[País de Nunca Jamás] Final Countdown

Paul, Saito y Kairi

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Kairi » Lun Sep 09, 2013 6:00 pm

Su magia no dio el resultado que ella esperaba, más bien sólo hizo enfadar más al Sincorazón, que golpeó a Awa-chan, lanzándolo contra una pared cercana. Antes de que pudiera ayudar a su mascota, Kairi se vio suspendida en el aire.

- ¡No! ¡Suéltame! - gritó. Cada vez había más distancia entre ella y el suelo, pero no podía quedarse sin hacer nada. Apuntó hacia la cabeza del Sincorazón y probó con Electro. Si la soltaba, sabía que la caída iba a doler, pero dolería mucho más si tardaba en reaccionar. Además, siempre podía usar Cura.

Mientras hacía todo esto, pudo observar cómo su compañero y el desconocido intentaban defender la taberna. Su gato Awa-chan se había escondido entre unas cajas, era lo mejor que podía hacer. Cuando se librara del Sincorazón, Kairi cogería rápidamente a su mascota y se iría a ayudar a Paul a base de golpes de su Llave Espada.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor H.S Sora » Mar Sep 17, 2013 6:09 pm

¿Qué debo hacer? ¿Qué demonios debo hacer ahora?...

Mi sucesión de ataques había surgido efecto, y nada más necesite utilizar una vez el hechizo y la gárgola terminó partida por la mitad, literalmente.

Una de las gárgolas había sido eliminada, ahora quedaba aquella otra que asediaba al muchacho al que detestaba, y este parecía verse claramente en apuros. No me fijé demasiado en él, pero pareció como si la gárgola hubiese realizado un tajo en su ojo y se hubiese librado de él. No fijé ni un segundo más en él, y pensé rápidamente que debía hacer… ¿Dejarlos allí a su suerte mientras los Sincorazón luchaban contra ellos?

Quizá el chico no me cayese bien, pero aquella chica me había defendido delante de él… ¿Pero importaba aquello acaso? Lo crucial era cumplir con la misión del Maestro, fuese cual fuese el precio a pagar…

Recordé las palabras del Maestro Ryota y decidí actuar rápido.

***

-Obviamente, Saito. Según la situación lo requiera podrás luchar…

Aquello significaba… ¿Debía luchar por defender a todos? ¿O simplemente cuando la situación fuese lo suficientemente precisa?

>>Aunque tu principal objetivo es simplemente ir de observador…

***
Respiré hondo, di algunos pasos hacia atrás, decidiendo que si mi misión era ir de observador, no iba a involucrarme más de lo que lo había hecho hasta ahora, suficiente había hecho eliminando una de las gárgolas. Saqué el bloc de notas y empecé a apuntar la información que había recaudado hasta ahora de aquellos peculiares Sincorazón y algunas de sus habilidades.

-¡No! ¡Suéltame! –Gritó una voz de repente.

Levante la cabeza para ver como la figura de la compañera del chico se encontraba levantada en el aire… ¿Sería cosa de aquellos Sincorazón “Fantasma”? Incluso en la lejanía podía percibir como cada vez estaba a más distancia del suelo…

Sin darme cuenta, ya había guardado bien el bloc de notas y había corrido con todas mis fuerzas hacia ella.

Que no sea tarde, que no sea tarde…

Cuando hube llegado hasta ella, me pareció ver como se… ¿Soltaba? Si era así, intentaría cogerla en brazos para que la caída no fuese tan dolorosa, sin embargo si resultaba que no se había llegado a liberar… Daría un salto tan alto como pudiese y alzaría el dedo índice de la mano que no sujetase la guadaña y lanzaría un Electro, al Sincorazón que la sujetaba, esperando que la soltase y pudiese cogerla.

Si ni aún por esas lograba que la soltase, procuraría defenderme del otro Sincorazón que rondaba no muy lejos de mí esperando a que el otro se cansase, y decidiese soltarla tarde o temprano.

No podía quedarme simplemente a observando como los Sincorazón acababan con aquella chica que me había defendido, y mucho menos dejar que acabasen con los clientes de la taberna… Era un elegido de la Llave Espada, no un mero espectador.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Sombra » Vie Sep 20, 2013 12:41 pm

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Kairi logró soltarse a una altura de casi siete metros. Aquello iba a dolerle bastante... O eso pudo creer cuando empezó a caer...

Saito corrió con todas sus fuerzas y se lanzó como un verdadero héroe a salvarla... Y lo hizo, levantó sus brazos y paró su caída (Aunque por poco, ya que no era demasiado fuerte) Saito sintió como los músculos de sus brazos se tensaban y por la falta de fuerza casi se le desgarran haciendo que un enorme dolor empezase a recorrer ambos brazos (aunque no tenía lesión alguna)

Mientras tanto, Paul en el último momento logró apuntar precisamente y lanzar un piro que provocó que la criatura fuese lanzada hacia atrás mientras su cuerpo se combustionaba, el monstruo empezó a moverse freneticamente intentando librarse de las llamas y cuando vio que no era capaz... Se lanzo contra Paul en un último ataque normal... Ataque que jamás llegó a tocarle por unos centímetros. Si Paul levantaba la vista vería que aquel monstruo había desaparecido dejando un corazón ascendente en su lugar e incluso le daría tiempo a correr a ayudar a Kairi y al extraño de la guadaña, que estaban a punto de ser atacados por aquellos monstruos. A quien ayudaría (si es que quería ayudar a alguno) dependía de él.

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Me hace gracia que usando random.org haya salido que los dos Piro provocan el efecto Quemado xD


Saito y Kairi no tuvieron tiempo para rejalarse más que unos momentos después de la caída de la chica. Los dos espectros fueron a por ellos, uno de ellos (que parecía ligeramente achicharrado y aparentaba estar en las últimas) se lanzó a por Kairi mientras que el otro que parecía bastante más sano se tiró contra Saito, ambos con sus manos espectrales en alza como intentando cogerles... Ambos podrían reaccionar a tiempo.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Kairi » Sab Oct 05, 2013 6:16 pm

Kairi pudo soltarse del Sincorazón y empezó a caer. Había demasiada altura, se preparó como pudo para recibir el golpe, pero afortunadamente, alguien paró su caída. Se encontró en los brazos del chico desconocido, que parecía sufrir de dolor.

- Oh, gracias... y lo siento - se disculpó por haberle hecho daño en los brazos. Awa-chan había salido de su escondite y se había subido al hombro de Kairi, preocupado por los últimos acontecimientos.

Pero no había tiempo para ponerse a hablar, ya que los Sincorazones fantasmas se dirigían hacia ellos, uno de ellos quemado, que fue el que se lanzó hacia la chica. Kairi, que vio que la magia Piro les afectaba bastante, decidió atacar con más fuego y rematarlo. El otro fantasma se iba a lanzar contra el chico que la había salvado. Si se veía en apuros, lanzaría otro Piro a ese después de encargarse del suyo. Esperaba que Paul los ayudase también.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor H.S Sora » Lun Oct 07, 2013 11:09 pm

¿Cómo expresar el ruido de una cuerda tensándose hasta el punto de casi romperse?

Aquel era el dolor que sentí en los brazos durante algunos agonizantes segundos cuando con éxito había logrado salvar a la chica de aquella caída elevada. Por el momento parecía que no tenía lesiones, pero decidí intentar mirármelo en un momento por lo que dejé a la chica suavemente en el suelo.

Intenté realizar algunos estiramientos con mis brazos, pero al comprobar que el dolor remitía con más fuerza decidí dejarlo y emplear algún hechizo para sanarlos más tarde.

Oh, gracias... y lo siento—se disculpó la chica de repente, una especie de "animal" se había subido a su hombro, pero no presté demasiada atención a si conocía la especie de la que se trataba o no.

Ah bueno... No te preocupes, no ha sido nada...¿Y tu estás bien?—Pregunté, aunque estaba claro que el único que se había hecho daño en aquel acto de “heroicidad” había sido yo.

Antes de poder preguntarle siquiera su nombre o de poder terminar de mantener una conversación propiamente dicha, dos de aquellos fantasmas se lanzaron directamente a por nosotros uno de ellos estaba… ¿En llamas? Fuese como fuese aquel Sincorazón fue directamente a por la joven mientras que otro con un aspecto menos deteriorado y sano se lanzó a por mí alzando una especie de “mano” en mi dirección, como imitando un agarre.

No vas a cazarme tan fácilmente…

Rápidamente, ataqué con la guadaña a la mano del espectro, intentando rechazar aquel ataque. El dolor de los brazos volvió a acudir a mí, pero me resistí y proseguí.

Sin darle tiempo a realizar de nuevo aquel intento de agarrarme o lo que fuese, realizaría varios cortes en el cuerpo del fantasma lo más rápido y eficazmente posible, y después le lanzaría un Electro esperando eliminarlo.

Si aún así seguía en pié volvería a lanzarme al ataque intentando que no me hiriese demasiado e intentando proteger sobretodo mis brazos, para que no resultasen más heridos aún. Dado que probablemente aquel chico arrogante no nos ayudaría al menos, a mí probablemente no, ayudaría a la joven si lograba librarme de mi adversario primero, claro está.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Leon18 » Vie Oct 11, 2013 9:40 pm

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Antes de nada, pedir perdón a todos, pero entre que mi ordenador va fatal y funciona cuando le da la gana y que apenas tengo tiempo por las tardes entre la natación y deberes, estudiar, etc. pues no puedo meterme apenas en el foro. En el caso de que haya mucha tardanza por mi parte si queréis expulsarme o algo no hay problema.


Utilizar aquel Piro fue una gran idea. Conseguí lanzar a aquel maldito Sincorazón para atrás que no pudo hacer nada para no quemarse y acabar achicharrado vivo. De él sólo quedó un corazón que ascendió hasta desaparecer ¿Adónde irían aquellos corazones? Quizás nunca lo sabría, pero aquel no era el mejor momento para pensar en aquello porque Kairi y el otro estaban siendo atacados.

Estaba casi seguro de que acabarían con ellos, con un mínimo golpe estarían muertos después de mi primer ataque, por lo que no me d muchas prisas en llegar hasta la ayuda de Kairi. Aunque si aún siguiera vivo aquel Sincorazón lo atacaría con mi espada rápidamente.

Cuando ya habían muerto aquellos dos molestos Sincorazón era hora de decirle unas palabras al niñato aquel.

-A ver, ¿tú quién eres y qué coño haces aquí? Fuera de aquí que no tienes nada que ver en todo esto.-Limpiándome el ojo por si aún tenía sangre miré a Kairi-Tú, vámonos de aquí que tenemos cosas pendientes que hacer.

Dicho eso, me di la vuelta y me puse en marcha hacia el sitio por donde habíamos dejado a Kazuki. Debía curarme aquel ojo y parecía que por ahí no iban aparecer más Sincorazón por lo que nuestro trabajo había terminado por el momento.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Sombra » Lun Oct 14, 2013 9:09 pm

Kairi y Saito se deshicieron fácilmente del sincorazón, que ya estaba bastante debilitado con un toque de gracia con la guadaña que lo partió en dos. Por otro lado, Paul también eliminó al otro con relativa facilidad al ensartarle con su espada por lo que pronto quedaron libres de aquel ataque sincorazón.

Saito podía relajar los brazos sintiendo como lentamente iba sintiéndose mejor, aunque sería mejor que no hiciese grandes esfuerzos en un buen rato...

Desde el interior de la taberna escucharon susurros varios, si los aprendices esperaban ser aclamados cuan héroes estaban muy equivocados.

No les abrieron la puerta, pero si miraban desde una de las ventanas podrían ver como eran observados, juzgados. ¡Claro que les iban a mirar así! Acababan de utilizar magia delante de aquellos desconocidos.

Aquello era un problema, sin duda. ¿Cómo explicarían que podían emplear magia? Aunque claro, estando todos borrachos probablemente nadie les creería.

Quizás para ellos era mejor que se fueran a otro lugar para hablar más tranquilamente (cosa que no tendrían problema en hacer ya que no les saldrían enemigos al paso)

Los tres podrían discutir lo que deseasen, ir a donde quisiesen... Pero al final pudieron escuchar las campanadas... Campanadas de un funeral.

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Si tenían a la vista la enorme torre del reloj, podrían ver las agujas moviéndose frenéticamente y también... Una capa flotando con su silueta recortada por la luz amarillenta que el reloj emitía para que fuese visible. Si se fijaban aún más verían una especie de puntito rosado en el centro de aquella capa...

Al momento los tres estarían bloqueados, paralizados por el Miedo. Quizás los portadores desarrollaban una habilidad que les permitía detectar el peligro mucho antes, pero era obvio que aquella cosa era lo más poderoso que hubiesen visto en todas sus vidas. No podían dejar de mirarle, incluso si sus cuerpos querían moverse para escapar con todas sus fuerzas.

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Incluso estando lejos de aquella cosa podían sentir su mirada clavandose en sus carnes, como sus "pensamientos" o lo que fuesen gritaban con fuerza "Os mataré".

Aquel no era un enemigo al que podrían enfrentarse ni poniendo todas sus fuerzas en el combate. ¿Pero a dónde huír? Parecía imposible escapar de tal criatura. No era muy grande ni siquiera parecía robusto o especialmente veloz... Simplemente era como si la vida se acortase con tan solo verle, aunque solo fuese una simple sensación, una jugarreta de la mente.

De todos modos, pronto acabarían reaccionando sintiendo nuevamente que sus cuerpos podían moverse. Era turno de decidir que hacer. Tenían infinitas posibilidades y todas eran posibles, podrían funcionar o acabar en fracaso, pero si se quedaban quietos... No habría salvación posible para ellos.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Kairi » Mar Nov 12, 2013 2:30 pm

El chico que la había salvado de una dolorosa caída parecía haberse hecho daño.

- Ah bueno... No te preocupes, no ha sido nada... ¿Y tú estás bien?

- Gracias a ti sí - volvió a agradecerle Kairi.

El sincorazón iba a atacarles rapidamente, Kairi lanzó Piro y el joven usó su guadaña que lo partió en dos. Algo asombrada y aliviada, buscó con la mirada a su compañero Paul, el cual había acabado también con su enemigo.

- Bien, ya podemos respirar tranquilos - dijo la joven estirando los brazos - Gracias por ayudarnos - le dijo al chico de la guadaña.

Después fue a buscar a Paul - ¿Estás bien? - le preguntó al verle restos de sangre en el ojo. Este, en cambio, estaba mosqueado.

- A ver, ¿tú quién eres y qué coño haces aquí? Fuera de aquí que no tienes nada que ver en todo esto - le dijo con malas formas al desconocido mientras se limpiaba el ojo - Tú, vámonos de aquí que tenemos cosas pendientes que hacer - añadió dirigiéndose a Kairi.

La joven no daba crédito a lo que oía, después de lo que había hecho el desconocido por ellos. No parecía mala persona.

- Podrías darle las gracias. Si no fuera por él, posiblemente estaríamos muertos - le regañó, pero Paul ya se había puesto en camino.

Kairi suspiró y miró hacia la taberna. En el interior, la gente no parecía muy alegre, es más, susurraban cosas sobre ellos. Kairi pensó que la magia no debía de existir en ese mundo y por eso los miraban como si fueran bichos raros. No se detuvo por más tiempo.

- Lo siento - le dijo al chico de la guadaña antes de seguir a Paul por las calles de la ciudad. Si quería seguirlos, para ella no era ningún inconveniente, pero no tenía pinta de hacerle mucha gracia a Paul.

Mientras caminaban, empezaron a oir campanadas. Kairi miró hacia el lugar de donde provenía ese sonido. Era la torre del reloj. Pero algo no iba bien. Las agujas se movían demasiado rápido, sin respetar el paso de los segundos, minutos y horas. Había algo más. Una criatura cubierta totalmente por una capa negra flotando en frente de la torre. Pudo divisar un punto rosado en el centro de la capa.

Kairi se estremeció. Aquella cosa infundía un profundo temor y hacía que no pudiera moverse del miedo. Posiblemente fuera más fuerte que todos ellos juntos.

- ¿Qué es eso? - preguntó atemorizada. De buena gana hubiera salido corriendo, pero sus piernas no le respondían. Awa-chan se había escondido bajo su largo pelo, muerto de miedo. No podían huir a ningún sitio, la criatura sabría dónde están. Sólo tenían una opción.

- ¡No podemos hacer nada contra eso, busquemos rápido a Kazuki! - exclamó la joven mientras trataba de mover su cuerpo y correr.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor H.S Sora » Lun Nov 18, 2013 7:59 pm

Aquellos Sincorazones no fueron un problema en absoluto, pude eliminar al mío con cierta facilidad y la joven hizo lo propio con el suyo.

Guardé mi guadaña y suspiré dejando mis brazos descansar.

Bien, ya podemos respirar tranquilos —dijo la joven a su vez mientras se estiraba —Gracias por ayudarnos —me dijo en un tono amable.

No ha sido nada —dije desviando levemente mi mirada.

La joven de pronto se dirigió al chico creído, me mantuve al margen unos segundos mientras hablaban y cuando me acerqué a ellos, el joven dirigió su mirada hacia mí.

A ver, ¿tú quién eres y qué coño haces aquí? Fuera de aquí que no tienes nada que ver en todo esto

Soy alguien, que sigue pudiendo ver perfectamente con ambos ojos —dije sonriendo de una manera ciertamente molesta— Y ni me nombre ni lo que haga, te incumben en absoluto.

>> Tú, vámonos de aquí que tenemos cosas pendientes que hacer —añadió mirando a la chica, como si no me hubiese oído.

Podrías darle las gracias. Si no fuera por él, posiblemente estaríamos muertos —Pareció regañar al joven vacilante, pero el chico ya había comenzado a irse. Aquella situación me pareció bastante divertida, si no fuese por el chico con el que probablemente me acabaría dando de golpes.

>> Lo siento —Dijo la chica con cierta resignación y fue a seguir al joven malhumorado

Miré de reojo a la taberna. Se oían susurros los cuales no parecían contener para nada halagos ni nada gratificante para nosotros. Podía imaginarme lo que estarían llamándonos: “monstruos”, “demonios”, “engendros de la oscuridad”, “brujos”… cualquier cosa que para ellos fuese mágica y desconocía, sería calificada de algo parecido. ¿Pero como podía reprochárselo? 3 jóvenes con distintas armas habían acabado con la vida de unas misteriosas criaturas que casi devoran a uno de sus samaritanos. En el fondo, aquellos que lo desconocían todo, me causaban cierta lástima.

Entrar a la taberna ya no era una opción, por lo que mirando aun el rastro de los 2 jóvenes avanzar, caminé con cierta rapidez, poniéndome al lado de la chica en algunos minutos.

Espero que no te moleste que vaya contigo —dije sonriendo y algo cansado por la caminata— ¿Hacia donde vas?

Un momento… ¿Yo no tenia nada que hacer?....

Esperé su respuesta y seguimos avanzando, respondería a la gran mayoría de preguntas que me hiciese, excepto las relacionadas con mi nombre, mi procedencia y el motivo de haber eliminado a los Sincorazón junto a ellos. Si me preguntaba algo relacionado con eso, lo más probable es que mintiese

Se me olvida algo… ¿Pero qué es?...

Mientras caminábamos, el sonido de las campanadas se empezó a oir.

¡Mierda eso era! Seré estúpido, tenía que investigar lo que aquel borracho me había dicho sobre la torre del reloj…

El sonido no cesó, en su lugar parecía que se repetía una y otra vez sin control, me giré momentáneamente para ver la torre y pude observar como las agujas del reloj giraban sin control alguno, frenéticamente. Y en el epicentro de todo aquello, distinguí la figura de una capa iluminada por la luz que emitía el reloj y el centro de aquel ser, pude distinguir una especie de punto rosado… ¿Acaso era un Sincorazón?

Te mataré.

Todo mi cuerpo se paralizó ante aquello. Mi respiración empezó a ser más lenta y pesada, no podía dejar de mirar aquel monstruo.

Te mataré.

No podía enfrentarme a aquello yo solo, ni con la ayuda de aquellos 2 portadores sería capaz de dañar mínimamente aquel monstruo… Aquel ser me infundía un temor que jamás había sentido, preferiría tener que batirme con todos los Sincorazón enfrentados hasta ahora, que simplemente tener que seguir mirando a aquella cosa.

Quizá con la ayuda de Saeko, y el maestro Ryota o la Maestra Ariasu seríamos capaces de enfrentarnos a esa cosa y salir vivos para contarlo… Claro que sí, cualquiera de aquellos dos maestros podría enfrentarse a aquella cosa sin apenas parpadear, y acabarían con ella en unos instantes… Pero yo no poseía aun un cuarto de su fuerza… Ninguno de los presentes éramos suficientemente fuertes como para poder plantearnos el pelear contra aquel engendro…

Te mataré. Te mataré. Te mataré.

¿Qué es eso? —preguntó la chica, la cual no podía moverse al igual que todos nosotros. Nadie le respondió, simplemente seguimos mirando a aquel monstruo que en mi mente seguía gritándome “Te mataré.”

Intenté serenarme, no podía permitirme perder los nervios en una situación así. Aquello era verdaderamente un peligro, un peligro del que tendría que escapar para informar a los maestros.

-—¡No podemos hacer nada contra eso, busquemos rápido a Kazuki! — dijo la chica de pronto, mientras parecía que intentaba huir hacia Dios sabe donde.

¿Kazuki?... ¿Quizá sea un maestro?... Tiene que serlo, si esos chicos necesitan encontrarlo en una situación tan urgente…

Si realmente era un Maestro, un Maestro de Tierra Partida, nuestras posibilidades de vencer aquello o poder escapar aumentaban considerablemente.

Te mataré.

Vete al infierno.

¡Tenemos que escapar de esa cosa, si el plan a seguir es encontrar a esa persona a toda costa confío en ti! —Noté como mi cuerpo podía moverse al fin, y les empecé a seguir en la dirección en la que corriesen para encontrar a aquel “Kazuki”.

Irónicamente, no tuve que dibujar en aquel instante la figura de aquel monstruo al que llamaría “Espectro”, estaba seguro de que no la borraría de mi mente durante una buena temporada… Era prioritario salvarme, ya tendría tiempo para apuntar todo lo necesario más tarde.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Sombra » Mar Dic 03, 2013 6:05 pm

Si alguno miraba atrás en aquella carrera contra la mismísima muerte se encontrarían cara a cara con ella.

Aquel monstruo era demasiado rápido y ya estaba a escasos cinco metros de ellos y aquella distancia se recortaba cada vez más. Podrían atacarle, lanzarle todas las magias que supiesen, pero nada hizo que se detuviese, era como enfrentarse a un ser inmortal e invencible.

Sin previo aviso unos números aparecieron sobre sus cabezas, una cuenta atrás.

12

11

10

9

8

7

6

5

4

3

2

1


Los tres sentirían que aquel era el final de sus vidas.


0


Habían muerto.

***


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La oscuridad era lo único que les rodeaba, caían en un vacío infinito. ¿Cómo habían llegado allí? Sus recuerdos, eran borrosos, lo suficiente como para que pudiesen recordar con claridad lo que había acontecido cuando la cuenta atrás había llegado a cero. Aunque algo estaba claro, habían escuchado un sonido que recordaba a una canción puesta alrevés.

No sentían dolor de ningún tipo, no tenían ninguna herida, como si aquella batalla contra los sincorazón frente a la taberna jamás hubiese ocurrido.

Llegó un punto en el que pudieron tocar el suelo tras aquella caída que había durado varias horas. Había sido una caída suave por lo que ni siquiera hicieron ruido al caer.

Decir que habían "tocado el suelo" era un término relativo, puesto que no podían ver nada más que oscuridad. Los tres sin embargo, parecían brillar por ellos mismos por lo que podían verse los unos a los otros.

No pasó nada durante un buen rato por lo que podían hablar si querían e intentar así encontrar una explicación a lo acontecido.

Tarde o temprano, alguno de ellos repararía en una diminuta mancha marrón en la lejanía.

Si alguno trataba de acercarse, tras caminar hasta distinguir una figura humana envuelta en una túnica un temblor les alertaría y aquel oscuro lugar empezó a resquebrajarse, de donde una intensa luz lo envolvió todo para dar paso a un lugar extraño y sin duda abstracto.

Había relojes flotando por doquier, de todos los tipos, de todos los tamaños y formas, manecillas enloquecidas que iban hacia atrás y hacia delante, engranajes que giraban y giraban... Era un lugar peculiar sin duda. Todo aquello parecía infinito, como si por mucho que caminasen jamás fuesen a llegar a ningún lugar.

Aquellos centenares de relojes producían al unísono el "tik tak" típico de aquel tipo de aparatos.

En la lejanía se podía ver una luz blanca, donde antes había estado aquella persona, o lo que parecía ser Kazuki, mejor dicho.

No os detengais...


Una voz incorporea sonó en sus cabezas como si fuese un pensamiento propio.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Kairi » Vie Dic 27, 2013 7:59 pm

- ¡Tenemos que escapar de esa cosa, si el plan a seguir es encontrar a esa persona a toda costa confío en ti! - dijo su nuevo compañero e inmediatamente salieron corriendo en busca de Kazuki. Pero aquel Espectro era más rápido que ellos y podía atacarles de un momento a otro, cosa que hizo.

En sus cabezas aparecieron números que hacían una cuenta atrás: 12, 11, 10... Sabía que estarían perdidos cuando la cuenta llegase a 0. Kairi abrazó fuertemente a Awa-chan, asustada...

Y 0.

***


Kairi despertó en medio de la oscuridad, con la sensación de que caía. Intentó hacer memoria, pero todos sus recuerdos estaban borrosos. Lo único que recordaba era ese 0 enorme en su cabeza y después oscuridad. Y un sonido extraño, como una canción puesta al revés.

Al menos no tenía ninguna herida, eso era buena señal. Y sabía que Awa-chan estaba bien porque lo sentía en sus brazos. Estaba quieto sin hacer ningún ruido. Se preguntó si los demás estarían bien.

Después de varias horas, sintió el suelo bajo sus pies. Y a pesar de la oscuridad, Kairi consiguió ver a sus compañeros, que parecían estar bien. Respiró aliviada.

- ¿Estais bien? - preguntó para asegurarse - ¿Qué ha pasado? ¿Qué es este sitio?

Esperando una respuesta, Kairi divisó una figura marrón a lo lejos. Se acercó hacia ella. Era humana, envuelta en una túnica. Podría tratarse de Kazuki. En aquel momento el suelo comenzó a temblar. La oscuridad se resquebrajó, dando lugar a una luz cegadora que hizo que Kairi se tapara los ojos. Cuando los abrió estaba en otro lugar con muchos relojes flotando, cuyas manecillas giraban como locas. La figura seguía allí, ahora sí que parecía el Maestro Kazuki. Una voz resonó en su cabeza.

No os detengais...


Kairi decidió hacerle caso a la voz y siguió caminando hacia la figura humana, esperando que los demás la siguieran.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor H.S Sora » Sab Ene 04, 2014 8:40 pm

Mierda, mierda, mierda…

Cuando giré mi cabeza para mirar hacia atrás, aquel monstruo se encontraba ya encima de nosotros tres, no podíamos hacer nada para evitar que nos alcanzase…

Aceleré y corrí, pero no sirvió para nada. De pronto, noté que una cuenta atrás regresiva aparecía sobre la cabeza de aquello dos aprendices, y por ende sabía que también tenía una encima de mí. La cuenta empezó en 12 y fue bajando…cuando llegó a 5 sabía perfectamente que nada nos iba a salvar. Aquel hechizo probablemente nos mataría.

Vamos, tiene que haber una salida…

4.


Esto no puede terminar asi…

3.


¿Qué clase de final épico es este? ¡Me niego a morir aqui!

2.


¡VAMOS MAESTRO RYOTA! ¡ALGUIEN!

1.


No…No…

Me giré y lancé una Flama Tenebrosa contra aquel monstruo, pero no se detuvo en absoluta.

0.


***


Me desperté cayendo, en una oscuridad absoluta y vacía.

¿Dónde diablos estoy?...

Lo último que recordaba era aquella cuenta atrás, que llegase a cero y… ¿Una melodía al revés? No estaba demasiado seguro de aquello último, pero podía llegar a decir que no estaba muerto, o como mucho que la muerte era algo indoloro ya que no me dolía absolutamente nada.

Pasó tiempo, lo que no sabría decir cuanto exactamente, pero finalmente dejé de caer. Rebusqué en los bolsillos de mi chaqueta y me alivió saber que tanto el bloc de notas como el lápiz seguían ahí, y notaba el reconfortante peso de la guadaña sobre mis espaldas. Cerré el bolsillo de la chaqueta y miré a mi alrededor.

Seguía en aquella completa oscuridad, pero ya no caía. Al mirar a los lados, pude ver como aquella chica y el chico seguían a mi lado, ambos parecían emanar una extraña luz que nos permitía vernos unos a otros. Algo era casi seguro, ninguno de nosotros tres habíamos muerto.

¿Estais bien?—preguntó la joven de pronto—¿Qué ha pasado? ¿Qué es este sitio?

Y-Yo estoy bien —respondí— Lo último que recuerdo fue aquello acercándose y que unos números apareciesen en nuestras cabezas y después de llegar al 0…—la cabeza me dio una sacudida— No recuerdo más allá de eso…

La chica pareció ver algo, y empezó a caminar hacia ello. Sin importarme demasiado que hiciese el chico, decidí seguir a la joven hasta el punto que distinguí una figura totalmente humana tras una túnica. De pronto todo tembló, y la oscuridad empezó a romperse a pedazos como si de un cristal se tratase. Tras una luz cegadora que me hizo cerrar los ojos y colocar mi mano. Tras un rato abrí los ojos.

¿En que clase de sitio estamos?...

Tik tak. Tik tak. Tik tak. Tik tak.

Centenares de relojes flotaban a nuestro alrededor, intenté ver si había una cantidad concreta pero incluso en la lejanía parecían divisarse relojes.

Tik tak. Tik tak. Tik tak.

Todos hacían aquel mismo sonido al mismo tiempo, me resultaba irritante y cada tik acompasado de su tak hacía que quisiese volverme loco y destruir cada maldito reloj que hubiese, aunque fuese lo último que hiciese. Miré hacia delante, y divise una luz blanca en el lugar donde antes se había hallado lo que me había parecido una especie de persona.

No os detengais...


Aquella voz resonó en mi cabeza, como un pensamiento que hubiese tenido por mi mismo. Pero sabía que no era mío. Miré a mi alrededor entonces, no tenía muchas más opciones disponibles. Vi que la chica seguía avanzando por lo que decidí avanzar y ponerme a su lado.

Una pregunta… —dije una vez me hubiese puesto a su lado— ¿Tienes idea alguna de quién era aquella mancha?... Es que no sé, te veía muy segura cuando empezaste a caminar hacia ella…

Esperé su respuesta mientras caminábamos hacia aquello.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Sombra » Jue Ene 09, 2014 3:18 am

Los tres avanzaron hacia el Maestro, Paul se mantuvo en silencio y siguió a los otros dos de cerca. Si estaba enfadado por la presencia de Saito o por haber acabado allí era un misterio, en realidad ni podían saber si estaba enfadado.

En cuanto estuvieron a cinco escasos metros de su objetivo un nuevo resplandor les cegó momentáneamente, aunque esta vez sí que estaban en algún lugar.

Se encontraban en lo alto de una enorme construcción. Era imposible reconocer el lugar en el que se hallaban en aquel momento ya que parecía haber empezado a construirse hacía poco tiempo. Tanto el cielo como el suelo carecían de color, algo realmente extraño para ellos. Era como mirar una película antigua en una televisión, a excepción de que ellos lo estaban viviendo en primera persona.

Si los aprendices se miraban los unos a los otros podrían ver que habían cambiado, además de carecer de color sus rostros y extremidades habían sido modificados de alguna manera teniendo un aspecto mucho más gracioso y amigable, casi como unos dibujos animados.

Si se asomaban por el balcón en construcción en el que habían aparecido podrían distinguir seres que parecían mitad humanos mitad animal trabajando duramente, serrando madera, transportando enormes bloques de piedra… Pero había algo que llamaría la atención de Kairi, sobretodo.

Entre aquellas personas estaba el Maestro Kazuki, aunque su aspecto era extraño. Al igual que ellos, su aspecto era mucho más gracioso de lo normal, pero más extraño fue verle sin su túnica vistiendo unos pantalones vaqueros y una camiseta blanca. Aquel Kazuki parecía incluso más joven, algo un tanto extraño.

A su lado había una chica de cabello blanco. Su rostro era muy serio, aunque parecía conocer a Kazuki, ya que hablaba con él algo que parecía bastante importante.

Otro resplandor aparecería mirasen o no por el balcón, llevándolos a un lugar distinto.

Esto eh… No está bien. Deteneos, ¿sí?

Fue la voz del somnoliento maestro lo primero que escucharon cuando empezaron a ser conscientes de que podían ver otra vez. Era de noche, en aquellas obras del castillo con la diferencia de que ahora estaban en tierra firme.

Un grupo de aquellos animales humanizados parecían estar incordiando a aquel Kazuki. Eran cinco en total, y dos de ellos iban cargados con cajas que rezaban en unas letras grabadas las siglas T.N.T

De un empujón, el maestro, cuya constitución no era demasiado fuerte cayó al suelo estrepitosamente.

No puedo permitir que eh… destruyáis todo por lo que hemos trabajado hasta eh… Ahora —fue su respuesta. El maestro, con bastante valor se puso en pie y miró enfadado a aquellos maleantes plantándoles cara..

Si alguno de los aprendices intentaba atacar o ayudar de alguna forma, se darían cuenta de que al tocar a aquellas personas simplemente las traspasaban como si fuesen meros fantasmas, también estaban siendo completamente ignorados. En cierto sentido parecían… Recuerdos.

—¡Jajajaja! —estalló en carcajadas uno de los matones—. ¿Y qué vas a hacer tu solo?

Yo… —meditó—. Voy a luchar.

La escena cambió a una que parecía haberse desarrollado unos momentos después de la pelea. Alrededor del maestro se encontraban completamente derrotados los cinco abusones. La ropa del maestro estaba rota y en su cara se distinguían varios moratones. Pero había ganado.

Alguien se le acercó aplaudiendo. Ninguno lo reconocería, sin embargo a quien al menos Kairi sí reconocería sería a un joven, no mucho mayor que ella.
El hombre completamente desconocido, era una persona robusta, de unos treinta o cuarenta años de edad. Era difícil calcular aquello por el aspecto que tenían todos allí. Su cabello era de un gris oscuro, el mismo tono que tenía aquel Kazuki incoloro, por lo que era imposible deducir si su cabello era castaño, gris o de algún otro color. A modo de adorno, una especie de medio turbante cubría parcialmente algunas partes de su cabeza. Su musculoso pecho estaba al descubierto vistiendo en la parte de arriba únicamente un chaleco abierto. Sus pantalones eran blancos y muy holgados. La altura total de aquel hombre rondaba el metro noventa. Era verdaderamente alto.

El acompañante de aquel desconocido era sin ninguna duda Ronin, aunque parecía muy joven, quizás unos veinte años más joven. Otra diferencia era que no llevaba ningún parche puesto que tenía sus dos ojos en perfectas condiciones.

¡Les has dado una buena paliza! —halagó el enorme hombre—. Mis respetos para ti.

Aunque cualquiera podría haberles dado una tunda a esos debiluchos —puntualizó Ronin con algo de descaro tratando de quitarle mérito a Kazuki.

Era extraño ver que ambos no parecían diferenciarse mucho en cuanto a la edad, ¿acaso Kazuki se mantenía bien o era Ronin el que había envejecido mucho?

Eh… Yo… ¿Quiénes sois? —preguntó Kazuki extrañado.

Soy el Maestro Rayim, y este que está aquí es Ronin, mi aprendiz más bocazas.

Tsk... —saludó meneando la cabeza de una forma un tanto maleducada el aprendiz del enorme varón.

Dime, ¿cómo te llamas? —le preguntó el Maestro al joven que acababa de conocer.

Uhm… Kazuki…

Kazuki, quizás te parezca un poco repentino, pero ahí va. ¿Te gustaría venir conmigo y hacerte mucho más fuerte?

No… Yo tengo que… Chihiro… ¿Por qué?


Era un día lluvioso en aquel mundo de colores grises. Había pasado una semana desde el intento de destruir lo poco que llevaban construido de aquella estructura. Kazuki había rechazado la oferta del Maestro Rayim.

Para Kairi, Paul y Saito aquella semana había sido tan solo un instante, pero algo parecía haber cambiado en todo aquello.

Ante Kazuki, se encontraba Ronin, aunque excesivamente cambiado. Su aspecto, aunque todavía se notaba joven respecto al actual ya parecía mucho más curtido que su versión anterior. Aunque era extraño. ¿Por qué en solo una semana había envejecido tanto?

Probablemente por la mente de Kazuki pasaba aquel mismo pensamiento, puesto que no sabía que decir.

Tu eh… ¿No eras Ronin? Pareces uhm… cambiado.

Es solo que lo que para ti ha sido una semana, para mí han sido diez años. Vengo del futuro, Kazuki. He venido a proponerte lo mismo que te propuso el difunto Maestro Rayim en su momento.

¿Quieres reclutarme para esa orden de la que me habíais hablado? —preguntó evitando mencionar a Rayim, quien le había propuesto ir con él y a quien había rechazado.

Quizás, si hubiese sabido aquello… Habría aceptado antes. Pero era imposible ver el futuro para él.

Detrás de aquellos terroristas… De aquellos intentos de destruir lo que sería el Castillo del rey de Ciudad Disney… Nunca se había imaginado quien estaba.

Exactamente. Como ya te he dicho, en el futuro el castillo en el que trabajáis no será destruido. En mi presente todavía sigue en pie, y esta es una ciudad muy próspera. Si vienes conmigo podrás defender no solo tu mundo, sino también su futuro. Dime, Kazuki...

Un enorme terremoto hizo que la imagen de aquellos recuerdos empezase a resquebrajarse. Los tres aprendices cayeron al vacío sin previo aviso siendo engullidos por la oscuridad.

Esta vez, los aprendices no podían verse entre ellos puesto que estaban separados. Sin embargo, estaban viviendo lo mismo.

Se encontraban sobre una vidriera que representaba su propio corazón por lo que solamente ellos mismos sabían que aspecto tenía. Frente a los tres estaba Kazuki con su habitual túnica (y en color) Se mantenía en silencio, impasible. Era casi como un fantasma.

Vuestras vidas han acabado, pero aún hay una forma de haceros volver.

Usad vuestras voluntades. Demostrad que debéis seguir viviendo.

Luchad contra lo que os ata a este mundo.

Vosotros mismos.


El Kazuki que se hallaba parado desapareció dejando sitio a una copia exacta de ellos mismos. Aquella lucha, era contra sus propias inseguridades y miedos.

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Nota: Este es un combate interpretativo. Vosotros narraréis el combate y su desenlace. Pero tiene que ser en esta misma ronda

¡Ánimo, queda poco!


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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor Kairi » Sab Ene 18, 2014 11:07 pm

Kairi caminó hacia la mancha seguida de un silencioso Paul y el otro chico. Tenía la sensación de que podría ser Kazuki, pero no estaba segura.

- Una pregunta… ¿Tienes idea alguna de quién era aquella mancha?... Es que no sé, te veía muy segura cuando empezaste a caminar hacia ella… - preguntó el chico de la guadaña.

- Creo que es la persona a la que estoy buscando, pero no la veo bien... - dijo Kairi entornando los ojos - De todas formas, es lo único que hay por aquí.

Se acercó más a aquella figura con la esperanza de que pudiera sacarles de aquel extraño lugar, cuando un nuevo resplandor de luz la envolvió. Cuando volvió a abrir los ojos se encontró encima de algo en construcción. Pero lo más raro no era eso. Se fijó en el paisaje y era todo en blanco y negro, hasta ellos mismos. De hecho, ella y sus compañeros tenían una apariencia cómica, parecían sacados de alguna serie de dibujos animados muy antigua.

- ¿Pero qué...? - el asombro de Kairi se convirtió en una pequeña risa contenida al ver a sus compañeros de esa guisa.

Ya más calmada, se puso a investigar. Se asomó al balcón y vio gente trabajando en la construcción en la que estaban. Pero era gente bastante peculiar. Eran animales, pero tenían rasgos humanos, andaban a dos patas e incluso podían hablar. Desde luego, no se parecía en nada al mundo en el que habían estado hace un rato.

- ¿Esto es otro mundo? - preguntó - ¿Cómo hemos llegado aquí?

Se fijó que entre los trabajadores había alguien a quien conocía, pero su apariencia era muy distinta. En vez de la túnica que solía llevar, tenía puesto una camiseta y unos vaqueros. Y lo más sorprendente es había rejuvenecido.

- ¿Ese es Kazuki? - preguntó asombrada - ¿Qué está haciendo?

A su lado había una chica de cabello blanco hablando seriamente con él. Desgraciadamente Kairi no tenía ni idea de quién podría ser, tal vez una vieja amiga de Kazuki.

Un resplandor de luz volvió a aparecer. Kairi cerró los ojos y cuando los abrió, estaban en un sitio distinto. ¿Qué estaba pasando?

- No entiendo nada... - dijo, deslumbrada de nuevo por la luz. Tenía en brazos a Awa-chan con la cara tapada.

- Esto eh... No está bien. Deteneos, ¿sí?

Era de noche. Seguían en la misma construcción, pero esta vez en el suelo. Kairi se dio cuenta de que lo que estaban construyendo era un castillo. La voz que habían oído hace unos segundos era la de Kazuki y parecía tener problemas. Un grupo de animales humanos estaban molestándole y tenían cajas con las letras T.N.T. Uno de ellos le pegó tal empujón a Kazuki que éste cayó al suelo.

- No puedo permitir que eh... destruyáis todo por lo que hemos trabajado hasta eh... Ahora - dijo esto mientras volvía a levantarse muy enfadado, dispuesto a luchar contra ellos si hacía falta. Era obvio que él solo no podía con todos. Sin pensarlo dos veces, Kairi invocó su Llave Espada.

- Vamos a ayudarle - dijo a sus compañeros. Corrió hacia los enemigos y golpeó a uno, pero algo iba mal. Su arma traspasó por completo a éste, como si fuera una especie de holograma.

- ¿Qué... qué pasa? - Kairi estaba estupefacta y empezó a sentir impotencia por no poder hacer nada. Por si fuera poco, nadie, ni Kazuki ni los enemigos se habían percatado de la presencia de los Aprendices. Se detuvo a pensar y comprendió que si Kazuki era más joven y nadie les hacía caso, era que estaban en el pasado del Maestro. Él y el resto de las personas que había allí sólo eran meros recuerdos. No podían interactuar con nada, sólo mirar.

-¡Jajajaja! - una de las personas que atacaban a Kazuki soltó una risotada - ¿Y qué vas a hacer tú solo?

- Yo... Voy a luchar - Kazuki parecía haberlo pensado durante un rato.

De repente, la escena cambió a un rato después de la pelea, con todos los enemigos derrotados y un Kazuki magullado y con sus ropas rasgadas. Kairi no podía creer que los hubiera vencido a los cinco sin ayuda y con lo flojo que parecía.

Se oyeron unos aplausos y otras dos personas aparecieron. Una de ellas era muy alta, bastante más mayor que Kairi, con unas ropas algo frescas, un chaleco abierto era lo único que le cubría el pecho, pantalones muy holgados y medio turbante en la cabeza. Parecía muy fuerte. Su acompañante era nada más y nada menos que Ronin, al que Kairi tardó un poco en reconocer por lo joven que era y por no llevar parche en el ojo, teniendo los dos intactos. Se podría decir que ella y Paul eran privilegiados por haber visto a Ronin sin parche.

Había algo raro, Kazuki parecía igual que en el presente. Sin embargo, se notaba que Ronin era mucho más joven. Mala suerte para él en cuanto al envejecimiento, pensó Kairi.

- ¡Les has dado una buena paliza! Mis respetos hacia ti – el hombre alto felicitó a Kazuki por su hazaña.

- Aunque cualquiera podría haberles dado una tunda a esos debiluchos – dijo Ronin como si vencer a cinco tíos a la vez fuera tan fácil.

- Eh… Yo… ¿Quiénes sois? – preguntó Kazuki a los desconocidos.

- Soy el Maestro Rayim, y este que está aquí es Ronin, mi aprendiz más bocazas – se presentó el hombre alto. Desde luego que Ronin era un bocazas. Así que ese era su Maestro, pensó Kairi.

- Tsk… - Ronin se limitó a saludar con la cabeza de una forma un tanto descarada y falta de modales.

- Dime, ¿cómo te llamas? – le preguntó Rayim a Kazuki.

- Uhm… Kazuki…

- Kazuki, quizás te parezca un poco repentino, pero ahí va. ¿Te gustaría venir conmigo y hacerte mucho más fuerte?

No… Tengo que… Chihiro… ¿Por qué?


Esa voz resonó en las cabezas de los Aprendices. ¿Chihiro? ¿Quién era Chihiro? Quizá fuera la chica de pelo blanco con la que estaba hace unos instantes, pensó Kairi. Si era así, parecía que Kazuki tenía algo importante que hacer con ella… o que ella le había hecho algo.

La escena volvió a cambiar de repente a un día lluvioso. Kairi tuvo la certeza de que había pasado como una semana hasta ese instante. Kazuki seguía allí, por lo que supo que había rechazado la propuesta del Maestro Rayim.

Con Kazuki estaba el Maestro Ronin, que parecía más cambiado desde la última vez. Seguía siendo joven, pero se notaba que unos pocos años habían pasado por él. Kairi se preguntó cómo era eso posible, si había pasado poco tiempo de eso.

- Esto se pone interesante… - murmuró ella, que seguía sin saber por qué estaba allí. ¿Cuál era el propósito de aquello?

- Tú eh… ¿No eras Ronin? Pareces uhm… cambiado – Kazuki había pensado lo mismo.

- Es solo que lo que para ti ha sido una semana, para mí han sido diez años. Vengo del futuro, Kazuki. He venido a proponerte lo mismo que te propuso el difunto Maestro Rayim en su momento.

Kairi puso cara de asombro. ¡Diez años! ¿Había usado una máquina del tiempo o algo así? Así que en ese tiempo Rayim había muerto…

- ¿Quieres reclutarme para esa orden de la que me habíais hablado? – preguntó Kazuki, que parecía arrepentirse de no haber aceptado la oferta en el momento en que Rayim se lo dijo.

La cosa parecía realmente grave si Ronin tuvo que viajar en el tiempo para intentar convencer a Kazuki de unirse a él.

- Exactamente. Como ya te he dicho, en el futuro el castillo en el que trabajáis no será destruido. En mi presente todavía sigue en pie, y esta es una ciudad muy próspera. Si vienes conmigo podrás defender no solo tu mundo, sino también su futuro. Dime, Kazuki...

Hubo un terremoto que sacudió a los Aprendices e hizo que lo que veían comenzara a resquebrajarse, volviendo a caer en el vacío en una total oscuridad.

- ¡Agh, otra vez no! – gritó Kairi, en parte frustrada por no poder seguir viendo la historia de Kazuki. Supuso que aquella vez había aceptado, de otra forma ahora no sería Maestro de Tierra de Partida.

Los pies de la joven tocaron fondo. Miró a su alrededor, pero no había nadie más, sólo su gato. Gritó intentando localizar a los demás, pero no hubo respuesta. El suelo parecía muy colorido. Miró hacia abajo y se vio a sí misma de cuerpo entero dentro de un círculo gigante. Tenía una pose algo descansada y los ojos cerrados, como meditando. Dentro de otros círculos más pequeños estaban las caras de algunas personas. Reconoció a su Maestra, Lyn. También estaba su gato Awa-chan y algunas de las personas con las que había compartido aventuras, como la Maestra Yami, que aunque era peculiar le caía bien; algunos Aprendices como Hiro, el chico perro, con el que había coincidido varias veces; Mickael, el chico rata y el chico de la guadaña, su actual compañero, junto con alguno más. De fondo había una playa con palmeras y algunas casas, que reconoció como Islas del Destino, su mundo.

Kairi se emocionó al ver esa vidriera. Recordó todas las aventuras que había tenido junto con Lyn y sus compañeros, sus islas… Era un relfejo de lo que albergaba en su corazón.

Una persona estaba delante suya. Era el Maestro Kazuki, que llevaba su túnica de siempre y en color. No se movía, parecía un espectro… u otro recuerdo.

Vuestras vidas han acabado, pero aún hay una forma de haceros volver.

Usad vuestras voluntades. Demostrad que debéis seguir viviendo.

Luchad contra lo que os ata a este mundo.

Vosotros mismos.


- Espera… ¡¿he estado muerta todo este tiempo?! – una expresión de horror apareció en la cara de Kairi. Eso significaba que sus compañeros también habían muerto. El Espectro los había matado a todos. En vez de recibir una respuesta, el Maestro desapareció. En su lugar apareció otra persona a la que Kairi reconoció enseguida: ella misma.

- ¿Qué significa esto? Tengo que… ¿luchar conmigo misma? – miró a su otra yo, que tenía una pose que indicaba que estaba lista para luchar. Pero su cara era muy diferente. Estaba muy seria, tirando a triste.

Ella misma era la que la impedía salir de aquel mundo de oscuridad. Pero eso no era así, ella no quería otra cosa más que salir de allí. No terminaba de comprender. Por otra parte, sabía que si volvía al mundo que habían abandonado, tendría que enfrentarse al Espectro o es posible que los esperasen otros enemigos. Ese terrorífico Sincorazón ya los había matado una vez. ¿Quién dice que no volvería a hacerlo?

Kairi, inmersa en sus preocupaciones, tardó en darse cuenta de que su otra yo se dirigía corriendo hacia ella blandiendo la Llave Espada. La verdadera Kairi invocó su arma rápidamente y bloqueó el ataque. Tenía tanta fuerza que la estaba empujando hacia abajo. Sus ojos, vidriosos y apagados, no dejaban de mirarla. De alguna forma consiguió echarse a un lado y alejarse unos metros de su copia. Era demasiado fuerte. ¿Cómo se suponía que iba a vencerla?

La falsa Kairi la apuntó con su Llave Espada y le lanzó una pequeña bola de fuego que podía interpretarse como un Piro. La joven pudo esquivar el proyectil a duras penas, pero le llegó el olor a pelo quemado. Afortunadamente, solo le había chamuscado dos o tres pelos. La copia corrió de nuevo hacia Kairi, asestándole una estocada tras otra, para las cuales ella no podía hacer otra cosa más que esquivar, eran demasiado rápidas. Pero se dio cuenta de una cosa…

Conforme sus preocupaciones y miedos aumentaban, aumentaba también la fuerza de la copia. Si quería vencer, tenía que librarse de todo aquello que la atormentaba: el miedo a quedarse atrapada allí para siempre, el que volvieran a matarla de nuevo si volvía a la vida, el miedo a no volver a ver nunca más a sus seres queridos...

- No quiero… - una lágrima resbaló por su mejilla - … ¡aún me queda mucho por vivir!

De un empujón con la Llave, la copia retrocedió a bastante distancia. Era como si de repente tuviera peso pluma. Kairi, decidida, la golpeó con su arma. La copia hizo un intento de defenderse, pero le dio de lleno. La expresión de su cara seguía siendo la misma, ojos vacíos, sin ningún tipo de mueca, seria. Lejos de sentir pena por ella, Kairi la apuntó con su Llave y le lanzó un Perla, el más brillante que había lanzado hasta ahora y con una velocidad considerable. A la falsa Kairi no le dio tiempo a apartarse y recibió el impacto, cayendo al suelo. Intentó levantarse, pero otro proyectil iba directamente hacia ella, un Piro. Volvió a recibir el golpe enteramente y esta vez no se levantó. Aquella copia yacía en el suelo, derrotada.

Kairi, jadeando del cansancio, cayó al suelo de rodillas. Había sobrevivido. La furia que tenía durante la batalla iba desapareciendo, dando lugar la satisfacción y la esperanza. Había conseguido vencer a sus miedos. Ahora sabía que no importaba los peligros que pudieran acecharla ahí fuera, ella les haría frente sin dudarlo. Aún le quedaba mucho por vivir y no quería perdérselo por nada del mundo. Y sobre todo, tenía que volver a encontrarse con aquellos que tanto le importaban.
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Re: [País de Nunca Jamás] Final Countdown

Notapor H.S Sora » Lun Ene 20, 2014 1:55 am

Fuimos avanzando poco a poco, yo al lado de aquella chica y de reojo podía observar como aquel joven nos acompañaba de cerca. ¿Estaría enfadado por mi presencia? Si era así, podía irse al infierno y decírmelo a la cara. Aunque eso después de salir de ahí claro está, lo prioritario era volver. Fuese donde fuese que estábamos.

Creo que es la persona a la que estoy buscando, pero no la veo bien...— dijo la chica intentando concentrarse en mirar hacia allí— De todas formas, es lo único que hay por aquí.

Ya veo, espero que sea eso…—Y sin apenas decir nada más, avanzamos.

Cuando estuvimos lo suficientemente cerca, un resplandor nos cegó de nuevo, Cuando abrí los ojos me encontraba en lo alto de un “algo” en construcción. ¿Cómo diablos había ido a parar allí? Entonces al mirar el paisaje, me di cuenta de que algo no iba bien. Todo aquello se encontraba en blanco y negro. Miré de pronto a mi compañera, y esbocé una ligera sonrisa por su apariencia. Nosotros mismos también estábamos en blanco y negro, pero a más a más nos veíamos de forma diferente a la habitual, algo graciosos por así llamarlo.

¿Pero qué...? —la chica parecía asombrada y contuvo una sonrisa, probablemente por el aspecto que llevábamos.

Déjame decirte que tú te ves igual que nosotros —dije riendo casi sin parar.

Una vez pasamos por ese rato de risas, decidí mirar que había más allá de eso, por lo que me asomé al balcón para ver si podía averiguar algo. Tan solo pude apreciar gente trabajando, pero no era gente normal y corriente a simple vista. Parecían una especie de mezcla entre humanos y animales, ya que algunos tenían rasgos que a primera vista te hacían confundirte, incluso había algunos que eran capaces de caminar sobre dos piernas. Desde luego, aquel era otro mundo o dudaba que aquel fuese el mundo donde habíamos estado previamente.

¿Esto es otro mundo? —preguntó— ¿Cómo hemos llegado aquí?

Eso parece… —dije en un susurro que solo podíamos oír nosotros— ¿Tendrá alguna relación con lo de aquel Espectro?...

¿Ese es Kazuki? —En un momento no entendí ¿Era aquel que estábamos buscando? — ¿Qué está haciendo?

Miré en su dirección y por unos instantes no vi nada, hasta que me fije en que había un joven también con aquel aspecto cómico que vestía una simple camiseta y unos tejanos. Este hablaba algo serio con una chica a la cual tampoco reconocí. ¿Sería gente de Tierra Partida? Sería lo más lógico, ya que no reconocía absolutamente a nadie. ¿Era aquel tal “Kazuki” la persona a la que estábamos buscando? Decidí preguntárselo a la chica.

¿Es ese Kazuki, el que estábamos buscando?...—Pregunté esperando una respuesta por parte de la chica.

Antes de que la chica pudiese responder, o inmediatamente después de ella responder, otro resplandor nos cegó a todos obligándome a cerrar los ojos de nuevo. Al abrirlos, habíamos salido de aquella “cima” y ahora nos encontrábamos en el suelo, del mismo mundo o aquella era mi impresión.

No entiendo nada... —dijo la joven.

Esto eh... No está bien. Deteneos, ¿sí?

Pese al color blanco y negro, se distinguía que ahora era de noche. Como había dicho antes, seguíamos en el mismo mundo solo que ahora podíamos ver la construcción, la cual aparentaba ser un Castillo. Aquella voz parecía ser del chico aquel que mi compañera había reconocido, el tal Kazuki en cuestión. Un grupo de aquellos seres mitad animales mitad humanos se encontraban con él, parecían estar encarándosele. Algunos de ellos llevaban cajas con las siglas T.N.T escritas. Uno que no llevaba nada, le pegó un empujón que tiró al suelo a Kazuki.

No puedo permitir que eh... destruyáis todo por lo que hemos trabajado hasta eh... Ahora —Se levantó tras decir aquellas palabras y miró enfadado a los maleantes. Parecía dispuesto a luchar contra ellos pero… ¿Sería capaz de lograrlo él solo? Admiraba el valor de luchar por aquello en lo que defendías y creías. Con aquello, el tal Kazuki se ganó parte de mi respeto.

Vamos a ayudarle —Antes de que me diese cuenta, la chica se dirigía con su Llave Espada a ayudarle y yo saqué mi guadaña e intenté golpear a uno de ellos. Pero a ambos nos sucedió la misma reacción… Nuestras armas traspasaron completamente a los enemigos. ¿Qué demonios estaba pasando?... Volví a intentar golpearles, pero parecíamos invisibles ante ellos. Ni siquiera notaban nuestra presencia.

Acaso estamos en un… ¿Recuerdo?

Aquella idea pasó por mi mente y no era nada descabellada. Nadie notaba nuestra presencia, aquellos colores… Todo parecía indicar que estábamos viviendo los recuerdos de alguien, pero ¿Los recuerdos de quien? ¿De aquel tal Kazuki? Habían muchas preguntas sin respuesta, para las que ya habría tiempo de pensar.

¿Qué... qué pasa? —Parecía que si más no, mi compañera se había tranquilizado y se puso a pensar durante unos instantes en la situación. Probablemente llegase a la misma conclusión que yo pero al igual que había hecho yo, no lo comentaría en voz alta. Sería mejor poner nuestros pensamientos en orden después de que todo aquello pasase.

—¡Jajajaja! —una risotada procedente de uno de los agresores me sacó de mis pensamientos— ¿Y qué vas a hacer tú solo?

Yo... Voy a luchar —Kazuki parecía haber meditado la respuesta y se había decantado por aquella opción.

Todo pareció cambiar, y como si por arte de magia se tratase nos trasladamos a los momentos posteriores de la pelea donde Kazuki pese a encontrarse algo magullado había vencido a todos aquellos enemigos por si mismo.

I-Impresionante…

Aquello fue lo que pensé, ya que realmente veía muy difícil que fuese capaz de acabar con los 5 el solo… A no ser que tuviese un arma, o cualquier cosa que no hubiésemos podido ver debido al paso de aquella pelea. Me quedaría con las ganas de saber cómo les ganó.

Se oyeron unos aplausos y pude ver como otras dos personas hacían acto de presencia, después de observarlas llegué a la conclusión de que no conocía a ninguna de aquellas personas. Uno de los dos era un roble que superaba por mucho mi altura. Parecía tener rasgos árabes, llevaba una especie de turbante y vestía un chaleco abierto, además de parecer increíblemente fuerte. Su acompañante, era un joven probablemente de mi edad o quizá un poco mayor.

¡Les has dado una buena paliza! Mis respetos hacia ti —el hombre probablemente árabe felicitó a Kazuki.

Aunque cualquiera podría haberles dado una tunda a esos debiluchos —dijo el otro acompañante de una manera algo altiva.

Eh… Yo… ¿Quiénes sois? —preguntó Kazuki desconcertado claramente.

Soy el Maestro Rayim, y este que está aquí es Ronin, mi aprendiz más bocazas —¿Así que eran un Maestro y un aprendiz?... Vaya, aquella información si que resulto sorprendente, cuando llegase a Bastión Hueco le querría preguntar a mi maestro por aquellos dos extraños, y por Kazuki también.

Tsk… —Aquel aprendiz llamado Ronin, se limitó a saludar con la cabeza sin apenas esforzarse para ello. Parecía que no estaba contento con la presencia de Kazuki

Dime, ¿cómo te llamas? —le preguntó el Maestro Rayim a Kazuki.

Uhm… Kazuki…

Kazuki, quizás te parezca un poco repentino, pero ahí va. ¿Te gustaría venir conmigo y hacerte mucho más fuerte?

No… Tengo que… Chihiro… ¿Por qué?


Aquella voz resonó en mi cabeza con fuerza, ¿Quién era Chichiro? ¿Sería la persona con la que había estado hablando Kauzuki? Fuese como fuese, parecía aquel Maestro Rayim quería hacer que Kazuki se convirtiese en un aprendiz de la Llave Espada. ¿Qué diablos estaba pasando aquí?...

De pronto, pareció que el día era lluvioso. Lo pensé mejor, no era un día, sino una semana. Había pasado una semana como si de menos de un minuto se tratase. ¿Qué clase de tiempo fluía en este lugar? ¿Cómo era posible aquello?... Fuese lo que fuese Kazuki seguía allí, cosa que significaba que no se había ido con el Maestro Rayim ni con Ronin.

Pero entonces avisté al aprendiz de Rayim, Ronin, junto a Kazuki. Aunque aquel Ronin no parecía el mismo, durante un momento no pude reconocerle ya que la semana anterior me había parecido mucho más joven, sin embargo algo parecía haber cambiado ahora en él.

Esto se pone interesante… —murmuró la joven.

Estuve de acuerdo en aquella observación, y aprovechando la ocasión realicé los bocetos que me habían quedado por hacer. Dibujé al “Espectro”, hice un boceto de Ronin, Rayim y Kazuki y volví a guardarme la libreta de notas donde la tenía.

¿Conoces a ese tal Ronin? ¿O a aquel tan alto de la otra vez, Rayim?...—pregunté con curiosidad, si era de Tierra Partida quizá sabría algo sobre ellos.

Tú eh… ¿No eras Ronin? Pareces uhm… cambiado —Kazuki también se había dado cuenta, por lo que no habían sido imaginaciones mías.

Es solo que lo que para ti ha sido una semana, para mí han sido diez años. Vengo del futuro, Kazuki. He venido a proponerte lo mismo que te propuso el difunto Maestro Rayim en su momento.

¿¡Diez años!?...—exclamé sin apenas poder evitarlo. ¿Cómo había pasado tanto tiempo? Y lo más interesante y perturbador ¿Cómo había conseguido Ronin viajar en el tiempo?... Había muchas, muchísimas incognitas sin resolver. El Maestro Rayim, aquel hombre tan fuerte y alto… ¿Cómo había muerto? ¿Era aquello posible?... Me encontraba en una especie de estado de shock, y no quise imaginarme lo que debería estar pensando aquel Kazuki por su parte.

¿Quieres reclutarme para esa orden de la que me habíais hablado? —preguntó Kazuki a Ronin. Parecía estar pensando algo, pero no tenía ni la más remota idea. Quizá estuviese pensando algo parecido a lo que yo pensaba o quizá pensase algo completamente distinto.

Entonces una duda asalto mi mente, ¿Qué situación tan grave estaba sufriendo aquel Ronin para que tuviese que viajar en el tiempo? Tenía curiosidad, necesitaba saber todo lo que pudiese de aquello en cuanto lograse salir de ahí. Sobre todo, porque si había algún poder capaz de hacerme viajar en el tiempo, lo obtendría a toda cosa.

Exactamente. Como ya te he dicho, en el futuro el castillo en el que trabajáis no será destruido. En mi presente todavía sigue en pie, y esta es una ciudad muy próspera. Si vienes conmigo podrás defender no solo tu mundo, sino también su futuro. Dime, Kazuki...

Hubo un terremoto sin previo aviso que sacudió todo el lugar y que, además de romper todo aquello que estábamos viendo y viviendo nos lanzó al vacío a los tres. La oscuridad lo volvió a envolver todo, pero antes de caer, me pareció escuchar un grito por parte de Kairi.

Tardé menos que la última vez en dejar de caer, y cuando lo hice mis pies agradecieron tocar algo solido en vez de quedarse suspendidos en la propia oscuridad. Miré a mi alrededor y no vi a nadie, parecía como si hubiese sido el único en caer momentos atrás. Entonces, miré hacia abajo.

Una especie de vidriera se encontraba a mis pies. En ella me encontraba a mi mismo dentro de un circulo bastante grande manteniendo una pose tranquila, relajada, como si durmiese incluso. Alrededor de aquel yo más grande había otros círculos de tamaños diferentes que variaban (según pensé) en la importancia y cariño que les tenía a aquellas personas. En los pequeños se encontraban algunos aprendices de Bastión Hueco como Diana, Andrei, Shinju, la Maestra Ariasu incluso aquella chica de Tierra Partida que había estado conmigo escasos momentos antes de caer… en los medianos se encontraba el Maestro Ryota, Yukiko, Saeko, Louise y Alice. Louise y Alice se encontraban en círculos casi pegados al mío, y al lado de Alice parecía haber otro círculo que no alcancé a ver bien…

¿Era aquella la vidriera que demostraba mi corazón? Había leído sobre ello en algunos libros que había tenido que estudiar, y todo parecía indicar que se trataba de una demostración de mi corazón y de aquellos que me importaban. Era algo similar a una demostración de los sentimientos de mi corazón y de aquellos que estaban unidos a él.

Me dispuse a acercarme más cuando me di cuenta de que había alguien delante de mí. Era aquel Kazuki que había visto antes, pero estaba vestido en una túnica esta vez. Al igual que las vidrieras tenía color, por lo que supuse que quizá habíamos salido de aquel extraño lugar.

Vuestras vidas han acabado, pero aún hay una forma de haceros volver.

Usad vuestras voluntades. Demostrad que debéis seguir viviendo.

Luchad contra lo que os ata a este mundo.

Vosotros mismos.


Pensé unos instantes en lo que Kazuki había dicho. ¿Acaso significaba que habíamos muerto todos en la lucha contra aquel espectro? De ser asi dentro de lo que cabía había tenido suerte. Tenía una segynda oportunidad para volver y desde luego que no iba a desecharla.

¿Tan solo tengo que combatir conmigo mismo? Genial no habrá problema.

Kazuki se limitó a desaparecer, sin dejar rastro, como un fantasma. Aunque aquello no fue del todo cierto, nada más irse apareció (o aparecí) yo mismo en su lugar.

Aquel yo me miró desafiante, con Llave Espada en mano y me apuntó con ella sin mostrar un ápice de sentimiento en su rostro. Acepté sonriente el desafío e invoqué mi arma mientras corría hacia él y el corría a su vez hacía mi.

El sonido metálico de ambos choques fue brutal, ambos habíamos atacado al otro con una contundencia y fuerza casi iguales.

¿Y si no logro encontrar a Louise?...

Mi otro yo me propinó una patada que pude esquivar en el último instante a duras penas ¿Qué había sido eso? Sin esperar a que me recompusiese empezó a intentar darme estocadas con la Llave Espada, cada choque metálico o cada ataque que aquel ser me lanzaba me producía un nuevo susurro en mi mente.

¿Y si en verdad no pertenezco a ningún lugar?...

Puñetazo derecho a mi cara. Labio partido.

¿Soy lo suficiente bueno como para pertenecer a Bastión Hueco?...

Sucesión de golpes más estocada. Daño en mi costilla izquierda.

¿Merezco ser portador de la Llave Espada?...

Rodillazo y derribo. Al borde del abismo.

¿Y si no logro encontrar a Alice tampoco?...

Intento de evasión, éxito a medias. Mi Llave Espada es arrojada a una distancia inalcanzable como consecuencia. La copia se prepara para arrojar al original al vacio. Nos miramos durante unos segundos.

¿Voy a morir intentando revivir? Que patético… ¿Por qué diablos eres tú más fuerte? ¡Somos la misma persona joder!

Te miro una vez más. Me miras sin expresión, como si tú no tuvieses culpa de mi debilidad o incluso como si te diese pena de mí.

¡NO TE COMPADEZCAS DE MÍ!—Intenté ponerme de pié, a duras penas lograba mantenerme.

Retrocedes algo asustado, como teniendo miedo de mí.

Eso es…—sonreí mientras escupía un poco de sangre.

Ahora lo entendía todo. Aquel yo eran mis miedos, todos aquellos susurros que había estado pensando durante el combate eran miedos que tenía en lo más hondo de mi y que por eso no me permitían avanzar. Aquel yo se alimentaba de ellos, por lo que si seguía así desaparecería y esta vez no tendría posibilidad alguna de volver. Respiré hondo y me volví a repetir aquellas palabras que me dije sobre a mismo semanas atrás y añadí algunas más que me parecieron convenientes:

Era Saito el Portador de una Llave Espada, nacido en otro mundo que no recordaba pero que no era Ciudad de Halloween. Era Saito el aprendiz de Bastión Hueco, a cargo del Maestro Ryota. Era Saito quien destaparía toda la verdad. Era Saito, el que no se iba a dejar dominar por la oscuridad ni por sus miedos. Era Saito, el cual buscaba a Louise y a Alice desesperadamente. Era Saito.

Al igual que en aquel entonces, noté como volvía a ser yo. Miré a aquella copia alimentada por mis miedos y sonreí, sonreí tan sádicamente como no lo había hecho en tiempo.

¿Sabes? Soy algo cabezota—me acerqué poco a poco tambaleante— Por eso no me gusta perder ante nada ni nadie si me lo propongo…

Me volvió a golpear de un puñetazo, lo encajé y volví a alzar la cara.

Es de mala educación interrumpir cuando te están hablando—le propiné un puñetazo inesperado a la cara.

Después de aquel puñetazo le volví a propinar otro y le propiné un cabezazo que le hizo retroceder.

Déjame decirte algo antes de continuar con esto. Si tengo pasar por completo la línea que separa la cordura de la locura para que no me importe arriesgar mi vida casi entera para superar mis miedos, que así sea.

Aquel yo había perdido sus fuerzas, lo notaba mientras que yo estaba recuperando las mías. Intentó clavarme la Llave Espada en el pecho, pero coloqué mi mano y cerré mi puño alrededor de la punta de la Llave Espada de aquel individuo antes de que me llegase a atravesar el cuerpo. La sangre de la mano nos salpicó a ambos hasta casi la altura de los labios. Sonreí.

Aquí acaba tu misión—saboreé mi propia sangre y cerré el puño con más fuerza alrededor de su Llave Espada sintiendo el dolor que aquello me provocaba mientras que con mi otra mano cogí parte de la figura alargada de la Llave Espada y empecé a moverla hacia abajo hasta arrancar por completo la Llave Espada de mi mano.

Sin pensármelo clavé la punta ensangrentada en el pecho de mi rival lo más hondo que pude. La saqué de golpe manchada ahora con la sangre de los dos y coloqué la mano que había parado aquel impacto suyo en el lugar donde yo le había provocado la herida.

Superaré mis miedos, de la misma forma que te he logrado superar a ti.

Miré aquellos ojos indiferentes y del mismo color que los míos y lancé una Flama Tenebrosa que alcanzó la herida de lleno, mientras que mi rival salió disparado hacia atrás y cayó, derrotado, sobre mi vidriera. Me dejé caer sobre mi vidriera ya que apenas podía mantenerme en pié del dolor y del agotamiento. Era una pose irónica ya que en cierta manera no se asemejaba a la de mi vidriera donde yo yacía tranquilo y calmado. Aquí estaba tumbado de cualquiera manera, con la sangre bombeándome a toda velocidad y con mi locura activa.

Todo aquello formaba parte de mí, tanto el lado calmado como el lado frenético. El lado cuerdo como el lado loco. Aquel era yo, no había duda alguna. Yo era Saito, y no descansaría hasta volver a la vida.

Spoiler: Mostrar
Una aclaración, la parte esta final de la batalla en la que Saito parece que hable en "presente" y de manera corta y quizá sin sentido, esta hecho a propósito. Digamos que estaba como "hipnotizado" (llamémosle asi xD) por los miedos que sufría y "bla bla bla"(?) en resumen que solo ha sido capaz de contestar de esa manera. Espero que no haya ningún problema con eso, un saludo ^^

PD: Edit por pequeño error de colores, un saludo
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
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