[Agrabah] Arenas Traicioneras

Saeko, Kai Sheng, Neru y Saito+Hikaru

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

Moderadores: Suzume Mizuno, Astro, Sombra

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor James Bond » Jue May 15, 2014 8:35 pm

Todo parecía ir sobre ruedas, cuando de pronto, los elefantes volvieron a dar problemas... otra vez. ¿Acaso alguien le había echado una maldición a esos animales? Vaya un día que llevábamos.

¿Qué está pasando?— Preguntó Aladdín cuando se acercó a nuestra posición.
Pues parece que por algún motivo, se han puesto histéricos otra vez, y esta vez no hay demonios negros.— Le respondí.
No hay forma de que puedan detenerles— comentó.

Me puse a pensar. La anterior vez logramos calmarlos arreglando el estropicio que habían causado y dándoles de comer, pero en esta ocasión no teníamos comida. Había que hacer algo, y rápido. Pero entonces, un pájaro rojo robó la lámpara que llevaba Aladdín, y ascendió muy alto. Tanto que normalmente no podría ser alcanzado.

Vi como Neru decidió de seguir al joven de piel morena y aproveché aquel momento para invocar unas alas luminosas en mi espalda, y alcé el vuelo, con la esperanza de arrebatarle al pájaro la lámpara. Si lograba llegar a su altura, trataría de darle un espadazo con mi espada, y me prepararía para coger la lámpara en el caso de la soltara para proteger su vida.

Spoiler: Mostrar
Hikaru decide de arrebatarle la lámpara a Iago. Usa Alas del Solsticio para llegar hasta el y acto seguido darle un espadazo con la idea de obligarle a soltar la lámpara. EDIT: Se me olvidó poner los códigos de colores
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
James Bond
28. Samurai
28. Samurai
AnimeDesign
 
Mensajes: 826
Registrado: Mié Dic 05, 2007 6:00 pm
Dinero: 200,000.00
Banco: 15,728.25
Sexo: Masculino
Clan: AnimeDesign
Estantería de objetos
Karma: 4

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor H.S Sora » Jue May 15, 2014 11:00 pm

Me quedé en mi escondite, esperando a que Saeko cumpliese con su parte del plan, tan solo podía esperar a que todo saliese según lo planeado y aquel animal lograse armar el escándolo suficiente como para que alguno de los dos pudiese cogerle la lámpara al tal Aladdín en un descuido.

¿Q-Que estás haciendo?

Saeko pareció quedarse immóvil cuando el animal se giró para ver con mayor tranquilidad a su agresora. El animal no perdió el tiempo y atacó con su trompa a mi compañera,

¡Ag!

Saeko aterrizó con brusquedad en el suelo, se había intentado proteger pero era obvio que aun así aquel golpe le había dolido lo suyo. El elefante iba dando pisotones que ella intentaba esquivar como podía, pues el peso de aquel animal sobre ella podía perfectamente hacerla rebentar dependiendo de donde pisase.

Tenía que salir a ayudarla, distraer al animal aunque fuese un instante, para que esta pudiese reincorporarse y huir... Pero todo el caos que no se había desatado hasta entonces, ocurrió en aquel instante.

¡¿Qué demonios?!

Los otros dos animales, lejos de quedarse quietos y calmados, empezaron a enloquecer de la misma manera que lo había hecho el primero, y un barullo de pisotadas empezó a resonar por todo aquello.

¡¡Ah!! —Saeko estaba en graves apuros, aquello no era un juego. Tenía que ayudarla, aunque fuese a costa de salir de mi escondite, no permitiría que le pasase algo, auque fuese a riesgo de volver a fastidiar la misión.

Me disponía a mostrarme, cuando algo me detuvo.

¿Qué está pasando?—El supuesto nuevo Príncipe había hecho acto de aparición, se había separado de Yasmín y se había acercado a los dos camaradas que le acompañaban.

¿Ahora que hago?...

No podía dejar a Saeko ahí, pero tampoco podía salir ahora que el portador de la lámpara había entrado en escena. Por si fuera poco, algunos guardias habian salido del interior del palacio con lo que parecían ser cuerdas; seguramente para atar a los frenéticos animales.

No hay forma de que puedan detenerles

Gracias por decir lo evidente...

Acto seguido suspiré, trataría de atacar a los animales desde la distáncia con algún tipo de magia, para que así, junto a la ayuda de los guardias, Saeko pudiese tener un respiro y poder salir de aquella entramada situación.

¿Que es eso?...

El príncipe sacó de entre sus ropas, lo que parecía un objeto curioso...

¡La lámpara!

Era ahora o nunca, podía abalanzarme sobre él y quitarsela, Saeko se había apartado ligeramente de los animales y ya estaba a salvo... Entonces un pajaro se tiró contra el chico y le arrebató el objeto que tanto sufrimientos nos estaba otorgando.

Y una mierda, no se te la vas a llevar, puto pajarito...

Me disponía a seguirle cuando ví que se dirigía a Palacio, concretamente hasta una de las ventanas donde immeditamente reconocí al tipo que con gusto cogió el objeto. Se trataba del visir, el cual ya estaba en posesión de su preciado juguete.

Misión cumplida...

Salí de mi escondite y me acerqué a Saeko, la cual parecía algo turbada por la situación que acababa de vivir. Debió captar mi evidente, preocupación pues, después de ayudarla a levantarse del suelo, antes de que pudiese abrir la boca se adelantó a la pregunta que pensaba hacer:

No te preocupes, estoy bi-¡Ah!—Mi amiga no terminó la frase, se limitó a exclamar un sonido de dolor que se debería al brazo que había recibido el golpe por parte del brutal animal.

La miré algo preocupado, cuando me dí cuenta de que el ex portador de la lámpara había entrado al Palacio, junto a sus amigos; seguramente en busca del objeto que le habían robado. ¿Debíamos dejar las cosas así? Dudaba que Yafar pudiese encargarse de 3 personas a la vez, aunque siempre podía pedir ayuda a la guardía y que se los llevasen antes de que pudiesen hacer nada...

Conocía a mi compañera, y con tan solo mirarla ya adiviné en que estaba pensando, y en el fondo sabía que era lo correcto. Suspiré, agotado por aquel día que estábamos teniendo.

Creo que deberíamos ayudar a Yafar, la misión no ha terminado todavía. —asentí mientras Saeko se curaba a si misma, con tal de sanarse y recuperarse de la fatiga.

Empezamos a caminar hacia el interior del Palacio cuando noté que Saeko no me seguía. ¿Estaría aun dolida por lo del brazo?...

¿Quieres que ya vaya yo a ayudar a Yafar? Quizá deberías descan...—me giré para ver como mi compañera cortaba parte de sus ropas haciendo que la ropa se asemejase un poco más a la que ella solía llevar.

Me sorprendí deliberadamente pero no dije nada. Por mi parte, aunque tenía calor, me calé la capucha, pues aún podía tener la mala suerte de que alguien de allí dentro me reconociesen y volver a causar problemas.

Vamos. —dijo Saeko sacando el Escabajo para que pudiesemos llegar rápidamente hasta Yafar sin tener que pasar por equivocaciones innecesarias, quizá incluso nos podíamos adelantar a aquellos 3 y llegar allí justo a tiempo para emboscarles.

Te sigo, démonos prisa.

Al estar menos fatigado que ella, correría todo lo rápido que pudiese manteniendo el ritmo que a ella le viniese bien. Esperaba que llegásemos antes que ellos y poder evitar tener que jugar a la liebre y el ratón para conseguir la dichosa lámpara.

Dios, que esto sea lo último que tenga que hacer en este maldito mundo infernal...
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Sombra » Dom May 18, 2014 6:02 pm

Hikaru reaccionó invocando su par de alas tratando de perseguir el ave, pero por desgracia para él no lograría alcanzarle puesto que un piro se estrelló contra su ala, que explotó en llamas. El ave volvió a su amo definitivamente mientras el aprendiz luchaba por planear lo suficiente como para evitar matarse por la caída. El golpe que se llevó fue grande, pero al menos no se había roto nada y a pesar de que la caída le había hecho algo de daño no era nada de lo que no pudiese reponerse con cierta facilidad.

Si de verdad quería ir hasta allí arriba tendría que buscar otro camino, como ir por donde su compañero había ido.

Los aprendices que entraron al palacio (Hikaru incluído, si decidía no quedarse parado) acabaron llegando a la habitación roja, donde Yafar había hablado con Saeko anteriormente. Allí estaba el visir contemplando con una notable felicidad la lámpara.

Ah... Saeko, Saito y Aladín —saludó el hombre con su mirada llena de prepotencia—. Vosotros dos, habéis hecho un buen trabajo.

>>Y veo que sigues con vida... Rata.

¡Tú! —señaló enfadado mientras le amenazaba con su sable—. Devuélveme a Genio —exigió.

Yafar soltó una risa llena de desprecio ignorando por completo la petición del joven.

En ese momento llegarían los aprendices de Tierra de Partida, que eran algo más lentos que los dos de Bastión Hueco y el propio príncipe.

Y vosotros... —frunció el ceño—. No sé que es lo que planeais hacer con ella, pero no pienso entregar esta lámpara. Ahora es mía y soy... Invencible —el hombre sonrió alzando la lámpara en el aire. El loro revoloteó alrededor nervioso.

>>Saeko, Saito. Vuestro trabajo no ha acabado aún, eliminad a esos tres y podréis marchar. Matadlos si hace falta.

El visir caminó hacia una pared, de donde colgaba una antorcha y tiró de ella haciendo que un pasadizo secreto apareciese. El hombre miró una última vez hacia atrás y desapareció en la oscuridad de aquel lugar.

Vosotros... —rugió Aladín amenazante y furioso dirigiéndose a los aprendices de Bastión Hueco.

La batalla iba a comenzar.

Sin embargo, para sorpresa de todos Aladín empezó a correr hacia la salida.

Os lo encargo a vosotros, tengo que recuperar la lámpara... ¡O será nuestro fin!


Spoiler: Mostrar
Toda la Magia y VIT recuperada a todos los personajes

Spoiler: Mostrar
Fecha límite 22-5-2014
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Darkness Seeker » Dom May 18, 2014 7:12 pm

Comencé a seguir a Aladín lo más deprisa que pude, tratando de alcanzarle mientras recorríamos aquél enorme palacio. Las habitaciones y pasillos del palacio parecían repetirse y volverse más grandes a medida que avanzamos. Alladín por suerte parecía conocer la ubicación del rico de rojo, por lo que al proseguir logramos llegar hasta él. Pude oír una voz a medida que entraba en la habitación roja en la que se hallaba:

...ue sigues con vida... Rata.

¡Tú! —Exclamó Aladín enfurecido mientras sacaba su espada — Devuélveme a Genio.

Al fijarme mejor en la escena en la que estábamos, me percaté de algo que ya despertó varias preguntas antes; el chico y la chica de la puerta del palacio estaban allí otra vez. ¿Que diablos tenían que ver en todo esto?

Y vosotros... —comenzó a replicar el hombre de rojo—. No sé que es lo que planeais hacer con ella, pero no pienso entregar esta lámpara. Ahora es mía y soy... Invencible

¡Esa lámpara le pertenece a Aladín!— No pude evitar exclamar ante el descaro de aquel tipo —Estuvo a punto de morir por conseguirla. ¡Debería darte vergüenza!

El hombre frunció el ceño, y levantando su bastón alzó la voz:

Saeko, Saito. Vuestro trabajo no ha acabado aún, eliminad a esos tres y podréis marchar. Matadlos si hace falta.

¿Misión?—pensé para mis adentros. Ahora lo entendía todo: Ellos habían estado tratando de robarnos la lámpara; Por eso estaban en la puerta del palacio, por eso provocaron a los elefantes por segunda vez...

Spoiler: Mostrar

~Neru's Soundtrack: "Memories of the World"~


Pero entonces recordé las palabras clave de aquella orden:

...is marchar. Matadlos si hace falta...


No sabía que pretenderían hacer los que parecían los lacayos del hombre rojo, pero no podíamos fallar a Tierra de Partida... No... No podíamos fallar a Aladín.

Vosotros... — Comenzó a comentar por lo bajo furioso Aladín.

De pronto salió sin previo aviso por la única salida que había:

Os lo encargo a vosotros, tengo que recuperar la lámpara... ¡O será nuestro fin!

Estábamos solos. Nosotros dos, Hikaru y yo, frente a aquellos dos, "Saito y saeko" según había dicho el tipo de rojo. No habían muchas posibilidades, entonces me percaté de que en el centro de la sala había una pequeña mesa con varios líquidos, los cuáles destilaban un extraño gas, dejando claro que no eran probablemente aptos para consumo humanos.

Con unos pocos segundos a planear, traté de actuar deprisa, rezando por que Hikaru comprendiera lo que iba a hacer y me ayudara. Comencé a correr a un lado de la habitación, tratando de esquivar lo que quisiera que ellos me lanzasen. Una vez estuviera más cerca de la mesa, trataría de alcanzarla y coger dos de los frascos y tirárselos a nuestros oponentes, y aprovechando el intento de un ataque sorpresa, atacaría con mi cadena, tratándole de darle a uno de los dos, el que tuviera más cerca. Y tras lograr darle, trataría de enrollar la cadena a sus pies, o sino golpeárselos, para que éste cayera y pudiera acercarme rápidamente con la llave espada para terminar con aquella amenaza.

No teníamos muchas opciones, pero era nuestra única opción. Estaba claro que estábamos en apuros.

Spoiler: Mostrar
Jobar, parece que las vamos a pasar un poco canutas xD Ya leí el post de sombra de que no va a contar stats, pero aún así... PD: lo de las pociones sale en la parte que Saeko y Yafar contactan en la habitación
Última edición por Darkness Seeker el Jue May 22, 2014 10:51 pm, editado 1 vez en total
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

Imagen

Logros ~ Neru
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen


Awards

~ 2014 ~

Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

~ 2015 ~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Avatar de Usuario
Darkness Seeker
34. Tahúr
34. Tahúr
 
Mensajes: 1004
Registrado: Vie Ago 16, 2013 5:18 pm
Dinero: 171,944.51
Banco: 15,730.00
Ubicación: The Realm of Darkness
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Tsuna » Jue May 22, 2014 2:24 am

Con un amargo sabor de boca, al menos yo, conseguimos alcanzar la famosa lámpara de nuevo, en la habitación donde anteriormente había hablado con Yafar. Éste la sostenía entre sus manos, sonriente. Y yo por mi parte me limité a observar esta con curiosidad, preguntándome qué tendría para ser tan especial.

Señor… —me limité a saludar con educación, mientras me internaba en la estancia

Intenté mantenerme alerta en todo momento, teniendo cuidado del príncipe. Guardé entonces el Escarabajo en uno de mis bolsillos de nuevo.

Ah… Saeko, Saito y Aladín. Vosotros dos, habéis hecho un buen trabajo. Y veo que sigues con vida… Rata.

No pude evitar sentirme en cierto modo, orgullosa por sus palabras de felicitación, sin embargo dentro de mí sentía también cierta angustia por las cosas que había tenido que cometer: ignorar a Yasmín, herir a un elefante que casi me aplasta la cabeza… ¡Pero todo había merecido la pena!

¡Tú! Devuélveme a Genio. —enarqué una ceja ante su comentario, confusa. ¿Genio? ¿Quién era ese? ¿O era otro apodo de la lámpara? Lo desconocía por completo

Entonces se internaron también en la habitación los dos guardias que había visto anteriormente con el príncipe, ¿o era Aladdín? No tenía ni idea, pero si el visir lo reconocía como tal, debía tratarse de él. ¿Acaso, siendo un mendigo, le había robado todo aquello a algún príncipe para hacerse pasar por él? Era lo más probable.

No era más que un criminal más, con razón el visir tenía razones para mostrarse arrogante como lo estaba haciendo.

Me tomé mi calma para quedarme al margen, tranquila, y ojeando a los nuevos invitados de pies a cabeza. Y ahora que me fijaba mejor… sólo eran un par de niños, ¿era aquello una broma o algo?

Ahora es mía y soy… invencible. Saeko, Saito. Vuestro trabajo no ha acabado aún, eliminad a esos tres y podréis marchar. Matadlos si hace falta. —y escapó del lugar, a salvo, por lo que parecía un pasadizo que hasta ahora había permanecido escondido. Ni siquiera yo me había fijado cuando entré por primera vez

Observé sorprendida, en cierto modo, el escenario que se nos planteaba. Sabía perfectamente la orden que nos había dado… matarlos. ¿Estaba dispuesta a hacerlo? Pues claro que sí, estaba dispuesta a mancharme todavía más las manos de sangre. Era una forma de compensar las faltas de Saito, yo al menos lo interpretaría así.

Vosotros…

Lo miré incrédula, ¿quién se creía él para tomarnos por villanos, cuando no estaba en posición de hablar?

¿Qué pasa? No es culpa nuestra que seas tan ingenuo. —y agarré mi arma, preparada para enfrentarme a él y sus sirvientes en cualquier momento

Sin embargo, Aladdín escapó, sin más.

Os lo encargo a vosotros, tengo que recuperar la lámpara… ¡O será nuestro fin!

Sonreí ante nuestra inevitable victoria, las cosas habían salido bastante bien. Y acabar con dos niños tampoco iba a resultar complicado. Saqué mi arma, preparada para terminar con sus vidas y cumplir finalmente mi cometido en aquel mundo.

Spoiler: Mostrar


Saito, en guardia. Terminemos rápido aquí. —y empuñé mi arma, dispuesta a matar

Pude ver al instante cómo uno de ellos, más pequeño que yo en estatura, comenzó a correr hacia la mesa de la habitación donde descansaban algunos frascos, de los que emergían extraños vapores. Aquel comportamiento no me hizo ninguna gracia, pues no estaba dispuesto a enfrentarnos directamente.

Como si eso fuese a funcionar.


Agarré de inmediato con una de mis manos una de las sillas en las que me había sentado antes con el visir y la lancé como pude hacia la mesa, con la intención de destrozarla. Si veía que el objeto pesaba demasiado, lo dejaría al momento para concentrarme en mi auténtico ataque, que efectuaría tanto si conseguía lanzar el mueble como si no: emplearía un Doble Salto en dirección al joven, calculando bien la distancia para no golpearme con el techo, y caería a toda velocidad con espada en mano, procurando asestar un Aturdidor en su cuerpo.

Confiaba en que Saito pudiese aprovechar mi salto para atacar también. Y en cuanto aterrizase, funcionase o no mi estrategia, retrocedería para invocar mi Llave Espada y mantenerme atenta a cualquier movimiento enemigo.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor James Bond » Jue May 22, 2014 8:17 pm

Las cosas no salieron como planeé, ni por asomo. Mis alas fueron quemadas antes de que pudiera alcanzar al pájaro rojo, cayéndome al suelo sin poder evitarlo. Recibí un buen golpe, pero por suerte, no me rompí nada. Hubiera sido muy patético que me quedara allí sin poder moverme y dejando al pobre Neru al cargo de todo.

Seguí a Aladdín y Neru, hasta llegar a una habitación roja, en donde se encontraba un hombre de aspecto malvado, con una cara de felicidad mientras sostenía en su mano una lampara que hasta hace bien poco había pertenecido a Aladdín. Sentí rabia al ver a ese tio, con aquel objeto mágico.

Y veo que sigues con vida... Rata.
¡Tú! Devuélveme a Genio.

Parecía que Aladdín y él se conocían de antes. El nuevo "dueño" de la lámpara rió, como si la petición de Aladdín le hubiera hecho gracia.

Así que, después de todo, nos iba a tocar luchar...

Saeko, Saito. Vuestro trabajo no ha acabado aún, eliminad a esos tres y podréis marchas. Matadlos si hace falta.

En aquel momento desenvainé mi espada ante aquella declaración. Los dos muchachos que estaban con aquel tipo, los había visto antes. Cuando estábamos de camino a Palacio. ¿Cómo iba yo a saber que eran sicarios?

Muy bien, vamos Alad...
Os lo encargo a vosotros, tengo que recuperar la lámpara... ¡O será nuestro fin!
¿¡Qué!?

Aquello me descolocó por completo. Contaba con la ayuda de Aladdín para la batalla. No era por nada, pero Neru era bastante débil, en comparación conmigo. Y seguramente no iba a poder él solo con uno de ellos. Tenía que hacer algo. ¿Pero el qué? ¿Cómo podía enfrentarme a dos enemigos a la vez?

Pero Neru decidió moverse en aquel momento, corriendo de un lado a otro. ¿Qué trataba de hacer? No sabía que tipo de estrategia era esa, pero tenía que centrarme en lo que estaba pasando. Tenía que hacer algo, y rápido.

Pensé, mientras estaba atento a todo lo que pasaba en la habitación, tratando de esquivar cualquier ataque que fuera dirigido contra mí. Entonces... se me ocurrió algo, pero era muy arriesgado. Aunque... era hacer eso, o dejar que Bastión Hueco se alzara con la victoria.

Entonces, empecé a correr lo más rápido que pude en dirección a la chica, que parecía ser la lider del grupo. Con mi espada en mano, me acercaría lo más que pudiera a ella, atacándola desde arriba, para en el último segundo, materializar en mi otra mano la Llave-Espada y atacar desde abajo, esperando que la muchacha perdiera el equilibrio al no saber que hacer, y si se daba ese caso, la agarraría por las caderas, crearía unas alas de luz y me elevaría lo suficiente como para poder golpear a la chica contra el techo, y la arrastraría todo lo que pudiera.

En caso contrario, de no poder cumplirse aquello, empezaría a atacarla desde varias direcciones, con ambas espadas y desde direcciones contrarias.
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
James Bond
28. Samurai
28. Samurai
AnimeDesign
 
Mensajes: 826
Registrado: Mié Dic 05, 2007 6:00 pm
Dinero: 200,000.00
Banco: 15,728.25
Sexo: Masculino
Clan: AnimeDesign
Estantería de objetos
Karma: 4

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor H.S Sora » Jue May 22, 2014 9:22 pm

Corrí y corrí, hasta que junto con Saeko, logré alcanzar la habitación donde había estado con Yafar y con mi amiga previamente. Nada más llegar nos encontramos con este, el cual ya tenía la dichosa lámpara en sus manos, y el famoso proncipe al que le habían robado la lampara; el visir en cuestión sonreía de una manera que me resultaba desagradable, nauseabunda incluso.

¿Pero que tendría de especial una simple lámpara? Si bien es cierto que no había que dejarse llevar por las apariencias, aquel objeto parecía no tener ninguna otra función aparte de la decorativa. Aunque la duda de por qué el chico la había sacado en el momento del incidente de los elefantes me hacía replantarme que realmente si que tuviese alguna otra función oculta...

Señor… —dijo Saeko en lo que a mi me pareció un susurro, mientras guardaba la herramienta que nos había traído de vuelta hasta la habitación.

Por mi parte no dije nada, el visir parecía muy enfrascado en el juguete que acababa de conseguir como para tan siquiera tener en cuenta nuestra presencia en la sala. Lo que me “preocupaba” en cierta medida era lo que pudiese hacer el exportador de la lámpara. Pero vistas las circumstancias éramos tres contra uno, era él quién tenía las de perder.

Ah… Saeko, Saito y Aladín.—De modo que aquel si que era el “mendigo” del que nos había hablado Yafar con aterioridad. Pero si era un mendigo, ¿cómo diablos había acabado con aquellas ropas elegantes y aquellos elefantes como medio de transporte? Aquella situación estaba llena de misterios sin desvelar y que alimentaban cada vez más mi curiosidad.— Vosotros dos, habéis hecho un buen trabajo. Y veo que sigues con vida… Rata.

Sonreí levemente, con orgullo. Por supuesto que habíamos hecho un buen trabajo, pertenecíamos a Bastión Hueco, no éramos ninguna clase de novatos. Si bien es cierto que había cometido un error...la misión había seguido adelante aún así y había sido un completo éxito. Lo que significaba que...

Nuestra misión aquí ya ha terminado, por fin...

¡Tú! Devuélveme a Genio.

...O quizá no.

El que supuse por Yafar que era Aladín, parecía bastante dispuesto a intentar recuperar su lámpara. Incluso parecía amenazar a Yafar con una especíe de sable, pero es que ¿acaso no veía la situación? Cualquier acción que intentase, por astuta que fuese, sería frustrada al ser una mayoría contra él. Aunque “admiraba” aquel espiritu de no rendirse nunca, en esta ocasión no podría darle la satisfacción de que consiguiese lo que se proponía, pues entraba en contra del objetivo que se me había asignado.

Fue entonces cuando llegaron los dos chicos que habían estado en los otros elefantes, junto a Aladín. ¿Intentaban ayudarle?... No parecían gran cosa a simple vista, pero de nuevo no podía dejarme guiar por unas simples apariencias, aunque fuesen bastante fiables. La situación parecía haberse “equilibrado” con aquello, pues si los recién llegados habían venido para ayudar a Aladín seríamos tres contra tres.

Y vosotros... —dijo Yafar mirando a los recién llegados—No sé que es lo que planeais hacer con ella, pero no pienso entregar esta lámpara. Ahora es mía y soy… invencible.—o definitivamente a aquel hombre se le iba la cabeza, o esa lámpara tenía que esconder algo lo suficientemente importante que desconocía. Se dirigió entonces a nosotros— Saeko, Saito. Vuestro trabajo no ha acabado aún, eliminad a esos tres y podréis marchar. Matadlos si hace falta.

Aquella orden no me había entusiasmado demasiado, por aquel mismo motivo, porque era una orden. Yo tan solo aceptaba ordenes de mis Maestros y como mucho y en un caso de vital importancia los de mis compañeros, y más como “consejos” que cualquier otra cosa. Pero debido al incidente con el Principito, tomaría aquello como el “favor” que pagaría aquella actuación por mi parte.

Fue entonces cuando el visir escapó a otra sala al activar un peculiar mecanismo que ni tan solo había llegado a percebir, dejándonos a Saeko y a mi solos contra aquellos tres. Por lo visto tendríamos que esforzarnos un poco más, lo que hacía el asunto un poco más emocionante.

Vosotros…

¿Qué pasa? No es culpa nuestra que seas tan ingenuo.

Saeko agarró su arma, preparada para el combate, y yo invoqué mi Llave Espada preparado también para lo que se avecinaba. ¿Quién de los cinco sería el primero en atacar? ¿ellos o nosotros?... Esperé impaciente una reacción, un momento de vacilación para atacar o defenderme, pero la primera acción que se presentó me dejó un amargo sabor en la boca.

Os lo encargo a vosotros, tengo que recuperar la lámpara… ¡O será nuestro fin!—Aladín huía, en la dirección en la que había ido Yafar.

¡Maldito cobarde! ¡Ven aquí y lucha!—grité furioso, ante el acto de cobardía del que había hecho gala el chico.

Saito, en guardia.—Dijo Saeko llamando mi atención, para que me centrase.— Terminemos rápido aquí.

Asentí, ya perseguiríamos luego al cobarde de Aladín.

Miré a ambos chicos, con la Llave Espada en posición defensiva, ansioso por ver quién atacaba primero. Pero me llevé otra decepción al ver que no parecía existir la menor intención de atacar de frente; uno de ellos se dirigía hacia una mesa de la habitación donde había diversos frascos con contenído desconocido. ¿Acaso pensaban que eso fuese a funcionar?... En el hipotético caso de que le dejásemos llegar hasta los frascos, un hechizo bastaría para romper aquel contenido antes de que tan siquiera nos pudiese hacer daño... No parecían grandes luchadores, ni estrategas tampoco.

Saeko reaccionó antes que yo, realizando un ágil salto hacia el chico en cuestión. Antes de que siquiera lograse golpearle, intentaría utilizar una de mis magias, Arma Tenebrosa, para potenciar tanto sus ataques como los míos, además de una Flama Tenebrosa hacia el otro chico mientras me dirigía lo más rápido posible hacia el que había intentado atacar mi compañera, realizando una Flama Tenebrosa cerca del cuerpo del chico, seguido de un Aturdidor con todas mis fuerzas además de intentar realizar algunos tajos con la Llave Espada.

Tanto si había acertado alguno de mis ataques como sino, retrocedería junto con Saeko para estar en gúardia, pues parecía que el otro chico intentaba atacarla aprovechando aquella situación. Antes de que se acercase demasiado a Saeko, le lanzaría un Electro al chico y me pondría en guardia, procurando bloquear cualquier ataque.

Si ni mi Electro lograba frenarlo, me propulsaría hacia él, concentrando oscuridad en mi mano libre y golpearía con esta al cuerpo del muchacho antes de que pudiese atacar a Saeko.

Spoiler: Mostrar
Recopilación de los ataques, por si algo no queda bien explicado:
-Saito usa Arma Tenebrosa tanto en el arma de Saeko como en la suya própia.
-Ataca con una Flama Tenebrosa a Hikaru.
-Ataca a Neru con una Flama Tenebrosa, un Aturdidor y algunos ataques básicos con la Llave Espada.
-Ataca a Hikaru con un Electro.
-Si Hikaru sigue con intención de atacar a Saeko, Saito usa Rotura Oscura.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Sombra » Sab May 24, 2014 1:15 am

Cuando Neru alcanzó la mesa, Saeko interrumpió su avance agarrando una silla con la que romper los peligrosos líquidos que estaban sobre la mesa, Hikaru a su vez corrió hacia la chica para detenerla utilizando sus habilidades, que a su vez también fueron anuladas por Saito, que empezó a lanzar ataques a diestro y siniestro haciendo que la mayoría impactaran en cualquier lugar menos donde deberían, pero uno de los ataques sí logró parar por completo al aprendiz lo que significó que finalmente, la silla destruyese los frascos esparciendo todo el líquido se mezclase alcanzando una jarra de cobre cercana.

Aquello tuvo su reacción inmediata, un humo amarillento empezó a surgir de la mezcla y pronto llenó la habitación. Los ojos de los cuatro aprendices empezaron a irritarse y notaban que sus gargantas ardían. Podrían no saberlo, pero aquellos componentes al haber alcanzado el cobre habían producido Ácido clorhídrico, un gas altamente tóxico y que podía provocar la muerte si se exponían mucho a él.

Tarde o temprano, el "instinto de supervivencia" obligaría a los cuatro a salir de allí.

En cuanto abandonasen el laboratorio de Yafar, fuesen o no a continuar peleando se verían interrumpidos por una enorme explosión que retumbó sobre el techo.

Podían seguir peleando o ver lo que había pasado ya que parecía haber sido algo enorme, fuese lo que fuese. No cabía duda de que Aladín y Yafar podrían ser indirecta o directamente responsables de aquello que acababa de ocurrir.

Varios sirvientes escaparon corriendo, empujando e incluso tirando al suelo a los jovenes, una estampida de criados que buscaban sobrevivir de alguna manera a lo que fuese que acababa de acontecer.

***


Si subían por las escaleras un par de plantas más se encontrarían con que la enorme torre había sido demolida parcialmente, aunque había muchas más plantas por encima los pisos superiores habían desaparecido y ahora se podía ver el cielo perfectamente.

Los cuerpos sin vida de varias decenas de personas se encontraban desparramados por el suelo con sus miembros destrozados, todos aquellos cadáveres estaban bañados en su propia sangre. Era una escena horrible, la carne calcinada emitía un olor extrañamente dulzón, pero igualmente vomitivo.

Todo estaba completamente destruido y los escombros llenaban el suelo.

Un ser azul (que podrían reconocer como el Genio de la lámpara) se encontraba al lado de un Yafar atraviado en ropas de príncipe idénticas a las que portaba Aladín, que ahora volvía a vestir su atuendo de pobre. Los aprendices notarían una presión mágica que incluso desafiaba a la de los propios Maestros y que no tardarían en encontrar su fuente: El visir.

Oh... Sí... Ahora soy el hechicero más poderoso del mundo, ¡¡¡soy imparable!!! —se rió alzándose a varios metros del suelo, flotando como si fuese algo tan sencillo como respirar—. Ah, vosotros dos, me temo que esta lámpara no la entregaré a vuestro... grupo —comentó al ver a Saeko y Saito—. Volved con vuestros maestros de pacotilla y decidles que este poder es ahora mío y solo mío. Podéis venir los que queráis, pero no podrá vencerme nadie. —proclamó con un tono de voz ponzoñoso.

Estamos perdidos... —susurró Aladín con el rostro pálido, que sangraba por una herida que se mostraba en su brazo. Bastante milagro era que hubiese sobrevivido.

Yafar acababa de convertirse en el Sultán de Agrabah derrocando al anterior gobernador del mundo (que a saber donde estaba) y de alguna forma había roto el contrato que tenía con Bastión Hueco de entregarles la lámpara en cuanto pidiese sus deseos.

Se había convertido por tanto en un enemigo de la orden que hacía peligrar el equilibrio, eso quería decir que ya no era solo algo que concernía al mundo, con tanto poder, si lograba salir de Agrabah...

Será interesante también hacer mía a la princesa Yasmín...

¡No!

El visir alzó su bastón de cabeza de serpiente y una gran bola de fuego se lanzó contra el mendigo, que rodó por el suelo para esquivar las llamas que devoraron todo a su paso. Una risotada salió del hechicero que se fue alejando volando hacia los jardines.

Donde antes estaba Yasmín.

Spoiler: Mostrar
Fecha límite 28-5-14
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Darkness Seeker » Sab May 24, 2014 5:29 pm

Spoiler: Mostrar

~Neru's Soundtrack: "The Sinister Side of Fate"~


Saito, en guardia. Terminemos rápido aquí.

La batalla había comenzado, y nosotros ya habíamos comenzado nuestros movimientos. Mientras yo me dirigía a la mesa con las pociones, pude ver como la chica de aquel dúo se preparaba para tirarme una silla. Justo a tiempo, Hikaru fue directo a ella, para tratar de detenerla. Sin embargo, el compañero de ésta, "Saito" según dijo el rico de rojo, logró detener a Hikaru, con lo que "Saeko" logró agarrar la silla y para aligerarla, la rompió contra la mesa.

La sala enseguida se lleno de un vapor amarilo provocado por las pociónes, que hizo que los ojos comenzarán a escocer de una forma muy molesta. Mientras trataba de mantener los ojos cerrados para evitar aquel escozor y tosía duramente, me alejé por la puerta principal a paso lento hasta que logré salir de la sala, amarilla debido al vapor.

Mientras me reponía durante unos segundos, pude ver a Hikaru:

¡Hikaru! ¿Estás bien?— le pregunté mientras el escozor y la tos comenzaban a desaparecer.

De pronto, una ruidosa explosión se escuchó e hizo temblar la planta en la que estábamos.

¿Qué ha sido eso?

La respuesta fue obvia cuando una oleada de criados y mayordomos del señor de aquella tierra comenzaron a bajar las escaleras a una velocidad impresionante, tal que me empujaron unos pasos para atrás. No podíamos quedarnos allí sin saber si Alladín y la lámpara estarían bien o no, por lo que yo al menos decidí subir a comprobar que había ocurrido.

+ + +


Al subir me encontré con que la planta superior estaba en ruinas. Varios cadáveres ensangretados y masacradis estaban en el suelo, mientras veía como Genio se encontraba al lado del ladrón de la lámpara, esta vez ataviado con unas ropas mucho más ricas y señoriales que las que antes portaba.

Oh... Sí... Ahora soy el hechicero más poderoso del mundo, ¡¡¡soy imparable!!! — comenzó a gritar mientras sus pies, de manera que sólo Genio podía explicar, comenzaban a ascender y a separarse del suelo.

¡Tú no eres nadie!— proclamé de manera furiosa ante tal masacre que a nuestro alrededor se hallaba —¡No mereces ni siquiera morir!

En aquel instante llegaron los dos antiguos ayudantes de aquel ser.

Ah, vosotros dos, me temo que esta lámpara no la entregaré a vuestro... grupo —comentó al verlos—. Volved con vuestros maestros de pacotilla y decidles que este poder es ahora mío y solo mío. Podéis venir los que queráis, pero no podrá vencerme nadie.

Estamos perdidos...

El que parecía haberse proclamado nuevo señor de Agrabah seguramente había usado los poderes de la lámpara y de Genio dirigió su mirada a lo que según él ahora le pertenecía.

Será interesante también hacer mía a la princesa Yasmín...

¡No!— Gritó Aladín furioso ante la sola idea de lo que aquello supondría.

Acto seguido, el nuevo líder de Agrabah bajó volando hacia los jardines, haciendo uso de su nuevo poder.

Hay que detenerlo... ¿Pero cómo?

Éramos dos, tres si contábamos a Aladín. Me sentía un inútil. No había sido capaz de proteger la lámpara. No había sido capaz de detener a aquel tipo... Nosotros tres solos no íbamos a lograr nada, eso estaba claro. A no ser...

Que aquellos dos chicos estuvieran dispuestos a ayudarnos, aunque sólo fuera por esta vez...Cosa que no era probable, pero era cuestión de vida o muerte. Tragué saliva y mirando hacia la chica que antes había estado a punto de matarnos le grité:

Spoiler: Mostrar

~Neru's Soundtrack: "Memories of the World"~


¡Espera!—esperé a que ésta se moviera o reaccionara de alguna forma— Sé que es díficil... No tengo ni idea de dónde sois, ni qué tratos tenías con aquel tipo, pero está claro que esto se ha ido de nuestras manos, y de las vuestras. Ahora ese sujeto tiene un poder mayor que el de cualquiera de éste lugar y de otros, y sabéis a lo que me refiero. — Después de ver cómo eran capaces de usar e invocar la llave espada, ya me había quedado claro que seguramente no pertenecían a este mundo — Si se vuelve más poderoso... muchas más tierras podrían ser atacadas y masacradas por él. Si actuamos por separado, será imposible que podamos detenerle. Si queremos evitar que eso ocurra... sólo podemos hacerlo trabajando juntos.

Me callé un momento para dejar disipar aquella tensión que recorría mi cuerpo. Si ella no actuaba negativamente, entonces me acercaría hasta estar a unos metros de ella y terminaría la petición:

¿Te parece bien una tregua temporal?—le dije tratando de sonar amable, sin afán de sonar demasiado egoísta o embustero —Sólo hasta que arreglemos todo esto...

Mis nervios estaban a flor de piel. Era capaz de aprovechar ese momento y acabar conmigo de un golpe, pero rezaba en mis adentros para que no fuera así.

Una vez tomada una decisión al respecto, tendríamos que idear un plan para poder detenerle...

Juntos, o por separado.
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

Imagen

Logros ~ Neru
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen


Awards

~ 2014 ~

Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

~ 2015 ~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Avatar de Usuario
Darkness Seeker
34. Tahúr
34. Tahúr
 
Mensajes: 1004
Registrado: Vie Ago 16, 2013 5:18 pm
Dinero: 171,944.51
Banco: 15,730.00
Ubicación: The Realm of Darkness
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Tsuna » Sab May 24, 2014 9:16 pm

Gruñí por lo bajo al darme cuenta de que lanzar el mueble no iba a ser tan sencillo. El guardia restante se lanzó a por mí mientras me apoyaba sobre uno de mis pies para llevar a cabo la maniobra. Entonces Saito comenzó a lanzar hechizos por toda la habitación, fallando muchas veces. Me quedé perpleja ante sus acciones, ¿qué creía que estaba haciendo, sino malgastar fuerzas inútilmente? Afortunadamente, uno de sus ataques golpeó al guardia que se me echaba encima. Sonreí, nerviosa, y lancé el objeto de inmediato, preparada para saltar a continuación y darle un potente golpe al chico que tenía frente a mí.

Sin embargo, los líquidos de la mesa comenzaron a mezclarse entre sí, emitiendo lo que parecía un humo amarillento al entrar en contacto con una jarra de cobre. Me encontraba en el aire, por lo que recibí el humo de lleno en mi cara. Fruncí el ceño, claramente preocupada cuando comencé a toser y a sentir mis ojos llorosos, a lo que caí al suelo levemente mareada y rascándome los ojos con ambas manos, intentando aliviar el escozor entre tosidos.

¡Ah! —grité, sintiendo un ligero ardor en mi garganta— ¡Saito, tenemos que salir de aquí, rápido!

Me levanté con el arma en mano y, respirando con dificultad, corrí a toda prisa por escapar de aquel lugar. Había sido un error el romper la mesa, pero no quería imaginar si uno de aquellos frascos nos alcanzaba en la piel. Las consecuencias serían desastrosas, al menos a mí me aterrorizaba la idea.

¡Hikaru! ¿Estás bien? —logré escuchar del chico que había intentado coger los frascos de la mesa

Yo me apoyé unos segundos en la pared más cercana, tosiendo y rascándome con cierta ansiedad mi ojo derecho. En cuanto recuperé la compostura e ignorando el posible humo que quedase en el lugar, empuñaría de nuevo mi arma con fuerza, sujetándola con mi mano izquierda y preparada para continuar.

Me coloqué en posición ofensiva, preparada para asestar en silencio una estocada a los enemigos que parecían estar todavía recuperándose. No les iba a dejar escapar, las órdenes eran las órdenes, y si los maestros me habían dicho de reunirme con el visir y obedecerlo, así sería. Ni las tonterías de Saito, ni los Sincorazón, ni los productos químicos de la habitación me impedirían acabar mi tarea.

Hasta nunca.


Me apenaba en cierto modo que un niño tuviese que morir tan joven, pero él se lo había buscado. Sin embargo, cuando estuve dispuesta a impulsarme a toda velocidad hacia su pecho, una gran explosión retumbó por todo el palacio. El suelo había vibrado como un terremoto, consiguiendo que perdiese el equilibrio.

A-ah. —expresé al caer al suelo, protegiéndome con ambos brazos para no hacerme más daños

¿Qué ha sido eso?

Observé, sorprendida, cómo numerosos sirvientes del palacio huían en nuestra dirección. Temí ser aplastada por todos ellos, por lo que chasqueé con la lengua molesta porque mis planes se hubiesen frustrado, y giré sobre mí misma como pude hasta la pared más cercana para dejarles vía libre.

Los guardias de Aladdín escaparon escaleras arriba, yo suspiré, claramente agotada, y me levanté para sacudirme la ropa.

Me preocupa el visir, vamos a mirar, Saito. —le ordené, seria

En realidad no me importaba lo que él hiciese, pero yo tenía órdenes que cumplir y temía que aquella enorme explosión estuviese relacionada con Yafar. Sentía una sensación amarga en el pecho, pero pese a todo, subí rápidamente las escaleras.

* * *


¡¡¡Soy imparable!!! —y comenzó a reír

¡Tú no eres nadie! ¡No mereces ni siquiera morir!

Ahogué un grito y abrí los ojos como platos mientras me llevaba la mano libre a la boca, atónita, ante un escenario cubierto de escombros y sangre. Contemplé horrorizada decenas de cadáveres sin vida, desmembrados, chamuscados y aplastados. Al alzar la vista distinguí numerosas plantas arrasadas y en lo alto, las nubes y el cielo azul.

Era cierto que normalmente me solía mostrar reacia a las muertes de personas ajenas a mí, sabía que los Sincorazón asesinaban gente arrebatando sus corazones, y también había estado dispuesta a matar a una o dos personas, incluso un animal, si así lo requería la misión. Pero nunca había contemplado la muerte de tanta gente de aquella forma, nunca había presenciado tanta sangre y cadáveres juntos, es quizás que por eso no me importaba matar a unos pocos, ni por eso me importaba lo que hiciesen los Sincorazón, porque no lo había contemplado en persona. Pero aquello fue demasiado, me encontraba totalmente pálida.

Ah, vosotros dos, me temo que esta lámpara no la entregaré a vuestro... grupo —no comprendí muy bien lo que quiso decir hasta que continuó con sus palabras. Porque era cierto que no me habían explicado exactamente la relación que teníamos con Yafar, solamente me habían ordenado acudir ante su presencia y hablar con él—. Volved con vuestros maestros de pacotilla y decidles que este poder es ahora mío y solo mío. Podéis venir los que queráis, pero no podrá vencerme nadie.

Entonces lo comprendí, la idea era entregarle la lámpara a cambio de que nos la entregase a nosotros también. ¡Pero él no tenía intención de cumplir su parte del trato!

¡Será traidor! —pensé para mí misma, apretando con fuerza mis puños y observando los escombros


Estamos perdidos… —comentó Aladdín, de cuya presencia no me había percatado todavía. Me sorprendió volver a verlo con el aspecto que le debía haber correspondido, pues encajaba a la perfección con la descripción que me había dado Yafar sobre él: un mendigo

Será interesante también hacer mía a la princesa Yasmín…

Me quedé muda al escuchar el nombre de Yasmín. ¿Era ella acaso la princesa de Agrabah? ¿¡Había hablado yo con una princesa!? Era un honor que una princesa me dijese lo bonito que era mi pelo. No supe cómo reaccionar, sino que permanecí quieta y observando los acontecimientos, impotente.

¡No!

Pero el visir parecía haberse vuelto bastante poderoso, muchísimo, tanto que incluso me estremecí por dentro al contemplar cómo invocaba llamaradas con un simple movimiento de brazo. El aura que emitía era también sorprendente, sentía que con solo pensarlo podría aplastarme en aquel instante.

Hay que detenerlo… esa lámpara es demasiado peligrosa.


¿Y los maestros querían la lámpara también? No, no podía entregarles un objeto tan peligroso. Yafar había sucumbido a su poder y había provocado estragos. Por mucho que los maestros lo ordenasen… yo… yo no podía hacerlo. Tenía que garantizar su seguridad, no transformarlos en lo mismo que Yafar.

Hay que detenerlo… ¿Pero cómo? —habló entonces el muchacho que acompañaba a Aladdín. Éste, al cabo de unos segundos, me miró fijamente, a lo que enarqué una ceja algo confusa— ¡Espera! —me ordenó

Yo ya no tenía intención de matar a nadie. No quería escuchar la palabra “matar” durante una buena temporada, ¡ya había tenido suficiente aquel día!

¿Sí? —le respondí, recelosa

Sé que es difícil… No tengo ni idea de dónde sois, ni qué tratos tenías con aquel tipo, pero está claro que esto se ha ido de nuestras manos, y de las vuestras. —me costaba asimilarlo, pero aquel niño tenía toda la razón—. Ahora ese sujeto tiene un poder mayor que el de cualquiera de éste lugar y de otros, y sabéis a lo que me refiero —aquella afirmación me sorprendió. ¿Me estaba insinuando que no eran de aquel mundo? ¿De dónde eran entonces? ¿De Tierra de Pringados como Light o Nadhia? Me crucé de brazos y aparte la mirada a otro lado, aparentemente ignorándolo, pero escuchaba sus palabras atentamente. No era momento para dejarme llevar por el orgullo, no viendo ante mí aquella pila de cuerpos sin vida—. Si se vuelve más poderoso… muchas más tierras podrían ser atacadas y masacradas por él. Si actuamos por separado, será imposible que podamos detenerle. Si queremos evitar que eso ocurra… sólo podemos hacerlo trabajando juntos.

Yo no dije nada, no tenía fuerzas y tampoco quería darle la razón tan abiertamente. Sus palabras tenían sentido, y yo tampoco estaba en posición de defender a Yafar, no me quedaba otra opción que aceptar su ayuda. Aquella lámpara era un arma muy peligrosa, no sabía exactamente como, pero sospechaba que había tenido relación con los impresionantes poderes que Yafar había adquirido de pronto.

Entonces el muchacho se acercó a mí.

¿Te parece bien una tregua temporal? Sólo hasta que arreglemos todo esto...

Permanecí en silencio unos segundos, pensativa. No me quedaba otra que recibir ayuda de aquellos chicos, pero no eran más que niños, no parecían ser realmente fuertes. Igualmente, aceptaría.

No te equivoques, no estoy aceptando tu ayuda por compasión, sino por mis propios intereses. —y miré a Saito, esperando una respuesta por su parte

En cuanto mi compañero diese su opinión, clavaría mis uñas en la manga de mi brazo izquierdo y tiraría con fuerza para arrancarla de cuajo, dejando mi brazo al descubierto con una apenas visible cicatriz que lo recorría. Me aproximé a Aladdín y le tendí el trozo de tela, esperando que pudiese usarlo a modo de venda.

NigroCura —musité al colocar la palma de mi mano sobre su hombro, ejecutando el hechizo en el muchacho

Desconocía su afinidad elemental, por lo que puede que mis energías oscuras apenas le recuperasen, pero no podía hacer menos por él. Si quería ayuda, tendríamos que estar todos en plena forma. Acto seguido, rebusqué en mis bolsillos y cogí la Piedra Escarabajo, la sostuve en la palma de mi mano derecha y la mostré a todos los presentes.

Es la Piedra Escarabajo. Me la entregó Yafar para localizar la lámpara mágica —la guardé en mi puño una vez todos la hubiesen contemplado—. Si vamos a ir contra el visir, seguidme.

Y avancé lo más rápido que pude hacia la lámpara, guiándome por la Piedra Escarabajo. Esperé que durante el camino pudiesen idear alguna estrategia para derrotar sin problemas a Yafar, que irónicamente ahora estaba siendo localizado por su propio objeto.

Suspiré, agotada, no sabía qué me iba a deparar la batalla, pero me temía lo peor, solo me quedaba depositar mis esperanzas en Aladdín, el cual había demostrado ser alguien realmente resistente para sobrevivir a los hechizos de Yafar.

Spoiler: Mostrar
Posteo ahora porque dudo que tenga tiempo en otra ocasión. ¡A ver si hay suerte! =)
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor H.S Sora » Mar May 27, 2014 10:05 pm

¿Qué demonios me pasa?...

Mis hechizos empezaron a fallar, no estaba apuntando bien, me tenía que concentrar o a este paso acabaria agotado y sin haber logrado nada...

Sonreí satisfecho cuando después de varios intentos, logré acertar un hechizo sobre el guardian que se abalanzaba sobre Saeko, dándole el tiempo suficiente a esta como para relizar su acción y que lograse tirar con éxito la silla sobre la mesa. Pero entonces algo extraño ocurrió, los líquidos se habían derramado y empezado a mezclar entre sí, logrando formar un extraño humo amarillento, el cual al inhalar levemente me hizo toser y empezar a rascarme los ojos, mientras sentía una sensación de picor inaguantable recorriendo mi cuerpo.

¿Qué demonios habíamos hecho? Por suerte ninguno de aquellos líquidos nos habían llegado a tocar directamente o no quería ni pensar en las consecuencias...

¡Saito, tenemos que salir de aquí, rápido!

Asentí a la orden de mi compañera, mientras no dejaba de toser y la esperé unos segundos para asegurarme de que ambos salíamos de allí, pues no parecía que estar expuestos a aquello pudiese hacernos demasiado bien. Los dos guardías me importaban bien poco, ya podían pudrirse allí dentro.

Nos encontrábamos ya fuera de aquella habitación, ambos a salvo. Saeko se encontraba apoyada en una pared tosiendo sin parar y yo me encontraba casi al lado, tosiendo también e intentando aliviar aquel quemazón que tenía en la garganta y que se hacía cada vez mas intenso e inaguantable.

¡Hikaru! ¿Estás bien?

Miré con cierto desprecio, y cansancio, a los chicos con los que nos habíamos enfrontado allí dentro, ellos también habían salido del lugar con vida, para nuestra desgracia. Intenté reincorporarme torpemente, mientras poco a poco me ponía de pié sin dejar de toser en ningún momento.

Fue entonces cuando dirigí mi mirada a mi amiga, con tal de avisarla para que nos preparásemos de nuevo una ofensiva, pero no hizo falta, pues cuando miré ya estaba preparada para atacar. Con tal de no ser menos, invoqué mi Llave Espada sin dejar de apoyarme en la pared, y me preparé para que en cuanto mi amiga hiciese el primer movimiento pudiese atacar yo a continuación, sin dejarles tiempo para reaccionar... Pero nada de eso sucedió, antes de que siquiera Saeko pudiese atacar una explosión sacudió todo el lugar, haciendo que mi amiga cayese el suelo perdiendo el equilibrio y que yo estuviese a punto de seguir el mismo camino.

¿Qué ha sido eso?

Entonces una multitud de lo que parecían ser sirvientes y trabajadores, incluso guardías, se dirigió hacia nosotros, haciendo que casi cayese al suelo de bruces, manteniéndome como podía mantenerme en pié. Aquello me resultó extrañado, ¿qué diablos había pasado?... Dejé pasar a toda aquella maraña de gente desesperada, mientras esperaba a que se despejase al menos un poco el camino, para poder hablar con Saeko con tranquilidad, o para respirar al menos.

Era gracioso porque aquel día había sobrevivido a un intento de ejecución, a la calor sofocante de aquel maldito lugar, a un humo con complejo de asesino, a un ligero terremoto y a lo que parecía una estampída de “animales” acobardados deseando huir del lugar. ¿Podía pasar algo más en aquel entrañable día?

Me preocupa el visir, vamos a mirar, Saito.

Ese terremoto no creo que haya sido algo casual...—dije ligeramente preocupado, mientras inhalaba profundamente aire, ahora que el efecto de aquel humo parecía disiparse—Vayamos a mirar, sí...

Esperé a que mi compañera hubiese empezado a subir para ir detrás, rezando porque Yafar estuviese bien, con la lámpara y que pudiesemos marchar ya de aquel maldito infierno lleno de arena. Mi amiga me había hecho preocupar ligeramente, pero estaba seguro de que no pasaba nada importante...

* * *


N-No... Esto no está pasando...

¡¡¡Soy imparable!!! —Dijo Yafar alzándose en el aire, parecía que flotando incluso.

¡Tú no eres nadie! ¡No mereces ni siquiera morir!

Quedé atónito y por un instante perdí el equilibrio de mi cuerpo por completo, casi al borde de caerme. La situación que se plasmaba frente a mi era un completo horror, algo que jamás había presenciado: Yacían decenas de cadáveres sin vida, algunos con una falta importante de miembros, otros aplastados, otros quemados hasta el punto de siquiera parecer humanos...

Un extraño olor llegó a mí, era algo dulce, y a su vez vomitivo... Jamás había visto tantas personas muertas, jamás había visto tantas atrocidades cometidas a la vez... Y todas cometidas por un hombre, apreté los puños con fuerza mientras hacía grandes esfuerzos por no vomitar allí mismo.

Había contemplado la muerte desde varios puntos de vista cierto era, incluso había dejado morir un par de personas hoy mismo con las decisiones que había tomado, incluso sabía que en el fondo no me importaría matar a las personas que hiciesen falta para cumplir mis objetivos, o los que me llegasen a proponer mis Maestros, pero... ¿Acaso yo no luchaba por una razón justificada? ¿No luchaba yo por unos ideales? ¿No había defendido personas y en ocasiones llegando a resultar herido por ellas? ¿No había intentado salvar hoy a las personas de la mano de un dictador? Si por aquello podía ser juzgado que así fuese, no me importaba en absoluto. Pero que jamás me comparasen a aquel cabrón que había realizado una pequeña matanza sin motivo aparente, por gusto quizá.

Apreté los dientes, con odio y repugnáncia, plantándome lo mejor que pude ante aquella situación, conteniendo las arcadas que aquello me provocaba. Al mirar mejor, pude vislubrar como además había destruído parte de una edificación y ahora se podía contemplar mejor el cielo azul, el mismo cielo azul que arrojaba luz sobre los cadáveres de aquellas pobres personas que habían muerto de una forma cruel e inhumana.

Ah, vosotros dos,—dijo mirándonos a Saeko y a mí, como si no pasase absolutamente nada—me temo que esta lámpara no la entregaré a vuestro... grupo. Volved con vuestros maestros de pacotilla y decidles que este poder es ahora mío y solo mío. Podéis venir los que queráis, pero no podrá vencerme nadie.

Lo miré varios segundos sin comprender la situación, y entonces el odio y repugnancia que sentía hacía aquel bastardo se hicieron mayores. Nos había traicionado, nos había traicionado bien traicionado; burlándose incluso de que nuestros intentos por detenerle serían completamente inútiles, a pesar de que volviésemos con la ayuda de nuestros Maestros. ¿Quién diablos se creeía para subestimarnos?...

Estamos perdidos… —Entonces miré como a nuestro lado se encontraba el que hasta hace un momento vestía como un Príncipe, el susodicho Aladdín, parecía haber estado incluso combatiendo con Yafar, y de cuya presencia no me había dado cuenta si no hubiese sido por aquel comentario.

Será interesante también hacer mía a la princesa Yasmín…

¿Yasmín?...

Intenté moverme, pero no pude. Aquel desgraciado había conseguido mucho poder, aunque seguía sin saber de dónde lo había conseguido; ¿Una simple lámpara era capaz de otorgar tanto poder? Algún truco o secreto tenía que tener, pues no podía ser invencible, me negaba a creer en aquella remota posibilidad.

¡No!

Con un simple movimiento invocó una gran bola llameante que si no hubiese sido esquivada por el chico, hubiese acabado con él. La bola siguió avanzando mientras arrasaba todo a su paso, la observé, impotente por mi falta de fuerza. Siempre me acababa faltando fuerza, siempre llegaba un enemigo al que no podía hacer frente por mi falta de esta y por el que otros podrían morir... El Wayvern, la criatura de aquella noche, el Sincorazón que podría decirse que había “acabado conmigo” en otro línea temporal del País de Nunca Jamás, ahora aquel visir lunático...

Todos ellos eran mucho más fuertes que yo llegados a un punto, un punto al que parecía que nunca podía acceder, por mucho que me esforzase; por mucho que me levantase, siempre aparecía alguien superior a mí para pisotearme sin problemas, haciendo que cualquier esfuerzo mío quedase en una nimiedad.

...¿Que podía yo hacer ahora? ¿Que había cambiado desde mi batalla junto a Saeko para parar a Wayvern?...

Sé que es difícil… —miré con curiosidad, uno de los ayudantes de Aladín se encontraba hablando con Saeko, me acerqué para ver que pasaba— No tengo ni idea de dónde sois, ni qué tratos tenías con aquel tipo, pero está claro que esto se ha ido de nuestras manos, y de las vuestras. Ahora ese sujeto tiene un poder mayor que el de cualquiera de éste lugar y de otros, y sabéis a lo que me refiero —Alcé una ceja medianamente extrañado, ¿Entonces eran de Tierra de Partida? ¿O simplemente conocían de la existencía de otros mundos como Yafar?—. Si se vuelve más poderoso… muchas más tierras podrían ser atacadas y masacradas por él. Si actuamos por separado, será imposible que podamos detenerle. Si queremos evitar que eso ocurra… sólo podemos hacerlo trabajando juntos.

Pensé durante unos segundos en lo que había dicho. ¿De verdad podríamos detenerle incluso actuando todos los que estábamos allí?... Si bien es cierto que a Yafar le costaría matarnos un poco más que a aquellas personas, no dudaba que fuese a lograrlo si de verdad nos interponíamos en sus planes, pero no había duda alguna de que era lo que había que hacer; teníamos que vencer allí, sí o sí.

>>¿Te parece bien una tregua temporal? Sólo hasta que arreglemos todo esto...

Miré a Saeko, la cual parecía estar pensándose bastante aquello, la verdad es que yo tampoco estaba demasiado seguro. ¿De verdad era buena idea confiar de nuevo en personas que no conocíamos? ¿Que pasaría si vencíamos a Yafar por algun casual y entonces ellos se hacían con ese enorme poder el cual debía estar relacionado con la lámpara si o si?...

No te equivoques, no estoy aceptando tu ayuda por compasión, sino por mis propios intereses. —Saeko me miró, esperando a que yo también opinase sobre aquella tregua temporal.

Miré a Saeko, y luego al chico:

Si mi compañera no tiene ningún inconveniente, no seré yo el que ponga trabas a esto; además hay que detener a ese maldito a cualquier precio. Así que habrá ayudarse temporalmente.

Mi compañera arrancó un trozo de ropa de su manga y se la tendió al exportador de la lámpara mientras musitaba un hechizo de curación para ayudarle a sanar parte de sus heridas, la verdad es que aquel chico parecía saber defenderse, o de otra manera no me explicaba por qué no había muerto también a manos del visir pirado.

Antes de poder decir nada, Saeko sacó para mi sorpresa la Piedra Escarabajo, mostrándosela al resto de gente que debía consderar “compañeros” por un tiempo.

Es la Piedra Escarabajo. Me la entregó Yafar para localizar la lámpara mágica. Si vamos a ir contra el visir, seguidme.

Empecé a seguir a mi compañera, mientras intentaba pensar con frialdad; Habían cambiado muchas cosas en todo aquel tiempo, de aquello no había duda. Lo demostraría aquí y ahora, no perderíamos, en absoluto. La prepoténcia de Yafar tenía que ser un punto débil por el que abrirnos paso hacía la victoria.

Mientras caminábamos, cavilé:

Si atacamos todos de frente a Yafar, nos aplastará sin apenas dificultades, como ya hemos comprobado que puede hacer...—apreté los dientes al recordar aquella escena que estábamos abandonando— Pero en cambio, si los ataques los lanzamos desde distintas direcciones no será capaz de pararnos, no a todos a la vez. Por eso propongo que una vez tengamos que enfrentarnos a él, ataquemos cada uno en una dirección diferente, eso para empezar. A continuación...—miré a Aladín— Necesito saber si el impresionante poder que ha conseguido proviene de la lámpara que te ha arrebatado, de ser así, ¿tiene ese objeto algún punto débil? ¿Alguna manera de ser detenido?¿Alguna manera de quitarle el poder?—si no respondía, le apremiaría, pues tiempo era lo que nos faltaba— Hay muchas cosas que no entiendo de ese objeto ni de lo que puede hacer, y necesito que nos las expliques si realmente quieres que salvemos a Yasmín de las manos de ese monstruo, tu decides.

Esperaba que Aladín me respondiese, pues estaba dispuesto a matar a aquel maldito visir con tal de llevarme aquella lámpara junto a Saeko y entregársela a mi Maestro.

¿Querían Yafar ver una muestra de lo que los aprendices de los “Maestros de Pacotilla” podían hacer? Pues aquél hijo de puta iba a quedar servido aquel día.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Sombra » Sab May 31, 2014 12:23 am

Los cuatro aprendices formaron así una alianza provisional que en aquel momento era más que necesaria.

En cuanto saliesen de palacio verían que el jardín estaba completamente desierto, no había rastro de Yasmín.

Tenemos que detenerle —dijo el joven en voz baja mientras apretaba su puño hasta el punto de haberse hecho daño con sus propias uñas.

El escarabajo apuntaba en dirección al desierto.

Aladdín silbó con todas sus fuerzas haciendo que desde el cielo se acercase una extraña alfombra que voló hacia ellos. El hombre observó con desconfianza a los aprendices de Bastión Hueco, pero no dijo nada del tema.

Vámonos —sentenció mientras se colocaba sobre la alfombra.

En cuanto estuviesen listos el objeto mágico empezaría a elevarse en el aire dirigiéndose hacia donde Saeko (que era quien tenía el escarabajo) le indicaba.

Y tras varias horas de vuelo llegaron a una especie cañón en el que se metieron para finalmente encontrarse unas ruinas. Había cientos de edificios y torres, todas aquellas construcciones estaban semienterrados en la arena.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Aquella ciudad perdida era tan bonita como extraña. ¿Cómo había acabado así aquel lugar? Era imposible saberlo, pero lo cierto era que el escarabajo les había indicado que la lámpara estaba allí, cerca.

El mono de Aladín (que había estado oculto entre sus ropas) se dirigió a las ruinas sin más saliendo de la vista de todos.

¿Alguno ha escuchado alguna vez la leyenda del Rey Salomón? —se escuchó la voz de Yafar desde algún punto incierto de aquellas ruinas—. Fue un hechicero y uno de los primeros alquimistas, estudió el elixir de la vida eterna, transmutación y magia más poderosa que ninguna otra.

>>Su legado desapareció, pero tras él quedaron vestigios de su poder y su magia en forma de pequeños objetos animados y muchas otras cosas: La Cueva de las maravillas era una de las mayores cámaras de tesoros del Rey Salomón, pero no la única y la lámpara fue uno de sus creaciones más poderosas.

Desde el fondo de las ruinas apareció aquel vil asesino, portando la lámpara junto a su loro y un ser azul que podrían reconocer como el Genio, que mostraba la expresión más triste que pudiesen imaginar. Pero no solo estaban ellos, la Princesa Yasmín le acompañaba sujeta por los brazos con unas fuertes amarraduras que impedían que huyese.

Se dice que la línea sucesora de los actuales reyes son descendientes de ese gran hechicero y que su sangre puede hacer funcionar los artefactos más poderosos que encierran las ruinas del Rey Salomón repartidas por todo el mundo.

El hombre curvó sus labios en una cínica sonrisa.

El problema es que también necesito sacrificios para hacerlos funcionar otra vez —se mantuvo en silencio unos instantes—. Con esos artefactos este mundo sería mío, lograría poder ilimitado y conquistaría todo, ¡sería inmortal e invencible! —alzó su puño como si intentara alcanzar el sol.

>>Y vosotros habéis venido hasta aquí, eso significa que deseais ser mis sacrificios para despertar el silo.

Tengo un plan —susurró Aladín—. ¿Y eso es todo? Es ridículo —empezó a provocarle alzando la voz.

¿Cómo dices?

Lo que oyes.

El mono de Aladín saltó sobre la lámpara cogiéndola al vuelo y arrancándola de las esqueléticas manos de Yafar, que soltó un grito lleno de miedo.

¡La tengo! —exclamó Aladín contento—. ¡Genio, ahi va mi segundo deseo!

>>Deseo que nos protejas de la magia de Yafar. ¡Ahora!

Aladín empezó a correr hacia Yafar para atacarle, sin embargo una barrera había aparecido entre ellos y el malvado hechicero.

También había aparecido una cosa más.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Un colosal sincorazón había aparecido antes aparentemente la llamada del brujo. Saito y Saeko lo reconocerían ya que en Bastión Hueco no eran demasiado raros, claro que tenían conocimiento por parte de sus Maestros que un solo aprendiz no podría medirse contra uno de ellos.

Aquel era uno de los sincorazones que era mucho mejor evitar. Todo el área brilló mostrando que la barrera que les separaba de Yafar se había extendido encerrándoles en las ruinas con aquel monstruo y parecía que no podría deshacerse hasta que vencieran aquella cosa.

Cada paso que daba hacía retumbar todo como si crease un pequeño terremoto con cada pisada.

Tenían decenas de edificios para esconderse, pero la fuerza que aquel monstruo poseía no tardaría en echar cualquier muro abajo y era bien sabido que los sincorazón poseían un instinto especial para detectar los corazones, en especial el de aquellos que portaban la legendaria Llave Espada. La única ventaja que disponían era que su velocidad y reflejos eran nulos.

Yafar tenía que estar realmente desesperado si de verdad quería utilizar sincorazón para atacar. Muy pocos podían controlarlos sin sumirse en la oscuridad por completo.

Spoiler: Mostrar
Enemigo: Bégimo
Datos desconocidos.


Spoiler: Mostrar
*La VT y los PH de todos los personajes están al máximo.

Spoiler: Mostrar
Fecha límite 3-6-2014
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Darkness Seeker » Dom Jun 01, 2014 6:51 pm

Una vez llegamos al exuberante jardín, pudimos ver cómo estaba totalmente vacía, sin un alma allí. Ni siquiera Yasmín estaba presente.

Tenemos que detenerle

Saeko mostró el escarabajo, el cuál indicaba la dirección de la lámpara mucho más allá de los jardines, y posiblemente de la ciudad también. Cuando Aladín lo vió, dio un silbido a lo que vino en su ayuda una conocida nuestra:

Vámonos

Tras un largo viaje a través de las arenas, llegamos a un gigantesco hueco en el desierto, en el que semienterradas se hallaban múltiples ruinas de lo que parecía un antiguo imperio ya desaparecido.

¿Alguno ha escuchado alguna vez la leyenda del Rey Salomón? —Oímos de pronto, sin saber de dónde exáctamente— Fue un hechicero y uno de los primeros alquimistas, estudió el elixir de la vida eterna, transmutación y magia más poderosa que ninguna otra.

Su legado desapareció, pero tras él quedaron vestigios de su poder y su magia en forma de pequeños objetos animados y muchas otras cosas: La Cueva de las maravillas era una de las mayores cámaras de tesoros del Rey Salomón, pero no la única y la lámpara fue uno de sus creaciones más poderosas.

Comencé a mirar por todas partes, con la esperanza de poder verle entre las ruinas. Si no averiguábamos desde dónde hablaba, seríamos una presa fácil para el mago.

Se dice que la línea sucesora de los actuales reyes son descendientes de ese gran hechicero y que su sangre puede hacer funcionar los artefactos más poderosos que encierran las ruinas del Rey Salomón repartidas por todo el mundo.

Entonces le ví. Allí estaba, con Genio y Yasmín, los cuáles estaban bajo el poder de Yafar.

El problema es que también necesito sacrificios para hacerlos funcionar otra vez . Con esos artefactos este mundo sería mío, lograría poder ilimitado y conquistaría todo, ¡sería inmortal e invencible! — pronunció mientras alzaba su bastón y su puño, haciendo un gesto de poder.

¿Qué hacemos?— comenté por lo bajo al grupo.

Tengo un plan — me susurró Aladín— ¿Y eso es todo? Es ridículo —empezó a provocarle alzando la voz.

¿Cómo dices?

Lo que oyes.

Pude ver a lo lejos como el mono de Aladín se abalanzaba sobre el mago, quitándole la lámpara en el acto.

¡La tengo! —exclamó Aladín contento—¡Genio, ahi va mi segundo deseo!

Deseo que nos protejas de la magia de Yafar. ¡Ahora!

Aladín se dirigió con su espada en ristre hacia Yafar, dispuesto a saldar su cuenta pendiente, pero una barrera mágica había aparecido, ignoraba si se trataba de obra del Genio o del propio hechicero, pues algo mucho más peligroso e importante hizo aparición:

Spoiler: Mostrar

~Neru's Soundtrack: "Darkness Strikes"~


Spoiler: Mostrar
Imagen


Una enorme criatura de gruesas patas e imponentes cuernos hizo aparición, dejando mostrar su poder a medida que el gigante se acercaba a nuestro grupo y provocaba pequeños temblores con cada paso que daba.

¿Al...guna idea?— comenté a nuestro grupo, a la vez que veía cómo la pared que separaba al mago y a Aladín se iba extendiendo a nuestro alrededor.

Había que actuar, y antes de que aquella bestia nos aplastara.

Si mis compañeros no me daban algún tipo de indicación, trataría de subir a alguna torre o edificio lo suficiente alto como para poder llegar a la espalda de aquella criatura con un doble salto, y tras eso tratar de descubrir algún punto débil para atacar a base de golpear todo aquello que encima de aquella criatura encontrara, incluyendo su propia piel o los cuernos que tenía en su cabeza.

Spoiler: Mostrar
Resumen:
— Si a Neru no le piden nada en específico, trata de subir a algún tejado.

— Tras subir al tejado trataría de alcanzar la espalda de la criatura con un doble salto.

— Una vez arriba se encargaría de gopear al Bégimo en su piel o en alguno de sus cuernos si cae cerca

Posteo ahora porque luego no podré hasta el fin de semana siguiente: Suerte ^^
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

Imagen

Logros ~ Neru
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen


Awards

~ 2014 ~

Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

~ 2015 ~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Avatar de Usuario
Darkness Seeker
34. Tahúr
34. Tahúr
 
Mensajes: 1004
Registrado: Vie Ago 16, 2013 5:18 pm
Dinero: 171,944.51
Banco: 15,730.00
Ubicación: The Realm of Darkness
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor James Bond » Lun Jun 02, 2014 8:46 pm

La batalla contra aquellos dos misteriosos luchadores no duró mucho cuando una especie de gas se soltó en la sala, de la cual rápidamente salimos, tras un pequeño encuentro contra el tipo que le había robado la lámpara a Aladdín.

Cuando nos lo volvimos a encontrar, estábamos en unas extrañas ruinas las cuales juraría que no vi en mi primera visita. Aparte de aquel loro rojo y el genio, que parecía estar decepcionado, llevaba a una chica de morena piel. No sabía quien era, pero suponía que debía de ser la tal Yasmín que mencionó antes.

Por fortuna, Aladdín logró recuperar la lámpara, empleando su segundo deseo para que fuéramos protegidos de la magia de Yafar. ¡Así que así se llamaba! Bueno, al menos ahora sabia su nombre.

De pronto, una barrera mágica se levantó delante de nosotros, y un enemigo de descomunal tamaño avanzó hacia nosotros. Recordaba que tuve una situación similar en la cueva donde encontramos la lámpara y que desapareció cuando derroté a mi enemigo. Así que tocaba pelear.

Muy bien, acabemos con este bicho primero, y luego vamos a por Yafar. ¡Libra!

Tras realizar aquel hechizo para conseguir la información, blandería mi Llave-Espada y mi espada para dirigirme al punto débil que me mostrase y atacaría sin piedad.
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
James Bond
28. Samurai
28. Samurai
AnimeDesign
 
Mensajes: 826
Registrado: Mié Dic 05, 2007 6:00 pm
Dinero: 200,000.00
Banco: 15,728.25
Sexo: Masculino
Clan: AnimeDesign
Estantería de objetos
Karma: 4

Re: [Agrabah] Arenas Traicioneras

Notapor Tsuna » Mar Jun 03, 2014 8:15 pm

Me llevé una amarga sorpresa cuando llegué a los jardines donde anteriormente habíamos hablado, Saito y yo, con nada menos que la princesa Yasmín. Sentí cómo el pecho se me comprimía al pensar que el traidor de Yafar se había salido con la suya, a lo que me limité a observar la piedra Escarabajo, quizás deseando, en vano, que me dijese dónde se encontraba aquel individuo.

Pero sorprendentemente, para más sorpresas si cabía, ¡una alfombra voladora apareció! Me quedé atónita ante semejante objeto, en el que todos se empezaron a subir sin problemas. ¿Pero de verdad era fiable? Yo no estaba tan segura.

¿Acaso esta alfombra es segura? ¿Esperas que me suba sin más? —interrogué al mendigo, claramente reacia a subirme en semejante objeto

Pero suspiré cuando los vi a todos encima, no parecía una alfombra ordinaria, lo que me llevó a entender que ese mundo había muchos objetos mágicos y curiosos, como la Lámpara, la Piedra Escarabajo que yo misma sostenía o la propia Alfombra. No tenía más elección, e insegura, me subí en ese objeto.

* * *


Spoiler: Mostrar


Está apuntando a ese cañón. —expliqué, inmersa en mis pensamientos y en la brújula, revuelta y mareada por el vértigo que sentía al observar el suelo tan al fondo

Procuraba en la medida de lo posible no dirigir la mirada a tierra firme, porque nada más despegar comprobé cómo me conseguí marear de mala manera. Sin embargo, en el último tramo me atreví a alzar la cabeza porque no quería perderme nada; hasta ahora solo habíamos recorrido montañas y montañas de arena.

Una ciudad… —comenté asombrada mientras analizaba aquellas ruinas, hundidas y devoradas por la arena y el paso del tiempo

La arquitectura y el diseño de los edificios me resultaron atractivos, parecía un lugar relajante y aislado de toda civilización. ¿Pero qué iba a querer Yafar en un páramo semejante? Eso era lo único que no llegaba a entender.

¿Alguno ha escuchado alguna vez la leyenda del Rey Salomón? —ahogué un grito, nerviosa, al escuchar la voz de Yafar. Observé en todas las direcciones posibles, buscando con la mirada en las terrazas o en lo alto de los edificios, pero no conseguí nada. Lo peor es que sabía nuestra posición, pero nosotros la suya no. Por mi parte, simplemente quedé en guardia y preparada para lo peor— Fue un hechicero y uno de los primeros alquimistas, estudió el elixir de la vida eterna, transmutación y magia más poderosa que alguna otra. Su legado desapareció, pero tras él quedaron vestigios de su poder y su magia en forma de pequeños objetos animados y muchas otras cosas: La Cueva de las maravillas era una de las mayores cámaras de tesoros del Rey Salomón, pero no la única y la lámpara fue uno de sus creaciones más poderosas.

¡Claro! Entonces comencé a comprender mejor de dónde provenían todos aquellos objetos que horas atrás imaginé como propios del mundo. La Lámpara, la Alfombra, la cueva esa cuya existencia desconocía, ¿y la Piedra Escarabajo también? Sospechaba que sí, que todo lo que quería Yafar giraba en torno al Rey Salomón.

Comprobé entonces con horror cómo el traidor aparecía al fondo de las ruinas, junto con su pájaro, la princesa Yasmín y el mismo ser azul que pude ver en las ruinas del Palacio. Aunque no le había prestado demasiada atención, desconocía que era exactamente aquella cosa; ¿una invocación de Yafar quizás? Todo era posible con esos temibles poderes mágicos suyos, a los que me tendría que enfrentar en breve; no iba a permitir que se saliese con la suya, no después de la masacre que provocó y de cómo trató a nuestro bando.

Se dice que la línea sucesora de los actuales reyes son descendientes de ese gran hechicero y que su sangre puede hacer funcionar los artefactos más poderosos que encierran las ruinas del Rey Salomón repartidas por todo el mundo.

»El problema es que también necesito sacrificios para hacerlos funcionar otra vez. Con esos artefactos este mundo sería mío, lograría poder ilimitado y conquistaría todo, ¡sería inmortal e invencible! —realmente dudaba que pudiese ser capaz de eso que contaba, los Maestros lo seguirían superando con creces. Incluso el maestro Ryota era capaz de controlar a los Sincorazón y ponerlos bajo su voluntad… Yafar por el contrario seguía sin ser nadie, aunque sus poderes me dejasen perpleja en el Palacio— Y vosotros habéis venido hasta aquí, eso significa que deseais ser mis sacrificios para despertar el silo.

Tragué saliva, imaginándome el peor de los escenarios. Sabía que podía matarme con solo desearlo, pero no tenía otra opción, sentía miedo pero era mi deber acabar con él, por las mentiras que me contó —la lámpara no era suya, a fin de cuentas—, o cómo nos traicionó descaradamente. Sería entonces Aladín quién me sacó de mis pensamientos, susurrando algo de un plan. Yo lo observé desconfiada, ¿qué plan se le podía ocurrir a alguien a quién habíamos engañado tan fácilmente?

¿Y eso es todo? Es ridículo. —me sorprendió bastante su comentario, llegando incluso a causarme una risa tonta que no tardé en disimular tapándome la boca y mirando para otro lado

¿Cómo dices?

Lo que oyes.

Entonces, para mi sorpresa, un pequeño animal que no pude distinguir bien por mi falta de vista le arrebató la lámpara a Yafar por sorpresa.

¡La tengo!

Sí, por muy sorprendente que pareciese, Yafar había sido tan ingenuo como Aladín en el Palacio. ¿Habría perdido sus temibles poderes una vez no tuviera la lámpara? Si ese era el caso, yo misma me encargaría de llevarlo ante los Maestros.

¡Genio, ahí va mi segundo deseo! Deseo que nos protejas de la magia de Yafar. ¡Ahora! —y se lanzó directo a la batalla

Yo abrí los ojos como platos, realmente atónita por haberlo comprendido todo. Aquella Lámpara podía conceder cualquier deseo, y de ahí a que Yafar se hiciera tan poderoso; y por esa razón la querían mis Maestros.

¡Conque era eso! —pensé en voz alta, ignorando todo lo demás

Pero no tardé en volver al mundo real cuando sentí una barrera brillante rodeando las ruinas, junto con una criatura que me provocó un susto enorme:

Spoiler: Mostrar
Imagen


Spoiler: Mostrar


Había escuchado de los Maestros en sus lecciones sobre Sincorazón que aquella especie era realmente poderosa, de las más temibles que podía haber, y yo nunca esperé toparme con uno cara a cara. Me quedé helada.

¿Al… guna idea? —comentó el niño

Lo miré con clara desconfianza, ¿de verdad un novato semejante iba a luchar con aquella cosa, que a cada pisada provocada un terremoto? No esperaba que fuese útil en nada, por lo que lo mejor sería dejarlo como cebo.

Haz lo que quieras.

Muy bien, acabemos con este bicho primero, y luego vamos a por Yafar. ¡Libra! —y así, ambos jóvenes comenzaron a atacar al monstruo

Si los Maestros querían una Lámpara que concediese cualquier deseo, podríamos resolver todos nuestros problemas con tan solo pedirlo, incluso la destrucción de Tierra de Partida. Sin duda, no podíamos desaprovechar aquella oportunidad, por lo que me giré a Saito y lo agarré por un hombro, tirando de él con fuerza para susurrarle al oído mi plan.

¡Saito! Esa Lámpara puede conceder cualquier deseo… por increíble que parezca. Tenemos que cogerla en cuanto podamos, ¿vale? —y una vez me diese su opinión, asentiría con la cabeza, preparada

Desconocía hasta qué punto podía llegar la fuerza de aquel Sincorazón, pero si Yafar había conseguido invocarlo no hacía más que demostrar sus capacidades, igualmente, estaba decidida a hacerme con aquella Lámpara. Mi estrategia era sencilla, haría lo mismo que con el animal del Palacio, solo que esta vez no tenía nada que temer, pues parecía bastante lento.

¡Veamos qué puedes hacer, monstruo!

Y me dirigí a por una de sus patas traseras, cortando tanto con mi Llave Espada como con mi katana sus tobillos, intentando inmovilizarlo. Una vez hecho eso, retrocedería unos cuantos metros, preparada para cualquier cosa que pudiese hacer.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

AnteriorSiguiente

Volver a Segunda Saga

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado

cron