[País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Trama de Light, Hana, Freya, Myxa y Jeanne

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Nell » Dom Feb 22, 2015 10:53 pm

¡Qué desconsiderada era Wendy! No parecía en absoluto preocupada por los niños. ¿Y se consideraba una madre? ¡Solo era una cría!

A pesar de que le habría gustado pensar en positivo, Hana sospechaba que los niños ya debían de ser pasto de los sincorazón. Es decir, que nunca encontrarían sus cuerpos, puesto que estos desaparecían cuando perdían el corazón. Suspiró. Siempre estaría rodeada de historias tristes, al parecer.

La verdad es que no se me ocurre ningún sitio. Ya hemos buscado por la selva pero nada. Teníamos pensado ir a la Laguna de las Sirenas, aunque… No me trae buenos recuerdos ese lugar.

¿La Laguna de las Sirenas? ¿¡Sirenas!? Definitivamente, no era un sitio donde alguien pudiera esperar que se encontraran unos niños, pero había despertado la curiosidad de Hana. ¿Cómo serían esas sirenas? ¿Como ella? Desde luego, si se asemejaban a la colonia de Port Royal, entendía que a Wendy le desagradaran. A ella tampoco le habían gustado al principio. Y, de hecho, solía sintiendo a veces lo mismo.

Hana siguió presionando a Wendy, y cada vez dudaba más de la capacidad de liderazgo de la muchacha. Se la veía dudar de dejar allí a los niños, o de incluso tomar iniciativas por sí misma. A la aprendiza le desagradaban aquel tipo de personas, porque consideraba que siempre había que estar dándoles empujones para que avanzaran algo.

Antes de que pudiera enfurruñarse más, dos gemelos emergieron de la casa del árbol para curiosear qué ocurría en el exterior. Cómo no, llevaban el mismo ridículo disfraz de animal.

¡Mirad chicos, es nuestra nueva madre! —saltó el osito.

¡Nuestra nueva madre!

¿Nos leerás cuentos antes de dormir también?

¡No, no y no, NUNCA! ―se rebeló Hana, apartándose del agarre de Osezno. Bueno, eso de nunca…

Los niños eran muy divertidos, a pesar de que se sintió totalmente invadida cuando comenzaron a rodearla. Pero, al contrario que Wendy, tenía cosas mejores que hacer en la vida.

No chicos, no es una nueva madre. Se llama Hana, y ha venido a ayudarnos —aclaró, fastidiando la ilusión de los pequeños—. Puede ser muy peligroso, ¿sabéis? Por eso me gustaría que os quedaseis aquí a vigilar la casa del árbol. Nosotras iremos a buscar a John, Zorrillo y Campanilla, ¿vale?

¡Jo, no te vayas! ¡Estábamos ideando un nuevo juego entre los dos!

¿Qué gracia tiene un juego si mami no puede jugar con nosotros?

En cierto modo, Hana tenía envidia. Nunca había tenido una madre a la que obedecer o quien jugar. Se había criado con un tío muy estricto y una tripulación completamente masculina. Su único compañero de juegos habitual había sido su primo, quitando a los niños que había conocido ocasionalmente en algunos puertos. Como no le había faltado de nada, jamás pensó en una posible vida donde hubiese tenido padres y cuidado materno. Y puesto que no lo había conocido, no lo echaba de menos.

Según lo que le había contado Wendy, ella y sus hermanos habían llegado desde Londres a Nunca Jamás y solo desde entonces había pasado a ser la susodicha madre. Quizá no hacía falta que les persiguiera o se preocupara de ellos como Hana creía que eran las madres. Quizá bastaba con otra cosa.

Finalmente, puso orden entre las quejas de los niños para calmarlos y convencerlos de que se quedaran. Después de aquella reflexión sobre qué era una madre realmente, Hana lamentó no llevárselos. Al menos a uno.

A ver, a ver, volveré en un rato. Y seguro que Hana estará encantada de acompañarnos —Después del lío que había montado, asintió, con vergüenza. A saber en qué estaban pensando―.. Así que portaos bien, ¿eh?

Se pusieron en camino, bajo las indicaciones de Wendy, hacia la Laguna de las Sirenas. Durante el paseo no ocurrió nada en especial, hasta que llegaron a una puerta de oro (todas las alarmas de Hana se dispararon, y se habría puesto a picar para sacar algo de haber podido) empotrada al pie de una montaña.

Casi había olvidado de nuevo que se hallaba allí para buscar un tesoro. ¿Y qué mejor localización de un tesoro que una puerta dorada como aquella? Vio las pisadas y temió que alguien se le hubiera adelantado. Ni siquiera pensó en que podría ser Ronin o alguno de sus compañeros.

Nunca hemos averiguado a dónde lleva esta puerta, la verdad. Sólo Peter sabe de su existencia, y una noche me trajo aquí para que yo misma la viera.

¿Le has preguntado qué es o adónde lleva? ―quiso saber. Imaginaba que no, pero no perdía nada por probar.

La dejó un momento de lado para aproximarse a ella. No vio cerradura e intentó empujarla con uno de sus hombros, por si había suerte. Y, solo por si acaso, convocó la Llave y apuntó con ella a la puerta en sí, esperando que hallara algún modo de apertura. De ser en vano, suspiraría y lo dejaría pasar. Qué frustrante.

Hana, antes me has preguntado sobre lo que me preocupa. —Ya lo había olvidado, pero como parecía importante, Hana se giró de nuevo hacia ella para escucharla—. Supongo que no puedo esconderlo más tiempo. Verás, hace ya mucho que no visito Londres, y no sé absolutamente nada de mis padres ni de mi familia. He vivido aquí aislada con mis hermanos, Peter, y los Niños Perdidos. Pero me gustaría volver. Y posiblemente Peter no lo quiera aceptar.

¿Y qué más da que no lo acepte? Es tu vida y haces lo que quieres con ella ―replicó Hana. ¡Menudo idiota era ese Peter! Mira que retenerla contra su voluntad…―. Seguramente tus padres estén preocupados por ti. Tú, que ahora eres… madre ―Aunque no la consideraba como tal― deberías comprenderlo mejor que nadie. Podrías al menos haberles visitado de vez en cuando, ¿no? ―Enarcó una ceja―. ¿Estás pensando en marcharte permanentemente o temporalmente?

Qué situación más difícil. Además, Wendy tenía allí a sus dos hermanos, que podían rechazar la idea de regresar. ¡Y pobres padres! Habrían perdido por un capricho de estos (el de viajar a Nunca Jamás) a sus tres hijos.

Una vez, cuando era una niña, Raymon y ella se perdieron en una ciudad durante un par de días, porque esta era extensa y no sabían cómo regresar. Su tío había removido cielo y tierra hasta encontrarlos. Para ella fue una aventura increíble, ensombrecida por un castigo milenario que consideró injusto. Sin embargo, mirándolo desde su posición ahora, entendía mejor la responsabilidad de cuidar de otros.

En caso de que Wendy no supiera ningún modo de abrirla, ni ninguno de los intentos anteriores hubiera funcionado, propondría seguir su camino hacia la Laguna.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Tsuna » Sab Feb 28, 2015 4:02 am

Hana

¿Le has preguntado qué es o adónde lleva? ―interrogó la aprendiza cuando Wendy mencionó que fue Peter quien le enseñó semejante portón dorado

La niña negó con la cabeza, confusa por la pregunta. En realidad Wendy nunca se lo había planteado, y según lo que recordaba, Peter no tenía ni la más mínima idea.

Qué va, Peter tampoco ha podido entrar ahí. De hecho, no sé yo si se podrá abrir siquiera.

Cuando la aprendiza tuvo su respuesta decidió acercarse a la enorme puerta dorada para empujarla con su cuerpo, pero comprendería a los pocos segundos que resultaría imposible. Era demasiado pesada y parecía incluso estar sellada. ¿A dónde llevaría? ¿Al interior de la montaña o…? En cualquier caso, a Hana se le quitarían las ganas de entrar por ahí cuando apuntó con su arma, escena que Wendy presenció perpleja, como si la aprendiza estuviera loca. La chica pudo sentir un punzante escalofrío recorriendo su espalda nada más apuntar a la superficie dorada, pero no se abrió, y tampoco pasó nada.

¿La vas a intentar abrir con eso? —preguntó extrañada, señalando la Llave Espada de Hana

Esperó una respuesta de la mujer peliazul, y cuando esta última le comentó que podía hacer lo que quisiera con su vida, Wendy bajó la vista. Parecía darle la razón a Hana, pero no le terminaba de convencer aquella opción. Saltaba a la vista que el tal Peter tenía una gran influencia sobre ella. Más de la que cualquiera pudiese imaginar. Y entonces encaró a Hana con los ojos decididos.

No podía visitar a mis padres de esta forma. De hecho, no sé siquiera cómo regresar sin la ayuda de Peter. Y si me voy… es para no volver —paró un momento—. En Nunca Jamás no existen los adultos, no hay nada más que diversión y aventuras. Ir a la escuela, hacer tareas o pagar una casa. Nada de eso existe aquí, Hana. Así que sí, si me voy con mis hermanos, será para no volver.

Hana notaría que a medida que Wendy hablaba, más dolida se la veía. Pero estaba siendo sincera, soltando todo lo que había tenido guardado durante tanto tiempo.

>Los Niños Perdidos me olvidarán, Peter Pan y Campanilla también. Y yo volveré a mi vida de siempre. Sé que esto, Nunca Jamás, te puede parecer de ensueño, pero creo que ha sido suficiente —y resopló, abatida—. Hana, muchas gracias.

Tal y como había sospechado la aprendiza, a Wendy le faltaba un pequeño empujoncito para salir del paso. Y ya estaba más decidida que nunca. Cuando tuviese la ocasión, si Hana no se metía en medio, Wendy le diría la verdad al líder de los Niños Perdidos, y quién sabía el desenlace que podía tener aquello.

Wendy animó a Hana a proseguir hacia la La Laguna de las Sirenas con un gesto del brazo, y ambas partieron rumbo por la frondosa jungla. Pero ninguna sospechó que estaban siendo vigiladas, claro que no. Entre los matorrales unos ojos amarillos se acercaban lentamente hasta la puerta, pero no consiguió alcanzar a las chicas. Sin embargo… no cesarían en su empeño.

Light y Freya

Light sabía bien en el lío en el que se estaba metiendo. Intentar escapar de los piratas delante de sus narices no iba a resultar nada, pero que nada fácil, y más estando encadenado. Sus posibilidades de escapar hubiesen sido nulas, de no ser porque tenía un plan donde contaba con un cebo y magia. El chico había dado en el clavo.

Spoiler: Mostrar


Light materializó a su Eidolón en su forma cabalgadura. Por supuesto, era una criatura extraña por aquellos lares, y los piratas no eran unos niños que pensaran en hadas y aventuras, sino en saquear y matar. Cuatro corsarios que pasaban por allí pegaron un brinco cuando apareció el lobo frente a ellos, y con los ojos como platos, buscaron rápidamente con la mirada al aprendiz, que ya no existía, al menos para ellos.

¿¡Qué es esto!?

¡El chico no está!

¿Cómo dices?

Una auténtica locura es lo que se formó en la cubierta. Todos los piratas que allí se encontraban, o casi todos, se lanzaron a por Gaomon sin compasión, pegando peligrosos disparos y espadazos. Los hombres —y mujeres también—, poseían más habilidad de la que hubiesen imaginado en un principio. No se trataban de unos corsarios cualquiera, además de que eran demasiados, y tanto Light como su mascota eran conscientes de ello; sólo cuestión de tiempo hasta terminar apresados de nuevo. Por fortuna, más piratas de lo esperado se quedaron expectantes del combate, o continuaban con sus tareas. El barco no se iba a mover solo, claro estaba, y tenían que prestar atención al viento y a la mar.

Por otra parte, la habilidad de Xefil le fue de mucha ayuda al joven aprendiz, que consiguió escapar de las cadenas sin problemas, y las cuales se quedaron suspendidas en el aire unos segundos para luego caer al suelo de forma precipitada. Light ignoró la pequeña hada que se encontraba en la mesa, y la cual había sido testigo de absolutamente toda su artimaña. Esta, desesperada y furiosa, no paraba de darle patadas al cristal intentando llamar su atención de alguna forma, porque no podía verlo, pero nadie acudió en su ayuda…

El chico, bastante astuto, consiguió colarse por la puerta que más cerca le quedaba dispuesto a buscar sus pertenencias en el interior del barco. Y nadie se percató de su presencia, al menos en principio. Cuando Gaomon desapareció, con algunas heridas de más, los piratas se miraron entre sí claramente confusos, y una se asomó entonces hacia el mar, buscando alguna pista del chico cautivo, pero ni rastro.

Tardarían unos segundos en ver cómo Campanilla señalaba a las cadenas del suelo, parecía bastante enfadada por haber sido ignorada de manera tan descarada por el aprendiz, y los piratas consiguieron dar en el clavo. Si no estaba en el mar, porque era imposible que aguantase la respiración tanto tiempo sin salir a flote, y las cadenas estaban tiradas en el suelo, solo quedaba una opción: el interior del barco.

¡Vamos merluzos! ¿A qué esperáis? —ordenó uno

Un enorme pelotón de corsarios corrió como si les fuese la vida en ello para entrar dentro del barco. Light, que ya había logrado recorrer un buen trecho y atravesar las habitaciones —de las que rezumaba un olor muy repulsivo—, se toparía de frente con muchas puertas, pasillos y salidas. Podía ir a la cocina que tan bien olía a su izquierda, bajar unas escaleras y tomar por un pasillo también a la izquierda que se perdía en la penumbra o bien por una puerta que iba hacia la derecha, también ubicada abajo, cabía la posibilidad de tomar además por un pasillo que conducía a su derecha sin necesidad de bajar por las escaleras. Desde detrás de esta última puerta se escuchaban unos ronquidos, y tras él, los pasos de los piratas apresurados para poner fin a aquella revuelta.

A su lado había algunos barriles: podía cerrar la puerta de los dormitorios por la que había entrado y taponarla con estos, pero perdería bastante tiempo en ello. ¡Pero aquel lugar era todo un laberinto! El tiempo era oro.

Sin embargo, eligiese el camino que eligiese, un enorme temblor estremecería el barco. La madera chirrió y pilló a todos por sorpresa. El aprendiz caería inevitablemente, y si había decidido bajar por las escaleras… Mala cosa. Pero no había tiempo que perder, porque la madera de la puerta por la que había entrado salió volando a raíz de un disparo. Todo el polvo y las astillas cayeron sobre la cabeza del aprendiz.

Freya por su parte aprovechó la confusión de los piratas para ocultarse entre los barriles. Gracias a que la mayoría se habían marchado al interior del barco, nadie le prestó atención. Fran la siguió con cara de curiosidad y con mucha cautela para ocultar sus enormes orejas, preguntándose si realmente se saldrían con la suya. Sería muy cerca de la mesa cuando una pirata apareció, pero ambas sabían bien ocultarse y nada malo sucedió. Campanilla se vio sorprendida de improviso cuando la aprendiza agarró su lámpara y todas las pertenencias de la mesa. Sin dudarlo, volvieron sobre sus pasos para esconderse nuevamente.

Una vez de vuelta en el camarote del capitán Garfio, Fran sonrió divertida por ver cómo Freya se había salido con la suya.

Parece que esta pequeña Portadora tiene lo que hay que tener para ser una pirata.

Campanilla en cambio no paraba de revolotear como podía dentro del candil, desesperada y gesticulando de manera exagerada para que Freya la liberase.

>Supongo que ahora te toca ayudarme a mí. Si estás interesada en tesoros no te vendría mal acompañarme. Garfio esconde muchos botines aquí dentro. —parecía que sabía de lo que hablaba, igual no era la primera vez que se colaba en el navío del tenebroso capitán

Si Freya decidía liberar a Campanilla, el hada comenzaría a revolotear por la estancia, saboreando su recuperada libertad, y después de unos segundos se dirigió a ambas, haciendo gestos de lo más extraños. Y Fran respondería:

Parece que nos quiere ayudar. Se dice que desaprovechar cualquier ayuda es lo mismo que fracasar.

En cambio, si no la liberaba, ésta se quedaría sentada dentro de los cristales con los mofletes hinchados y cruzada de brazos, con cara de pocos amigos. Y el mapa que había recogido… parecía más el mapa de un tesoro, pues marcaba con una gran “X” la Isla de la Calavera. ¡Qué suerte había tenido!

Escucharon entonces un enorme alboroto bajo sus pies, incluso el sonido de un disparo, y antes de poder moverse siquiera un temblor consiguió desestabilizar y tirar a ambas al suelo. Cuando se recuperasen y saliesen por la única vía posible, que era bajando unas escaleras, se encontrarían en mitad de un pasillo. Podían ir a la izquierda, hacia la zona de donde había provenido el disparo, o ir por una puerta frente a ellas además de otra a sus espaldas.

Campanilla, si había sido liberada claro, indicaba la puerta que estaba frente a ambas con desesperación, ¿pero seguro que era por ahí?

Spoiler: Mostrar
El temblor sucede al mismo tiempo para todos, y el disparo que escucha Freya es el que rompe parte de la puerta de los dormitorios en la zona de Light.

¡Mucha suerte!

Light Hikari:
VIT: 27/54
PH: 11/38
Gaomon:
VIT: 09/36
PH: 06/20
Freya:
VIT: 20/20
PH: 09/12



Jeanne y Hana

Aunque no sería muy caballeroso por mi parte dejar a una señorita a merced de…

Parecía que al final el pirata del aire sí estaba dispuesto a ayudar a Jeanne, pero esta ya se le había adelantado. La aprendiza aprovechó el desconcierto de su captor para propinarle un peligroso hechizo eléctrico en el brazo donde llevaba su espada. El hombre gruñó retrocediendo unos pocos pasos sobre el bote que comenzó a tambalearse, y sujetó con su mano buena una pistola que llevaba en su cintura. Pero la chica nuevamente supo aprovecharse y una fuerte patada en la entrepierna fue suficiente para que cayese al agua, dolorido.

Eso último no me lo esperaba. —expresó desde su posición, junto a la sirena restante y haciendo una mueca de desagrado al contemplar el golpe

¡O-oye, ¿a dónde crees que vas!?

Jeanne no lo pensó dos veces y escapó a través del aire, planeando a una suficiente distancia del suelo como para que ningún pirata se interpusiera en su camino, al menos directamente, porque más de uno pensó en apuntar a la muchacha como si de una gaviota se tratara. Sin embargo, fue en ese momento cuando el pirata del aire sacó su arma y, con una serie de certeros y veloces disparos, acabó con aquellos que se habían intentado cebar con Jeanne.

El supuesto Smee por su parte salió de la barca y comenzó a correr hacia la aprendiza, confiando en que en algún momento descendería. No pensó que lo que hacía fuera sobrenatural, porque bien era conocido que en Nunca Jamás había hadas capaces de hacer volar a las personas. Pero para su desgracia, el hombre se detuvo a mitad de la carrera claramente extenuado y en parte aterrado por la presencia del pirata a quién pretendía capturar, el cual le apuntaba con su arma directamente.

Poner en peligro a una niña es caer demasiado bajo. Si queréis mi cabeza, ¿por qué no venís directamente a por ella? —y subió ambas manos suspirando, claramente decepcionado— Pensaba que los piratas de Garfio valían más que esto.

¿C-cómo te atreves a insultar al capitán?

Y entonces llegaron, Hana y Wendy, desde la selva. Pudieron ver a Jeanne, la cual utilizaba su Necropatín para poner rumbo a la Isla de la Calavera, sospechando que el lugar oscuro y frío del que hablaba la sirena se encontraba allí. Y el panorama que contemplaron las nuevas chicas no fue muy esperanzador… porque allí no parecía haber ningún Niño Perdido: un hombre bastante apuesto sobre una roca decorada por estrellas de mar y algas sosteniendo una escopeta de gran tamaño y de diseño elegante, como él mismo, un pirata bonachón y regordete cerca de éste, unos pocos corsarios por la zona sosteniendo espadas en sus manos y un grupo de sirenas dormidas sobre el agua.

Una de las sirenas, la única que quedaba, observó detenidamente a Hana, clavándole la mirada por un instante, una fría y amenazadora mirada, para luego dirigirse a Wendy y gruñir. Jeanne por supuesto continuó, decidida a poner rumbo al lugar repleto de oscuridad. Pudo avanzar sobre el agua gracias al Planeador que había ejecutado, el cual sirvió de soporte para su posterior Necropatín.

¡Anda, si es el pirata del aire! —exclamó Wendy, señalando al apuesto hombre que sonrió de forma socarrona

Y en medio de todo ese caos, el grito de guerra de un niño rompió con la tensión que se respiraba en el ambiente.

¡Perdeos, piratas de pacotilla!

Un joven de cabellos marrones y vestido solamente por hojas del bosque apareció volando entre un mágico polvo dorado, sosteniendo un puñal en su mano derecha. Éste alcanzó a los piratas con una velocidad vertiginosa y consiguió clavarles el filo de su arma por sorpresa, hiriéndolos y obligando a los mismos a retroceder hacia el bote o saltando al mar. Sin embargo, a Smee no lo dejó escapar.

¡Ah, Smee, ¿qué se le ha perdido a Garfio por aquí esta vez!? ¿Su otra mano?

¡T-tú… Acabaré contigo en nombre del c-capit…!

¡Sí vale, lo que tú digas!

El tal Smee intentó agarrar una pequeña pistola escondida en su cintura, pero temblaba de miedo y Peter no hacía más que mofarse de él volando a su alrededor. Entonces disparó. La bala perdida casi le atraviesa la cabeza a Hana, y Peter, ignorante de que había estado a punto de matar a la aprendiza, estalló en carcajadas delante de Smee, que se puso rojo de los nervios.

Mira Hana, él es Peter. —le susurró Wendy a la aprendiza, señalando hacia el líder de los niños perdidos, el cual no tenía la intención de dejar escapar a Smee

Jeanne por su parte alcanzó un pequeño islote en su camino a la Isla de la Calavera. No le quedaba mucho camino y se había acercado al barco pirata de color rojo. De improviso, el enorme galeón pareció chocar con algo bajo el agua y se detuvo en seco. Y en ese momento, una pequeña barca alcanzó tierra firme frente a Jeanne: dos niños viajaban en ella, uno con gafas y sombrero y otro con un disfraz de zorro. Ambos no parecían querer moverse de allí, pues se sentaron exhaustos sobre la arena tras haber remado desde tan lejos. Se fijaron en la chica, pero no le dijeron nada.

Parecían estar muy cansados. ¿Qué haría Jeanne? ¿Y Hana, le diría algo a Peter o a la sirena? Desde su posición se podía ver a la otra aprendiza y a los niños no muy lejos de allí. Podían acudir al lugar atravesando unas peligrosas rocas golpeadas por las olas, o bien ir nadando. Pero Jeanne y los niños no tenían manera de ver a Hana y los demás, a menos que volviesen sobre sus pasos.

Wendy esperó la decisión de su nueva compañera. Y el bote que habían intentado utilizar los piratas para escapar había terminado vacío gracias a Peter, que se encargó de tirarlos a todos al mar. Podían tomarlo sin problemas, pero habría que remar bastante. Ni cabía decir que podían ver con todo detalle el barco de Garfio anclado no muy lejos de allí.

Spoiler: Mostrar
Hana Shimizu:
VIT: 42/46
PH: 15/32

Jeanne Mars:
VIT: 16/20
PH: 07/20


Spoiler: Mostrar
Fecha límite: Sábado 7 de Marzo.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Light » Lun Mar 02, 2015 12:50 am

Spoiler: Mostrar


«Ahí os quedáis».

Que se armara el caos no le sorprendió demasiado. Mientras escapaba del lugar, oyó varios disparos que le estremecieron. ¿Había hecho bien dejando a Gaomon allí? Su eidolon era inmortal, sí, pero aun así no le hacía ninguna gracia que se cebaran con él: utilizarle para distraer a todos había sido su única opción, por desgracia. De existir otro cebo no hubiera puesto en riesgo a su querida mascota.

El joven comenzó a recorrer el barco, en busca de sus objetos perdidos. Si recuperaba su dispositivo de comunicación quizás podría ponerse en contacto con Ronin y avisarle del supuesto tesoro de la Isla de la Calavera. Debían conseguirlo antes que Nanashi, era crucial que no acabara en las manos de la traidora.

Su olfato comenzó a detectar un hedor desagradable y las ganas de abandonar aquel barco aumentaron.

«¿Estás bien?», le interrogó al eidolon, preocupado por su estado. Mientras se comunicaban a través de sus pensamientos, Light avanzaba corriendo por las habitaciones. De haber piratas por allí se hubiera esforzado más en no hacer ruido con sus pisadas a pesar de su invisibilidad. Aquel no era el caso porque en aquellos momentos la mayoría de los corsarios todavía se encontraban afuera.

Pero la calma no duraría mucho tiempo, seguramente pronto saldrían a buscarle.

Gaomon le dejó claro que estaba bien y que todavía podía dar más guerra. Ambos se encontraban cansados: habían gastado un porcentaje importante de sus reservas mágicas para escapar de la cubierta y Nanashi les había dado una paliza.

Tarde o temprano se le presentaron varios caminos que podía tomar. Liberó un resoplido. Demonios, nunca había pisado aquel barco y desconocía por completo dónde guardaban los objetos que saqueaban. Podían estar en cualquier parte.

Pronto detectó un olor muy rico, opuesto al desagradable que había estado percibiendo hasta aquel momento. Procedía de una habitación cercana a la que podría acceder por una puerta a su izquierda.

Se mojó los labios. Tras escalar aquel risco y darse un buen paseo por la jungla, le apetecía llevarse algo a la boca. Un simple almuerzo para eliminar el hambre. Seguro que su mascota extenuada también lo agradecía, al igual que él. Los piratas les acorralarían tarde o temprano en aquel barco y si no tenían fuerzas para luchar contra ellos… las pasarían canutas.

Necesitaban tiempo. Lo primero que hizo fue cerrar la última puerta que había atravesado y colocar unos barriles delante de ésta para obstruirles el paso. Después se decidió por la puerta de la cocina finalmente. Siempre podía aprovecharse del manto de la invisibilidad para coger comida disimuladamente. A falta de pociones, tenían que buscar otras alternativas. Aquel barco era muy grande y posiblemente tardarían lo suyo en encontrar sus cosas, por esa razón necesitaban recuperar energías.

Justo cuando se dispuso a entrar por dicha puerta, el barco osciló y el aprendiz perdió inevitablemente el equilibrio. De rodillas sobre el suelo, se volteó hacia múltiples direcciones, aturdido. ¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿Habían chocado contra algo?

No le apetecía averiguarlo. Se levantó sin más preámbulo y se dispuso a cruzar la puerta de la izquierda con rapidez. Una vez asomara la cabeza y se percatara de que no había nadie dentro —esperaba que no, aunque de lo contrario no se detendría—, entraría, asegurándose de que dejaba la puerta tal como se la había encontrado para que los corsarios no sospecharan en cuanto pasaran por allí.

Porque pronto se acercarían a su posición, sin duda. Lo sabía porque llegó a oír un sonido explosivo que le produjo un espasmo y le hizo detenerse en seco un segundo. Estaban cerca, sí, pronto le alcanzarían. Ni siquiera se atrevió a mirar la puerta que acababa de ser destruida. Con el pulso acelerado, se revolvió el pelo para quitarse el polvo y los trozos de madera que habían caído sobre su cabeza mientras se continuaba moviendo, entrando finalmente en la cocina.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Crystal » Dom Mar 08, 2015 3:11 am

El plan salió tal y como tenía previsto; conseguí hacerme con todo lo que había en la mesa. Fran y yo retrocedimos para llegar al camarote de Garfio de nuevo. La mujer sonreía de una manera divertida.

Parece que esta pequeña Portadora tiene lo que hay que tener para ser una pirata.

Gracias... —respondí, encogiéndome de hombros—. Supongo.

>Supongo que ahora te toca ayudarme a mí. Si estás interesada en tesoros no te vendría mal acompañarme. Garfio esconde muchos botines aquí dentro. —Fran sabía de lo que hablaba. Probablemente ya había estado ahí más de una vez. Quizás, después de todo, había tenido buena suerte al cruzarme con ella antes. Puede que con ella pudiese encontrar aquello que de verdad estaba buscando.

Finalmente, sin poder aguantar más, liberé a Campanilla. La pequeña empezó a revolotear por todos lados, muy feliz; estar atrapada ahí tenía que ser horrible. No pude evitar sonreír como una tonta, embobada ante la belleza de aquel momento. Sin embargo, Campanilla no tardaría en girarse para empezar a gesticular de una manera muy extraña.

Parece que nos quiere ayudar. Se dice que desaprovechar cualquier ayuda es lo mismo que fracasar.

Asentí con la cabeza. Antes de guardar el mapa en la mochila le eché un rápido vistazo. ¡Era ni más ni menos que un mapa del tesoro! Quizás si allí no encontraba el que quería, podría echar un vistazo por la zona esa más tarde. Lo mejor era guardarlo y no perderlo.

De repente, se escuchó un gran alboroto en alguna parte de abajo. Un temblor consiguió derrumbarnos a ambas, y acabamos por el suelo. No tardamos mucho en recomponernos, y escapamos por la única vía que había: unas escaleras que bajaban. Acabamos en un pasillo, con varios caminos.

No es que no quisiese confiar en la palabra de Campanilla, que indicaba la puerta que teníamos en frente, pero algo me decía que no entrásemos allí. Me giré para comprobar que había una puerta a nuestras espaldas y preferí aquella opción antes que ninguna otra; desde luego no iba a entrar por aquella dónde se había escuchado un tiro. Así pues, indiqué aquella puerta y la abrí para después pasar. Deseaba no haberme equivocado; no me hubiese gustado darle la razón a Campanilla por no haber seguido su consejo.
Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Crystal
27. Trepador
27. Trepador
The Unknowns
 
Mensajes: 808
Registrado: Lun Jul 21, 2014 3:19 pm
Dinero: 593,885.90
Banco: 15,509.00
Ubicación: En busca de Tidus.
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor 15nuxalxv » Dom Mar 08, 2015 10:37 pm

Spoiler: Mostrar


Aunque no sería muy caballeroso por mi parte dejar a una señorita a merced de…

Al parecer, el pirata si estaba dispuesto a ayudarme. Una pena, porque yo ya me había encargado de salvarme sola. Como esperaba, el hechizo y la patada tuvieron efecto, y pronto me liberé, tirando al pirata al agua.

Eso último no me lo esperaba —admitió él, yo no pude evitar sonreír.

¡O-oye, ¿a dónde crees que vas!?

El corsario regordete trató de perseguirme mientras volaba. Me percaté de que no parecía muy sorprendido, al contrario de cómo podrían estar los de mi mundo. Incluso diría que lo veía como algo natural. ¿Acaso en ese mundo había personas capaces de volar? Aunque si lo pensaba, si había sirenas, ¿por qué no? Al final, se detuvo totalmente fatigado. El otro pirata le apuntó con su arma.

Poner en peligro a una niña es caer demasiado bajo. Si queréis mi cabeza, ¿por qué no venís directamente a por ella? —Suspiró decepcionado. No era tan caradura, después de todo— Pensaba que los piratas de Garfio valían más que esto.

¿C-cómo te atreves a insultar al capitán?

Así que el capitán de la tripulación se llamaba Garfio… Tomé nota mentalmente.

Me marché velozmente usando el Necropatín. Paré un momento en un islote cercano a la gran calavera. El barco (seguramente el de los piratas), que estaba bastante cerca, pareció chocar contra algo y se detuvo; al mismo tiempo que un bote con dos niños se detenía en la orilla de la pequeña isla. Ambos salieron y se pusieron a descansar. Me miraron, pero no dijeron nada. Les sostuve la mirada un rato, sin saber qué hacer exactamente.

Eh, chicos —llamé su atención—. ¿Necesitáis ayuda?

La Laguna seguramente seguiría llena de piratas. ¿Podría él acabar con todos? Tal vez no hubiese debido marcharme, aunque si era tan peligroso como Nono decía, no tendría problemas. Y parecía bastante seguro de sí mismo.

Tampoco podía llevarme a los niños conmigo, desde luego. No tomaría las indicaciones de la sirena en vano. Tal vez no debiese ir yo sola. Pero… Confiar en el pirata… ¿Si encontrásemos el tesoro, quién se lo llevaría de los dos?

Tenía que atender a la misión, pero tampoco quería dejar a los dos niños solos. Los piratas andaban cerca, ¿y si los capturaban?

Escuchadme —les pedí—. ¿Sabéis de algún lugar donde esconderos, o alguien que pueda ayudaros? —Si eran nativos, debían conocer la zona— Debéis iros, antes que lleguen los piratas y sea tarde.

Miré de nuevo hacia la Laguna, dubitativa. Había gastado bastante magia huyendo, ¿y si no podía arreglármelas con posibles sincorazón? Ya estaba demasiado lejos para volver.

Suspiré resignada.

Vamos.

El plan estaba en llevarlos uno a uno a la playa usando Planeador (recé para que no pesaran demasiado). Una vez allí, les buscaría un lugar donde poder descansar sin que los piratas les descubrieran (tal vez detrás de unas rocas). A partir de allí, podrían obedecer mi consejo anterior o quedarse allí, ya no era cosa mía.

Si veis al pirata del aire… —Confié en que supiesen de quién se trataba— Dadle las gracias de mi parte.

Después, continuaría mi camino a la isla con forma de calavera usando de nuevo Necropatín y Planeador, decidida a encontrar el tesoro de una vez por todas.
Avatar de Usuario
15nuxalxv
49. Mandrágora
49. Mandrágora
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 1461
Registrado: Dom May 20, 2012 3:55 pm
Dinero: -600,907.82
Banco: 33,068.83
Ubicación: Kimbolton Castle
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 14

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Tsuna » Vie Mar 13, 2015 12:16 am

Capitán, hemos chocado con un arrecife.

Garfio hasta ese momento había ignorado por completo los disparos y la batalla campal que se había organizado en su cubierta minutos atrás. Había pasado el tiempo sacándole brillo a su espada, alegando teorías sobre la muerte de Peter Pan que se avecinaba, y practicando con su arma, inmerso en su propia fantasía. Fue entonces cuando el barco chocó contra algo bajo la superficie del agua, quizás alguna roca o incluso un animal que pasara por allí. El hombre del garfio se adelantó, perplejo.

¿¡Cómo que un arrecife!? ¿Qué clase de inútil chocaría contra un arrecife?

Los ojos del capitán casi se salían de sus órbitas, claramente enfadado porque el navío se hubiese detenido. ¡Qué le diría a Peter Pan en una situación así! Posiblemente el niño volviese a reírse de él por la torpeza de su tripulación. Uno de sus hombres subió a toda prisa, alarmado y mostrando signos de extenuación.

Capitán, el chico…

¡Sí, gracias a ese mocoso conseguiré hoy acabar con Peter Pan! Ya queda menos para ver cómo se hunde en lo más profundo del mar… —escenificaba el capitán con sus brazos, sonriente

No, quiero decir, que el chico ha…

¡Silencio! —Garfio no se hizo de rogar y apuntó con su pistola al hombre. Apretó el gatillo y acabó con su vida, ante las atónitas miradas del resto de corsarios— ¡Venga, tenemos que salir de aquí y acabar con ese maldito demonio!

Los piratas, resignados y en silencio, obedecieron, ignorando el hecho de que Light hubiese escapado. El capitán sacó entonces un catalejo, gracias al cual pudo observar Nunca Jamás.

Light

¡Qué suerte había tenido Light! Parecía que el grupo de piratas chocó estrepitosamente contra los obstáculos que había colocado el chico allí, por fortuna le dio tiempo suficiente para entrar en la cocina sin que nadie sospechara nada. En su interior pudo contemplar numerosas mesas sobre las que reposaban incontables platos de comida: desde pescado encebollado con pimiento hasta patatas cubiertas de queso y jamón, acompañadas de distintas salsas, aunque aquella cacerola de potaje olía especialmente bien y abría mucho el apetito.

Si al aprendiz todavía no se le habían caído las babas a causa del hambre podía intentar probar bocado de lo que quisiera, tanto él como su mascota, aunque esta no gozara de los beneficios proporcionados por el hechizo de invisibilidad. Y no estaban solos, pues al otro extremo de la cocina un hombre tarareaba una canción típica de piratas mientras mezclaba ingredientes con gran soltura en los fogones.

Jo, jo, jo. Hoy será un día especial, seguro que sí~ —y arrancó un poco de perejil para añadirlo al caldero— El capitán conseguirá acabar con Peter Pan, ya creo yo que conseguirá vengarse por fin~

Pero entonces, buscando algo con la mano libre, se terminó por dar cuenta de que lo que buscaba no se encontraba allí. Resopló y marchó, alegando que se había dejado la cebolla en la despensa. El hombre abrió una puerta situada a su lado y se encerró dentro. Light pudo ver por poco que se trataba de la habitación donde se guardaban y conservaban todos los alimentos, y ahora se encontraba solo. Podía aprovechar para comer sin temor a que nadie le dijese nada, o incluso encerrar al cocinero allí dentro utilizando la Llave Espada, todo era posible.

Si decidía darse una comilona, tanto él como su mascota, ambos verían sus fuerzas renovadas. Si no querían arriesgarse a armar escándalo, simplemente tendrían que volver sobre sus pasos, porque básicamente no había otro camino que tomar. Cuando saliese de la cocina el aprendiz notaría que los efectos de Tenue comenzaban a abandonarlo…

¡Anda, Jade, ¡precisamente a ti te estaba buscando!

¡Uno de los piratas lo había descubierto! Aunque no pareció darle importancia al hecho de que Light hubiese aparecido delante de él como si nada, y tenía aspecto de haber bebido mucho, cosa que podía explicar su comportamiento. Éste rodeó con su ancho brazo al aprendiz por el cuello y le acercó el rostro, con una sonrisa maliciosa.

Jeje, ¿pensabas que te ibas a escapar, eh? Pues no amigo… Aquí todos tenemos que pringar, te guste o no, jeje. —Comentó, llevando al aprendiz escaleras abajo, hacia la puerta de la que anteriormente habían resonado los ronquidos

Los dos se internaron dentro, quedando el pirata a la altura de la puerta.

>Y ahora es tu turno… A-asegurate de que nadie coge el tesoro, ¿eh? —esperó alguna reacción por parte de Light— ¿Me estás escuchando? Más te vale… —y pegó un portazo

Ante Light se abría un pasillo bastante oscuro y frío, adornado por lámparas de aceite apagadas y artilugios de pesca, o incluso armas. A su lado, todavía desde la entrada, pudo comprobar con horror una manta tirada en el suelo acompañada de una botella de ron casi vacía, desde la cual se desprendía un olor realmente vomitivo. ¿Y qué era eso del tesoro que había mencionado el pirata? Si seguía adelante lo descubriría: el pasillo giraba a la derecha, dando a una puerta cerrada con llave.

Bien podía abrirse paso a base de golpes, o usar la cabeza.

Freya

Freya optó por no seguir a Campanilla, sino por adentrarse en aquella puerta que quedaba a sus espaldas, en el lado opuesto del pasillo. Fran sonrió divertida al hada, que se puso colorada de furia, moviéndose de forma violenta en el aire y dando patadas al vacío.

Nada más entrar en la nueva habitación comprobarían que esta se encontraba rebosante de planos, mapas, y diseños de barcos muy complejos para la aprendiza. Se trataba de la sala de cartografía. A la izquierda una puerta daba acceso a otra zona del barco: un largo pasillo descendente. Si Freya decidía investigar los planos, en busca de algo interesante o alguna pista que la ayudara, se terminaría encontrando con algo realmente llamativo. Uno de los mapas, muy antiguo y desgastado, parecía dibujar una especie de pasadizo subterráneo bajo el mar de Nunca Jamás. Una lástima que no pudiese averiguar desde dónde partía dicho pasadizo ni a dónde llevaba, si es que el mapa era fiable, porque su estado dejaba mucho que desear.

Y de pronto, una Sombra se materializó en la habitación. Bailó unos instantes frente a las tres, jugando con sus antenas, para fundirse en el suelo y lanzarse en picado por el pasillo descendente que daba hasta una puerta abierta. Fran miró confusa a la criatura, preguntándose a qué venía aquel comportamiento tan extraño.

Sigamos su pista, a ver a dónde nos lleva.

Light y Freya

Nada más entrar, fuera como fuese, Light comprobó que se encontraba en la sala del tesoro del barco pirata. Había muchos botines y monedas aquí y allá, todos sobre una gran alfombra roja bien cuidada. La estancia a diferencia de la anterior estaba levemente iluminada por lámparas de aceite, y al fondo se encontraba una puerta abierta, desde la cual surgió de manera repentina una pequeña Sombra.

El Sincorazón se despegó del suelo y analizó a Light con sus ojos amarillos, amenazadores. Y tampoco le costaría al aprendiz acabar con la criatura de un simple espadazo, no le vería venir ni reaccionaría a tiempo. En ese momento desde la otra entrada, contraria a la que él había utilizado, apareció un grupo de lo más variopinto conformado por mujeres: una niña de cabello rosa, una mujer con orejas de conejo y el hada que había visto en la cubierta sobre la mesa.

Ésta última, furiosa con el aprendiz, revoloteó a su alrededor intentando encajarle alguna patada en la nariz o en los ojos. Pero había algo en ella que igual le resultaría familiar al chico: el polvo de estrellas que la rodeaba. ¿Dónde había visto eso antes?

Anda, si eres el chico de antes. Parece que te las has apañado bien para escapar de los piratas. Y por lo que veo, para derrotar a esa sombra también.

La mujer conejo dio varios pasos, situándose entre ambos bandos, y extendió sus brazos hacia los cofres que allí se guardaban.

>Parece que todos estamos detrás de los tesoros de Garfio. ¿No os parece justo compartir el premio? Si no recuerdo mal, tenemos unas llaves que nos pueden servir.

Había en total tres cofres del tesoro: uno de color dorado, otro de color púrpura, y un último de madera beige. Sólo podían elegir uno, y Fran por supuesto se quedaría el restante. Aunque igual la avaricia podía con ellos, incapaces de compartir nada con los demás, o quizás fuesen demasiado generosos y no quisieran nada. Todo dependía de los aprendices, que en cuanto los intentasen abrir se encontrarían con que estaban cerrados, eso les dejaba dos opciones, confiar en que Freya compartiera las llaves o utilizar la Llave Espada. A Light no le costaría encontrar, por su parte, sus pertenencias en una esquina. Por suerte no le faltaba nada.

Spoiler: Mostrar
Podéis elegir solamente un cofre del tesoro (si queréis, ¡podéis no abrir ninguno!), Fran se quedará el restante para ella. Los premios ya están pensados de antemano y se os añadirán a las fichas, así que pensad bien qué color cogéis: dorado, púrpura o beige.

Light Hikari:
VIT: 35/54
PH: 22/38

Gaomon:
VIT: 16/36
PH: 12/20

Freya:
VIT: 20/20
PH: 09/12

Jeanne

Spoiler: Mostrar

Eh, chicos. ¿Necesitáis ayuda?

Ambos se giraron cansados para observar sorprendidos a Jeanne. El niño vestido de zorro se levantó y la encaró, con una pequeña maza en la mano.

¿Tú quién eres, una pirata?

En cambio el pequeño del sombrero y las gafas no se lo tomó tan a mal tras analizar detenidamente a la aprendiza.

No creo que sea una pirata, Zorrillo —y se dirigió esta vez a Jeanne—. La verdad es que sí. Hemos escapado del barco de Garfio, pero una amiga se ha quedado dentro y estamos un poco preocupados.

¡Pero Freya seguro que se las apaña sola! Y está con esa mujer…

John asintió educado, dándole la razón.

Escuchadme. ¿Sabéis de algún lugar donde esconderos, o alguien que pueda ayudaros? Debéis iros antes de que lleguen los piratas y sea tarde.

Los dos niños miraron a la aprendiza pensativos, sin saber qué responder en un primer momento. Habían librado cientos de batallas contra Garfio, por lo que los piratas no suponían ningún problema. El verdadero peligro eran los Sincorazón…

¡Sí, Peter Pan es nuestro líder y nos ayuda en todo!

Pero tienes razón. Debemos darnos prisa y avisar a Peter. Mi hermana debe estar preocupada…

Jeanne entonces se los intentó llevar a la Laguna de las Sirenas, Zorrillo accedió encantado, al contrario que John Darling:

¿¡De verdad nos vas a llevar!?

¡No Zorrillo! No podemos aprovecharnos de esta chica de esta forma. Nosotros tenemos nuestro propio bote. Muchas gracias por tu ofrecimiento —y tras una caballeresca reverencia, agarró a su compañero que no paraba de protestar en dirección a la barca—. Le daremos las gracias, pero no sabemos todavía quién eres. Yo me llamo John, John Darling.

Ambos esperaron a que Jeanne les diera su nombre para partir de nuevo rumbo a la Laguna con su pequeña embarcación de madera. La aprendiza no tuvo que gastar fuerzas en llevarlos, así que disponía de las suficientes energía para alcanzar la Roca de la Calavera. El viento en esa ocasión estaba a su favor, por lo que con un Planeador le fue suficiente.

Aterrizó sobre unas rocas salpicadas por las olas del mar. Hacía bastante frío en el aire y podía ver justo encima de su cabeza esa siniestra figura de calavera que formaban las rocas gracias al poder de la naturaleza; imponía bastante. Tenía dos rutas posibles: avanzar por las rocas dando un rodeo hasta dar con alguna apertura bajo la calavera, o bien escalar unas rocas y mantenerse alejada del mar para poder acceder desde el ojo. Y entonces, antes siquiera de elegir, el disparo de un cañonazo la alertó:

¡PETER PAAAAN!

El barco pirata había disparado fuego contra la Laguna de las Sirenas, una pena que desde aquella distancia Jeanne no pudiera ver quién se encontraba allí, ni si John y Zorrillo estaban bien. Tampoco tenía suficientes fuerzas para volver, solo le quedaba avanzar; al lugar más tenebroso de Nunca Jamás.

Spoiler: Mostrar
Jeanne Mars:
VIT: 16/20
PH: 03/20


Hana

Hana en cambio decidió quedarse al margen de todo, observando cómo Peter Pan ahuyentaba a los piratas con su puñal y se encargaba de mantener al asustadizo Smee sobre la roca. Al pobre pirata se le había resbalado el arma de sus manos por el miedo, y se encontraba indefenso.

¿Qué pasa, Smee? No tienes lo que hay que tener sin Garfio cerca, ¿verdad?

Wendy miró preocupada a Hana, que hasta ese momento no había dicho nada, y la agarró de su mano para descender con cuidado hasta la posición de Peter, el pirata del aire y Smee. La única sirena consciente los rodeaba, de mal humor.

Peter, te presento a Hana. Se ha ofrecido a ayudarnos a buscar a John y Zorrillo.

Peter, todavía en el aire e ignorando los efectos de la gravedad, simuló que se sentaba mientras se cruzaba de brazos, desconfiado.

¿Ayudarnos? Está bien, pero aquí no obedecemos a los adultos, así que ni se te ocurra darnos ninguna orden, ¿entendido?

Y en ese instante intervino el apuesto hombre que hasta entonces había quedado en segundo plano, el pirata.

¿Estáis buscando a dos niños? Me parece que deberíais agudizar la vista. —y señaló hacia el mar, en dirección al barco pirata

Si Hana alzaba la vista se daría cuenta de que dos niños cruzaban el océano a bordo de un pequeño bote de madera remando, y el disparo de un cañonazo estremeció a todos los presentes. La bala estuvo a punto de volar por los aires la barca, pero por fortuna, gracias al viento que empezaba a soplar con fuerza en dirección contraria, no consiguió más que levantar agua y sal varios metros en el aire.

¡PETER PAAAAN! —gritó alguien con furia, desde el barco pirata. Les habían pillado

Wendy se llevó ambas manos al rostro, alarmada. Si no hubiese sido por el viento ahora mismo su hermano hubiese pasado a ser comida para peces, literalmente.

Es Garfio, ¡y ese es mi hermano!

Peter rió por lo bajo, como burlándose del capitán pirata.

No os preocupéis, le daremos a ese viejo bacalao lo que se merece. ¡Seguidme, todos al mar!

Wendy miró con determinación a Hana y marchó tras Peter, estaría esperando el momento oportuno para confesarle su marcha, pero ese momento no era el adecuado.

¿Qué sería de una historia sin su protagonista? Dejad que os acompañe.

El hombre rubio siguió al grupo, que llevaban al tembloroso Smee consigo. La sirena gruñó, molesta.

¡Marchaos! En especial tú, ¡bruja! —claramente se refería a Hana

Quedaba en sus manos seguir al grupo o no, pero Hana tendría que darse prisa en decidir.

Spoiler: Mostrar
Hana Shimizu:
VIT: 42/46
PH: 15/32


Spoiler: Mostrar
Faltas: Nell 1

Spoiler: Mostrar
Fecha límite: Martes 17 de Marzo.
Siento haber tenido que avanzar sin Nell, pero la trama llevaba ya mucho retraso >_<
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Light » Dom Mar 15, 2015 4:29 pm

Finalmente entró. En parte se alivió porque la sala estaba vacía; o eso creía al principio. Antes de fijarse en la comida que le despertaba el apetito, se centró especialmente en el solitario hombre que se encargaba de preparar todos aquellos manjares, entre canturreos. Para su fortuna, no podía verle gracias a la invisibilidad.

«¿Vengarse? ¿De aquel crío?», cavilaba incrédulo a la par que escuchaba su tarareo. No podía concebirlo. ¿En serio quería aquel pirata adulto matar a ese chaval por simple venganza? O ese capitán estaba mal de la cabeza o Peter en realidad era el mismísimo demonio. A saber qué le había hecho el muchacho de verde.

Antes de degustar la comida le dedicó escasos segundos a observarla. La mayoría de los platos le parecían suculentos, pero no mostró especial predilección por alguno. Aprovecharía algún momento en el que aquel hombre no estuviera mirando hacia su dirección para coger disimuladamente un trozo de patata y llevárselo a la boca.

«¿Vosotros me habéis quitado mis cosas? Pues yo ahora os quito la comida», pensó mientras se relamía.

Justo cuando se disponía a seguir picando el pirata que cocinaba comenzaba a caminar. Éste mismo justificaba su ida diciendo que se había quedado sin cebolla. En este instante, Light no se movió un ápice y esperó a que finalmente abandonara la habitación.

Cuando el corsario desapareció de su vista, le mandó a su eidolon que se materializara inmediatamente y comenzara a alimentarse. La mascota obedeció y Light, por su parte, hizo aparecer su Llave Espada y apuntó con ésta a la puerta de la despensa. Giró ligeramente la muñeca de la extremidad con la que sostenía el arma, como si quisiera cerrarla a distancia: en efecto, su intención era encerrar allí a aquel hombre.

A continuación comería, por fin. Tras aquella mañana movidita (dos Maestras le habían dado una paliza en lo que llevaba de día) necesitaba recuperar energías. Buscó por las mesas algún cubierto que le permitiera coger el potaje de la olla, como una cuchara mismamente.

Tenía prisa, por lo que no se entretendría demasiado. Sorbió con rapidez el delicioso caldo que se iba sirviendo de la olla y, por último, se llevó a la boca unas cuantas patatas. Todavía podía seguir comiendo un poco más, pero cogerse un empacho no era su objetivo.

Creo que ya nos podemos dar por servidos. Vámonos yendo —susurró a Gaomon y empezó a moverse hacia la salida.

Además, le recomendó que se desmaterializara para no llamar demasiado la atención. Y así hizo él, desapareciendo de la habitación sin dejar ningún rastro.

El chico empujó ligeramente la puerta y se dejó entrever por la abertura. Tras asegurarse de que no había nadie a la vista, la abrió del todo y salió finalmente. En ese preciso momento los efectos de la magia Tenue llegaron a su fin y volvió a ser visible por completo.

Justo cuando un piraba aparecía por allí. Qué oportuno.

¡Anda, Jade, ¡precisamente a ti te estaba buscando!

¿Jade? ¿Había escuchado bien?

Light entró en contacto visual con aquel individuo, sobresaltado. Serio, con llave en mano, estaba preparado para arrearle en el caso de que le atacara.

«¿Está borracho?», llegó a deducir por el estado que presentaba.

Antes de que le envolviera con su brazo hizo ademán de apartarse, lógicamente. Light, enmudecido, le miró anonadado. Su acción le extrañó porque esperaba que intentara hacerle daño, después de todo era un fugitivo.

Jeje, ¿pensabas que te ibas a escapar, eh? Pues no amigo… Aquí todos tenemos que pringar, te guste o no, jeje.

«¿Eh?».

Bajaron unas escaleras y alcanzaron una puerta. Light no intentó librarse de él en ningún momento: no parecía tener intención alguna de llevarle a la cubierta y aún no le había tocado un pelo. Puede que incluso pudiera aprovecharse de su estado ebrio para sonsacarle la localización de sus pertenencias.

Entraron dentro de una nueva habitación. El borracho permaneció cerca de la puerta: no se quedaría con él por mucho tiempo.

Y ahora es tu turno… A-asegurate de que nadie coge el tesoro, ¿eh? —Light, quien todavía no le había dirigido la palabra, asintió con la cabeza—. ¿Me estás escuchando? Más te vale…

Y se fue, dejándole solo en aquel cuarto. Light se quedó mirando la puerta que acababa de cerrar de golpe, ensimismado. Al cabo de unos segundos, detectó un olor asqueroso que le obligó a taparse la nariz y retroceder.

«Dios mío, sí que iba jodidamente ciego», esbozó una pequeña sonrisa. «Me aseguraré de que nadie lo coge, claro».

Dio media vuelta y comenzó a deambular por el pasillo tenebroso, determinado a quedarse con aquel tesoro. No era exactamente el que estaba buscando —el de la Isla de la Calavera—, pero puede que se tratara del objeto que le interesaba a Tierra de Partida.

Nada más girar a la derecha, descubrió una puerta cerrada que no cedía por mucho que empujaba. Simplemente retrocedió y extendió el brazo con arma en mano para abrirla mágicamente y seguir avanzando.

Fue a parar a una sala más iluminada que la anterior. La mirada le brilló cuando contempló todas las riquezas reunidas. Desgraciadamente, no requirió del suficiente tiempo para comprobar todos los valiosos objetos.

La razón radicó en la repentina aparición de una Sombra. No se lo pensó dos veces. Light dio una gran zancada y, tras aproximarse a la criatura, aplastó su cráneo con su llave gigante sin contemplaciones, eliminándola al instante.

Tras el exterminio, levantó la mirada y vio una especie de objeto luminoso que se aproximaba a él. Al observarlo de cerca se daría cuenta de que se trataba del hada que había encontrado en la cubierta.

«Hadas... Juraría que Peter las nombró», recordó al muchacho de verde nada más ver aquellos polvos luminosos otra vez.

El hada brillante intentó golpearle en la cara. Naturalmente, el aprendiz interpuso sus manos para frenarla en seco.

¡Eh! ¡Relaja! —Light comenzó a agitar su mano hacia adelante, como si intentara alejar a una molesta mosca. Acto seguido, dirigió su atención a las dos féminas que también habían entrado en la habitación.

Anda, si eres el chico de antes. Parece que te las has apañado bien para escapar de los piratas. Y por lo que veo, para derrotar a esa sombra también.

«¿Quiénes…?», estudió a aquellas dos personas, al principio desconfiado. En especial se fijó en la mujer de piel morena con orejas alargadas, impresionado por su curiosa apariencia. No pudo evitar recorrerla de arriba abajo con la mirada.

A simple vista no parecían enemigas. Igualmente, no desinvocaría su arma en ningún momento.

La extraña mujer se interpuso entre ambos jóvenes y señaló los cofres de la sala con sus brazos.

Parece que todos estamos detrás de los tesoros de Garfio. ¿No os parece justo compartir el premio? Si no recuerdo mal, tenemos unas llaves que nos pueden servir.

Por sus palabras podía intuir que no formaban parte de la tripulación pirata (¿qué clase de corsario se quedaría con las riquezas de su propio capitán?). La idea de compartir no le hacía mucha gracia porque podía perder el tesoro que Ronin y los demás aprendices estaban buscando...

¿Justo? Si tú lo dices... —expresó tras meditarlo unos segundos, no muy satisfecho. Naturalmente los quería todos para él, pero no iba a ponerse a luchar ahora por ellos: su prioridad era escapar de allí con sus pertenencias—. A todo esto, ¿quiénes sois? ¿Puedo suponer entonces que no estáis con los piratas? —Enarcó una ceja. Una vez se presentaran, les diría su nombre—. Yo soy Light.

De todos los cofres disponibles, el aprendiz de Tierra de Partida escogió quedarse con el dorado. Les confirmó su decisión y se agachó al lado del susodicho baúl. Si la chica de pelo rosa no le prestaba la llave correspondiente, Light volvería a utilizar la suya propia: su Llave Espada.

¡Mis cosas! Al fin las encontré.

Tras hacerse con el contenido del cofre, daría por casualidad con todos los objetos que los piratas le habían arrebatado. Se le iluminó ligeramente el rostro y se aproximó inmediatamente hacia estos. Se colgó la katana, la daga y los frascos curativos en el cinturón sin más dilación. Las demás pertenencias irían a parar a sus bolsillos.

Después, agarró su dispositivo de comunicación, el objeto que realmente había estado ansiando. Sin que nadie le observara, comenzó a redactar un mensaje dirigido a Ronin, a ser posible. Intentó ser muy breve: el tiempo apremiaba.

Creo que el tesoro está en la Isla de la Calavera. BH está aquí y me da que Nanashi va a por él, tenemos que conseguirlo antes.


Spoiler: Mostrar
Elijo el cofre dorado e intento mandarle un mensaje a Ronin ñ_ñ
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Nell » Mié Mar 18, 2015 1:10 am

Hana se llevó una decepción tras otra: primero con la puerta, inamovible; y luego con Wendy, a quien le hacían falta un par de buenas tortas de la vida para espabilar. ¡Ese tal Peter cada vez parecía más un abusón! Y la espada no servía para nada, ¡menudo timo!

Respondió a Wendy distraídamente que era una llave especial, cuando preguntó por su arma, mientras examinaba la puerta. Deseaba entrar, porque la curiosidad y la frustración por el paso infranqueable la estaban matando. Sin embargo, ante las siguientes palabras de la chica, recordó cuál era su verdadera misión:

No podía visitar a mis padres de esta forma. De hecho, no sé siquiera cómo regresar sin la ayuda de Peter. Y si me voy… es para no volver —afirmó, retomando el tema que Hana casi había olvidado por el misterio de la puerta―. En Nunca Jamás no existen los adultos, no hay nada más que diversión y aventuras. Ir a la escuela, hacer tareas o pagar una casa. Nada de eso existe aquí, Hana. Así que sí, si me voy con mis hermanos, será para no volver. ―¿Y se quejaba? Porque le empezaba a tentar el quedarse.

»Los Niños Perdidos me olvidarán, Peter Pan y Campanilla también. Y yo volveré a mi vida de siempre. Sé que esto, Nunca Jamás, te puede parecer de ensueño, pero creo que ha sido suficiente —Enarcó una ceja—. Hana, muchas gracias.

No supo qué contestar. En realidad, Wendy acababa de venderle la estancia a Nunca Jamás a Hana. ¡Diversión y aventuras! ¿Qué más podía pedir? Ir a las misiones, soportar los entrenamientos o convertirse en Maestra; en aquel momento, lo habría cambiado todo.

«Total, nadie me echará de menos», reflexionó. «Y yo a ellos tampoco. Ninguna vida volverá a depender de mí, ni seré responsable de nadie ni de nada más que yo misma. Completamente libre».

Sin embargo, antes debía acabar la misión. Se había prometido llevarla a cabo hasta el final, proteger a Wendy y a los demás, para redimirse por sus errores pasados, y eso haría. Y una vez nada le atara a Tierra de Partida, se quedaría allí. En Nunca Jamás.

* * *


Continuaron el camino hacia la Laguna de las Sirenas en silencio. Y una vez allí, descubrieron que la fiesta ya estaba montada: fuera lo que fuese que había sucedido, Jeanne (la otra aprendiza que se chocaba contra cosas invisibles) se alejaba hacia una isla apartada, con una macabra forma de calavera, dejando tras de sí todo un espectáculo. Hana no conocía a ninguno de los presentes e intuyó que todos eran enemigos, puesto que las sirenas yacían dormidas sobre el agua.

Solo una permanecía despierta, pero parecía tan malhumorada que Hana no se animó a decirle nada. Por lo demás, no había rastro de los Niños Perdidos.

¡Anda, si es el pirata del aire! ―señaló Wendy, refiriéndose al único que no tenía cara de ceporro.

Iba a decirle que se callara y fuera retrocediendo lentamente, para poner pies en polvorosa, cuando otro gritó resonó en el aire:

¡Perdeos, piratas de pacotilla!

Hana, que no se había tomado en serio las palabras de Wendy sobre un «pirata del aire» (¿qué tontería era esa?), tuvo que replantearse la anormalidad de aquel mundo por encima de la media, al ver volar por el cielo a un chaval, algo mayor que todos ellos. Se comportaba de una manera ridículamente infantil, atacando por la espalda y riéndose de los corsarios; enseguida supo que no se caerían bien.

Remató la impresión cuando una bala perdida del gordinflón estuvo a punto de atinarla. Inmediatamente, obligó a Wendy a agachar la cabeza, mientras hacía rechinar los dientes por la risa del niño-pájaro.

Mira Hana, él es Peter. —le presentó Wendy.

Con razón te quieres ir.

Peter Pan se encargó de todo lo demás. Asustó y atosigó a los piratas, y Hana no se molestó en ayudarlo (a ver si había suerte y se ahogaban entre todos). Por el contrario, mirando en la dirección por la que se había marchado Jeanne, creyó ver que se había reunido con alguien más. Con que estuviese a salvo, le bastaba; no la conocía, pero suponía que podía cuidarse por sí misma (contra cosas visibles).

¿Qué pasa, Smee? No tienes lo que hay que tener sin Garfio cerca, ¿verdad? ―se carcajeó Peter del piratilla gordinflón. Hana puso los ojos en blanco. Tenía que admitir que le recordaba a su primo, a quien le gustaba jugar con la comida (léase, chiquillos más débiles) antes de probarla.

Con todos derrotados, Wendy pensó que no había nada más que temer (y Hana supuso que la presencia de Peter Pan le tranquilizaba). Le hizo descender hasta la posición de su amigo y de la sirena para presentarlos:

Peter, te presento a Hana. Se ha ofrecido a ayudarnos a buscar a John y Zorrillo.

¿Ayudarnos? Está bien, pero aquí no obedecemos a los adultos, así que ni se te ocurra darnos ninguna orden, ¿entendido?

¡Serás grosero! ¡No soy ninguna adulta! ―se ofendió. En realidad, habría saltado con cualquier cosa que le hubiera dicho, porque la actitud de ese desvergonzado le crispaba los nervios.

Y por otro lado, pese a su negación, Hana sabía muy bien que hacía poco había cumplido los dieciocho años. ¡Dieciocho ya! Se estaba haciendo mayor. Procuraba no pensar en ello y tratar de comportarse igual, pero la edad pesa por igual a todo el mundo.

Entonces, volvió a intervenir el pirata solitario, el guaperas ¿volador?, que se había mantenido también al margen:

¿Estáis buscando a dos niños? Me parece que deberíais agudizar la vista. —Señaló hacia el mar, por donde venían dos niños en una barca, remando.

Misión cumplida. Si eran los niños a los que habían ido a buscar, Hana esperaba convencer a Wendy de que se los llevara al árbol para refugiarlos. Así tendría varias preocupaciones menos y podría retomar la búsqueda del dichoso tesoro para Ronin.

Sin embargo, apenas tuvo tiempo para maquinarlo, porque escucharon un gran cañonazo. La bala, procedente de un barco pirata en el que Hana no se había fijado, estuvo a punto de impactar en la balsa de remos de los niños. La aprendiza contuvo el aliento antes de comprobar que, por un golpe de suerte, habían errado en su trayectoria.

¡PETER PAAAAN! ―gritó alguien con furia desde el barco.

Es Garfio, ¡y ese es mi hermano! ―se escandalizó Wendy.

Pues ha fallado ―replicó, molesta, maldiciendo al fracasado tirador, pues Hana creía que el objetivo del cañón había sido el niñato volador y no los indefensos niños.

No os preocupéis, le daremos a ese viejo bacalao lo que se merece. ¡Seguidme, todos al mar! ―les animó Peter.

¿Qué sería de una historia sin su protagonista? Dejad que os acompañe. ―se unió el pirata del aire, acto seguido.

De repente, habían formado un grupo de lo más variopinto, con la supuesta intención de seguir a Peter Pan hasta el barco pirata. El tal Smee parecía lacayo del Garfio; el pirata volador, en opinión de Hana, era un creído que ni siquiera sabía qué hacía allí; Wendy se dejaba llevar; y, por último, Peter era el peor de todos, alguien idóneo a quien odiar en aquella excursión. Y ya no solo por la actitud que había demostrado en los últimos cinco minutos, sino por toda la represión sobre Wendy que esta le había contado.

Se dirigieron hacia el bote, puesto que nadie tenía esa habilidad mágica de vuelo salvo Peter. A Hana le seguía sin quedar muy claro el plan. En realidad, pensó que pintaba allí lo mismo que el pirata del aire. Su objetivo era el tesoro y nada más.

¡Marchaos! En especial tú, ¡bruja!

¡Eso sí que era el colmo!

¿A quién llamas bruja, sirena de tres al cuarto? ―le soltó. En otro tiempo, su hermana Halia también le había dicho lo mismo (¿es que olían la magia o qué?), pero aquello era diferente―. ¡Deja de mirar el espectáculo y ve a salvar a los críos! ¿No te da vergüenza? ¡Les están cañoneando!

Definitivamente, no iba a acabar el día sin golpear a alguien. Por el momento, Peter Pan y esa chillona tenían todas las papeletas, pero Hana no descartaba nunca añadir a más.

Por el momento, no tenía más alternativa que seguirles. Se hizo con un hueco en el bote y, en cuanto se pusieron en marcha, empezó a tantear a cierto ocupante:

¿Sabes? No pareces un Niño Perdido, precisamente ―acusó al pirata del aire, frunciendo los ojos―. ¿Cómo no has salido corriendo junto al resto de pringados, protagonista? ¿Qué quieres tú de Garfio? ―Relajó un poco el gesto para presentarse―. Por cierto, mi nombre es Hana; y como nos causes problemas, te echo por la borda ―Pobre, no tenía culpa de que empezara a malhumorarse. Aunque la idea no sonaba mal. Comprobaría de primera mano si ser pirata del aire valía para algo o no.

Luego, le tocaría al líder:

¡Eh, tú, Pan! ―le gritó al bicho verde volador―. ¿Cómo demonios estás volando…? ¡Bah, da igual! El caso es que Wendy y yo nos hemos encontrado una puerta dorada de camino hacia aquí. ¿Sabes cómo abrirla o qué hay en su interior?

Algo le decía que no estaba yendo en la dirección correcta. Los asuntos de aquel mundo no deberían incumbirla tanto, incluso si se pensaba quedar en él. Lo primero era el tesoro, e intuía que este se hallaba tras la misteriosa puerta. ¿Dónde, si no?

Finalmente, solo le quedaba una cosa por hacer: en su camino con el bote hacia el barco, se encontrarían con los niños, que viajaban en dirección contraria. Supuso que la autoridad de Peter sería mayor que la suya (además de que le había prohibido expresamente dar órdenes), y que estos no se mostrarían más animados que sus otros compañeros a quedarse en el hogar seguro. Por lo tanto, trató de persuadirlos de un modo diferente:

En la Laguna hay un montón de sirenas inconscientes ―intervino, en cuanto les alcanzaron, sin saber que el culpable se hallaba entre ellos―. Wendy, ¿por qué no vais los niños y tú en esa barca ―señaló la ocupada por los pequeños― a despertarlas? Si Garfio sigue cañoneando, podría herirlas y ahora mismo son incapaces de huir.

De este modo, pretendía matar dos pájaros de un tiro. Se quedaría con Peter, el pirata y el rehén. No le agradaba la compañía de ninguno, pero mantendría lejos del peligro a las más potenciales víctimas.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor 15nuxalxv » Jue Mar 19, 2015 8:02 pm

Spoiler: Mostrar


Cuando los niños se percataron de mi presencia, me fijé más en sus vestimentas: uno iba vestido con un extraño atuendo que le hacía asemejarse a un zorro, y el otro llevaba un sombrero y unas gafas en lo que parecía un intento de “ser” más adulto.

¿Tú quién eres, una pirata?

Me sorprendieron las tajantes palabras del niño zorro.

No, yo soy… Bueno… —¿Qué iba a responder? ¿Qué era una Portadora de la Llave-Espada, procedente de otro mundo?—. Extranjera.

No creo que sea una pirata, Zorrillo —El chico del sombrero de copa parecía más conciliador—. La verdad es que sí. Hemos escapado del barco de Garfio, pero una amiga se ha quedado dentro y estamos un poco preocupados.

¡Pero Freya seguro que se las apaña sola! Y está con esa mujer…

¿Freya? Espera, no sería… Recordé la tímida muchacha que había conocido días antes. Sabía que era de Bastión Hueco. ¿Acaso le habían encomendado una misión en el mismo mundo? Era toda una casualidad, sin duda…

Yo misma me preocupé también de su suerte, pero confié en las palabras del niño zorro.

Ante mi pregunta acerca de un refugio, los dos se miraron pensativos, como si no supieran si revelármelo. En realidad no me importaba, con que estuviesen a salvo de los Sincorazón (y de los piratas) me bastaba.

¡Sí, Peter Pan es nuestro líder y nos ayuda en todo!

Pero tienes razón. Debemos darnos prisa y avisar a Peter. Mi hermana debe estar preocupada…

Suspiré aliviada al saber que tenían una persona que los protegería. Cuando les propuse que me llevaran, las respuestas fueron dispares:

¿¡De verdad nos vas a llevar!?

¡No Zorrillo! No podemos aprovecharnos de esta chica de esta forma. Nosotros tenemos nuestro propio bote. Muchas gracias por tu ofrecimiento —El chico hizo una reverencia, y se llevó a su amigo (que no parecía muy contento) a la barca—. Le daremos las gracias, pero no sabemos todavía quién eres. Yo me llamo John, John Darling.

Yo… Yo soy Jeanne, Jeanne Mars —Incliné la cabeza como respuesta a su reverencia, aunque me resultó bastante extraño el gesto.

Tras su marcha, inspiré y expulsé el aire. Estarían bien, si habían conseguido escapar de los piratas significaba que sabían lo que se hacían… Esperaba.

Gracias al viento a mi favor, con un Planeador conseguí llegar hasta mi destino. Aterricé sobre unas rocas, sintiendo las olas del mar en mis tobillos. Me froté los brazos para entrar en calor, la temperatura había bajado notablemente. Observé con una mezcla de admiración y temor la grande y siniestra imagen de la Isla de la Calavera, formada por el continuo impacto del mar sobre su superficie. Aunque… Con aquella forma, sin duda tenía que haber algo más que erosión.

Analicé el terreno para ver por donde podía avanzar: estaba la puerta principal, la “boca”; o podía escalar para acceder por uno de sus “ojos” (o cuencas, en todo caso). Pero antes de siquiera plantearme cuál sería más conveniente, el ruido de un cañonazo impactó contra mis tímpanos. Me agaché instintivamente, aunque no lo suficiente como para perder el equilibrio.

¡PETER PAAAAN!

Miré el barco pirata, procedencia del chillido. También vi dónde la bala había impactado, para mi desdicha: la Laguna de las Sirenas. No pude evitar tener el impulso de deshacer todo el camino para ver si John, Zorrillo, las sirenas y el pirata del aire se encontraban bien; pero aquello me agotaría totalemente.

Así que, tras tragar saliva, decidí escalar hasta el ojo de la Calavera. Si a alguien se le ocurría seguirme, y no era muy amistoso, al menos no me vería a simple vista. Usaría Doble Salto de ser necesario, aunque mis fuerzas estaban muy mermadas.

Spoiler: Mostrar
Freya y yo tenemos un encuentro aún por postear, por eso la conozco.

Doble salto (HC) [Nivel 3] [Requiere Elasticidad: 4]. El usuario es capaz de saltar mucho más alto que los demás, alcanzando lugares más inaccesibles.
Avatar de Usuario
15nuxalxv
49. Mandrágora
49. Mandrágora
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 1461
Registrado: Dom May 20, 2012 3:55 pm
Dinero: -600,907.82
Banco: 33,068.83
Ubicación: Kimbolton Castle
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 14

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Crystal » Jue Mar 19, 2015 10:17 pm

Aquella habitación en la cual entramos estaba llena de mapas, de planos y de muchísimas otras cosas que no entendía. Aun así aquello me pareció fascinante; si se trataban de diseños probablemente Takeshi se hubiese puesto eufórico y ya hubiese empezado a cavilar en su construcción.

Me paseé entre los mapas, buscando mas información, hasta que finalmente di con algo interesante: un pasadizo subterráneo bajo el mar de aquel lugar. ¿Pero cómo fiarse? Por su estado no parecía muy actual y, teniendo en cuenta lo mala que era la seguridad en el barco de Garfio, podría ser perfectamente una trampa. De todas maneras lo memoricé lo mejor que pude: nunca se sabía.

Una Sombra apareció en la habitación, contoneándose unos instantes para luego lanzarse hasta el pasillo que daba a una puerta abierta. Miré sorprendida a Fran, que tenía la misma cara que yo.

¿Q-Qué ha sido eso?

Sigamos su pista, a ver a dónde nos lleva.

Las tres nos encaminamos hasta una nueva sala, esta vez bastante grande y muy bien iluminada. La Sombra no tardó en ser destrozada por un joven que había allí. Un joven que ya había visto antes... No hacía mucho. ¿Pero cómo se las habría apañado para escapar sano y salvo? La respuesta estaba en sus manos. Fruncí el ceño levemente.

Campanilla no se lo pensó dos veces, y se abalanzó sobre él para intentar propinarle algun golpe. Obviamente aquello no tuvo mucho resultado, pero si logró hacer que el chico se fijase en Fran y en mí. Sobre todo en mi compañera: encontrarse a una mujer con orejas por allí no era una cosa muy peculiar.

Anda, si eres el chico de antes. Parece que te las has apañado bien para escapar de los piratas. Y por lo que veo, para derrotar a esa sombra también.

Fran extendió su mano, mostrando los cofres de la sala en los que aun no me había fijado. ¡Eran preciosos! Quizás no fuesen el que Nanashi buscaba pero podían contener algo útil.

>Parece que todos estamos detrás de los tesoros de Garfio. ¿No os parece justo compartir el premio? Si no recuerdo mal, tenemos unas llaves que nos pueden servir.

¿Justo? Si tú lo dices... —Pensé exactamente lo mismo; no me apetecía nada compartir aquello. Al menos no con él—. A todo esto, ¿quiénes sois? ¿Puedo suponer entonces que no estáis con los piratas?

Aquel chico era del bando contrario, estaba totalmente segura. No lo había visto nunca por Bastión, y si Nanashi hubiese traído a alguien más, me lo hubiera dicho. En todo caso, él desconocía de que parte estaba yo, y eso me daba ventaja. De todas maneras, no me apetecía pelea.

Supones bien —Me crucé de brazos—. Yo soy Freya. Y esta es mi... Bueno, se llama Fran.

Yo soy Light.

Un placer, supongo.

Me acerqué al tesoro de color beige y me agaché a su altura, sin hacer mucho caso a los otros dos. Usaría las llaves de mi mochila y en ningún momento la Llave Espada, pero no tenía intención de dárselas a Light para que él pudiese abrir uno de los cofres.

Tras conseguir lo que el cofre guardaba, me acercaría de nuevo a Fran y a Campanilla.

Bueno... ¿Y ahora qué? ¿Tienes pensado marcharte, Fran? —Dirigí una rápida mirada al hada—. Y Campanilla... ¿Tú conoces a Peter Pan?
Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Crystal
27. Trepador
27. Trepador
The Unknowns
 
Mensajes: 808
Registrado: Lun Jul 21, 2014 3:19 pm
Dinero: 593,885.90
Banco: 15,509.00
Ubicación: En busca de Tidus.
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Tsuna » Lun Mar 23, 2015 12:42 am

Jeanne

Spoiler: Mostrar

Jeanne escaló poco a poco hasta alcanzar uno de los ojos de la enorme calavera. A medida que ascendía el viento se hacía más fuerte, y las ráfagas de aire amenazaban con empujarla de forma traicionera hasta el mar. Al cabo de unos minutos alcanzó la cuenca de lo que Jeanne suponía que era uno de los ojos.

Le bastaron unos pocos pasos para ver su interior, con un poco de dificultad debido a la oscuridad: parte de la roca estaba inundada en la zona inferior, a excepción de la entrada de la boca y algunas plataformas que parecían sobresalir del agua. Aunque eso no era todo, ya que desde la boca se podía escalar, con mucha dificultad, hacia las plantas superiores de la calavera. El interior era bastante húmedo y ascender por ese camino podría resultar complicado. Jeanne tendría el consuelo de que, si se tropezaba y tenía algo de suerte, caería en el líquido frío y salado de abajo.

Sin embargo, la aprendiza estaba allí por las palabras de la sirena. Si esperaba un sitio oscuro y húmedo sin duda se trataba de ese, pero allí no había ningún tesoro. O eso pudo pensar durante los primeros segundos, porque gracias a un rayo de luz que atravesó el ojo restante un destello reveló la posición de algo metálico: algo situado todavía más arriba, en lo alto del todo.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Jeanne podía apañárselas para escalar, pero sería muy peligroso. Contaba básicamente con dos caminos, uno a su derecha que le permitiría alcanzar con mayor rapidez el cofre ubicado en las alturas, o a su izquierda, camino que pasaba junto al otro ojo y la obligaba a dar un rodeo entero al cráneo desde dentro. Cabía destacar que el camino de la derecha, el más rápido, también era el más arriesgado, el suelo estaba muy erosionado y apenas contaba con un ancho suficiente para dejarla caminar sin problemas; tendría que ir pegada junto a la húmeda pared con muchísimo cuidado. El camino que le hacía dar un rodeo en cambio no parecía tan peligroso, y contaba con mayor luz pues pasaba junto al otro ojo de la roca.

Lo que sí tendría claro es que un Doble Salto no sería suficiente para alcanzar el cofre del tesoro, todavía oculto en las sombras. Y una vez la chica eligiese su camino, un inesperado invitado haría acto de presencia desde una nube de oscuridad:

Spoiler: Mostrar
Imagen


Y se acercaba desde el aire peligrosamente hacia Jeanne, despacio, pero sin pausa. No sería extraño que de un momento a otro se lanzara a por ella, y una mala caída podría resultar fatal...

Spoiler: Mostrar
Jeanne Mars:
VIT: 16/20
PH: 03/20


Light y Freya

Spoiler: Mostrar

Campanilla no apartó su mirada enfurecida de Light, claramente enfadada porque el chico la hubiese tratado cual mosca. Y como Freya no compartió las llaves, el aprendiz tuvo que abrir el cofre dorado por sus propios medios haciendo uso de su legendaria arma. La aprendiza de Bastión Hueco en cambio abrió el cofre de color beige, y lo que ambos encontraron dentro fue toda una sorpresa…

Spoiler: Mostrar
¡Light obtiene vale de 5.000 platines para la tienda Moguri!
¡Freya obtiene un Despertador!


Light encontró lo que parecía un antiguo ticket con letras borrosas y bastante sucio, pero podía verse con suficiente claridad en una esquina el valor de “5.000”, y el retrato de un Moguri ilustrado sobre dicha cantidad. Freya en cambio halló un despertador de madera, igual podía ser más útil que un trozo viejo de papel, pero algo le decía que valía la misma cantidad. Fran por su parte abrió el cofre restante, de color púrpura, con una llave que ya llevaba consigo. De su interior sacó una especie de planta más conocida como Hierba del Eco.

Entretanto, el aprendiz de Tierra de Partida, mientras se hacía con sus pertenencias decidió enviar un mensaje por móvil a Ronin, alertándole sobre el supuesto tesoro que había en la Isla de la Calavera, no muy lejos de hecho, del barco pirata en el que se encontraban. Freya se decantó por preguntarle a Fran sobre su próximo movimiento, pero la mujer de grandes orejas se había adelantado hasta un extremo de la habitación, buscando algo entre una pila de madera. Y lo que sacó podría llamarles la atención: se trataba de un mapa que no tardó en guardar, ni siquiera dio explicaciones sobre éste.

Ya tengo lo que había venido a buscar. Nada más me ata al navío del capitán pirata.

Freya cambió de tema, preguntándole a Campanilla por Peter Pan, aquel que le habían ordenado asesinar para buscar el famoso tesoro. La pequeña revoloteó a su alrededor con entusiasmo, asintiendo repetidas veces con la cabeza. La respuesta por tanto era clara; sí, le conocía.

>¿Y vosotros? ¿Pensábais quedaros aquí? Esta es la sala del tesoro, y los piratas no tardarán en… —pero de pronto unos gritos provenientes del pasillo por el que había entrado Light les pusieron en alerta, al menos a Campanilla y a Fran— ¡Rápido, demos la vuelta!

Fran se apresuró a marchar por la puerta que habían utilizado para acceder, la que llevaba a la sala de cartografía, en la cual Freya se había encontrado con un viejo mapa que tenía dibujado el pasadizo subterráneo. No tenían tiempo para pensárselo, es más, los piratas se les echarían encima en cuestión de segundos, y por sus gritos parecían ser bastantes; aquellos que entraron dentro persiguiendo a Light. En caso de que algún aprendiz estuviese rezagado, o decidiese enfrentarse a los piratas, sería Campanilla la que les tiraría de la oreja para dar media vuelta. Una vez cerraran la puerta, Fran utilizaría sus propias llaves para impedirles el paso.

Volvieron sobre sus pasos, ascendiendo a través de aquel pasillo repleto de escaleras hasta la sala de los mapas. Y una vez saliesen rumbo al camarote del capitán, Campanilla miraría con mala cara a Freya recordándole la puerta que no habían abierto, pero pasó de esta y siguió adelante. El camarote estaba vacío, y en ese momento la mujer de grandes orejas se permitió un respiro por primera vez en el día.

Mi bote ya se lo llevaron esos niños, así que no tenemos otra vía de escape que apropiarnos del barco… o saltar por la borda —comentó, sentándose sobre el escritorio de Garfio—. Pero según he escuchado, gracias a las hadas podemos volar, ¿no es cierto, Campanilla?

Campanilla asintió con la cabeza, y comenzó a volar alrededor de los tres, recubriendo a estos con su polvo dorado. En principio no notaron nada diferente, ni lo notarían. ¿Volar? Imposible. Pero entonces unos gritos en la cubierta les llamarían la atención. Fran, curiosa, se asomó, y les indicó con la mano que la acompañaran también. Una lástima que en ese momento el móvil de Light sonase a todo volumen indicando que había recibido un mensaje por parte de Ronin. Desde esa posición no podían ver nada, pero Fran abrió la puerta de par en par, alarmada, y se lanzó a la cubierta, seguida por Campanilla.

¡¡Matadlos a todos!!

¡Corred, salid de ahí!

¿O era mejor quedarse dentro? Escucharon las pisadas de muchos piratas acercarse, y no tendrían tiempo de cerrar la puerta por completo: o salían hacia la cubierta tras Fran, o se quedaban dentro, pero tenían que decidir.

Spoiler: Mostrar
Light Hikari:
VIT: 35/54
PH: 22/38

Gaomon:
VIT: 16/36
PH: 12/20

Freya:
VIT:20/20
PH: 09/12


Os añadiré los premios al finalizar la Trama :)


Hana

¿A quién llamas bruja, sirena de tres al cuarto? ¡Deja de mirar el espectáculo y ve a salvar a los críos! ¿No te da vergüenza? ¡Les están cañoneando! ―Exclamó Hana, totalmente indignada

La sirena, más que responderle, le gruñó clavando las uñas sobre el musgo de la roca y volvió a sumergirse en el agua, desapareciendo. Si había decidido escucharla o no, era todo un misterio, porque su silueta se terminó perdiendo en el lecho marino; a medida que el bote avanzaba el agua se tornaba más oscura. Durante el trayecto Smee no paró de temblar, encogido en sí mismo y amenazado por el puñal de Peter Pan, que cuando menos se lo esperase no dudaría en acabar con su vida. Wendy mantenía la vista preocupada en el bote de remos donde estaba su hermano y Zorrillo, y el pirata del aire se dedicaba a sacarle brillo a su reluciente escopeta con un paño, aparentemente despreocupado de todo.

Spoiler: Mostrar


¿Sabes? No pareces un niño perdido, precisamente ―acusó Hana de pronto al hombre que tan tranquilamente estaba en una esquina, al margen de todo, llamando su atención―. ¿Cómo no has salido corriendo junto al resto de pringados, protagonista? ―el hombre fue a responder, pero Hana no le dejó, malhumorada― ¿Qué quieres tú de Garfio? Por cierto, mi nombre es Hana; y como nos causes problemas, te echo por la borda.

El hombre sonrió con elegancia ante su última amenaza. Aquella actitud le resultaba familiar, y bastante. Con la mirada perdida en el horizonte, respondió con educación y respeto a Hana. El tono de su voz era grave, pero no agresivo.

Me llamo Balthier. ¿Sabes? Eres más espabilada que tu amiga, y a mí me gustan las mujeres con carácter —y la miró de forma acusadora, sonriente—. Pero lo que me mantiene aquí es otra cosa: tesoros. Un pirata del aire no ayuda por su propio pie y sin querer algo a cambio. ¿Y qué quiero yo, preguntas? Un barco pirata está lleno de jugosas recompensas, ¿verdad?

Entonces miró directamente a Smee, que frunció el ceño enfadado.

¿¡Cómo te atreves a…!?

¡A callar, Smee! ―Le amenazó Peter Pan con su puñal, obligando al hombre a seguir en silencio. Por su sonrisa estaba disfrutando de ver al pobre hombre en ese estado, como si todo fuera un juego

Balthier estuvo a punto de continuar, pero Hana aprovechó la intervención de Peter para dirigirse a él. Preguntándole qué había tras la misteriosa puerta, o cómo es que podía volar. El niño sonriente la miró, todavía con su arma en la mano apuntando al pirata de Garfio.

>¡Gracias al polvo de hadas, a qué si no! Aunque esta mañana me encontré a un chico en la playa que podía volar por su cuenta, pregúntale a él, se llamaba Light. Sobre la puerta, ni idea. Siempre ha estado ahí.

Wendy miró entonces a Hana, pensando algo como un: ”Te lo dije.” Bathier intervino entonces, para sorpresa de todos.

¿La puerta dorada de la selva? Yo sé lo que hay dentro, y tu amiguita también.

¡John! ¡Zorrillo! —Exclamó de improviso Wendy, precipitándose contra el borde de la barca y provocando que esta se balanceara de forma peligrosa, amenazando a todos con caer al mar

¡Hermana!

¡Peter!

Wendy y John se abrazaron, y Zorrillo pegó un salto en su barca. Tras unos segundos de reconciliación otro cañonazo les devolvió a la realidad: esta vez ellos habían sido su objetivo, y por poco no habían saltado por los aires. El agua del mar se elevó y los empapó a todos.

¡Ey chicos, ¿sabéis dónde está Campanilla!?

¡Sigue en el barco de Garfio!

Pero entonces Hana se sobrepuso, aconsejando a Wendy que se retirara con los dos niños de vuelta a La Laguna para despertar a las Sirenas, y de paso ponerse a salvo. La chica miró con determinación a Peter, quizás planteándose el decirle allí mismo que quería marcharse de Nunca Jamás, pero se lo guardó. Asintió y se subió con ambos. John por su parte reparó en la presencia de Balthier y se dirigió a él con educación.

¡Ah, usted es el pirata del aire! Permítame darle las gracias de parte de Jeanne, Jeanne Mars.

Está bien. —Se limitó a responder

Hana… Ten cuidado.

Spoiler: Mostrar


Y tras una última despedida, los pocos que quedaron se aventuraron hacia el gran navío del famoso capitán Garfio. No recibieron, sin embargo, ningún cañonazo, la razón era evidente: tenían preso a Smee. Al poco de llegar pudieron comprobar con horror cómo el cuerpo de un pirata muerto flotaba en el agua, chocando a la deriva contra las rocas y parcialmente devorado. Si se fijaban bien se darían cuenta que bajo el bote y el propio barco algo se movía; la sombra de una criatura marina lo suficientemente grande como para comerse de un bocado a una persona. Peter Pan sonriente se adelantó, con Smee al frente.

¡Bacalao, da la cara!

Y todos pudieron escuchar las pisadas de alguien sobre la cubierta. Al cabo de unos segundos un hombre de peculiares bigotes y vestimenta de motivos rojizos se asomó, enfurecido e impotente.

¡Peter Pan, pequeño demonio! ¡Hoy ha llegado tu última hora! ¡Pagarás por lo de mi mano! —Y alzó su garfio en el aire

¡No sé tú, pero yo tengo a tu querido Smee!

¡C-capitán, ayúdeme p-por favor…!

¡Serás sinvergüenza! Ja, ja, ja. De todos modos, soy yo quién tiene la ventaja aquí. He atrapado a ese amigo tuyo… —comentó con cierta inseguridad, pensando que igual había sido engañado por Nanashi, pero finalmente se decidió por delatarlo gracias a sus pertenencias— ¡El de la espada!

¿Qué? ¿Light? ―Confirmó Peter Pan, incrédulo. Aquello nunca lo hubiese visto venir

¡Exacto, a… a Light! Traedlo, muchachos, ¡que pase por la tabla si se niega a devolver a Smee!

Los piratas, desde la cubierta, observaron la mesita y los barriles donde anteriormente había estado atrapado el aprendiz, sin embargo ahora no había nadie. Los hombres le susurraron a Garfio en voz baja que éste había escapado, y el hombre abrió los ojos de par en par, enfurecido.

¿¡Cómo que ha escapado!? —Peter por su parte se rió en voz alta, sacando de quicio al pobre capitán— ¡No cantes victoria todavía! Tengo en mi poder a tu preciada hada, justo aquí…

Garfio se viró, buscando la lámpara en la que había estado encerrada, pero sin resultados...

¿Qué pasa, Garfio? ¿También la has perdido? ―Comentó entre carcajadas el niño

Y entonces resonó el ruido de un teléfono móvil proveniente del interior del barco. Garfio agarró el mango de su espada y con los ojos casi fuera de sus órbitas, ordenó:

¡¡Matadlos a todos!!

Balthier se levantó entonces, sabiendo que aquel era su momento, y se dirigió particularmente a Hana.

Empieza la fiesta. ¿Te apuntas?

Si Hana decidía acompañarlo, éste la sujetaría de la cintura y realizará un Doble Salto hasta la cubierta del barco, en caso contrario, sólamente él saltaría al interior del galeón, dejando a la aprendiza en el bote con Peter y Smee. Aunque el niño podía volar, y caminar por el agua igual no era buena idea, sabiendo que la sombra se movía cada vez más frenética, como esperando un delicioso festín.

Spoiler: Mostrar
Hana Shimizu:
VIT: 42/46
PH: 15/32


Spoiler: Mostrar
Faltas: Nell (1)

Fecha límite: Sábado 28 de Marzo.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Light » Jue Mar 26, 2015 9:16 pm

Light guardó en un bolsillo el pequeño vale con el rostro lleno de satisfacción. Teniendo en cuenta la cantidad de riquezas amontonadas allí se había imaginado un premio más asombroso, pero tampoco iba a quejarse.

Tras enviar aquel mensaje, vio por el rabillo del ojo que Fran se movía hacia una pila de madera para buscar algo. Disimuladamente, y como si aquello no fuera con él, empezó a pasearse por la sala hasta acercarse lo suficiente a la mujer conejo. Comprobó que sacaba una especie de mapa. Light enarcó una ceja: ¿un mapa del tesoro, quizás? Fue incapaz de confirmarlo porque lo guardó rápidamente (puede que demasiado rápido).

Ya tengo lo que había venido a buscar. Nada más me ata al navío del capitán pirata.

A continuación, la acompañante de Fran se dirigió al hada y le preguntó por Peter Pan. Por los gestos que hacía mientras revoloteaba podían asumir que, en efecto, le conocía.

¿Tú también estás buscándolo como aquel pirata? —interrogó. Si Freya le preguntaba por su localización, contestaría sinceramente—. No sé dónde está ahora, me temo que nos separamos y no he vuelto a saber nada de él.

«Aunque puede que en estos momentos esté yendo hacia la Isla de la Calavera para coger el tesoro», pensó. ¿No le había dicho Peter que se dirigiría luego hacia allí? No estaba del todo seguro de todas formas porque no era muy consciente del tiempo que había permanecido desmayado por culpa de Nanashi. ¡Lo mismo Peter Pan ya se había llevado el tesoro y todo!

Por motivos obvios, no compartió aquellos pensamientos con Freya y se los guardó para él mismo.

¿Y vosotros? ¿Pensábais quedaros aquí? Esta es la sala del tesoro, y los piratas no tardarán en… —De repente, llegaron a sus oídos unos gritos que inevitablemente le alertaron y le indujeron a correr— ¡Rápido, demos la vuelta!

Los ruidosos piratas se acercaban y no había tiempo que perder. Light no se lo pensó dos veces y abandonó la sala por la misma salida que tomó la mujer con orejas de conejo. Ésta cerró la puerta con llave para obstruirles el paso a sus perseguidores.

Light, que huía junto a las dos féminas (o mejor dicho, tres), se desplazaba velozmente, deseoso de abandonar la embarcación cuanto antes.

«¿Cuántos nos estarán buscando?», por sus gritos asumió que eran bastantes. Inevitablemente, se le dibujó una pequeña sonrisa en el rostro. ¿Cuántas veces había salido huyendo de violentos y peligrosos piratas? A este paso se ganaría tal fama que no podría volver a Nunca Jamás y Port Royal.

Ascendieron hasta alcanzar un camarote. El joven, totalmente desorientado, miró a su alrededor. Afortunadamente la habitación estaba vacía, aunque posiblemente no por mucho tiempo. Por esa razón precisamente tenían que seguir moviéndose.

Fran, en cambio, decidió tomarse un breve descanso en aquel lugar. Light, con los brazos en jarra, se dispuso a insistir para que continuaran huyendo.

Antes de pronunciar palabra alguna, Fran comenzó a hablar.

Mi bote ya se lo llevaron esos niños, así que no tenemos otra vía de escape que apropiarnos del barco… o saltar por la borda —indicó, apoyándose sobre el escritorio. La segunda posibilidad no le pareció nada alentadora, la verdad—. Pero según he escuchado, gracias a las hadas podemos volar, ¿no es cierto, Campanilla?

Dubitativo y no muy convencido, miró al pequeño ser. Campanilla respondió con un gesto afirmativo y acto seguido empezó a revolotear, impregnándoles con su polvo dorado. Atónito, intercambió miradas con Fran y Freya. Aquella "magia" no produjo de momento efecto alguno, ¿se suponía que ya eran capaces de volar? No lo creería hasta que en efecto fuera capaz de elevarse.

De nuevo, percibieron unos gritos que procedían del exterior. Fran les hizo una seña para que la siguieran y comenzó a acercarse hacia la puerta.

«¡Mierda!», dio un respingo y apretó los dientes. En ese preciso momento su dispositivo de comunicación emitió un sonido bastante fuerte. ¿Y si los piratas que les perseguían se encontraban lo suficientemente cerca para detectar su posición?

¡¡Matadlos a todos!!

¡Corred, salid de ahí!

Solo podía huir y seguir alejándose de sus perseguidores, quedarse allí no era una opción. Tenía que escapar del barco y continuar con su misión después de todo.

Ni siquiera se molestó en revisar el nuevo mensaje que había recibido, ya lo haría después, cuando no estuviera bajo inminente peligro. Light seguiría a Fran y al igual que ella se precipitaría hacia la puerta para salir a la cubierta: al fin aire libre.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Crystal » Lun Mar 30, 2015 8:50 pm

Guardé el contenido del cofre en la mochila, junto con las demás cosas. Fue un despertador de madera lo que hallé, sin reparar en los obsequios de Fran o Light. El hecho de haber conseguido algo que pudiese echarme una mano más adelante me puso de buen humor.

Fran se alejó hacia un extremo de la habitación, donde encontró una especie de mapa que guardó rápidamente antes de que pudiese preguntarle cualquier cosa. ¿De qué se trataba y por qué parecía querer mantenerlo en secreto?

Ya tengo lo que había venido a buscar. Nada más me ata al navío del capitán pirata.

Cuando pregunté a Campanilla por Peter Pan, el hada empezó a revolotear con entusiasmo mientras asentía con la cabeza. ¡Perfecto!

¿Tú también estás buscándolo como aquel pirata? —preguntó el chico.

Si el piratas del que hablas es Garfio, la respuesta es afirmativa —respondí inmediatamente—. ¿Tú le conoces? ¿Sabes dónde está?

No sé dónde está ahora, me temo que nos separamos y no he vuelto a saber nada de él.

Suspiré. Pero no debía rendirme; seguro que Campanilla podría echarme una mano con la búsqueda de Peter.

>¿Y vosotros? ¿Pensábais quedaros aquí? Esta es la sala del tesoro, y los piratas no tardarán en… —de repente unos ruidos resonaron por la sala, invitándonos a salir de ahí— ¡Rápido, demos la vuelta!

Se trataban de los piratas, seguro. Seguí a Fran por la sala por dónde habíamos venido, y una vez entramos todos, ella se encargó de cerrar la puerta para intentar impedirles el paso.

Volvimos a recorrer el camino que ya hicimos. Noté la mirada que me echó Campanilla cuando pasamos por la puerta que tantas ganas tenía de cruzar. Me disculpé rápidamente y no le di más importancia: ahora no podíamos perder el tiempo yendo por ahí. Finalmente llegamos al camarote de Garfio de nuevo, el cual estaba vacío para nuestra suerte. Me permití unos segundos de tranquilidad para poder recuperar el aire.

Mi bote ya se lo llevaron esos niños, así que no tenemos otra vía de escape que apropiarnos del barco… o saltar por la borda —Se sentó en el escritorio—. Pero según he escuchado, gracias a las hadas podemos volar, ¿no es cierto, Campanilla?

Instintivamente, miré a Campanilla, que asintió con la cabeza y empezó a revolotear a nuestro alrededor, impregnándonos con su polvo dorado. La nariz empezó a picarme, y no pude reprimir un rápido estornudo. Cuando recuperé la compostura, miré a Light y a Fran, no muy convencida de aquello. ¿Eso era todo? La única magia que había notado era esa sensación de alergia al polvo del hada.

Unos nuevos gritos se escucharon, y acto seguido Fran abrió la puerta para lanzarse a la cubierta.

¡¡Matadlos a todos!!

¡Corred, salid de ahí!

Quedarme allí no era una opción segura. No había nada más que investigar o que recuperar, y por lo tanto, no era una buena opción quedarse y ser perseguido por los piratas.

Cerraría los ojos y seguiría a Fran y Light hacia la cubierta, deseando que todo aquello del polvo fuese magia segura y no acabase estampada contra algo, como de costumbre.
Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Crystal
27. Trepador
27. Trepador
The Unknowns
 
Mensajes: 808
Registrado: Lun Jul 21, 2014 3:19 pm
Dinero: 593,885.90
Banco: 15,509.00
Ubicación: En busca de Tidus.
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Tsuna » Jue Abr 02, 2015 5:09 am

Jeanne

Spoiler: Mostrar

Fuera como fuese, Jeanne pareció quedarse bloqueada por alguna razón, y el Sincorazón se acercaba cada vez más y más a ella, sin apartar sus ojos amarillos del jugoso corazón que estaba a punto de conseguir. Sin previo aviso y gracias en parte a la penumbra que invadía el interior de la Calavera, una Sombra se fundió con el suelo y se materializó tras la aprendiza. Ésta preparó sus garras y le arañó la pierna derecha. El monstruo volador tampoco se quedó atrás. Uno de sus puños se vio envuelto en un aura de color azul que no daba muy buenas vibraciones y, con un rápido movimiento, le propinó a la muchacha un potente puñetazo en todo el moflete izquierdo, consiguiendo que un enorme cardenal le marcase el rostro.

Su cuerpo, inevitablemente, cayó al vacío; hacia el agua. Durante su caída pudo comprobar además que la Sombra saltó detrás de ella, quizás intentando acabar con su vida, pero no lo consiguió. Sencillamente se evaporó en una nube de oscuridad antes de tocar el suelo.

Spoiler: Mostrar


No obstante, Jeanne no llegó jamás a impactar contra el agua salada del interior. Unos brazos la sujetaron en el último momento y la agarraron por la cintura, sumergiéndola instantes después con delicadeza. Sería al lado de la orilla que llevaba a la boca de la roca donde la aprendiza pudo contemplar a su salvadora: se trataba de la propia sirena con la que ella misma había hablado antes.

Tú también usas magia, puedo olerla. Pero aquello que buscas no está aquí. El Tesoro se encuentra mucho más abajo; ven conmigo.

La sirena sin previo aviso la sumergió en el agua junto a ella, obligando a Jeanne a descender muchos, muchos metros bajo el mar y alcanzando una grieta en la roca que parecía dar a un túnel tenebroso cuanto menos. Segundos después, comprendiendo que la aprendiza podía estar quedándose sin aire, volvió a la superficie junto a ella; a la orilla que daba a la boca de la Calavera.

No podéis seguir sin usar magia más poderosa… Sólo nosotras somos capaces de entrar. ¿Y tú? ¿Acaso vas a ayudar a tus compañeros contra los piratas de Garfio?

De pronto y sin previo aviso, ambas escucharon el eco de un potente cañonazo que muy posiblemente proveniese del rojo galeón pirata. Las paredes de la cueva intensificaron el rugido por lo que podría haberle provocado a la aprendiza un terrible susto. Si se fijaba mejor, la sirena podía llevarla hasta el barco a través del agua. O bien podía intentar volver a escalar hasta lo alto para conseguir el cofre… Aunque si era cierto que sus amigos estaban en peligro, tendría que darse prisa y acompañarla.

Spoiler: Mostrar
Jeanne Mars:
VIT: 10/20
PH: 03/20


Light, Freya y Hana

Spoiler: Mostrar

Los aprendices no contaron con la cantidad de piratas que había en la cubierta, acompañando a su capitán, a Garfio. Fran pudo escapar gracias a su velocidad y a que los piratas no esperaron ver a alguien salir del camarote tan rápido, pero Light no tuvo tanta suerte. Nada más poner un pie fuera el aprendiz recibió un potente puñetazo en todo el moflete, y tal fue la potencia del impacto que consiguió hacer tambalear al aprendiz, logrando que cayese de espaldas escaleras abajo. Si uno de los piratas tenía tanta fuerza… ¿Qué iban a poder hacer contra el mismísimo capitán?

—¡Toma eso, niño asqueroso!

Aunque Light poco podía tener de niño ya a esas alturas. Freya por su parte salió corriendo, ¡y nada menos que con los ojos cerrados! El pirata que había golpeado al aprendiz ni siquiera la tomó en serio, pensando que estaba muerta de miedo y no iba a representar amenaza alguna. Pero tal fue la sorpresa de todos cuando la chica alcanzó las escaleras por las que había rodado el chico. Lejos de tropezarse y caer de boca su cuerpo quedó suspendido en el aire, a la vez que un polvo dorado comenzaba a esparcirse a su alrededor. La chica nunca tocó el suelo, por supuesto, pues quedó suspendida en el aire, justo encima de Light. ¡Estaba volando!

Parece que la clave es desearlo con fuerza. —Llegó a comentar Fran, pocos metros detrás del aprendiz de Tierra de Partida. Campanilla revoloteó con insistencia a su alrededor, apoyando sus palabras

En ese momento alguien alcanzó la cubierta del navío de un salto: se trataba de un hombre bastante apuesto, de ropas elegantes y escopeta en mano. Se acercó a Fran con toda la confianza del mundo.

Qué sorpresa, no esperé que nos fuésemos a encontrar en estas circunstancias. Puedo imaginar que ya lo has encontrado, ¿no? —Fran asintió y sacó de sus ropas el mapa que había guardado con anterioridad, en la sala del tesoro. Entonces Balthier dirigió su vista a los presentes, evaluando la situación con preocupación— ¿Y estos niños? Oh… No me digas que nos está saliendo competencia.

—¿¡A qué estáis esperando para acabar con ellos!? —Exclamó una pirata, alzando su sable al aire

Eso parece. —Respondió Fran divertida, mirando a ambos

Pero los piratas no se iban a quedar quietos, por supuesto que no. Uno situado desde la vela apuntó con una escopeta a Freya y apretó el gatillo sin pensarlo dos veces. Un milagro que la aprendiza consiguiese esquivarlo. El que le había propinado el golpe a Light saltó justo frente al aprendiz, dispuesto a continuar la paliza, y muchos otros rodearon con sus espadas a Fran y su misterioso acompañante.

Entretanto, Garfio había seguido encarando a Peter Pan, ajeno a la situación que se había organizado en la cubierta. En ningún momento se le había pasado por la cabeza que un grupo de niños pudiese derrotar a su tripulación pirata.

¡C-capitán, olvídese de mí y acabe con Peter Pan!

¡Silencio, o terminas como ese pirata que está flotando ahí! ―amenazó todavía más con su puñal― ¡A ver qué sabes hacer viejo bacalao!

Peter sin pensarlo dos veces se llevó a Smee en el aire consigo, dejando sola a Hana en el bote, que por alguna razón había rechazado el ir a la cubierta con Balthier.

¡Señor Smee! ―gran error el de Hana— ¡Fuego!

Y todos pudieron escucharlo. Un cañón del barco apuntó a la barca y disparó el proyectil… haciendo volar por los aires a Hana y tirándola al mar. Aunque estaba algo alejada, la sombra de la criatura no pasó su presencia desapercibida, y si la chica se atrevía a mirar bajo el agua, encontraría una desagradable sorpresa:

Spoiler: Mostrar
Imagen


Un enorme cocodrilo de color verde la miraba directamente. Al menos Hana ya comprendía por qué había un cadáver parcialmente devorado flotando en el agua. No le quedaba mucho tiempo, sin embargo, hasta que la criatura le diese caza. Podía intentar ir hasta las rocas cercanas al barco, pero si iba nadando muy posiblemente no lo conseguiría.

¡Hana! ―Exclamó Peter de pronto, como si se hubiese acordado de que ella también estaba a bordo

El niño se apresuró a tirar al nombrado señor Smee sobre la cubierta del barco como si fuese un saco de patatas y puso rumbo hacia la chica, pero Garfio se interpuso. El capitán sacó una serie de… ¿regalos de navidad? Sí, unos paquetes de regalos blancos con lacitos rosas, que cuando alcanzaron a Pan estallaron en una fuerte explosión. El niño salió volando todavía más lejos de Hana.

En la cubierta, por su parte, la batalla continuaba. Todos pudieron contemplar cómo el capitán ordenaba disparar a un barco en el que se encontraba Peter Pan y una supuesta Hana. La barca había explotado y difícilmente podían asomarse para contemplar el espectáculo sin que cinco piratas les saltasen encima de pronto. Fran materializó un arco y un carcaj de flechas en sus manos, y Balthier hizo lo suyo con su escopeta.

―¡Ellos son los ladrones que nos robaron la otra vez!

―¡Esta vez acabaremos con todos!

―¡Que no salga nadie!

Y tras un fuerte grito de guerra, se lanzaron sobre los aprendices. Tenían que aprovechar que ahora no estaba Garfio pendiente y luchar. O incluso escapar volando. Una auténtica sorpresa que una enorme nube de oscuridad se materializase sobre el barco sin previo aviso:

Spoiler: Mostrar
Imagen


Una barrera mágica recubrió toda la zona, impidiendo a nadie salir de allí. Aunque del exterior sí se podía entrar.

Es el Sincorazón, Fran. Hay que acabar con él como sea.

Eso, si nos lo permiten.

Los piratas no tendrían piedad con ellos, a Light sobretodo le costaría mantenerse en el aire, si es que podía conseguirlo primero. Y en cuyo caso estaría a merced de todos los piratas que tenía al lado, que no tardarían en atraparlo por las piernas. Fran y Balthier se encontraban detrás de él, y estaban todos rodeados de piratas. Freya era la única que podía volar, junto a Campanilla, y las únicas en condiciones de alcanzar el barco Sincorazón que volaba sobre sus cabezas.

¡Freya! —exclamó de pronto el capitán, todavía a suficiente distancia del centro del combate— ¡Tanto tú como tu maestra… Me habéis engañado! ¡No creáis que vais a salir de aquí! ¡Sin piedad, muchachos!

El capitán se mantendría de momento al margen, pero tendría la vista puesta especialmente en Light. A fin de cuentas, se las había apañado solo para escapar sin que nadie se diese cuenta.

Spoiler: Mostrar
Light Hikari:
VIT: 29/54
PH: 22/38

Gaomon:
VIT: 16/36
PH: 12/20

Freya:
VIT: 20/20
PH: 09/12

Hana Shimizu:
VIT: 34/46
PH: 15/32


Recordad que podéis intentar darle órdenes a los npcs: Balthier, Fran y Campanilla. Si no, estos harán lo que crean oportuno. Pensad una buena estrategia para salir cuanto antes de la barrera que rodea el barco, seguro que podéis hacerlo. Y de momento la única que puede volar como tal es Freya. Los que tengáis el polvo de hadas podéis intentarlo también, pero no es seguro que lo consigáis: tendréis que esforzaros con vuestros post y contará para la puntuación final.


Spoiler: Mostrar
Faltas:
15Nuxalxv (1)
Nell (2)

Fecha límite: Martes 7 de Abril.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Light » Mar Abr 07, 2015 8:50 pm

Un potente puñetazo en la mejilla fue lo que recibió Light nada más salir al exterior. El pirata responsable del ataque logró desequilibrarle y derribarle con gran facilidad por su tremenda fuerza, provocando que rodara escaleras abajo.

—¡Toma eso, niño asqueroso!

Mientras intentaba ponerse de pie, el chico se llevó la mano a la zona golpeada de su rostro y dirigió una mirada enfurecida a su agresor, con el ceño fruncido.

«Hijo de puta», le mostró los dientes.

Entonces sucedió algo que le obligó a abrir aún más sus ojos. Justo encima de él se encontraba Freya, ni más ni menos que volando, de la misma forma que Peter Pan: aquellos polvos dorados se lo confirmaron. Al final sí que era cierto que Campanilla les había otorgado la capacidad de volar.

Parece que la clave es desearlo con fuerza —indicó Fran, situada detrás de él.

Así que desearlo… —susurró. Campanilla parecía reafirmarlo, así que podía asumir que en efecto esa era la clave.

Acto seguido, Light agarró con firmeza el mango de su katana aún enfundada y se encaró a los corsarios que les atacarían de un momento a otro. Fue entonces cuando se aproximó a Fran un desconocido que parecía conocerla.

Qué sorpresa, no esperé que nos fuésemos a encontrar en estas circunstancias. Puedo imaginar que ya lo has encontrado, ¿no? —Fran le enseñó un mapa, el mismo que había cogido en aquella sala del tesoro— ¿Y estos niños? Oh… No me digas que nos está saliendo competencia.

El aprendiz no hizo caso a aquel individuo y apenas miró el plano que la mujer coneja le mostró: hubiera prestado más atención de no ser por los piratas que se lanzarían a por ellos en cualquier momento.

—¿¡A qué estáis esperando para acabar con ellos!?

Eso parece.

¿Eh?

Por suerte no le apuntaron y salió indemne del primer disparo que se hizo oír. Uno de los corsarios allí presentes, el mismo que le había tirado al suelo de un puñetazo, se plantó delante del joven. Finalmente, el aprendiz de Tierra de Partida desenfundó su katana, preparado para empezar a repartir tajos. Su compañero Gaomon, por su parte, no tardó en materializarse en la cubierta, siempre dispuesto a proteger a su invocador. Éste, el mismo Light, les dejó claro a Fran y los demás que aquel perro gigante era un amigo y que estaba de su lado.

«Estamos jodidos, creo que son demasiados».

La situación no era de lo más esperanzadora, la verdad. Allí había reunidos bastantes piratas, difícilmente podrían con todos ellos. Por esa razón tomar el barco por la fuerza les costaría mucho, la opción más segura era intentar escapar: debían imitar a Freya y volar.

Tarde o temprano escuchó un tremendo cañonazo que le produjo un espasmo. Fue incapaz de divisar la barca que había explotado por culpa de la cantidad de piratas que les rodeaban, simplemente eran demasiados.

Después, oyó un grito que le aturdió totalmente.

¡Hana!

Juraría que había escuchado a Peter Pan gritando el nombre de su amiga.

«¿¡Están aquí!? ¿¡Dónde…!?», desgraciadamente aquel no era el momento idóneo para ponerse a buscarlos, estaban en medio de una batalla. No podía despegar la mirada de sus adversarios y tenía que permanecer en guardia en todo momento. Incluso se escuchaban explosiones: la situación en la cubierta era un caos y debía estar atento si quería salir vivo.

―¡Ellos son los ladrones que nos robaron la otra vez!

―¡Esta vez acabaremos con todos!

―¡Que no salga nadie!

Los piratas iban a por ellos y tenían que hacer algo ya. Light permanecería cerca de Fran y arremetería contra sus enemigos sin piedad con las dos armas que llevaba consigo: la katana y su Llave Espada, en la zurda y en la diestra respectivamente. Gaomon clavaría sus colmillos en las piernas de los corsarios, inmovilizándolos para que su compañero les rematara posteriormente a base de potentes tajos.

La cosa fue a peor cuando un nuevo enemigo surgió de una nube de oscuridad: un Sincorazón. Y bastante grande además, con aspecto de buque pirata. Nada más aparecer éste, un muro mágico les atrapó a todos.

Es el Sincorazón, Fran. —Por sus palabras asumió que era el responsable de la aparición de la barrera mágica. También se percató de que aquel hombre conocía el nombre de aquella criaturas—. Hay que acabar con él como sea.

Eso, si nos lo permiten.

¡Concentraos en el Sincorazón! Podéis alcanzarle con vuestras armas, ¿verdad? —les interrogó. Observó de reojo (y durante un momento) las armas de Fran y su compañero para asegurarse y continuó luchando—. ¡Yo y mi mascota nos encargaremos de los piratas!

«Ojos de la demencia», de repente, los ojos de Light cambiaron de color drásticamente ―ahora lucían rojizos como la sangre― y se le dibujó una alargada y desagradable sonrisa en el rostro. Con aquella mirada enloquecedora podría paralizar a sus enemigos, aunque antes de eso tendría que atraer su atención: debía conseguir que le miraran.

¡Escuchad lo que tengo que decir, patanes! ¿¡Qué clase de piratas dejan escapar a su rehén, eh!? ―Intentó contener una risotada sin mucho éxito―. ¡¡Venid todos a por mí si tenéis lo que hay que tener!! ―bramó muy enérgico, en parte influenciado por el nexo enloquecedor de su amigo Xefil. De esta manera se convertiría en el centro de atención. Mientras soltaba esas exclamaciones hizo todo lo posible por recorrer a todos los piratas del barco con la mirada, en primer lugar a aquellos más cercanos a Fran y su compañero.

No esperaba que la habilidad funcionase a la perfección, posiblemente alguien les atacaría, con ojos de la demencia o sin ellos. En ese caso, Light avisaría a Fran y su conocido para que se pusieran en guardia y Gaomon se encargaría de protegerles a los tres: gracias a la habilidad de la Luna Protectora evitaría que algunos enemigos se acercaran a ellos e intentaría hacerles retroceder.

Light aprovecharía el valioso tiempo que le regalaría su eidolon. Se alzaría con un Pilar Tierra que surgiría bajo sus pies. Se elevaría al máximo con aquella torre de roca, de esta manera se pondría a salvo.

«Oh genial, también llevaban armas de fuego», recordó y chasqueó la lengua.

Se cubrió con su gran llave lo mejor que pudo. Si llegaban a arrojarle de la cima del pilar, haría todo lo posible por volar de la misma manera que Freya. Si no lo conseguía, su mascota se aseguraría de que aterrizaba en su lomo.

Parece que la clave es desearlo con fuerza”.

«Deseo volar. Joder, tengo que hacerlo, tengo que volar para escapar de los piratas y ayudar a destruir ese Sincorazón. Simplemente tengo que hacerlo, tengo que hacerlo…», cerraría los ojos momentáneamente durante la hipotética caída y se imaginaría a sí mismo elevándose, dejando caer aquel polvo dorado y alejándose de los piratas.

Él mismo había visto a Peter Pan y Freya volar de verdad. Si ellos habían sido capaces, él también podía hacerlo, así lo creía.

Definitivamente volaría. Si finalmente lo conseguía, se alzaría rápidamente. En el caso de que sus enemigos se lo impidieran y le cogieran de las piernas, el bueno de Gaomon se lanzaría a por estos e hincaría sus grandes colmillos en los brazos de los captores. Light, con ambas armas, les produciría cortes en las susodichas extremidades, con cuidado de no herir a su compañero eidolon; y si ni se liberaba con esas, utilizaría de nuevo la Evasión Mágica para escapar y al segundo se elevaría finalmente. ¡Nada ni nadie le impediría volar!

Spoiler: Mostrar
Light:

▪ Ojos de la demencia (HM) [Nivel 6] [Personalizada] Xefil intimida a todo aquel que le mire a sus ojos, brillantes con el destello color sangre de la locura, paralizándolo y en casos raros haciéndole huir. Afecta a personajes con nivel igual o menor.

▪ Pilar Tierra (HM) [Nivel 7] [Requiere afinidad a Tierra; Poder mágico: 10] El usuario hace surgir una resistente columna rocosa (de altura máxima 6 metros) en un radio de cinco metros para usarla de apoyo. Sólo un personaje puede subirse a ésta, durante un solo turno. El usuario manipula la altura del pilar a su voluntad.

▪ Elusión Mágica (HM) [Nivel 8] [Requiere Afinidad a Espacio; Poder Mágico 12, Reflejos 15]. El usuario se teletransporta en un parpadeo a un sitio completamente distinto en un radio de cinco metros. Útil para esquivar ataques o confundir al enemigo.

^(Solo si no me puedo liberar xD y en el caso hipotético de que pueda volar of course).

Gaomon:

▪ Luna protectora (HC) [Nivel 6] [Requiere afinidad a Luna; Fuerza: 6; Resistencia: 10; Elasticidad: 6] Inesperadamente, la mascota toma la forma de una flotante esfera de luz que gira en círculos hasta tres veces, embistiendo repetidamente contra los enemigos próximos que rodeen a su invocador, normalmente. Técnica poco dañina y con escaso alcance, pero que puede hacer retroceder a los enemigos.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

AnteriorSiguiente

Volver a Tercera Saga

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado

cron