[Agrabah] La lámpara mágica

[James Bond]

—¡Por supuesto amigo! Te lo prometo

De pronto, de la punta de mi Llave-Espada surgió un rayo de luz ¿blanco? ¿Azul? El caso era que cuando tocó aquel gran portón, se oyó como si hubiera acabado de abrir una puerta con llave.
La puerta se abrió en dos y nada más entrar, nos encontramos con que el suelo estaba lleno de arena. ¿Quién había diseñado una cueva así?

—¡Aquello fue sorprendente! ¿Fue algún tipo de magia? Había escuchado leyendas, pero jamás había un mago en persona.

Supuse que tendría que explicarle algo a Aladdín, pero debía de proteger el secreto a toda costa. Un par de mentiras no haría daño a nadie.

—Más o menos. Puede decirse que soy un mago, pero aprendiz todavía. Mi madre es mi instructora y ella me enseñó a abrir las puertas. Pero como comprenderás no puedo revelarte más nada, ya que podríamos estar en peligro.

Seguimos caminando hasta llegar al final. Llegamos a una amplia sala donde no podía ver el techo, ni tampoco el suelo ya que había bastante oscuridad. Lo único que nos iluminaban eran dos antorchas que estaban al otro lado de la sala. Pero no parecía haber manera alguna de llegar.

—Supongo que tendremos que encontrar un modo de cruzar… Tú mira por la sala Aladdín, pero ten cuidado. No sabemos dónde puede haber una trampa. Intentaré averiguar cómo podemos cruzar.

Saqué acto seguido la linterna que me regaló mi hermana antes de marcharme de Villa Crepúsculo y la encendí. Debía de haber alguna pista por algún lado. Algo que se nos escapara.

[Sombra]

Por desgracia, incluso con la linterna encendida no pudo ver nada que no viese antes. El foco de luz (incluso aunque apuntase al fondo o hacia arriba no vería absolutamente nada. Solo oscuridad.

—Quizás haya algo en lo que no nos hayamos fijado... —comentó Aladín—. No tendría sentido crear un lugar donde es imposible pasar. Tiene que haber alguna manera...

El mono empezó a hacer extraños sonidos mientras señalaba a la arena, sin embargo no había nada incluso si excavaba en esta. Abú seguía señalando la arena como si intentase decir algo.

[James Bond]

A pesar de que tenía demasiada confianza de que gracias a la linterna encontraría un pasadizo ultra-secreto milenario, algo había que me decía que eso no iba a ser así. Suspiré. ¿Habíamos llegado tan lejos para nada? ¿Era un punto muerto? ¿Tendríamos que dar media vuelta e ir por otro camino?

—Quizás haya algo en lo que no nos hayamos fijado. No tendría sentido crear un lugar donde es imposible pasar. Tiene que haber alguna manera...

Aladdín tenía razón. Hasta incluso el más loco de los locos arquitectos no crearía un sitio el cual no se pudiera pasar. ¿Habría alguna entrada la cual para que apareciese había algo que hacer? Evalué la situación. No podíamos quedarnos ahí indefinidamente.

—Bueno Aladdín, será mejor que salgamos de esta sala y busquemos otro modo de pasar.

Me dirigí a la salida, pero cuando me quise dar cuenta, el pequeño mono estaba señalando a la arena.

—Uuh... Esto... ¿Aladdín? ¿Qué es lo que quiere tu pequeño compañero? Imagino que llevas tiempo con él, así que supongo que sabes comunicarte.

[Zee]

—¿Lo que quiere Abú? Oh, claro, sólo espera un segundo... —respondió Aladdín entonces, justo después de que Hikaru le preguntara si podía comunicarse con su compañero peludo. Si podía hacerlo o no, al chico no le quedaba claro; pero si a Aladdín le resultaba imposible, hizo bien en ocultarlo. No querían perder la poca confianza que se tenían, especialmente cuando se habían convertido en dos ladrones cazadores de tesoros.

El joven se puso en cuclillas frente al pequeño mono, preguntándole en voz baja que ocurría. El animal hizo varios ademanes, señalando la arena y luego al pasillo del final, que tan lejos se encontraba. Comenzó a chillar y a correr en círculos, mientras tomaba el polvo del suelo con sus manitas y lo arrojaba al aire. Aquella extraña danza se repitió varias veces; y al final, Abú tomó un puñado de arena en su puño y con su mano libre apuntó al pasillo iluminado.

—Lo siento... —se disculpó entonces Aladdín—. Sencillamente no tiene sentido, Hikaru.

¿Qué quería decir con que "no tenía sentido"? Desesperado, Abú perdió el control y lanzó el puñado de arena que tenía en la mano en dirección a la oscuridad. Luego, haciéndose el orgulloso, el pequeño mono se cruzó de brazos y se sentó en el suelo, enfadado.

Bien, ahora Abú no iba a decir nada. Hikaru tendría que pensar seriamente en lo que el animal había querido decir y encontrar la manera de cruzar. ¿Tal vez Abú había descubierto el camino, pero no le era posible mostrarlo debido a su tamaño o fuerza?

[James Bond]

—¿Lo que quiere Abú? Oh, claro, sólo espera un segundo...

Aladdín se puso en cuclillas y le vi mover los labios, pero no lograba llegar a captar lo que decía. El pequeño mono señaló a la arena que nos cubría parte de nuestros pies y luego señaló al final del pasillo, ese que no podíamos alcanzar debido a que no había ningún modo de llegar hasta el. Extrañamente el animal empezó a correr en círculos mientras cogía arena y la arrojaba al aire.

—Lo siento. Sencillamente no tiene sentido, Hikaru.
—¿Qué no tiene sen...?— Antes de poder decir nada, la mascota de mi compañero arrojó un poco de arena que tenía en su mano.

El chimpancé, tras arrojar la arena hacia la oscuridad, se sentó en el suelo y se cruzó de brazos, pero parecía orgulloso. ¿Quizás acaso la arena tenía algo que ver con el tramo que no podíamos pasar?

—Aladdín, ayúdame a coger la mayor cantidad de arena posible y arrojémosla hacia el otro lado.

En caso de que aquello no funcionara, cogería de nuevo más arena y la tiraría a la parte oscura, deseando que hubiera algo reaccionara y revelase un pasillo oculto o algo.

[Zee]

—¡Oh!

Aladdín soltó aquella exclamación de asombro cuando Hikaru decidió tomar un puñado de arena por su cuenta. El pequeño Abú se puso de pie, emocionado porque finalmente le hubiesen hecho caso, y comenzó a gritar entusiasmado mientras señalaba el pasillo al otro lado. Sorprendentemente, el polvillo no cayó al vacío; o bueno, al menos no la mayoría. Unas cuantas partículas se quedaron levitando sobre la oscuridad, delimitando perfectamente el borde de una plataforma.

—¡Es un sendero oculto!

El joven ladrón se acercó al borde del acantilado y se arrojó de rodillas sobre la arena. Con cuidado, comenzó a palpar el sitio donde la arena había caído, mostrando que su mano de hecho golpeaba con algo. Un suelo perfectamente liso que había sido pintado con el color preciso para que pudiese confundirse con la oscuridad del acantilado, ayudado por las penumbras de la habitación.

Demostrando que lo que se hallaba al frente de él era un objeto y no sólo sombras, Aladdín volvió a ponerse de pie y esta vez probó la solidez con un leve pisotón. Y cuando, después de repetidas pruebas, el puente demostró soportarlo, el joven se aventuró a pararse "sobre el vacío".

—¿Por qué simplemente no cruzaste? —cuestionó el ladrón a su mascota, cuando ésta trepó con velocidad hasta su hombro. El pequeño mono expresó algunos sonidos guturales, pero Hikaru no entendió nada. Aladdín simplemente se encogió de hombros y luego, sonriente, le preguntó a su compañero—: ¿Vamos? Ayúdame a marcar el camino con la arena.

[James Bond]

—¡Oh!

Aladdín se sorprendió en el momento que la arena que había cogido no cayó al fondo. ¿Era acaso la continuación del pasillo la cual la habían camuflado de algún modo? Ingenioso, sobre todo para hacer desistir a ladrones... como éramos mi compañero de aventuras y yo en estos momentos.

—Muchas gracias pequeño, sin ti no hubiéramos descubierto el truco.— Le dije queriendo felicitar al pequeño simio.
—¡Es un sendero oculto!— Exclamó Aladdín. Yo simplemente asentí.

Entonces decidió de arrojarse de rodillas y estuvo un buen rato en el suelo como si estuviera comprobando algo. Así que ahora lo que había que hacer era coger la arena y lograr descubrir el resto del sendero.

—¿Por qué simplemente no cruzaste?— Aladdín parecía estar echándole la bronca a su peludo amigo cuando se posó en el hombro y este le respondió con un sonido que no supe captar lo que decía.— ¿Vamos? Ayúdame a marcar el camino con la arena.
—Por supuesto amigo.

Me dirigí hasta el gran montón de arena que había y valiéndome de mis dos brazos, cargué con la máxima cantidad de arena que pude, luego volví a donde estaba el inicio del sendero y la esparciría a lo largo de la parte poco iluminada. ¿Quién había hecho algo así? ¿Y por qué? Sólo se me ocurre que tiene que ser algo demasiado valioso como para poner tantas trampas y obstáculos. Espero que valga la pena, no quiero volver a esa celda fria, oscura y poco cómoda.

[Sombra]

Tras descubrir aquel sendero oculto en aquella oscuridad les fue muy fácil avanzar y alcanzar el otro lado. Aquel camino era recto, por lo que no tuvieron dificultades.

En cuanto alcanzaron el otro lado los dos (y Abú) se encontraron con un pasillo muy amplio, increíblemente largo y ancho.

No había trampas ni nada por el estilo que resultase sospechoso, solo que las antorchas se encendían al paso de ambos como por arte de magia...

Y cuando llegasen al final del pasillo encontrarían algo impresionante cuanto menos.

Oro, montañas de reluciente oro, gemas preciosas, coronas con diamantes incrustados, báculos que ni el rey más poderoso podría llegar a permitirse, collares de perlas... Aquello era impresionante sin duda.

La mascota de Aladín empezó a actuar nerviosa, como si desease con todas sus fuerzas coger todo aquel tesoro (que sin duda podría llegar de sobra para vivir una vida de lujos por siempre) y salir corriendo.

—¡Abú, no! —exclamó Aladín al ver las intenciones del animal, que soltó una especie de sonido similar a un lamento—. Primero tenemos que coger la lámpara. Luego ya nos pondremos a coger todo esto. ¿No es así?

Dirigió finalmente la pregunta a Hikaru de forma cómplice.

Si giraban por la enorme sala del tesoro (por la que solo era posible pasar a traves de un estrecho pasillo que se había formado entre las montañas de oro) se encontrarían otro camino oscuro que seguía en línea recta.

Probablemente la lámpara se encontraba justo al final. Tan solo había una forma de saberlo.

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Si necesitas preparar cualquier cosa para tu personaje... Ahora es el momento. (Comprar pociones o objetos similares etc)

[James Bond]

Al final el sendero oculto por las sombras seguía un camino recto y sin apenas dificultad. Por fin salimos de aquella sala en la que tanto tiempo nos demoramos y llegamos a otro pasillo, gigantesco.

Lo raro del asunto era que las antorchas se encendían solas cuando pasábamos. Recordaba cuando veía películas fantásticas en las que cuando sucedía aquello, significaba que el protagonista y sus amigos iban a meterse en problemas. ¿Me sucedería algo parecido? Pero desde luego, no podía hacer otra cosa que avanzar hacia adelante.

Llegamos al final del pasillo, y lo que vi me dejo con la boca abierta y shockeado.

—¡M-Madre mía! Aquí hay dinero suficiente como para vivir el resto de tu vida sin trabajar. ¿Quién ha escondido todo esto aquí? Es imposible para un sólo humano.

Estuve observando todo lo que había. Montañas, gigantescas montañas de monedas de oro relucientes. Gemas de diferentes colores que brillaban, coronas, báculos, collares, y un sinfín de cosas más que tenían que tener un grandísimo valor. Si vendiese todos los objetos de la sala... ¿sería asquerosamente rico? Sí, tener una gran mansión en Villa Crepúsculo, una gran cantidad de chicas siempre a mi lado, criadas por doquier, los mejores cocineros de la ciudad a mi entera disposición. Una piscina olímpica para mi solo. Un montón de coches, uno para cada día de la semana. Se me hacía la boca agua de tan sólo pensar en todo aquello, pero Aladdín me devolvió a la realidad.

—¡Abú, no! Primero tenemos que coger la lámpara. Luego ya nos pondremos a coger todo esto. ¿No es así?— Aquella pregunta iba dirigida a mi.
—Eeeh... S-S-Sí, claro.

Casi había estado apunto de coger uno de los collares de perlas que había en la sala. Menos mal que Aladdín me quitó la tontería. Así pues me puse a buscar el modo de avanzar, o quizás la lámpara estuviera entre tanta moneda de oro. Miré por la sala pero no vi nada. Solamente descubrí un pasillo estrecho.

—Aladdín, vamos por aquí. No veo la lámpara en esta sala, mejor que avancemos un poco.

Con Llave-Espada en mano, desenvainé mi espada de hoja negra, quizás la trampa verdadera estaba justo delante de nosotros... y mejor ir ya preparado.

[Sombra]

Sin que el muchacho se diese cuenta Abú había encontrado algo inusual, una extraña alfombra que parecía moverse por sí misma.

Aquella alfombra parecía de un fino pero resistente material, era gruesa y tenía un exquisito bordado dorado sobre un color azul y violeta que hacían de esta algo que dificilmente podría combinar con un mobiliario normal, pero que aún así parecía poder encajar de algún modo.

El muchacho, que se había adelantado un poco no escuchó la conversación, sin embargo si se giraba vería como Aladín la liberaba de un pesado objeto que había estado impidiendo que puediese marcharse.

—¡Que interesante! —exclamó Aladín mientras veía entre interesado y divertido como la alfombra hacía gestos de agradecimiento.

Aladín no se entretuvo más y dejando atrás la alfombra volvió a junto Hikaru.

—¿Has visto aquella alfombra? ¡Increíble!

El oscuro pasillo dio paso a una amplia sala circular con un alto techo. Rodeando el lugar podían verse estatuas de simios que sostenían enormes piedras preciosas esculpidas en forma de huevos perfectos, una obra de arte de valor incalculable tal vez.

Al fondo de aquel lugar una plataforma dejaba ver una especie de tetera de color cobre... ¿Aquella era la lámpara?

Aladín se adelantó a por ella pudiendo ser seguido o no por Hikaru pero antes de que pudiese tan siquiera poner una mano encima del objeto... Empezó un terremoto.

Si miraban bien podrían ver la causa de aquello. Abú acababa de coger una de aquellas piedras preciosas en forma de huevo que sostenía una de las estatuas mono... Y aquello estaba causando que todo se viniese abajo. Aladín cogió la lámpara velozmente y saltó de la plataforma intentando correr hacia la salida

—¡Hikaru, salgamos de aquí! —gritó el hombre.

Pero de poco sirvió. El suelo se abrió de golpe bajo los pies de Aladín cayendo a lo que parecía ser un crater volcánico. Hacía tanta calor que apenas podía acercarse a mirar y si lo hacía solo vería una humareda ascendente y un líquido rojo que quemaba en los ojos de solo mirarlo y que le impedía ver cualquier cosa con claridad.

Probablemente... Aladín había muerto. Sin embargo el temblor no hacía más que empeorar y la grieta iba aumentando en tamaño...

¿¡Debería huír!? ¿Comprobar si Aladín había muerto? Apenas podía mantenerse consciente por culpa de aquella exageradamente elevada temperatura. El techo de la estancia empezó a venirse abajo y Abú había desaparecido también, probablemente saltando en rescate a su amo con poco éxito.

El techo empezó a resquebrajarse y si se quedaba allí sería sepultado junto a toda la cueva. ¡No había tiempo que perder, tenía que salir de allí.

[...]

Hikaru no tuvo más remedio que salir corriendo. Quizás triste, sintiendo que había traicionado a Aladín se había ido... Pero no podía evitarlo, era algo que era superior a él. Se estaba enfrentando a algo que realmente le mataría y aquella vez no había ningún maestro para salvarle el pellejo.

Su carrera le llevó a la amplia sala que había sido en su momento el final del laberinto, aunque en aquel momento era el último tramo para salir de allí, además las paredes se estaban desprendiendo dando un camino casi directo a la salida. ¡Era pan comido!

O no... Una barrera se levantó de golpe dejándole completamente encerrado en aquel lugar. Un portal de oscuridad apareció y de allí surgió aquel monstruo; Un sincorazón.

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Aquel sincorazón no se parecía a ningún otro que hubiese visto antes. Tenía dos espadas candentes y parecía bastante ágil... Aquel iba a ser un combate complicado, sin embargo no había atacado aún como si estuviese "reponiendose" de haber aparecido y aún estuviese un poco confuso.

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¡MINIJUEGO TIME!

Vence al jefe y escapa de la cueva en 5 rondas como máximo

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Datos del enemigo:

Nombre: Low Stalwart Blade

PV:???
PH:???

Estadísticas:
???

Habilidades:
???

Otros datos:
???

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Datos del personaje:

Nombre: Hikaru

PV:12
PH:16

5 RONDAS RESTANTES

[James Bond]

Seguía avanzando por la cueva en búsqueda de la famosa lámpara. ¿Qué tendría de especial? Cualquiera seguramente estaría más interesado en el oro o en las joyas preciosas que había en la estancia donde estuvimos antes. Supongo que lo descubriría cuando la encontrásemos.

—¿Has visto aquella alfombra? ¡Increíble!
—No. Vamos, encontremos esa lámpara y vayámonos.

Tras atravesar el pasillo, llegamos a una gran sala con forma de círculo que acababa en un techo bastante alto. Estaba decorada con estatuas de simios, que sostenían algo. Pero no parecía que fuera lo que buscábamos.

Sin embargo, mi compañero Aladdín fue a una plataforma en la que había una cosa de color cobre. Si aquello era la lámpara, era demasiado cutre. Pero mi compañero no pudo llegar a cogerla, ya que misteriosamente empezó toda la sala a temblar.

— No puede ser, ¿un... terremoto? ¡Aladdín!

Cuando me quise dar cuenta, el pequeño chimpancé que iba con Aladdín, había cogido lo que quiera que fuese lo que sostenían las estatuas. Seguramente sería algún sistema de seguridad contra ladrones por si intentaban robarlas.

— ¡Hikaru, salgamos de aquí!

Antes de poder hacer nada, vi como mi compañero caía hacia abajo mientras tenía la lámpara. Empezaba a hacer calor en la sala y el temblor aumentaba cada vez más, incluso agrietando el techo. Podían llamarme cobarde y traidor por abandonar a un compañero y salvar mi propia vida, pero al conocer Aladdín la Llave-Espada... No era de mi agrado, incluso me repugnaba la idea, pero era mejor así. Si de algún modo, me lo volviese a encontrar, le pediría perdón por dejarle tirado en el último momento. Me desabroché y quité la camiseta que llevaba puesta para que no diera calor para salir por patas.

No podía evitar pensar en el pobre de Aladdín mientras huía, me daba mucha pena, y eso que nos acabamos de conocer como quien dice. Ojalá, ojalá esté a salvo y haya encontrado otro camino. Seguí avanzando mientras las lágrimas me caían de los ojos, gracias al terremoto me estaba siendo más fácil llegar a la salida. ¡Qué ironía!

De golpe y porrazo, algo me impidió seguir avanzando. Parecía que había una especie de barrera o algo, que me imposibilitaba seguir avanzando. Entonces ante mis propios ojos, se abrió un portal de oscuridad y apareció una criatura que llevaba dos espadas como brazos. Y tenía... el símbolo de los sincorazón que vi un libro de Tierra de Partida en mis primeros días allí.

Parecía “cansado”. Algo bastante extraño, pero de cualquier modo, se interponía entre la salida y yo. Y como Caballero de la Llave-Espada, mi deber era eliminar a los sincorazón para restaurar el equilibrio en los mundos. Con mis dos armas le haría frente a las suyas. Gracias a un entrenamiento aprendía una habilidad muy interesante llamada Libra, que me proporcionaba bastantes datos sobre mi rival. Así que la utilizaré para conocer información sobre mi enemigo, y aprovechando su estado de cansancio, le atacaría con mis dos espadas: la Llave y la espada, cada una por un lado de tal forma que fuera un ataque en diagonal por arriba y por abajo. Luego saltaría atrás y me pondría en posición defensiva, listo para recibir cualquier contraataque.

[Sombra]

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Los ojos de Hikaru se llenaron de energía mágica que analizó a su enemigo casi al momento dando poco a poco datos sobre él así como de su potencia en combate.

Antes de que aquel sincorazón pudiese darse casi cuenta Hikaru aprobechó ni corto ni perezoso para atacar a la par con sus dos espadas. La criatura recibió ambos golpes de lleno y se tambaleó a punto de perder el equilibrio... Pero obviamente aquel monstruo iba a dar guerra.

La criatura (mucho más veloz que Hikaru) se lanzó contra él arrollándolo contra la pared y empujándolo, quitandole rápidamente terreno. Había sido una suerte que había decidido poner una posición defensiva que le permitió reaccionar en el momento justo, aquello había impedido recibir daño. Al menos en un principio...

Ambas espadas del monstruo empezaron a brillar de un intenso rojo que emitían calor, de un tajo desarmó a Hikaru tirando su espada bastante lejos, pero el ataque no terminó. Con su otra espada rasgó el costado del Aprendiz lo que provocó un corte no muy profundo, pero que escocía bastante a causa de la ligera quemadura, aunque no llegó a provocar que su piel empezase a arder, por suerte.

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Datos proporcionados por Libra
Nombre: Low Stalwart Blade
PV:20-8=12-Daño Factor Sorpresa (1)=11
PH:???-5=???

Estadísticas:
▪ Fuerza [Básico] > 6
▪ Resistencia [Básico] > 20
▪ Velocidad [Básico] > ???
▪ Reflejos [Básico] > ???
▪ Elasticidad [Básico] > 10
▪ Combate cuerpo a cuerpo [Básico] > ???
▪ Combate con armas blancas [Básico] > ???
▪ Puntería [Básico] > ???
▪ Poder mágico [Básico] > 5

Habilidades:
-Adrenalina [Nivel 8] [HC] Sube durante 2 turnos la velocidad y los Reflejos 5 puntos.
-Tajo Piro [Nivel 5] [HC] [Afinidad a Fuego] Asesta una veloz estocada con sus armas. Bajas probabilidades de quemar al objetivo.
-???
-???
-???
Otros datos:
-Al aparecer del portal necesita un Post para recuperarse.
-Especialmente Débil contra habilidades con afinidad a Hielo o Agua.
-???

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Hikaru:
PV:12-4=8
PH:16-7=9

4 RONDAS RESTANTES

[James Bond]

Aquel sincorazón, llamdo Low Stalwart Blade según la información que me dio Libra, recibió mis impactos sin apenas poder reaccionar. La información que recibí me indicó que le había causado bastante daño. Lástima que no hubiera podido hacer nada más. Cuando mi enemigo se recuperó, inmediatamente comenzó a atacarme. Menos mal que decidí de ponerme en pose defensiva. Cuando me di cuenta, estaba de rodillas siendo empujado por el sincorazón. Pude bloquear sus embestidas, pero de pronto sus hojas empezaron a brillar de un color rojo. De un simple espadazo, hizo que mi espada saliera disparada de mi mano. Luego, grité cuando recibí un golpe en pleno costado que me empezó a escocer, como cuando me hacía una herida y me echaban alcohol encima de ella.

Aquello me había causado bastante daño, por fortuna, no fue letal. Seguía estando vivo, y mi rival se iba a arrepentir de haberme provocado esa herida. Con Llave-Espada en mano, le empezaría a golpear varias veces, cada vez en una distinta dirección. A la vez, invocaría de nuevo la espada que me quitó y le golpearía en el sentido contrario de donde golpease con mi arma principal. Le estaría atosigando, igual que hizo conmigo en su anterior ataque. Si todo iba como había calculado, era la hora de utilizar una invocación que obtuve hace un tiempo. Activé la pulsera hecha a mano que llevaba en mi muñeca izquierda para invocar a Los Niños Perdidos. Me puse de nuevo en posición de defensa tras hacer la invocación, para dejar que los niños atacasen a su antojo al sincorazón tras darles esa orden.

[Sombra]

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Los golpes que Hikaru dio fueron en parte precisos y algunos de ellos parecieron hacerle retroceder, pero cuando intentó dar su último golpe y viendo que su habilidad con Armas Blancas no era muy alta vio un punto ciego y bloqueó.

El bloqueo hizo que su espada revotase desequilibrando al muchacho, cosa que el sincorazón aprovechó para hacerle al joven un placaje que tiró con él al suelo. Había sido doloroso, pero lo importante era que no tenía ninguna costilla rota ni nada.

El sincorazón se situó de un salto hacia atrás en el centro de la estancia, donde el techo parecía estar cediendo lentamente probablemente preparando algún ataque. ¿Quizás se le había pasado algo por alto?

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Datos proporcionados por Libra
Nombre: Low Stalwart Blade
PV:11-5=6
PH:???

Estadísticas:
▪ Fuerza [Básico] > 6
▪ Resistencia [Básico] > 20
▪ Velocidad [Básico] > 16
▪ Reflejos [Básico] > 10
▪ Elasticidad [Básico] > 10
▪ Combate cuerpo a cuerpo [Básico] > ???
▪ Combate con armas blancas [Básico] > ???
▪ Puntería [Básico] > ???
▪ Poder mágico [Básico] > 5

Habilidades:
-Adrenalina [Nivel 8] [HC] Sube durante 2 turnos la velocidad y los Reflejos 5 puntos.
-Tajo Piro [Nivel 5] [HC] [Afinidad a Fuego] Asesta una veloz estocada con sus armas. Bajas probabilidades de quemar al objetivo.
-???
-???
-???
Otros datos:
-Al aparecer del portal necesita un Post para recuperarse.
-Especialmente Débil contra habilidades con afinidad a Hielo o Agua.
-???

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Hikaru:
PV:8-2=6
PH:9

3 RONDAS RESTANTES

[James Bond]

¿Es que ese maldito sincorazón no quería morirse? Por más que le atacaba seguía en pie. La información que la habilidad Libra me otorgaba me indicaba que ya le quedaba poco, pero aún así, este parecía no querer rendirse.

Mi enemigo de algún modo logró bloquear uno de mis últimos ataques, consiguiendo con ello que mi espada saliera rebotada y perdí el equilibrio. Tuve que estar más atento, pues la criatura me embistió y me hizo caer al suelo. Por suerte, no me hizo mucho daño por que podía levantarme de nuevo.

Cuando dio un salto hacia atrás, me fijé en una cosa. El techo parecía que se iba a caer de un momento a otro, y mi enemigo se había puesto justo debajo sobre el. ¿Pero cómo iba yo a lograr hacer caer el techo?

Decidí de observar rápidamente la estancia. Las paredes parecían muy débiles. Pero no estaba completamente seguro de que eso fuera a hacer que cayera el techo. Sin embargo, debía intentarlo. Así que corrí hasta la pared y una vez estuviera alli...

—¡Esta pelea se acaba aquí!— Dije mientras la golpeaba con todas mis fuerzas usando la Llave-Espada que tenía entre mis manos. Ojalá se obrara el milagro, pues esta vez no tenía a nadie para salvarme en el último segundo.