[Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Axel, Sho, Red, Happy, Espe y Vani

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

Moderadores: Suzume Mizuno, Astro, Sombra

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor EspeYuna » Mar Mar 05, 2013 2:46 am

La chica me sacó la lengua, divertida, y yo correspondí con una sonrisa. Su desparpajo y alegría me encantaban, y hacían menos tensa la situación.

¡Todo el mundo aquí sabe la existencia de otros mundos! ―exclamó, dando evidencia de que no debíamos temer por meter la pata con respecto a nuestro origen―. ¡Es nuestra tarea, al fin y al cabo! Y este año necesitamos vuestra ayuda por culpa de chicos malos como ése ―señaló al sincorazón que faltaba cuando, finalmente, lo rematamos entre todos. Me fijé en que Zait también había reaccionado, ayudándonos a Hiro y a mí. Me alegré sobremanera al saber que el no tan pequeño Zait había recuperado las fuerzas para luchar, al menos de momento.

El sincorazón desapareció, haciendo que yo, por lo menos, relajara la musculatura de mis brazos y dejara de tensar la cuerda invisible con la que lanzaba las Flechas de Ángel Forjado. Fue entonces cuando la joven se acercó a nosotros, pegando saltos gráciles e infantiles que eran acompañados por el ambiente festivo de la plaza.

¡Guau, sois impresionantes! ¿Hacéis autógrafos? ―bromeó, presentándose al fin―: Mi nombre es Hime. ¡Encantada! ―la joven hizo una reverencia junto a su falda, representando a una bella princesa mostrando sus modales― ¡Bienvenidos a Ciudad de la Navidad! Creo que el recibimiento dice por sí solo cuál es nuestro problema ―comenzó a reír, y yo, estupefacta por el nombre de la ciudad, seguí escuchándola―. Venid conmigo. Os lo explicaremos todo a detalle dentro. ¡Y con un café, si queréis!

Gracias, Hime ―dije de corazón, pues tomar algo caliente tras haber estado pasando frío era una de las invitaciones más reconfortantes que existían.

Mmm, por cierto, ¿quién de vosotros es el Maestro?

Oh ―musité, acordándome del pequeño demonio. Bien era cierto que, de un modo u otro, se había escaqueado del trabajo―. Sobre m-mi, nuestro Maestro... esto... ―intentando buscar algún tipo de excusa para perdonarle frente a los habitantes de aquella ciudad, me decanté por lo más sencillo, aunque Zait me ayudó con su curiosa improvisación. Reí, evitando los nervios, y proseguí― Seguramente esté vigilando las afueras, por si aparecen más Sincorazón en los alrededores. Sólo por si acaso, ya sabes.

En ese momento debería haberme crecido la nariz, igual que aquel niño de madera que aparecía en un cuento. Además, no había mentido del todo, pues si Akio no estaba en la ciudad, sus sentidos estarían en las afueras. Y bueno, no es que estuviese lo suficientemente distraído como para no avisar de un ataque enemigo, ¿no?

"¿A quién pretendo engañar? Sigo preocupada por él."

La verdad es que es la primera vez que conozco aprendices de la Llave Espada ―dijo Hime, con un tono gracioso y despreocupado―. Seguro que tenéis una vida muy emocionante. ¡Y peligrosa! No hay mucha gente que decida arriesgarse por salvarguardar el orden mundial ―cuando usó una voz grave para decir aquello, pensé de inmediato en el Maestro Ronin, por lo que escapé una pequeña risa―. ¿Qué hizo que tomarais ese camino?

Oh, sobre eso...

¡Oh, no respondáis si no queréis! ¡No quiero parecer maleducada! Es sólo una pregunta que me hago muchas veces en voz alta ―en realidad, no me importaba contarle el cómo conocí a Akio, mi Maestro. Pero más que por protocolo de portadores, ella se había disculpado por no querer parecer cotilla. Aunque no me importaba, realmente conocía a los auténticos fisgones, como las viejas cotorras de Villa Crepúsculo―. Porque conozco a alguien que pasó por lo mismo y nunca se la he hecho.

Pero, Hime, ¿no acabas de decir que...?

De repente, escuché un sonido seco y vi como la muchacha se había estampado contra una de las columnas de caramelo. Fui a socorrerla enseguida, cuando un recuerdo apareció de la nada, como una campanilla de cristal intentando darme un aviso o hacerme recordar algo importante:

"Si se da la… extraña casualidad de que allí abajo encuentras a una niña tan patosa como tú… Procura que no se haga daño."

Hime, ¿tú...?

¡Todo solucionado, señor! ―exclamó Hime, quien se dirigió de forma militar a un personaje que, si bien estaba soñando, sería mejor que alguien me pellizcara. Olvidé por un momento a Akio.

Muy bien ―aquel viejo anciano, robusto y vestido de rojo se giró a nosotros, con un largo pergamino en la mano―. Imagino que sois los enviados de Tierra de Partida. ¿Cuáles son vuestros nombres?

De pronto, algunos cables se cruzaron en mi cabeza hasta que logré relacionar a aquellos divertidos duendes de la plaza con el nombre de la ciudad y... con él.

N-No puede ser ―musité, embobada. Señalé, quizás de forma maleducada, a aquel gracioso gordinflón que había creído ser producto de mi imaginación desde que mi padre me contó "la verdad"―. ¿¡S-San... S-S-Sant-t-a... Cl-Cl-a-a-us...!?

Bajé el dedo, recordando mis modales, pero, ¿qué demonios? ¡Santa Claus existía de verdad! Mis ojos se iluminaron y una estúpida sonrisa surcó mis labios.

¡¡¡Mi padre me engañó, eres de verdad!!! ―exclamé, quizás arrepintiéndome luego de mis palabras ante todos los presentes. A continuación, conseguí escupir mi nombre, ignorando a causa de la emoción lo que había dicho Zait— ¡N-Nadhia Hoghes!

La ilusión de mi niñez volvía a asomarse a las ventanas de mi corazón.

Spoiler: Mostrar
Imagen
^Nadhia xD
EDIT: Para responder a Santa Claus xDD
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor VaniRoxy801 » Jue Mar 07, 2013 4:18 pm

¿No crees que deberíamos intentar ser un poco más discretos?

Me giré para comprobar que mi compañero había decidido por fin cansarse un poco y empezar con la misión. Saltando del alféizar, empezó a acercarse a donde estaba.

Tranquilo… El pequeño guardará silencio… Si sabe lo que le conviene… —le respondí.

No vamos a conseguir más que problemas si nos pillan aquí dentro. Pero, aun así, he de admitir que la idea es buena. —dijo sonriendo.

Que raro me parece recibir un halago por tu parte… —dije con un tono burlón.

Axel se acercó aún más a mí, lo suficiente como para susurrarme sin que el elfo no se enterase.

No quiero decirlo muy alto para no darle ideas, pero piensa que incluso así deberemos tener cuidado. Puede intentar tendernos una trampa. Imagino que ya habías pensado en tomar represalias si lo hiciera, pero ni siquiera la más dolorosa de las torturas me serviría para quitarme el resquicio de haber fallado una misión por querer usar el método "fácil".

Claro que lo tengo en cuenta… —le susurré— Voy a hacer que vaya primero y no pienso quitarle los ojos de encima… Te aseguro que no voy a permitir que fallemos esta misión.

Y, además; no sé si es realmente te disponías a acabar con él o no, pero por grave que sea lo que nos haga, te aseguro que no pienso permitir que te cargues a ningún habitante de este mundo.

Oh…¿Eso es una amenaza? —una gran sonrisa apareció en mi cara— Si no quieres que le pase nada, asegúrate que “los habitantes de este mundo” no interfieran y colaboren en la misión… ¿Verdad, pequeño?

Sin duda, el elfo estaba sufriendo de lo lindo. Sudaba muchísimo y apenas podía hablar y cuando intentó comunicarse con nosotros, no nos dio buenas noticias.

¡N-n-n-o-n-n-o-o t-t-ra-ra-rai-ci-cio-na-na-ré-ré-ré a-a-a-a-al S-S-S-e-eño-ño-ñor Cl-cl-cl-cla-clau-claus! ―dijo tartamudeando― D-d-d-de-de-de é-é-él de-de-de-dep-depen-depend-depen-depen la-la-la-la f-f-fel-fel-felic-felicida-felicidad d-d-de mu-mu-mu-much-muchos ni-ni-ni-niñ-niño-niños. ¡Y-y-y-y la-la-la Na-na-na-vi-vi-da-da-da-da-dad!

Acto seguido, el pequeño se desmayó en mis brazos. Le dejé caer contra el suelo bruscamente al ver que no se movía. No me dio tiempo a reaccionar, la puerta de la habitación superior si abrió y de ella salió otro elfo. Soltó un pequeño grito al vernos y volvió a meterse dentro, escondiéndose de nosotros.

¡JODER! —grité.

El plan de sigilo acababa de irse al garete… No sólo había perdido al rehén, si no que otro de los elfos nos había descubierto. Había que detenerlo antes de que alertase al resto…

Da igual… esto no está perdido del todo… —dije intentando calmarme— Axel, ¡pilla a ese enano antes de que nos delate! Yo me ocuparé… de esconder este cadáver.

Me giré hacia el cuerpo desmayado del pequeño elfo, alcé la Llave Espada sobre él, apuntando hacia su corazón, listo para empujar el arma hacia abajo y atravesarlo. Solté una carcajada.

Espero que en la próxima vida no seas tan cobarde, pequeño…
VaniRoxy801
31. Francotirador
31. Francotirador
 
Mensajes: 905
Registrado: Jue Mar 29, 2012 9:25 pm
Dinero: 28,418.00
Banco: 15,216.00
Sexo: Moriré solo y virgen
Karma: 5

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor Axelpower » Sab Mar 09, 2013 9:21 pm

Pocos fueron los segundos necesarios para que el plan de Yagami se estropeara de forma irremediable. El elfo al que habíamos tomado como rehén empezó a temblar, presa irremediablemente del pánico, e intentó decir unas palabras con las que demostrar su fidelidad a Santa Claus, antes de sucumbir a la presión y caer desmayado en los brazos de mi compañero.

Quedé verdaderamente asombrado por la valentía de aquel pequeño ser. A pesar de tener frente a él a dos elegidos de la Llave Espada, que lo amenazaban con quitarle la vida si no colaboraba, se arriesgó a ser fiel al hombre que estábamos buscando. Muy pocos hombres quedaban ya con un coraje y una lealtad como las suyas...

Aquello me había hecho reafirmarme más aun en mi decisión: no pensaba dejar que ningún nativo inocente saliera herido. No obstante, la situación estaba haciendo que cumplir mi objetivo se pusiera muy difícil. Por una de las dos puertas de la sala apareció otro elfo como el que acababa de desmayarse; que al descubrirnos frente a su inmóvil e inconsciente compañero huyó presa del pánico, posiblemente a buscar ayuda. Y Yagami, que ya estaba de por sí lo suficientemente agresivo, terminó de montar en cólera.

Desde luego, ver cómo su plan se había desmoronado tan de repente le enfureció sobremanera. Pero, aun así, poco le costó idear uno nuevo, movido esta vez más por la sed de venganza que por cumplir nuestra misión: su nueva idea consistía en que yo persiguiera al elfo que nos había visto y había huido, mientras él se encargaba del pequeño que se había desmayado. No comprendí a qué se refería hasta que vi cómo sacaba su Llave Espada y la situaba apuntando justo al corazón del inconsciente elfo.

Entonces fui yo quien monté en cólera. Materialicé tan rápido como pude mi Llave Espada y golpeé la suya en un lateral, intentando apartarla antes de que ocurriera alguna desgracia.

¿Se puede saber qué haces? ¿Qué demonios pretendes conseguir matando a un inocente? —vociferé, enfurecido.— ¡Ya nos han visto, incluso aunque lo elimines van a saber de nuestra presencia! Además, ya te lo he dicho antes: —enfaticé las palabras que estaba a punto de decir, para que se diera cuenta de que mi posición era clara e inamovible.— no pienso eliminar a nadie de este mundo si la misión no lo especifica así directamente. Por lo tanto, no voy a perseguir y cargarme al otro elfo que nos ha visto.


Bajé entonces el tono de voz, intentando tranquilizarme: lo último que necesitábamos era pelearnos entre nosotros, que éramos del mismo bando.

Ahora, céntrate, relájate, y piensa bien en lo que vamos a hacer. Por mucho que salgamos corriendo detrás del elfo que nos ha visto, no sabemos cómo es por dentro este lugar, así que va a encontrar ayuda y dar la voz mucho antes de que demos con él. Si da la voz, no va a servir de nada que nos carguemos a un inocente, al contrario: sólo servirá para que den la alarma y refuercen su seguridad, lo cuál nos podría complicar, y mucho, la misión.

>>Tenemos que centrarnos en nuestro objetivo principal: encontrar y secuestrar a Santa Claus. Cualquier cosa que no sea eso está fuera de nuestro deber y sólo servirá para alejarnos del éxito. Y eso sí que no pienso tolerarlo bajo ningún concepto.


Recordé lo que me había dicho Diana antes de que saliera de Bastión Hueco: "Buscas poder, ¿verdad? Qué mono. El Maestro lo sabe y te ayudará a conseguirlo. Obedécelo. Todo lo que hagas será bajo sus designios, y por tanto, en tu provecho.". Eso significaba que cualquier cosa que no me ayudara a cumplir la misión, cualquier cosa que no fuera lo que me habían encomendado, no era más que un obstáculo a mi objetivo, un bache en mi camino hacia el poder. No pensaba permitir que los impulsos asesinos de un chaval que no podía controlar su ira terminara siendo uno de esos baches.

Analicé la habitación, la situación y nuestras posibilidades. Había que pensar en un plan de verdad, y había que hacerlo rápido. Después de reflexionar unos instantes, le comenté mi idea a Yagami:

Escúchame bien, porque no pienso volverlo a repetir: el camino de arriba va a ser un suicidio, puesto que si el elfo ha dado la alarma toda la seguridad de este lugar va a estar buscándonos y esperándonos. Por lo tanto, no nos queda más opción que, o bien salir por donde hemos entrado y pensar fuera en otro plan, o bien ir por la otra puerta y buscar a Santa Claus por allí. Y yo, personalmente, salir de esta fábrica lo considero como una derrota en la misión. No sé tú cómo lo verás, pero creo que explorar la casa empezando por el camino de abajo es la mejor opción posible.
A new beginning
Imagen
Avatar de Usuario
Axelpower
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 3198
Registrado: Dom Jun 15, 2008 9:48 pm
Dinero: 2,257.46
Banco: 1,625,073.04
Ubicación: Cydonia
Sexo: Masculino
Clan: Bohemia Lectura
Facebook: Pregunta por MP
Estantería de objetos
Karma: 16

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor VaniRoxy801 » Dom Mar 10, 2013 5:56 pm

¿Se puede saber qué haces?

Antes de poder alcanzar al pequeño elfo, la Llave Espada de Axel chocó contra la mía, apartándola de la trayectoria.

¿Qué demonios pretendes conseguir matando a un inocente?

Ha entorpecido la misión. Merece la muerte. —le respondí clavándole la mirada.

¡Ya nos han visto, incluso aunque lo elimines van a saber de nuestra presencia! Además, ya te lo he dicho antes: no pienso eliminar a nadie de este mundo si la misión no lo especifica así directamente. Por lo tanto, no voy a perseguir y cargarme al otro elfo que nos ha visto.

No entiendo cómo puedes estar en este bando con las pocas agallas que tienes…

Me aparté de él y del elfo mientras seguía fulminándole con la mirada. Menudo compañero me había tocado… Parecía que ahora tenía que perseguir yo al otro elfo hasta darle caza…

Ahora, céntrate, relájate, y piensa bien en lo que vamos a hacer. Por mucho que salgamos corriendo detrás del elfo que nos ha visto, no sabemos cómo es por dentro este lugar, así que va a encontrar ayuda y dar la voz mucho antes de que demos con él. Si da la voz, no va a servir de nada que nos carguemos a un inocente, al contrario: sólo servirá para que den la alarma y refuercen su seguridad, lo cual nos podría complicar, y mucho, la misión.

Maldecí por lo bajo. En parte, tenía razón. No sabíamos lo que había detrás de aquella puerta ni a cuantos había alertado ya el elfo que se nos había escapado.

Tenemos que centrarnos en nuestro objetivo principal: encontrar y secuestrar a Santa Claus. Cualquier cosa que no sea eso está fuera de nuestro deber y sólo servirá para alejarnos del éxito. Y eso sí que no pienso tolerarlo bajo ningún concepto.

Oh, genial… Ya que parece que tienes mucho interés por la misión… ¿Por qué propones tú algún plan, eh?

Después de ojear un poco la sala, parecía que tenía una especie de idea…

Escúchame bien, porque no pienso volverlo a repetir: el camino de arriba va a ser un suicidio, puesto que si el elfo ha dado la alarma toda la seguridad de este lugar va a estar buscándonos y esperándonos. Por lo tanto, no nos queda más opción que, o bien salir por donde hemos entrado y pensar fuera en otro plan, o bien ir por la otra puerta y buscar a Santa Claus por allí. Y yo, personalmente, salir de esta fábrica lo considero como una derrota en la misión. No sé tú cómo lo verás, pero creo que explorar la casa empezando por el camino de abajo es la mejor opción posible.

Tsk… Vista la situación… —gruñí— Vale, probaremos a tu manera. Iremos por abajo, pero hay que ser rápidos.

No me gustaba la idea de dejar al elfo escapar, pero tampoco quería correr el riesgo de encontrarme con un ejército tras la puerta de arriba. Lo mejor ahora era encontrar a Santa Claus y largarse de allí lo antes posible. Coloqué la Llave Espada sobre mi hombro y miré hacia mi compañero.

Te sigo.
VaniRoxy801
31. Francotirador
31. Francotirador
 
Mensajes: 905
Registrado: Jue Mar 29, 2012 9:25 pm
Dinero: 28,418.00
Banco: 15,216.00
Sexo: Moriré solo y virgen
Karma: 5

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor RedXIII » Mié Mar 13, 2013 12:04 am

Aquella chica respondió las preguntas de Hiro, pero no precisamente como esperaba.

¡Todo el mundo aquí sabe la existencia de otros mundos, es nuestra tarea, al fin y al cabo! Y este año necesitamos vuestra ayuda por culpa de chicos malos como ése ― haciendo clara alusión a los Sincorazones.


Aun pendiente de lo que le respondía aquella misteriosa chica, no evitó que las balas de Hiro impactaran, junto a las flechas de Nadhia, en el enemigo, haciendo así que desapareciera, habían ganado el combate sin muchos problemas.

¡Guau, sois impresionantes! ¿Hacéis autógrafos?

Pues claro que sí, chiquilla — No iba en broma, como parecía haber dicho aquella muchacha, ya que Hiro guardó sus armas, sacó de su chaqueta interior su libreta y un lápiz, escribiendo en una de sus muchas hojas.

¿A quien se lo dedico? — Al parecer, pasando por completo de aquello, la chica se presentó de una forma muy educada.

―. Mi nombre es Hime. ¡Encantada!

¡Bienvenidos a Ciudad de la Navidad! Creo que el recibimiento dice por sí solo cuál es nuestro problema ― Rio―. Venid conmigo. Os lo explicaremos todo a detalle dentro. ¡Y con un café, si queréis!

No me gusta el café — Musitó.


Mmm, por cierto, ¿quién de vosotros es el Maestro?

¡Yo, yo, me pido ser Maestro! — Gritó eufórico, bromeando.

Seguramente esté vigilando las afueras, por si aparecen más Sincorazón en los alrededores. Sólo por si acaso, ya sabes. — comentó su compañera.

Mentira — Respondió mientras inflaba los morros, enfadado porque quería hacerse pasar por un Maestro.

La verdad es que es la primera vez que conozco aprendices de la Llave Espada, seguro que tenéis una vida muy emocionante. ¡Y peligrosa! No hay mucha gente que decida arriesgarse por salvaguardar el orden mundial ¿Qué hizo que tomarais ese camino? — ¿Por qué había decidido aquello Hiro? Era una pregunta que nunca se había hecho de forma seria, incluso su comienzo empezó de una forma estrepitosa e impulsiva ¿vivir aventuras, proteger a la gente, seguir los designios de su corazón? Responder en aquel momento solo iba a ser un par de palabras bonitas o escogidas de antemano.

¡Oh, no respondáis si no queréis! ¡No quiero parecer maleducada! Es sólo una pregunta que me hago muchas veces en voz alta, porque conozco a alguien que pasó por lo mismo y nunca se la he hecho.

Pero, Hime, ¿no acabas de decir que...? Nadhia, al igual que el, seguramente, se había dado cuenta de aquella contradicción y de que tenía relación con el maestro Akio, pero era mejor que ninguno de los dos preguntara, seguramente, ese tipo de cosas terminaban como telenovelas de amor o de amigos que se separan y esas cosas.

El golpe que a continuación se dio Hime distrajo a Hiro e hizo aparecer la caballerosidad de MoguDer, el cual había pasado desapercibido todo aquel rato.

¡Kupó señorita, tenga cuidado, podría hacerse daño! — Exclamó pegándose a ella, como si fuera a salvarla heroicamente o algo, pero totalmente inútil, ya que ella misma se agarró a la biga para no caerse —Kupó ha ha ha, de nada, señorita — parecía colgarse las medallas de algo que ni siquiera había hecho.

Pero si no has hecho absolutamente nada — Le dijo entrecerrando los ojos y mirándolo fijamente.

La chica les invitó a entrar, no había ninguna urgencia así que no pasaría nada porque entraran a esa casa, la cual parecía más grande que las demás.

¡Todo solucionado, señor!

Muy bien, imagino que sois los enviados de Tierra de Partida. ¿Cuáles son vuestros nombres?

¿Era tal vez aquel hombre del que le habló MoguDer? Desde luego el parecía bastante impresionado al verle.

¡Kupó es usted! — Empezó a levitar por todas partes, dando vueltas y vueltas, chocándose varias veces con Hiro y sus compañeros, sin dudas era el, Santa Claus.

¡¿Kupó ha recibido mi carta?!

No le atosigues — Le dijo a su Moguri mientras le cogía para que no siguiera incordiando.

Me llamo Nathan. Nathan Smith, de Nunca Jamás. — Se había cambiado el nombre ¿Por qué? No lo conocia demasiado pero era algo raro, además ¿Por qué el si podía hacerse pasar por otro y el no podía hacerse pasar por un maestro? De todos modos tampoco le importaba mucho, pero con lo mal que se le daba aprender nombres seguramente la cagaría en algun momento, así que decidió ponerle un bonito mote para no confundirse.

N-No puede ser ¿¡S-San... S-S-Sant-t-a... Cl-Cl-a-a-us...!? — Al parecer, igual que con MoguDer, la euforia se apodero del cuerpo de Nadhia, volviéndose ambos locos al ver a aquel hombre.

¡¡¡Mi padre me engañó, eres de verdad!!! ¡N-Nadhia Hoghes!

Yo soy Hiro Inukai, hijo de Biyako Inukai, mucho gusto — se arrodilló como forma de presentación, al parecer por los demás, aquel hombre tenía que ser alguien importante, y no quería quedar para nada mal.

¡Kupó y yo soy el Maestro MoguDer! — ¡¿Pero que?! ¿Que estaba diciendo aquel idiota? Maestro, faltaría más, el Maestro, idea más absurda, era lógico que no era un maestro.

¡¿Pero que dices?! — Gritó, dándole un buen sopapo. MoguDer, por el contrario disimuló y empezó a insultarlo, no paraba de llamarlo "Aprendiz desconsiderado" mientras, de forma cómica, le pegaba con sus manitas a Hiro, sin duda quería hacerse el importante ante Santa Claus, pero era imposible que nadie se lo tomara enserio.

Spoiler: Mostrar
Supongo que la casa es más grande, si no Santa no cabe XD

PD: Nadhia más bien ahora esta así: http://fc06.deviantart.net/fs70/f/2011/ ... 41snve.jpg
Imagen

Awards chupis:

Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen


No hagas click aquí, despertarás a la conejita.

Spoiler: Mostrar
Oh, no, hiciste, click, has despertado a la conejita.

Imagen


-Hollow is in the web, all's right with the foro-
Avatar de Usuario
RedXIII
Moderador
Moderador
AnimeDesign
 
Mensajes: 4142
Registrado: Jue Abr 24, 2008 7:53 pm
Dinero: 1,304,727.66
Banco: 2,218,933.14
Ubicación: En la isla puntería.
Sexo: Masculino
Clan: AnimeDesign
Tumblr: Se han matado ellos solos
Youtube: No subo nada
Instagram: Ni lo miro
Estantería de objetos
Karma: 41

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor Nell » Lun Abr 08, 2013 12:58 am

Spoiler: Mostrar
Flashback



Fuera hacía frío. Precisamente, había terminado de amainar una gran tormenta de nieve, y las calles de Ciudad de la Navidad aún continuaban desiertas, puesto que el ambiente no daba ánimos a ninguno de los habitantes a aventurarse al exterior. Todos habían decidido, sin necesidad de hablarlo, tomarse aquel día como un domingo, de descanso.

La niña, de por entonces seis años, se había resistido a salir durante toda la mañana, pero armándose de valor, se equipó con todas las prendas de invierno que disponía, e incluso con varias capas de ropa de más, y abrió la puerta de la entrada. El frío aire le dio en toda la cara, y rápidamente cambió de parecer. Cerró el portón y no quiso saber nada más sobre el exterior.

¡Era una lástima que en su día libre no pudiera jugar con el tiovivo! Pero ya habría más. Y se reconfortó pensando que podía aprovechar el resto de la mañana para intentar, como siempre, colarse en el almacén de los juguetes.

Entonces, escuchó un llanto. Se oía a través de la puerta, y por eso al principio pensó que se trataba del aullido del viento. Sin embargo, algo le hizo dudar. Reunió nuevamente el poco valor que le quedaba, y volvió a abrirla.

La fuente del llanto era un pequeño bulto en el felpudo de la entrada.

La niña se quedó boquiabierta, porque nunca había visto una cosita tan pequeña, a pesar de saber lo que era. Se acercó a ella, y lo primero que vio fue la nariz del bebé saliendo entre las sábanas que lo tapaban. Era muy pequeño, de apenas un mes, pero ya tenía abundante pelo rubio naciéndole del cabezón.

Llamó enseguida a la Señora Claus. La mujer atendió la llamada con su habitual calma, tardando lo suficiente como para que la pequeña ya hubiese empezado a cantarle al bebé, deseando que callara y parara de llorar de una vez.

La Señora Claus era regordeta, como su marido, y vestía un pomposo vestido rosa, además del delantal de cocina que se había puesto para hacer el bizcocho. No tardó en recoger al bebé del frío suelo, y meterlo en la casa. Y la niña de cantar.

¡Otro niño! ―exclamó la mujer, sentándose en el sofá y acunándole entre sus brazos para intentar acallar su llanto.

¿Yo también vine así, Señora Claus? ―le preguntó la niña, sin apartar la vista de la cosita.

La mujer asintió.

Y le acogeremos a él del mismo modo ―asintió. Una vez el bebé estuvo calmado, la Señora Claus ojeó entre sus mantas―. ¡Vaya padres más irresponsables! Ni siquiera han dejado escrito su nombre. Tendremos que ponerle uno.

Sin embargo, la niña ya no la hacía caso, porque comenzó a reír de repente. La señora ya sabía que era una cría de risa fácil, pero no esperaba que encontrase algo de chiste en la situación. Claro que ella también era muy pequeña como para entender por qué ambos habían llegado hasta ellos.

¡Mira! ¡Es muy gracioso! ―indicaba la niña, sin parar de carcajear, mientras señalaba la cara del niño―. ¡Tiene los mofletes completamente rojos!

Eso es porque ha pasado mucho frío ―explicó, sonriendo con dulzura. Luego, fijándose más en la niña, decidió―. ¿Por qué no eliges tú cómo le llamaremos?

¿¡En serio!?

Claro, bobona. Después de todo, tú le has encontrado.

La niña observó al bebé, retirándole algunas mantas para verle mejor. Tenía los ojos cerrados, porque aún era muy pequeño, pero rodeó un solo dedo de la chica con toda su mano, oprimiéndolo con tanta fuerza que no necesitó ningún otro medio para llegar al corazón de la niña. Estaba allí. La estaba escuchando. Estarían juntos a partir de entonces.

En realidad, hacía un buen rato que Hime tenía el nombre perfecto para él. Y así sería como le llamaría.



Hime se partió a carcajadas al señalar Zait a Tak como su Maestro. La imagen de por sí tenía que ser ridícula: todos ellos liderados por un perro que, más que fuerte y voraz, parecía la típica mascota que quiera colmar de cariño a su dueño. Pero, pensándolo bien, la realidad de que era un niño consentido quien lo hacía en su lugar no era mucho mejor.

¡Ah, ya me acuerdo! ¡Me hablaron de usted, Señora Maestra! ―le saludó Hime, con la misma inclinación―. ¡Encantada de conocerla, Maestra Lyn! Discúlpeme que no presentara antes mis saludos, pero me habían dicho que usted era un gato. ¡No un perro!

Vale, le había pillado. Tenía muchos más conocimientos de Tierra de Partida de lo que cabría esperar de alguien que, se suponía, no había tenido contacto con ellos. Además, Nadhia también le había delatado.

Y cabe destacar que la descripción que Hime tenía de la Maestra Lyn era ciertamente errónea. Tambien alguien debía de haberla contado una trola…

La alegre muchacha no le dio importancia a que ninguno respondiera a su indiscriminada pregunta. Asintió para sí, y continuó como si nada.


Presente



Al decirles sus nombres, Santa Claus revisó la lista que sostenía en sus manos, atentamente. Y uno a uno, fue encontrándoles en ella… o no.

Nathan… ¿Smith? Qué raro, no te encuentro. Debo de haber extraviado tu nombre… Lo buscaré más tarde.

Podía buscarlo todo lo que quisiese, pero no lo encontraría. Si bien las intenciones de Zait para dar ese nombre eran otras, la auténtica por la que no figuraba era obvia: Santa Claus sólo premiaba a los niños que se habían portado bien durante todo el año. Ningún sincorazón sería nunca incluido en la lista.

¿Nadhia Hoghes? ―continuó, asintiendo―. Sí, aquí estás. Has sido una buena chica este año. Pero, vaya, ¿spray antiperros? No fue una buena idea.

Seguro que a la joven le resultaba familiar la mención. Y vergonzosa, si semejante ídolo como Santa Claus, que resultaba que al final sí existía, era consciente de ésta.

Veamos, Hiro Inukai… ―murmuró―. Sí, también tendrás tu recompensa por este buen año. Pero, ¡cielo santo! Aquí apunté una nota sobre ti. ¿Qué es eso de que has hecho cosas obscenas con un payaso?

Lo peor es que era cierto.

La única que se quedó sin su aprobación fue Mei, que como no se presentó, Santa Claus no pudo identificarla.

Durante aquel pequeño rato, Hime se había escabullido a la cocina, de la cual volvió con una bandeja llena de cafés y unas pasas. Desgraciadamente, no pudo ver, por tanto, el nuevo nombramiento del rango de Maestro al moguri, que sin duda también le hubiese gustado muchísimo.

Iba a dejarla encima de la mesa y a invitarlos a sentarse cuando fueron interrumpidos por dos personas más, desde la puerta que daba paso a la fábrica: Axel y Yagami.

Éstos habían mantenido una acalorada discusión sobre el asesinato del duende, que al final había conseguido salir airoso de las garras de la muerte. En algún lugar, una mujer duende estaría feliz. Pero la racionalidad les había jugado una mala pasada, porque investigar el resto de la fábrica, ahora casa, les había llevado hasta la presencia de otros, siendo pillados in fraganti.

Puede que los aprendices se conocieran, o puede que no, aunque Axel había jurado fidelidad a Ryota delante de todos. Sin embargo, ni Santa Claus ni Hime vieron en ellos algún atisbo de peligro. Además, Yagami aun portaba sobre el hombro su Llave Espada, por lo que no lo considerarían enemigos en un primer momento.

¿¡Más invitados!? ―se sorprendió Hime, aun sosteniendo la bandeja―. ¡Oh, no! Faltan tazas. Tendré que pedirle a la Señora Claus que saque la vajilla buena.

Y vosotros, ¿qué hacéis aquí? ―les recriminó Santa Claus, quien no dio importancia que salieran de la otra parte de la casa―. ¿Habéis venido también a comprobar si estáis en la lista?

Y precisamente eso querrían saber todos, ¿qué harían?


Spoiler: Mostrar
En el exterior


¿Qué estás haciendo TÚ aquí? ―le recriminó Shinju.

El joven había aparecido al lado de la aprendiza por un Portal de Oscuridad, que había desaparecido tras de sí tras cumplir su cometido de llevarle allí.

La Maestra Nanashi me ha avisado de lo que planeáis a hacer y me ha enviado para apoyaros.

¿¡Y por qué le has hecho caso!? ¡Aquí no te necesitamos! ―se alteró Shinju, refiriéndose a Lolo y a ella. No entraba dentro de su pronóstico que alguien más quisiera unirse al juego―. ¡Piérdete! Son mis presas. MÍAS.

Se encogió de hombros. Y, desde luego, no aceptó la amable oferta de Shinju.

Recuerda que sólo tienes una ―comentó―. Puedo ser un simple observador. Salvo que las cosas se tuerzan y necesitéis mi ayuda para cumplir la misión.

¿¡Crees que no vamos a poder con una sola persona indefensa!? ¡Me estás subestimando! ―se quejó Shinju―. Vas a fastidiarme el juego. Vete por dónde has venido, a saborearle el culo a Hisa o a Nanashi. ¡Me da igual!

Tus juegos están ya de por sí condenados al fracaso ―sentenció, con un suspiro―. La situación se te descontroló desde el momento en el que no supiste anticiparte al enemigo.

Y tal y como la aprendiza temía, el muchacho señaló al brillante abrigo rojo que tantos quebraderos de cabeza iba a darles. Le rechinaron los dientes, sabiendo que el chico tenía en parte razón. Incluso aunque él desconociera cierto dato que permitiría que Akio no pudiese intervenir. No obstante, era palpable que Shinju tenía miedo de que acabase por hacerlo.

Oh, ¿entonces quieres serme de ayuda, no? Pues líbrate de él ―le retó Shinju, fulminándole con la mirada.

Asintió. Y sin mediar palabra, saltó del tejado para encaminarse colina arriba.

Shinju se quedó boquiabierta. No esperaba que le hiciera caso. ¡No esperaba que de verdad fuera a enfrentarse a un Maestro! ¿Cómo podía creer que podía igualarle? ¿Es que acaso a los incorpóreos se le cruzaban los cables?

Sin embargo, removió esas ideas de su cabeza. Los preparativos estaban casi listos, así que todo el tiempo en el que Daichi entretuviera a Akio era bien recibido. Igualmente, nadie imaginaría qué estaba planeando.



Spoiler: Mostrar
Fecha límite: 14 de abril.
PH de Axel: 15/18
PH de Yagami: 13/16
PH de Nadhia: 13/22
PH de Hiro: 22/22
Balas de Hiro: 11/15
PH de Mei: 18/20
PH de Zait: 18/18
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor A Nerd Girl » Mar Abr 09, 2013 11:03 pm

Spoiler: Mostrar
Siento mucho no haber posteado antes. Castigos, exámenes, etc.


Nathan… ¿Smith? Qué raro, no te encuentro. Debo de haber extraviado tu nombre… Lo buscaré más tarde.

¿Eh?

La voz del hombre anciano me despertó de repente. Literalmente estaba en desconcentrada. Ni me había dado cuenta de que había pasado. Solo que la chica de al lado mio... Estaba demasiado emocionada con conocer a este hombre. ¿Quién era? Le miré algo desconcertada. ¿Quién será para que todos quieran saber si han sido buenos o malos?

¿Nadhia Hoghes? ―Se dirigió hacia Nadhia―. Sí, aquí estás. Has sido una buena chica este año. Pero, vaya, ¿spray antiperros? No fue una buena idea.

La miré... ¿Qué era un spray antiperros? Espero que no sea algo que mate a los pobre animales. Aunque... ¿Cómo sabía ese hombre que eramos buenos? ¿Por qué tenía esa lista?

Veamos, Hiro Inukai… ―Se dirigió al chico con las orejas que me parecían una monada―. Sí, también tendrás tu recompensa por este buen año. Pero, ¡cielo santo! Aquí apunté una nota sobre ti. ¿Qué es eso de que has hecho cosas obscenas con un payaso?

¿Cosas obscenas? ¿Ha dicho palabrotas? ¿Con un payaso? Le miré algo sorprendida. La chica que creo que se llamaba Hime... Venía con una bandeja con un tipo de bebida caliente negra que creo que la llamaban café y que cuando lo probé una vez no me gustó. Pero el resto eran un tipo de galletas o dulces... Lo miré pero no tenía hambre en realidad. Lo dejó en la mesa y fue cuando pude ver a alguien que no quería ni olerlo.

¡Tú! ¿Qué haces tú aquí, Axel?

Miré al chico con ganas de meterle un puñetazo y a su vez un electropulso. Me puse detrás de Nadhia, y decidí advertirle del peligro que podría suponer estar ahí. Ya le conocía por cuando estaba en Bastión Hueco con el resto dentro del castillo pero... Seguramente ahora se habrá vuelto más fuerte.

Señorita Nadhia... Son de Bastión Hueco. He de decirla que el chico que tiene el pelo liso y negro es muy fuerte. Seguramente quiera hacerme algo por lo que pasó cuando todos acabamos en Bastión Hueco...

¿¡Más invitados!? ―¿Los había llamado invitados?―. ¡Oh, no! Faltan tazas. Tendré que pedirle a la Señora Claus que saque la vajilla buena.

Y vosotros, ¿qué hacéis aquí? ―Eso mismo me preguntaba―. ¿Habéis venido también a comprobar si estáis en la lista?

Miré negando con la cabeza y siguiendo detrás de Nadhia, cubriéndome por si él me había visto y querría matarme por mi comportamiento durante la pelea contra Wix. No quería enfrentarme a él, quizá por que cuando quise retarle aquella vez para detenerlo... Yo estaba en un estado deplorable y él podría derrotarme de un golpe.

Decidí en murmurar un Libra hacia él. A escondidas. Quería saber si en realidad suponía un peligro.
Avatar de Usuario
A Nerd Girl
31. Francotirador
31. Francotirador
The Unknowns
 
Mensajes: 902
Registrado: Lun Abr 30, 2012 4:52 pm
Dinero: 5,099.31
Banco: 66,749.99
Ubicación: En el Pentágono de tu razón, con una bomba llena de pasión.
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: The Unknowns
Tumblr: happydeliceworld
Estantería de objetos
Karma: 9

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor EspeYuna » Dom Abr 14, 2013 9:21 pm

Nathan… ¿Smith? Qué raro, no te encuentro. Debo de haber extraviado tu nombre… Lo buscaré más tarde.

Me giré confusa a Zait. ¿Nathan Smith? ¿Quién demonios era ese? Enarqué una ceja en su dirección, algo desconcertada, pero decidí no cuestionarle. Si bien su personalidad había cambiado, su comportamiento no se quedaba atrás. Podría aceptar que quisiera madurar, pero haciendo cosas así, sólo conseguía que los demás se preocuparan por él aún más.

¿Nadhia Hoghes? ―pero en cuanto Santa Claus encontró mi nombre en la lista, dejé atrás el extraño comentario de Zait y mis ojos se encontraron con el largo papel que sostenía el hombre vestido de rojo en sus manos, cayendo por el suelo y recorriendo la habitación. Asentí emocionada―. Sí, aquí estás. Has sido una buena chica este año. Pero, vaya, ¿spray antiperros? No fue una buena idea.

De repente, un estallido color carmesí inundó mis mejillas y bajé la mirada, cabizbaja y avergonzada. Pensé que aquel incidente había quedado atrás en el desván del viejo Sendh, junto a la víctima y al causante de todo aquello. Sin embargo, sonreí. ¿Cómo se le iba a escapar aquella travesura a Santa? Me rasqué la nuca mientras evadía la mirada.

Veamos, Hiro Inukai… ―se dirigió entonces a Hiro, quien escuchó atentamente―. Sí, también tendrás tu recompensa por este buen año. Pero, ¡cielo santo! Aquí apunté una nota sobre ti. ¿Qué es eso de que has hecho cosas obscenas con un payaso?

Me giré rápidamente a Hiro, bastante más sorprendida que la mentira de Zait sobre su identidad. ¿Cosas obscenas con un payaso? ¿¡Qué!?

A pesar de querer preguntarle, la tensión de ese momento se esfumó cuando Hime llegó con una bandeja de pastas. Su actitud hogareña despertó una sonrisa en mis labios. Algo patosa, pero desprendía una simpatía desbordante. Y por sus acciones al conocernos, parecía saber más de lo que decía conocer. La gran duda que me invadía...

¿Era ella a quién se refería Akio?

De pronto, una de las puertas de la sala se abrió de par en par para dar la bienvenida a nuevos invitados. Tal fue la sorpresa que por un momento no tuve tiempo a reaccionar. Sin embargo, reconocí sus armas de inmediato.

"¿Refuerzos? ¿Akio ha traído a más gente? ¿Por qu...?"

Y fue entonces cuando Mei se aferró a mi espalda. Confundida, giré un poco mi cabeza para preguntarle a qué se debía su intento de esconderse, cuando sus primeras palabras me hicieron ver la realidad a la que nos enfrentábamos.

Señorita Nadhia... Son de Bastión Hueco.

Mi cuerpo se tensó, reaccionando a la información de mi compañera. La imagen de Ryota inundó mi cabeza y sólo pude responder con una mirada de desconfianza a los recién llegados, poniéndome en guardia.

He de decirla que el chico que tiene el pelo liso y negro es muy fuerte. Seguramente quiera hacerme algo por lo que pasó cuando todos acabamos en Bastión Hueco...

Sí, le reconocía. Fueron pocos los que traicionaron a Tierra de Partida en la estrella maldita, por lo que, aunque aquel día sólo tenía ojos para la ida de Ragun, se me quedaron algunas facetas de aquellos que decidieron seguir a Ryota.

¿¡Más invitados!? ―me giré a Hime, alerta―. ¡Oh, no! Faltan tazas. Tendré que pedirle a la Señora Claus que saque la vajilla buena.

¡Hime, no te acerques a ellos! ―le advertí, materializando entre un fulgor de luz y plumas blancas a Ángel Forjado.

Y vosotros, ¿qué hacéis aquí? ―preguntó entonces Santa Claus, mostrando su inocencia―. ¿Habéis venido también a comprobar si estáis en la lista?

Santa, le puedo asegurar que no están en la lista de niños buenos ―le dije, alzando mi arma y amenazando a ambos, sobretodo hacia el muchacho al que tanto temía Mei―. Son traidores.

Noté como Mei se acurrucaba detrás mía y escuché su voz murmurando un Libra. Sonreí, desafiante y orgullosa de que aunque tuviese miedo de aquel muchacho hubiera empleado ya una estrategia por su cuenta.

¿Qué hacéis vosotros aquí? Contestad.

Si intentaban acercarse a Santa Claus o a Hime, emplearía un Electro en cualquiera de ellos sin pensármelo dos veces, aunque no impactara sobre ellos, pero sí detenerles. O si osaba aquel joven de cabellos oscuros abalanzarse sobre Mei, le bloquearía con mi Llave-Espada.

Si había aumentado el número de sincorazón últimamente en ese mundo... no era de extrañar que su presencia tuviera algo que ver.

Y tenía una promesa que cumplir.

"Procura que no se haga daño."

No iba a permitir que le pusieran la mano encima a Hime.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor RedXIII » Dom Abr 14, 2013 10:29 pm

Nathan… ¿Smith? Qué raro, no te encuentro. Debo de haber extraviado tu nombre… Lo buscaré más tarde.

No dije nada, ni pensé en decirle su verdadero nombre, si el lo prefería así era mejor dejarlo como estaba.


¿Nadhia Hoghes? Sí, aquí estás. Has sido una buena chica este año. Pero, vaya, ¿spray antiperros? No fue una buena idea.― Espera ¿Spray antiperros, eso existía? Hiro esperaba que no fuera capaz de usarlo contra el, no sería demasiado agradable seguramente.

Veamos, Hiro Inukai… ― Era el momento, Hiro se puso algo nervioso, ya que aquello era como una forma de saber si lo estaba haciendo bien o no, si era verdad lo que le había contado MoguDer ―. Sí, también tendrás tu recompensa por este buen año. Pero, ¡cielo santo! Aquí apunté una nota sobre ti. ¿Qué es eso de que has hecho cosas obscenas con un payaso?

Se alegró bastante, había sido bueno, pero su alegría fue efímera casi.

¡Bieeeeeeen, he sido un buen ni... espera ¿Que?! — Exclamó mientras con una mirada intransigente se acercaba y agitaba con brusquedad a Santa Claus —¡¿Como que cosas obscenas?! Intentó matarme, me quemó la camisa y su caballo me arrojó contra un árbol en llamas, que tiene de obsceno que le den a alguien una paliza! — Posiblemente no había pensado mucho la última parte, pero no podía ser peor que hacer "cosas obscenas" con un payaso.

¡¿Kupó y yo, el gran maestro MoguDer?! — Hiro se giró hacia el, enfadado, y lo cogió de la cabeza, lanzando su Moguri a Santa Claus con brusquedad, pero no demasiado fuerte.

Lo que me faltaba, que un tio que no conozco de nada me llame depravado — Susurró, algo enfadado, y se dirigió, sin saberlo, hacia la fábrica de Juguetes.

Su pequeño garbeo terminó en el instante que vio a dos personas entrar en la fábrica, sin duda uno de ellos era Axel, al otro no estaba seguro de conocerle, pero parecía un aprendiz como ellos ¿Que estaba haciendo ahí Axel, tenía una misión, tal vez el maestro Ronin había venido a ayudarles?

Anda, eres tu Axel, cuanto tiempo — Mencionó, sin saber que el ya no era de los suyos —¿Y tu amigo, también lo ha enviado un maestro, tal vez Ronin, ha venido Ronin aquí? — Preguntó, se habría alegrdo mucho de que el maestro Ronin hubiera venido, desgraciadamente no era así.

Señorita Nadhia... Son de Bastión Hueco. Pudo escuchar detras suyo a Mei hablarle a Nadhia ¿Era cierto lo que decía?

He de decirla que el chico que tiene el pelo liso y negro es muy fuerte. Seguramente quiera hacerme algo por lo que pasó cuando todos acabamos en Bastión Hueco...

¿De verdad les había traicionado, Axel, aquel aprendiz que le ayudó a luchar contra Kefka junto a Fátima? No podía creerlo, después de aquello no podía creerlo.

¿¡Más invitados!? ¡Oh, no! Faltan tazas. Tendré que pedirle a la Señora Claus que saque la vajilla buena.

¡Hime, no te acerques a ellos! ― Exclamó, preparándose para combatir en cualquier momento.

Y vosotros, ¿qué hacéis aquí, habéis venido también a comprobar si estáis en la lista?

Santa, le puedo asegurar que no están en la lista de niños buenosSon traidores.

Traidores
...


No podía soportar la idea de tener delante suyo a gente que había traicionado a la luz, a los maestros que les acogieron y que les enseñaron, capaces de dejar de lado todo para irse, irse lejos de allí, hacer lo que quieren... aunque en cierto modo también era envidia lo que encendía su cólera, pero no sacó sus armas, ni se preparó para el combate, ni les dijo nada, solo permaneció entre sus compañeros y ellos, poniéndose en medio.

¿Qué hacéis vosotros aquí? Contestad.― Preguntó Nadhia, no creía que hallara ninguna respuesta, no creía que fueran lo suficiente cobardes para cantar o fanfarrones para presumir.

¡¿Kupó por qué me ha lanzado contra Santa Claus?! — Exclamó MoguDer, acercándose A Hiro y pegando de una forma cómica su cabeza —¡Kupó eres un mal aprendiz ¿Yo que te ne enseñado? Tienes que respetar a tu maestro!

¡Que dejes de hacerte pasar por el maestro! — Dijo mientras le golpeaba de la misma forma que le golpeaba a el.

La situación parecía absurda, pero, en realidad era todo un montaje, bueno, casi todo, los golpes de MoguDer eran una venganza por tirarlo contra Santa Claus. Era una de las técnicas absurdas practicadas por ambos para cuando hubiera problemas, un cebo por así decirlo, quería provocar la falsa sensación de que estaban distraídos y eran fáciles de alcanzar, pero en realidad estaban atentos a la situación, esperando a que se movieran o actuaran para, así, sacar sus sables pistola y disparar, desde luego no se iban a quedar quietos si intentaban cualquier cosa, la cólera que dormitaba en su interior podía despertar en cualquier momento.

Spoiler: Mostrar
Perdón que no haya escrito muy bien, no estoy hoy muy centrado.

PD: Perdón por el retraso, estaba esperando a ver si posteaba Pawah (Y no pude antes, SDC, hospital, etc XD)
Imagen

Awards chupis:

Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen


No hagas click aquí, despertarás a la conejita.

Spoiler: Mostrar
Oh, no, hiciste, click, has despertado a la conejita.

Imagen


-Hollow is in the web, all's right with the foro-
Avatar de Usuario
RedXIII
Moderador
Moderador
AnimeDesign
 
Mensajes: 4142
Registrado: Jue Abr 24, 2008 7:53 pm
Dinero: 1,304,727.66
Banco: 2,218,933.14
Ubicación: En la isla puntería.
Sexo: Masculino
Clan: AnimeDesign
Tumblr: Se han matado ellos solos
Youtube: No subo nada
Instagram: Ni lo miro
Estantería de objetos
Karma: 41

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor VaniRoxy801 » Dom Abr 14, 2013 11:19 pm

Siguiendo a mi compañero por la puerta de abajo, llegamos a lo que parecía ser un salón. La fábrica parecía comunicar con la casa de nuestro objetivo, pero el problema no era ese… En el salón había más gente aparte del gordinflón vestido de rojo que habíamos venido a secuestrar… Estaba todo el batallón de aprendices de Tierra de Partida.

Decir que estábamos en problemas era quedarse corto…

“El camino de abajo es la mejor opción posible.” —susurré a mi compañero— La última vez que te hago caso…

Miré de reojo a Axel, que tampoco parecía saber cómo salir de aquella situación. Los aprendices de Tierra de Partida nos habían reconocido, se les notaba en los rostros. Algunos estaban incluso cuchicheando y susurrando. No teníamos tiempo… había que hacer algo rápido…

¿¡Más invitados!? ―gritó una chica que llevaba una bandeja con dulces. No me sonaba… debía ser alguna asistenta de Santa…― ¡Oh, no! Faltan tazas. Tendré que pedirle a la Señora Claus que saque la vajilla buena.

¡Hime, no te acerques a ellos! ―avisó una de las aprendizas, invocando su Llave Espada.

Y vosotros, ¿qué hacéis aquí? ―nos preguntó Santa Claus, sin saber qué ocurría― ¿Habéis venido también a comprobar si estáis en la lista?

Santa, le puedo asegurar que no están en la lista de niños buenos. ―informó, alzando su arma contra nosotros― Son traidores.

Oye… si ni siquiera nos has dejado preguntarle… —me burlé mientras me ponía en guardia.

En fin… de nuevo tocaba hacerlo por las malas… No había tiempo de discutir con mi compañero, así que esperaba que pudiese seguirme el rollo y no dejarse llevar por las buenas acciones…

¿Qué hacéis vosotros aquí? Contestad.

Hemos venido… a llevarnos a Santa…—le contesté soltando una carcajada.

Tenía que encontrar alguna manera de contrarrestar nuestra inferioridad… Primero pensé en volver a tomar un rehén, pero los únicos desarmados de aquél salón estaban demasiado lejos como para alcanzarles sin peligro… Sin embargo, no iba mal encaminado. Luchar allí dentro iba a causar mucho destrozo, así que quizás podía aprovecharme de eso…

Señor Santa Claus… —le dije— Le aseguro que todos aquí tenemos un gran potencial… Si ahora nos pusiésemos a luchar, se armaría un gran alboroto…

>>A los de nuestro bando no nos importa llevarnos por delante todo lo que sea posible… Así que entréguese, si no quiere que haya heridos… Convenza a estos amables aprendices de que bajen las armas y venga con nosotros… Si se niega… Será responsable de toda la destrucción y muerte que causará la pelea…

Esperaba que alguien tan buenazo como el gordinflón entendiese lo delicada que era la situación en ese momento… Por ahora ninguno de los aprendices de Tierra de Partida parecía tener la intención de atacar, pero tenía que mantenerme en guardia y atento a cualquier movimiento…

Piénselo bien… —alcé la mano en la que estaba acumulando oscuridad— El más mínimo intento de atacarnos… Y destruyo lo primero que pille…
VaniRoxy801
31. Francotirador
31. Francotirador
 
Mensajes: 905
Registrado: Jue Mar 29, 2012 9:25 pm
Dinero: 28,418.00
Banco: 15,216.00
Sexo: Moriré solo y virgen
Karma: 5

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor Axelpower » Lun Abr 15, 2013 2:25 am

"El camino de abajo es la mejor opción posible."— murmuró Yagami, en un intento de reprocharme mis propias palabras con cierto rencor. Quise rebatirle y decirle que no había sido una decisión tan mala, pero se mirase como se mirase, no podía haber una situación peor que esa. Intentando huir de que nos delataran unos simples elfos, habíamos terminado metiéndonos de lleno en la boca del lobo: un salón en el que, junto a Santa Claus y una chica de pelo plateado a la que no logré reconocer, se encontraba todo el batallón de Aprendices de Tierra de Partida.

Una extraña sensación recorrió mi cuerpo. A pesar de que había elegido el camino que consideraba más adecuado, no pude evitar sentir cierta nostalgia al ver frente a mí, convertidos ahora en enemigos, a los que durante un tiempo fueron mis compañeros. Sobre todo, al ver a Hiro Inukai, aquel valiente perro guerrero con el que había luchado hombro con hombro contra el contrabandista que amenazaba Tierra de Dragones y la criatura a la que invocó.

—Anda, eres tu Axel, cuanto tiempo. ¿Y tu amigo, también lo ha enviado un maestro, tal vez Ronin, ha venido Ronin aquí?

Lo miré, anonadado. ¿Acaso no sabía él que había abandonado Tierra de Partida? ¿No estuvo él en Bastión Hueco, el que ahora era mi hogar, el día de aquellos fatídicos hechos? Pensé, con un nudo en la garganta, en responderle y contarle la verdad, pero entonces vi algo que logró encender mi ira.

A pesar de que había intentado esconderse velozmente detrás de otra de los Aprendices, una joven de largo pelo castaño que no aparentaba ser mucho mayor que yo, pude contemplar su rostro el tiempo suficiente como para recordar a aquella chica que me había hecho desatar mi rabia y odio como nunca ningún otro ser vivo lo había logrado. La que en el día en que todo cambió estuvo a punto de, pensando únicamente en su egoísmo y bien propio, destruir a una inocente que tan sólo buscaba proteger a los seres que le importaban. Aquella chica a la que durante todos esos meses le había guardado tantísimo rencor y a la que tantas veces había querido hacer pagar por cómo actuó, a la que deseaba aplastar como si de una hormiga se tratase y hacerle suplicar clemencia hasta que supiera qué se siente al intentar defenderte de quienes sólo buscan la destrucción: Mei.

Agarré mi Llave Espada con fuerza, preparándome para entrar en combate si era necesario, poco después de que, probablemente alertada por Mei, también lo hiciera aquella Aprendiz detrás de la cual se había escondido. No aparentaba ser muy violenta, pero sí podía apreciarse en su rostro una fuerte convicción por lo que hacía y defendía, reflejadas en una expresión impasible y serena, aunque no por ello menos amenazante. Con una sonrisa desafiante, reveló nuestra identidad a Santa Claus, echando por tierra el poco factor sorpresa que nos quedaba a mí y a Yagami.

―Santa, le puedo asegurar que no están en la lista de niños buenos. Son traidores.

>>¿Qué hacéis vosotros aquí? Contestad.


"Traidores". Aquella palabra que tanto odiaba escuchar resonó en mi cabeza una y otra vez. Apreté la empuñadura de mi arma con más fuerza, intentando contenerme y no estallar ante los comentarios de los ignorantes que creían a pies juntillas en lo que aquellos que les utilizaban como simples marionetas les habían afirmado que era verdadero. Levanté mi Llave Espada, apuntando a la joven de forma amenazante, pero sin intención alguna de atacar; tan sólo de arrojar luz sobre las falsas acusaciones que había lanzado.

¿Traidores, dices? ¿Eso es lo único que vuestros Maestros os han contado? ―hice una pequeña pausa para coger aire, e intentar así tranquilizarme y no montar en cólera.―Voy a decir esto una única vez, y espero que no sea necesario que lo repita: ni soy ni nunca he sido un traidor.

>>¿Por qué debería serlo? ¿Por no poder soportar el conocer la verdad que se ocultaba detrás de todas las aparentemente perfectas e inocentes promesas que Rebecca y el resto de Maestros me hicieron? ¿Por ser incapaz de aguantar la sensación de ser considerado una marioneta con la que varios titiriteros pasaron meses jugando? ¿Por no haber querido siguendo resistir la impotencia que me recorrió al descubrir que tan sólo me habían utilizado para los fines que ellos buscaban?

>>Han pasado ya meses desde que cada uno tomó la decisión que creyó más conveniente. Vosotros escogisteis seguir del lado de los que inicialmente os acogieron y guiaron en el camino de los Portadores. Yo, por otra parte, decidí seguir a quienes habían tenido el valor y el atrevimiento de, sin tapujo alguno, revelar la verdad y aceptar a quienes estuvieran dispuestos a perseguirla y encontrarla. Aquellos que me prometieron que, si yo les ayudaba, me ayudarían a mí a conseguir lo que yo creía mejor y más correcto.

>>Sinceramente, no me considero un traidor por querer hacer lo imposible para luchar por el fin que anhelo, ni por querer dejar de ayudar a los que, intentando buscar lo que sólo a ellos les convenía, me engañaron para utilizarme a placer. Simplemente he seguido el camino que mi corazón me dictaba y que, independientemente de lo que el resto del mundo pensara, me parecía más correcto. Si a eso lo llamas ser un traidor, en ese caso lo prefiero a ser simplemente alguien que vive atrapado en una gran mentira luchando por lo que le han hecho creer que es lo adecuado.


Respiré hondo, ya mucho más tranquilo, pero aún con mi arma empuñada y apuntando al enemigo. Ni yo mismo habría podido imaginar cuánto podía relajar a uno mismo defender con convicción el fin que perseguía de aquellos que lo criticaban sin conocimiento. Seguí sin bajar la guardia, pero desahogarme de aquella forma me permitía que lo hiciera sin estar tan nublado por la ira.

Me giré entonces hacia Hiro y, si bien este ya no parecía tan amigable como antes, hice lo que habría hecho en un primer momento de no haberme encontrado en aquella tensa situación.

Yo también me alegro de verte, Hiro. ―dije, esbozando una sonrisa.― Y siento que hayas tenido que enterarte de esto de esta forma. Espero que tú que me conoces mejor no me juzgues erróneamente, como han hecho tus compañeros.

Entonces, volví a centrarme en la misión mientras Yagami, con esa sádica expresión que tan característica parecía ser en él, revelaba el plan que había ideado: forzar que el propio Santa Claus, en un intento por proteger su casa y a los suyos, decidiera por su propio pie venirse con nosotros. Observé las reacciones de los Aprendices de Tierra de Partida: Hiro y Mei no parecían dispuestos a entablar combate, sino que más bien estaban ignorando la situación y observándola desde un lugar seguro, respectivamente. Pero la chica que había alzado su arma contra nosotros no parecía dispuesta a zanjar el asunto por las buenas. No podía permitirme bajar la guardia.

Cogí mi escudo con la mano que tenía libre y me puse en posición de combate, preparándome para reaccionar en cualquier momento si era necesario. En caso de que el plan de Yagami no funcionara, podría empezar un combate de cuatro contra dos en el que nada tendríamos que hacer si no nos organizábamos bien.

Pensé en una táctica que pudiera funcionar y que no fuera demasiado arriesgada, pero todas entrañaban cierto peligro. Podía optar por, en el caso de que mi compañero fuera atacado por alguno de los Aprendices de Tierra de Partida, aprovechar que este habría bajado la guardia para realizar el ataque y entonces asestarle yo un golpe en la parte del cuerpo que más desprotegida tuviera, pero eso me dejaría a mí en la misma situación y podía hacerme salir muy mal parado en caso de que alguien pusiera en práctica el mismo plan que yo. No obstante, dado que todos los Aprendices se encontraban en un mismo lado, si colocaba mi escudo de forma que cubriera el flanco que quedara más cerca de ellos no podrían alcanzarme fácilmente, y en caso de que los oyera o viera acercarse podría tener tiempo de sobra para esquivarlos o incluso contraatacar. Bastaría con un golpe fuerte que, aunque no acertara en un punto vital, fuera capaz de lanzar por los aires o tumbar a mi objetivo. Con algo de suerte, destrozaríamos parte del mobiliario y haríamos que se replantearan aceptar el plan de Yagami.
A new beginning
Imagen
Avatar de Usuario
Axelpower
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 3198
Registrado: Dom Jun 15, 2008 9:48 pm
Dinero: 2,257.46
Banco: 1,625,073.04
Ubicación: Cydonia
Sexo: Masculino
Clan: Bohemia Lectura
Facebook: Pregunta por MP
Estantería de objetos
Karma: 16

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor Nell » Jue Abr 18, 2013 12:48 am

Hiro realmente se ofendió por el comentario de Santa Claus. Y tan normal. El pobre no sólo se había visto acorralado por un payaso, sino que se había quedado sin camiseta delante de él, y por ello se habían llegado a malas conclusiones. Y tal vez para explicarse se puso demasiado frenético, puesto que se acercó al anciano casi como un loco para dar su versión.

Pero no llegó a tocar a Santa, pese a que su intención fuera el de sacudirle durante su explicación. Sus manos fueron frenadas en el aire, a pocos centímetros, como si hubiera a su alrededor una barrera que no pudiera atravesar. Los demás sólo le verían pararse, pero no notarían nada raro, puesto que ésta era invisible.

En cambio, fue diferente con MoguDer. Impactó en el barrigón de Santa, y rebotó peligrosamente cerca de la chimenea, al tiempo que Hime estallaba en carcajadas.

Entonces, fue cuando Axel y Yagami interrumpieron.

Mei y Nadhia tuvieron que confirmarlo en voz alta, para que los residentes y demás aprendices despistados conocieran la verdad: que ambos eran traidores. No debían relacionarlos con ellos.

Entonces, ¿os habéis peleado? ―se extrañó Hime, que tampoco entendía muy bien la situación. Santa Claus no se sorprendió, ni le dio importancia.

Las redecillas personales no importan. Nunca tendré problemas en responder a alguien que viene a preguntar por su nombre en la lista ―comentó Santa. ¿Sabría él cuál era el conflicto? En teoría, si se dedicaba a valorar las buenas o malas acciones, sí…

Obviamente, ni a Axel ni a Yagami les interesaba su nombre en la lista (o tal vez sí), sino él mismo, cosa que no podía saber. ¿Qué hacer? Huir, iniciar una pelea, engañarlos… Tenían múltiples posibilidades.

Lo que sin duda nadie esperaba era la provocación de Yagami, quien había jugado bien sus cartas y hecho bien los deberes. La desventaja numérica les ponía en un serio aprieto… o tal vez no. No podrían proteger al viejo si éste se entregaba voluntariamente a ellos. Si lo hacía, claro.

Uy, qué dices ―murmuró Hime, indignada por la propuesta, pero con ese mismo tono bromista―. Los precios de las reformas están por las nubes…

Definitivamente, era toda una infantiloide (normal, viviendo donde vivía). Parecía no enterarse del verdadero problema.

Santa Claus se preocuparía, naturalmente, por la destrucción de su casa, la seguridad de los niños y la fábrica de donde provenían los juguetes que gestionaba. Si cualquiera de esas cosas era alterada, su trabajo no tenía sentido.

Sin embargo, el hombre tenía una opinión diferente.

Lo siento, muchacho. No puedo marcharme contigo. De mí dependen miles de niños y niñas que esperan con ganas la recompensa por este buen año ―respondió Santa Claus, dejando la lista de lado y alzándose del asiento―. Te lo advierto: si tu intención no es otra, márchate ahora mismo de mi casa. El gran día está a punto de llegar y aún nos faltan preparar los detalles de última hora.

Entonces, pasó un fenómeno, sin duda, extraño. Lo primero que sintió Yagami fue una especie de brisa helada. Como, si a pesar de la cercana hoguera, hubiese entrado el aire frío de la calle durante un momento. Sin embargo, si miraba a la puerta, no vería nada. Y, por otro lado…

Fue un breve destello. La sensación de frío vino acompañada por lo que parecían pequeñas partículas azules a su alrededor y, ¡pum! Todas se congregaron en el centro de su mano, atravesando limpiamente la bruma oscura que podría ya estar generando (ante la respuesta de Santa), y formando desde su interior un pedrusco de hielo que congeló el brazo de Yagami hasta casi el codo. El nuevo peso y la poca fuerza del chico hicieron que se inclinase hacia delante, cayendo la nueva parte helada al suelo. Podría volver a incorporarse si lo sujetaba con la mano aún libre. Y si le ponía solución.

Dentro del hielo aún continuaba la flama oscura que había empezado a convocar.

Hime estaba dejando en ese momento las tazas sobre la mesa. Había un total de cuatro, y otra más pequeñita para MoguDer, ya que no había ido finalmente a por más para Axel y Yagami.

Ah, perdonad ―se disculpó repentinamente―. Os he puesto a todos café con leche. Y no sé si querréis alguna otra cosa ―sonrió, ajena a la tensión.


Spoiler: Mostrar
Datos que Libra proporciona sobre Axel:

Nivel: 9
Arma: Llavero “Artesana”
Habilidades principales:
Materialización del Arma (HC) [Nivel 1]. El personaje puede hacer aparecer y desaparecer su arma a voluntad en sus manos, en vez de llevarla cargando por todos los lados. Esto permite un factor sorpresa inicial en las batallas.
▪ ???
Afinidad: No elemental.


Spoiler: Mostrar
Fecha límite: 25 de abril.
PH de Axel: 15/18
PH de Yagami: 13/16
PH de Nadhia: 13/22
PH de Hiro: 22/22
Balas de Hiro: 11/15
PH de Mei: 11/20
PH de Zait: 18/18



A partir de ahora, me gustaría pediros que especifiquéis bien, BIEN, qué pretendéis hacer. Nada de “ante el más mínimo movimiento, atacaré” o “si pasa algo sospechoso, voy a lanzar Electro“. No lo tengo en cuenta, porque no es claro, las opciones son muy diversas y no seré yo quien juzgue aplicarlo o no.

Claro y conciso: “si Yagami ataca a Hime, le lanzo un Electro”; “si Santa me responde que no, voy a hacer x habilidad para x cosa”; “si el plan de mi compañero sale mal porque pasa esto y lo otro, voy a darle un coscorrón a Nadhia; si Axel derrama el café, le meto dos balas en la sesera”. Claro y conciso, o no lo acepto, porque es movimiento del turno siguiente, y no me toca a mí decidirlo.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor EspeYuna » Jue Abr 18, 2013 5:37 pm

Evadí la respuesta de aquel aprendiz con una simple mirada.

¡No, usted no lo entiende! ―exclamé a Santa Claus, intentando explicarle la situación. Me giré también a Hime, quien no parecía entenderlo tampoco― No se trata de asuntos personales, sino que ellos pueden ser la causa de que esas criaturas que rondan fuera hayan aumentado su número en la ciudad. ¡Tenéis que entender que...!

Fue entonces cuando escuché atentamente las palabras de aquel a quien tenía miedo Mei, la cual no quiso salir de su escondrijo a mi espalda.

¿Acaso ellos te privaban de buscar las respuestas? ―pregunté, enarcando una ceja― Mientras mantuvieras la promesa de usar la Llave-Espada en pos del bien, pues era ese tu destino al aceptar el poder de ésta, podías aventurarte tú mismo a buscar aquello que anhelabas. Si era poder, poco a poco en Tierra de Partida lo habrías conseguido, protegiendo los mundos de la oscuridad. Si era buscar a algún amigo o familiar perdido, podrías haber iniciado una búsqueda por tu cuenta. Pero ahora te has unido a un grupo que sólo busca la supuesta Verdad, y le importa poco a quienes se tengan que llevar por delante.

>> ¿De verdad estás seguro de que cumplirás las órdenes de vuestro Maestro? ¿Es que acaso no te importa la vida de la gente inocente? ¡Ellos usan a los sincorazón para obtener esa verdad, y eso os va a condenar! ¡Y no somos carne de cañón! ¡Nunca lo hemos sido! ¡Vosotros mismos os estáis convirtiendo en eso! ¡Y por eso Ragun...!


Me paré en seco cuando la última mención escapó de mis labios.

"Nadhia, mantén la calma."

Recuperando la compostura escuché la amenaza del otro aprendiz. Ángel Forjado intentó tranquilizarme, pero no podía estarlo.

Pues estaban ciegos. Ryota los estaba engañando y condenando a ser parte de su juego.

Las palabras del segundo aprendiz no ayudaron en absoluto a que bajara el arma.

Uy, qué dices ―murmuró Hime, haciendo que me sorprendiera por su inocente personalidad. En aquella ciudad parecía no haber lugar para el pecado―. Los precios de las reformas están por las nubes…

Lo siento, muchacho. No puedo marcharme contigo. De mí dependen miles de niños y niñas que esperan con ganas la recompensa por este buen año ―me giré a Santa Claus en cuanto se levantó de su sillón. La oscuridad que desprendía aquel aprendiz en su mano me hizo alzar la Llave-Espada. Sin embargo...―. Te lo advierto: si tu intención no es otra, márchate ahora mismo de mi casa. El gran día está a punto de llegar y aún nos faltan preparar los detalles de última hora.

Santa Claus no parecía tan inocente como lo ponían en los cuentos y villancicos. Un destello cegador y el brazo del aprendiz quedó atrapado en un gran pedrusco de hielo, producto de la magia del simpático hombre vestido de rojo. Sonreí, aliviada en cierto modo.

Pero el comportamiento de Hime me irritaba. No porque no soportara aquella actitud amable y divertida, porque de hecho, me contagiaba su felicidad. Pero la situación era muy delicada.

No tenía ni idea de qué hacer. Lo cierto es que no podíamos entrar en combate estando Santa cerca, a pesar de que nos había demostrado poder cuidarse solito. Pero tenía razón en cuanto a poder destrozar la casa o la fábrica. Seguramente y en otra situación habría dado saltos de alegría y me habría comportado como una cría en una excursión más pacífica. En aquel momento no pensaba otra cosa que en buscar una solución. Y rápido.

Fue entonces cuando decidí que lo mejor sería informar a Akio de la situación. Éramos cuatro contra dos. Y aumentábamos en número con la ayuda de Santa, quien no tenía intención alguna de marcharse de su hogar. Y Hime parecía fuerte. Puede que torpe, pero fuerte. Podría venir conmigo, pero su seguridad era lo primero. No me la iba a llevar con sincorazón rondando fuera. Y a saber si encontraría a Akio en el mismo sitio donde nos despedimos.

Mei, necesito que los vigiléis y no les dejéis escapar. Sé que tienes miedo, pero con Hiro y Zait seguro que estarás a salvo ―susurré a Mei, siendo escuchada por Hiro y por Zait, aunque no por los recién llegados―. Cuidad de Hime y de Santa. Lo mejor será que vaya a avisar al Maestro, él sabrá qué hacer.

Tras decirle aquello a los demás, salí corriendo hacia la salida.

¡Voy a ver si nuestro Maestro también quiere té! ¡Hace demasiado frío ahí fuera!

Tenía que encontrarle.

Mientras corría hacia la colina donde nos habíamos despedido del pequeño demonio, no paraba de preguntarme por qué quería Bastión Hueco a Santa Claus.

"Para nada bueno, seguro."
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor Nell » Jue Abr 25, 2013 2:31 am

Nadhia

La joven habló alto y claro sobre los valores que defendía, sobre la imagen de Tierra de Partida que tenía junto a otros muchos, y sobre los objetivos que cada uno perseguía egoístamente. Creía de verdad en lo que decía. ¿Y estaría acaso en lo correcto?

Bueno, eso era tarea suya descubrirlo.

Por otro lado, no se quedó mucho más tiempo a continuar la discusión. Seguida por el impulso de buscar a Akio, a fin de informarle y de que les asesorara sobre lo que hacer, se escabulló de la casa de Santa Claus y salió al exterior.

Hacía frío. Mucho frío. ¿Tal vez, incluso, un poco más que antes?

Además, en cuanto echó a andar hacia la colina, se dio cuenta de que le era más complicado avanzar. Sus pies se sumergían en la nieve, como si la profundidad hubiese aumentado a pesar de no haber caído ni un copo más, y ésta además parecía más dura que antes. Los alrededores aún estaban vacíos, debido al temor de la población a los anteriores sincorazón que habían aparecido. Esperaban que volvieran a hacerlo pronto.

Y así sucedió.

Si Nadhia miraba al cielo, vería los tres puntitos aproximarse, los cuales parecían provenir del mismísimo espacio. Eran, en sí, bolas negras, de ojillos como siempre ambarinos y una especie de antenas a ambos lados del cabezón.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Se aproximaron inmediatamente a Nadhia, como si éste hubiese sido desde el principio su objetivo, y la atacaron desde el aire. La joven, sin poder defenderse de la repentina avalancha, recibió los tres arrollamientos seguidos, cayendo al suelo. Los sincorazón se mantuvieron a su alrededor, cada uno en una esquina de la plaza del tiovivo, reponiéndose del empujón.

Sin duda, eran muy fuertes. Y rápidos. Tarde o temprano, volverían a la carga, porque había quedado patente que Nadhia sería su próxima víctima. Si ésta no lo impedía, claro. A su espalda, estaba el porche de Santa Claus; a los lados, callejuelas; y en el frente, la colina por donde se veía un llamativo abrigo rojo.


Spoiler: Mostrar
Fecha límite: 2 de mayo.

VIT de Axel: 40/40
PH de Axel: 15/18
VIT de Yagami: 26/26
PH de Yagami: 13/16
VIT de Nadhia: 18/30
PH de Nadhia: 13/22
VIT de Hiro: 20/20
PH de Hiro: 22/22
Balas de Hiro: 11/15
VIT de Mei: 14/14
PH de Mei: 11/20
VIT de Zait: 20/22
PH de Zait: 18/18

Zait y Yagami abandonan la Trama.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Ciudad de la Navidad] Lo que se esconde bajo la nieve

Notapor RedXIII » Vie Abr 26, 2013 3:17 pm

Yo también me alegro de verte, Hiro. Y siento que hayas tenido que enterarte de esto de esta forma. Espero que tú que me conoces mejor no me juzgues erróneamente, como han hecho tus compañeros.

No te preocupes — Contestó mientras ignoraba los golpes de MoguDer —Yo no creo que seas un "traidor", pero desgraciadamente seguimos caminos confrontados — Desgraciadamente el no podía sonreír como había hecho Axel al decir aquello, esbozó una pequeña y forzada risa, pero fue breve.

Nahdia empezó a hablar, respondía a Axel, Hiro sabía de sobras que aquella batalla verbal no iba a servir más que para desfogar un sentimiento de rabia e indiferencia.

Nahdia — le susurró —No... — La improvisación de frases y momentos épicos no era lo suyo, no se le ocurría nada inteligente que decir —Olvídalo

Lo siento, muchacho. No puedo marcharme contigo. De mí dependen miles de niños y niñas que esperan con ganas la recompensa por este buen año ―respondió Santa Claus, dejando la lista de lado y alzándose del asiento―. Te lo advierto: si tu intención no es otra, márchate ahora mismo de mi casa. El gran día está a punto de llegar y aún nos faltan preparar los detalles de última hora.

Seis contra dos, era un combate demasiado injusto, pero sabía que Axel era bastante fuerte, la forma en la que aguantó la sacudida de aquel monstruo cuando estuvieron juntos de misión no era normal, y eso podría ser malo en el combate, pero de todos modos eran mayoría absoluta, y no parecía precisamente flojo aquel señor, puede que al igual que su abuelo la edad solo le haya aportado más sabiduría.

El problema era que hacer ¿Entraba sin más, decía algo chulo o que? Hiro pensaba frases, ignorando las demás conversaciones.

Mei, necesito que los vigiléis y no les dejéis escapar. Sé que tienes miedo, pero con Hiro y Zait seguro que estarás a salvo. Cuidad de Hime y de Santa. Lo mejor será que vaya a avisar al Maestro, él sabrá qué hacer.― Ir ella sola era peligroso, pero no se fiaba de quedarse solo contra Axel y aquel chico el cual no conocía, necesitaba a sus compañeros cerca, y a Nahdia también ¿Pero que podía decirle? Era libre de ir si quería.

Der, ve con ella

Kupó que quede claro que lo hago porque quiero — Dijo aun algo enfadado mientras se iba detrás de Nadhia a toda velocidad.

Se giró hacia Axel y se puso las gafas de sol —No me gusta la idea de incumplir una misión, pero creo que esta vez, dada la gravedad del asunto, podemos hacer una excepción — dijó dirigiendose a Santa Claus —¡Oye, señor Barbudo! — Exclamó —¿Entonces no hay ningún problema si me cargo algo de la casa?

Desde luego Hiro no era tonto, y no quería dejar nada a la suerte, más bien dicho, a la mala suerte, pues sacó una jaula, la jaula de su pequeño amigo, Grillo.

Canta, pequeño Grillo, canta toda la noche, que tus cantos atraigan nuestra suerte — En la jaula apareció un pequeño Grillo, el cual se dice que esta acompañado por la suerte.

Desenfundó lentamente sus sables pistola y se preparó para lo peor.

Ah, perdonad ― Se disculpó Hime ―. Os he puesto a todos café con leche. Y no sé si querréis alguna otra cosa

¿Café? Puaj, yo no bebo esas cosas — Dijo con una leve sonrisa —Te propongo un trato, si conseguimos que no rapten al viejo me haces Chocolate con churros — Una de las debilidades de Hiro eran sus platos favoritos, y los churros eran una de sus más mayores debilidades —Bueno, cuando queráis

Mientras, MoguDer seguía de cerca a Nadhia, con la intención de ayudarla en lo que hiciera falta.

Spoiler: Mostrar
No pude postear antes, ya se lo comenté a Nell XD.

Iba a enviar a MoguDer a ayudar a Nadhia, lo que no sabía es que iba a postear por partes y no sabía si podía actuar ayudando a Nadhia con la actual situación o que.

¿Entonces que pasa con los dos que no están, se han desvanecido, están quietos sin hacer nada o como?
Imagen

Awards chupis:

Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen


No hagas click aquí, despertarás a la conejita.

Spoiler: Mostrar
Oh, no, hiciste, click, has despertado a la conejita.

Imagen


-Hollow is in the web, all's right with the foro-
Avatar de Usuario
RedXIII
Moderador
Moderador
AnimeDesign
 
Mensajes: 4142
Registrado: Jue Abr 24, 2008 7:53 pm
Dinero: 1,304,727.66
Banco: 2,218,933.14
Ubicación: En la isla puntería.
Sexo: Masculino
Clan: AnimeDesign
Tumblr: Se han matado ellos solos
Youtube: No subo nada
Instagram: Ni lo miro
Estantería de objetos
Karma: 41

AnteriorSiguiente

Volver a Segunda Saga

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado

cron