[Tierra de Partida] Una mujer de armas tomar

[Gray]

La derrota le había parecido tan inminente que aunque lo había intentado con todas sus fuerzas, pero la fuerza de su contrincante les había dejado en la peor posición posible en aquel momento, la derrota. El dolor que había sentido en su nariz cuando había sido cogido con tal facilidad y poderío no era comparable con nada, excepto con sus últimos recuerdos de su mundo natal, Diana. Le hervía la sangre al recordarla, pero más le había hervido cuando había sido lanzado con suma sencillez contra el suelo de mármol, sus huesos le dolían como si le hubiera pasado un elefante por encima y lo hubiera atropellado, bueno, quizás exageraba un poco.

De nuevo había dirigido unas palabras a sus aprendices, pero estaba claro que tenía toda la razón. El veía en lo que fallaba, aunque su compañero al parecer no. No habían cooperado en condiciones, no habían intentado atacar de manera simultanea o buscando el fallo de su contrincante. Habían atacado a lo loco al principio, con algo más de precisión en la segunda vez, pero aún así les había fallado tanto la comunicación entre ellos, como el buscar una estrategia más elaborada. Su fallo había sido ese.

— Nos falla la coordinación entre nosotros, creo que es el punto más importante dentro de esta pelea que no se trata en realidad de vencerte, sino de aprender a pelear juntos contra una persona más fuerte, al menos eso creo yo, probablemente te reirás, pero es lo que se me ha ocurrido desde el principio.— Comentó, sabiendo que bien podía tener razón o no tenerlo, pero que era mejor que quedarse callado, al menos así podría acercarse un poco más a la verdad, aunque Lyn era una mujer de armas tomar, así que no sabía por donde podía llegar a salir.

[EspeYuna]

Lyn, quien hasta ahora había tornado seria desde que comenzó el combate, esbozó una sonrisa de resignación, suspirando y encogiéndose de hombros.

—Por fin. Pensaba que ya no os funcionaba a ninguno las neuronas —dijo, alzando una mano y señalando a Shintaro—. El canijo es quien tiene más razón. No sabéis aprovechar las cualidades de cada uno, atacáis a lo loco y no pensáis en una estrategia. Aunque el principal fallo ha sido, sobre todo, tú Neas. Tienes que aprender a convivir con otro compañero, sin ayuda ahí fuera no durarás nada.

>> Sé que has estado solo mucho tiempo en ese mundo, pero debes aprender a apoyarte en los demás.

Su mano dirigida entonces a Neas alzó tres dedos.

—Os doy una tercera oportunidad.

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Fecha límite: Miércoles, 20 de Marzo

[Gray]

La cosa estaba clara, pero no por ello hacía que fuera más fácil trazar un plan. No conocía a su compañero de nada, y sólo había podido ver un par de cosas a lo sumo, pero iría por lo más sencillo y por lo que creía que podría llevarlos al menos a una victoria parcial. Tenían que atacar ellos, eso estaba claro, pero quizás, y sólo quizás, si atacaban a la vez al unísono, le sería difícil hasta para su maestra esquivar uno de los golpes, y más si estos venían desde lados contrarios.

— Mira, no quiero parecer un sabiendo, ni quiero hacerme el chulito ni nada, pero creo que si atacamos al unísono, podremos hacer algo, tenemos que coordinarnos, y sé que es difícil, pero es lo único que nos queda por hacer, atacar a la vez.— Le dijo, incluso a sabiendas de que su maestra los escucharía, eso daba igual, lo importante era el plan en si y realizarlo a la perfección.— Así que cuando quieras, salimos a la vez e intentaremos darle un golpe a la vez, pero por diferentes flancos, de modo que no pueda esquivar uno y bloquear el otro.— Dijo.

Cuando su compañero estuviera listo, comenzaría el ataque. El tenía la intención de no realizar un corte vertical, ni horizontal ni nada, sino que intentaría, justo en el momento del ataque de su compañero, una estocada con su llave espada hacia el pecho de su maestra, y en caso de que necesitara su compañero, intentaría ayudarlo con todo lo que pudiera, que véase su estado actual, no era mucho, ciertamente. Ahora quedaba que su compañero buscara su propia manera de atacar e intentar aprender algo de todo aquello.

[Neas]

— Mira, no quiero parecer un sabiendo, ni quiero hacerme el chulito ni nada, pero creo que si atacamos al unísono, podremos hacer algo, tenemos que coordinarnos, y sé que es difícil, pero es lo único que nos queda por hacer, atacar a la vez. Así que cuando quieras, salimos a la vez e intentaremos darle un golpe a la vez, pero por diferentes flancos, de modo que no pueda esquivar uno y bloquear el otro.

Vaya, parecía listo ¿y ahora eso es lo mejor que se le ocurre? Su velocidad es muy superior a la nuestra. Y ahora que conoce el plan, le resultará tan fácil esquivar esto como a una anciana caminando por la calle. De todas formas, el muchacho parece dispuesto a darlo todo. Habrá que darle una oportunidad a ver si tiene pensado algo más de lo que ha dicho.

—Tsk. Supongo que no me pasará nada por un codazo más...

Con una resignada sonrisa, me coloco en el lado opuesto al ojeras. No puedo estar seguro, pero con suerte intentará golpear en la parte superior. Si queremos que esto tenga la más mínima oportunidad de funcionar, creo que un tajo ancho a las piernas será lo más efectivo. Si salta, mi compañero acertará. Si esquiva su acometida, seré yo quien tengoa bastantes posibilidades de golpearla.

Ante todo, que no me dé en un ojo.

[EspeYuna]

—Eso no está mal, pero que nada mal —Lyn esbozó una pícara sonrisa cuando vio las intenciones de ambos—. Pero...

Tanto Shintaro como Neas pudieron golpear... eso sí, no al objetivo que pensaban en un principio. Shintaro fue a por el pecho de la Maestra, pero su arma acabó encontrándose con la frente de Neas, dándole de lleno. Neas, por otro lado, queriendo golpear las piernas de Lyn acabó dando una estocada al pecho de Shintaro.

Ambos cayeron al suelo de inmediato, expresando el dolor que estaban experimentando en aquel momento, inesperado y bastante ridículo. La Maestra había desaparecido otra vez de su campo de visión.

La Maestra se sentó en uno de los escalones que daban a los tronos, e hizo un gesto con uno de sus dedos, en señal de que sus pupilos se acercaran. Una vez estos consiguieron recuperarse e ir hacia donde estaba la Maestra, ésta prosiguió con su lección:

—Eso último me ha gustado más, debo admitirlo —dijo la Maestra, sonriendo de forma desafiante—. Quitando de lado que os haya escuchado perfectamente y que seáis demasiado lentos para un superior, podríais haber derrotado a un sincorazón de nivel inferior. Y teniendo en cuenta que jamás os habéis dirigido la palabra, se nota que no habéis coincidido antes de venir a entrenar conmigo.

>> También es cierto que habíais planificado varias posibilidades. Viendo tus ojos, canijo, he comprobado que ibas directo a mi pecho, mientras que tu compañero no despegaba la vista de mis piernas. La mirada también es una buena distracción para el enemigo, no lo olvidéis. ¿Estabais esperando a que saltara o me agachara, no? Qué inocentes sois.

A pesar de que un tono burlón se escapaba de la boca de Lyn, realmente parecía estar disfrutando con la lección.

—¿Alguna pregunta antes de seguir machacando esto?

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Voy a estar ausente toda Semana Santa (viaje) y seguramente no vuelva a pasarme hasta el día 2 de Abril. Así que de momento no habrá fecha límite, aunque intentad postear la semana que viene.

EDIT: Cambio de planes, Sombra se hará cargo de la siguiente ronda, que será el Miércoles 27 de Marzo

[Neas]

—Eso no está mal, pero que nada mal. Pero...

Ahora está, ahora no. Como si de una ilusión se tratara, Lyn desaparece ante nuestros ojos. No nos da tiempo a reaccionar y no logramos detener nuestro ataque. Ambos acabamos en el suelo, doloridos. Yo con un rojo círculo marcado en la frente por la estocada de mi compañero y él con el pecho dolorido por mi golpe.

Cuando por fín nos recuperamos del golpe y entender la situación, la Maestra ya llevaba un rato sentada en los tronos. Con un leve gesto, nos llama a acercarnos. En silencio, la obedezco.

—Eso último me ha gustado más, debo admitirlo. Quitando de lado que os haya escuchado perfectamente y que seáis demasiado lentos para un superior, podríais haber derrotado a un sincorazón de nivel inferior. Y teniendo en cuenta que jamás os habéis dirigido la palabra, se nota que no habéis coincidido antes de venir a entrenar conmigo.

Habla con una sonrisa, pero en serio. La verdad es que está siendo muy positiva. Mejor así. No me gustaría tener que estar escuchando regañinas todo el rato. Mientra habla, me quito la capucha.

—También es cierto que habíais planificado varias posibilidades. Viendo tus ojos, canijo, he comprobado que ibas directo a mi pecho, mientras que tu compañero no despegaba la vista de mis piernas. La mirada también es una buena distracción para el enemigo, no lo olvidéis. ¿Estabais esperando a que saltara o me agachara, no? Qué inocentes sois.

>>¿Alguna pregunta antes de seguir machacando esto?

Pues, salvando la interrogativa de qué es lo que realmente había hecho, la verdad es que no tengo pregunta alguna. Ha quedado claro, si es que no lo estaba ya, que aún nos falta mucho por mejorar. Esperaré por si mi compañero pregunta algo y, si no, a que sea la misma Maestra quien tome de nuevo la palabra,

[Gray]

Acababan de fallar estrepitosamente. Su ataque había tenido una gran falla, que ambos ya conocían desde el principio, su maestra los escuchaba. Gracias a esas orejas de gato que decoraban su pequeña cabeza podía oír todo lo que había a su alrededor casi sin excepción, y eso, para dos personas que se acaban de conocer, era un inconveniente demasiado alto para superarlo. Y lo peor de todo no había sido fallar, ni aquel golpe que había recibido en el pecho y que, internamente, se había quejado a grito pelado por el dolor, cagándose en más de un familiar de quien sabía que dios inexistente, lo peor era sentir que no habían podido hacer absolutamente nada, y que su maestra se encontrase sentada frente a ellos a varios pasos de distancia. La impotencia se apoderó de su ser, sintiéndose inútil.

— Sabía que podría acabar así, pero nunca esperé que irritara tanto...— Pensó.

Después de que se pudieran reincorporar, su maestra comenzó a hablar, riéndose de ellos y, a la vez, alabando—No con mucho ahínco, la verdad.— en parte su trabajo. Desde luego tenía mucha razón sobre la información que le habían ofrecido sin querer, era algo a tener en cuenta en futuras batallas, pero que en ese momento ya acabada la lucha, no les servía de absolutamente nada. Ahora solo le quedaba saciar su curiosidad ante las posibilidades que había visto su maestra para pasar aquella prueba con éxito, derrotándola, si es que tal hecho le había llegado a pasar por la mente.

— ¿Qué hubieras hecho tú si hubieras sido cualquiera de nosotros y te hubieras enfrentado a ti misma?, ¿Cómo habrías conseguido pasar la prueba?— Preguntó, curioso ante todo.

[EspeYuna]

Lyn, al ver que Neas no tenía ninguna pregunta, atendió a las cuestiones de Shintaro. O "el canijo", como ella lo apodaba desde que lo hizo su aprendiz.

—¿Crees que esto se aprende de la noche a la mañana? ¿Que conseguí el puesto de Maestra en poco tiempo? —preguntó su mentora, sonriendo, en parte parecía divertirle la situación. Y en su rostro pudo contemplarse un claro sentimiento de nostalgia— ¿Sabes? Parece que no somos tan diferentes, Shintaro.

Para sorpresa del joven, su Maestra pronunció por primera vez en toda la mañana su nombre.

—Yo una vez fui como tú, y como Neas —dijo, invocando su Llave-Espada y contemplándola mientras seguía hablando—. Todo Maestro ha sido aprendiz una vez. Yo también tuve que enfrentarme a un Maestro, de la misma forma.

>> La misma pregunta. Je.

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Fecha límite: Lunes, 8 de Abril
Pues parece que al final Sombra no actualizó, seguramente despiste. Disculpas por el retraso del post, pero volví ayer de viaje xD

[Neas]

—Así que los maestros actuales no son los primeros... ¿Cuánto tiempo llevais haciendo esto? ¿Cuanto dura ya esta lucha contra los Sincorazón?

Si llevan tanto tiempo librando esta lucha, ¿cómo es que no sucede más que la caida de otro mundo en las garras de esas criaturas? ¿tiene acaso sentido seguir con ella o acaso es que se nos está pasando algo por alto? La pregunta que he hecho, aunque no los plantee directamente, debería ayudar a resolver esos interrogantes.

Por otro lado, no había respondido a nuestra pregunta ¿querría decir que ni ella conocía la respuesta? No sé por qué, pero no siento la necesidad de corroborarlo. Lo que sí me ha llamado la atención es que ha llamado Shintaro al "canijo." Supongo que será su nombre.

[Gray]

Parecía que el entrenamiento había dado a su fin, parecía que incluso su maestra, le había dedicado unas palabras hacia él, indicándole que se parecían cuando ella había sido joven — Que tiempo habría pasado, obviamente.—. Era algo que le daba un nuevo aliento para seguir adelante, porque aquellas prácticas, no habían salido del todo bien, y aunque había aprendido algo, la decepción de la derrota le había invadido en parte el corazón, era consciente de su debilidad. Y ahora, parecía el momento de las preguntas, ya que su compañero preguntó, e instantáneamente, comenzó a divagar sobre sus propias cuestiones.

Aunque no lo pareciera en aquel momento, Shin estaba absorto en sus propios pensamientos y divagaciones, pensando, por cuanto tiempo se habría dado aquella lucha que parecía venir de mucho antes de existir Lyn. Lo que más o menos le habían contado, es que el propio poder de la oscuridad había llevado a los "otros"—entre los cuales estaban Diana y Alexis— a usarlo, no sabía si habían sido conscientes de ellos o si les había pasado por sorpresa, lo que estaba claro, es que aquello no podía ser normal, ¿Cuántas veces en la historia de la llave espada habría ocurrido tal escenario?

— Maestra, ¿Cuántas veces ha ocurrido que unos aprendices se unan al poder de la oscuridad y luchen con los aprendices de la luz? ¿Hay alguna razón que pudiera haber tras ese exilio por parte de ellos por propia voluntad?— Sabía que no eran preguntas fáciles y que era posible que no supieran la respuesta, pero pensaba que para ellos, era importante conocer las razones o al menos averiguarlas, quizás había algo más que desconocían. Bueno, quizás no, seguro.

[EspeYuna]

—Los Caballeros de la Llave-Espada existen desde hace mucho tiempo, tanto... que no sabría decirte desde cuando llevan luchando por mantener el equilibrio —Lyn hizo una pequeña pausa, dando respuesta a las preguntas de sus aprendices, que parecían haber cogido interés, después de todo, en cuestionar a su Maestra—. Los sincorazón son un problema más serio. Aparecieron hace poco, tras la caída de Vergel Radiante. Es nuestro nuevo enemigo, la Llave-Espada les atrae y repele a la vez. Es oscuridad pura, nacida del miedo de nuestros corazones.

>> Y sobre lo que me preguntas, canijo, no lo sé. En mi vida como portadora sólo he visto ir a aquellos que consideramos traidores en estos tiempos: el bando de Bastión Hueco, conformado por tres Maestros que fueron nuestros aliados. Ryota es su líder, parece ser. Y las razones por las que se van... lo dije antes. Suelen marcharse porque este mentor les ofrece la Verdad sobre su origen, promesas como ayudarles a recuperar algo importante. O para hacerse más fuertes en poco tiempo. Según tengo entendido y nos dijeron algunos aprendices que se quedaron, nos acusaron de usaros como carne de cañón.

>>> Y tú sabes, canijo, quién fue la que te usó como cena para un sincorazón, ¿verdad?

Cierto. Diana le había engatusado, usado como un juguete para luego tirarlo a las fauces de un sincorazón. No. Habían usado el poder de la Llave-Espada para corromper el corazón de aquel que le salvó de tal cruel destino.

—Pero fue su decisión, su responsabilidad —añadió la mentora, levantándose del sitio—. Ellos ya eran suficientemente adultos para confiar en nosotros o no. Si usan el poder que les fue otorgado para hacer daño a personas inocentes o extender la oscuridad a lo largo y ancho de los mundos, nosotros nos encargaremos de que esos planes fracasen.

>> ¡Así que moved el culo y volved a por mí, si es que podéis!

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Fecha límite: Miércoles, 17 de Abril

[Neas]

La respuesta de Lyn apenas resuelve mis dudas. ¿Cómo es posible que, aun habiendo llegado a ese cargo, sepa tan poco? no puedo negar que entienda a los que hayan traicionado a esta organización en busca de algo más de conocimiento pues esto cada vez me parece más una lucha a ciegas que la búsqueda de un verdadero fin. Sin embargo, mi aversión hacia los sincorazón supera mi deseo de conocer. Prefiero la ignorancia a ponerme de lado de tales criaturas. Además, no hay tiempo que perder divagando. La Maestra nos vuelve a retar y tengo un plan.

Si el ataque al unísono no funciona, habrá que intentar algo distinto. Me pongo la capucha y me dirijo a Shintaro.

—Los combates no son lo mío. Tú mandas.

Mientras hablo y cuidando de que la capucha se lo impida ver a Lyn, le guiño el ojo. Diga lo que diga, empezaré haciendo como que sigo su plan para, en cuanto este ataque, alejarme del radio de alcance de un posible contraataque de la mujer-bestia y a la vez tener un mayor campo visual por si esta esquiva. Por supuesto, no descuidaré mi espalda, no me extrañaría que intentase pillarme por ahí.

En cuanto logre localizarla que, por mi bien, será mejor que sea más temprano que tarde, me lanzaré a atacarla intentando cogerla por sorpresa.

Quizás ni mis reflejos ni mi velocidad sean comparables a los suyos, pero si consigo pillarla mientras se recupera de su anterior acción, podré atacarla. Será apenas un instante así que tengo que aprovecharlo bien.

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Táctica hablada con Gray.

[Gray]

Las palabras de Lyn lo habían dejado igual que como había empezado, con muchas dudas. ¿Sería posible que no pudiera comenzar a comprender un poco más lo que esas personas habían hecho? ¿El porque de traicionar a sus compañeros de armas en busca solamente de un poder mayor? Para él no tenía sentido, engañar a las personas que confían en ti por obtener el poder de la oscuridad... Debía obtener respuestas, tenía que resolver lo que había pasado para poder vivir en paz, sino nunca se perdonaría que su abuelo muriera, nunca.

Durante sus divagaciones, debía pensar en un plan. Neass acababa de confiarle el futuro de sus acciones, él, como aprendiz más novato y probablemente débil, debía buscar la manera de que su compañero encontrara la oportunidad perfecta de atacar. Una distracción sería suficiente — O eso esperaba él.— para intentar conseguir que Lyn se desconcentrara un poco y que Neas aprovechara aquel momento para atacar. Tras indicarle como sería la estrategia sin intentar alzar la voz y que Lyn no pudiera escucharlo, aquel sería el que parecía el último. Vencer o ser derrotado, para él solo existía lo primero.

Avanzó rápidamente, por delante de su compañero mientras preparaba su llave espada. Por lo que había conocido de Lyn, parecía que era muy dada a enfadarse rápidamente, y eso actuaba a su favor. Haciendo acopio de sus esfuerzos mentales, intentó encontrar algo que la pudiera sacar de quicio, pero solo llegó a una conclusión. Cuando iba a atacar con su llave espada a su estómago con un corte horizontal desde la derecha hacia la izquierda, mirando a los ojos de Lyn — Mientras que Neass se separaba para contra-atacar—, hizo un comentario que probablemente le llevaría a una muerte prematura.

— Ahora que me fijo en la maestra, tiene muy poco pecho, ahora entiendo que Hércules no se fijara en ella en el coliseo...— Dijo en voz baja, como si estuviera hablando consigo mismo, pero sabiendo que Lyn, lo escucharía alto y claro gracias a sus orejas.

[EspeYuna]

Bingo.

La estrategia, para bien o para mal, funcionó. Lyn se giró enfurecida a Shintaro, habiendo escuchado a la perfección aquel comentario tan atrevido. Eso seguramente le diese ventaja a Neas para emplear un ataque sorpresa, lo suficiente potente como para...

... oh, vaya.

—¿¡Cómo te atreves!? —el rugido de su mentora fue aterrador. Aquello no iba a acabar bien, cuando ambos vieron como Lyn invocaba su Llave-Espada— ¡¡Electro ++!!

Achicharrados no. Lo siguiente.

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Una oleada de rayos impactó sobre los aprendices. No pudieron escapar de ellos, Shintaro se quedó en el sitio completamente paralizado tras recibir uno de ellos, sintiendo calambres por todo su cuerpo. Y Neas jamás llegó a tocar a su mentora. Se quedó a medio camino tras que un potente trueno le hiciera chamusquina.

El olor a quemado en la Sala del Trono y el ruido de la tormenta no pasaría por alto a oídos de los curiosos que paseaban por los pasillos. Algunos se asomaron a la puerta, preocupados. Pero en cuanto vieron a la poderosa Lyn con su arma en mano y el estado de los pupilos, decidieron no intervenir ni preguntar por lo sucedido.

Como si sus aprendices no la conocieran lo suficiente.

Pero alguien sí se atrevió a pasar.

—Vaya, vaya, luego me dices que soy yo el que me paso con los nuevos con mis novatadas —dijo el pequeño intruso con aires de arrogancia—. Hacía tiempo que no te escuchaba conjurar un hechizo como ese dentro del castillo, je.

—Precisamente el último lo provocaste tú, Akio —dijo Lyn, aun echando chispas a través de su armadura— ¿Qué haces aquí?

Akio, el pequeño Maestro considerado el gran demonio de Tierra de Partida, se presentaba por primera vez a los ojos de Shintaro y Neas. Con un rubio cegador en su cabeza, unos ojos verdes y una estatura acorde a un niño de diez años, pocos podrían tomarle en serio como mentor. Pero habían escuchado muchas cosas sobre él.

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Las apariencias engañaban.

Éste esbozó una pícara sonrisa y se llevó las manos detrás de la cabeza, mostrando una postura infantil y despreocupada ante la actitud de la Maestra.

—Sentía curiosidad por saber quienes me han quitado el puesto de incordio número uno —dijo, de muy buen humor. Parecía divertirle la idea de molestar a Lyn—. Y bueno, advertirte que la última vez por poco te cargas el techo.

—¿Y qué si lo hago?

—¡Oye, por mí me parece perfecto! ¡Me divierte, que últimamente esto es muy aburrido! —exclamó Akio, burlón— Pero no creo que a Mog y a los demás bichitos voladores les haga gracia que crees boquetes por un simple mosqueo de los tuyos.

Lyn ensombreció a sus palabras, aunque parecía dispuesta a darle una colleja al Maestro. Sin embargo, sólo le dio un empujón como haría una hermana mayor al incordio del menor.

—¡Ey! ¿Qué haces, chucho?

Oh, oh.

—¿Qué... me has... llamado?

Definitivamente Akio se estaba jugando el cuello.

—C-h-u-c-h-o. Chucho.

Y parecía no importarle.

—¡Te voy a matar!

—¡Cógeme si puedes, perro pulgoso!

Y tan pronto como Akio dijo eso, salió corriendo a los pasillos. Lyn se giró a sus aprendices, mostrando unos ojos que despertaban verdadero pavor.

—Id a por él —sentenció, echando humo—. ¡Ahora!

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Fecha límite: Miércoles, 24 de Abril

[Neas]

Shintaro se prepara para atacar y, con un murmullo, consigue distraer totalmente la atención de la Maestra. Es mi turno.

Me abalanzo a toda la velocidad que mis piernas pueden dar de sí, ya estoy cerca, la mano levantada, pero...

—¿¡Cómo te atreves!? ¡¡Electro ++!!

No me da tiempo ni a reaccionar ante aquel descomunal rugido cuando lo único que ven mis ojos es pura luz blanca y un punzante dolor recorre todo mi cuerpo como una miríada de ardientes flechas. ¿Qué le habrá dicho ese cabrón para que se pusiera así?

Puede que aquello durara instantes o que, tal y como a mí me lo parece, al menos un par de minutos, pero al recuperar la noción del tiempo y el espacio, me encuentro tirado en el suelo con la piel enrojecida y los músculos doloridos y tensos. Había bastante barullo fuera y toda la zona que rodeaba a una Lyn con la Llave-Esapada en mano estaba chamuscada. Cuando logro levantarme, veo que el ojeras no está precisamente mejor que yo.

—Vaya, vaya, luego me dices que soy yo el que me paso con los nuevos con mis novatadas. Hacía tiempo que no te escuchaba conjurar un hechizo como ese dentro del castillo, je.

Miro hacia las puertas y me encuentro con un chico rubio, menor que nosotros dos y con una expresión arrogante en el rostro. Por su modo de hablar, parece que lleva ya un tiempo aquí,

—Precisamente el último lo provocaste tú, Akio. ¿Qué haces aquí?

¿Akio? Creo haber oido ese nombre antes... ¿Entre los nombres de los Maestros, quizás? No... No me creo que este criajo sea más que otro recluta.

—Sentía curiosidad por saber quienes me han quitado el puesto de incordio número uno. Y bueno, advertirte que la última vez por poco te cargas el techo.

El niño parece bastante desprecupado, de hecho, parece divertirse con esto.

—¿Y qué si lo hago?

—¡Oye, por mí me parece perfecto! ¡Me divierte, que últimamente esto es muy aburrido! Pero no creo que a Mog y a los demás bichitos voladores les haga gracia que crees boquetes por un simple mosqueo de los tuyos.

La Maestra, sin embargo, no parece estar pasándoselo tan bien. Se acerca para propinarle un leve empujón y suerte que ha tenido el rubito, tenía pinta de querer llegar a más.

—¡Ey! ¿Qué haces, chucho?

Vale, ahora sí que va a llegar a más.

—¿Qué... me has... llamado?

—C-h-u-c-h-o. Chucho.

—¡Te voy a matar!

—¡Cógeme si puedes, perro pulgoso!

En un visto y no visto, el muchacho sale corriendo por la puerta. Me imagino que Lyn lo seguirá, pero parece que no tenemos tanta suerte.

—Id a por él ¡Ahora!

Si las palabras ya habrían bastado para que le hiciera caso, la mirada que las acompaña anula cualquier rastro de pensamiento en mi ser y, más por pavor que ganas de seguir al granuja, salgo corriendo tras él. Si lo veo, lo seguiré, si no, símplemente me lanzaré hacia la izquierda. Sea lo que sea para alejarme de esta tía...

Por cierto, eso que acabo de ver es... ¿una cola?

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Sé que lo de la cola no se menciona en el post de Espe, pero uno de los datos sobre este "chucho pulgoso" es que un aprendiz afirma haberle visto una cola cuando se pone furiosa, así que me apeteció apoyarlo XD. Espero que no importe.