Re: [Bastión Hueco] Demostración
Publicado: Vie Nov 30, 2012 10:31 pm
Después de haber dicho lo que tenía que decir, fue el turno de Saeko:
—Maestro Ryota, desde que fui rescatada de aquel infierno digital por la Maestra Ariasu, me he estado planteando muchas cosas... Este nuevo mundo me ha desconcertado totalmente, existen muchas cosas que jamás me había imaginado, muy curioso, sí. Por esta razón no puedo estar más en deuda con mi maestra, alcanzaré "La Verdad Absoluta" que tanto perseguís, puesto que yo también tengo cosas que conocer, debo lograr tal objetivo aunque me cueste la vida, y si tengo que caer en el intento para que podáis lograrlo, así será. Podéis confiar plenamente en mí.
Vacilé antes de mirar a Saeko, quien había confesado abiertamente sus intenciones. Sus gestos y su forma de hablar acabaron de confirmarme que no se burlaba de mi al decir que venía de un “ordenador” Quizá ellos no lo viesen así, pero a primera vista me pareció que era una "lameculos integral".
Después de la confesión de Saeko, la sala había quedado en un silencio sepulcral. Hasta que de nuevo, mi maestro volvió a interrumpirlo:
—Es cierto que en este momento, no puedo ayudaros a recuperar aquello que más ansiáis encontrar —Aunque eso ya lo sabia, esas palabras se me clavaron como astillas abrasantes—: recuerdos, una persona importante. No poseo todas las respuestas que ciernen al intersticio de los mundos. Pero con vuestra ayuda, puedo conseguir encontrar lo que buscáis: la verdad.
Lo vi justo, puesto que ya sabía que nadie me ofrecería más de lo que me habían prometido. Si verdad era lo que me ofrecían, verdad aceptaría. Yo me comprometía a ayudarles en sus investigaciones y ellos a cambio me ayudarían a mí.
Aquella Maestra que me habían presentado como “Ariasu” se levantó de un salto de trono y se dirigió a Saeko y a mí.
—¡No todo se consigue fácilmente, Saeko! ¿Y Saito, verdad? —exclamó con alegría, dirigiéndose a Saeko y guiñándome a mi un ojo, cosa que hizo que un escalofrío me recorriera el cuerpo de arriba abajo.— ¡Tú lo sabes perfectamente! Además, créeme si te digo que tu pasado también me inquieta... una Usuaria sin recuerdos de su pasado en manos del PCM, ¡eso no se ve todos los días!
¿Todo lo que estaba diciendo era referente a Saeko? La miré con curiosidad, puesto que cierto era que no conocía nada más allá de su nombre y mundo de origen.
—Buscamos la Verdad Absoluta —continuó Ryota, interrumpiéndola.—.Aquella que nos puede otorgar sabiduría, conocimiento, poder.
—¡Pero existe una serie de Amenazas que quieren destruirnos por buscarla! —exclamó de Ariasu— ¿Por qué ellos no nos permiten encontrar esa Verdad? ¿Y si descubrimos algo que ellos quieren ocultar?
¿Descubrir una verdad que otros quieren tratar de ocular? Lo veía algo absurdo según mi entendimiento. Una verdad, por muy oculta que estuviese, acabaría saliendo a la luz tarde o temprano. Quizá solo era cuestión de tiempo que la encontrásemos, quizá no. Supuse que dependería de nuestros progresos como alumnos.
De repente, La Maestra Nanashi, se levantó del trono:
—Maestro Ryota, si me permite…
—Por supuesto Nanashi —le dijo Ryota, sin darse la vuelta—. Puedes retirarte.
Y lo último que pude contemplar de ella fue como desaparecía en las sombras, aún poseyendo aquél libro entre sus manos.
—¡Bueno, bueno! —exclamó Ariasu. Supe con certeza que no debía acercarme a ella un día que tuviese dolor de cabeza, a no ser que quisiese estallar.— ¡Hoy va a ser vuestra primera lección! ¡Una demostración de vuestro poder más oculto! Aunque ya trabajé con Saeko en su momento, todavía quiero ver su potencial. ¿Preparados?
¿Aquella maestra deseaba que combatiese contra Saeko? Supuse que sí ya que cuando iba a preguntárselo a Saeko esta ya se había alejado y había invocado su Llave Espada.
—Bueno Maestro Ryota, intentaré no resultarle aburrido del todo —dije con una media sonrisa e invocando también la Llave Espada que poseía y empuñándola con mi mano derecha.
Saeko me miró sin apartar la mirada de mi cuerpo, parecía esperar cualquier movimiento por mi parte. Parecía que el combate iba a comenzar con un ataque mío, pero en un momento pude ver como en su mano izquierda se empezaba a concentrar una energía oscura. Sabia que en cualquier momento lo lanzaría, pero algo hacía que dudase de su capacidad para lanzarlo. Decidí intentar desconcentrarla, y aprovechar ese momento para atacar.
—Bueno Saeko ¿Cómo se siente no saber nada de tu pasado? —esperaba haberla enfurecido, o en el peor de los casos haberla desconcertado para poder lanzar mi primer ataque.
Pensé durante unos 5 segundos que ataque podía realizar. Recordé que durante los primeros días, miré algunos hechizos interesantes y quizá ahora sería un buen momento para intentar lanzar uno sencillo. Recordé como se debía realizar el que me había venido en mente. Señalé con el dedo índice de mi izquierda a Saeko y respiré hondo.
—Electro…—musité casi en voz inapreciable.
Noté como pequeñas chispas eléctricas se juntaban en aquél dedo, si había realizado bien el conjuro ese impacto tendría que debilitarla.
—Maestro Ryota, desde que fui rescatada de aquel infierno digital por la Maestra Ariasu, me he estado planteando muchas cosas... Este nuevo mundo me ha desconcertado totalmente, existen muchas cosas que jamás me había imaginado, muy curioso, sí. Por esta razón no puedo estar más en deuda con mi maestra, alcanzaré "La Verdad Absoluta" que tanto perseguís, puesto que yo también tengo cosas que conocer, debo lograr tal objetivo aunque me cueste la vida, y si tengo que caer en el intento para que podáis lograrlo, así será. Podéis confiar plenamente en mí.
Vacilé antes de mirar a Saeko, quien había confesado abiertamente sus intenciones. Sus gestos y su forma de hablar acabaron de confirmarme que no se burlaba de mi al decir que venía de un “ordenador” Quizá ellos no lo viesen así, pero a primera vista me pareció que era una "lameculos integral".
Después de la confesión de Saeko, la sala había quedado en un silencio sepulcral. Hasta que de nuevo, mi maestro volvió a interrumpirlo:
—Es cierto que en este momento, no puedo ayudaros a recuperar aquello que más ansiáis encontrar —Aunque eso ya lo sabia, esas palabras se me clavaron como astillas abrasantes—: recuerdos, una persona importante. No poseo todas las respuestas que ciernen al intersticio de los mundos. Pero con vuestra ayuda, puedo conseguir encontrar lo que buscáis: la verdad.
Lo vi justo, puesto que ya sabía que nadie me ofrecería más de lo que me habían prometido. Si verdad era lo que me ofrecían, verdad aceptaría. Yo me comprometía a ayudarles en sus investigaciones y ellos a cambio me ayudarían a mí.
Aquella Maestra que me habían presentado como “Ariasu” se levantó de un salto de trono y se dirigió a Saeko y a mí.
—¡No todo se consigue fácilmente, Saeko! ¿Y Saito, verdad? —exclamó con alegría, dirigiéndose a Saeko y guiñándome a mi un ojo, cosa que hizo que un escalofrío me recorriera el cuerpo de arriba abajo.— ¡Tú lo sabes perfectamente! Además, créeme si te digo que tu pasado también me inquieta... una Usuaria sin recuerdos de su pasado en manos del PCM, ¡eso no se ve todos los días!
¿Todo lo que estaba diciendo era referente a Saeko? La miré con curiosidad, puesto que cierto era que no conocía nada más allá de su nombre y mundo de origen.
—Buscamos la Verdad Absoluta —continuó Ryota, interrumpiéndola.—.Aquella que nos puede otorgar sabiduría, conocimiento, poder.
—¡Pero existe una serie de Amenazas que quieren destruirnos por buscarla! —exclamó de Ariasu— ¿Por qué ellos no nos permiten encontrar esa Verdad? ¿Y si descubrimos algo que ellos quieren ocultar?
¿Descubrir una verdad que otros quieren tratar de ocular? Lo veía algo absurdo según mi entendimiento. Una verdad, por muy oculta que estuviese, acabaría saliendo a la luz tarde o temprano. Quizá solo era cuestión de tiempo que la encontrásemos, quizá no. Supuse que dependería de nuestros progresos como alumnos.
De repente, La Maestra Nanashi, se levantó del trono:
—Maestro Ryota, si me permite…
—Por supuesto Nanashi —le dijo Ryota, sin darse la vuelta—. Puedes retirarte.
Y lo último que pude contemplar de ella fue como desaparecía en las sombras, aún poseyendo aquél libro entre sus manos.
—¡Bueno, bueno! —exclamó Ariasu. Supe con certeza que no debía acercarme a ella un día que tuviese dolor de cabeza, a no ser que quisiese estallar.— ¡Hoy va a ser vuestra primera lección! ¡Una demostración de vuestro poder más oculto! Aunque ya trabajé con Saeko en su momento, todavía quiero ver su potencial. ¿Preparados?
¿Aquella maestra deseaba que combatiese contra Saeko? Supuse que sí ya que cuando iba a preguntárselo a Saeko esta ya se había alejado y había invocado su Llave Espada.
—Bueno Maestro Ryota, intentaré no resultarle aburrido del todo —dije con una media sonrisa e invocando también la Llave Espada que poseía y empuñándola con mi mano derecha.
Saeko me miró sin apartar la mirada de mi cuerpo, parecía esperar cualquier movimiento por mi parte. Parecía que el combate iba a comenzar con un ataque mío, pero en un momento pude ver como en su mano izquierda se empezaba a concentrar una energía oscura. Sabia que en cualquier momento lo lanzaría, pero algo hacía que dudase de su capacidad para lanzarlo. Decidí intentar desconcentrarla, y aprovechar ese momento para atacar.
—Bueno Saeko ¿Cómo se siente no saber nada de tu pasado? —esperaba haberla enfurecido, o en el peor de los casos haberla desconcertado para poder lanzar mi primer ataque.
Pensé durante unos 5 segundos que ataque podía realizar. Recordé que durante los primeros días, miré algunos hechizos interesantes y quizá ahora sería un buen momento para intentar lanzar uno sencillo. Recordé como se debía realizar el que me había venido en mente. Señalé con el dedo índice de mi izquierda a Saeko y respiré hondo.
—Electro…—musité casi en voz inapreciable.
Noté como pequeñas chispas eléctricas se juntaban en aquél dedo, si había realizado bien el conjuro ese impacto tendría que debilitarla.