[Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Fátima Laforet, Ragun, Malik & Nikolai Everard + Saxor Meian & Bavol Trené

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tidus Cloud » Sab Mar 14, 2015 3:47 pm

Bavol siguió entusiasmado a Zack hacia la salida del Coliseo. Quizás no pudiera participar en el torneo para demostrar que él era un verdadero héroe, pero al menos podría entrenar un rato con el Aprendiz de héroe y aprender nuevos movimientos.

Cuando ya se encontraban en la antesala del Coliseo, el joven guerrero le indicó con un gesto que le siguiera a través de la puerta. Asintió sonriente y tras dejar que Zack pasara primero, intentó hacer lo mismo; sin embargo, sólo consiguió darse un buen golpe en la nariz.

¡AUCH! —protestó el niño llevándose las manos a la cara.

Cuando volvió a mirar las puertas, se percató de que alguien las había cerrado justo cuando había intentado pasar. ¿Pero quién habría tenido tan mala intención como para hacerle eso?

Qué testarudo es ese viejo chivo, ¿verdad?

Se pegó un pequeño sobresalto al escuchar de pronto una voz desconocida. No se esperaba que pudiera haber nadie a sus espaldas, sobre todo porque la sala estaba completamente desierta hace unos segundos. Bavol se dio la vuelta para descubrir de quién se trataba y, al ver a aquel personaje de piel azul y pelo llameante, no pudo evitar dar un pequeño golpe con la cabeza hacia atrás a la vez que abría la boca un tanto aturdido.

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A ver si lo adivino, chico, quieres participar en los Juegos, ¿no? Pero no creen que puedas ser capaz de convertirte en un héroe porque eres demasiado joven y esas tonterías. ¿Estoy en lo cierto? ¡Claro que sí! Pues verás... ¡Se equivocan!

S-sí, ¡es justo eso! —exclamó el gitano sorprendido de que aquel tipo estuviera al corriente de la situación—. ¿Pero cómo lo sabes? ¿Quién eres tú?

Antes de contestarle, el misterioso individuo se esfumó por arte de magia envuelto en una nube de polvo. Miró a un lado y a otro esperando descubrir dónde se encontraba y de pronto, sintió cómo alguien apoyaba una mano en su hombro.

Soy Hades, el Señor de los muertos, dios del Inframundo, bla, bla, bla, ¿Cómo lo llevas?

¡¿Eres un dios?!

El niño se giró para mirar frente a frente a Hades. Con solo verle la cara se hacía evidente que estaba muy ilusionado de conocer a uno de esos dioses de los que había oído hablar. Incluso se acercó unos pasos hacia él con las palmas de las manos medio abiertas como si quisiera tocarle para comprobar si era de verdad, pero no se atreviera del todo.

E-es un honor conocerle, dios Hades. ¿Cómo es que ha decidido vernir a verme? S-si se puede saber, claro.

Pues verás, yo te miro y veo potencial. Así es, chaval, tienes potencial de sobras para ganar estos Juegos y darle en los morros a ese viejo sátiro. Créeme, sé de qué hablo, soy un dios. Es más, te daré una ayudita.

Con un chasquido de dedos, Hades hizo aparecer una hoja entre sus manos. Cuando se la acercó, pudo percatarse de que se trataba de la inscripción en los Juegos. La expresión del pequeño se iluminó nada más verla, intuyendo lo que le estaba queriendo decirle el dios.

No creerías la cantidad de burocracia que hace falta para apuntarse. A ver... Altura, peso... —Hades estaba rellenando todos los datos que hacían falta. Estaba convencido de que como era un dios, seguro que sabría todas aquellas cosas sobre él—. "¿Dios favorito?" Pff, venga ya. Pues Hades. Ea, pim-pam. Arreando. Ahora sólo hace falta...

Finalmente, Hades le ofreció la hoja y la pluma para que rellenara los datos que faltaban. Las manos de Bavol temblaban ligeramente, casi le costaba creer que aquello estuviera ocurriendo: que un dios se hubiera fijado él y decidiera intervenir para ayudarlo.

Dime, pequeño... ¿Te interesa demostrarles a todo el mundo lo que vales?

¡C-claro que sí!

Rápidamente, bajó su mirada hacia la hoja y comenzó a rellenar los tres apartados que faltaban. Antes de poner su nombre, se dio cuenta de que si ganaba, se le recordaría siempre de esa manera, así que decidió que elegiría un mote más vistoso.

Nombre: Bavolio Trené III
Arma: Llave Espada
Firma:
BAVOL TRENÉ III


Le devolvió la hoja y la pluma a Hades con una sonrisa pintada en sus labios. Si ya estaba inscrito, supuso que ya podría irse con los demás concursantes; no obstante, se acordó de que había quedado para entrenar con Zack. Lo mejor sería avisarle primero.

Dios Hades, voy a avisar a un amigo y enseguida vengo —explicó Bavol—. ¡Muchas gracias por la ayuda!

El pequeño se despidió con un movimiento de su mano del dios del Inframundo y salió hacia el exterior para encontrarse con Zack. En caso de que no lo viera por ninguna parte, se encogería de hombros y volvería a entrar. Sin embargo, si lo veía cerca, se acercaría a él rápidamente y le diría emocionadamente:

¡Zack, Zack, me han dejado apuntarme a los Juegos! ¡Ven, ven, tenemos que ir al Coliseo antes de que sea tarde!

Agarraría la mano del Aprendiz de héroe y tiraría de él hacia el Coliseo de nuevo. Una vez entrara dentro, ya fuera con Zack o no, le preguntaría a alguien cercano dónde estaban el resto de los concursantes y se marcharía hacia ese lugar para esperar su turno.
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Re: Ronda #7 - De cero a héroe

Notapor Saxor » Dom Mar 15, 2015 8:10 pm

Pocos segundos antes de que se acercaran, Fátima vino por el mismo pasillo que Guilmon y yo. Los Juegos empezarían en poco tiempo, al parecer. Los dos escucharon mi teoría, y tras mirarse unos segundos, Fil fue el primero en hablar.

No eres el primero que piensa eso, chico, pero no tenemos pruebas que lo demuestren.

Si las tuviéramos, podría pedirle a mi padre que interviniera, pero de momento no podemos acusarle de nada.

Arqueé una ceja extrañado cuando dijo sobre su padre. ¿Acaso su padre tenía el poder suficiente para enfrentarse a un dios? De todas formas, todo aquello se reducía a pruebas, y no teníamos ninguna. Si no había pruebas... al menos habría que encontrarlas.

¿Contactar con él? Hay que estar loco para intentarlo. Ese chalado vive en el Inframundo, el hogar de los muertos. Tendrías que ser un loco o un suicida para bajar hasta ahí abajo.

La verdad era que ya me habían catalogado de loco poco después de volver a Tierra de Partida, pero decidí omitir esa parte. Guilmon pareció pensar que podríamos llegar hasta el Inframundo cavando, porque prosiguió con ello frenéticamente. Lo detuve antes de que lo fueran a regañar.

También podrías probar a llamarle, pero no es probable que acuda a las peticiones de unos mortales. Ni tampoco es muy aconsejable, ¿sabéis?

Al parecer era un dios con el que era peligroso tratar (aunque si realmente era el causante de todo, no me extrañaría). De cualquier forma... ¿Cómo podría llegar hasta el Inframundo para buscar pruebas?

Si estáis interesados en llegar al Inframundo podemos echaros una mano, pero tres palabras, muchachos: mala idea.

No atinas una...

Tuvimos que interrumpir nuestra conversación porque Fil tenía que dirigirse a los participantes del torneo. Pude oír a Xayim silbar en mi cabeza cuando vimos a un hombre bastante flaco pegado en el techo, casi desafiando las leyes de la gravedad. Y le estaban tirando pesas.

Oye, bonita atracción. Coge algo y tíraselo, anda. Que me aburro.

¡Eh, eh, reservad energías para los combates! ¡Y bajad a ese del techo, por todos los dioses!

Tras unos minutos en los que consiguieron despegar al pobre hombre, el sátiro explicó un resumen de las normas del torneo, así como los premios. Yo escuché desde al lado de la puerta, recostado en la pared. No era participante después de todo. También es cierto que me estaba impacientando a cada segundo que pasaba. ¿Cómo podía quedarme allí parado mientras las almas de los allí presentes serían robadas en poco tiempo? Cuando por fin acabaron, me despedí de Fátima con la mano y seguimos Guilmon y yo a Hércules y a Fil. Cuando estuvimos algo alejados de los participantes, proseguí con lo de Hades.

En realidad no estoy sospechando de él porque sí... Él ya ha amañado estos Juegos. Al parecer los perdedores del torneo tienen que entregar su alma a Hades—dije bastante tenso. No me gustaba hablar de ello, y solo de pensarlo me volvía más impaciente—Pero no creo que sea buena idea cancelarlos... Podría considerarlo como que todos han perdido. Es por eso que tengo que ir al Inframundo.

Estuviera él también involucrado con lo de los sincorazón o no, quería evitar que todas aquellas almas se perdieran en primer lugar.
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
Trama: Crisis de tierras sin dueño [Ciudad de Paso]
Encuentro: Día de monos [Selva Profunda]
Trama: Asalto a la Torre [Torre de los Misterios]
Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Primera parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Parte final) [Castillo del Olvido]
Secret Episode: Another Side, Another Story - The Last Twilight [Villa Crepúsculo]

Cuarto Arco: Colisión

4ª Saga
Trama: Leyendas se contarán [Tierra de Dragones] (en proceso)


No Canon
Especial libre: San Valentín [Tierra de Partida] [Corrupción]
Especial libre: Halloween [Ciudad de Halloween] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2012! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Historias de San Valentín [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Venid, mis pequeños [Villa Crepúsculo] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2013! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: La mansión encantada [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: El laberinto de los corazones [???] [Rebelión]
Especial libre: ¡Los reyes han llegado! [Tierra de Partida] [Rebelión]
Especial libre: La Mansión Encantada II: La Venganza [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: World War Christmas [Tierra de Partida] [Colisión]
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 16, 2015 2:34 am

La sirena la pilló desprevenida y pegó un brinco. Levantó la mirada hacia Malik y, tragando saliva, se despidió con un gesto mientras se dirigía al gimnasio con el resto de participantes. Por el camino vio a Saxo, que seguía a Hércules y Filoctetes. Supuso que estaría intentando explicarles lo que Malik les había contado, así que se acercó apresuradamente para escuchar. ¿A lo mejor les creerían y podrían hacer algo para detener el torneo?

Pero la respuesta de Filoctetes le sentó como un puñetazo en la boca del estómago.

No eres el primero que piensa eso, chico, pero no tenemos pruebas que lo demuestren.

Si las tuviéramos, podría pedirle a mi padre que interviniera, pero de momento no podemos acusarle de nada.

¿Su padre? De haber estado más despejada, Fátima se había preguntado con mayor insistencia acerca de qué estaba hablando Hércules, pero en ese momento le daba vueltas la cabeza y tenía que esfozarse por caminar. Concentrada en poner un pie delante de otro y, ante todo, en no vomitar, les siguió con la cabeza gacha. Así que no iban a hacer nada por impedirlo.

¿Contactar con él? Hay que estar loco para intentarlo. Ese chalado vive en el Inframundo, el hogar de los muertos. Tendrías que ser un loco o un suicida para bajar hasta ahí abajo.

También podrías probar a llamarle, pero no es probable que acuda a las peticiones de unos mortales. Ni tampoco es muy aconsejable, ¿sabéis?

Si estáis interesados en llegar al Inframundo podemos echaros una mano, pero tres palabras, muchachos: mala idea.

Fátima miró de reojo a Saxor, sorprendida. Aquello no lo había esperado. ¿Se podía bajar al Inframundo? ¿Y hablar con Hades? Abrió la boca, dispuesta a decir que ella estaba dispuesta, pero luego recordó que se suponía que tenía que luchar. Además, por lo que estaban diciendo, sería como saltar del fuego para caer en las brasas. Hundió los hombros y apretó los dientes. Casi era preferible estar en mundos donde nadie tenía muy claro si Dios existía.

Trató de canalizar su desesperación en furia, aunque no estaba muy segura de cuál de las dos le convenía más. Si estaba demasiado asustada no sería capaz de reaccionar a tiempo. Y si se dejaba llevar por la rabia y la frustración, podía cometer muchos errores. Tenía que intentar encontrar un equilibrio, aislarse del mundo y actuar con frialdad.

Pero era mucho más fácil decirlo que hacerlo. Oyó los gritos de los demás participantes de fondo y se le encogió el corazón. Levantó la mirada y vio que habían colgado a alguien del techo. Los hombres se reían o rugían, demostrando su masculinidad, y Fátima se abrazó a sí misma, pensando en cuántas de esas almas terminarían condenadas.

¿Y si lo decía? ¿Y si lo gritaba? ¿La creería alguien?

¡Eh, eh, reservad energías para los combates! ¡Y bajad a ese del techo, por todos los dioses!

Se quedó en un rincón, preguntándose qué tenía que hacer una y otra vez. Tanto que apenas sí se percató de que Saxor se marchaba. Terminó acuclillándose y abrazándose las rodillas, arañando con un dedo el suelo de forma compulsiva. Escuchó de fondo las advertencias de Filoctetes. Nada de trampas, nada de juego sucio. Soltó una risita aguda. ¡No, no hagáis nada de eso o vuestras almas no podrán acabar en el Inframundo! ¡Sed justos, pero nadie os dirá que habéis vendido vuestra alma!

Joder, sonaba tan ridículo que Fátima todavía esperaba que fuera una broma de mal gusto. Le entraron ganas de llorar otra vez cuando los aspirantes a título de «Aprendiz de Héroe» aclamaban a Hércules.

Espero que podamos tener unos grandes Juegos. ¡Y estoy seguro que entre vosotros se encuentran futuros grandes héroes, ánimo a todos!

¡Por dios, les acababan de decir que los Juegos podían estar amañados y aun así…!

¡Y recordad, regla número ochenta y nueve! ¡Los héroes se hacen, no nacen! ¡Buena suerte a todos!

Y se fueron, dejando a los participantes preparados para pelear. Fátima los siguió con una mirada cargada de rencor, aunque no eran los responsables directos, y permaneció ahí sentada, esperando. Al menos, cuando saliera, sabría que Malik estaba en las gradas. Y que tenía que luchar.

Aun así siguió rumiando para sus adentros si no debería decir la verdad, si serviría para algo. O si iba a ser lo suficientemente cobarde como para aprovecharse de toda esa gente.

En cualquier caso, no se sentía con fuerzas para hablar con nadie. Y menos si después iba a tener que enfrentarse a él. Así que se quedó ahí sentada, esperando a que llegara el turno de pelear.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: Ronda #7 - De cero a héroe

Notapor Sombra » Lun Mar 16, 2015 7:30 pm

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El Dios sonrió y nos estrechó a ambos su mano con firmeza. Pude darme cuenta de que una leve luz anaranjada surgió entre nuestras manos sellando el trato que habíamos realizado con Hades. Aquello quería decir que probablemente si fracasabamos nuestras almas acabarían siendo de su posesión.ee

Pues veréis... —Empezó a decir, sin embargo se detuvo cuando notó algo que al menos yo no había percibido al momento—. Un momentito.

El Dios llevó a su oreja una de las manos como si estuviese escuchando algo, sin embargo... ¿No había ahí una mosca? Ahora que me había dado cuenta estaba seguro, una mosca verde y con cara estaba aparentemente diciéndole algo al grisaceo hombre.

Oh, fantástico. Vuelve al trabajo, y no les pierdas de vista.

Dicho eso, la mosca se alejó volando en dirección al coliseo.

Bueno, nenes-espada, tengo prisa. Unos Juegos que supervisar, unas almas que recoger, planes malvados que llevar a cabo, lo captáis, ¿verdad? La sauna está en un rincón del Inframundo que no me gusta demasiado visitar, huele demasiado a muerto. —Nuevamente, utilizó su habilidad para crear objetos y dos medallones violetas con forma de calaveras surgieron en sus manos—. Tomad esto, os protegerá ahí abajo. Suerte y todo eso, y no os preocupéis, morir no es tan malo como dicen. Chao~

Cogimos la medalla al vuelo y justo cuando iba a girarme para ir hacia el lugar que el mapa de Diana nos indicaba... El suelo se abrió. Solté un grito cuando noté la repentina sensación de vértigo al empezar a caer al vacío. ¿¡No podía haber tenido la decencia de hacer unas puñeteras escaleras!?

***

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Si dolía caer de plancha en el agua... Aquello era como mínimo cien veces peor. La grieta que Hades nos había abierto nos había hecho caer al menos una decena de metros de altura, y había acabado estampado boca abajo contra la fría y dura roca del suelo. Dolía muchísimo, pero al menos estaba seguro de que no tenía nada roto. Se me pasaría con el tiempo, o eso esperaba.

¿Aparte de mi dolorida rabadilla ha habido algún percance más?

Au... —Solté un quejido encogiéndome ligeramente—. Sigo de una pieza, creo —me levanté para comprobar que efectivamente, todos mis miembros estaban en su sitio...

<<O casi>>

Observé unos instantes mi brazo negro. Allí, allí abajo era el lugar donde había ocurrido todo. Mateus Palamecia, Gárland, Cerbero... Aquella incursión por el Inframundo me había costado caro, y ni siquiera había conseguido acabar la misión... No había evitado que él resucitase.

Ya veo que tú también sigues vivito y coleando —comenté viendo que mi compañero no tenía ninguna aparente herida, como mucho tendría un precioso moratón en el trasero.

Fue tras unos momentos cuando miré a mi alrededor. Definitivamente yo había estado en aquel lugar, de hecho allí era donde había colaborado con Light y Lyn para derrotar a aquel chucho tricéfalo, y también en el lugar donde aquel pomposo Emperador nos había ofrecido tomar un té.

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Nada había cambiado en aquellas lúgubres cavernas. Era oscuro, deprimente, con un olor a podrido y a azufre mezclados. Había que admitir que el lugar era enorme. Nosotros estábamos en la entrada, que se dividía en dos caminos que finalizaban en dos grandes portones, uno verde y otro azul, y presiendo todo aquello estaba aquel amplio y aparentemente infinito mar, río o lago que se extendía hasta donde alcanzaba la vista.

¿Y ahora a dónde…? —Trató de decir cuando los característicos sonidos de unos portales de oscuridad al abrirse le interrumpieron—. Vale, no he dicho nada.

Invoqué mi llave espada y contemplé rápidamente los sincorazón que habían aparecido. Los dos primeros eran una especie de plantas con pétalos alrededor de su cabeza. Un tipo de sincorazón que había visto en el País de las Maravillas si mi memoria no me fallaba. También había otros cuatro, unos feos perros que echaban la lengua y que parecían un poco tontos.

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¿Por qué siempre hay un comité de bienvenida en este sitio? —pregunté sin esperar respuesta alguna.

Nikolai también se preparó para el combate haciendo aparecer su propia llave espada.

Déjame la tarea de jardinería a mí.

En ese caso me encargaré de amaestrar a esos perros —afirmé con la cabeza—. ¡Si te ves en apuros da un grito!

Dicho eso, corrí hacia los chuchos y traté de atraerlos mediante un Señuelo para que así ninguno de ellos se fuese contra Nikolai, me alejé un poco disparando una Flama Tenebrosa por el camino a uno de los chuchos. Obviamente no me iba a quedar parado después de eso, por lo que una vez me hubiese alejado utilizaría la llave espada sin más. Si me veía con muchos problemas para eliminar a uno de aquellos perros utilizaría un Golpe Contundente, en cambio. Si me rodeaban trataría de abrirme una vía de escape con un Doble Salto para poder pasar sobre ellos sin que llegasen a morderme.

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Acciones de combate:
▪ Señuelo [Nivel 5] (HC) Todos los enemigos cercanos centran su atención en aquel que utilice la habilidad, dirigiendo hacia él sus ataques.

Se aleja atrayendo a los perros y dispara un hechizo:

▪ Flama tenebrosa (HM) [Nivel 3] [Requiere afinidad con Oscuridad] El usuario lanza una veloz bola de oscuridad que avanza en linea recta hasta diez metros. Ataque de oscuridad de nivel bajo.

Una vez haya alejado un poco a los perros de Nikolai empieza a pelear con ellos sin habilidades. Si ve que es muy complicado para él eliminarlos utiliza:

▪ Golpe contundente (HC) [Nivel 4] El usuario pone toda su fuerza en un potente golpe que puede llegar a aturdir al rival (Probabilidad de aturdir baja).

Si Ragun empieza a verse con problemas para defenderse y se ve rodeado/superado:

▪ Doble salto (HC) [Nivel 3] [Requiere Elasticidad: 4]. El usuario es capaz de saltar mucho más alto que los demás, alcanzando lugares más inaccesibles.

Para alejarse y dejar una cierta distancia entre ellos.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tanis » Lun Mar 16, 2015 10:15 pm

Malik escondió la cara en las manos y se apretó el puente de la nariz con los dedos. Tenía que seguir pensando en alguna solución mientras esperaba y vigilaba la arena, pero estaba tan bloqueado en esos momento...

Qué escena más bonita. Aunque deberíais tener cuidado con dónde decís las cosas, nunca sabes quién podría estar escuchando lo que os habéis dicho.

Malik se destapó la cara y dio un respingo, alarmado. Miró a la persona ue justo se había sentado a su lado y soltado tan preocupantes palabras. Tenía razón, no habían tenido cuidado. Aquella mujer joven, esbelta, guapa, podría no ser nadie, pero si había dicho algo como eso, seguro que... seguro que alguna cosa sabía. Como confirmó a continuación.

Así que un problema con Hades. Mal asunto. Si ese asqueroso se empeña en algo, no parará hasta conseguirlo. Lo siento por tu novia, pero no parece capaz de ganar los Juegos.

Malik arrugó un poco la frente y abrió la boca para replicar. ¿Qué demonios sabía esta chica de capacidades o no?

Disculpa, pero...

Pero... Puede que haya una forma de salvar las almas de todos estos desgraciados. Los rumores dicen que Hades busca a alguien capaz de abrir una extraña cerradura para él, y que recompensará con cualquier cosa a quien lo consiga. Si estás interesado en los detalles... —Malik no replicó nada entonces, porque eso eran palabras mayores. Esa mujer se volvió sospechosa en cuanto pronunció la palabra «cerradura». Una persona preocupada por lo que le pasara a la gente del torneo podía perfectamente detestar a Hades sin más y querer que alguien hiciera algo, pero el saber de un asunto que sólo los portadores (y dioses en este caso) sabía, era terriblemente sospechoso—. Sígueme.

Observó cómo se levantaba y echaba andar hacia la salida de las gradas, con tranquilidad. Malik estaba ahora preocupado por una cosa más aparte de salvar las almas de nadie. El asunto de la cerradura también era peliagudo. Él sabía lo que pasaba cuando abrías una cerradura de un Mundo y aunque fuese poca su experiencia, el instinto le decía que no se debía tocar nada en referente a las cerraduras fuese el caso que fuese. Era algo grave, si Hades estaba buscando abrirla, porque no es que fuese precisamente una hermana de la caridad. Malik se mordió el labio, indeciso, ya que había prometido a Fátima que estaría en las gradas para supervisar cualquier incidente, pero...

Si encontraba la manera de salvar todas las almas, y además evitar que Hades y posiblemente sus aliados de Bastión Hueco, abrieran la cerradura de Coliseo del Olimpo, entonces... Pensó que por seguir esa línea de investigación y averiguar unos cuantos detalles más no iba a morirse nadie.

Esperaba.

Rápidamente y con cuidado de que nadie le viera hacerlo, le envió un último mensaje a Saxor, para que al menos alguien supiera dónde estaba o qué iba a hacer.

Sigo una pista para solucionar el asunto de las almas. Probablemente esté fuera durante el torneo, ¿puedes avisar a Fátima de esto? No quiero que se preocupe. Te lo agradecería.

Malik


El mensaje era escueto, pero no quería que Saxor entrara en pánico con el asunto de la cerradura o que quisiera seguirle también, y la mujer se espantara. Decidió que lo dejaría así y lo envió. Entonces guardó el aparato, se levantó y caminó todo lo rápido que pudo por las gradas para alcanzar a la chica antes de que le perdiera la pista. En cuanto llegara junto a ella, contendría un resoplido.

Por cierto, ¿cómo debería llamarte?
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Ronda #8 - De cero a héroe

Notapor Astro » Mar Mar 31, 2015 2:48 am

Bastión Hueco

La pelea contra los sincorazón transcurrió sin demasiados problemas. La combinación del Tajo Planar de Nikolai y el Electro de Saic fueron suficientes para acabar con la primera Enredadera, mientras que la segunda también acabó destruida tras unos golpes de la llave espada del aprendiz.

Ragun, por su parte, atrajo a los Perros rabiosos hacía él con Señuelo, y entre su hechizo de oscuridad y los golpes con su llave espada, fue acabando con los chuchos sin demasiados problemas. Eso sí, no consiguió evitar llevarse un par de mordiscos en las piernas y uno en el brazo. Ñam.

Cuando sólo quedaba un sincorazón por destruir, algo interrumpió la pelea. Una de las gigantescas estalactitas de piedra del techo había descendido a toda velocidad sin previo aviso, clavándose en el suelo, levantando una gran polvareda y fulminando al Perro rabioso en el acto.

¿Sois los enviados de Hades?

Una voz les sorprendería. En mitad de la cueva, había aparecido una figura encapuchada con una larga capa blanca que escondía su cara, pero dejando a la vista una larga y espesa barba canosa.

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El misterioso desconocido no esperó a que alguno de los aprendices respondiera. Ya tenía su respuesta.

Sí, lo sois.

Levantó una mano hasta la altura de su cara, observando de alguna manera (puesto que la capucha le tapaba el rostro) dos medallas de color violeta con forma de calaveras. Al dúo de aprendices les resultarían familiares... Porque eran las suyas. Si buscaban en sus bolsillos, descubrirían que las medallas que Hades les había dado ya no estaban ahí.

Las tenía él.

Venid conmigo. Os llevaré hasta la... sauna.

Con toda la tranquilidad del mundo, aunque un poco despacio, echó a andar hacia la gran puerta verde de la cueva, que se abrió al acercarse. Ragun, Nikolai, y Saic, podían seguirle hacia ese camino, o probar suerte con el portón de color azul si lo preferían así. Eso, si podían abrirla... ¿Pero podrían fiarse del misterioso barbas?

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Bavol & Fátima

Hades hizo desaparecer el papel donde Bavol había firmado en el acto, sonriendo con satisfacción. Tenía un nuevo participante para su macabro juego de almas... Aunque el gitanillo no lo supiera.

Pero cuando el chico fue a salir afuera...

¡Espera, espera, no querrás llegar tarde, ¿verdad? ¡Suerte!

Chasqueó los dedos, en el momento justo en el que Bavol alargaba el brazo para abrir la puerta. Un humo denso y oscuro envolvió al aprendiz, provocándole toses, y enviándole a un lugar diferente. Cuando se deshizo, estaba en el gimnasio, rodeado del resto de participantes. Gritos, ruidos de pesas, algún que otro escupitajo al suelo... y Fátima sentada en un rincón, esperando su turno. Si querían hablar y ponerse al corriente, aquel seria el momento idóneo.

Poco después, uno de los encargados del coliseo explicó cómo se organizarían los Juegos. En total, tras un registro de "última hora", eran treinta y dos participantes. El primer combate que librarían sería una ronda eliminatoria, y cuando terminara se haría un sorteo estableciendo una tabla con los órdenes en condiciones.

También dejó claras las normas a la hora de pelear. Se conseguía la victoria al dejar al rival inconsciente, echarle fuera del campo de batalla, o al conseguir que el rival no pudiera seguir moviéndose. Usar magia estaba permitido (aunque fue recibido por abucheos por gran parte de los presentes). Usar objetos que no fuesen armas, no.

Debían prepararse, les tocaría pelear pronto. Y el primero en hacerlo será...

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Saxor

¡¿Cómo has dicho?!

Fil dio un brinco al escuchar las palabras de Saxor. Habían salido del gimnasio por la puerta lateral por la que los participantes habían entrado, y avanzaban con ritmo lento hacia la gran explanada de arena donde minutos antes se habían amontonado los espectadores antes de entrar. Hércules, que también había abierto los ojos de par en par, miraba al aprendiz con el ceño fruncido.

¿E-estás seguro de lo que dices? No es posible... Cuéntanos todos los detalles que sepas.

Ambos escucharon con atención lo que Saxor tuviera que explicarles. Cuando terminó, el joven héroe se llevó una mano al mentón, pensativo, mientras que Fil...

¡¿Primero los malditos monstruos se las apañan para apuntarse a mis Juegos y ahora ese maldito dios quiere echarlos a perder?! —chillo el viejo sátiro, cuya cara se había vuelto a poner roja como un tomate por la furia.

Cálmate Fil, ¡tenemos que hacer algo!. Debemos cancelar los Juegos y tal vez debería avisar a mi padre...

Espera, espera, chico, interrumpir los Juegos podría ser una pésima idea. —Se golpeó repetidas veces la cara, intentando centrarse—. Estamos hablando de Hades, eso son asuntos serios. Los dioses no se entrometerán en asuntos como estos sin pruebas, ni siquiera el pez gordo de ti papi. ¡Necesitamos alguna evidencia de su culpabilidad!

¡De acuerdo! Iré a...

Tú no vas a ninguna parte. —Le interrumpió su entrenador—. Ya tienes suficiente con lo tuyo, vete a descansar. Yo tengo que ocuparme de los Juegos así que...

Levantó la cabeza, clavando su vista en Saxor.

¡Tú! Tú y tus amigos nos ayudaréis, para eso os ha mandado Lyn, ¿no? Bajad al Inframundo y encontrad alguna prueba que demuestre que Hades está gafando los Juegos, y de paso comprueba tu teoría de que es él quien controla a esos sincorazón. ¿Entendido?

Pero Fil... —Hércules bajó la mirada, apretando los puños con fuerza. Al final, suspiró—.
Está bien, confiaré en vosotros. Pero tened cuidado ahí abajo, nunca se sabre lo que puede haber... Oh, creo que puedo ayudaros a llegar.

Se llevó una mano a la boca, y silbó con fuerza. Pocos segundos después, una silueta descendió del cielo a toda velocidad hasta aterrizar con gracia frente a ellos. Un caballo, blanco y majestuoso, de crines azules y... alas en los lomos.

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Se llama Pegaso. Os llevará hasta el Inframundo y os ayudará en todo lo que pueda. Pero intentad no subiros demasiados encima a la vez, ¿eh?

El héroe le dio unas palmaditas en el hocico de su caballo, que relinchó contento.

¡Venga, chico, espabila! ¡Ve a buscar a los demás y derechitos al Inframundo! ¿Alguna pregunta?

»Y recuerda, regla noventa y cinco, ¡concéntrate!

Ya había escuchado. El plan era buscar a los demás para ir al Inframundo montados en un caballo volador, ¿qué podía salir mal? Aunque claro, puede que Saxor tuviera otros planes...

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Malik

Llámame Meg. ¿Y tú eres...?

Caminando con tranquilidad, la mujer guió a Malik a través de las gradas hasta llegar a la antesala del Coliseo, donde se exhibían todos los trofeos que los gladiadores habían ganado. Por suerte para ellos, en aquel momento se encontraba vacía.

Por los bajos fondos de Tebas dicen que Hades está muy interesado en que alguien abra para él la cerradura que mantiene sellado un lugar del Inframundo, clausurado por el mismísimo Zeus. Se supone que está tan desesperado por lograrlo, que está dispuesto a concederle cualquier cosa a aquel que lo consiga.

»... O eso dicen.

Con elegancia, se sentó en un gran bloque de piedra que había pegado a una de las paredes, dirigiéndole a Malik una media sonrisa.

No sé mucho más. Como comprenderás, aunque tenga interés en el premio de Hades, no me he aventurado a bajar hasta el mundo de los muertos yo misma por razones obvias. Pero tu novia parecía muy desesperada por una solución a vuestro problema, y por la llave gigante que utilizó contra el monstruo de antes, deduzco que sabéis bastante sobre cerraduras. ¿Me equivoco?

Se bajó de un salto del bloque, caminando con despreocupación hasta la puerta que daba al exterior del coliseo.

Muchos lo han intentado, pero ninguno ha vuelto. Si crees que vosotros podéis conseguirlo adelante. Yo sólo te lo cuento... —Se calló de golpe al abrir un poco la puerta. Algo que había visto fuera, le había sorprendido—. ... Porque sé lo que es deberle algo a Hades.

Se cruzó de brazos, echando un último vistazo afuera antes de girar sobre sus talones y avanzar de nuevo hacia el interior del coliseo, directa a las gradas.

Suerte.

Con esa última palabra, se marchó. Si Malik se asomaba afuera, vería lo que había llamado la atención de Meg: Saxor hablaba con un pequeño y rechoncho sátiro y con un joven alto y musculoso, acompañados por un precioso caballo blanco alado.

Lo que hacer a continuación, dependía de él. Meg le había dado una posible solución al problemas de las almas... ¿Se atrevería a intentarlo?

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Bavol

¡Siguientes! ¡Bavolio Trené III contra Moc Azos!

Bavol fue el primero de los dos aprendices de Tierra de Partida en ser llamado a combatir. En total, fue el cuarto en pelear en total.

Su rival, era completamente diferente al pequeño gitano. Alto, gordo, muy gordo, con el pelo corto negro, y vestido con una típica armadura griega que le quedaba muy justa... Demasiado justa. Lo peor de todo, era que no paraba de estornudar y de moquear. Fátima tal vez le recordaba: en la fila de registro, había estado delante de ella, llenando de mocos a uno de los aprendices de Bastión Hueco. Como detalle importante, no llevaba ningún arma encima, al menos visible.

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Con ropa griega:
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Ambos combatientes salieron por el túnel hasta llegar a la arena, donde Fil les esperaba para hacer de árbitro. En las gradas, una gran multitud aplaudía y gritaba, ansiosa por el espectáculo.

¡Preparaos, en sus puestos! ¡Recordad, quiero un combate limpio!

Buena suerte, pequeñín —dijo Moc, sonriente, sonándose con un pañuelo.

¿Listos? ¡Comenzad!

El primer movimiento fue rápido. Muy rápido, seguramente demasiado. En cuanto Fil bajó el brazo, indicando el inicio del combate, algo golpeó a Bavol a toda velocidad.

Bueno, en realidad no fue un ataque. Fue un pegote enorme de mocos, que cayeron encima de su cabeza. Moc había estornudado al mismo tiempo que el sátiro gritaba «Comenzad», bautizando al pobre gitano con pringue verde. Puagh.

A partir de ahí, el combate empezaba de verdad. El grandullón se limpió la nariz con la manga, y echó a correr hacia Bavol, dispuesto a arrollarlo con su estómago.

¡Lucha!

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Fátima

¡Siguientes! ¡Arion contra Laforet!

Nada más terminó el combate de Bavol, le tocó el turno a Fátima.

Su oponente, resultó ser un chico joven, de complexión atlética que debía rondar los dieciséis años, no demasiado alto y de pelo castaño. Sonreía, dando saltos en el sitio, ansioso por luchar. Como armas, portaba un viejo escudo y una espada en el cinto. No llevaba armadura.

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Al salir del túnel, llegaron a la arena, donde Fil les esperaba. En las gradas, una gran multitud aplaudía y gritaba, ansiosa por el espectáculo.

¡Preparaos, en sus puestos! ¡Recordad, quiero un combate limpio!

Mi padre vendió todos sus ahorros para poder comprarme esta espada —dijo Arion, una vez subido al cuadrilátero, desenvainando su arma. Aunque, para ser nueva, parecía estar un poco deteriorada—. Ha puesto todas sus esperanzas en que cumpliré mi sueño... ¡Y lo haré! ¡Me convertiré en un héroe, como Hércules, y podré sacar a mi familia de la pobreza!

»¡Que gane el mejor! —gritó, adoptando una posición de combate, pero dirigiéndole una sonrisa a Fátima.

¿Listos? ¡Comenzad!

El sátiro bajó el brazo de golpe, indicando el inicio del combate. Arion no dudó: elevó su espada y se abalanzó sobre su oponente, dispuesto a conseguir la victoria para lograr su sueño.

Fátima, si quería conservar su alma, también tendría que luchar.

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Nikolai

¡Siguientes! ¡Enhebrador contra Nik Komet!

Uno de los participantes dio un paso adelante en el gimnasio, respondiendo a la llamada. Sin embargo, Nik Komet no se presentó. Tras esperar cinco minutos, se declaró como ganador al único presente.

Abajo, en el Inframundo, Nikolai sentiría un fuerte escalofrío que le recorrería todo el cuerpo.

Había perdido en los Juegos.





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Fátima
VIT: 32/32
PH: 26/46

Ragun
VIT: 100/104
PH: 38/52

Malik
VIT: 64/64
PH: 26/26

Nikolai
VIT: 26/26
PH: 13/18

Saic
VIT: 14/14
PH: 4/6

Saxor
VIT: 50/50
PH: 28/34

Guilmon
VIT: 30/30
PH: 10/14

Bavol
VIT: 40/40
PH: 28/30

¡Siento la tardanza! No se volverá a repetir, ¡a recuperar el ritmo!

Fecha límite: lunes 6 de abril.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Drazham » Mié Abr 01, 2015 6:10 pm

Nada como un buen trabajo en equipo. Nikolai y Saic coordinaron sus ataques satisfactoriamente para acabar con la primera Enredadera. La otra tampoco dio problema alguno, siendo sorprendida por la rápida intervención del aprendiz y cercenada tras recibir una lluvia de cortes. El pequeño asistente, mostrando una mirada de enorgullecimiento, se espolsó las manos.

Con las labores de jardinería terminadas, Niko viró la cabeza hacía Ragun para comprobar que ya había despachado a cuatro de los chuchos Sincorazón en el tiempo que él estaba entretenido con las otras dos criaturas vegetales. Supuso que no sería necesario intervenir en el combate para lo que le quedaba, pero…

¡A-amenaza inminente detectada! —gritó Saic, apuntando con el dedo índice hacia arriba.

Cuando el joven alzó la vista de inmediato al lugar que le estaba señalando la criatura virtual, se topó con una enorme estalactita cayendo a una velocidad vertiginosa. Ni siquiera le dio tiempo a reaccionar cuando chocó contra el suelo, provocando una abundante polvareda que se le metió por todos los orificios de la cara. No parecía haber causado ningún percance del que preocuparse… si es que no contaban al difunto Perro rabioso que se encontraba justo debajo de la puntiaguda piedra.

¿Estáis todos bien? —tosió, expulsando la tierra que se le había metido en la garganta.

A-afirmativo, no detecto daño alguno en mi sistema —balbuceó Saic, limpiándose la capa de polvo que se había acumulado en su visor.

¿Sois los enviados de Hades?

Una voz desconocida irrumpió en la estancia, alertando a Nikolai. Oteó con la mirada por todos lados hasta que la menguante polvareda dejó ver a una misteriosa figura vestida con una larga túnica blanca y una capucha que le cubría casi al completo el rostro, dejando ver solo una lustrosa barba grisácea.

Y no. No hubo tiempo para las típicas preguntas de “¿quién eres?” o “¿qué quieres de nosotros?” en cuanto intervino por segunda vez:

Sí, lo sois.

Sus… ¿ojos? se clavaron en dos relucientes medallas que sostenía en su mano. Ambas de color púrpura y con la forma de una calavera. Idénticas las que les había dado Hades a modo de “protección” y que Nikolai se había guardado en el bolsillo interno de la chaqueta.

Pero en cuanto se llevó la mano a dicho bolsillo al ver aquellos dos medallones en posesión del enigmático individuo, se encontraría con que estaba vacío. También buscó por el resto de sus bolsillos para asegurarse, pero no halló en ninguno de ellos la medalla, confirmando sus sospechas. Que poco les habían durado.

Genial… —Suspiró, cruzándose de brazos y dedicándole una cansada mirada al barbudo—. ¿Eres uno de los subalternos de Hades?

Venid conmigo. Os llevaré hasta la... sauna.

Sin darle al aprendiz la respuesta que esperaba, el encapuchado se encaminó a paso lento hacia el gigantesco portón verde que se encontraba a la izquierda, abriéndose ante la presencia del personajillo.

¿Era buena idea hacerle caso y seguirle? Aun no les había confirmado si trabajaba para Hades, aunque también sabía acerca de la sauna que el dios les había mandado abrir. Además, se llevaba consigo la única garantía de seguridad en el Inframundo que tenían.

Tampoco es que tengamos muchas opciones disponibles, ¿no? —le comentó a Ragun, encogiéndose de hombros—. Al menos nos ahorraríamos el buscar la… la…

A mitad de la frase, Nikolai notó un terrible escalofrío que le erizó los pelos de la nuca y que se propagó por todos sus músculos. El cuerpo se le quedó completamente rígido, con la mirada perdida.

Señor Niko, ¿se encuentra bien? —Se le acercó Saic, mostrando en su visor unos ojos que denotaban preocupación.

¿Eh?—El joven pestañeó varias veces, desconcertado por el extraño suceso—. Sí… estoy bien… debe de haber sido cosa de este dichoso frío —musitó, frotándose los brazos—. Pongámonos en movimiento antes de que me quede tieso.

Si a Ragun le parecía bien, seguirían al encapuchado de la barba para que les guiase hacia la susodicha sauna. Y ya de paso, Niko aprovecharía para que su compañero le resolviese una duda que tenía desde hace un buen rato:

Oye, Ragun... —Hizo una pausa, meditando cual sería la forma más apropiada para exponérsela—. ¿Tanto odias a los de Tierra de Partida cómo para querer ver muertos a esos aprendices de antes?

Tanto pensárselo para que luego no se cortase ni un pelo. Muy típico de él.
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Drazham
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tidus Cloud » Vie Abr 03, 2015 7:21 pm

Finalmente, sus planes para avisar a Zack se fueron al traste. Antes de que pudiera abrir la puerta, Hades lo teletransportó al gimnasio donde se encontraba el resto de los participantes.

Se llevó una mano al pecho mientras tosía a causa del humo en el que lo había vuelto el dios del Inframundo. Sinceramente, hubiera preferido poder avisar a su nuevo amigo, pero si Hades había decidido llevarle directamente allí debía ser porque estaban a punto de empezar la competición. Esperaba que Zack se diera cuenta de que no estaba con él y decidiera volver a buscarlo.

Bavol echó un vistazo a su alrededor y observó a montones de fornidos guerreros liados con sus propios entrenamientos y peleas. Entre todos ellos, una figura llamó su atención. Esbozó una media sonrisa al ver a Fátima sentada en un rincón sola, seguro que también debía ser una de las participantes si se encontraba allí. Al menos, había una cara conocida entre toda esa multitud.

Entonces, una idea se le vino a la mente. Si ambos participaban en los Juegos y derrotaban a sus respectivos contrincantes, llegaría un momento en el que tendrían que enfrentarse entre ellos. Sabía que su compañera era muy fuerte, al fin y al cabo ella era quien se había enfrentado a Jack Sparrow cuando fue poseído por el fantasma de Cortés; sin embargo, también era una oportunidad de demostrarles a todos que no era un niño pequeño y que podía ser un héroe.

El problema era que, teniendo en cuenta lo mucho que se preocupaba siempre Fátima, seguro que intentaría convencerle para que abandonara la competición. Lo mejor sería retrasar el rencuentro hasta después de la primera ronda, así demostraría que era capaz de enfrentarse él sólo a cualquier oponente. Esperando que su compañera no le hubiese visto, Bavol se escondió entre la multitud de hombretones para que Fátima no se diera cuenta de que estaba entre los participantes.

No tardó mucho en aparecer un encargado del coliseo para explicarles las reglas de los Juegos. El gitano prestó mucha atención a todas las indicaciones, intentando memorizarlas para que no le tuvieran que descalificar por incumplir alguna norma. Se frotó las manos con entusiasmo, estaba deseando empezar con la primera pelea.

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¡Siguientes! ¡Bavolio Trené III contra Moc Azos!

Bavol corrió rápidamente a través del túnel para llegar a la arena entusiasmado por poder luchar de una vez por todas. Afortunadamente no había tenido que esperar demasiado para salir a combatir. Le tocó luchar en el cuarto enfrentamiento contra un gordísimo hombre enfundado en una ajustada armadura griega y curiosamente sin ningún arma.

El pequeño Aprendiz no pudo evitar quedarse boquiabierto al contemplar a aquel público eufórico, aplaudiendo y vitoreándoles, deseosos de ver cómo combatían entre ellos. Le encantaba toda aquella parafernalia, le hacía sentirse importante. Alzó una mano y saludó a los espectadores al igual que había hecho Hércules al derrotar al sincorazón camaleón, mientras se dirigía al ring.

¡Preparaos, en sus puestos! ¡Recordad, quiero un combate limpio!

Buena suerte, pequeñín.

Suerte a ti también —le deseó Bavol sonriendo traviesamente e inclinando brevemente la cabeza.

¿Listos? ¡Comenzad!

El pobre niño no tuvo tiempo para evitarlo. Moc estornudó soltando una repugnante masa de mocos verdes sobre Bavol. El Aprendiz empezó a gruñir mientras se quitaba con una mano los mocos de la cabeza.

¡Ahora te vas a enterar, gordiflón!

Puede que Moc no hubiera tenido mala intención, pero aquello había molestado bastante al pequeño. ¿Cómo se atrevía a pringarle con esos asquerosos mocazos? Le iba a tener que enseñar a base de golpes a usar un pañuelo la próxima vez.

Bavol observó cómo su contrincante se lanzó contra él para intentar embestirle, seguramente con el objetivo de sacarle del campo de batalla aprovechando su tamaño. Como no podía superarle físicamente, tendría que hacerlo utilizando sus hechizos.

Intentando ser lo más rápido posible, se apartó de la trayectoria de Moc a la vez que conjuraba un Tenue sobre sí mismo. Ahora que era invisible, esperaba que su adversario se quedara realmente confundido con lo que estaba ocurriendo. Se acercaría sigilosamente para ponerse justo detrás de él y ejecutaría un Piro sobre el trasero de su rival, deseando que éste saliera pitando del ring al sufrir el impacto.

Si no era suficiente, se pondría en el límite del escenario e intentaría llamar su atención con un ”¡Estoy aquí!”. Si Moc corría hacia él tal y como esperaba, se apartaría un poco para no ser arrollado, pero poniéndole la zancadilla, de manera que se acabara tropezando y acabara fuera del campo de batalla.

También sería importante que Moc no volviera a estornudarle encima y le pringara de nuevo con sus mocos, así que cada vez el gitano viera que su oponente iba a estornudar, se apartaría lo más posible de él.

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Tenue (HM) [Nivel 7] [Requiere Poder Mágico: 13]. Vuelve invisible al objetivo temporalmente.

Piro (HM) [Nivel 2] [Requiere Poder Mágico: 3]. Proyectil de fuego lineal, con muy pocas posibilidades de producir quemaduras.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Suzume Mizuno » Dom Abr 05, 2015 3:28 am

¡Siguientes! ¡Bavolio Trené III contra Moc Azos!

«Qué».

Fátima se incorporó como un resorte, con el corazón en la garganta, y se precipitó a contemplar el combate. Intentó convencerse de que podía encontrar un nombre así en el torneo, que sería pura coincidencia, que…

No—gimió al ver al chico gritando al gigante resfriado—. ¡P-pero cómo! ¡Si no estaba en la fila!—Se llevó las manos a la cara y rechinó los dientes, debatiéndose entre la incredulidad y la desesperación.

Si Bavol estaba participando significaba que había firmado. Si estaba allí, es que su alma también estaba en el cupo que iba a acabar en manos de Hades. Y si conseguía llegar a la final, tendría que luchar contra él. Un golpe de vértigo la obligó a apoyarse contra una pared. Se pasó una mano por la frente y se le escapó una carcajada ronca.

Esto es increíble—dijo con voz temblorosa, al borde del llanto.

Pero como el combate ya había empezado, pudo controlarse: la angustia de que Bavol pudiera perder la mantuvo en vilo y, en cierto modo, le permitió despejar la mente. También tomar una resolución:

Si Bavol ganaba, entonces ella tenía que quitarle del camino a todos los enemigos posibles.

Una parte de ella quería creer que lo haría porque era una buena persona y que no permitiría que su compañero se condenara. Aunque tenía ganas de gritarle, zarandearle por estúpido, sabía que no tenía la culpa. Ninguna de esas personas la tenía. Sin embargo, si le derrotaba, no podría vivir con la culpa. Así que tenía que conseguir que ganara.

Otra parte de ella pensaba que hasta el último momento no sabrían qué sucedería. Y que si tenía la más mínima oportunidad de sobrevivir, debía aprovecharla.

****


¡Siguientes! ¡Arion contra Laforet!

«¿Tan pronto? Bueno, mejor.»

Al principio había pensado que la multitud la agobiaría o la haría sentir pequeña. Pero a la hora de verdad ni era consciente de que estaba rodeada por tantos espectadores, porque sólo tenía ojos para su rival. Se le cayó el alma a los pies. Era un chico jovencito, más que ella, con un aire inocente y confiado. La típica persona dispuesta a ayudar a todo el mundo, seguro.

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¡Preparaos, en sus puestos! ¡Recordad, quiero un combate limpio!

«Esto no va a ser limpio, por Dios. A menos que sea un gran espadachín, esto va a estar muy descompensado…»

Aunque eso le venía bastante bien.

Mi padre vendió todos sus ahorros para poder comprarme esta espada —dijo Arion, que desenvainó su espada. De un vistazo Fátima pudo comprobar que no era la mejor arma del mundo. ¿Sería de segunda mano?—. Ha puesto todas sus esperanzas en que cumpliré mi sueño... ¡Y lo haré! ¡Me convertiré en un héroe, como Hércules, y podré sacar a mi familia de la pobreza! ¡Que gane el mejor!

«¡Hay una jodida voluntad decidida a hacerme sentir la peor persona del universo! ¡No sonrías, maldita sea! ¡No me hagas esto!», gimió para sus adentros, invocando su Llave Espada.

Se dijo que no iba a dejar que la hundieran, que tampoco era su culpa aunque estuviera siendo injusta. Porque ella luchaba por su vida, mientras que todos los demás concursantes, incluido Bavol, lo hacían por un estúpido título de aprendiz de Héroe. ¡Como si alguien pudiera comprar ese reconocimiento o ganarlo en un torneo!

Era incapaz de sonreírle y decirle que sí, que ojalá ganara el mejor. También de decirle la verdad. Pero al menos no utilizaría magia contra él y trataría de ser lo más limpia posible. Asintió y también se colocó en posición de combate.

¿Listos? ¡Comenzad!

Cuando Filoctetes bajó la mano, Arion se precipitó hacia ella con la espada en alto. Fátima aguardó hasta el último momento para esquivarlo. Intentaría ponerse a un lado o buscar una abertura donde golpear con la Llave Espada. Atacar de forma tan directa no era muy inteligente, pero quizás se tratara de una táctica para que se relajara. De modo que sólo que si lograba golpearle y ver que era más rápida que él, trataría de rematarlo con un Aturdidor.

En caso de que pudiera detener su ataque, o de que se alejara de ella, lanzaría un Tiro Mortífero. Si lo derribaba trataría de inmovilizarlo poniéndole la Llave Espada al cuello o en el pecho. En caso contrario, mantendría la distancia para evaluar qué hacer.


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▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] [Fuerza: 12] Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.

▪ Tiro mortífero (HC) [Nivel 15] [Requiere Puntería: 13]. Lanza el arma hacia los enemigos, siendo capaz de causar aturdimiento.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: Ronda #8 - De cero a héroe

Notapor Saxor » Mar Abr 07, 2015 10:21 am

¡¿Cómo has dicho?!—como era de esperar, Fil brincó de la sorpresa al oír lo de los Juegos, y Hércules no tardó en fruncir el ceño.

¿E-estás seguro de lo que dices? No es posible... Cuéntanos todos los detalles que sepas.

No sé mucho más, me lo contó uno de mis compañeros... Al parecer hay una letra pequeña en la hoja de inscripción, que indica que los perdedores deben entregar su alma.—comenté con los brazos cruzados. Y obviamente, Fil no podía estar más enfadado ante la situación.

¡¿Primero los malditos monstruos se las apañan para apuntarse a mis Juegos y ahora ese maldito dios quiere echarlos a perder?!

Cálmate Fil, ¡tenemos que hacer algo! Debemos cancelar los Juegos y tal vez debería avisar a mi padre...

Espera, espera, chico, interrumpir los Juegos podría ser una pésima idea. —rechazó el sátiro antes de que pudiera decir nada. Como ya había dicho antes la razón de que no se debieran cancelar, no la repetí porque había que ir lo más rápido posible—. Estamos hablando de Hades, eso son asuntos serios. Los dioses no se entrometerán en asuntos como estos sin pruebas, ni siquiera el pez gordo de ti papi. ¡Necesitamos alguna evidencia de su culpabilidad!

¡De acuerdo! Iré a...

Tú no vas a ninguna parte. Ya tienes suficiente con lo tuyo, vete a descansar. Yo tengo que ocuparme de los Juegos así que...

Mientras ellos dos estaban hablando, me vibró el móvil, indicando que me había llegado un mensaje. Sin embargo, al estar frente a dos personas propias de aquel mundo, no podía mirarlo en ese momento. Entonces Fil me miró.

¡Tú! Tú y tus amigos nos ayudaréis, para eso os ha mandado Lyn, ¿no? Bajad al Inframundo y encontrad alguna prueba que demuestre que Hades está gafando los Juegos, y de paso comprueba tu teoría de que es él quien controla a esos sincorazón. ¿Entendido?

Asentí la cabeza inmediatamente ante la propuesta, ya que era la mejor opción. Sin embargo, iba a ser un problema reunir a mis compañeros, entre otras cosas porque solo tenía el teléfono de Malik, Fátima estaba muy ocupada con el torneo, y no tenía ni idea de dónde se encontraba Bavol, salvo que estaba entrenando con Zack en alguna parte. De paso, Hércules no pareció querer quedarse sin hacer nada.

Pero Fil... Está bien, confiaré en vosotros. Pero tened cuidado ahí abajo, nunca se sabre lo que puede haber... Oh, creo que puedo ayudaros a llegar.

Ante la propuesta de Hércules, me quedé algo pensativo. ¿Cómo nos ayudaría a llegar? No tardé en hallar la respuesta cuando, tras su silbido, vino un caballo volando (literalmente, tenía alas), que descendió a una velocidad impresionante. Yo me quedé con los ojos de par en par, y Guilmon tenía la boca completamente abierta. Si aquello fueran dibujos animados, la boca seguramente le habría llegado hasta el suelo.

Se llama Pegaso. Os llevará hasta el Inframundo y os ayudará en todo lo que pueda. Pero intentad no subiros demasiados encima a la vez, ¿eh?

¡Venga, chico, espabila! ¡Ve a buscar a los demás y derechitos al Inframundo! ¿Alguna pregunta?

¿Eh? Oh, sí —me sacudí la cabeza de lo anonadado que estaba. Había estado en una nave extraterrestre, no debía impresionarme por cualquier cosa que viera—. ¿Cómo es el Inframundo? No he estado nunca allí, así que no sabría muy bien por dónde ir...—una vez me respondiera, empezaría la misión.

»Y recuerda, regla noventa y cinco, ¡concéntrate!

Tras asentir, Guilmon y yo nos alejamos de ellos dos un poco para poder mirar el mensaje de Malik. Para mi sorpresa, al final resultaba que Malik ya había empezado a actuar por su cuenta. Rápidamente respondí al mensaje, aunque no sabía si había llegado ya al Inframundo o no (y si había cobertura, aunque siendo capaz de enviar mensajes a través del Intersticio no creía que hubiera problemas).

Yo voy a ir al Inframundo para buscar pruebas de lo que ha hecho con el torneo y con el mundo, y que los otros dioses le paren los pies. Si vas a ir conmigo, regresa al campo de arena donde estaban las filas. Allí me encontrarás junto a un caballo con alas. Y lo siento, ya han empezado los Juegos, no podré avisarla.


Tras enviar el mensaje, guardé rápidamente el teléfono. No tenía tiempo para ir a buscar a Bavol ni tampoco de avisar a Fátima (menos aún si estaba ya participando), por lo que tuve que resignarme a esperar. Si me llegaba un mensaje que indicara que no me acompañaba, no le esperaría e iríamos Guilmon y yo junto a Pegaso directamente al Inframundo. Si venía, indicaría a Guilmon que entrara en el teléfono y entonces me montaría en Pegaso junto a él.
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
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Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
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Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Sombra » Mar Abr 07, 2015 11:59 pm

Poco a poco fui eliminando a los sincorazón, el primero de un tajo horizontal para acto seguido dar un salto y acabar con otro de ellos tras caer sobre él clavando mi llave espada sobre su cabeza. Ahí no pude evitar un mordisco que no resultó fatal, pero que obviamente dolía. Obviamente contraataqué asestándole una letal estocada y tras correr contra otro de ellos asesté un golpe vertical con el que pude matar a aquella pobre criatura. Solo quedaba uno. Lo miré de frente, preparado para dar punto y final a aquel combate.

¡A-amenaza inminente detectada! —El grito del compañero de Nikolai fue lo que me salvó la vida, ya que de no haber sido así habría corrido hacia el perro volviéndome papilla bajo los escombros.

El perro murió aplastado, seguramente al instante cuando la estalactita impactó econtra el suelo provocando que un montón de polvo saltase en todas direcciones impidiéndome ver durante unos momentos. Cerré los ojos instintivamente para no acabar cegado por demasiado tiempo mientras cubría con mis brazos mi nariz y mis ojos a la vez que cerraba con fuerza mis labios.

¿Estáis todos bien? —pude escuchar decir al aprendiz.

A-afirmativo, no detecto daño alguno en mi sistema.

Sí, gracias a su aviso sigo vivo —tuve que admitir en aquel momento cuando la polvareda empezaba a disiparse.

¿Sois los enviados de Hades?

Aquella repentina pregunta nos pilló con la guardia baja tanto al aprendiz como a mí, que empezamos a buscar con la mirada el origen de aquella misteriosa voz. Cuando la polvareda se hubo disipado lo suficiente los tres pudimos ver a un completo desconocido enfundado en una túnica blanca con una capucha que imposibilitaba distinguir su rostro, aunque al menos podíamos ver su larga barba gris, lo que seguramente significase que aquella persona era un anciano.

Sí, lo sois —afirmó sin darnos pie a responder.

En ese momento pareció mirar su mano con cierta atención, al forzar un poco la vista pude ver dos medallones púrpuras con la forma de calaveras idénticos a los que Hades nos había entregado.

<<Un momento...>>

Con cierto nerviosismo me palpé el pecho comprobando que donde había colocado la medalla ya no había nada. Aquel bastardo nos las había robado, y aquello no parecía ser buena señal... O eso me pareció

Genial… —suspiró sarcástico Nikolai cruzándose de brazos tras eso—. ¿Eres uno de los subalternos de Hades?

Venid conmigo. Os llevaré hasta la... sauna.

Sin siquiera responder a la pregunta del aprendiz el individuo caminó hacia el portón de la izquierda, ¿no era por allí donde se iba a los aposentos de Hades? No estaba seguro del todo. La puerta verde se abrió en cuanto el encapuchado se acercó.

No me fiaba de alguien que nos había robado, pero por ahora no parecíamos tener más opciones. Si nos daba algún problema siempre podríamos enfrentarnos a él. ¿Qué podría hacer un simple anciano de todas formas?

...Además de robarnos sin que ni nos diésemos cuenta, claro.

Tampoco es que tengamos muchas opciones disponibles, ¿no? —se encongió de hombros. No tuve más remedio que darle la razón por mucho que me pesase... Aunque algo me decía que a él tampoco le agradaba la idea—. Al menos nos ahorraríamos el buscar la… la…

¿Ocurre algo?

Señor Niko, ¿se encuentra bien? —Su "mascota" (si es que podía llamarla así) se acercó a él con preocupación.

¿Eh?—Dijo un tanto desconcertado—. Sí… estoy bien… debe de haber sido cosa de este dichoso frío —ladeé la cabeza ante su respuesta, más que tener frío parecía que había quedado absorto con alguna cosa—. Pongámonos en movimiento antes de que me quede tieso.

Será lo mejor —asentí caminando al fin tras el encapuchado manteniendo una distancia prudencial con el individuo.

Oye, Ragun... —Nikolai hizo una pequeña pausa para captar mi atención—. ¿Tanto odias a los de Tierra de Partida cómo para querer ver muertos a esos aprendices de antes?

Más que odiarles... Simplemente lo hago porque es mi vida o la de ellos —respondí—. Si Tierra de Partida de verdad busca eliminar del todo la oscuridad como si se tratasen de unos fanáticos significaría que a la larga no solo destruirían sincorazón, algo que ya es malo para mí de por sí. Cuando acabasen con todos en tal vez unos cuantos cientos de años también irían por aquellos afines a la oscuridad...

>>Entiendo que los sincorazón somos un problema enorme y es necesario eliminar a los de tipo emblema y a muchos purasangre para que no aumente demasiado nuestro número y no acabemos destruyendo el balance del mundo, pero no quiero ver como nos masacran a todos y cada uno de nosotros.

Hice una breve pausa.

Y por suerte o por desgracia yo fui en su momento reclutado por Tierra de Partida, por lo que todavía tengo seres queridos allí... Pero aún así no quiero que masacren a toda una especie por sus ideales de que la luz debe eliminar todo ápice de oscuridad. Todo es necesario en este mundo; luz, oscuridad, fuego, electricidad, espacio, tiempo, tierra... Todo.

Joder, vaya discurso me había montado.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tanis » Mié Abr 08, 2015 10:32 pm

Malik.

Siguió a la muchacha hasta la antesala sin decir mucho más que su nombre, intrigado todavía por ella, su información y el misterio que parecía rodearla. Se preguntó mucho más seriamente porqué esa chica querría que él fuera a ver a Hades para salvar las almas de los participantes.

Por los bajos fondos de Tebas dicen que Hades está muy interesado en que alguien abra para él la cerradura que mantiene sellado un lugar del Inframundo, clausurado por el mismísimo Zeus. Se supone que está tan desesperado por lograrlo, que está dispuesto a concederle cualquier cosa a aquel que lo consiga.

»... O eso dicen.

Él observó la elegancia de sus movimientos al sentarse y miró disimuladamente en derredor. Estaban solos, por supuesto. Desvió la vista hacia ella de nuevo, escuchando sus palabras. Frunció un poco el ceño, meditabundo. No le terminaba de convencer nada de eso, a pesar de que estuviera dispuesto a ir para investigar sobre la cerradura. Aunque más que investigar, quería asegurarse de que Hades no utilizaba a sus amigos de Bastión Hueco para abrirla. Quién sabía si saldrían espectros o sincorazones o monstruos del Averno infinito de ella. Desde luego no quería ser el causante de algo así otra vez.

¿No crees que por algo está sellada entonces? —preguntó suavemente.

No sé mucho más. Como comprenderás, aunque tenga interés en el premio de Hades, no me he aventurado a bajar hasta el mundo de los muertos yo misma por razones obvias. Pero tu novia parecía muy desesperada por una solución a vuestro problema, y por la llave gigante que utilizó contra el monstruo de antes, deduzco que sabéis bastante sobre cerraduras. ¿Me equivoco?

Muy a su pesar, Malik chasqueó la lengua y gruñó:

No, no te equivocas.

«Y parece que tú también sabes bastante sobre llaves». Decidió que era algo que debía comunicar a Tierra de Partida. No le estaba gustando el cariz de su conversación, por mucha información útil que fuera. Malik no era un jovencito ingenuo, sabía que cuando alguien te soltaba un filón de cosas que no sabías en el momento más indicado era porque debías temer lo peor. Una trampa, por ejemplo. Con eso en mente siguió los pasos de Meg hasta la puerta de salida.

Muchos lo han intentado, pero ninguno ha vuelto. Si crees que vosotros podéis conseguirlo adelante. Yo sólo te lo cuento... porque sé lo que es deberle algo a Hades.

Eso le hizo alzar las cejas, un poco desconcertado, confuso. Deberle algo a Hades. Algo. ¿Le debería su alma también? ¿Sería por eso que quería ayudarles? No tenía modo de saberlo, y era demasiado educado como para preguntar sin conocerla demasiado. Extrañado por su sorpresa, se asomó hacia afuera para ver qué era aquello que la había hecho interrumpirse. Su propia sorpresa fue cuando descubrió a Saxor hablando con un sátiro, un atractivo joven, alto y musculoso, y un caballo alado blanco.

Suerte.

Se volvió hacia Meg, que se estaba alejando de él y la puerta y observó su marcha.

Gracias, supongo...

No tenía que pensar mucho en lo que hacer: iba a ir al Inframundo a intentar liberar esas almas. Y de paso descubriría todo lo que pudiera sobre la cerradura. A pesar de que todo aquello fuera un posible cebo, no iba a quedarse quieto. No desconfiaba de las habilidades de Fátima para ganar, al contrario que Meg, pero si podía pelear por todos los demás desgraciados que entregarían su alma a cambió de la participación, entonces no le quedaban muchas opciones.

Avanzó rápidamente a zancadas hacia Saxor en cuanto vio que este se alejaba un poquito de sus interlocutores. Entonces vibró su teléfono, aunque no le hizo caso. Dio por sentado que el muchacho había leído su mensaje y contestado, pero en lugar de escribirle otro, lo cual sería algo absurdo, se plantó junto a él como quien no quería la cosa.

Hola —saludó, mirando de lado tanto al joven musculoso como al caballo y al sátiro y apartó a Saxor un poco más de ellos—. No tengo mucho tiempo, las cosas se han complicado y tengo que ir al Inframundo, sea lo que sea que me respondieras, ¿qué era?
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Ronda #9 - De cero a héroe

Notapor Astro » Lun Abr 13, 2015 2:07 am

Bastión Hueco


Sin preguntas y sin respuestas, ambos aprendices siguieron al extraño guía atravesando la enorme puerta de brillos verdes, que se cerró con fuerza tras su paso. Lo que se encontraron a continuación fue una caverna igual de lúgubre y deprimente que el sitio donde habían caído. A su alrededor, pequeñas esferas de humo blanco flotaban en el aire, casi inmóviles, y brillando levemente de vez en cuando. De alguna forma, aquellas bolitas les servían para iluminar el camino.

El barbudo siguió andando, bajando unas escaleras con un ritmo lento. No decía ni una palabra, ni siquiera se dignó a responder a cualquier pregunta que los dos jóvenes pudieran formular. Una auténtica tumba.

Siguiendo las escaleras, se encontraron una densa niebla en la parte inferior de la gruta. Con sólo mirarla, uno podía deducir que sería bastante difícil orientarse si se entraba allí. Pero eso no evitó que el misterioso guía se internara sin dudar. Pronto, le perdieron de vista.

Seguid recto. —Su voz resonó en toda la caverna, indicándoles que le siguieran.

Y efectivamente, entrar en la niebla fue bastante agobiante. No se veía nada, apenas podrían verse sus manos, e incluso tendrían la sensación de que les costaba un poco más respirar. Siguieron andando hacia delante, tal y como les había indicado hasta que... Todo cambió.

Algo golpeó con violencia el hombro de Nikolai, derribándole al suelo de cara. Lo mismo le ocurrió a Ragun, salvo que a él le golpearon todavía más fuerte en la barbilla, provocando que cayera de culo. Auch.

Vivos...

Alrededor de ambos aprendices, la niebla empezó a aclararse, formando un claro con ellos en el centro. No había rastro de qué o quién les había golpeado, aunque el dolor que sentían desde luego era real.

Éste no es vuestro lugar...

Poco a poco, el origen de las voces que escuchaban se fue mostrando. Eran personas, que salían de la niebla, rodeándoles completamente. Sus cuerpos tenían un extraño brillo azul, y si se fijaban verían que eran levemente transparentes.

Eran almas.

Ragun...

Una figura destacó de las otras, acercándose más a los aprendices. Era un chico joven, que vestía ropa de gladiador y con un gran hueco en su pecho. Justo donde debería estar su corazón.

Ragun le reconocería. Era el chico al que Garland poseyó durante la Copa Phil. El mismo al que tuvo que clavarle su llave espada en el corazón.

El chico al que mató.

Tú me mataste...

Poco a poco, se acercaba hacia los dos aprendices. Y como él, el resto de las almas también se acercaban despacio, cerrando el círculo que habían formado alrededor de ambos.

Los muertos reclamaban su lugar. Encima, no había rastro alguno del encapuchado barbudo.

¿Qué harían ahora?

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Bavol


El público soltó una gran exclamación cuando el pequeño Bavol desapareció, oculto por su hechizo de invisibilidad.

Moc Azos fue el más sorprendido de todos, mirando hacia todos lados en busca de su rival mientras se sonaba con fuerza. Eso sí, el Piro a su culo funcionó a las mil maravillas. El gigantón dio un brinco nada más sintió sus nalgas en llamas, echando a correr cual alma que lleva el diablo, saliéndose del ring sin darse cuenta.

¡Ha salido fuera! ¡El ganador es...! ¡¡Espera, tú eres...!! —Fil miró con los ojos abiertos como platos a Bavol.

El sátiro gruñó por lo bajo, sin quitarle los ojos de encima al aprendiz, seguramente porque acababa de reconocerle. ¿Cómo habría conseguido apuntarse a los Juegos?

Los gritos del público le obligaron a reaccionar. Le echó una mirada de pocos amigos a Bavol, antes de anunciar:

¡El ganador es Bavolio Trené III!

Los aplausos resonaron por todo el coliseo, alabando la hazaña del niño que acababa de derrotar al gigante. Aunque el gitanillo pudo disfrutar poco de la escena, ya que pronto le metieron prisa para que volviera al gimnasio con el resto de participantes.

Por el camino, se cruzó con Moc, al que mandaban a la enfermería para que le miraran el culo.

Eres muy fuerte, pequeñín —dijo, sonriente—. Toma, para que te de suerte.

Sin esperar una respuesta, dejó caer el pañuelo que había usado para sonarse sobre la cabeza de Bavol. Tenía todas la buenas intenciones del mundo, pero estaba lleno de pringue verde nada agradable. Ugh. Moc se despidió con un gesto de la mano, y se marchó.

Bavol, por su parte, volvió al gimnasio. Había ganado el primer combate.

Pero, sin saberlo, había condenado el alma de un inocente.

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Fátima


Fue mucho más fácil para Fátima de lo que se podría haber pensado. Pudo esquivar a Arion y golpearle con su llave con clara superioridad, rematándole con un Aturdidor que le arrojó fuera del terreno de combate.

¡Ha salido fuera! ¡La ganadora es Laforet! —anunció Fil.

Los aplausos resonaron por la arena, alabando la rapidez con la que había conseguido la victoria. Arion, por su parte, no estaba tan contento. Dio un puñetazo al suelo con rabia, levantándose del suelo mientras recogía su espada. Se acercó hasta Fátima, cabizbajo, para decirle algo antes de que le mandaran a la enfermería:

Enhorabuena —se limitó a decir, cabizbajo, dirigiéndole una tímida sonrisa.

Enseguida, la aprendiza tuvo que volver al gimnasio con el resto. Ella sí que lo sabía. Había condenado el alma de un inocente.

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Saxor & Malik


En cuanto se pusieron al día mutuamente, y con Guilmon guardado en el móvil de Saxor, ambos aprendices se subieron en Pegaso. El animal no esperó ni un segundo: extendió las alas, y despegó a toda velocidad. Si alguno de los dos no se había agarrado bien, seguramente estuvo apunto de caerse.

El vuelo fue rápido y sin complicaciones. Estuvieron apunto de chocar con un solitario pájaro despistado, pero aparte de eso no hubo más incidentes.

Tras cinco minutos de avanzar por el aire, Pegaso cambió el rumbo radicalmente, bajando en picado con una velocidad de vértigo. A simple vista, parecía que iban a estrellarse. De hecho, el duro y mortal suelo cada vez estaba más y más cerca... ¡¿Se había vuelto loco el caballo alado?!

Por suerte para ellos, no. En el último momento giró las alas para redirigir el vuelo, entrando a toda vela en una gruta oculta a simple vista. La luz abandonó por completo a los aprendices, que no podrían verse ni sus propias manos. Bajaban y bajaban, cada vez sintiendo más frío a su alrededor.

El apagón no duró mucho. Todavía en el aire, salieron del túnel en el que Pegaso les había metido, para descubrir que ahora sobrevolaban un gran río subterráneo de agua oscura. Desde luego, no parecía el típico río en el que uno querría bañarse. Pequeñas antorchas formadas por huesos colocadas en las orillas iluminaban la zona, dejando ver que en el fondo del agua se amontaban una gran cantidad de esqueletos. Incluso parecía que algunos hasta se movían.

A lo lejos, podrían divisar lo que les podría parecer una barca con una figura subida en ella, pero se movían demasiado rápido en dirección contraria como para poder observarlo bien.

Pegaso continuó con el trayecto, que pronto acabó cuando divisaron tierra. El caballo descendió con brusquedad una vez más, aterrizando con bastante maestría. Cuando los dos aprendices se recuperaran, podrían admirar el amigable lugar en el que habían acabado.

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Una gran caverna, fría, húmeda y que olía mal. Tampoco podían pedir mucho más, al fin y al cabo estaban en el Inframundo.

Lo importante era que ante ellos se abrían dos posibilidades. Aparte de volver, claro. Dos enormes puertas destacaban como únicas formas de avanzar: la de la derecha, con líneas pintadas de color azul; y la de la izquierda, con las líneas verdes. Ambas estaban cerradas, pero si probaban a empujar un poco hacia un lado podrían abrirlas lo suficiente como para pasar.

La mala noticia era que no tenían pista alguna de qué camino debían tomar para cumplir sus objetivos. ¿Por dónde estaría la cerradura de la que Meg había hablado a Malik? ¿Y dónde debería ir Saxor para encontrar pruebas contra Hades? Pegaso tampoco sirvió de ayuda alguna. El caballo relinchaba, incómodo por el lugar.

Decisiones, decisiones.

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Pegaso irá con quien vosotros queráis, siempre que le llaméis, tenedlo en cuenta.


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Fátima & Bavol


Después de los respectivos combates de los aprendices, el resto transcurrieron con relativa normalidad. Algunas eran rápidas, como las suyas. Otras, bastante lentas. Por desgracia para ellos, desde el gimnasio no se podía observar la arena, por lo que permanecían en la ignorancia hasta que veían volver al ganador.

Entre los que ya habían vuelto, y se calificaban para la siguiente ronda, la mayoría eran los brutos musculosos de los que ya estaban acostumbrados. Aunque hubo uno que, seguro, llamó su atención. ¿La razón? Que iba completamente tapado por una capa morada, ocultando cualquier parte de su cuerpo. Su nombre, Ela. Encima, su combate había sido el más rápido de todos, incluso más que el de Fátima.

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Puede que Fátima recordara el hombrecillo al que habían colgado en el techo antes de que la ronda eliminatoria empezara. Sorprendentemente, había conseguido ganar pese a ser un auténtico palillo de hombre. Según la tabla, se hacía llamar Gafas, haciendo honor a las que llevaba puestas.

No hubo nada más destacable, excepto el destrozo de uno de los aparatos de ejercicios por parte de un participante. Enhebrador, era su nombre de participante, se quejaba a los cuatro vientos de que su oponente no se había presentado. Él quería matar a alguien, decía. Tuvieron que acudir todos los organizadores del coliseo posible para calmarle, antes de que siguiera destrozando más cosas.
Y podría haberlo hecho. Era un hombre altísimo, fornido, con el pelo largo y sucio y una máscara metálica que ocultaba todo su rostro. Su presencia, de alguna manera, imponía cierto miedo.

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Diez minutos después del último combate, con los dieciséis ganadores ya reunidos...

¡El sorteo ha terminado! ¡Este será el orden de los combates! —exclamó un organizador, mostrando una gran pizarra con la tabla de los Juegos.

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¡Los participantes del primer combate tienen cinco minutos para prepararse!

Eso iba para Bavol, que le había tocado ser el primero. Su oponente, El Puto Amo, estaba junto a la mesa donde habían dejado algo de comida para los participantes, acaparándola toda para él. Vestía una peculiar máscara que ocultaba su cara y una túnica que sólo dejaba visibles unos musculosos brazos. Aunque no era demasiado alto, la verdad, no mucho más que Bavol.

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Fátima, por su parte, tendría que enfrentarse a un tal Fortuno. Era uno de los brutos del gimnasio, que en ese momento estaba al lado de Enhebrador. Ninguno de los dos hablaban, simplemente se dedicaban a observar a los demás en un sepulcral silencio.

Bavol y Fátima podían aprovechar para hablar entre ellos y con algún participante más, antes de que las peleas empezasen. Porque ahora, empezaría lo serio de verdad.

Ah, y si alguno buscaba lo suficiente, descubriría lo que era de imaginar al leer su nombre. Mogucles era un moguri que, de alguna manera, se las había apañado para entrar en los Juegos y pasar la ronda eliminatorio. Lo más curioso de todo era que parecía ir disfrazado de Hércules... Peluca incluida. ¡Qué monada!




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Fátima
VIT: 32/32
PH: 18/46

Ragun
VIT: 100/104
PH: 38/52

Malik
VIT: 64/64
PH: 26/26

Nikolai
VIT: 26/26
PH: 13/18

Saic
VIT: 14/14
PH: 4/6

Saxor
VIT: 50/50
PH: 28/34

Guilmon
VIT: 30/30
PH: 10/14

Bavol
VIT: 40/40
PH: 19/30

Fecha límite: domingo 19 de abril.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tidus Cloud » Vie Abr 17, 2015 8:21 pm

La estrategia de Bavol resultó ser un éxito, consiguiendo echar a Moc del ring con su hechizo ígneo. Con su oponente derrotado, el pequeño anuló el conjuro de invisibilidad y volvió a aparecer para hacer una reverencia ante aquel público entusiasmado. Tampoco se le pasó por alto la reacción de Fil al descubrir que había conseguido colarse en los Juegos.

Había pasado la clasificatoria, de manera que supuso que el sátiro no podría echarle así como así de la competición. No obstante, para prevenir incidentes, prefirió no decirle nada directamente y se limitó a hacerle un gesto con la mano a modo de saludo.

Disfrutando de los numerosos aplausos y vítores, Bavol abandonó el ring entre reverencias y alguna que otra posturita con los brazos para representar lo fuerte que era. Parecía que por fin había encontrado a un público dispuesto a reconocer su poder, ¡y eso le encantaba!

Mientras regresaba con el resto de participantes, se encontró con Moc Azos, quien decidió regalarle su pañuelo lleno de mocos como amuleto de la suerte. Agarró el obsequio con la punta de los dedos por un trocito de tela que no estaba pringado y se quedó mirándolo mientras se dirigía a la enfermería, preguntándose si sería una broma o en realidad lo hacía con buena intención.

Fuera como fuese, en cuanto Moc se quitó de en medio, tiró el pañuelo bien lejos.

Uff, ¡qué asco! —exclamó limpiándose por si acaso la mano con la que había tocado el pañuelo en la túnica.

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Los combates continuaron y poco a poco se fue confeccionando el listado final de participantes de los Juegos. Tenía que reconocer que era un grupo bastante variopinto, desde fornidos hombres a luchadores enmascarados, incluyendo entre ellos a un moguri vestido de Hércules. Sin olvidarse de Fátima, que tal y como esperaba había pasado la ronda eliminatoria. Estaba convencido de que si él era capaz de derrotar a todos sus oponentes, se acabarían enfrentando ellos dos en la final.

Tras un rato, uno de los organizadores del torneo mostró una tabla con el orden de los combates. Bavol se acercó a la pizarra y buscó con curiosidad contra qué luchadores podría enfrentarse antes de ese esperado combate final contra Fátima.

¡Los participantes del primer combate tienen cinco minutos para prepararse!

¡Ése era el suyo! Dirigió una mirada al que sería su adversario. Era uno de esos luchadores enmascarados y parecía que le gustaba la comida, puesto que se la estaba zampando él solo. Le resultó curiosa la pequeña estatura del otro participante, quizás también era tan joven como él. Sólo había una forma de averiguarlo…

¿Así que tú eres Pluto, eh? —saludó Bavol acercándose a su rival sin haberse aprendido muy bien su nombre—. Vamos a luchar en el próximo combate, así que hay que ir a por todas. Sólo uno de los dos puede ser un verdadero héroe y está claro que ése seré yo. —Esbozó una media sonrisa con orgullo a la vez que ponía una nueva pose heroica.

» La verdad es que no pareces muy mayor… ¿Tú también tienes once años?

Era una pregunta inocente, se podía ver bien claro en la expresión del niño. Simplemente su aspecto le había llamado la atención y por eso había preguntado, al fin y al cabo no iba a dudar de alguien por su altura. No tendría sentido teniendo en cuenta que él mismo era el más bajito, exceptuando al moguri, claro.

Una vez Pluto hubiera contestado la pregunta o le hubiera hecho cualquier tipo de comentario que desease, echó una mirada a la Aprendiza de Tierra de Partida. Tal y como le había pasado con Fil, se dio cuenta de que, habiendo pasado la ronda eliminatoria, Fátima no conseguiría convencerle de abandonar los Juegos, de manera que ya no tenía sentido no acercarse a ella a saludar.

¿Qué tal, Fati? ¿Has visto mi combate? —Se llevó una mano a su bíceps con orgullo—. Si lo hacemos bien los dos, nos enfrentaremos en la final. ¿No te gusta cómo suena? —concluyó con una sonrisa.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Suzume Mizuno » Sab Abr 18, 2015 4:28 am




¡Ha salido fuera! ¡La ganadora es Laforet!

Los aplausos la ensordecieron. Fátima se quedó en postura de ataque, sorprendida, al ver que había arrojado al chico de un golpe fuera del campo. Se irguió con lentitud y experimentó un golpe de alivio. Hasta ese momento no se había dado cuenta de lo tensa que se encontraba. Se apartó el pelo de la frente sudada y tragó saliva. Tenía la garganta reseca y el corazón le latía tan fuerte que casi hacía daño.

Arion golpeó el suelo, rabioso, y recogió su espada. Fátima parpadeó rápidamente, conteniendo las lágrimas. El muchacho se acercó a ella y dijo:

Enhorabuena —Y le sonrió, tímido.

Fátima se mordió la lengua y le devolvió el gesto.

Muchas gracias—respondió con un hilillo de voz.

Le siguió con la mirada mientras se lo llevaban, probablemente para atender sus heridas, y después ella misma abandonó la arena, reprimiendo a duras penas las arcadas. El bilis le llenó el palador de un sabor agrio y escupió a un lado antes de regresar al gimnasio.

Uno menos.

*




Fátima miraba con el ceño fruncido al luchador que, en su opinión, era de los que más destacaba de entre los aspirantes al rítulo de Aprendiz de Héroe. El tal—o la tal— Ela, que se cubría de arriba abajo con una capa morada. Era quien había terminado más rápido su combate. No lo había visto, pero debía haber sido fulminante. Y eso le puso los pelos de punta. Esperaba que alguien acabara con él… O que le tocara a ella y no a Bavol. Porque el pequeño lo había logrado. Eso no significaba que fuera a vencer en todos los combates, y Fátima se mordisqueaba una uña mientras observaba a sus rivales y rezaba porque no le tocara ninguno complicado al chico.

Parecía, sin embargo, complicado.

Nerviosa y con el cerebro funcionándole a mil por hora, intentaba no pensar en la carita de Arion, en que nunca podría hacer que su padre se sintiera orgulloso de él y que había sido todo por su culpa.

«No», gruñó para sus adentros, categórica. «Incluso si no hubiera estado yo, se habría apuntado. Y estaría condenado. Así que a la mierda, nada de victimismo. Ahora lo importante es ganar y que Bavol llegue a la final».

Siguió estudiando a sus oponentes. Le sorprendió ver al hombre delgado, al que recordaba vagamente haber visto colgado del techo. Con las gafas —no tenía ni idea de que existieran en esa época— parecía una especie de mosquito.

Un tal Enhebrador montó un jaleo, tanto que los organizadores tuvieron que detenerle antes de que destrozara el gimnasio, porque su oponente no había hecho acto de presencia. Fátima se pasó la mano por los ojos y se dijo que no era raro. Ella tampoco querría enfrentarse a un tipo tan bruto como ese. ¡Y esa máscara resultaba tan siniestra…!

Vio también a un encapuchado y a un… ¿Un moguri? Y había sobrevivido a la primera ronda, así que o su contrincante había sido patético o era una criaturita muy fuerte.

¡El sorteo ha terminado! ¡Este será el orden de los combates!

Fátima se precipitó hacia la pizarra con ansiedad y lo primero que hizo fue comprobar quién era el oponente de Bavol.

«El put... Oh, Dios. Hombres»

¡Los participantes del primer combate tienen cinco minutos para prepararse!

«Mierda».

Comprobó de un vistazo quién sería su rival, un tal Fortuno. Se quedó con el nombre y luego se apresuró a ir en busca de Bavol.

Lo vio hablando con su próximo oponente y se abrió paso entre los aspirantes lo más rápido que pudo. Por el camino localizó a Fortuno, sentado junto al Enhebrador. Un hombre fuerte, que no se distinguía en principio de los demás por nada… excepto por cómo observaban a sus adversarios. Le puso la piel de gallina.

¿Qué tal, Fati? ¿Has visto mi combate? —Bavol se le había acercado mientras ella miraba hacia otro lado. Muy orgulloso, marcó uno de sus bíceps—. Si lo hacemos bien los dos, nos enfrentaremos en la final. ¿No te gusta cómo suena?

Fátima se debatió entre el deseo de cogerlo por los hombros y sacudirlo, gritándole qué había estado pensando cuando decidió inscribirse y el autocontrol. Terminó predominando el último y se las apañó para sonreír.

No he podido verlo porque no nos dejan salir, pero he escuchado los aplausos. Has debido estar impresionante—Respiró hondo y añadió—: ¿A la final? ¿Crees que podrás pasar por encima de todso esos?—Le dedicó una sonrisa maliciosa y señaló a los candidatos con el pulgar—. Algunos parecen duros de roer. Pero eso es bueno para ti, ¿sabes? Te van a subestimar porque piensan que eres un niño. Si vas con un poco de cuidado y demuestras que eres más listo que ellos, entonces sin creo que sí que puedes llegar a la final—Le revolvió el pelo—. Así que si quieres ganar, ten cuidado y sé más inteligente que todos ellos—Se agachó un poco y le miró con seriedad—. Porque lo eres, ¿no? Si por un error tonto acabas fuera sería una pena.

Esperó a que contestara, aunque, conociéndole, no querría hacerle demasiado caso. A los niños no les gustaba que les dieran órdenes, ni tampoco consejos. Se creían los reyes del mundo —y puede que para ellos lo fueran—. Pero no podía contenerse. La idea de que perdiera, de que su alma quedara condenada le cortaba la respiración.

Antes de que se le notara lo angustiada que se encontraba, le dio una palmada en el hombro y dijo:

¡A por él! ¡Ni se te ocurra perder!

Y le observó marcharse con el corazón en un puño. Después empezó a pasear por el gimnasio, observando a su oponente. También intentaría estudiar a Gafas y Mogucles, ya que uno de los dos sería su siguiente rival si conseguía superar a Fortuno. Cualquier información que pudiera recopilar sería útil y, en cualquier caso, era mejor a esperar en silencio a que Bavol regresara. O que pensar en Arion.

Al menos esperaba que Fortuno no la hiciera sentir como el peor ser humano que pisaba la tierra y le diera motivos para querer derrotarlo. Aunque dudaba que pudiera desear condenar el alma de nadie.

Excepto la de Hades. Si es que ese monstruo tenía alma, claro.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Suzume Mizuno
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