[Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Fátima Laforet, Ragun, Malik & Nikolai Everard + Saxor Meian & Bavol Trené

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: Ronda #11 - De cero a héroe

Notapor Sombra » Dom May 10, 2015 4:39 pm



Me retorcí en el suelo dolorido mientras recobraba la consciencia. Recordaba perfectamente lo ocurrido, había alzado el vuelo con mis alas, sin embargo algo las había eliminado tan pronto como me había acercado a las antorchas de fuego azul cayendo al suelo junto a...

¡Niko! —exclamé al no verle por ningún lugar. Pude ver que el suelo estaba lleno de grietas, me acerqué al borde de la que tenía más cerca y grité su nombre tratando de encontrar una respuesta... Pero nada.

<<El teléfono>>

Cogí apresuradamente el dispositivo de comunicación y lo encendí. No había cobertura. Maldije en voz baja, ¿estaría bien? Esperaba que no estuviese muerto al menos... Aunque si lo estaba solo deseaba que no se apareciese en forma de espíritu vengativo por haberle dejado caer o algo así.

Por ahora solo podía avanzar. Si él estaba vivo continuaría la misión, por lo que seguramente nos pudiésemos encontrar otra vez frente a la sauna de Hades. Había algo que me preocupaba... Era extraño. ¿Cómo mis alas habían desaparecido tan rápido? No las utilizaría más en un buen rato por si acaso.

Me dirigí a las escaleras iluminadas por aquellos candelabros coronados por las llamas azules e invoqué mi llave espada. No sabía qué podía haber frente a mí y prefería estar preparado para lo peor.
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Sombra
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Saxor » Lun May 11, 2015 10:23 am

Tras unos cuantos golpes siguiendo mi estrategia, logramos derrotar a todos los sincorazón. No indemnes, claro, ya que recibí un golpe en el costado al desviar la estocada y Guilmon se llevó un par de mordiscos (aunque lo de embestir en contra de la pared nos permitió eliminar rápido el problema). Aunque no se podía hacer mucho, había que evitar esa clase de encuentros a toda costa... Porque un ataque sincorazón era bastante llamativo.

Seguimos avanzando a través de la caverna, siempre procurando no encontrarnos con nadie (aunque era el reino de los muertos, no tenía que haber mucha cosa por aquí que fuera a moverse, ¿verdad...?)

¡Eh, tronco, mira por dónde vas!—...pues no, estaba equivocado. Al girar una esquina, me había chocado ni más ni menos que con un esqueleto viviente. Todo mi intento de no encontrarme con nadie a la basura. Y encima tenía una espada. Si no tenía cuidado acabaría por convertir este lugar en mi morada para el resto de la eternidad—¿Quién eres...? Espera, ¿eres el envido de Pena y Pánico? ¿Traes el mensaje?—y me encontraba con una oportunidad rara. Podía hacerme pasar por un enviado de Pena y Pánico para que no me tratasen como intruso, pero... No tenía suficiente información para llevar eso bien, y echar a correr podría disparar las alarmas... Rápidamente tuve una idea.

No, he venido a devolver a este reptil a su "tumba"—señalé a Guilmon con el pulgar—Ya no quedan vivos de esta clase de bichos, ¿sabes?

Si funcionaba, seguiría avanzando junto con Guilmon para mi objetivo. Si veía que no colaba y me descubría, echaríamos a correr para despistarlo.
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1ª Saga
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Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
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Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
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Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
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Ronda #12 - De cero a héroe

Notapor Astro » Mié May 20, 2015 8:11 pm

Nikolai



Hablas mucho, mortal.

El encapuchado no se movió del sitio, de hecho ni siquiera hizo ningún movimiento. Rígido y estático, su cabeza seguía fija en la dirección de Nikolai, sin inmutarse lo más mínimo. Aunque, de alguna manera, el aprendiz podía sentir que sus ojos estaban clavados en los suyos.

Obedecer a Hades no es una opción. He sentido vuestro poder, vuestras llaves pueden abrir la cerradura que Zeus selló. Mas, no debéis hacerlo.

»Da igual lo que el dios del Inframundo os haya prometido. Si lo hacéis, contribuiréis a liberar un poder capaz de arrasar toda Grecia sin dificultad. Miles de vidas se perderán con semejante destrucción. No habrá forma alguna de detener las catástrofe que surgirá.

Chasqueó los dedos, y una hilera de bolitas de humo brillante, las que Nikolai ya había visto desde que llegó al Inframundo, aparecieron en fila indicando un camino en mitad de toda aquella oscuridad.

Sigue el camino, y llegarás hasta la cerradura. Tu compañero está llegando. Medita mis palabras, joven mortal , pues de vosotros depende el futuro de todos.

Sin añadir más, sin llegar a responder a todas las preguntas que el aprendiz le había formulado, retrocedió hasta desaparecer entre la oscuridad. Si Nikolai intentaba buscarle para evitar que se escapara sin darle más información, no tendría éxito: estaba todo demasiado oscuro como para poder encontrarle.

En aquel momento, sólo tenía una opción clara: seguir la hilera de luces, que supuestamente le llevarían hasta la cerradura de la sauna y hasta Ragun. Era eso, o no fiarse de las palabras del barbudo y vagar sin rumbo claro por aquella oscuridad.

Nikolai decidía, pero debía tener un factor en cuenta. Se sentía débil. Inusualmente débil. ¿Sería por la caída...?

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Nikolai empieza a sentir en persona los efectos de la maldición del Inframundo, cada vez se siente más y más débil. Saic también.


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Fátima



Gafas no atacó en ningún momento, por lo que tuvo que ser Fátima la que tomara la iniciativa. Se abalanzó sobre el flacucho, llave espada en mano, dispuesta a atacarle... Pero sin éxito.

Gafas no sólo esquivó sus ataques con unos reflejos y una agilidad impresionantes, sino que se las apañó para colocarse a la espalda de la aprendiza y darle una patada en el culo, empujándola hacia delante. De alguna manera, se las había ingeniado para llevarla hasta el extremo del cuadrilátero, y sólo la elasticidad de la joven la salvó de caer fuera por el empujón.

¡Eso había estado cerca!

Cuando se girase, ya recuperada, descubriría que la situación volvía a ser prácticamente idéntica a la de antes. Gafas había corrido a colocarse en el extremo opuesto del cuadrilátero y desde allí esperaba, inmóvil, a que Fátima volviera a atacar.

¡N-no perderé! ¡Demostraré que para ser un héroe no hace f-falta tener músculos, sino cerebro! —gritó, aunque le temblaba un poco la voz.

El intento de atacar cuerpo a cuerpo había sido un desastre. Para ganar, tendría que intentar una estrategia distinta.

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Malik



Te encuentras en mi pequeño rincón privado del Inframundo. Es extraño, que uno de mis pequeños te haya traído hasta aquí. ¿Qué habrá visto en ti...?

De entre el montón de murciélagos, uno se soltó del techo y empezó a revolotear por la gruta. En pocos segundos, volvía a emitir el mismo brillo dorado que le sería familiar a Malik.

¿Encontrar a Hades? —Soltó una dulce risita, que fue acompañada por unos sonidos de los murciélagos del techo, que más bien también parecían risas—. Oh, iluso Malik, ¿de verdad tanto deseas la muerte? Pocos son los que han buscado al señor del Inframundo aquí, en sus propios dominios, y han vivido para contarlo.

»Pero tal vez...

Un fuerte brillo surgió en mitad de la sala, cegando momentáneamente al aprendiz. Cuando pudo ver de nuevo, se encontró con una figura que le observaba sonriente. Era una mujer, de largo cabello rubio y piel rosa (literalmente, rosa). Vestía un largo vestido blanco con adornos de flores, y una diadema con forma de pétalos de rosa. Aunque sin duda, lo más destacable, era que todo su cuerpo emitía un fuerte brillo dorado.

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»... Yo, Perséfone, esposa de Hades y diosa del Inframundo, pueda ayudarte.

Levantó un brazo, dejando que el murciélago brillante se posara sobre su mano. Acariciándole, fijo su vista de nuevo en Malik.

¿Qué es lo que buscas en el reino de los muertos? ¿Acaso deseas recuperar a alguien fallecido? ¿Un amor, tal vez...? No serías el primero. Oh, pobre Orfeo, tuvo que mirar atrás...

La mujer se sentó en el borde de la fuente, todavía acariciando al murciélago de su mano, y calló al fin. Era el turno de Malik de hablar, y lo hacía delante de una diosa. ¡Tendría que elegir bien sus palabras!

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Ragun



Las escaleras condujeron a Ragun por un oscuro y largo túnel, que giró en varias ocasiones hacia la derecha y hacia la izquierda hasta acabar llegando a unas nuevas escaleras tras un último giro. Al subirlas, se encontraría con una amplia sala cuadrada. Al fondo de ella se encontraban unos grandes portones de piedra, sin cerradura a la vista, pero para llegar hasta ellos tendría que cruzar la sala, aparentemente vacía...

Por supuesto, no estaba vacía. Cuando estaba por la mitad, algo golpeó al aprendiz por el costado derribándole al suelo. Al levantar la vista, pudo ver que el culpable se mostraba: un sincorazón Invisible, acompañado por otro de la misma espacie a su lado.

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Los dos monstruos de ojos amarillos flotaron hasta colocarse frente a los portones, con las espadas en riste. Si Ragun quería pasar por allí, tendría que ingeniárselas para vencerlos primero, o tal vez discurrir algún método para conseguir pasar sin tener que derrotarles.

Fuera como fuese, tendría que tener un factor en cuenta. Se sentía débil. Inusualmente débil. ¿Qué le pasaría...?

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Ragun empieza a sentir en persona los efectos de la maldición del Inframundo, cada vez se siente más y más débil.

Nota: te encuentras en el mismo lugar de los juegos donde Sora pelea contra Demyx por primera vez, por si te sirve de referencia.


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Saxor



El esqueleto guardó silencio al principio, observando a Guilmon con atención. Y eso que ni siquiera tenía ojos.

Está bien, tío, pero date prisa y vuelve a tu puesto. —Asintió, giró sobre sus huesudos tobillos y parecía que iba a empezar a alejarse, pero se paró en el último segundo para añadir algo más—. Recuerda, si ves algún vivo por la zona da la voz de alarma. Pena y Pánico avisaron que era posible que vinieran algunos.

Con eso dicho, el esqueleto se fue andando por el mismo camino por el que Saxor había venido, dejando el camino libre para que el aprendiz siguiera avanzando.

Caminando por túneles lúgubres y húmedos, casi todos en rampa cuesta abajo, el aprendiz llegó a cruzarse con algún que otro esqueleto más, pero a diferencia del primero éstos no le prestaron atención. Siguió avanzando, hasta encontrarse con una clara bifurcación: un camino llevaba a la derecha, y otro a la izquierda.

Aunque tenía una pequeña ayuda. Escrito en la pared de piedra, había un mensaje junto a una flecha que indicaba el camino de la izquierda: «Aposentos de Hades».

La elección podía parecer clara, pero entonces un grito se escuchó proveniente del camino de la derecha. Eran unos gritos, de dos voces diferentes al menos, que pedían ayuda de manera desesperada.

Menudo dilema, ¿adónde iría Saxor ahora?




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Ragun
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Nikolai
VIT: 11/26
PH: 1/18

Saic
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Saxor
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Guilmon
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¡Siento el retraso! Acabo de empezar tanda de exámenes y ando sin tiempo. A partir de la próxima ronda meteremos el turbo, que vamos llegando a la recta final de la trama. ¡Ánimo a todos!

Fecha límite: miércoles 27 de mayo.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Drazham » Dom May 24, 2015 2:33 pm

El encapuchado permaneció inmóvil, como una estatua, ante la retahíla de preguntas que le estaba formulando Nikolai. Se quedó allí en silencio, sin interrumpir en ningún momento al aprendiz, y… ¿mirándolo fijamente? Sonaba raro, puesto que uno no podía saberlo cuando tenía casi todo su rostro cubierto, pero el aprendiz tenía la extraña certeza de tenía los ojos del individuo clavados en él. Al menos era un indicio de que le estaba prestando atención.

Y justo cuando se dio por finalizado el interrogatorio…

Hablas mucho, mortal.

El joven parpadeo repetidas veces, chocado. Aquella respuesta le salpicó en la cara como un chorro de agua helada. Incluso llegó a dudar de si el comentario iba en serio, o se estaba permitiendo el lujo de mofarse de él.

No eres la primera persona que me lo dice. —Se cruzó de brazos, lanzándole una mirada cansada. Inclinó su torso hacia él, esperando algo más que la escueta frase de antes—. ¿Y bien?

Obedecer a Hades no es una opción. He sentido vuestro poder, vuestras llaves pueden abrir la cerradura que Zeus selló. Mas, no debéis hacerlo.

Niko enarcó una ceja, manteniendo los brazos cruzados. ¿Todo este tiempo no quería que deshiciesen el sello?

Entonces… ¿Lo de los espíritus y el derrumbamiento de la caverna era con el fin de impedirles que llegasen hasta la cerradura?

»Da igual lo que el dios del Inframundo os haya prometido. Si lo hacéis, contribuiréis a liberar un poder capaz de arrasar toda Grecia sin dificultad. Miles de vidas se perderán con semejante destrucción. No habrá forma alguna de detener las catástrofe que surgirá.

Fabuloso.

No tenían suficientes problemas como para que ahora, resultase que la condenada cerradura guardase una fuerza capaz de arrasar con un mundo. No iba a negar que la patraña de la sauna que les había contado Hades olía a podrido, y más aún cuando su vida ha peligrado en contadas ocasiones con la tontería de cumplir el caprichito del dios. Pero de ahí a la destrucción total había un salto bien gordo.

Las palabras del encapuchado podían sonar descabelladas. Claro que, si consideraba que el interesado en abrirla era un ser tan ruin de engañar a unos guerreros para que le entregasen sus almas, llegaba a tener su lógica.

Inmerso en su debate interno de en qué creer, tardó en darse cuenta de que las esferas de luz que flotaban por toda la estancia se arrejuntaron, formando una línea recta que se perdía en la oscuridad de la caverna.

Sigue el camino, y llegarás hasta la cerradura. Tu compañero está llegando. Medita mis palabras, joven mortal , pues de vosotros depende el futuro de todos.

Nikolai, aun abrumado por la nueva información que había adquirido, despegó la vista de la ristra de luces para dirigirla a la enigmática figura del barbudo, con el fin de buscar una última respuesta a la duda que le estaba rondando por la cabeza:

¿Quién eres tú exactamente y que pintas en…? ¡Oye, espera!

Niko extendió la mano nada más ver las intenciones del hombre en internarse en las penumbras. Para entonces, ya era demasiado tarde. Se esfumó, tal cual había aparecido, y sin responder a las últimas cuestiones del chico.

… Vale, adiós —farfulló, hastiado.

Una vez más, volvió a otear por el rabillo del ojo la línea de luces. Si aquel individuo decía la verdad, llegaría a la infame sauna que tantos quebraderos de cabeza les estaba dando.

¿Y qué hacer cuando diese con ella? De ser cierto lo que acababa de escuchar y abrían la cerradura, acabarían desatando una amenaza que pondría en peligro el mundo. Por el contrario, de no hacerlo, Hades se quedaba con todas las almas de los participantes del torneo, incluida la suya.

<Sólo yo podía meterme en camisa de once varas>, rechinó los dientes y se frotó la sien. Estaba entre la espada y la pared, lo mirase por donde lo mirase.

Pero tampoco se podía quedar sin hacer nada. Primero, iría a la cerradura, y allí ya pensaría que hacer.

Saic, nos vamos —le notificó a su asistente.

Deme un par de segundos, señor Niko. —Saic dibujó una expresión de desazón en su visor, llevándose los dedos a los costados de su esférico cuerpo—. He detectado una anomalía que está trastocando mi sistema energético.

¿Qué? ¿Ahora? —le preguntó, desconcertado. Lo último que le faltaba es que su compañero no funcionase correctamente. ¡Si apenas había salido del móvil!

N-no me llevará mucho arreglarlo…

Está bien, pero date prisa. —Soltó un suspiro de resignación.

Una vez que el ser virtual pareció conforme, ambos se pusieron en marcha, siguiendo el camino formado por los gases luminosos. Para mayor escarnio, Nikolai notó que, incluso para algo tan sencillo como caminar, le estaba costando horrores. Tenía los músculos tan agarrotados que apenas los podía mover con libertad. ¿Era cosa del trastazo de antes? ¿O es que ya estaba para el arrastre?

Si salía de esta, lo primero que haría nada más volver a Bastión Hueco sería modificar su plan de entrenamiento.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 26, 2015 4:35 pm

Los reflejos de Gafas la cogieron desprevenida. Había esperado que se centrara más en el campo de la magia, pero era endemoniadamente rápido. Y un capullo redomado. Fátima recibió la patada en el trasero y trastabilló, horrorizada, al darse cuenta de que estaba a punto de salirse del cuadrilátero. Sacudió los brazos y se las apañó para no caer fuera. Soltó un suspiro de alivio, cubierta de sudor frío. Se le había subido el corazón a la garganta y por un momento había pensado que todo se había terminado. Joder, tenía que ir con más cuidado.

Gafas, entre tanto, había escapado y estaba al otro extremo de la arena, a la defensiva. Otra vez.

¡N-no perderé! ¡Demostraré que para ser un héroe no hace f-falta tener músculos, sino cerebro!

Fátima arqueó una ceja. De acuerdo. Si hubiera tenido más cerebro la habría atacado una segunda vez para asegurarse de que se saliera del cuadrilátero. En cualquier caso no debería quejarse. Tenía una segunda oportunidad y no debía desperdiciarla.

El intento de atacar cuerpo a cuerpo había sido un desastre. Para ganar, tendría que intentar una estrategia distinta. Invocó su Guadaña, de mucho más largo alcance, y se acercó con lentitud a Gafas. Era rápido, así que tendría que intentar inmovilizarlo de alguna forma. Con todo, no podía arriesgarse a gastar demasiada magia, no cuando todavía quedaba torneo por delante y ya no tenía más éteres.

Así que echó a correr hacia él. Esta vez no permitiría que la esquivara, porque se mantendría a una distancia prudiente con la Guadaña. Trataría de empujarlo fuera de la arena, usando un Aturdidor si se resistía demasiado; en caso de que amenazara con tirarla fuera o tratara de arrebatarle el arma y tirar, retroicedería —y si era necesario usaría un Doble Salto—.


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Re: Ronda #12 - De cero a héroe

Notapor Saxor » Mié May 27, 2015 10:09 am

Mientras observaba aquel esqueleto a mi compañero, podía ver que estaba algo nervioso. Normal, que le mirara un esqueleto andante de arriba a abajo no era una experiencia ni común ni tranquilizadora. Pero por suerte, la improvisada excusa tuvo éxito.

Está bien, tío, pero date prisa y vuelve a tu puesto —el ¿soldado? del Inframundo parecía que nos iba a dejar en paz, pero se detuvo una última vez para darnos otro recordatorio—. Recuerda, si ves algún vivo por la zona da la voz de alarma. Pena y Pánico avisaron que era posible que vinieran algunos.

Y tras esas últimas palabras se alejó por fin de nosotros, yendo por el camino por el que habíamos venido. Suspiré aliviado en cuanto perdí al esqueleto de vista: la infiltración podía seguir sin problemas. Indicando con un gesto a Guilmon que prosiguiéramos, seguimos avanzando por aquellas frías y apestosas cavernas. Unas pocas veces más me encontré con otro esqueleto parecido al anterior, pero ninguno llegó a prestarme atención. Tal vez tuvieran prisa, o ya había pasado la franja de máxima seguridad. Tras descender bastante, llegamos hasta una bifurcación. Además, estaba señalizada: a la izquierda se iban a los aposentos de Hades, mi destino. Pero...

¡¿Eh?!

Pude oír claramente el grito suplicante de dos personas. Estaban pidiendo ayuda desesperadamente, y las voces provenían del camino de la derecha. Maldita sea... Quería ayudarles. Pero había una controversia demasiado fuerte. Ir a ayudar a esas dos personas podía desvelar (y seguramente lo haría) que estaba allí, haciendo que mi misión fracasara. Eso me obligaba a elegir, y entre dos personas y todos los participantes de un torneo, entre los que estaban personas que conocía, la elección de ir a los aposentos de Hades era la que más gente salvaba. Además... estábamos en el Inframundo, un lugar en el que toda la gente ya debía de estar muerta. ¿No podrían estarlo esos dos también?

Lo siento mucho.

Al final, me di la vuelta y giré hacia la izquierda, a por mi objetivo original. Tenía que salvar a todos los participantes del torneo.

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Saxor y Guilmon escogen los Aposentos de Hades.



Pobres Pena y Pánico, Hades les debe estar castigando.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tanis » Mié May 27, 2015 10:08 pm

Malik tragó saliva ante las risitas de la voz y los demás murciélagos. No se sentía del todo cómodo. Aunque el ambiente de aquella gruta no fuera tétrico y muerto como el resto del Inframundo, no quería fiarse de que el lugar fuera seguro.

«No sé qué habrá visto en mí, quizá sólo quería comerme», pensó.

Siguió el revoloteo del murciélago, de nuevo dorado, con la vista hasta que aquel haz de luz le cegó. Se tapó los ojos con el brazo y retrocedió manteniéndose cerca de Pegaso. Cuando la luz se desvaneció y él pudo destaparse la vista, se encontró con la figura nada lúgubre de una mujer que le sonreía.

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No necesitó ser un lumbreras para saber que aquella mujer no era una mujer común, que el tono rosa de su piel y su brillo sobrenatural eran divinos. Aunque menor y de diferente color, había visto el brillo espectral de Hades y supo identificar que ella era una diosa también, antes de que ella misma lo aclarase. Sintió una opresión en el pecho, similar al miedo, pero mucho más racional: Respeto.

... Yo, Perséfone, esposa de Hades y diosa del Inframundo, pueda ayudarte.

«Perséfone. Esposa de Hades. Diosa del Inframundo. Genial, más que genial».

Lo pensaba de verdad. No podría haberse encontrado con nadie mejor para pedir ayuda con lo que tenía entre manos. Si había alguien que podía negociar con Hades y hacerle entrar en razón, si es que se podía, sin llegar a las manos, debía de ser esa diosa. Malik inspiró hondo y se acercó unos cuantos pasos a ella, sin temor real, más sintiéndose nervioso y torpe por estar en presencia de una diosa cara a cara que otra cosa.

Mi señora Perséfone, yo... —Empezó a decir. Paladeó bien las palabras antes de decirlas, y con tranquilidad y el mismo respeto que sentía, hincó una rodilla ante ella y agachó ligeramente la cabeza, aunque sin dejar de mirarla. No podía decirle directamente nada relacionado con la cerradura, porque eso sería romper las reglas si es que ella no sabía nada, pero ya que aquella chica, Meg, sabía de la existencia de “una” cerradura especial, quizá Perséfone sabía dónde estaba —. Puede que pronto deba buscar a un amor en este lugar, si no evito que vuestro esposo haga algo terrible. —Se humedeció los labios y volvió a tomar aire profundamente. Pensó en Fátima, que debía de estar peleando todavía en el torneo y rezó para que estuviera bien—. En el mundo de los vivos corren rumores de que Hades desea abrir una... cerradura oculta en el Inframundo y he venido para persuadirle de que no debe hacerlo o algo peor que los muertos saldrá a la luz.

»Además de ello también ha condenado a todos los participantes de un torneo. Aquel que pierda deberá entregar su alma al Inframundo.

Compuso esta vez una expresión de angustia totalmente genuina, sin intenciñon alguna de causar lástima. Estaba realmente preocupado.

Mi amor participa en él y aunque tengo fe en que ganará, incluso si lo hace todos los demás morirán y sé que ella no se perdonará el haber dejado que inocentes perecieran por su propia vida. Si pudierais ayudarme a encontrar a Hades y convencerlo de que se olvide de esa cerradura y perdona la vida de todos aquellos a quienes no les toca morir... Por favor, diosa Perséfone...
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Re: Ronda #12 - De cero a héroe

Notapor Sombra » Sab May 30, 2015 4:55 pm

Ragun



Utilicé las escaleras dejándome guiar por ellas. El tunel era largo, oscuro y húmedo, con varios giros repentinos. Tras subir un último tramo después de girar a la izquierda una vez más (después de una docena, tal vez) me encontré con una sala con forma cuadrada desde donde podía ver un amplio portón de piedra de un estilo similar a los de la entrada del Inframundo.

No parecía haber nada raro en la sala, por lo que empecé a caminar hacia la puerta...

Sin embargo me detuve de lleno. Un repentino mareo me hizo perder el equilibrio, era como si algo estuviese drenando mis fuerzas... ¿Era lo mismo que me había pasado antes con las alas?

<<No... Eso es imposible, ¿verdad?>>

No había nadie cerca lanzándome maldiciones debilitadoras, de ser así podría haberlo notado con mi Instinto Sincorazón. Entonces... ¿Qué era lo que me pasaba?

Tras unos momentos me repuse y seguí caminando. Repentinamente, un potente golpe me lanzó a varios metros contra el suelo. Me levanté rápidamente y retrocedí con un salto para encontrarme a mis atacantes.

N-no puede ser —murmuré. Mis labios temblaban levemente, nunca me había enfrentado a aquel tipo de sincorazón pese a que los conocía—. ¿¡Invisibles aquí!?

No podía enfrentarme a ellos, quizás sí contra uno de ellos, pero dudaba que pudiese vencer a dos a la vez. Había escuchado que eran realmente poderosos.

<<Venga, piensa...>>

Los sincorazón estaban de frente, entre la puerta de piedra y yo, debía pasar por allí a narices.

¡Eso es!

Sonreí ligeramente y di dos pasos hacia atrás cogiendo carrerilla, tras eso me lancé a correr hacia los invisibles, sin embargo mi objetivo no eran ellos. Cuando fuese a ponerme cerca de ellos me hundiría en el suelo con Evasión Sombría y pasaría por debajo de la puerta mientras seguía fundido en el suelo.
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Ronda #13 - De cero a héroe

Notapor Astro » Mar Jun 02, 2015 2:40 am

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Ragun



El plan de Ragun funcionó sorprendentemente bien. Los dos sincorazón Invisible no se esperaban que el muchacho se transformara en un charco de oscuridad y pasara por debajo de ellos, y cuando quisieron darse cuenta el aprendiz ya había pasado a la siguiente sala.

Allí dentro, le esperaba una amplia estancia repleta de largas antorchas de fuego azul. Destacaría, sin duda, lo que había en el centro. Una estructura de piedra que rodeaba una larga columna de oscuridad que llegaba hasta el techo. Frente a Ragun, relucía una pequeña cerradura de color amarillo.

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Sin la figura de Meg dibujada en la piedra:
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Reinaba la calma. ¿Habría encontrado su objetivo? ¿Cumpliría con el trato que había hecho con Hades?

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Nikolai



El camino de las luces llevó a Nikolai por la más absoluta oscuridad. Las pequeñas bolas luminosas no brillaban lo suficiente como para iluminar lo que había a su alrededor, por lo que el aprendiz tuvo que andar casi a ciegas por la negrura. En más de una ocasión tropezaría o se golpearía con alguna roca que no había llegado a ver.

Caminaría por lo que le parecería una eternidad. En serio, tuvo que caminar mucho, y todo en línea recta. ¡Puede que ni siquiera estuviera avanzando! Hasta que, llegado un punto, vería una fuerte luz al final del túnel. Cuando cruzara, volvería a encontrarse en uno de los lúgubres caminos del Inframundo, pero que al menos estaba iluminado. Se acabó la oscuridad. Eso sí, no faltó algo extraño: si se giraba, no vería rastro alguno del camino por el que había venido. Sólo vería una pared, dura como la piedra.

Poco tendría que andar el aprendiz, ascendiendo por una pequeña rampa para encontrarse con una curiosa imagen: a Ragun convirtiéndose en un charco de oscuridad y moviéndose por el suelo hasta pasar por debajo de una gran puerta de roca. Allí, en esa sala cuadrada, también vería a dos sincorazón Invisible flotando por el aire. Los monstruos de ojos amarillos no parecieron recaer en su presencia, al menos de momento, y se mantuvieron en su posición haciendo guardia.

La cerradura está al otro lado. Tu compañero ya ha llegado. —La voz del viejo barbudo resonaba en la cabeza de Nikolai, a pesar de que a su alrededor no se veía a nadie—. ¡Detenlo, rápido, antes de que sea demasiado tarde!

No dijo más. La decisión recaía en Nikolai: si quería evitar que Ragun abriera la cerradura, tendría que apañárselas para pasar por delante de dos Invisibles. Aunque siempre podía ignorar al misterioso ladrón de medallas y dejar que se cumpliera el trato, claro.

¿Qué decisión tomaría?

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Las puertas de piedra pueden abrirse si se empuja. Además, si Nikolai se acerca lo suficiente a las puertas y grita con la suficiente fuerza, Ragun podrá escucharle al otro lado.


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Fátima



Aquella estrategia sí que funcionó como debía. Gafas, que soltó un gritito de terror al ver que su oponente invocaba una guadaña, no supo defenderse como era necesario de un arma así. Intentó esquivar los ataques con sus extraordinarios reflejos, abalanzándose sobre Fátima en cuanto vio un pequeño hueco libre. Pero el Aturdidor le pilló desprevenido, lanzándole con un sonoro golpe fuera del cuadrilátero.

Fátima había ganado.

¡Ha salido fuera! ¡La ganadora es Laforet!

Pero... Algo no estaba del todo bien. Cuando la joven diera un paso, notaría un terrible dolor en la rodilla. Tenía una aguja clavada. Gafas se la debía de haber clavado en el momento que intentó echársele encima. A la aprendiza le costaría horrores poder andar en aquella condición. ¡Auch!

Eh, ¿estás bien? —le preguntó Fil, acercándose a ella y observando su rodilla—. Oh, eso tiene mala pinta. Pásate por la enfermería antes de volver al gimnasio. ¡Andando!

No hubo oportunidad de réplica. Tras despachar a un desconsolado Gafas que lloraba a moco tendido, el sátiro volvió a su sitio y uno de los encargados de los juegos agarró a la chica por los hombros para ayudarla a llegar a la enfermería.

Allí, reinaba la calma. Una inquietante calma. Todo estaba en silencio, a pesar de que había bastantes personas. Los participantes eliminados de los Juegos estaban allí, tumbados en mantas blancas repartidas por filas en el suelo. Fátima podría reconocer a varios sin problemas, como a Arion, su primer oponente.
¿Lo más extraño del lugar ? El comportamiento de los que estaban allí. Ninguno se libraba de estar haciendo lo mismo: mirar al techo de la habitación con los ojos bien abiertos, sin inmutarse. No dormían. Simplemente... Miraban al techo.

¿A quién tenemos aquí?

Un hombre, bajito y rechoncho, se acercó a Fátima, a quien habían dejado sentada en una camilla. Le reconocería con facilidad, pues ya le había visto antes: cuando se apuntó a los Juegos. Era el recepcionista gordo que le dio el dichoso formulario que la había metido en esto.

Veamos esa rodilla...

Se agachó para observarla, frotándose la barbilla, aunque sin llegar a tocarla.

¡Uy, esta rodilla está fatal! Lo siento mucho, pero no puedes seguir peleando. Tengo que descalificarte.

¿Otra cosa rara? Que la rodilla realmente no le dolía tanto. Al principio sí, sobre todo cuando se sacó la aguja, pero tras unos minutos el dolor había cesado bastante. Si además la aprendiza había usado una poción o un hechizo curativo por su cuenta, directamente ya no le dolería.

El médico/recepcionista rebuscó en su mesa para sacar un largo pergamino. Cogió una pluma, la mojó en tinta, y se dispuso a escribir.

Laforet, ¿verdad? A ver que te encuentre...

Iba a sacarla de los Juegos. Y Fátima sabía lo que eso implicaba. Si quería evitarlo, tendría que hacerlo antes de que encontrara su nombre en la lista que estaba revisando.

¡Rápido!

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Saxor



La suerte estaba del lado de Saxor y Guilmon. Tras tomar el camino que llevaba a los aposentos de Hades, aprendiz y mascota avanzaron por un solitario camino de piedra en el que no se encontraron a nadie. O la seguridad del Inframundo era muy mala, o la fortuna les sonreía.

Llegados a un punto, tras pasar por unas puertas abiertas, Saxor podría observar su destino: encima de una colina había un gran edificio decorado con calaveras. Para llegar a él, tuvo que pasar por un estrecho puente de piedra que hacía zigzag. Y más les valió tener cuidado, pues debajo no había agua, sino una niebla verde en la que parecían flotar esqueletos.

Pudieron entrar en el edificio sin problemas. Dentro, les esperaba una gran estancia circular con todo tipo de detalles macabros como decoración. Esqueletos, calaveras, antorchas de fuego azul, un poco de todo. Aparte del gran trono negro, destacaría un gran círculo que se abría en el centro y cuyo interior llevaba a un profundo agujero lleno de la misma niebla verde que había visto antes. En caso de emergencia, la única salida que vería además de la entrada por la que había llegado, era una gran ventana circular.

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Una vez más, allí no había nadie. Pero sí que encontraría un par de objetos que le llamarían la atención: en el alfeizar de la ventana había un pergamino y una especie muñeco. El primero brillaba con un leve toque dorado, y al abrirlo descubriría una larga lista de nombres. En el encabezado, podría leer la frase «ALMAS OTORGADAS A HADES». Incluso si miraba con atención, vería en directo como un nombre más se añadía a la lista como por arte de magia: Gafas.

El muñeco, por su parte, no tenía nada de especial a simple vista. Representaba a un hombre de pelo largo (llegaba hasta los hombros) y con una máscara metálica en la cara.

Un tintineo de huesos y el eco de unas voces pondría en alerta a Saxor. Se acercaba gente. Si no se escondía o salía de allí de alguna manera, le pillarían con las manos en la masa. Sin embargo, pronto notaría algo extraño. Se sentía débil. Inusualmente débil. ¿Por qué...?

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Saxor empieza a notar los efectos de la maldición del Inframundo. Guilmon también.


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Malik



Perséfone escuchó con atención el relato de Malik, sin interrumpirle en ningún momento. Cuando el aprendiz terminó, la diosa asintió con la cabeza y se puso en pie. Avanzó con rapidez hasta colocarse frente a Malik, agarrándole la barbilla con ternura y levantándole la cabeza para mirarle directamente a los ojos. De cerca, podría ver lo alta que era: llegaba a los dos metros como mínimo.

Pobre brote. Compadezco tu historia, mas desconozco dónde se encuentra mi esposo. Soy consciente de sus planes en el mundo de los mortales, lleva semanas sin hablar de otra cosa, y será difícil persuadirle de lo contrario.

Se apartó del aprendiz, moviéndose con gracilidad hasta Pegaso, acariciándole la frente.

Debéis marcharos. Las tropas del Inframundo se acercan, y no debo tomar partido. Buscaré al Señor de los Muertos y hablaré con él, pero no puedo garantizarte nada. Ahora mismo, esto es lo único que puedo darte.

Abrió su mano, liberando una pequeña flor blanca que flotó hasta colocarse frente a Malik. Era suave y delicada, y debía tener cuidado o la rompería sin querer.
Cuando levantara la vista tras haber estado observando la flor, descubriría que la diosa se había esfumado. Y no sólo Perséfone, también la fuente, las otras flores, y los murciélagos. Malik y Pegaso se habían quedado solos en una gruta normal y corriente, como si todo lo que acababan de ver nunca hubiese ocurrido.

»Cuando llegue el momento, sostén la flor y pronuncia mi nombre.

La voz sonó en el aire, como último mensaje de parte de la reina del Inframundo. Pero Malik escucharía algo más... Algo que se acercaba. Ruido de huesos y metal chocando los unos contra los otros, acompañado de gruñidos y voces. Venía del camino por el que ellos habían llegado, y le faltó mirar en su dirección para verla: una auténtica horda de esqueletos vivientes, armados de la cabeza a los pies con armaduras y armas, avanzaban directos hacia ellos con intenciones poco amigables.

¿Su opción de escape? Un túnel que había aparecido en el lugar donde antes estaba la fuente. Era más amplio que el anterior, así que les sería más fácil avanzar que antes.

Si Malik optaba por huir por allí, tras una larga carrera se encontraría con una bifurcación: una ruta ascendía hacia arriba, mientras que otra iba directa hacia abajo. Pegaso relinchó, asustado. Los esqueletos estaban cerca. Malik debía elegir, y rápido.

Elegir, o quedarse a luchar contra los incontables esqueletos. Pero habría un pero importante para esto último: se sentía débil. Inesperadamente débil.

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Malik empieza a sentir los efectos de la maldición del Inframundo.




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Ragun
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Malik
VIT: 64/64
PH: 14/26

Nikolai
VIT: 11/26
PH: 0/18

Saic
VIT: 14/14
PH: 0/6

Saxor
VIT: 48/50
PH: 16/34

Guilmon
VIT: 27/30
PH: 0/14

Fecha límite: sábado 6 de junio.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Drazham » Mié Jun 03, 2015 9:33 pm

El trayecto se le hizo larguísimo. Eterno, incluso. Nikolai había perdido la noción del tiempo siguiendo aquella ristra de luces que apenas alumbraba el camino en medio de las penumbras. Y eso era lo peor, que la luz que emitían los gases era tan ínfima que no llegaba a abarcar en donde pisaba. Su condición física le dificultó aún más avanzar, golpeándose cada dos por tres con las rocas ocultas que sobresalían por los lados, y dándose en las rodillas con las que tenía por debajo, a punto de hacerle trastabillar unas cuantas veces. Más magulladuras que se sumaban a su maltrecho cuerpo.

Entonces, atisbó el final de aquella tortura: una luz que penetraba desde una grieta. Tras atravesarla, se topó con un paisaje muy familiar: se volvía a encontrar en las frías, malolientes y tristes grutas del Inframundo. Jamás pensó que se alegraría tanto de volver allí.

Saic, ¿cómo vas por…? ¡Eh!

Cuando Niko fue a girarse para saber si Saic estaba bien, se encontró con la sorpresa de que la grieta había desaparecido por arte de magia, siendo sustituida por una pared rocosa. Anonadado, acercó la palma de su mano en donde se encontraba la obertura, pero lo único que percibió su tacto fue piedra pura y dura.

Este sitio me supera… —murmuró, derrotado.

¡Señor Niko, allí arriba! ¡Mire!

El pequeño asistente, que se había adelantado un poco mientras el joven investigaba la misteriosa desaparición de la grieta, le avisó, señalando a tres figuras que se discernían en lo alto de una rampa. A dos de ellas, armadas con una espada y flotando en el aire, las reconoció por uno de los Sincorazón más peligrosos que había, los Invisibles. Y la otra…

<¡Ragun!>

El aprendiz del brazo oscuro se transformó en un charco negro que se fundió en el suelo, evadiendo a los dos perplejos Sincorazón y colándose por debajo del portón que se situaba al fondo de la sala.

La cerradura está al otro lado. Tu compañero ya ha llegado. —En la cabeza de Niko reverberaron las palabras del barbudo de la capucha, a modo de habla telepática—. ¡Detenlo, rápido, antes de que sea demasiado tarde!

¿Tarde? ¿Tarde para qué? Seguía sin tener del todo claro si se estaban arriesgando a desatar una calamidad si abrían la cerradura. Por otro lado, se estaba jugando su alma de no acatar la petición de Hades; la razón principal por la que estaban pasando por este calvario.

Sin embargo, todavía no era demasiado tarde para pensar antes de actuar. Aún conservaba su alma, ¿no? Entonces seguía teniendo tiempo para meditar sobre qué hacer… Siempre y cuando Ragun no se le adelantase.

Avizoró con congoja a los dos Invisibles que custodiaban la puerta. En su estado actual, le resultaría imposible hacerles frente.

Saic, sé que lo que te voy a pedir conlleva riesgos —advirtió al ser virtual sin quitarles el ojo de encima a los Sincorazón—. ¿Pero podrás distraerlos el tiempo suficiente?

Afirmativo, señor Niko.

¿Estás seguro?

Saic posó la mano en el hombro del joven y lo miró con convicción. Sus ojos refulgieron con un intenso azul.

Al 100%

Niko entrecerró los ojos y asintió.

Pues no perdamos más tiempo.

Raudo y veloz, Saic salió pitando hacia los dos guardianes, con el fin de chocarse con uno de ellos para que se hiciese de notar. A partir de ahí, revolotearía alrededor de ambos Invisibles (cuidando de no recibir ataques) para incordiar lo máximo posible y que se centrasen en él.

Con los enemigos entretenidos, Nikolai echaría a correr en dirección a la puerta, y luego, placarla en cuanto la alcanzase y ponerse a empujarla para abrirla.

¡Ragun, no la abras! —gritaría—. ¡No abras la cerradura!
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Sombra » Mié Jun 03, 2015 11:16 pm



La evasión sombría me vino de perlas una vez más. Ambos sincorazón golpearon el aire con sus espadas cuando trataron de atacarme sin éxito alguno. No perdí el tiempo, y me deslicé por el suelo hasta pasar a la siguiente estancia del inframundo, un lugar sin duda extraño.

Un gran número de antorchas con llamas azules iluminaban aquella zona con forma circular rodeando lo que parecía ser una roca de la que surgían unos "barrotes" que parecían abrazar una especie de torrente de oscuridad. En frente a mí había una gran roca en la que brillaba ligeramente una especie de cerradura dorada. Jamás había visto algo parecido, eso seguro.

Este debe ser el lugar —me dije para mí mismo. Di varios pasos hacia el frente llave espada en mano.

No me hacía ninguna gracia tener que obedecer a Hades, él dijo que era una Sauna, o algo así... Pero estaba seguro de que no era eso, tal cantidad de oscuridad... ¿Qué narices era lo que tenía delante?

En ese instante, escuché algo. Al principio sonó como un lejano eco, pero cuando atendí más pude entender perfectamente lo que alguien gritaba al otro lado, una voz que sonaba exactamente como la de mi compañero.

¡Ragun, no la abras! —gritó el aprendiz desde el otro lado de la puerta de piedra—. ¡No abras la cerradura!

Por unos instantes me detuve en seco. Seguramente tenía motivos de peso para decir aquello, pero no era tiempo de preocuparse por ello cuando la vida de múltiples personas estaba en juego. Debía hacer caso omiso a la petición de Nikolai

Daba igual, debía abrir aquella cerradura y salvar las almas de los participantes del torneo y Nikolai. Cualquier cosa que pudiese poner en peligro el Coliseo del Olimpo podría ser solucionado más adelante, ¿no? Además, si los dioses de Grecia ya habían sellado una vez aquel lugar dudaba que les costase mucho volver a hacerlo si así lo deseaban. Lo más inmediato y necesario era salvar a mi compañero. ¿No era una cerradura? Si podía abrirse podía volver a cerrarse...

Tragué saliba una vez más.

<<Allá voy>>

Apreté con fuerza el mango de mi llave espada y di pasos lentos y pesados hacia la cerradura, no había nada ni nadie que impidiese que la abriese. Nada de espíritus vengativos, trampas mortales, perros de tres cabezas. Tan solo éramos la cerradura y yo.

Cuando estuve a escasos dos metros de la cerradura, alcé la llave espada y apunté con su punta al ojo de la cerradura.

<<¡Ábrete!>>
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Draz y yo discutimos las acciones y hemos decidido por consenso abrir la cerradura.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Suzume Mizuno » Vie Jun 05, 2015 2:28 am




¡Ha salido fuera! ¡La ganadora es Laforet!

Fátima exhaló un suspiro y se irguió. En ese momento un latigazo de dolor le subió por la pierna. Contuvo un gruñido y vio que tenía una aguja clavada en la rodilla. Cómo había llegado ahí, no tenía ni idea, pero la hija puta dolía una barbaridad cuando intentaba apoyar el peso en la pierna. No consiguió dar un paso sin ponerse a la pata coja.

¡Jodeeeer!—siseó.

Eh, ¿estás bien? —Fil se acercó y le examinó la rodilla.

Sí, bueno, duele un poco. Voy a volver adentro para arrancarlo y…

Oh, eso tiene mala pinta. Pásate por la enfermería antes de volver al gimnasio. ¡Andando!

Abrió la boca, pero Fil ya se estaba dirigiendo a Gafas. Tras un momento, se encogió de hombros. Si podía quitárselo alguien, mejor. Cuando un hombre se acercó para ayudarla a caminar lo agradeció, aunque le pareció un poco rudo que la cogiera de esa forma por un hombro, aunque no llegó a quejarse. Quería decir que no era para tanto, pero allí a la gente no parecía gustarle la magia así que pegó los labios y se dijo que en cuanto estuviera a solas con un Cura bastaría. Trató de ignorar a Gafas, que lloraba desconsolado, y fue más fácil no sentir lástima por él gracias al dolor de la rodilla. Porque estaba claro que debía haber sido él. ¡Las agujas no volaban!

En la enfermería, en vez de quejidos de dolor o protestas, incluso algún lloriqueo, la recibió un silencio mortal que le puso los pelos de punta. De un vistazo comprobó que todos los que habían perdido estaban allí, tumbados en el suelo sobre mantas. Ninguno apartaba los ojos del techo. Como si se hubieran quedado paralizados o más bien como si no estuvieran allí.

«Dios. ¿Es porque han perdido?».

Sus ojos se detuvieron sobre Arion y notó que se le anegaban de lágrimas. Se restregó un puño con rapidez. Mientras se dirigía a una camilla, rabiosa consigo misma y con el mundo, examinó la aguja con el ceño fruncido, maldiciéndola por lo bajo.

¿A quién tenemos aquí?

Uno de los recepcionistas se acercó a ella. Fátima quiso preguntarle qué demonios hacía ahí si al parecer sólo sabía obligar a la gente a firmar documentos. Se quedo con las ganas y dijo:

Soy Laforet. Me han mandado aquí por una herida en la rodilla, pero es una tontería.

Veamos esa rodilla...

Se levantó la túnica para que viera que no era nada.

¡Uy, esta rodilla está fatal! Lo siento mucho, pero no puedes seguir peleando. Tengo que descalificarte.

¡Qué!

El corazón se le subió hasta la garganta y volvió a mirarse la rodilla, desconcertada. ¡Si ya casi no le dolía!

¡Eh, que estoy bien!—exclamó mientras el tipo sacaba un largo pergamino.

Laforet, ¿verdad? A ver que te encuentre...

Se incorporó con brusquedad.

Estoy bien, puedo caminar. ¡No lo haga!—Ni siquiera esperó a ver si le hacía caso o no: si no llegaba a tiempo para arrancarle la lista apuntaría con la mano y disparía un Piro para carbonizar la lista. Después se precipitaría sobre el hombre y le daría un puñetazo contra la nariz, a la vez que invocaba su tessen y, furiosa, consciente de que había estado a punto de morir, se lo pondría contra el cuello—. ¿Pero de qué vas pedazo de subnormal? ¡Querías eliminarme porque sí!—Se quedó un instante callada y entonces comprendió. No sabía si era porque le habían pagado, si porque colaboraba con Hades o qué demonios, pero ese tipo había querido matarla. Sin perder un segundo, y con cuidado para no cortarle el cuello, le aplicó un Aturdidor con todas sus fuerzas. Iba a interrogarlo como fuera.

Y si el tipo trataba de escaparse o esquivaba su ataque, invocaría una Serpe acuática y exclamaría:

Si intentas escapar, iré muy en serio contigo.

Y desde luego atacaría si no se estaba quieto.

En cualquier caso, intentaría capturarlo y le preguntaría:

¿Por qué estás eliminando a los jugadores? ¿Quién te lo ha ordenado, qué ganas con esto?

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En caso de que no consiga quitarle la lista al médico/recepcionista:

▪ Piro (HM) [Nivel 2] [Requiere Poder Mágico: 3]. Ataque básico de elemento Fuego. Proyectil ígneo lineal, con muy pocas posibilidades de producir quemaduras en el enemigo.

Luego usa contra el médico recepcionista una:

▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] [Fuerza: 12] Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.

Si no basta eso para detenerle, invocará una:

▪ Serpe acuática (HM) [Nivel 11] [Requiere afinidad a Agua; Poder Mágico 21]. Invoca a una serpiente de dos metros y medio de largo y 40 cm de grosor que adquiere vida propia y perseigue a un enemigo, estallando contra él. Sirve también para objetos fuera de combate. Por ejemplo, mantener pulsado un interruptor que funcione a peso.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tanis » Dom Jun 07, 2015 6:46 pm

Malik se levantó en cuanto Perséfone lo hizo. Dio cuenta entonces de lo alta que era, ya que ella se acercó y le tomó la barbilla para que la mirase. Se le cortó un poquito el aliento, embriagado por su luminosidad y su belleza.

Pobre brote. Compadezco tu historia, mas desconozco dónde se encuentra mi esposo. Soy consciente de sus planes en el mundo de los mortales, lleva semanas sin hablar de otra cosa, y será difícil persuadirle de lo contrario.

Él asintió. Esposa o no, quien mandaba en aquel lugar obviamente era Hades, pero agradecía la comprensión de Perséfone. Sin embargo, el desánimo fue a peor sabiendo que no tenía muchas oportunidades de detener lo que quería hacer el dios. Y ni siquiera había encontrado la cerradura...

Debéis marcharos. Las tropas del Inframundo se acercan, y no debo tomar partido. Buscaré al Señor de los Muertos y hablaré con él, pero no puedo garantizarte nada. Ahora mismo, esto es lo único que puedo darte.

¿Eh?

Ante él vio aquella flor, tan delicada y bella, flotando con una fragilidad preciosa. Malik alargó los dedos hacia ella, pero se detuvo a medio camino. Tenía miedo de romperla. Entonces se fijó en que la diosa había desaparecido, al igual que la fuente, la luz y los murciélagos. Oyó la voz, venida de todas partes añadiendo:

Cuando llegue el momento, sostén la flor y pronuncia mi nombre.

Cuando la voz se apagó también, escuchó el lejano rumor de las armas y choque de huesos, como si un esqueleto (no, varios) caminaran a buen paso hacia allí. Malik miró hacia la entrada por la que habían llegado y masculló:

Mierda.

Con todo el cuidado del mundo cogió la flor, para que no se estropeara o rompiera, y la metió en la bolsita que pendía de su cinturón. Volvió a mirar hacia atrás y vislumbró la horda de, efectivamente, esqueletos. Volvió a soltar una palabrota y se acercó a Pegaso rápidamente. Tenía que escapar, enfrentarse a aquellos enemigos no era una opción. Además, tenía que encontrar esa cerradura, o a Hades, o las dos cosas y no tenía tiempo.

Se subió al lomo de Pegaso.

Vamos, compañero —azuzó, agarrándose a su crin—. ¡Corre!

Dio gracias de que el túnel de escape era más ancho. Al llegar a la bifurcación indicó ir hacia abajo. Quizá con un poco de suerte podían despistar a los esqueletos a pesar de que les pisaban los talones.

¡Vamos, amigo, tranquilo!

Palmeó el cuello del animal cuando Pegaso relinchó asustado y le animó a que siguiera. Tenían ue avanzar, escapar, como fuera.

«Vamos, vamos, vamos».

tuctuc

Fue entonces cuando sintió un vahído, un súbito descenso de energía, como si de repente estuviera más cansado... débil. Malik boqueó, sujetandose más fuerte a las crines de Pegaso.

«¿Qué está... pasando?».
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Saxor » Dom Jun 07, 2015 10:53 pm

Tras alejarme de la intersección, Guilmon y yo nos encaminamos hacia nuestro destino. Mientras avanzábamos por el camino de piedra, me llamó la atención que no hubiera ningún guardia ni nada por el estilo. ¿Cómo podía haber tan poca seguridad? De todas formas, eso jugaba a mi favor, así que no le busqué más vueltas. Y cuando travesamos unas puertas, divisamos nuestro destino: los aposentos de Hades. Estaban bastante arriba, pero se podía llegar a través de un puente de piedra.

Uh... A Guilmon no le gusta—comentó el dinosaurio tras observar la caída que daba a una especie de lago verde... No, eso no era agua, era niebla. Niebla en la que flotaban esqueletos.

... Solo tenemos que evitar caernos, ¿no?—comenté para quitarle el miedo. Tras asentir, ambos avanzamos por el extraño puente que avanzaba en zigzag. No dije nada por no causar más miedo... ¿Pero seguro que esa cosa era estable?

Al final logramos cruzarlo y entrar sin problemas. Además, tampoco estaba el propio Hades allí. O se había quedado a mirar los combates, o aquello era peligrosamente fácil. Era una sala circular decorada de una forma bastante macabra. Cualquiera pensaría que son un sitio digno del dios de los muertos. En el centro de la sala se encontraba una especie de pozo, donde se podía ver exactamente la misma niebla. ¿Qué tendría de especial respecto a la de fuera para encontrarse en los propios aposentos?

Fuera como fuese, al mirad detenidamente, descubrí un par de cosas que me llamaron la atención en el alféizar de la enorme ventana. La primera de todas era un pergamino que brillaba con intensidad. Y al abrirlo...

Bingo.

Era una lista de las almas que estaban siendo otorgadas a Hades. Además, parecían añadirse automáticamente, ya que estaba apareciendo como por arte de magia el nombre "Gafas" al final. Tal vez no fueran los nombres de los guerreros, sino con el que se inscribieron. El otro objeto era un extraño muñeco. Tenía la forma de un hombre de pelo largo, llevando una máscara metálica que le cubría el rostro. Sabiendo que Hades era de los que hacían jugadas traperas, no me parecía buena idea dejar ese muñeco allí, así que también lo cogí y guardé ambos cosas en mi bolsa. De paso saqué mi teléfono para enviarle un correo a Malik.

Ya tengo la prueba. Debemos reunirnos para salir.

Saxor.


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Entonces empecé a oír el sonido de huesos chocando a una enorme frecuencia, además de que cada vez estaban más cerca. ¿Es que tenían alguna alarma y la habíamos disparado?

Genial, la has cagado. Como de costumbre.

Agh, cállat... ¿Eh?

Guilmon no se siente bien...—De repente mis fuerzas empezaron a disminuir, además de las de Guilmon. ¿Por qué diantres tiene que pasarme justo en ese momento? Miré rápidamente a mi alrededor, buscando una salida o un escondite.

Formas de ocultarse: cero. Salidas... Miré a través de la ventana, para ver si había una caída segura y no tuviéramos que morir en el intento. Fuera seguro o una caída mortal...

Guilmon, entra en el móvil—dije rápidamente, a lo que me hizo caso. Una vez entró en el teléfono, si la profundidad era poca, saltaría para caer hasta el otro lado, y seguiría huyendo. Si en cambio había demasiada profundidad, invocaría mi llave espada y la lanzaría para transformarla en el Glider. No sabía cuánto aguantaría en ese estado, pero esperaba que fuera suficiente para llegar a suelo firme. Por ello, me subiría al Glider e intentaría buscar un sitio donde aterrizar lo más pronto posible, y seguir con mi carrera.
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
Trama: Crisis de tierras sin dueño [Ciudad de Paso]
Encuentro: Día de monos [Selva Profunda]
Trama: Asalto a la Torre [Torre de los Misterios]
Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Primera parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Parte final) [Castillo del Olvido]
Secret Episode: Another Side, Another Story - The Last Twilight [Villa Crepúsculo]

Cuarto Arco: Colisión

4ª Saga
Trama: Leyendas se contarán [Tierra de Dragones] (en proceso)


No Canon
Especial libre: San Valentín [Tierra de Partida] [Corrupción]
Especial libre: Halloween [Ciudad de Halloween] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2012! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Historias de San Valentín [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Venid, mis pequeños [Villa Crepúsculo] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2013! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: La mansión encantada [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: El laberinto de los corazones [???] [Rebelión]
Especial libre: ¡Los reyes han llegado! [Tierra de Partida] [Rebelión]
Especial libre: La Mansión Encantada II: La Venganza [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: World War Christmas [Tierra de Partida] [Colisión]
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Ronda #14 - De cero a héroe

Notapor Astro » Lun Jun 08, 2015 8:17 pm

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Nikolai, Ragun, Malik & Saxor



Todo el suelo tembló cuando la Llave Espada de Ragun abrió la cerradura. La roca que la rodeaba desapareció, liberando un torrente de oscuridad todavía más poderoso cuya fuerza empujó a Ragun y a Nikolai, que se esforzaba en entrar en la sala, al suelo.

Malik, cabalgando sobre Pegaso, también lo notaría. Al mismo tiempo que recibía el mensaje de su compañero en el móvil, todo a su alrededor se sacudió con tal fuerza que Pegaso perdió el equilibrio y ambos cayeron al suelo.

Saxor tampoco se libraría. Justo al mismo tiempo que conseguía aterrizar con su glider en tierra firma, todo tembló, complicando el aterrizaje. A poco estuvo el aprendiz, tras caer rodando por el suelo, de salirse del borde y caer a la misteriosa bruma verde.

A los cuatro les invadió la misma sensación. Poco importó lo mucho que pelearan por levantarse y mantener los ojos abiertos: la sensación de cansancio que se había ido acumulando desde que pisaron el Inframundo, de pronto se había vuelto mucho más pesada. Sus cuerpos les pesaban, les costaría pensar y todo a su alrededor se volvió nubloso.

Tarde o temprano, ninguno pudo evitar caer inconsciente.


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Nota para Saxor y para los demás en general: el uso del glider, por norma general salvo para viajar entre mundos, está prohibido. En lo personal no me importa que lo utilicéis como recurso de vuestros personajes, siempre que no sea para usarlo en una pelea, pero ahora bien. Preguntad antes de usarlo para evitar problemas. Tenedlo en cuenta para el futuro~

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Fátima


¡¡Aaahhh!!

Primero, el pergamino en llamas, al que Fátima se había visto obligada a quemar cuando el doctor empezó a escribir con la pluma; y luego un doloroso puñetazo en la nariz que le tumbó al suelo. El hombrecillo rechoncho intentó retroceder de la aprendiza, pero fue inútil: no pudo escapar de la ira de su Aturdidor.

El pobre recepcionista, a ratos doctor, acabó chocando contra la pared de la enfermería. Pero algo raro ocurrió en cuanto acabó sentado en el suelo tras el golpe: todo su cuerpo empezó a cambiar. Quien antes se había mostrado como un humano normal y corriente, con unos kilos de más, ahora había adoptado la forma de un diablillo de piel rosada, con cuernos, cola, y unas pequeñas alas en la espalda.

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¡No me pegues! ¡Piedad, por favor, no me pegues más! —gimoteó, haciéndose un ovillo y mirando con ojos temblorosos a Fátima.

¿Por qué estás eliminando a los jugadores? ¿Quién te lo ha ordenado, qué ganas con esto?

Y-yo sólo cumplo órdenes. ¡Hades me lo ordenó! —explicó, intentando moverse disimuladamente hacia un lado, aunque paró al ver que la chica empezaba a conjurar un hechizo—. ¡No me pegues, por favor! ¡Ni siquiera me ha dado tiempo a eliminarte, sigues en los Juegos...!

»¡Pero no por mucho tiempo! ¡Por orden del Señor de los Muertos, poseedor de vuestras almas, acabad con ella!

No ocurrió nada. El diablillo, desconcertado, miró a su alrededor en busca de alguna explicación, aunque sin mucho éxito. Si Fátima se fijaba en los participantes eliminados repartidos por toda la sala, notaría un cambio significativo: ahora, todos dormían con total normalidad. Ya no parecían zombies mirando el techo, e incluso habían recuperado su tono de piel natural. Algo había cambiado.

¡P-pero no lo entiendo! ¡¿Por qué no me obedecen?!

Fátima podría darle todos los golpes que quisiera, pero antes de que pudiera seguir con su interrogatorio, escuchó que la puerta de la enfermería se cerraba con fuerza. Al girarse, descubriría que una cara conocida había entrado. O más bien, una figura: Ela.

El tiempo corre en tu contra, Fátima Laforet.

¡Espera! ¡T-tú eres...!

Silencio. —Chasqueó los dedos, y unas cuerdas aparecieron inmovilizándole las manos, los pies, y tapándole la boca.

La misteriosa mujer avanzó lentamente hacia Fátima, aunque sin producir ruido alguno de pisadas. Daba la sensación de que, más que andar, flotaba en el aire.

La final de los Juegos se celebrará en pocos momentos, y tú participarás en ella. Tanto tu pequeño compañero como yo nos hemos retirado. Mas, algo ha cambiado. Alguien que comparte tu poder ha conseguido que Hades libere de su maldición a todos los participantes de este evento, por lo que sus almas son ahora libres.

»A todos, menos a ti. Tu alma sigue en juego. Pero hay más que debes saber. En el Inframundo se ha desatado un poder que no debería haber sido liberado, y tus otros compañeros corren un peligro del que no podrán salir.

Dejó de moverse, a un metro escaso de Fátima. Sacó un brazo, aparentemente normal, y lo pasó por encima de uno de los cuencos de agua que había en una mesa, invitando a la aprendiza a mirar. Si lo hacía, en el reflejo del agua vería una sorprendente imagen: Malik, Saxor, Ragun, y el chico rubio de Bastión Hueco, con las manos encadenadas, colgaban del techo de una oscura gruta casi sin iluminación. Los cuatro parecían estar inconscientes.

Puedo enviarte con ellos, o puedes quedarte aquí a luchar por tu alma. Es tu elección. Pero si te quedas, esta vez tendrás que luchar para ganar.

La imagen del agua desapareció, haciéndose el silencio en la sala. El diablillo se retorcía en el suelo, intentando liberarse, mientras que Ela se mantenía en absoluta calma esperando la respuesta de Fátima.

¿Cuál sería...?

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Nikolai, Ragun, Malik & Saxor



Despertar. Incómodo despertar. Cuando los cuatro aprendices recuperaron la consciencia, lo primero que notaron fue la posición en la que se encontraban: tenían las manos encadenadas al techo, colgando cual sacos en una fría caverna formando una línea horizontal entre todos. Bueno, al menos sabrían que seguían en el Inframundo. Bajo ellos, el suelo se encontraba a unos dos metros; y entre ellos cuatro habría un metro de separación entre cada uno.

A su alrededor, la cueva estaba llena de esqueletos vivientes que iban y venían. Destacaría uno en especial, más grande que los demás (rondando los dos metros y medio), vestido con una armadura militar completa, que iba gritando órdenes:

¡Moveos, panda de gandules, si no queréis que os mande de vuelta a los campos de castigo! ¡Andando! ¡Y asegurad a ese maldito caballo antes de llevarlo a los aposentos del todopoderoso Hades! ¡Seguro que le encanta el regalo!

En efecto, Pegaso no estaba por ninguna parte, aunque pudieron escuchar un fuerte relincho que provenía de la salida de la cueva. Por otra parte, los aprendices podían fijarse en que no les debían de haber registrado muy bien: excepto si llevaban alguna arma a simple vista, no les habían quitado nada. Guilmon y Saic descansaban en sus respectivos móviles, la flor de Malik seguía donde él la había dejado, y el pergamino dorado y el muñeco en la bolsa de Saxor.

¡Más deprisa! ¡Debemos estar preparados para cuando acabe de alzarse! Y después... —Giró su huesuda cabeza, clavando las cuencas de los ojos en los cuatro prisioneros—. ¡Montaremos un festín con la carne de los vivos que han osado a entrar en el Inframundo!

Todos los soldados que había a su alrededor celebraron a gritos su idea. Tras unas cuantas órdenes más, la sala se quedó bastante vacía. Aparte de los aprendices, sólo habían dejado a dos esqueletos apostados en la puerta (cerrada) como guardias.

Si querían escapar, aquella sería una oportunidad perfecta. Sólo había un pequeño gran problema: seguían agotados incluso tras la pequeña siesta que se habían echado. No tenían magia ni para invocar sus respectivas Llaves Espada, y mucho menos para usar el hechizo más débil que conocieran.

¡Tendrían que tirar de ingenio! Colaborar también era una opción, aunque claro, estaba el asunto ese de la guerra por el medio.

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Remarco que no tenéis energía ni para usar la materialización de la llave espada. Las cadenas tampoco se romperán a base de fuerza bruta, al meno no la de uno solo. Las mascotas tampoco tienen energía pero sí que pueden usar habilidades raciales (sin abusar). Seguís teniendo los objetos curativos disponibles, pero con el inconveniente de que tenéis las manos atadas. Aviso: si intentáis hacer alguna acrobacia, iré derechito a mirar vuestra estadística de elasticidad.

La posición en la que estáis colgados es la siguiente:

Nikolai - Malik - Ragun - Saxor

Suerte~



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Fátima
VIT: 23/32
PH: 12/46

Ragun
VIT: 85/104
PH: 0/52

Malik
VIT: 64/64
PH: 0/26

Nikolai
VIT: 11/26
PH: 0/18

Saic
VIT: 14/14
PH: 0/6

Saxor
VIT: 48/50
PH: 0/34

Guilmon
VIT: 27/30
PH: 0/14

Fecha límite: viernes 12 de junio.
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