[Ciudad Disney] La Revolución

por **Kairi** » Dom Jun 01, 2014 8:35 pm

Kairi no dio en el blanco porque Xefil se apartó rápidamente, pero no tuvo problema para apagarse él mismo las llamas. Un problema menos, pensó Kairi. Ahora había que ocuparse del enorme enemigo que estaba estrangulando a Maya. Afortunadamente, Xefil llegó a tiempo de atacarlo, liberando así a Maya.

- ¿¡Por qué no estás retorciéndote de dolor en el suelo!? - exclamó el grandullón intentando atacar a Xefil, pero este era demasiado rápido para él.

El enemigo retrocedió y lanzó una serie de bombas que alcanzaron a los tres Aprendices sin oportunidad de esquivarlas, pues la explosión cubría mucha distancia.

Kairi cayó al suelo dolorida. Awa-chan se puso a su lado, la explosion también le había alcanzado. Tenía que actuar deprisa, ya que el punto débil del enemigo era su torpeza y lentitud. Si conseguía ponerse a su espalda, podría pegarle en la cabeza.

- Awa-chan, necesito que distraigas a ese grandullón - le pidió a su mascota - . Pero ten cuidado.

Awa-chan asintió y se puso a correr veloz por entre las piernas del enorme hombre-perro, esquivando cualquier cosa que se le acercara. Kairi aprovechó y corrió también, atenta por si lanzaba más bombas y esquivarlas, hasta ponerse a su espalda y asestarle un buen golpe en la cabeza con la Llave. Luego se alejaría y volvería a repetir la táctica si hiciera falta. Esperaba dejarlo inconsciente o por lo menos hacerle bastante daño.

por **Zee** » Lun Jun 02, 2014 10:07 pm

—¿¡Por qué no estás retorciéndote de dolor en el suelo!?

Me aparté de uno de sus puñetazos en el último momento, sintiendo el viento que había cortado sacudir mi cabello. Hice mi Llave-Espada a un lado, intentando alejarla del sujeto por si intentaba algo con ella, como arrebatármela. Retrocedí medio paso, colocándome en posición defensiva, y clavé mi mirada en la de aquel gigantesco ser, desafiándolo.

—¿Por qué? —repetí, arqueando una ceja y apretando los labios—. Tal vez porque no puedes ni tocarme siquiera, t-tú... ¡bola! ¡B-bola gra-grasosa!

No supe si mis pésimos insultos servían para poner de nervios a nuestro oponente, pero sin duda comenzaba actuar cada vez de manera más agresiva. Reculó un par de pasos y sacó de sus bolsillos un nuevo grupo de bombas. Abrí los ojos por la sorpresa, maldije entre dientes e intenté hacerme a un lado... no obstante, duraron mucho menos que las anteriores y fue imposible esquivarlas. La metralla que salió disparada me golpeó como una lluvia de plomo por el cuerpo y me hizo doblarme de dolor.

—Okay, ahora me estoy retorciendo de dolor... —pensé, apretando la mandíbula para intentar no quejarme en voz alta. Mi piel ardía por las quemaduras y por las magulladuras que acababa de recibir; lo hacía como mil demonios.

Ya no podía ir al frente. Estaba a punto de caer derrotado.

Sin embargo, lo hice de cualquier manera. Un Caballero de la Llave-Espada lucha con determinación y sabe cuándo retirarse... y todavía no era mi momento. Todavía me quedaba una última oportunidad.

Me lancé al frente con un grito de guerra, sosteniendo la Llave-Espada con ambas manos. Clavé mi mirada en la de la bestia y la hice brillar con el color carmesí de la Locura, conforme me acercaba hacia él en mi frenética carrera. Eché mi arma hacia atrás, como si fuera a asestar un fuerte tajo y...

—Elusión Mágica.

Desaparecí en el último instante. Con un resplandor violeta, volví a materializarme a un costado del ser, a unos palmos por encima del suelo. Allí sí, en su punto ciego, dejé caer mi Llave-Espada con tanta fuerza como pude en su rostro, directamente en la nariz. Aterricé de cuclillas y solté mi arma debido al golpe. Mis manos comenzaron a arder y a temblarme.

—Venga, sólo cae y ya —supliqué mentalmente.

por **Zodiark** » Mar Jun 03, 2014 3:43 pm

—Gr-Gracias... —le dije a Xefil, de rodillas en el suelo, tras haber caido, llevándome una mano al cuello y recobrando el aliento.

Tosí un par de veces y, cuando por fin pude volver a respirar, me reincorporé y me puse de pie, preparada para vengarme de aquello. No obstante, justo al ponerme de pie, vi algo volando hacia mí: más de aquellas bombas que Pete tenía en su poder.

Sin darme tiempo a echarme a un lado, la explosión de las bombas me cegó, pero lo peor era el dolor con el que venía acompañada. Caí al suelo de espaldas por culpa de la fuerza de la explosión, y me retorcí de dolor, intentando contener mis gritos. No quería que Pete viera el daño que me había hecho. Comprobé que Kairi, que acababa de llegar, y Xefil también habían sido víctimas de las bombas cuando el humo se disipó del todo.

Mis dos compañeros y Awa-chan se movilizaron rápidamente para lanzarse a por él, y yo debía hacer lo mismo.

—Me las pagarás, Pete... —murmuré, furiosa, levantándome de nuevo y agarrando el mango de la Llave Espada con una mano y la punta con la otra, de forma que tenía un gran y consistente palo en posición horizontal.

Aprovecharía la distracción de Pete con Xefil, Kairi y Awa-chan y correría hacia él con la Llave Espada horizontalmente por delante y le golpearía una de sus rodillas con ella. Con suerte, conseguiría rompérsela o, al menos, desequilibrarle y tirarle al suelo.

por **Sombra** » Mié Jun 04, 2014 2:29 am

Kairi, Xefil y Maya

Una cosa que había demostrado Pete hasta aquel momento en el combate es que no era un hombre muy inteligente y se dejaba llevar bastante bien por las provocaciones, eso hizo que la estrategia de Xefil funcionase bien.

—Gra... ¿¡GRASOSO!? —alzó la voz tan furioso que parecía que le fuese a salir humo por las orejas—. ¡Solo estoy fuertote!

Y cuando lanzó una bomba al frente tratando de alzanzar al aprendiz... éste se desvaneció. Pete soltó un grito ahogado por la sorpresa y no tardó en ver (más bien sentir) mientras la bomba explotaba sin dañar a nadie.

¡Zas!

El cortante sonido de las hojas del aprendiz se hizo escuchar en toda la sala, el golpe acababa de romperle la nariz al gigantesco gato humanoide haciendo que soltase un chorro de sangre que manchó las blancas losas del suelo.

—¡Me las pagarás! —señaló con dedo acusador—. ¡Tramposos!

Kairi tampoco se quedó atrás, junto a su fiel gato rojo corrieron hacia la espalda del animal.

—¿Qué se supone que eres tú? —inquirió refiriéndose al animal, que empezó a correr alrededor de las piernas de Pete sin llegar a atacarle o algo similar. El antagonista de aquel combate no prestó mayor atención al animal en aquel momento.

Kairi llegó detrás golpeando a Pete, sin embargo la fuerza de la chica y el manejo con la llave espada que tenía era prácticamente nulo.

—¡Aparta! —exclamó dándole un puñetazo a la chica logrando tirarla de culo contra el suelo. Su fuerza era algo que asustaba y casi había noqueado a la aprendiza... Pete dio unos pasos hacia ella y sonrió triunfante—. Dulces sueños.

Pero no solo Kairi había ido a la carga. Maya apareció a tiempo para evitar que dañasen más a la casi noqueada chica y aquello la salvó por muy poco.

Sorprendentemente, el golpe de Maya fue el más fuerte de todos, lo suficiente como para que Pete pareciese perder el equilibrio momentaneamente.

—¡Me tenéis harto! —el hombre dio un sorprendente salto hacia atrás apartándose de los aprendices hasta quedar al otro lado de la sala del trono—. ¡Es hora de que contempléis vuestro final!

Pete hizo aparecer una bomba más, aunque aquella no se parecía a las que había lanzado a lo largo del combate y que aunque molestas no resultaban realmente peligrosas. Aquella, por el contrario era muchos grande y parecía bastante más pesada, también mostraba el símbolo de una calavera blanca que daba MUY mala espina.

Su ataque definitivo... y la mecha ya estaba encendida. ¿Alguien tenía algún poder que pudiese recorrer toda aquella distancia en tan poco tiempo? Una cosa estaba clara, ninguno de ellos podría permanecer consciente si lanzaba aquella monstruosidad.

El hombre empezó a girar su brazo preparando el lanzamiento de aquel mortífero explosivo.

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Todos

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El brujo no tuvo ningún inconveniente para llegar hasta el castillo, tan solo se encontraría a varios médicos cuidando de un soldado en la entrada que parecía haber sido noqueado por... ¿Goofy según lo que decían algunos curiosos? Era difícil creer algo así de una panda de cotillas, pero nunca se sabe...

Los pasillos estaban vacíos, tan blancos y relucientes que llegar a parecer siniestro para un habitante de un mundo como Ciudad de Halloween, al menos uno que en su vida hubiese pisado otro mundo antes, pero no era el caso.

Alec escucharía una serie de explosiones, parecían venir de un pasillo por el que había pasado antes ya que por allí se iba a la sala del trono, lugar que conocía.

Cuando el joven llegase se toparía de bruces con un enorme hombre que se alzaba cerca del trono y parecía enfrentarse a sus compañeros de Tierra de Partida, que parecían bastante debilitados. Podía estar seguro de que lo que fuese que tenía en su mano y que movía como preparando un lanzamiento no era nada bueno.

Pero por suerte para él, no hizo falta intervenir. Cuando el aprendiz intentó entrar Kazuki le retuvo agarrándole del hombro mientras le guiñaba un ojo con complicidad.

—Paro —susurró el Maestro mientras clavaba su mirada en el gato gigante.

La mecha de la peligrosa bomba que Pete había estado a punto de lanzar se detuvo por completo, sorprendiendo al animal.

—¿¡Quién demonios sois!? —rojo de ira arrojó la bomba que había sido detenida en el tiempo contra Kazuki.

El Maestro tan solo ladeó un poco la cabeza sin molestarse en apenas esquivar logrando evadir por completo el objeto, el cual chocó contra la pared acabando en el suelo con peso muerto.

—Esto... ¿Alguno tiene una magia de agua o algo que sirva? —preguntó el hombre como si nada señalando la bomba—. Para apagar la mecha, digo.

Dicho eso, el somnoliento hombre corrió llave espada en mano contra el villano liberando a bocajarro una brillante magia desconocida que derrotó al momento a aquel tipo.

Pete cayó pesadamente contra el suelo completamente derrotado, había perdido la consciencia.

—Eh... Chicos... —invitó a los cuatro a que se acercaran hacia él—. Me temo que tengo eh... muy malas noticias —expresó con un tono sombrío.

>>El Rey Mickey ha sido secuestrado y no sabemos a donde ha sido eh... llevado. Ronin se ha ido a atender otros asuntos urgentes y eh... Encargué a Donald para que alertase a la Federación Galáctica e iniciase una búsqueda exhaustiva. La Reina Minnie viene hacia aquí, tendremos una pequeña charla con ella y... Tendremos que decidir que hacer con éste.

El Maestro materializó unas largas cuerdas que empezó a atar alrededor de Pete con una maestría indiscutible.

Si alguno tenía que asimilar aquella información o hacer alguna pregunta... Era el momento.

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por **LightHelco** » Jue Jun 26, 2014 4:05 pm

No podía más que preguntarme qué narices había pasado en el castillo durante mi ausencia al escuchar todo lo que tenían que decir Kazuki y mis compañeros. Tras haber regresado del sistema de alcantarillados de la ciudad, había vuelto al castillo andando para descubrir que el capitán de la guardia, Goofy había acabado herido (o así hablaban por los pasillos del lugar).

Además el hecho de acabar encontrándome a todos luchando contra un perro gigantesco y gordo no me hacía más que pensar si realmente habíamos hecho bien mi compañera y yo en haber dejado a Donald a solas para volver. Por suerte Kazuki los encontró a la vez que yo y pudo encargarse de vencer al canido y detener la bomba que llevaba salvando así a Maya y el resto.

La verdad es que todo aquello hasta me llegaba a parecer medianamente normal, viendo lo poderosa que era la líder de los rebeldes, que hubiesen conseguido colar a uno de ellos no lo veía descabellado, pero lo que más me llegó a sorprender es que hubiesen podido secuestrar al Rey Mickey estando de guardia tanto el Maestro Kazuki como Ronin ¿tan poderosa era Chihiro que había sido capaz de pasar por encima de ellos?

—Maestro… siento que el secuestro del rey haya podido ser culpa mía —hablé apuntando antes con la mano hacia la mecha de la bomba y dejando escapar un pequeño hechizo Hielo sobre ella tal y como nos había pedido el hombre —. El Maese Donald y yo nos encontramos con un dopple de Chihiro y nos amenazó para que le dijéramos quienes se encontraban en el castillo y con qué propósito. Juro que no dije ninguna palabra, pero temo que el poder de Chihiro haya sido capaz de descubrir que os encontrabais aquí…

Esperé a la posible respuesta del Maestro ante aquella declaración, pero al sentir unos golpecitos en la pierna y mirar hacia abajo para ver a Ilana apuntando a mi bolsillo recordé a la jauría de perros de la que debíamos informar al hombre. Sacando el teléfono que les había quitado a los canidos, se lo entregué a Kazuki antes de explicarle lo que nos habíamos encontrado.

—Y algo más sobre los rebeldes, Ilana y yo seguimos a un grupo de ellos por los túneles subterráneos de la ciudad. Parecía que estaban intentando destruir uno de los generadores de electricidad de la ciudad. Iban a usar este comunicador para ponerse en contacto con algún superior, seguramente Chihiro —teoricé recordando cómo esta había mencionado algo sobre que su plan estaba a punto de ser realizado —. Sobre el grupo de rebeldes, en estos momentos y si el poder de mi compañera no ha desaparecido, deben de estar siguiendo una copia de Ilana por los túneles, así que si enviáis a algunos soldados del Rey seguramente los lleguen a atrapar a tiempo.

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por **Zee** » Mar Jul 01, 2014 12:55 am

Retrocedí con un salto para poder evaluar el estado de mis heridas; tal vez lamerlas un poco antes de volver a la carga. Mientras me tomaba esos segundos de descanso, confiando en que mis compañeras podrían contra el ser, contemplé cómo mis ropas habían quedado completamente destrozadas, exponiendo mi piel chamuscada debajo en muchas zonas. Afortunadamente ninguna de las quemaduras parecía ser grave: segundo grado, solamente; necesitarían cuidado y eran muy, muy dolorosas, pero sanarían sin muchos problemas.

—¡Me tenéis harto! —rugió nuestro oponente, retrocediendo hasta que quedó en el otro extremo de la amplia habitación—. ¡Es hora de que contempléis vuestro final!

Entre sus manos se materializó un nuevo explosivo. Maldije entre dientes, abriendo también mis ojos por la sorpresa, cuando contemplé cómo aquella bomba superaba en tamaño a todas las que había lanzado durante la pelea... por mucho. ¡Era enorme, tan grande que tendría que sostenerla entre mis dos brazos si yo intentase levantarla! No sólo eso, sino que, como si necesitase ser todavía más ilustrativa, tenía dibujada un gran cráneo blanco en el centro.

Apreté los dientes y rugí, frustrado e impotente. ¿¡Por qué tuve que hacerme a un lado!? Ahora estábamos prácticamente en extremos contrarios, sería imposible recorrer toda esa distancia y deshacerme de la bomba. E incluso si lograra acercarme, ¿qué haría con ella? ¿Levantarla y llevármela corriendo? ¿Humedecer mis dedos y apagar la mecha?

—¡Contra la pared! —pedí a mis compañeros, aunque no tenía muy claro de que iba a servir aquello. ¿Tal vez podría extender alguno de mis hechizos y ayudarlos a subir por el muro? ¿Podríamos evitar la onda expansiva?

Pero antes de que pudiese retroceder e intentar cualquier cosa, la mecha de la bomba simplemente... se detuvo. Dejó de avanzar, pero no se apagó: la chispa seguía allí, brillando, pero ya no se movía. Nuestro oponente se giró para contemplar la bomba con la misma sorpresa que nosotros en cuanto dejó de escuchar su explosivo.

—¿¡Quién demonios sois!? —rugió, arrojando la bomba muerta en dirección a la puerta. No entendí la razón de aquello, hasta que me giré siguiendo la trayectoria del proyectil, y me encontré con que Kazuki recién había llegado a la sala. El Maestro apenas se esforzó en esquivar el explosivo, moviéndose sólo lo necesario.

Se vio bastante cool.

—Esto... ¿Alguno tiene una magia de agua o algo que sirva? —pidió mi tutor, sin poner mucho interés en el enemigo que teníamos al frente—. Para apagar la mecha, digo.

—Ella —dije casi al instante, señalando a la chica del pelo color chicle con el dedo.

Y luego de eso, Kazuki materializó su Llave-Espada y se lanzó al frente contra nuestro oponente. Le disparó un potente hechizo a quemarropa, algún ataque brillante que ni pude reconocer (y no porque tuviese que entrecerrar los párpados) , el cual lo dejó noqueado por completo. Si la magia de Kazuki había sido muy poderosa o si ya lo habíamos desgastado bastante, eso no quedó claro; pero me sentí aliviado de cualquier manera por haber terminado con aquel pleito.

—Eh... Chicos... —llamó el Maestro una vez hubo terminado con aquel ser—. Me temo que tengo eh... muy malas noticias —el tono seco de Kazuki activó mis sentidos de alerta. Inmediatamente me temí lo peor, que Chihiro hubiese logrado algo, herido al Rey Mickey o a Ronin, o que hubiese logrado acercarse a la Piedra Angular...

—Pero la Piedra está aquí, ¿no...? —murmuré, demasiado adolorido como para levantar demasiado la voz.

—El Rey Mickey ha sido secuestrado y no sabemos a donde ha sido eh... llevado —casi al instante dejé escapar un "Qué" de extrañeza, completamente incrédulo a lo que había dicho. ¡Pero si lo habíamos dejado en la biblioteca hacía sólo un rato!—. Ronin se ha ido a atender otros asuntos urgentes y eh... Encargué a Donald para que alertase a la Federación Galáctica e iniciase una búsqueda exhaustiva. La Reina Minnie viene hacia aquí, tendremos una pequeña charla con ella y... Tendremos que decidir que hacer con éste —como respondiéndose a sí mismo, Kazuki materializó un par de cuerdas y empezó a atar a nuestro enemigo con ellas.

—¿Qué puede... ugh...? —me sacudí y me llevé una mano a una quemadura particularmente dolorosa que tenía en el viente, y la cual no había notado hasta que decidió comunicarme su presencia con una potente punzada. Con algo de esfuerzo, volví a comenzar—: ¿Qué puede ser... más urgente que... el secuestro del Rey? —aunque no hubiera sido mi intención, mi pregunta casi sonó como un ataque a Ronin y Kazuki—. ¿Y qué pasó...? El Maestro Ronin y yo te dejamos con el Rey en la biblioteca... Todo estaba bien...

>>¿Alguien tiene una... Poción o... algún ungüento? Esto quemaba menos durante la pelea...

por **Kairi** » Vie Jul 04, 2014 9:06 pm

Gracias a que el gradullón era algo irascible, el plan de Xefil funcionó. Consiguió esquivar la bomba y golpearlo en la nariz. Mientras tanto, Awa-chan corría entre las piernas del enemigo y Kairi aprovecharía para atacarlo.

- ¿Qué se supone que eres tú? - dijo refiriéndose al gato. En ese instante, Kairi lo golpeó con la Llave Espada, pero no pareció haberle hecho daño alguno. La fuerza y resistencia de la criatura eran bastante grandes.

- ¡Aparta! - Bastó un puñetazo de aquel enemigo para tirarla al suelo, algo que dolió mucho y casi la deja inconsciente - Dulces sueños.

Por suerte, Maya intervino justo a tiempo para evitar que el grandullón la rematara. Kairi pudo ponerse de pie con cierta dificultad y seguía sosteniendo su arma con firmeza.

- ¡Me tenéis harto! - gritó el enemigo fuera de sí - . ¡Es hora de que contempléis vuestro final!

Hizo aparecer una bomba más grande que las que había lanzado hasta ahora, con el dibujo de una calavera blanca. Aquello no le gustó nada a Kairi, que se preparó para lo peor. Los Aprendices estaban demasiado lejos para impedir que lanzara la bomba y tampoco podían huir, era una muerte segura...

De repente, la mecha de la enorme bomba se detuvo. Era como si se hubiera detenido en el tiempo.

- ¿¡Quién demonios sois!? - gritó el grandullón arrojando la bomba hacia los misteriosos salvadores, que resultaron ser Kazuki y Alec. El Maestro pudo esquivar la bomba fácilmente, que gracias a su magia no explotó por el impacto.

- Esto... ¿Alguno tiene una magia de agua o algo que sirva? - preguntó - . Para apagar la mecha, digo.

- Ella - dijo Xefil señalando a Kairi.

- Sí, espero que sirva... - dijo acercándose a la bomba y lanzando Aqua sobre la mecha. Mientras tanto, Kazuki atacó con su magia al enemigo, que cayó derrotado.

- Eh... Chicos... - los llamó Kazuki - . Me temo que tengo eh... muy malas noticias.

>>El Rey Mickey ha sido secuestrado y no sabemos a donde ha sido eh... llevado. Ronin se ha ido a atender otros asuntos urgentes y eh... Encargué a Donald para que alertase a la Federación Galáctica e iniciase una búsqueda exhaustiva. La Reina Minnie viene hacia aquí, tendremos una pequeña charla con ella y... Tendremos que decidir que hacer con éste.

Kazuki hizo aparecer unas cuerdas que empezaron a atar al grandullón automáticamente. Kairi se sintió culpable porque de alguna manera, era responsable del secuestro del Rey.

- Yo... - dijo acercándose a Kazuki cabizbaja - . Siento mucho lo ocurrido. A lo mejor si hubiera actuado de alguna otra forma... Sólo he sido un estorbo.

>>Ah... Yo ya había visto antes a Chihiro en la misión anterior, cuando fuimos transportados al pasado. Pero no era como es ahora. ¿Qué pasó para que cambiara?

- ¿Alguien tiene una... Poción o... algún ungüento? Esto quemaba menos durante la pelea...

- A lo mejor esto te ayuda - dijo Kairi lanzando Cura sobre Xefil.

por **Sombra** » Sab Jul 05, 2014 2:22 am

—Eh... uh... —balbuceó el Maestro Kazuki tratando como podía contestar a todos los aprendices—. Al parecer err... Goofy está siendo manipulado con una especie de artilugio. Cuando nos atacó bajamos la eh... guardia ya que es la mano derecha y agarró al Rey Mickey de forma que me resultó imposible lanzar magia y esto... Albert —volvió a confundir el nombre de Alec—. Probablemente Chihiro hubiese preparado todo de antemano repartiendo un sinfín de esos Doppels para asegurarse de que sus planes saliesen bien. Es molesto decirlo, pero eh... Ella es un peligro comparable a los Villanos Finales y los sincorazón, posiblemente tiene un poder mágico que tal vez pudiese vencer a más de un Maestro de la Llave Espada.

—No podemos quedarnos de brazos cruzados ante tal amenaza.

Una voz suave y aguda, pero firme se dejó escuchar desde la puerta de la sala del trono. Una mujer que se parecía bastante al Rey Mickey entró en la estancia junto a varios guardias que no se esperaron ni un momento para acercarse a Pete y encadenarlo con unas gruesas esposas mientras que otro revisaba sus prendas retirando las bombas escondidas bajo aquel disfraz.

Aquella mujer, ataviada en un elegante vestido que mostraba su alto estatus social y una diadema en forma de corona no podía ser otra que la Reina.

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—¡Reina Minnie!! —exclamó el despistado Maestro en cuanto la mujer se acercó al grupo confirmando además su identidad.

—En primer lugar, no me cabe duda de quien es ese misterioso asaltante. Pete será desterrado al Exilio de inmediato —dijo con total frialdad sin mirar al ahora desenmascarado "Capitan Tepe"—. Ya se le ha advertido, pero esta vez ha llegado demasiado lejos.

—¿¡Al Exilio!? —casi gritó Kazuki—. ¿Y que hay de interrogarle? Podría eh... tener información valiosa.

La Reina Minnie alzó su mano haciendo callar al somnoliento hombre.

—Y se hará —afirmó—. Nuestros magos rastreadores empezarán a investigar la magia empleada por Chihiro para dar con su ubicación real, no sabemos en qué clase de lugar podría estar viviendo, pero si lo ha secuestrado es sin duda porque busca la forma de acceder a la Piedra Angular.

—Si pudiese llegar a ella... Podría alterar la historia a su antojo, ir a cualquier momento de la historia del mundo y moldearla. ¿Que se supone que pretende? —el maestro soltó un rugido y golpeó con el puño cerrado la pared más cercana. Un largo silencio se hizo en la sala solo interrumpido por los pasos de los guardias que se llevaban al prisionero inconsciente a aquel Exilio.

—Lucharemos con uñas y dientes para que jamás alcance la cámara secreta, recuperaremos al rey Mickey y haremos que tengan el justo castigo.

***

Aquella amarga misión había llegado a su fin. Con las indicaciones de Alec arrestaron sin problema a los vándalos, que al parecer querían hacer saltar cualquier tipo de seguridad activada por la tecnología del castillo, también analizaron el teléfono móvil que el aprendiz había robado y que se utilizó para coordinarse con Pete.

La revolución sin los doppel de Chihiro manejando los hilos se detuvo de golpe y la Reina Minnie no dudó en poner duras sanciones a todos aquellos que habían logrado atrapar destruyendo cosas o pintando en las paredes. Poco a poco, Ciudad Disney fue recuperando su esplendor y su divertida monotonía, sin embargo faltaba alguien importante y sin él había un toque triste y gris en el rostro de los buenos ciudadanos y por supuesto la Reina Minnie.

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por **Zodiark** » Sab Jul 12, 2014 1:33 am

—Eh... Chicos... —dijo el maestro Kazuki tras derrotar a Pete—. Me temo que tengo eh... muy malas noticias.

Un escalofrío me recorrió la espalda. Fuese lo que fuese, pocas veces había visto a Kazuki así, hablando con ese tono. Y, estando en medio de una misión en mi mundo natal, sabía que no iba a gustarme nada lo que tuviese que decir.

—El Rey Mickey ha sido secuestrado y no sabemos a donde ha sido eh... llevado. Ronin se ha ido a atender otros asuntos urgentes y eh... Encargué a Donald para que alertase a la Federación Galáctica e iniciase una búsqueda exhaustiva. La Reina Minnie viene hacia aquí, tendremos una pequeña charla con ella y... Tendremos que decidir que hacer con éste. —dijo, refiriéndose al inconsciente Pete.

—¿Qué...? —murmuré llevándome las manos a la boca.

¿El rey, secuestrado? Aquello no era nada bueno. Teníamos suerte de que Ciudad Disney era un lugar tranquilo y lleno de gente pacífica, ¿pero ahora que el rey no estaba, quién sabe qué podría ocurrir, quién sabe si esa situación de calma podría torcerse? ¿Y si aparecía otro maleante como Pete y ponía sus zarpas sobre la Piedra Angular? Por suerte mi familia, Donald, Goofy, Minnie y el resto de gente del castillo seguía allí para protegerla, pero sin el rey la seguridad del castillo no sería la misma. Además, ¿adónde lo habían llevado? Su vida podía estar en peligro... Y, en el peor de los casos, quizá ya estaba...

Alec y Kazuki explicaron la situación, y poco después llegó la reina Minnie. Al parecer lo que en un principio había comenzado como una simple caza y captura de unos vándalos gamberros había acabado desenmascarando algo más gordo, tras lo cual se ocultaba una tal Chihiro. Fuese quien fuese, no podía ser alguien normal, si el propio Kazuki aseguraba que su poder podía compararse al de los Villanos Finales.

—En primer lugar, no me cabe duda de quien es ese misterioso asaltante. Pete, será desterrado al Exilio de inmediato. Ya se le ha advertido, pero esta vez ha llegado demasiado lejos.

Por alguna razón que no llegué a comprender, aquella palabra, "Exilio", hizo que un frío y breve escalofrío recorriese mi espalda.

—¿¡Al Exilio!? —respondió Kazuki, algo incrédulo ante las palabras de la reina—. ¿Y que hay de interrogarle? Podría eh... tener información valiosa.

—Y se hará —afirmó Minnie—. Nuestros magos rastreadores empezarán a investigar la magia empleada por Chihiro para dar con su ubicación real, no sabemos en qué clase de lugar podría estar viviendo, pero si lo ha secuestrado es sin duda porque busca la forma de acceder a la Piedra Angular.

La Piedra Angular... Recordé de nuevo que el rey no estaba, y me pregunté si mis padres y mi hermana, junto al resto de los soldados del castillo, serían capaces de defenderla ante esta nueva amenaza. No podía evitar sentir una gran preocupación por ellos y por el futuro de Ciudad Disney.

—Si pudiese llegar a ella... Podría alterar la historia a su antojo, ir a cualquier momento de la historia del mundo y moldearla. ¿Que se supone que pretende? —dijo el maestro, enfurecido, y golpeó la pared con rabia, tras lo cual se hizo un breve pero tenso silencio.

—¿Viajar en el tiempo y cambiar la historia? ¿Es ése... el verdadero poder de la Piedra Angular? —pregunté curiosa mientras los soldados se llevaban a Pete de la sala. A pesar de haber vivido tanto tiempo en el Castillo Disney, no sabía que la Piedra Angular era capaz de hacer algo tan peligroso en las manos equivocadas.

—Lucharemos con uñas y dientes para que jamás alcance la cámara secreta, recuperaremos al rey Mickey y haremos que tengan el justo castigo.

—Reina Minnie... —me dirigí a ella, acercándome un poco y haciendo una reverencia—. Estoy preocupada por esta situación. Éste es mi mundo natal, y sin duda quiero recuperar sano y salvo al rey Mickey. Proteger este mundo es todo lo que me importa ahora. Protegerlo como lo habría hecho mi abuelo... —hice una breve pausa y miré al techo, como si estuviera dirigiéndome a él, allá donde estuviese—. Si alguna vuelve a necesitar la ayuda de los aprendices de la Llave Espada no dude en llamarme, Reina. Estaré encantada de colaborar en lo que sea. Y respecto a esa Chihiro —añadí, apretando los puños con furia—, yo misma me encargaré de que pague por esto.

por **LightHelco** » Mar Jul 15, 2014 12:24 am

Mientras Kazuki terminaba de explicar del todo lo ocurrido, la reina del mundo apareció sobresaltándonos a todos debido a su repentina entrada. La mujer ratón identificó sin problemas al perro gigante que había estado a punto de hacer volar por los aires a mis compañeros y también confesó el terrible castigo que se le iba a imponer al animal debido a su traición.

—Supongo que un acto así se ha de responder con un castigo severo… aunque tampoco deberíais pasaros con él, mi señora —advertí a sabiendas de otro castigo que llegó a darse en mi mundo natal —. Algunas veces este tipo de decisiones pueden acarrear problemas.

Los dos adultos siguieron hablando sobre las medidas que iban a tomar para el rescate del Rey Mickey, aparte de plantear una posible teoría sobre que buscaba Chihiro en el castillo. Hablaron de un artefacto llamado Piedra Angular y el cual tenía la capacidad de cambiar el pasado, ja, si yo tuviese acceso a eso también cambiaría varias cosas del pasado.

—Reina Minnie... —se adelantó la pequeña Maya haciendo una reverencia —. Estoy preocupada por esta situación. Éste es mi mundo natal, y sin duda quiero recuperar sano y salvo al rey Mickey. Proteger este mundo es todo lo que me importa ahora. Protegerlo como lo habría hecho mi abuelo...

—Cuente con mi magia también para la tarea, mi señora —me uní a la causa llevándome de forma instintiva el puño al pecho —. Quizás no sea tan habilidoso como el Maese Donald, pero cuento con ingenio y una pequeña espía casi imposible de detectar —le guiñé un ojo a Ilana a lo que ella respondió con un maullido hacia la reina llenó de decisión —. Chihiro me amenazó haciéndome sentir débil, es por ello que pienso luchar para hacerla sentir así de débil cuando nos vea irnos por la puerta grande con vuestro marido.

Mi palabra estaba dada y me importaba poco el cómo cambiara mi vida durante el tiempo en que descubríamos la localización del Rey, lucharía hasta rescatarlo y ver a aquella mujer derrotada.

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por **Sombra** » Dom Jul 20, 2014 9:49 pm

El Exilio

Un lugar frío y oscuro donde no había nada ni nadie. El tiempo tan solo pasaba impasible, inmutable. No iba a morir y Pete lo sabía, en aquel lugar no podía morir de hambre o sed, sin embargo le esperaba por delante la eternidad.

El Exilio era una cárcel especial, no había entradas ni salidas y aquel que entraba no podía escapar. Era peor que una sentencia de muerte, poco a poco la cordura iba desapareciendo cuando la soledad, el aburrimiento y la desesperación hacían mella en el individuo. ¿Dónde estaban los otros prisioneros? Posiblemente muertos, el suicidio era la mejor y única vía para escapar, para escapar de aquella tortura.

Pete observó en silencio el vacuo cielo y se sentó, quizás esperando un milagro o tal vez esperando su final. Lo que de verdad podía verse a simple vista era rabia y odio, ambos aumentaban por cada minuto que pasaba allí encerrado, él no moriría. Esperaría el momento para escapar y entonces tendría su venganza...

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