[Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Trama de Kousen, Jaden y Bavol

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

Moderadores: Suzume Mizuno, Astro, Sombra

Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor LightHelco » Mar Dic 17, 2013 8:59 pm

Kazuki se mantuvo apartado de aquella decisión, esperando que el aprendiz supiera tomar la respuesta correcta, al contrario que el pequeño camaleón que tenía muy claro que no iba a permitirle a Kousen volverse una de las cosas que menos le gustaban del mundo.

Bavol no dudó en encararse a la enorme, al menos a sus ojos, leona con tal de dejar claro que su compañero no iba a ser ningún Rey.

Maestro Kazuki, tiene que haber otra forma de hacer las cosas, cualquier otra manera, por favor…

El Maestro sintió entonces la mirada del pequeño reptil clavada en él, aunque intentase mirar hacia otro lado, los ojitos que había puesto intentando buscar una ayuda en él eran bastante superiores a las ganas de darse la vuelta.

Eh…no nos corresponde a nosotros eh…decidir, Bamol, sino que tendremos que atenernos a la eh…decisión de Kousen —fue la respuesta que el chiquillo recibió, por lo que todos los presentes volvieron a mirar hacia Kousen en espera de su respuesta final.

El joven felino necesitó un tiempo para meditarlo, ya que después de todo era una decisión que no podía tomarse a la ligera, aunque en la cabeza de Kousen la idea de vivir una vida salvaje no resultaba nada atractivas y finalmente halló la respuesta que él creía correcta:

De verdad que nos gustaría echarte una mano, Nala... pero lo de destronar a un rey son palabras mayores, y más si soy yo el que ocupa el trono. No estoy preparado para algo así, y aunque lo estuviera, las consecuencias podrían ser irreversibles.

Aquellas palabras entristecieron a la leona la cual agachó la cabeza decepcionada y algo avergonzada por haberle llegado a pedir a alguien algo así. Ladeando la cabeza, volvió a alzarla para mirar a Kousen con una sonrisa.

No importa, quizá fue algo estúpido por mi parte el pedirte algo así —admitió Nala moviendo una de sus patas delanteras —. Supongo que la desesperación por que esta situación acabé me está pudiendo más que el pensar con racionalidad.

Sin embargo, tampoco podemos dejar las cosas como están, y tiene que haber otro modo de ayudarte —continuó Kousen volviendo a despertar el interés de Nala en él —. Tiene que haber alguna manera en la cual podamos conversar con tu rey sobre el actual estado del reino, no podemos irnos así.

Kousen también posó su mirada sobre Kazuki, el cual estaba empezando a sentirse bastante mal con las constantes miradas de los dos aprendices en busca de su ayuda y sabiduría, la verdad es que estaba empezando a arrepentirse de haber ido allí.

Oh…se podría intentar acordar con él algún eh…trato a cambio de la información… —sugirió el Maestro no muy convencido.

¡Ja! ¿Hacer tratos con Scar? —se mofó Nala al escuchar al canido —. Solo os hablaría si fueseis su comida o le llevaseis alguna —no pudo disimular una discreta mirada hacia Bavol, el cual era el que tenía más aspecto de presa —. Si queréis puedo intentar ayudaros a hablar con él, pero lo más probable es que os mande a las hienas o haga como que no existís, él es lo mas importante en el mundo, el resto solo estamos ahí para servirle.

Nala comenzó a andar hacia el norte esperando a que los chicos la siguiesen.

Os llevaré hasta Roca del Rey, allí intentad ser discretos, sobre todo si tenéis melena.

Kazuki suspiró no sabiendo muy bien que pensar de aquella situación y haciéndoles un gesto a los dos aprendices siguió a la joven por el yerto campo. Andando, Nala se acordó de una pregunta que había ignorado de Kousen por lo que se acercó a él para contestarle:

Antes preguntaste sobre si había un heredero, ¿no? —empezó la felina con tono triste —. Lo había, pero el mismo día que el rey murió, este desapareció sin dejar rastro. Esperé su regreso los primeros años, pero al final deduje en que habría muerto en la estampida que mato a su padre.

Nala calló tras terminar su explicación y volviendo a adelantarse, siguió guiando al grupo por aquel desierto sin vida. Tras un tiempo andando, los cuatro finalmente alcanzaron a ver la enorme montaña que se levantaba en medio del antiguo valle. El cumulo de piedras se alzaba con orgullo frente a ellos, una de las rocas se separaba del resto creando una plataforma desde la cual se podría llegar a ver todo el valle perfectamente.

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La joven leona se giró hacia los tres caballeros señalando la montaña.

Ya hemos llegado a Roca del Rey ¿algún plan eficaz u os intentó presentar como la caza del día?

Y por su cara y tono, aquello no sonaba nada de nada a una broma.

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Siento mucho el no haber posteado en toda la semana, pero no solo me he pillado un resfriado que no me dejaba pensar con tranquilidad, sino que tambien he estado estresada con un trabajo que no podía hacer ni queriendo. Hasta que lleguen los examenes o me de un algo, puedo asegurar que otra semana así no va a repetirse.

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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Mié Dic 18, 2013 12:26 pm

La leona se disculpó por pedirnos el favor de destronar a su rey, pero al parecer las ideas que proponíamos le daban razón para no perder la esperanza.

Oh…se podría intentar acordar con él algún eh…trato a cambio de la información…—sugirió Kazuki, sin ponerle mucho esfuerzo por sonar convincente.

¡Ja! ¿Hacer tratos con Scar? —rió la leona, dándolo por imposible — Solo os hablaría si fueseis su comida o le llevaseis alguna.

>>color=#FFBF40]Si queréis puedo intentar ayudaros a hablar con él, pero lo más probable es que os mande a las hienas o haga como que no existís, él es lo mas importante en el mundo, el resto solo estamos ahí para servirle.[/color]

Pues menudo tirano se gastaban en aquellas tierras. Ganas no me faltaban de darle una patada en su real culo y sacarlo del trono que había usurpado, pero las leyes de Tierra de Partida estipulaban claramente que aquello era un imposible para nosotros, los portadores.
Nala comenzó a andar hacia el norte, esperando a que la siguiésemos.

Os llevaré hasta Roca del Rey, allí intentad ser discretos, sobre todo si tenéis melena.

Pude oír a Kazuki resoplar como si aquello no le convenciese, y nos hizo una señal para que le siguiésemos. Bajé la cabeza para que Bavol volviese a subir, y seguimos al maestro.

Antes preguntaste sobre si había un heredero, ¿no? —Nala se acercó a hablarme, con un tono melancólico. —Lo había, pero el mismo día que el rey murió, este desapareció sin dejar rastro. Esperé su regreso los primeros años, pero al final deduje en que habría muerto en la estampida que mato a su padre.

"Buen trabajo, Kousen. La pata hasta el fondo." Me dijo una vocecita interior llamada "conciencia". No solo había frustrado sus principales esperanzas, sino que además le había hecho recordar algo doloroso.

Nala nos guió a través de aquel valle de la muerte, atravesando la tierra cubierta de polvo hasta que pudimos ver un gran cúmulo de rocas que se alzaba sobre el terreno. Estaban colocadas por la naturaleza de tal forma que había una gran plataforma desde la cual se podría ver toda la sabana, en ángulo con un cuerpo principal que se elevaba en dirección al cielo.

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Increíble como podían existir tales cosas creadas por la acción de la naturaleza, cuando a menudo la mano del hombre no era capaz de semejantes proezas.

Una vez estábamos lo bastante cerca de la plataforma de roca, Nala volvió a girarse hacia nosotros:

Ya hemos llegado a Roca del Rey ¿algún plan eficaz u os intentó presentar como la caza del día?

Me gustaría haberme tomado aquello como una forma de quitarle hierro al asunto, pero Nala estaba seria como una estatua. Tragué saliva. Si entrábamos allí en tropel, el tal Scar desde luego no iba a poner de su parte en las negociaciones, por lo que había dicho nuestra amiga. No podíamos ir dando palos de ciego para nada, y convertirnos en pasto de hienas no parecía una buena forma de empezar el día. Tampoco parecía de Kazuki estuviese muy de acuerdo con el plan. ¿Quien habría dicho que habría tal diferencia entre las políticas de los maestros?
Había opciones... pero todas eran arriesgadas.

Bueno... hay un par de ideas, pero podrían fallar tanto como las negociaciones, que como dices seguramente serán inútiles.— sentencié. —Quizás la presencia de otro león le ponga nervioso y le inste a cambiar su aptitud al ver peligrar su posición en el trono o bien dejarlo. Aunque hay más probabilidades de que me mate ahí mismo para deshacerse del peligro...

Esa era la primera idea, pero al ser la más arriesgada, podría irse todo a pique. Aunque no era lo único que podíamos hacer.

Por otra parte...— Miré a Bavol, intentando no asustarle. —La habilidad de camuflarse de Bavol no ha funcionado con esas criaturas, pero los leones son otra cosa.

>> Podría intentar infiltrarse como espía mientras hablamos con Scar y recavar información, aunque es tanto o más arriesgado si no sabemos qué pasa dentro de la roca, y ayudarle en caso de un apuro sería imposible, a simple vista.

Nos la estábamos jugando. Si la primera opción fallaba, podíamos huir de allí y tratar de obtener más información por otros métodos, pues de momento ya sabíamos la razón principal del estado del mundo, que era por lo que habíamos venido aquí. Pero me preocupaba que Bavol entrase allí solo, ya le había puesto en peligro antes y casi nos cuesta un disgusto.

Aunque deberíamos dejar eso último para caso de emergencia.— miré a mi compañero —¿Te parece bien, Bavol? Podrías mantener tu camuflaje desde el principio, solo por si acaso.

Que el "rey" nos atacase sería el escenario más probable. En ese caso podríamos intentar una retirada hacia la sabana, no era probable que nos siguiese hasta allí, y podríamos defendernos si nos atacaban al salir de allí.
No dejaba de parecerme sorprendente la pasividad de Kazuki frente al tema. Me imaginaba a los maestros dándonos unas nociones principales para que actuásemos por nuestra cuenta sin que ellos estuviesen presentes, o bien guiándonos como solía hacer Ronin, en caso de venir con nosotros.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Jue Dic 19, 2013 7:30 pm

De verdad que nos gustaría echarte una mano, Nala... pero lo de destronar a un rey son palabras mayores, y más si soy yo el que ocupa el trono. No estoy preparado para algo así, y aunque lo estuviera, las consecuencias podrían ser irreversibles.

Bavol suspiró aliviado. No podría soportar la mera idea de que uno de sus compañeros se convirtiera en rey, sería como si un defensor de la luz se convirtiera en un Sincorazón. No obstante, Nala no parecía sentirse tan contenta con aquella respuesta como lo estaba Bavol.

No importa, quizá fue algo estúpido por mi parte el pedirte algo así. Supongo que la desesperación por que esta situación acabé me está pudiendo más que el pensar con racionalidad.

Sin embargo, tampoco podemos dejar las cosas como están, y tiene que haber otro modo de ayudarte

Exactamente, eso es lo que yo estaba diciendo.

. Tiene que haber alguna manera en la cual podamos conversar con tu rey sobre el actual estado del reino, no podemos irnos así.

Bavol negó con la cabeza. No, no era eso lo que él quería. Lo que quería era ayudar a los pobres habitantes de aquel mundo desolado sin tener que ver a ningún maldito rey. De nuevo, Bavol miró fijamente al maestro Kazuki esperando una respuesta que le satisficiera.

Oh…se podría intentar acordar con él algún eh…trato a cambio de la información…

¡Ja! ¿Hacer tratos con Scar? Solo os hablaría si fueseis su comida o le llevaseis alguna.

¿Por qué me miras así? No pienso ser el almuerzo de ningún animal y menos de un rey — afirmó Bavol con cierta indignación ante la mirada de Nala.

. Si queréis puedo intentar ayudaros a hablar con él, pero lo más probable es que os mande a las hienas o haga como que no existís, él es lo más importante en el mundo, el resto solo estamos ahí para servirle.

Lo que yo decía: basura. ¿Quién sería el estúpido que decidió repartir coronas?

Bavol tenía claro que todas esas historias de reyes bondadosos y sabios eran puras patrañas que se habían inventado unos cuantos para mantener sus privilegios. ¿Dónde estaban esos reyes? Por su propia experiencia se dedicaban a perseguir a los desgraciados y a arruinar a los reinos.

Os llevaré hasta Roca del Rey, allí intentad ser discretos, sobre todo si tenéis melena.

El maestro nos indicó que siguiésemos a la leona ¿Así que finalmente iban a tener que visitar a ese tal Scar? Bavol esbozó una mueca de asco, a la vez que inconscientemente su cuerpo cambiaba de color. Carraspeó un poco para pedirle a Kousen que le dejase montarse encima de él y éste bajó la cabeza amablemente para permitirle subirse.

Antes preguntaste sobre si había un heredero, ¿no? Lo había, pero el mismo día que el rey murió, este desapareció sin dejar rastro. Esperé su regreso los primeros años, pero al final deduje en que habría muerto en la estampida que mato a su padre.

¿Tristeza? ¿Era eso lo que impregnaba las palabras de Nala? ¿Y por qué? Quizás, los nobles podrían llegar a ser personas importantes de verdad para alguien… o a lo mejor simplemente aquella leona tendría algún tipo de interés egoísta en el príncipe.

Montado en el lomo de Kousen, contempló de nuevo el paisaje de aquel mundo. Todo estaba desolado, no había ningún atisbo de vida por ninguna vida. Parecía como si los Sincorazones se hubiesen hecho con el control sobre el mundo o quizás como si uno de ellos estuviese sentado en el trono… Nala se paró delante de la gran plataforma que se elevaba hacia el cielo que había visto en su llegada al mundo y a la que en un principio había pretendido ir.

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Ya hemos llegado a Roca del Rey ¿algún plan eficaz u os intentó presentar como la caza del día?

Bavol aceptó que finalmente no podría evitar más tiempo esta desagradable visita. Jamás había ido a ver a ningún noble personalmente, pero los gitanos les había hablado sobre ellos: avariciosos, corruptos, ambiciosos… Ese sería su punto débil y ellos podrían aprovecharse de él, al fin y al cabo, en este caso una pequeña mentira no hacía daño a nadie.

Bueno... hay un par de ideas, pero podrían fallar tanto como las negociaciones, que como dices seguramente serán inútiles.—comenzó diciendo Kousen, a lo mejor se le había ocurrido algo inesperado. —Quizás la presencia de otro león le ponga nervioso y le inste a cambiar su aptitud al ver peligrar su posición en el trono o bien dejarlo. Aunque hay más probabilidades de que me mate ahí mismo para deshacerse del peligro...

Quizás podríamos mirarlo desde otra perspectiva. ¿Qué es lo que interesa a todos los reyes? El poder. No es que me guste tener que ver a ese Scar y menos meternos en asuntos reales, pero podríamos presentar a Kousen como algún tipo de príncipe extranjero que quiere unir su reino con este, a lo mejor así nos ganaremos su atención.

Por otra parte... La habilidad de camuflarse de Bavol no ha funcionado con esas criaturas, pero los leones son otra cosa.

>> Podría intentar infiltrarse como espía mientras hablamos con Scar y recavar información, aunque es tanto o más arriesgado si no sabemos qué pasa dentro de la roca, y ayudarle en caso de un apuro sería imposible, a simple vista.

A Bavol no le hacía mucha gracia esa segunda idea. Cuando llegó a Tierras del Reino pensaba que con su Llave Espada sería capaz de enfrentarse a los Sincorazones sin problemas; sin embargo, debido a su nuevo tamaño su arma resultaba prácticamente inútil. Y los leones, pese al evidente miedo que había mostrado Nala huyendo de ellos, no parecían ser criaturas precisamente débiles con esas fuertes dentaduras y garras.

¿No has visto las narices que tienen estos “gatos”, Kousen? Pueden que sean capaces de detectarme por el olor y por lo que dice Nala tienen bastante hambre…

Aunque deberíamos dejar eso último para caso de emergencia. ¿Te parece bien, Bavol? Podrías mantener tu camuflaje desde el principio, solo por si acaso.

Vale, me esconderé desde el principio y me pegaré a tu lomo, pero déjame antes intentar disimular mi olor. — bajó de un salto de Kousen y un poco avergonzado dijo — Preferiría que no miraseis.

Comenzó a arrastrarse por el suelo, echándose por encima el polvo de la tierra, restregándose con cualquier tipo de roca, arbusto o pequeño tronco que encontraba cerca. Una escena un tanto patética que esperaba que sus acompañantes no se quedaran contemplando detenidamente. Tras procurar que su olor quedara tapado todo lo posible, le volvió a pedir a Kousen que le dejara subirse, se agarró todo lo que pudo a su lomo y cambió el color de su cuerpo para camuflarse totalmente.

Adular con promesas de poder y demás halagos al rey Scar, esa era su propuesta. Si sabía lo suficiente de reyes y nobles, eso tendría que bastar. Aunque nunca se podía saber qué sorpresa aguardaba este mundo.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor LightHelco » Sab Ene 04, 2014 4:47 pm

Bavol consiguió ocultar su olor tras frotar su cuerpo por media sabana, aunque antes de subirse a Kousen necesitó quitarse unos granos de tierra que se le habían quedado pegados en su lomo. Ya con todo lo listo y con las ideas claras sobre lo que iban a hacer, el grupo empezó a subir por una pequeña rampa de piedra hacia la Roca del Rey.

En su ascensión pudieron ver un gran número de leonas algo desnutridas, que los miraban como enemigos en un comienzo, pero tras ver que iban acompañados de Nala, todas empezaban a hablar entre ellas, algunas incluso le lanzaban miradas cariñosas a Kousen viéndolo posiblemente como un salvador. Pero junto a las leonas, varias hienas empezaron a salir de diferentes escondrijos acercándose al grupo con malicia.

Nala eh… ¿quizá tendríamos que haber eh…ido por otra puerta? —preguntó Kazuki empezando a ponerse algo nervioso por la cantidad de hienas que iban apareciendo.

La leona no contestó a la pregunta del canido siguiendo su camino hasta que este quedó totalmente bloqueado por hienas. Nala intentó abrirse hueco entre ellas y llamó a las leonas para que le ayudaran a apartar a las hienas, pero estas superaban en número a las leonas y no pudieron hacer nada, por lo que Nala se vio obligada a hacer uso de una de las sugerencias que había hecho Kousen:

¡Apartaos, sucias hienas! —rugió haciéndose oír en toda la montaña —. Estos son invitados especiales que necesitan hablar con Scar, no restos de huesos para que vosotras podáis roer.

¿Y con qué fin vienen a verme estos invitados para considerarlos especiales? —habló una voz desde las alturas.

Todos miraron hacia la cima de la montaña en donde se encontraba un león con rasgos muy parecidos a los de Kousen. De pelaje anaranjado y melena negra, el imponente león miraba hacia el grupo con unos enormes ojos amarillos y verdes que quizá consiguieran intimidarlos. Aunque lo más característico de aquel animal, era la cicatriz que atravesaba su ojo izquierdo y la cual le daba nombre y es que aquel león era el gran Scar, el rey de la sabana.

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El felino descendió con elegancia y prepotencia las rocas hasta llegar a donde se encontraba la multitud. Las hienas le dejaron pasar al instante para que pudiese encontrarse con el grupo y así hablar con ellos cara a cara.

Son unos viajeros llegados desde un reino vecino —empezó a contar Nala siguiendo la idea del aprendiz —. El león es el príncipe heredero de ese reino y busca ayudar al nuestro con presas y comida para que podamos sobrevivir.

Aquella idea pareció gustarle bastante a las hienas, ya que empezaron a hablar sobre posibles manjares recién preparados y listos para ser devorados sin necesidad de tener que buscar presas, al fin y al cabo, eran una panda de carroñeros.

Entiendo... ¿entonces el principito quiere ayudarnos a sobrevivir? —preguntó con voz burlona moviéndose alrededor del grupo —. Espero que no se me tome mal si pregunto cuál es la verdadera razón por la que deseáis ofrecernos recursos.

>>Porque siempre se busca algo —terminó acercando su hocico a Kousen y mostrándole todos los dientes en una maliciosa sonrisa.

Nala fue a adelantarse para hablar con Scar, pero Kazuki ya se había colocado al lado de su “príncipe” y estaba dispuesto a hablar él.

Así es, gran eh… —esperó a que alguien le recordase el nombre del león para continuar — Scar, eso. Es cierto que no hacemos esto para beneficiarnos de vuestra eh…manada.

>> Necesitamos ayuda con una especie invasora y pensamos que la gran manada de hienas del poderoso Scar sería eh… beneficiosa para poner la balanza a nuestro favor en la guerra que eh… tenemos en estos momentos.

Ver a Kazuki seguir una idea de esa manera resultaba bastante extraño conociendo las costumbres del Maestro, pero las palabras de este parecían estar convenciendo a Scar y eso era lo que importaba al fin y al cabo.

Y eso es eh…todo lo que podemos decirle —terminó Kazuki —. Mi señor podrá daros el eh… resto de detalles si aun no estáis del todo convencido de eh… nuestros actos.

>>Siento meterte en este lío Kousen, pero eh… creo que es mejor que hables tú ahora —se disculpó el Maestro hablándole solo al aprendiz y dando unos pasos hacia atrás.

Mientras los adultos discutían sobre temas de gran importancia, Bavol podría llegar a ver que las hienas habían dejado entre ellas espacio suficiente para que un animal de pequeño tamaño como él, pudiese pasar sin muchas dificultades, pero en ocasiones estas reían o pisoteaban el suelo, por lo que salir del circulo y buscar algún hueco donde ocultarse podría ser una tarea más difícil de lo que parecía.

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Se que los examenes estan a la vuelta de la esquina, asi que si veis la necesidad de atrasaros avisad y esperare hasta que podais postear.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Mar Ene 07, 2014 6:38 pm

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Los cuatros comenzaron a ascender por la Roca del Rey. Bavol, aún subido al lomo de Kousen y camuflado, fue capaz de observar a numerosas leonas que les miraban con recelo ¿Serían capaces de verle a él? Esperaba que no, sino su presencia allí era como poco inútil. El aspecto de aquellos animales era lamentable, era evidente que por aquellas tierras la ambición de aquel rey Scar lo había destrozado todo, que menos se podía esperar de un monarca.

Por aquí eres muy popular — susurró Bavol, al percatarse de las miradas que algunas de las leonas le dirigían a Kousen.

A medida que iban avanzando, otros animales distintos a los leones comenzaban a surgir de entre las rocas. Eran las hienas que antes había mencionado Nala, seguramente igual de hambrientas que las leonas, pero con un marcado toque de maldad y agresividad. Bavol se dio cuenta perfectamente de que no eran bien recibidos en aquel lugar y, pese a la fuerza de Kousen y el maestro Kazuki, no sobrevivirían a un ataque conjunto de todas aquellas bestias.

Nala eh… ¿quizá tendríamos que haber eh…ido por otra puerta?

¿No nos atacarán, verdad?

El silencio de Nala no le resultó muy tranquilizador, el camaleón deseó que aquellos animales no tuvieran los sentidos lo suficientemente desarrollados como para poder percatarse de su presencia. El grupo se tuvo que detener cuando las hienas se interpusieron en su camino bloqueando el paso. Los peores presentimientos de Bavol se estaban haciendo realidad, el cual inconscientemente se amarraba cada vez más fuerte a Kousen.

¡Apartaos, sucias hienas! Estos son invitados especiales que necesitan hablar con Scar, no restos de huesos para que vosotras podáis roer.

¿Y con qué fin vienen a verme estos invitados para considerarlos especiales? — preguntó una voz proveniente de la cima de la montaña.

Un león descendió desde la cima arrogantemente, un sombrío animal ante el que las hienas no dudaron en apartarse para permitirle que llegara hasta ellos. Bavol nunca había visto a ningún rey cara a cara y jamás pensó que la primera vez que lo haría éste sería un animal, pero su aspecto era tenebroso y arrogante, tal y como lo había imaginado. Tenían presente al malvado rey de aquellas tierras, al rey Scar.

Son unos viajeros llegados desde un reino vecino. El león es el príncipe heredero de ese reino y busca ayudar al nuestro con presas y comida para que podamos sobrevivir.

Finalmente, Nala había decidido utilizar la idea que había sugerido antes, la cual parecía estar provocando unos efectos favorables en el grupo de hienas; sin embargo, el rey no parecía tan convencido como ellas.

Entiendo... ¿entonces el principito quiere ayudarnos a sobrevivir? Espero que no se me tome mal si pregunto cuál es la verdadera razón por la que deseáis ofrecernos recursos.

>>Porque siempre se busca algo

Scar estaba delante de Kousen, sonriendo malévolamente mostrando su magnífica dentadura y con sus verdes ojos clavados en los recién llegados. Por un instante, Bavol sintió que el rey era capaz de verle pese al camuflaje, el camaleón contuvo la respiración intentado controlar el miedo. Fue en aquel instante, cuando lo tuvo tan cerca, en el que se percató de la cicatriz que atravesaba su ojo izquierdo. Aquel animal se volvía más siniestro por momentos.

Para sorpresa de todos, el maestro Kazuki se adelantó colocándose junto a ellos y con una insólita lucidez en él respondió a la pregunta:

Así es, gran eh…

Scar — musitó Bavol.

Scar, eso. Es cierto que no hacemos esto para beneficiarnos de vuestra eh…manada.

>> Necesitamos ayuda con una especie invasora y pensamos que la gran manada de hienas del poderoso Scar sería eh… beneficiosa para poner la balanza a nuestro favor en la guerra que eh… tenemos en estos momentos.

Parecía que las palabras Kazuki comenzaban a hacer efecto en el rey Scar, el maestro había sido muy astuto añadiendo aún más realismo al plan que antes había propuesto. Bavol se dio cuenta de que había infravalorado a Kazuki, puede que fuera un tanto somnoliento, pero nadie podría llegar a ser Maestro de la Llave Espada si no tenía cualidades para ellos.

Y eso es eh…todo lo que podemos decirle. Mi señor podrá daros el eh… resto de detalles si aun no estáis del todo convencido de eh… nuestros actos.

>>Siento meterte en este lío Kousen, pero eh… creo que es mejor que hables tú ahora — le susurró el maestro Kazuki y volvió a su sitio.

Ahora todo dependía de lo que dijese su compañero Kousen. El camaleón esperó que su compañero supiera improvisar adecuadamente, si no resultaba creíble, el plan se iría al traste. Bavol estaba convencido de que él podría decir las palabras adecuadas para camelar al malvado rey Scar; sin embargo, no podía intervenir en aquella conversación, ya que había entrado camuflado en la Roca del Rey y lo que realmente importaba ahora es lo que pudiera decir un rey león que ofrecía un trato a Scar. No podía luchar, no podía hablar, no podía hacer nada que les ayudara. Se sentía totalmente inútil en aquel lugar, no estaba cumpliendo su misión como portador de la Llave Espada.

Entonces, una idea surgió en su cabeza. ¿Y si hacía caso a lo que había sugerido Kousen e intentaba recabar información por sí mismo? El propio aprendiz ya había indicado lo arriesgado que era que Bavol se infiltrase, ya que puede que no pudiera ser rescatado en necesidad, pero ¿acaso era mejor estar quieto, dejándose llevar como si sólo fuera un muñeco? Tenía que demostrar que él también podía hacer algo útil.

Kousen, encárgate tú de convencer a este imbécil, yo voy a investigar un poco — le susurró Bavol a Kousen, no quería dar demasiadas explicaciones, no fuera a ser que Scar le escuchase —. Recuerda, tú dile lo que quiere oír cualquier rey.

Seguidamente, Bavol intentó bajar discretamente del lomo de Kousen escalando por una de las patas traseras de su compañero y cuando llegó al suelo volvió a mimetizarse con el color de la tierra. ¿A dónde podía ir? Quizás a la cima, de donde Scar había bajado, hubiese algo interesante; aunque primero tenía que conseguir salir de allí. Las hienas los rodeaban, pero con la llegada del rey habían dejado suficiente hueco cómo para que él pudiera colarse, era su día de suerte. Rápidamente se dirigió hacia las hienas y se detuvo frente a ellas. Estaba convencido de que no podía ni verle ni oírle y tampoco parecían animales muy inteligentes, de manera que esperaría a que estuviesen unos momentos quietas y sin tocar demasiado el pequeño hueco que habían dejado entre sí e intentaría pasar por ahí por lo más rápido posible.

Si lo conseguía, camuflado comenzaría a escalar velozmente las rocas gracias a sus nuevas habilidades. ¿Encontraría algo de utilidad en la cima?
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Vie Ene 24, 2014 8:28 am

Y así empezamos a ascender la llamada Roca del Rey, con los ojos de todas las leonas fijándose en mí. ¿Había sido buena idea transformarme en león o había cometido el error de mi vida?

Por aquí eres muy popular — susurró Bavol, desde mi lomo.

Alguna leona me lanzó una mirada cariñosa, provocándome un repelús interno que contuve como pude.

Pero por desgracia no todo el recibimiento no era solo cariñoso. De los rincones empezaron a surgir otros animales, pardos, con moteado y una sonrisa retorcida que iba con las risotadas que soltaban al moverse. Las hienas eran bastantes en número, y desde luego algunas estaban tan flacas que estoy seguro que nos veían como un manjar suculento.
Directos a la boca del lobo. Tú sí que sabes, Kousen.

Nala eh… ¿quizá tendríamos que haber eh…ido por otra puerta? — susurró Kazuki.

O por donde no hubiese hienas, al menos...

Nala guardó silencio, así que opté por hacer lo mismo. Con un silencio sepucral solo roto por alguna risa de hiena, seguimos avanzando hasta que las hienas nos cortaron el paso. Empezaba a temerme que íbamos a ser el plato principal.

¡Apartaos, sucias hienas! Estos son invitados especiales que necesitan hablar con Scar, no restos de huesos para que vosotras podáis roer.

¿Y con qué fin vienen a verme estos invitados para considerarlos especiales? — preguntó con sorna otra voz, claramente masculina.

Una melena surgió de entre todas aquellas leonas y hienas, moviéndose con un aire de dominio y cierta petulancia entre las hienas, que se apartaban a su paso. Un león de aspecto algo demacrado, rasgos afilados y ojos verdes con una cicatriz en uno de ellos se acercó hacia nosotros. Estábamos ante Scar, el rey.

Son unos viajeros llegados desde un reino vecino. El león es el príncipe heredero de ese reino y busca ayudar al nuestro con presas y comida para que podamos sobrevivir.— le respondió Nala, de acuerdo al plan.

Finalmente, Nala había decidido utilizar la idea que había sugerido antes, la cual parecía estar provocando unos efectos favorables en el grupo de hienas; sin embargo, el rey no parecía tan convencido como ellas.

Entiendo... ¿entonces el principito quiere ayudarnos a sobrevivir? Espero que no se me tome mal si pregunto cuál es la verdadera razón por la que deseáis ofrecernos recursos.

>>Porque siempre se busca algo

Las palabras del león estaban cargadas de ponzoña y malicia. Seguro que si se mordía la lengua, moriría envenenado, y quizás le hiciese un favor a aquella gente y a su mundo, a juzgar por su conducta.
Casi pegó su hocico a mí, mostrando sus dientes con una sonrisa malintencionada y haciéndome llegar parte de su apestoso aliento, mientras clavaba sus ojos en nosotros. Si intentaba amedrentarme, se equivocaba, y mucho.
En todo momento, mantuve el papel que me tocaba y mantuve una expresión de absoluta seriedad, inflando un poco el pecho y clavando mi mirada en la suya. No lo hacía en tono de desafío, pero mantendría la compostura y no dejaría que sus palabras me hiciesen arrepentirme de llegar hasta allí. No le conocía, pero estaba claro que el rey no era trigo limpio, y no empezaba cayéndome bien.

Nala estuvo a punto de intervenir para decir algo, pero Kazuki, sorprendentemente, se le adelantó.

Así es, gran eh… Scar, eso. Es cierto que no hacemos esto para beneficiarnos de vuestra eh…manada.

>> Necesitamos ayuda con una especie invasora y pensamos que la gran manada de hienas del poderoso Scar sería eh… beneficiosa para poner la balanza a nuestro favor en la guerra que eh… tenemos en estos momentos.

Darle coba, por supuesto que eso funcionaría. El ego del felino haría que no hiciese oídos sordos, especialmente cuando le dábamos promesas (vacías, por supuesto) de obtener carne fresca con la que calmar el hambre. Si no hubiese llegado a estar allí el maestro, no habría sabido por donde empezar sin iniciar un conflicto.

Y eso es eh…todo lo que podemos decirle. Mi señor podrá daros el eh… resto de detalles si aun no estáis del todo convencido de eh… nuestros actos.

O eso creía.

>>Siento meterte en este lío Kousen, pero eh… creo que es mejor que hables tú ahora — susurró el Maestro al pasar a mi lado.

Kousen, encárgate tú de convencer a este imbécil, yo voy a investigar un poco — me susurró mi compañero, bajando de mi lomo —. Recuerda, tú dile lo que quiere oír cualquier rey.

Tocaba volver a interpretar, aunque esta vez nos la jugábamos si metía la pata.

Precisamente lo que ha dicho mi acompañante, ni más ni menos.— me dirigí a Scar —Era precisamente cuando acudíamos, preocupados por esos invasores y por la situación de este reino cuando nos encontramos a vuestra súbdita.

Miré a Nala, manteniendo la calma y con gestos acordes todo el tiempo.

Ha sido tan amable de traernos hasta vos para intentar encontrar una solución que nos beneficie a ambos.— proseguí — Digamos que nosotros ponemos de nuestra parte y compartimos los recursos de nuestro reino para paliar la escasez aparente que encontramos aquí, pero a cambio necesitaríamos algo de... colaboración, por vuestra parte.

>>Si vuestra majestad lo considera oportuno, la oferta está en pie. Nuestras fuerzas han encontrado problemas para poner freno a esa especie molesta, pero tal vez si unimos fuerzas, podamos hacer algo al respecto.

Me sabía mal soltar tanta mentira cuando sabía que las leonas lo estaban escuchando todo y haciéndose falsas esperanzas, pero teníamos que poner toda la carne en el asador. En el mejor de los casos, contaríamos con una forma de detener el avance de los Sincorazón, y de paso, quizás se restauraría parcialmente el estado de ruina del mundo.Aunque si la causa era el rey...
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor EspeYuna » Sab Ene 25, 2014 11:01 pm

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El Rey de la Gran Roca mostró sus dientes, pero no para desatar su ira sobre la inesperada visita. Una sonrisa encorvó sus fauces y contestó con educación a la propuesta de Kazuki:

Claro, esa especie molesta, decís —el león alzó una de sus garras para rascarse la melena que le caía por el cuello, teatralmente pensativo—. Por favor, continuad.

Scar escuchó atentamente las palabras de Kousen, pinzando chinas de piedra de la Gran Roca Puntiaguda con sus afiladas garras mientras. Cuando mencionó a Nala, intercambió una mirada con ella, sin saber qué podría significar el acto de por sí.

Cuando Kousen hubo finalizado, siendo observado por las hienas con bastante interés por su propuesta de comida y agua, Scar dijo:

Entiendo por lo que pasáis, pues nosotros, dos clanes que se unieron en pos de una nueva era, estamos sufriendo pasando hambre debido al ataque de esas criaturas —explicó el líder, señalando su alrededor—. Pero usar a mis hienas convendría que vosotros nos dierais algo a cambio.

>> Y por lo que se ve, no traéis pruebas que verifiquen que podéis ayudarnos. No pienso hacer que mis queridas amigas se vayan a una misión suicida donde ninguna reciba ayuda, ¿entendéis, príncipe?

Durante la conversación, Bavol se había aventurado a investigar por su cuenta la cima de la Gran Roca. Tuvo mucho cuidado de camuflarse con el ambiente y pasar desapercibido, además de que esquivó milagrosamente la pisada de una hiena que no paraba de reír mientras otra le sacudía el hocico para que callara.

Sin embargo, cuando tuviera otra perspectiva de la Gran Roca, comprobaría que había dos seres escondidos entre las rocas: una especie de animal a cuatro patas, en el cual montaba un mono con máscara. ¿Era lo que podía decirse, un chamán?

La marca en su cabeza lo diría todo:

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Aquellos dos sincorazón —o cuatro, según se mirara— clavaron sus ojos a la nada. Pero claro que enfocaban a alguien: a Bavol. Su corazón no podía pasar inadvertido para ellos. Había logrado engañar a la manada de hienas y a Scar, pero aquello era otra cosa.

Pero permanecían quietos, por alguna razón. Observaban más abajo, donde Scar mantenía conversación con su compañero y el Maestro Kazuki. Agazapados, parecían estar dispuestos a, ¿¡saltar!?

¡Era una trampa!

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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Mar Ene 28, 2014 7:34 pm

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Afortunadamente, Bavol consiguió esquivar las pisadas de las hienas y consiguió pasar inadvertido entre ellas. Suspiró aliviado, podían haberlo pillado, pero, al menos, ahora estaba completamente seguro de que aquellos animales no podían verlo.

Tras echar un último vistazo para comprobar que Kousen estaba efectivamente cumpliendo con su parte, comenzó a escalar las rocas hacia la cima en busca de alguna pista que les ayudara en su misión. Siempre había tenido facilidad para escalar, al fin y al cabo estaba acostumbrado, aunque también era cierto que aquella nueva forma que poseía le había otorgado unas habilidades bastantes prácticas para tareas como aquellas.

Finalmente, logró alcanzar la cima de la Roca del Rey. Bavol se quedó totalmente impresionado por las vistas del lugar, jamás había estado en un sitio tan alto, con la excepción de cuando iba montado en el Glider. Sin embargo, desde allí pudo volver a contemplar el penoso estado en el que se encontraban aquellas tierras.

Reyes… — maldijo Bavol totalmente seguro de que Scar tenía que ver en el estado de aquel reino.

Entonces, mientras observaba la escena desde la cima, sus ojos detectaron a unas criaturas entre las rocas. Al principio, Bavol pensó que se trataba de más hienas, pero tras fijarse más detenidamente comprobó que se equivocaba. Su corazón comenzó a latir rápidamente alterado por el miedo. No eran animales… eran los sincorazones, concretamente estos tenían la misma forma que los que habían perseguido a Nala, solo que en esta ocasión iban montados encima de otros más grandes. ¡Y lo peor era que parecía que podían verlo!

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“No, ahora no, por favor. El maestro Kazuki y Kousen están demasiado lejos para ayu…”

Pero Bavol se dio cuenta de que, pese a que su camuflaje no funcionaba con los sincorazones, permanecían todavía quietos en sus escondites. Más bien parecían que estaban interesados en otros objetivos.

“¡Kazuki! ¡Kousen! ¡Van a por ellos! ¡Maldito Scar, sabía que los reyes no juegan limpio!”

Bavol no había conseguido derrotar nunca a un sincorazón y si no lo había conseguido con su aspecto habitual, ya había comprobado que con esta forma era aún más difícil. No podía salvarlos, seguía sin poder seguir salvando a nadie… pero no podía permitirse quedarse quieto sin hacer nada. Sin quererlo podía provocar que los mataran o que los demás animales lo pillaran a él, pero tenía que arriesgarse…

Rápidamente se dirigió hacia el borde de la Roca del Rey desde donde podía observar a sus compañeros rodeados por las hienas y el rey Scar. Con todo su cuerpo temblando, comenzó a gritar lo más fuerte que pudo hacia ellos:

¡SINCORAZÓN! ¡SINCORAZÓN!

No paró de gritar hasta que Kousen o el maestro se diesen cuenta de la presencia de sus enemigos. Una vez los avisase, tenía que huir como fuese o sería una víctima fácil, de manera que procurando camuflarse lo mejor posible con el ambiente comenzó el descenso de vuelta.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor EspeYuna » Jue Feb 06, 2014 3:09 pm

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¡SINCORAZÓN! ¡SINCORAZÓN!

En cuanto el pequeño camaleón dio la voz de alarma, las dos criaturas saltaron hacia la plataforma rocosa donde se hallaban los presentes, llevándose por delante a dos hienas que, en vez de enfrentarse a los sincorazón, se echaron a un lado riendo histéricamente. Aquella era la prueba que confirmaba que Scar, quien reía con un elegante ronroneo, estaba reinando con el poder de la oscuridad bajo su control.

Un arma de doble filo, pero que parecía llevar bastante bien... de momento.

Uno de los dos chamanes se bajó de la bestia para lanzarse contra Kousen, quien a cuatro patas intentó quitárselo de encima, pero no fue capaz cuando el chamán lo agarró y subió con él hasta lo alto de la roca del clan.

¡Kousen! —exclamó el Maestro Kazuki, quien, viendo al pequeño camaleón a punto de ser aplastado por la bestia que había quedado libre, corrió en su ayuda al retener al otro sincorazón con un poderoso hechizo— ¡Sube a mi lomo, eh, rápido!

Por otro lado, Nala se había lanzado a ayudar al pequeño león. El chamán estaba dispuesto a lanzar desde lo alto de la roca del clan a Kousen, pero ésta mordió una de sus piernas en un intento de salvarlo.

Sin embargo, Kousen no iba a tener la suerte de caer sobre la plataforma rocosa, pues sus diminutas garras no lograron engancharse a la piedra y comenzó a caer. Scar, cerca de su posición y justo detrás de Nala, esbozó una tétrica sonrisa y dijo, acompañado de las risas de sus súbditas:

Larga vida al Rey.

¡Aero++!

Una poderosa bocanada de viento rodeó el cuerpo del pequeño felino y lo depositó con suavidad en el suelo. Nala, aprovechando aquella magia extraña, huyó de las hienas que la rodearon en la punta de la gran roca al saltar y dejando que el viento la ayudará a bajar como una pluma a la sabana.

Los cuatro, con Nala al frente, comenzaron a huir hacia donde ésta les guiaba.

¡Rápido! ¡Ah!

Sin embargo, no iba a ser tan fácil escapar del reinado de Scar. A mitad de la huida de emergencia, les rodearon cinco de aquellas bestias. Y Nala sabía que podían aparecer más de una docena si no se daban prisa en salir de allí.

Tenemos que, eh, abrir una ruta de escape —dijo Kazuki, confiando en que pudiera regresar sano y salvo con sus aprendices—. Intentad pasar entre ellos, ¡vamos!

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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Mar Feb 11, 2014 8:01 pm

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Los sincorazón se abalanzaron contra las hienas que reían sin alarmarse por la presencia de aquellas criaturas. Tal y como había imaginado, el rey Scar era el responsable de los sincorazón. Bavol fulminó con la mirada al malvado león, si acababa con esa repugnante criatura no sólo le haría un favor a Tierra de Partida, sino también a aquellos pobres criaturas. Pero no podrían librar ningún combate justo en aquel momento, lo que tenía que hacer era huir de aquel lugar lo antes posible.

Desafortunadamente, como ya sabía, su camuflaje no funcionaba con los sincorazón y una de aquellas bestias se lanzó directa hacia Bavol. El camaleón, paralizado por el miedo, cerró los ojos a la espera del inminente y doloroso ataque.

¡Sube a mi lomo, eh, rápido! —exclamó una voz, Bavol volvió a abrir los ojos y contempló delante de él a un lobo que reconocería enseguida.

¡Maestro Kazuki! —se sorprendió Bavol, para su suerte Kazuki le había vuelto a salvar librándose de alguna forma de ese sincorazón.

Bavol se subió rápidamente al lomo del Maestro y éste comenzó la huida de la zona. Desde su posición, Bavol pudo contemplar cómo Kousen caía desde lo alto de la Roca del Rey. El camaleón, al ver a su compañero precipitarse hacia una muerte segura, señaló al león y gritó a Kazuki:

¡Kousen va a morir!

¡Aero++!

Los recursos del Maestro Kazuki parecían que no se agotaban. Invocando algún tipo de magia todopoderosa, el viento envolvió protegió el cuerpo de Kousen durante la caída salvándole del golpe mortal, momento tras el que Nala saltó de la Roca del Rey aprovechando el hechizo que habían empleado. Bavol soltó un suspiro aliviado mientras los dos leones se incorporaban a la huida.

¡Rápido! ¡Ah!

No obstante, aún era demasiado pronto para relajarse, todavía no habían conseguido escapar de aquel lugar. Nuevos enemigos aparecieron rodeándoles para intentar truncar su huida. Bavol miró a Kazuki a la espera de lo que pudiera hacer para salvarles de este nuevo imprevisto.

Tenemos que, eh, abrir una ruta de escape. Intentad pasar entre ellos, ¡vamos!

Si el poderoso Maestro pensaba que aquella era la mejor solución, no podía estar equivocada, o al menos eso esperaba. Sin embargo, él era el más débil de los cuatro animales, no sólo su tamaño era inferior, sino que además su Llave Espada también había sido reducida y desconocía poderosos conjuros como Kazuki. Tendría que dejar el combate a sus compañeros y centrarse en huir, muerto no serviría a nadie.

Bavol saltó del lomo de Kazuki y se dirigió hacia algún hueco entre aquellas bestias. Cuando estuviera cerca de alguno de los enemigos, caminaría entre sus piernas rápidamente y con movimientos cambiantes para confundirles. En caso de que alguno le agarrara, ejecutaría un rápido lengüetazo sobre su cara e incluso emplearía su Llave Espada por muy pequeña que fuera para librarse del agarre. Pese a todo, intentaría no combatir y conseguir escapar lo antes posible.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Sab Feb 15, 2014 9:39 pm

[quote="EspeYuna"]
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¡SINCORAZÓN! ¡SINCORAZÓN!— Escuché a Bavol gritar de repente, desde las alturas de las rocas.

Apenas tuve tiempo de reaccionar. Su voz me alarmó, igual que a las leonas de alrededor, pero Scar y las hienas estaban completamente tranquilos.

<<Maldito bastardo, ¡Era una trampa desde el principio!>>

No tuve tiempo ni de invocar mi llave espada cuando dos enormes bestias saltaron desde las rocas a la plataforma, haciéndola temblar con su peso y causando que perdiese un poco el equilibrio. Los dos mastodontes Sincorazón avanzaron, llevándose a las hienas por delante mientras Scar reía complacido. Aquel tipo apestaba a oscuridad, podía sentir aquel hedor nauseabundo perfectamente.

De encima de uno de aquellos monstruos bajó un chamán igual al que había eliminado antes, que me agarró con fuerza. Hice todo lo posible por focejear para quitarme a aquel mono de encima, pero empezó a arrastrarme hasta lo alto de la formación rocosa.

¡Suéltame, asqueroso!— grité, mordiendo con fuerza la pata que le sujetaba.

Sin embargo, la criatura enmascarada siguió su ascenso, impasible. Podía ver como rápidamente iba incrementando la altura y el viento me golpeaba en la cara, cegándome con mi propia mata de pelo.

¡Kousen! —escuché gritar a Kazuki, a duras penas.

El caos no acabó allí, sino que el Sincorazón llegó a la parte más alta de la roca, alzándome y dispuesto a lanzarme al vacío. La visión de la altura a la que estaba casi me marea, pues no tenía oportunidad alguna de salir con vida de semejante caída.
Por suerte, en ese momento Nala intervino, mordiendo la pata del monstruo y haciendo que me soltase. Para mi desgracia, mis nuevas garras resbalaron por la piedra, precipitándome por la Roca del Clan. En mi caída, pude oír la risa de Scar retumbando por todos los rincones de la zona, al que vi sonreír de forma siniestra justo detrás de Nala.

Larga vida al Rey.— sentenció

"Vida", justo lo que iba a perder si no hacía algo. Incapaz de rendirme simplemente ante la idea de la muerte, mis patas se movía incesantemente para buscar algo a lo que agarrarme. A punto había estado de matarme en una caída similar y me había salvado de milagro, pero eso no eliminaba la tensión a la que estaba sometimo.
En mi cabeza, sabía perfectamente que no pensaba ni de lejos darme por vencido, me aferré a la vida con toda mi fuerza, pero la chispa del pánico me hacía segregar adrenalina a raudales.

<<¡No, no, no! ¡Haz algo, idiota!>>

Mi mirada seguía clavada en Scar. A pesar de mi expresión de miedo inicial, ahora le fulminaba con mis ojos ámbar. No iba a dejar que aquel cerdo de matase de aquella manera, iba a volver para patear su culo y echarlo del trono.
¿Pero cómo?

¡Aero++!— escuché a la voz de mi salvación.

El elemento del viento tomó vida propia, rodeándome y salvándome de la muerte segura, permitiéndome aterrizar con suavidad en el suelo. Mis piernas aún temblaban del susto cuando Nala bajó también de las alturas, siguiendo la corriente hasta la sabana.

¡G-Gracias!

Recuperando la compostura, comenzamos a correr tras Nala hacia donde esta nos llevaba. En el territorio del enemigo no teníamos ninguna posibilidad de mantenernos a salvo.

¡Rápido! ¡Ah!

Pero el camino de escape estaba siendo bloqueado, pues más de aquellos Sincorazón aparecieron para hacernos un cerco. ¡Cinco de ellos!

Tenemos que, eh, abrir una ruta de escape —indicó nuestro Maestro—. Intentad pasar entre ellos, ¡vamos!

¡A la orden!

Esta vez si que pude invocar de nuevo mi Llave Espada, cargando para pasar entre sus defensas, golpeando rápidamente con mi arma cualquier brazo o pata que se interpusiese para detenerme. Si encontraba demasiada resistencia, usaría rápidamente un hechizo Ráfaga para levantar el polvo del suelo muerto y confundir a los enemigos, aunque el golpe de viento también les golpearía.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor EspeYuna » Mar Feb 18, 2014 11:27 am

El pequeño pero valiente Bavol se aventuró entre las patas de los sincorazón que tenía frente a él para distraerlos de los posibles ataques de Kousen, Kazuki y Nala. El camaleón podría haber sido aplastado por aquellas enormes patas, si no fuera por su astucia y su pegajosa lengua.

Aunque claro, hubo que hacer sacrificios. El pobre se quedó pegado al ojo de uno de ellos, y comenzó a volar mientras el enorme monstruo se lo intentaba quitar, zarandeando la cabeza de un lado a otro. Por otro lado, Kousen atacó con su espada, pero fue la Ráfaga lo que realmente consiguió cegar a los sincorazón y, con ayuda de Nala y Kazuki, abrirse un hueco para escapar. La leona se llevó a la boca al pequeño Bavol y huyeron con sus cuatro patas, siguiendo a la joven que les había conducido hasta allí.

*****


Siento mucho lo que ha sucedido.

Nala se disculpaba con sus nuevos amigos cuando decidieron descansar tras correr un buen rato, una vez estuvieron seguros de que habían despistado a los siervos de Scar. Bajo la sombra de un árbol, contemplando en la lejanía un cementerio de huesos, Kazuki vigilaba con su Llave-Espada, dejando que sus pupilos descansaran.

Pero ya habéis visto la tiranía de nuestro Rey —dijo entonces, con ojos furiosos—. No, ni siquiera debería llamarlo así. Ensucia el nombre de todo soberano. Si hubieseis conocido a Mufasa...

>> Si tan solo... Simba siguiera con vida.

La leona se tumbó bajo la sombra y cerró los ojos, entristecida por recordar a aquel tal Simba.

Kazuki se acercó entonces y observó detenidamente los rasguños de sus aprendices. Al ver una pata lastimada de Kousen, se acercó peligrosamente al león y, para sorpresa de éste, le pegó un lengüetazo a la extremidad, buscando sólo comportarse como un lobo normal y corriente.

Puede que Kousen decidiera poner una orden de alejamiento al Maestro tras eso, pero no podía negar que aquello le había aliviado el dolor.

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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Vie Feb 21, 2014 9:37 pm

La huida resultó más desagradable de lo que esperaba… y sobre todo un poco asquerosa para el pobre camaleón.

En primer lugar, mientras se encontraba entre las patas de unos de los sincorazón, disparó su lengua contra la cabeza de uno de ellos esperando poder despistarlo. Sin embargo, lo que consiguió fue acabar pegado irremediablemente a uno de los ojos de la criatura, que trataba de librarse de él moviendo la cabeza de un lado a otro. Lo peor de todo es que Bavol no podía despegarse y que con cada golpe de cabeza salía despegado a un lado distinto.

¡Soco’o! —gritó cómo pudo teniendo la lengua aún pegada al ojo del sincorazón.

Si no le ayudaban pronto, el joven Aprendiz acabaría vomitando encima de la criatura fatigado por tanto movimiento. La suerte no le estaba acompañando durante esta misión.

Pero la cosa no había terminado allí. De pronto, sintió como un extraño viento sopló contra los sincorazón y, por tanto, contra él, que salió de nuevo volando hacia un lado. Cuando creía que acabaría siendo arrastrado por el viento sin remedio y llevado a algún lugar lejano de la sábana, Nala se acercó corriendo hacia él y se lo llevó a la boca despegándole de la criatura a la que estaba pegada.

¡No me tragues, por favor! —le rogó Bavol a Nala, no fueran a tener un accidente después de haber conseguido librarse de sus enemigos.

Ahora que habían conseguido distraer a sus enemigos y estaban todos juntos de nuevos, escaparon finalmente de la Roca del Rey. No habían conseguido salvar a aquellas pobres leonas, ni vencer al malvado rey Scar, ni siquiera derrotar al rey Scar. Durante el resto de la huida, Bavol se quedó pensando en lo mal que estaba saliendo la misión… y quizás la culpa era suya por no haber sabido cómo actuar.

*****


Siento mucho lo que ha sucedido.

Os dije que no era bueno acercarse a los reyes… —gruñó Bavol.

Bavol se quitaba cómo podías las babas de Nala después del viajecito que había hecho en su boca. Había sido apaleado por los sincorazón, se había arrastrado por toda la tierra para ocultar su olor, le habían vuelto casi a matar y para rematar el día había sido babeado por un gato gigantes tras haberse quedado pegado al ojo de un sincorazón. Aquella había sido su primera misión como Caballero de la Llave Espada y había querido demostrar lo que valía; sin embargo, había sido un constante estorbo todo el rato.

Bavol se sentó en el suelo malhumorado y comenzó a hacer rayas en la tierra intentando controlar su enfado y frustración.

Pero ya habéis visto la tiranía de nuestro Rey. No, ni siquiera debería llamarlo así. Ensucia el nombre de todo soberano. Si hubieseis conocido a Mufasa...

>> Si tan solo... Simba siguiera con vida.

Por favor, deja de decir tonterías. —sentenció Bavol, pese a la tristeza que había en las palabras de Nala—. Los reyes son malos. Scar es malo, el rey que estaba antes también sería malo y el Simba ese del que hablas si hubiese sido rey también habría sido malo. La culpa de que esos demonios estén aquí es de tu rey.

Sabía que no debía ser un buen momento para la leona, pero tampoco lo estaba siendo para él y no estaba de humor para oír más estupideces sobre los reyes. Las opiniones de ambos ya habían quedado más que claras, no discutiría más con Nala sobre ese tema, de manera que ignoraría cualquier comentario que le Nala hiciera de ese tipo.

Seguidamente, dirigió su mirada hacia Kousen. Parecía que había sido herido en algún momento del combate o de la huida posterior. Bavol se sintió un poco culpable por las heridas de su compañero, no le había ayudado lo suficiente.

Escucha, Kousen. Creo que has sido muy valiente… ¡y muy fuerte! Ojalá algún día yo pueda ser como tú —bajó la cabeza antes de decir—. Siento no haberte ayudado… siento no haber sido un buen Aprendiz.

Tras escuchar lo que tuviese que decirle Kousen y después de tranquilizarse un poco, Bavol elevó la vista y contempló el lamentable paisaje de la Roca del Rey que se veía desde allí. Todo estaba tan muerto, no podía abandonar a las leonas, no podían dejar así las cosas…

Bueno, Ka… digo…señor…eh…Maestro…¡Maestro señor! —exclamó el camaleón dirigiéndose a Kazuki—. Ya sabemos quién es el que ha traído a los sincorazón. ¿Cómo nos vamos a librar de ese apestoso Scar?

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¿Ya se acabó? Bueno, me ha gustado. Agradecimientos a Espe y a Helco por llevar la Trama.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Mar Feb 25, 2014 1:02 pm

Casi me da un infarto cuando vi a Bavol escurrirse entre las patas de aquellos mastodontes. Mientras intentaba golpearlos (de forma inútil) con mi arma, el pequeño se las arregló para engancharse con su lengua y ponerse a salvo, a pesar del zarandeo que sufrió.

Por suerte, la ráfaga de viento que convoqué fue lo suficiente para cegar a los Sincorazón, aunque en mi torpeza también lanzó al pobre Bavol por los aires. Por suerte, Nala reaccionó a tiempo y lo agarró con sus fauces para salir de allí a toda pastilla. El alivio al verlo a salvo fue enorme, aunque el susto no se lo quitaba nadie.
Sin esperar a que nuestros atacantes se recuperasen, seguimos a Nala, corriendo hasta un lugar seguro.

*****


Siento mucho lo que ha sucedido.— se disculpó Nala.

Os dije que no era bueno acercarse a los reyes… —gruñó Bavol.

Recuperábamos el aliento bajo un árbol que por suerte nos proporcionaba una sombra bastante refrescante. Mientras tanto, Kazuki vigilaba con su llave espada preparada.

No te disculpes, Nala. —respondí.— No es culpa tuya que ese canalla esté podrido hasta la médula.

Trataba de ser comprensivo con ella. Cualquiera atrapado en aquel infierno, con Scar como rey y viendo como su mundo iba muriendo lentamente... Hasta yo buscaría cualquier ayuda posible.
El enfado de Bavol, por otra parte, era aparente. El camaleón se había sentado cerca de mí, haciendo círculos en el suelo para desahogarse o distraerse. No le culpaba, ya que parecía tener un rencor bastante fuerte contra los reyes.

Pero ya habéis visto la tiranía de nuestro Rey —prosiguió Nala —. No, ni siquiera debería llamarlo así. Ensucia el nombre de todo soberano. Si hubieseis conocido a Mufasa...

>> Si tan solo... Simba siguiera con vida.

La pobre se tumbó, claramente entristecida por recordar aquel nombre, que parecía ser el del príncipe heredero. Parecía que se habían conocido bastante bien en el pasado. ¿Habrían sido amigos?

Por favor, deja de decir tonterías. —espetó Bavol, de repente.—Los reyes son malos. Scar es malo, el rey que estaba antes también sería malo y el Simba ese del que hablas si hubiese sido rey también habría sido malo. La culpa de que esos demonios estén aquí es de tu rey.

>> Escucha, Kousen. Creo que has sido muy valiente… ¡y muy fuerte! Ojalá algún día yo pueda ser como tú —bajó la cabeza, musitando—. Siento no haberte ayudado… siento no haber sido un buen Aprendiz.

Oye, oye, no te preocupes por eso.— le respondí, tratando de animarle— Comprendo que estés enfadado y molesto después de todo lo que ha pasado, pero por supuesto que nos has ayudado. Si no nos hubieses avisado, ahora seríamos comida de Sincorazón... o de hienas.

>>Y comprendo que hayas tenido mala experiencia con reyes, pero generalizar no nos lleva a ninguna parte.— expliqué.— Hay mucha gente distinta a pesar de su condición, sean pobres, clase media o monarcas. Nuestro nacimiento no dicta quienes somos ni nuestra forma de actuar.

Se me hacía raro hablarle así a Bavol. De alguna forma, empezaba a sentirme como mi madre cuando me regañaba, aunque no era mi intención echarle la bronca, sino ayudarle a comprender. Hasta me hacía un poco de gracia, parecía un hermano mayor.

Así que por favor, no te enfades conmigo y piensa un poco en ello la próxima vez que suceda algo similar.— sonreí — Sé que al principio puede costarte, pero con el tiempo, seguramente entenderás lo que quiero decirte.

>>¿Y qué es eso de que has sido mal aprendiz? ¡Has estado mucho mejor que yo en mis primeras misiones!— reí —Con el tiempo te volverás incluso más fuerte, ya verás.

Le posé una pata encima con cuidado y le acaricié la cabeza, como si fuera a alborotarle el pelo (si lo tuviese en esa forma, claro).

Cuento contigo para la próxima, ¿eh?

Kazuki se acercó entonces nos hechó un vistazo en busca de heridas. Al ver una herida en mi pata, se me acercó de repente y me lamió la pata, como si de un cánido normal se tratase. Mi cara tuvo que ser de órdago.
Ante la inesperada acción, me puse rojo como un tomate y aparté la pata a los pocos segundos, afirmando que estaba bien y que no se preocupase.

Eso sí, desde luego la herida no me dolía tanto.

Bueno, Ka… digo…señor…eh…Maestro…¡Maestro señor! —Le llamço Bavol—. Ya sabemos quién es el que ha traído a los sincorazón. ¿Cómo nos vamos a librar de ese apestoso Scar?

Ni idea de que íbamos a hacer. Intervenir en otros mundos era algo prohibido para la orden, pero era muy distinto si aquel tipo era el que estaba moviendo a los Sincorazón dentro del mundo, causando el desastre. ¿Cómo habría conseguido semejante poder?

Hombre, no creo que podamos dejarlo tal cual. Después de todo, es culpa suya que los Sincorazón ronden por aquí como Pedro por su casa.

>>¡Ah! Nala, ¿Qué vas a hacer ahora? No creo que Scar te deje volver de rositas después de ayudarnos a escapar...

Me preocupaba la situación de nuestra amiga. Sin un sitio a donde volver, se enfrentaba a un castigo más que severo o a morir de inanición en aquella sabana muerta. ¿Es que no podíamos ayudarla?
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor EspeYuna » Mié Feb 26, 2014 11:47 am

Bavol se acercó a Kazuki y le preguntó sobre qué harían con el caso del reinado de Scar. Sin embargo, buscando como respuesta derrocarlo, el Maestro negó con la cabeza:

Como sabes, eh, Bavol —comenzó a decir, aún vigilando los alrededores—, nosotros no podemos entrometernos en asuntos que no nos, eh, conciernen. Ahora que sabemos que el rey usa a los sincorazón... tenemos que vigilar sus movimientos. Pero eso no significa que debamos arrebatarle su trono.

>> ¿Entiendes?

Posó su enorme pata sobre la pequeña cabecita del camaleón, sonriendo levemente con sus fauces de lobo.

No todos los reyes son así, eh. Te puedo asegurar de uno que jamás haría algo como lo que ha hecho Scar con estas tierras.

>> Ojalá pueda presentártelo... algún día.

Por otra parte, Kousen escuchó la respuesta de Kazuki y se acercó a Nala para preguntarle qué iba a hacer ahora tras delatarse como una traidora del soberano. La joven leona le dedicó una sonrisa:

Las leonas nos encargamos de la caza, ¿no es así en tu manada? —preguntó, algo extrañada incluso— Gracias, Kousen. Estaré bien, puedo seguir buscando ayuda más allá de las Tierras del Reino.

>> Quién sabe lo que pueda encontrar.

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¡Fin de la trama!



En primer lugar, siento que se haya retrasado tanto la trama y que al final acabe siendo tan corta para lo que ha durado. Lo que espero es que os hayáis divertido, ante todo. ^^

Procedo a puntuar y dar mi opinión:

Tanto uno como otro habéis demostrado una buena participación e interacción con vuestros personajes. Bavol, sobretodo, con su profundo odio a los reyes ha jugado un papel importante. Y Kousen, por otro lado, pudiendo proclamarse el heredero del Reino -me has matado con sus escalofríos ante la mirada de las leonas *cejas* xD-, me ha gustado bastante su papel y, repitiéndome, habéis conseguido que ambos personajes tengan un rol importante dentro de la historia. Yo os recomendaría que, si en el futuro existe continuación, os apuntéis. Pero bueno, eso ya es decisión de cada uno ;3

Y bueno, ambos habéis tenido algún que otro fallo gramatical, pero de ortografía muy pocos. Habéis cuidado bastante vuestros post y se nota el esfuerzo y las ganas con la que lo empezasteis. ¡Me alegro que no haya decaído su calidad al final de la misma!

- Kousen, 56 PX. ¡Sube al nivel 11! 20 PX para nivel 12.
- Bavol, 54 PX. ¡Sube al nivel 6! 8 PX para nivel 7.

¡Con esto dicho, cierro trama! ¡Hasta la próxima! ;3
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