro, no sé como va el rollo ese. Yo no lo he programado.

Estaba bastante perdida, y la explicación de Akio no ayudaba. No acababa de entenderlo muy bien, pero sabía que, de alguna forma, habíamos entrado a otro mundo a través del ordenador.

—Normalmente no se puede acceder aquí salvo por ordenadores con ese escaner de luz roja de antes, pero algunas veces, los ordenadores normales como venganza si los usas mal pueden meterte aquí dentro. Hace poco vino aquí ese tonto Ivan Kit por culpa de hacer nosequé cosa con su ordenador. Creo que tenía un Tera de porno, o algo así he escuchado. Algún día le pediré que me lo pase todo a mi pen-drive privado

—¿Un Tera de qué? —pregunté confusa ante lo último que había dicho el joven maestro— ¿De qué hablas?

—Estamos yendo hacia... Bueno, si tenemos suerte y no habéis estropeado nada deberíamos ir a nuestra propia Rejilla de Juegos para probar un programa que Kazuki estuvo retocando hace poco para construír algo que por ahora es una sorpresa, podéis sentiros afortunados al ser los primeros en ver la fase de prueba. Ah, tranquilos, pequeños esclavos, no hay peligro alguno en nuestra Rejilla de Juegos privada.

—¿Rejilla de Juegos? —preguntó Nadhia—. Y dices que el Maestro Kazuki lo ha estado retocando...

—No sé si el hecho de que Kazuki haya tenido algo que ver con esto es bueno o malo... Pero, en cualquier caso, no creo que esto acabe bien —dije mientras miraba a mi alrededor.

Una especie de holograma apreció frente a nosotros de pronto, era como un cartel en el que se podía leer "Hangar de Simulación". El transporte siguió avanzando hasta que una brillante luz nos cegó a todos.

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Edito porque para variar la he liado con los colores xD

[Sombra]

El lugar en el que se encontraron tras el fogonazo de luz era enorme, tanto que el hogar de Fyk no tenía nada que envidiar.

El sitio tenía una pasarela sobre aquel Vacío Digital y la nave se había quedado parada en una especie de equivalente a un puerto marítimo. Aquel hangar tenía tonos azules y metálicos y aquellas luces de neón de un azul celeste cubrían el techo como si fuese un microchip lo que recorriese el techo.

—Supongo que hemos aparecido en unas coordenadas algo apartadas de nuestra Rejilla de Juegos. —comentó el Maestro—. A saber en donde estamos ahora... Lo mejor que podemos hacer es buscar una Terminal para poder transportarnos a otra zona o simplemente, para salir del mundo para pedirle ayuda a Kazuki, que es el que entiende de este tema.

>De todas maneras... ¿No sentís curiosidad por explorar un poco este lugar? Podemos explorarlo mientras buscamos una de las dichosas terminales.

Había un camino estrecho al fondo del hangar al que Akio se fue acercando.

—¡Venga, vamos! Os dejaré atrás si no moveis el culo.

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Fecha límite 18/10/12

[EspeYuna]

Fyk negó con la cabeza. Supongo que tampoco confiaba mucho en lo que hubiese "trasteado" por allí su Maestro.

—No sé si el hecho de que Kazuki haya tenido algo que ver con esto es bueno o malo... Pero, en cualquier caso, no creo que esto acabe bien —dijo Maya, mientras la luz cegadora nos envolvía a todos.

Sí. Definitivamente, aquello olía a problemas.

Quedé maravillada ante el paisaje que se nos mostraba, una vez que pude abrir los ojos de nuevo para contemplar lo que rodeaba la plataforma en la cuál viajábamos. De repente, nuestro medio de transporte frenó, parando en una especie de "puerto espacial", algo parecido a lo que aprendí de Espacio Profundo, el hogar de Fyk.

Mis ojos aún se estaban intentando acostumbrar a las luces de neón. Resultaba algo incómodo para la vista; habría deseado tener unas gafas especiales para la misión, pero tampoco es que tuviese mucho dinero. Y, además, quería ahorrar para algo en concreto.

—Supongo que hemos aparecido en unas coordenadas algo apartadas de nuestra Rejilla de Juegos —comentó Akio, expresando sus quejas sin preocuparse por los sentimientos de Fyk—. A saber en donde estamos ahora... Lo mejor que podemos hacer es buscar una Terminal para poder transportarnos a otra zona o simplemente, para salir del mundo para pedirle ayuda a Kazuki, que es el que entiende de este tema.

—Lo que tú quieras, Akio —dije, sabiendo que iría a donde él me mandase. Era mi Maestro, yo su aprendiz.

¡Maldición! Tengo que aprender a llamarle Maestro... pero es tan difícil...

—De todas maneras... ¿No sentís curiosidad por explorar un poco este lugar? Podemos explorarlo mientras buscamos una de las dichosas terminales.

Oh, oh...

—Eh, Akio... Maestro Akio. ¿Sabes si es seguro que podamos explorar esto sin meternos en problemas? —pregunté, algo insegura. Si el Vacío Digital resultaba ser un pozo donde podías llegar a desaparecer, a saber qué más peligros aguardaban dentro de un ordenador.

Pero, ¿cómo me iba a negar? "Lo que tú quieras Akio". Era mi Maestro. Y había dejado claro que sería fiel a sus decisiones y que le seguiría siempre. Aunque fuese para meterme en líos.

¿No era yo la que quería vivir aventuras? ¡Oh, vamos Nadhia!

Suspiré y seguí a Akio, no sin antes dirigirme a Fyk y a Maya.

—Chicos, yo voy con él. Es mi Maestro, al fin y al cabo —expresé a ambos. Esperaba que entendiesen que confiaba en él, a pesar de todo.

—¡Venga, vamos! Os dejaré atrás si no movéis el culo.

—¡Ya voy! —exclamé, corriendo hacia él. Antes de que Fyk o Maya nos alcanzaran, si es que decidían seguirnos o esperar en la plataforma, aproveché para intercambiar unas palabras con Akio— Akio, ¿alguna vez has estado aquí? ¿Hay posibilidades de que haya... sincorazón? Bueno, un mundo dentro de otro mundo... mmm...

No es que tuviese miedo de que apareciese el enemigo. Había vuelto a recuperar el valor que perdí en Bastión Hueco.

Sólo me resultaba curioso pensar que los sincorazón también pudiesen entrar en un ordenador. Y quería compartir mis dudas con mi Maestro.

Él había visto más que yo.

[Final Fan]

—Chicos, yo voy con él. Es mi Maestro, al fin y al cabo.

Miré a Maya y luego a Akio y Nadhia, que se comenzaban a alejar de la nave que acabábamos de abandonar.

—¡Venga, vamos! Os dejaré atrás si no movéis el culo.

Me encogí de hombros y seguí al Maestro. Quedarnos quietos allí no iba a solucionar nada, al fin y al cabo. Explorar el mundo y encontrar aquella terminal eran dos tareas ligadas completamente.

[Zodiark]

Tras el intenso destello, llegamos a un lugar enorme, iluminado por unas preciosas luces azuladas, aunque pasó un rato hasta que mi vista se acostumbró a ellas.

—Supongo que hemos aparecido en unas coordenadas algo apartadas de nuestra Rejilla de Juegos. A saber en donde estamos ahora... Lo mejor que podemos hacer es buscar una Terminal para poder transportarnos a otra zona o simplemente, para salir del mundo para pedirle ayuda a Kazuki, que es el que entiende de este tema.

—Lo que tú quieras, Akio.

—¿Tenemos que salir? Jo, ahora que me había acostumbrado a llevar esto puesto —comenté en broma mientras observaba mi nuevo atuendo una vez más.

—De todas maneras... ¿No sentís curiosidad por explorar un poco este lugar? Podemos explorarlo mientras buscamos una de las dichosas terminales. —propuso Akio.

—Eh, Akio... Maestro Akio. ¿Sabes si es seguro que podamos explorar esto sin meternos en problemas?

—Bueno, de todas formas vamos a tener que ir a buscar el terminal ese, y no creo que éste —dije señalando a Akio de forma un tanto despectiva— sea capaz de encontrarlo de buenas a primeras.

Al fin y al cabo, nos íbamos a ver obligados a adentrarnos en aquel lugar sí o sí, así que, aunque fuera propuesta de Akio, no estaba de más explorar un poco aquel intrigante mundo.

—Me pregunto si estamos solos... —pensé en voz alta cuando se me pasó la idea de que alguien pudiera estar habitando aquel lugar— No, no creo que éste sea un lugar habitable —comenté con una disimulada risita.

—¡Venga, vamos! Os dejaré atrás si no movéis el culo.

—¡Ya voy! —exclamó Nadhia mientras echaba a correr hacia su maestro.

—¡Vamos, Fyk! —dije mientras arrancaba a correr yo también después de que Nadhia llegara con Akio.

[Sombra]

El maestro empezó a caminar hacia la salida, llegando a un pasillo que se iba haciendo más ancho poco a poco. Todo aquel pasillo negro estaba cubierto por finas líneas blancas luminosas que se cruzaban creando pequeños cuadros que acababan en una sala circular con varios caminos. El Maestro se metió hacia la izquierda, donde verían una amplia sala con una pantalla similar a las de los cines.

—¡Qué guay! —exclamó el Maestro ante aquella vista. Tras aquello, miró a Nadhia con una expresión llena de chulería y confianza—. Dulce e inocente Nadhia...¿Dónde está ese lado aventurero que decías que tenías cuando te recogí en aquel vertedero? —empezó a decir el Maestro—. ¿Sabes por qué tengo el título de Maestro? Porque soy fuerte. Estando conmigo no corréis ningún peligro. ¿De verdad no confiáis en mí? ¡Soy fuerte!

ALERTA, CUERPOS EXTRAÑOS DETECTADOS, ALERTA

—¡Venga ya! ¿No veis que me había quedado la frase convincente? —pataleó Akio indignado al ver que un grupo de... ¿personas? Vestidas con un uniforme gris, con franjas rojas y con un casco incluido se acercaban en formación.

Eran un total de seis, pero todos portaban lanzas y no parecían débiles.

El primero de ellos se acercó un par de pasos quedando en frente del grupo.

—Identificación.

—¡Soy el Gran Maestro Akio! ¡Rey del Paintball! —dijo hinchando su pecho a la par que se daba unos golpecitos mientras deleitaba a aquel ejército una sonrisa de superioridad.

—Identificación no valida. Captura en curso.

Los seis avanzaron de forma organizada hacia el grupo. Daba igual que se resistieran. Unos anillos de energía de color rojo rodearon sus cuerpos como si fuesen fuertes cuerdas, no podían moverse lo suficiente como para invocar sus llaves espadas o algún semejante.

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Son estos tipiños tan majos.

Solo Akio pudo librarse al esquivar aquel anillo de luz que uno de los soldados había mandado a través de su lanza.

—Nivel de peligro alto. Su captura es imposible en este momento. Poniendo en cuarentena a la "Amenaza externa".

Alrededor del maestro surgió una barrera, similar a la que Fyk y Nadhia habían visto en Coliseo del Olimpo. El maestro golpeó furioso la pared invisible haciendo que unas ondas recorriesen aquella superficie.

—¡Eso es trampa! —fue lo último que escucharon decir al Maestro Akio antes de que los tres aprendices fuesen obligados a caminar en dirección a un destino impredecible.

Los tres fueron obligados a caminar por varios pasillos, pasaron por elevadores y una pasarela que flotaba sobre el Vacío Digital, incluso atravesaron aquel vacío montados sobre una diminuta plataforma flotante de aspecto poco seguro.

Finalmente... fueron liberados en una habitación, abandonados allí; a su suerte.

Al menos habían aprendido una lección, "nunca confíes en Akio"

Había una ventana desde la que se veía el Vacío Digital abajo, y lejanas formaciones similares a ciudades en la distancia. La puerta por la que habían entrado estaba completamente cerrada, incluso si intentaban abrirla a golpes o usando la propia llave espada con su función "ábrelo todo" no funcionaría ya que no había ninguna cerradura que abrir.

Tan solo había una cosa; una especie de ordenador amarillo que permanecía apagado.

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Fecha límite 25-10-12

[EspeYuna]

Los tres seguimos a Akio hasta una amplia sala que destacaba por estar decorada con una gigantesca pantalla. El joven Maestro mostró su entusiasmo, aunque no tardó en expresar sus aires de confianza. Me encogí de hombros en cuanto me preguntó por mi lado aventurero. Pero sus últimas palabras me hicieron pensar. Y el cómo repitió dos veces que era fuerte.

—Confío en ti, Akio, ¿por qué iba a no hacerl...? —mi pregunta fue interrumpida por una voz, grave y que sonaba a nuestro alrededor.

ALERTA, CUERPOS EXTRAÑOS DETECTADOS, ALERTA

—¡Venga ya! ¿No veis que me había quedado la frase convincente? —pataleó Akio. Frente a nosotros, aparecieron un total de seis... ¿soldados? No parecían sincorazón, sino humanos vestidos de rojo, unos trajes parecidos a los nuestros y... portaban lanzas.

Oh, oh.

Me puse en guardia, aun sin invocar a Ángel, pero no me faltaban ganas. El primero de ellos se acercó unos pasos.

—Identificación.

—¡Soy el Gran Maestro Akio! ¡Rey del Paintball! —exclamó Akio, mostrando su orgullo. Sin embargo, haberse presentado de esa forma nos había metido en un buen lío.

—Identificación no valida. Captura en curso.

Los seis vinieron a por nosotros. Iba a invocar mi Llave-Espada cuando un extraño anillo de luz que me atrapó, como si de una cuerda se tratase. Intenté forcejear, pero era inútil. No era capaz de llamar a Ángel, cayendo al suelo por perder el equilibrio.

—¡Argh! ¡Maldición!

En ese momento me di cuenta que Akio había esquivado el ataque, a diferencia que Fyk y Maya, que se encontraban en mi misma situación. Sin embargo, no tardó en ser "capturado", mediante una barrera de luz que tanto yo y Fyk reconoceríamos por nuestras aventuras vividas en Espacio Profundo. El pequeño demonio pateó la barrera, muy enfadado.

—¡Eso es trampa! —fue lo último que escuchamos de él. Fuimos obligados por los "soldados" a seguirles. ¿Íbamos a separarnos de Akio?

Aquello no podía ser bueno.

*****

Fuimos abandonados en una habitación, una especie de celda. Abajo podíamos ver el Vacío Digital del que nos había hablado Akio, y a lo lejos se podía divisar aquellos bellos edificios luminosos. Invoqué a Ángel para intentar abrir la puerta y escapar, pero no había cerradura alguna.

Un pequeño ordenador decoraba la habitación. Sin embargo, yo no era quien para fisgonear en él. No entendía de esas tecnologías y prefería no intentarlo.

Estuve dando vueltas en la habitación, sin saber qué decirle a Fyk y a Maya. Lo que estaba claro es que tenía que ir en busca de Akio.

—C-chicos, siento todo esto —dije, avergonzada por el comportamiento de Akio—. Siento que a veces Akio sea tan impulsivo, cabezota.. en fin.. no sé ni por qué le defiendo.

Me apoyé contra una pared y, tragándome mis propias palabras, dejé que mi espalda se deslizase por ella hasta que acabé sentada en el suelo, recordando ciertos acontecimientos.

—Akio.. es fuerte —declaré a Fyk y a Maya, pensativa—. Si no ha usado su poder, es porque no lo ve necesario. No corremos peligro extremo, al menos eso creo. Porque.. él me salvó la vida.

Miré a Fyk. Era el momento de que le contase lo ocurrido en las Islas.

—Ragun podría haberme matado si no fuese por Akio. Le debo la vida.

Podrían notar cómo se me cambió la cara en unos instantes. Todavía me costaba asimilar que Ragun hubiese intentado acabar conmigo.

—Fui en su busca, e intenté traerle de vuelta. Eso es todo —le dije a Fyk, quien seguramente estaría buscando una explicación a lo sucedido.

Permanecí en silencio, mirando al techo. Todo había cambiado. Lo sabía, pero... aún me costaba convencerme a mí misma que Ragun ahora era mi enemigo.

¿Pero qué estaba haciendo?

—Fyk, ¿crees que podrías entender algo en ese ordenador? Quizás podamos encontrar alguna pista sobre cómo salir de aquí —le pregunté, intentando cambiar de tema.

No quería volver a verme débil a los ojos de los demás.

[Final Fan]

ALERTA, CUERPOS EXTRAÑOS DETECTADOS, ALERTA

Por mucho que Akio intentase parecer el dueño de la situación, parecía que no todo iba a salir a pedir de boca a fin de cuentas. Poco después de que la ruidosa alarma comenzase a sonar llegaron lo que parecían ser las fuerzas de la Ley de aquel mundo.

—Identificación —pidió uno de ellos.

—¡Soy el Gran Maestro Akio! ¡Rey del Paintball!

"Así no vamos a llegar a ningún sitio, Akio", pensé, bastante acertadamente teniendo en cuenta lo que determinaron después los guardas. Suspiré por lo incómodo de la situación. Si nos íbamos de allí de inmediato nos dejarían en paz...

—Identificación no válida. Captura en curso.

—¿¡Captura!? —exclamé, conmocionado.

Oí maldecir a Nadhia cuando aquellos hombres nos aprehendían utilizando unos extraños utensilios electrónicos. Nos paralizaron al momento y bloquearon todos nuestros movimientos... excepto los del Maestro Akio. El atisbo de esperanza que se había dibujado por la libertad de Akio se borró rápidamente cuando fue rodeado de una barrera que era, al parecer, impenetrable incluso para él.

—¡Eso es trampa! —gritó, golpeando la invisible aunque sólida superficie mientras los guardas nos dirigían a la fuerza hacia a saber dónde.

* * *

—"¡Soy el gran Akio! ¡Oh, alabad al rey de los diablos! ¡No hay nada que temer conmigo al cargo!"

Me encontraba sentado contra la pared de la celda en la que nos habían encerrado hacía ya unos cuantos minutos. Golpeaba la cabeza rítmicamente contra la dura superficie, entretenido por el ruido que hacía el casco cibernético al chocar contra ella. No había mucho que hacer allí aparte de despotricar contra Akio.

—C-chicos, siento todo esto —se disculpó Nadhia, sin motivo a mi parecer—. Siento que a veces Akio sea tan impulsivo, cabezota.. en fin.. no sé ni por qué le defiendo.

—Será porque la cara de buenazo que tiene. Como esta —me burlé, haciendo una grotesca mueca con la cara deformándola con las manos.

Me quedé un rato mirando a Nadhia con ella y luego pasé a Maya, cambiándola un poco recolocando las manos en un "alarde de originalidad". Se suponía que la situación en la que estábamos era bastante peliaguda, pero estaba aprendiendo a intentar que no me afectase tanto todo lo que me sucedía. Preocuparse tanto no puede ser bueno para la salud.

—¿Sabes qué, Maya? Aunque no lo parezca creo que tenemos suerte de tener a Kazuki como Maestro —bromeé.

—Akio.. es fuerte —continuó Nadhia. Pensaba que ya había acabado—. Si no ha usado su poder, es porque no lo ve necesario. No corremos peligro extremo, al menos eso creo.

—Eso es verdad —concedí, convencido por aquel argumento.

—Porque.. él me salvó la vida.

Miré confuso a Nadhia. ¿A qué se refería? ¿Quizás de algo referente a la primera vez que se encontró con su Maestro? Me di cuenta entonces de que nunca le había preguntado cómo era su vida antes de llegar a ser aprendiza... Nuestro "pasado" no solía surgir como tema de conversación muy a menudo, al menos en las que yo participaba con mis compañeros de Tierra de Partida. Los únicos cuya historia conocía mínimamente eran Ragun y Saxor... y ninguno de los dos estaba ya con nosotros.

—¿En Villa Crepúsculo, quieres decir? ¿Tu mundo de origen?

Nadhia tardó un rato en responder.

—Ragun podría haberme matado si no fuese por Akio. Le debo la vida.

¿Ragun? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Qué había ocurrido? Había pasado tan poco tiempo desde la secesión de los aprendices que se unieron a Bastión Hueco y aquellos dos ya habían tenido un encontronazo en toda regla. ¿Y con sus vidas en juego? ¿Qué se proponía Ragun? ¿Cómo podía haberse puesto en nuestra contra tan fácilmente? ¿Cómo podía haberlo hecho cuando yo era el que había insistido en que todos seguíamos siendo compañeros? ¿Cómo podía seguir sosteniéndose aquella afirmación ahora que había ocurrido algo como aquello? No, no podía ser así. Si lo que decía Nadhia era cierto todo en lo que había intentado creer con todas mis fuerzas desde aquel día se vendrían abajo. No podía ser verdad.

—¡No! —exclamé con los ojos muy abiertos. Me di cuenta de que me había puesto de pie sin darme cuenta.

—Fui en su busca, e intenté traerle de vuelta. Eso es todo —añadió Nadhia, serenamente.

"¿Eso es todo?"

—¿¡Eso es todo!? —exclamé, indignado—. ¡¡No, eso no es todo!! ¡Aquél no podía ser Ragun! ¡Ni siquiera ha pasado un mes desde que nos separamos y dices que ya ha intentado matarte! ¡¿Cómo esperas que eso "sea todo"?!

Me di la vuelta para apartar la vista de Nadhia en cuanto noté que se me comenzaban a humedecer los ojos. Hacía tiempo que no lloraba. Hacía tiempo que no se lo tenía que ocultar a nadie.

—Fyk, ¿crees que podrías entender algo en ese ordenador? Quizás podamos encontrar alguna pista sobre cómo salir de aquí —preguntó Nadhia tras un silencio que a mí me pareció cortísimo.

No le volví a mirar a la cara, por si acaso mi expresión seguía mostrando desasosiego sin que yo me diese cuenta. Di unos cuantos pasos hacia el ordenador e intenté perderme en sus teclas, olvidando todo lo que Nadhia acababa decir. Todas las mentiras que acababa de decir.

Casi podía oír los gemidos de Rubí.

[Zodiark]

Caminando un rato, Akio acabó guiándonos hacia una sala en la que había una especie de pantalla gigante.

—¡Qué guay! Dulce e inocente Nadhia...¿Dónde está ese lado aventurero que decías que tenías cuando te recogí en aquel vertedero? Sabes por qué tengo el título de Maestro? Porque soy fuerte. Estando conmigo no corréis ningún peligro. ¿De verdad no confiáis en mí? ¡Soy fuerte!

—¿Vas a cerrar tu enorme bocaza a algún día o...

ALERTA, CUERPOS EXTRAÑOS DETECTADOS, ALERTA

—¡¿Qué narices pasa?! —exclamé agitada al ver que unos seres con casco y un traje gris con franjas rojas se acercaban de forma bastante intimidante.

—¡Venga ya! ¿No veis que me había quedado la frase convincente?

—Identificación.

—¡Soy el Gran Maestro Akio! ¡Rey del Paintball! —dijo orgullasemente el maestro, ante lo cual sólo pude llevarme una mano a la cara.

—Identificación no valida. Captura en curso.

—¿¡Captura!? —exclamó Fyk.

Antes de que pudiéramos siquiera reaccionar, los seis tipos se acercaron más y nos atraparon con unos extraños aros rojos. Tan sólo Akio fue capaz de escapar de ellos.

—Nivel de peligro alto. Su captura es imposible en este momento. Poniendo en cuarentena a la "Amenaza externa".

—¡Eso es trampa! —exclamó Akio tras ser encerrado en una especie de barrera.

—Bravo, "Rey del Paintball" —dije en tono irónico mientras los que nos acababan de capturar nos obligaban a caminar hacia quién sabe dónde.

¿Qué iba a ser de nosotros? ¿Adónde nos estaban llevando? ¿Íbamos a ser ejecutados o algo quizá peor?

Después de un rato de trayecto, los tres fuimos encerrados en una habitación con una ventana desde la que se veía el vacío digital.

* * *

Mientras Fyk estaba sentado, apoyado en la pared, y Nadhia daba vueltas por la habitación, yo hacía el pino apoyándome en una de las paredes para pasar el rato. No es que la situación me diera igual, pero estando con Akio... ya sabía que no íbamos a acabar bien.

—Me pregunto si esos tipos nos darán de comer —comenté con las manos apoyadas en el suelo y los pies en la pared.

—"¡Soy el gran Akio! ¡Oh, alabad al rey de los diablos! ¡No hay nada que temer conmigo al cargo!" —imitó Fyk al maestro en tono burlón.

—"Oye, brujita, si te maquillas así no conseguirás ligar conmigo, blablabla." Blegh.

—C-chicos, siento todo esto —se disculpó Nadhia—. Siento que a veces Akio sea tan impulsivo, cabezota.. en fin.. no sé ni por qué le defiendo.

—Déjalo, no hace falta que te disculpes, sabemos cómo es Akio.

—Será porque la cara de buenazo que tiene. Como esta —se burló Fyk haciendo una mueca con sus manos.

Después de mirar a Nadhia, cambió un poco su mueca y se me quedó mirando a mí. El hecho de verle al revés y además con esa graciosa expresión hizo que echara a reír tanto que cayera al suelo de bruces, pero el ataque de risa era tan fuerte que me dio totalmente igual.

—¡Es clavado! —exclamé entre carcajadas y lágrimas mientras me retorcía en el suelo.

—¿Sabes qué, Maya? Aunque no lo parezca creo que tenemos suerte de tener a Kazuki como Maestro —dijo Fyk bromeando.

—Sí, la verdad es que si me dieran a elegir... —respondí mientras me recuperaba del ataque de risa y me secaba las lágrimas.

—Akio.. es fuerte. Si no ha usado su poder, es porque no lo ve necesario. No corremos peligro extremo, al menos eso creo. —dijo Nadhia mientras yo me sentaba en el suelo junto a Fyk.

—Eso es verdad.

—Porque.. él me salvó la vida.

—¿En Villa Crepúsculo, quieres decir? ¿Tu mundo de origen?

—Ragun podría haberme matado si no fuese por Akio. Le debo la vida.

Ragun... Aquel nombre seguía dándome escalofríos por muchas veces que lo escuchase.

—¡No! —exclamó Fyk poniéndose de pie.

—Fui en su busca, e intenté traerle de vuelta. Eso es todo.

Observé en silencio la conversación entre Fyk y Nadhia sobre Ragun. Estaba demasiado sorprendida como para decir algo. Ragun, alguien que en su día fue uno de los nuestros, ¿había intentado asesinar a uno de los que en su momento fue su compañero? Es más... ¿a alguien que llegó a ser su amigo? Todo aquello era más serio de lo que yo pensaba.

—¿¡Eso es todo!? —exclamó Fyk—. ¡¡No, eso no es todo!! ¡Aquél no podía ser Ragun! ¡Ni siquiera ha pasado un mes desde que nos separamos y dices que ya ha intentado matarte! ¡¿Cómo esperas que eso "sea todo"?!

Fyk se giró para apartar su vista de Nadhia y, tras un incómodo silencio, me levanté para acercarme a él y animarle, pero entonces Nadhia se dirigió hacia el pequeño.

—Fyk, ¿crees que podrías entender algo en ese ordenador? Quizás podamos encontrar alguna pista sobre cómo salir de aquí

Fyk no respondió, ni siquiera se giró. Simplemente, caminó hacia el ordenador y comenzó a teclear. Dirigí mi mirada entonces hacia Nadhia y después me quedé mirando al suelo. Después de todo, Ragun había sido su amigo. Tenía que ser muy duro para ellos.

[Sombra]

En la pequeña sala, todos estaban incómodos ante la información que Nadhia había dicho sobre su antiguo compañero y amigo. Fyk no quería creer sus palabras y Maya no quería ver sufrir a su buen amigo azulado. Aquello había causado algo de mal estar, pero aún así...

El pequeño alienígena se acercó al ordenador y empezó a teclear en este. Un menú apareció entonces con varias cosas, sin embargo, la mayoría de opciones estaban bloqueadas... Por no decir todas. Todas... Menos una.

>Rejilla de Juegos

Si no le daban a aquella opción, el tiempo simplemente pasaría. Nadie vendría a darles de comer ni de beber, tampoco era posible romper algo para escapar. Estarían allí encerrados hasta que muriesen de hambre (ya que, aunque fuesen programas en aquel momento seguían siendo humanos en el mundo real) o simplemente se desesperasen.

Si le daban una luz de escáner similar a la que les había llevado a aquel mundo aparecería sobre ellos haciendo que reapareciesen en un lugar completamente diferente.

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Antes no subí esta imagen. Se supone que es lo que veis mientras sois teletransportados/digitalizados.

Aquel lugar estaba completamente vacío. Era una extensión completamente llana, de varios kilómetros cuadrados rodeados por unos altísimos muros con diferentes números y símbolos matemáticos que quizás carecían de significado para ellos.

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En frente de los tres, un hombre que llevaba uno de aquellos ajustados trajes grisáceos con franjas rojas en forma de chips apareció de la nada entre formas geométricas que le dieron forma. Aquella persona no se movió del sitio, solo les miró unos instantes. Por algún motivo, parecía distinto a los que habían capturado al grupo... Parecía más peligroso...

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—¡Vosotros! —llamó con voz arrogante, como si fuese un comandante hablando con uno de sus soldados—. El PCM os ha marcado como Programas Extraños, no tenéis Discos de Identificación y uno de vosotros ha sido marcado como Amenaza. Participaréis en Los Juegos. Si no los superáis seréis Desintegrados.

Tras eso, desapareció de la misma manera que había hecho acto de presencia dejándoles solos en aquel basto lugar...

Pero no estaban solos como podrían haberse creído... Justo encima de ellos apareció un sincorazón y al caer al suelo estuvo a punto de aplastar a Fyk, el cual pudo reaccionar a tiempo gracias a su velocidad y tiempo de reacción.

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Era más grande que ellos de colores vivos y con un emblema que los aprendices conocían muy bien. Aquella cosa estaba compuesta por una parte central grande y unas patas redondeadas delgadas. Los colores de aquella monstruosidad eran negros y púrpuras... Pero aquel no fue el único sincorazón que apareció.


En la lejanía, cinco sincorazón más, en este caso rojo y negros con apariencia de moto se acercaban peligrosamente. Eran más rápidos que los tres, pero todavía no llegarían en al menos un minuto. ¿Tendrían tiempo para eliminar al Devastador antes de que llegasen los otros cinco?

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Siento el tamaño mierder de las fotos

El sincorazón de apariencia peligrosa hizo que algo empezase a girar enfrente suya a gran velocidad cargando una luz que no parecía ser nada bueno para los Aprendices.

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Fecha límite 31/10/12

[EspeYuna]

¿¡Eso es todo!? ¡¡No, eso no es todo!! ¡Aquél no podía ser Ragun! ¡Ni siquiera ha pasado un mes desde que nos separamos y dices que ya ha intentado matarte! ¡¿Cómo esperas que eso "sea todo"?!

—Fyk, yo.. —antes de que pudiese explicarle más acerca del suceso acontecido en las Islas, el pequeño azulado había comenzado a teclear en el ordenador.

Pensé que sólo estaría allí de pleno decorado, que no funcionaría, pero la realidad fue distinta cuando mi compañero encontró una opción que no estaba bloqueada, como la mayoría:

>Rejilla de Juegos

—"Juegos" —mencioné, mirando a Fyk y a Maya. Aquello me olía mal. Pero, ¿qué otra cosa nos quedaba? Era imposible salir de aquel lugar. Y si teníamos opciones.. aunque fuese la única sospechosa e intuitivamente peligrosa —. Me parece que no tenemos otra opción, Fyk.

Preparada para lo que pudiese pasar, pasé mi mano por el hombro de Fyk, esperando a que pulsase el botón. Una vez lo hiciese, volvimos a experimentar aquella descomposición de nuestros cuerpos, una especie de teletransporte.

Nuestra celda fue sustituida por un extenso terreno, vacío en apariencia. A lo lejos parecía estar rodeado de enormes muros. Extraños símbolos y números los decoraban. No me sorprendí, pues estábamos dentro de un ordenador. Aunque sí que sentí curiosidad por saber cuál podría ser su significado y su función.. ¿en qué parte del aparato nos encontraríamos?

Pero, como había intuido, no estábamos solos. Un hombre apareció de la nada, con un traje muy parecido a los de aquellos soldados que nos habían apresado, de color rojo. Nos miró durante unos instantes, pero supe desde el primer momento que no era un soldado como los demás. Debía ser, lo que se llama, un capitán o general, a lo sumo.

—¡Vosotros! —exclamó con arrogancia—. El PCM os ha marcado como Programas Extraños, no tenéis Discos de Identificación y uno de vosotros ha sido marcado como Amenaza. Participaréis en Los Juegos. Si no los superáis seréis Desintegrados.

—¿¡Dónde está Akio!? Quiero decir.. ¡la Amenaza! ¿¡Dónde está!?

Tras aquello, desapareció, ignorando por completo mi pregunta. ¿Juegos? ¿Discos de identificación? ¿¡Desintegrados!?

Una sombra enorme apareció bajo nuestros pies. Conseguimos reaccionar a tiempo, sobretodo el pobre Fyk, quien hubiese sido aplastado por ese...

—¡Sincorazón! —grité, invocando mi Llave-Espada.

Era enorme, de colores muy vivos y cuyo emblema lo reconocería en cualquier parte. Es más, como aprendiz y portadora de la Llave-Espada, sería considerado un insulto no saberlo. Los sincorazón no hechos de pura oscuridad, aquellos que nacían de la oscuridad de nuestros corazones, presentaban dicho marca en su "cuerpo" como identidad.

Un ruido a lo lejos me puso en alerta. Uno, dos... hasta cinco nuevos sincorazón, de color rojo intenso y no poseían patas para moverse, sino una especie de neumático, como los de las motos. Sabía de su existencia por algunos extranjeros de la Villa, mensajeros de otras "ciudades"..

El sincorazón que se encontraba a escasos metros nuestros empezó a girar, veloz, cargando una especie de luz. Reaccioné, lanzando un Perla contra él. Seguidamente, dirigí a Ángel hacia los que se aproximaban velozmente hacia nosotros.

—¡Piro! —exclamé. Empleé la mejor puntería posible, intentando dar con el hechizo a alguno de nuestros enemigos, quizás a dos. O, simplemente, reducir su velocidad para ganar tiempo.

[Final Fan]

Tan solo encontré una opción desbloqueada entre el batiburrillo de ventanas que se abrían en la terminal. Tantas alternativas inaccesibles... no podía evitar pensar que si hubiese llegado a aprender Programación de Sistemas en la escuela podría llegar a hacer algo para lograr acceso al resto de opciones.

Pero por ahora, una:

==>Rejilla de Juegos

—"Juegos" —leyó Nadhia, acercándose a mí—. Me parece que no tenemos otra opción, Fyk.

Quise llevarle la contraria. No tenía una razón concreta... sólo estaba enfadado con ella. Quise decirle que no, que podía hacer algo para sacarnos de allí sin tener que seguir el camino que nos marcaba a saber quién. Pero no pude. Cedí con un suspiro y asentí, pulsando la última combinación de teclas antes de que el destino se seleccionase y nuestros cuerpos se comenzasen a desintegrar de una forma que ya nos empezaba a resultar familiar.

* * *

—¡Vosotros!

Una voz nos llamó la atención en medio de donde fuese que habíamos ido a parar. Se trataba de una amplia (amplísima) llanura, aunque era bastante extraño comparar aquel sitio con un ecosistema del "mundo real". El suelo era completamente liso, abarcado en su totalidad por una enorme cuadrícula delimitada por paredes que parecían estar a kilómetros de distancia. Quien nos había hablado había aparecido en un abrir y cerrar de ojos delante de nosotros. El teletransporte era una capacidad a tener en cuenta.

—El PCM os ha marcado como Programas Extraños, no tenéis Discos de Identificación y uno de vosotros ha sido marcado como Amenaza. Participaréis en Los Juegos. Si no los superáis seréis Desintegrados —advirtió.

—¿¡Dónde está Akio!? Quiero decir.. ¡la Amenaza! ¿¡Dónde está!?

Nadhia quiso sonsacarle información al sujeto, aunque sus intentos fueron infructuosos. Estuve atento por si al final decía algo, pero un extraño presentimiento me hizo ponerme en guardia.

—Uy, uy.

Me aparté con un oportuno salto hacia un lado. Algo había aparecido encima de mí y no me había hecho puré por los pelos.

—¡Sincorazón!

¿Incluso allí? ¿Dentro de un ordenador? ¿Cómo era posible que aquellas criaturas apareciesen en un entorno de datos? Era cierto que había leído sobre mundos dentro de otros mundos, pero... ¡aquello era un sistema informático! ¡Ya me costaba bastante considerarlo un mundo hecho y derecho!

Más sincorazón comenzaron a aparecer mientras mis compañeras y yo nos poníamos en guardia. Busqué el escudete que me había colgado a la espalda antes de proceder a encontrarme con Akio aquella mañana. Se ajustaba muy bien a mi mano, así que podía utilizarlo como puño para desviar los ataques directos de mis enemigos. Cuando me quise dar cuenta, aquella mole violeta ya estaba acompañada por cinco esbirros motorizados ribeteados de color carmesí brillante.

—Esto no es bueno —pensé en alto, y con razón a mi parecer.

No creo que estuviese exagerando al pensar que nunca me había encontrado con una horda de sincorazón tan desafiante como aquella. Aunque, pensándolo mejor, ni siquiera sabía si los estaba juzgando sólo por sus apariencias. Decidí salir de dudas y concentrar parte de mi poder mágico en los ojos para observar mejor sus características con Libra. Entonces, alcé una mano al "cielo" mientras Nadhia conjuraba su serie de hechizos y le pedí ayuda a los astros.

—¡Buena Estrella!

[Zodiark]

Después de que Fyk toqueteara un poco el ordenador, apareció en la pantalla una especia de menú con varias opciones, aunque todas estaban bloqueadas. Todas menos una.

—"Juegos" —dijo Nadhia mientras se acercaba a Fyk—. Me parece que no tenemos otra opción, Fyk.

—¿"Juegos"? ¿Qué... qué clase de juegos? —comenté yo acercándome también al ordenador.

Fyk comenzó a teclear de nuevo para seleccionar aquella opción, "Rejilla de juegos". No sabía a qué clase de "juegos" se podía referir aquel aparato, pero estaba preparada para cualquier cosa.

Finalmente, los tres volvimos a descomponernos...

* * *

El sitio en el que aparecimos era impresionantemente amplio y llano. Miré a mi alrededor intentando buscar algo que se saliera de lo normal, pero sólo podía ver cómo el terreno se extendía más y más por todas partes. Delante de nosotros había un ¿hombre?

—¡Vosotros! —exclamó—. El PCM os ha marcado como Programas Extraños, no tenéis Discos de Identificación y uno de vosotros ha sido marcado como Amenaza. Participaréis en Los Juegos. Si no los superáis seréis Desintegrados.

—¿¡Dónde está Akio!? Quiero decir.. ¡la Amenaza! ¿¡Dónde está!?

—¡¿Y qué demonios son "Los Juegos"?!

El hombre desapareció, y encima de nosotros apareció un monstruo.

—¡Sincorazón!

—¡Maldición, aquí también hay!

Pero aquello no acababa allí. Además de aquel Sincorazón, otros cinco aparecieron en la lejanía, acercándose hacia nosotros a toda velocidad.

—Esto no es bueno.

Tanto Fyk como Nadhia comenzaron a prepararse para el combate. Yo también tenía que hacer algo, así que, mientras los demás utilizaban sus conjuros, realicé Aero sobre mí misma y materialicé mi Llave Espada. Como todavía no tenía ningún hechizo ofensivo, decidí esperar para poder encontrar algún momento en el que atacar físicamente al enemigo, que se encontraba girando sobre sí mismo, o utilizar mis habilidades curativas sobre mis compañeros. Después de todo, ellos tenían más experiencia luchando y eran más fuertes que yo, así que por el momento poca cosa podía hacer.

[Sombra]

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Buena Estrella sube la Resistencia, Combate Cuerpo a Cuerpo y Fuerza en +1 durante 3 turnos a todos los Aliados.

Fyk, siendo el más rápido del grupo fue el primero en reaccionar lanzando Buena Estrella sobre sus camaradas usando a su vez una Libra que utilizó para ver los datos de uno de aquellos monstruos que estaban dispuestos a arrebatar sus corazones y hundirlos en la Oscuridad .

El hechizo Perla de Nadhia dio de lleno en la criatura que estaba cargando su ataque en el momento justo provocando así que aquella ofensiva se viese desviada por la potencia mágica de la joven. El rayo de luz salió hacia arriba perdiéndose en el cielo digital sin hacer daños entre los Aprendices de Tierra de Partida. Su última acción, el Piro sin embargo no acabó tan bien como pensaba. A pesar de tener muy buena puntería, aquellas bestias motorizadas eran muy rápidas y ágiles por lo que aún encima, al estar todavía bastante lejos no les costó esquivar el flamígero ataque.

Por último, Maya, ganando algo de Fuerza y por tanto capacidad Ofensiva pudo aprovechar el momento en el que el Sincorazón se vio interrumpido por Nadhia para asestar un golpe, que si bien no fue algo que eliminase al monstruo hizo que la criatura estuviese a punto de caer contra el suelo al estar ya algo aturdido por el ataque de la portadora de Ángel Forjado.

Pero obviamente, el Sincorazón no se dejaría vencer fácilmente. Girando como si fuese una hélice empezó a moverse alrededor del trío antes de ir a por todos. Fyk podría esquivar sin problemas el ataque mientras que Nadhia y Maya acabaron recibiendo un par de golpes que las tiraron al suelo antes de que el monstruo dejase de girar cual peonza quedando en el centro de los tres aparentemente mareado. Fue una suerte que todos tuviesen un ligero aumento de Resistencia que evitase daños mayores.

Mientras tanto, los cinco sincorazón rojos empezaban a verse más y más cerca. En medio minuto llegarían a donde estaban.

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Datos Proporcionados por Libra. Recordad que solo Fyk sabe estos datos.

Nombre: Devastador
Nivel: ?
Vida:9,8/21
PM:?

Habilidades:

Hélice (Nivel 6) El usuario hace que su cuerpo empiece a girar sobre sí mismo como una peonza llevándose por delante a todos los enemigos que tenga cerca. Es posible esquivarlo si se tiene unos buenos reflejos . Tras el ataque no podrá hacer nada más ya que estará Mareado.

Rayo láser (Nivel 4) El usuario carga un rayo de luz que avanza en línea recta y que alcanza largas distancias. Tarda un turno en cargarse y es posible interrumpir o desviar el ataque si se le ataca mientras la habilidad está en fase de carga.

¿?

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Puntos Mágicos y vida.

Fyk:
PM=12/26
VT=13/13

Maya:
PM=9/14
VT=4,8/9

Nadhia:
PM=13/18
VT=8,8/13

^Tuve en cuenta el aumento de Resistencia así como el daño provocado por Maya con su ataque más potente gracias a Buena Estrella de Fyk. Me estoy guiando por estadísticas tanto vuestras como de enemigos.

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Fecha límite 11-11-12

[EspeYuna]

Noté los efectos de la maravillosa habilidad de Fyk mientras lanzaba aquel hechizo Perla sobre el enemigo. No me dio tiempo a observar los resultados, pues me dirigí con un Piro hacia las motos que se dirigían a nosotros a toda velocidad.

Sin embargo, mi segundo ataque mágico se perdió en el extenso paisaje que nos rodeaba, pues las motos eran habilidosas: lo esquivaron con tanta facilidad que chasqueé la lengua, muerta de rabia. Aunque bien es cierto que mi otro hechizo había surtido efecto, pero realmente me molestaba porque quería mejorar la puntería... y estaba mejorando, eso sí, pero demasiado lenta para mi gusto. Tenía que hacerme más fuerte...

¡¡No, eso no es todo!! ¡Aquél no podía ser Ragun!

... por él.

Claro que aquel ser espantoso no podía ser Ragun. Imposible. Fue como si alguien suplantara totalmente su personalidad, se apoderara de su cuerpo. Seguía sospechando por parte del Maestro Ryota, de los rumores sobre Wix... la Maestra Iwashi. "Incorpóreo". No sabía mucho del tema, pero si fueron capaces de hacerle eso a una Maestra... ¿por qué no a mis compañeros, a simples aprendices? ¿Nosotros, carne de cañón? ¿¡Qué narices le habían hecho a Ragun!? ¿¡Por qué se transformó en aquel endemoniado ser!?

Cegada por la rabia me distraje lo suficiente como para no poder esquivar un ataque del sincorazón que se encontraba entre los tres. Fyk pudo quitarse a tiempo, pero yo y la pequeña bruja salimos disparadas tras un par de golpes bastante dolorosos. Me levanté, bastante cabreada.

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—¡Fyk, Maya! —llamé a mis compañeros, pero fijé mis ojos en los del pequeño azulado, queriendo transmitir quizás algo, no sé exactamente el qué. Sin embargo:— ¡Ocupaos de éste, yo me encargo de las motos!

Me adelanté unos pasos hacia los cinco sincorazón rojos que empezaban a verse más grandes. Se estaban acercando de forma peligrosa, pero era una buena oportunidad de para sacar mi potencial.

—¡Ángel! —exclamé a mi Llave-Espada, la cual brilló con intensidad. Agarré con habilidad el arma por el centro y, simulando la postura de un arquero, apareció en mi mano una flecha de luz, cálida y hermosa, mientras tensaba la cuerda invisible y dirigía mis ojos al blanco. Sabía que aquel ataque alcanzaría una mayor distancia. Estaba segura. Esperé a que dos de los cinco sincorazón pasaran de forma alineada, de manera que mi flecha pudiese llevarse por delante a unos cuantos— ¡¡Flecha Celestial!!

La flecha de luz salió disparada. Esperé los resultados, adoptando una pose defensiva con Ángel por si tenía que bloquear un futuro atropello. Pero estaría preparada para lo que surgiera.

Tenía que pedirle perdón a Fyk, contarlo todo con sumo detalle.