[Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Trama de Fátima, Hana y Xefil

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

Moderadores: Suzume Mizuno, Astro, Sombra

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor EspeYuna » Sab May 25, 2013 7:54 pm

Spoiler: Mostrar
Sé que cambio de opinión habitualmente con las fechas límite estrictas, aparte de que yo no las suelo cumplir últimamente. El caso es que ahora todos estamos de exámenes cofcofnoesmicasosoyunamalditaNiNicofcof y es normal no poder pasarnos por aquí como solemos hacer en verano. Seguiré poniendo fecha límite, pero por favor, decidme por privado cuándo acabáis los exámenes y cuándo estaréis disponibles para seguir con la historia de cada uno.


Fátima

Ronin escuchó con atención lo sucedido con su pupila, Lyn. Se manifestó cierto brillo en sus ojos cuando Fátima mencionó al anciano y seguidamente los cerró, entendiendo lo que había sucedido.

Vaya, incluso con el paso de los años siguen acordándose de ella —suspiró apenado, rascándose la nuca—. Sin duda este mundo no está acostumbrado a lo que es diferente. Es una lástima, pero no puedo culpar de ello a los aldeanos. Otros mundos, otras ideologías.

>> En algunos mundos los sincorazón son un enemigo completamente nuevo, pero no por ello las primeras criaturas que atacan a los nativos. Animales salvajes, enemigos intergalácticos, monstruos marinos... y a pesar de que en este mundo existe la mag... ¡oh!


Ronin cesó y, tras un incómodo silencio entre maestro y aprendiz, siguió su camino seguido de Fátima, quien no se separaba de él en ningún momento. El Maestro agudizaba sus sentidos, su mirada era muy diferente a la habitual: más serio, más alerta. Había dejado atrás su vivaracho comportamiento para convertirse en el maestro de maestros que era.

Sin embargo, la preocupación de Fátima hacia su nueva Maestra le sacó una sonrisa.

Sí, Fátima. Fue hace mucho tiempo —afirmó el Maestro—. Cuando la acogí como aprendiz. Puede que no lo manifieste, pero le tiene algo de pavor a este lugar.

>> Podría contarte algo más sobre lo que sucedió aquel día, pero es algo que debería contarte ella. Fui y sigo siendo su Maestro, por lo que respeto su silencio. ¿Lo entiendes, verdad?

>>> Lyn es más sensible de lo que parece. Mis ojos aún la ven como una niña. Y cuando te veo a ti, curiosa y preguntona, preocupada siempre por los demás, me recuerdas a ella en sus primeros días como aprendiz.


Ronin rió, aunque no era esa carcajada vivaracha y exagerada. Una risa cercana y llena de nostalgia. Y cierto cariño a su pupila.

Espero que no le digas nada sobre lo que te he contado —dijo el maestro, patrullando las calles del mercado y buscando a Xefil o a Hana—. Puede que sea su maestro, pero confieso que alguna vez el temperamento de Lyn me ha hecho pensar dos veces si gastarle bromas o no.

>> De hecho, en un mundo la consideran una gran heroína.


De repente, mientras Fátima atendía a las palabras de Ronin, vio una figura entre la multitud que le llamó la atención por un juego de manos terriblemente familiar. Con una baraja de cartas, paseaba despreocupado por el mercado. Sus ojos se clavaron en ella y esbozó una sonrisa.

Andrei Saavedra.

Xefil

El aprendiz estaba enamorado. Sólo tuvo que experimentar de nuevo el poder de Diana para darse cuenta. Sin embargo, el perfume de la aprendiz seguía subiendo a su cabeza, aturdiendo su cordura por momentos.

En su corazón habitaba unos sentimientos llenos de calidez. Ante la negativa del joven, la muchacha hinchó sus mofletes, algo decepcionada.

¿No? —preguntó, con cierta picardía en su voz— He estado esperando tanto por ti, ¿y piensas que te voy a dejar marchar?

De repente el mundo se congeló alrededor del chico. Diana, sin dar su brazo a torcer, acercó sus labios a los de Xefil, fundiéndolos con su aroma y aquel enigmático poder que encandilaba a cualquier hombre.

Puede que Ronin no tuviese la absoluta razón, después de todo.

Yo soy a quién debes amar.

Diana aprovechó los sentimientos de Xefil. De hecho, eran más que perfectos para que el aprendiz confundiera la fantasía con la realidad. Podría controlar a voluntad al joven, aunque tuviera que suplantar su identidad. Aprovecharía la oportunidad para convertirlo en su paladín.

Xefil, no te vuelvas a separar de mí, por favor.

Aunque tuviera que suplantar a Nadhia Hoghes.

Diana, aparte de atontar a los hombres, también era una formidable actriz. Jugaría sus cartas y se saldría con la suya.

¿O no?

* * *


El cuerpo de Xefil no contestaba a su lucha interna. Seguía de cerca a Diana, ¿o era Nadhia? No lo sabía. El caso es que ambos aparecieron de pronto en un claro del bosque, lejos de la aldea de Bella. La joven no pudo despedirse de Xefil, quien sin ser dueño de sus acciones, ignoró su llamada y siguió como un corderito a Diana.

La aprendiz, gustosa de haber capturado a un pupilo del bando contrario, bailó a lo largo del claro y volvió a acercarse a Xefil, interpretando su papel:

Xefil, te he echado tanto de menos.

>> Dime, ¿por qué has tardado tanto? ¿Dónde has estado
todos estos meses? ¿Es que acaso los maestros te han tenido ocupado?


Una batalla se estaba librando en la mente y en el corazón de Xefil.

Cuéntame.

Spoiler: Mostrar
Pueden pasar cosas diferentes según Xefil luche o no contra el poder de Diana. Ambas importantes para la trama en general, no sólo acorde al denominado Fanservice, que muchos pensaréis que esto es meramente personal por ser la usuaria de Nadhia. Me tomo en serio esta trama como Game Master, que conste.

Fecha límite: Sábado, 1 de Junio
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Suzume Mizuno » Sab Jun 01, 2013 1:31 am

Tuvo que apretar el paso para que Ronin no la dejara atrás. Maldijo sus largas piernas, que le permitían dar unas zancadas de gigante. No quería pensar en lo que sería seguirle mientras corría. Pero aunque llevaba un buen paso, el Maestro no dejaba de mirar a su alrededor. Podía ver cómo sus ojos examinaban mecánicamente lo que le rodeaba, con una habilidad sistemática que Fátima envidió. Ojalá no tardara mucho en aprender a fijarse en su alrededor con tanta minuciosidad. Claro, eso resultaba más fácil en lugares que se habían visitado con anterioridad…

Vio, por el rabillo del ojo, que Ronin estaba sonriendo.

Sí, Fátima. Fue hace mucho tiempo. Cuando la acogí como aprendiz. Puede que no lo manifieste, pero le tiene algo de pavor a este lugar.

Lo he podido comprobar, sí”.

Podría contarte algo más sobre lo que sucedió aquel día, pero es algo que debería contarte ella. Fui y sigo siendo su Maestro, por lo que respeto su silencio. ¿Lo entiendes, verdad?

Fátima, que había aguzado el oído, se sintió un poco decepcionada, pero se esforzó porque su gesto no la traicionara y asintió rápidamente.

Claro que lo entiendo —y hablaba con sinceridad. A ella no le gustaría que ningún compañero fuera hablando de su pasado con total libertad, sólo porque algún cotilla preguntara.

Lyn es más sensible de lo que parece. Mis ojos aún la ven como una niña. Y cuando te veo a ti, curiosa y preguntona, preocupada siempre por los demás, me recuerdas a ella en sus primeros días como aprendiz.

El Maestro soltó una carcajada amable, cálida y Fátima notó una extraña sensación en el pecho. No podía imaginar a Lyn como una niña, pero la verdad es que no era muy mayor. Casi todos los Maestros eran bastante jóvenes… Trató de visualizar a una Lyn más bajita e igual de enérgica, pero más sonriente y vivaracha. Y sonrió casi sin querer. Así que tenían un aire…

Espera, me acaba de llamar preguntona” se le encendieron las mejillas. Tenía que aprender a morderse la lengua.

Espero que no le digas nada sobre lo que te he contado —Fátima meneó la cabeza, demasiado preocupada intentando determinar si había preguntado excesivamente como para prestarle atención—.Puede que sea su maestro, pero confieso que alguna vez el temperamento de Lyn me ha hecho pensar dos veces si gastarle bromas o no.

Fátima arqueó las cejas y sonrió ampliamente. Así que hasta Ronin sentía respeto por el malhumor de Lyn.

De hecho, en un mundo la consideran una gran heroína.

¡Oh! Eso es en el Coliseo del Olimpo, ¿verdad? —lo había escuchado decir entre varios alumnos: parecía que Lyn era una celebridad en ese mundo, donde se celebraban torneos de lucha. La verdad, no le extrañaba. Lyn era definitivamente buena con las armas… Lo cual la hizo tragar saliva. A ella el cuerpo a cuerpo se le daba relativamente bien, pero su fuerte era la magia—. Maestro Ronin… No pongo en duda el talento de la Maestra Lyn para enseñar pero… Con mi anterior Maestra —trató de evitar el nombre de Nanashi, que sabía que todavía escocía entre sus antiguos compañeros— me dediqué sobre todo a la magia. No habrá problema… ¿Verdad?

Mientras esperaba la respuesta de Ronin paseó la mirada por los alrededores, pensando que dos pares de ojos veían mejor que uno y que a lo mejor podía encontrar a sus compañeros antes que él. Había barrido con la mirada toda la multitud cuando volvió automáticamente la cabeza. Había visto algo que le había llamado la atención. Algo… familiar…

Vio unas cartas, barajadas a toda velocidad por unas manos de largos y hábiles dedos. Se le puso la piel de gallina y se le abrió un vacío en la boca de estómago incluso antes de saber quién era el que manejaba con tal facilidad las cartas.

Era un hombre joven, que paseaba con naturalidad por el mercado, entre los puestos de comida. El corazón de Fátima comenzó a palpitar con brusquedad al examinar su cara. Quizás sintiéndose observado, el muchacho giró la cara en su dirección y la miró directamente a los ojos. Pegó un respingo de la sorpresa.

Los labios del chico se curvaron en una sonrisa que le provocó un escalofrío. Nunca podría olvidar su cara.

¡Maestro! —exclamó sin pensar, tironeando de la manga de Ronin. Rápido, tenía que actuar rápido, antes de que Andrei se desvaneciera entre la multitud—. ¡Es Andrei, de Bastión Hueco! —señaló con la barbilla en su dirección.

Fue a materializar su Llave Espada, pero se controló en el último segundo. En aquel mundo no parecían apreciar la magia y lo último que quería era llamar la atención. Pero, ¿debía dejar que Andrei tomara la iniciativa?

Apretó los labios y decidió dejar que Ronin le indicara qué hacer. Con todo, no pudo evitar pensar con horror que no había un único aprendiz enemigo en aquel mundo, sino dos…

¿Qué estaba pasando? ¿Qué habían venido a buscar? ¿Habría más todavía, habían caído en una trampa?

Se le agarrotaron los dedos y se puso casi sin darse cuenta en posición de guardia, preparada para materializar su Llave Espada en cuanto Ronin se lo ordenara o advirtiera algún ataque por parte de Andrei.

Mientras tanto, tenía la sensación de que los segundos se arrastraban con una espantosa lentitud, y el pulso le resonaba en los oídos más fuerte que el retumbar de un tambor.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Zee » Sab Jun 01, 2013 7:39 pm

Las palabras que escaparon de mis labios iban acompañadas de un esfuerzo tan hercúleo e inhumano que de repetirlo de nueva cuenta, me dejaría completamente fatigado. Quién diría que el cansancio emocional podía ser tan incapacitante como cualquier falta de energía física... pero así era. Resistirme a los encantos mágicos de DIana Thorn, aunque fuese por unos mínimos segundos, me dejaba completamente desprovisto de cualquier defensa. Así que ya fuese con su seductor poder o sin él, Diana podía hacer lo que quisiera conmigo, porque si no hacía lo que quería a causa del enamoramiento, lo terminaría haciendo al ser incapaz de contraatacar.

Tan magnífica habilidad... La de rendir a cualquier hombre a sus pies sin ningún esfuerzo, no haciendo más sino pestañear y sonreír, además de añadir un tono pasteloso a su voz. Tan simple, pero tan poderosa. ¿Cómo podía una chica cualquiera poseer semejante fuerza?

¿No? —repitió Diana, haciendo un puchero. La denotación de aquel gesto atravesó mi corazón como una fría y afilada daga. La fortaleza que antes me había poseído desapareció en un instante— He estado esperando tanto por ti, ¿y piensas que te voy a dejar marchar?

En el fondo de mi mente, en el rincón más recóndito, sentí el impulso de retroceder. Aunque fuese medio paso, pero lo suficiente para alejarme de lo que estaba por venir. Y sin embargo, la presencia de Diana tenía un efecto tan intenso, tan embriagador, tan hipnótico... que en lugar de hacerme a un lado, estuve a punto de abalanzarme sobre ella.

Me besó. No la besé ni nos besamos. Ella me] besó, mientras yo perdía toda fuerza de voluntad y dejaba que hiciera conmigo lo que se placiese. Dejé que la sensación de sus labios recorriendo los míos me enloqueciera, que su fragancia atontara todos mis sentidos, que su tacto...

Yo soy a quién debes amar.

Me recorrió un escalofrío. Pero no uno agradable y cálido, uno de aquellos que provoca a uno sentir mariposas en el estómago, no... sino una señal de peligro, una pizca del natural instinto de supervivencia asomándose al exterior, una advertencia inexplicable...

Me aparté de inmediato, asustado. No obstante, cuando mi mirada se topó con la de Diana... bueno, no se encontró con Diana.

¿Na-Nadhia...? —balbuceé cuando, sorprendentemente, no me topé con los ojos grises de Diana, sino con el brillante avellana del iris de aquella niña testaruda que, sin que yo me diese cuenta, ya había ocupado un trozo de mi corazón.

Xefil, no te vuelvas a separar de mí, por favor.

Pero eso... eso no tenía sentido... ¿o sí? ¿Cómo había llegado Nadhia a aquel mundo en primer lugar? Debíamos de ser sólo nosotros cinco en la misión: Ronin, Lyn, Fátima, Hana y yo. Ella... ¿acaso había ido por su cuenta...? Sí, seguramente asi había sido. Y nos habíamos encontrado, coincidentemente. Sí, por supuesto que así había ocurrido, ¿sino cómo explicar aquel beso? Aquella sensación la producía Nadhia, y Nadhia nada más.

¿La había besado? El color rojo inundó mis mejillas, mientras mis ojos se abrían como platos. Sentí que podía sacar humo por las orejas en cualquier momento. Y sin embargo, tan apenado como estaba, no podía negarme a aquello... Aquella había sido nuestra promesa, ¿no?

Fue un placer conocerte, Bella —me despedí, tan atontado por los encantos de Nadhia que ni siquiera pude voltear a mirar a la chica que me había acompañado y ayudado a hacer mi estancia más agradable—. Pero me temo que debo irme... si llegas a ver a mis mentores (un hombre con un parche en el ojo y una joven de capucha, los reconocerás al instante)... diles que tuve que irme con alguien muy especial —una sonrisa estúpida recorrió mi rostro—. Que tengas un gran día y... gracias.

En cualquier otra circunstancia, jamás me hubiese despedido con tan malos modales. En realidad, me atrevería decir que incluso me habría costado despedirme de alguien tan agradable y... extrañamente atrayente, como lo era Bella. Sin embargo, Nadhia había logrado restarle la importancia al resto del mundo, haciendo a todo lo demás desaparecer. Aunque Bella me llamó desde lo lejos, no respondí: simplemente seguí a Nadhia sin rechistar.

Caminamos juntos, sin preocuparnos por nada que no fuera el otro. Recorrimos la aldea, aunque sin interesarnos por nada de lo que nos rodeara. Las palabras sobraban: seguimos el sendero el silencio, contentos con simplemente sentir la presencia del otro. Pronto nos alejamos de la villa, casi sin advertirlo, hasta que la pradera comenzó a dar lugar a un bosque.

Antes de que me diera cuenta, ya me había perdido con ella en un claro desconocido.

Xefil, te he echado tanto de menos.

¿De verdad...? —quise confirmar, mientras sonreía como un idiota. Bajé la mirada y me metí las manos a los bolsillos, avergonzado. Nadhia jamás me había dicho palabras tan sinceras, y aquello me tomaba con la guardia baja.

Dime, ¿por qué has tardado tanto? ¿Dónde has estado todos estos meses? ¿Es que acaso los maestros te han tenido ocupado?

¿Meses? Pero si nos vimos hacía unos pocos días...

Cuéntame.

¿No era así? Habíamos bailado juntos, incluso. Nadhia, me contaste sobre tu broche y sobre tu madre, ¿no? Y te hablé sobre mi pasado, brevemente. Y aun así, antes de ello... nos conocimos en Ciudad de Paso, ¿recuerdas? Fue una locura, cuando el demente de Tandy hizo aquel hechizo. Y cuando nos enfrentamos a Dusk y Orpheus, que insististe en seguir luchando y que no nos preocupáramos por ti. Me salvaste de un sueño eterno, de perder contra la Bruja, aunque ni siquiera de eso estás enterada...

¿Qué esperas que te cuente? ¿Qué pretendes?

Y ese beso... Ese beso que tanto me encantó, que tan feliz me hizo durante unos segundos. ¿Cuál es la razón detrás de ello?

Acabamos de conocernos. ¿Por qué estoy pensando en todo esto...? Sólo eres una niña testaruda que se las ha arreglado para meterme en problemas. Y aun así, por alguna razón, no puedo olvidar nada de lo que ha sucedido entre nosotros. Cada vez necesito verte más y más, y hablar contigo, estar contigo...

Debo estar demente.


Entrenando... haciendo misiones... lo usual —respondí, a la par que me llevaba la mano a la cabeza. Todo aquel asunto me estaba provocando un dolor tremendo. ¿Por qué era eso? ¿Por qué todo seguía pareciéndome tan... extraño? Casualmente, aunque intentando soportar el escozor, añadí—: A eso he venido. ¿Y tú, Nadhia? ¿Vienes con alguien? ¿Dónde está Tandy? ¿Y Ángel? Es raro verte sin ellos...

Bastante raro, en realidad... ¿Era ella, realmente...?
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
también hay un amor a la humanidad~


Imagen
Avatar de Usuario
Zee
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 3280
Registrado: Mié Mar 04, 2009 1:37 am
Dinero: 213,288.72
Banco: 15,374.00
Ubicación: .mx
Sexo: Masculino
Clan: Bohemia Lectura
Facebook: Pregunta por MP
Estantería de objetos
Karma: 36

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor EspeYuna » Lun Jun 03, 2013 1:24 pm

Fátima

¡Así es, Fátima! —afirmó Ronin a la pregunta de la joven— Lyn es muy famosa en tierra de héroes. Y no te preocupes por sus preferencias en combate, eso no hace que ella te moldee a su gusto porque...

Ronin fue interrumpido cuando Fátima le tiró por una manga. Y cuando escuchó el nombre de Andrei su ojo despertó una chispa de preocupante alerta, dirigiéndose a donde los ojos de Fátima apuntaban.

Pero Andrei fue más rápido.

Visto y no visto, el joven desapareció entre la multitud.

No dudo de tus ojos, Fátima —dijo el Maestro, sin bajar la guardia y contemplando su alrededor—. Ese aprendiz es muy escurridizo.

>> Lo mejor será que nos separemos para dar con él. Tienes mi permiso para lanzar un conjuro al cielo si le encuentras antes que yo o si te topas con Xefil o Hana.


Independientemente de la reacción de Fátima al escuchar aquella orden, Ronin posó una mano en su hombro.

No dejaré que os pase nada, ni a ti ni a tus compañeros.

>> Tómate esto como un entrenamiento, y demostrar lo que vales como aprendiz de Lyn.


Ronin intentaba animar a una aprendiz que había conocido el auténtico pavor en Bastión Hueco, a merced de Saavedra. Aunque quizás no estuviese preparada para afrontar tal desafío. ¿O sí?

Fátima tenía la última palabra.

Xefil

Diana bufó por lo bajo, algo decepcionada. Sospechaba que poco le tendría que contar su nueva presa de los planes del bando contrario, pero demasiadas ilusiones se había hecho con que tuviese tanta suerte como la primera vez que se topó con Xefil en el castillo que se escondía en el bosque.

¿No es aburrido, Xefil? —preguntó juguetona, acercando sus ojos a los del pobre aprendiz, aún víctima del encantamiento— ¿Y con quién has venido, eh?

Diana fue interrumpida, sorprendida de que Xefil aún tuviese algo de cordura para hacerle preguntas en vez de resignarse a su aroma y dejarse llevar contestando a las suyas sin rechistar. Pudo molestarle que la confundiese con aquella Nadhia, pero no es que le faltaran chicos que la admirasen, con tal de jugar con algunos y sonsacarle. Es más, sería divertido que traicionase la confianza de a quién mencionaba. Esbozó una pícara sonrisa y acorraló a Xefil en uno de los frondosos árboles del claro.

¿Tandy y Ángel? Pues... a esos dos les di esquinazo en la aldea, porque quería estar a solas contigo —la joven se acercó peligrosamente al aprendiz, desprendiendo todos sus encantos y jugando con uno de los mechones de éste—. No quiero que nos interrumpan...

Sus últimas palabras, llenas de sensualidad y picardía, embriagaron por completo a Xefil. Cierto, era muy difícil escapar de su habilidad.

"Más no imposible."

Porque Xefil seguía siendo el mismo de siempre, con unos sentimientos reales y no una marioneta sin emoción alguna. Y Diana, quien pocas veces había tenido que responder a sus esclavos, metió la pata abriendo una grieta de contradicción.

Era la oportunidad perfecta para escapar de aquella ilógica fantasía.

Spoiler: Mostrar
Fecha límite: Lunes, 10 de Junio
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Suzume Mizuno » Dom Jun 09, 2013 3:34 pm

No dudo de tus ojos, Fátima —Fátima frunció el ceño, extrañada y dirigió la mirada hacia el lugar donde había visto a Andrei. Pero, para su asombro, se había desvanecido. ¡Mierda!, gritó para sus adentros—. Ese aprendiz es muy escurridizo.

Desde luego. ¡Si hacía un segundo estaba ahí!”pensó, acongojada. Buscó nerviosamente a su alrededor. Quería creer que Andrei no sería tan temerario para atacar al mayor Maestro de Tierra de Partida, pero no las tenía todas consigo. Al menos Ronin la creía, era un consuelo…

Lo mejor será que nos separemos para dar con él.

¿Qué? —preguntó con un hilillo de voz. ¿Qué acababa de decir?

Tienes mi permiso para lanzar un conjuro al cielo si le encuentras antes que yo o si te topas con Xefil o Hana.

Fátima abrió y cerró la boca, cual pez fuera del agua. ¿Ir sola? ¿En serio? ¡Andrei era muchísimo más fuerte que ella, y había demostrado que no le importaban una mierda las vidas de los demás! ¡Si se lo encontraba y…!
Entonces Ronin le puso una de sus grandes manos en el hombro, protector.

No dejaré que os pase nada, ni a ti ni a tus compañeros —le aseguró con gravedad. Luego relajó algo el tono—. Tómate esto como un entrenamiento, y demostrar lo que vales como aprendiz de Lyn.


“¡Eso es un golpe bajo!” pensó Fátima, que había empezado a negar con la cabeza. “No llevo de aprendiz de Lyn ni dos horas, ¡no tengo que demostrar nada! ¡Y no me habéis enseñado a capturar gente o a defenderme de asesinos!

Nunca podría olvidar la expresión de Ryota cuando fue a intentar matarlos, como quien aplasta una mosca.

Aunque… Ronin le estaba pidiendo que encontrara a Xefil y Hana. No que se enfrentara a ninguno de los Aprendices. Podía quedarse aparte hasta que el Maestro llegara. Lo que le pedía era poco… Además, no tenían por qué reconocerla. Ni siquiera por qué molestarse con ella, no cuando parecía que tenían un objetivo concreto. Era imposible que supieran que ellos iban a venir, así que debían estar a la defensiva con dos Maestros rondando por la aldea.

Venga, venga. No le decepciones” se dijo, aunque estaba convencida de que iba a sufrir un paro cardíaco.

Tragó saliva.

Haré lo que pueda —dijo con voz débil—. Pero no soy valiente como Lyn —le advirtió—, si me encuentro con uno de los de Bastión Hueco pienso correr como una loca. Le lanzaré un piro si encuentro a alguien de Bastión Hueco y un hielo si veo a mis compañeros…

Sí, prefería lanzar el conjuro más llamativo si estaba en peligro.

Se dio la vuelta, avergonzada de sí misma y de sus estúpidas piernas, y echó a caminar. Aspiró una larga bocanada de aire y se dio ánimos. Aprendiz o no de Lyn, tenía que aprender a tragar con el miedo. Además, Ronin y Lyn estaban por los alrededores. No iba a pasar nada. O eso esperaba.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Zee » Lun Jun 10, 2013 4:56 pm

No podía deshacerme de aquella sensación. Un cosquilleo alarmante en un rincón abandonado, en la parte trasera, de mi cabeza. Como si un diminuto espectador de la escena estuviese pidiéndome a gritos que me diera cuenta de algo que, como protagonista, aún me era imposible notar. Incluso cuando mis sentidos se hallaban completamente atontados, gracias a Nadhia, el escozor seguía allí: casi imperceptible, pero presente al fin y al cabo.

El bosque pareció más escalofriante por unos instantes. Los árboles extendieron sus ramas cuales garras en mi dirección y la tierra bajo mis pies amenazó con tragarme. Todo en mi imaginación, por supuesto. Invisible si no era de reojo. Mas seguía siendo una especie de señal creada por mi propia mente, la misma clase de advertencia.

Tal vez era alguna clase de instinto.Deseo de supervivencia. ¿Pero ante qué amenaza...?

¿Tandy y Ángel? Pues... a esos dos les di esquinazo en la aldea, porque quería estar a solas contigo —fue extraño ver aquella sonrisa traviesa en el rostro de Nadhia. Sí, era una expresión que podía hacer cualquiera, pero en su caso se veía tan... peculiarmente ajeno. Posible, pero no natural. Como... como... pintar el césped azul o ver a un bufón en silencio, yo qué sé—. No quiero que nos interrumpan...

Por enésima vez, no obstante, sentí que perdía el hilo de mis pensamientos. En un instante me hallaba pensando con una voluntad tremenda en algo concreto, para olvidarlo y tenerlo en la punta de la lengua al siguiente. Si no fuese porque Diana lograba calmarme con sus encantos, me habría muerto de la frustración.

No. ¿Quién?

El pequeño retazo de conciencia que permanecía escondido en lo profundo de mi mente encontró la oportunidad perfecta. Gritó con una fuerza tremenda a través del diminuto hueco que se había abierto en la tela que cubría mis sentidos y perfección, logrando que en mi cabeza resonaran y rebotaran, una y otra vez, poderosas ondas de cordura.

Durante un instante, sólo un instante, creí recobrar la cabeza... luego, la perdí de nuevo. Volví a ser una marioneta.

Pero aquello podía ser la pluma que desequilibraba la balanza, la paja que derribaba al corcel de carga y la pequeña gota que derramaba el vaso. El último empujón, si la fortuna me daba la oportunidad...

Intentaría apartarme de Nadhia. O Diana. Quienquiera que fuese. Me escabulliría hacia un lado, porque de alguna manera había terminado con un árbol a mis espaldas. Tomaría un esfuerzo magnífico, pero si mi voluntad era suficiente, tal vez fuese posible recuperar los sentidos por sólo un segundo.

¿Desde cuándo... —me esforzaría por murmurar, aunque sería tan difícil para mi cabeza y mi corazón que tendría que amainar el dolor al apretar con un puño mi pecho— puede alguien darle el esquinazo a su propia Llave-Espada?

>>No, espera... no estás bien. No estoy bien. S-si realmente eres...
—agh, me arrepentía de antemano— Si eres Nadhia... dime cómo fue —quería morir de la vergüenza, pero era algo que debía hacer— nuestro primer beso.

Por supuesto que el/la impostor/a no sabría nada al respecto (si es que me era posible pronunciar todo aquello, por supuesto). ¿Quién iba a adivinar que mágicamente me había aparecido en el techo y había caído encima de Nadhia, sobre la cama del hotel donde la mantenía secuestrada un moguri demente? No había manera. Ninguna en el mundo.

Un último esfuerzo sobrehumano. Un último empujón. Intentaría materializar mi Llave-Espada. Por sobre toda hipnosis y encanto, buscaría la más mínima pizca de cordura y conjuraría mi Danza de la Demencia.

Todo dependía de mi voluntad. Debía ser suficiente. Ojalá fuese suficiente.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
también hay un amor a la humanidad~


Imagen
Avatar de Usuario
Zee
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 3280
Registrado: Mié Mar 04, 2009 1:37 am
Dinero: 213,288.72
Banco: 15,374.00
Ubicación: .mx
Sexo: Masculino
Clan: Bohemia Lectura
Facebook: Pregunta por MP
Estantería de objetos
Karma: 36

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor EspeYuna » Mar Jun 11, 2013 11:11 pm

Fátima

El maestro de maestros vio alejarse a la joven, absorta en querer parecer valiente y decidida como su nueva maestra. Pero le delataba su cuerpo entero temblando de espanto. Ronin exaltó una carcajada al aire, aunque sólo cuando la aprendiz desapareció entre la multitud:

Definitivamente eres como ella.

* * *


Fátima recorrió las calles, preguntando quizás a los aldeanos, puede que vigilando si en los locales aparecían aquellos ojos que sin duda alguna le ponían la carne de gallina, manteniéndose en guardia. Pudo pasar una hora desde que se separó de Ronin, sin encontrar rastro alguno de Andrei Saavedra, ni de ninguno de sus compañeros.

En un rincón cercano a un callejón, Fátima tuvo que detenerse para reposar un poco, antes de seguir con la búsqueda.

Cuando de pronto...

¿Dando vueltas como un pato mareado en su estanque?

De la oscuridad de los callejones apareció una figura tan reconocible para Fátima como su voz. Aquella voz.

Joven de piel morena, cabello negro como la más oscura de las noches y ojos que sin duda miraban a una persona como si fuera una presa a punto de cazar. Mas lo que realmente interesaba de su comportamiento era seguir jugando con su baraja de naipes allá donde fuese.

¿Estás perdida acaso, patito? —la sonrisa de Andrei decantó burla, a la vez que lanzaba un naipe al aire y lo atrapó con destreza para descubrir lo que mostraba. Habiendo recuperado la última pieza de sus cartas, siguió barajando mientras se apoyaba en una esquina, a medias de la oscuridad del callejón— La última vez no tuvimos la oportunidad de... charlar.

>> Ahora que lo pienso... me acusaste de mentiras, ¿recuerdas?


Entonces fue cuando el enemigo, aprovechando la confusión en los ojos de Fátima, se acercó a ella. La acorraló a mitad del callejón contra la pared y, a pocos centímetros de su rostro, le miró a los ojos.

Spoiler: Mostrar


¿Por qué habríamos de mentir a aquellos que se niegan a aceptar la verdad?

Y con dedo índice y pulgar levantó una carta, invertida a ojos de ambos. La Fuerza.

Débiles.

Andrei se apartó de ella, dejándola respirar. Tener tan cerca al enemigo era cuanto menos una prueba de valor, y más sabiendo cuan poderoso podía llegar a ser.

Pero te daré una oportunidad para demostrarme que no sois tal y como os pintó aquella niña asustadiza y ese flacucho arrogante —dijo entonces el aprendiz, escondiendo el naipe bajo el montón que yacía en la palma de su mano—. He visto en tus ojos la duda, querer saber más de lo que nos rodea, aunque no consigas aceptarlo dentro de ti. Todos buscamos respuestas. Y yo puedo darte las que buscas.

>> ¿Me sorprenderás? ¿O acaso saldrás corriendo a buscar a mamá pato?


Andrei se adentró en la oscuridad, pero se paró a mitad de camino, esperando que le siguiera.

¿Y bien?

Xefil

¿Nuestro primer beso, dices...?

Xefil logró apartarse a un lado de la impostora, tropezando inútilmente y cayendo al césped. Igualmente sacó las fuerzas suficientes para formular una pregunta, incluso decantando cierta arrogancia. De pronto la neblina que le atrapaba se disipó un poco. Nadhia fue desapareciendo poco a poco, dejando ver una tétrica sonrisa, pero igualmente dulce, sensual y atrayente.

Pero lo estaba consiguiendo. Aquella sonrisa no era la de Nadhia.

Spoiler: Mostrar


¿Sabes que me has hecho mucho, mucho daño, Xefil?

De pronto, Xefil sintió un dolor punzante en ambas muñecas cuando estuvo a punto de invocar su Llave-Espada. Unas zarzas provenientes del bosque rodearon su cuerpo y, a exentas de querer huir, fue demasiado tarde. Salió disparado al tronco de un árbol y recibió un fuerte golpe en la columna y cabeza, quedando semiconsciente durante unos segundos.

Yo era la única a la que debías amar.

>> ¿Acaso era tan difícil?


Xefil notó como de su frente comenzaba a gotear sangre, quizás a causa del fuerte golpe que había recibido en la cabeza. Diana se acercó a él y volvió a usar sus encantos, besando la mejilla del muchacho y, traviesa, saboreando una gota de aquel líquido rojo que bajaba por su rostro.

Una zarza rodeó de forma peligrosa el cuello del joven, advirtiendo con un apretón cuan letal podría ser.

¿Por qué sigues luchando? ¿Acaso no es mejor adorarme y olvidarte de todo el mal de tu alrededor?

>> Conmigo, serías feliz. Déjate llevar, Xefil. Sé mi caballero.


Otra vez aquel perfume, que adoraba y repudiaba a partes iguales. Si tan sólo consiguiera deshacerse de las zarzas...

Spoiler: Mostrar
Fecha límite: Martes, 18 de Junio
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Nell » Lun Jun 17, 2013 4:04 pm

Pudiendo cumplir su deseo, pese a que este no fuera bueno, Hana entró con gran valor al bosque, lugar que le habían prohibido visitar. Precisamente, por culpa de esa prohibición, se había convertido en un sitio tan endemoniadamente interesante para la joven.

Avanzó, sin mirar atrás, segura a cada paso que daba, con una serenidad sobrecogedora. Cualquiera diría que no era la primera vez que atravesaba el bosque, que éste le era conocido. Y sin embargo, un ojo experto vería como no se perdía detalle. Fijaba su vista allí donde la uniformidad del paisaje variara, desde ramas donde hubiese nidos hasta setas en mitad de su camino.

No era la primera vez que estaba en un bosque, pero siendo chica de mar, le era un medio muy desconocido. Y, por lo tanto, altamente misterioso. Quería de él conocerlo todo, el nombre de cada planta, de cada árbol y de cada animal, e incluso aquellos secretos que nadie había descubierto, que permanecían ocultos entre su maleza… si es que los había.

La curiosidad de Hana iba ligada, en ocasiones, a una imaginación demasiado fantasiosa para la realidad. Y es por ello que, cuanto más se adentraba, más creía en las maravillas de un bosque que, para ser francos, nadie esperaría que ocultase nada.

Estas ilusiones se vieron acrecentadas en cuanto la joven se dio cuenta de que el bosque cambiaba. Lo que al principio parecía un paraje tranquilo y aburrido, se había ido transformando en uno siniestro e incierto, cuyos árboles habían pasado de abrigarla a ser auténticos gigantes que se interponían en su camino.

También hacía frío. La excursión al bosque dejó de parecerle divertida, y Hana se abrazó, buscando su propio contacto, pensando que, si se sentía a sí misma, podría alejar la otra sensación que invadía su alma.

Pero ya era tarde.

Spoiler: Mostrar
Aún estaba a tiempo de volver sobre sus pasos. Y, precisamente, la idea se le pasaba por la cabeza cuando fue atacada. Algo duro, como madera, la golpeó por la espalda y la hizo caer al suelo. Se volvió, agitada, pero allí no había nadie. Estaba sola. Completamente sola.

¿¡Quién ha sido!? ―gritó al aire―. ¿Quién…?

Y no esperó respuesta. Echó a correr.

Como si le fuera la vida en ello, y dolorida en la espalda, resbaló por la tierra, saltó los obstáculos y continuó su frenética huida, sin saber de qué o de quién escapaba exactamente. Tenía una desagradable sensación en el pecho, como si le hubieran desgarrado el corazón, y no quería quedarse a comprobar si era su atacante el causante también. Pero, ¿qué acababa de pasar? No había visto venir la arremetida. ¡Ni siquiera había visto al que quería ser su asesino!

Corrió, hasta cansarse, hasta que le entró la fatiga y sus fuerzas le empezaron a fallar, aminorando la marcha y avanzando con la poca voluntad que le quedaba. Tenía la certeza de que iba a morir, y no sabía por qué, ni de mano de quién. Apoyó la palma en un árbol, exhausta, empujándose con la corteza para avanzar un poco más.

Pensé que nuestro rencuentro sería más emotivo.

La voz provenía del otro lado del tronco, donde una mujer apoyaba su espalda en éste, con una sonrisa de insuficiencia. A Hana le recorrió el peor escalofrío que había sentido jamás, mientras bajaba las manos hasta las rodillas para descansarlas. En realidad, descansar era una vía de escape. No quería dar la vuelta al árbol para comprobar sus peores temores.

La mujer lo hizo por ella. Posando una mano también en el tronco, giró alrededor del árbol hasta quedar cara a cara con la niña. Tenía un aspecto bastante sintonizado con el tétrico bosque: cabello castaño liso que le caía más por un lado, piel clara como la de Hana, maquillada de bien agraciada manera y un vestido completamente negro, además de tacones que realzaban su estatura.

Imagen


Miraba a Hana desde lo alto, como una diva, al tiempo que parecía complacida de verla.

¿Eres tú… quién… me ha… atacado!? ―respiró entrecortadamente. La miraba con rabia e ira―. ¡Bastarda!

Sin embargo, Hana no se movió del sitio, ni añadió nada más. Le hubiera gustado escupir a los pies de aquella mujer, pero simplemente… no podía.

Coge aire, cariño ―le sonrió con amabilidad―. ¿Y qué dices de que te he atacado? Lo has hecho tú solita.

¡Mentirosa!

La mujer rio, divertida, mientras dramáticamente negaba con la cabeza.

Es decepcionante verte en este estado. ¡Estás tan asustada que ni siquiera te atreves a tocarme! ¿Cómo vas a recuperarlo entonces? ¿Desde cuándo eres tan cobarde?

Y así era. Estaba aterrorizada por su presencia. ¿Qué hacía allí? ¿Había ido a buscarla? Hana sólo podía gritarla, interiormente, que desapareciera, que se esfumara de su vista y que la dejara sola. No quería ni mirarla. Hacerlo supondría confirmar que estaba allí, ante su presencia.

No obstante, la mujer tenía la lengua idónea para enrabietar a Hana, que se negaba a callar ante semejantes comentarios mordaces.

¡Cállate, bruja! ―tomó otra vez aire. Hacía rato que había dejado de jadear. Si quería, podía luchar. Pero no quería. Enfrentarse a ella suponía arriesgarse a perderlo todo de nuevo―. Te voy… Te voy a matar… Y me lo devolverás… lo… lo devolverás…

Inténtalo, mocosa ―le desafió la bruja, sacándole la lengua.

Esta vez sí, Hana se lanzó a por ella, con los puños en alto, burlándose de su propio miedo en un ataque desesperado. Se vio a punto de alcanzarla, pero tras una última sonrisa de suficiencia, justo cuando tendría que haberla alcanzado, la mujer desapareció. Hana flotó en el aire, justo donde tendría que haber estado la bruja, y donde sólo quedaba el humo que había dejado tras de sí al evaporarse. Había sido apenas un suspiro, como si la carne se hiciera polvo. Entre los restos de la humareda, Hana distinguió partículas cian brillantes… ¿hielo?

La postura en el aire le hizo perder el equilibrio, y cayó de morros al suelo. Cuando levantó la cabeza, había alguien inclinado mirándola fijamente. Alguien a quien no esperaba ver nunca más.

¿Tienes miedo? ―preguntó.

A Hana se le encogió el corazón. Y al mismo tiempo, se le apaciguó, tras el encuentro con la bruja. Era sólo un niño de ocho años, con el pelo azulado, revuelto y descuidado, puesto que no tenía ninguna madre tras él que insistiera en cortárselo. Vestía, además, lo mismo que la última vez: una camiseta blanca, rota en algunas partes, y unos piratas anchos marrones.

Imagen


Sus ojos, francos como siempre, miraban con fijeza a Hana, desnudando su alma y todo lo que allí había oculto.

Raymon… ―murmuró, recordando, de pronto, su nombre.

Estás temblando ―musitó, con una cara indescriptible, haciéndoselo notar a la joven, que hasta entonces ni se había dado cuenta. No sabría decir si era de frío o de terror―. ¿Quién dijo que “mi sueño era estúpido porque el nombre de Hana sería mucho más temido que el de un chiquillo incapaz de ganarte a las cartas”? ¿Dónde ha quedado ese valor? ¿Dónde está Hana?

Hana, encolerizada, y desde su posición ventajosa del suelo, cogió un puñado de tierra y se la lanzó a la cara.

¡Cállate! ¡Soy la misma de siempre!

Han sido ellos ―decretó ―. Ya no te interesa ser temida, porque ahora luchas por la justicia, ¿verdad? Con todo ese rollo de las Llaves Espada.

¿¡Qué sabrás tú!? ¡Sólo estoy con ellos porque me entrenan, pero a la hora de la verdad, hago lo que me da la gana! ¡Ni siquiera piden un compromiso serio para exterminar la oscuridad! ¡Sólo son unos pardillos!

Hasta que lo hagan.

Algo en su mirada asustó a Hana. No pretendía jactarse de ella, ni tampoco burlarse de su situación. Mucho peor: retrataba la realidad. Lo que era infinitamente más aterrador. El antiguo Raymon tenía tendencia a hacerlo, pero nunca de un modo tan cruel como entonces sentía Hana.

Y entonces, serás una heroína ―finalizó.

¡Eso jamás! ―rugió la aprendiza.

Vamos, alégrate ―por primera vez, había tristeza en su expresión―. Serás parte de los buenos. Actuarás por la justicia. Harás cumplir las leyes, capturarás a los infractores y matarás a los chicos malos ―y añadió, en un tono más claro―. Como Francis.

¡CÁLLATE! ―cerró los ojos y se tapó los oídos, no queriendo escuchar nada más. La imagen y voz de Raymon habían pasado a hacerla un daño indescriptible―. ¡Cállate, cállate, cállate, CÁLLATE!

Todo se quedó en silencio. Cuando se hubo calmado, Hana volvió a abrir los ojos. El niño se había congelado. Mantenía su expresión, mirándola como era ella realmente, y no como quien fingía ser, en una total parálisis que volvió a sembrar el temor en el corazón de Hana.

¿Raymon?

Alzó la mano e intentó tocarle la mejilla, pero aún no había hecho contacto cuando se rompió. Una fría capa de hielo lo recubrió y, como si siempre hubiese sido una escultura, se deshizo en pedazos que se disiparon incluso antes de tocar el suelo. Hana cogió al vuelo uno de los fragmentos, para sentir el frío real en su palma, mientras este se deshacía y se convertía en agua.

No… No, no, no… ―comenzó a agarrar en el aire los pedazos, pero éstos de deshacían, como el primero, en sus manos―. ¡No me dejes otra vez! Vuelve conmigo. Fíjate, sólo soy un poquito más alta que tú, y eso que tienes ocho años. Te necesito. Raymon… ¡Raymon, te necesito! ¡Regresa! ¡REGRESA, por favor!

Viendo que era inútil, bajó los brazos con derrotismo, y se abrazó los codos para sentirse otra vez a sí misma. Y lo confesó.

El mundo me da miedo. ¡EL MUNDO ME DA MUCHO MIEDO!

Los últimos fragmentos se convirtieron rápidamente en agua, perdiéndose en la tierra del bosque. Hana quiso sollozar. Pero no podía. Era uno de esos tantos sentimientos que tenía vetados. La falta de corazón le permitía albergar las emociones más oscuras y más dañinas, pero en absoluto podía establecer ningún contacto u empatía con alguien.

Era frustrante. Tanto, que Hana no tuvo otra manera de expresar todas aquellas confusiones que chillando. Chilló tan fuerte que podría atraer fácilmente a todas las criaturas del bosque, pero no la importaba. Era un grito desgarrador, que la liberaba de gran parte de la carga que soportaba. Que la aliviaba, tras mucho tiempo.

Al acabar, tenía la garganta dolorida. Pero se permitió una última confesión, antes de volver a alzarse en pie, para seguir caminando, siempre hacia delante.

Tú me hacías creer que el mundo no era tan malo.


Sus pies eran de plomo, totalmente dispares a los pasos serenos y firmes de la aprendiza que había iniciado su recorrido por el bosque, y andaba ahora como si fuera un muerto viviente. Estaba física y mentalmente cansada. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué veía ahora a aquellas personas? ¿Habían ido hasta allí para torturarla?

¿O acaso su fin estaba cerca y Raymon había ido a buscarla?

Por un momento, la idea no le pareció del todo mal. No lamentaba su vida, ni tampoco el no haber podido disfrutarla un poco más. Morir significaría volver con Raymon. Juntos, como en tiempos mejores, antes de que la vida de Hana cambiara con su marcha.

Pensó que la horrible sensación que tenía se debía a las recientes visiones, al cercano susurro de la muerte o, como mucho, a algo en mal estado que había comido. Por ello, no pudo prepararse para lo que estaba por venir.

Entonces, fue empujada de nuevo por la espalda y cayó al suelo. En esta ocasión, sí vio a su atacante: un sincorazón. Eran un total de tres y la habían rodeado rápidamente. Además, tenían una forma escalofriante, de fantasma, dispar por completo a los sincorazón negros que Hana había alcanzado a ver hasta el momento.

Las ganas de morir desaparecieron por completo. Se incorporó de inmediato, dispuesta a luchar, puesto que era lo único que sabía hacer. No iba a caer inútilmente en ningún combate por rendirse.

A vosotros no se os puede embaucar tan fácilmente, ¿verdad? ―les sugirió, recordando al enano gordinflón―. Entonces habrá que enseñaros modales.

Estaba en una clara desventaja, pero no se amilanó. Convocó su Llave Espada, pero antes de lanzarse a por el primero, prefirió adelantarse con Aqua, elevando una pequeña ola hacia los dos que tenía enfrente, a fin de alcanzarlos a ambos. Mientras esperaba que hiciera retroceder a éstos, se dio la vuelta y se lanzó Llave Espada en mano a por el sincorazón que la había golpeado, queriendo comprobar si llevaba la ventaja en un uno contra uno.

Lo que no se paró a pensar, sin duda, era si aquella dantesca forma tenía algún otro secreto oculto. Prefería no considerar la idea de que fueran inmunes, como reales fantasmas, a sus ataques.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Zee » Mar Jun 18, 2013 7:31 pm

¿Nuestro primer beso, dices...?

Mis sentidos se hallaban bastante nublados. Al momento que intenté apartarme, mis piernas me traicionaron y terminé por caer al suelo, indefenso. Mi propio cuerpo parecía traicionarme, esforzándose por decidir si debía sentir amor o miedo; mientras tanto, el efecto que aquellos sentimientos contrarios provocaban era demasiado como para poder mantenerme de pie siquiera.

Pero ya había recuperado algo de mi cordura. Sabía perfectamente que algo andaba mal. Y, mientras mi mente avanzaba más y más, acelerando inevitablemente como una máquina imparable, el hechizo que me envolvía comenzaba a disiparme. Y con él, la ilusión de Nadhia frente a mí.

¿Sabes que me has hecho mucho, mucho daño, Xefil?

No sirvió de nada recordar que quien me había llevado al bosque era Diana y no Nadhia, porque en aquel momento decidió continuar su estrategia de una manera más ofensiva. En un parpadeo, algo me arrastró de las muñecas en el preciso instante que me sentí capaz de invocar mi Danza de la Demencia. Lo que fuese que me había sujetado pronto envolvió todo mi cuerpo y me levantó con una fuerza tremenda, aprisionándome contra un árbol.

Mi cabeza se estrelló contra la madera, dejándome atontado y, efectivamente, indefenso. Mi vista se nubló al instante, y un molesto pitido resonó en el interior de mis oídos.

Yo era la única a la que debías amar —declaró Diana, acercándose hacia mí. Me costaba enfocarla; tanto que hubo momentos en los que creí que eran dos figuras las que me amenzaban.

¿Acaso era tan difícil?

No respondí. Agaché la cabeza y cerré los ojos con fuerza, intentando recuperar la conciencia que aquel golpe me había arrebatado. Aquel breve momento de concentración aclaró todo por unos instantes, y me permitió advertir el tibio líquido que comenzaba a empapar mi cabello. Mientras mi mirada se escondía en la oscuridad, sentí los labios de Diana presionarse contra mi mejilla y humedecerse con mi propia sangre.

Cuando abrí mis ojos, una zarza ya había rodeado mi cuello, amenazando con arrebatarme la vida con sólo apretar un poco más. Y fue entonces cuando noté que lo que me había atrapado no eran más que plantas, las cuales obedecían a Diana, por alguna razón que me resultaba imposible de comprender.

¿Por qué sigues luchando? —continuó cuestionándome la joven—. ¿Acaso no es mejor adorarme y olvidarte de todo el mal de tu alrededor?

>> Conmigo, serías feliz. Déjate llevar, Xefil. Sé mi caballero.


Una vez más, el hechizo comenzó a apoderarse de mí. Pero ahora podía reconocerlo. Y sabía que podía luchar contra él. Difícil, pero no imposible.

Eres bastante bonita, ¿sabes, Diana? —halagué, mientras internamente me esforzaba por mantener la cabeza fría—. Podrías haberme preguntado, nada más. Seguro que hubiese aceptado a tener una cita o algo, sabes —agaché la cabeza y cerré los ojos, descansando por unos instantes. Cuando volví a levantarla, le mostré a Diana la sonrisa más orgullosa y prepotente que pude permitirme dibujar en aquel momento—. Una caminata, helado, salir a comer... Gente de otros mundos va al cine, ¿no? Podía haber sido una buena idea, también, nunca he ido a un cine... Hubiera dicho que sí, ¡no tenías que hacer todo esto! —reí un poco.

>>Ha pasado bastante desde la última vez que recibiste cariño y amor sinceros, sin tener que recurrir a tu poder... ¿no es así...?

Mis ojos, ahora carmesíes, buscaron los de Diana. Me interesé profundamente por ver su reacción. Pero no pude permitirme contemplarla más que por unos segundos, pues sabía que debía actuar rápido. No sabía si mis momentos de lucidez iban a durar más que eso... y si Diana iba a mantenerse tan diplomática por mucho más.

Me concentré en el punto más lejano dentro de mis capacidades, a espaldas de Diana. Cinco metros exactos, sabía, era mi límite. Así que mi vista se posó en el sitio correcto, justo en el borde del círculo.

Generalmente necesitaba más tiempo. Pero sabía que aquella habilidad, de manera óptima, debía aprender a usarla en batalla. Debía acostumbrarme a moverme en menos de un segundo, en menos de un parpadeo. Así que, antes de que Diana pudiese comprender lo que estaba sucediendo...

Elusión Mágica.

Las zarzas no iban a ser ningún obstáculo, lo sabía. Y Diana tampoco, pues ya me habría escapado antes de que notara lo que había sucedido. Estando a sus espaldas, le tomaría tiempo encontrarme. Un par de segundos, al menos, que esperaba fueran suficiente para que pudiese perderme en el bosque.

Desaparecí. Usando el único talento que podía salvarme de aquella prisión, desaparecí en el mismísimo aire. Atontado como me hallaba, me desvié un poco y perdí el equilibrio al aterrizar sobre el césped, pero no me detuve ni un instante. Tan rápido como pude, tomé la daga que llevaba en mi cinturón y, tras encender la hoja, eché a correr por donde Diana me había llevado al claro.

O, por lo menos, por donde creía que lo había hecho. La verdad es que la chica había jugado bien sus cartas, y ahora no sabía realmente por dónde volver a la aldea. Pero no podía dejar que la duda acabase con mis posibilidades: no, sencillamente seguí corriendo.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
también hay un amor a la humanidad~


Imagen
Avatar de Usuario
Zee
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 3280
Registrado: Mié Mar 04, 2009 1:37 am
Dinero: 213,288.72
Banco: 15,374.00
Ubicación: .mx
Sexo: Masculino
Clan: Bohemia Lectura
Facebook: Pregunta por MP
Estantería de objetos
Karma: 36

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Suzume Mizuno » Mié Jun 19, 2013 1:00 am

Fátima preguntó disimuladamente aquí y allá por sus compañeros, sin querer llamar demasiado la atención sobre su persona. Se dijo que un día tendría que sentarse a hacer un inventario de la ropa de cada mundo para poder pasar desapercibida. También sería útil que la informaran antes de las misiones de a dónde iban a llevarla, por supuesto.
Durante casi una hora vagabundeó por la aldea, que resultó no ser tan pequeña como esperaba ya que no vio ni rastro ni de los Aprendices de Bastión Hueco ni de sus compañeros. Se comenzó a inquietar y notó una comezón muy incómoda.

¿Pero dónde se habían metido?

Cansada, porque no había nada mejor para quedarse sin pies que caminar sin un rumbo concreto, vio unas cajas en un callejón y se sentó sobre una con un resoplido.

¿Dónde se han metido? —masculló, moviendo los tobillos con el ceño fruncido—. Estamos en una aldea pequeña, no se pueden haber evaporado…

¿Dando vueltas como un pato mareado en su estanque?

Fátima notó cómo se le cortaba el aliento y se puso de pie de un salto, con el pulso disparado. Conocía esa voz. Maldita sea, que si la conocía.

Andrei apareció de entre las sombras, con su inseparable baraja de cartas, clavándole unos ojos fríos y, le pareció a ella, maliciosos aunque nunca habían mostrado demasiado interés en su persona.

¡Mierda, oh, joder!” pensó, histérica.

La Llave Espada, tenía que sacarla y llamar a Ronin. Con las manos temblando, fue a convocar su arma. Pero algo en la mirada de Andrei le hizo pensar que… Que no iba a matarla. Al menos no inmediatamente. Pero podía ser que si sacaba su Llave Espada sí se planteara atacarla.

Maldiciendo para sus adentros por su inseguridad, al final terminó por no hacer nada, más por miedo y instinto que por verdadero razonamiento.

¿Estás perdida acaso, patito? —Andrei le sonrió burlonamente y Fátima se habría ruborizado si no estuviera tan asustada que le había huido la sangre del rostros. El joven lanzó una carta al aire, la observó y continuó barajando. Luego, se apoyó contra una pared, de modo que la mitad de su cuerpo quedaba sumido en las sombras. A Fátima le irritaba profundamente esa actitud tan relajada, pero la asustaba todavía más de lo que quería admitir— La última vez no tuvimos la oportunidad de... charlar.

No, estabas más ocupado insultándonos” pensó con mordacidad, pero sus labios se quedaron firmemente pegados.

Ahora que lo pienso... me acusaste de mentiras, ¿recuerdas?

Tragó saliva. ¿Cómo se acordaba? Ni siquiera parecía que hubiera reparado en ella, estaba mucho más interesado por Kousen, que le había seguido el juego con la estúpida adivinación…

De pronto, Andrei se acercó rápidamente hacia ella. Fátima pegó un respingo y el corazón se le subió hasta la garganta. Se le pasaron por la cabeza miles de ideas de lo que podía hacer, desde correr a chillar, sacar su Llave Espada o intentar defenderse cuerpo a cuerpo. Pero, para su desesperación, no pudo reaccionar. Estaba demasiado asustada, porque sabía que Andrei era mucho más fuerte que ella, y sólo pudo retroceder atropelladamente hasta que sus talones dieron contra la pared.

El muchacho se detuvo a unos pocos centímetros de ella. Estaba tan cerca que notaba su aliento en la cara. No podía apartar los ojos de él. Su mente era un caos. ¿Qué debía hacer? ¿Iba a matarla?

Spoiler: Mostrar


¿Por qué habríamos de mentir a aquellos que se niegan a aceptar la verdad?

Hubo un movimiento y Fátima tuvo que esforzarse por no cerrar los ojos, como una simple chiquilla asustada. Con todo, apenas pudo reprimir un suspiro de alivio cuando no recibió ningún daño. Andrei sólo exhibía una carta… Bocabajo. Forzando la vista leyó que su título era La Fuerza.

Débiles.

Retrocedió, por fin, y ella aspiró una bocanada de aire. Estaba cubierta de sudor frío y casi no podía sostenerse sobre las piernas. Ni siquiera le importó que la hubiera vuelto a insultar. Sólo podía pensar en que había sobrevivido. De momento.

Pero te daré una oportunidad para demostrarme que no sois tal y como os pintó aquella niña asustadiza y ese flacucho arrogante —Fátima se puso alerta ante esas palabras. ¿Darle una oportunidad?—. He visto en tus ojos la duda, querer saber más de lo que nos rodea, aunque no consigas aceptarlo dentro de ti. Todos buscamos respuestas. Y yo puedo darte las que buscas.

Ya empezamos. ¿Cuánto has tenido que estar mirándome si sólo nos hemos encontrado dos veces, y las dos sólo pensaba en salir viva de donde estaba, cabrón?” pensó, si bien se abstuvo de hacer ninguna mueca.

¿Me sorprenderás? ¿O acaso saldrás corriendo a buscar a mamá pato?

Andrei se dio la vuelta y medio desapareció entre las sombras. Pero no del todo. La estaba esperando.

¿Y bien]?

Sólo tenía unos segundos y lo sabía. Pensó a toda velocidad. Ya que se había tomado la molestia de ir a buscarla, significaba que estaba interesado en ella. ¿La dejaría marchar si se negaba? Lo dudaba. Entonces lo más lógico era acompañarlo. Pero podía ser una trampa. Idiota, claro que era una trampa. ¿Y si querían interrogarla? ¿Le preguntaría algo sobre Tierra de Partida? ¿La amenazaría?

Podía ser, todo podía ser. Lo más inteligente sería lanzar un conjuro al cielo, saltar por encima de los tejados y escapar a la espera de que Ronin, o mamá pato, viniera a rescatarla.

Pero Andrei era rápido. Muy rápido. Si la primera vez no le había encontrado, podía ocurrir lo mismo de nuevo, sobre todo si Ronin venía de lejos.

Se mordió el labio inferior. Quizás podía averiguar algo. Le extrañaba mucho que sus compañeros no estuvieran por ninguna parte. ¿Y si les había hecho algo?

Se esforzó por controlar su respiración.

Tranquilízate” se ordenó. “Y demuestra que eres alumna de Lyn”.

Se sintió algo más segura al repetirse las palabras de Ronin, aunque antes la hubieran hecho resoplar, y se adelantó un par de pasos:

Voy contigo.

“A ver qué me muestras. Y a ver si puedes decirme qué es lo que deseo, señor adivino”.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor EspeYuna » Mié Jun 19, 2013 3:37 pm

Spoiler: Mostrar

Tema conjunto para los tres e.e


Hana

El bosque había producido en Hana el miedo, más no iba a desistir cuando tenía gran seguridad en sí misma para combatir contra los sincorazón. El hechizo fue efectivo y la pequeña ola de agua fría se alzó sobre los dos fantasmas que tenía al frente, dándole tiempo suficiente para darse la vuelta y lanzarse contra el que le había atacado con un fiero latigazo en la espalda.

Pero éste lo esquivó con rapidez, y Hana cayó de bruces contra el suelo, llenándose de algo de barro y polvorienta arena negra. Se unió a sus hermanos, quienes se habían recuperado un poco del ataque mágico de la portadora. Era hora de contraatacar, no se lo pondrían nada fácil.

El fantasma que había conseguido escapar de Hana le lanzó una bola de fuego impregnada de oscuridad, la cual ardió inevitablemente en su hombro derecho.

Eran rápidos. Y fuertes.

Los otros dos habían hecho aparecer dos velas a sus garras, encendiéndolas. Algo extraño procedía de ellas, una fuerza atrayente y que sin duda aturdía a quienes la mirasen durante unos segundos. ¿Acaso era una trampa para Hana? ¿Se dejaría engañar tan fácilmente como un pez a punto de ser pescado con el jugoso cebo?

Quizás se diese cuenta, puede que no, pero alguien apareció de entre los arbustos que conducían a lo más oscuro del bosque. Una presa que había escapado de su cazador...

Xefil

Diana abrió su ojos llenos de confusión, mas pasaron a emanar una pizca de ira.

¿¡C-Cómo te atrev...!?

Las palabras de Xefil y sus ojos, inyectados en sangre por el poder de la Locura emanando dentro de él, fueron su billete de salida. En menos de un suspiro Diana perdió su rastro, escasos segundos que Xefil aprovecharía con su habilidad para correr lo más lejos posible de ella.

El sonido de su daga de plasma agudizó el oído de la cazadora de hombres, quien se dio la vuelta y percató la sombra del aprendiz adentrándose en el bosque. Las zarzas, como si fueran mascotas vivientes, rodearon a su entristecida Diana.

¿Xefil, eh? —preguntó para sí misma, recordando el nombre del aprendiz— Me gusta que un hombre sea así de escurridizo y rebelde, que se haga el difícil. ¿A vosotras no? —dijo, acariciando las enredaderas— Traédmelo.

* * *


Xefil corría sin mirar atrás. Tenía que encontrar la salida de aquel bosque, lo cual le estaba resultando sumamente complicado. Ni siquiera sabía si se estaba acercando a la aldea o, por el contrario, se estaba adentrando cada vez más en el bosque. La oscuridad se hacía patente incluso a pleno mediodía.

Pero alejarse era la mejor opción. Si daba la vuelta, quién sabe lo que le llegaría a hacer Diana. Estaba entre ser su esclavo si volvía a dominarle con sus poderes, o por otro lado, ahorcarlo con sus zarzas si aquel comentario había supuesto su ejecución.

Una luz apareció entre unos arbustos del bosque. Irremediablemente correría hacia ella, quizás pensando que se tratara de luz natural, de fuego de la aldea, quién sabe.

Llegó a un claro más oscuro que en el que había estado consumido como un prisionero bajo los encantos de la aprendiz de Bastión Hueco. Por un momento se olvidó de que Diana podría aparecer de un momento a otro, pues se encontró con los ojos de Hana, su compañera. Herida del hombro derecho, estaba rodeada de tres criaturas fantasmales, quienes la aturdían con unas velas. Aquella debía ser la luz que le había atraído hasta allí.

La marca de su pecho confirmaron su identidad: sincorazón.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Diana le daba caza y no podían entretenerse. Hana estaba en peligro, había que ser rápido antes de que los atraparan a ambos... o aquellos fantasmas les arrancaran el corazón.

Fátima

Andrei no dijo nada a la respuesta de Fátima. Seguiría adentrándose en la oscuridad, esperando que Fátima le siguiera. Y eso hizo la aprendiz, aún con duda y miedo, quería valerse a sí misma como portadora y sentir cierto orgullo como aprendiz de Lyn.

A los pocos minutos de adentrarse en el callejón, tropezando de vez en cuando con las piedras que asomaban traviesas en el suelo, ambos volvieron a ser iluminados por un pequeño rincón con cajas desgastadas y abandonadas, incluso con cierto olor a moho en el lugar. El cielo de arriba era tan azul como el de toda la aldea, pero a Fátima le resultaría difícil comprender que no había salido del pueblo. La presencia de Saavedra le ponía los pelos de punta.

Éste se sentó en una de las cajas más pequeñas, sacando de nuevo sus naipes y barajando con destreza, sorprendiendo su rapidez. Parecía divertirle la idea de incomodar a Fátima. Fue extendiendo las cartas a lo largo y ancho de una caja de madera más grande, contemplando de vez en cuando con sus ojos los de la aprendiz de Tierra de Partida.

Pareces asustada.

Cuando terminó de extender la baraja entera, un total de veintidós cartas, se acomodó en su sitio y no apartó su mirada de la de Fátima.

¿Por qué no aprendes a mirarme a los ojos cuando te hablo? —preguntó Andrei, esbozando una sonrisa, tétrica ya amenazadora— Te estoy dando un consejo, agradece que esté de buen humor.

>> Si no eres capaz de hacerlo, me vas a decepcionar bastante.


Independientemente de que Fátima le hiciera caso o no, el aprendiz de Bastión Hueco suspiraría con resignación y señalaría con el dedo índice la baraja extendida, todas bocabajo.

Coge tres y colócalas en el hueco que te he dejado libre, sin verlas.

Parecía querer hacer con Fátima lo mismo que hizo con Kousen en su día. Aquel fatídico día donde todo cambió.

La joven todavía estaba a tiempo de mandar un mensaje al cielo abierto, pero se estaba jugando el cuello. Quizás pudiese sonsacar información a Saavedra si le seguía el juego, mientras escogía los naipes.

¿Tienes miedo de saber lo que te depara?

Spoiler: Mostrar
Fecha límite: Domingo, 23 de Junio
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Suzume Mizuno » Lun Jun 24, 2013 3:23 am

Andrei la llevó hasta un sucio rincón—perfecto para matar sin testigos, pensó con inquietud— con varias cajas amontonadas contra una pared. Tomó asiento en una de ellas, y tras barajar sus cartas las extendió sobre otra caja más grande. Fátima experimentó una mezcla de alivio e incredulidad.

¿En serio me ha traído aquí sólo para leerme el futuro?” pensó. “¿O es una forma de asustarme. Porque el cabrón lo está consiguiendo.”

Para su irritación, Andrei parecía estar divirtiéndose. Le lanzaba miradas de soslayo, que Fátima se esforzó por rehuir: no quería que viera lo aterrorizada que estaba y lo poco que le faltaba para mandarle un hechizo contra la cara, como en su momento hizo Nadhia, y salir corriendo.

Pareces asustada.—señaló él.

Será porque tengo a un asesino frente a mis narices” ironizó para sus adentros, apretando los labios.

Andrei terminó con sus juegos de manos y sintió que le clavaba la mirada. Fátima se removió en el sitio, todavía alejada de Andrei, cerca del callejón, preparada para escapar en cuanto viera la oportunidad. Que la llamara cobarde, le daba completamente igual lo que pensara de ella, no iba a acercarse más de lo estrictamente necesario.

¿Por qué no aprendes a mirarme a los ojos cuando te hablo? —pegó un respingo y contempló los labios de Andrei se curvarse en una oscura sonrisa— Te estoy dando un consejo, agradece que esté de buen humor.

>> Si no eres capaz de hacerlo, me vas a decepcionar bastante.


Qué desgracia más grande —soltó con marcado sarcasmo, en parte porque no aguantaba más callada y en parte para infundirse valor a sí misma.

Andrei señaló las cartas.

Coge tres y colócalas en el hueco que te he dejado libre, sin verlas.

Sus pies parecían haber echado raíces, pero para obedecer tenía que acercarse. Se reprochó a sí misma su cobardía. ¿No se suponía que estaba allí para sonsacarle información? Echó un vistazo al cielo despejado. En caso de urgencia, podía disparar un conjuro de fuego…

Vamos allá” pensó con resignación.

Después de todo, si Andrei quería matarla, dudaba que fuera lo suficientemente rápida para escapar.

Se sentó con toda la elegancia que fue capaz. Ojeó los naipes y seleccionó tres al azar. Después miró, expectante, a Andrei.

¿Y bien?

¿Tienes miedo de saber lo que te depara?

Fátima se permitió un resoplido burlón, aunque el corazón le retumbaba tanto contra el pecho que creía que le iba a partir el esternón.

No sabes cuánto miedo me da lo que me pueden decir unas cartas en manos de un manipulador como tú. Creo que esta noche no voy a pegar ojo—le dedicó una media sonrisa—. Aunque algo me dice que tu lectura de las cartas no es tan buena, porque me imagino que encontraros con varios Maestros —no le miró directamente, pero estuvo atenta a sus reacciones. ¿Sabría que había alguien más, aparte de mamá pato?— no entraba dentro de vuestros planes.
»¿Te avisaron las cartas, Andrei, de que habría varios patos grandes y no precisamente perdidos?


Casi al instante se arrepintió de haber hablado con tanta audacia, pues sabía perfectamente que estaba jugando con fuego, pero Andrei la miraba de una manera que la enervaba sin que pudiera hacer nada por evitarlo.

Además, tenía que tantearlo. Ya había dejado bien claro que no le gustaban los timoratos. Ahora la pregunta era si prefería a los que le seguían el juego y punto, o a los que eran capaces de responder y darle pelea.

Sólo esperaba tener la oportunidad de poner en práctica todas las posibilidades y encontrar la forma correcta de conectar con él.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Zee » Mar Jun 25, 2013 12:52 am

Las ramas y hojas secas crujiendo bajo mis pies y mi agitada respiración se volvieron la melodía que acompañaba mi carrera. Tras jugar a los detectives con Diana (obteniendo una reacción esperada, sobra decir), logré escabullirme con un poco de suerte. Desafortunadamente, estaba seguro que la joven sabía perfectamente qué rumbo había tomado, además de que, como las plantas la obedecían, aquel sitio no era el más apropiado para intentar superarla.

No podía detenerme ni por un instante... y eso era mi perdición.

No tardé ni dos minutos en perder el aliento. Mis músculos comenzaron a pesarme y el corazón comenzó a golpear con tal fuerza en mi pecho que sentí que iba a devolver el estómago en cualquier momento.Los guardias del castillo solían decirme en broma que un perro enfermo podría durar más tiempo corriendo que yo.

Tristemente, probablemente tenían razón.

Y lo peor era que no sabía por dónde iba. Estaba bastante seguro, pese a haber estado hipnotizado todo el tiempo, que no había caminado tal tramo acompañado por Diana. Si aquel camino hubiese sido por el que habíamos entrado al bosque, ya habría alcanzado el exterior; o al menos, atisbar su luz a la lejanía.

¿Era sensato cambiar de rumbo? Probablemente no. Diana podría alcanzarme en cualquier momento si me detenía o me desviaba de mi camino. Y la línea recta es el camino más rápido a un destino... fuese cual fuese el mío.

¡Ah! —pude exclamar apenas; aunque con el poco aire que podía meter en los pulmones, soné más como un animal agonizante.

Había luz entre las plantas. Un poco más lejos de lo que esperaba, pero parecía que finalmente había encontrado la salida. Embargado por una nueva fuerza, logré recuperar el ritmo suficiente para encontrar la salida antes de que Diana pudiese encontrarme.

Oh, venga...

Apenas crucé el arbusto que debía llevarme a la salida, advertí que había cometido un magnífico error. Quien fuera que se encontrase allá arriba, controlando el mundo a mi alrededor, debía estar riendo ante mi situación, manteniendo en mente una falsa promesa.

Spoiler: Mostrar
"No te voy a trollear". Anda ya, Espe xDDDD


Tres Sincorazón, justo frente a mí. Jamás en mi vida había visto unos ejemplares como aquellos, pero la marca que exhibían en su pecho era inconfudible: un corazón negro cubierto por espinas. Estos seres en particular habían adoptado la forma con la que usualmente eran representados los espíritus del más allá. Tres fantasmas blancos, tanto como la luna en una noche despejada, con una gran boca cuyas comisuras se hallaban cosidas y que poseía afiladas puntas (cualquiera dirían que eran dientes pero, como con muchos Sincorazón, aquellos apéndices parecían más ser parte de la boca que estar dentro de ella). Poseían, curiosamente, dos pares de ojos amarillos, dos donde normalmente uno los encontraría, y otro bajo la boca.

Santo Dios... —expresé, abriendo los ojos con admiración y abriendo la boca en una sonrisa estúpida. ¿Y Diana? Ya la había olvidado—. ¡Pero miraos! ¡Sois preciosos! —exclamé, aunque luego mi vista se topó con la ahora familiar figura de Hana, quien había terminado en el suelo—. Y tú también, Hana —añadí juguetón, para después alzar mi daga en dirección de las criaturas—. Sería una pena tener que destruir algo tan hermoso como vosotros, ¿no...?

Levanté mi mano libre, apuntando a los Sincorazón con la palma. Sin pronunciarlo en voz alta, lancé un rápido Libra en su dirección, como una medida preventiva. "Conoce a tu enemigo", dicen algunos.

Pero lo siento, eso no va a detener a un Caballero de la Llave-Espada... ¡Hielo!

Lancé el conjuro hacia el Sincorazón que estuviese más cerca de Hana, esperando que fuese suficiente para que la chica encontrase un hueco para incorporarse. Con rapidez, inicié una carrera hacia cualquiera de los otros dos, con la intención de clavarle la daga directamente en la marca de su pecho.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
también hay un amor a la humanidad~


Imagen
Avatar de Usuario
Zee
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 3280
Registrado: Mié Mar 04, 2009 1:37 am
Dinero: 213,288.72
Banco: 15,374.00
Ubicación: .mx
Sexo: Masculino
Clan: Bohemia Lectura
Facebook: Pregunta por MP
Estantería de objetos
Karma: 36

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor Nell » Vie Jul 05, 2013 4:31 am

Si bien había meditado la posibilidad de que los fantasmas no fueran corpóreos, no se le había ocurrido que pudieran ser más rápidos que ella. Por eso, no vio venir la soltura del sincorazón, que la llevó a un nuevo viaje al suelo.

Escupió la tierra que había tragado, literalmente, pero no se molestó en limpiar sus ropajes, sino que se encaró con los tres enemigos que, pese a no rodearla ya, se enfrentaban a ella con superioridad numérica.

Tampoco fue lo suficiente rápida para esquivar la bola de fuego, aunque ésta sólo le impactó en el hombro. Cayó de nuevo sobre el suelo, hincando una rodilla, para echar la tierra que antes había escupido sobre la llama y apagarla. Desde su entrada en el bosque, no había parado de hacerle visitas, todas precedidas de un enemigo al que no podía abatir. Era frustrante.

Se incorporó con dificultad, deseando que la tierra fuera suficiente para apagar el fuego. Incluso lamentaría que se apagara, puesto que podría haber buscado algo con que prenderlo para que le sirviera de arma.

Y en vez de pensar un nuevo plan de ataque, quedó prendida de los dos fantasmas restantes. Habían encendido una llama en sus farolillos. Era imposible no fijarse en ellas, puesto que Hana tenía que mirar qué hacían sus enemigos. Una trampa imposible de esquivar. Vio el fuego flotando, reflejado en sus ojos, llameando, danzando…

La voz de Xefil la devolvió a la realidad, lo suficiente para apartar la vista, consciente de que aquellas llamas no eran, para nada, naturales. No sabía qué le pasaría, o si ya había ocurrido, si las contemplaba fijamente, pero nada bueno podía ser.

Que Xefil estuviera allí, además, fue toda una sorpresa para Hana. ¿Acababa de llegar o había estado por el bosque, o incluso viéndola, un buen rato? ¿Sabría… qué le había sucedido? ¿Sabría algo? Estas, y muchas otras preguntas, angustiaron a la mentalmente debilitada Hana, que se repuso como pudo, apartándolas de su mente como pudo.

De hecho, que Xefil comenzara a alabar la, para Hana, inexistente belleza de los fantasmas, y de la misma aprendiza, consiguió que pudiera centrarse mejor en

Oh, entonces no los destruyas. Deja que te coman y pierdan el apetito ―le murmuró Hana, molesta.

Y, a pesar de que sabía que debía agradecer a Xefil su aparición, porque bien podía haberla salvado la vida, prefería que no estuviese allí. No había podido sobrevivir en el bosque que le habían prohibido pisar y eso la enrabietaba. Significaba, entonces, que los Maestros habían tenido razón. Que era demasiado peligroso para alguien como ellos.

Para aprendices.

Por el momento, lo principal era salir de allí con vida.

¡No mires la llama! ―le advirtió, aprovechando el Hielo de Xefil para lanzar otro Aqua, esta vez, intentando abarcar lo suficiente para alcanzar a los candelabros y apagarlos. Y, si podía también, a los fantasmas―. ¡Y cúbrete! Son muy ágiles y disparan fuego.

Mientras estuvieran en la misma batalla, tendría que procurar por salvar también la vida de su compañero. Hasta comprobar, claro, que de verdad los sincorazón tenían apetito, claro.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Castillo de Bestia] Bonjour, monsieur!

Notapor EspeYuna » Jue Jul 11, 2013 2:06 am

Hana y Xefil

Hana fue inteligente y reaccionó a tiempo, apartando la mirada y avisando a Xefil de la extraña habilidad de aquellos fantasmas. Por otra parte, consiguió apagar el fuego que ardía en su hombro herido, pero el dolor seguía vigente. Los sincorazón parecían dispuestos a atacar de nuevo, pero Xefil no les permitiría dar el primer paso. Lanzó un hechizo helado al enemigo más cercano a Hana para que ésta pudiera escapar o, si el orgullo no se lo permitía, contraatacar. El ataque directo con la daga de Xefil también surtió efecto, siendo clavada en uno de los ojos de aquella criatura indeseable.

Pero el hechizo analizador de Xefil no llegó a ejecutarse.

Ambos aprendices presenciaron la aparición de un extraño fenómeno de la madre naturaleza. El nefasto poder de Diana llegó al claro donde ambos se hallaban, limpiándolo de sincorazón. Uno desapareció y otros dos huyeron asustados. Pero las plantas mágicas no acabarían su trabajo, pues tenían a alguien quien atrapar.

Una de ellas se lanzó a por Xefil, mientras que otra agarró por un tobillo a Hana.

La cazadora llegaría de un momento a otro a por sus presas.

Fátima

¿Sabes? Para estar temblando como un flan eres aguda con las palabras —dijo Andrei, esbozando una sonrisa llena de picardía—. Tus Maestros no me preocupan en absoluto. Tan sólo quería pasar una velada... agradable contigo.

Andrei no entró en más detalles. Más interesado estaba en las cartas que eligiera Fátima con su dedo índice. Se incorporó y levantó el primer naipe:

La Sacerdotisa

Eres paciente. Al menos, en principio. Equilibrada, algo discreta y reservada. Tomas las decisiones con meditación, pero eso significa que no sabes arriesgarte en momentos decisivos. Un arma de doble filo, pero el equilibrio va a tu favor.

Esperando la reacción de Fátima a su curioso halago, el joven echó mano a la carta que se encontraba en medio:

La Luna

Cambios importantes, tal y como Kousen. Interesante. Se te presenta un camino difícil y oscuro. Buscas experimentar, descubrir mundo. Aunque, ¿qué portador no desearía salir de su prisión?

Y por último, hizo aparecer el último naipe, esta vez invertido a ojos de Fátima:

IV de Bastos

Oh.

Andrei se llevó la mano a la barbilla, pensativo al destapar la última cara de la baraja escogida por la aprendiz de Tierra de Partida. Parecía bastante interesado en aquella última, ¿o estaba actuando para engañar a la joven?

Vaya, vaya... inseguridad. Eres bastante desconfiada y... ¿qué tenemos aquí?

>> Incomodidad.


Andrei alzó los ojos hacia los de Fátima, serio:

Tú... no eres feliz.

Spoiler: Mostrar
Fecha límite: Lunes, 15 de Julio
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

AnteriorSiguiente

Volver a Segunda Saga

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado