[Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

[Myxa]

Había echo bien en confiar en el poder de la Llave-Espada. Gracias a ella, y las de todos los presentes, la puerta que daba acceso a la torre se cerró con un sonoro "clack". A su vez la marabunta de espectros que teñían el cielo de negro con sus capas fueron explotando hasta que sólo quedaron cinco de ellos. Desde el fondo de su corazón dio las gracias a la voz que se proyectó en su mente mientras atravesaba el portal oscuro. Les había salvado la vida a todos.

—Esto no acabará así... ¡Yo nunca pierdo, ¿entendéis?!

Su oído se agudizó ante la rabieta de Setzer y volteó la cabeza justo a tiempo para percibir por el rabillo del ojo un proyectil que se dirigía a ella a gran velocidad. Su cuerpo reaccionó al instante y balanceó el peso de un pie a otro en el aire, provocando que se deslizase gracilmente, evitando así el naipe, y tomando impulso a su vez para cargar contra los espectros que rodeaban al galán.

¿Su estrategia? Distraerlos. Era consciente de la baja forma de sus compañeros de equipo y a juzgar por las acciones de Malik su principal objetivo era Setzer, de forma que los espectros eran un incordio para él. Si a alguno de los fantasmas se le ocurriese lanzarse en contra suya desenvainaría enseguida su katana para bloquear el primer impacto, buscaría un hueco en su defensa y le clavaría la Llave-Espada.

En el instante preciso en que su Aerodeslizador perdiese su eficacia o notase que se ponía en medio de sus compañeros se apartaría de inmediato y adquiriría una posición defensiva a una distancia prudencial del objetivo.

[Sheldon]

—¡C-cómo osas!

Aquellas palabras de ira fueron el resultado de mi ofensiva. Durante un instante creí que aquello me daría la oportunidad de atacarle y hacer que los demás se ahorrasen la lucha contra el hombre. Pero no, tan pronto como me miró, modulando sus rasgos de forma agresiva e inhumana, lanzó un contraataque.

Lanzó una reluciente carta al suelo, donde esta mutó en dos paredes gigantescas de las mismas, que avanzaron con rapidez hacia mi. Resultaba imposible para una persona como yo esquivarlas. Un placaje limpio me arrolló lanzándome en el aire unos metros. La gravedad, aún existente en aquel espacio hizo lo demás.

Levanté la mirada en cuanto pude mientras sentía extenderse a través de mi cuerpo un fuerte dolor. Mis huesos rechinaban mientras mis músculos amenazaban con dejar de trabajar para mi. Mientras que me lamentaba los otros portadores que se habían lanzado al torreón.

—¡¡NO!! —De nuevo, los planes del hombre habían fallado. En varias ocasiones he recordado estos momentos, preguntándome siempre como el que se había vuelto nuestro enemigo nos había facilitado tanto las cosas, a unos simples aprendices casi neófitos.

Los espectros que poblaban la bóveda fueron esfumándose de uno en uno en motas de polvo excepto un pequeño grupo de ellos que permanecieron junto al enemigo actuando de nuevo como un escudo.

—Esto no acabará así... ¡Yo nunca pierdo, ¿entendéis?!

En el aire se extendieron cinco cartas de nuevo, destinadas una vez más los cinco portadores de la llave-espada. La batalla, por tanto continuaba.

Lo que resultaría más complicado en aquel momento sería esquivar la carta. Por suerte, me había incorporado con anterioridad y me había acercado unos pasos de rigor, aunque manteniendome en una segunda fila. El golpe anterior me había alejado del grupo bastantes metros. Supuse así que tendría mayor margen para reaccionar ante la carta.

Así que hice acopio de valor e intenté esquivar como fuese posible la carta que se dirigía hacia mi. Si no conseguía hacerlo con mi cuerpo me valdría de la llave-espada, intentando que el filo de la carta rozase el hierro de mi arma.

Acto seguido, me lancé de nuevo hacia nuestro mayor enemigo dispuesto a lanzarle una estocada cuanto antes pudiese. Un sacrifio que quizás me costaría caro...

[Crystal]

Acepté la poción de aquel chico del bando contrario sin pensármelo dos veces; realmente estaba débil. Me dije que ya se lo agradecería más tarde. De todas maneras, me quedé en la retaguardia, defendiéndome mientras los demás actuaban.

—¡C-cómo osas!

Enok estuvo a punto de darle, pero lo único que consiguió fue darle un buen susto. Su contraataque fue directo a mi compañero, que no pudo esquivarlo. Me mordí el labio, con un sentimiento de impotencia al no haber podido ayudarle. Una vez más estaba resultando bastante inútil mi presencia. Quizás debería haber hecho algo más que quedarme mirando.

Fue la chica aquella que apareció la que consiguió llegar a la puerta. Nuestras llaves se iluminaron y liberaron unos finos rayos que impactaron directamente en la puerta y la barrera volvió a activarse. ¡Una tarea menos!

—¡¡NO!! —un sentimiento de alivio recorrió mi cuerpo al escuchar aquel grito. Estaba claro que con ese movimiento habíamos conseguido cierta ventaja.

Para nuestra suerte, aquellas sombras empezaron a desaparecer una por una. Estorbaban demasiado, y ahora que se habían disuelto, podríamos concentrar nuestros ataques en el que de verdad importaba, cuya cara en ese momento no era precisamente la de querer hacer amigos.

—Esto no acabará así... ¡Yo nunca pierdo, ¿entendéis?!

Los únicos espectros que sobrevivieron empezaron a girar alrededor de él, cómo protegiéndole. Y cinco cartas nos apuntaban, una para cada uno. Todo un detalle por su parte haberlo calculado todo tan bien.

Observé como todos mis compañeros se disponían a atacar, y esta vez decidí que no podía quedarme otra vez atrás. Hice mis mayores esfuerzos para intentar esquivar la carta, ya fuese con mi cuerpo o con mi Llave Espada. Una vez superado eso, saqué mi pistola y corrí para abrir camino a Enok y a los demás, disparando a cualquier espectro con el que me encontrada. De todas maneras, me quedaría cerca de mi compañero de bando para ayudarle cuando lo necesitase. Mi prioridad si había algún problema sería ayudarle.

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Buah, siento haber tardado un poquillo en contestar y no haber podido estar en la otra ronda. Malditos exámenes. ¡Pero ya estoy de vuelta! :D

[Astro]

Los cinco pudieron esquivar su respectiva carta, con más o menos problemas. Freya fue la que más difícil lo tuvo, ya que la carta que iba dirigida a ella le rozó levemente el brazo, pero no llegó a hacerle más que un corte superficial.

El tercer asalto empezó oficialmente, y los que primero llegaron al ataque fueron Enok, Neru y Freya, que se encontraban más cerca del objetivo: Setzer.

Tanto Neru como Freya parecieron estar de acuerdo en abrirle el camino a Enok, quien se dirigía directamente hacia el campeón de struggle. Los disparos de la aprendiza no parecieron hacerle nada a la barrera, pero la Llave Espada del chico de Tierra de Partida sí. Incluso pareció, por un segundo, que conseguían abrir un hueco para alcanzarle, pero...

—¡Sois míos!

Setzer movió bruscamente el brazo de forma horizontal, provocando que una de las cartas que tenía en su mano se volviera gigante, de dos metros de largo al menos, y golpeando con ella (como si fuese un martillo) a los tres aprendices a la vez. Freya, Neru y Enok fueron lanzados unos metros por el aire hasta caer en el suelo con brusquedad, doloridos.

Fue en ese momento cuando llegaron Malik y Myxa. El Impulso del primero le colocó por encima de la barrera, dispuesto a caer sobre el enemigo con la llave preparada y, gracias a la ayuda de la segunda que evitó que dos espectros se pusieran en su camino, lo consiguió.

Setzer no vio venir el ataque. Acababa de despachar a los otros tres, cuando Malik le cayó encima con un sonoro golpe. Una fuerte onda de aire surgió, a la vez que un gran fogonazo de luz que cegó momentáneamente a todos.

Cuando pudieron abrir los ojos, no quedaba fantasma alguno en la zona. Setzer retrocedía torpemente, con la cara desencajada, y sujetándose el brazo donde le había golpeado Malik.

—No... Se suponía que yo no podía perder... —musitó, dejando caer sus cartas al suelo—. Amo...

Todo el poder que habían podido sentir antes de él había desaparecido. Ya no había humo, ni oscuridad, ni nada. Incluso parecía tenerles miedo.

—U-uniros a mí, y a sabré recompensaros —acabó diciendo, entre sudores fríos, mirando a cada aprendiz uno por uno.

Mientras tanto, frente a la puerta de la torre, empezaron a aparecer pequeñas luces que giraban alrededor del suelo, dejando ver lo que parecía ser la figura trasparente de una persona. Un hombre alto, de edad avanzada, vestido con una larga túnica azul y un curioso gorro de pico. Les observaba desde la distancia con los brazos cruzados, con calma, sin decir una palabra.

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¿Quién...?

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- Poción retirada a Darkness Seeker.

Fecha límite: martes 16 de diciembre.

[Darkness Seeker]

—¡Sois míos!

Finalmente, los dos chicos de Bastión Hueco y yo, nos apresuramos contra Setzer, aunque el efecto no fue el esperado. Tras ser lanzados por los aires, impulsados por varias cartas, para acabar los tres en el suelo al poco tiempo.

Mientras, Malik y Myxa se lanzaban hacia Setzer. Antes de que pudiera darme cuenta, Setzer ya estaba acabado.

—No... Se suponía que yo no podía perder...Amo...

—¿Amo?—le pregunté mientras me levantaba del suelo, algo dolorido por el golpe—¿Acaso no estabas sólo?

El hombre, preocupado por su pellejo, comenzó a rogar mientras caminaba por el suelo. Por fin había acabado todo. Ni espectros, ni magias, ni maravillas... Todo había terminado.

—U-uniros a mí, y a sabré recompensaros

—Ni de broma.—comenté mientras me giraba, dejando al hombre en paz.

Pero al girarme buscando algo de tranquilidad, lo que vi fue algo más: En la puerta de la gigantesca torre, la misma que Malik había abierto y de la que había salido el extravagante individuo, unos extraños brillos dorados dejaban entrever la figura de un anciano.

Pero pese a su edad, el extraño mago era realmente poderoso. No era necesario utilizar Libra para saberlo, su porte y determinación se veían a simple vista. ¿Sería el "amo" al que imploraba Setzer hacía un momento?

—¿Quién...Quién sois?

Sólo esperaba que la paz del momento no se viera perturbada por el mago y mi pregunta...

[Myxa]

—No... Se suponía que yo no podía perder...Amo...

“¿Está de verdad haciendo pucheritos? Patético.”

—U-uniros a mí, y a sabré recompensaros

Tras ser derribado de aquella manera y verle suplicar proporcionó a Myxa unas ganas irresistibles de hacer algo que probablemente nadie de los presentes aceptaría. Sonrió y se acercó hacia la posición de Setzer, dando a entender al alvino que aceptaba unirse a su bando mientras le extendía la mano para ayudarle a levantarse.

Cuan lejos estaba de la verdad. En cuando se confiase le golpearía de la manera más brutal que podía en la sien, un golpe que, si acertaba, sería mortal. Le daba exactamente igual la persona que acababa de aparecer de la nada o si alguien trataba de impedirselo: Setzer había sido el primero en atacar, había intentado llenar su preciado mundo de sombras y espectros, había malherido a sus compañeros y había intentado matarlos a todos. Debía asumir las consecuencias de sus actos y si nadie más lo iba a hacer lo haría ella misma.

Aunque, tal vez, existía un modo de detener su mano. Si aquella extraña voz volvía a aparecer en su cabeza pidiéndole que se detuviese, lo haría. Era la única posibilidad ya que le debía mucho por haberla salvado con sus consejos a ella y sus amigos. Si alguien más lo intentaba lamentaría su decisión: sin ningún miramiento le apartaría propinándole un codazo en el estómago.

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Voy a resumir de manera sencilla lo que ocurre: mi personaje va a asesinar a Setzer. El único modo de impedírselo es escuchar de nuevo esa voz en la cabeza pidiéndole que pare. Todo aquel que intente impedírselo recibirá una buena colleja y no, no es broma.

[Sheldon]

—¡Sois míos!

Una nueva treta fue esgrimida por el mago enemigo. En el aire se alzó una gigantesca y pesada carta que cayó de golpe arrollándome junto a Freya y al jovenzuelo de cabellos oscuros. De nuevo me elevé en el aire para terminar cayendo al suelo. Dolorido, intenté alzarme pero ahora era casi imposible. Mi cuerpo apenas respondió a un leve ademán de movimiento.

Mi derrota supuso, sin embargo, una nueva oportunidad, la que los otros portadores aprovecharon para acercarse a nuestro enemigo. Un fino y rápido tajo desequilibró a nuestro antagonista. Su cuerpo expulsó un aura luminosa junto a una bocanada de aire que arremolinó varios de mis mechones.

Apreté con fuerza los párpados y antes de que pudiese darme cuenta, me había levantado. Sostenía uno de mis brazos sobre mi cintura, que amenazaba con fallarme de nuevo. Cuando miré al frente, lo vi. Esta vez sus rasgos se descolaban con fiereza, liberando un torrente de emociones dispares y contradictorias. Bajé la mirada, con una leve dosis de arrepentimiento mezclada con miedo. No sabía el motivo que me llevaba a sentir de aquella forma justo en ese momento.

—No... Se suponía que yo no podía perder...Amo...—Murmuró entre dientes, bañado por la desesperación—.U-uniros a mí, y sabré recompensaros.

Antes de que pudiese hacer algo, una luz no muy lejana me desconcentró. Junto a la torre, en la puerta que anteriormente había sido sellada se comenzó a formar una figura compuesta con haces resplandecientes. Progresivamente se fue descubriendo un contorno que terminó dando paso la imagen de un humano. Se trataba de un señor de avanzada edad con un atuendo que directamente me hizo pensar en él como un mago. En silencio, se limitó a mirarnos.

—¿Quién...Quién sois?—preguntó con un aire asustado el joven portador que había caído bajo el anterior ataque expansivo del hombre de las cartas.

Un elemento discordante, sin embargo, había estado presente durante estos últimos párrafos. Una de ellas, portadora y posiblemente aprendiza de la llave-espada del bando contrario se acercó a la figura mutilada del hombre para extenderle el brazo. Aquello, en apariencia, daba a entender que pasaría a tener un amo, como lo tenía aquel que nos había intentado matar. Por lo tanto, se iba. Quizás si hubiese sido Freya algo se habría despertado dentro de mi, algo que me hubiese hecho arriesgar mi vida de nuevo para ir detrás de ella a detenerla y demostrarle que libre viviría mejor.

Pero no. Aquella vez no sentí nada. Mi cuerpo no se descontroló y mi mente aún se mantuvo fiel a mi. Ella podría hacer lo que quisiera, al fin y al cabo tenía una vida entera para equivocarse todas las veces que quisiese.

Me di la vuelta y me acerqué unos pasos cojeando hacia mi compañera Freya. Le sonreí débilmente como buenamente pude, mordiendo el extremo del labio y emitiendo un sonoro suspiro. Aquello había terminado.

O al menos eso creía. Aún quedaba averiguar la presencia del anciano en la torre y la razón de ser de aquella peculiar construcción en mitad de la nada. Crucé mis brazos y esperé a que algo nuevo ocurriese. Estaba dispuesto a terminar con todo de una vez por todas.

[Tanis]

«Se terminó».

Fue el único pensamiento que tuvo, al ver que la oscuridad se disolvía, los espectros desaparecían, y el enemigo se convertía en un lastimero suplicante. Malik se sintió satisfecho por el trabajo en equipo, ni siquiera empañado por haber trabajado con miembros de Bastión Hueco. Dudaba, eso sía, de sobre qué hacer si Akio los encontraba cerca de ellos, pero de momento no quiso pensar demasiado en eso.

Al igual que Neru, deshecho, él con silencio denso y pesado, la oferta de Setzer. Vamos, que tontería tan absurda. Fue entonces cuando vio la figura que les observaba desde la puerta de la torre. Malik entornó la vista, porque le parecía que... era transparente. ¿Quién sería aquel hombre? Parecía un mago de cuento, a decir verdad. Por un segundo pensó en que debía ser el amo del que hablaba Setzer, pero ene se caso podría haberles atacado, y el mago sólo les estaba mirando, como si evaluara.

Iba a seguir los pasos de su compañero, para acercarse al viejo y preguntar qué demonios había pasado, quién era y un montón de cosas más, cuando por el rabillo del ojo vio a Myxa acercándose al derrotado enemigo que tantos problemas nos había causado. Su expresión la delató, y Malik, con una pequeña alarmita encendida, avanzó a zancadas justo cuando Myxa extendía la mano hacia Setzer.

—Eh, eh, eh, Myxa, no. Tranquila.

Agarró suave pero firme el brazo de la muchacha y lo apartaría de él. Fuese cual fuese su intención, no estaba seguro de que fuese realmente el aceptar la oferta del enemigo. De alguna forma se olió algo peor. Si ella intentaba deshacerse de su agarre, o golpearlo, bloquearía y se defendería en consecuencia y la arrastraría lejos.

Si se resistía a dejarse llevar, no tendría más remedio que noquearla, para mantenerla segura.

[Crystal]

El escozor por el corte no fue suficiente para retenerme; con haber esquivado la carta me bastaba. Junto con aquel chico del bando contrario, pudimos abrirle camino a Enok, aunque mis ataques no fueron precisamente muy efectivos.

—¡Sois míos!

Impulsados por varias cartas, los tres salimos disparados. Caí al suelo, y dolorida, intenté reincorporarme para seguir luchando, pero me fue imposible. Levanté levemente la cabeza para observar que haber despejado el camino, supuso una ventaja para los otros dos aprendices, y finalmente, la balanza se puso a nuestro favor. Le habíamos derrotado.

Un gran haz de luz me cegó, y cuando pude volver a abrir los ojos, pude comprobar que Setzer seguía ahí, dolorido justo donde lo habían atacado. Decidí quedarme en el suelo, pero conseguí reincorporarme y sentarme sobre mis muslos.

—No... Se suponía que yo no podía perder... —dijo, con tono amargo—. Amo...

¿Amo?

—U-uniros a mí, y a sabré recompensaros —su mirada nos recorrió uno por uno.

La recompensa podía ser tentadora, pero el trato que había tenido había sido horrible. No tuve ninguna duda en que no iba a caer en aquella trampa.

—¿Quién...Quién sois?—la pregunta de aquel chico me sacó de mis pensamientos.

Frente a la puerta de la torre había un hombre alto, mayor y vestido con una túnica azul. Le hubiese prestado más atención de no ser por aquella chica que empezó a acercarse a nuestro enemigo. ¿Estaba aceptando su trato? ¿En qué cabeza cabe eso? No tuve las fuerzas necesarias para impedirlo. Ni siquiera la conocía. Yo no era quien para evitar que ella tomase una decisión que a mi parecer era errónea.

Escuché el sonido de unos pasos acercándose con lentitud. Era Enok. Nuestras miradas volvieron a encontrarse, y aunque en un principio estaba bastante aterrorizada sobre que pasaría a partir de aquel momento, su sonrisa me transmitió calma. Una especie de seguridad que agradecí.

Me levanté y me sacudí un poco el polvo; me dolía allí dónde la carta antes me había hecho el corte. No dudé en quedarme al lado de mi compañero, observando toda aquella situación. Me mordí el labio, sin quitarle la vista encima a aquella chica. Solo deseaba que no se acercarse algo peor de lo que ya habíamos pasado.

[Astro]

El intento de Myxa, frustrado por Malik, tuvo una consecuencia en Setzer: se desmayó. Puede que de la impresión de ver a la chica apunto de intentar matarle, o puede que por la herida anterior. Difícil de saber. Lo que sí podrían ver los aprendices era que, una vez en el suelo, una pequeña niebla negra empezó a salir de él, desvaneciéndose en el aire. No hubo fantasma como en los anteriores casos.

Por otra parte, Neru había sido el único en dirigirse a la figura etérea del misterioso hombre.

—Mi nombre es Yen Sid. Os felicito, aprendices. —Su voz, que sonaba lejana, era la misma que todos habían escuchado antes en su cabeza—. A pesar de haber cometido la insensatez de romper la barrera al llegar, vuestros esfuerzos han evitado que Villa Crepúsculo fuera presa del mal que habita en mi torre. Gracias.

»No temáis, no volverá a suceder.

Se giró, dirigiéndose hacia la puerta de madera, y levantó un brazo hacia ella. En la brillante barrera, apareció una frase escrita sobre la cerradura que decía:

"Ningún mal saldrá de esta torre."

—No guardéis rencor hacia aquel hombre —añadió, señalando a Setzer—. Sus ansias de poder le convirtieron en la marioneta perfecta para él. Cuando despierte, no recordará nada.

»Sin embargo, el peligro acecha. Me quedo sin tiempo ni poder. Debéis avisar a vuestros maes...

Sin terminar la frase, hizo un ademán de dolor, encogiéndose sobre su estómago. Detrás de él, una nueva frase había aparecido en la barrera, esta vez con letras rojas como el fuego.

"Ningún maestro entrará en esta torre."

—¡Marchaos, ahora! —gritó Yen Sid.

De su mano surgió un haz de luz, que cegó a los cinco aprendices presentes. Sintieron que su cuerpo caía, como si el suelo hubiese desaparecido, y estuvieran cayendo por una catarata de luz.

Neru, Myxa & Malik ― Estación Central
Los tres jóvenes se encontraron de pronto chocando contra el suelo, sin apenas hacerse daño, recuperando poco a poco la vista. Estaban en la Estación Central de Villa Crepúsculo, la misma que habían visitado al principio de la misión para coger el tren a las terrazas.

Y el escenario era completamente diferente. Multitud de personas iban y venían subiéndose a trenes, hablando entre sí con alegría y tranquilidad. El típico escenario de la villa, en otras palabras. Incluso podían fijarse en que el tren a las Terrazas del Atardecer estaba lleno.

Un chorro de agua en la cabeza de cada uno les serviría como aviso de que alguien les observaba desde detrás.

Akio, con cara de pocos amigos y una pistola de agua en la mano.

—Empezad a explicar qué ha pasado —gruñó, indicándoles con el dedo que le siguieran hacia las escaleras que subían a la torre—. Y que no me aburra.


Enok & Freya ― Estación de las Terrazas del Atardecer
Los dos aprendices de Bastión Hueco también se encontraron de pronto tirados en el suelo. Cuando pudieron volver a ver tras el fogonazo de luz, verían que estaban en la estación de las Terrazas del Atardecer, la misma en la que Freya se había subido momentos atrás al tren fantasma.

Aunque ahora había una pequeña gran diferencia: había gente. Niños y adultos, todos se bajaban del tren que acababa de llegar y se dirigían a las escaleras para disfrutar de una tarde con aquellas maravillas vistas. Nada que ver con el páramo casi desértico que se había encontrado Freya antes.

—Tenéis una pinta horrible. Encontrasteis el tren fantasma, ¿verdad?

Sentada en una pequeña mesa en la parte de la cafetería de la estación, estaba Shinju, completamente tranquila mientras tomaba un té con galletitas. Un poco más arriba, en el tejado, descansaba Lolo mordisqueando una galleta. La jovencita les hizo un gesto para que sentaran en las otras dos sillas que había alrededor.

—¿Y bien? ¿Qué ha pasado en la torre? —preguntó, llegando incluso a ofrecerles que cogieran comida si querían—. Contadme.

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¡Última ronda! Indicad si queréis que el PX recibido vaya a mascotas (si tenéis) o es todo para vosotros.

Además de las respectivas explicaciones, si queréis preguntarles algo a Akio/Shinju sobre lo que ha pasado, ESTE ES EL MOMENTO.

Se agradecerá que comentéis qué os ha parecido la trama en términos generales, o podéis esperar a que termine y hacerlo en el tema de Principal, pero tampoco os sintáis obligados.

Fecha límite: martes 23 de diciembre.

[Darkness Seeker]

—Mi nombre es Yen Sid. Os felicito, aprendices. —pronunció la extraña figura— A pesar de haber cometido la insensatez de romper la barrera al llegar, vuestros esfuerzos han evitado que Villa Crepúsculo fuera presa del mal que habita en mi torre. Gracias.

»No temáis, no volverá a suceder.

Inmediatamente, se giró para dejar una especie de hechizo en la torre, que rezaba "Ningún mal saldrá de esta torre."

—No guardéis rencor hacia aquel hombreSus ansias de poder le convirtieron en la marioneta perfecta para él. Cuando despierte, no recordará nada.

»Sin embargo, el peligro acecha. Me quedo sin tiempo ni poder. Debéis avisar a vuestros maes...

Sin embargo, de pronto el anciano hizo un gesto de dolor, mientras en la puerta de la Torre aparecía un nuevo mensaje, rojo como la sangre:

"Ningún maestro entrará en esta torre."

—Pero qué...

—¡Marchaos, ahora! —gritó la figura mientras gesticulaba algo con las manos.

+ + +

Repentinamente, me desperté. Al levantarme también me percaté de que Malik y Myxa estaban también allí. Estábamos en la Estación Central, pero ahora algo había cambiado: estaba llena de gente. De pronto, sentí como un chorro de agua me llegaba al cuello. Y por supuesto, el que había lanzado los chorros de agua no era otro que Akio, mi Maestro.

—Empezad a explicar qué ha pasado —dijo el menor mientras nos señalaba unas escaleras—. Y que no me aburra.

Dispuesto a obedecerle, después de todo era mi Maestro, una vez lejos de la gente de la estación comencé a narrarle lo sucedido:

—Una vez llegamos a la estación nos dividimos, Malik y yo por un lado y...—haciendo una pausa recordando lo que le pasó a Myxa — ...Myxa por otro. Malik y yo comprobamos una de las maravillas, en donde dos sombras idénticas a nosotros mismos nos atacaron. Después de eso fuimos a por Myxa, pero una aprendiza de Bastión Hueco y un extraño tren morado estaban atracados en la estación.

Hice una pequeña pausa por si Myxa o Malik querían comentar algo y acto seguido proseguí.

—Una vez en el tren, otro aprendiz de Bastion Hueco apareció, y acabamos en una extraña isla flotante con una gigantesca torre. Allí apareció un hombre que parecía ser el que controlaba a las sombras que aparecieron en las maravillas, poco después Myxa apareció y entre los cinco le derrotamos. Al vencerle, apareció un mago llamado Yen Sid, el cuál nos advirtió de avisar a nuestros Maestros, antes de que algo le dañara y nos hiciera aparecer aquí...

Una vez respondieran Malik o Myxa, era hora de hacerle un par de preguntas a Akio:

—Maestro Akio, ¿Conocía a ese mago, Yen Sid? Parecía saber bastante sobre Tierra de Partida y Bastión Hueco. Parecía estar en peligro, justo antes de que nos teletransportara aquí y el mensaje de "ningún maestro pasará por esta puerta" apareciera. ¿Qué vamos a hacer ahora?

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Pues Fin de trama ~

La trama me ha encantado, a sido entretenida, con varios giros que no me veía venir y en general me lo he pasado bien, sin embargo creo que los combates han sido más largos de lo que deberían haber sido, y por esa razón han habido algunos momentos en los que parecía que íbamos de pelea a pelea en general. Aún así, cuando tenga tiempo ya comentaré la trama aún más a fondo en su apartado del Rol General.

Felicidades por la trama Astro y... ¿Es cosa mía o entre esta trama y el EG III habrá relación?

[Myxa]

Cuando iba a asestar el golpe de gracia alguien la agarró del brazo, instándola que se detuviese. No era otro que Malik, parecía que vio venir sus intenciones, o lo intuyó, y se lanzó a detenerla en seco. Myxa clavó la mirada en los ojos castaños de Malik, incrédula. ¿Qué estaba haciendo? ¿No se daba cuenta de que si le dejaban libre Setzer podría informar al amo ese de todo lo ocurrido? Fuese quien fuese esa persona si Setzer contactaba con él tendría un buen informe de todo el equipo al completo: sus caras, habilidades mostradas en combate, etc.

Y sus temores no eran infundados: cuando se dio la vuelta observó que el albino había desaparecido entre la bruma negra que surgió repentimanente de sus pies. Genial.

—¡Malik idiota! ¿No te has dado cuenta de nada o que? ¡¡Es nuestro enemigo!! Seguro que ahora estará con ese tal amo, explicándole tranquilamente todo lo que ha podido averiguar de nosotros —su voz destilaba sarcasmo y mala leche. Muy mala leche. Se zafó del agarre del moreno y se apartó bruscamente de su lado. Internamente agradeció haber llevado la capucha puesta durante todo el día, quizás así no la reconocería.

—No guardéis rencor hacia aquel hombre—por primera vez se fijó en que aquel hombre vestido de azul les estaba hablando—Sus ansias de poder le convirtieron en la marioneta perfecta para él. Cuando despierte, no recordará nada.

Se quedó helada con las últimas palabras del mago. ¿Qué acababa decir? ¿No recordará nada? Su corazón se encogió y el pecho comenzó a dolerle. No comprendía lo que estaba pasando. No debería dejarse afectar por unas simples palabras, porque sólo son palabras.

Sólo palabras.

—¡Marchaos, ahora!

—¿Qué demonios...?

Sólo tuvo una fracción de segundo para contemplar lo que ocurría antes de que Yen Sid los teletransportara.

***

Odiaba cuando otra persona los transportara. Se le taponaban los oídos y le dolía la cabeza cada vez que ocurría, y no era nada agradable. Todavía confusa por lo rápido que habían ocurrido los acontecimientos trató de incorporarse y destaponarse los oídos, sin embargo un chorro de agua fría en la nuca la despertó de golpe. Quién sino, tenía que ser Akio, la última persona que le apetecía ver en esos momentos.

—Empezad a explicar qué ha pasado —el Maestro emprendió la marcha hacia las escaleras que estaba señalando—. Y que no me aburra.

Ya que Neru se dispuso a contarle todo lo ocurrido no iba a ser ella quien le interrumpiese. Tenía mejores cosas en las que fijarse, como por ejemplo que la gente había vuelto. Villa Crepúsculo había vuelto a ser lo que era en un abrir y cerrar de ojos, cono si los espectros nunca hubiesen estado ahí. ¿Setzer también habría vuelto a ser un ciudadano más? Agitó la cabeza con fuerza: aquel idiota no era asunto suyo. Si lo que decía Yen Sid era verdad, si no se acordaba de nada, no hacía falta preocuparse más por él. Pero si resultaba que no... Habría que tomar medidas. Y esta vez no habría un Malik que la detuviese.

Cuando Neru terminó con su retahíla ella también se dispuso a hacer algunas preguntas, más adecuadas que preguntar qué hacer.

—A mi me interesa más saber quién es ese tío al que se refirió Setzer. Dijo que era su "amo", o sea que es la persona que le dio el poder, maneja los espectros y ha intentado destruir mi mundo. El mago ese parecía conocerle, pero sólo se refirió como "él". ¿Alguna idea?

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Fin de la Tramaaaaaa~

Primero de todo quiero que 10 puntos de exp de mi puntuación vayan a mi mascota Oburas, lo cual hará que suba de nivel, y el resto pa Myxa.

Opinión general de la trama:
*Lo que más me ha gustado de la trama ha sido la sensación de libertad que has logrado, Astro. Realmente daba la impresión de que podíamos ir a cualquier sitio, incluso saltar del barranco si nos daba la gana. Es algo que aprecio mucho y a pesar de que he decidido ir a la caza de espectros se agradecía que hubiese más posibilidades al alcance.
*La trama ha sido simple, lo cual en sí no es malo. Es preferible una trama sencilla a una supercompleja que nadie entienda. Habría que trabajar un pelín más lo del misterio y la tensión dramática para mi gusto pues una vez que nos hemos visto con los espectros se ha notado una perdida de interés.
*No me ha gustado que nos dieses la respuesta de cómo vencer a los oponentes nada más comenzáramos. Sé que era importante para la trama que Yen Sid nos hablara mentalmente en algún momento, pero de ahí a que la respuesta fuese evidente y que encima lo remarcase, pues... Era como si esos combates no fueran importantes y quisieses pasar a otros eventos más de interés. Soy directa: me gustan los combates en los que hay que discurrir y planear una estrategia, y combates que te hagan sudar.
*No he sentido peligro en ningún momento, ya por el comentario anterior debes de haberlo supuesto. Era demasiado obvio que intentarías hacer una encerrona a alguno de nosotros con los espectros para que apareciese Akio a salvarnos, y dado que todos estaban en la Torre de los Misterios iba a ser a mí.
*Y, por cierto, sí había salida al combate de la maravilla de la pared. Una de las soluciones ya la puse: lanzar la Llave-Espada al espectro provocando que muriese(dependiendo de mi puntería podría ser o no ser) y se repitiera la escena del primer espectro con el que me topé. Otra era lanzar un Quasar al suelo o a mi misma para que retrocediese y evitara el focus: había tenido heridas graves, pero no mortales. Otra era usar el Aerodeslizador para apartarme de la zona de impacto con el resultado anterior. Quizás te parezcan formas rebuscadas, pero hubiese agradecido una ronda más para que me dieses la oportunidad de al menos intentarlo.
*Resultado final: Pues no ha estado mal. Mucha suerte y sigue por ese ritmo que con el tiempo lograrás hacer tramas de la leche. Es muy difícil hacer de GM, pero vas por buen camino.

Quiero que sepas que estos apuntes no son para desmoralizar o puntillear cada cosita; los pongo para que los tengas en cuenta para siguientes roles y puedas reflexionar sobre ello. Y que te ayuden, claro está. Haré un informe completo en su apartado y cualquier cosilla ya sabes que por MP estoy disponible ^^

[Tanis]

Malik se apartó, y apartó con él a Myxa de Setzer, que se había desmayado y ahora expedía niebla negra que no conformó un espectro, pero que podría haber sido la misma en ellos.

—¡Malik idiota! ¿No te has dado cuenta de nada o que? ¡¡Es nuestro enemigo!! Seguro que ahora estará con ese tal amo, explicándole tranquilamente todo lo que ha podido averiguar de nosotros.  

Dejó que Myxa se soltara, tragándose las malas palabras que que luchaban por salir de su propia boca, y a cambio replicó, mucho más tranquilo que ella:

—Me importa más que tú no te conviertas en alguien como él.

No la había retenido por mala voluntad, de hecho no pensaba que hubiera pensado en hacerle daño. Sólo no quería que Myxa se acercase a ese tipo, por si se revolvía o algo peor. Myxa le había confirmado algo que podía calificarse así. Con un suspiro desinvocó la Llave-Espada y se acercó a Neru, que estaba ya junto a aquel extraño anciano.

Llegó a tiempo para oír parte de la conversación y cómo una rase aparecía en la barrera y la cerradura. Sólo esperaba que ese hombre no le guardara animadversión por haber abierto la barrera. No demasiada, bastante tenía ya con su propia conciencia.

"Ningún mal saldrá de esta torre."


—No guardéis rencor hacia aquel hombre. Sus ansias de poder le convirtieron en la marioneta perfecta para él. Cuando despierte, no recordará nada. Sin embargo, el peligro acecha. Me quedo sin tiempo ni poder. Debéis avisar a vuestros maes...

Entonces la frase de la cerradura cambió, titilando como una llama encendida, y Malik volvió a retroceder.

—¿Pero qué... ? —repitió a la vez que Neru.

Sin entender mucho, sin entender el repentino acceso de dolor del anciano, contempló las nuevas palabras de la cerradura. Y sintió un poco de temor, sí se lo podía llamar así. Estaba tan cansado, tan... cansado.

"Ningún maestro entrará en esta torre."


—¡Marchaos, ahora!

No le dio tiempo a asimilar, no demasiado. Un haz de luz lo cegó y antes de que se diera cuenta, sintió su cuerpo cayendo al vacío luminoso...

… hasta encontrarse con que de nuevo estaba en la estación de tren.

Boqueó varias veces tratando de respirar y parpadeó, como si la luz de la calle le hiciera daño, que se lo hacía. Todo parecía normal: el tren, la gente... el agua.

¡Agua!

Volvió a boquear y escupir y se levantó de un salto provocando que el agua que le había empapado la nuca bajase a goterazos por la espalda y la ropa. Por supuesto, tenía que ser el maestro Akio. Suspiró irritado. ¿Así aparecía después de todo lo que habían tenido que pasar? ¿Por qué los maestros nunca estaban cuando se les necesitaba?

—Empezad a explicar qué ha pasado. Y que no me aburra.

Malik frunció el ceño y caminó en silencio hacia las escaleras de la torre, en dónde sus dos compañeros empezaron a relatar lo ocurrido, con sus impresiones, todo muy resumido y a hacer preguntas. Malik se mantuvo callado, y bastante al margen, escuchando, absorbiendo la información que Akio pudiera darles. Estaba más interesado en escuchar y pensar que hablar, en pensar en Yen Sid, quién era, por qué estaba ahí, en Setzer, en su misterioso amo, en las sombras, las Maravillas... en todo, y en nada. Cada misión que pasaba era una más, un paso más hacia una dirección cubierta de bruma.

Miró al horizonte, a la puesta perenne de sol y cuando los dos jóvenes terminaron con sus dudas, malik abrió la boca y añadió la propia, en un tono de voz algo ido, más cuidado, tenso y comedido que otras veces.

—¿Qué es esa torre, maestro? ¿Por qué existe?

Una razón debía de haber, una razón para que estuviera sellada, un mago viviera en ella y alguien quisiera abrirla. No sabía si Akio conocía todas las respuestas, pero no era una cuestión para tomar a la ligera. A pesar de no pertenecer a ese Mundo y sentir su peligro de una forma tan visceral como Myxa, era un caballero de la Orden, y su misión era proteger todos los mundos.

Despacio, se levantó de las escaleras una vez Akio hubo respondido a todas las preguntas, se dirigió al puesto de helados y compró cuatro. Uno para él, otro para Myxa, otro para Neru y el último para el maestro.

Después de todo, se merecían un pequeña compensación.

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PX íntegros para Malik, la crítica me la reservo para el final ~

[Crystal]

Setzer se desmayó. La verdad, esperaba que pasara algo más interesante. Una pequeña niebla salió de él y se desvaneció. Nada más.

—Mi nombre es Yen Sid. Os felicito, aprendices. —reconocí esa voz. En el túnel, antes de que apareciese Lolo...—. A pesar de haber cometido la insensatez de romper la barrera al llegar, vuestros esfuerzos han evitado que Villa Crepúsculo fuera presa del mal que habita en mi torre. Gracias.

»No temáis, no volverá a suceder.

Escribió algo sobre la cerradura.

"Ningún mal saldrá de esta torre."

—No guardéis rencor hacia aquel hombre —señaló a Setzer. Pero ¿Cómo no guardarle rencor después de todo lo que había originado?—. Sus ansias de poder le convirtieron en la marioneta perfecta para él. Cuando despierte, no recordará nada.

»Sin embargo, el peligro acecha. Me quedo sin tiempo ni poder. Debéis avisar a vuestros maes...

No pudo acabar la frase. Se encogió a causa de un dolor y detrás de él apareció otra frase.

"Ningún maestro entrará en esta torre."

La cosa se ponía peor por momentos.

—¡Marchaos, ahora! —gritó el hombre.

Y de nuevo volví a sentir como mi cuerpo caía al vacío. Y no pude hacer nada para evitarlo.



Cuando abrí los ojos tuve que parpadear varias veces para que se acostumbrasen a la luz. Me sentía un poco mareada. Una sensación de alivio tremenda recorrió mi cuerpo al ver que Enok estaba ahí también; no quería tener que volver a buscarlo.

Me incorporé, sentándome sobre mis muslos, y observé que volvíamos a estar en la estación dónde había pillado el Tren Fantasma. Pero ya no estaba solitaria, sino que un montón de gente bajaba del tren y los niños correteaban por la zona. Nada que ver con lo que había visto antes. Realmente la prefería así.

—Tenéis una pinta horrible. Encontrasteis el tren fantasma, ¿verdad?

Dirigí una mirada al sitio de donde provenía la voz para encontrar a Shinju tomando un té y unas galletas. Que buena pinta tenían esas galletas. Hasta el loro estaba comiendo una. Conseguí levantarme y me senté en una de las sillas.

—¿Y bien? ¿Qué ha pasado en la torre? —preguntó, y nos ofreció comida. Intenté retener el impulso de coger galletas, pero no pude retenerlo. Acabé cogiendo tres. Estaba tan hambrienta después de todo lo que había pasado...—. Contadme.

—Estábamos tomando un helado, pero sin esperarlo ni nada, algo apareció en el suelo y... me engulló —intenté explicarlo de la mejor manera posible, pero no encontraba las palabras. Aquel fue un momento bastante angustioso—. Acabé en los túneles de la ciudad donde tres mil bichos llamados Vivi me atacaron. Y... y... intentaron ahogarme y...

Gesticulé mucho durante aquella explicación. Al final pegué un mordisco a una de las galletas y decidí proseguir desde la estación.

—Una vez conseguí salir, llegué a esta estación. Y me encontré con dos aprendices del otro bando. Ah, y el Tren Fantasma. Al final subimos, y a la mitad del trayecto apareció —señalé a Enok. Omití la explicación del drama posterior al encuentro—. Acabamos en una isla flotante, donde encontramos al hombre que estaba manipulando las maravillas con sus sombras. Conseguimos derrotarle entre todos. Y... Y... Ah, un mago llamado Yen Sid apareció al final de todo y nos dijo que avisáramos a nuestros maestros —hice una pequeña pausa, pensativa—. Aunque... luego le entró un gran dolor y... nos mandó aquí...

Esperé a que Enok completase alguna cosa para preguntar a Shinju.

—Me inquieta lo que pasó al final. Es decir... ¿Quién puede querer atacar esa Torre o a Yen Sid? ¿Y por qué?

Una vez contestara Shinju o no a mis preguntas, le lanzaría un trozo de galleta a Lolo, en modo de compensación por lo del túnel. Obviamente sabía que aquel loro seguiría odiándome tanto como yo a él, pero no podía ser desagradecida. Si no la aceptaba ya sería problema suyo. Luego me acercaría a mi compañero.

—Ey, tenemos un helado pendiente —susurraría, esperando que Shinju ni fuese consciente de ello.

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Todos los PX para Freya :3
No tengo mucha experiencia en tramas, vamos que esta es la primera, pero a mí me ha gustado. Ya digo que no puedo comparar ni nada, pero creo que has hecho un buen trabajo Astro, y que has sabido dirigirla bastante bien. Los combates se me han hecho un pelín pesados, pero creo que es lo único que podría destacar, porque por lo demás estoy satisfecha.
Felicidades por la trama~

[Sheldon]

—Mi nombre es Yen Sid. Os felicito, aprendices. —sentenció el mago en una voz casi espectral, exactamente la misma que había estado resonando en mi mente. De alguna forma u otra aquello se trataba de una respuesta más—. A pesar de haber cometido la insensatez de romper la barrera al llegar, vuestros esfuerzos han evitado que Villa Crepúsculo fuera presa del mal que habita en mi torre. Gracias. No temáis, no volverá a suceder.

Mientras tanto aquel al que habíamos derrotado cayó al suelo deshaciéndose en un polvo oscuro.

—¡Malik idiota! ¿No te has dado cuenta de nada o que? ¡¡Es nuestro enemigo!! Seguro que ahora estará con ese tal amo, explicándole tranquilamente todo lo que ha podido averiguar de nosotros.

—Me importa más que tú no te conviertas en alguien como él.

Tras aquel pequeño drama que pude escuchar debido a los gritos y a las fuertes voces, el que parecía dueño de la torre continuó su discurso tras haber realizado unos extraños movimientos frente al portalón:

—No guardéis rencor hacia aquel hombre. Sus ansias de poder le convirtieron en la marioneta perfecta para él. Cuando despierte, no recordará nada. Sin embargo, el peligro acecha. Me quedo sin tiempo ni poder. Debéis avisar a vuestros maes...

Aquel pequeño pero notable carraspeo fue sinónimo de problemas. Era evidente que no nos habíamos desecho completamente del mal que asolaba aquella atmósfera.

—¡Marchaos, ahora!

Flexioné mis articulaciones, dispuesto a salir corriendo con mi último aliento de fuerza. Sin embargo, antes de que pudiese escapar o ponerme a cubierto una cegadora luz entumeció mi cuerpo. Miré con miedo hacia mis lados para tan solo distinguir el contorno de Freya deshaciéndose en miles de partículas. Aquello había acabado.

Cuando mis párpados se abrieron, golpeados por unos rayos débiles de luz solar, rememoré un extraño recuerdo, una caída infinita similar a la entrada a un sueño. Un túnel infinito, blanco aunque cerrado herméticamente, haces que rebotaban cuales flechas en las paredes del cilindro transparente.

Abrí mis párpados lentamente e instantáneamente mis sentidos se recobraron. Mis piernas permanecían algo entumecidas aunque pronto se recuperaron. El cansancio, sin embargo, continuaba junto a un leve foco de dolor en mi barriga.

Miré hacia todo los lados. Olía a flores, un leve recuerdo a jazmín o puede que algún olor neutro. Pastillas de freno algo quemadas, carburante, pan tostándose, mucho azúcar en el aire. Extraña mezcla de sabores fue lo que pensé.

Al fin, dejé de remolonear y me levanté. Miré detrás de mi y como sospeché alguien estaba conmigo, Freya. Ciertamente aquello me generó un suspiro. La miré sonriente, esta vez a los ojos y musité unas palabras en el aire. Quizás ella no me oyese y puede que yo tampoco lo hiciese. Incluso puede que ni siquiera esas palabras hubiesen sido mías.

—Tenéis una pinta horrible. Encontrasteis el tren fantasma, ¿verdad?—volví la mirada rápidamente hacia detrás y la vi. Shinju estaba igual, sin una mota de polvo manchando su ceremonial aspecto, sentada en una refinada silla de la cafetería de la estación, tomando un pequeño tentempié

Agaché la mirada con una extraña mezcla de sentimientos. Freya, despreocupada, se acercó hacia una silla vacía junto a nuestra compañera de facción.

—¿Y bien? ¿Qué ha pasado en la torre? —preguntó la chica con un peculiar interés que me resulto casi grotesco—. Contadme.

Freya, que tras tomar de golpe tres de las galletas que le estaba ofreciendo Shinju comenzó a relatar sus desventuras. Permanecí en silencio durante toda su explicación. La mitad de sus palabras eran mis recuerdos. La otra mitad de mis recuerdos preferí guardarlos para mi.

—Me inquieta lo que pasó al final. Es decir... ¿Quién puede querer atacar esa Torre o a Yen Sid? ¿Y por qué?

Esperé una posible respuesta. No sabía si se trataba de una pregunta retórica o no. De cualquier manera, manteniendo la rabia que me carcomía por dentro, comenté con una pequeña mueca tragando las palabras que se arremolinaban en mi boca.

—Y bien... ¿Qué has estado haciendo tú?

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Si este es el post final, me gustaría escribir un epílogo en el libre de Bastión Hueco. Crys, nos vemos allí.