[Bosque de los 100 Acres] Un mundo de papel

[Sombra]

04:36 AM
1 de agosto del 1212 D.G.

Una veloz figura con rasgos felinos se movía con gracilidad a través de los pasillos del nocturno castillo de Tierra de Partida. Atravesó una puerta y un salón alcanzando la biblioteca del castillo, donde miraba hacia todos lados en busca de algo en concreto. Una sonrisa se dibujó en sus pequeños labios cuando encontró lo que quería: El libro del Bosque de los Cien Acres.

La muchacha de ojos dorados y revoltoso cabello plateado coronado por un enorme lazo rojo se pasó los dedos por la comisura de los labios y cogió el libro con ambas manos con sumo cuidado.

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El efecto fue inmediato. La muchacha escuchó una fuerte alarma. No hubo tiempo para pensar, corrió hacia una de las cristaleras y dio un doble salto alcanzando la marquesina. Comprobó lo que había debajo de ella y corrió atravesando el cristal destrozándolo en el proceso. La muchacha desplegó en el aire un rudimentario parapente y planeó hasta un lugar alejado... Un lugar oculto entre las montañas, donde esperaba una nave gumi que se parecía a un barco volador.

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***

Al día siguiente

Hiro, Keiko y Aru fueron interrumpidos mientras tomaban su desayuno en el comedor de Tierra de Partida por unos moguris que les dieron entrega de un sobre cerrado y sellado con el símbolo de la orden de los caballeros de la llave espada. Una vez lo abrieran se encontrarían con una carta escrita por el puño y letra del Maestro de Maestros Ronin, donde les citaba tras el desayuno en la Sala del Trono.

Los aprendices podían hablar entre sí o conocerse si así lo deseaban antes de ir a la sala del trono.

Una vez terminasen y llegasen al lugar citado se encontrarían con Ronin sentado en el trono central esperando por ellos. Había algún que otro aprendiz más por allí de camino a los jardines, pero pronto se quedaron a solas con el líder de Tierra de Partida.

Su semblante no mostraba sonrisa alguna ni su habitual felicidad. Aquello era así desde lo ocurrido en La Red en los sucesos de Datastream, sin embargo aquel día su aspecto era incluso más sombrío.

—Buenos días a todos —saludó con algo de tosquedad—. Espero que hayáis podido desayunar bien.

>>Os he llamado por un asunto de suma importancia y urgencia.

Hubo una pausa incómoda. Ronin cerró su único ojo meditando como decirlo.

—Anoche nos han robado un objeto mágico de gran valor científico. Se trata de un mundo resguardado en el interior de un libro conocido como El Bosque de los Cién Acres. Seguramente alguno haya ido allí de visita alguna vez para gandulear. Todos lo hemos hecho alguna vez. Aunque el experto en esa materia sea Kazuki, vaya.

>>A lo que iba; Simon, ese que nos provee de suministros vio la nave de los ladrones. Se trata de un modelo muy poco común de Nave Gumi y de un tamaño enorme. Nuestra misión es simple: Ir en busca de esa nave, entrar y recuperar el libro. ¿Alguna pregunta?

Paseó su único ojo sobre los aprendices esperando cualquier posible duda.

Bastión Hueco



La bella Colibrinaty y Yui combatían entre ellas en un entrenamiento impartido por Ryota. Se encontraban en la sala del trono del castillo, y el Maestro observaba como entrenaban las dos aprendizas a la par que hacía de árbitro. Ambas podían notar una mejoría general en su técnica respecto a como luchaban unos pocos meses atrás. El líder de Bastión Hueco parecía tener mejor aspecto, pero su téz todavía era muy pálida y parecía bastante debilitado en comparación a como era antes de los sucesos en La Red.

—Muy bien, es suficiente —Las detuvo dando unas suaves palmadas para llamar su atención—. Coli, me gustaría que practicases un poco más tu puntería. Tienes muy buenas nociones mágicas, pero necesitas refinar un poco más eso si quieres enfocarte en la magia. Trataré de conseguir algunos libros de magia que puedas comprender con tus conocimientos actuales, tal vez puedes aprender algunos hechizos interesantes.

Ryota se aproximó a Coli y colocó su mano sobre su hombro con delicadeza y complicidad. Le dedicó una amable sonrisa y tras unos instantes se acercó a la otra aprendiza con pasos tranquilos.

—Y tú, Yui. Veo que por el momento tu punto fuerte es el combate desarmada. Te recomiendo pues aprender algún arte marcial, se me ocurre que pases unos días en Tierra de Dragones, en un lugar conocido como Templo Shaolin. Allí entrenan poderosos monjes-guerreros especializados en el combate sin armas, aunque si mal no recuerdo solo aceptan hombres, por desgracia. De todas maneras, hablaremos de como guiaremos tu entrenamiento más tarde, ahora mismo debo solucionar unos asuntos en la órbita de Selva Profunda.

>>por cierto. Me gustaría que me acompañaseis, si no tenéis ningún otro compromiso, claro. Obviamente, podéis preguntarme cualquier cosa sobre esos asuntos. Pero primero, podéis ir a vuestras habitaciones a cambiaros y a coger todo lo que necesitéis.

Fecha límite 28/6/2015

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¡Bienvenidos a Un Mundo de Papel! Espero que disfrutéis de esta trama y os resulte entretenida a todos. Cualquier duda podéis comunicarla sin ningún problema por MP, como siempre. En el caso de que vayáis faltar alguna ronda avisad con algún día de antelación a ser posible, y si me decís vuestras acciones os lo agradeceré mucho (así nos os dejo muertos de asco en una esquina durante toda una ronda). En fin, ¡espero que os divirtáis!

Trataré de no dejar que coincidan las fechas del EG con la trama, pero espero que comprendáis que mi prioridad sea postear en el EG antes que aquí. Dicho eso, me remito a lo que dije antes de que me preguntéis cualquier duda.

¡Un saludo!

[James Bond]

Aunque había pasado unas últimas misiones bastante agitadas y locas, Keiko había logrado superar el trauma que le dejó la misión del bosque de los enanitos y comía con normalidad, lo cual quería el que encargado Moguri de la cocina se volvía a pelear con la aprendiza por la cantidad de comida que consumía.

—¡Habrase visto...!— se quejó Keiko volviendo a sentarse, tras la enésima discusión.— ¿Qué demonios le importa a ese peluche volador lo que coma o no? Jum— dijo tratando de ponerse digna.

Entonces unos Moguris hicieron acto de presencia, Keiko se preparó para una discusión contra ellos, pero se llevó una agradable sorpresa al ver que su único cometido era entregarle una carta a ella y a los otros dos aprendices que estaban con ella: una especie de perro humanoide y una chiquilla de pelo largo y azul.

Kei leyó la carta y en ella descubrió que el Maestro Ronin solicitaba su presencia en la Sala del Trono. De modo que, fue inmediatamente hacia allí.

El Maestro les estaba esperando allí, pero le pasaba algo raro, pues normalmente solía estar feliz pero en aquella ocasión no lo estaba, se mostraba... ¿triste?

—Buenos días a todos. Espero que hayáis podido desayunar bien.
—Podría desayunar bien si ese maldito Moguri me dejara comer todo lo que quiero
—Os he llamado por un asunto de suma importancia y urgencia.

¿Sería ese asunto lo que provocaba la tristeza que aparentaba mostrar el Maestro? Keiko se mostró curiosa.

—Anoche nos han robado un objeto mágico de gran valor científico. Se trata de un mundo resguardado en el interior de un libro conocido como El Bosque de los Cien Acres. Seguramente alguno haya ido allí de visita alguna vez para gandulear. Todos lo hemos hecho alguna vez. Aunque el experto en esa materia sea Kazuki, vaya.
>>A lo que iba; Simon, ese que nos provee de suministros vio la nave de los ladrones. Se trata de un modelo muy poco común de Nave Gumi y de un tamaño enorme. Nuestra misión es simple: Ir en busca de esa nave, entrar y recuperar el libro. ¿Alguna pregunta?

Keiko levantó la mano.

—¿Tenemos alguna pista sobre los ladrones? Ya sabemos lo de su nave pero de poco nos sirve saberlo si no conocemos su aspecto físico.

[Aru]

Como otra mañana cualquiera, nuestra querida Aru se había dirigido hacia la cocina a por un rico desayuno: Tostadas con mermeladas y un rico flan de té.

Cuando llegó y cogió su bandeja con la comida vio a lo lejos un solitario muchacho de pelo rojizo y gafas anaranjadas. Como imaginó que nadie más se iba a sentar ahí se dirigió automáticamente hacia allí, como siempre dispuesta a hacer nuevos amigos, aunque él no parecía con bastantes ganas de hablar.

Ya sentada en frente del chico, pudo notar que no era del todo humano ya que podía ver unas orejas de... ¿Perro? a ambos lados de su cabeza. Aru se le quedó mirándole de reojo esperando a que este iniciase una conversación, pero con la cara que traía y lo concentrado que parecía no le quedó de otra que iniciarlo ella:

—¡Buenos días! —dijo la joven mientras le sonreía amablemente con esperanza de que le respondiese—. Te he visto por aquí, pero creo que no he tenido el gusto de hablar contigo, ¿cómo te llamas?

Esperó una respuesta, y si no sucedía lo esperado, la muchacha iba a seguir intentando sacarle algunas palabrejas.

—Yo soy Aru, encantado de conocerte.

Cuando pasaron unos minutejos, una chica se sentó al lado de ambos aprendices, ella sí que parecía más amable y con ganas de hablar, pero antes de que se diera la oportunidad, unos moguris llegaron con cartas en mano y se los entregaron a todos los ya presentes en dicha mesa.

—Muchas gracias, y buenos días —respondió al agarrar la carta.

Al parecer el Maestro Ronin necesitaba hablar con la muchacha, y para su sorpresa también la de los otros dos aprendices que estaban en su mesa.

Después de llegar a la Sala del Trono, el Maestro les saludó cordialmente, pero con una cara bastante amarga.

—Buenos días a todos. Espero que hayáis podido desayunar bien.

—Podría desayunar bien si ese maldito Moguri me dejara comer todo lo que quiero

La peliazul decidió permanecer en silencio mientras observaba atenta a lo que los demás decían, y sobre todo a la razón del porque les habían llamado ahí.

—Os he llamado por un asunto de suma importancia y urgencia.

Aru tragó saliva y se puso firme y cruzó los brazos a la espera de conocer ese ''asunto''.

—Anoche nos han robado un objeto mágico de gran valor científico. Se trata de un mundo resguardado en el interior de un libro conocido como El Bosque de los Cien Acres. Seguramente alguno haya ido allí de visita alguna vez para gandulear. Todos lo hemos hecho alguna vez. Aunque el experto en esa materia sea Kazuki, vaya.
>>A lo que iba; Simon, ese que nos provee de suministros vio la nave de los ladrones. Se trata de un modelo muy poco común de Nave Gumi y de un tamaño enorme. Nuestra misión es simple: Ir en busca de esa nave, entrar y recuperar el libro. ¿Alguna pregunta?

La otra joven que estaba ahí aparte de Aru levantó la mano y formuló una pregunta bastante importante acerca de la apariencia de esos ladrones. La muchacha peliazul se vió envuelta en confianza y contesto a la chica:

—Creo que lo importante no es la apariencia de los ladrones, sino de la nave. ¿Tienen algún dibujo o descripción de esta?

[RedXIII]

---

El grito de un conocido Mouguri resonó por la cafetería, despertando al somnoliento Hiro que estaba más pendiente de intentar terminar su desayuno que otra cosa.

—¡Par dios, es terrible, debo partir raudo y veloz! — Exclamó mientras desaparecía por la puerta sin siquiera dignarse a despedirse del aprendiz que le había dado cobijo y ese caro material que siempre lleva encima.

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Hiro vestía con ropa de cada día, no era la típica vestimenta que solía llevar en sus misiones, era más cómoda y fresca y por alguna razón pensaba que aquel día no tendría que salir siquiera de Tierra de Partida, así que no pensó en la posibilidad de cambiarse, si no que se quedó unos segundos contemplando el desayuno que se había servido, sobre su bandeja habían dos platos, uno tenía un Cruasán de chocolate y el otro una Crepe recién hecha y una taza hasta arriba de leche fría, siendo Hiro cualquiera diría que se tomaría una buena taza de café matutino, pero el sabor amargo del café era demasiado intenso para su boca aun con azúcar, y además era demasiado goloso para gustarle el amargo, todo aquello acompañado de un hueso contra el sarro canino, sin duda una broma gastada por Goei.

Después de terminar de ingerir la Crepe y el Cruasán solo le faltaba terminar aquel redondo desayuno bebiéndose aquella rica y refrescante taza en paz, o eso creía.

—¡Habrase visto...!— Una chica la cual no conocía se sentó cerca suyo mientras se quejaba — ¿Qué demonios le importa a ese peluche volador lo que coma o no? Jum.

—¡Buenos días! — Otra chica se acercó hacia donde estaba, sin comerlo ni beberlo estaba de golpe acompañado por dos completas desconocidas ¿Sería la colonia nueva? —. Te he visto por aquí, pero creo que no he tenido el gusto de hablar contigo, ¿cómo te llamas?.

—Hiro, Hiro Inukai, pero creo que es más importante saber quien coño sois vosotras dos — Respondió mientras sorbía ruidosamente la leche de su taza a la vez que miraba con los ojos entrecerrados a las dos chicas.

—Yo soy Aru, encantado de conocerte.

—Supongo que... lo mismo.

Unos minutos de silencio incomodo acompañaron aquel desayuno hasta que unos Moguris aparecieron con cartas para los tres ¿Casualidad? En ella se podía ver lo que el aprendiz intuyó que significaba un recado; el sello de la Orden.

>>Al menos no es a las tres de la madrugada.

Un amargo suspiro salió de la boca del aprendiz y se levantó de la mesa junto a las dos chicas, que parecían haber leído la carta.

En un visto y no visto llegaron a la sala del trono, donde estaba Ronin, pero parecía más ausente y serio de lo normal, demasiado incluso.

—Buenos días a todos. Espero que hayáis podido desayunar bien.

—¿Vas con resaca? — Preguntó mientras levantaba la mano.

—Podría desayunar bien si ese maldito Moguri me dejara comer todo lo que quiero

—Os he llamado por un asunto de suma importancia y urgencia.

—Anoche nos han robado un objeto mágico de gran valor científico. Se trata de un mundo resguardado en el interior de un libro conocido como El Bosque de los Cien Acres. Seguramente alguno haya ido allí de visita alguna vez para gandulear. Todos lo hemos hecho alguna vez. Aunque el experto en esa materia sea Kazuki, vaya.
>>A lo que iba; Simon, ese que nos provee de suministros vio la nave de los ladrones. Se trata de un modelo muy poco común de Nave Gumi y de un tamaño enorme. Nuestra misión es simple: Ir en busca de esa nave, entrar y recuperar el libro. ¿Alguna pregunta?

—¿Es ese sitio donde parece que tienen una extraña obsesión con la miel y abejas asesinas? —

—¿Tenemos alguna pista sobre los ladrones? Ya sabemos lo de su nave pero de poco nos sirve saberlo si no conocemos su aspecto físico.

—Creo que lo importante no es la apariencia de los ladrones, sino de la nave. ¿Tienen algún dibujo o descripción de esta?

Sus compañeras, al contrario que Hiro, parecían más interesadas en jugar a "vivo o muerto" que en ver que había pasado.

—Ejem, ejem — Se aclaró la garganta de forma pronunciada para captar la atención de los presentes —Sí, bueno, todo eso que decís esta muy bien pero yo preferiría ir a la biblioteca antes que ir a buscar a los malos, por si acaso.

—Por cierto, Maestro — Se colocó bien las gafas de sol y miró fijamente al Maestro Ronin —¿Aun sigues hacia el frente?

[Aru]

—Ejem, ejem —tosió Hiro intentando llamar la atención de los presentes —Sí, bueno, todo eso que decís esta muy bien pero yo preferiría ir a la biblioteca antes que ir a buscar a los malos, por si acaso...

Aru le miró de reojo pero sin dejar de mirar de vez en cuando al Maestro Ronin.

—Por cierto, Maestro —dijo acercándose a él el muchacho —¿Aun sigues hacia el frente?

La peliazul abrió lo ojos como platos al ver tal falto de respeto hacia un superior. No había contemplado nunca un comportamiento tan rebelde y maleducado en un aprendiz en lo que llevaba viviendo en Tierra de Partida.

—¿Podrías ser un poco más educado no? —le sugirió la chica a Hiro

No sabía como se iba a tomar ese comentario tan directo, pero lo que estaba claro es que Aru también era una muchacha muy impulsiva y por lo tanto no iba a callarse lo que pensaba.

—Pero quizás él tenga razón... A lo mejor hay pistas en la biblioteca —pensó en voz alta la muchacha mientras miraba a Hiro detenidamente —. Deberíamos mirar ahí por si acaso antes de partir, ¿que opináis?

[RedXIII]

—¿Podrías ser un poco más educado no?

El aprendiz no pudo evitar soltar una leve risa al escuchar las palabras de la chica que acababa de conocer.

—Pero quizás él tenga razón... A lo mejor hay pistas en la biblioteca. Deberíamos mirar ahí por si acaso antes de partir, ¿que opináis?

Hiro se acercó a ella y levantó la mano sobre su cabeza, posándola suavemente sobre su pelo dos veces, a continuación se volvió a girar y esperó a ver que tenía que decir Ronin.

—Si hay que elegir un capitán para el grupo propongo a Alu — Encendió un cigarrillo y espero a ver que pasaba con una leve sonrisa en los labios ¿Era una broma o simplemente quería hacerla rabiar?

[Aru]

Hiro, acercándose a la peliazul, pasó su mano dos veces por encima de ella, haciendo ver su baja estatura. Esto hizo que la joven le mirase con los ojos entrecerrados y cruzase los brazos algo molesta.

—Pero que se habrá creído este... —pensó la muchacha mientras le seguía con la mirada.

El muchacho se dirigió a Ronin y espero a su respuesta. Acto seguido abrió de nuevo su boca para seguir con el ataque gratuito hacia la aprendiza.

—Si hay que elegir un capitán para el grupo propongo a Alu — propuso Hiro mientras encendía un cigarrillo y seguía burlándose.

—¿A-Alu...? —susurró para sí misma mientras se acercaba a este y le apagaba el cigarrillo con la mano—. Por favor, no fumes en habitaciones casi cerradas, Hilo. Pero gracias por proponerme como capitán, ha sido un detalle por tu parte.

Aru le miró con una risilla en la boca, estaba claro, que esto no acababa más que de empezar.

[RedXIII]

—Por favor, no fumes en habitaciones casi cerradas, Hilo. Pero gracias por proponerme como capitán, ha sido un detalle por tu parte.

Hiro miró de un lado a otro la sala, comprobando si había alguien más aparte de Ronin, la chica del Moguri y él en aquella enorme sala en la cual prácticamente se podía montar un barbacoa sin problemas.

—Oh — Miró a la chica que no se había presentado aun, convencido de que la chica peliazul hablaba con ella —Así que te llamas Hilo, mucho gusto, yo me llamo Hiro, no se si lo escuchaste antes.

[Aru]

—Oh —dijo dirigiéndose a la otra muchacha—Así que te llamas Hilo, mucho gusto, yo me llamo Hiro, no se si lo escuchaste antes.

Aru no se podía creer lo que acababa de hacer...¿Realmente no sé enteró de que se refería a él o es que estaba jugando con ella? La joven, ante la duda, le tiró de la coleta con suavidad a Hiro y le señaló bastante seria.

—Es a ti, ceporro.

Suspiró y decidió cruzar las manos e ignorar cualquier próxima provocación del burletero muchacho.

—No me puedo creer que vaya a tener que aguantar a este personaje toda la misión —susurró la muchacha intentando que nadie más la oyese.

[Reimeow]

“¡Estate atenta mierda!”

Fue lo único que pude pensar esquivando uno de los tantos ataques que Colibritany me lanzaba con su llave.

***

Aquella mañana el Maestro Ryota, el líder de nuestro bando, me había convocado a un entrenamiento en la sala del trono, al menos me pilló ya despierta. Seguía sin poder dormir bien, soñaba cosas aleatorias en las que se repetía un elemento que no conseguía recordar al despertar; pero por lo que se ve me afectaban, ya que me había vuelto a quedar en vela toda la noche. Me había empezado a ocurrir hacía poco, así que intentaba no darle importancia.

“Bah, me vendrá bien despejarme y qué mejor que entrenando.”

Mientras me preparaba adecuadamente para ir hacia allí, se me pasó una pregunta, ¿quién sería mi contrincante? Esperaba y deseaba que aquella persona la conociera ya de antemano, aunque había un porcentaje bastante alto de que no.

Al parecer la suerte me sonrió encontrándome al entrar en la sala con Colibritany, ¡no tenía que hacer ninguna presentación! Suspiré aliviada de no tener que hablar más de la cuenta, ya que la conocía de haber coincidido en alguna misión con ella.

***

Las armas volvieron a chocar escuchándose aquel sonido metálico por toda la sala mientras un Maestro Ryota, con mejor apariencia, observaba en silencio aquel entrenamiento.

Al principio había subestimado a Colibritany por su aspecto, pero resultaba ser una digna contrincante, esquivaba bien mis ataques y encontraba un hueco en mi defensa por el que atacar.

Habían pasado ya algunos meses desde que me convertí en aprendiz de Ariasu, y al fin había comenzado a notar mejoría: esquivaba con más facilidad los ataques, me manejaba algo mejor con el arma, no me cansaba tan rápido al estar en combate como antes… si entrenaba más a diario podría mejorar mucho más, esto no era nada en sí, pero esta mejora significaba mucho para mi. ¿Podría ser alguien al fin?

Y de repente, en uno de los choques de las llaves acabé unos metros alejada de Colibritany y ésta aprovecho aquel momento en el que, reconozco, me descuidé centrándome en mis pensamientos lanzándome un Piro que impactó directo en mi estómago rozando mi mano izquierda, dónde en ese momento empuñaba la llave con la que me intenté proteger cómo pude. El impacto del hechizo me hizo caer hacia atrás con una mueca, ahogándome la palabrota que quise soltar en ese momento, soltando la llave que quedó a unos metros alejada de mi del quemazón que me provocó el hechizo.

Con una mueca me levanté del suelo rápidamente, avergonzada de mí misma y no tardé en volver a la carga contra Colibritany en un combate cuerpo a cuerpo. Ésta estuvo protegiéndose y esquivando mis tantos ataques, algunos lograban rozarle y otros no. Y cuando al fin conseguí ver un punto flaco. Ryota detuvo el combate y justo a tiempo, ya que también ella me lo había encontrado y su espada estuvo a punto de darme en el costado.

−Muy bien, es suficiente −dijo dando unas leves palmadas.

El Maestro se dirigió en este caso a Coli explicándole su punto fuerte y que le conseguiría unos libros para que pudiera extender sus conocimientos en magia. Cuando terminó, le posó una mano en el hombro y entonces se comenzó a acercar a mí. Estuve atenta a todo lo que me dijo: en resumen, mi punto fuerte era el combate cuerpo a cuerpo y que me recomendaba que aprendiera algún arte marcial nombrando como ejemplo el Templo Shaolin de Tierra de Dragones dónde enseñaban en un arte específico, pero que lamentablemente era solo para hombres. Finalizó con que hablaríamos de mi entrenamiento más tarde ya que tenía asuntos que tratar.

Suspiré pasándome una mano por la frente, ¿tendría que travestirme para poder entrenar? Esperaba poder hablar con el Maestro más tarde sobre mi entrenamiento.

−Por cierto. −Dijo el Maestro captando mi atención mientras recogía la llave del suelo y la desmaterializaba− Me gustaría que me acompañáseis, si no tenéis ningún otro compromiso, claro. Obviamente, podéis preguntarme cualquier cosa sobre esos asuntos. Pero primero, podéis ir a vuestras habitaciones a cambiaros y a coger todo lo que necesitéis.

Miré a Colibritany de reojo haciéndole entender que iba a ir, no tenía ningún compromiso, es más estaba más que libre ese día y me gustaría tratar el tema de mi entrenamiento con el Maestro más tarde, pero tenía que ir a mi habitación a prepararme antes de ir con él.

−Oye, Coli −diría acercándome a ella−, ¿tú vienes? .−Esperaría su respuesta y tras esto me despediría yéndome a mi habitación.

No tardaría mucho en volver a la estancia lista para acompañar al Maestro, obviamente le preguntaría sobre los asuntos que concernían a aquel mundo, especialmente de qué se trataba.

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Espero que no haya problema con el post, si es así decírmelo por MP. Las acciones del entrenamiento están acordadas con Mentos.

[Mentos]

<<Supongo que no vendrá mal un calentamiento...>>

Era un día de lo más común. Colibritany se encontraba ya preparada para entrenar por orden de Ryota cuando vio a su contrincante; Yui. Ya habían compartido varias experiencias pues fueron designadas a una misma misión, por lo que se alegró de volver a verla, aunque ahora tenía que enfrentarse a ella en combate.

<<Si mal no recuerdo prefiere el cuerpo a cuerpo...>>

—Cuando quieras empezamos —le dijo a su compañera.

***

Y la batalla de entrenamiento comenzó. Ambas presentaban un estilo de combate de estilo distinto y eso hacía que cada una tuviese ventajas y desventajas sobre la otra. Sin embargo, fue una práctica muy reñida. Las llaves espadas se agitaban por todo el campo mientras chocaban sin piedad entre ellas. Una de las cosas más importantes en una batalla de espadas es ser capaz de reaccionar al próximo ataque del adversario y Coli pudo defenderse ante la acometida de Yui, para sorpresa de ambas.

Aprovechando la distancia que había podido crear Colibritany mediante sus continuos ataques, decidió lanzar un Piro dirigido contra el arma de la muchacha para desarmarla, aunque acabó impactando en su estómago. El plan funcionó de alguna manera y Yui optó por abalanzarse contra la bella aprendiza cuerpo a cuerpo. Era bastante obvio que Yui había entrenado su técnica y a Coli le resultaba difícil seguirle el ritmo.

Cuando por fin llegó el momento de la verdad, donde una podía tumbar a la otra... unas palmadas retumbaron por la sala.

—Muy bien, es suficiente —sentenció Ryota.

<<Menos mal...>>

Coli suspiró profundamente. Estaba muy cansada tras el intenso entrenamiento que acababa de sufrir. Pensándolo de forma más detenida, se dio cuenta de que había mejorado su condición física y que había aprendido las normas básicas de combate. Sentía, por una vez, que era capaz de defenderse por sí misma. Capaz de luchar por aquello que quisiese.

—Coli, me gustaría que practicases un poco más tu puntería —le indicó el maestro—. Tienes muy buenas nociones mágicas, pero necesitas refinar un poco más eso si quieres enfocarte en la magia. Trataré de conseguir algunos libros de magia que puedas comprender con tus conocimientos actuales, tal vez puedes aprender algunos hechizos interesantes.

Acto seguido, colocó su mano sobre su hombro y le dedicó una sonrisa. Parecía orgulloso del progreso de la hermosa chica.

—Suena bien —contestó, agradecida.

Después, también charló con Yui y comentó qué debía mejorar y cómo. El maestro se mostraba bastante comprensivo y amable con las aprendizas.

—Por cierto. Me gustaría que me acompañaseis, si no tenéis ningún otro compromiso, claro. Obviamente, podéis preguntarme cualquier cosa sobre esos asuntos. Pero primero, podéis ir a vuestras habitaciones a cambiaros y a coger todo lo que necesitéis.

—La verdad es que tengo que cambiarme de atuendo, el entrenamiento ha sido bastante... sofocante.

—Oye, Coli —dijo Yui mientras se acercaba a ella—, ¿Tú vienes?

—Claro. Espero que no sea nada movidito como la última vez —contestó de forma sincera.

Tras el breve intercambio de palabras, se despidió de ella y fue a su habitación a cambiarse. Una vez se encontraba preparada, se dirigió hacia donde se hallaba Ryota dispuesta a conocer los detalles del cierto asunto del que debían conversar.

[Sombra]

Hiro, Keiko y Aru

Ronin entornó los ojos mientras la discusión entre Hiro y Aru se llevaba a cabo, pero pronto perdió la paciencia y con un fuerte impulso golpeó a Hiro en el abdomen quitándole el aliento y obligándolo a que se pusiese de rodillas. Lanzó una mirada asesina a Aru y tras unos segundos se giró subre sus talones y volvió al trono central, en el que se sentó con cierto pesar y solto un largo y sonoro suspiro.

—No es necesario ir a la biblioteca. Kazuki ha utilizado magia de Tiempo para ver en detalle toda la escena y ya nos ha informado de lo que ha visto. Sabemos quien fue la ladrona.

>>Se trata de una famosa mercenaria llamada Adele "La Gata". Vivía en Vergel Radiante, pero acabó en Ciudad de Paso tras la caída del mundo

El Maestro sacó de su kimono una fotografía y la lanzó en el aire para que Keiko pudiese cogerla al vuelo.

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—Esa es la nave, se la conoce como Ivalice —explicó parco en palabras—. No hay mucho más que decir, ¿nos vamos?

Ronin se puso en pie y se dirigió a las escaleras que descendían hasta el hall frente a la puerta principal, que abrió de un empujón. Los aprendices podían seguirle o no, pero tampoco tenían muchas más alternativas en aquel momento.

Coli y Yui

Ryota esperó pacientemente a que ambas aprendizas estuviesen de vuelta. Cuando vio a ambas reunidas les dedicó una mirada de aprobación.

—Veo que ya estáis preparadas —comentó con tranquilidad—. Nuestro objetivo es simple, un grupo de mercenarios nos ha contactado. Planean hacer negocios con nosotros, ¿alguno escuchó hablar de El Bosque de los 100 Acres?

Esperó una respuesta por parte de ambas, fuese negativa o positiva el Maestro se dispuso a explicar un poco más.

—Se trata de un mundo único. Está encerrado entre las páginas de un libro y hasta hace poco estaba custodiado en la biblioteca de Tierra de Partida.

>>Me extraña que alguien hubiese sido capaz de entrar y robar ahí dentro. Ese mundo está protegido por un lugar especial que atrapa a los que entran sin permiso...

Ryota pareció meditar algo en silencio unos instantes.

—Pero bueno, es hora de partir. En marcha, señoritas. Nuestro objetivo es la nave Ivalice.

Intersticio de los Mundos

Tierra de Partida

Los aprendices tuvieron que hacer acopio de sus mejores habilidades para esquivar la masa de asteroides que se lanzaron contra ellos cuando se acercaron a las últimas coordenadas donde se había visto la nave. Pero aquello no fue lo único que estaba allí.

Ronin señaló a un enorme asteroide que había frente a ellos. Si se fijaban solo un poco verían sobre el pedrusco un montón de sincorazón espaciales que disparaban contra ellos. El Maestro creó una barrera de luz frente a ellos que les protegió y antes de que se diesen cuenta... Salieron de aquel campo de rocas espaciales.

Todos vieron la enorme nave que estaba en el centro del campo de asteroides, era blanca con adornos dorados y con una forma muy peculiar, casi única. En cierto sentido parecía un rifle o algo así. Las luces de la nave estaban apagadas como si tratase de ocultarse de cualquier visitante no deseado y flotaba casi como si estuviese completamente vacía.

El líder de Tierra de Partida señaló la nave indicando que se acercaran junto a él.

Bastión Hueco

El camino fue fácil para los miembros de Bastión Hueco. Por suerte, Ryota había recibido una especie de ruta segura entre el mar de asteroides y sincorazón por parte de los mercenarios, por lo que no tardaron demasiado en llegar. La nave flotaba en el infinito en el centro de aquel "claro" entre el infinito mar de rocas. El líder del bastión encabezó en todo momento el viaje yendo directamente hacia la preciosa nave gumi blanca.

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Nota: Tanto los de TDP como los de BH llegan en diferentes momentos de tiempo, por lo que no se encontrarían.

Fecha límite 09/07/2015

[James Bond]

Mientras observaba a sus dos compañeros de misión discutir, Keiko dirigió una mirada de "¿Esto es normal?" a Ronin, y suspiró. Menudo par, ¿acaso iba a tener que aguantarlos así durante todo lo que durase la misión? La aprendiza esperaba que no.

El Maestro entonces lanzó una foto y Keiko la cogió en el aire. Dicha foto, mostraba una nave muy grande, la cual Keiko no pudo evitar admirar.

—Wow, es muy grande— alabó la muchacha, guardándose la foto en el bolsillo de su camiseta.
—Esa es la nave, se la conoce como Ivalice. No hay mucho más que decir, ¿nos vamos?— preguntó Ronin.
—¡Por supuesto!— comentó una animada Keiko.



Por desgracia, el viaje no fue en absoluto tranquilo. Grandes cantidades de astereoides rondaban mientras buscaban por el último sitio en el que la Ivalice había sido vista. Se encontraron además con un grupo de sincorazón espaciales, pero el Maestro se encargó de que los aprendices no sufrieran daño alguno levantando una barrera mágica.

Acabaron encontrando la nave en el centro de aquel campo de rocas enormes. Lo más destacable de todo era su peculiar forma, y el hecho de que tuviera las luces apagadas, lo cual no solía ser una buena señal.

Cuando Keiko vio que Ronin les hizo señas para que se acercaran a él, Keiko obedeció a la señal del Maestro, y se posó junto a él. En el momento en que sus compañeros estuvieran a su lado, les advertiría una cosa.

—Escuchadme vosotros dos. Como tratéis de quitarme el casco, os juro que seré yo, y no los sincorazón quien acabe con vosotros, ¿entendido?— Keiko había tenido una mala experiencia en una misión pasada en la que el casco era indispensable llevarlo puesto, pero uno de sus supuestos aliados se lo quitó y quedó afectada por la maldición de un sincorazón, por lo que no tenía ganas de repetir la experiencia.

[Aru]

Como era de esperar, aquella pequeña ''pelea'' no acabó bien... Sobre todo para Hiro quien acabo de rodillas por un impactante puñetazo del Maestro quien inmediatamente lanzó una mirada amenazante a la joven Aru... Pero algo parecía ir mal con Ronin, o al menos eso le pareció a la muchacha. Sus suspiros eran la prueba de ello. También la otra chica miró mal al dúo cómico, cosa que molestó a la peliazul...

—Wow, es muy grande —dijo la desconocida.

En manos de la chica desconocida, Ronin dejó caer una foto, que tanto como Hiro y Aru no pudieron observar, ya que se lo metió rápidamente después de observarlo, en el bolsillo de su camisa.

—Esa es la nave, se la conoce como Ivalice. No hay mucho más que decir, ¿nos vamos?— preguntó Ronin.
—¡Por supuesto!—Asintió la chica.

Aru cruzó los brazos, miro a Hiro, y entonces suspiró. Parecía que ya había sido marcada como problemática por el Maestro y la otra chica.

—Me hubiese gustado ver la foto... —comentó en voz alta.


El viaje fue bastante movidito. Muchos obstáculos se pusieron en medio, pero finalmente lograron localizar la nave ''Ivalice''.

Ronin hizo señales para que nos acercásemos a él, la desconocida fue la primera en acercarse. Cuando estábamos ya todos ahí, la chica dejó caer una pequeña amenaza a los demás aprendices.

—Escuchadme vosotros dos. Como tratéis de quitarme el casco, os juro que seré yo, y no los sincorazón quien acabe con vosotros, ¿entendido?.

Aru se sintió ofendida, ya era el colmo que su propia compañera de misión la amenazase de muerte. ¿Cómo podía ser tan borde cuando ni siquiera se había presentado a los demás? Obviamente, nuestra peliazul no iba a tolerar esa falta de respeto y confianza.

—Somos tus compañeros de misión, lo último que deberías hacer es amenazarnos con ''matarnos'' —pausó Aru mientras movía los dedos en señal de comillas, y después continuó —cuando encima ni siquiera te has presentado. Te puedo asegurar que yo personalmente no tengo interés alguno en fastidiarte o lo que pienses que podría hacer. Deberías confiar más en tus compañeros y dejarte de paranoias. Y... —Entonces se dirigió al Maestro Ronin, e hizo una reverencia como señal de respeto — Lamento mucho la batallita de antes con Hiro, no volverá a ocurrir.

Entonces la joven miró a Hiro, indicándole que debería hacer lo mismo.

[RedXIII]

Ronin lanzó un puñetazo contra el estómago de Hiro, el cual cayó repentinamente fulminado contra el suelo, quedando boca abajo y retorciéndose de dolor en postura fetal.

—¿Por qué siempre yo? — Se lamentó —Menuda resaca lleva.

—No es necesario ir a la biblioteca. Kazuki ha utilizado magia de Tiempo para ver en detalle toda la escena y ya nos ha informado de lo que ha visto. Sabemos quien fue la ladrona.

Se levantó del suelo como si nada y disimuló, como si no hubiera recibido nunca aquel puñetazo y posó con cierto aire de superioridad, como si dijera "soy tan fuerte que estas cosas no me hacen nada".

>>Se trata de una famosa mercenaria llamada Adele "La Gata". Vivía en Vergel Radiante, pero acabó en Ciudad de Paso tras la caída del mundo

—Una...gata... — Tragó saliva y un sudor frío le empezó a bajar de la frente.

—Otra gata...no, por favor, la última vez que me encontré un gato me saltó a la cara, y cuando era pequeño una banda de gatos callejeros me persiguió por la calle mayor, además de ese otro gato que siempre me mira raro o la tia esa medio gata... — Se lamentaba hacia si mismo sin prestar atención de la fotografía.

Sus compañeros empezaron a irse por la puerta y con sus armaduras se montaron en sus Glider, Hiro observó aquello mientras, con su armadura puesta, intentaba invocar su llave, como de costumbre, cosa que no consiguió hasta ver como se iban a lo lejos sin él.

***

El camino hacia el lugar a donde se dirigían estaba repleto de asteroides, algo que para un conductor de vehículos voladores como Hiro era terriblemente peligroso.

—¡Au! — Exclamó cuando un pequeño fragmento de asteroide chocó contra su casco.

Incluso tuvo que correr sobre algún que otro asteroide gigante para evitar que se rompiera una de las dos alas que tenía aquel Glider tan peculiar, pero era incómodo deshacer y hacer la postura constantemente y cansaba.

—Escuchadme vosotros dos. Como tratéis de quitarme el casco, os juro que seré yo, y no los sincorazón quien acabe con vosotros, ¿entendido?.

—¿Y yo para qué voy a sacarte el casco?

—Somos tus compañeros de misión, lo último que deberías hacer es amenazarnos con ''matarnos'' cuando encima ni siquiera te has presentado. Te puedo asegurar que yo personalmente no tengo interés alguno en fastidiarte o lo que pienses que podría hacer. Deberías confiar más en tus compañeros y dejarte de paranoias. Y...

—Se llama Hilo — Interrumpió Hiro.

— Lamento mucho la batallita de antes con Hiro, no volverá a ocurrir.

Parecía estar haciéndole la pelota al maestro.

>>Una pelota y una loca, y de regalo una gata, esta misión va a ser muy rara, y eso que no esta Goei — Pensó mientras salía con gran esfuerzo del campo de asteroides y contemplaba una gigante nave.

El maestro se dirigió hacia ella, por lo tanto aquella nave gigante debía ser su objetivo, se dirigió hacia ella detrás de Ronin.