[Selva Profunda] Enemigos mortales

[Sombra]

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El clima era sofocante. La humedad en el ambiente era muy grande y las altas temperaturas hacían de un día como aquel insoportable incluso a la sombra de un árbol.

Al menos para alguien que no estuviese acostumbrado, claro.

Justiniano llevaba mucho tiempo allí por lo que estaba más o menos habituado a la estación de lluvias y demás. Aquella tarde no era nada del otro mundo, en realidad. Aquel clima era de lo más habitual.

Durante aquella tarde el joven había trabajado como siempre muy duro junto a sus compañeros y amigos; los gorilas. Había contruído alguna cosilla, recolectado víveres... Lo normal para sobrevivir.

Justiniano descansaba tranquilamente en una zona con grandiosas vistas a la selva. ¡Incluso se veía el oceano a lo lejos! Los cantos de los animales le rodeaban, daba igual si alguien estaba o no solo. Siempre había alguien. Obviamente, una persona normal no podría entenderlo, pero él era diferente. Había vivido acompañado por las Voces de la Selva durante mucho tiempo. Había aprendido a interpretarlas incluso, no era difícil en realidad. Solo era necesario ser un poco observador para comprender que querían decir: Peligro, alimento aquí... La información que ofrecían aquellas Voces de la Selva era enorme y muy útil para el joven.

Sin embargo algo hizo que el ambiente cambiase sin motivo aparente...

Las voces de la selva callaron quedando todo en el más absoluto de los silencios. Cientos de aves salieron volando de un punto en concreto en todas direcciones con tal de alejarse de allí lo más rápido posible. Sin duda, aquello era una alerta muy grande. Algo había pasado, algo malo y fuese lo que fuera aquello no podía tratarse de algo bueno.

¿Qué había pasado?

Quizás, el joven tenía curiosidad y por tanto desease acercarse o tal vez prefiriese seguir su "instinto de supervivencia" e imitar al resto de habitantes de la selva evitando así cualquier acercamiento a la zona durante algún tiempo. Al menos hasta que el peligro hubiese desaparecido

La decisión sobre que hacer era enteramente suya.

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Bueno, como puedes ver puedes elegir que camino seguir. Según lo que vayas escogiendo puede pasar una cosa u otra ya sea buena o mala. ¡Incluso tengo preparado un pequeño premio si tienes suerte!

[Thalmor]

-"Realmente nunca llegaré a acostumbrarme del todo a este lugar"

Justiniano, al sentir un aroma de inseguridad en el ambiente, decidió emprender la investigación por su cuenta. Los animales huían realmente nerviosos, pero el joven realmente no parecía preocupado por el motivo de su miedo... o por los seres salvajes mismos. Ahora bien, aquel clima de inseguridad le hizo perderse por momentos, por lo que se vio obligado a trepar a uno de los árboles cercanos. Los troncos eran gruesos y las lianas muy resistentes, así que no suponía apenas dificultad llegar hasta un punto elevado. Con equilibrio, se colocó en una de las ramas más altas de pie. Finalmente podía ver el horizonte... todo plagado de jungla, pero él tenía un sexto sentido (al igual que los demas habitantes de la selva) así que más o menos supo por donde orientarse.


-"La selva está plagada de peligros, pero la ley natural establece que cada especie suele tener un depredador natural... pero nunca he oído hablar de uno común a todas ellas"

Observó una columna de pájaros, todos provenientes de una misma dirección.

-"Sea lo que sea, lo más probable es que el peligro esté en tierra".

Con cuidado, descendió nuevamente a la profundidad de la jungla. Sea lo que fuere aquello, sentía que pronto iba a averiguarlo.

[Sombra]

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No puedo aceptar este post, lo siento. Has controlado el ambiente como te ha dado la gana, cambiado de escenario etc. Lee las normas y vuelve a intentarlo modificando tus errores.

[Thalmor]

Post editado. Editaré este mismo post más adelante.

[Sombra]

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La próxima vez no edites, postea en un nuevo mensaje ya que sino no sé si has o no rectificado el post ^^

Justiniano descendió por la jungla, era difícil avanzar y algunos tramos eran infranqueables. Pero cada vez estaba más cerca del "epicentro" de aquello. Mientras más se acercaba, más vacío estaba todo. Ni siquiera los insectos estaban cerca...

Era todo muy extraño...

Más aún cuando viese un humeante cráter en el suelo con los restos de una nave Gumi. Por todos lados había piezas del aparato interestelar tanto fuera como dentro del agujero. También había numerosos paquetes y cajas, muchos de aquellos objetos estaban rotos mostrando su contenido; comida, ropa, armas... Había todo tipo de cosas. Quizás el muchacho conociese aquel tipo de aparato o tal vez no y por tanto sintiese curiosidad por verlo más de cerca... Pero no le dio tiempo ya que una voz le llamó desde encima suyo.

—¡Hey tú! —pudo escuchar claramente. A varios metros de altura había un hombre que parecía enredado en unas ramas y que al estar sujeto por unos arneses de un paracaídas le era imposible bajar—. ¿Puedes echarme una mano?

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El hombre que le acababa de llamar era un hombre obeso y con cara de tener muy malas pulgas. Vestía con unas ropas negras con una chaqueta de cuero y una camiseta blanca por debajo bastante sucia, seguramente por culpa de los árboles con los que se había enganchado. Sus pantalones eran holgados y dejaban gran movilidad, estaban sujetos por un cinturón... que en realidad era una simple cuerda. Múltiples cadenas colgaban de su chaqueta y pantalones. Finalmente, sobre su cabeza ocultando parte de su negro y revuelto cabello tenía un gorro negro con una plaquita con un símbolo extraño que Justiniano no lograba ver bien.

—¡Venga! ¿A qué estás esperando? —apresuró al joven.

El árbol en el que estaba tenía cerca de seis metros de altura y él estaba en la parte más alta... ¿Cómo debería actuar el muchacho con aquel desconocido?

[Thalmor]

Justiniano sonrió con malicia y mientras observaba al hombre que colgaba del árbol.

-Pues podría esperar a que te asfixies, a que los insectos y aves se coman tu cadaver... para que posteriormente tus restos óseos sean succionados por la tierra. Creo que sería un trato justo que la selva reclamase tu cuerpo como compesación del daño que has hecho con esa cosa, que supongo que será de tu propiedad.

Dicho esto, señaló los restos de la nave gumi.

-Ahora bien, no puedo negar que una insaciable curiosidad me carcome. Así que estás de suerte, veré como puedo bajarte.

Acto seguido, utilizó las ramas y lianas cercanas para llegar a la altura del hombre.

-Esto quizá te impresione un poco, pero tranquilo, es así como bajo los huevos de los nidos sin romperlos.

Utilizando un pequeño cuchillo, Justiniano cortó un par de las cuerdas del paracaídas, lo que provocó que el hombre cayese hacia el suelo...pero cuando parecía que iba a darse el imapcto, la caída se frenó en seco. Justiniano estaba remplazando la parte faltante con su brazo derecho mientras se deslizaba por una liana. Inmediatamente lo soltó, recibiendo aquel hombre un pequeño golpe en el culo a unos 30 cm de distancia del suelo. El joven bajó a tierra y se dirigió al recién llegado.

-Cambia esas cuerdas por lianas y el arnés por un nido. Bueno, no espero que lo entiendas a la primera. ¿Se puede saber quien eres?

Dijo con tono chulesco el joven, quien se dolía de su brazo derecho al tener que emplear bastante fuerza para sujetar al hombre en caída. Había forzado sus límites, ya que una cosa eran huevos, y otra humanos obesos.

[Sombra]

El hombre miró enfadado a Justiniando ante las provocaciones de este, pero se mantuvo en silencio a sabiendas de que no quería tener que quedarse allí para siempre. En cuanto fue bajado, el hombre se quejó al caer de culo, sin embargo se quedó allí suspirando de alivio.

—Normalmente te habría dado una buena yoya, chaval. ¿Hablarle así a alguien que acabas de conocer? ¿En serio? ¡Los niños de hoy en día no respetáis a vuestros mayores! —replicó con mala cara—. Lo primero de todo, si preguntas el nombre de una persona, lo normal es que digas el tuyo primero. Pero como me has salvado haré una excepción. Soy Simon y no me sacarás nada de información, es decir: No te importa de donde vengo.

Tras eso, el hombre se acercó al crater y se arrodilló frente a este, como si fuese un ser preciado el que estuviese allí.

—¡Toda mi mercancía arruinada! Malditos campos de Basura Espacial y asteroides. ¿De dónde narices salen tantos?

El hombre empezó a bajar por la pared del crater con cuidado de no resbalar logrando llegar finalmente a lo que era la nave. Se internó en la cabina, donde si Justiniano le seguía vería que intentaba comunicarse con alguien a traves de un extraño aparato que tal vez conociese como una radio, el hombre se puso unos enormes cascos que parecían orejeras con una especie de artilugio que salía de uno de los lados hasta cerca de la boca.

El hombre empezó a trastear con la radio mientras decía al artilugio frente a su boca cosas como "Probando" o "¿Hay alguien ahí?"

—¡Ah, por fin! —exclamó de pronto—. He tenido un accidente con mi Nave Gumi en el Sector 9, sección 3 en las coordenadas X 93, Y -508 en Selva Profunda. Necesito un rescate cuanto antes.

>Eh... sí, un campo de asteroides y basura espacial. ¿Eh? ¿Cómo que se ha prohibido hasta nuevo aviso penetrar el perimetro?

La cara del hombre enrojeció un poco enfadado.

—¿Me tomáis el pelo? ¡Es una emergencia! —gritó, tras eso se mantuvo en silencio unos segundos—. ¿Dos días? Agh... Está bien —acabó dandose por vencido—. Hey, tú. ¿Dónde está el pueblo o ciudad más cercano?

[Thalmor]

Justiniano se cruzó de brazos y replicó a Simon.

-No me importa de donde vengas, no me importa el como llegaste aquí, solo me importa saber cuando te vas a largar. Tienes suerte de que no te confundiese con un furtivo... ¿Pero que estoy diciendo? Los furtivos te cazarían a ti, eres una buena pieza y podrías suministar carne a un fuerte durante un mes

Sonrió tras esta clara burla a la obesidad del hombre.

-Pero ahora bien, ya que te has presentado, te diré mi nombre: Justiniano.

Luego dio la espalda a Simon

-Y respondiendo a tu última pregunta, si por ciudad te refieres a donde encontrar más obesos como tú, lamento informarte que no encontrarás de eso aquí.

Empezó a avanzar lentamente, como con intención de irse, pero se detuvo, atraído por una inegable curiosidad por aquel hombre. Consciente de que realmente deseaba conocer mas acerca de aquel hombre, decidió modificar ligeramente su actitud.

-Yo que usted no me quedaría aquí. Los depredadores abundan...

[Sombra]

Simón ensombreció su rostro. Normalmente los que lo conocían sabían de sobra que era un tipo juerguista y bromista, le gustaba gastar pequeñas bromas que no resultaban molestas u ofensivas a la gente de su alrededor pero en aquel momento parecía realmente enfadado.

Cogió a Justiniano del cuello con una fuerza que superaba por mucho la suya, le sería imposible librarse de aquel estrangulamiento por mucho que lo intentase.

—Me temo que hoy no estoy de humor para aguantar a niñatos como tú —sentenció aprentando el cuello del muchacho un poco más—. Te crees muy duro, ¿no? No eres nadie, solo un simple salvaje. ¿Estoy gordo? Sí, y eso no es de tu incumbencia pero creeme si te digo que podría acabar contigo y con otros cien como tú.

>No me conocías de nada y empezaste a insultarme y a burlarte de mí. ¿Te parece bonito, niñato? Porque la próxima vez te juro que te daré la paliza de tu vida. ¿Queda claro? Y dices que los depredadores abundan... Si un niñato como tú ha podido vivir aquí yo tengo al menos cinco veces más posibilidades que tú para sobrevivir.

El hombre soltó al joven dejando que cayese contra el suelo de culo, tras eso le fulminó con la mirada. Estaba furioso de verdad. Seguramente una nueva provocación acabaría en tragedia...

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Por cierto, veo que cometes muchos errores y tal. Te recomiendo que leas otros prólogos y tomos el ejemplo de los demás para que puedas mejorar y por tanto recibir una mejor puntuación final.

[Thalmor]

Justiniano se levantó del suelo mientras se cogía el cuello. Postró su seria mirada sobre el gordo, quien seguía muy molesto. De repente, el joven empezó a reirse. Quizá estaba deseando la muerte; quizá estaba loco...

-Vaaaaale, vale vale, por fín has hablado mi idioma... y mis dudas se confirman. No eres una persona normal ¿cierto? No sé que clase de cosas ocultarás bajo esa apariencia.

Acabó de incorporarse y prosiguio su discurso

-Te he juzgado mal Simón, no pareces ser un furtivo. Me veo en la obligación de disculparme.

En el fondo, Justiniano deseaba darle una paliza a ese hombre, pero algo en su interior le decía que era una batalla perdida e innecesaria.

[Sombra]

—Espero que lo digas en serio, niño —suspiró tranquilizandose notoriamente.

Las horas pasaron con un Simon cargando montones de cajas hacia los restos de la nave Gumi. Parecían bastante pesadas, pero a él no le costaba mucho llevarlas, al parecer.

Anocheció.

A lo largo de la tarde los animales habían ido volviendo a la zona. La voz de la selva había vuelto a la zona.

Pero eso hacía peligroso el lugar en cierto sentido. Los depredadores volverían... Y bien sabido era que recientemente había aparecido una nueva amenaza que amedrentaba incluso al más poderoso de los depredadores.

Justiniano no había tenido el placer de encontraselos, pero una cosa era cierta. Eran muchos, peligrosos y atacaban por la noche.

El hombre acababa de entrar a la nave transportando con él la última caja de mercancía. Parecía que no saldría más puesto que acababa de cerrar la puerta de su nave. Parecía que no había nada más que hacer por allí por lo que tal vez lo mejor para Justiniano fuera volver con su grupo, aunque la decisión era suya.

[Thalmor]

-¡Buenas noches, eh!

Justiniano dio media vuelta en dirección a la espesa jungla. Los gorilas vivían junto a un gran árbol, pero en la oscuridad de la noche sería algo más complicado llegar hasta ellos. El joven avanzaba despacio y con precaución, ya que la oscuridad le impedia ver con claridad el camino a seguir.

Se oía a un gran números de animales e insectos hablar con la noche, pero Justiniano había adquirido un 6º sentido el cual le permitía orientarse en la dirección adecuada sin desviarse mucho en su curso. Aún así, aquella noche había una sensación extraña en el ambiente.

El chico prefirió ignorarla y seguir su curso.

[Sombra]

[...]
Tras una larga caminata, en la que le pilló la noche cerrada, Justiniando llegó al hogar de los gorilas sin problemas y pudo descansar sin más. No hubo ataques nocturnos de ningún posible enemigo... nada. Una noche tranquila como la que más.

Llegó el amanecer del siguiente día.

Al igual que el día anterior, empezaba siendo calusoro, insoportable. Justiniano no tuvo problema en levantarse, y al igual que todas las mañanas podía hacer lo que prefiriese, desde ir a buscar comida, dar un paseo para a su vez hacer guardia de que los depredadores no se acercasen, volver a donde estaba Simon...

Podía hacer lo que prefiriese, no tenía ninguna obligación concreta al fin y al cabo. No estaba sujeto a horarios ni a una agenda. Era libre.

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Puedes describir el lugar en donde está la guarida de los gorilas... Pero no son los mismos que los de Tarzan. Tampoco es ninguna zona en concreto de KH I, se trataría de una zona inventada por así decirlo.

[Thalmor]

Finalmente, Justiniano llegó al territorio de su familia gorila. Un aire raro se notaba en el aire, y vio como un grupo de gorilas se encontraba congregado alrededor de algo. El joven se acercó y vio que se trataba de una de las hembras del grupo, la cual estaba en el suelo con muy mal aspecto.

-"¿Se puede saber donde has estado?, todos hemos estado muy preocupados por tí"

El gran líder de la manada, Mojambe, un inmenso gorila de casi 2 metros de altura y una robustez considerable se acercó al joven mientras le observaba con cierta preocupación.

-"Algo extraño ocurrió en la jungla, y tuve un pequeño percance. No pude venir antes. ¿Que le ha pasado?"

Ambos hablaban el idioma de los gorilas, el cual Justiniano había conseguido dominar con el tiempo.

-"Ella enfermó esta mañana. Lo más probable que haya comido algún fruto infectado... Está deshidratada, y no podemos llevarla hasta el río, pero necesita agua".

Expresó con preocupación el gran gorila.

-"No te preocupes (Poniendo una mano en el hombro de Mojambe), yo le traeré algo de agua".

-"Date prisa por favor, no queremos que empeore"

Justiniano asintió y, rápidamente, se internó en la jungla. Estaba oscuro, pero la fauna y la flora jugaban a su favor: numerosas luciérnagas y algunas extrañas setas luminosas incrustadas en las elevaciones rocosas servían a modo de linterna para guiar al chico semi salvaje por la jungla. Llegó al río, improvisó un cuenco con la ayuda de una lasca fabricada con formaciones de silex y un trozo de madera. Rellenó el cuenco de agua y con cuidado regresó con la manada. Entregó el agua a uno de los gorilas, quien se la dio a la gorila enferma.

Una hora más tarde, con todo el grupo ya durmiendo y la gorila parcialmente recuperada, Justiniano seguía sin poder conciliar el sueño.

-"¿Sigues despierto?"

El gran Mojambe se acercó al joven y se sentó a su lado.

-"He visto a uno de mi especie"

El gorila abrió sus ojos como platos, pero luego adquirió una compostura más tranquila.

-"¿Era un furtivo?"

-"No. No parecía un mal hombre, pero para estar seguro, decidí provocarle. No era un furtivo, pero indudablemente era mucho más fuerte que cualquiera de ellos"

-"Hay que tener mucho cuidado. Hace poco perdimos a dos del grupo, y uno de ellos era Razzil, mi hijo pequeño..."

-"Le recuerdo. Para mí fue como un hermano. No podré perdonar jamás a aquel furtivo, Henry Button. No sé si volveré a verlo algún día, pero espero que, del último enfrentamiento que hubo entre nuestra manada y sus cazadores, haya aprendido la lección"

-"Justiniano, debes tener cuidado. Aunque no tengas mi sangre, para mí eres mi hijo, y no quiero perderte como a Razzil"

-"Gracias, y tu como un padre para mí, pero no debes preocuparte... Aún así, sé que algún día tendré que abandonar esta selva profunda, y volver con los míos... Y creo que ese día esta muy cerca."

Tras estas palabras, ambos siguieron conversando hasta que Mojambe quedo dormido, mientras que Justiniano se levantó y siguió contemplando el cielo.

[Sombra]

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Con lo de que tenía el día libre no me refería a que narrases TODO el día, si no que decidieras que hacer y poco más, si no mi intervención como GM es imposible.