[Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Trama de Simbad y Saeko + Kousen + Bavol

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Notapor xXOrbOOkXx » Jue Dic 11, 2014 9:15 pm

Parpadeé, y en aquella milésima de segundo, intentando librarme de las sombras, todo pasó muy rápido. Mi rayo había impactado en el Sincorazón, y las leonas terminaron con él. El último de ellos, fue esquivado por Nanashi, pero no tenía fuerzas. De pronto, un rayo cruzó la estancia, y el Sincorazón se convirtió en un corazón brillante.

El pequeño zorro, cansado y con la Llave en sus fauces lo había lanzado. No me lo habían dicho, pero a aquellas alturas me había dado cuenta que era la... Maestra del bando contrario. Suponía que nos odiaba ¿por qué había salvado pues, a la maestra?

No tuve tiempo para pensar. Saeko me devolvió parte de la energía con un Cura, y yo se lo agradecí infinitamente. Mufasa corrió hacia mí y lanzó por los aires a las sombras que me apresaban con una potente embestida. Me escocía el lomo. El imponente y majestuoso león rugió y reunió a todos los felinos tras derrotar a los enemigos restantes. Su mirada se posó en mí, y me sentí ligeramente intimidado.

Vosotras —Dirigió la mirada a unas leonas—. Reunid a quien quede y mantened el orden hasta que aclaremos este asunto. Los demás, seguidme.

La Maestra de la Escarcha era una persona orgullosa. Y lo demostró totalmente cuando al levantarse, rechazando cualquier ayuda y sin dirigirnos palabra; ni si quiera miró al zorro que le había salvado. Le vi caminar bastante hecha polvo, temblando; pero sabía, que aunque le ofreciera ayuda no la querría. El zorro bufó, algo molesto; pues no había recibido ningún tipo de agradecimiento.

Entramos a la anterior cámara, donde el príncipe, cachorros y sus respectivas madres descansaban. Aquel pajarraco no paraba de moverse nervioso, haciendo que me tensase aún más.

Hay que buscar a Scar.

El rey sentenció aquella oración con un silencio sepulcral. Hasta que un gritito me llamó la atención. Los habitantes de Tierra de Partida habían llegado, junto a aquel simio. El zorro se abalanzó sobre ellos, tremendamente contento. Mi sospecha era correcta: era su Maestra. A continuación, el simio curó algunas heridas de la garza y el tigre púrpura. Me sorprendí. Mufasa se dirigió al exterior.

Quiero que los extranjeros me acompañen. Sarabi y Sarafina se quedarán aquí. Zazú, ve delante y busca a mi hermano.

Tragué saliva, y noté mi garganta como papel de lija.

***


No tardamos mucho en encontrarle. Estaba... tumbado en el suelo, quizá herido. Mufasa se acercó con el hocico y la voz de Scar sonó débil y enfermiza. Al hablar le costó respirar. ¿Pero qué...?

Zira... Es Zira... Trajo esos monstruos... y me atacó también...

Abrí los ojos como platos y me incorporé bruscamente, con los dientes apretados, gruñendo. El silencio cayó como una losa de plomo. Entorné los ojos. Estaba chungo. Sin duda, nos encontrábamos frente a un mentiroso profesional, de aquellos que sólo te encontrabas en los barrios más desfavorecidos. Pero el rey haría caso a su hermano, no a una panda de extranjeros....

Maldito embustero —susurré furioso, sin poder evitarlo—. Hace un momento estabas tan campante, riéndote de... ¿Por qué sino iba a delatarte?

Puede que desde lejos pareciera desvalido como un corderito. Pero un león no era ni mucho menos como un cordero, y menos uno tan inteligente. Seguramente lo tenía planeado. Seguramente habría hecho algo para herirse a sí mismo, y echarle todas las culpas a Zira.

El rey ordenó ir en su busca. Y yo no me demoré, dijera lo que dijera Nanashi... y, sin embargo, una sombra de duda cruzó por mi mente, como una manta ensombrecida. Decidí acompañar al pájaro, para ver la verdad con mis ojos.
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


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Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
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Re: [Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Notapor Tidus Cloud » Vie Dic 12, 2014 8:29 pm

Tras lanzar el hechizo con el que derrotaría al sincorazón, Bavol cayó rendido al suelo a causa del cansancio. El mordisco de Scar y la explosión del hechizo Piro no habían sido mortales, pero sí le habían llevado al límite.

Cuando recuperó la consciencia, se dio cuenta de que sus heridas habían sido sanadas y de que se encontraba en el hombro de Rafiki. No tardó mucho en darse cuenta que aún seguía vivo gracias a la intervención del mono.

Gracias, Rafiki —musitó Bavol mientras dejaba que el consejero del rey le llevara a donde fuese.

Finalmente, volvieron hasta el lugar en el que se había encontrado anteriormente con Sarabi y su hijo Simba. Todos estaban a salvo y Yami se mostró muy contenta de verlos, incluso le llegó a dar un fuerte abrazo. Parecía que su enfado con él se le había pasado.

Quiero que los extranjeros me acompañen. Sarabi y Sarafina se quedarán aquí. Zazú, ve delante y busca a mi hermano —ordenó el rey Mufasa.

Sí, alteza —contestó un pájaro de plumas azules y con un largo pico anaranjado. Seguidamente, el ave se marchó rápidamente a cumplir la orden del monarca.

* * *

¡Aquí, le he encontrado, alteza!

Fue lo que necesitó oír el grupo compuesto por Mufasa y los Aprendices de ambos bandos durante su búsqueda para lanzarse corriendo siguiendo la dirección que le marcaba el pájaro. Bavol, subido en el lomo de Kousen como ya era costumbre, esperó con anhelo que encontraran de una vez por todas a ese villano de Scar y que por fin Mufasa le diera la lección que se merecía.

Lamentablemente, Scar lo tenía todo pensado. El malvado león se encontraba tirado en el suelo haciéndose la víctima, como si hubiese sido atacado por los sincorazón cuando era evidente que él tenía dominio sobre ellos.

Scar, ¿qué ha pasado?

Zira... Es Zira... Trajo esos monstruos... y me atacó también... —contestó Scar teatralmente mientras Bavol lo fulminaba con la mirada.

Bavol bajó del lomo de Kousen dispuesto a intervenir de nuevo, pero la voz del rey león le detuvo. Mufasa ordenó a su mayordomo que buscara a la leona. Ni siquiera quiso escuchar las impresiones del pájaro, que obedeció inmediatamente. A continuación, se echó a su hermano sobre el lomo y se dirigió de nuevo hacia la cámara donde estaba el resto.

¡Es mentira, Scar es un mentiroso! —protestó Bavol acercándose hasta los dos hermanos—. ¡Ha intentado comerme, casi no lo cuento por su culpa! Él controla a esas bestias y yo lo he visto con mis propios ojos. ¡¿Por qué no me crees, pedazo de tonto?! —explotó indignado el camaleón dirigiéndose directamente al rey Mufasa. A continuación, bajo la cabeza decepcionado y le recriminó—. Da igual lo que él haga, tú siempre le vas a creer. No te importa que destruyera este reino, que persiguiera a Sarabi, que me atacara a mí o que controle a esos monstruos. Tú sólo quieres creerlo porque es tu hermano… Cuando al final pase algo malo, será todo tu culpa.

Había sido extremadamente grosero e insultante con un animal que podía aplastarle con un solo golpe, pero estaba harto de que aquel rey tan idiota estuviera ciego ante todas las mentiras de su hermano. No podía permitir que Scar volviera a salirse con la suya, tenía que acabar con su plan, fuera cual fuera.

Tampoco quería dejar a Scar solo con todos los leones, mucho menos si los cachorros recién nacidos estaban presentes. Seguro que los convencería con su teatro de que era inocente o quizás peor, puede que aprovechara que los animales estuvieran expectantes e indefensos para tenderles una emboscada con los sincorazón.

Estaba decidido a acompañar a los dos leones hasta la cámara en lugar de seguir a aquel pájaro para buscar a Zira, a la que puede que nunca encontraran.
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Re: [Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Notapor Tsuna » Dom Dic 14, 2014 8:20 pm

El combate se volvió más salvaje si cabía. Atisbé a duras penas por el rabillo del ojo cómo Simbad lanzaba un Electro, y cómo la maestra y yo rodamos por la tierra nuevamente por culpa de los Sincorazón. Estaba totalmente sucia a esas alturas, pues tenía el pelaje más marrón que morado. Pero no importaba, porque al menos había conseguido defender a mi compañero y apoyar a la maestra. No obstante sí abrí los ojos sorprendida y asustada cuando el monstruo volador se alzó contra mi tutora clavando sus garras en el suelo.

¡No!


Hice ademán de correr con las pocas fuerzas que me quedaban, pero de forma impresionante un rayo cayó del cielo directo al Sincorazón, y la culpable no era ni más ni menos que la otra maestra. Bufé enfadada por cómo nos había ayudado desinteresadamente, y encima se regocijaba porque no le habíamos agradecido. ¿Pero quién se creía que era? Totalmente molida, me aproximé a la maestra lo más rápido que pude para intentar ayudarla en lo posible.

Maestra no se preocupe, no le tenemos por qué agradecer nada.

Pero la maestra no respondió, sino que avanzó a duras penas tras los leones, y yo la seguí, agotada.

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Alcanzamos la cámara donde reposaba Simba, el príncipe cuya ceremonia se había truncado por completo a causa de los Sincorazón. Pude comprobar también cómo el pájaro azul me había obedecido y se encontraba a salvo. Ignoré en la medida de lo posible, no sin antes dedicarles una mirada cargada de desprecio, la escenita de Tierra de Partida, y para cuando me quise dar cuenta el mono me había recuperado las fuerzas con un hechizo curativo. Respiré tranquila e imité a la maestra, realizando la misma reverencia; era importante mantener las formas, claro que sí.

Mufasa volvió a dar órdenes de buscar a Scar, y no pude sentirme más agobiada, más que nada porque sentía que la situación se nos empezaba a ir de las manos y nos tenían, de alguna forma, dando vueltas de un lado para otro, como si el culpable estuviese jugando con nosotros. De ser realmente Scar, yo misma me encargaría de él antes que cualquiera, pero todavía no había visto nada fuera de lo común. Aunque Simbad…

¿Qué… qué significa esto?


Me quedé perpleja cuando, tras un rato dando vueltas por la Roca, hallamos lo que quedaba de Scar tirado en el piso. Escuché sin interrumpir la conversación entre Scar y el monarca. Supuestamente había sido una tal Zira la que había atacado al supuesto culpable hasta dejarlo herido de gravedad. Mufasa volvió a ordenar a Zazú que buscase a dicha leona mientras cargaba con el cuerpo de su hermano, pero yo estaba cansada de seguir dando vueltas, estaba cansada de todo; estaba cansada de que el culpable, estuviese donde estuviese, no parase de jugar con nosotros.

Me mantuve atenta a las palabras de Simbad, en el cual quería confiar, pero yo seguía sin haber visto nada fuera de lo común. Y luego el molesto camaleón de Tierra de Partida… ¿Qué Scar se lo había intentado comer? ¿Y acaso por eso ya era quién controlaba a los Sincorazón? No me pareció un argumento para nada convincente, por lo que le encaré, profundamente enfadada; quizás intentando descargar con él las acciones de su maestra durante la batalla anterior.

¿Y hay algún problema con que te haya intentado devorar? Incluso yo lo hubiese hecho de estar hambrienta —y le señalé con una de mis patas delanteras, erizando mi pelaje y agitando la cola con impaciencia. Y por supuesto no iba a dejar la conversación ahí, sino que quería que dejase de gritar de una maldita vez—. Y aunque Scar sea el culpable, ni yo ni Mufasa hemos visto nada fuera de lo común. Así que cállate de una vez, deja de gritar y pon algo de tu parte, ¿vale?

Esperé dejarlo todo claro. No me importaba que eso levantase tensiones entre nuestros bandos, porque de hecho ya estábamos en guerra y encima se habían atrevido a respaldar a Ronin. Estaba decidida, acompañaría al mayordomo y a Simbad para buscar a la tal Zira. No quería quitarle la vista a Scar, pero quería escuchar la verdad de la boca de mi compañero.

Me intenté calmar como pude, ignorando las posibles respuestas que pudiesen decirme los del bando contrario. No iban a tener más razón que yo, eso lo tenía muy claro. Y una vez me hubiese medianamente relajado, me acercaría a Simbad para susurrarle.

Disculpa Simbad —esperé alguna reacción por su parte, a la espera de que me prestase atención—, ¿de verdad… Es cierto que Scar controla a los Sincorazón? ¿Qué has visto antes?

Mantuve el ritmo detrás del ave de motivos azules y naranjas, alerta a cualquier cosa que pudiese suceder, y sin perder de vista la menor sombra. Iba a encontrar a esa Zira y decirle cuatro cosas bien dichas, oh, claro que lo iba a hacer.
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Re: [Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Notapor Kousen » Jue Dic 18, 2014 4:42 am

Para nuestro alivio, la magia parecía ser mucho más eficaz contra aquellas cosas en comparación con las sombras tipo "hormiga" que abundaban en casi todos los mundos. El par de conjuros bastaron para dejarnos a solas con Rafiki, aunque no tardé en ponerme junto a Bavol cuando ví que se desmayaba.

¡Bavol! ¿Estás bien?— traté de desperarle dándole toques con el hocico.— Vamos, aguanta...

No pude contener una mueca de dolor cuando apoyé la pata herida sobre el suelo, ahora que la adrenalina del combate había bajado. Esperaba poder reanimarle , pero antes de poder hacer nada, Rafiki acercó las manos, colocando una sobre mi lomo y otra hacia Bavol a la vez que lo recogía. Un tenue resplandor verde hizo desaparecer el dolor de inmediato, a la vez que Bavol abría los ojos.
¿También conocía hechizos curativos? Estaba realmente perplejo ante el asombro de Mufasa por nuestra magia, cuando Rafiki era totalmente capaz de realizar actos similares o incluso iguales... ¿Donde habría aprendido aquello?

Gracias, Rafiki —musitó Bavol por parte de ambos, a lo que asentí.

Me alegró saber que Zira no había aparecido por allí en el tiempo hasta que Rafiki había salido en nuestra busca. De todas formas, los tres emprendimos el camino de regreso a la cámara del rey.

No paraba de comerme la cabeza mientras caminábamos. ¿Dónde demonios se había metido Zira? Era físicamente imposible que hubiese desaparecido en el pasillo a tal velocidad sin que nos la encontrásemos por el camino. A no ser...
Aquella forma en la que se había esfumado entre las sombras era muy extraña. ¿No había visto ya algo similar en el pasado?
Para cuando quise darme cuenta, ya habíamos llegado a la cámara del rey, donde ambos cachorros y sus madres parecían estar a salvo, dejándome a la vez aliviado y perplejo. ¿Cual era entonces el objetivo de los conspiradores?
Yami parecía estar muy contenta de vernos, aunque la tensión con el bando de Bastión Hueco parecía haberse incrementado. La mirada de asco que nos proporcionó Saeko fue un mensaje más claro que el agua.

Todo el mundo estaba muy enfadado y confuso con lo que había sucedido entre Ronin y Ryota, y yo no era menos. Seguía viéndolo en sueños, y cada vez que me cruzaba con Ronin en alguna parte era incapaz de mirarle a la cara, haciendo todo lo posible por evitar contacto con el Maestro de Maestros. A ninguno le parecía bien lo que había hecho, y algunos habían optado incluso por pasar al bando contrario... Y no les culpaba.

Incluso yo me había sorprendido a mí mismo pensando en si no estaría mejor allí, me sentí perdido y desorientado en los días posteriores al suceso. Pero según se enfriaba mi temperamento y lograba conversar con mis compañeros en el Castillo, había podido tomar una decisión:

Permanecería en Tierra de Partida, con mis amigos y gente tan cercana que ya eran como parte de mi familia. Quería averiguar qué había pasado y tratar de hacer lo posible por mejorar la situación, y tendría que hacerlo desde dentro. Mis lazos me mantenían muy unido a Tierra de Partida, pero aún me costaba aceptar el hecho de que estábamos en guerra.

Y encima de todo, estaba presenta la persona que había declarado la guerra a pleno pulmón: La Maestra Nanashi. Nunca la había visto tan indignada y furiosa como aquella vez, daba miedo ver la calma con que reaccionaba ahora...

Quiero que los extranjeros me acompañen. Sarabi y Sarafina se quedarán aquí. Zazú, ve delante y busca a mi hermano —ordenó Mufasa, haciendo que volviese la vista hacia él.

Sí, alteza —contestó un ave de plumaje azul y con un pico bastante llamativo.

Nada más decir esto, el pájaro salió volando en búsqueda del traidor.

* * *


Siguiendo al rey por los mismos pasillos de roca conectados a por los que habíamos venido, emprendimos la busca de Scar. Cada vez que pasábamos cerca de un área sombría, clavaba la vista en las penumbras, esperando ver a Zira o Scar acechando.

¡Aquí, le he encontrado, alteza!

Sin mediar una palabra, todos empezamos a correr en la dirección que nos había indicado Zazú.
Atónito me quedé cuando ví a Scar tirado en el suelo y aparentemente malherido, propiciando que Mufasa se acercase a él, dejándonos a los demás observando la escena.

Scar, ¿qué ha pasado?

Zira... Es Zira... Trajo esos monstruos... y me atacó también... —contestó Scar.

<<Ya, y yo soy la reina del Mambo.>> pensé, con sarcasmo.

¿Cómo podía tener el rostro tan duro después se habernos amenazado abiertamente? Y estaba más que claro que Zira estaba a sus órdenes... Pero el maldito lo tenía todo bien planeado. Estaba claro que Mufasa confiaría mucho más en alguien de su propia sangre que en una panda de extranjeros que acababa de conocer. Si tan solo hubiese estado presenta para escuchar lo que Scar había admitido, sería muy distinto.

Mufasa fue tajante. Se limitó a ordenar de nuevo a su mayordomo que buscase a Zira con toda la prisa posible, tras lo cual se cargó a Scar al lomo.

Bavol volvió a protestar con un tono tan poco educado que me entró hasta el pánico de que nos expulsasen de allí de inmediato, pero no pude hacer otra cosa que callar. Era más que normal que el pobre estuviese ofendido y enfadado, y teniendo en cuenta su edad, bueno, era normal que se desfogase con las primeras palabras que le viniesen a la mente sin medirlas antes. Una vez hubo soltado todo lo que tenía dentro, puse la pata entre el y el rey, limitándome a negar con la cabeza.
Entonces intervino Saeko.

¿Y hay algún problema con que te haya intentado devorar? Incluso yo lo hubiese hecho de estar hambrienta

¡Pero bueno!

Volví la cabeza en su dirección, disgustado por aquellas palabras. Sabía que la reacción de Bavol podía resultar algo desproporcionada, pero de ahí a declarar abiertamente que se lo comería era pasarse. Habrase visto.

Y aunque Scar sea el culpable, ni yo ni Mufasa hemos visto nada fuera de lo común. Así que cállate de una vez, deja de gritar y pon algo de tu parte, ¿vale?

No le faltaba razón en eso último, pero esos no eran modales. Tal vez fuese cierto que Bavol necesitaba algo de firmeza para aprender a controlar su carácter, pero ensañarse con él de aquella forma no llevaba a ninguna parte. ¿A qué venía lo de erizar el pelo como un gato mosqueado?
Dejé escapar un bufido de desaprobación justo cuando se dio la vuelta para seguir a Zazu. Ya había bastante gente buscando a Zira, así que podía quedarme tranquilo con aquello y centrarme en mi objetivo: No quitarle el ojo de encima a Scar.

Bavol, tienes que intentar tranquilizarte, así no estás logrando más que caer en su provocación— le susurré, de forma que solo él pudiese oirme —. Si Scar quiere que perdamos credibilidad, es precisamente lo que está consiguiendo.

Tenía los ojos clavados en el felino malherido cargado por su hermano. Me había precipitado creyendo que iría tras Simba sin más, cuando Mufasa estaba todavía rondando por ahí... estaba claro que le temía a su hermano mucho más que a cualquiera de nosotros.

Podrás desquitarte todo lo que quieras si nos atacan de nuevo los Sincorazón, pero trata de mantener la rabia contenida mientras tanto. ¿Ha quedado claro?

Esperé la respuesta del camaleón mientras avanzábamos tras el rey, dedicando unos segundos a mirar hacia nuestras espaldas por si acaso.
¿Qué andaba tramado Scar? Que quería hacernos quedar como mentirosos estaba más que claro, pero si se había autolesionado de aquella manera mientras Zira seguía jugando al gato y el ratón con nosotros, seguro que perseguía algo más. Estaba esperando su momento justo para atacar, de eso estaba convencido.

Aunque Mufasa bajase la guardia en algún momento, no pensaba quitarme a Scar de delante de los ojos. Cualquier movimiento extraño, acción o cosa fuera de lo usual, no se me iba a escapar.
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Ronda 11

Notapor Tanis » Vie Ene 02, 2015 10:01 pm

Bavol y Kousen


Sólo quedó Tierra de Partida en el pequeño cañón de piedra. Sólo Kousen y Bavol. Y Yami, que corrió a colocarse junto a los aprendices, por si acaso Mufasa estallaba en cólera.

La algarabía que provocó la acusación de Scar detuvo los pasos de Mufasa, sobre todo las agrias y amargas palabras de Bavol que, decepcionado y desilusionado para con el modo de actuar del rey, había lanzado tal bravata, de nuevo. Mufasa no se dio la vuelta, no miró al pequeño camaleón, ni se enfadó, pero dejó soltar un cansado suspiro, también resignado y alzó la voz, un tanto rota, un poco ajada.

Entiendo tu frustración, Bavolio Trené III. Scar ha hecho cosas por las que que y es castigado, pero... Aún así continua siendo mi hermano. Culpable o no, los hermanos mayores deben proteger a sus hermanos pequeños, aunque sea de sí mismos. —Mufasa retomó sus lentos pasos, ya que cargaba con el cuerpo de Scar, que respiraba con dificultad—. Os agradezco la ayuda, príncipe, pero os pido que regreséis cuanto antes a vuestro reino.

Yami se adelantó unos cuantos pasos, confundida.

P-Pero, majestad, ¿y vuestro hijo? La presentación...

Eso ya no es asunto vuestro. Por favor, marchaos.

Yami no contestó y con la palabra en la boca contempló cómo el rey se marchaba rumbo a la cámara de los leones, más allá en lo alto de la Roca. La maestra se volvió hacia los aprendices, interponiéndose entre ellos y los leones, dirigiéndole una severa mirada enfadada a Bavol.

Vamos a tener que enseñarte diplomacia, jovencito, no has hecho más que tensar la cuerda con el rey, ¡eso no nos ayuda! —La frustración de Yami era evidente—. ¿Qué pasa si Bastión Hueco se gana su favor más que nosotros? No podremos movernos con libertad aquí, ¿comprendes? —La raposa soltó un gañido, un suspiro que trató de ahogar y suavizó su expresión—. Bueno, bueno, será mejor que volvamos a casa, el mal está hecho... Sea cual fuese el plan de los conspiradores, al menos... conseguisteis frustrar los ataques.

Sin opción a réplica, Yami no dejó que los aprendices siguieran al rey, ya que este había dejado claro que no quería verlos más por el momento. Y no podían permitirse un conflicto con el monarca, no con Bastión Hueco por ahí. Si los planes de Scar y Zira se habían frenado del todo no podían saberlo, pero cierto fue que de camino a las llanuras no se ejecutó ninguna emboscada, ni se oyó a lo lejos ningún grito de auxilio.

La cuestión era, ¿de verdad fue un plan conjunto o algo casual?


Simbad y Saeko


Nanashi no puso objeciones a que los aprendices siguieran a Zazú en busca de Zira, ella misma alzó el vuelo, mucho más alto que el mayordomo, para seguir el rastro de la leona. Dejaron atrás los recovecos de piedra de la Roca y salieron a campo abierto por la parte trasera de la gran conformación. Incluso con desventaja, no tardaron en atisbar huellas en el polvo de los senderos abiertos por animales, entre la hierba. Aunque tampoco tardaron en cansarse. Simbad en especial notaría y se daría cuenta de que los guepardos no estaban hechos para carreras de resistencia, que su cuerpo delgado y fibroso perdía cada vez más velocidad y que Saeko, con una constitución más robusta, le dejaba algo atrás.

¡Ahí está!

El aviso de Zazú interrumpió, o no, la conversación, e indicó la posición de la fugitiva para los aprendices, que ya se acercaban a un límite mucho más oscuro que el resto del territorio, más seco y árido, como si fuera totalmente diferente. A lo lejos, la figura de Zira, también cansada de la carrera, se internaba en aquel lugar, dejando atrás a sus perseguidores. El pájaro azul descendió en círculos y se detuvo justo en ese límite, entre asustado y asqueado.

¡Las Tierras Oscuras! —exclamó, hizo un gesto con el ala para que ambos felinos se detuvieran y explicó a su vez—. Ese lugar... no es competencia del rey, allí no hay nada...

¿Iba Zira a ese sitio precisamente por librarse de la jurisdicción? Eso decía mucho a su favor. Nanashi aterrizó junto a ellos entonces, con su particular aleteo elegante.

Tal parece que se ha desterrado sola, es territorio de descastados.

Y si vuelve... —Zazú bufó sin terminar la frase, dando a entender lo que pasaría si a ella se le ocurría hacer algo como eso—. Será mejor que regrese. Mufasa debe saber de esto.

El pajarito les echó una mirada indecisa, antes de aletear y ponerse en camino hacia la Roca. No se despidió, no dijo adiós. Nanashi tampoco apartó la vista de la frontera, y por supuesto, no hizo amago de seguir a Zazú de vuelta.

Hemos estado en el lugar exacto y en el momento adecuado para descubrir de qué pata cojea este Mundo.

La silueta de la leona ya no era visible desde la posición del grupo, pero no cabía duda de que como había dicho la maestra, Zira no tenía pensado regresar. Nanashi cabeceó y miró a ambos aprendices.

Buen trabajo. Incluso si Scar continua en la Roca, ya sabemos que no se ha redimido y volverá a intentar hacerse con el trono. En cuanto a esa leona, mantendremos vigiladas las Tierras Oscuras, sólo por si acaso. De momento no podemos hacer más. Cuando llegue el momento adecuado, intentaremos acercarnos a ella.

»Tierra de Partida ha cometido el error de desprestigiarse para con el rey, aprovecharemos eso. Por ahora volvamos al castillo, os habéis ganado el descanso.

Quisieran irse con ella o no, Nanashi aprovechó la ocasión y el abrigo de la soledad de la frontera para transformarse de nuevo en humana, montar en su glider y elevarse hacia el Intersticio.

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Último post. Teneis total libertad de narrar la llegada a vuestros respectivos castillos, las acciones tras lo descrito en referencia a los NPCs. Y por supuesto, divagar sobre lo acontecido. No tengais reparo en especular si quereis.

Siento la tardanza y lo corto, realmente no quedaba mucho que hacer, salvo cerrar la ubicación de los villanos.


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Fecha límite: 7 de enero
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Tanis
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Re: [Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Notapor xXOrbOOkXx » Dom Ene 04, 2015 12:55 am

Disculpa Simbad —me dirigió la palabra Saeko mientras caminábamos, le indiqué con un gesto de cabeza que le escuchaba.

¿De verdad… Es cierto que Scar controla a los Sincorazón? ¿Qué has visto antes?

Él... Es cierto —le respondí mientras andaba. La verdad, estaba algo cansado—. Ha pedido a Zira que invocase a las criaturas, y estaba claro que estaban conchabados. Tenías que haber estado allí. Scar es un buen mentiroso.

Encontramos huellas en el polvo. Cada vez estaba más cansado, y no me sorprendió, con la cantidad de carreras que me había dado. El aviso de aquel pájaro me llamó la atención y vimos a Zira correr hacia lo que parecía una tierra yerma y seca. Fruncí el ceño.

¡Las Tierras Oscuras! —dijo aquel pájaro y nos detuvimos—. Ese lugar... no es competencia del rey, allí no hay nada...

Tal parece que se ha desterrado sola, es territorio de descastados.

Claro... por eso había huido allí, quería librarse de su inminente castigo. En un principio había creído que había sido obligada, pero ahora no estaba tan seguro. Zazú se despidió con una mirada hastía hacia la tierra de los desterrados y yo pude sentarme para descansar. La Maestra de la Escarcha miraba al horizonte totalmente ensimismada.

Hemos estado en el lugar exacto y en el momento adecuado para descubrir de qué pata cojea este Mundo.

Luego me di cuenta que miraba en dirección a la leona desterrada, seguramente no pensaba volver. La Maestra cabeceó.

Buen trabajo. Incluso si Scar continua en la Roca, ya sabemos que no se ha redimido y volverá a intentar hacerse con el trono. En cuanto a esa leona, mantendremos vigiladas las Tierras Oscuras, sólo por si acaso. De momento no podemos hacer más. Cuando llegue el momento adecuado, intentaremos acercarnos a ella.

Miré hacia dónde se había marchado Zira. Quizá Scar le había traicionado. Sin embargo, algo no me dio buena espina. ¿Quién sabe si no habían más leones en contra del rey y se aliaban con Zira? No lo sabía. Nanashi se despidió de nosotros, marchándose en su glider.

Miré a Saeko con un interrogante.

¿Tú también crees que algo no va a ir bien? —Negué con la cabeza—. Te lo pregunto por que yo tengo ese presentimiento.

Me encogí de hombros e imité a la maestra. Mi cuerpo humano me pareció una bendición después de tanto ajetreo con el cuerpo felino.

****


En cuanto llegué a mi habitación, me desplomé como un fardo en la cama. Estaba agotado. Me puse las manos bajo mi cabeza para cavilar. ¿Qué habría pasado con los habitantes del otro mundo exactamente? Su desprestigio nos otorgaba ventaja a Bastión Hueco, pero Mufasa todavía no se fiaba del todo de nosotros.

Vi la cicatriz de aquel león, quizá era un animal competitivo, pero también me fijé en su aspecto desgarbado, en comparación con el de Mufasa. No me creía que fueran hermanos, dado el poco parecido que poseían. A veces la naturaleza hacía cosas raras.

Estaba claro también, de que el susodicho león era un mentiroso. Lo tenía planeado desde el principio, él no había invocado a los Sincorazón, pero Zira sí, y ambos estaban compinchados. Quizá Scar no podía invocarlos, y por eso utilizaba a Zira, y me arriesgaba a asegurar de que ella estaba en el meollo de la cuestión quizá más que el propio Scar. Quizá se iba a desterrar esperando poder sublevarse... con ayuda. También pensé en La Pantera Lila, tan arisca, tan veloz, tan irrefutable; era un espíritu con âme.

Pensando en todo esto, me quedé profundamente dormido.
Última edición por xXOrbOOkXx el Lun Ene 05, 2015 1:34 am, editado 1 vez en total
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


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Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
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Re: [Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Notapor Tsuna » Lun Ene 05, 2015 12:53 am

Escuché atenta a las palabras de Simbad, mirándolo de reojo de vez en cuando para no tropezarme, acostumbrada ya a mi nuevo cuerpo de felina. Según él Scar era un mentiroso sin igual, y aquella Zira estaba aliada con él. No pude evitar recordar la escena que había montado, echándole la bronca a los de Tierra de Partida por algo que yo no había visto. Para ellos debía ser lo más lógico del mundo, pero aún así estaba convencida de que esas no eran formas de acusar a nadie, ni mucho menos de tildarlo de enemigo sin auténticas pruebas. No me arrepentía de mis palabras, tan afiladas como cuchillos, claro que no.

Pero me sigue preocupando que ande suelto por ahí.


Miré por instinto hacia atrás, preocupada por lo que pudiese suceder en nuestra ausencia. Estaban con Tierra de Partida, no obstante... El pequeño Simba o el monarca podían sufrir una emboscada en cualquier momento, porque estaba claro que aquella clase de personas no se detenían ante nada. Incontables recuerdos me vinieron a la mente, recuerdos horribles de gente siendo asesinada por un visir malvado en el palacio de una ciudad perdida en el desierto.

Ya veo, muchas gracias. —le respondí a Simbad, seria

Me di cuenta en ese momento que nos habíamos alejado bastante de la Roca, adentrándonos en terreno seco y sin vida. Fue en aquel límite cuando el mayordomo del rey Mufasa nos puso en alerta, señalando hacia donde se encontraba la culpable, que al parecer se estaba adentrando en las Tierras Oscuras, o algo así. Un territorio prohibido supuse por las palabras que nos dedicó, dando a entender que no seguiríamos la búsqueda.

Entonces era ella, Zira.


La maestra corroboró mis pensamientos y nos felicitó por nuestro buen trabajo. Asentí orgullosa y contenta a sus palabras.

Gracias. —agradecí brevemente para escuchar su explicación con todo detalle

Nos resumió la situación de forma sencilla, y yo pensaba de la misma forma que ella. Estaba segura de que, si Scar y Zira eran los culpables, volverían a las andadas, y eso solo conseguía que me preocupase por Simba, o por el rey, incluso por Zazú, al cual ayudé durante el ataque. Y sobre Tierra de Partida, no pude evitar soltar una sonrisa al escuchar que se habían desprestigiado, y normal, teniendo aquel loco aprendiz entre sus filas. Todavía recordaba la cara que se me había quedado al escuchar su presentación ante Mufasa, era increíble.

La maestra volvió a su forma humana y montó sobre su vehículo, dispuesta a marchar. Me quedé embobada mirándola, alzándose en el cielo y pensando si algún día sería yo la que tuviese aprendices a su cargo, pero las palabras de Simbad, mi compañero, no tardaron en llegar. Hice una mueca de preocupación ante su reflexión, porque yo pensaba lo mismo.

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No descarto en absoluto que vayan a volver a intentarlo —dejé clara mi posición—. Hace mucho tiempo ya tuvimos que enfrentarnos a un hombre parecido a Scar, capaz de controlar a los Sincorazón y mentiroso hasta el punto de engañar a cualquiera por poder. Fue horrible, pero conseguimos vencer. —le solté de golpe, compartiendo aquellos pensamientos que me habían acompañado durante la misión, esperanzada en que comprendiese un poco a qué clase de enemigos nos estábamos enfrentando

Sin nada más que decir, volví a mi aspecto de humana y alcé el vuelo con mi Glider, siguiendo la estela que había dejado la maestra. Eché un último vistazo a aquel mundo desde las alturas, asombrada por la increíble aventura que había vivido allí, y lo grande que me había parecido la Roca del Rey en su momento, ahora diminuta. Sonreí desde dentro de la armadura, divertida.

No tardé en volver al castillo, donde una vez dentro me despedí de Simbad, quién al final no había parecido ser tan mal aprendiz. Tenía potencial, no me cabía duda. Vagué por los pasillos exhausta, recordando cómo me había transformado en una pantera y cómo había luchado contra los Sincorazón sin piedad. Pasé por el comedor donde vi algunos aprendices de pasada y me vino a la mente el momento donde conocí a Simbad por primera vez. Fue un camino de recuerdos y agotamiento hasta que alcanzase mi habitación.

Saludé a mi mascota que me recibió con los brazos abiertos —no literalmente, por supuesto, porque no se movió del sitio—, y me metí en el cuarto de baño. Necesitaba una buena ducha de agua caliente, a lo que me sumergí consiguiendo que el agua cambiase rápidamente a un color negruzco por la tierra, y divagué en la situación de aquel mundo: como le había comentado a Simbad, tenía muy claro que la situación no iba a cambiar, sobre todo si aquel Scar, hermano del rey —por muy increíble que fuese, porque no se parecían en nada— quería arrebatarle el trono y acabar con el pequeño príncipe.

Antes de darme cuenta, me había quedado dormida allí mismo.
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Re: [Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Notapor Tidus Cloud » Mié Ene 07, 2015 6:04 pm

¡¿Por qué no te callas ya, monstruo?! —le espetó Bavol a la Aprendiza de Bastión Hueco cuando dudó de sus palabras.

En otras circunstancias hubiese iniciado un enfrentamiento con ella; no obstante, decidió dejarlo pasar puesto que Bastión Hueco decidió abandonar el lugar en busca de Zira. Para su sorpresa Mufasa se frenó un momento y decidió contestarle a lo que acababa de decirle el camaleón:

Entiendo tu frustración, Bavolio Trené III. Scar ha hecho cosas por las que que y es castigado, pero... Aún así continua siendo mi hermano. Culpable o no, los hermanos mayores deben proteger a sus hermanos pequeños, aunque sea de sí mismos.

El camaleón no pudo contener una mueca de sorpresa al escuchar la respuesta del rey. No se le había ocurrido que protegía a Scar porque era su deber como hermano mayor. Él no los tenía, así que no sabía muy bien cómo era aquello; sin embargo, podía entender que ese deber era importante para el rey y eso lo respetaba. No obstante, aquello no le convencía de que Scar no fuera un importante peligro.

P-pero… —quiso replicar Bavol, pero Mufasa volvió a iniciar la marcha.

Os agradezco la ayuda, príncipe, pero os pido que regreséis cuanto antes a vuestro reino.

P-Pero, majestad, ¿y vuestro hijo? La presentación...

Eso ya no es asunto vuestro. Por favor, marchaos.

Bavol contempló en silencio cómo Mufasa abandonaba el lugar cargando con Scar, pero lo peor fue cuando la Maestra se giró hacia ellos. El camaleón agachó la cabeza y retrocedió unos pasos inconscientemente al verla tan enfadada.

Vamos a tener que enseñarte diplomacia, jovencito, no has hecho más que tensar la cuerda con el rey, ¡eso no nos ayuda!

P-pero yo tenía razón… —musitó Bavol con la boca pequeña, jamás había visto tan enfadada a Yami.

¿Qué pasa si Bastión Hueco se gana su favor más que nosotros? No podremos movernos con libertad aquí, ¿comprendes?

Aquel comentario provocó que Bavol abriera enormemente los ojos al darse cuenta de lo que podían haber causado sus palabras. Si Bastión Hueco conseguía ponerse de su parte al rey, el reino de Mufasa estaría del lado del enemigo en el conflicto y ya no podrían visitar tan tranquilamente el mundo.

L-lo siento, no lo había pensado… —Había un tono de tristeza contenida en las palabras del camaleón.

Bueno, bueno, será mejor que volvamos a casa, el mal está hecho... Sea cual fuese el plan de los conspiradores, al menos... conseguisteis frustrar los ataques.

Bavol miró de reojo a su compañero Kousen y después desvió la mirada al suelo. No quería ni imaginarse lo que el Aprendiz podría estar pensando de él, aquella regañina de Yami no sólo le había hecho darse cuenta de lo que había provocado, sino que también le había avergonzado ante Kousen.

El camaleón siguió a Yami y a Kousen hasta un lugar en el que pudieran recuperar su forma y marcharse de vuelta a Tierra de Partida. Durante el camino el pequeño se sentía realmente mal consigo mismo, como el culpable de todo lo malo que había pasado en aquel mundo. Tenía muchas ganas de llorar porque era la primera vez que una Maestra le regañaba delante de un compañero por haber fastidiado una misión.

Finalmente, sólo encontró una forma de aligerar su carga.

L-lo siento mucho, Maestra —se disculpó Bavol conteniendo las lágrimas—. Y-yo no quería fastidiar nada, sólo quería que Mufasa se diera cuenta de lo malo que es Scar. Yo vi cómo estaba este mundo cuando él mandaba y vi cómo invocaba los sincorazón. Sólo quería salvar a este mundo…—Bavol agachó aún más el rostro, no quería ni que Kousen ni Yami le vieran llorar—. L-lo siento mucho.

Después de su disculpa el pequeño no volvió a hablar en todo el viaje de regreso. Se mantuvo en silencio hasta que llegaron a Tierra de Partida, incluso un poco más apartado de Yami y Kousen que de costumbre, y a continuación se dirigió hacia su cuarto en cuanto la Maestra le dio permiso.

Se dirigió hacia su cama, hundió su cara en la almohada y echó toda la pena que tenía en su interior. Lamentablemente podía haberse hecho mucho más fuerte que la última vez que visitó Tierras del Reino, pero sólo había conseguido sentirse peor que en la anterior ocasión.

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Me ha gustado mucho la trama. Pese a alguna cosilla, ha tenido momentos muy divertidos. Ya comentaré con más profundidad en Sugerencias y Quejas. De todas maneras, mis felicitaciones.
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Re: [Tierras del Reino] El nacimiento de un príncipe

Notapor Kousen » Dom Ene 11, 2015 3:46 am

Pero al parecer las palabras de Bavol sí que había logrado captar la atención del rey... para bien o para mal. Se detuvo en seco en mitad del camino, alzando de nuevo la voz:

Entiendo tu frustración, Bavolio Trené III. Scar ha hecho cosas por las que que y es castigado, pero... Aún así continua siendo mi hermano. Culpable o no, los hermanos mayores deben proteger a sus hermanos pequeños, aunque sea de sí mismos.

Me quedé ahí quieto, contemplando las palabras del rey y tratando de asimilar los sentimientos que el monarca albergaba, incluso sospechando de su hermano. La relación con la familia siempre era algo complicado, y más con un hermano... aunque sinceramente, no podía tener una verdadera idea de qué se sentía. Siempre había sido el hijo único.

Sin embargo, antes de que Bavol pudiese protestar:

Os agradezco la ayuda, príncipe, pero os pido que regreséis cuanto antes a vuestro reino.

Me quedé confundido y entumecido por unos segundos. Acabábamos de meter la pata hasta el fondo, justo lo que me venía mascando desde que Bavol empezó a protestar sin disimulo. Lo único que se me ocurría era soltar unas apresuradas palabras de disculpa con las que intentar escurrir el bulto, pero no tenía ni idea de qué hacer.

Majestad, lamento profundamente las palabras de mi súbdito, pero...

P-Pero, majestad, ¿y vuestro hijo? La presentación...

Eso ya no es asunto vuestro. Por favor, marchaos.

La decisión de Mufasa fue tajante. Ninguno nos atrevimos a abrir la boca ni volver a rechistar, quedando en silencio mientras el león se alejaba entre las rocas. No podía verlo, pero seguro que Scar se estaba regodeando de triunfo tras lo que había pasado.
Yami y yo hicimos lo mismo, dirigir la mirada hacia Bavol. Su falta de tacto y su imprudencia nos habían dejado en mal lugar ante el gobernante de aquel mundo, y Scar se había largado de rositas con su plan.

Vamos a tener que enseñarte diplomacia, jovencito, no has hecho más que tensar la cuerda con el rey, ¡eso no nos ayuda!

Menudo marrón tenemos encima ahora... a ver cómo solucionamos esto.— suspiré, contrariado y evitando mirar a Bavol a la cara.

P-pero yo tenía razón… —musitó.

¿Qué pasa si Bastión Hueco se gana su favor más que nosotros? No podremos movernos con libertad aquí, ¿comprendes?

El tono de voz de Yami había adoptado un carácter tan severo que no parecía ser la misma maestra alegre y fantasiosa que todos conocíamos, ni siquiera sus aprendices la habíamos visto tan cabreada por nuestros fallos. Me hacía sentirme mal incluso a mí por no haber estado más atento para intervenir y frenar a Bavol, pero ya no se podía hacer nada. Bastión Hueco nos había ganado aquella partida de calle.

L-lo siento, no lo había pensado… — murmuró Bavol, con la voz flaqueando.

Espero que al menos aprendiendo de esto tengas más de prudencia la próxima vez, si es que podemos volver a mostrar la cara por aquí sin que nos enseñen la puerta. En fin...

Bueno, bueno, será mejor que volvamos a casa, el mal está hecho... Sea cual fuese el plan de los conspiradores, al menos... conseguisteis frustrar los ataques.

Estaba muy quemado, desde luego. Tramasen lo que tramasen, habíamos logrado posponerlo al menos de momento, y Zira no podría volver por allí sin su consiguiente castigo. Sin embargo, el hecho de que habíamos acabado colmando la paciencia del monarca era algo más claro que el agua. Si Bavol hubiese vuelto a soltar otra verborrea de acusaciones, habría perdido los papeles yo mismo, algo que quizás debería haber hecho... ¿Mostrar algo de autoridad, tal vez? Menudo "príncipe" de pacotilla estaba hecho.
Miré a Bavol al sentir su mirada, pero justo cuando cruzamos los ojos apartó la mirada. Mejor, porque no había manera de ocultar la cara de vinagre que llevaba en aquel momento. Si iba a hablar con el del tema, tendría que ser cuando me hubiese enfriado.

Seguimos andando hasta un lugar donde pudiésemos recuperar nuestra forma y partir de regreso hacia Tierra de Partida. Cuando nos hubimos alejado lo suficiente y nos cercioramos de que no había ninguna presencia cercana, nos dispusimos a irnos cuando Bavol dejó escapar unas palabras de disculpa:

L-lo siento mucho, Maestra. Y-yo no quería fastidiar nada, sólo quería que Mufasa se diera cuenta de lo malo que es Scar. Yo vi cómo estaba este mundo cuando él mandaba y vi cómo invocaba los sincorazón. Sólo quería salvar a este mundo…—Dijo a duras penas, conteniendo las lágrimas—. L-lo siento mucho.

El enfado me encogió un poco a ver a Bavol a punto de llorar, pero no eliminaba del todo el mal trago que habíamos pasado. Aquella escena me hizo comprender más que Bavol era todavía un niño, como su corta edad aparentaba. No solo físicamente, sino mentalmente... Casi pasaba por alto que hacía muy poco que acababa de salir de su mundo y aún le quedaba mucho por madurar. ¿Acaso las continuas batallas y la proximidad de la guerra me había endurecido tanto el carácter como para esperar que dejase su niñez atrás de un soplo?
Por mucho que quisiese darle unas palmadas en la espalda para animarle, hice un enorme esfuerzo por no hacerlo (Y por lo cual me sentí como una mala persona). Tal vez le ayudase a aprender más rápido a controlarse, en otro mundo esa forma de actuar podría haberle costado la vida.

Cuando llegamos a Tierra de Partida, me fui directo hacia los jardines del castillo, tratando lo más posible de evitar ir a mi cuarto o a algún lugar con gran afluencia de aprendices. Una vez encontré un lugar recóndito en las zonas de entrenamiento, me pasé lo que quedaba de día a golpe limpio contra los instrumentos de ejercicio, ya fuese a base de Llave Espada o con los conjuros más destructivos que conocía. Saqué toda la bilis que llevaba dentro, imaginando la cara de Scar cuando mandaba uno de los aros colgantes a dar vueltas.

Al caer la noche, cené deprisa y engullendo todo lo que podía para recuperar la energía. Cuando me encerré en mi cuarto solo me quedó mirar el cielo estrellado por la ventana, pero acabé agarrando un libro de la estantería que leí hasta que me quedé dormido con este en las manos.
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Ronda 12

Notapor Tanis » Dom Ene 11, 2015 8:36 pm

Yami abrió la puerta del cuarto de Bavol muy despacio, bien entrada la noche. Segura de que estaría dormido, se acercó al muchachito con pasos ligeros y suaves, como un fantasma o un ladrón de guante blanco. Había observado desde el castillo la exaltación y liberación de la rabia de Kousen, pero sentía que no era al joven a quién debía un gesto como aquel.

Lo sentimos, chocobito, sólo eres un niño... No tendrías que pasar por estas cosas.

El murmullo de la maestra no despertaría a Bavol. De hecho él no sabría nunca de aquello, tampoco del caricia en el pelo o el que la maestra estirase las sábanas para arropar mejor al pequeño gitano. A pesar de su infantil carácter, Yami en realidad se preocupaba igual que todos los maestros por los aprendices. Después de todo aquella salida había sido un pequeño capricho suyo y los niños habían sido los más perjudicados.

Yami se marchó igual que llegó, silenciosa, fantasmal. Un recuerdo de un sueño envuelto en niebla.

Tierras del Reino


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Mufasa contemplaba los vastos territorios bañados por el sol de la tarde desde lo alto de la gran Roca. Más abajo, las leonas descansaban tras el duro y arduo trabajo de reorganizar y tranquilizar a la muchedumbre dispersa y asustada, de combatir a las bestias oscuras, de evitar un desastre aún mayor.

Alteza.

Zazú aterrizó con un revoloteo pesado y cansado junto al gran león y plegó las alas con un suspiro. Mufasa no lo miró, pero también exhaló levemente.

¿Todos han regresado a sus zonas?

Sí, estaban muy alterados, y las leonas no podían retenerlos más.

Bien.

Zazú levantó el pico para mirar al monarca, muy preocupado. Sin ánimo de ofender cone se gesto, chasqueó la lengua.

Sin embargo, la cuestión de la presentación...

Ya hemos hablado de eso, Zazú.

Pero si es cierto que Scar provocó el incidente, o Zira, los súbditos no querrán volver por temor a otro ataque. Ya corren rumores de que el príncipe trae mala...

Zira ha huido a las Tierras Oscuras, y Scar está bajo vigilancia.

Esta mañana también estaba bajo vigilancia y... —La tensión de las garras de Mufasa contra la piedra alertó a Zazú de que estaba pisando terreno peligroso y detuvo su alegato—. Perdonad, no quería presionaros, majestad, es sólo que...

Sé perfectamente de lo que es capaz mi hermano, Zazú —Lejos de sonar enfadado, Mufasa habló triste, resignado—. Utilizó su odio para echarme del trono y exiliarme, destrozó el equilibrio del reino, casi mató de hambre a la manada. Sé que está dispuesto a hacerlo de nuevo, pero es mi hermano, le conozco, y sé que dentro de ese corazón oscuro aun anida una chispa de luz. —La nostalgia, el remordimiento y el anhelo envolvieron las palabras de Mufasa—. Sé que Taka todavía existe dentro de él...

* * *


Scar atisbó los últimos rayos de luz a través del entresijo de rocas de la pequeña cámara habilitada para su descanso y vigilancia. Las heridas, parcialmente curadas por Rafiki, todavía le dolían y escocían si intentaba moverse demasiado. Alguna que otra sangraba de vez en cuando y lo único que podía hacer era intentar restañarla él mismo. Inspiraba y expiraba hondo, secretamente satisfecho de que el plan, de algún modo u otro, hubiera salido mejor incluso de lo que había esperado.

Lo único que lamentaba era el haber tenido que acceder a la petición de Zira, porque ahora se encontraría solo dentro de una manada por completo leal a Mufasa. De algún modo quería pensar que era una solución a las intromisiones de esos animales que cada dos por tres aparecían para impedir que tomara lo que era suyo por derecho. Él ahora estaría aún más vigilado que antes, pero con Zira fuera con el poder de convocar la oscuridad de su corazón, quizá las cosas podían tomar un rumbo aún más interesante.

Unos pasos cuidadosos y calculados interrumpieron sus cavilaciones y Scar no pudo evitar levantar la cabeza lentamente al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa sibilina. En la entrada de la cámara se perfilaba la figura de una leona, que terminó de acercarse a él.

Vaya, que agradable sorpresa, Sarabi.

El comentario provocó una única respuesta. Sarabi levantó una de sus zarpas y golpeó a Scar en el morro con fuerza, haciendo que el león gruñera de dolor.

Eh, eh, ¿a qué viene esto?

Sabes perfectamente por qué.

No, por favor, ilumíname.

Sarabi enseñó los colmillos en un gesto de amenaza, sin embargo Scar no pareció amedrentarse. Más bien sí divertirse con la reacción de la reina.

... Toca a mi hijo, Scar, y juro por todos los Reyes del Pasado que yo misma seré la que te envíe con ellos.

Scar suavizó su sonrisa, que no dejó de ser maliciosa.

Bien, le daré recuerdos a tu padre entonces.

Sarabi hizo amago de volver a golpear a Scar, pero finalmente mantuvo la pata en el suelo y se dio la vuelta, digna, para marcharse de allí. Scar observó la partida de la reina y volvió a echarse mientras se relamía.

«Tan temperamental como siempre... Como siempre que no está Mufasa delante».



Tierras Oscuras


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Zira se aventuró en aquella tierra inhóspita hasta bien entrada la noche, cuando sucumbió al cansancio, el hambre y la sed y no pudo dar un paso más sin sentir cómo sus músculos y huesos se desgarraban doloridos. Estaba lejos, muy lejos del territorio de Mufasa, y ya no podía verse siquiera la frontera desde allí. A su alrededor todo era tierra seca, polvorienta, árboles medio muertos, huesos, rocas desmenuzadas.

Un paraje nada atractivo.

Conocía historias sobre aquel lugar. Las Tierras Oscuras eran tierra de nadie, una zona baldía que no pertenecía a ninguna manada porque no se podía mantener a ninguna allí. Ni siquiera las hienas se acercaban, era difícil encontrar algo que comer y escaseaba el agua. Pero eso era lo que Zira buscaba, y lo que había buscado huyendo allí.

Soledad.

Mientras se quedara allí, la manada de Mufasa no la buscaría, ni perseguiría y podría ayudar a Scar con sus planes de manera indirecta. Mientras todos pudieran pensar que era ella la que causaba los problemas con las bestias oscuras —y algunos causaría—, Scar estaría a salvo del exilio y la ejecución. Era un precio que estaba dispuesta a pagar, a pesar de que ya le echaba terriblemente de menos.

Paso a paso, Zira se deslizó por un terraplén de tierra y piedras para recalar en una pequeña charca sucia junto a un enorme termitero que se alzaba majestuoso como una gran Roca. Sin importarle los gusanos del agua, bebió hasta quedar saciada y caminó hacia el termitero. Bajo sus recovecos huecos y vacíos terminó tumbándose, cansada. Le rugió el estómago.

«Mañana terminaré de explorar este lugar... », pensó mientras se adormilaba. Después de todo sabía que a partir de entonces iba a ser su casa.


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¡Fin de la trama!

Espero que os haya gustado (aunque por lo que me habéis ido comentando sí XD) este reinicio de Tierras del reino a pesar de lo polémico y dificultoso que parecía plantearse al princípio. Ha sido una trama ligera y de presentación que me ha gustado mucho hacer, aunque de nuevo me disculpo por los períodos demasiado largos sin postear que tuve. Sigo fallando en eso como master. La verdad es que estoy bastante satisfecha con el resultado, no me ha resultado, como la anterior, tan “mal” hecha.

Como curiosidad: Quise meter a Zira desde el principio, y muchos detalles que no salen en las películas y sí en los libros, por así enriquecer un poco el Mundo y la historia. Además, así las cosas se explican muchísimo mejor.

PD: Me ha sorprendido sobremanera que fuera Tierra de Partida la perjudicada con las acciones de los jugadores, y no Bastión Hueco, con tado buenos y malos rondando por ahí XD.

Ahora puntuaciones.

Tidus y Kousen no puntúan por ser extras, aunque si quieren puedo darles una crítica vía MP (que a Tidus le debería dos XD no se me ha olvidado)

Zeix: Me ha gustado mucho, pero mucho, llevar a Saeko y leerla, verla desenvolverse en el Mundo, con su forma de animal, saber sus pensamientos y sentir su responsabilidad al verse siendo cabeza de equipo en la misión. Me daba mucho gusto leer cada respuesta, porque la roleas perfecto, acorde a su ficha, a sus estadísticas, a las situaciones. No había ni una sola ronda que no esperase con impaciencia la actualización de Saeko XD. Además no he visto ningún error, ni gramatical ni ortográfico (y si lo hay será alguna errata o dedazo de la cual no me he pispado).

¡Ganas 70 px! ¡Subes a nivel 12!

Orb: Podría hacer copy&paste de la valoración de Zeix, porque prácticamente te diría lo mismo. Además de eso añadir que me ah gustado mucho la interacción de Simbad con Zira, porque pensaba que los jugadores pasarían de los NPCs XD Para el novatillo de la trama, Simbad ha sabido y querido pelear y se ha desenvuelto también excelente.

No tengo queja ninguna, te veré en Muertos 8D

¡Ganas 70 px! ¡Subes a nivel 9!
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Tanis
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